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ASCO IBANEZ

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DE LA GUERRA

ROPEA DE 1914

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1

HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914

VICENTE BLASCO IBAEZ

HISTORIA

DE LA

GUERRA EUROPEA

DE 1914

ILUSTRADA CON MILLARES DE DIBUJOS, FOTOGRABADOS Y LMINAS

TOMO SPTIMO

PROMETEO

ft V

PROMETEO

SOCIEDAD EDITORIAL

Germdnds, 53. VALENCIA

UNA BARRICADA FRANCESA EN ALSACIA

NDICE DEL TOMO SPTIMO

Pgs.

EL TERCER AO DE GUERRA

I. Frente francs. Combates en el mes de

Julio. La fiesta de las banderas. . .

II. El 14 de Julio en el frente. Continuacin

de los combates

III. La tctica del kronprinz. Los de la cota 304

IV. Continuacin de los combates en el fren- te francs hasta el 31 de Julio. . . . V. Situacin poltica y diplomtica. Crisis

interior en Alemania 30

VI. Contina la agitacin poltica. Dimisin de Bethmann-Hollweg, El nuevo can- ciller 33

VIL El cambio poltico. La crisis y la gue- rra submarina. El abastecimiento de Alemania. Los comienzos de Mi-

chaelis 37

VIII. Comentarios de la prensa. Respuesta Lloyd George. Austria y la crisis ale- mana 46

IX. Debate sobre la paz en la Cmara de los

X.

9

XI.

17

XII.

22

XIII.

XIV.

26

XV.

XVI.

XVII.- XVIIL-

XIX.-

XX.-

XXI.- XXII.-

Pgs."

Comunes. Acusaciones de Michae- lis. Respuesta del gobierno francs. 50 Operaciones en el frente italiano. Co- mentarios la batalla del Isonzo. . 58 Operaciones hasta el 31 de Julio. Las

reivindicaciones italianas 62

La situacin de Grecia 63

Servia. El pacto de Corf. .... 68

El yugo blgaro 70

La intervencin de Rumania y la cam- paa de Valaquia 71

Ofensiva ruso-rumana. Del 24 al 31 de

Julio de 1917 77

Manifestacin franco-rumana. ... 78 Situacin militar y poltica en Rusia.

La ofensiva del 1." de Julio. . . 81 Declaraciones del prncipe Lvof. Ru- sia y Grecia 86

Siguen las operaciones militares. Co- mentarios alemanes 89

Nuevos xitos 90

La maniobra rusa. Operaciones junto al Lomnica 92

74~13>

Pgs.

PdgS.

XXIII.

XXIV.

XXV.

XXVI.

XXVII.

XX VIH.

XXIX. XXX.

XXXI. XXXII.

XXXIII.

XXXIV.

XXXV.

-El milagro de Kerensky

-Cambio poltico. Dimisin de Lvu'. Kerensky, presidente del Con- sejo .'.'

-La respuesta alemana en Galitzia. .

-Actuacin del nuevo gobierno. . .

-El retroceso de los rusos

-La Conferencia balknica de Pars. .

-La guerra en el mar

-El torpedo

-La defensa contra los submarinos.

-Continuacin de la guerra naval has- ta fines de Julio

-Los ingleses en el frente occidental.

-Los objetivos de guerra de los aliados.

-El tercer ao de guerra

95 LA REVOLUCIN Y LA GUERRA EN RUSIA

101 MU 106 1 09 111 L12 II ! 123

1 25 L26 127 129

LA BATALLA DE FLANDES

I. Los primeros combates. . . .

II. Calma relativa

III. Se reanudan las operaciones. . IV. Los belgas ante el Yser. . . . V. Comentarios la ofensiva francesa, aviadores en el frente britnico.

VI. Otra fase de la batalla

VIL Muerte de Guynemer

VIII. Combates en el bosque del Polgono.

LA BATALLA DE VERDN

Los

L33 138 139

144

150 155 166

178

I. Nueva ofensiva francesa 184

II. El general Guillaumat 193

III. Continuacin de los combates. Poincar

en Verdn 194

IV. Nuevas operaciones 206

LA SITUACIN POLTICA

I. Un discurso de Lloyd George. La Confe- rencia de Londres 212

II. Intervencin del Papa en favor de la paz. 219

III. Respuesta de Wilson la Nota del Papa. 228

IV. Tercer aniversario de la batalla del Marne. 233

V. Nuevo ministerio francs 238

VI. Alemania y Austria responden la Nota

del Papa 242

EN EL FRENTE RABE ITALIA EN LA GUERRA

I. Operaciones locales. . . .

II. Combates en el Isonzo. . . III. Toma del Monte Santo. . . IV. Continuacin de los combates.

V. La situacin fines de Agosto. VI. Se reanuda la ofensiva en el Isonzo

251

257 261

266

2(59 273 282

I. -La retirada de las tropas 288

II.. En el frente ruso-rumano. La nueva

campaa de Moldavia 296

III. La situacin en el Bistritza y en Moldavia. 301

IV. Combates del 15 al 31 de Agosto. . . . 307

V. Como piensa Berln dominar Rusia.. . 314

VI. Acontecimientos polticos 319

VIL La cuestin polaca 334

VIIL La cuestin de Finlandia.. ..... :i.'59

IX. Malestar general. La Conferencia de

Moscou 342

X. Con la divisin salvaje. Durante la

retirada de Galitzia :!.">(>

XI. Operaciones militares. El paso del Dvi- na. La evacuacin de Riga: sus razo- nes y sus consecuencias 358

XII. La situacin militar. Despus de la toma

de Riga 368

XIII. Otra crisis gravsima. Hacia la guerra

civil :]~r2

XIV. Con la divisin salvaje. Durante la

retirada de Galitzia 386

XV. Proclamacin de la Repblica .'594

XVI. Operaciones militares hasta fines de Sep- tiembre 396

LA ACCIN BRITNICA

L Continuacin de la batalla de Flandes. . 401

II. De Ypres Bagdad 418

III. Ms combates. La versin alemana. . . 420

IV. Toma de Passchendaele 428

V. Los ingleses en Palestina 4:YA

VI. Operaciones en Mesopotamia y toma de

Ascaln 436

Vil. Aspecto de la guerra en el Sina. La

toma de Jaffa 438

VIH. Ms combates en el frente de Flandes. . 14 1 IX. Nota poltica. El deber de los aliados segn Lloyd George. Ruidoso debate

en la Cmara de los Comunes. ... 1 16

X. En Picarda. La batalla de Cambrai.. . 4(50

OPERACIONES EN EL FRENTE FRANCS

I. La victoria del Ailette 468

II. Repliegue alemn. Combates en Juvin-

court 47(i

III. La Cruz Roja Norteamericana en Francia. 478

ACONTECIMIENTOS POLTICOS

I. Otra crisis interior en Alemania. Graves acusaciones de Von Cappelle. La paz

teutona 483

II. La respuesta de Von Kuhlmann. Crisis

gubernamental 492

Pgs.

Pgs.

III. Dimisin de Michaelis. Nuevo canci- ller 193

IV. Crisis ministerial en Francia. Ciemen-

ceau, presidente del Consejo 495

V. Tercer emprstito francs 501

VI. Misin econmica francesa en los Esta- dos Unidos .")04

VIL China entra en la guerra 509

EN EL FRENTE ITALIANO

I. Ofensiva austro-alemana en el Alto Ison-

zo. La Conferencia de Rapallo. . . . 513 II. Contina el repliegue. La lucha junto al

Piave 523

III. Continan las operaciones

IV. Los blgaros y los reveses italianos.

La defensa de Venecia 549

V. La lucha en las lagunas. Continuacin de las operaciones hasta el 1." de Di- ciembre 552

EL CAOS RUSO

I. El frente de batalla 563

II. Finlandia se constituye en Repblica . . 568

III. Nuevo gobierno ruso 571

IV. Los alemanes en el golfo de Riga. . . . 576 V. Apertura del pre-Parlamento. La con- ducta del Soviet 591

EL 14 DE JULIO EN EL FRENTE DEL SOMME

El tercer ano de guerra

i

Frente francs. Combates en el mes de Julio. La fiesta de las banderas

El comunicado francs del 1." de Julio se expre- saba del siguiente modo: En el sector Cerny-Ailles (Norte del Aisne), el bombardeo con obuses de grueso calibre ha redobla- do su intensidad al finalizar la noche pasada. El ata- que enemigo, muy violento, se ha producido poco des- pus al Este de Cerny, ocupando, en un frente de unos 500 metros a ambas partes del camino de Ailles Pas- sy, una lnea de elementos de trincheras nivelada por los proyectiles y evacuada por nuestras tropas. Una concentracin de fuegos ejecutada por nuestras bate- ras ha causado grandes destrozos en las filas del ene- migo, el cual, pesar de sus esfuerzos, no ha podido dar mayor desarrollo su avance. Durante la jornada, la lucha de artillera ha proseguido muy activamente en toda esta regin.

En el resto del frente, caoneo continuo, particu-

Tosio vil

lamiente sobre la orilla izquierda del Mosa, en el sec- tor cota 304-Mort-Homme.

Decididamente, el generalsimo alemn haba ele- gido la lnea francesa del Chemin des Dames como objetivo de sus principales esfuerzos. En su intento por llevar cabo su propsito de romper esta lnea, no escatimaba soldados ni municiones.

El da '2 prosigui la actividad en el mismo sector.

En la noche del 3 se desarroll una furiosa batalla en torno al Chemin des Dames, sin que los alemanes, que haban sido los provocadores, obtuviesen ninguna ventaja de verdadera importancia. El asalto lanz- ronlo tropas especiales alemanas en un frente de cerca de veinte kilmetros de extensin, desde el Norte de Jouy al Este de Craonne; no obstante su violencia, esta ofensiva fu completamente rechazada.

Al llegar esta fecha, principios de Julio de 1917, el Journal des Dcluts comentaba del siguiente modo la situacin militar:

A principios de Julio, Alemania se halla en una situacin bastante comprometida. En el frente occi- dental, el grupo de ejrcitos del prncipe Ruprecht ha recibido de los ejrcitos britnicos, partir de la

10

VICENTE BLASCO IBAEZ

primavera, dos golpes muy sensibles: uno eu Yiruy y otro en Messines. El alto mando enemigo no puede ser tan Cndido que crea las falsas interpretaciones que da estas dos batallas; en cuanto nosotros, segn una ley constante, el grado de inexactitud de sus re- latos mide la extensin de su derrota. Bien est que se le den al pueblo alemn estas versiones fantsticas; pero el Estado Mayor prusiano no podr ver sin gran- des inquietudes el perfeccionamiento tcnico obteni- do por los ataques ingleses en el transcurso de un ao. Entre Julio de 191l> y Julio de 1917, los britnicos han perfeccionado mucho la preparacin y la ejecucin de sus ataques. Uno de los efectos inmediatos de este

EL PRESIDENTE M. POINCAEE Y EL MINISTRO DE LA GUERRA PASAN ENTRE DOS FILAS DE BANDERAS

perfeccionamiento se vio en la batalla de Messines, pues hubo en ella un perfecto acuerdo entre los pro- psitos y los resultados, y sobre todo mucha econo- ma de sangre. Es indudable que las prdidas brit- nicas apenas alcanzaran la cuarta parte de las que sufrieron los alemanes. Este cambio de peso en la balanza de las prdidas es un hecho que entraa bas- tante gravedad. En efecto, toda tctica defensiva, cual es hoy la tctica alemana, est basada en que el asaltante se agote ms pronto que el defensor. Si su- cede lo contrario, si, como en Messines, el defensor sufre ms prdidas que el asaltante, cediendo la vez terreno y experimentando la depresin moral que acompaa al retroceso, entonces la tctica defensiva pierde todo su sentido militar y se transforma en una desastrosa demostracin de impotencia.

La situacin del krouprinz tampoco tiene nada de envidiable. Durante el pasado mes de Junio, el hecho caracterstico fu la frecuencia y la violencia de los contraataques, destinados rechazarnos de las

pendientes Norte del Chemin des Dames. Estas re- ofensivas fueron coronadas el 3 de Julio por un ata- que general lanzado contra casi toda la meseta.

El comunicado francs del da 4 confirmaba el fra- caso del potente ataque dirigido contra toda la lnea francesa del Chemin des Dames, desde el Norte de Jouy hasta Craonne. Los franceses se mantuvieron en todas sus posiciones. Este fracaso hubo de costar muy caro los alemanes, pues la lucha prosigui du- rante toda la noche. Las tropas especiales, adiestra- das adrede para este esfuerzo, repitieron vanamente sus asaltos.

El comunicado alemn no era prolijo en esta bata- lla. Segn l, haban sido los franceses quienes ha- ban atacado al Este de Cerny, siendo rechaza- dos por batallones de Lippe y de Westfalia. Nada tan fuera de lugar. El da 5 hubo duelos de artillera al Norte del Aisne, en la regin Hur- tebise-Monument y en la parte Norte del bosque de Beau-Mavais; en Cham- paa, en la regin del monte Cornillet y, sobre la orilla izquierda del Mosa, en la regin de la cota 304. En el resto del frente la calma era ab- soluta.

En la jornada del 6, la artillera intensific su actividad realizando grandes bombardeos en los sectores de Vauxail- lon, Laffaux, La Royere y Braye-en-Laonnois.

Eu la regin de Champaa, las tropas francesas realizaron en el monte Alto y al Este del monte Cor- nillet operaciones de detalle que les permitieron ven- cer la resistencia de dos pequeos salientes ocupados por los alemanes y hacer unos veinte prisioneros. En la orilla izquierda del Mosa, el duelo de artillera mantena su violencia en la regin de la cota 304 y en Mort-Homme.

El 7 de Julio se intensific la lucha. Esta jornada fue sealada, al Norte del Aisne, por una serie de vio- lentos ataques alemanes que, durante la noche ante- rior, haban sido precedidos por un intenso bombar- deo. Una vez ms el kronprinz imperial lanz sus tropas especiales de asalto contra el Chemin des Da- mes, donde desde haca algn tiempo intentaba recon- quistar posiciones perdidas por l dos meses antes. Entre el molino de Laffaux y la granja de Froidmont, los alemanes intentaron intilmente vencer la resis- tencia encarnizada de las tropas francesas. La lucha

HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA

11

prolongse furiosamente durante varias horas. Final- mente, los franceses mantuvieron por completo sus posiciones, pues los boches fueron rechazados de los elementos de primera lnea que habau ocupado al principio del ataque.

Mientras, al Norte del Aisne, se desarrollaban es- tos combates, las tropas francesas, en la orilla izquier- da del Mosa, comenzaban la anulacin de las ventajas obtenidas haca algunos das por los prusianos en el sector de Mort-Homme y en el de la cota 304. Los franceses tomaron tres salientes fuertemente organi- zados.

El da 8, raz de violentsimos combates de im- portancia local, los fran- ceses consiguieron vol- ver ocupar gran parte de sus trincheras de pri- mera lnea, perdidas en el ataque realizado por los boches horas antes, entre el Panten y la granja de Froidmont. Estos combates, desarro- llados simultneamente en cuatro sectores dife- rentes del Chemin des Dames, demostraron una vez ms la solidez y la valenta de nuestras tro- pas frente un adversa- rio que ya posea la ven- taja de la iniciativa.

El comunicado fran- cs del da 9 era bastan- te breve: La actividad de ambas artilleras se ha mantenido con bas- tante violencia al Sur de

Filain, as como tambin en la regin de la cota 304. En Alsacia ha fracasado una tentativa enemiga con- tra nuestras trincheras del bosque de Carspach. Nada que sealar en el resto del frente.

Al da siguiente, los alemanes dieron un golpe de mano contra una de nuestras posiciones del Oeste de la granja de Froidmont, siendo rechazados.

En la maana del da 14, los alemanes verificaron un ataque contra las posesiones francesas del Sur de Courcy. Despus de un violento combate, los france- ses reconquistaron algunos elementos de trinchera que haban perdido al iniciarse la accin. Durante esta jornada fu muy violenta la actividad de ambas arti- lleras en numerosos puntos del frente. En la cota 30 1 y en las regiones del monte Alto, del Casque y del Tton, el bombardeo alcanz una violencia inusitada.

Durante dos das, el Estado Mayor alemn haba insistido en sus comunicados sobre la violencia del fuego de artillera en la Champaa occidental.

Siguiendo la tctica que haban adoptado, los ale-

manes, despus de haber caoneado durante muchas horas de la tarde del da 14 las lneas francesas del Chemin des Dames, entre Cerny y Courtecon, ataca- ron con fuerzas importantes la cada de la noche. Los prusianos lograron penetrar hasta las trincheras francesas de proteccin. El combate, muy violento, dur toda la noche. Al amanecer, los poilws ya haban rechazado por completo los loches.

Durante la misma noche, hubo en el sector de Champaa combates anlogos, con la diferencia de que fueron los franceses quienes realizaron esta vez el bombardeo. Las tropas francesas ocuparon defensas alemanas al Norte del monte Alto y al Norte del T-

EL PRESIDENTE DE LA REPIBLICA FRANCESA IMPONIENDO LAS CONDECORACIONES

DURANTE EL 14 DE JULIO

ton. Los combates prosiguieron durante toda la noche, quedando las tropas francesas en posesin del terreno conquistado. La lucha se reanud en la tarde del 15, continuando durante toda la noche del 15 al 16. No obstante sus repetidos asaltos, los prusianos no pudie- ron efectuar ningn avance en las pendientes del Te- tn; en el monte Alto, despus de varios furiosos com- bates cuerpo cuerpo, los boches, que ya haban lo- grado reocupar todo el terreno perdido por ellos el da 14, slo conservaron finalmente algunos elementos de trincheras.

Los crticos militares alemanes y germanlilos se empeaban en intentar demostrar la eficacia de la nueva estrategia de Hindenburg, que consista, segn el Tarjes Anzeiger, de Zurich, de Diciem- bre) todo el te- rreno adquiri- do costa de tantas prdidas y sacrificios.

No hay duda que el enemigo emplea por tercera vez el mismo mtodo en la meseta del Chemin des Dames y en el macizo de Moronvilliers. La experien- cia del pasado nos ayuda ahora comprender los acontecimientos. Antes que nada precisa convencer- se que una cresta slo es mantenida por una tropa, de un modo til, caso de que esta tropa mantenga adems el revs vuelto hacia el enemigo sobre una profundidad suficienfe para constituir lo que podra llamarse un ribete de seguridad. El tipo de la cresta mantenida sin esta especie de ribete es la cresta de Eparges; la consecuencia es que basta levantar el dedo meique sobre la lnea del parapeto para oir silbar una avalancha de balas. Aunque con diversas variantes, nos hallamos en el mismo caso en muchos puntos: en el Hartmannswiller, en Vauquois, etc- tera. Desde Hurtebise hasta el Este de la meseta de Craonne tambin mantenemos la cresta, sin tener el margen de seguridad que sera necesario poseer hasta el Ailette. De ah los incesantes ataques del enemigo,

LA MULTITUD EN EL FAUBOUUG SAINT-ANTOINK

HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA

23

el cual tiene un inmenso iuters en recuperar los ob- servatorios que hemos conquistado, y puede intentar- lo en tanto que no exista una zona suficiente de pro- teccin entre ellos y l. En Champaa nos hallamos en el mismo caso poco ms menos. Poseemos, indis- cutiblemente, el monte Alto; pero en tiempos de paz ya se deca que para obtener beneficio de esta po- sesin y cierta seguridad era preciso mantener al mismo tiempo el pueblo de Moronvilliers, que lo flan- queaba al Norte. Un ejemplo fehaciente de la eficacia de esta zona de proteccin lo da el monte Sin Nom- bre, donde tenemos delante de la cresta una franja de terreno de un kilmetro, y cuyo pasillo nos ase- gura terminan- temente su pose- sin.

He aqu, pues, el sentido de conjunto de los ltimos comba- tes. Se ve que esta significa- cin es comple- tamente local. All donde nues- tras ganancias de la primavera no han tenido ni tienen una zona de seguridad de- lante de los pun- tos esenciales, el enemigo apro- vecha esta con- dicin incomple- ta para intentar la reconquista

de estos puntos. El parecido de estas operaciones con las de Verdn es muy notable. Obsrvese que all tampoco reconquistamos realmente Douaumont has- ta que hubimos rechazado firmemente la primera lnea alemana.

Falta de esta extensin esencial de terreno, la pri- mera reconquista (realizada el 22 de Mayo) careci de solidez. Bast un pequeo avance del enemigo en el ala derecha para que nos visemos obligados eva- cuar de nuevo Douaumont.

Los combates cotidianos por los que los alemanes intentan fatigar los defensores de la situacin cau- san el que en la zona devastada se libren fluctuacio- nes que. el pbl'co tiende muchas veces exagerar. Que se recuerden las tomas y reconquistas de Thiau- mont en l'JKi. Sobre un rincn de terreno arado y re- vuelto, una preparacin de artillera, una seccin dos que se lanzaban hacia adelante: he aqu lo que se reduca una toma de Thiaumont. El punto matem- tico donde estuvo el reducto pasaba as de mano en mano, y slo era, en realidad, disputado por muy pe-

DESFILE DE LA BANDERA DE LA LEGIN EXTRANJERA

queos efectivos, cuyo movimiento de oscilacin era asimismo muy limitado.

En el campo de batalla del Aisne deben ocurrir en algunos sitios encuentros anlogos. Indudablemente ocurren violentsimos combates que las tropas sostie- nen con un herosmo singular. Pero en lo pasado, este mismo sistema de tentativas violentsimas y constan- tes, ensayado por el kronprinz primero en Argona y despus en Verdn, no le condujo, en definitiva, otro resultado que hacer matar gente. No nos apresuremos hablar de este mtodo desdeosamente ni tampoco acusar de incapacidad al jefe alemn. Slo diremos que, en dos circunstancias memorables, estos golpes

de ariete obsti- nados ya se es- trellaron anti- las defensas que intentaban for- zar. Ahora hay muchas proba- bilidades de que ocurra lo mismo que entonces y de qu estos combates, con sus fluctuacio- nes de xitos y fracasos, figuren en la historia de la guerra como el intermedio en- tre dos bata- llas.

o

El -21 de Julio de 1917, Gustavo Babiu, redactor de la Illust ration, hizo una visita las tropas fran- cesas que haban luchado poco tiempo antes y con tanta brillantez en la cota 304. He aqu sus impre- siones:

Hemos visitado quienes el 17 de Julio, en una accin rpida y elegantemente realizada, reconquis- taron delante del bosque de Avocourt, en la cota 304, un hermoso y til pedazo de terreno.

Para llegar hasta el acantonamiento donde sabo- rean un breve reposo hay que seguir primero, duran- te algn tiempo, el camino ya histrico que en lo fu- turo so llamar sin duda camino de la Victoria, el ca- mino por donde lleg Verdn la salvacin, el camino que durante interminables semanas recorrieron los camiones que aportaron la heroica plaza los refuer- zos, las municiones, los vveres que le permitieron re- sistir al asalto ms formidable que han visto los si- glos. Das inolvidables! Entonces, en el momento de la suprema crisis, los pesados vehculos se sucedan unos otros como en una procesin interminable: in- cesantemente prosegua tambin el trabajo de repa-

24

VICENTE BLASCO 1BAEZ

EL GENERAL PETAIN REVISTA EL 410." REGIMIENTO DE INFANTERA, CUYA BANDERA HA RECIBIDO LA CRUZ DE GUERRA

racin de la calzada. Es casi increble el apasionado inters que excita, despus de transcurridos tantos meses, el menor detalle, todo lo que se relaciona con este gran hecho histrico, uno de los actos ms deci- sivos de la guerra. Para comprenderlo plenamente es preciso recorrer esta Va Sagrada, haber visto Ver- dn, la ciudad mrtir entre las ciudades mar- tirizadas.

Hoy, en este camino tranquilo, buenos te- rritoriales, aplicados una humilde pero nece- saria tarea, trabajan de trecho en trecho repa- rando baches, en compaa de anamitas de dientes negros y sonrisa enigmtica. Es uno de los caminos ms hermosos de Francia, liso como un ring de patinaje.

Minutos despus de haberla dejado, nuestro vehculo se detiene bruscamente ante una gran aglomeracin. Un compacto grupo de soldados con capotes azules hablan, gesticulan y gritan todos la vez. Echamos pie tierra. Precisa- mente son estos hombres los que venimos buscar desde tan lejos, soldados de los recientes combates, soldados de esos que se han batido la izquierda de la accin en el ngulo del bos- que de Avocourt.

Relevados por la maana, regresaban ale- gremente al acantonamiento. Todo haba suce- dido medida de los deseos. Todos haban ve- rificado un buen trabajo con el mnimum de riesgos, gracias una preparacin excelente. Habiendo encontrado en el camino su gene- ral, que marchaba hacia las lneas, lo haban aclamado. El general, familiar, paternal, tran- quilo y disimulando sin duda una emocin pro- funda, pero sonriendo con sus ojillos claros,

baj, estrechando manos, repartiendo abrazos; no muy alto de talla, pareca sumergido bajo esta ola de entusiastas.

Cuando se alej la pequea tropa, cargada con in- numerables trofeos conquistados en alta lucha, nos presentaron al general Lebocq, que ha sido el nico

EL GENERAL PETAIN

FELICITA LOS OFICIALES DEL 410. DE INFANTERA

HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA

25

organizador de esta operacin tan perfecta. Y como nosotros debamos proseguir nuestra marcha hasta llegar ante las posiciones conquis- tadas, con el fin de percatarnos cla- ramente de la accin que se estaba desarrollando, el general tuvo la atencin de invitarnos detener- nos al regreso, para ponernos al habla con sus hombres.

fuerza de examinar la carta geogrfica de esta regin, se ha he- cho familiar nuestros ojos. El bosque de Avocourt la izquierda, la cota 304 extendindose hacia el Nordeste, la derecha, y detrs el Mort-Homme: tal era el panorama que veamos desde el excelente punto de observacin adonde se nos condujo. Abajo, al fondo de un va- "~ lie, lamentables ruinas de lo que fu Esnes. El ataque del 17 de Julio se desarroll entre el ngulo Sudeste del

J '*-*> _*.

V

EL 14 DE JULIO EN EL SOMME. M. BOURGEOIS PRONUNCIA UN DISCURSO

bosque de

Avocourt y la cota 304, en una ligera depresin lla- mada paso de Pommerieux.

Tratbase de reconquistar varias trincheras que el enemigo nos haba tomado los das 28 y 29 de Junio costa de grandes sacrificios, trincheras que, una vez en poder de los alemanes, formaban en nuestras lneas un saliente amenazador para nuestras posiciones de la cota 304. Hoy la situacin ha cambiado por com- pleto. La preparacin del ataque fu muy cuidadosa; el alto mando concedi liberalmente al Estado Mayor de la divisin todos los medios que ste haba pedido,

EN EL FRENTE DEL SOMME EL 14 DE JULIO

incluso aviacin y artillera. Esta preparacin se pro- long un poco, pues el mal tiempo haba impedido que el ataque fuese iniciado en el momento prelijado. El enemigo se enga, pues en un principio haba credo sin duda que renuncibamos partir. El asalto le sorprendi en pleno relevo.

Nuestros aviadores haban arrebatado en absoluto los alemanes la superioridad incontestable que stos posean; treinta y seis horas antes del ataque ra- mos ya completamente dueos del espacio. En estas condiciones, los tiros de destruccin de las defensas, las contrabateras de la artillera, se efectuaron la perfeccin. Para esta ltima tarea, el aplastamiento de las bateras ad- versarias fu un poco limitado con respecto al tiempo. Hubo que con tiuuar la obra destructora en el propio transcurso del combate; al- gunos tiros con obuses asfixiantes dieron excelentes resultados; los artilleros alemanes reaccionaron dbilmente. Nuestro tiroteo de aco- so en los caminos contra los convo- yes fu tan perfectamente eficaz, que un batalln de Vilosne-sur- Meuse bloqueado por nuestros tiros emple veinticuatro horas para ir de Malancourt su puesto de com- bate, distante unos dos kilmetros. Las reservas fueron aniquiladas. Cuando sali de sus abrigos nues- tra infantera, vio hasta qu punto de eficacia haba llegado la prepa- racin de artillera. No veamos nada ante nosotros; no sabamos

Tomo vii

26

VICENTE BLASCO IBANEZ

dnde detenernos..., nos ha dicho uno de los soldados quienes interrogamos. Segn contaban los prisione- ros, la infantera enemiga estaba aniquilada y hasta los vigas haban abandonado sus abrigos.

No solamente la infantera alcanz fcilmente sus objetivos casi sin prdidas citar una compaa que no tuvo mas que un muerto y un herido , sino que lo rebas 300 metros en un punto. Slo se le haba pe- dido que mantuviese la cresta en el sitio donde se hallaban nuestras antiguas posiciones, pero las tro- pas instalronse ms hacia adelante, asegurando de este modo una visualidad perfecta sobre el bosque de Malancourt, las pendientes traseras de la cota 304 y el Mort-Homme. El enemigo se haba visto com- pletamente des- amparado. Se le hicieron ms de 500 prisioneros, entre ellos ocho oficiales, perte- necientes tres divisiones dife- rentes.

IV

Continuacin de los combates en el frente francs hasta el 51 de Julio.

La batalla continu sin in- terrupcin lo

largo del Chemin des Dames, con el mismo ritmo de costumbre: caoneos durante el da, ataques alema- nes durante la noche. Los comunicados repetan dia- riamente los nombres de Braye, Cerny, Hurtebise, meseta de California, Craonne, etc., mencionando siempre los mismos combates. En estos sectores los franceses rechazaban asaltos alemanes iban recon- quistando trozos de terreno.

Al amanecer del da 22, los alemanes intentaron una vez ms tomar las mesetas situadas entre Hurte- bise y Craonne. Nuevamente el kronprinz hizo diez- mar intilmente sus divisiones. La lucha de artillera prosegua con gran violencia desde la espina de Che- vrigny hasta el Sur de Corbeny, es decir, en un frente de ms de quince kilmetros. Al mismo tiempo los lo- ches ensayaron no menos intilmente obtener alguna ventaja al Norte de Verdn, en la orilla derecha del Mosa. La infantera alemana, que haba logrado pe- netrar durante un momento en algunas trincheras al Norte de Bezonvaux, fu vivamente rechazada por los contraataques franceses.

EL GENERAL LEBOCQ Y EL CORONEL ROZIER EN LA COTA 304

El comunicado oficial francs del da 22 deca as: La batalla ha continuado durante toda la jornada con extremada violencia, en la regin de Hurtebise- Craonne, bajo un bombardeo de una intensidad inau- dita. Numerosas bateras alemanas en accin han sido descubiertas por nuestros observadores. Los alemanes han realizado principalmente sus esfuerzos sobre las mesetas de las Casamatas y de California, las que han atacado sin descanso y con grandes efectivos. Nuestras tropas han resistido con una bravura admi- rable, luchando cuerpo cuerpo y contraatacando con vigor. El enemigo, rechazado diferentes veces de la meseta de las Casamatas, donde se haba asido, ha

sufrido enormes prdidas. En la meseta de Cali- fornia , los ale- manes, tras re- petidos fraca- sos, han logrado penetrar lti- ma hora de la tarde en nuestra primera lnea, donde el comba- te contina con gran encarniza- miento.

Nada de par- ticular en el res- to del frente, salvo en Cham- paa y en la ori- lla izquierda del Mosa, donde la actividad de la artillera se mantiene con bastante intensidad y violencia.

Comentando la situacin en la meseta de Craonne, deca un notable crtico militar:

Aumenta sin cesar y cada vez con mayor eviden- cia el parecido entre los combates que se libran ac- tualmente en la meseta de Craonne y los que se suce- dieron ante Verdn, sobre todo en Mayo y Junio de 1916. Seguramente, el kronprinz no se persuadi, cuando el fracaso de Verdn, de que el mtodo no era bueno, y renueva el mismo sistema. Son las mismas ganancias paso paso, el mismo procedimiento de ocupacin de un primer punto de las trincheras se- guido de las mismas tentativas de ampliacin. Nada hay, incluso la eleccin de los puntos de ataque, que no proceda de los principios de 1916. Primeramente aposentarse en una cavidad que escape en lo posible la accin de los fuegos del adversario y que propor- cione un punto de partida para los ataques siguien- tes. Recurdese el papel que jug ante Verdn el ba- rranco del bosque de los Cuervos, de donde partan todos los ataques contra el Mort-Homme. Recurdese

HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA

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tambin el papel jugado por el .barranco de Vaux, en cuyo fondo haba logrado incrustarse el enemigo, y desde donde diriga todos los ataques contra Fleury. Este alojamiento en el fondo de una cavidad favora- ble para lanzar nuevos ataques parece ser el primer tiempo de la tctica del kronpriuz. El segundo tiempo es, sin duda, la ampliacin lateral de la posicin. Bajo este aspecto, el ejemplo de Verdn es realmen- te notable. Ante el barranco de. Vaux, el kronprinz tena que forzar al centro una depresin obstruida por un pueblo y dos alturas. Comenz por la depre- sin, para deslizarse as entre las alturas y asaltarlas inmediatamente de revs. Por ltimo, el tercer tiempo era forzar estas dos alturas en el sitio donde se es- trangulan for- mando un istmo. Tomando este istmo se corta de raz, por as decirlo, la grue- sa masa de la meseta. As era cmo, elevndo- se del fondo del barranco de Vaux sobre el estrecho istmo, en cuyo dorso se halla el pueblo de Fleury, los alemanes inten- taban desbordar por el Oeste la gran meseta, di- fcil de atacar,- donde estaba situado el pueblo de Souville.

Examinemos ahora las dos grandes tentativas que el kronprinz acaba de hacer los das 19 y 22 sobre la meseta de Craonne. El parecido es evidente.

El da 19 los alemanes lograron alojarse en la de- presin que separa la meseta de las Casamatas de la de California.

El da 22 intent ampliar su ganancia penetrando en estas dos mesetas. Fracas en las Casamatas, pero pudo instalarse en la primera lnea de trincheras de la meseta de California. En cuanto al tercer tiempo de esta tctica, que sera franquear el istmo creado entre las mesetas y lanzarse al ataque de Craonne sobre el revs Sur, entra en sus propsitos tau evidentemente, que esta intencin ya ha sido sealada en un relato oficial francs.

Qu vale el mtodo? Es muy difcil decirlo. En Verdn necesit cinco meses para aproximarse Souville, que era la llave de toda la posicin, y que no pudo ser abordada. Despus de estos cinco meses, la operacin fu desviada definitivamente por la batalla

EL GENERAL LEROCQ EX SU CAMPAMENTO

del Somme. El mtodo del kronprinz es seguramente lento y costoso.

El da 19 qued diezmada la V divisin de la Guar- dia. Esperemos.

Como era natural, los alemanes prosiguieron su ofensiva al Norte de Craonne, caoneando violenta- mente todas las posiciones francesas. Pero el comu- nicado oficial francs del da 24 deca:

Esta maana hemos contraatacado vigorosamen- te las tropas alemanas que ocupaban, despus de los rudos combates de anteayer, nuestros elementos de primera lnea sobre las mesetas de las Casamatas y de California. Realizado con un ardor extraordina- rio, el ataque dio brillantes re- sultados. No obs- tan te la encar- nizada defensa opuesta por los alemanes, nues- tros soldados han reconquis- tado todo el te- rreno perdido en la meseta de Ca- lifornia, excep- to una pequea forti fie acin completamente destruida del sa- liente Noroeste y abandonada por ambos ad- versarios. En la meseta de las Casamatas he- mos arrojado al enemigo de todos los elementos que mantena, inclu- so hemos avanzado nuestra lnea en muchos puntos. Mltiples ataques alemanes lanzados de nuevo sobre las trincheras reconquistadas no pudieron obtener ningn resultado.

Como se ve en este comunicado, la tentativa del kronprinz imperial para tomar de nuevo el grupo de mesetas situadas entre Hurtebise y la punta Este de la meseta de California termin el 'J4 de Julio con uu memorable fracaso. El bombardeo preparatorio de la accin dur toda la noche, cubriendo las posiciones francesas desde la regin de Cerny, al Oeste, hasta la Ville aux Bois, al Este. Las bateras alemanas se ha- llaban alineadas sobre el arco formado por el valle del Ailette, la posicin de Berrieux, la de Suvincourt y el Norte de Herry-au-Bac. k las cuatro de la madru- gada el bombardeo alcanz una intensidad extraordi- naria, intensidad que ya no decreci durante toda la maana.

Un corresponsal de Le Journal detallaba el nme- ro de las piezas alemanas puestas en batera. El sec-

:^-'

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VICENTE BLASCO IBAEZ

tor de ataque presentaba unos 5 kilmetros de frente. La densidad de las bocas de fuego era de 52 unidades por kilmetro, esto es, 260 ante el sector. Despus de esta avalancha, las tropas alemanas lanzronse al asalto, logrando instalarse en las dos mesetas, pesar de la tenaz resistencia que oponan los franceses.

Esto haba entraado desde luego grandes prdi- das. La visibilidad era excelente; los observadores situados al Sur de Craonne contaban (en el sector de 150 grados que representaba para ellos el campo de

organizarse en el terreno ocupado, siendo inmediata- mente bombardeadas con terrible violencia. En la maana del da 24, despus que los alemanes, asidos las mesetas, sufrieron un bombardeo interminable por su intensidad y por su duracin, las tropas frau- cesas se lanzaron al avance, reconquistando todas las posiciones perdidas dos das antes y acosando de nue- vo al enemigo sobre las pendientes que descienden hacia el Ailette.

He aqu cmo comentaba un enviado especial de

LA COTA 304

batalla) once globos cautivos alemanes. Las piezas francesas hacan, por una parte, accin de contra- batera, y por otra, obstrucciones muy densas, que llegaban justamente hasta el flanco Norte de las mese- tas, en el frente de las lneas alemanas. Por supuesto, que esta accin obstructora era muy difcil de eje- cutar.

Sin embargo, los franceses obtuvieron excelentes resultados. Varias olas loches de asalto fueron sega- das y dispersadas su salida de las trincheras, sin haber logrado alcanzar las nuestras. Tropas prusia- nas de refuerzo sealadas por los aviadores france- ses en el valle del Ailette fueron hostilizadas furiosa- mente. Pero cuando el asaltante comenz verdade- ramente sufrir fu una vez estuvo conquistada la posicin. Despus de haber abierto la brecha fueron retirados los stoss-truppen. Las tropas comenzaron

Lr Tmps el fracaso de los alemanes en la meseta de Craonne:

Desde el punto en que nos encontramos, domi- nando con la mirada el inmenso campo de batalla que se extiende del Oeste de Cerny al Este de Craonne, es fcil imaginar con bastante exactitud lo que hubo de ser el formidable ataque enemigo que desde hace una semana ocupa un lugar preferente en los comunicados. Recurdese primeramente que el campo de batalla es esa escarpadura del Aisne cuya cumbre, plata- forma muy irregular, tiene diversas configuraciones, llamadas meseta de California y meseta de las Casa- matas, y que recorra, partir de Hurtebise, antes de que el terreno estuviese completamente revuelto, el Chemin des Dames.

raz de sus primeros ataques, que comenzaron el da 19, el enemigo consigui apoderarse de nes-

HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA

29

tras primeras lneas, situadas en- tre California y las Casamatas, en el mismo sitio donde la loma se es- trecha. Hoy ('4 de Julio) no sola- mente no ha logrado aumentar esta ganancia, sino que se ha visto obli- gado abandonar la mayor parte de este estrecho saliente. He aqu, brevemente expuesto, el resultado de esta batalla de seis das, donde los alemanes, confiando en el es- fuerzo dado por su artillera y por su infantera, esperaban poder con- quistar la meseta de Craonne, con todos los observatorios que el bor- de Sur de esta meseta proporciona sobre el valle del Aisne.

Para alcanzar este objetivo nada haban regateado. Una artillera de todos calibres lanz sobre la cres- ta y sobre el valle millares y milla- res de toneladas de proyectiles. La frase de todos nuestros combatien- tes que vivieron los trgicos meses de 1916 era: Esto nos recuerda Verdn.

Las tropas asaltantes y las de reserva constituan ms de 80.000 hombres, saber: tres divisiones pru- sianas, tres divisiones vestfalianas, una divisin b- vara y una divisin badense. Entre estas divisiones, la V de la Guardia dio de s toda su brutal energa. Pero antes de que transcurra mucho tiempo ya no la podr dar ms. Su jefe, el general Von der Osten, difcilmente encontrar al 3. e1 ' regimiento de grana- deros de la Reina Elisabeth, al 3." pie y ese '20. " re- gimiento brandeburgus que, antes de ser incorpo-

PUISIONEUOS ALEMANES

EL GENERAL LEBOCQ Y EL CORONEL BOZIBB ENTRE UN SH.UPO DE Ce IMIIATIENTES

rado la Guardia, se crea superior toda tropa de lite.

El esfuerzo capital del enemigo verificse entre Craonne y el Oeste de las Casamatas. Slo le opusi- mos una mnima parte de infantera; pero nuestra artillera, por su accin constante y nutrida, hizo fra- casar casi todas sus tentativas. Durante cuatro das y cuatro noches, el valle del Ailette y el del Aisne fue- ron un vasto terreno llameante y humeante. El peli- gro estaba en todas partes, no solamente en las pri- meras lneas, sino tambin ms lejos, aun detrs de estas lneas. En las ambulancias que visitamos hemos visto combatientes de California y de las Casamatas, y bravos mu- chachos que, llevando rancho para sus camaradas, haban sido alcan- zados en la llanura muchos kil- metros del lugar del combate. Peor ocurri en las lneas adversarias; compaas enteras aprestadas lle- var refuerzo eran diezmadas me- dida que iban saliendo de sus acan- tonamientos. Las famosas tropas de choque alemanas fueron emplea- das profusamente. En algunos pun- tos incluso rebasaron sus objeti- vos, pero dado este caso, cayeron bajo su fuego de obstruccin, su- friendo prdidas considerables y re- fluyendo desordenadamente, de tal modo, que contribuyeron .sembrar el pnico entre las tropas de apoyo que las seguan.

La artillera alemana emple toda clase de calibres, incluso del

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VICENTE BLASCO IBAEZ

420; pero prevalecieron del 150, del 10.") y del 77. En el momento en que pudimos observar el campo de ba- talla, la accin haba amainado mucho. La maana anterior habamos arrojado los alemanes de algunas posiciones que todava ocupaban al Nordeste de Cali- fornia. Su resistencia haba sido muy dbil. Bien es verdad que haba lanzado contra nosotros sus mejores tropas, pero hay que contar que estas tropas se halla- ban extenuadas por cinco das consecutivos de ince- santes combates.

Lo ms notable de este xito es la incomparable valenta desplegada por nuestros regimientos. Ya se ha dicho millares de veces, y en todos sentidos, que el soldado de Francia es admirable. Pero con todo y con eso, an no se ha dicho bas- tante. Las tro- pas francesas que acaban de resistir al formi- dable asalto li- brado por el ene- migo en la ribe- ra escarpada del Aisne tienen de- recho las acla- maciones de to- do el pas. Pero el nico modo honrado y digno de rendirles ho- menaje es el de trabajar por ellas. Cuidemos nuestros h- roes, no les de- jemos sin armas, sin socorros. Es

preciso haber visto marchar la batalla al soldado francs verle regresar de ella, para poder apreciar en todo su valor la deuda que diariamente contrae- mos con l. Trabajemos para nuestros combatientes, cada cual con sus medios, pero con todos nuestros medios.

Los combates, acompaados de un bombardeo bas- tante intenso sobre la meseta de Hurtebise y al Sur de Ailles, prosiguieron durante toda la jornada del 26, sin permitir los alemanes el menor avance; en mu- chos puntos los franceses recuperaron el terreno que baban perdido durante la noche.

En el sector de Champaa los ataques que los pru- sianos haban repetido intilmente por la maana fueron seguidos durante la tarde por un violento bom- bardeo, que se extendi, la izquierda, hacia el monte Blond, y la derecha, hasta las inmediaciones del Casque. La artillera francesa respondi enrgica- mente, imposibilitando toda salida de la infantera alemana.

MANIFESTACIN FRANCO-NORTEAMERICANA EN UNA ESCUELA COMUNAL

En ambas orillas del Mosa la artillera demostraba gran actividad. Para el resto del frente no sealaban nada los comunicados.

Los combates prosiguieron, limitados bombar- deos, ataques y contraaques, hasta el 31 de Julio, fecha en que las tropas francesas, habiendo pasado el canal del Yser, iniciaron, en combinacin con las tropas britnicas, una gran batalla que tom el nom- bre de batalla de Flandes.

Llegados al trmino de este ciclo, dejamos para ms adelante la continuacin del relato de las ope- raciones realizadas por las tropas francesas. Vamos examinar un nuevo aspecto de esta lucha, cuya so- lucin continuaba siendo an tan indecisa.

V

Situacin polti- ca y diplom- tica. Crisis interioren Ale mania.

El 7 de Julio de 1917 ocurri en el Reichstag un hecho que iba tener honda influencia en la marcha poltica de Alemania. M. Erzberger, diputado socia- lista, que acaba- ba de pasar una larga tem- porada en Suiza,

atac vivamente al gobierno, dando entender que el grupo del centro se adhera la frmula socialista sin anexiones ni indemnizaciones^). Este cambio re- pentino del grupo central modific por completo la situacin, dando lugar uua grave crisis que deba entraar la dimisin del tristemente clebre canciller M. de Bethmann-Holhveg.

ste se hallaba presente en la sesin. Despus que hubieron hablado el ministro de la Guerra y el de Marina, el canciller tuvo que responder un verda- dero interrogatorio que intent evadir aludiendo las grandilocuentes declaraciones que haba hecho en el Keichstag tres meses antes. Bethmann-Holhveg ter- min declarando que se negaba prometer una paz sin anexiones ni indemnizaciones.

Entonces M. Erzberger pidi enrgicamente al go- bierno alemn declaraciones categricas respecto los objetivos de guerra. continuacin describi la situacin poltica y militar, criticando, apoyado en minuciosas explicaciones, el modo de conducir la gue-

HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA

31

rra submarina. Despus de haber hablado de uu viaje Viena, donde recibi impresiones muy pesimistas, M. Erzberger dijo:

La mayora del partido socialista alemn pide, para continuar prestando su apoyo al gobierno, que este ltimo haga una declaracin contra una poltica de anexiones, prometiendo adems introducir el rgi- men parlamentario, pues el desarrollo de la democra- cia alemana est en marcha y nada podr detenerlo. El gobierno mantiene su punto de vista del 4 de Agosto de 1914, segn el cual declaraba comenzar una guerra defensiva? >>

El orador acab afirmando que se impona la dimi- sin de todo el gobierno, particularmente la del mi- nistro de Mari- na, causa de la lamentable accin de los su- mergibles, ac- cin contraria al derecho de gen- tes.

Entonces in- tervinieron va- rios diputados conservadores. Uno de ellos dijo que sobre la asamblea so- plaba un vien- to de locura, y propuso al Reichstag con- vocar ante' una comisin los generales Hin- denburg y Lu- dendorf, con el

fin de que estos ltimos pudiesen dar explicaciones. Esta mocin fu aprobada.

En la noche del mismo da, M. de Bethmann-Holl- weg celebr una entrevista con el emperador (uiller- mo II. Este recibi inmediatamente al mariscal Hin- denburg. continuacin fueron llamados igualmente palacio el general Von Stein, ministro de la Guerra, el almirante Von Capelle, ministro de Marina, y el doctor Hellfferich, ministro del Interior.

Los diversos partidos del Reichstag tambin cele- braron reuniones particulares.

Al da siguiente la prensa habl abiertamente de un cambio de canciller. Como era de suponer, la agen- cia Wolff se esforzaba en combatir el efecto que ha- ban producido en el extranjero las noticias concer- nientes la crisis poltica alemana. Respecto los debates del sbado (da 7) en el Reichstag deca la agencia Wolff , la prensa ha hecho circular rumores inexactos. Estos rumores son invenciones arbitrarias, puesto que los debates han sido secretos y la comi-

EL .MARISCAL JOFFEE Y EL GENERAL I'ERSHINli

sin se ha abstenido de hacer pblicos sus debates. Sin embargo, las informaciones privadas proceden- tes de Berln y la lectura de los grandes peridicos acusaba el ambiente tempestuoso que se cerna en Alemania.

El Vorroaerts, rgano central del partido social- democrtico alemn, en su artculo de fondo del 7 de Julio hablaba abiertamente de la crisis, bajo este ttulo, impreso con caracteres alarmantes: Las difi- cultades de la situacin interior. Este artculo ter- minaba as:

Nuestra situacin tiene cierto parecido con la de aquel jinete de los Fliegeiiden Bloetter, quien, cuando se le preguntaba: Dnde vas, Mayer?, responda

con modestia: No lo s. Pre- guntdselo mi caballo. Pero hay que com- prender que los momentos son demasiado gra- ves para que se pueda pregun- tar: .Quo vadis Germania?

El mismo da, la Gacel te de Voss formulaba esta pregunta: El Reichstag aprueba des- aprueba la pol- tica de la nica autoridad res- ponsable del Im- perio? Y aa- da: Se impone que el Reichstag comprenda que el nico modo como l podra ejercer una eficaz actuacin poltica sera exigiendo el cambio del sistema empleado hasta aho- ra. Si el sistema es malo, debe desaparecer.

En la misma fecha, el corresponsal berlins del peridico suizo Demires Noucelles de Munich, deca que en los centros parlamentarios y gubernamentales se opinaba que, si surga alguna crisis ministerial, M. de Bethmann-Holhveg dimitira su cargo de canci- ller. Sea como fuere, lo cierto es que la situacin era considerada como muy critica.

El diario francs Le Temps haca un breve comen- tario, muy oportuno.

Acaso no sea en Berln deca donde las decep- ciones de Alemania produzcan inmediatamente los resultados ms importantes. Se espera con curiosidad las repercusiones que se dejarn sentir en Viena y en Constantiuopla. Al igual que la nuestra, la coalicin contra la que luchamos no se da un momento de repo- so en lo relativo la necesidad de defenderse en con-

3l>

VICENTE BLASCO 1BANEZ

EN UN CAMPO DE AVIACIN FRANCS

junto. Esta coalicin descansa sobre la fuerza mili- tar de Alemania, sobre su crdito financiero y sobre su prestigio poltico. En lugar de ser una Sociedad de naciones, se parece una cuadrilla, donde cada cual, para obtener su parte de botn, cuenta con la direccin infalible del jefe. Cmo solucionar Ale- mania una crisis el da en que, encargada de trazar la ruta los otros, se disponga a buscar su propio camino?

Das antes de llegar los primeros rumores de la marejada poltica existente en Alemania, Mr. Llojd George deca que si Alemania se democratizaba se negociara con ella desde otro pun- to de vista, aadiendo que todos los gobiernos aliados deberan decir lo mismo.

Le Teuips comentaba as estas declaraciones de Lloyd George:

Qu piensan los partidos demo- crticos de Alemania? Qu opinan los gobiernos aliados? Estas dos pre- guntas tienen un raro privilegio: el privilegio de haber obtenido res- puesta antes de haber sido formu- ladas.

La respuesta de los gobiernos aliados al menos de los que se bailan en lucha directa con Alema- nia est ya en un discurso pro- nunciado el "22 de Mayo en el Con- greso por M. Ribot. El jefe del go- bierno francs, despus de recordar que hay que suprimir ese despotis- mo militar que ha sido la plaga del mundo y que maana podra des-

truir la paz edificada tan penosa- mente por nosotros, aada:

...Si el pueblo alemn compren- de esto, la paz ser ms fcil. He aqu lo que se dijo en Washington por medio del lenguaje elocuente del presidente Wilson, lo que repi- ten los ecos de retrogrado, lo que se halla en el corazn de la demo- cracia francesa.

El recuerdo de estas palabras y de los aplausos que despertaron en la Cmara demuestra que, en sus declaraciones, Mr. Lloyd George expresaba el sentimiento unnime y reflexivo de los aliados. Ahora tiene la palabra el pueblo alemn. A su regreso de la conferencia de Kstocolmo (intil tentativa de con- ciliacin), los social -demcratas (alemanes) han comprendido las ventajas que tendra Alemania cambiando de rgimen. Su rgano principal, el Yorwaerts, ya ha empezado dar razo- nes, formulando, con tanta mayor sinceridad cuanto que era anticipada, la respuesta ms significativa que hubieran podido recibir las declaraciones de Lloyd George.

Por qu Alemania no puede ser lo que era hace tres aos? Por qu no puede vencer como quera hace tres aos? El Vorwaerts escribe:

Tenemos el deber de vencer. Pero no se trata de una victoria de aniquilamiento y de conquista, pues, aun suponiendo que fuese deseable, resultara irreali- zable en presencia de fuerzas diez veces superiores.

LOS TELEFONISTAS DE UNA BATERA

HI5TORi\ DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914

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Se trata do una victoria de conservacin y de defensa que, dada la proporcin de las fuerzas, bastara para los mritos y para la gloria de nuestro pas. Si las nueve dcimas partes del pueblo alemn estn con- vencidas de que esta indispensable victoria encuentra obstculos en la organizacin interna de nuestra Cons- titucin, quin se atrevera impedir allanarlos?*

He aqu un primer equvoco. Si los aliados desean una reforma interior de Alemania, es porque el rgi- men actual ha premeditado y desencadenado la gue- rra. En suma, la Socialdemocracia reprocha al rgimen actual uo saber obtener una victoria. Y el Vorroerts insiste: Si Alemania es gobernada democrticamen- te, no slo aumentar sus fuerzas defensivas para las ltimas fases de la guerra mundial, no solamente vislumbrar la pers- pectiva de llegar ms pronto la paz, sino que se encontrar en me- jor situacin durante fufaras ne- gociaciones de j)a;.

Segundo equvoco. Si los aliados prefieren tratar con una Alemania democratizada, es porque esperan obtener una paz duradera. Pero la Socialdemocracia slo busca una paz ms ventajosa.

En tanto que no se hayan disi- pado estos equvocos, ser intil que la Democracia de los aliados y la Socialdemocracia alemana ha- blen, cada cual por su parte, de re- formas, de emancipacin y de paz. Emplearn las mismas palabras en sentidos diferentes, y esta confu- sin casi siempre redundar en be- neficio del militarismo prusiano.

No pretendemos ciertamente que los socialistas alemanes, imitando los pangermanistas, representen una paz democr- tica como la peor de las calamidades por que pu- diera pasar Alemania; esto no sera conforme la verdad ni favorable los progresos de la democracia del otro lado del Rhin; pero pensamos que si ellos quieren realmente rendir un servicio su pas y la causa de la paz, no deben limitarse presentar argu- mentos egostas. Parecen olvidar que en esta guerra, ante todas las cuestiones de inters, hay problema moral, sin cuya solucin jams se podr llegar un acuerdo satisfactorio.

Los alemanes que reclaman reformas interiores no tendrn crdito alguno fuera ni probabilidades de vencer dentro en tanto que continen solidarizados coa el crimen cometido en Berln en los ltimos das de Julio de 1914.

La Socialdemocracia no encontrar crdito fuera, pues nadie confiar en las declaraciones pacficas de un partido que se niega pedir cuentas los autores de la guerra, de un partido que toleraba an, el l'J de

TOMil VII

Junio, el escandaloso lenguaje del diputado socialista Heine. Cuando llega una guerra deca este dip do , un pueblo no tiene neis remedio que hacei lo posible para protegerse. Poco importa saber quin

es responsable de la guerra. La frmula segn la cual las guerras de agresin son condenables y las guerras defensivas justificadas es una frmula inspida. >>

Estas palabras cristalizan una situacin por la que la Socialdemocracia se halla daada desde el Agosto de 1914, y la incapacita para emancipar Ale- mania. Sin embargo, un socialista alemn de la mi- nora, M. Bernstein, acaba de declarar en una re\ sta suiza que sera exponerse al dicterio de cobarda mo- ral si se renunciaba depurar responsabilidades, i

UNA ANTIGUA TRINCHERA ALEMANA ATRAVESANDO UN CEMENTERIO

responsabilidades personales que han dado origen la guerra. M. Bernstein ha sostenido la misma opinin en la conferencia de Estocolmo, en nombre de todos sus colegas de la minora. Qu repercusin tendrn sus declaraciones en Alemania? Tal es tambin la pregun- ta que se impone despus de las de Lloyd George

Al principio de este captulo ya hemos visto cmo empezaban responder los socialdemcratas alema- nes en el Reichstag por boca de M. Erzberger, uno de sus ms caracterizados adalides.

VI

Contina la agitacin poltica. Dimisin de Bethmann-Hollweg. El nuevo canciller

En los das siguientes, la prensa alemana, obliga- da sin duda por el gobierno, intentaba atenuar la im- presin producida por los incidentes polticos del 7 de

34

VICENTE BLASCO IBANEZ

Julio. Algunos peridicos proclamaban que el dipu- por mviles de conquista, sino para defenderse y ase- tado socialista Erzberger, en sus ataques contra el gurar su porvenir; se confirmara el deseo de paz de gobierno, no haba sido fiel intrprete del sentir de Alemania, pero tambin su firme resolucin de prose-

su partido. las protestas del conde Westarp, que en nombre de los conservadores haba declarado que despus del discurso de M. Erzberger quedaba im- posible toda colaboracin entre la derecha y el cen- tro, M. Spahn, jefe del grupo centrista, respondi que M. Erzberger haba hablado por cuenta propia, pues el centro no haba tomado an semejante decisin.

La agencia Wolff, en su acostumbrada tendencia desvirtuar los hechos, publicaba la siguiente nota:

Los oradores que tomaron la palabra en la comi- sin principal del Reichstag, durante la dis- cusin sobre la poltica exterior interior, la- mentan que los debates que tu- vieron lugar el sbado ltimo (7 de Julio) no ha- yan continuado siendo estricta- mente confiden- ciales, y que una parte de la pren- sa haya dado re- seas errneas inexactas de lo ocurrido.);

El lunes, da 9, la comisin prin- cipal del Reichs- tag - continu, en

CAMPO DB PRISIONEROS EN UU3EN (ALEMANIA)

guir la guerra todo trance si los enemigos no que- ran adoptar como base de paz el programa preseutado grandes rasgos por las potencias centrales en la Nota de Diciembre de 1916.

En cuanto al cambio de canciller, era considerado como una cuestin relativamente secundaria; lo esen- cial era que fuese precisada la poltica exterior interior del gobierno con arreglo los deseos del Reichstag.

El Journal des Dbats aventuraba juicios muy ra- zonables.

El pueblo ale- mn deca en- tre otras cosas , quien sus go- bernantes ha- ban prometido en el mes de Fe- brero ltimo (1917) la capitu- lacin de Ingla- terra tres meses despus, obser- va que ya han transcurrido desde entonces ms de cinco meses, y que si bien Inglaterra y Francia han sido molestadas por la prdida de numerosos barcos, no han

presencia del canciller, de los secretarios de Estado y podido ser detenidas en su impulso ni desanimadas de numerosos miembros del Consejo federal, el debate en lo ms mnimo. El pueblo alemn sufre en su ali- sobre poltica interior y exterior. Las deliberaciones mentacin infinitamente ms que el nuestro. Y lo peor fueron secretas. El canciller contest extensamente es que no vislumbra cundo ni cmo acabarn sus los diferentes oradores. Despus, M. Fehrenbach, di- sufrimientos. Poco poco va perdiendo la confianza putado del centro, defendi enrgicamente su com- en las promesas de sus jefes. Lo cierto es que ya ha paero M. Erzberger, declarando que la mayora de perdido la esperanza de compensar con ventajas pro- Ios diputados del partido del centro compartan las porcionadas los sacrificios crecientes que sufre. Una opiniones de este ltimo. Termin pidiendo que se prueba evidente de ello es la actitud adoptada por diese Ja poltica interior una nueva orientacin. M. Erzberger en la comisin del Reichstag. Si este El da 10, los diferentes grupos del Reichstag con- diputado del centro, que antes fu un decidido coope- tinuaron celebrando numerosas conferencias, las rador de los pangermanistas, obliga ahora Bethmann- que cada fraccin, excepto la de la minora socialista Holhveg declararse couforme con una paz sin ane- y la de los conservadores, enviaba cuatro delegados, xiones ni indemnizaciones, es que ste reconocer la Concluyse un acuerdo con las bases siguientes. Se absoluta imposibilidad para Alemania de imponer las adoptara una frmula definiendo que el canciller unas las otras.

continuase fiel al punto de vista del 4 de Agosto Personalmente. M. de Bethmann-Hollweg es objeto

de 1914 (1); que Alemania guerreaba impulsada, no de muchos ataques. Pero su personalidad tiene escasa

,., , ,, , , , , , , . ,. importancia. Es un instrumento del emperador. Si

(1) El canciller Bethmann-Holhveg declaro el 4 de Agosto r . . ' .

de 1914 que el Imperio haca, no una guerra de conquista, dimteles que este habr juzgado oportuno arrojarle

sino una guerra puramente defensiva. de SU Sitial.

HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914

35

En la maana del da 10, el emperador Guillermo rra sin conocer antes las explicaciones del gobierno.

El jefe del partido conservador, conde Westarp,

recibi en audiencia al canciller Bethmanu-Holhveg, el cual estuvo informndole de los acontecimientos por espacio de varias horas.

Segn el Lokal Anzeiger, M. de Bethmann-Holhveg se defeudi enrgicamente de los ataques de sus ad- versarios, afirmando que Alemania deba mantener toda costa su lnea de conducta. Reconoci que las dificultades eran grandes, pero dijo que las de los enemigos de Alemania no eran menores, y que si sta se revesta de energa, era indudable que obtendra la paz con arreglo sus deseos. El canciller acab declarando que estaba muy lejos de desear mante- nerse en su pues- to, y que lo esen- cial era proteger Alemania de todo cuanto pu- diese daarla, razn por la cual consideraba oportuno uo di- mitir su cargo de canciller.

En la noche del mismo da, el emperador llam Berln al prncipe herede- ro. ste lleg al da siguiente, en tren especial, procedente del frente, y en se- guida inauyur-

*. . piro! y

se una sesin del Consejo de la

( orona, bajo la presidencia de Guillermo II y con asis- tencia del kronprinz Federico.

Un comunicado oficial publicado en Berln el da 11 daba conocer que el emperador haba dicho, con respecto las reformas polticas interiores pedidas por el Reichstag, que estas reformas tenan un carc- ter que no concerna solamente l, sino tambin su sucesor.

El da 11, por la tarde, se reanudaron las sesiones en el Reichstag. El partido conservador solicit la aprobacin de nuevos importantes crditos de guerra sin esperar la solucin de la crisis poltica; pero el jefe del partido del centro, M. Spahn, se opuso, diciendo en el Congreso de la paz en la misma mesa donde es-

pidi al Reichstag que se votasen inmediatamente sin discusin todos los crditos de guerra pedidos por el gobierno, calificando de antipatritica la proposicin Spahn y aadiendo que la situacin exiga que el lieichstag votase los crditos incondicionalmente.

Al verificarse la votacin, el Reichstag aprob la proposicin Sphan, con los votos en contra, desde luego, de los diputados afectos al partido acaudillado por M. Westarp.

El da 13, el mariscal Hindenburg y el general Ludendorf fueron llamados por el emperador para

confere nciar con los jefes de partido. Inme- diatamente des- pus de su llega- da Berln, acu- dieron al pala- cio imperial, donde celebra- ron una extensa entrevista con el kronprinz Fede- rico. Las confe- rencias entre los jefes de las frac- ciones parla- mentarias del Reichstag Hin- denburg y Lu- dendorf tenan que haberse ce- lebrado en la tar- de del 13, pero un telegrama re- cibido este mismo da en Suiza procedente de Berln deca: Todava no han sido autorizadas las conferen- cias entre el mariscal Hindenburg, el general Luden- dorf y los jefes de partido.

Como se ve, la situacin era bastante ambigua. Segn informes recibidos el da 14, M. Zimmer- mann, secretario de Estado, haba dimitido, decla- rando responsable, raz de este hecho, al canciller Bethmann-Holhveg de todos los fracasos diplomti- cos sufridos desde el principio de la guerra. En sus declaraciones, M. Zimmermann atrevise incluso proferir que ningn diplomtico consentira sentarse

FARMACIA EN EL CAMPO DE PRISIONEROS DE GUBEN

que era menester que todo el Reichstag adoptaso igual actitud que la comisin principal, es decir, que renun- ciase discutir nada sin conocer antes la solucin que se propona dar el gobierno la crisis poltica.

M. Scheidemaun, otro de los socialistas que ha- ban asistido la conferencia de Estocoluio, apoy la proposicin de M. Spahn, aadiendo que sera un acto indigno del Reichstag votar los crditos de gue-

tuviese el hombre que haba pronunciado la famosa frase de los papeles mojados.

El centro continuaba atacando despiadadamente M. de Bethmann-Holhveg. No hubiera habido cri- sis deca la Gaceta de Colonia si el canciller hu- biera comprendido ya que debe retirarse. Ks un obs- tculo para la paz.

Por su parte, deca la Gaceta de Voss: La agr-

:;r,

VICENTE BLASCO IBAEZ

GRUPO DE LA JUGK.NDWKHH ALEMANA

vacin del actual estado de cosas se debe que M. de Bethmann-Holhveg intenta cubrirse s misino en lugar de cubrir al emperador.

Con todos estos antecedentes se comprender, pues, que era inevitable una crisis de cancillera.

D

En efecto. El 13 de Julio, M. de Bethmann-Holhveg entreg al emperador Guillermo su dimisin.

A continuacin hizo lo propio el general Von Stein, ministro de la Guerra de Prusia. Con respecto la dimisin del canciller, la opinin alemana crea un- nimemente que sera aceptada por Guillermo II. En este sentido se expresaba el Toegli- che Rundschau,, El Germaida opi- naba que seguiran al canciller en su dimisin muchos secretarios de Estado.

En esta poca, M. de Bethmann- Holhveg contaba sesenta y un aos. Despus de una larga carrera pu- ramente administrativa, haba sido llamado, en 1905, ocupar el Mi- nisterio del Interior. En Mayo de 1909 sucedi en el cargo de cauci- 11er M. de Blow.

Habiendo aceptado la dimisin de Bethmaun-Holhveg, el empera- dor, sorprendiendo una vez ms sus subditos, nombr canciller al comisario prusiano de Abasteci- mientos.

El nuevo canciller, doctor Jorge Miehaelis, entr en la Administra- cin en 1879 ( los veintids aos),

continuando en ella hasta 1885, en cuya poca se encarg de dirigir la Escuela alemana de Derecho y de Economa poltica de Tokio. Aban- don estas funciones en 1889 para volver ingresar en la magistra- tura prusiana, donde prosigui su carrera judicial. En 1900 reemplaz al prefecto de Lieguitz y en 1902 fu nombrado prefecto de Breslau. A raz de la guerra, el doctor Mi- ehaelis ocup el Subsecretariado de Estado eu el Ministerio de Ha- cienda de Prusia. En 1916 fu nom- brado comisario prusiano de la Ali- mentacin.

Examinemos ahora otra faceta interesante de la descomposicin de la poltica alemana. Nos referi- mos la dimisin del general Von Stein, ministro de la Guerra. Esta dimisin apareca como el primer acto del movimiento de protesta del partido militar y conservador contra la frmula de paz preconizada por el canciller dimisionario de acuerdo con el emperador.

Evidencibase, pues, claramente que la cuestin poltica iba cristalizndose en una lucha entablada entre los partidarios de la guerra defensiva, primera etapa de la paz sin anexiones ni indemnizaciones, y los representantes irreductibles de la llamada paz alemana, es decir, de la frmula intransigente sus- tentada por el partido pangermanista.

Comentando el cambio de canciller, deca Le Temps en su artculo de fondo:

TROPAS DE RESKtVA EN IIRKMKN UEUUEANDO K L'.NA REVISTA

historia de la guerra europea de 1914

:;7

Un funcionario sustituye otro funcionario. Al reses entre Rusia y nosotros. Las oposiciones de raza canciller Bethmann-Holhveg, que haba hecho su ca- no bastan por s solas para conducirnos una guerra, rrera en la administracin prefectoral y en el Inte- Nuestras relaciones con el gobierno francs son

rior, sucede el canciller Michaelis, que ha pasado por buenas... Tengo motivos para creer que el actual go- la magistratura, por la administracin prefectoral y bierno francs desea vivir en paz con nosotros... por Hacienda. El lugar apropiado para un verdadero Lo mismo digo de Inglaterra...

jefe contina confindose un ejecutante. Y despus de haber hablado as el canciller, haca

Sin embargo, M. Michaelis parece tener sobre su votar el programa de armamento ms formidable del predecesor dos superioridades. Lleva consigo una pa- mundo; despus de haber obtenido en 191 1 la solucin tente de xito y otra de energa. De xito, en calidad ventajossima para Alemania de todos los problemas de comisario de la Alimentacin; de energa, juzgar asiticos africanos, enviaba sus vil "intu it-uis Rusia, por las palabras que pronunciaba el mes de Marzo Francia y sobre la cabeza de Blgica Ingla- ante la Cmara prusiana: Nadie me har desviar, trra. Ser inflexible. Pero como la suerte de Ale- mania no depende de ninguno de estos des- vos, relativamente se- cundarios, el nuevo can- ciller despierta escaso inters. La atencin ms bien se fija en el canci- ller que desaparece.

M. de Bethmann-Holl- weg se hunde bajo una reprobacin unnime, causada por motivos con- tradictorios. La mayor parte de Alemania, la que quiere la paz, le arroja porque lleva so- bre s el estigma de ha- ber provocado la guerra. Los otros alemanes, los que persisten en querer conquistas, le arrojan porque sospechan que no pueden esperar ms de lo alcanzado. El em- perador, que le conservaba en su puesto para cubrirse, le abandona ahora para preservarse. La justicia est en marcha. Sin ilusiones, pero con una satisfaccin legtima, descubrimos su primer paso.

La Historia ser severa para el hombre que se mar- cha. Dir que Bethmann-Holhveg ha dirigido durante varios aos los preparativos de una guerra agresiva. Dir que despus de haber declinado la responsabili- dad de la agresin, ha intentado cargarla falsamente sobre las vctimas. Entre las tortuosidades poltico- diplomticas de este ex canciller, la Historia reunir pruebas concluyentes de su culpa.

M. de Bethmann-Holhveg saba que los vecinos de Alemania no queran la guerra. Lo saba. El 7 de Abril cuitados de la situacin, celebrando extensas confe-

KL EMPERADOR DE ALEMANIA CONDECORANDO AL ARCHIDUQUE FEDERICO DE AUSTRIA

Qu excusas podr encontrar Bethmann-Holhveg en la posteridad? La Historia dir de l que fu un verdadero malhechor. Lo dice.

Vil

El cambio poltico. La crisis y la guerra submari- na. El abastecimiento de Alemania.- Los comien- zos de Michaelis.

Apenas tom posesin de su cargo M. Michaelis, comenz las gestiones encaminadas resolver las difi-

de 1913, al inaugurar el debate sobre una nueva ley militar, mostraba que las relaciones pacficas entre los pueblos eran cada vez ms estrechas:

Estamos en relaciones cordiales con el gobierno ruso... No conozco ninguna oposicin directa de inte-

rencias cou los representantes del centro, con los radi- cales y con la mayora socialista del Reichstag. Una de las primeras preocupaciones del nuevo canciller fu la reconstitucin del ministerio prusiano.

El da 15, una nota oficiosa de Berln confirmaba

38

VICENTE BLASCO 1BAEZ

la noticia de que la mayora del Reiclistag se haba La opinin deca se fija en el alcance de la

puesto de acuerdo en lo concerniente al programa crisis alemana. En definitiva, es el partido militar de la paz. Este programa haba de ser presentado al quien lagaa, y si bien esta victoria aparece preca-

Reichstag en forma de una mocin. Segn los peri- dicos berlineses, la mocin de paz sobre la que la ma- yora (socialistas, radicales y uua parte del centro) se haba puesto de acuerdo, deca esencialmente:

Prximo el advenimiento del cuarto ao de gue- rra, el Reichstag declara: Al igual que el 4 de Agosto de 1914, Alemania no ansia conquistas. Slo ha em-

ria frente un Reichstag que ya comienza a com- prender, aun conservando su timidez y sus vacila- ciones, no es menos conveniente vislumbrar sin ilu- siones vanas las consecuencias de la continuacin de una lucha sin cuartel.

Eu lo concerniente la guerra submarina, el dia- rio oficioso Berlitier Tageblatt ya se ha cuidado hace

puado las armas para defender la independencia pocos das de desengaar quienes de entre nosotros integridad de su territorio. El Reichstag desea una esperaban cierta atenuacin en las operaciones pro- paz duradera con la Entente y una reconciliacin en- seguidas contra los navios mercantes beligerantes tre los pueblos, sin pensar en las conquistas territo- neutrales, con la despiadada crueldad conocida. Se-

riales obtenidas por medio de la violencia. Las medidas violen- tas de orden eco- nmico, poltico y financiero son inconciliables con una paz se- mojante. El Reichstag re- chaza todo plan que tienda al aislamiento eco- nmico de los pueblos despus de la guerra, re- clama absoluta libertad de los mares y apoyar todo proyecto de organizacin del derecho interna- cional. Aunque sus enemigos se

nieguen por espacio de largo tiempo aceptar una paz semejante, Alemania se halla resuelta mante- nerse unida inquebrantablemente y resistir, tanto para la defensa de su vida y de su desarrollo como para la de sus aliados.

Al decir de la Gaceta de Voss, los delegados del Comit partidario de la paz alemana votaron el mis- mo da uua resolucin protestando enrgicamente con- tra la frmula de paz preconizada por la mayora del Reichstag. La resolucin paugermanista deca, entre otras cosas: La paz pedida por los diputados de la izquierda y del centro eliminara para siempre Ale- mania de la fila de las grandes potencias y consagra- ra su derrota econmica y su ruina.

\ mediados de Julio, el Journal des Debis pu- blic un notable artculo firmado por el almirante francs Degouy, donde se estudiaba la infiuencia ejer- cida por la guerra submarina eu la crisis alemana.

PRACTICAS DB ESCRITURA. CON LA MANO IZQUIERDA A LOS SOLDADOS ALEMANES CONVALECIENTES

gn afirma el diario prusiano, sin duda un poco temerariamen- te, los resulta- dos de la guerra naval as reali- zada dan plena satisfaccin nuestro Estado Mayor naval, incluso reba- san sus esperan- zas...

Algunos na- vios daneses que se haban aven- turado tomar cargamento pa- ra Inglaterra fueron hundidos fines de la se- mana pasada, para demostrar los neutrales del Norte que Alemania no tolera que naveguen mas que buques con carga directa indirecta para ella. Esto es sabido. El barco petrolero noruego Con en J- Mohr acaba de dar otra prueba de ello nuestros amigos los norteamericanos. En el fondo de cada uno de los depsitos de aceite mineral que transportaba este buque haban ocultas ciertas cantidades de cobre. La aduana de Nueva York ha puesto buen recaudo este fraude, que justifica las pesquisas ms rigurosas.

Por otra parte, hace ya largo tiempo que vemos proseguir cada vez ms intensamente la campaa de intimidacin contra la marina mercante holandesa y escandinava. Todo es destruido sin misericordia. V para que nos persuadamos bien de ello, nos entera- mos por boca de Suiza que es inminente la entrada en escena del almirante von Tirpitz.

El nmero de los navios ingleses destruidos ha sido mucho menor eu estas ltimas semanas, aunque

HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914

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nuestros enemigos no quieran reconocerlo. Hay mu- chos motivos para ello. El primero es que nuestros aliados han destruido su vez gran nmero de sub- marinos. El segundo es que los norteamericanos nos han facilitado un apoyo tilsimo dndonos buques ligeros. Otro motivo es que, segn parece, el relevo peridico de los submarinos ha sido ms laborioso,

La prensa nacional saluda ya en M. Michaelis al santo Michel alemn. El mundo cutero podr decir con alguna apariencia de razn que nada ha cambiado en Prusia ni en Alemania. Michaelis es el canciller que resistir hasta el fin.

Un corresponsal suizo del Journal des Debis, co- mentando la crisis alemana, se haca eco de esta ex-

ms largo, turbado sin duda por la necesidad de con- pectacin en una crnica titulada El nuevo canci-

centrar en pleno Atlntico, mucho ms pronto que se 11er y los partidos:

pensaba, cierto nmero de unidades de inmersin en- Es todava bastante difcil formarse, por la sim- cargadas de atacar los convoyes de tropas. Como pie lectura de los diarios, una idea exacta de la aco- se comprender, no se puede uu mismo tiempo per- gida que los diferentes partidos dispensan al nuevo seguir los buques mercantes en aguas europeas y canciller del Imperio alemn, acechar los transportes 1.200 millas de las eos- La prensa vacila visiblemente en inclinarse un

tas yanquis.

Creo que la guerra submari- na va sufrir una nueva trans- formacin. Los daneses afirman positivamente que los cru- ceros sumergi- bles de 5.000 6.000 toneladas van entrar en servicio. As, pues, la guerra submarina de alta mar va suceder la gue- rra submarina de las aguas cos- teras, pues stas van siendo cada vez ms peligro- sas para el navio

en inmersin. He aqu una circunstancia que nos obli gara cambiar de nuevo nuestras bateras. Creo que cmo un canciller creado por un acto de voluntad del si bien la captura y destruccin de estos grandiosos soberano de los que le aconsejan podr nunca cola- submarinos va hacerse indudablemente muy difcil borar con el Reichstag, con la representacin elegida mientras operen en la vasta extensin del Ocano, eu por el pas. Los catlicos reservan su opinin y espe- cambio estas nuevas unidades les ser mucho ms ran que obre el canciller. Los liberales nacionalistas difcil escapar los buques aparatos areos que les apenas pueden disimular su desorientacin.

CUERI'O DE BOMBEROS EN EL CAMPO DE PRISIONEROS DE OUBEN

lado otro; aun la que mejor pre- dispuesta pare- ce en favor de M. Michaelis, acompaa su adhesin con in- quietantes re- servas.

Los partidos de la izquier- da reprochan M. Michaelis su carcter y sus costumbres de funcionario, su hostilidad para con las reivindi- caciones de la democracia, y sobre todo la manera como ha sido elegido, sin tener en cuenta para nada la opinin de los partidos. Se preguntan

acechen en las inmediaciones de sus bases, debido que su gran calado no les permitir navegar en inmer- sin por fondos menores de "Jo 30 metros.

Los comentarios que la prensa alemana consagra- ba al nombramiento del nuevo canciller evidenciaban cada vez con mayor claridad que despus de una ex- pectacin de algunos das los pangermanistas haban recobrado confianza y que la casta militar continuaba gobernando. propsito de esto, el Berliner Tage- Watt, que das antes ya esperaba una renovacin en Alemania, escriba melanclicamente:

La Badische Presse escribe:

Se dice que M. Michaelis es de sentimientos pro- fundamente conservadores; pero que, juzgar por todos los cargos que ha desempeado, su actividad revela un hombre que sabe mantenerse aparte de los partidos y que, con una energa de hierro, mar- cha rectamente hacia la realizacin de sus prop- sitos.

Se estima que M. Michaelis posee entera con- fianza en la mayor parte de la nacin. Tambin se observa que probablemente se halla desprovisto de experiencia en lo tocante relaciones exteriores; pero es fcil subsanar este inconveniente nombrando mi-

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VICENTE BI ASCO IBANEZ

SOLDADOS ALEMANES ALMORZANDO EN SU CAMPAMENTO

rinos rebasan en mucho las previ- siones ms optimistas. Actualmen- te todo nos fuerza esperar.

Independientemente de la crisis, daremos aqu un breve estudio pu- blicado por Le Temps acerca del abastecimiento de Alemania:

Para comprender bien cmo Alemania, pesar de una notable disminucin de su produccin na- cional y de la inactividad casi ab- soluta de lo que hoy le resta de su flota comercial, logra todava sub- sistir, basta consultar las estads- ticas de las exportaciones de los pases ueutrales al de nuestros ene- migos. Las cifras de dichas esta- dsticas muestran la importancia del movimiento que, sin interrup- cin desde el comienzo de las hos- tilidades, arrastra hacia Germania

nistro de Negocios Extranjeros un hombre docto en la mayor parte de los productos importados por los

la materia.

El TaeglicJie Rnn&schaw, para hacer el elogio de M. Michaelis, ni siquiera esper que fuese conocida oficialmente la noticia de su nombramiento. El 13 de Julio escriba:

Tenaz inexorable en la ejecucin de su deseo,

neutrales del Norte y del centro de Europa, y tam- bin una parte de la produccin respectiva de estos mismos neutrales.

Pero para medir con cierta exactitud la agrava- cin que la poltica adoptada ayer con respecto los pases no beligerantes y vecinos de Alemania, por el

posponiendo los intereses particulares, inspirndose gobierno norteamericano, en pleno acuerdo con los nicamente en necesidades de orden general, orador gobiernos aliados, puede provocar en la situacin de brillante, M. Michaelis sera verdaderamente el hom- los Imperios centrales, importa recordar la marcha de bre indicado para realzar la confianza de la nacin. la guerra econmica tal como ha sido practicada Muchos peridicos se limitan invocar calma, hasta ahora paralelamente la guerra de trincheras sangre fra y unin, condiciones in- dispensables para obtener la vic- toria.

No sin envidia escribe el Moni- tor de Ilannorcr , volvemos nues- tra mirada hacia Francia. Pronto har tres aos que este pas ve al enemigo ocupar slidamente la par- te ms rica de su territorio. No es que en Francia falten motivos y ocasiones de descontento y de re- criminacin; pero estas manifesta- ciones no se exteriorizan, y los peridicos se abstienen de contar estos incidentes por miedo de que lleguen odos enemigos. Sigamos este ejemplo y pongmonos en ra- zn. Salvo en una estrecha franja de Alsacia-Lorena, no hay en nues- tro pas ningn soldado enemigo. Nuestra situacin militar es buena en todos los frentes, y los resulta- dos obtenidos por nuestros subma- lazareto de un campamento de prisioneros en alemania

HISTQR1A DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914

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y los resultados que ella ha dado. Esta precaucin es esencial, porque disipar las ilusiones de gente corta de vista, la cual se figura que la intensificacin del bloqueo equivaldra al aniquilamiento inmediato de nuestros enemigos.

Por qu medios se poda hacer y se ha hecho hasta ahora, con ms menos vigor y con mayor menor xito, la guerra econmica? Por el acontingen- tamiento, por la consignacin, por la compra de pro- ductos 'te los pases neutrales, por las prohibiciones de exportacin. Sabido es en qu consisten y qu tienden estas diferentes medidas.

Con el acontingentamiento se raciona los neutra- les vecinos de Alemania; se limitan sus importaciones un contingente determinado que, si se quisiera obtener el resultado mximo, no debera rebasar en una onza la cantidad de sus propias ne- cesidades, teniendo en cuenta desde luego su produccin interior para la fijacin de esta cantidad.

Con la consignacin trtase, para las importaciones en pases neutra- les, con organizaciones privadas, sindicatos trusts que garanticen la no reexpedicin de las mercan- cas importadas por ellos.

Con la compra de productos de los pases neutrales se impide al enemigo adquirir estos mismos pro- ductos; se tiende en cierto modo causar un vaco en torno suyo.

Finalmente, cou las prohibicio- nes de exportacin los aliados con- siguen que ciertas materias no sal- gan de sus territorios para ir, di- recta indirectamente, servir los Imperios centrales.

Pero por mltiples razones, estas diversas medi- das slo han dado resultados parciales, notoriamente insuficientes.

El contingente atribuido tal neutral en tal ma- teria ha sido frecuentemente mucho ms elevado que el total del consumo normal de dicha materia en el citado pas. Por qu? Porque quienes han fijado el contingente no han tenido en cuenta la produccin interior, ni el stock existente en el pas que se apli- caba. Por ejemplo, los Pases Bajos se les ha atri- buido 15.000 toneladas de algodn y otras 15.000 de caf ms de las que importaban normalmente. Ade- ms, debido una tolerancia excesiva de los aliados, ha sucedido muchas veces que determinado contin- gente, tenido ya por demasiado elevado, ha sido aumentado ms an.

Con respecto la consignacin, los aliados deban haberse asegurado de que una parte determinada, ya que no la totalidad del contingente, uo sera reexpor- tada, sino consumida en plaza. Verdaderamente, el

Tomo vii

Trust neerlands de ultramar en Holanda, la Ge i /de comercial en Dinamarca, la Sociedad de vigilancia econmica en Suiza y otras organizaciones del mismo genero lian realizado sinceros esfuerzos para impedir estas reexportaciones. Pero estos trusts privados no han dispuesto siempre de los medios de vigilancia necesarios para llevar cabo ntegramente su pro- psito.

La compra de la produccin de los neutrales ha servido eficazmente la causa de los aliados cuando ha sido practicada con oportunidad.

Tales son las lneas generales de bloqueo con que los aliados intentan obstruir el abastecimiento de Ale- mania.

LA JUI.iBNDWEHR ALEMANA PREPARNDOSE PARA EL SERVICIO EN EL EJKRC1TO

Las declaraciones que el nuevo canciller tena que hacer el 19 de Julio en el Reichstag eran esperadas en toda Alemania con verdadero inters. Sin embar- go, la opinin general esperaba un discurso evasivo. El Lohal Anzeigcr, por ejemplo, deca que M. Michae- lis no hara una declaracin detallada acerca de su programa.

El Bcrliner Tagehlatt estimaba que M. Michaelis hara una declaracin ms menos acorde con la mocin de paz adoptada por los diversos partidos del Reichstag. Aunque el canciller an no haba dado su opinin con respecto este punto, el citado diario aada:

Si M. Michaelis se niega asociarse esta mo- cin, la mayora del Reichstag se pondr en contra suya, lo cual constituira un mal comienzo.

Por otra parte, el Dusseldorfer Oeneralanzeiger deca que la Unin nacional alemana, despus de haber celebrado una reunin en Magdeburgo, haba enviado al emperador y otras personalidades tele-

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VICENTE BLASCO 1BAEZ

gramas donde se les exhortaba mantenerse hasta que llegase la victoria con la derrota de Inglaterra. Telegramas similares fueron enviados Hindenburg y Von Tirpitz, llamado el Bismarck de los mares, el creador de los submarinos, arma que pondr fin la tirana martima inglesa. Otro parte enviado antes de la crisis al general Stein, ministro dimisionario de la Guerra, deca:

Creemos que la potencia militar encomendada nuestra gran experiencia proteger la patria contra un mundo de enemigos. >>

El almirante Von Tirpitz respondi: La guerra submarina es muy eficaz, pero requiere tiempo.

El entonces ministro de la Guerra dijo en su res- puesta: Todos debieran tener confianza en la grandeza futura de Alemania. Sin embargo, no faltan quienes demuestran pu- silanimidad y una ansiedad exagerada. Ca- da cual debiera dar ejemplo de abnegacin y de sacrificio perso- nal, avergon- zando as los egostas.

Los diarios pangermanistas combatan con encarnizamien- to la mocin de paz. El profesor

Schaeffer, presidente del comit independiente por una paz alemana, haca un llamamiento desesperado las derechas polticas, diciendo que el Reichstag se hallaba en vsperas de tomar la resolucin mas grave planteada desde la fundacin del Imperio. El Deutsche Tage Zeitimg deca que era preciso combatir hasta el ltimo momento, y el Post invocaba Hiudenburg.

La oficiosa agencia Wolff difunda, por su parte, las declaraciones que el general Ludendorff haba he- cho ante los miembros del Reichstag, sin duda en res- puesta las crticas que M. Erzberger se haba permi- tido respecto la guerra submarina.

El Estado Mayor haba dicho el citado general- ha visto en la guerra submarina el medio de dar un sensible golpe la organizacin enemiga, y en par- ticular su abastecimiento en municiones. Nuestros submarinos han auxiliado y descansado notablemente los ejrcitos alemanes que combaten en el frente Oeste. Han entorpecido la fabricacin de municiones del enemigo. Esta colaboracin entre la marina y el

EN EL FRiSNTE FRANCS. CAN DE 75 CONTRA LOS AVIONES

ejrcito es una de las caractersticas de la guerra actual y de las enormes proporciones que ha t