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DIFERENCIAL EDUCACIONAL EN LA MORTALIDAD ADULTA EN CHILE 1991-20031
Moisés Sandoval González2
Co-autor: Cássio Turra Maldonado
RESUMEN
Actualmente, Chile, a pesar de ser uno de los países con la más alta desigualdad socioeconómica de
América Latina, es poco el conocimiento que se tiene sobre como esa desigualdad
socioeconómica afecta la mortalidad adulta. Así, en el presente trabajo se determina
empíricamente el diferencial socioeconómico en la mortalidad adulta en Chile (a partir de
los 30 años de edad) para el período 1991-2003, utilizando como proxy de estatus
socioeconómico la educación. Se utilizan modelos de regresión de Poisson con datos
transversales tomados del registro de muertes y de los Censos Demográficos de Chile de
1992 y 2002. Los principales resultados son: 1) los hallazgos plantean que el diferencial
educacional en la mortalidad disminuye con la edad y que es más pronunciado en los
hombres en comparación con las mujeres en las edades "más jóvenes". 2) Al observar el
diferencial relativo se tiene que entre 1991-1993 las tasas de mortalidad de aquellos
hombres menos escolarizados (0-8 años) era 1,8 veces mayor que aquellos más
escolarizados (13+ años), diferencial aumenta a 3,6 en el trienio 2001-2003. 3) Las mujeres
evidenciaron un aumento del diferencial en un 80% entre un período y otro (2,0 a 3,6). En
este sentido, pese a evidenciarse una caída en las tasas de mortalidad total en el tiempo, el
gradiente educacional en la mortalidad ha ido aumentando entre los más y menos
escolarizados. 4) Respecto a las causas específicas de muerte se tiene que el diferencial
educacional es mayor entre los hombres en comparación a las mujeres en el grupo de
enfermedades del sistema respiratorio, aparato digestivo, y causas externas. En los otros
grupos (Cáncer, enfermedades del sistema circulatorio y otras causas de muertes) el
diferencial educacional es mayor entre las mujeres. Al igual que otros estudios, el mayor
diferencial por sexo se encuentra en la mortalidad por causas externas. Finalmente, se ha
podido constatar el efecto protector de la educación tanto en la mortalidad total así como en
todos los grupos de causas específicas de muertes; a mayor escolaridad menor tasa de
mortalidad.
1. INTRODUCCIÓN1 Trabajo presentado en el VI Congreso de la Asociación Latinoamericana de Población, realizado en Lima-Perú, del 12 al 15 de agosto de 2014.2 Estudiante de Doctorado en Demografía del Centro de Desenvolvimento e Planejamento Regional (CEDEPLAR), Universidade Federal de Minas Gerais (UFMG), Brasil. Bolsista de la Fundaccao de Amparo à Pequisa do Estado de Minas Gerais Correo: [email protected] . Trabajo derivado de la Tesis de Maestría em Demografía, em CEDEPLAR-UFMG.
1
La naturaleza de la relación entre la posición social que ocupa un individuo en la
estratificación social y la mortalidad ha sido el desafío planteado en una gran cantidad de
estudios. Así, -tanto en los países con datos de alta calidad como con datos deficientes- se
ha demostrado que existe una relación inversa o negativa entre mortalidad y estatus
socioeconómico (Fox, 1984, Smith et al 1990). Esta relación inversa ha sido detectada o
establecida utilizando como medida proxy de status socioeconómico tanto el nivel, logro o
años de escolaridad, como así también la ocupación o clase ocupacional y el ingreso o
renta (Mackenbach et al, 1997, Marmot et al, 1986; Elo y Preston, 1996, Ross y Wu 1995,
entre otros)
Los principales hallazgos encontrados muestran que personas con un estatus
socioeconómico alto, evidencian una mayor integración social (Goldman, 2001), tienden a
tener una mayor expectativa de vida, una vida más saludable y por ende las tasas de
mortalidad como así de morbilidad de estos grupos son menores, en comparación a las
personas de estatus socioeconómico bajo (Preston y Taubman, 1994, Preston y Elo, 1995,
Cutler y Lleras-Muney, 2006, Rentería y Turra, 2008).
Respecto de la tendencia de la mortalidad, se tiene evidencia que las tasas de mortalidad
sostuvieron una constante disminución en los países industrializados o desarrollados
durante el siglo pasado, conduciendo a un aumento en la expectativa de vida. Sin embargo,
pese a esta disminución del nivel de mortalidad, las evidencias empíricas indican que las
desigualdades socioeconómicas en la mortalidad están aumentando (Feldman et al 1989;
Hummer y Lariscy, 2011)
Respecto de América Latina, la mortalidad declinó prácticamente en toda la región y se
pudo constatar importantes ganancias en la expectativa de vida en las décadas pasadas, sin
embargo, la desigualdad permanece como el principal problema de salud (González et al
2009) y la realidad de Chile no difiere de aquella que caracteriza la región, siendo uno de
los países con la más alta desigualdad socioeconómica. Sin embargo, a pesar de que Chile
evidencia una alta desigualdad socioeconómica, el desarrollo de estudios que den cuenta de
la relación entre desigualdad socioeconómica y mortalidad adulta no ha sido un tema muy
explorado. Si bien, en la actualidad existe una serie de estudios que dan cuenta de la
existencia de diferenciales socioeconómicos en la mortalidad infantil y materna, aun se
2
conoce poco sobre como esas desigualdades socioeconómicas se manifiestan en la
mortalidad adulta.
De esta forma el objetivo del presente estudio es estimar el diferencial socioeconómico en
la mortalidad adulta en Chile para el período 1991-2003, utilizando como proxy de estatus
socioeconómico la escolaridad. Esto permitirá contribuir a la escasa literatura existente en
Chile y en Latino América sobre este tema, y a su vez, permitirá contrastar si los
diferenciales en la mortalidad en un país desigual y subdesarrollado como Chile son más
elevados que los descritos en el mundo desarrollado.
La utilización de la escolaridad como proxy de estatus socioeconómico tiene una serie de
ventajas por sobre otros indicadores o medidas de estatus socioeconómico generalmente
utilizadas. Además, la educación es una característica clave para una posición social en el
sistema de estratificación de la sociedad (Ross y Wu, 1995) y probablemente sea el más
seguro indicador de diferenciales socioeconómicos en la mortalidad (Kitagawa y Hauser,
1973).
De esta forma, considerando los beneficios de usar la escolaridad como Proxy de estatus
socioeconómico y teniendo en cuenta el contexto de decline de la mortalidad en Chile,
sumado al escaso abordaje de los diferenciales socioeconómicos en la mortalidad adulta, se
plantea la importancia del desarrollo de la presente investigación dada su contribución a la
descripción de una realidad marcada por la existencia de una paradoja referente a la co-
existencia de elevados indicadores de desarrollo humano e incluso económicos con una
alta desigualdad social.
A su vez, dentro del estudio, se ha incorporado el objetivo de conocer y estimar el
diferencial educacional por sexo, edad y según causas específicas de muerte, considerando
que no todas las causas de muerte poseen el mismo grado de importancia para explicar el
exceso de mortalidad en los grupos socioeconómicos más bajos (Mackenbach, 2006).
Por otro lado, este estudio cobra relevancia al ser el primero desarrollado en Chile que
utilizando datos transversales (“cross-section”) mide de manera directa el diferencial
educacional en la mortalidad utilizando para ello, una serie de modelos estadísticos que
permiten entregar mayor consistencia a los hallazgos encontrados. Finalmente, este tipo de
3
estudio también es relevante dado que permite identificar y conocer los riesgos
diferenciados a los cuales están expuestos ciertos grupos de individuos, lo cual, contribuye
en la selección de grupos objetivos y en la elaboración e implementación de políticas y
acciones orientadas hacia la disminución de las desigualdades (Palloni, 1984; Preston y
Taubman, 1994; Rogers et al 2013).
2. Estatus socioeconómico y mortalidad: aproximaciones conceptuales.
Se entiende como estatus socioeconómico a aquella posición social de un individuo dentro
de la estructura social que determina sus recursos disponibles (Lynch y Kaplan, 2000) y
viene a ser quizás, la medida más importante de las características individuales (Palloni,
1984).
Actualmente existe una amplia literatura –principalmente en el mundo desarrollado- que
han descrito la existencia de una relación entre estatus socioeconómico y salud. Dentro de
los trabajos que utilizan medidas individuales, las proxis de estatus más utilizadas han sido
la educación, la ocupación y el ingreso (Mackenbach et al, 1997, Marmot et al, 1986; Elo y
Preston, 1996, Ross y Wu 1995). En menor medida, se ha utilizado variables extra-individuales
relativas a las desigualdades socioeconómicas de los lugares de residencia como por ejemplo;
regiones, estados (Kitagawa y Hauser, 1973; Leyland et al 2007; Lorchner, 2001) área rural/urbana
(Gartner et al 2011), barrios, vecindarios (Kravdal, 2009; Martikainen et al 2003; Pickett et al
2001), características del hogar (Pappas et al 1993; Sorlie et al 1992). Por otro lado, respecto de las
variables sociodemográficas más utilizadas en este tipo de trabajos –y, que de cierta forma
contribuyen a la determinación del estatus socioeconómico y su correlación con la salud- se
encuentran la edad (Hoffman, 2005), el sexo (McDonough et al., 1999, Montez et al 2009;
Koskinen et al 1994; Zajacova et al 2009) origen étnico o raza (Crimmins et al 2001; Pappas et al
1993) estado civil, conyugal o marital (Gomes 2011; Montez et al 2009; Ross et al 2012) y, estado
o condición migratoria (Palloni 2004; Preston et al 1998; Turra et al 2007).
La salud es un concepto multidimensional que puede ser estudiado utilizando una serie de
indicadores y medidas. Las utilizadas con mayor frecuencia en los estudios sobre
diferencial socioeconómico y salud, son la mortalidad (Elo e Preston, 1996; Marmot y
Shipley, 1996), las limitaciones funcionales (Berkman y Gurland, 1998) la aparición de
enfermedades (Crimmins, et al 2004) y autopercepción de salud (Mackenbach et al 2003).
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De estas medidas, en el presente estudio se utiliza la mortalidad, dado que mala salud y
muerte son “huellas” de una desigualdad estructurada (Ross y Mirowsky, 2002).
La naturaleza de la relación entre la posición social que ocupa un individuo en la
estratificación social y la mortalidad ha sido el desafío planteado en una gran cantidad de
estudios. Así, se ha demostrado que existe una relación inversa o negativa entre mortalidad
y estatus socioeconómico (Fox, 1985, Smith et al 1990). Esa relación inversa ha recibido el
nombre de gradiente social en la salud (Adler et al 1994). Este gradiente social en la salud
apunta a que las ventajas o beneficios son distribuidos de forma lineal, lo cual implica, que
a cada paso ascendente en la estratificación social se suma una cantidad similar de
beneficios.
Los hallazgos muestran que el estatus socioeconómico es relacionado virtualmente con
todos los resultados de salud (Crimmins et al 2001). Así, personas con un alto estatus
socioeconómico poseen una integración social mayor (Goldman, 2001), tienden a tener una
expectativa de vida mayor, una vida más saludable y las tasas de mortalidad como así de
morbilidad de estos grupos son menores en comparación a quienes poseen un bajo estatus
socioeconómico (Preston y Taubman, 1994, Elo y Preston, 1995, Rentería y Turra, 2008).
Respecto a la asociación entre estatus socioeconómico y salud, algunos investigadores han
notado la potencial relación recíproca o reversa entre ellas. Según Rogers et al (2000) tener
mejor salud puede llevar a tener altos ingresos o ganancias, un empleo más seguro y altos
niveles de educación, mientras que alto estatus socioeconómico también puede conducir a
una mejor salud en el futuro.
Pero, a pesar de la existencia de estudios que demuestran una relación reversa –o
problemas de endogeneidad- entre estatus socioeconómico y salud, existen otros estudios
que afirman que la relación más “poderosa” y significativa es entre estatus socioeconómico
y salud y no de forma inversa (Adler et al 1994; Goldman 2001; Lleras-Muney 2004;
Miech y Hauser, 1998; Rogers et al 2013). De esta forma, la asociación por ejemplo, entre
educación y resultados en salud representa efectos del estatus socioeconómico sobre la
salud y no a la inversa.
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2.1 ¿Por qué la educación es una buena variable?
La educación es una característica clave para una posición social en el sistema de
estratificación de la sociedad (Ross y Wu, 1995) y probablemente sea el más seguro
indicador de diferencias socioeconómicas en la mortalidad (Kitagawa y Hauser, 1973).
La utilización de la educación como característica socioeconómica individual se
fundamenta en una serie de ventajas que ésta tiene en comparación con el otro tipo de
medidas individuales frecuentemente utilizadas. La primera de ellas, consiste en que la
educación puede ser determinada para todos los hombres y mujeres, dado que es la medida
de estatus socioeconómico más relevante para las personas retiradas, jubiladas o que están
fuera del mercado de trabajo (Hummer et al 2011; Kitagawa y Hauser, 1973; Martelin,
1994). En segundo lugar, la educación es menos influenciada por problemas de salud que
se desarrollan en la etapa adulta (Elo y Preston 1996) y después de cierta edad es una
variable que se mantiene estable o fija en el curso de la vida (Huisman et al, 2005;
Kitagawa y Hauser, 1973; Shkolnikov et al, 2010). En tercer lugar, los encuestados en
Censos o Survey, como también los informantes en los certificados de muerte tienen mayor
probabilidad de reportar el logro educacional (y con razonable seguridad) que el reporte de
otros indicadores socioeconómicos como ingreso, ocupación o riqueza (Hummer et al
2011). Finalmente, la educación típicamente precede al estatus ocupacional, ingreso y la
acumulación de riquezas en el curso de la vida (Hummer et al 2011; Montez et al 2012
Rogers et al 2000).
El hecho de tener mayor educación contribuye a obtener un mayor estatus social y
contribuye a que los sujetos adquieran mejores y más estables trabajos, mayores ingresos,
etc. (Hummer y Lariscy 2011; Preston y Taubman, 1994). Todo esto, debido a que los bien
educados tienen menos probabilidades de estar desempleados (Ross y Wu, 1995). Sin
embargo, la contribución de una mayor educación no es solo en términos de las
condiciones socioeconómicos, sino que a su vez, implica disponer de una mayor amplitud
de elecciones (Hummer y Lariscy, 2011), una mayor red de soporte social (Mirowsky y
Ross, 2005) y a su vez, implica tener mayores probabilidades de vivir en un lugar con
menor estrés (Preston y Taubman, 1994), entender más claramente la información y pautas
medicas entregada por los médicos y, presentar un mayor entendimiento sobre las nuevas
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tecnologías médicas, (Caldwell 1979; Cutler et al 2006; Elo et al 2006; Grossman y
Kaestner, 1997; Hummer y Lariscy 2011; Mirowsky y Ross 2005; Montez et al 2013).
Todo esto, contribuye a que los riesgos de mortalidad sean menores en aquellas personas
que tienen una alta educación. En contraste a ello, una persona con bajo nivel de
escolaridad pasa mucho más años con una limitación de actividades o una pobre salud
(Preston y Taubman, 1994).
Finalmente, por todo lo anteriormente descrito en este estudio, se utiliza la variable
educación, dado que es una causa fundamental de la mortalidad, ya que opera a través de
una variedad de recursos sociales, económicos, estilos de vida saludables, y condiciones de
salud (Rogers et al 2013).
2.2 Diferenciales socioeconómicos y su interacción con edad y sexo
Respecto de la variación de los diferenciales socioeconómicos en la mortalidad a lo largo
del ciclo de vida de los individuos, existen diversos estudios –que principalmente desde la
década de los 60´ realizados en EUA- vienen describiendo que estos diferenciales
disminuyen con la edad (Elo y Preston, 1996; Kitagawa y Hauser; 1973; Kunst et al 1994).
Así, Hummer y Lariscy (2011) describen que las diferencias educacionales en la
mortalidad son más amplias en el grupo etario 25-44, la segunda mayor entre quienes
tienen 45-64 años de edad y, disminuyen o se estrechan entre aquellos que tienen entre 65
y 84 años de edad para cada sexo.
Esta línea argumentativa, ha expresado que el aumento de la edad vendría a favorecer la
convergencia en cuanto a diferenciales socioeconómicos en la mortalidad. Esto, debido a
que la gente inevitablemente se debilita o ve empeorada su salud a medida que envejece y,
finalmente muere, independientemente de la clase social a la que pertenecía (Elo y Preston,
1996; House et al, 1990). Según Hoffmann (2005), esta convergencia viene a ser quizás un
resultado de un cambio desde lo social a determinantes biológicos donde se ve empeorada
la salud producto del envejecimiento. A eso, se le puede sumar la reducción de los retornos
por educación con la edad debido al retiro del sistema de estratificación social y/o por un
cambio composicional dentro del estrato educacional (Montez et al 2012).
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Otra de las explicaciones utilizadas para expresar la convergencia de las tasas de
mortalidad a medida que aumenta la edad es el efecto de selección de la mortalidad. Según
Crimmins (2005) la selección de la mortalidad es la razón más probable para la
disminución de las diferencias educacionales en la mortalidad en los adultos mayores. Esta
situación, concuerda con lo planteado por Hoffman (2011) quien sostiene que una de las
explicaciones al hecho de que la población sea homogénea en las edades avanzadas (en
EUA) es la mayor selectividad de la mortalidad en la edad adulta.
Por otro lado, Lauderdale (2001) estudia el efecto de cohorte y periodo en la mortalidad y
concluye que los diferenciales educativos en la sobrevivencia aumentan con la edad. Estos
resultados, concuerdan con la hipótesis de la ventaja acumulativa planteada por Ross y Wu
(1995), quienes no encuentran evidencia de convergencia en materia de salud entre los
diferentes niveles de ingresos y de educación en la vejez. Misma divergencia ha sido
encontrada utilizando como medida de salud la morbilidad (Huisman et al 2003).
Otro de los hallazgos descritos en la literatura hace alusión a que los diferenciales
socioeconómicos en la mortalidad difieren según sexo. A pesar de que en los estudios
sobre los diferenciales socioeconómicos de mortalidad generalmente la mujer ha recibido
menor atención (Koskinen et al 1994) –sobre todo en aquellos que utilizan como indicador
de estatus la ocupación o renta-, existe una serie de hallazgos que dan cuenta de un
gradiente más pronunciado entre los hombres en comparación con las mujeres (Preston y
Taubman 1994; Koskinen et al 1994; Montez et al 2009, Montez et al 2012; Pappas et al
1993; Rogers et al 2000; Rogers et al 2010; Rogers et al 2013; Ross et al 2012).
Las diferencias según sexo en la mortalidad han sido explicadas bajo una serie de
hipótesis, dentro de las cuales, se encuentra la hipótesis biológica, en la cual se establece
que factores genéticos serían los causantes de un exceso de mortalidad en los hombres y
ello, también, explica las diferencias de sexo en la expectativa de vida. Sin embargo, existe
otra hipótesis que hace referencia a los comportamientos (Nathanson y López 1987;
Montez et al 2009). Esta Hipótesis plantea, que el diferencial de sexo en la mortalidad se
debe a las diferencias comportamentales o de actitudes que socialmente manifiesta un sexo
u otro. Es decir, el diferencial por sexo obedece a la adquisición, adopción o exposición de
comportamientos y estilos de vida de mayor riesgo por parte de los hombres (López, 1983;
citada en Nathanson 1984). 8
Esto plantea que los diferenciales de sexo en la mortalidad pueden estar asociados con
valores, actitudes y roles sociales asignados a hombres y mujeres que pueden –consciente e
inconscientemente- provocar la autoprotección en unos y comportamientos
autodestructivos en otros (Nathanson 1984). Esto, concuerda con lo planteado por Rogers
et al (2000) quien determina que la brecha de sexo en la mortalidad es influenciado por las
diferencias Hombre-Mujer en lo social, lo económico y por las actitudes y características
comportamentales. A su vez, se plantea que el diferencial de sexo en la mortalidad es
mayor en las edades jóvenes, etapa en la cual el hombre es más propenso a involucrarse en
conductas arriesgadas y audaces que, en general atenúan con la edad (Rogers et al 2010).
Ahora bien, algunos estudios han mostrado que el gradiente educacional en la mortalidad
es comparable entre sexos o, en su defecto, que no existen diferencias estadísticamente
significativas en los efectos de la educación sobre la mortalidad para ambos sexos (Elo y
Preston, 1996; McDonough et al 1999; Zajacova, 2006; Zajacova et al 2009). Una de las
explicaciones –además del efecto de selección- que se ha dado a esta similitud según sexo
observada en la relación educación-mortalidad es que esta situación puede ocurrir debido a
que algunas vías muestran fuertes retornos para hombres, otras para mujeres, y sus efectos
se equilibran (Zajacova et al 2009). Finalmente, existen otros estudios que describen que el
gradiente educacional sobre la mortalidad es mayor en las mujeres que en los hombres
(Kitagawa y Hauser, 1973; Deaton y Paxon 1999).
2.3 Causas de mortalidad y educación
Respecto a las diferencias según educación en la mortalidad por causas de muertes, existe
evidencia que van en la misma línea de lo descrito anteriormente. Así, se tiene
antecedentes que la mortalidad por causas externas es más alta en los grupos con menor
escolaridad, pero mayor entre los hombres que entre las mujeres (Borrell et al 2005; Elo et
al 2006; Mackenbach, 2006). Estos resultados son corroborados por un estudio
comparativo entre Finlandia y EUA, en el cual se describe que la educación es un predictor
significativo de la mortalidad masculina por accidentes y lesiones (Elo et al 2006), lo cual
continua demostrando que los efectos de la educación son también relacionados con
comportamientos de riesgo, incluyendo el consumo de alcohol y el tomar riesgos de
manera general.
9
Por otro lado, al examinar la asociación entre diferencial educativo y cáncer o neoplasma,
se tiene que para la gran mayoría de cánceres las tasas de mortalidad dan cuenta de la
existencia de un gradiente educacional. Es decir, altas tasas de mortalidad en grupos con
bajo nivel educativo (Ezendam et al 2008, Menvielle et al 2013).
Hummer y Lariscy (2011) señala que las muertes que son estrechamente vinculadas a
factores sociales o comportamientos de riesgo como cáncer al pulmón, enfermedades
respiratorias, homicidios y accidentes, son asociadas con amplias diferencias educacionales
en las tasas de mortalidad, mientras que el diferencial es más estrecho en causas que son
menos susceptibles al control humano, tales como otros tipos de cánceres.
El estudio del diferencial educacional en la mortalidad según causas específicas es
importante, ya que las variaciones en los patrones de causa de muerte entre grupos
socioeconómicos proporcionan información para la explicación de las desigualdades en la
salud debido a que apuntan a los mecanismos específicos que vinculan un bajo estatus
socioeconómico con malas condiciones de salud (Huisman et al 2005).
Estos análisis también permiten establecer que las causas son en gran parte responsables de
las diferencias socioeconómicas observadas en la mortalidad total. En este sentido, los
efectos de las diferencias según sexo en la mortalidad se pueden explicar por las
diferencias en la estructura de las principales causas de muerte (Koskinen y Martelin,
1994). En este sentido, no todas las causas de muerte son igualmente importantes para
explicar el exceso de mortalidad en los grupos socioeconómicos más bajos (Mackenbach,
2006), por esto, es de gran relevancia en los estudios de mortalidad poder identificar y
describir el padrón de mortalidad según causas específicas de muerte y educación.
2.4 América Latina
A pesar de que los países en desarrollo –como el caso de los países de América Latina-
evidencian grandes desigualdades socioeconómicas, ello no ha significado que dentro de
las investigaciones realizadas, se aborden las desigualdades o diferenciales
socioeconómicos en la mortalidad adulta como el caso de los países desarrollados. En este
sentido, en la actualidad es poco el conocimiento empírico que existe respecto del
diferencial socioeconómico en mortalidad adulta en los países en desarrollo.
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Dentro de los estudios realizados, se encuentra un estudio desarrollado en Colombia, en el
cual se observa que los menos educados presentan tasas de mortalidad más altas y, el
diferencial en todo el periodo de estudio está incrementando (Arroyave et al 2013). Por
otra parte, en un estudio desarrollado en Brasil, Rentería (2009) utilizando el método
estocástico describe que las mujeres entre 30-69 años de edad sin escolaridad, presentan
tasas de mortalidad 1,4 veces mayor en comparación con aquellas que tienen entre 1 y 8
años de estudios y, 2,2 veces mayor que de aquellas mujeres con 9 o más años de
escolaridad (Rentería, 2009). En la misma línea Gomes (2011) desarrolla un análisis de los
determinantes de la mortalidad entre los adultos mayores en Brasil para el período 2000-
2006, describiendo que tanto hombres como mujeres con mayor educación presentan una
mayor sobrevivencia, sin embargo, el gradiente es más acentuado para los hombres. De
esta forma, los hombres sin educación presentan tasas de mortalidad 2,9 veces mayor que
aquellos que tienen entre 1 y 7 años de educación, situación que para las mujeres fue de 1,8
veces mayor.
Respecto de los estudios sobre diferencial educacional según causas específicas de
mortalidad, las evidencias son también escasas. Sin embargo, Arroyave et al (2013) señala
que en Colombia existe un diferencial educacional –en ambos sexos- tanto en la mortalidad
total como en aquella causada por enfermedades cardiovasculares en el periodo de estudio
(1998-2013). Esa situación descrita en Colombia, se condice con la descrita para Costa
Rica, donde se señala que los factores de riesgo tales como fumar, mayor presión arterial
sistólica y sedentarismo, son más frecuentes para ambos sexos entre los menos educados
(Rehkopf et al 2009).
2.5 El caso de Chile
Los estudios sobre gradiente social en la mortalidad en Chile -al igual que en América
Latina-, ha estado focalizado principalmente en la mortalidad infantil y materna, dejando
fuera del foco de estudio la población adulta y las edades avanzadas.
Respecto de los estudios que han utilizado para estimar el diferencial socioeconómico en la
mortalidad adulta, según el levantamiento de información realizado, existen básicamente
tres estudios en Chile. El primero, Koch et al (2007) se centra en individuos sobre los 20
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años de edad en el Municipio de San Francisco de Mostazal en la sexta región del país3,
concluye que aquellos que tienen menos de ocho años de educación mantienen tasas de
mortalidad 1,5 veces más altas que los que tienen más de ochos de escolaridad.
Posteriormente, Koch et al (2009)4 constató que las personas con educación secundaria y
universitaria presentan un 33% y 70% menos de riesgo de morir por cualquier causa
comparado con aquellos que tienen educación básica.
El tercero, corresponde al desarrollado por Delgado et al (2006), en el cual se evalúa el
diferencial educativo en la mortalidad adulta durante cinco periodos de tiempo (1985-
1987; 1990-1992; 1995-1997; 1998-2000; 2001-2003) para la población entre 20 y 70 años
de edad. Los resultados describen que en la población de 20-44 años de edad, la razón
entre los sin educación sobre aquellos con más de 13 años de educación fue de 10,8 en los
hombres y de 13,5 en las mujeres en el período 2001-2003. Por otro lado, en el grupo
etario 45-64 años de edad, esta razón fue de 4,3 para los hombres y 4,6 para las mujeres.
Por otro lado, se estima el diferencial educacional según causas de muertes para la
población sobre los 20 años, obteniendo como resultado la existencia de un gradiente
educacional en todas las causas de muerte, sin embargo, algunas causas de muertes el
grupo sin educación presentan tasas de muerte menores al grupo que posee entre 1 y 8 años
de educación, lo cual, podría estar indicando error o sesgo numerador/denominador.
Así, si bien este tercer estudio descrito es un acercamiento que contribuye a la descripción
del gradiente educacional en la mortalidad adulta en Chile, al agrupar en grandes grupos
etarios, como en el caso de la distribución de las causas de muerte, los resultados descritos
pueden estar ocultando una concentración del diferencial educacional en ciertas causas
específicas de muerte y, en ciertos grupos etarios que no son detectados a raíz de la
amplitud de la faja etaria utilizada (sobre 20 años). A su vez, las tasas de mortalidad total y
por causas específicas de muertes según nivel educacional pueden estar sesgadas, dada la
utilización de la población menor de 30 años, la cual, ciertamente está en un periodo en el
cual, la educación no puede ser considerada como una variable estable o fija. Por último,
considerar la población de 20 a 44 años en un solo grupo, desconociendo las diferentes
3 Estudio longitudinal que sigue a 920 personas durante un periodo de tres años (1997-1999), en el cual mueren 42 personas4 Estudio longitudinal en el cual se realiza un seguimiento a 795 personas entre 20-79 años de edad, de los cuales murieron 46 personas durante los 8 años de estudio.
12
susceptibilidades de muerte entre jóvenes y adultos, pueden también estar sesgando las
tasas de mortalidad. Por ejemplo, diferente susceptibilidad a la muerte por causas externas
entre quienes tienen 20 y 40 años de edad.
Ante esta situación, se considera pertinente desarrollar una estimación del gradiente
educacional en la mortalidad adulta en Chile, utilizando testes estadísticos (regresión de
Poisson) que permitan dar consistencia a los resultados encontrados.
2.6 Contexto socioeconómico de Chile y alcances del estudio
Chile se encuentra actualmente en una etapa avanzada de la transición demográfica,
proceso marcado por una disminución de la mortalidad5, una sostenida caída en la
fecundidad6, un rápido proceso de urbanización, envejecimiento poblacional y otra serie de
cambios económicos y sociales propios de la transición demográfica, dentro de los cuales
se encuentran el aumento de la incorporación de la mujer al mercado laboral y el aumento
de la educación.
Los avances en educación en Chile resultan evidentes a la hora de contrastar con el resto de
países de América Latina7. Dentro de estos avances, se encuentra el aumento de la
cobertura educacional, disminución del porcentaje de analfabetismo (16,4% en 1960 a un
2,2% en el año 2012) y aumento de los años de educación promedio de la población (6,4
en 1980 a 9,7 en 2010; PNUD, 2013). Sin embargo, la desigualdad sigue estando presente.
Por otro lado, Chile ha evidenciado un crecimiento económico sostenido desde mediados
de la década de 1980, con una tasa media de crecimiento de siete por ciento (Contreras,
2003), lo cual, ha traído consigo algunos avances en el desarrollo social del país. Por
ejemplo, reducción de la pobreza, aumento de la cobertura educacional y del sistema de
salud. Sin ir más lejos, según el PNUD (2013) Chile es el país de América Latina que tiene 5 Se pasa de una tasa de mortalidad infantil de 155 a 7 niños muertos por mil en el período 1950-2010. A su vez, la expectativa de vida al nacer para ambos sexos pasó de 54,8 entre 1950-1955 a 79,3 en 2012 (PNUD, 2013).6 La fecundidad pasó de 5,4 hijos en promedio por mujer en la década de los sesenta a 1,89 hijos en promedio por mujer en el año 2010 (INE, 2010).7 Por ejemplo, la población de Argentina tiene 9,3 años de educación promedio, Colombia 7,3. En América, considerando este indicador de años promedios de educación Chile se encuentra en cuarto lugar, por debajo de EUA (13,3), Canadá (12,3) y Cuba (10,2), (PNUD, 2013).
13
el Índice de Desarrollo Humano (IDH) más alto (0,819) y se ubica en la posición 40 a nivel
mundial. Sin embargo, al momento de considerar la desigualdad socioeconómica su
realidad no es diferente de aquella que “azota” la región, teniendo por ejemplo, un Índice
de Gini de 0,53.
Es en este contexto en el que se enmarca el presente estudio, considerando los beneficios
de usar la educación como proxy de estatus socioeconómico y teniendo en cuenta el
contexto de decline de la mortalidad en Chile y el aumento de la población alfabetizada,
sumado al escaso abordaje del diferencial educacional en la mortalidad adulta tanto en
Chile como en la región Latino Americana, surge la importancia del desarrollo de esta
investigación dada su contribución a la comprensión y descripción de una realidad marcada
por una paradoja referente a la co-existencia de elevados índices e indicadores de
desarrollo humano e incluso económicos con una alta desigualdad social.
De esta manera, concordando con los antecedentes existentes en los países desarrollados y
en desarrollo, sumado a lo descrito para el caso de Chile, se puede concluir que la
mortalidad no presente la misma fuerza, ritmo como así tampoco el mismo nivel en los
distintos “eslabones” de la estratificación social, por lo cual, surge la necesidad de conocer
¿Cuál es el diferencial educacional en la mortalidad adulta en Chile según sexo y edad?
Como un objetivo específico se incorpora el identificar y dar cuenta de la existencia de una
variación del gradiente educacional por edad. Por otra parte, se considera relevante a partir
de la revisión bibliográfica descrita anteriormente, identificar si la mortalidad adulta según
escolaridad en Chile varió en los años más recientes.
Un tercer objetivo específico es estimar si el gradiente educacional en la mortalidad adulta
varía en años más recientes, esto justificado en la amplia literatura citada que viene dando
cuenta de una reducción en las tasas de mortalidad pero la existencia de una ampliación del
diferencial de mortalidad.
Por otro lado, se incluye dentro de los objetivos específicos el conocer y describir ¿Cuál es
el padrón de mortalidad y diferencial por educación, edad y sexo en cada grupo de causas
específicas de muertes en Chile en el periodo de estudio?.
3. Metodología
14
3.1 Fuente de datos
Los datos a ser utilizados son denominados datos secundarios y provienen de dos fuentes
distintas. En primer lugar, la información referente al registro de muertes de la población
en Chile correspondiente al período de estudio (años 1991, 1992, 1993, 2001, 2002 y
2003), fue entregada por el Instituto Nacional de Estadística de Chile (INE).
La información referente a la población existente en Chile durante el período de estudio,
fue extraída desde “Integrated Public Use Microdata Series, International” (IPUMS
International). La información proveniente de esta fuente, es la referente a los Censos
Demográficos de Chile de los años 1992 y 2002.
3.2 Calidad de los datos
Las informaciones sociodemográficas y estadísticas vitales de Chile, se caracterizan por
tener una buena calidad y cobertura. Según CELADE (2010) las estadísticas vitales de
Chile tienen un 0,6% de subregistro de muertes. Se tiene evidencia que entre 1990-1997 el
sub-registro fue de 0,9% (OPS, 2002). Porcentajes similares fueron detectados para el
quinquenio 1990-1995 y 1995-2000, los cuales fueron 0,67 y 0,48 respectivamente (INE y
CELADE, 2005). Por otro lado, en la actualidad, 99,6% de las muertes ocurridas son
registradas mediante certificados médicos, realidad que en el año 1991 presentaba 95,7%
(INE, 2002) y, 99,0% en el año 2003 (Núñez et al 2006).
3.3 Operacionalización
La presente investigación abarca el período 1991-2003, el cual, por tanto es dividido en
dos trienios (1991-1993 y 2001-2003). Las variables independientes incluidas en el
presente estudio son: Edad, Educación y Causas Específicas de Mortalidad.
La población adulta corresponde a toda las personas de 30 o más años de edad. La variable
edad es categorizada en 10 grupos quinquenales (30-34; 35-39; 40-44; 45-49; 50-54; 55-
15
59; 60-64; 65-69; 70-74; 75-79), además de un grupo o intervalo de edad abierto (80 y
más).
La variable años de escolaridad fue desagregada en tres categorías; A) 0-8 años de
educación (equivalente a educación básica o elemental); B) 9-12 años de educación
(equivalente a educación secundaria) y D) 13 y más años, (equivalente a educación técnica
o universitaria).
Causas específicas de mortalidad han sido clasificadas en siete grandes grupos: 1)
Neoplasmas; 2) Enfermedades del Sistema Respiratorio; 3) Enfermedades del Aparato
Digestivo; 4) Enfermedades del Sistema Circulatorio; 5) Causas Externas, 6) Causas Mal
Definidas y 7) Otras Causas.
Cabe aclarar que las causas de muerte correspondiente al primer período (1991-93) están
clasificadas mediante la utilización de la Clasificación Internacional de Enfermedades IX
(CIE 9) y, las muertes del segundo período, están clasificadas bajo la CIE 10. Ante esta
situación, se procedió a homologar o uniformar la información en base a la utilización de la
CIE 10.
3.4 Modelo de Regresión de Poisson
La utilización de la regresión de Poisson radica en que permite trabajar con datos de conteo
como es este caso y a su vez, permite entregar una significancia estadística a las
estimaciones realizadas. De esta forma, mediante la estimación de una regresión de
Poisson se puede modelar el número de muertos de una población en base al tiempo de
exposición al riesgo de muerte (Scott Long 1997).
La fórmula de la regresión está definida por un modelo log-linear que se describe como:
(2)
Donde X es un vector de variables y el coeficiente β j es estimado por máxima
verosimilitud.
Ahora bien, dado que el objetivo es modelar el número de muertes de la población adulta
en Chile en función del tiempo de exposición al riesgo de muerte, debe incluirse en la
ecuación 2 como un término independiente del vector de variables el tiempo de exposición
16
(offset), que corresponde al log de la medida de exposición, que en este caso es personas-
años. De esta forma, el modelo de regresión está dado por la siguiente ecuación:
(3)
El primer modelo a ser estudiado, incluye las variables edad y educación, permitiendo de
esta forma, obtener las tasas de mortalidad de la población adulta en Chile según edad y
educación. Este modelo es aplicado de forma independiente para mujeres y hombres. Así,
la ecuación del primer modelo (independiente del sexo) queda de la siguiente forma:
(4)
Posteriormente, en un segundo modelo a ser testeado, se incorpora la interacción de
variable entre edad y educación. La incorporación de un término interactivo entre edad y
educación, permite separar el efecto conjunto de esas variables, del efecto puro que ellas
tienen sobre la mortalidad. En este sentido, mediante este modelo se busca captar la
variación del gradiente educacional por edad. De esta forma, la ecuación queda de la
siguiente manera:
(5)
Un tercer modelo, considera la incorporación de la variable Periodo, mediante el cual se
busca dar cuenta de la variación de la mortalidad en los años más recientes.
(6)
Un Cuarto modelo incorpora la interacción entre Período y Educación, mediante el cual se
busca captar la variación del gradiente educacional en los años más recientes.
(7)
Por otro lado, se desarrollan una serie de modelos (cada uno de ellos considerando una
causa especifica de mortalidad) en los cuales, se busca identificar los gradientes puros
tanto por edad y por educación para cada período y para cada sexo. La ecuación de esta
última serie de modelos es la siguiente:
17
(8)
Finalmente, para la obtención de las tasas de muertes, se debe calcular el exponencial de la
sumatoria de los coeficientes de la regresión, cuyo cociente es multiplicado por mil. Por
ejemplo, para estimar la tasa de mortalidad del quinquenio 35-39 años de edad de la
segunda categoría de educación (9-12 años) del modelo 1 descrito anteriormente, se debe
sumar la constante + Coeficiente de edad 35-39 años + Coeficiente de educación 9-12
años.
4. ANÁLISIS Y DISCUSIÓN DE RESULTADOS
4.1 Análisis descriptivo de las estimativas de mortalidad adulta en Chile según sexo, edad y período
Antes de analizar los resultados de los modelos de regresión de Poisson, se considera
relevante hacer una descripción de las tasas de mortalidad según sexo, edad y período,
obtenidas de la división del número total de muertes sobre el total de personas-años vividos
expuestas al riesgo de morir según edad.
En este sentido, al analizar las tasas de mortalidad según edad, sexo y período (ver tabla
(1), se puede observar claramente que las tasas de mortalidad del primer punto de tiempo
(1991-93) son mayores que las estimadas para el segundo trienio 2001-03 para ambos
sexos. Esta situación da cuenta de un significativo e importante descenso de las tasas de
mortalidad en Chile durante el período de estudio.
A su vez, se logra observar que la mortalidad en Chile para el período de estudio presenta
una caída para ambos sexos en todos los grupos etarios. Sin embargo, las tasas de
mortalidad de las mujeres son menor a las estimadas para los hombres en todos los grupos
etarios, lo cual, en concordancia con una amplia literatura existente al respecto, da cuenta
de la existencia de una sobre mortalidad masculina.
18
TABLA 1 - Chile – Número de muertes, personas años y tasas de mortalidad para hombres y
mujeres, 1991-2003.
Edad
HOMBRES1991-1993 2001-2003
Muertes personas Años
Tasa de mortalidad Muertes personas
AñosTasa de
mortalidad30-34 3269 1687460 1,94 3004 1792187 1,6835-39 3333 1368603 2,44 3728 1841272 2,0240-44 3760 1120254 3,36 4507 1660028 2,7245-49 4630 945152 4,90 5399 1334186 4,0550-54 5889 777575 7,57 6758 1113874 6,0755-59 7503 630835 11,89 8913 888476 10,0360-64 11223 602978 18,61 10976 715220 15,3565-69 12308 428238 28,74 13244 557085 23,7770-74 13816 301635 45,80 17567 472330 37,1975-79 14949 203633 73,41 16621 277285 59,9480+ 24312 196531 123,71 31852 279704 113,88
Edad MUJERES30-34 1139 1746578 0,65 957 1829442 0,5235-39 1564 1449334 1,08 1455 1903293 0,7640-44 2010 1187784 1,69 2199 1744832 1,2645-49 2832 1002664 2,82 2961 1398022 2,1250-54 3649 860312 4,24 3927 1178791 3,3355-59 4643 693826 6,69 5246 943705 5,5660-64 7083 693324 10,22 6873 801837 8,5765-69 8721 505746 17,24 8773 653051 13,4370-74 10928 390605 27,98 12829 583181 22,0075-79 14242 283759 50,19 14531 381085 38,1380+ 34601 337797 102,43 46466 484257 95,95
Fuente: INE; Registro de muertes 1991-2003, IPUMS; censo Demográfico 1992 y 2002
4.2 Análisis descriptivo de las estimativas de mortalidad adulta en Chile según sexo, educación y período
A continuación (ver tabla 2) se presenta el número de muertes, personas-años y las tasas de
mortalidad según sexo, educación y período, obtenidas de la división del número total de
muertes sobre el total de personas-años vividos expuestas al riesgo de morir según
categoría educacional.
Como era de esperarse, las tasas de mortalidad según educación dan cuenta de la existencia
de un gradiente educacional en la mortalidad, teniendo por consecuencia que tanto
hombres y mujeres que tienen entre 13 o más años de escolaridad presentan tasas de
mortalidad menores en comparación a quienes tienen entre 0-8 años de escolaridad.
19
Tabla 2- Chile – Número de muertes, personas años y tasas de mortalidad para hombres y mujeres, 1991-2003.
Educación
HOMBRES1991-1993 2001-2003
Muertes personas Años
Tasa de mortalidad Muertes personas
AñosTasa de
mortalidad0-8 años 80395 4674116 17,20 90536 4593429 19,719-12 años 20098 2641540 7,61 25511 3826333 6,6713+ años 4499 947238 4,75 6522 2511885 2,60Educación MUJERES0-8 años 74912 5401833 13,87 85786 5411852 15,859-12 años 14458 2909967 4,97 17346 4075368 4,2613+ años 2042 839930 2,43 3085 2414275 1,28Fuente: INE; Registro de muertes 1991-2003, IPUMS: censo Demográfico 1992 y 2002
Sin embargo, los resultados presentados en la tabla anterior también dan cuenta de un
aumento de las tasas de mortalidad entre aquellos individuos con menos años de
escolaridad. Es decir, entre un período y otro, se evidenció un aumento de la mortalidad
entre quienes tienen entre 0 y 8 años de escolaridad. Para mayor claridad, Gráfico 1
describe esta situación.
Gráfico 1 - Chile, Tasas de Mortalidad según sexo, educación y período
Fuente: INE. Registro de muertes y Censos Demográficos 1992, 2002.
Como puede observarse tanto hombres como mujeres con menor escolaridad presentan un
aumento de las tasas de mortalidad entre un período y otro. En contraposición, quienes
tienen 13 o más años de escolaridad evidencian la mayor disminución de las tasas de
mortalidad.
20
4.3 Estimativas de la mortalidad adulta en Chile según sexo, edad, educación y período
Del primer modelo de regresión, se obtienen los gradientes puros. El valor de todos los
coeficientes de ese modelo tanto para hombres y mujeres aumenta con la edad. Esto
significa que tanto hombres y mujeres de edades más avanzadas presentan mayores tasas
de mortalidad. Por lo tanto este primer modelo de regresión concuerda con la estimación
directa descrita en el análisis descriptivo, dando cuenta que a mayor edad mayores tasas de
mortalidad tanto en hombres como en mujeres.
Por otro lado, los coeficientes de los grupos de escolaridad muestran claramente la
existencia de una relación negativa o inversa entre años de educación y mortalidad. Dicho
de otro modo, los resultados del primer modelo (ver Tabla A1) permite señalar que
aquellas personas (hombres y mujeres) que en Chile poseen una alta escolaridad presentan
menores tasas de mortalidad. En la tabla 3 se presentan las tasas de mortalidad según sexo,
edad y período estimadas a partir de los coeficientes de regresión del primer modelo.
Si bien, el modelo estimado del cual se desprenden las tasas de mortalidad presentadas en
la tabla 5 dado que no incorpora la interacción entre las variables edad y educación no
permite captar la variación del diferencial educacional dentro de cada grupo de edad, los
datos descritos indican que las tasas de mortalidad -tanto en hombres como mujeres y, en
los dos puntos de tiempo considerados- aumentan con la edad y disminuyen con la
educación dentro de cada uno de los quinquenios de edad.
TABLA 3 - Chile, Tasas de mortalidad específicas (x 1000) de hombres y mujeres en función de 21
la edad, educación y período, estimadas a partir de los coeficientes de regresión de Poisson
Edad EducaciónHombre Mujer
1991-93 2001-03 1991-93 2001-03
30-340-8 años 2,34 2,70 0,85 0,919-12 años 1,79 1,75 0,54 0,5013+ años 1,27 0,75 0,43 0,25
35-390-8 años 2,92 3,04 1,38 1,239-12 años 2,23 1,97 0,87 0,6713+ años 1,58 0,85 0,70 0,34
40-440-8 años 3,92 3,98 2,06 1,959-12 años 3,00 2,59 1,31 1,0613+ años 2,13 1,11 1,05 0,54
45-490-8 años 5,56 5,87 3,31 3,189-12 años 4,25 3,82 2,10 1,7313+ años 3,01 1,64 1,68 0,88
50-540-8 años 8,43 8,39 4,85 4,639-12 años 6,45 5,45 3,07 2,5213+ años 4,57 2,34 2,46 1,29
55-590-8 años 13,05 13,14 7,52 7,209-12 años 9,98 8,54 4,77 3,9213+ años 7,07 3,67 3,81 2,00
60-640-8 años 20,31 19,29 11,35 10,599-12 años 15,53 12,54 7,19 5,7613+ años 11,00 5,38 5,75 2,95
65-690-8 años 31,06 28,79 19,03 16,089-12 años 23,75 18,71 12,06 8,7413+ años 16,83 8,04 9,64 4,47
70-740-8 años 49,32 44,09 30,75 25,959-12 años 37,70 28,66 19,49 14,1113+ años 26,72 12,31 15,58 7,22
75-790-8 años 78,98 70,04 55,15 44,189-12 años 60,38 45,53 34,96 24,0313+ años 42,79 19,55 27,94 12,29
80+0-8 años 132,80 132,95 112,36 110,869-12 años 101,52 86,42 71,21 60,2813+ años 71,95 37,11 56,93 30,84
Razón entre 0-8 años/13+ años 1,80 3,60 2,00 3,60
Fuente: Elaboración propia a partir de información de las estadísticas vitales de Chile
Un punto importante a destacar y que fue evidenciado en el análisis descriptivo presentado
anteriormente, tiene que ver con el aumento de la tasa de mortalidad de quienes tienen
entre 0 y 8 años de escolaridad entre un período y otro. En las mujeres, esta situación se
evidencia solo en el grupo etario 30-34 años de edad, sin embargo, entre los hombres es un
fenómeno recurrente en las edades más jóvenes hasta los 49 años de edad y en los grupos
etarios 55-59 y 80+.
22
Por otra parte, a partir de las tasas de mortalidad estimadas se puede observar cual es el
diferencial educacional relativo promedio para todos los grupos de edad. En este sentido,
se tiene que entre los hombres en el primer trienio, las tasas de mortalidad del grupo con
menor escolaridad (0-8 años) son 1,8 veces mayor que las tasas de aquellos que tienen 13 o
más años de escolaridad. Por su parte, para el mismo punto del tiempo, la tasa de
mortalidad de las mujeres menos escolarizadas es 2,0 veces mayor en comparación con
aquellas que tienen 13 o más años de escolaridad. Esto, plantea que el gradiente social
relativo en la mortalidad adulta en Chile es mayor entre las mujeres.
Respecto del segundo punto del tiempo (2001-03), se tiene que el diferencial educativo
relativo es evidentemente mayor al del primer trienio, sin embargo, es exactamente
idéntico entre hombres y mujeres con un valor de 3,6. Es decir, aquellos y aquellas que
tienen entre 0 y 8 años de escolaridad presentan tasas 3,6 veces mayor a quienes tienen 13
o más años de escolaridad. Estos resultados son significativos, señalando que en un
período de 10 años el diferencial educacional en la mortalidad se duplicó en los hombres,
mientras que en el caso de las mujeres se evidenció un aumentó de 80%.
Por su parte, cabe mencionar que en ambos puntos del tiempo se tiene evidencia de la
existencia de un diferencial educacional entre aquellos menos escolarizados con el grupo
intermedio (9-12 años) y, entre aquellos que tienen 9-12 años en comparación a los que
tienen 13 y más años de escolaridad. Sin embargo, el diferencial es menor al encontrado
entre los grupos extremos.
Estos resultados dan indicios de que el gradiente educacional en la mortalidad adulta en
Chile ha ido aumentando a través del tiempo. Si bien, las tasas específicas de mortalidad
disminuyen de un período a otro en todos los grupos etarios, el diferencial educacional
relativo aumenta en todos los grupos etarios en el segundo período.
Ante estos resultados, resulta interesante introducir en el modelo de regresión la
interacción entre las variables edad y educación de tal forma de identificar y describir la
existencia de variación en el gradiente educacional dentro de cada grupo etario. En la tabla
A2 (ver anexo) se pueden observar los coeficientes de regresión del modelo 2.
23
Respecto de los hombres, en el segundo modelo8 para ambos puntos del tiempo los
coeficientes de la interacción entre edad y educación son estadísticamente significativos. A
su vez, los coeficientes de la interacción son positivos, aumentan con la edad y también
aumentan con el nivel de escolaridad. Los coeficientes correspondientes a los grupos de
escolaridad son negativos, lo cual sugiere que los diferenciales relativos de mortalidad son
mayores en los grupos etarios de “adultos jóvenes” y que el diferencial educacional
disminuye con la edad. Esta variación del gradiente por grupo etario para ambos puntos de
tiempo se puede observar en el gráfico 2.
Gráfico 2. Chile: Hombres, diferencial educacional (Razón entre 0-8/13+) según edad
y período.
Fuente: INE. Registro de muertes y Censos Demográficos 1992, 2002.
El gráfico 2 además de describir una variación del gradiente educacional por edad en el
caso de los hombres, da cuenta de la ampliación del gradiente entre un período y otro en
todos los grupos etarios sin embargo en ambos se mantiene la misma tendencia de
disminución (del gradiente educacional) con el aumento de la edad. Por ejemplo, en el
trienio 1991-93 los hombres que tienen entre 30-34 años de edad, que poseen una menor
escolaridad (0-8 años) mueren 3,78 veces más que aquellos de mayor educación (13+
años), diferencial que entre los hombres de 65-69 años disminuye a 1,53 entre los mismos
grupos educacionales. En el trienio 2001-03, los resultados para los mismos grupos etarios
y educacionales muestran claramente una ampliación del gradiente, cuyos valores son de
7,21 y 3,16 respectivamente.
8 24
En cuanto a las mujeres, los coeficientes de regresión de la interacción de las variables
edad y educación no son estadísticamente significativos para el período 1991-93, sin
embargo, para el segundo trienio 2001-03 esa situación se revierte, existiendo significancia
estadística (p<0,05) en la mayoría de los coeficientes. En gráfico 3 se puede observar esta
situación.
Gráfico 3. Chile: Mujeres, diferencial educacional (Razón entre 0-8/13+) según edad y
período.
Fuente: INE. Registro de muertes y Censos Demográficos 1992, 2002.
Como puede apreciarse en el gráfico anterior, en el primer trienio prácticamente no existe
una variación acentuada del gradiente educacional en cada grupo etario (más esto no quiere
decir que no existe gradiente). Sin embargo, para el segundo trienio puede apreciarse como
el gradiente es mayor entre los grupos de mujeres adultas más jóvenes, disminuyendo con
la edad. Por ejemplo en 2001-03, las mujeres de 30-34 años con menor educación (0-8
años) presentan tasas de mortalidad 5,08 veces mayor en comparación con aquellas de
mayor escolaridad (13+ años), diferencial que en mujeres de 65-69 años disminuye a 3,68.
Dado que hasta el momento los resultados descritos dan cuenta de la ampliación del
diferencial educacional en la mortalidad adulta en Chile en ambos sexos, se desarrollaron
otros dos modelos de regresión de Poisson para evaluar esa situación. De esta forma, en el
tercer modelo se incluye la variable período con el fin de identificar la existencia de
variación de la mortalidad en los años más recientes y, en el cuarto modelo, se incluye la
interacción entre la variable período y educación, de tal forma de identificar y describir si
25
el gradiente educacional varió en los años más recientes. En la tabla A5 (ver anexo) se
pueden observar los coeficientes estimados para cada uno de estos modelos.
Los resultados obtenidos del tercer modelo9 dan cuenta de una variación de la mortalidad
en los años más recientes, teniendo que el coeficiente de período fue negativo y
estadísticamente significativo (p<0,001). La variación de la mortalidad en estricto rigor da
cuenta de una disminución de la mortalidad (coeficiente negativo) en los años más
recientes (2001-03) para ambos sexos, sin embargo, la disminución de la mortalidad fue
mayor para las mujeres.
Por su parte, los resultados del cuarto modelo de regresión10 que son estadísticamente
significativos, dan cuenta de una variación en el gradiente educacional en los años más
recientes. Esta variación consiste en una ampliación del diferencial educacional en el
período 2001-2003 para ambos sexos.
A modo de resumen, se tiene que las tasas de mortalidad son mayores en las edades más
avanzadas y, a su vez, son mayores entre los grupos con menor escolaridad. Estos
resultados se condicen con los hallazgos descritos en estudios anteriores. Sin embargo, al
observar el gradiente puro y comparar según sexo, se logra observar que el diferencial
relativo entre los grupos educacionales extremos en cada grupo de edad es mayor en el
primer trienio para las mujeres en comparación con los hombres. Sin embargo, al incluir la
interacción de la variable edad y educación en el segundo modelo se puede dar cuenta de la
existencia de la variación del gradiente educacional por edad, teniendo claras evidencias de
que lo encontrado se coindice con los resultados de otros estudios en los cuales al igual que
la presente investigación se da cuenta de un mayor gradiente en los hombres en
comparación a las mujeres y que este disminuye con la edad.
Por otra parte, los resultados analizados logran dar cuenta de la existencia de una caída o
reducción de la mortalidad en los años más recientes en ambos sexos, más esa reducción
no ha sido acompañada por una disminución del diferencial o gradiente educacional. Muy
por el contrario, los resultados presentados anteriormente dan cuenta de la ampliación del
diferencial, concordando con los hallazgos encontrados en estudios anteriores en otras
sociedades.
9 10
26
4.4 Estimativas de mortalidad según sexo, edad, educación, período y causa de muerte
El análisis de la mortalidad adulta en Chile según causa de muerte incluido en este estudio
se desarrolla analizando los gradientes puros en cada causa de muerte, para ambos sexos y
períodos. De esta forma, de los modelos11 desarrollado se obtuvo que en ambos sexos y
períodos de tiempo, prácticamente en todos los grupos de causas de muertes específicas los
coeficientes por edad son estadísticamente significativos (P<0,001) y crecientes con la
edad, a excepción del grupo de causas externas. Que los coeficientes sean crecientes con la
edad sugiere que en cada causa de mortalidad tanto hombres como mujeres de edades más
avanzadas experimentan mayores tasas de mortalidad. Por su parte, todos los coeficientes
correspondientes a la variable educación son estadísticamente significativos (P<0,001), lo
cual describe la existencia de una relación inversa entre años de educación y mortalidad en
todos los grupos de causas muertes utilizados en esta investigación.
Los datos indican que las tasas de mortalidad aumentan con la edad y disminuyen con la
escolaridad dentro de cada uno de los grupos de edad. Si bien, esta primera serie de
modelos no permite evaluar la variación de los diferenciales de educación dentro de cada
grupo de edad, en el gráfico 4 (A y B), se entrega la descripción del diferencial relativo
entre los grupos de escolaridad, en promedio, para todos los grupos de edad en cada grupo
de causa de muertes.
Gráfico 4A - Chile: diferencial educacional (0-8 años/13+ años) relativo según sexo, grupo de
causas específicas de muerte y período, para la población en estudio 1991-1993.
11
27
Fuente: INE. Registro de muertes y Censos Demográficos 1992, 2002.
Gráfico 4B - Chile: diferencial educacional (0-8 años/13+ años) relativo según sexo, grupo de
causas específicas de muerte y período, para la población en estudio 1991-1993.
Fuente: INE. Registro de muertes y Censos Demográficos 1992, 2002.
Como puede observarse, el diferencial relativo entre los grupos educacionales extremos
tanto en el trienio 1991-93 como 2001-03 difiere según sexo. En los hombres en ambos
períodos de tiempo el mayor diferencial relativo por escolaridad se encuentra en el grupo
causas externas. Así, en 1991-93 aquellos individuos con una escolaridad baja (entre 0-8
años) presentan tasas de mortalidad 3,3 veces mayor que los individuos del grupo con 13+
años de escolaridad, situación que en 2001-03 se amplía, teniendo que las tasas de los
menos escolarizados son 6 veces mayor que los con 13 o más años de educación. Sin
embargo, en este mismo grupo de causa de muerte la realidad de las mujeres es
significativamente diferente a la de los hombres, dado que el diferencial es menor. Esta
realidad coincide con los hallazgos de estudios anteriores, que atribuyen gran importancia 28
al factor comportamental como explicativo del diferencial en la mortalidad por causas
externas.
En cuanto a la mortalidad por cáncer se puede ver que en ambos trienios el diferencial es
mayor en las mujeres en comparación a los hombres. De las siete causas de muertes
incluidas en este estudio, los datos sugieren en el caso de los hombres, que la causa de
muerte por cáncer es en donde se da el menor diferencial entre los grupos educacionales
extremos en ambos períodos, situación inversa ocurre en el caso de las mujeres. Por
ejemplo, en el trienio 2001-01 las mujeres con menor educación presentaban tasas de
mortalidad 3,0 veces mayores que las de alta escolaridad, diferencial que en el mismo
período y entre los mismos grupos educacionales en los hombres era de 2,5.
El grupo de causas de muertes por enfermedades del aparato digestivo fue en donde el
diferencial relativo evidencia una cierta similitud entre hombres y mujeres. En el trienio
1991-93 las mujeres con menor educación tenían tasas de mortalidad 2,6 veces más altas
que las mujeres de mayor educación, diferencial que en los hombres era de 2,5. Sin
embargo, en el 2001-03 se amplía este diferencial relativo tanto en el caso de las mujeres
como en el de los hombres (5,3 y 5,8 respectivamente). Más, si el análisis se centrara sólo
en las mujeres se puede afirmar que el grupo de causas de muerte por enfermedades del
aparato digestivo es donde se encuentra el mayor diferencial relativo entre los grupos
educacionales 0-8 años y 13 o más.
Al observar el diferencial relativo en cada grupo de causa de muerte según sexo en el
primer trienio, se tiene que tanto en el grupo de causa de muerte por cáncer, enfermedades
del sistema circulatorio, sistema respiratorio, aparato digestivo y otras causas de muerte, el
diferencial es mayor entre las mujeres. Sin embargo, esta situación en el trienio 2001-03 se
modifica, teniendo como consecuencia que el diferencial relativo de mortalidad en los
grupos de causas específicas de muerte por enfermedades del sistema respiratorio y del
aparato digestivo es mayor para los hombres (sumado al grupo de causas externas).
Cabe mencionar que entre un período y otro en todos los grupos de causas de muertes
incluidos en el estudio se evidenció un aumento del gradiente educacional entre los grupos
extremos (0-8 y 13+) para ambos sexos, situación que ya se había evidenciado al
considerar la mortalidad total.
29
Otro punto a destacar, tiene que ver con el hecho de la existencia de un gradiente
educacional al considerar los grupos de causas de muerte entre el grupo con menor
escolaridad (0-8 años) y el grupo intermedio (9-12 años) y, entre el grupo intermedio y el
grupo con mayor escolaridad. Sin embargo, el gradiente encontrado entre estos grupos es
menor en comparación al identificado entre los grupos educacionales extremos descritos
anteriormente.
5. COMENTARIOS FINALES
La realidad de la mortalidad adulta en Chile entre 1991-2003 da cuenta de la existencia de
un gradiente social en la mortalidad, situación que viene a significar que las ventajas o
beneficios en este caso otorgados por la escolaridad o educación se distribuyen de manera
lineal en la escala de estratificación social, teniendo por resultado que a mayor escolaridad
menor tasa de mortalidad.
En este sentido, los resultados obtenidos a partir del desarrollo de una serie de testes
estadísticos dan cuenta de una relación inversa entre educación y mortalidad, concordando
con una amplia gama de estudios desarrollados tanto en países desarrollados como en los
países en desarrollo, incluyendo Chile (Elo y Preston 1995, Preston y Taubman 1994;
Rogers et al 2000; Rogers et al 2013, Delgado et al 2006, entre otros).
Los resultados respecto del diferencial relativo apuntan a que en el primer trienio, en el
caso de los hombres, aquellos menos escolarizados presentan tasas de mortalidad 1,8 veces
mayor que aquellos con 13 o más años de escolaridad, diferencial que se duplica en los 10
años de observación, alcanzando un diferencial de 3,6. Por su parte, las mujeres menos
escolarizadas en el trienio 1991-93 presentaron tasas de mortalidad 2,0 veces mayores que
aquellas con mayor escolaridad. Diferencial que en el trienio 2001-03 aumentó a 3,6.
Los resultados dan cuenta de la existencia de un diferencial por sexo, que al momento de
introducir la interacción entre las variables edad y educación en los modelos de regresión
utilizados, resulta ser más pronunciado en los hombres en comparación a las mujeres. Este
diferencial por sexo en la mortalidad adulta pueden ser atribuidos a factores
comportamentales y a su vez, los hallazgos parecen dar cuenta de una diferenciación en los
retornos por educación entre hombres y mujeres.
30
Dentro de los hallazgos del estudio, se encuentra la identificación de diferenciales más
pequeños en la mortalidad adulta en la relación entre los individuos con mayor y menor
escolaridad respecta a quienes tienen una educación intermedia (9-12 años). Estos
hallazgos concuerdan con los descritos en estudios anteriores, los cuales apunta a que el
gradiente social se distribuye de manera lineal (Adler 1994, Rentería 2010 entre otros)
El diferencial educacional en la mortalidad adulta en Chile varía según la edad, teniendo
que el gradiente es mayor en las edades adultas “más jóvenes” y disminuye con la edad. De
esta forma, se tiene que en la población chilena en edades más avanzadas existe una mayor
homogeneidad, que puede ser atribuida al proceso de selección de la mortalidad.
Conclusiones similares han sido descritas en otros estudios (Hoffman 2005).
Respecto a la mortalidad por grupo de causas específicas de muerte, queda de manifiesto
que los grupos con menor educación presentan tasas de mortalidad más altas que aquellos
más escolarizados en todos los grupos de causas específicas de mortalidad considerados en
el estudio, tanto para hombres como mujeres. A su vez, el diferencial se amplió en cada
grupo de causa de muerte en el período de estudio para ambos sexos.
A partir de los resultados descritos, se ha podido constatar el efecto protector de la
educación o en estricto rigor de la mayor cantidad de años de escolaridad tanto en la
mortalidad total así como en todos los grupos de causas de muertes específicas. De esta
forma, la posición socioeconómica dada por años de escolaridad puede ser un indicador
útil para la prevención de la mortalidad.
El gradiente social en la mortalidad adulta descrito para el caso de Chile, no tan solo varia
por edad, sexo y grupo educacional, sino que también se ha evidenciado una ampliación
del diferencial en los años más recientes, situación que deja de manifiesto que los avances
o mejoras que se han dado en salud no han sido distribuidos de una forma equitativa entre
los distintos grupos sociales, teniendo una ampliación de la brecha entre pobres y ricos. En
este sentido, a pesar de que algunos indicadores sociales y económicos colocan a Chile
como uno de los países a la vanguardia en América Latina, los hallazgos descritos en este
estudio plantean la existencia de un gradiente social en la mortalidad adulta que podría
indicar la existencia de desigualdades socioeconómicas en la salud. Sin embargo, pese a las
evidencias descritas, surgen dos posibles explicaciones subyacentes que pueden dar cuenta
31
del aumento del gradiente entre 1991-93 y 2001-03. La primera explicación guarda
relación con las limitaciones o posibles inconsistencias que tiene la información, en este
sentido, los problemas en los datos podrían estar influyendo en que aumente el diferencial.
Otra explicación hace alusión a los cambios en la composición de los grupos de
escolaridad en función de otras características que también afectan la mortalidad. Otro
punto importante a destacar es el aumento de las tasas de mortalidad (especialmente en el
caso de los hombres) entre aquellos que tienen al menos 8 años de escolaridad y, en
contraste con ello, las tasas de mortalidad de aquellos con 13 o más año de educación ha
presentado una caída acentuada, para ambos sexos
Por último, quisiera señalar que si bien en el presente estudio se logra dar cuenta de la
existencia de un gradiente educacional en la mortalidad adulta para ambos sexos, en los
diferentes grupos de edad, se sugiere que estudios futuros que procuren dar cuenta del
diferencial educacional en la mortalidad adulta, debieran considerar dentro de sus objetivos
la estimación de la variación de la distribución composicional de la población según
niveles educativos y como esa variación ha afectado la mortalidad total. A su vez, también
se considera relevante que estudios futuros incorporen variables que logren dar cuenta del
contexto social de los individuos, con el objetivo de observar el efecto que tiene lo social y
lo cultural sobre la mortalidad adulta. Es decir, en estudios futuros se sugiere la inclusión
de otras variables y relaciones (por ejemplo, la asociación entre educación y mercado de
trabajo) que permitan ampliar el conocimiento acerca de los caminos a través de los cuales
la educación afecta la mortalidad.
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ANEXOS
Tabla A1. Chile - Coeficientes de regresión Poisson del número de muertes de hombres y mujeres en función de la edad, educación para 1991-1993 y 2001-2003.
Edad Modelo 1 Modelo 1 Modelo 1 Modelo 1
36
Hombre 1991-92 Hombre 2001-03 Mujer 1991-93 Mujer 2001-03
Coef Std Error P>0 Coef Std
Error P>0 Coef Std Error P>0 Coef Std
Error P>0
35 a 39 0,222 0,025 0,000 0,120 0,025 0,000 0,477 0,039 0,000 0,300 0,042 0,000
40 a 44 0,518 0,024 0,000 0,390 0,024 0,000 0,881 0,037 0,000 0,761 0,039 0,000
45 a 49 0,868 0,023 0,000 0,779 0,023 0,000 1,354 0,035 0,000 1,248 0,037 0,000
50 a 54 1,284 0,022 0,000 1,136 0,022 0,000 1,735 0,034 0,000 1,624 0,036 0,000
55 a 59 1,720 0,021 0,000 1,584 0,021 0,000 2,175 0,033 0,000 2,066 0,035 0,000
60 a 64 2,163 0,020 0,000 1,968 0,021 0,000 2,586 0,032 0,000 2,451 0,035 0,000
65 a 69 2,587 0,020 0,000 2,369 0,020 0,000 3,103 0,032 0,000 2,869 0,034 0,000
70 a 74 3,050 0,020 0,000 2,795 0,020 0,000 3,583 0,031 0,000 3,347 0,034 0,000
75 a 79 3,521 0,019 0,000 3,258 0,020 0,000 4,167 0,031 0,000 3,879 0,034 0,000
80 +4,040 0,019 0,000 3,898 0,019 0,000 4,878 0,030 0,000 4,799 0,033 0,000
Educación
9--12 -0,2690,008 0,000 -0,431 0,007 0,000 -0,456 0,009 0,000 -0,609 0,008 0,000
13+ -0,6130,015 0,000 -1,276 0,013 0,000 -0,680 0,023 0,000 -1,279 0,019 0,000
constante-6,059 0,018 0,000 -5,916 0,019 0,000 -7,064 0,030 0,000 -6,999 0,033 0,000
Fuente: INE. Registro de muertes y Censos Demográficos 1992, 2002.
37
Tabla A2- Chile - Coeficientes de regresión Poisson del número de muertes de hombres y mujeres en función de la edad, educación para 1991-1993 y 2001-2003.
Edad
Modelo 2 Modelo 2 Modelo 2 Modelo 2
Hombre 1991-92 Hombre 2001-03 Mujer 1991-93 Mujer 2001-03
Coef Std Error P>0 Coef Std
Error P>0 Coef Std Error P>0 Coef Std
Error P>0
35 a 39 0,159 0,032 0,000 0,143 0,034 0,000 0,409 0,051 0,000 0,248 0,061 0,000
40 a 44 0,425 0,030 0,000 0,378 0,032 0,000 0,834 0,048 0,000 0,714 0,057 0,000
45 a 49 0,736 0,028 0,000 0,732 0,031 0,000 1,305 0,045 0,000 1,211 0,054 0,000
50 a 54 1,114 0,027 0,000 1,016 0,030 0,000 1,683 0,044 0,000 1,606 0,052 0,000
55 a 59 1,504 0,026 0,000 1,437 0,029 0,000 2,111 0,043 0,000 2,083 0,051 0,000
60 a 64 1,947 0,025 0,000 1,817 0,028 0,000 2,522 0,042 0,000 2,491 0,050 0,000
65 a 69 2,360 0,025 0,000 2,201 0,028 0,000 3,049 0,041 0,000 2,909 0,050 0,000
70 a 74 2,829 0,024 0,000 2,623 0,027 0,000 3,521 0,041 0,000 3,394 0,050 0,000
75 a 79 3,293 0,024 0,000 3,088 0,027 0,000 4,101 0,041 0,000 3,914 0,049 0,000
80 + 3,824 0,024 0,000 3,720 0,027 0,000 4,789 0,040 0,000 4,822 0,049 0,000
Educación
9—12 -0,667 0,038 0,000 -0,601 0,038 0,000 -0,590 0,063 0,000 -0,433 0,069 0,000
13+ -1,330 0,077 0,000 -1,976 0,068 0,000 -0,931 0,114 0,000 -1,626 0,108 0,000
EDAD*EDUCACIÓN
35-39*9-12 0,119 0,053 0,025 -0,126 0,052 0,015 0,182 0,083 0,029 0,110 0,088 0,210
35-39*13+ 0,219 0,104 0,034 -0,011 0,096 0,906 0,010 0,151 0,949 -0,015 0,148 0,917
40-44*9-12 0,102 0,054 0,058 -0,084 0,050 0,091 0,139 0,082 0,089 0,064 0,082 0,431
40-44*13+ 0,348 0,099 0,000 0,138 0,092 0,131 -0,133 0,150 0,373 0,128 0,136 0,347
45-49*9-12 0,189 0,052 0,000 -0,041 0,048 0,397 0,054 0,079 0,497 0,049 0,079 0,533
45-49*13+ 0,376 0,101 0,000 0,348 0,086 0,000 0,148 0,145 0,308 0,177 0,130 0,172
50-54*9-12 0,297 0,050 0,000 0,102 0,047 0,031 0,016 0,077 0,838 -0,039 0,078 0,618
50-54*13+ 0,506 0,100 0,000 0,546 0,082 0,000 0,298 0,144 0,038 0,461 0,123 0,000
55-59*9-12 0,472 0,047 0,000 0,162 0,046 0,000 0,097 0,075 0,195 -0,141 0,077 0,067
55-59*13+ 0,699 0,096 0,000 0,669 0,080 0,000 0,218 0,144 0,132 0,363 0,125 0,004
60-64*9-12 0,475 0,045 0,000 0,167 0,045 0,000 0,079 0,072 0,272 -0,243 0,076 0,001
60-64*13+ 0,703 0,091 0,000 0,710 0,080 0,000 0,281 0,140 0,045 0,249 0,128 0,052
65-69*9-12 0,505 0,044 0,000 0,224 0,044 0,000 0,021 0,071 0,769 -0,275 0,075 0,000
65-69*13+ 0,902 0,090 0,000 0,826 0,079 0,000 0,202 0,142 0,156 0,323 0,128 0,011
70-74*9-12 0,481 0,044 0,000 0,249 0,043 0,000 0,075 0,069 0,279 -0,329 0,073 0,000
70-74*13+ 0,865 0,089 0,000 0,862 0,077 0,000 0,187 0,140 0,182 0,372 0,124 0,003
75-79*9-12 0,541 0,043 0,000 0,229 0,044 0,000 0,090 0,068 0,183 -0,266 0,073 0,000
75-79*13+ 0,802 0,088 0,000 0,935 0,078 0,000 0,360 0,132 0,006 0,513 0,123 0,000
80+*9-12 0,410 0,042 0,000 0,259 0,041 0,000 0,239 0,065 0,000 -0,180 0,070 0,010
80+*13+ 1,074 0,083 0,000 1,042 0,073 0,000 0,405 0,120 0,001 0,549 0,113 0,000
Constante -5,857 0,022 0,000 -5,765 0,026 0,000 -6,993 0,039 0,000 -7,024 0,049 0,000
Fuente: INE. Registro de muertes y Censos Demográficos 1992, 2002.
38
Tabla A3 – Chile. Tasas de mortalidad según sexo, edad y educación para 1991-1993 y 2001-2003
EdadHombres 1991-1993 Hombres 2001-2003 Mujeres 1991-1993 Mujeres 2001-2003
0--8 9--12 13+ 0--8 9--12 13+ 0--8 9--12 13+ 0--8 9--12 13+30-34 2,86 1,47 0,76 3,14 1,72 0,43 0,92 0,51 0,36 0,89 0,58 0,1835-39 3,35 1,94 1,10 3,62 1,75 0,50 1,38 0,92 0,55 1,14 0,83 0,2240-44 4,37 2,49 1,64 4,58 2,31 0,73 2,11 1,35 0,96 1,82 1,26 0,4145-49 5,97 3,70 2,30 6,52 3,43 1,28 3,38 1,98 1,17 2,99 2,04 0,7050-54 8,71 6,01 3,82 8,66 5,26 2,07 4,94 2,78 2,06 4,44 2,77 1,3855-59 12,87 10,59 6,85 13,19 8,50 3,57 7,58 4,63 3,46 7,15 4,03 2,0260-64 20,03 16,53 10,70 19,29 12,50 5,44 11,43 6,86 4,58 10,75 5,47 2,7165-69 30,27 25,76 19,73 28,34 19,43 8,97 19,36 10,95 10,28 16,33 8,05 4,4470-74 48,40 40,20 30,40 43,21 30,40 14,20 31,05 18,54 13,49 26,50 12,37 7,5675-79 76,95 67,85 45,36 68,80 47,42 24,29 55,41 33,61 27,17 44,57 22,17 14,6580+ 130,89 101,26 101,30 129,38 91,91 50,84 110,34 77,69 47,07 110,51 59,89 37,62
Fuente: INE, Registro de muertes.
Tabla A4. Chile. Razones de las tasas de mortalidad según sexo, edad y educación para 1991-1993 y 2001-2003
Edad
Hombres 1991-1993 Hombres 2001-2003 Mujeres 1991-1993 Mujeres 2001-20030-
8/9-12
0-8/13+
9-12/13+
0-8/9-12
0-8/13+
9-12/13+
0-8/9-12
0-8/13+
9-12/13+
0-8/9-12
0-8/13+
9-12/13+
30-34 1,95 3,78 1,94 1,82 7,21 3,95 1,80 2,54 1,41 1,54 5,08 3,3035-39 1,73 3,04 1,76 2,07 7,29 3,53 1,50 2,51 1,67 1,38 5,16 3,7440-44 1,76 2,67 1,52 1,98 6,28 3,16 1,57 2,21 1,41 1,45 4,47 3,1045-49 1,61 2,60 1,61 1,90 5,09 2,68 1,71 2,90 1,69 1,47 4,26 2,9050-54 1,45 2,28 1,58 1,65 4,18 2,54 1,78 2,40 1,35 1,60 3,21 2,0055-59 1,21 1,88 1,55 1,55 3,69 2,38 1,64 2,19 1,34 1,77 3,54 1,9960-64 1,21 1,87 1,55 1,54 3,54 2,30 1,67 2,50 1,50 1,97 3,96 2,0265-69 1,18 1,53 1,31 1,46 3,16 2,17 1,77 1,88 1,07 2,03 3,68 1,8170-74 1,20 1,59 1,32 1,42 3,04 2,14 1,67 2,30 1,37 2,14 3,51 1,6475-79 1,13 1,70 1,50 1,45 2,83 1,95 1,65 2,04 1,24 2,01 3,04 1,5180+ 1,29 1,29 1,00 1,41 2,54 1,81 1,42 2,34 1,65 1,85 2,94 1,59
Fuente: INE. Registro de muertes y Censos Demográficos 1992, 2002.
Tabla A5 – Chile. Coeficientes de regresión Poisson del número de muertes de hombres y mujeres en función de la edad, educación y la interacción entre las dos variables.
EdadHombres Mujeres
Modelo 3 Modelo 4 Modelo 3 Modelo 4
39
Coef Std Error P>0 Coef Std
Error P>0 Coef Std Error P>0 Coef Std
Error P>0
35 a 39 0,167 0,023 0,000 0,162 0,023 0,000 0,343 0,039 0,000 0,340 0,039 0,000
40 a 44 0,417 0,022 0,000 0,412 0,022 0,000 0,786 0,037 0,000 0,783 0,037 0,000
45 a 49 0,745 0,021 0,000 0,741 0,021 0,000 1,268 0,035 0,000 1,266 0,035 0,000
50 a 54 1,081 0,020 0,000 1,076 0,020 0,000 1,655 0,033 0,000 1,651 0,033 0,000
55 a 59 1,489 0,019 0,000 1,483 0,019 0,000 2,108 0,033 0,000 2,103 0,033 0,000
60 a 64 1,898 0,019 0,000 1,893 0,019 0,000 2,516 0,032 0,000 2,512 0,032 0,000
65 a 69 2,298 0,018 0,000 2,291 0,018 0,000 2,990 0,032 0,000 2,985 0,032 0,000
70 a 74 2,743 0,018 0,000 2,732 0,018 0,000 3,467 0,031 0,000 3,460 0,031 0,000
75 a 79 3,208 0,018 0,000 3,199 0,018 0,000 4,016 0,031 0,000 4,010 0,031 0,000
80 + 3,794 0,018 0,000 3,785 0,018 0,000 4,824 0,031 0,000 4,818 0,031 0,000
Educación
9--12 -0,616 0,027 0,000 -0,552 0,027 0,000 -0,506 0,046 0,000 -0,443 0,047 0,000
13+ -1,696 0,051 0,000 -1,307 0,052 0,000 -1,342 0,078 0,000 -0,986 0,079 0,000
EDAD*EDUCACIÓN
35-39*9-12 -0,020 0,037 0,579 -0,008 0,037 0,834 0,138 0,060 0,022 0,151 0,060 0,012
35-39*13+ 0,080 0,070 0,254 0,082 0,070 0,245 -0,022 0,105 0,833 -0,019 0,105 0,854
40-44*9-12 -0,004 0,036 0,903 0,015 0,036 0,674 0,103 0,057 0,071 0,127 0,057 0,026
40-44*13+ 0,217 0,067 0,001 0,221 0,067 0,001 -0,008 0,100 0,934 -0,001 0,100 0,990
45-49*9-12 0,066 0,035 0,061 0,084 0,035 0,017 0,067 0,055 0,221 0,089 0,055 0,105
45-49*13+ 0,324 0,065 0,000 0,358 0,065 0,000 0,093 0,096 0,333 0,140 0,096 0,144
50-54*9-12 0,178 0,034 0,000 0,196 0,034 0,000 -0,003 0,054 0,950 0,017 0,054 0,759
50-54*13+ 0,453 0,063 0,000 0,520 0,063 0,000 0,315 0,092 0,001 0,381 0,092 0,000
55-59*9-12 0,287 0,033 0,000 0,305 0,033 0,000 -0,028 0,053 0,593 -0,007 0,053 0,890
55-59*13+ 0,606 0,061 0,000 0,670 0,061 0,000 0,248 0,093 0,008 0,297 0,093 0,001
60-64*9-12 0,299 0,032 0,000 0,311 0,032 0,000 -0,089 0,052 0,086 -0,075 0,052 0,150
60-64*13+ 0,663 0,060 0,000 0,688 0,060 0,000 0,221 0,094 0,018 0,250 0,094 0,008
65-69*9-12 0,337 0,031 0,000 0,353 0,031 0,000 -0,139 0,051 0,007 -0,121 0,051 0,018
65-69*13+ 0,802 0,059 0,000 0,837 0,059 0,000 0,211 0,094 0,025 0,251 0,094 0,008
70-74*9-12 0,332 0,031 0,000 0,355 0,031 0,000 -0,148 0,050 0,003 -0,125 0,050 0,013
70-74*13+ 0,792 0,058 0,000 0,842 0,058 0,000 0,235 0,092 0,010 0,280 0,092 0,002
75-79*9-12 0,356 0,031 0,000 0,374 0,031 0,000 -0,096 0,049 0,053 -0,078 0,049 0,114
75-79*13+ 0,848 0,058 0,000 0,854 0,058 0,000 0,417 0,090 0,000 0,431 0,090 0,000
80+*9-12 0,312 0,029 0,000 0,330 0,029 0,000 0,008 0,047 0,858 0,030 0,047 0,532
80+*13+ 1,000 0,055 0,000 1,037 0,055 0,000 0,478 0,082 0,000 0,476 0,082 0,000
PERÍODO
2001-03 -0,095 0,004 0,000 -0,037 0,005 0,000 -0,124 0,005 0,000 -0,087 0,005 0,000
PERÍODO*EDUCACIÓN
2001-03*9--12 -0,147 0,011 0,000 -0,151 0,012 0,000
2001-03*13+ -0,653 0,020 0,00 -0,579 0,029 0,000constante -5,781 0,017 0,000 -5,804 0,017 0,000 -6,957 0,031 0,000 -6,972 0,031 0,000
Fuente: INE. Registro de muertes y Censos Demográficos 1992, 2002.
40
TABLA A6. Chile. Coeficientes de regresión de Poisson por edad, educación y causas de muertes. Hombres, 1991- 1993.
Edad
Neoplasmas Sistema Circulatorio Sistema Respiratorio Aparato Digestivo Causas Externas Causas Mal
Definidas Otras Causas
Coef Std Error P>0 Coef Std
Error P>0 Coef Std Error P>0 Coef Std
Error P>0 Coef Std Error P>0 Coef Std
Error P>0 Coef Std Error P>0
35 a 39 0,546 0,082 0,000 0,617 0,088 0,000 0,473 0,130 0,000 0,827 0,095 0,000 0,000 0,032 0,993 0,416 0,190 0,029 0,276 0,073 0,000
40 a 44 1,099 0,077 0,000 1,291 0,081 0,000 1,014 0,121 0,000 1,483 0,089 0,000 -0,023 0,034 0,495 0,753 0,181 0,000 0,609 0,070 0,000
45 a 49 1,694 0,072 0,000 1,882 0,077 0,000 1,533 0,114 0,000 1,995 0,085 0,000 0,026 0,035 0,463 0,931 0,177 0,000 0,882 0,068 0,000
50 a 54 2,353 0,069 0,000 2,562 0,074 0,000 1,992 0,110 0,000 2,398 0,084 0,000 0,055 0,036 0,130 1,514 0,166 0,000 1,217 0,066 0,000
55 a 59 2,949 0,067 0,000 3,131 0,072 0,000 2,480 0,107 0,000 2,668 0,083 0,000 0,183 0,037 0,000 2,043 0,159 0,000 1,707 0,063 0,000
60 a 64 3,565 0,065 0,000 3,665 0,071 0,000 3,107 0,103 0,000 2,899 0,082 0,000 0,189 0,037 0,000 2,640 0,152 0,000 2,065 0,061 0,000
65 a 69 3,930 0,065 0,000 4,223 0,070 0,000 3,674 0,102 0,000 3,102 0,083 0,000 0,312 0,040 0,000 3,260 0,150 0,000 2,548 0,060 0,000
70 a 74 4,301 0,065 0,000 4,784 0,070 0,000 4,317 0,101 0,000 3,289 0,084 0,000 0,404 0,044 0,000 3,984 0,148 0,000 3,056 0,059 0,000
75 a 79 4,650 0,065 0,000 5,305 0,070 0,000 5,000 0,100 0,000 3,488 0,085 0,000 0,458 0,050 0,000 4,717 0,146 0,000 3,524 0,058 0,000
80 +4,866 0,065 0,000 5,842 0,069 0,000 5,754 0,099 0,000 3,709 0,084 0,000 0,714 0,046 0,000 5,673 0,144 0,000 4,012 0,056 0,000
Educación
9--12-0,010 0,016 0,000 -0,106 0,014 0,000 -0,344 0,025 0,000 -0,240 0,027 0,000 -0,628 0,022 0,000 -1,692 0,060 0,000 -0,309 0,024 0,000
13+-0,204 0,030 0,000 -0,360 0,027 0,000 -0,637 0,049 0,000 -0,901 0,058 0,000 -1,187 0,044 0,000 -2,369 0,152 0,000 -0,733 0,049 0,000
constante-8,766 0,063 0,000 -8,875 0,069 0,000 -9,465 0,098 0,000 -9,003 0,078 0,000 -6,316 0,023 0,000 -9,768 0,143 0,000 -8,232 0,054 0,000
Fuente: INE. Registro de muertes y Censos Demográficos 1992, 2002.
41
TABLA A7. Chile. Coeficientes de regresión de Poisson por edad, educación y causas de muertes. Hombres, 2001-2003
Edad
Neoplasmas Sistema Circulatorio Sistema Respiratorio Aparato Digestivo Causas Externas Causas Mal Definidas Otras Causas
Coef Std Error P>0 Coef Std
Error P>0 Coef Std Error P>0 Coef Std
Error P>0 Coef Std Error P>0 Coef Std
Error P>0 Coef Std Error P>0
35 a 39 0,199 0,077 0,010 0,385 0,089 0,000 0,103 0,138 0,000 0,934 0,093 0,000 -0,120 0,034 0,000 0,171 0,178 0,334 0,210 0,059 0,000
40 a 44 0,744 0,071 0,000 1,194 0,080 0,000 0,454 0,130 0,000 1,363 0,090 0,000 -0,080 0,035 0,021 0,104 0,183 0,571 0,343 0,059 0,000
45 a 49 1,403 0,067 0,000 1,784 0,077 0,000 0,973 0,124 0,000 1,981 0,087 0,000 -0,017 0,036 0,627 0,486 0,175 0,006 0,625 0,058 0,000
50 a 54 2,032 0,064 0,000 2,334 0,074 0,000 1,546 0,116 0,000 2,339 0,085 0,000 -0,049 0,037 0,186 0,493 0,177 0,005 0,853 0,057 0,000
55 a 59 2,643 0,062 0,000 2,938 0,073 0,000 2,006 0,113 0,000 2,652 0,085 0,000 -0,031 0,039 0,435 1,029 0,165 0,000 1,369 0,054 0,000
60 a 64 3,166 0,061 0,000 3,408 0,072 0,000 2,519 0,110 0,000 2,896 0,084 0,000 -0,018 0,041 0,666 1,291 0,162 0,000 1,701 0,053 0,000
65 a 69 0,365 0,061 0,000 3,866 0,072 0,000 3,171 0,108 0,000 3,035 0,085 0,000 -0,042 0,044 0,343 1,975 0,152 0,000 2,116 0,051 0,000
70 a 74 3,977 0,060 0,000 4,402 0,071 0,000 3,828 0,106 0,000 3,187 0,085 0,000 0,173 0,043 0,000 2,537 0,147 0,000 2,640 0,050 0,000
75 a 79 4,357 0,061 0,000 4,903 0,071 0,000 4,463 0,106 0,000 3,471 0,086 0,000 0,243 0,051 0,000 3,285 0,144 0,000 3,212 0,049 0,000
80 +4,724 0,060 0,000 5,563 0,071 0,000 5,489 0,104 0,000 3,670 0,085 0,000 0,570 0,045 0,000 4,615 0,138 0,000 3,936 0,047 0,000
Educación
9--12 -0,2390,014 0,000 -0,303 0,014 0,000 -0,597 0,026 0,000 -0,630 0,023 0,000 -0,673 0,021 0,000 -1,292 0,063 0,000 -0,466 0,019 0,000
13+-0,935 0,024 0,000 -1,064 0,024 0,000 -1,442 0,049 0,000 -1,760 0,047 0,000 -1,799 0,039 0,000 -2,012 0,114 0,000 -1,334 0,034 0,000
Constante-8,383 0,059 0,000 -8,685 0,070 0,000 -9,279 0,103 0,000 -8,738 0,081 0,000 -6,318 0,026 0,000 -9,528 0,136 0,000 -7,698 0,046 0,000
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Fuente: INE. Registro de muertes y Censos Demográficos 1992, 2002.
43