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Número suelto € 1,00. Número atrasado € 2,00 L’O S S E RVATORE ROMANO EDICIÓN SEMANAL Unicuique suum EN LENGUA ESPAÑOLA Non praevalebunt Año XLVII, número 4 (2.399) Ciudad del Vaticano 23 de enero de 2015 Filipinas meta de la segunda etapa del séptimo viaje apostólico Sentí que tenía que estar aquí La oración por las víctimas de Níger Ninguna guerra en nombre de Dios Semana de oración por la unidad de los cristianos El ecumenismo de la conversión La oración por la unidad nos re- cuerda que también en el trabajo ecuménico, como en la vida y en la fe, no todo es resultado de un hacer y que, más bien, debería- mos aprender a dejar espacio a la acción no manipulable del Espí- ritu Santo y confiar en Él al me- nos como confiamos en nuestros propios esfuerzos. KURT KO CH EN PÁGINA 15 Entrevista al secretario de Estado sobre el balance de la visita a Asia Un viaje nuevo PÁGINA 16 El Papa del mundo SIGUE EN LA PÁGINA 16 LUCETTA SCARAFFIA N unca el Papa Francisco había tomado distancia de la cultura occidental —o tal vez sería más exacto decir europea— como en este viaje, durante el cual reveló de mil modos que su figura pertenece al mundo. Y no es una casuali- dad que haya elegido Asia para dar este paso, es decir, el conti- nente donde los cristianos son minoría, continente en el fondo disponible a una apertura a Cristo y habitado por pueblos que requieren, sin embargo, res- puestas muy distintas de las de la evangelización tradicional. Bergoglio tomó distancia, an- te todo, del lenguaje diplomáti- co de modelo europeo, medido y prudente, que desde hace tiempo en ámbito internacional busca evitar graves incidentes entre distintos países pero no cambia nada —nunca evitó una guerra— y a menudo actúa sólo como una camomila que ador- mece los problemas auténticos. Lo hizo con un gesto significati- vo, como dejar a un lado los discursos preparados y volver a su lengua materna, la que se eli- ge cuando se habla con el cora- zón. No el inglés passe-partout mundial de las élites y de las di- plomacias, sino su lengua autén- tica, así como las multitudes que lo escuchaban hablan entre ellas no en inglés, sino en una lengua cotidiana. Se puso de este modo a su nivel, se hizo uno de ellos y no un exponente de las jerar- quías mundiales. Luego, dijo las cosas que pen- saba de modo directo, incluso cuando sabía que muchos se molestarían, reservándose el he- cho de explicarlas mejor en un segundo momento. Su forma de afrontar la libertad religiosa y de pensamiento fue, en efecto, sen- cilla y concreta en un país como Sri Lanka, donde después de una larga y sangrienta guerra la convivencia es forjada y vivida por un pueblo que sabe conju- gar devociones diversas en una praxis cotidiana desde la base. Lejos de las ideologías que des- de hace siglos gobiernan el pen- samiento occidental, Francisco evocando el puñetazo habló con el lenguaje de todos, dijo lo que todos sienten e hizo comprender cuán lejos de la realidad están las ideas abstractas, realidad que requiere, sin embargo, escucha del otro y prudencia. Esa reali- dad que hoy ha llegado a ser tan peligrosa para los europeos. Otra distancia de la mentali- dad europea fue su reiterada re- ferencia a la Humanae vitae, que tuvo la valentía de definir como profética precisamente mientras la liberaba de las interpretacio- nes malignas que —desde hace décadas— la quieren ver como una invitación indiscriminada a la procreación. Recordó que la encíclica de Pablo VI iba en con- tra de la cultura de los países dominantes, obsesionados por la teoría de la bomba humana, es decir, del crecimiento excesivo de la población mundial, que, de hecho, surgía de una exigen- cia de control del desarrollo de- mográfico del Tercer mundo. La encíclica de Montini, tan censurada en Europa y en Esta- dos Unidos, fue acogida en cambio con grande favor y ali- vio por muchos pueblos del mundo, en especial de América Latina, que vivía bajo la pesadi- lla de la esterilización impuesta. El Papa Francisco recordó preci- samente en Asia, continente donde el problema demográfico se afrontó con modos violentos y opresivos —a menudo también con la ayuda de las Naciones Unidas, que con el fin de reali- zar el control de los nacimientos Niña herida tras una protesta (Afp) Después de la catequesis del miércoles 21 de enero el Papa pidió oraciones por Níger. Quisiera ahora invitaros a rezar jun- tos por las víctimas de las manifesta- ciones de estos últimos días en el amado Níger. Se cometieron brutali- dades hacia los cristianos, los niños y las iglesias. Invoquemos al Señor el don de la reconciliación y de la paz, para que nunca el sentimiento religioso se convierta en ocasión de violencia, de abuso y de destrucción. No se puede declarar la guerra en nombre de Dios. Deseo que lo antes posible se pueda restablecer un cli- ma de respeto mutuo y de pacífica convivencia para el bien de todos. Recemos a la Virgen por la gente de Níger (Avemaría...). CATEQUESIS EN PÁGINA 2 VISITA DEL PONTÍFICE A FILIPINAS EN PÁGINAS 3 A 14

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  • Nmero suelto 1,00. Nmero atrasado 2,00

    LO S S E RVATOR E ROMANOEDICIN SEMANAL

    Unicuique suum

    EN LENGUA ESPAOLANon praevalebunt

    Ao XLVII, nmero 4 (2.399) Ciudad del Vaticano 23 de enero de 2015

    Filipinas meta de la segunda etapa del sptimo viaje apostlico

    Sent que tena que estar aqu

    La oracin por las vctimas de Nger

    Ninguna guerra en nombre de Dios

    Semana de oracinpor la unidad de los cristianos

    El ecumenismode la conversinLa oracin por la unidad nos re-cuerda que tambin en el trabajoecumnico, como en la vida y enla fe, no todo es resultado de unhacer y que, ms bien, debera-mos aprender a dejar espacio a laaccin no manipulable del Esp-ritu Santo y confiar en l al me-nos como confiamos en nuestrospropios esfuerzos.

    KURT KO CH EN PGINA 15

    Entrevista al secretario de Estadosobre el balance de la visita a Asia

    Un viaje nuevo

    PGINA 16

    El Papa del mundo

    SIGUE EN LA PGINA 16

    LU C E T TA SCARAFFIA

    Nunca el Papa Franciscohaba tomado distanciade la cultura occidentalo tal vez sera ms exacto decireurop ea como en este viaje,durante el cual revel de milmodos que su figura perteneceal mundo. Y no es una casuali-dad que haya elegido Asia paradar este paso, es decir, el conti-nente donde los cristianos sonminora, continente en el fondodisponible a una apertura aCristo y habitado por pueblosque requieren, sin embargo, res-puestas muy distintas de las dela evangelizacin tradicional.

    Bergoglio tom distancia, an-te todo, del lenguaje diplomti-co de modelo europeo, medidoy prudente, que desde hacetiempo en mbito internacionalbusca evitar graves incidentesentre distintos pases pero nocambia nada nunca evit unaguerra y a menudo acta slocomo una camomila que ador-mece los problemas autnticos.Lo hizo con un gesto significati-vo, como dejar a un lado losdiscursos preparados y volver asu lengua materna, la que se eli-ge cuando se habla con el cora-zn. No el ingls passe-partoutmundial de las lites y de las di-plomacias, sino su lengua autn-tica, as como las multitudes que

    lo escuchaban hablan entre ellasno en ingls, sino en una lenguacotidiana. Se puso de este modoa su nivel, se hizo uno de ellos yno un exponente de las jerar-quas mundiales.

    Luego, dijo las cosas que pen-saba de modo directo, inclusocuando saba que muchos semolestaran, reservndose el he-cho de explicarlas mejor en unsegundo momento. Su forma deafrontar la libertad religiosa y depensamiento fue, en efecto, sen-cilla y concreta en un pas comoSri Lanka, donde despus deuna larga y sangrienta guerra laconvivencia es forjada y vividapor un pueblo que sabe conju-gar devociones diversas en unapraxis cotidiana desde la base.Lejos de las ideologas que des-de hace siglos gobiernan el pen-samiento occidental, Franciscoevocando el puetazo habl conel lenguaje de todos, dijo lo quetodos sienten e hizo comprendercun lejos de la realidad estnlas ideas abstractas, realidad querequiere, sin embargo, escuchadel otro y prudencia. Esa reali-dad que hoy ha llegado a sertan peligrosa para los europeos.

    Otra distancia de la mentali-dad europea fue su reiterada re-ferencia a la Humanae vitae, quetuvo la valenta de definir comoproftica precisamente mientrasla liberaba de las interpretacio-nes malignas que desde hacedcadas la quieren ver comouna invitacin indiscriminada ala procreacin. Record que laencclica de Pablo VI iba en con-tra de la cultura de los pasesdominantes, obsesionados por lateora de la bomba humana, esdecir, del crecimiento excesivode la poblacin mundial, que,de hecho, surga de una exigen-cia de control del desarrollo de-mogrfico del Tercer mundo.

    La encclica de Montini, tancensurada en Europa y en Esta-dos Unidos, fue acogida encambio con grande favor y ali-vio por muchos pueblos delmundo, en especial de AmricaLatina, que viva bajo la pesadi-lla de la esterilizacin impuesta.El Papa Francisco record preci-samente en Asia, continentedonde el problema demogrficose afront con modos violentosy opresivos a menudo tambincon la ayuda de las NacionesUnidas, que con el fin de reali-zar el control de los nacimientos

    Nia herida tras una protesta (Afp)

    Despus de la catequesis del mircoles21 de enero el Papa pidi oraciones porN g e r.Quisiera ahora invitaros a rezar jun-tos por las vctimas de las manifesta-ciones de estos ltimos das en elamado Nger. Se cometieron brutali-dades hacia los cristianos, los niosy las iglesias. Invoquemos al Seorel don de la reconciliacin y de lapaz, para que nunca el sentimientoreligioso se convierta en ocasin deviolencia, de abuso y de destruccin.No se puede declarar la guerra ennombre de Dios. Deseo que lo antesposible se pueda restablecer un cli-ma de respeto mutuo y de pacficaconvivencia para el bien de todos.Recemos a la Virgen por la gente deNger (Avemara...).

    CAT E Q U E S I S EN PGINA 2

    VI S I TA DEL PONTFICE A FILIPINAS EN PGINAS 3 A 14

  • LOSSERVATORE ROMANOEDICIN SEMANAL

    Unicuique suumEN LENGUA ESPAOLANon praevalebunt

    Ciudad del Vaticanoe d . e s p a n o l a @ o s s ro m .v a

    w w w. o s s e r v a t o re ro m a n o .v a

    GI O VA N N I MARIA VIANd i re c t o r

    Giuseppe Fiorentinosub director

    Marta Lagoredactor jefe de la edicin

    Redaccinvia del Pellegrino, 00120 Ciudad del Vaticano

    telfono 39 06 698 99410

    TIPO GRAFIA VAT I C A N A EDITRICELOS S E R VAT O R E ROMANO

    don Sergio Pellini S.D.B.director general

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    pgina 2 LOSSERVATORE ROMANO viernes 23 de enero de 2015, nmero 4

    En la audiencia general del mircoles 21 de enero el Papa recuerda el viaje a Sri Lanka y Filipinas

    En la fe y en la misionariedad

    La invitacin a orar por la unidad de los cristianos

    Para llegar a ser una sola familia

    El Papa dedic la audiencia generaldel mircoles 21, en el aula Pablo VI,al viaje que realiz del 12 al 19 deenero a Sri Lanka y Filipinas. Fuesobre todo explic en la catequesisun gozoso encuentro con lascomunidades eclesiales que, en esospases, dan testimonio de Cristo: losconfirm en la fe y en lamisionariedad.

    Queridos hermanos y hermanas,buenos das!

    Hoy me centrar en el viaje apos-tlico a Sri Lanka y Filipinas, querealic la semana pasada. Tras la vi-sita a Corea de hace algunos meses,fui nuevamente a Asia, continente dericas tradiciones culturales y espiri-tuales. El viaje fue sobre todo ungozoso encuentro con las comunida-des eclesiales que, en esos pases,dan testimonio de Cristo: los confir-m en la fe y en la misionariedad.Conservar siempre en el corazn elrecuerdo de la festiva acogida porparte de las multitudes en algunoscasos incluso inmensas, que acom-pa los momentos destacados delviaje. Adems, alent el dilogointerreligioso al servicio de la paz,

    cristianos, llamados hoy a proponerla verdad salvfica del Evangelio enun contexto multirreligioso, respe-tando a los dems, con perseveran-cia y humildad.

    Sri Lanka es un pas de gran be-lleza natural, cuyo pueblo est bus-cando reconstruir la unidad tras unlargo y dramtico conflicto civil. En

    Evangelio y su capacidad de inspiraruna sociedad digna del hombre, enla cual hay sitio para la dignidad decada uno y las aspiraciones del pue-blo filipino.

    El fin principal de la visita, y mo-tivo por el cual decid ir a Filipinaseste fue el motivo principal, eraexpresar mi c e rc a n a a nuestros her-manos y hermanas que sufrieron ladevastacin del tifn Yolanda. Fui aTacloban, en la regin ms grave-mente golpeada, donde rend home-naje a la fe y la capacidad de resta-blecimiento de la poblacin local.En Tacloban, lamentablemente, lasadversas condiciones climticas cau-saron otra vctima inocente: la jovenvoluntaria Kristel, que muri arrasa-da por una estructura que arranc elviento. Agradec luego a quienes,desde todas las partes del mundo,han respondido a la necesidad conuna generosa y abundante ayuda. Elpoder del amor de Dios, revelado enel misterio de la Cruz, se hizo evi-dente en el espritu de solidaridaddemostrado por los mltiples gestosde caridad y de sacrificio que marca-ron esos das sombros.

    Los encuentros con las familias ylos jvenes, en Manila, fueron mo-mentos destacados de la visita a Fili-pinas. Las familias sanas son esencia-les para la vida de la sociedad. Da

    consuelo y esperanza ver a muchasfamilias numerosas que acogen a loshijos como un autntico don deDios. Ellos saben que cada hijo esuna bendicin. Escuch que algunosdecan que las familias con muchoshijos y el nacimiento de tantos niosest entre las causas de la pobreza.Me parece una opinin superficial.Puedo decir, todos podemos decir,que la causa principal de la pobrezaes un sistema econmico que quit ala persona del centro y puso en sulugar al dios dinero; un sistema eco-nmico que excluye, excluye siem-pre: excluye a los nios, a los ancia-nos, a los jvenes sin trabajo... ycrea la cultura del descarte que vivi-mos. Nos hemos acostumbrado a verpersonas descartadas. Este es el mo-tivo principal de la pobreza, no lasfamilias numerosas. Evocando la fi-gura de san Jos, que protegi la vi-da del Santo Nio, muy veneradoen ese pas, record que hay queproteger a las familias, que afrontandiversas amenazas, con el fin de quepuedan testimoniar la belleza de lafamilia en el proyecto de Dios. Hayque defender tambin a las familiasde las nuevas colonizaciones ideol-gicas, que atentan contra su identi-dad y misin.

    Y fue una alegra para m estarcon los jvenes de Filipinas, escucharsus esperanzas y sus preocupaciones.Quise ofrecerles mi aliento en sus es-fuerzos por contribuir a la renova-cin de la sociedad, especialmente atravs del servicio a los pobres y laconservacin del ambiente natural.

    La atencin a los pobres es un ele-mento esencial de nuestra vida y tes-timonio cristiano, a esto hice alusintambin en la visita; comporta el re-chazo de toda forma de corrupcin,porque la corrupcin roba a los po-bres y requiere una cultura de ho-nestidad.

    Doy gracias al Seor por esta visi-ta pastoral a Sri Lanka y Filipinas.Le pido que bendiga siempre a estosdos pases y que confirme la fideli-dad de los cristianos al mensajeevanglico de nuestra redencin, re-conciliacin y comunin con Cristo.

    Tras los saludos a los grupos, el Papa invit a unirse a la Semanade oracin por la unidad de los cristianos.

    La Semana de oracin por la unidad de los cristianos que estamos cele-brando, nos ofrece la ocasin de reflexionar sobre nuestra pertenencia aCristo y a la Iglesia. Queridos jvenes, rezad para que todos los cristia-nos sean una sola familia; queridos enfermos, ofreced vuestros sufrimien-tos por la causa de la unidad de la Iglesia de Cristo; y vosotros, queridosrecin casados, experimentad el amor gratuito como lo es el amor deDios por la humanidad.

    as como el camino de esos puebloshacia la unidad y el desarrollo so-cial, especialmente con el protago-nismo de las familias y los jvenes.

    El momento culminante de mi es-tancia en Sri Lanka fue la canoniza-cin del gran misionero Jos Vaz. Estesanto sacerdote administraba los sa-cramentos, a menudo en secreto, alos fieles, pero ayudaba indistinta-mente a todos los necesitados, de to-da religin y condicin social. Suejemplo de santidad y amor al prji-mo sigue inspirando a la Iglesia enSri Lanka en su apostolado de cari-dad y educacin. Indiqu a san JosVaz como modelo para todos los

    de miembros de otras religiones. Enese lugar santo pedimos a Mara,nuestra Madre, que alcanzara a todoel pueblo esrilanqus el don de launidad y la paz.

    De Sri Lanka me dirig a Filipinas,donde la Iglesia se prepara para ce-lebrar el quinto centenario de la llega-da del Evangelio. Es el principal pascatlico de Asia, y el pueblo filipinose destaca por su fe profunda, su re-ligiosidad y su entusiasmo, inclusoen la dispora. En mi encuentro conlas autoridades nacionales, as comoen los momentos de oracin y du-rante la masiva misa conclusiva, des-taqu la constante fecundidad del

    mi encuentro con las autoridadesgubernamentales destaqu la im-portancia del dilogo, del respe-to de la dignidad humana, delesfuerzo por implicar a todos pa-ra encontrar soluciones adecua-das en orden a la reconciliaciny al bien comn.

    Las diversas religiones tienen unpapel significativo que desempe-ar al respecto. Mi encuentrocon los exponentes religiosos fueuna confirmacin de las buenasrelaciones que ya existen entrelas distintas comunidades. En talcontexto quise alentar la coope-racin ya iniciada entre los segui-dores de las diferentes tradicio-nes religiosas, tambin con el finde volver a curar con el blsamodel perdn a quienes an estnafligidos por los sufrimientos delos ltimos aos. El tema de lare c o n c i l i a c i n caracteriz tambinmi visita al santuario de NuestraSeora de Madhu, muy veneradopor las poblaciones tamil y cin-galesa y meta de peregrinaciones

    Misa de canonizacin de Jos Vaz (14 de enero)

  • nmero 4, viernes 23 de enero de 2015 LOSSERVATORE ROMANO pgina 3

    La conferencia de prensa del Pontfice en el viaje de Colombo a Manila

    Derechos fundamentalesPublicamos la traduccin del coloquiodel Papa Francisco con los periodistasa bordo del avin que el jueves 15 deenero parti del aeropuerto de Colombohacia Manila al concluir el viaje enSri Lanka. El encuentro lo introdujo ygui el padre Lombardi, quien invit alPontfice a hablar del significado de lacanonizacin de san Jos Vaz.

    Antes de nada, buenos das, ytambin una duda para Carolina: Esverdad, me ha llegado la imagen dela Virgen de Lujn, muchas gracias.Estas canonizaciones se han llevadoa cabo con la metodologa p re v i s t aen el derecho de la Iglesia que sellama equipolente. Se aplica cuandoun hombre o una mujer es beato,beata, desde hace mucho tiempo ytiene la veneracin del pueblo deDios, que de hecho lo venera comosanto, y no se hace el proceso. Hayalgunos casos as desde hace siglos.El proceso de ngela de Foligno fueas; ella fue la primera. Despus de-cid hacer lo mismo con personasque han sido grandes evangelizado-res y evangelizadoras. En primer lu-gar, Pedro Fabro, que fue un granevangelizador de Europa: muripodramos decir en el camino,cuando, con cuarenta aos, viajabapara evangelizar. Y despus vinieronlos dems: los evangelizadores deCanad, Francisco de Laval y Marade la Encarnacin, que, por el granapostolado que hicieron, fueronprcticamente los fundadores de laIglesia en Canad, siendo l obispoy ella religiosa. El siguiente fue Josde Anchieta, de Brasil, fundador deSo Paulo, que haca tiempo que erabeato, y ahora es santo. Jos Vaz,aqu, como evangelizador de SriLanka. Y en septiembre prximo,Deo mediante, har la canonizacinde Junpero Serra, en los EstadosUnidos, porque fue el evangelizadordel oeste de los Estados Unidos.Son figuras de grandes evangeliza-dores, que estn en sintona con laespiritualidad y la teologa de laEvangelii gaudium. Y por eso he ele-gido esas figuras. Era esto.

    Jerry OConnell: Mi pregunta se re-fiere a tres aspectos. El primero: elcambio climtico se debe principalmentea la accin del hombre, por no cuidarsuficientemente la naturaleza? El se-gundo: cundo saldr su encclica?Tercero: como hemos visto en Sri Lan-ka, usted insiste mucho en la colabora-cin entre las religiones; tiene previstoconvocar a las otras religiones paraafrontar este problema?

    La primera pregunta. Usted hausado una palabra que me evita te-ner que precisar: principalmente.Yo no s si totalmente, pero princi-palmente, en gran medida, es elhombre el que maltrata la naturalezacontinuamente. Nos hemos aduea-do un poco de la naturaleza, de lahermana tierra, de la madre tierra.Recuerdo ustedes me han odocontar esto que un viejo campesinome dijo una vez: Dios perdonasiempre, nosotros los hombresperdonamos algunas veces, la natu-raleza no perdona nunca. Si lamaltratas, ella te maltrata. Creo quehemos explotado demasiado la natu-

    raleza; las deforestaciones, por ejem-plo. Recuerdo que en Aparecida, en-tonces yo no entenda bien este pro-blema, cuando oa a los obispos bra-sileos hablar de la deforestacin dela Amazonia, no consegua entender-lo bien. La Amazonia es un pulmndel mundo. Despus, hace cincoaos, con una comisin de derechoshumanos, puse un recurso ante laCorte Suprema de Argentina paradetener, al menos temporalmente,una terrible deforestacin en el nortedel pas, en la zona norte de Salta,Tartagal. Esto es un aspecto. Otroaspecto es el monocultivo. Los agri-cultores, por ejemplo, saben que siuno cultiva el maz durante tresaos, despus tiene que cambiar ysembrar otra cosa durante uno o dosaos, para que se recupere la tierra,para que la tierra crezca. Por ejem-plo, en mi pas, se cultiva slo soja yse cultiva hasta que la tierra se ago-ta. No todos hacen esto, pero es unejemplo, como puede haber tantosotros. Creo que el hombre ha idodemasiado lejos. Gracias a Dios, hoyhay voces, muchas voces, que hablande esto; en este momento, me gusta-ra recordar a mi querido hermanoBartolom, que desde hace aos pre-dica sobre este tema. He ledo mu-chas cosas suyas para preparar estaencclica. Podra volver sobre el te-ma, pero no quiero alargarme. Sola-mente aado esto: Guardini usa unaexpresin que lo explica muy bien.Dice l: La segunda manera de in-cultura es la mala. La primera es laincultura que recibimos con la crea-cin para cultivarla, pero cuando teadueas demasiado y te pasas, estacultura se vuelve contra ti, pensemosen Hiroshima. Se crea una segundaincultura.

    En cuanto a la encclica, el carde-nal Turkson con su equipo prepar

    el primer borrador. A partir de esteborrador, trabaj con algunas perso-nas. Despus, algunos telogos ela-boraron un tercer borrador, del queenvi copia a la Congregacin parala doctrina de la fe, a la SegundaSeccin de la Secretara de Estado yal telogo de la Casa pontificia, paraque estudiasen bien que no digabobadas. Hace tres semanas reciblas respuestas, algunas muy abulta-das, pero todas constructivas. Y aho-ra dedicar una semana completa enmarzo para terminarla. Pienso que afinales de marzo estar lista y se co-menzar a traducir. Si el trabajo delas traducciones va bien mons.Becciu me est escuchando: l tieneque ayudar en esto, si va bien, po-dr salir en junio o julio. Lo impor-tante es que haya un poco de tiem-po entre la aparicin de la encclicay el encuentro de Pars, para que seauna contribucin. El encuentro dePer no ha sido un gran qu. Me hadefraudado la falta de coraje: se hanquedado a medias. Esperemos queen Pars sean ms decididos los re-presentantes para avanzar en este te-ma.

    Por lo que se refiere a la tercerapregunta, creo que el dilogo entrelas religiones sobre este punto es im-portante. Las otras religiones tienenuna buena percepcin. Tambin so-bre este punto hay un acuerdo paratener la misma visin. No todava enla encclica. De hecho, he habladocon algunos de otras religiones sobreel tema y s que tambin el cardenalTurkson y, al menos, dos telogos lohan hecho. se es el camino. No se-r una declaracin comn. Los en-cuentros vendrn despus.

    Pia: Cul es su mensaje para los mi-les de personas que no han podido en-contrarlo, y que no podrn verlo perso-nalmente, aunque les hubiera gustado?

    Respondiendo a esto, corro elriesgo de ser demasiado simple, perodir algo. El centro, el ncleo delmensaje sern los pobres, los pobresque quieren salir adelante, los po-bres que sufrieron a causa del tifnYolanda y todava hoy sufren susconsecuencias, los pobres que tienenpuesta su fe y esperanza en esta con-memoracin del V centenario de lapredicacin del Evangelio en Filipi-nas; el pueblo de Dios, en Filipinas,los pobres, tambin los pobres ex-plotados, explotados por quienes co-

    meten tantas injusticias sociales, es-pirituales, existenciales. Pienso enellos. En este viaje a Filipinas, pien-so en ellos. El otro da, el 7 de ene-ro, fue la fiesta de Navidad de lasIglesias orientales, y en nuestra casa,en Santa Marta, hay tres personasde nacionalidad etope y algunos fi-lipinos, que trabajan all. Los etopescelebraron la fiesta: invitaron a co-mer a todos los dependientes, unoscincuenta. Yo tambin estuve, y mi-raba a los empleados de Filipinas,que han dejado su patria, en buscade mayor bienestar, dejando padre,madre, hijos, para ir... Los pobres.No s... El ncleo ser esto.

    Juan Vicente Boo: En los aos de laguerra civil, hubo ms de 300 atenta-dos kamikazes en Sri Lanka, atentadossuicidas, perpetrados por hombres ymujeres, nios y nias. Ahora estamosviendo atentados suicidas de mucha-chos, muchachas y nios. Qu piensade este modo de hacer la guerra?

    Quizs, lo que se me ocurre decires una falta de respeto, pero es loque se me ocurre. Creo que, detrsde un atentado suicida, hay un dese-quilibrio, un desequilibrio humano.No s si mental, pero s humano.Hay algo que no funciona en esapersona. No tiene ese equilibrio so-bre el sentido de su vida, de su pro-pia vida y de la de los otros. Luchapor... s, da la vida, pero no la dabien. Hay mucha gente, mucha gen-te que da la vida en lo que hacepensemos en los misioneros, porejemplo, pero para construir. Enestos casos, en cambio, se da la vidaautodestruyndose y para destruir.As no, hay algo que no funciona.Acompa la elaboracin de la tesis,no de doctorado sino de licencia, deun piloto de Alitalia, que la hizo ensociologa sobre los kamikazes japo-neses. Aprend algunas cosas, peroes difcil entenderlo. Cuando la co-rrega, me fijaba sobre todo en lametodologa. Pero no se entiende...No sucede slo en Oriente. Hay in-vestigaciones en este momento, in-vestigaciones sobre una propuestallegada en la Segunda Guerra mun-dial a Italia, una propuesta hecha alfascismo italiano. No hay pruebas,pero se est investigando. Hay algoen estos casos que tiene mucho quever con los sistemas dictatoriales ototalitarios. Con los sistemas totalita-

    Al corazndel pueblo

    GI O VA N N I MARIA VIAN

    La misin, la defensa del me-dio ambiente, los pobres, laviolencia en nombre de Dios,la amistad entre las religiones,la libertad de expresin, lapaz: son estos los temas princi-pales afrontados por el Papa alresponder a los periodistas enla conferencia de prensa du-rante el largo vuelo de Colom-bo a Manila, donde llegcuando ya atardeca acogidopor una multitud entusiasta ydesbordante, tal vez superior aun milln de personas. Y en ladistendida conversacin, quedur casi cincuenta minutos,apareci inmediatamente conclaridad la preocupacin prin-cipal que siempre ha caracteri-zado a Bergoglio: el testimonioy el anuncio del Evangelio.

    En este sentido fue muy sig-nificativa, en efecto, la intro-duccin con la que Franciscoquiso comenzar el encuentro al

    SIGUE EN LA PGINA 4 SIGUE EN LA PGINA 4

    Encuentro con representantes de diversas comunidades religiosas de Sri Lanka (13 de enero)

  • pgina 4 LOSSERVATORE ROMANO viernes 23 de enero de 2015, nmero 4

    Conferencia de prensa durante el viaje de Sri Lanka a FilipinasVIENE DE LA PGINA 3

    rios. Tiene mucho que ver. El siste-ma totalitario mata, si no la vida,mata posibilidades, mata el futuro,mata muchas cosas. Y tambin la vi-da. Es as. Pero el problema no seha acabado. No es slo oriental. Esimportante. No se me ocurre ms.

    Sobre el uso de los nios. Lo quehe dicho in genere se refiere a todos,pero, aparte de eso, hablemos de losnios. Los nios son usados por do-quier para muchas cosas: explotadosen el trabajo, utilizados como escla-vos, abusados sexualmente. Aosatrs, con algunos miembros del Se-nado de Argentina, quisimos impul-sar una campaa en los hoteles msimportantes, para decir pblicamen-te que all los turistas no podanabusar de los nios. No consegui-mos hacerlo. Hay resistencias escon-didas. No s si se abusaba o no, erauna medida preventiva. Despus, enalguna ocasin, cuando estaba enAlemania caan en mis manos algu-nos peridicos y estaba la parte delturismo, y turismo en aquellas zonasdel sureste asitico, y tambin turis-mo ertico, y all estaban los nios.Los nios son explotados; el trabajoesclavo de los nios es terrible. Tam-bin para esto son explotados. Nome atrevo a decir ms.

    Ignazio Ingrao: Hay mucha preocu-pacin en el mundo por su seguridad.Segn los servicios secretos americanose israeles, el Vaticano es incluso ladiana de los terroristas islmicos. Sa-bemos que usted no quiere renunciar alcontacto directo con la gente, pero, enestas circunstancias, no cree que seranecesario modificar algo su manera deactuar y sus actividades? Se teme tam-bin por la integridad de los fieles queparticipan en las celebraciones, en casode atentados. Le preocupa esto? Y,ms en general, cul cree que es lamejor manera de responder a estasamenazas de los integristas islmicos?

    Para m, la mejor manera de res-ponder es siempre la mansedumbre.Ser manso, humilde como el pansin agredir. Esa es mi postura, perohay mucha gente que no lo com-prende. Despus, en cuanto a laspreocupaciones, me preocupan losfieles, de verdad, me preocupan. Yhe hablado de ello con la Seguridadvaticana: aqu en el vuelo est el dr.Giani, que es el encargado de esto;l est al da sobre este problema.Me preocupa, me preocupa mucho.Tengo miedo? Usted sabe que ten-go un defecto: una buena dosis deinconsciencia. Soy inconsciente enestas cosas. Algunas veces me hepreguntado: Y si me pasara algo? Yhe dicho al Seor: Seor, solamentete pido una gracia, que no me duela.Porque no soy valiente ante el dolor,soy muy muy miedoso, pero no ten-go miedo de Dios. Pero s que setoman las medidas de seguridad,prudentes pero seguras. Despus, ve-re m o s .

    Christoph Schmidt: Podra decirnosalgo sobre la visita de ayer al templobudista, que ha sido una gran sorpre-sa? Por qu una visita tan espont-nea? Se inspira usted de alguna ma-nera en esta religin? Sabemos que losmisioneros cristianos estuvieron conven-cidos hasta el siglo XX de que el budis-

    mo era un engao, una religin deldiablo. Y, en tercer lugar, qu podraaportar el budismo para el futuro deAs i a ?

    Cmo ha sido la visita? Por quhe ido? El rector de este templo bu-dista logr que el gobierno lo invita-se al aeropuerto y all es muy ami-go del cardenal Ranjith me saludy me invit a visitar el templo; tam-bin le dijo a Ranjith que me lleva-se. Despus habl con el cardenal,pero no haba tiempo, porque cuan-do llegu, tuve que suspender el en-cuentro con los obispos, porque nome encontraba bien, estaba cansadoesos 29 km de saludos a la genteme dejaron destrozado y no habatiempo. Ayer, al regreso de Madhu,se present la posibilidad, llam portelfono y fuimos. En ese templohay reliquias de los discpulos deBuda, de dos de ellos. Para ellos sonmuy importantes. Estas reliquias es-taban en Inglaterra y consiguieronque se las devolviesen. l vino a ver-me al aeropuerto y yo fui a verlo asu casa. Lo primero.

    Lo segundo. Ayer, en Madhu, viuna cosa que nunca me hubiera ima-ginado: no todos eran catlicos, nisiquiera la mayora. Haba budistas,musulmanes, hinduistas, y todosiban all a rezar; van y dicen que re-ciben gracias. En el pueblo y elpueblo nunca se equivoca, ah estel sentido del pueblo, hay algo quelos une. Y, si estn as unidos tannaturalmente que van juntos a rezara un templo que es cristiano, pero

    no es slo cristiano porque todos loq u i e re n , por qu no puedo ir yo aun templo budista a saludar? Estetestimonio de ayer en Madhu esmuy importante. Nos ayuda a com-prender el sentido de la interreligio-sidad que se vive en Sri Lanka: hayrespeto entre ellos. Hay grupitosfundamentalistas, pero no estn conel pueblo: son lites ideolgicas, pe-ro no estn con el pueblo.

    Finalmente, la idea de que iban alinfierno. Pero tambin los protestan-tes... Cuando era nio, hace 70 aos,todos los protestantes iban al infier-no, todos. Eso nos decan. Recuerdola primera experiencia de ecumenis-mo que tuve. Se la cont el otro daa los dirigentes del Ejrcito de Sal-vacin. Tena cuatro o cinco aospero me acuerdo, lo puedo ver to-dava, e iba por la calle con miabuela, que me llevaba de la mano.Por la otra acera venan dos seorasdel Ejrcito de Salvacin, con esesombrero que llevaban antes, con la-zos, o algo por el estilo ahora yano lo llevan. Pregunt a mi abuela:Abuela, son monjas?. Y me dijo:No, son protestantes, pero son bue-nas. Fue la primera vez que o ha-blar bien de una persona de otra re-ligin, de un protestante. Entonces,en la catequesis, nos decan que to-dos iban al infierno. Pero me pareceque la Iglesia ha crecido mucho enla conciencia del respeto como lesdije en el Encuentro interreligioso,en Colombo, en los valores. Cuan-do leemos lo que dice el Concilio

    Vaticano II sobre los valores en lasotras religiones el respeto, ha cre-cido mucho la Iglesia en esto. Y s,ha habido tiempos oscuros en la his-toria de la Iglesia, tenemos que de-cirlo, sin vergenza, porque tambinnosotros nos encontramos en un ca-mino de conversin continua: delpecado a la gracia siempre. Y estainterreligiosidad como hermanos,respetndose siempre, es una gracia.No s si haba algo ms que haya ol-vidado... Es todo? Vielen Danke.

    Sbastien Maillard: Para respetar alas diversas religiones, hasta qu pun-to se puede llegar en la libertad de ex-presin, que es tambin un derecho hu-mano fundamental?

    Gracias por la pregunta; es inteli-gente. Creo que los dos son dere-chos humanos fundamentales: la li-bertad religiosa y la libertad de ex-presin. No se puede... pensemos...Usted es francs, vayamos a Pars.Hablemos claro. No se puede ocul-tar una verdad: que toda personatiene derecho a practicar su religin,sin ofender, libremente. As lo hace-mos, as lo queremos hacer todos.En segundo lugar, no se puede ofen-der, declarar la guerra, matar ennombre de la religin, es decir, ennombre de Dios. A nosotros, lo quesucede ahora nos resulta un poco...nos sorprende. Pero pensemos tam-bin en nuestra historia, en las nu-merosas guerras de religin que he-mos tenido. Piense en la noche deSan Bartolom... Cmo se entien-de eso? Tambin nosotros hemos co-metido el mismo pecado. Pero no sepuede matar en nombre de Dios. Esuna aberracin. Matar en nombre deDios es una aberracin. Creo que es-to es lo principal sobre la libertad dereligin: se debe practicar con liber-tad, sin ofender, pero sin imposicio-nes y sin matar.

    La libertad de expresin. Las per-sonas no slo tienen la libertad, elderecho, sino tambin la obligacinde decir lo que piensan para colabo-rar al bien comn. La obligacin.Pensemos en un diputado, en un se-nador: si no dice lo que piensa quees el camino adecuado, no colaboraal bien comn. Y como ellos, mu-chos otros. Tenemos la obligacin dehablar abiertamente: tener esta liber-tad, pero sin ofender. Porque es ver-dad que no se puede reaccionar vio-lentamente, pero, si el dr. Gasbarri,gran amigo, ofende a mi madre, selleva un puetazo. Es normal. Esnormal. No se puede provocar, no sepuede insultar la fe de los dems, nose pude ridiculizar la fe. El Papa Be-nedicto, en un discurso no recuer-do dnde con exactitud, habl deesa mentalidad post-positiva, de lametafsica post-positiva, que al finalllevaba a creer que las religiones ylas expresiones religiosas son un es-pecie de subcultura, que son tolera-das, pero son poca cosa, no formanparte de la cultura iluminista. Y estoes herencia de la Ilustracin. Muchagente habla mal de la religin, seburla, podramos decir que juegacon la religin de los otros; son pro-vocaciones, y puede suceder lo mis-mo que si el dr. Gasbarri habla malde mi madre. Hay un lmite. Todareligin tiene dignidad, toda religin

    Al corazn del pueblo

    hablar de la canonizacin en Co-lombo de Jos Vaz y de otrosgrandes misioneros, ofreciendo asuna clave de lectura de su ponti-ficado. Proclamaciones para lascuales el camino elegido es la asllamada equivalente, tradicional-mente usada por los Pontficespara el reconocimiento de la san-tidad, sin la verificacin de unmilagro, de figuras veneradas porlos fieles desde hace tiempo.

    A Vaz lo precedieron Pedro Fa-bro, Francisco de Laval y Marade la Encarnacin, Jos de An-chieta, y le seguir Junpero Se-rra, anunci el Papa. De este mo-do Bergoglio propone una espe-cie de geografa de la santidadmisionera que, en los primeros si-glos de la edad moderna, ideal-mente lleg a diversas partes delmundo: desde Europa hasta Ca-nad, desde Brasil hasta la anti-gua Ceiln, hasta las costas occi-dentales de Amrica del norte.

    A la primera pregunta sobre elmedio ambiente, tema de la pr-xima encclica, el Papa respondicon una afirmacin irrefutable: elhombre ha ido demasiado lejosen la explotacin de los recursosnaturales y en un consumo desen-frenado. En el contexto actual noser fcil llegar a decisiones inter-nacionales realmente eficaces, pe-ro Francisco confa en que su do-cumento pueda contribuir en eldebate con vistas al prximo en-cuentro de Pars, tras la decep-

    cin por el que tuvo lugar en Li-ma.

    Junto a la necesidad de custo-diar la naturaleza, sobre lo quedesde hace mucho tiempo refle-xiona y estudia el patriarca orto-doxo Bartolom, estn los pobresen el centro de las preocupacio-nes del Pontfice en este viajeasitico, el cuarto en menos de unao despus de los realizados aTierra Santa, Corea y Turqua.Itinerario de amistad, que tienelugar mientras que en el mundoparece lo contrario al intensificar-se la violencia fundamentalista:desde los atentados suicidas aluso de nios para este fin, hastala cuestin del respeto de las reli-giones planteada por los trgicosacontecimientos de Pars.

    Diversas fueron las preguntassobre estos temas dramticos.Francisco respondi destacandola extraordinaria experiencia delsantuario mariano de Madhu,donde fue acogido no slo porlos catlicos y donde sin distin-cin de religin todos rezan antela imagen de la Virgen y obtienengracias. El pueblo tampoco seequivoca en esto, mientras que elfundamentalismo y la violenciason difundidos por minoras. Ma-tar en nombre de Dios es unaaberracin, pero no es admisibleburlarse de las religiones. Hayque seguir adelante, para cons-truir desde la paz la armona, lle-gando as al corazn del pueblo,como confes al Papa el presiden-te de Sri Lanka.

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  • nmero 4, viernes 23 de enero de 2015 LOSSERVATORE ROMANO pgina 5

    En Manila el Papa invita a combatir exclusin social y corrupcin

    Para romper las cadenasTodos los pueblos tienen el deber de escuchar la voz de los pobres

    El Santo Padre haba llegado aManila el jueves 15 por la tarde. Laceremonia de bienvenida tuvo lugar elviernes 16, por la maana, en eljardn del palacio presidencialMalacaan, donde fue recibido por elpresidente de la Repblica, BenignoAquino. En un piso superior el Papafirm el libro de oro antes del coloquioprivado con el presidente. Luego tuvolugar el encuentro con las autoridadesfilipinas y los miembros del Cuerpodiplomtico. Despus de las palabrasque le dirigi el presidente de laRepblica, el Pontfice pronunci eningls su primer discurso pblico en lasegunda etapa del sptimo viajeapostlico internacional, que publicamostraducido al espaol.

    Seoras y seores:Gracias, seor presidente, por su

    amable acogida y por sus palabrasde saludo en nombre de las autori-dades y el pueblo de Filipinas, y delos distinguidos miembros del Cuer-po diplomtico. Le agradezco de co-razn su invitacin a visitar Filipi-nas. Mi visita es sobre todo pastoral.Tiene lugar cuando la Iglesia en estepas se prepara para celebrar el quin-to centenario del primer anuncio delEvangelio de Jesucristo en estas cos-tas. El mensaje cristiano ha tenidouna inmensa influencia en la culturafilipina. Espero que este importanteaniversario resalte su constante fe-cundidad y su capacidad para seguirplasmando una sociedad que res-ponda a la bondad, la dignidad ylas aspiraciones del pueblo filipino.

    De manera particular, esta visitaquiere expresar mi cercana a nues-tros hermanos y hermanas que tuvie-ron que soportar el sufrimiento, laprdida de seres queridos y la devas-tacin causada por el tifn Yolanda.Al igual que tantas personas en todoel mundo, he admirado la fuerza he-roica, la fe y la resistencia demostra-da por muchos filipinos frente a stey otros desastres naturales. Esas vir-

    tudes, enraizadas en la esperanza yla solidaridad inculcadas por la fecristiana, dieron lugar a una mani-festacin de bondad y generosidad,sobre todo por parte de muchos j-venes. En esos momentos de crisisnacional, un gran nmero de perso-nas acudieron en ayuda de sus veci-nos necesitados. Con gran sacrificio,dieron su tiempo y recursos, creandoredes de ayuda mutua y trabajandopor el bien comn.

    Este ejemplo de solidaridad en eltrabajo de reconstruccin nos enseauna leccin importante. Al igual queuna familia, toda sociedad echa ma-no de sus recursos ms profundospara hacer frente a los nuevos desa-fos. En la actualidad, Filipinas, jun-to con muchos otros pases de Asia,se enfrenta al reto de construir sobrebases slidas una sociedad moderna,una sociedad respetuosa de los au-tnticos valores humanos, que tutelenuestra dignidad y los derechos hu-manos dados por Dios, y lista paraenfrentar las nuevas y complejascuestiones polticas y ticas. Como

    muchas voces en vuestro pas hansealado, es ms necesario ahora quenunca que los lderes polticos sedistingan por su honestidad, integri-dad y compromiso con el bien co-mn. De esta manera ayudarn apreservar los abundantes recursosnaturales y humanos con que Diosha bendecido este pas. Y as serncapaces de gestionar los recursosmorales necesarios para hacer frentea las exigencias del presente, y trans-mitir a las generaciones veniderasuna sociedad de autntica justicia,solidaridad y paz.

    Para el logro de estos objetivosnacionales es esencial el imperativomoral de garantizar la justicia socialy el respeto por la dignidad huma-na. La gran tradicin bblica prescri-be a todos los pueblos el deber deescuchar la voz de los pobres y deromper las cadenas de la injusticia yla opresin que dan lugar a flagran-tes e incluso escandolosas desigual-dades sociales. La reforma de las es-tructuras sociales que perpetan lapobreza y la exclusin de los pobres

    requiere en primer lugar la conver-sin de la mente y el corazn. Losobispos de Filipinas han pedido queeste ao sea proclamado el Ao delos pobres. Espero que esta profti-ca convocatoria haga que en todoslos mbitos de la sociedad se recha-ce cualquier forma de corrupcinque sustrae recursos a los pobres.Que impulse tambin un esfuerzoconcertado para garantizar la inclu-sin de todo hombre, mujer y nioen la vida de la comunidad.

    La familia, y sobre todo los jve-nes, desempean un papel funda-mental en la renovacin de la socie-dad. Un momento destacado de mivisita ser el encuentro con las fami-lias y los jvenes, aqu en Manila.Las familias tienen una misin indis-pensable en la sociedad. Es en la fa-milia donde los nios aprenden va-lores slidos, altos ideales y sincerapreocupacin por los dems. Pero aligual que todos los dones de Dios,la familia tambin puede ser desfigu-rada y destruida. Necesita nuestroapoyo. Sabemos lo difcil que es hoypara nuestras democracias preservary defender valores humanos bsicoscomo el respeto a la dignidad invio-lable de toda persona humana, elrespeto de los derechos de concien-cia y de libertad religiosa, as comoel derecho inalienable a la vida, des-de la de los no nacidos hasta la delos ancianos y enfermos. Por esta ra-zn, hay que ayudar y alentar a lasfamilias y las comunidades localesen su tarea de transmitir a nuestrosjvenes los valores y la visin quepermita lograr una cultura de la in-tegridad: aquella que promueve labondad, la veracidad, la fidelidad yla solidaridad como base firme yaglutinante moral para mantenerunida a la sociedad.

    Seor presidente, distinguidas au-toridades, queridos amigos:

    Al comenzar mi visita a este pas,no puedo dejar de mencionar el pa-pel importante de Filipinas para fo-mentar el entendimiento y la coope-racin entre los pases de Asia, ascomo la contribucin eficaz, y a me-

    Sueo y profecaGI O VA N N I MARIA VIAN

    Familias y nios estuvieron en elcentro de la atencin de Franciscoen su primer da en Filipinas. Ini-ciada con la visita al presidente,la jornada en Manila se concluycon el encuentro de las familias,confirmando a los filipinos queen verdad Bergoglio es Th epeoples pope, como lo presentcon un gran ttulo el diario ThePhilippine Star, tal vez sin darmuestra de originalidad pero cier-tamente captando su significado.Y la explicacin es sencilla: lagente siente al Papa cercano por-que escucha de l palabras quellegan al corazn, y sobre todolas elegidas como lema de esta vi-sita al pas donde vive la mayorade los catlicos en Asia: miseri-cordia y compasin.

    Una visita que es ante todopastoral, como dijo el Pontficeen el palacio presidencial al iniciode un discurso que fue una fuertellamada a la urgencia de un desa-rrollo humano integral. Lo de-mostr la conmovedora solidari-dad tras el tremendo tifn Yolan-da. Pero los polticos deben dis-tinguirse por su honestidad, in-tegridad y compromiso con elbien comn y por rechazar todacorrupcin para escuchar la vozde los pobres, dijo Francisco.Temas que record tambin en lahomila en la catedral, cuando ex-hort a los catlicos filipinos apromover ambientes de integri-dad para servir y transformar laso ciedad.

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  • pgina 6 LOSSERVATORE ROMANO viernes 23 de enero de 2015, nmero 4

    Durante la misa en Manila el Papa pide transformar la sociedad a la luz del Evangelio

    En la base de desigualdades e injusticias

    Sueo y profeca

    Y un ejemplo clarsimo de loque la Iglesia est haciendo porlos ms pobres en la metrpoli fi-lipina se hizo presente inmediata-mente despus, porque el Papaquiso aadir al programa una bre-ve y conmovedora visita a la fun-dacin Tulay ng Kabataan, quedesde hace casi veinte aos reco-ge y protege a nias y nios de lacalle. Hoy qued sumamenteconmovido en el corazn despusde la misa, cuando visit ese ho-gar de nios solos, sin familia,confes luego el Pontfice a losmiles de familias reunidas paraescucharlo y exclam: Esto sig-nifica llevar adelante, proftica-mente, qu significa una familia.

    A Francisco la familia y su pro-feca le interesan mucho. Y se vioprecisamente en el extraordinarioencuentro organizado por losobispos filipinos. Tambin aqu elPapa quiso ante todo saludar alos ms ancianos y enfermos, co-mo haba hecho en la catedral ba-jando del altar para darles elabrazo de paz. Tras escuchar lue-go el testimonio de tres familiasque pasan por situaciones de po-breza, de separacin por la nece-sidad de encontrar trabajo en pa-ses lejanos y de enfermedad, elPontfice coment, improvisandoampliamente en espaol, el relatoevanglico de la huida de la Sa-grada Familia a Egipto.

    Usando come clave de lecturaa Jos, el hombre de los sueosque pone a salvo al pequeo Je-ss y a su madre: No es posibleuna familia sin soar. Cuando enuna familia se pierde la capacidadde soar los chicos no crecen, elamor no crece, la vida se debilitay se apaga, dijo Francisco, queluego espontneamente incluyen el discurso una defensa clara ala encclica Humanae vitae del Pa-pa Montini: Tuvo la valenta dedefender la apertura a la vida dela familia y, advirtiendo sobre elpeligro de las colonizacionesideolgicas, mir a los pueblosde la tierra y vio esta amenaza dedestruccin de la familia por laprivacin de los hijos. Pablo VIera valiente, era un buen pastor yalert a sus ovejas de los lobosque venan.

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    la evangelizacin de Filipinas. Peroel Evangelio es tambin una llamadaa la conversin, a examinar nuestraconciencia, como personas y comopueblo. Como los obispos de Filipi-nas han enseado justamente, laIglesia en Filipinas est llamada areconocer y combatir las causas de ladesigualdad y la injusticia, profun-damente arraigadas, que deforman elrostro de la sociedad filipina, contra-diciendo claramente las enseanzasde Cristo. El Evangelio llama a cadacristiano a vivir una vida de honesti-dad, integridad e inters por el biencomn. Pero tambin llama a las co-munidades cristianas a crear am-bientes de integridad, redes de soli-daridad que se extienden hasta abra-zar y transformar la sociedad me-diante su testimonio proftico.

    encuentro diario con el Seor en laoracin. Los santos nos ensean questa es la fuente de todo celo apos-tlico. Para los religiosos, vivir lanovedad del Evangelio significa tam-bin encontrar una y otra vez en lavida comunitaria y en los apostola-dos de la comunidad el incentivo deuna unin cada vez ms estrechacon el Seor en la caridad perfecta.Para todos nosotros, significa vivirde modo que se refleje en nuestrasvidas la pobreza de Cristo, cuyaexistencia entera se centr en hacerla voluntad del Padre y en servir alos dems. Naturalmente, el gran pe-ligro es el materialismo que puededeslizarse en nuestras vidas y com-prometer el testimonio que ofrece-mos. Slo si somos pobres, slo sisomos pobres nosotros mismos, yeliminamos nuestra complacencia,seremos capaces de identificarnoscon los ltimos de nuestros herma-nos y hermanas. Veremos las cosasdesde una perspectiva nueva, y asresponderemos con honestidad e in-tegridad al desafo de anunciar la ra-dicalidad del Evangelio en una so-ciedad acostumbrada a la exclusinsocial, a la polarizacin y a la desi-gualdad escandalosa.

    Me amas?... Apacienta mis ove-jas (Jn 21, 15-17). Las palabras deJess a Pedro en el Evangelio dehoy son las primeras que os dirijo,queridos hermanos obispos y sacer-dotes, religiosos y religiosas y jve-nes seminaristas. Estas palabras nosrecuerdan algo esencial. Todo minis-terio pastoral nace del amor... nacedel amor. La vida consagrada es unsigno del amor reconciliador deCristo. Al igual que santa Teresa deLisieux, cada uno de nosotros, en ladiversidad de nuestras vocaciones,est llamado de alguna manera a serel amor en el corazn de la Iglesia.

    Os saludo a todos con gran afec-to. Y os pido que hagis llegar miafecto a todos vuestros hermanos yhermanas ancianos y enfermos, y atodos aquellos que no han podido

    Quisiera decir unas palabras espe-cialmente a los jvenes sacerdotes,religiosos y seminaristas, aqu pre-sentes. Os pido que compartis laalegra y el entusiasmo de vuestroamor a Cristo y a la Iglesia con to-dos, y especialmente con los devuestra edad. Que estis cerca de losjvenes, que pueden estar confundi-dos y desanimados, pero que siguenviendo a la Iglesia como compaeraen el camino y fuente de esperanza.Estar cerca de aquellos que, viviendoen medio de una sociedad abrumadapor la pobreza y la corrupcin, estnabatidos, tentados de darse por ven-cidos, de abandonar los estudios yvivir en la calle. Proclamar la bellezay la verdad del mensaje cristiano auna sociedad que est tentada poruna visin confusa de la sexualidad,el matrimonio y la familia. Como sa-bis, estas realidades sufren cada vezms el ataque de fuerzas poderosasque amenazan con desfigurar el plande Dios sobre la creacin y traicio-nan los verdaderos valores que haninspirado y plasmado todo lo mejorde vuestra cultura.

    En la catedral de Manila dedicada a la Inmaculada Concepcin, el viernes 16de enero, el Papa concelebr con los obispos y sacerdotes la primera misa pblicade su viaje a Filipinas. Estuvieron presentes tambin religiosas, religiosos yseminaristas. Para esta cita, en el corazn de una ciudad que se cuenta entrelas diez metrpolis ms grandes del mundo, el Santo Padre lleg en cochepanormico para dar la posibilidad de saludar al mayor nmero de personasposible. Durante la celebracin fue muy significativa la confesin de los pecados,la peticin de perdn por las faltas cometidas y el empeo a ser fieles a loscompromisos asumidos en el momento de la ordenacin sacerdotal o de laprofesin religiosa. Publicamos la traduccin de la homila que el Pontficepronunci en ingls.

    construir puentes, a apacentar lasovejas de Cristo, y preparar caminosnuevos para el Evangelio en Asia, enlos albores de una nueva era.

    El amor de Cristo nos apremia(2 Co 5, 14). En la primera lecturade hoy, san Pablo nos dice que elamor que estamos llamados a pro-clamar es un amor reconciliador, quebrota del corazn del Salvador cruci-ficado. Estamos llamados a ser em-bajadores de Cristo (2 Co 5, 20). Elnuestro es un ministerio de reconci-liacin. Proclamamos la Buena Nue-va del amor infinito, de la misericor-dia y de la compasin de Dios. Pro-clamamos la alegra del Evangelio.Pues el Evangelio es la promesa dela gracia de Dios, la nica que pue-de traer la plenitud y la salvacin anuestro mundo quebrantado. Es ca-paz de inspirar la construccin deun orden social verdaderamente jus-to y redimido.

    Ser embajador de Cristo significa,en primer lugar, invitar a todos a unrenovado encuentro personal con elSeor Jess (cf. Evangelii gaudium,3), nuestro encuentro personal conl. Esta invitacin debe estar en elcentro de vuestra conmemoracin de

    Los pobres. Los pobres estn enel centro del Evangelio, son el cora-zn del Evangelio: si quitamos a lospobres del Evangelio no se com-prender el mensaje completo de Je-sucristo. Como embajadores de Cris-to, nosotros, obispos, sacerdotes, re-ligiosos y religiosas, debemos ser losprimeros en acoger en nuestros cora-zones su gracia reconciliadora. SanPablo explica con claridad lo que es-to significa: rechazar perspectivasmundanas y ver todas las cosas denuevo a la luz de Cristo; ser los pri-meros en examinar nuestras concien-cias, reconocer nuestras faltas y pe-cados, y recorrer el camino de unaconversin constante, de una conver-sin cotidiana. Cmo podemosproclamar a los dems la novedad yel poder liberador de la Cruz, si no-sotros mismos no dejamos que la Pa-labra de Dios sacuda nuestra com-placencia, nuestro miedo al cambio,nuestros pequeos compromisos conlos modos de este mundo, nuestramundanidad espiritual (cf. Evan-gelii gaudium, 93)?

    Para nosotros, sacerdotes y perso-nas consagradas, la conversin a lanovedad del Evangelio implica un

    estar aqu con nosotroshoy. Ahora que la Iglesiaen Filipinas mira hacia elquinto centenario de suevangelizacin, sentimosgratitud por el legado quehan dejado tantos obispos,sacerdotes y religiosos degeneraciones pasadas.Ellos trabajaron, no slopara predicar el Evangelioy edificar la Iglesia en estepas, sino tambin paraforjar una sociedad anima-da por el mensaje delEvangelio de la caridad, elperdn y la solidaridad alservicio del bien comn.Hoy vosotros continuisesa obra de amor. Comoellos, estis llamados a

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  • nmero 4, viernes 23 de enero de 2015 LOSSERVATORE ROMANO pgina 7

    Festivo encuentro con las familias en el Centro comercial Asia Arena de Manila

    El mayor tesoro

    Estimadas familias, queridos amigosen Cristo:

    Muchas gracias por vuestra pre-sencia aqu esta noche y por el testi-monio de vuestro amor a Jess y asu Iglesia. Agradezco a monseorReyes, presidente de la Comisinepiscopal de familia y vida, sus pala-bras de bienvenida. Y, de una mane-ra especial, doy las gracias a los quehan presentado sus testimoniosgracias y han compartido su vidade fe con nosotros. La Iglesia de Fi-lipinas est bendecida por el aposto-lado de muchos movimientos que seocupan de la familia, y yo les agra-dezco su testimonio.

    Las Escrituras rara vez hablan desan Jos, pero cuando lo hacen, amenudo lo encuentran descansando,mientras un ngel le revela la volun-tad de Dios en sueos. En el pasajedel Evangelio que acabamos de es-cuchar, nos encontramos con Josque descansa no una vez sino dosveces. Esta noche me gustara des-cansar en el Seor con todos voso-tros. Tengo necesidad de descansaren el Seor con las familias, y recor-dar mi familia: mi padre, mi madre,mi abuelo, mi abuela... Hoy descan-so con vosotros y quisiera reflexionarcon vosotros sobre el don de la fa-milia.

    Pero antes quisiera decir algo so-bre el sueo. Mi ingls es tan pobre.Si me lo permits, pedir a mons.Miles de traducir y hablar en espa-ol. A m me gusta mucho esto desoar en una familia. Toda mam ytodo pap so a su hijo durantenueve meses es verdad o no? [S]Soar cmo ser el hijo. No es posi-ble una familia sin soar. Cuando enuna familia se pierde la capacidadde soar los chicos no crecen, elamor no crece, la vida se debilita yse apaga. Por eso les recomiendoque a la noche, cuando hacen elexamen de conciencia, se hagantambin esta pregunta: Hoy socon el futuro de mis hijos? Hoy so- con el amor de mi esposo, de miesposa? Hoy so con mis padres,mis abuelos que llevaron la historiahasta m? Es tan importante soar!Primero de todo soar en una fami-lia. No pierdan esta capacidad des o a r.

    Y tambin cuntas dificultades enla vida del matrimonio se solucionansi nos tomamos un espacio de sue-o. Si nos detenemos y pensamos enel cnyuge, en la cnyuge. Y soa-mos con las bondades que tiene, lascosas buenas que tiene. Por eso esmuy importante recuperar el amor atravs de la ilusin de todos los das.Nunca dejen de ser novios!

    A Jos le fue revelada la voluntadde Dios durante el descanso. En estemomento de descanso en el Seor,cuando nos detenemos de nuestras

    muchas obligaciones y actividadesdiarias, Dios tambin nos habla. lnos habla en la lectura que acaba-mos de escuchar, en nuestra oraciny testimonio, y en el silencio denuestro corazn. Reflexionemos so-bre lo que el Seor nos quiere decir,especialmente en el Evangelio de es-ta tarde. Hay tres aspectos de estepasaje que me gustara que conside-rsemos. Primero: descansar en el Se-or. Segundo: levantarse con Jess yMa r a . Tercero: ser una voz proftica.

    Descansar en el Seor. El descansoes necesario para la salud de nues-tras mentes y cuerpos, aunque a me-nudo es muy difcil de lograr debidoa las numerosas obligaciones que re-caen sobre nosotros. Pero el descan-so es tambin esencial para nuestrasalud espiritual, para que podamosescuchar la voz de Dios y entenderlo que l nos pide. Jos fue elegidopor Dios para ser el padre putativode Jess y el esposo de Mara. Co-mo cristianos, tambin vosotros es-tis llamados, al igual que Jos, aconstruir un hogar para Jess. Pre-parar una casa para Jess. Le prepa-ris un hogar en vuestros corazones,vuestras familias, vuestras parroquiasy comunidades.

    Para or y aceptar la llamada deDios, y preparar una casa para Je-ss, debis ser capaces de descansaren el Seor. Debis dedicar tiempocada da a descansar en el Seor, ala oracin. Rezar es descansar en elSeor. Es posible que me digis:Santo Padre, lo sabemos, yo quieroorar, pero tengo mucho trabajo.Tengo que cuidar de mis hijos; ade-ms estn las tareas del hogar; estoymuy cansado incluso para dormirbien. Tenis razn, seguramente esas, pero si no oramos, no conocere-mos la cosa ms importante de to-

    das: la voluntad de Dios sobre noso-tros. Y a pesar de toda nuestra acti-vidad y ajetreo, sin la oracin, logra-remos realmente muy poco.

    Descansar en la oracin es espe-cialmente importante para las fami-lias. Donde primero aprendemos aorar es en la familia. No olvidis:cuando la familia reza unida, perma-nece unida. Esto es importante. Allconseguimos conocer a Dios, crecercomo hombres y mujeres de fe, ver-nos como miembros de la gran fami-lia de Dios, la Iglesia. En la familiaaprendemos a amar, a perdonar, aser generosos y abiertos, no cerradosy egostas. Aprendemos a ir ms allde nuestras propias necesidades, pa-ra encontrar a los dems y compartirnuestras vidas con ellos. Por eso estan importante rezar en familia.Muy importante. Por eso las familiasson tan importantes en el plan deDios sobre la Iglesia. Rezar juntosen familia es descansar en el Seor.

    Yo quisiera decirles tambin unacosa personal. Yo quiero mucho asan Jos, porque es un hombre fuer-te y de silencio y en mi escritoriotengo una imagen de san Jos dur-miendo y durmiendo cuida a la Igle-sia. S, puede hacerlo, lo sabemos. Ycuando tengo un problema, una difi-cultad, yo escribo un papelito y lopongo debajo de san Jos, para quelo suee. Esto significa para que re-ce por ese problema.

    Otra consideracin: levantarse conJess y Mara. Esos momentos pre-ciosos de reposo, de descanso con elSeor en la oracin, son momentosque quisiramos tal vez prolongar.Pero, al igual que san Jos, una vezque hemos odo la voz de Dios, de-bemos despertar, levantarnos y ac-tuar (cf. Rm 13, 11). Como familia,debemos levantarnos y actuar. La feno nos aleja del mundo, sino quenos introduce ms profundamenteen l. Esto es muy importante. De-bemos adentrarnos en el mundo, pe-ro con la fuerza de la oracin. Cadauno de nosotros tiene un papel espe-cial que desempear en la prepara-cin de la venida del reino de Diosa nuestro mundo.

    Del mismo modo que el don de laSagrada Familia fue confiado a sanJos, as a nosotros se nos ha confia-do el don de la familia y su lugar en

    el plan de Dios. Lo mismo que consan Jos. A san Jos el regalo de laSagrada Familia le fue encomendadopara que lo llevara adelante, a cadauno de ustedes y de nosotros p or-que yo tambin soy hijo de una fa-milia nos entregaron el plan deDios para llevarlo adelante. El ngeldel Seor le revel a Jos los peli-gros que amenazaban a Jess y Ma-ra, obligndolos a huir a Egipto yluego a instalarse en Nazaret. Astambin, en nuestro tiempo, Diosnos llama a reconocer los peligrosque amenazan a nuestras familiaspara protegerlas de cualquier dao.

    Estemos atentos a las nuevas colo-nizaciones ideolgicas. Existen colo-nizaciones ideolgicas que buscandestruir la familia. No nacen delsueo, de la oracin, del encuentrocon Dios, de la misin que Dios nosda. Vienen de afuera, por eso digoque son colonizaciones. No perda-mos la libertad de la misin queDios nos da, la misin de la familia.Y as como nuestros pueblos en unmomento de su historia llegaron a lamadurez de decirle no a cualquiercolonizacin poltica, como familiatenemos que ser muy, muy sagaces,muy hbiles, muy fuertes para decirno a cualquier intento de coloni-zacin ideolgica sobre la familia. Ypedirle a san Jos, que es amigo delngel, que nos mande la inspiracinpara saber cundo podemos decirs y cundo debemos decir no.

    Las dificultades que hoy pesan so-bre la vida familiar son muchas.Aqu, en las Filipinas, multitud defamilias siguen sufriendo los efectosde los desastres naturales. La situa-cin econmica ha provocado la se-paracin de las familias a causa de lamigracin y la bsqueda de empleo,y los problemas financieros gravansobre muchos hogares. Si, por un la-do, demasiadas personas viven enpobreza extrema, otras, en cambio,estn atrapadas por el materialismoy un estilo de vida que destruye lavida familiar y las ms elementalesexigencias de la moral cristiana. s-tas son las colonizaciones ideolgi-cas. La familia se ve tambin amena-zada por el creciente intento, porparte de algunos, de redefinir la ins-

    SIGUE EN LA PGINA 10

    Miles de familias filipinas colmaron el viernes 16 de enero el Centro comercialAsia Arena de Manila para participar en el gran encuentro de fiesta ytestimonios con el Papa Francisco. La multitudinaria cita fue introducidapor el saludo del presidente de la Comisin episcopal para la familia y siguie ro ntres experiencias de vida concreta: la primera sobre dificultades econmicas ypobreza, la segunda sobre los trabajadores filipinos en el extranjero obligados aemigrar del pas y la tercera sobre la presencia de la discapacidad en la familia ysu insercin en la sociedad. Publicamos a continuacin el discurso pronunciadopor el Pontfice en ingls y en espaol.

  • nmero 4, viernes 23 de enero de 2015 LOSSERVATORE ROMANO pginas 8/9

    Bajo la lluvia el Pontfice celebra en Tacloban la misa con quienes sufrieron las devastaciones del tifn Yolanda

    Sent que tena que estar aquMuchos de vosotros lo perdieron todo. Yo no s qu deciros. l s sabe qu deciro s

    En la primera Lectura, escuchamos quese dice que tenemos un gran sacerdoteque es capaz de compadecerse de nues-tras debilidades, que fue probado entodo como nosotros, excepto en el pe-cado (cf. Heb 4, 15). Jess es como no-sotros. Jess vivi como nosotros.

    Es igual a nosotros en todo. En to-do, menos en el pecado, porque l noera pecador. Pero para ser ms igual anosotros se visti, asumi nuestros pe-cados. Se hizo pecado! Y eso lo dicePablo, que lo conoca muy bien. Y Je-ss va delante nuestro siempre, y cuan-do nosotros pasamos por alguna cruz,l ya pas primero.

    Y, si hoy todos nosotros nos reuni-mos aqu, 14 meses despus que pas eltifn Yolanda, es porque tenemos la se-

    guridad de que no nos vamos a frustraren la fe, porque Jess pas primero. Ensu pasin, l asumi todos nuestrosdolores y, permtanme esta confiden-cia cuando yo vi desde Roma esta ca-tstrofe, sent que tena que estar aqu.Ese da, esos das, decid hacer el viajeaqu. Quise venir para estar con uste-des. Un poco tarde, me dirn; es ver-dad, pero estoy.

    Estoy para decirles que Jess es elSeor, que Jess no defrauda. Padre,me puede decir uno de ustedes, am me defraud, porque perd mi casa,perd mi familia, perd lo que tena, es-toy enfermo. Es verdad eso que me de-cs y yo respeto tus sentimientos; perolo miro ah clavado y desde ah no nosdefrauda. l fue consagrado Seor en

    El Papa recuerda a las vctimas y agradece a quienes se prodigaron en tareas de rescate y socorro

    Milagros del bien

    La fuerza ms poderosa

    Y junto a l en la cruz estaba la Ma-dre. Nosotros somos como ese chicoque est all abajo, que en los momen-tos de dolor, de pena, en los momentosque no entendemos nada, en los mo-mentos que queremos rebelarnos, sola-mente nos viene tirar la mano y aga-rrarnos de su pollera, y decirle: Ma-m!, como un chico que, cuando tienemiedo, dice: Mam!. Es quizs lanica palabra que puede expresar loque sentimos en los momentos oscuros:Madre!, Mam!

    Hagamos juntos un momento de si-lencio, miremos al Seor. l puedecomprendernos porque pas por todaslas cosas. Y miremos a nuestra Madrey, como el chico que est abajo, agarr-monos de la pollera y con el corazndigmosle: Madre. En silencio, haga-mos esta oracin, cada uno dgale loque siente...

    Despus de un momento de silencio elPapa continu su discurso.No estamos solos, tenemos una Madre,tenemos a Jess, nuestro hermano ma-yor. No estamos solos. Y tambin tene-mos muchos hermanos que, en el mo-mento de catstrofe, vinieron a ayudar-nos. Y tambin nosotros nos sentimosms hermanos... que nos hemos ayuda-do unos a otros.

    Esto es lo nico que me sale decirles.Perdnenme si no tengo otras palabras.Pero tengan la seguridad de que Jessno defrauda; tengan la seguridad queel amor y la ternura de nuestra Madreno defrauda. Y, agarrados a ella comohijos y con la fuerza que nos da Jessnuestro hermano mayor, sigamos ade-lante. Y como hermanos, caminemos.Gracias.

    Al final de la misa, despus de laComunin, el Papa pronunci la siguiente

    GI O VA N N I MARIA VIAN

    La lluvia comenz a caer sobre el vue-lo papal apenas se entrevi el perfilde la isla de Leyte, y durante ms decuatro horas, hasta el despegue no de-j de llover. Devastada hace poco msde un ao por el tifn Haiyn, aquconocido como Yolanda, con miles devctimas y gravsimos daos, la isla fi-lipina fue juntamente con Manila lameta tenazmente querida por el Pon-tfice. Pero el Papa tuvo que acelerarlas citas previstas por la llegada de latormenta Mekkhala (Amang). El vien-to, por momentos fortsimo, caus in-cluso la trgica muerte de una volun-taria e impidi el despegue de otroavin, que acab fuera de la pista, in-mediatamente despus del que logrllevar nuevamente al Pontfice a la ca-pital.

    En Tacloban, bajo la persistentelluvia, haba casi doscientas mil perso-nas en la misa celebrada por Francis-co, mientras que muchsimos, tal vezotro tanto, lo esperaban al borde delas calles. Para ver pasar, incluso unsolo momento, a Lolo Kiko, comoafectuosamente rebautizaron a Bergo-glio que no se cans de saludar, baa-do por la lluvia. En el momento de lahomila, luego, el Papa decidi sim-plificar, hablando espontneamente en

    espaol, el texto preparado. Cuandoyo vi desde Roma esta catstrofe, sen-t que tena que estar aqu. Ese da,esos das, decid hacer el viaje aqu.Quise venir para estar con ustedes.Un poco tarde, me dirn; es verdad,pero estoy, fueron sus primeras pala-bras.

    Y las palabras de Francisco, quemiraba a un crucifijo, luego a unaVirgen con el Nio Jess en brazos ya un nio pequeo a sus pies, supie-ron explicar la compasin de Dios:Estoy para decirles que Jess es elSeor, que Jess no defrauda. Padreme puede decir uno de ustedes, am me defraud, porque perd mi ca-sa, perd mi familia, perd lo que te-na, estoy enfermo. Es verdad eso queme decs y yo respeto tus sentimien-tos; pero lo miro ah clavado y desdeah no nos defrauda. Y aadi lue-go: Y junto a l en la cruz estaba laMadre. Nosotros somos como ese chi-co, y como l agarrmonos de lapollera y con el corazn digmosle:M a d re . En silencio, hagamos estaoracin.

    Incluso en el dolor ms grande,continu el Papa, no estamos solos,tenemos una Madre, tenemos a Jess,nuestro hermano mayor. No estamossolos. Y tambin tenemos muchoshermanos que, en el momento de ca-

    oracin de accin de gracias.Acabamos de celebrar la pasin, la

    muerte y la resurreccin de Cristo.Jess nos precedi en este camino y

    nos acompaa en cada momento quenos reunimos a orar y celebrar.

    Gracias, Seor, por estar hoy con no-sotros. Gracias, Seor, por compartirnuestros dolores. Gracias, Seor, pordarnos esperanza. Gracias, Seor, portu gran misericordia. Gracias, Seor,porque quisiste ser como uno de noso-tros. Gracias, Seor, porque siempre es-ts cercano a nosotros, aun en los mo-mentos de cruz. Gracias, Seor, pordarnos la esperanza. Seor, que no nosroben la esperanza. Gracias, Seor,porque en el momento ms oscuro detu vida, en la cruz, te acordaste de no-sotros y nos dejaste una Madre, tu Ma-dre. Gracias, Seor, por no dejarnoshurfanos.

    Publicamos la homila que el PapaFrancisco haba preparado para la misaen Tacloban.Qu consoladoras son las palabrasque hemos escuchado! Una vez ms,se nos dice que Jesucristo es el Hijode Dios, nuestro Salvador, nuestro Su-mo Sacerdote que nos trae la miseri-cordia, la gracia y la ayuda en nuestrasnecesidades (cf. Hb 4, 14-16). l sananuestras heridas, perdona nuestros pe-cados y nos llama, como a san Mateo(cf. Mc 2, 14), para que seamos susdiscpulos. Lo bendecimos por suamor, su misericordia y su compasin.Alabado sea Dios.

    Doy gracias al Seor Jess que nosha permitido reunirnos aqu esta ma-ana. He venido para estar con voso-tros, en esta ciudad que fue devastadapor el tifn Yolanda hace catorce me-ses. Les traigo el amor de un padre, laoracin de toda la Iglesia, la promesade que no nos olvidamos de vosotros,que segus reconstruyendo. Aqu, latormenta ms fuerte jams registradaen la tierra fue superada por la fuerzams poderosa del universo: el amor deDios. En esta maana, queremos dartestimonio de aquel amor, de su poderpara transformar muerte y destruccinen vida y comunidad. La resurreccinde Cristo, que celebramos en esta mi-sa, es nuestra esperanza y una realidadque experimentamos tambin ahora.Sabemos que la resurreccin viene s-lo despus de la cruz, la cruz que ha-bis llevado con fe, dignidad y la fuer-za que viene de Dios.

    Nos reunimos sobre todo para orarpor aquellos que han muerto, por losque siguen desaparecidos y por los he-ridos. Encomendamos a Dios las al-mas de los difuntos, nuestras madres,

    padres, hijos e hijas, familiares, amigosy vecinos. Tenemos la confianza deque, en la presencia de Dios, encon-trarn misericordia y paz (cf. Hb 4,16). Su ausencia causa una gran triste-za. Para vosotros que los conocais yamabais y todava los amis, el do-lor por su prdida es grande. Pero mi-remos con ojos de fe hacia el futuro.Nuestra tristeza es una semilla que al-gn da dar como fruto la alegra queel Seor ha prometido a los que con-fan en sus palabras: Bienaventuradoslos que lloran, porque ellos sern con-solados (Mt 5, 5).

    Nos hemos reunido esta maanatambin para dar gracias a Dios por

    sieron a los necesitados en primer lu-gar; es un ejemplo a seguir. Pido a loslderes de los gobiernos, a los organis-mos internacionales, a los benefactoresy a las personas de buena voluntadque no cejen en su empeo. Es mucholo que queda por hacer. Aunque ya noestn en los titulares de prensa, las ne-cesidades continan.

    La primera lectura de hoy, tomadade la Carta a los Hebreos, nos insta aser firmes en nuestra fe, a perseverar, aacercarnos con confianza al trono dela gracia de Dios (cf. Hb 4, 16). Estaspalabras tienen una resonancia espe-cial en este lugar. En medio de ungran sufrimiento, vosotros no dejasteis

    su ayuda en los momen-tos de necesidad. l hasido vuestro apoyo en es-tos meses tan difciles. Sehan perdido muchas vi-das, ha habido sufrimien-to y destruccin. Y, a pe-sar de todo, nos reuni-mos para darle gracias.Sabemos que l cuida denosotros, que en Jess suHijo, tenemos un SumoSacerdote que puedecompadecerse de noso-tros (cf. Hb 4, 15), quesufre con nosotros. Lacom-pasin de Dios, susufrimiento con nosotros,le da sentido y valor eter-no a nuestras luchas.Vuestro deseo de darlelas gracias por todos losbienes recibidos, auncuando se ha perdidotanto, no indica slo eltriunfo de la resistencia yla fortaleza del pueblo fi-lipino, sino tambin unsigno de la bondad deDios, de su cercana, suternura, su poder salva-d o r.

    Tambin damos gracias a Dios To-dopoderoso por todo lo que se ha he-cho, en estos meses de una emergenciasin precedentes, para ayudar, recons-truir y auxiliar. Pienso, en primer lu-gar, en aquellos que acogieron y aloja-ron al gran nmero de familias despla-zadas, ancianos y jvenes. Qu difciles abandonar el propio hogar y modode vida! Damos las gracias a aquellosque han cuidado a las personas sinhogar, los hurfanos y los indigentes.Los sacerdotes y los religiosos y reli-giosas hicieron todo lo que pudieron.Mi agradecimiento para todos aque-llos que habis alojado y alimentado alos que buscaban refugio en las igle-sias, conventos, casas parroquiales, yque segus ayudando a los que todavalo necesitan. Vosotros acreditis a laIglesia. Sois el orgullo de vuestra na-cin. Os doy las gracias a cada unopersonalmente. Cuanto hicisteis por elms pequeo de los hermanos y her-manas de Cristo, lo hicisteis por l (cf.Mt 25, 41).

    En esta misa queremos tambin dargracias a Dios por los hombres y mu-jeres de bien que llevaron a cabo lasoperaciones de rescate y socorro. Da-mos gracias por tantas personas queen todo el mundo dieron generosa-mente su tiempo, su dinero y sus re-cursos. Pases, organizaciones y perso-nas individuales en todo el mundo pu-

    nunca de confesar la victoria de lacruz, el triunfo del amor de Dios. Ha-bis visto el poder de ese amor en lagenerosidad de tantas personas y tan-tos pequeos milagros de bondad. Pe-ro tambin habis visto, en la especu-lacin, el saqueo y las respuestas falli-das a este gran drama humano, tantossignos trgicos de la maldad de la queCristo vino a salvarnos. Oremos paraque tambin esto nos lleve a una ma-yor confianza en el poder de la graciade Dios para vencer el pecado y elegosmo. Oremos en particular paraque todos sean ms sensibles al gritode nuestros hermanos y hermanas ne-cesitados. Oremos para que se rechacetoda forma de injusticia y corrupcinque, robando a los pobres, envenenanlas races mismas de la sociedad.

    Queridos hermanos y hermanas, enesta dura prueba habis sentido la gra-cia de Dios de una manera especial atravs de la presencia y el cuidadoamoroso de la Santsima Virgen Ma-ra, Nuestra Seora del Perpetuo So-corro. Ella es nuestra Madre. Que osayude a perseverar en la fe y la espe-ranza, y a atender a todos los necesita-dos. Que ella, junto con los santosLorenzo Ruiz y Pedro Calungsod, ytodos los dems santos, siga imploran-do la misericordia de Dios y la amoro-sa compasin para este pas y para to-do el amado pueblo filipino. Amn.

    ese trono y ah pas por to-das las calamidades que no-sotros tenemos. Jess es elSeor! Y es Seor desde lacruz; ah rein. Por eso, les capaz de entendernos,como escuchamos en la pri-mera Lectura: Se hizo entodo igual a nosotros. Poreso tenemos un Seor quees capaz de llorar con noso-tros, que es capaz de acom-paarnos en los momentosms difciles de la vida.

    Tantos de ustedes hanperdido todo. Yo no s qudecirles. l s sabe qu de-cirles! Tantos de ustedeshan perdido parte de la fa-milia. Solamente guardo si-lencio, los acompao conmi corazn en silencio...

    Tantos de ustedes se hanpreguntado mirando a Cris-to: Por qu, Seor? Y, acada uno, el Seor respondeen el corazn, desde su co-razn. Yo no tengo otraspalabras que decirles. Mire-mos a Cristo: l es el Seor,y l nos comprende porquepas por todas las pruebasque nos sobrevienen a noso-t ro s .

    tstrofe, vinieron a ayudarnos. Y tam-bin nosotros nos sentimos ms her-manos que nos hemos ayudadounos a otros. Son estos los frutos dela compasin de Dios que sufre con elhombre. Aqu, la tormenta ms fuer-te jams registrada en la tierra fue su-perada por la fuerza ms poderosadel universo: el amor de Dios. En estamaana, queremos dar testimonio deaquel amor, de su poder para trans-formar muerte y destruccin en vida ycomunidad, se lee en la homila pre-parada.

    Mientras la lluvia y el viento se ha-can ms intensos, Francisco realiz

    tres gestos de fraternidad: almorzcon cerca de treinta familias supervi-vientes de la tragedia en el arzobispa-do de Palo, gravemente daado por eltifn, bendijo un nuevo centro paralos pobres y, por ltimo, rez en lacatedral con las religiosas, los religio-sos, sacerdotes y seminaristas. Sonellos, con muchsimos voluntarios,quienes se prodigaron de mil modospor los supervivientes y se entregarontodos los das por l. Testigos silen-ciosos de la misericordia de Dios y dela fuerza del Evangelio.

    Un momento del almuerzo frugal con algunos supervivientesdel tifn Yolanda en el arzobispado de Palo

    Cuando yo vi desde Roma esta catstrofe, sent que tena que estar aqu: as elPapa Francisco se dirigi a los cientos de miles de personas reunidas para la misacelebrada el sbado 17 de enero, por la maana, en la zona aeroportuaria de Tacloban,en la isla de Leyte, que en 2013 fue devastada por el tifn Yolanda. El Pontficepronunci espontneamente en espaol la homila que publicamos, entregando luego eltexto que haba preparado para la ocasin. Tras anticipar su regreso a Manila, lo queexigi un cambio de agenda como informamos en la pgina 9, de camino al aeropuertoel Papa pidi que lo acompaasen al cementerio para bendecir la fosa comn dondedescansan los restos de las vctimas no identificadas del tifn Yolanda.

  • pgina 10 LOSSERVATORE ROMANO viernes 23 de enero de 2015, nmero 4

    Para romper las cadenas

    El mayor tesoroVIENE DE LA PGINA 7

    titucin misma del matrimonio,guiados por el relativismo, la culturade lo efmero, la falta de apertura ala vida.

    Pienso en el beato Pablo VI en unmomento donde se le propona elproblema del crecimiento de la po-blacin tuvo la valenta de defenderla apertura a la vida de la familia. lsaba las dificultades que haba encada familia, por eso en su CartaEncclica era tan misericordioso conlos casos particulares. Y pidi a losconfesores que fueran muy miseri-cordiosos y comprensivos con los ca-sos particulares. Pero l mir msall, mir a los pueblos de la tierra yvio esta amenaza de destruccin dela familia por la privacin de loshijos. Pablo VI era valiente, era unbuen pastor y alert a sus ovejas delos lobos que venan. Que desde elcielo nos bendiga esta tarde.

    Nuestro mundo necesita familiasbuenas y fuertes para superar estospeligros. Filipinas necesita familiassantas y unidas para proteger la be-lleza y la verdad de la familia en elplan de Dios y para que sean unapoyo y ejemplo para otras familias.Toda amenaza para la familia es unaamenaza para la propia sociedad.Como afirmaba a menudo san JuanPablo II, el futuro de la humanidadpasa por la familia (cf. Fa m i l i a r i sConsortio, 86). El futuro pasa a tra-vs de la familia. As pues, custo-diad vuestras familias! protegedvuestras familias! Ved en ellas el ma-yor tesoro de vuestro pas y susten-

    tarlas siempre con la oracin y lagracia de los sacramentos. Las fami-lias siempre tendrn dificultades, asque no le aadis otras. Ms bien,sed ejemplo vivo de amor, de per-dn y atencin. Sed santuarios derespeto a la vida, proclamando la sa-cralidad de toda vida humana desdesu concepcin hasta la muerte natu-ral. Qu gran don para la sociedadsi cada familia cristiana viviera ple-namente su noble vocacin! Levan-taos con Jess y Mara, y seguid elcamino que el Seor traza para cadauno de vosotros.

    Por ltimo, el Evangelio que he-mos escuchado nos recuerda nuestrodeber cristiano de ser voces profticasen medio de nuestra sociedad. Josescuch al ngel del Seor, y res-

    pondi a la llamada de Dios a cui-dar de Jess y Mara. De esta mane-ra, cumpli su papel en el plan deDios, y lleg a ser una bendicin noslo para la Sagrada Familia, sinopara toda la humanidad. Con Mara,Jos sirvi de modelo para el nioJess, mientras creca en sabidura,edad y gracia (cf. Lc 2, 52). Cuandolas familias tienen hijos, los formanen la fe y en sanos valores, y les en-sean a colaborar en la sociedad, seconvierten en una bendicin paranuestro mundo. Las familias puedenllegar a ser una bendicin para elmundo. El amor de Dios se hacepresente y operante a travs de nues-tro amor y de las buenas obras quehacemos. Extendemos as el reino deCristo en este mundo. Y al hacer es-to, somos fieles a la misin profticaque hemos recibido en el bautismo.

    Durante este ao, que vuestrosobispos han establecido como el Aode los pobres, os pedira, como fami-lias, que fuerais especialmente cons-cientes de vuestra llamada a ser dis-

    cpulos misioneros de Jess. Estosignifica estar dispuestos a salir devuestras casas y atender a nuestroshermanos y hermanas ms necesita-dos. Os pido adems que os preocu-pis de aquellos que no tienen fami-lia, en particular de los ancianos ynios sin padres. No dejis que sesientan nunca aislados, solos y aban-donados; ayudadlos para que sepanque Dios no los olvida. Hoy quedsumamente conmovido en el cora-zn despus de la misa, cuando visi-t ese hogar de nios solos, sin fami-lia. Cunta gente trabaja en la Igle-sia para que ese hogar sea una fami-lia. Esto significa llevar adelanteprofticamente qu significa una fa-milia. Incluso si vosotros mismos su-frs la pobreza material, tenis unaabundancia de dones cuando dais aCristo y a la comunidad de su Igle-sia. No escondis vuestra fe, no es-condis a Jess, llevadlo al mundo ydad el testimonio de vuestra vida fa-m i l i a r.

    Queridos amigos en Cristo, sabedque yo rezo siempre por vosotros.Rezo por las familias, lo hago. Rezopara que el Seor siga haciendo msprofundo vuestro amor por l, y queeste amor se manifieste en vuestroamor por los dems y por la Iglesia.No olvidis a Jess que duerme. Noolvidis a san Jos que duerme. Je-ss ha dormido con la proteccin deJos. No lo olvidis: el descanso dela familia es la oracin. No olvidisde rezar por la familia. No dejis derezar a menudo y que vuestra ora-cin d frutos en todo el mundo, demodo que todos conozcan a Jesu-cristo y su amor misericordioso. Porfavor, dormid tambin por m yrezad tambin por m, porque nece-sito verdaderamente vuestras oracio-nes y siempre cuento con ellas. Mu-chas gracias.

    VIENE DE LA PGINA 5

    VIENE DE LA PGINA 6

    En la base de desigualdades e injusticias

    La cultura filipina, en efecto, hasido modelada por la creatividad dela fe. Los filipinos son conocidos entodas partes por su amor a Dios, suferviente piedad y su clida devo-cin a Nuestra Seora y el rosario.Este gran patrimonio contiene ungran potencial misionero. Es la for-ma en la que vuestro pueblo ha in-culturado el Evangelio y sigue vi-viendo su mensaje (cf. Evangelii gau-dium, 122). En vuestros trabajos parapreparar el quinto centenario, cons-truid sobre esta slida base.

    Cristo muri por todos para que,muertos en l, ya no vivamos paranosotros mismos, sino para l (cf. 2Co 5, 15). Queridos hermanos obis-pos, sacerdotes y religiosos: pido aMara, Madre de la Iglesia, que osconceda un celo desbordante que oslleve a gastaros con generosidad enel servicio de nuestros hermanos yhermanas. Que de esta manera, elamor reconciliador de Cristo penetrecada vez ms profundamente en eltejido de la sociedad filipina y, a tra-vs de vosotros, hasta los confinesde la tierra. Amn.

    nudo no reconocida, de los filipi-nos de la dispora a la vida y elbienestar de las sociedades en lasque viven. A la luz de la rica he-rencia cultural y religiosa, queenorgullece a su pas, les dejo undesafo y una palabra de aliento.Que los valores espirituales msprofundos del pueblo filipino siganmanifestndose en sus esfuerzospor proporcionar a sus conciudada-nos un desarrollo humano integral.De esta forma, toda persona sercapaz de realizar sus potencialida-des, y as contribuir de manera sa-bia y eficaz al futuro de este pas.

    Espero que las meritorias iniciati-vas para promover el dilogo y lacooperacin entre los fieles de dis-tintas religiones consigan su nobleobjetivo. De modo particular, con-fo en que el progreso que ha su-puesto la consecucin de la paz enel sur del pas promueva solucionesjustas que respeten los principiosfundantes de la nacin y los dere-chos inalienables de todos, inclui-das las poblaciones indgenas y lasminoras religiosas.

    Invoco sobre ustedes, y todoslos hombres, mujeres y nios de es-ta amada nacin, abundantes ben-diciones de Dios.

  • nmero 4, viernes 23 de enero de 2015 LOSSERVATORE ROMANO pgina 11

    Queridos hermanos y hermanas:Os saludo con gran afecto en el

    Seor. Me alegro de que podamosencontrarnos en esta catedral de laTransfiguracin del Seor. Esta casade oracin, como tantas otras, ha si-do reparada gracias a la notable ge-nerosidad de muchas personas. Sealza como un signo elocuente del in-menso esfuerzo de reconstruccinque vosotros y vuestros vecinos ha-bis llevado a cabo tras la devasta-cin causada por el tifn Yolanda.Tambin nos recuerda a todos noso-tros que, a pesar de los desastres y elsufrimiento, nuestro Dios actaconstantemente, haciendo nuevas to-das las cosas.

    Muchos de vosotros habis sufri-do enormemente, no slo por la des-truccin causada por el tifn, sino

    por la prdida de familiares y ami-gos. Hoy encomendamos a la miseri-cordia de Dios a todos los que hanmuerto, e invocamos su consuelo ypaz para todos los que an lloran.Tengamos presente de una maneraparticular a cuantos el dolor les hacedifcil ver el camino a seguir. Al mis-mo tiempo, demos gracias al Seorpor todos los que, en estos meses, sehan esforzado por retirar los escom-bros, visitar a los enfermos y mori-bundos, consolar a los afligidos yenterrar a los muertos. Su bondad, yla generosa ayuda que provena detantas personas en todo el mundo,son una seal cierta de que Diosnunca nos abandona.

    De una manera especial, me gus-tara agradecer a los numerosos sa-cerdotes y religiosos que respondie-

    ron con desbordante generosidad alas necesidades urgentes de los habi-tantes de las zonas ms afectadas.Con vuestra presencia y caridad, ha-bis dado testimonio de la belleza yla verdad del Evangelio. Habis he-cho presente a la Iglesia como unafuente de esperanza, salvacin y mi-sericordia. Junto con muchos devuestros vecinos, habis demostradotambin la profunda fe y la fortalezadel pueblo filipino. Los numerosostestimonios de bondad y abnegacinque se produjeron en esos das oscu-

    ros han de ser recordados y transmi-tidos a las generaciones futuras.

    Hace unos momentos, he bendeci-do el nuevo Centro para los pobres,que se erige como un nuevo signode la atencin y preocupacin de laIglesia por nuestros hermanos y her-manas necesitados. Son muchos, y elSeor los ama a todos. Hoy, desdeeste lugar que ha conocido un sufri-miento y una necesidad humana tanprofundos, pido que se haga muchoms por los pobres. Por encima detodo, pido que en todo el pas setrate a los pobres de manera justa,que se respete su dignidad, que lasmedidas polticas y econmicas seanequitativas e inclusivas, que se desa-rrollen oportunidades de trabajo yeducacin, y que se eliminen losobstculos para la prestacin de ser-vicios sociales. El trato que demos alos pobres ser el criterio con el queseremos juzgados (cf. Mt 25, 40. 45).Os pido a todos vosotros, y a cuan-tos son responsables de la marcha dela sociedad, que renovis vuestrocompromiso a favor de la justicia so-cial y la promocin de los pobres,tanto aqu como en toda Filipinas.

    Por ltimo, me gustara dirigirunas palabras de sincero agradeci-miento a los jvenes aqu presentes,y entre ellos a los seminaristas y j-venes religiosos. Muchos de vosotroshabis mostrado una generosidadheroica en los momentos posterioresal tifn. Espero que siempre tengispresente que la verdadera felicidadviene como consecuencia de ayudara los dems, entregndose a elloscon abnegacin, misericordia y com-pasin. De esta manera, seris unafuerza poderosa para la renovacinde la sociedad, no slo en la recons-truccin de los edificios, sino msimportante an, en la edificacin delreino de Dios, en la santidad, la jus-ticia y la paz en vuestra tierra.

    Queridos sacerdotes y religiosos,queridas familias y amigos. En estacatedral de la Transfiguracin delSeor, pidamos que nuestras vidassigan siendo sustentadas y transfigu-radas por el poder de su resurrec-cin. Os encomiendo a todos a laproteccin amorosa de Mara, Ma-dre de la Iglesia. Que ella obtengapara vosotros, y para todo el amadopueblo de estas tierras, abundantesbendiciones de consuelo, alegra ypaz en el Seor. Que Dios os bendi-ga.

    Encuentro en la catedral de Palo

    Que se haga mucho ms por los pobresObligado a regresar con anticipacin a Manila a causa del mal tiempo, el Papapudo estar slo pocos minutos en la catedral de Palo, en la isla de Leyte, dondeel sbado 17 de enero, por la tarde, estaba programado el encuentro con losobispos, sacerdotes, religiosas, seminaristas y familias de los supervivientes deltifn Yolanda. Antes, tras celebrar la misa por la maana, comparti unalmuerzo frugal en la residencia del arzobispo de Palo y de camino a la catedralbendijo un centro para los pobres construido con la ayuda del Consejo pontificioCor unum. Agradezco mucho vuestra acogida, dijo dirigindose a laasamblea en la catedral. Y tras invitar a entonar un canto para el cardenalsecretario de Estado que festejaba su sexagsimo cumpleaos explic que elempeoramiento de las condiciones meteorolgicas, con la inminente llegada de untifn, no le permitira respetar el horario previsto para el encuentro. Os pidodisculpas por esto, dijo despidindose con una oracin a la Virgen y labendicin. Publicamos la traduccin del discurso que el Pontfice haba pre p a ra d o .

    Derechos fundamentales

    que respete la vida humana, la per-sona humana. Y no puedo ridiculi-zarla. se es el lmite. He utilizadoeste ejemplo de mi madre, para de-cir que en la libertad de expresinhay lmites. No s si he conseguidoresponder a la pregunta. Gracias.

    Joshua McElwee: Usted ha habladoen numerosas ocasiones contra el ex-tremismo religioso. Tiene alguna ideaconcreta de cmo implicar a los lderesreligiosos en la lucha contra este pro-blema? Quizs mediante un encuentroen Ass, como hicieron el Papa JuanPablo II y el Papa Benedicto XVI?

    Gracias. Tambin se ha hecho es-ta propuesta. S que algunos estntrabajando en eso. He hablado conel cardenal Tauran, que est en eldilogo interreligioso, y l lo ha o-do. S que el deseo no es solamen-te nuestro, sino tambin de otraspartes, tambin de las otras religio-nes; est en el ambiente. No s si seest organizando algo, pero el de-seo est en el ambiente. Gracias.

    Lynda Jumilla Abalos: Me gustarapreguntarle si apoya la Comisin parala verdad en Sri Lanka y en otrospases para los conflictos internos...

    No s bien cmo funcionan estasComisiones. Conoc la de Argenti-na, en su momento, despus de ladictadura militar, y entonces la apo-y, porque era un buen camino. Deestas otras, no puedo hablar porqueno las conozco en concreto. S,

    apoyo todos los esfuerzos encami-nados a encontrar la verdad y tam-bin todas las iniciativas equilibra-das, no como venganza, equilibra-das, que contribuyan a poner deacuerdo. Le o decir al presidentede Sri Lanka no quisiera que estose interpretase como un comentariop oltico, repito lo que o, con locual estoy de acuerdo. Me dijo es-to: quiere ir adelante en el caminode la paz primera palabra, de lareconciliacin, antes que nada. Des-pus, despus continu con otrapalabra. Dijo: porque se debe gene-rar armona en el pueblo. La armo-na es ms hermosa que la paz y lareconciliacin. Es ms. Es ms her-mosa todava. Es incluso musical,la armona. Y despus me dijo ms:porque esta armona nos dar felici-dad y alegra. Paz, reconciliacin,armona, felicidad y alegra. Mequed admirado y dije: Me alegrode or esto, pero no es fcil. Quin-ta palabra: S, tendremos que llegaral corazn del pueblo. Y esta ltimapalabra tan profunda me hace pen-sar para responder a su pregunta:solamente llegando al corazn delpueblo, que conoce el sufrimiento,las injusticias, que ha sufrido tantoen las guerras y tambin en las dic-taduras, tanto! Solamente llegandoall tambin el pueblo cono