012 crisis e incapacidad del sistema 1913 1923

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HISTORIA CONTEMPORÁNEA DE ESPAÑA 2005-2006 4.Crisis e incapacidad del sistema (1913-1923) 12. CRISIS E INCAPACIDAD DEL SISTEMA (1913- 1923) La crisis del sistema de la Restauración se produjo durante el reinado de Alfonso XIII. El régimen era parlamentario y liberal, pero no democrático. Pero ante la fuerza que había tomado el movimiento obrero y las clases subordinadas en general, no era factible mantener este sistema, que se fue convirtiendo en un anacronismo. Los problemas que afloraron o se agravaron con el siglo XX (guerra de Marruecos, auge de los nacionalismos, aumentos de población, tensiones sociales, etc.) no encontraron soluciones dentro del sistema de la Restauración. La muerte de Cánovas y de Sagasta dejó además a las formaciones dinásticas sin líderes claros y aparecieron facciones personalistas. La crisis del sistema se plasmó en un turno que dejó de funcionar fluidamente, en la división dentro de los partidos dinásticos, en la aparición de nuevas fuerzas políticas y en el papel de protagonismo que debió adoptar el rey. Pese a que el gobierno de García Prieto parecía que podría llevar a cabo las reformas democratizadoras que el país necesitaba, el golpe de estado de Primo de Rivera eliminó esta posibilidad y asestó el golpe final a un sistema que ya no se sostenía y a imponer un modelo de sistema autoritario que ya existía en otros países europeos. LA ESCISIÓN DE LOS PARTIDOS DINÁSTICOS. CRISIS POLÍTICA Tras la muerte de Cánovas y Sagasta los partidos se separan buscando nuevos líderes, pero ya no es factible conformar dos grandes grupos y las facciones personalistas aparecen. Esto provoca escisiones en los partidos y graves crisis políticas. Tras la imposibilidad de continuar el turno representado por Maura y Canalejas se acaban los intentos regeneracionistas. Maura desaparece de la vida política y Canalejas es asesinado en 1912. A partir de aquí se ahonda en las divisiones en los partidos, lo que desembocaría en la disolución del sistema de turno. El resultado sería una sucesión de gobiernos débiles entre 1913 y 1923 que no durarían más de unos meses y que caerían en cuanto un problema los desbordase. División del Partido Liberal a la muerte de Canalejas Tras el asesinato de Canalejas (12 de noviembre de 1912) el rey

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HISTORIA CONTEMPORNEA DE ESPAA 2005-2006

4.Crisis e incapacidad del sistema (1913-1923)

12. CRISIS E INCAPACIDAD DEL SISTEMA (1913-1923)

La crisis del sistema de la Restauracin se produjo durante el reinado de Alfonso XIII. El rgimen era parlamentario y liberal, pero no democrtico. Pero ante la fuerza que haba tomado el movimiento obrero y las clases subordinadas en general, no era factible mantener este sistema, que se fue convirtiendo en un anacronismo.

Los problemas que afloraron o se agravaron con el siglo XX (guerra de Marruecos, auge de los nacionalismos, aumentos de poblacin, tensiones sociales, etc.) no encontraron soluciones dentro del sistema de la Restauracin. La muerte de Cnovas y de Sagasta dej adems a las formaciones dinsticas sin lderes claros y aparecieron facciones personalistas. La crisis del sistema se plasm en un turno que dej de funcionar fluidamente, en la divisin dentro de los partidos dinsticos, en la aparicin de nuevas fuerzas polticas y en el papel de protagonismo que debi adoptar el rey. Pese a que el gobierno de Garca Prieto pareca que podra llevar a cabo las reformas democratizadoras que el pas necesitaba, el golpe de estado de Primo de Rivera elimin esta posibilidad y asest el golpe final a un sistema que ya no se sostena y a imponer un modelo de sistema autoritario que ya exista en otros pases europeos.

LA ESCISIN DE LOS PARTIDOS DINSTICOS. CRISIS POLTICA

Tras la muerte de Cnovas y Sagasta los partidos se separan buscando nuevos lderes, pero ya no es factible conformar dos grandes grupos y las facciones personalistas aparecen. Esto provoca escisiones en los partidos y graves crisis polticas.

Tras la imposibilidad de continuar el turno representado por Maura y Canalejas se acaban los intentos regeneracionistas. Maura desaparece de la vida poltica y Canalejas es asesinado en 1912. A partir de aqu se ahonda en las divisiones en los partidos, lo que desembocara en la disolucin del sistema de turno. El resultado sera una sucesin de gobiernos dbiles entre 1913 y 1923 que no duraran ms de unos meses y que caeran en cuanto un problema los desbordase.

Divisin del Partido Liberal a la muerte de Canalejas

Tras el asesinato de Canalejas (12 de noviembre de 1912) el rey nombr jefe de gobierno a Romanones. Este aspiraba a liderar el partido, pero frente a su faccin se form otra (garciaprietistas o demcratas) que defendan el liderazgo de Manuel Garca Prieto, dentro de una dinmica de luchas personalistas por el liderazgo del partido. El grupo romanonista asuma el programa de Canalejas y era ms heterogneo. El grupo garciaprietista (o demcrata) era ms homogneo y moderado en sus planteamientos. Pese a su denominacin, se situaba a la derecha del Partido Liberal. Pero el tema que precipit la escisin fue la Ley de Mancomunidades del gobierno de Romanones. Los garciaprietistas era opuestos a este paso descentralizador y decidieron formar su propio grupo parlamentario en otoo de 1913. Entonces se aliaron con los conservadores para derribar al gobierno de Romanones.

Divisin del Partido Conservador. Prdida de apoyos de Maura

Maura haba planteado su voluntad de sanear el sistema, lo que le hizo molesto para buena parte de las lites polticas de su propio partido. Eduardo Dato fue uno de los que estaba en contra de este proyecto de Maura. La ruptura se produjo en octubre de 1913.

Ante la situacin del Partido Liberal se vio complicado mantener a este grupo en el poder y Alfonso XIII ofreci a Maura la formacin de gobierno. Pero desde su propio partido se promovi a Dato para esta tarea. Dato, frente a la postura renovadora de Maura, se mostraba dispuesto a seguir con el sistema turnista. As pues, el rey encarg finalmente a Dato la formacin de gobierno y Maura renunci a la jefatura del partido e incluso a seguir en poltica. Se formaron en ese momento dos facciones: los datistas (tambin idneos o ministeriales) y los mauristas. En la primera faccin se uni la mayora de los conservadores y slo se mantuvo fiel a Maura un grupo de conservadores sin figuras relevantes. En 1914 Juan de la Cierva form su propio grupo (los ciervistas), que se coloc a la derecha del Partido Conservador. Los ciervistas se acercaron al maurismo con el tiempo, pero no llegaron a integrarse, quedando ms bien como una faccin de tendencia autoritaria dentro del Partido Conservador.

PROBLEMAS EN LOS PARTIDOS DE IZQUIERDA

Los partidos de izquierda tambin pasaron por dificultades. El republicanismo sigui sumido en disputas internas, a menudo puramente personalistas, y en una marcada trayectoria descendente.

El Partido Radical de Lerroux en decadencia

El blasquismo y el lerrouxismo entraron tambin en una profunda crisis de identidad. Pese al auge de Lerroux tras la Semana Trgica de Barcelona, un asunto de corrupcin en el ayuntamiento de la ciudad oblig al Partido Radical a abandonar la Conjuncin en diciembre de 1910 y a partir de ah se inici su declive. En 1915 perdieron definitivamente el control del ayuntamiento de Barcelona a favor de la Lliga. Fuera de Catalua tuvo cierta resonancia slo en zonas muy puntuales.

El Partido Reformista de Melquades lvarez

La faccin gubernamental de la Conjuncin lanz en abril de 1912 un nuevo partido republicano: el Partido Reformista liderado por Melquades lvarez. La base de su programa era de carcter pragmtico y antirrevolucionario. Su objetivo era una repblica de orden, defensora de la propiedad. Consiguieron su apoyo bsicamente en las clases medias y en los crculos intelectuales.

Tras la crisis de los partidos dinsticos intentaron aprovechar la situacin para protagonizar una renovacin democrtica del sistema y se declararon dispuestos a incorporarse al sistema monrquico para reformarlo desde dentro. En este punto, su distintivo principal de programa era la reforma constitucional que permitiese pasar a una verdadera soberana nacional. Se presentaron as como una verdadera alternativa de gobierno. De todas formas, su elitismo y renuncia de la integracin de las masas en el proyecto los aproximaba a los liberales.

Crisis en la Conjuncin. Ruptura del Partido Socialista

Con estas divisiones la Conjuncin se vio gravemente debilitada y la unidad del republicanismo se evidenci inviable. En los siguientes aos se produjo un duro debate en el seno del Partido Socialista entre conjuncionistas y anticonjuncionistas. Estos ltimos, entre los que estaba Largo Caballero, opinaban que con un republicanismo tan disperso y debilitado era mejor aliarse con ellos slo puntualmente. La Conjuncin se mantuvo hasta 1919, cuando el ala izquierda del partido logr su disolucin, pero dej de ser un instrumento til como frente comn de las izquierdas.

LA CRECIENTE COMPLEJIDAD DEL SISTEMA. NUEVAS FUERZAS POLTICAS

En los momentos previos a la Primera Guerra Mundial el sistema de la Restauracin se resenta del gran nmero de fuerzas polticas existentes. La vida poltica se complejiz progresivamente y el Parlamento fue cada vez ms agitado y se fueron dando ms enfrentamientos y alianzas entre grupos y facciones que pudieron bloquear las iniciativas del gobierno.

El maurismo

Maura se haba retirado de la vida poltica y fueron sus seguidores los que organizaron el maurismo y lo presentaron como una nueva derecha regeneracionista. Pese a ello, mayoritariamente mantuvieron los mismos mtodos caciquiles y la misma mentalidad. An as, tambin estaban las Juventudes Mauristas, que ejercieron activamente la propaganda poltica e incluso el enfrentamiento fsico. Destac entre estos Antonio Goicoechea, futuro idelogo del sector ms radical, y fue cuna de futuros dirigentes de la derecha autoritaria con la contribucin del diario La Accin. Maura no se identific con este maurismo callejero.

Al maurismo se le asoci frecuentemente el catolicismo que haba dado lugar a grupos llamados Ligas Catlicas en diferentes localidades. Catlicos y mauristas, que se autoidentificaban como nuevas derechas. Utilizaron mtodos de los partidos de izquierdas, como mtines, despliegue propagandstico y activismo movilizador.

Grupos confesionales catlicos agrupados en Ligas Catlicas

Las Ligas Catlicas concurrieron a las elecciones en grupos confesionales en defensa de la religin. Pero el catolicismo militante estuvo muy dividido en Espaa. Por un lado estaban los catlicos alfonsinos, que se hallaban integrados en el sistema como ala derecha del Partido Conservador. Tambin estaban los catlicos tradicionalistas (que agrupaban a carlistas e integristas), que no aceptaban la monarqua constitucional y rechazaban el liberalismo y, en concreto, el artculo 11 de la Constitucin (que permita la prctica privada de otros cultos). Haba por tanto gran diferencia entre tradicionalistas y alfonsinos en cuanto a la no aceptacin o aceptacin del sistema liberal. El tradicionalismo tena cierta fuerza slo en Navarra, Pas Vasco y Catalua, pero era ya un movimiento casi marginal y se sigui debilitando debido a la estabilidad del sistema canovista, al paso de muchos catlicos vascos y catalanes a opciones nacionalistas y a la escisin en 1888 de los integristas. El carlismo adopt en 1909 el nombre de jaimismo al morir Carlos VII y ser sustituido por Jaime III.

Hubo otra militancia catlica que defendi los intereses de la Iglesia desde posiciones ms modernas y aceptando el rgimen monrquico constitucional. Su principal exponente fue la Asociacin Catlica de Propagandistas, fundada en 1909 y el diario El Debate (que fundaron en 1911).

En cualquier caso, ni mauristas, ni catlicos, ni carlistas cuajaron como opciones polticas de importancia.

Otras fuerzas polticas: regionalistas y nacionalistas

A partir de la segunda dcada del siglo XX cobran importancia las fuerzas regionalistas y nacionalistas. El catalanismo fue en especial influyente en la vida poltica espaola debido a la riqueza, extensin y densidad demogrfica de Catalua. La Lliga Regionalista se fund en 1901 e hizo confluir tendencias procedentes de la Renaixena cultural, del fuerismo conservador y del empresariado industrial. Su aspiracin era la regeneracin poltica de Espaa a travs de un papel hegemnico de Catalua necesario para la modernizacin del Estado. Estuvo presidida por Enric Prat de la Riba y liderada por Francesc Camb. Pese a que s calo hondo en las clases conservadoras urbanas y en las clases rurales, no tuvo aceptacin entre las clases trabajadoras, que la consideraban un partido burgus, clerical y reaccionario. En cualquier caso, desde 1901 no volvi a ser elegido en Barcelona ningn diputado dinstico y desde 1905 ningn concejal.

En Catalua se apreciaba un comportamiento poltico diferente del resto y, junto a los procesos de urbanizacin e industrializacin, situ a la zona en la lnea de otras regiones avanzadas de Europa occidental. El propio sistema de partidos que haba conformado (con la Lliga y el republicanismo lerrouxista) le hacan ser un caso aparte. En esta situacin, el incidente con el semanario satrico catalanista Cu-Cut! constituy un caso claro de intromisin del ejrcito en la vida civil y adems fue el detonante de la extensin del catalanismo a toda Catalua. La conformacin de Solidaritat Catalana (1906) constituy una movilizacin cvica que pronto tuvo resultado electoral con su aplastante victoria en las elecciones generales de 1907 en las que obtuvo 41 de los 44 escaos catalanes. La llegada de Camb al Congreso de los Diputados caus una gran sensacin y a la vez desconfianza. Desde entonces, el nmero de diputados no dinsticos ser ya siempre superior al de los dinsticos.

Solidaritat Catalana fue un movimiento heterogneo por definicin y se deshizo tras la Semana Trgica, en la que la Lliga demostr su filiacin derechista, clerical y de orden. Esta imagen le depar un importante revs electoral en 1910 y a partir de ah se centraron en el objetivo de constituir la Mancomunitat de Catalua como primer paso en sus aspiraciones autonomistas. Aprovecharon las divisiones internas en los partidos dinsticos, aunque la Ley de Mancomunidades no sali aprobada hasta el decreto de Dato. La Mancomunitat se consituy en abril de 1914 y la presidi Prat de la Riba, que desarroll una poltica marcadamente nacionalista.

El nacionalismo vasco tuvo menor peso en Espaa, pero, como el catalanismo, pretenda oponerse al sistema caciquil vigente. Ideolgicamente era profundamente tradicionalista y muy vinculado al carlismo, de donde le llegaran muchos adeptos. Sabino Arana fue el fundador del PNV a finales del siglo XIX y su ideario se basaba en que Euzkadi, por raza, lengua, costumbres y religin era diferente de Espaa y deba independizarse de ella. Su discurso fue ultranacionalista, ultrarreligioso, ruralista, etnicista y xenfobo y cal rpidamente en aquellas zonas afectadas por el acelerado proceso de industrializacin y urbanizacin, sobre todo en Vizcaya. Pese a que en los ltimos aos de la Restauracin tuvo pocos seguidores, lo radical de sus tesis le dio repercusin. Tras la muerte de Arana (1903) se produjo una lucha en el seno del PNV entre la lnea radical y la moderada, con victoria de esta ltima, lo que propici su extensin, sobre todo a Guipzcoa. Fue en el perodo 1917-1919 cuando se consolid como fuerza con peso electoral, aunque durante el reinado de Alfonso XIII no consigui ser la mayoritaria en el Pas Vasco.

Los otros movimientos regionalistas fueron menos influyentes, aunque en 1897 apareci la Liga Galega y en 1914 el andalucismo que anim Blas Infante.

CRISIS DEL PARLAMENTARISMO E IMPACTO DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL

La Primera Guerra Mundial marca una lnea divisoria en la historia del rgimen de la Restauracin. Pese a la neutralidad de Espaa, su impacto fue enorme. Ya antes de la guerra el sistema canovista se mostraba desajustado, aunque en general sigui funcionando. Durante y tras la guerra se produjeron grandes cambios sociales que evidenciaron la crisis del sistema y las rupturas definitivas entre las lites gobernantes.

Tras la desaparicin del panorama poltico de Maura y Canalejas la descomposicin de los dos grandes partidos prosigui y grupos y facciones actuaban autnomamente en el Parlamento. Se obstrua de esta manera la tarea de gobierno y los proyectos remitidos a las Cortes eran obstaculizados sistemticamente. Los gobiernos procuraron por ello eludir al Parlamento.

Dato declar a Espaa neutral al estallar la guerra. Su condicin mediterrnea y sus intereses norteafricanos la ponan por fuerza en contacto con Francia y Gran Bretaa. Si el Estado espaol fue neutral, la sociedad espaola vivi fuertes tensiones. Los alineamientos ideolgicos fueron fundamentales en la adopcin de una postura sobre la guerra, aunque muy a menudo se ocultaran bajo la pretensin de servir intereses nacionales objetivos. Para la derecha social y poltica, Alemania representaba el orden y la autoridad. La prensa conservadora, la mayor parte del Ejrcito y del Episcopado fueron germanfilos. Para la izquierda, en cambio, Francia e Inglaterra estaban de lado del derecho, la libertad, la razn y el progreso. Incluso a los movimientos obreros lleg el debate. Los socialistas eran partidarios de un neutralismo matizado por la aliadfila; los anarquistas tenan posturas antibelicistas.

La 1 etapa de la guerra transcurri durante el Gobierno de Dato que dur hasta diciembre de 1915. En este tiempo se cre el Ministerio de Trabajo y una vez estallada la guerra se concentr principalmente en el mantenimiento de la neutralidad espaola. En diciembre de 1913 se produjo la aprobacin de la Ley de Mancomunidades. Dato no tena el apoyo total de los conservadores y sus intentos por atraerse el maurismo fracasaron y lo mismo ocurri con De la Cierva. La crisis gubernamental se produjo por la concordancia de todas las oposiciones en la demanda de un programa legislativo de medidas econmicas.

Beneficios de la neutralidad

El hundimiento de navos fue uno de los aspectos ms negativos de la guerra mundial para Espaa que tampoco logr una mejora territorial en Marruecos, Gibraltar o Portugal. Pero la neutralidad result positiva para Espaa, en especial porque facilit un importante desarrollo econmico, evit unas tensiones polticas y sociales tan graves como las que padecieron Italia y Portugal y realzaron la posicin exterior de Espaa en Europa. Esta etapa tuvo una entidad y una trascendencia fundamental en el desarrollo del capitalismo espaol. Desde el punto de vista econmico supuso un eficaz sistema de proteccin para la produccin espaola y un sistema de primas a la exportacin de un pas cuya balanza comercial era siempre negativa. Pero no en todas las ramas de la produccin se dio la misma situacin. Algunos productos tradicionales de la exportacin espaola sufrieron las circunstancias blicas de Europa. Pero estos casos fueron excepcionales en una coyuntura enormemente satisfactoria. Hubo una expansin espectacular de la industria, sobre todo en Catalua, Pas Vasco y Asturias, lo que redund en beneficios para la lite financiera y empresarial. Esto sera pasajero en algunos casos, como sucedi en las minas asturianas y en las navieras. As, cuando acab la guerra, se plantea una grave crisis. Esta, favoreci la intervencin estatal demandada e incluso exigida desde los distintos sectores de la produccin. La ley de proteccin de industrias nuevas y de fomento de las existentes, de marzo de 1917, proporcion exenciones tributarias y primas a la exportacin; ms tarde, disposiciones ms sectoriales supusieron la ordenacin y nacionalizacin de las industrias relacionadas con la defensa nacional.

De todas formas, la mayora de la poblacin vio descender enormemente su nivel de vida debido a la subida vertiginosa de los precios, que crecieron mucho ms que los salarios. Aunque no se redujo la produccin de alimentos, la guerra mundial provoc en Espaa un sbito encarecimiento de los productos de 1 necesidad. Los salarios crecieron tambin en parte por la presin sindical y en parte por la propia bonanza econmica, pero variaban mucho segn las profesiones.

Gobierno de Romanones (diciembre de 1915-abril de 1917)

En el gobierno de Romanones estaban representadas las diferentes facciones liberales. Su principal tarea fue la de intentar paliar el problema de la escasez y el aumento de los precios de las subsistencias. Se busc recaudar fondos mediante una reforma fiscal y Santiago Alba procur hacerlo desde el Ministerio de Hacienda intentando imponer un gravamen especial a quienes se estaban enriqueciendo con la coyuntura blica.

El contenido de las reformas econmicas que propuso era un programa articulado de medidas que iban desde la reforma fiscal a la promocin del desarrollo industrial dedicados a programas de contenido regeneracionista como los riegos, las comunicaciones o la instruccin pblica. Una pieza imprescindible del mismo estaba constituida por un impuesto a los beneficios extraordinarios obtenidos en el perodo de la guerra. El proyecto no se hizo realidad por la oposicin total de los sectores conservadores del pas, incluidos los catalanistas de Camb. Chocaron con la frontal oposicin del sector empresarial y potenciaron los sentimientos nacionalistas perifricos. Camb se erigi en portavoz del capitalismo industrial y financiero. Se le uni el PNV (Comunin Nacionalista Vasca desde 1915), donde predominaba la rama pragmtica y burguesa del partido. Se recurri tanto a las campaas de prensa, como a los actos pblicos como a la obstruccin parlamentaria. Alba tampoco obtuvo mayores apoyos de otros diputados y senadores. El gobierno acab cayendo por las mltiples tensiones sociales y polticas que causaba la guerra.

Gobierno de Garca Prieto (abril 1917-junio 1917)

Las relaciones entre los grupos liberales se deterioran durante 1917 y el Partido Liberal se disuelve definitivamente. Alba form su propio partido: Izquierda Liberal. Se situaban a la izquierda del liberalismo y cercana al Partido Reformista. Durante el gobierno de Garca Prieto se plantea la cuestin social ya que la inflacin llev a la protesta obrera, que llev al pas a un clima de extrema tensin y una actividad huelgustica intensa. La UGT haba crecido enormemente y desde 1916 haba adoptado una lnea unitaria de actuacin con la CNT.

La crisis de 1917. Desafo al sistema en tres frentes

Las nuevas perspectivas de los movimientos obreros contribuyen a explicar el aumento de la agitacin social que tuvo inmediata trascendencia en el terreno poltico. El incremento de los precios era paralelo a la agitacin social puesto que, si la subida fue moderada hasta 1916, a partir de esa fecha empez a acelerarse y aument la distancia con respecto a los salarios. En julio de 1916 se celebr una reunin conjunta CNT-UGT en Zaragoza y en diciembre de ese ao se decret una huelga. En marzo de 1917 CNT y UGT redactaron un manifiesto conjunto en que amenazaban con una huelga general caso de no resolverse el problema de las subsistencias.

Aunque este problema era grave, lo era an ms el de la situacin militar. En 1914 el Ejrcito espaol necesitaba una reforma urgente. Exista un exceso de oficiales que consuma gran parte del presupuesto militar, lo que impeda invertir en modernizar el Ejrcito y en formarlo. Los ministros de la Guerra sucesivos trataron de promover reformas que permitieran sostenerlo, pero de este intento derivar una protesta organizada en la guarnicin de Barcelona. La Junta de Defensa barcelonesa protestaba contra el favoritismo y contra la deficiente situacin econmica de los oficiales. El comienzo de la protesta juntera se produjo en otoo de 1916 pero alcanz su cnit en el verano siguiente. El gobierno de Garca Prieto encarcel a los junteros, pero estos fueron sustituidos por una Junta suplente. El objetivo de las Juntas no era poltico. Slo buscaban ver satisfechas sus exigencias profesionales. Pero su ejemplo fue seguido por otros cuerpos de la administracin del Estado.

En junio de 1917 los militares junteros haban demostrado que no cedan ante el Gobierno Central para disolverlos y pareca que esto podra llevar a un derrocamiento del rgimen. Para resolver la situacin, Alfonso XIII recurri al procedimiento de un cambio del partido en el poder. Eduardo Dato ascendi al poder con un partido conservador y pareci aceptar el reglamento de las Juntas de Defensa aunque con el probable propsito de ir sometindolas poco a poco.

La Asamblea de Parlamentarios

Como el gobierno haba suspendido las garantas constitucionales y no quera reunir a las Cortes, Camb organiz una Asamblea de Parlamentarios en Barcelona para inducir al poder a que aceptara reformas. Principalmente se buscaba limitar las prerrogativas regias, democratizar el Senado y descentralizar el Estado. Camb confiaba en inducir a las izquierdas a la moderacin, pero necesitaba tambin a los partidos dinsticos, que no asistieron. A la Asamblea slo asistieron 71 de los 760 parlamentarios que representaban a una parte limitada de la poltica nacional: el reformismo, el republicanismo, los socialistas y los diputados catalanes. Dato se limit a disolver la reunin con una simblica detencin de los participantes en ella.

En Valencia hubo un conflicto social entre los ferroviarios y la totalidad del sindicato socialista se lanz a una huelga en la que fue acompaado por la CNT. As sucedieron los sucesos revolucionarios de los das 10 a 13 de Agosto, cuyo protagonismo principal fue socialista. La huelga de agosto dio lugar a graves incidentes sobre todo en Asturias.

A partir de estos incidentes Camb se decidi a abandonar finalmente sus compromisos reformistas, a distanciarse de las fuerzas de izquierda y a decantarse por la seguridad de un proyecto conservador. Dato, debido a su intransigencia, haba puesto en peligro al rgimen y su actuacin durante la crisis acab provocando que el rey llamase a la convocatoria de un nuevo gobierno en noviembre de 1917. Este estuvo presidido por Garca Prieto e integrado por demcratas, romanonistas, mauristas, ciervistas y catalanistas y tena un carcter derechista. Como concesiones a las Juntas se nombr ministro de la guerra a De la Cierva y a la Lliga se le ofrecieron 2 carteras. As pues, tanto las Juntas como la Lliga fueron los vencedores de la crisis de 1917.

CRECIENTE DEBILIDAD E INESTABILIDAD GUBERNAMENTAL

Primeros Gobiernos de concentracin (1917-1919)

El gobierno de Garca Prieto inaugur la etapa de los gobiernos de concentracin monrquica. Fueron gobiernos de coalicin apoyados en ocasiones por la Lliga. Estos gobiernos apoyaron los proyectos de Maura de descentralizacin de la administracin y de proteccin de la industria. Una de las principales novedades se dio en el sistema electoral, ya que no hubo listas pactadas previamente ni presiones por parte de los gobernadores civiles en las elecciones de 1918. Como resultado se obtuvo una gran fragmentacin de las Cortes con muy buenos resultados de socialistas, catalanistas y nacionalistas vascos. La heterogeneidad de las Cortes provoc la crisis slo un mes despus de las elecciones.

Alfonso XIII le ofreci el gobierno a Maura para que constituyese un Gobierno Nacional. Se reunieron los ms importantes polticos monrquicos del momento, pero las desavenencias entre ellos, sobre todo en poltica internacional, acabaron con el gobierno a los ocho meses. Algunos logros de este gobierno fueron la nueva Ley de funcionarios, que facilit la profesionalizacin de la administracin, y el reglamento de la cmara, que acort los debates y cre las comisiones legislativas.

Intentos de reconstruir el turno

Ante la probada inestabilidad de los gobiernos de concentracin, el rey opt por intentar reconstruir el turno. Se agruparon las facciones en conservadores (datistas, mauristas y ciervistas) y liberales (demcratas, romanonistas y albistas), pero algunas de estas facciones ni siquiera mantenan contactos entre s.

Dado que el ltimo gobierno de partido haba sido conservador, en noviembre de 1918 el gobierno fue liberal y presidido por Garca Prieto. Dur apenas un mes, finiquitado tras la disputa con los parlamentarios catalanes de diversos partidos que reclamaron un gobierno regional autnomo para Catalua. Las tesis de autodeterminacin proclamadas por el presidente americano Wilson al acabar la guerra alentaron an ms las reivindicaciones de los catalanistas. La peticin de autonoma dividi tanto al gobierno como al pas.

Sustituy al de Garca Prieto un gobierno compuesto nicamente de romanonistas, con Romanones como presidente. Pero este gobierno careca de apoyo parlamentario suficiente y, pese a que eran ms proclives a permitir la autonoma catalana, no contaban con apoyo suficiente en las Cortes para llevar el proyecto adelante. Intentaron hacerlo a travs de una comisin extraparlamentaria, pero su tarea se vio interrumpida por la huelga general de Barcelona. Desde este momento, el problema social eclips al movimiento autonomista cataln, que no reaparecera hasta 1931.

La huelga de la Canadiense, llamada as por ser este el nombre de la compaa que suministraba energa elctrica a Barcelona, fue la ms importante de la historia sindical espaola. Dur 44 das y tuvo gran alcance. El gobierno intent dialogar, pero la patronal y el ejrcito se mostraron intransigentes. Finalmente el gobierno se someti a las peticiones de estos ltimos e impuso el estado de guerra. Los regionalistas de la Lliga dieron su apoyo al Estado en la represin armada del movimiento obrero. Esta represin tuvo su reaccin en los sectores ms extremistas de la CNT, que utilizaron el terrorismo.

Romanones dimiti y toc el turno conservador, con gobierno formado por Maura en abril de 1919. Se convocaron elecciones en una situacin de suspensin de las garantas constitucionales. Desde gobernacin se utilizaron todos los procedimientos posibles de presin sobre el electorado. Pero esto no fue suficiente y el gobierno, por primera vez durante la Restauracin, perdi las elecciones. Sigui una campaa de hostigamiento al gobierno que acab con la dimisin de Maura.

Se nombr a Snchez de Toca y se form un gobierno con ministros conservadores exclusivamente que slo dur unos meses debido al clima de extrema frustracin y de enfrentamiento. En las calles de Barcelona se inici una lucha de pistoleros entre sindicalistas y las patronales. Pero el problema que acab definitivamente con el gobierno de Snchez Toca fue el de las Juntas Militares.

En diciembre de 1919 se form un gobierno de coalicin de mauristas presidido por Allende-Salazar. Su gobierno sigui polticas relativamente contradictorias en lo que era problema principal del momento: el terrorismo anarquista en Barcelona. En cualquier caso, consigui la aprobacin de un nuevo presupuesto, algo que no haba sido posible en los ltimos cinco aos.

Eduardo Dato presidi el nuevo gobierno, que fue el ms duradero del perodo (mayo 1920-marzo de 1921) y que se volc en una poltica de accin social, aunque con un enfoque caritativo y paternalista. Se alternaron los intentos negociadores con la represin. Esta tuvo su momento lgido en noviembre de 1920, con la poltica de terrorismo policial impuesta en Barcelona por Martnez Anido (aplicacin de la ley de fugas). Dato acab siendo asesinado por un anarquista el 8 de marzo de 1921.

EXPANSIN Y RADICALIZACIN DEL MOVIMIENTO OBRERO

Como en toda Europa, los aos de la posguerra fueron tambin en Espaa de grave crisis que provoc cierres de fbricas y prdidas de muchos puestos de trabajo. Esto llev a situaciones de agitacin social que tuvieron como resultado, igual que en otras partes, un aumento de la influencia de los sindicatos. La constitucin definitiva de un importante sindicalismo de procedencia y significado anarquista alcanz la plenitud de su desarrollo adquiriendo gran superioridad respecto del resto del sindicalismo.

El PSOE sigui una estrategia de reformismo gradualista que dio sus frutos en las elecciones de 1918. Siguieron las alianzas con los dems partidos de izquierda con el objetivo de abolir la monarqua e implantar en Espaa una repblica y una estructura poltica democrtica. As el PSOE empez a tener una presencia en el Parlamento que otros partidos socialistas europeos ya haca tiempo que haban alcanzado.

Pero la masa de movimiento obrero espaol llevaba otro camino. El xito de la Revolucin Rusa aument las expectativas de una revolucin y las posturas proletarias se radicalizaron, y an ms con la recesin econmica que sigui a la Primera Guerra Mundial. La UGT, que haba tenido un aumento espectacular de afiliados durante esta segunda dcada del siglo, sufri una paulatina radicalizacin de sus bases. La CNT haba considerado la huelga de 1917 como un fracaso y se alej an ms de los socialistas, apostando an ms por una va antipoltica, de lucha exclusivamente sindicalista y de accin directa mediante la huelga general.

Gran importancia tuvo el Congreso de Sants, celebrado por la CNT e el verano de 1918. El Congreso se decant por la accin directa, frmula que segn su patrocinador ngel Pestaa, no era el empleo de la violencia, sino que las relaciones entre patronos y obreros se llevaran sin intermediarios. Otro aspecto importante del Congreso era el repudio de la accin poltica. Signific este Congreso tambin un evidente progreso de organizacin (cuota de afiliacin, la conversin de Solidaridad Obrera en rgano de expresin de la CNT y, sobre todo, la aparicin de una nueva direccin del sindicalismo de esta significacin). Pareca haber orientado a la CNT a una frmula que bien hubiera podido acabar en el sindicalismo, pero no fue as porque el anarquismo tena y mantuvo una fuerza superior que hizo que el sindicalismo no slo no perdiera su componente revolucionario, sino que se convirtiera en un anarcosindicalismo. Se increment enormemente la afiliacin a la CNT sobre todo en Catalua, en un contexto de agitacin social creciente. En Barcelona su auge tuvo lugar con la huelga de La Canadiense en marzo de 1919. Dur 44 das y supuso la paralizacin del 70% de la industria local finalmente los sindicatos consiguieron una victoria pacfica y prcticamente total en sus reivindicaciones.

En 1919 la CNT puso en marcha una nueva estructura organizativa en un sentido unificador y centralizador. Salvador Segu fue nombrado secretario general del Comit Nacional. El crecimiento de la afiliacin fue espectacular, sobre todo en Catalua, siendo el nmero de afiliados el triple que los de UGT.

La fuerza del anarquismo dio lugar a 3 aos de agitacin social y laboral continuada en el campo y en las ciudades de Andaluca entre 1919 y 1921 (trienio bolchevique). Se produjo una rebelin campesina y no fueron slo las noticias rusas las que conmovieron a esos campesinos, sino sus propias condiciones de trabajo. Durante algunos meses el triunfo de los huelguistas fue repetido y total. Luego comenzaron a producirse huelgas poco justificadas y la consecuencia inevitable fue que la rebelin perdi fuerza.

La lucha sindical degener en puro terrorismo en Barcelona. No haba una polica capaz de enfrentarse con el desorden pblico. Defectuosa en su profesionalidad y fcil para la corrupcin, cuando no a la utilizacin de procedimientos semejantes a los del terrorismo tampoco la Administracin Judicial estuvo en condiciones de ser un instrumento eficaz ni imparcial contra l. Alrededor de 1917 hubo tambin bandas armadas patronales. A partir de 1920 y hasta el final de la Restauracin se pas a una etapa de desmovilizacin.

Las primeras amenazas revolucionarias hicieron que se creara el Somatn, una especie de milicia cvica, armada con fusiles, que lleg a tener 65.000 afiliados en Catalua y que representaba el orden social. Era burguesa y conservadora pero situada bajo el control de la autoridad militar, no tuvo parecido alguno con las bandas fascistas.

La CNT decidi no pactar con la UGT en 1920 con un criterio defensivo al negarse la 2 central sindical a ir a la huelga cuando se produjo el asesinato de Layret, en noviembre de ese ao. Tambin fue preciso rectificar la actitud de identificacin con la Internacional Comunista. Nin y Maurin fueron los principales dirigentes de la CNT durante el ao 1921 y los que la mantuvieron vinculada al comunismo. En 1922 cambi la situacin con la salida de los dirigentes sindicales de las crceles. En junio de 1922 el Congreso de Zaragoza no slo supuso la ruptura con el comunismo, sino tambin la adopcin de una lnea que volva a ser ms sindicalista que anarquista y que patrocin Salvador Segu (el noi del sucre). A comienzos de 1923 el propio Segu fue asesinado. A la altura de Septiembre de ese ao, sus sindicatos tenan ya poca fuerza.

El sindicalismo catlico no tuvo en Espaa arraigo en general, sino slo en algunas zonas determinadas. Su enfoque no lleg a las masas obreras al ser paternalista y estar aliado habitualmente con la patronal y el Estado. No fueron organizaciones independientes, sino que estaban financiadas por poderosos capitalistas que defendan sus intereses.

Tras la guerra tambin existi un importante sector que se afili a sindicatos de derechas o Sindicatos Libres. Estos fueron fundados por trabajadores carlistas en Barcelona y estuvieron bajo el control y direccin de obreros. Se aliaron en ocasiones con los empresarios contra el enemigo comn: la CNT. Nacieron como oposicin a esta y no tardaron en convertirse en el segundo sindicato ms grande de Espaa. Con el tiempo englob a obreros que no tenan nada que ver con el carlismo. Entre 1920 y 1922 gozaron de una gran proteccin oficial a la vez que se segua desde el gobierno una poltica de represin de la CNT.

EL PROBLEMA DE MARRUECOS

Despus de 1898 la accin colonial espaola qued reducida al continente africano. Desde 1898 el eje de la poltica exterior de Espaa estuvo centrado en su presencia a uno y otro lado del Estrecho de Gibraltar. Haba potencias que tenan inters en Marruecos, con las que Espaa deba tratar. Gran Bretaa estaba slidamente establecida en Gibraltar y se dedicaba a proteger sus intereses comerciales e interesada en que a ambos lados del Estrecho hubiera un poder dbil, sobre todo en Tnger. Por eso siempre prefiri a Espaa antes que a Francia, que fue quien obtuvo los mejores territorios en Marruecos. Como Espaa no tena peso propio en la poltica internacional, muy a menudo se vio obligada a aceptar los acuerdos impuestos por Francia, una vez que sta hubo pactado con el resto de las grandes potencias.

Marruecos a comienzos de siglo estaba en plena descomposicin poltica, dividido en 2 zonas: una, Blad el Maizen, territorio controlado por las autoridades dependientes del Sultn, y Blad el Siba, comarcas que llevaban una vida autnoma e independiente. Esta situacin explica que Francia y Espaa mantuvieran desde 1902 contactos diplomticos para delimitar las respectivas reas de influencia en el N. de frica. El acuerdo de octubre de 1904 fue en la prctica, impuesto por los franceses y fue aceptado por los gobernantes espaoles, que se quedaron con un territorio bsicamente pobre y montaoso habitado por tribus tradicionalmente indmitas. Le correspondi a Espaa el Rif y la Yebala y tanto uno como otro estaban poblados por berberes, como la tribu de Abd el Krim, que estaban formadas por clanes en cuya forma de vida la violencia y la guerra jugaban un papel decisivo. El logro de un botn frente a un adversario europeo, normalmente descuidado, formaba parte de su modo de vida habitual. Francia aprovech cualquier ocasin para traducir en los hechos su protectorado sobre Marruecos y la accin espaola slo segua a la francesa o apareca motivada por incidentes. El tratado hispano-francs de 1912 estableci el protectorado de ambas potencias sobre Marruecos, confirmando la supremaca francesa.

El gobierno de Allende-Salazar (marzo-agosto de 1921)

Durante la guerra se interrumpieron las operaciones en Marruecos y se mantuvo la tranquilidad en la zona a base de pactos con los jefes indgenas. Tras la guerra y visto el inters francs en la zona espaola, se iniciaron de nuevo operaciones en la zona. Se hicieron avances espectaculares, pero se produjo un enfrentamiento entre junteros y africanistas. Los militares destinados en frica mostraron su resentimiento por la falta de incentivos al haber impuesto los junteros el ascenso por antigedad.

El general Dmaso Berenguer, destinado en el sector occidental, era partidario de una ocupacin efectiva del territorio combinando la accin militar con la poltica para ganarse a la poblacin nativa. En el sector oriental se encontraba el comandante general de Melilla Manuel Fernndez Silvestre, que tena otro punto de vista y se lanz a un ataque poco organizado hacia el Rif. La conquista fue fcil y Silvestre asegur adems estar cerca de llegar a Alhucemas, que desde haca tiempo era considerada como posicin clave para el control del Norte de Marruecos. Pero las posiciones eran indefendibles en caso de ataque.

Este ataque se produjo en julio de 1921 y hubo cientos de muertos entre los espaoles. A continuacin se produjo una rebelin generalizada de las cabilas rifeas bajo las rdenes de Abd-el-Krim. El 17 de julio de 1921 fueron atacados los puestos espaoles de Annual e Igueriben y no qued ms remedio que una precipitada fuga. Las tropas abandonaron sus puestos y se dirigieron a Melilla. Slo algunos resistieron, impidiendo as la cada de la ciudad, aunque tambin influy el hecho de que los rifeos se dedicaran al botn y a la recoleccin. La retirada fue catica y se puso de relieve la ineficacia y desorganizacin del ejrcito espaol. En el desastre de Annual muri el propio Silvestre. Desde este momento la cuestin de Marruecos se convirti en tema clave de la vida poltica espaola y acabo siendo una de las causas de la destruccin del rgimen parlamentario.

Caractersticas generales del conflicto de Marruecos

La unin del modo de vida nativo y la orografa explica el tipo de guerra que fue la de Marruecos, diferente de la que conocan los europeos de la poca. Caracterstica de la guerra del Rif era la peridica y brusca alteracin del nimo de los indgenas que pasaban de la insurreccin a la sumisin, con gran facilidad, a causa generalmente de los santones o morabitas que predicaban peridicamente la guerra santa contra los espaoles. Generalmente estaban mal armados. El gagueo (especie de hostigamiento permanente de un adversario rifeo bien oculto que disparaba desde posiciones inaccesibles), era la forma de combate de los rifeos y los espaoles estaban condenados a mantener posiciones defensivas en fortines.

El caso espaol fue el de una potencia de 2 orden que se senta obligada a una presencia en el N. de frica por razones de prestigio internacional, pero que no obtena de ella una rentabilidad econmica significativa. El presupuesto espaol que se haba equilibrado despus de las reformas fiscales de fin de siglo, volvi al dficit a partir de 1909. Se puede decir que los intereses econmicos de grupos capitalistas explican la penetracin espaola. En la 1 dcada del siglo haba 3 compaas mineras en el Rif, en las que hubo intereses de conocidos polticos.

Los polticos espaoles se sintieron obligados a permanecer en el Norte de frica por motivos de prestigio exterior. La guerra marroqu no respondi a ningn proyecto del gobierno ni del Parlamento, ni de las masas populares. Los disidentes de los partidos utilizaban la cuestin marroqu para atacar a los que estaban en el poder por la impopularidad del hecho (Snchez de Toca contra Maura, ste con Dato). Entre los republicanos y los intelectuales predomin la actitud de resignada aceptacin ante la obligada presencia en Marruecos. De su impopularidad da noticia el nmero de desertores, pues las condiciones de vida en el Ejrcito africano eran tan penosas que ms bajas produca la enfermedad que el enemigo.

La clase poltica apelaba habitualmente a que los militares evitaran los enfrentamientos con los indgenas pero cuando stos tenan lugar, los mandos acababan extralimitndose en sus ofensivas. La nica solucin viable era el abandono que Primo de Rivera propuso a los dirigentes polticos y militares de la poca.

Gobierno Nacional presidido por Maura (agosto 1921-marzo 1922)

Tras el desastre de Marruecos aparece un Gobierno de Concentracin Nacional presidido por Maura. La verdadera significacin del Gabinete estaba representada por 3 figuras: Maura, Camb como ministro de Hacienda y De La Cierva como ministro de la Guerra. Sirvi para resolver las urgencias ms inmediatas causadas por los problemas de Marruecos a pesar de que haba diferencias de matiz importantes entre sus principales componentes. Maura era partidario de limitar el alcance de las operaciones en la zona y otros pensaban que la nica poltica posible era la total ocupacin.

A principios de 1922 las Juntas de Defensa que parecan haber patrocinado De la Cierva, se enfrentaron con l. Algunos liberales presentes en el Gobierno queran abandonarlos ante el planteamiento de la cuestin de responsabilidad. El general Berenguer fue finalmente eximido de culpa y sigui al frente de las operaciones, recuperando el territorio perdido.

El Gobierno acab abandonando el poder por una cuestin como la divergencia del momento de restablecer las garantas constitucionales en Barcelona.

Gobierno de Snchez Guerra (marzo 1922-septiembre 1922)

Su sucesor fue un gobierno presidido por Jos Snchez Guerra, heredero de Dato en la Jefe del partido conservador y opuesto a Maura desde 1913. Destituy a Martnez Anido del puesto de Gobernador Civil de Barcelona y plante ante las Cortes la cuestin de las responsabilidades ante el desastre. Esto fue lo que produjo el colapso de su Gabinete, pues los sucesos de Annual tuvieron lugar con un Gobierno conservador y esto afectaba a algunos dirigentes importantes de su propio partido. Se produjeron enfrentamientos en el gobierno y adems fue aumentando en los militares la hostilidad contra el sistema. Los civiles se mostraron ms contrarios que nunca al reclutamiento de soldados de cuota.

LTIMO GOBIERNO CONSTITUCIONAL DE CONCENTRACIN LIBERAL, PRESIDIDO POR GARCA PRIETO

A finales de 1922 lleg al poder un gobierno liberal de concentracin. Los liberales, desde que acab la I Guerra Mundial haban estado divididos (igual que los conservadores), pero llegaron en este momento a un entendimiento que cont incluso con la participacin de los reformistas de Melquades lvarez. El gran animador de la concentracin fue Santiago Alba y el gabinete fue presidido por Garca Prieto.

Las elecciones en las que la Concentracin logr la mayora parlamentaria no se distinguieron en nada de las anteriores y se recurri al amao. La Concentracin no dio la sensacin de querer promover una efectiva regeneracin electoral de orientacin democrtica.

El gobierno present el programa de reformas (seguir una poltica civil en Marruecos, mayor libertad religiosa, democratizacin del Senado, obligacin de apertura de las Cortes, limitacin en el poder del gobierno de suspender las garantas constitucionales, etc.), pero no cont con el entorno necesario para llevarlas a cabo. El gobierno no estuvo unido ni dio sensacin de reforma, ni pareci capaz de alejar los peligros que amenazaban al rgimen parlamentario. Las crisis parciales internas haban sido numerosas y ofrecieron un espectculo incoherente, incluso una semana antes de la sublevacin militar.

Algunos problemas haban mejorado (mejora de la economa, bajada de intensidad terrorista y de conflictividad social, etc.). An as, la conflictividad social segua existiendo y las huelgas provocaban graves problemas. Adems, en Catalua ya surga un nacionalismo de corte independentista y se formaban grupos de reaccin a ello, como la Unin Monrquica Nacional, grupo nacionalista espaol de Barcelona. Pero fue sobre todo el compromiso de depurar responsabilidades por lo sucedido en Annual y otras actuaciones relacionadas con Marruecos (colocacin de un jefe civil en el protectorado y pago de rescate a los sublevados principalmente) las que acabaron de poner al ejrcito en contra del sistema.

En Agosto Alba accedi al programa militar en Marruecos. Esto provoc dimisiones en el gobierno, ya que el gasto que significara esta decisin pona en peligro el resto del programa de reformas, que se deba basar en el ahorro conseguido con una poltica civilista.

Las relaciones Iglesia-Estado tambin fueron uno de los grandes problemas del gobierno de Garca Prieto. Los reformistas queran cambiar el artculo 11, que prohiba actos y manifestaciones de otras religiones no catlicas. El rechazo eclesistico y las movilizaciones en contra de este cambio hicieron que el gobierno no se atreviese a llevarlo a cabo, con lo que el ministro reformista dimiti.

Conspiracin militar y golpe de estado

Desde 1923 se rumoreaba la situacin de golpe de Estado y eran distintas personas las que abogaban en su favor: El Debate peda la Dictadura con preferencia por el Conde de Romanones, mientras que un candidato era tambin el general Weyler. El general Aguilera casi prepar la conspiracin con sentido izquierdista, con el apoyo de los intelectuales como Unamuno. El rey pudo tener la tentacin de una solucin autoritaria temporal pero no era un monarca dictatorial y durante el verano de 1923 pens en una especie de Gobierno militar del Ejrcito, para luego poder volver a la situacin constitucional.

Hay que destacar la situacin peculiar de Barcelona. El movimiento catalanista se haba radicalizado sobre todo la juventud con la aparicin de Acci Catalana. Ms grave era la situacin del orden pblico: un desorden que no se acababa, con varios atentados y una huelga de transporte en la ciudad, siendo lo ms grave la falta de reaccin del Gobierno. La Lliga, trat de buscar una frmula que representara un Estado con pretensin de serlo. Primo de Rivera fue hbil al no mostrarse opuesto al catalanismo.

El Gobierno demostraba con las elecciones que no pretenda modificar el comportamiento del poder pblico en un rgimen de liberalismo oligrquico, y que sus objetivos de reforma en el terreno constitucional o en las relaciones Iglesia-Estado eran revocados inmediatamente despus de ser enunciados. En las ltimas semanas del Gobierno liberal se vea una gran divisin del gabinete sobre uno de los problemas ms agudos que tena Espaa, el de Marruecos. Cada persona de la clase dirigente liberal pareca slo interesada por obtener los mejores resultados para s misma. Cuando se produjo el golpe, slo 2 3 ministros trataron de resistirse.

La conspiracin se prepar en Madrid en junio de 1923 cuando el general Primo de Rivera fue llamado por el Gobierno y estableci contacto con un grupo de generales de los que la figura ms representativa era Cavalcanti. El propio Ejrcito estaba muy dividido, hasta el punto de que slo el repudio a la clase poltica de la Restauracin permiti su unidad. El golpe no sera militarista, en el sentido que el Ejrcito ocupara el poder de forma definitiva, sino que sera entregado a elecciones civiles a polticos.

Primo de Rivera present su programa en un manifiesto un poco vacuo en cuanto a soluciones concretas, pero que concordaba con el espritu regeneracionista del momento. La razn principal de la victoria del golpe del 13 de septiembre fue que no slo en el Ejrcito, sino en la sociedad espaola, ya que nadie estaba dispuesto a luchar por el gobierno. El rey, adems, no estaba tampoco muy de acuerdo con la Concentracin Liberal y consideraba, como muchos polticos, inevitable un rgimen autoritario militar; pero l no estimul ni ayud al golpe. Los conspiradores nunca contaron con su apoyo una vez que lleg a Madrid, no hizo ms que reconocer al vencedor.

Alfonso XIII mantuvo una apariencia de legalidad, haciendo que Primo de Rivera, que llegaba de Barcelona dispuesto a formar un Directorio militar bajo su presidencia, aceptara jurar como ministro nico, guardando apariencias de constitucionalidad. En la prensa de los das posteriores al golpe se percibe la sensacin de popularidad de Primo. Slo la republicana mostr reticencias, aunque parciales; los socialistas tuvieron gran cuidado en aparecer como expectantes sin apoyar a la clase poltica desplazada. Slo Unamuno, Prez de Ayala y Azaa, entre los intelectuales estuvieron en contra del Dictador, pero el ltimo reconoci que su llegada haba sido bien recibida porque el pas estaba presidido por la impotencia y la imbecilidad. En estas condiciones, cabe pensar que si Alfonso XIII se hubiese opuesto al golpe, hubiera peligrado su trono.