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    Evoluci6n de la ocupaci6n del suelo de Formentera:epocas punica y romana

    R. GONzALEZ VILLAESCUSA, E. DIES

    Cuadernos de Prehistoria y Arqueologfa Castel/onenses, 15, 1991-1992, pages 335-373

    [TITRE 13]

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    EVOLUCION DE LA OCUPACION DEL SUELO DE FORMENTERA:EPOCAS PUNICA Y ROMANAA FRANK JACKSON DES uou t

    RICARDO GONZALEZ VILLAESCUSA*ENRIQUE DIES CUSI**

    INTRODUCCIONEste estudio parte de los resultados de la prospeccion sistematica realizada

    en la isla de Formentera en 1988-89, dentro del programa de Conservacion delPatrimonio Arqueoloqico del Govern Balear' (Fig. 1). Los datos aquf presentados,que se refieren a las fases punica y romana, son solo un avance de una publica-cion mucho mas amplia que abarcara desde la Edad del Bronce hasta la epocalslarnica de la isla.

    Partiendo de la fiabilidad de los resultados de prospeccion -Ia regularidad delos fndices obtenidos asf parecen confirmarlo- y dada la escasez de yacimientosexcavados en Formentera, hemos planteado un estudio basado en el anal isisespacial de los yacimientos datables entre los siglos IV/III a.C. y VII d.C. Pese a laventaja de tratarse de un territorio claramente dellmitado por sus fronteras mariti-mas, este mismo caracter insular nos ha obligado a adaptar la metodologfa habi-tual a problemas como su relacion con una Ibiza 0 con algunos islotes, 10 quesupone tener que destacar en los asentamientos portuarios 0 en los embarcaderossu funcion como elementos de cornunicacion y de canalizacion de las exportacio-nes de la isla. Con todo, las conclusiones a que aquf lIegamos no pueden conside-rarse sino como hipotesis que deberan ser comprobadas en futuras excavaciones.

    * Arque61ogo colaborador del Museo Arqueol6gico Provincial de Alicante.** Arque61ogo colaborador del Servicio de Invest igaci6n Prehist6r ica de la Diputaci6n de Valencia.1.Este equipo estuvo formado por E. Dies, J. Marl, C. Gonzalez, A . Herreros, N. Benito y G. Perez.Los materiales, depositados en el Museo Arqueol6gico de Ibiza, fueron estudiados por B. Costa y R.Gonzalez Villaescusa.

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    EBVSVSCOLVBRAR IAQVEINSVLAE

    2000m

    Fig. 1. Sltuacion de las islas de Ibiza y Formentera.

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    METODOLOGIA DE LA PROSPECCIONPara la realizacion de la Carta Arqueotoqica de Formentera se llevo a cabo

    una amplia recopilacion biblloqrafica, publicada 0 no, sobre la arqueologfa de lazona a prospectar', Iniciado el trabajo de campo, se recoqio toda la informacionque pusieron a nuestra disposiclon los aficionados locales, asf como otras perso-nas que podfan ofrecernos datos sobre algunos yacimientos en concreto, bien porposeer materiales hallados en superffcie, bien por tener noticia directa de algunosno conocidos hasta entonces. Con todo este amplio material de partida se inicio laprospeccion sistematica del terreno, con la siguiente metodologfa:

    1. Detlmltacion del area a prospectar, que general mente no excedfa cada vezde una 0 dos hectareas,

    2. Despliegue en linea del equipo no superando entre cada uno los cincuentametros, abarcando cada vez hasta un maximo de trescientos metros, aunque 10habitual eran los cien 0doscientos, sequn las caracterfsticas del terreno.

    3. Avance en linea recta localizando los puntos donde habfa extructuras 0una concentracion significativa de materiales, recoqiendose en el sentido de lamarcha muestras de los mas significativos. EI espacio asf recorrido cada vezvariaba entre los trescientos y quinientos metros. .

    4. Locallzacion en plano de las estructuras 0 concentraciones de cerarnica,con una primera valoracion del material recogido y dandole al yacimiento un nom-bre provisional.

    Este sistema de prospeccion tiene sus limitaciones ya que resultaba imposi-ble actuar en zonas de cultivo, de las que se prospectaban las lindes, y en aque-lias donde las dunas imposibilitaban cualquier hallazgo. Igualmente, la prospec-ci6n de zonas boscosas con denso sotobosque, salvo en el caso de habersehallado estructuras en superficie, raramente permitfa el hallazgo de cerarnlca yotros restos debido a la densa capa de humus que cubre generalmente el suelo.

    Una vez localizados los yacimientos, se procedlo a la realizaci6n de laficha correspondiente. No se IIev6 a cabo una recolecci6n sistematica del mate-rial en superficie por cuanto se trataba s610 de identificar y localizar yacimien-tos de todas las epocas, y no de un estudio especffico de un territorio. Estoobliqo a respetar todo tipo de indicio que podrfa ser de gran valor al futuroinvestigador, entre ellos la cerarnlca superficial; por ello nos limitamos a reco-ger una pequefia muestra por yacimiento que nos servfa para datarlo e identifi-carlo. Esto supone que la ausencia de ciertos materiales dentro de un perfodocronol6gico, evidenciado por otros, no deba de interpretarse como una inexis-tencia de facto ya que puede deberse a esta recolecci6n no exhaustiva.

    METODOLOGIA DE ESTUDIOEI primer paso en el estudio y ordenacion de los datos de la prospeccion, fue

    2. Especial agradecimiento debemos a J.H. Fernandez, director del Museo Arqueoloqlco de Ibiza, quepuso a nuestra dlsposlclon el manuscr ito inedito Carta Arqueo/6gica de Formentera, real izado por elen 1977, y que nos fue precioso para la orqanizaclon del trabajo.

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    el establecimiento de los mapas para estudiar la evolucion del patron de asenta-miento en la isla de Formentera, con un criterio que respondiese a una "realidad"observada'. Cualquier periodizacion cronoloqica esta dividida de manera arbitrariay todo acontecimiento, sobre todo procesos de larga duracion que tienen lugar enun marco espacial, no presenta nlnqun tipo de correlacion con los perfodos decorta duracion de una u otra realidad econornlca, Admitido como principio teoricode la Arqueologfa Espacial el conocimiento de la economfa de una sociedad, enfuncion de la lmplantacion de los asentamientos productivos que la conforman, enun territorio definido y en relacion con los recursos susceptibles de ser explotadosen el, hemos preferido agrupar los diez siglos objeto de estudio en funcion de susemejanza con el comportamiento de la irnplantacion en el territorio de todosestos yacimientos.En otro orden de cosas, la prospeccion ha proporcionado "yacimientos" muyextensos (campos de ceramica), estes pueden encontrarse bastante proximosentre sf de modo que se hace diffcil discernir si se trata de un gran asentamiento 0varios mas pequefios. EI criterio elegido para agrupar areas de actividad quepodrfan formar parte de un unico yacimiento ha side el de la proximidad, estableci-da en una distancia maxima de 500 m.

    Partfamos de la datacion de los yacimientos desde epoca punica a la Anti-quedad tardfa y su adscrlpcion a unos siglos de nuestro sistema de referenciascronoloqico, Despues, ordenado en una matriz, cada centuria estaba definida porlos yacimientos ocupados en ese perfodo arbitrario de cien anos, Calculamos loscoeficientes de disimilaridad que, con un rnetodo de agrupamiento Cluster deenlace simple y el consiguiente dendrograma (Fig. 2) permitieron agrupar 0 sepa-rar los siglos sequn la semejanza de comportamiento y de la ausencia de unasolucion de continuidad entre elias.

    Asf conjugando dichos criterios con la coherencia cronoloqica, hemos trabaja-do con cinco perfodos:

    1.- Siglo 1/1a. de C.: Podrfa comenzar a finales del siglo IV a.C. Corresponde, al final de la etapa media del mundo punico y el apogeo de la expansion agrfcolaen las islas.

    2.- Siglos 1/-1a. de C.: Corresponderfa al final del mundo punico, al denomi-nado perfodo tardopunico, y los contactos con la pujante y victoriosa Roma tardo-rrepublicana que funda colonias en la Penfnsula y en las Baleares.

    3.- Siglos 1-1/-1121 1 / d. de C.: Son los siglos de la Pax Augustea en la quetodos los pueblos del Mediterraneo sufrieron un proceso de asimllacion entrando aformar parte de un todo politico, social, religioso que se verfa truncado con la IIa-mada "crisis" del siglo III d. de C. Esta crisis, con sus rafces en el siglo anterior ycon sus efectos y transformaciones en el siguiente rnarcara la division en el proce-so de transformacion al colonato.

    4.- 112 siglo /II-V d. de C.: Profundas transformaciones afectaron a todo el

    3. Los anal isis de ocupaci6n de un territorio desde el punto de vista de la Spatial Archaeology requierenestablecer unos criterios definidores y una ordenaci6n de datos en funci6n de los objet ivos persegui-dos que evltaran la adopci6n de cri ter ios arbi trarios 0 su aplicaci6n heteroqensa a distintas entidadesdel estudio que falsearfan la realidad observada. Es decir, en terminos estadfsticos la aplicaci6n deunos tests 0 de una metodologfa sera siempre comparable en distintos ambitos, cuando estos testsse apliquen con el mismo rigor y dentro de unos Ifmites prefijados, valldos universalmente.

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    Mediterraneo y su articulacion con el periodo anterior es la inestabilidad politica yla inseguridad como consecuencia de las invasiones de elementos extrafios alImperium. Es la aparicion de la villa autosuficiente y reestructuraciones tendentesa la concentracion de la propiedad de la tierra, asi como la desaparlcion de la ciu-dad, como acaparadora y mediadora de la comerciailzacion de los excedentes dela produccion del agro circundante.

    5.- Siglos VI Y VII d. de C.: Suponen el "exito" de las transformaciones delperiodo precedente. Hay una serie de "recuperaciones" de la economia por todoel Mediterraneo, La aparicion, al menos parcialmente, del Imperio bizantino, va amarcar la pauta hasta la interrupcion del Islam, que en la isla tendra una presenciatardia.

    Una vez confeccionados los cinco mapas con yacimientos vigentes en cadaperiodo, nuestro objetivo era observar si la dispersion de puntos/yacimientos res-pondia a cierto orden, si este era mesurable y que interpretacion se podia dar alapresencia 0 ausencia del mismo. No es probable que un asentamiento humanesobre un espacio sea aleatorio y es de esperar que se deba a alqun tipo de ordenjerarquizado. Hay que tratar de determinar el valor de ese patron estructurado aslcomo su identificacion e lnterpretaciorr'.

    Hemos creido que la manera oportuna de identificar. posibles estructurasde conducta en las dispersiones de yacimientos estudiadas era el Anetlsl delVecino mas Pr6ximo ya que no podiamos aplicar ninqtln sistema de reticula alcircunscribirnos a unos limites muy concretos en una isla de reducido tarnafioy contorno irregular: AI mismo tiempo, ese pequefio espacio y la existencia deunos limites naturales inherentes a la insularidad del territorio hacia innecesa-rio tener en cuenta el "etecto-ltmite", siendo de esta manera la sltuaclon idealpara la aplicacion de este anallsls que no requiere la delimltacion del areaestudiada.

    Para identificar posibles centros redistributivos principales, centros adminis-trativos 0 cualquier otra relacion vertical entre unos u otros yacimientos de la isla,o bien alguna forma de centro periterico menor que pusiera en contacto jerarqui-zado el "centro mayor" que es la ciudad de Ibiza, pusimos en practica dos meto-dos de caracter distinto pero complementario que pod ian evidenciarlos. En primerlugar, identificacion del centro de gravedad de todos los yacimientos de la isladeflnido por la media aritrnetica de los valores x e y de cada asentamiento enunos ejes de coordenadas. En segundo lugar, establecimos para cada periodo losdistintos grupos locales, relacionando un yacimiento cO,n.sus n vecinos mas proxi-mos" (Figs. 5-9). Con el mismo rnetodo, localizamos el centro de gravedad decada uno de estos grupos locales que pudieran relacionarse con un centro redis-tributivo aun menor que ejerciera una funclon de "sub-capital" de area 0 comarca

    4. "La identiftcacion es simplemente una ayuda para la interpretacion del proceso espacial que producela distribucion", I. HODDER, C. ORTON, Analisis Espacial en Arqueologfa, pag. 42. Barcelona, 1990,(1.~ Edic. en ingles, Spatial Analysis in Archaelogy, Cambridge, 1976).

    5. EI "etecto-t imite ' es un sistema de celimltacion artificial propuesto para una serie de fortines del sury oeste de Inglaterra, HODDER, ORTON, Analis is Espacial .. . , ci tado, nota 4, paqs. 56-58.

    6. J. ADANEZ PAVON, Determinacion del patron de asentamiento regional: Una eproximscion cuanti-tativa al anal isis locacional de mapas erqueotoqlcos. en Revista Espanola de Antropologia America-na, XV, paqs, 77-120. Madrid, 1985.

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    natural que albergara asentamientos mas relacionados entre sf que con los deotras areas foraneas,

    Otro problema que se plantea frecuentemente en el estudio de los patronesde asentamientos es el del tarnafio de los territories de estes. Este territorio teori-co 1 0 establecimos por el conocido como "polfgonos Thiessen". Aunque somosconscientes de las limitaciones de esta tecnlca',

    Creemos que los espacios poligonales definidos de este modo no respondena la totalidad del territorio explotado (en el que habrfa que tener en cuentamuchos otros facto res) sino mas bien se puede definir como el territorio suscepti-ble de ser puesto en explotaci6n. Asf, podrfamos definir el territorio econ6micocomo el resultante de sustraer al territorio "Thiessen" el total del conjunto de tie-rras que por su distancia del asentamiento son marginales 0 inaprovechables porsu desnivel, los yermos, el mar ... , es decir, el territorio improductivo. Asf la f6r-mula serfa:

    Te = Tt - Tidonde Te = Territorio explotado; Tt = Territorio del polfgono Thiessen y final menteTi = Territorio improductivo.

    Teniendo en cuenta estas matizaciones hemos podido hacer una doblevaloraci6n de la evoluci6n en las dimensiones del T ' C . En primer lugar aquellosterritorios cuyo T t alcanzaba dimensiones considerables fueron eliminadas de lamedia del tarnafio de los territorios, es decir, una media aritmetica ponderada:que permitfa centrarnos exclusivamente en aquellos yacimientos de indudablevalor productive. En segundo lugar, la mensuraci6n de estos territorios tiene unvalor afiadido, ya que dado que nos encontramos en una isla de reducido tama-no y de contornos muy irregulares los polfgonos en el 90% de los casos excedf-an de los llmites terrestres, de manera que en la evaluaci6n de los mismos nofue ten ida en cuenta la extensi6n del mar que formaba parte de cada uno deellos, funcionando a modo de calibrador que afectarfa mas a aquellos que ten-gan dentro de su territorio mayor cantidad de literal. Pudimos comprobar de estemodo que la cantidad de suelo terrestre se vefa realmente compensado por losdlstintos tamafios de los polfgonos obteniendo unos territorios poco variables(vease Apendice 1.1), rnaxirne si no se ten fan en cuenta las hectareas de mar decada uno.

    En otra linea y con la idea de observar una evoluci6n diacronica en cuanto alritmo creador, de abandono, de estabilidad y de presencia de yacimientos por cadaperlodo" recurrimos a estudiar cuatro parametres que los definen dentro de estoslfmites (Apendice 1.2,Fig. 3):

    7. "Los polfgonos de Thiessen delimitan simplemente las areas mas pr6ximas al yacimiento en cues-ti6n en relaci6n con cualquier otro yacimiento conternporaneo similar". HODDER, ORTON, AnalisisEspacial..., citado nota 4, paq, 207.

    8. J. BENOIT, J.l. FICHES, M. GAZENBEEK, Recherches Ie long de l'Aqueduc de Nimes dans labasse vallee de /'A/zon (Gard), en J.l. FICHES-F. FAVORY (dir.), Campagnes de la France medite-rranenne dans l 'Ant iqui te et Ie Haut Moyen Age. Etudes micro-regionales, en Documents d'Archeolo-gie Francaise, en prensa.

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    P E R I O D O

    RIGARDO GONZALEZ VILLAESGUSA - ENRIQUE DIES GUSI

    APENDICE I: PARAMETROS ESTADISTICOS1. DIMENSION POLIGONOS THIESSEN

    M E D IA x D E S V IA C IO N E S T A N D A R D .E . P O R M U E S T R E O c .d .v . / x 1 0 0IV-III 813,39 Ha 298,56 316,66 0,37/37 %IV-III P 889,93 Ha

    498,18 Ha 243,17218,05 233,11 0,25 1 25 %

    0,47/47 %0,39/39 %

    1 1 - 1 235,451 1 - 1 p 573,46 Ha 234,20225,70

    0,39/39 %1 - 1 1 - 1 1 1 460,72 Ha 197,86 203,28 0,43/43 %1 - 1 1 - 1 1 1 P 452,70 Ha 178,47 183,97

    0,041 4 %IV-V 1855,09 Ha 897,39 1036,22 0,47/47 %IV-V P 2370,87 Ha 98,26 120,34

    0,48/48 %VI-VII 605,32 Ha 350,41 364,71 0,58/58 %VI- VII P 790,38 Ha 380,94 399,52p: Ponderado sin los yacimientos portuarios, c, d, v.: Coef iciente de var iaci?n

    P E R I O D O A2. FASES DE OCUPACION DEL SUELO

    B C D

    9/ 56,25 %I V - I I I 9/15 % 9/100 % 01 0 % 01 0 %1 1 - 1 15/26,6 % 7 / 43,75 % 0 1 0 %

    4/100 %1 - 1 1 - 1 1 1 19/31,6 % 4/ 21,05 % 1 / 5,3 % 151 78,90%

    41 33,33 %I V - V 41 6,6 % o 1 0 % 15 / 375 %V I - V I I 12/20 % 81 66,6 % 01 0 %A: Yacimientos de cada perfodo en relaci6n con el total general.B: Numero de yacimientos creados al pr incip io 0 durante el perfodo en relaci6n con el total del perfodo.C: Nurnero de yacimientos abandon ados durante 0 al f inal del perfodo en relaci6n con el total del perfodo.D: Numero de yacimientos y porcentaje de yacimientos estables.

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    10

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    ---- TOTALCREACIONABANDONOESTABILIDAD---- E. ABSOLUTA

    ( f 1

    .-. . . /. . . / \

    VI-VII periodosFig. 3. Polfgonos de frecuencia de yacimientos. Evoluci6n de la ocupaci6n del suelo.

    ." .- .- . . . . . . . . . . . .. . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .-/----

    IV-III II-I 1 - 1 1 - 1 1 1 IV-V

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    EI siguiente paso consistio en la definicion de las categorfas econornlcas yla principal actividad econornica de cada asentamiento de modo que pudiera-mos caracterizar cada yacimiento y cada perfodo en relacion con los sectoresde actividad. Asf, nos propusimos analizar el territorio de captaclon del yaci-rniento" para 10que contabarnos con los mismos presupuestos que los autoressefialados, en funclon de los actuales usos de los suelos'", Estos definirfan en elterritorio inmediato de 1 Km. de radio, no el uso exclusivo del suelo de un yaci-miento dado, sino la actividad principal de este, la razon de ser del estableci-miento que tuvo en cuenta la mayor proximidad a un recurso para su explota-cion optima, es decir, a la importancia relativa que tuvieron los distintos sectoresde produccion", Todo ello se medirfa por el porcentaje que en este territorio sededicaba a cada uno de los recursos susceptibles de ser explotados: agricultu-ra, actividades complementarias, mar y extracclon de la sal. Ante la problernatl-ca que supone tener en cuenta los actuales usos del suelo hemos de considerardos aspectos importantes. En primer lugar, los estudios anteriores han analiza-do la economfa de sociedades prehlstoricas donde la importancia de la edafolo-gfa era mayor pues en epoca prehlstorica no son arables todos los suelos agrf-colas. Es decir, la unlca llmltaclon a las posibilidades de esta metodologfa es laprobabilidad de que las tierras definidas hoy como agrfcolas en la antigOedad deFormentera no 10fueran. .

    3. PORCENTAJES DE SECTORES DE ACTIVIDAD EN UN RADIO DE 1 KMMAR SAL ACTCOMPL AGRICULTURA IMPRODUCTIVO2,8 6 66,3 25 0

    3 10,1 0 52,3 37,6 015 69,3 1,2 26,9 2,6 017 0 0 68,8 31,2 026 0 0 9,8 90,2 027 0,9 0 76,8 22,3 052 0 0 29,5 70,5 056 0 0 26,4 73,6 060 0 17,6 43,1 39,3 062 5,8 24,8 9,7 44,7 15,864 0 16 31,6 52,4 070/72/73 4,7 0 28,2 55,3 11,870 13,4 0 16 55,3 15,472 3,9 0 40,8 55,3 0

    9. Mapa de cultivos y aprovechamientos de la Provincia de Baleares, Escala 1: 200.000. Ed. Ministe-rio de Agricultura, Pesca y Alimentaci6n. Madrid, 1986.

    10. E.S. HIGSS, C. VITA-FINZI, Prehistoric economy in the Mount Carmel area of Palestine: site cat-chement analysis, en Papers in Economic Prehistory, pags. 1-37, Cambridge, 1970.M.R. JARMAN, A territorial modes for archaeology: a behaviouras and geographical approach, enD.L. CLARKE, Models in archaeology, pags, 705-734. Londres, 1972.

    11. HODDER, ORTON, Analisis Espacial ... , ci tado, nota 4, paq, 257.

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    75 18,2 0 57,4 15,1 9,378 26,3 0 37,4 19,7 16,683 0 0 45,3 54,7 084 0 0 13 87 092 43,6 0 48,1 8,3 095 0 0 19,6 80,4 097 0 0 42,3 57,7 098 0 0 57,7 42,3 0114 63,2 0 28,1 0 8,7

    Por esta razon hemos creido oportuno la aplicacion de una metodologia yautilizada en otras ocaslones" que tiene como finalidad la identiflcacion de asocia-ciones entre distribuciones de puntos y areas de aprovechamiento. Es necesarioemitir la hipotesis nula 0 H o : No existe ninguna relaci6n entre los asentamientos ylos tipos de explotaci6n de los suelos. Si el suelo de la isla de Formentera se divi-de basicamente en suelos agricolas (14,8%), matorral 0 pastos (57%) y yermo(25,66%) se puede obtener un nurnero hipotetico que responda a esos porcenta-[es entre los 21 yacimientos objeto de estudio sl la distrlbucion de los mismosfuera aleatoria. AI aplicar el test de la bondad del ajuste de X 2 y admitiendo unnivel de significaci6n maximo de 0,01, el valor obtenido supera con creces nues-tras perspectivas por 10que podemos rechazar la hipotesis nula:

    L (O-E)2X2 = - - - - - = 48,416

    EDonde 0es el nurnero observado de casos y E el nurnero esperado de casos.Sin embargo esto es un fndice importante de la voluntad principal que gufa el

    aprovechamiento de la isla que, aunque entraremos en ello mas adelante, creemosnecesario observar ahora. EI porcentaje de suelo agricola solamente haria esperarque nos encontrararnos con tres yacimientos en este tipo de suelos mientras que larealidad observada responde a catorce casos, los datos se ilustran por si solos.

    Siguiendo la arqurnentacion con 10expuesto mas arriba, una vez evaluados yporcentalizados los recursos que se encuentran en el interior de ese radio de 1Km. podemos definir un yacimiento por una serie de porcentajes que representanla proporcion de la "intencionalidad" de aquellos que se instalaron en aquel lugar.Con esta matriz de datos y con otros que podfan caracterizar el modelo de losasentamientos crefmos oportuno hacer un enelieie factorial de tipo R (entre varia-bles 0 atributos) que nos proporcionara el modelo mas simple sobre el que sebasa el patron de asentamiento, considerando los siguientes factores:1.- EMBPR: Distancia al embarcadero mas proximo. Mide la importancia con-cedida a su salida al mar y a las comunicaciones "internas" en la isla-2.- PORT: Distancia al puerto (embarcadero optirno con alqun tipo de yael-miento) mas proximo. Mide la existencla-de una relacion administrativa con la ciu-dad de Ibiza, ya que s610se hallan en elHtoral norte.

    12. HODDER, ORTON, Amil isis Espacial .. . , citado nota 4, pag. 30.C. ORTON, Matematicas para erqueoloqos. Madrid, 1988 (Ed. en ingles, Mathematics and Archae-ology, 1980

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    3.- MA R: Proporcion de extension de mar dentro del radio de 1 km . M ide lacercania al m ar con finalldad e xtra ctiv a y d e a pro ve ch am ie nto econornlco ..

    4.- S AL : Proporcion d e te rrito rio c on s alin as 0 la gu na s c os te ra s. E sta va ria bleen su expresion m as alta m ide la preferencia por esta activ idad.

    5 .- A C CO M P: Proporcion de territorio de cualquiera de las siguientes catego-nas : pastos, m atorra l, sotobosque, bosque. Todas estas categoriaas son suscepti-b les de ser explotadas en senti do la to por recursos pecuarios extensivos perotam bien perm ite la recolecclon (m adera, frutos, caza ... ) 1 0 que confiere la catego-ria de ac ti vi dades comp l emen ta ri as .

    6.- A GR : Proporcion de territorio dedicado a la produccion agricola . Un altoindice indica la preferencia por una explotacion agricola.

    7 .- YE RM O: Proporcion de territorio en el que el suelo es im productivo, b iend e tie rra (d un as ) 0 bien de agua (mar). Un bajo indice m ide la preterencia de losasentam ientos por tierras susceptib les de explotacion,

    8.- HE CT: D im ension m edia del territorio establecida por los poligonos Thies-sen en un perlodo determ inado. M ide la dim ension m edia disponib le del territoriode un perlodo determinado.

    9 .- PE RD: Perduracion del yacim iento en relacion con el periodo anterior.C on ello hemos querido medir la importancia que han tenido yacim ientos queestablecidos desde antiguo han dado lugar, por "colonizacion", a o tr os p os te rio re sy que se han perpetuado en todos los periodos.

    4 . AN A L IS IS FA C TO R IA L DE TIPO Q EN TR E LO S YA CIM IEN TO S3 15 17 26 27 52 56 60 62 64 70 1 70 72 75 78 83 84 92 95 97 98 114

    1 90 0 98 16 98 42 37 81 18 56 48 67 27 88 62 72 19 53 27 67 90 123 .95 15 94 40 85 69 62 86 32 74 72 88 55 83 71 90 45 55 53 86 98 1715 .32 .39 8 0 9 0 0 5 1 2 4 5 6 42 67 4 0 77 0 0 94 9817 .99 .97 .29 . 22 98 50 45 81 19 61 55 74 32 86 62 79 26 48 35 72 94 1026 .40 .63 .003 .47 12 92 94 49 69 76 85 74 86 8 16 67 100 2 98 74 42 927 .99 .92 .31 .99 .34 36 30 72 11 46 41 61 21 90 61 66 15 53 21 59 86 1252 .65 .83 .09 .71 .96 .60 . 100 72 66 90 96 94 86 28 34 90 96 12 98 94 71 056 .61 .79 .08 .67 .97 .55 1 69 67 88 94 90 88 24 30 86 98 10 98 90 66 060 .90 .93 .23 .90 .70 .85 .85 .83 56 90 74 86 55 59 49 88 53 30 61 86 9062 .42 .57 .11 .44 .83 .33 .81 .82 .75 74 79 55 74 9 15 50 71 4 69 55 3464 .75 .86 .14 .78 .87 .68 .95 .94 .95 .86 89 92 74 37 38 90 81 89 95 92 7770 .69 .85 .20 .74 .92 .64 .98 .97 .86 .83 .94 92 94 38 49 90 89 19 90 92 7470 1 .82 .94 .23 .86 .86 .78 .97 .95 .93 .74 .96 .96 . 77 51 52 98 77 31 83 98 9072 .52 .74 .26 .57 .93 .46 .93 .94 .74 .86 .86 .97 .88 25 45 72 89 15 89 76 61 775 .94 .91 .65 .93 .28 .95 .53 .49 .77 .30 .61 .62 .72 .50 . 87 55 10 77 16 50 76 3778 .79 .84 .82 .79 .40 .78 .58 .55 .70 .39 .62 .70 .72 .67 .93 . 50 18 79 24 48 59 5683 .85 .95 .21 .89 .82 .81 .95 .93 .94 .71 .95 .95 .99 .85 .74 .71 72 27 79 98 92 384 .44 .67 .02 .51 1 .39 .98 .99 .73 .84 .90 .94 .88 .94 .32 .43 .85 3 100 79 48 192 .73 .74 .88 .69 .14 .73 .34 .31 .55 .21 .41 .43 .56 .39 .88 .89 .52 .17 5 24 40 7995 .52 .73 .05 .59 .99 .46 .99 .99 .78 .83 .92 .95 .91 .94 .40 .49 .89 1 .23 83 55 097 .82 .93 .17 .85 .86 .77 .97 .95 .93 .74 .96 .96 .99 .87 .71 .69 .99 .89 .49 .91 87 398 .95 .99 .97 .97 .65 .93 .84 .81 .95 .58 .88 .86 .95 .78 .87 .77 .96 .69 .63 .74 .93 4114 .35 .41 .99 .31 -.30 .35 .08 .06 .20 .10 .11 .20 .22 .26 .61 .75 .18 -.10 .89 .02 .16 -.2

    Angulo i zqu ie rdo : I nd ice de co rr el ac i6n rd e P ea rs on . Angulo De recho : Po rcent aj es de s im i la ri dad (1X100)F in alm e nte h emo s c re id o o po rtu na l a rea li zac lon d e o tro ami l is i s fac tor ia l , este de

    tipo Q , d on de las u nid ad es in tro du cid as e ran in div id uo s, e s d ec ir lo s p ro pio s yac im ien -to s tip ific ad os p or la s v aria ble s e nume ra da s a nte rio rm en te . As! hem os realizado unatip olo gia d e y ac im ie nto s -ju nto a u n anal isis de ag rupam ien to Cluster (Apendice 1 . 4 , Fig.4) Y el co ns ig uie nte d en do gram a- q ue n os fac ilitara , c on s u adscripeion a cada epoca,las claves que en cada etapa ha determ inado el em plazam iento de los asentam ientos yc on oc er la s c olumn as q ue h an s us te nta do I~economia de cada m om enta historico.

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    2~-

    20 -

    I~-

    10 -

    % D isim ilari d ad

    ANALISIS CLUSTER DE ENLACESIMPLE

    r

    A

    -

    D B C

    0- r?, r1I ITTlYacimient0826 84 95 56 52 70 70/97 83 64 1 27 17 98 3 114 1560 75 7292 78 62

    F ig . 4 . D e n dr og ram a r es ul ta n te d el a n a l is is f ac to ria l s im p le d e tip o Q a p a rtir d e l os y a cim i en to s e s tu di ad os .

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    EVOLUCION DE LA OCUPACION DEL SUELO DE FORMENTERA 347

    Con dicho anallsis hemos podido agrupar los yacimientos por sus caracterfsti-cas en relaci6n con el medio. Sobre el dendrograma resultante hemos definidomediante dos cesuras una tipologfa de asentamientos compuestapor cuatro tipos ycinco subtipos definidos de la siguiente manera:

    A : Yacimientos 26, 84, 95, 56, 52, 70, 70171172 , 97 Y 83. Se trata de asenta-mientos agrfcolas en los que el porcentaje del territorio dedicado a la agricultura enun radio de 1 km., supera siempre el 50%.

    A1: Yacimientos 26, 84, 95, 56 Y 52. Asentamientos muy especializados cuyoterritorio esta formado por un porcentaje muy alto de suelos propicios para el cultivo(superior al 70%).

    A2: Yacimiento 70. Donde este predominio no es tan alto. (55% de agricultura y41% de Act. Complementarias).A3: Yacimientos 70171172 , 97 Y 83. Este subtipo comprende asentamientos en

    los que si bien predominan claramente los suelos agrfcolas, las actividades secun-darias y extractivas no son despreciables.

    B: Yacimientos 1,27, 17,98 Y 3. En estes asentamientos, los suelos que los cir-cundan son baslcarnente propicios a actividades secundarias y extractivas. Se defi-nirfan por tener un porcentaje entre 22 y 42% de suelos agrfcolas y un porcentaje deactividades secundarias comprendido entre un 50 y un 76%.

    81: Yacimientos 1, 27 Y 17. Las actividades complementarias suponen dos ter-cios del territorio. .82: Yacimientos 98 y 3. Actividades agrfcolas y secundarias se complementan

    casi aI50%.C: Yacimientos 114 y 15. Se trata de asentamientos donde el porcentaje de

    suelos agrfcolas es mfnimo, cuando existe, y en su defecto, el mar forma partemayoritaria de su territorio inmediato, en torno ados terceras partes del mismo.0: Yacimientos 64, 60, 75, 72, 92, 78 Y 62. Presentan caracterfsticas comunesa los anteriores tipos aunque sin definirse claramente. En este tipo heteroqeneoincluirfamos desde asentamientos dedicados al aprovechamier1to de salinas, portua-rios 0 de actividades secundarias complementadas con la agricultura. En definitivase trata de los asentamientos menos especializados.

    Para finalizar con este epfgrafe no queremos dejar de hacer algunas observa-ciones sobre los criterios que han determinado la selecci6n de materiales arqueo-16gicos que ilustran este estudio. EI total de fragmentos que ahora ven la luz, noson ni todos los recogidos en la prospecci6n ni tan siquiera el total de los estudia-dos para este trabajo. La raz6n de esta elecci6n recae fundamentalmente en uninteres cronol6gico. Hemos aplicado un tratamiento estratiqrafico al material reco-gido en la isla de tal modo que nos permitiera periodizar la actividad de la misma,como si de niveles arqueol6gicos se tratare, identificando los perfodos de mayoractividad 0 los vaclos mas significativos. La consecuencia 16gica de todo ello es elmayor lnteres que hemos dedicado a los fragmentos cerarnicos que podfan ilus-trar perfodos que la historiograffa habitual no habfa considerado. En segundolugar, el orden de las figuras se debe a ese mismo interes cronol6gico, habiendo-se mezclado distintas producciones cerarnicas siempre que tuvieran vigenciasparalelas. En consecuencia, la clasificaci6n tipol6gica de estes fragmentos, hacereferencia (a continuaci6n de la sigla del yacimiento donde fue hallado) a la pro-puesta tipol6gica mas usual, tanto de las producciones de la isla (cuya reterenclabiblloqrafica se encuentra abundantemente repetida a 10 largo de este trabajo)

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    como de las producciones toraneas (Dressel, Lamboglia, Hayes, Beltran, Benoit,Mana, Goudineau, Ritterling, Fulford/Peaekok ... ).

    PERIODIZACION DEL USC DEL SUELO DE FORMENTERAFASE I: La colonizecion

    Son escasas las fuentes antiguas sobre Formentera que den datos precisosanteriores al s. I a.C. Esto hace que resulte bastante problernatico su uso para sol-ventar el problema del inicio de la colonizaci6n punica de la isla.

    Pomponio Mela (De Chor. 11 7,126) Y Plinio (Hist. Nat. III 10, 76-78) nos dicenque la isla, que denominan Colubraria (del latin Colubra: Serpiente, culebra), es

    -inhabitable debido a la abundancia de serpientes venenosas, salvo para quienes lIe-van tierra de Ebusus. Plinio, adernas, situa la isla Colubraria en el grupo de las Pitiu-sas, pero frente al rfo Sucro (Xuquer) y dice que su nombre tarnblen es Ophiussa,del griego ' O < P 1 9 : Serpiente, culebra. Ariade un dato de interes: las lIamadas Pitiusasa partir de ahora se lIaman ambas Ebusus, con una ciudad federada.

    La fuente de los ante riores fue Estrabon (Geograffa, 1115,1-3), que escribi6 casicincuenta anos antes. Este no hacfa referencia alguna al asunto de las serpientes,dando solo una descripclon geografica muy sucinta: que la. isla de Ebosos ('E~ou-O'u9 tenfa una ciudad del mismo nombre y que media 400 estadios de perfmetrocon una anchura bastante similar a la longitud; por contra, de Ophioussa (Ootouo-oo) decfa que estaba deshabitada y-es mas pequefia ('cpT]~O~xoa nOAu f cAa't'tUlv) ysituada a poca distancia de la primera.

    La menci6n de que la isla estaba deshabitada, fue recogida por Estrabon presu-miblemente a partir de Posidonio, que escribi6 cien aries antes. La cita origen de todoesto, pudo ser semejante a la de Artemidoro (Tomada de Aqaternero, GGM, 11,481),tarnbien usada como fuente por Estrab6n, y que tan solo dice: "En el mar lbetico lasislas Pitiusas, la mayor y habitada tiene 300 estadios y la menor 100 estadios".

    Como vemos, muy pocos datos que en la mayor parte de las ocasiones son sim-ples comentarios sobre un hecho curiosa que no responde a la realidad sino que esel resultado de una interpretacion literal del nombre de Ophioussa, "isla de la serpien-te". Esto enlaza con un dato interesante: aunque todas las otras referencias historicasmeneionan solo a Ibiza, en muehos casos se habla de Pityoussai (Ilrroocom), enplural, algo que sin duda engloba a las dos islas. Estrabon concretamente habla delas dos Pitiusas ('ta~ uev Ihruooor; 8uo) 1 0 que coincide con el nombre fenicio queaparece en las monedas, 'YBSM, y que pareee que debe traducirse por un plural, esdecir: "las islas del Dios Bes". AI ser reproducido toneticamente en griego di6 Ebous-sos, perdiendo su caraeter de plural, que sf mantuvo el de Pitiusas.

    Precisamente, una de las interpretacionesque se da a este ultimo nombre es queoriginalmente nosignifie6 "islas de los pinos" (de Ilrnx; = Plno), sino que serfa unatranscripcion literal de la palabra fenicia realizada por griegos de Sicilia, Timeo entreellos, que conocfan la lengua semita. Segun esta teorfa -expuesta por J. Juan CasteIl6-,1 0 que se recoge en Pityousai no es la abundancla de pinos sino el culto a una divinidad(Bes) asociada a la figura de la serpiente, como vencedor de ella y como augur (en 1 0que recuerda el culto a Apolo) 0 en su vertiente de sanador (1 0 que remite a Asclepios,del que sabemos habfa un colegio sacerdotal en Ibiza). Esta vinculaci6n al mito de la

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    serpiente darla dos variantes distintas de la palabra fenicia: isla de la Serpiente ='Oyoouoou e islas de la Piton = DuOtouO"O"a t (DuSuN = Piton, serpiente asociada alculto a Apolo). Y 1 0 cierto es que el nombre original fenicio efectivamente esta relaciona-do con el culto a una divinidad unida a la Serpiente y que en Grecia las islas cuyo nom-bre es Pitiusa estan vinculadas a Apolo 0a Esculapio, sin relacion alguna con los pinos.

    Si estos nombres se acufiaron, como parece ser, en la segunda mitad del sigloIV a.C., con el tiempo se irfa perdiendo su interpretacion profunda y se relacionarfapor similitud fonetica con los abundantes pinos. Asf, para definir las dos islas Diodo-ro usara la palabra plural, Pitiusas , mientras que la de Eubosos, por ser singular ycoincidir el de la ciudad, recae en la isla mayor. Posteriormente la menor recibe, poreliminacion, el de Ophioussa, generando a partir de epoca romana la leyenda de lasabundantes serpientes, que se utilizara para justificar el termino "desierta". Solo en. Plinio, y posiblemente por motivos administrativos, Ebusus vuelve a englobar el terri-torio de las dos islas".Con esta larga disquisicion hemos intentado mostrar que con las escasas noti-cias de que disponemos resulta bastante diffcil sustentar hechos que luego la eviden-cia arqueoloqica 0 simplemente faunfstica (no hay serpientes en Formentera) rebatencon claridad y que, una vez demostrado, es factible reinterpretar las fuentes escritas.

    Lo cierto es que la bibliograffa al uso ha recogido esta imagen y mantenido lahipotesis de una Formentera abandonada desde fines del segundo milenio hasta elcambio de Era14 Tan solo se reconoce la existencia de un asentamiento portuarioen isla de Espalmador fechado desde el siglo II a.C. pero al que se da una finalidadsemejante a la de Na Guardis en Mallorca. La cerarnica hallada en la isla se calificacomo escasa, aislada y sin relacion con asentamientos estables.

    Sin embargo, la prospeccion sistematica realizada recientemente demuestra laexistencia de materiales fechables desde finales del siglo IV 0 a l menos desdecomienzos del siglo III a.C. Estos no parecen aislados sino en yacimientos que man-tienen una secuencia cronoloqica continua y dilatada, en la mayor parte de los casoscon una perduracion hasta muy avanzada la epoca romana, incluso con reutilizacionen epoca lslamlca, Por otra parte, definir el asentamiento de Espalmador como resul-tado de una dlnarnica similar a la de Na Guardis no tiene sentido ya que este surgecomo consecuencia de los contactos comerciales punicos con la pobtacion talayon-ca, como punto de intercambio, almacenaje y transformacion de materias primas. Si,como se afirma, Formentera esta deshabitada no puede entenderse entonces quefuncione como punto de lntercarnblo, y tampoco parece viable que se tratase de unpuerto dedicado al comercio exterior ya que a poca distancia se encuentra el deIbiza que puede -y de hecho 1 0 hace- realizar la rnlsma funclon, estando adernasmejor comunicado y siendo mas accesible. Lo que parece mas probable es queEspalmador fuera el puerto de una poblacion asentada en Formentera. Una atalayaen la isla de Espardell, fechada a comienzos del siglo II a.C., confirma la existenciade un grupo estable, dependiente de Ibiza y al que hay que proteger.

    13. J.J.CASTELLO, Epfgraffa romana de Ebusus, en Trabajos del Museo Arqueol6gico de lblza, 20,pags, 11-16. Ibiza, 1988, Menciona este autor como este fenorneno se volvlo a producir siglos des-puss cuando los arabes interpretaron la palabra Yabisa (transcripcion fonetlca de Ebusus) por susignificado en su lengua; "seca", 1 0 que les cause bastante extrafieza,

    14. Como referencia mas reciente y que recoge todas las anteriores cfr. J.RAMON, Las sntoms pani-cas de Ibiza, en Trabajos del Museo Arqueoloqico de Ibiza, 23, pags. 49-51. Ibiza, 1991.

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    Fig. 5. Ocupacion del suelo de Formentera (Fase I: siglos IV-III a. de C.). Polfgonos Thiessen y centrode gravedad (....).

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    Hay, sin embargo, una serie de elementos que pueden efectivamente cuestionarla presencia de poblacion punica en Formentera y que no tienen relacion con lasobjeciones planteadas hasta ahora. En primer lugar, la ausencia de necropolis fecha-das en este momento ya que la mas antigua conocida, la de Es Sou Cremat", nopuede considerarse anterior al siglo I d.C. En segundo, la casi exclusiva presenciadel material antorico para datar los yacimientos correspondientes a esta epooa, nosiendo abundantes las formas de ceramica ebusitana que se hallan en los asenta-mientos rurales de Ibiza. EI primero de los puntos -sin entrar en cuestion sobre posi-bles problemas de registro que, por otra parte, tampoco pueden descartarse- no tieneporque negar la existencia de poblacion, sino que mas bien obliga a plantear hipote-sis sobre el tipo de explotacion y de poblaclon que puede producir la no aparicion denecropolis". EI segundo, con ser el mas importante, puede ser resultado de la esca-sez de materiales ya que se trata de yacimientos con gran perduracion, por 10que losmateriales en superficie correspondientes a las epocas iniciales suele ser escaso, nosiendo raro que sea el material anforlco, por su mayor tarnario, el que se evidenciaen superficie con mas facilidad. Hay que afiadir 10dicho sobre el sistema de recogidade material ceramico en la prospeccion, de forma que solo una excavacion puedeconfirmar el hiato en perfodos no representados por la cerarnica recolectada.

    Ante la falta de excavaciones, hemos tratado de comprobar por medio del datoestadfstico si esta dlstribucion de materiales correspondientes a la fase lnicial yfechados desde fin del siglo IV era aleatoria, si respond fa a un asentamiento organi-zado 0si era fruto de desembarcos ocasionales en las costas de Formentera.

    Estos materiales han aparecido en ocho yacimientos, de los cuales dos cumpli-rfan una funcion portuaria -15,78-, por 10que los dejamos fuera del estudio para laexploracion agropecuaria de la isla. Con todo hay que destacar dos hechos sobre susituacion, En primer lugar, que ambos estan situados en la parte septentrional, esdecir, vinculados a la comunicacion con Ibiza. En segundo lugar, podemos distinguirentre el yacimiento 78, que da salida ala produccion de la parte oriental de la isla (elistmo y La Mola), mientras que la zona occidental utilizarfa el otro.

    Los ocho yacimientos se distribuyen por la isla con una homogeneidad sorpren-dente ya que el Anallsis del Vecino mas Proximo da un fndice de distribucion de2,09, cuando el maximo posible es de 2,29. No se puede, pues, hablarse de unacasualidad en la aparicion de los hallazgos ya que este fndice solo puede respondera una voliclon en el reparto organizado de un territorio. La superficie obtenida paralos yacimientos no portuarios en el analisis de Polfgonos de Thiessen muestra tam-bien una gran semejanza en el tarnario del territorio de Gada uno, con variacionestan solo en funcion del tipo de terreno 0 de la actividad realizada. La media de estasuperficie serfa de 889,93 Ha, con un coeficiente de variacion del 25% que, comoveremos mas adelante, es la menor de todas cuantas se obtienen por epocas.

    EI analisis de los Territorios de Captacion nos da las siguientes funcionalidades:Cuatro yacimientos son del tipo definido como agrfcola, estando tres de ellos espe-cfficamente dedicados a la agricultura -26, 52 Y 56-, mientras que ef cuarto -83-

    15. Inedito, materiales depositados en el Museo Arqueolcqlco de Ibiza.16. Sin deseos de forzar la comparacion, hay que recordar que todavfa no se han halJado las necropo-

    lis de much os yacimientos lbericos, algunos de dimensiones tan considerables como la Bastida deles Alcuses (Moixent).

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    tiene un alto porcentaje de actividades complementarias; uno -27- esta dedicadoespeclficamente a las actividades complementarias. Aunque en el sexto -64- tam-bien predomina la funcionalidad agricola, hay que destacar el alto porcentaje de pro-ducci6n salina (16%).

    A P E N D IC E I I : C U A D R O S IN O P T IC O D E F O R M A S C E R A M IC A S IL U S T R A D A S

    N Q N O M B R ED E L Y A C IM IE N TO S IG L A M A T E R I A L E SR E P E R T O R I A D O S( F i g . n Q )1 C a S 'H e r e u C S H /11.6/13.6/15.5/15.6/16.6/16.15/17.6/17.10/17.16/2 C a l6 d e S 'O l i C S O / 1 3 . 2 1 1 5 . 1 5 / 1 6 . 9 / 1 7 . 8 / 1 7 . 9 / 1 7 . 1 1 / 1 7 . 1 3 /3 C a l6 d 'E s T r u i I C O T I /15.9/16.5/16.12/4 C a l6 d 'E s T r u i I I C O T II /15.4/9 C a n M a r t i B e ll I I O M V I I /12.15/13.5/16.11/16.14/11 C a n M a r ro ig I I I C M R G I I I /17.3/13 E s E s ta n y e t s E E /17.1/15 P u n ta P e d r e r a P P / 1 0 . 1 0 / 1 1 . 7 / 1 4 . 3 /1 6 . 1 / 1 6 . 3 /1 6 . 8 / 1 6 . 1 0 / 1 7 . 1 2 117 C a n M a r ia n o G a y e t C M G / 17 .15 /26 C a n G u i l le m C G /10.1/12.14/13.4/27 C a n M e s t r e C M /10.4/52 E s P ia E P / 1 0 . 3 / 1 0 . 6 / 1 5 . 2 1 1 5 . 1 0 / 1 7 . 2 1 1 7 . 1 4 /56 C a n X u m e u M ig u e l F X M N o d ib u ja d o58 E s M o li d 'E n T a u e t E M T /12.1/14.5/15.13/60 E s B r o i ls E B / 12 .11 /62 C a n M a ia n s d e ls P u llo ls C M O P /14.8/16.7/63 C a n M o n s s e n y e r C M /12.5/15.7/12.5/17.5/17.7/64 C a n R i t a C R /10.13/11.5/12.9/15.14/70 C a n C o s ta d e M ig io r n C C M N o d ib u ja d o72 C a n J oa n M a te u C J M N o d ib u ja d o73 C a n P e ~ C o s ta C P C N o d ib u ja d o75 C a n B a r b e r C B R B /10.5/78 E s C a r n a tg e E C / 1 0 . 7 /1 0 . 1 1 / 1 2 . 7 /1 4 . 2 1 1 4 . 4 / 1 4 . 6 /1 5 . 1 7 / 1 6 . 1 3 / 1 7 . 4 /83 E s M o n e s t i r E M N T / 1 0 . 2 1 1 0 . 9 / 1 2 . 4 / 1 2 . 6 / 1 5 . 6 / 1 5 . 1 2 /84 E I P i la r I E P I /10.8/12.8/15.1/15.11/85 E I P i la r I I E P I I /15.8/92 S a C a la V I S C V I N o d ib u ja d o95 C a N a P e~ a d e s M a ia n s C N P O M / 1 1 . 2 1 1 2 . 3 / 1 3 . 1 /97 C a n P e ~ R it a I I C P R I I N o d ib u ja d o98 C a n P e r e T a la ia s sa C P T /12.2/14.9/16.4/110 E s ~ a r d e l i l l E S PR O L I I / 1 0 . 1 2 1 1 1 . 3 /112 E s ~ a lm a d o r I I E S P I I /10.14/16.2/113 E s ~ a lm a d o r I I I E S P I I I /14.1/114 E s ~ a lm a d o r IV E S P IV . / 11 .1 /110 .4 /11 .8 /12 .10 /12 .13 /13 .3 /14 .7 /15 .3 /115 I l ia d e S 'A lg a IS A /12.12/

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    Ya hemos dicho que una de las objeciones al tipo de material hallado, anforas,es que podrfa tratarse de esporadicas estancias en la isla. Sin embargo, el anallslsfactorial muestra una alta correlacion negativa (-0,81) entre los yacimientos agrico-las que, como hemos visto, son los predominantes, y la cercanfa al mar. Los yaci-mientos dedicados a Actividades Complementarias, acemas, son los mas alejadosde los puertos. Todo ello descarta la hipotesis de que esta cerarnica sea consecuen-cia de eventuales desembarcos.

    Afiadamos que el registro arqueoloqico muestra que la isla deja de ser explota-da desde fines del segundo milenio, momento en que los abundantes asentamien-tos del Bronce interrumpen su secuencia", Durante los siglos siguientes solo se pro-ducen visitas esporadicas documentadas por alqun hallazgo de anfora R-1 (aunqueen lugares tan alejados de la costa como la Mola" 0 el Cap de Barbaria) y por undeposito de hachas de broncs" que, sequn constatamos, se hallo en el contexto deun yacimiento cuyos materiales en superficie no son anteriores al siglo VI d.C.

    En conclusion, solo a fines del siglo IV 0 comienzos del III a.C. puede hablarsede verdaderos asentamientos de una colonizacion organizada, con una distribucionhornoqenea de los asentamientos. Aunque se explotan todos los recursos de la isla,ganaderos, salinos y agrfcolas, son estos ulnmos los predominantes. Esta produccionse canalizo hacia lbiza por medio de los establecimientos portuarios situados en lacosta norte. No existe ninqun yacimiento en las proximidades del Centro de Grave-dad de la isla, por 1 0 que la colonizacion de Formentera se puede considerar comouna prolonqacion de la de Ibiza que, iniciada a comienzos del siglo V, se ha consu-mado casi en su totalidad en la primera mitad del siglo IV a.C.2D.Precisamente, lagran proyeccion exterior de Ibiza a partir de la segunda mitad del siglo IV encaja bas-tante bien con la necesidad de poner en explotacion la mayor cantidad de territorioposible, especial mente en un momento en que la economfa parece dirigirse al mono-cultivo", en Formentera quiza de vino y sal ya que no hay restos de almazaras.FASE II: La primera expansion.

    Aunque en la bibliograffa la problernatica es todavfa la misma que para la faseanterior, 1 0 cierto es que los datos arqueoloqicos demuestran que durante los dossiglos siguientes continua la dlnarnica colonizadora en toda la isla. Junto al manteni-miento de los primeros asentamientos, se crean de otros nuevos y hay mayor por-centaje de cerarnica cornun local y de lrnportacion que confirman tanto las cronolo-gfas como la estabilidad del proceso. Pese a ello, siguen sin aparecer necropolis por1 0 que cabe hipotetizar que la ausencia de enterramientos en la fase anterior res-ponderfa a un identico sistema de explotacion que en esta,

    17. C. GOMEZ, P. SAN NICOLAS, La prehistoria de Ibiza y Formentera, en Trabajos de Prehistoria,45, paqs, 201-228. Madrid, 1988.18. J. RAMON, Eis monuments antics de les i l/es Pit iuses, Consel iinsular d 'Eiv issa i Formentera, pag.65. Ibiza, 1985.19. G. DELIBES, M. FERNANDEZ-MIRANDA, Metalurgia Balear de la Edad del Bronce: hachas de

    cuba, de tal6n, de spendices laterales, en Pyrenae, 9, paqs, 64-71. Barcelona, 1984.20. C. GOMEZ, Asentamientos rurales en la Ibiza Punlcs, en los fenicios en ta Peninsula Iberica, I,

    paqs, 177-192. Sabadell, 1986.21. RAMON, Las e m o r e s punices ... r citado nota 14, pa2~' 147-149.

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    Fig. 6. Ocupaci6n del suelo de Formentera (Fase II ; siglos 11-1a. de C.) Poifgonos Thiessen y centro degravedad (....).

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    Corresponden a este momento dieciseis yacimientos, de los cuales siete son denueva creaci6n (43,75%), rnanteniendose el 100% de los aparecidos en la Fase I.Lo que mas llama la atenci6n es el descenso en el Indice obtenido con el Analisisdel Vecino mas Pr6ximo, que ahora es de 1,17, indicativo de una distribuci6n aleato-ria. Esto puede interpretarse como el resultado del crecimiento natural de una pobla-ci6n asentada en un primer momento de forma regular y que se transforma en fun-ci6n de numerosas variables. Los nuevos asentamientos reducen la superficiemedia de los pollgonos de cada yacimiento no portuario a 573,46 ha., con un coefi-ciente de variaci6n del 39%. Esta mayor desviaci6n puede deberse a que el aumen-to de yacimientos favorece una mayor especializaci6n, con 10que el tamaiio delterritorio va a estar en funci6n de la categorla del suelo y de la actividad predomi-nante en el area de captaci6n. Con todo, vemos que se mantiene la agriculturacomo base de la explotaci6n de la isla, ya que seis estan dedicados a ella, aunqueuno de ellos tiene importantes actividades complementarias. A estas se dedicanotros cuatro, aunque s610 dos de ellos pueden considerarse como especfficos deesta producci6n. Aparece un nuevo yacimiento dedicado en parte a la explotaci6nde la sal, aunque su actividad principal es agricola.

    Es de destacar la aparicion a principios de siglo de dos atalayas en la zonanorte, una en la zona de la Mola -92- y otra en el islote de Espardell. Parecen formarparte de un sistema de atalayas, que estudiamos en otro luqar", dependiente deIbiza que, al parecer, funcion6 al menos durante la primera mitad del siglo II. Esto nos610 parece confirmar la existencia de una poblacion estable a la que es necesarioproteger sino la vinculaci6n de esta con Ibiza ya que es evidente la total ausencia deatalayas en el lade sur de Formentera.

    EI anal isis multifactorial de los recursos en el area de captaci6n muestra unaacentuaci6n de la correlaci6n positiva del mar con los puertos (0,92), que ahoraaumentan a tres con la creaci6n a principios de siglo de un asentamiento en Espal-rnador, 10que abunda en la tendencia a la especializaci6n que se comienza a notaren toda la isla. Se mantiene tarnbien la alta correlaci6n negativa de la producci6nagricola con la cercanla al mar (-0,75), con un ligero descenso pues comienzan aponerse en cultivo zonas menos productivas, en Formentera siempre mas cercanasal mar.

    Se mantiene la fuerte vinculaci6n con Ibiza pues sigue sin definirse nucleourbano alguno y, de la misma forma, los mismos sucesos politicos y los econornicosse reflejan en el registro arqueoloqico, Como sucede con lbiza=, en Formentera nose aprecian las consecuencias de la segunda guerra punica mas que por la creaci6nde dos atalayas de vigilancia, en Espardell y la Mola. Por 10demas, se observa unaintensificaci6n de la explotaci6n, con una mayor cantidad de nuevos asentamientos,ahora con funciones mas especlficas pero predominando la agricola. La corta dura-ci6n del sistema de vigilancia, no parece que pueda lIevarse mas ana del primer ter-cio del siglo 1 1 2 4 a.C., parece indicar que Formentera, dentro del mundo ebustiano, seintegra rapidamente en el sistema economico que la republica romana esta creando

    22. E. DIES, Viabi/idad y fina/idad de un sistema de torres de vigilancia en la Ibiza punics, en Sagun-tum, 23, paqs, 213-224. Valencia, 1990.

    23. C. GOMEZ, L'iIIe d'ibiza a l 'epoque des guerres puniques, en Studia Phoenicia, X, Punic Wars,paqs, 85-98. Lovaina, 1989.

    24. DIES, Viabilidad y finalidad ... , citado en nota 22, pag. 222.

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    por todo el Mediterraneo occidental. La ciudad -y su territorio- ha adquirido el rangede foederata 1 0 que junto a la conquista de las Baleares por Roma, abre una nuevafase historica caracterizada ahora por el comercio i tal ico, La falta de excavacionesimpide que podamos precisar si se produce en Formentera un hiatus parecido alque hallamos en Ibiza a fines del siglo II y primera mitad del I a.C. No obstante, losmateriales hallados en el puerto de Espalmador confirman una actividad que no dis-minuye hasta al menos ya avanzado el siglo I a.C. Si Ibiza perdio 0 hubo de aban-donar sus colonias en Mallorca no parece que esto afectase a Formentera, aunquehay que tener en cuenta que en ese momenta todavfa se estan explotando los terri-torios mas rentables, a diferencia de 1 0 que sucedfa en Ibiza donde hallamos asen-tamientos en zonas menos fertlles como la costa sudoeste y que sf evidencian estemomenta de cnsls=.

    La reactivacion de la produccion ebusitana en la segunda mitad del siglo I a.C.que alcanza su mayor culrninacion durante el siglo siguiente, no parece que puedadeberse a un retorno a la actividad autonorna de las dos islas -que no habrfa duradomas alia de cincuenta afios- sino a una profundizaclon dentro del modo de produc-cion altoimperial. Es decir, asistimos a las consecuencias de la romemzscion de laantigua colonia punica que tiene que adoptar los modos del nuevo sistema econorni-co-social, en una dinamica que no se diferencia en grandes rasgos de 1 0 que sues-de en la Penfnsula Iberica y, en general, en el mundo romano.FASE III. : Explotecion intensiva.

    Si para los perfodos anteriores la historiograffa es reticente a admitir una pobla-cion/ocupaclon de la isla, en terminos generales se admite una presencia humanacontinuada en la isla de Formentera desde el cambio de era" , aunque Solinus(23,11) sigue afirmando, en el siglo III d.C., que "Colubraria, hacia el Sucro, esta pte-gada de setpientes'.

    Esta presencia y explotacion intensiva es evidente que alcanza su maximaexpresion en los tres primeros siglos de la Era. Los 19 yacimientos vigentes en esteperfodo suponen el 31,6% de todos los repertoriados en epoca punlca y romana. Noes un perfodo creador de yacimientos (en relaclon con el anterior por ejemplo), solocuatro nuevos asentamientos (21,05%) indicarfan la intensiflcacion maxima de laexplotacion de la isla dadas unas condiciones sociales, economicas y tecnicas pro-pias de la epoca en que nos movemos. De los yacimientos del perfodo anterior solose han abandonado, como dijimos, las dos atalayas, ya innecesarias.

    EI Indice r del Analisis del Vecino mas Proximo es 1,47 1 0 que indica una distri-bucion regular que podrfa interpretarse como una reorqanizacion 0 una mayor racio-nalizacion del espacio respecto al perfodo anterior, debido probablemente a la defi-nitiva entrada en la orbita del mundo romano y a la adopclon de los modeloseconornicos y organizativos imperantes en todo el Medlterraneo a partir de estasfechas. EI territorio de los polfgonos Thiessen se reduce como consecuencia loqicadel crecimiento de los asentamientos, con una media ponderada de 452,7 ha. y un

    25. J. RAMON, L'assentament punico-rome de Ses Parses de Cala d'Hort (Can Sora) a Sant Josep(Eivissa). Ibiza, 1982.

    26. RAMON, Eis monuments antics . .. , ci tado nota 18, paqs, 34-36.

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    Fig. 7. Ocupaci6n del suelo de Formentera (Fase III: siglos 1-11-111d. de C.), Polfgonos Thiessen y cen-tro de gravedad (T), t:Yacimiento desaparecido respecto al perfodo anterior.

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    coeficiente de variacion del 39% que redunda en la explicacion de este mismo teno-meno para el perfodo anterior. En esta fase la explotacion de la isla adquiere no solosu maxima expresion sino tam bien su especializacion mas acentuada. Mantenien-dose los yacimientos que funcionaban en el perfodo anterior, aumentan los dedica-dos en mayor medida 0 con cierto predominio a las actividades complementarias 10que prodrfa explicarse por la ocupacion de tierras marginales no susceptibles deuna intensificacion de la agricultura y permitiendo, a su vez, una especializacion yaque los agrfcolas son los asentamientos de la fase anterior. Por otro lade un nuevoasentamiento tendra como principal objetivo la explotacion de la sal, en este mismoespfritu de maximizacion de todos los recursos.

    EI Analisis Multifactorial de los facto res determinantes del patron de asenta-miento ha brindado una alta correlacion positiva (0,76) entre los embarcaderossecundarios y la agricultura 10 que interpretamos como una voluntad de mejorar laacurnulacion de todos los excedentes a la hora de enviarlos de manera conjunta a laciudad, fruto de esta intensiticacion de la actividad en el agro. Otra importante corre-lacion positiva (0,88) se ha dado entre la proximidad a los puertos y la dimension delterritorio susceptible de ser explotado. Los territorios mas grandes estan proxirnos alos mejores puertos, 10 que confirma la interpretacion anterior.

    En relacion con la tipologfa de los yacimientos de este perfodo, la explotacionde la isla, sigue siendo eminentemente agrfcola (8 de los 19 yacimientos), en partecompensada por el aumento de asentamientos cuya principal actividad es comple-mentaria de la aqricultura". Siguen funcionando los tres puertos ya tradicionales y,finalmente, otros tres asentamientos se encarqaran de la explotacion salina.

    Concluyendo, el perfodo alto-imperial significa la explotacion intensiva, y pro-bablemente maxima, de la isla en relaclon no solo con el perfodo anterior sinotambien con toda antiquedad, Ello tiene como principal consecuencia la explota-cion de territorios marginales como coloton de un proceso que habfa surgido bas-tantes siglos atras, En efecto, aunque las transformaciones apreciadas en el sigloI d.C. parecen profundas (intensiflcacion de la explotacion, especlafizacion de lasexplotaciones, reorqanizacion del espacio) e incluso podrfa intuirse cierta inter-vencion superestructural que forzara este nuevo estado de la cuestion", no pode-mos dejar de apreciar que la dispersion de los asentamientos y la implantaci6nen el territorio de los creados en este perfodo parece el final de una evolucion,Asf podrfa interpretarse si tenemos en cuenta que este estado de la cuestion yase habfa comenzado a apreciar en el perfodo anterior: tendencia a la especializa-cion, incremento del nurnero de explotaciones. Las razones de este tipo de tran-sicion podemos encontrarlas en el alto grado de desarrollo socio-cultural y urba-no al que habfa Ilegado el mundo punico, muy semejante al de la Romatardo-republicana. No olvidemos que se trata de la unica civilizacion del Medite-rraneo que se enfrenta con verdadero peligro para la ciudad del Lacio. Otra posi-ble explicacion es la poco traurnatica entrada en el dominic romano de la isla deIbiza. Independientemente de la epoca en que pueda situarse el tratado de fede-racion al que se refiere Plinio y de que un tratado de federacion estaba bien lejosde considerarse un trato de favor por parte de la rnetropoli", 10 que sf que es cier-to es que este transite no tuvo el caracter cruento que atecto a otros pueblos

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    27. Uno de nosotros ha ident ificado los restos de una posible centuriaci6n.

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    como fueron los galos, los lusitanos 0 a la propia Carthago con el final de lasguerras punicas,

    En el transcurso de la epoca alto-imperial parece ser bastante hornoqeneo,aunque no hay datos suficientes para apreciar la evolucion dentro del perfodo por elhecho de que se trata de dataciones de asentamienos por medio de materiales deprospeccion y tarnbien porque los materiales en ocasiones no permiten afinar lascronologfas. Oulza por ello no puede apreciarse un descenso relativo de las explota-ciones al final del siglo I d.C., 1 0 que hubiera podido relacionarse con el edicto delatinidad de Vespasiano (73/74 d.C.) ni durante el siguiente siglo, como se ha cons-tatado en la isla de Ibiza. Las ceramicas africanas de mesa y de cocina asf 1 0 atesti-guano No obstante queremos repetir que solo el estudio de materiales procedentesde excavaciones permitira enmarcar en su verdadero contexte estas afirmaciones.FASE IV: Crisis y reorqemzecion.

    En primer lugar queremos matizar que el inicio de este perfodo (como el finaldel anterior) no vendrfa definido por el final del siglo III d.C. sino que las profundastransformaciones acaecidas en todos los ordenes se producen en los treinta 0 cin-cuenta ultirnos alios de la centuria, coincidiendo con la perlodizacion de las forma-ciones econornico-sociales del lmperio= y con el perfodo de la Anarqufa Militar y losemperadores ilirios en el terreno politico.

    En nuestra isla los efectos de estas profundas transformaciones que se inicianen el siglo anterior" y que, en terminos generales, afectan a casi todo ellmperio, nodejan de sentirse y los yacimientos que presentan materiales de finales del siglo III 0del siglo IV d.C. son mas bien escasos. Las cifras son elocuentes, para los siglos IVY V solo cuatro yacimientos (6,6% de toda la antiquedad) estan en funcionamiento,ninguno de ellos ha sido creado ex nuovo y 15 son abandonados, 1 0 que produceuna cifra exorbitada relativa al total del perfodo del 375%. Finalmente, la inestabili-dad por el abandono es absoluta.

    Creemos que es el momenta oportuno para hacer algunas precisiones termino-loqlcas importantes. En primer lugar, una vision de este tipo podrfa hacer pensar enun abandono de la isla 0 cuanto menos de la mayorfa de los asentamientos. Sinembargo y aunque sea casi inevitable utilizar la palabra abandono no nos estamosrefiriendo en ninqun momenta a exodos, hambrunas 0 desinteqracion del habitat -que tampoco negamos en procesos coyunturales y episodicos- , En realidad la situa-cion, como veremos mas adelante, parece mas bien la de una reestructuracion, muylejos del ser algo desordenado, organizada con unos criterios claramente definidos yconscientes por parte de aquellos que la protagonizaron en un proceso de adapta-cion, creemos que rapido, a la nueva sttuacion polftica, social y sobre todo econorni-ca imperante que desembocara en la gran propiedad y en el colonato.

    28. "Tenien recortada su soberania exterior, pues no podian establecer a/ianzas ni declarar guerrascon otros pueblos al margen de su relaci6n con Roma. Debian aportar recursos a la a/ianzacomun; por ejemplo, Gades contribuia con barcos." J.M. ABASCAL, V.ESPINOSA, La ciudad His-pano-Romana, Privi/egio y poder, pag. 23. Loqrorio, 1989.

    29. A . CARANDINI, Dibattito sull'edizione italiana della Storia economica del mondo antico di F. Hei-chelheim, en Dialoghi di Archeologia 213, pag. 23. Turfn, 1973.

    30. J.ARCE, Espana entre el mundo ant iguo y el mundo medieval, paqs, 33-67. Madrid, 1988.

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    Fig. 8. Ocupacion del suelo de Formentera (Fase IV: siglos IV-V d. de C.), Polfgonos Thiessen y centrode gravedad (T), t: Yacimiento desaparecido respecto al perfodo anterior.

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    Ouiza el mayor exponente de todo 1 0 que decimos es la distribucion regular delAnalisls del Vecino mas Proximo cuyo fndice es 1,37, 1 0 que puede interpretarsecomo un "abandono" organizado tendente a una concentracion de la propiedad de latierra en manos de unos pocos possessores con 1 0 que la existencia y rentabilidad dealgunos asentamientos se pondrfa en tela de jufcio. Esta concentraclon se puedeconfirmar por las dimensiones de los territorios de los polfgonos Thiessen, la dimen-sion media de estes es de 1.855,09 ha. con establecimientos portuarios y de2.370,87 ha. ponderando esta media sin estes y un coeficiente de variacion del 4% 1 0que confiere a los territorios una gran homogeneidad e incide en el caracter organiza-do de esta reestructuraclon, EI analisis pormenorizado de cada uno de los asenta-mientos que sobreviven a este proceso es sintomafico de la voluntad consciente deque prevalezcan aquellos que ofrecen una mejor prestacion de servicios dadas lasnuevas condiciones. Aquellos yacimientos mas aptos para cada actividad y que almismo tiempo permitan realizar otra de modo complementario son los que perdu ranen este perfodo. EI Analisis Multifactorial es explfcito al respecto. Los mejores resulta-dos obtenidos con este rnetodo se centran en el perfodo objeto de estudio. Tenemosunas altfsimas correlaciones positivas entre embarcaderos secundarios y puertos(0,93); entre embarcaderos secundarios y territorio marftimo (0,80); entre puertos yactividades agrfcolas (0,93) y entre actividades de extraccion salina y las agrfcolas(0,93). Lo que indica una fuerte diversiticacion y una gran lnteracclon entre todosestos facto res que influyen en la seleccion de yacimientos del perfodo. Las fuertescorrelaciones negativas por su parte ayudan a perfilar 1 0 dicho hasta ahora. Asf, esimportante la correlacion de un -0,97 y -0,99 entre embarcaderos secundarios y puer-tos respectivamente con las actividades extractivas de la sal, es decir no ha sidedeterminante la comunicacion de estos, su salida al exterior a la hora de su eleccion.La interpretacion puede ser doble, 0bien pesaba mas la diversificaclon de produccio-nes en un mismo yacimiento 0 su salida exterior no era tenida en cuenta por aquellosque la producfan. Del mismo modo ocurre con los embarcaderos secundarios y laproximidad al mar con las actividades agrfcolas (-0,91 y -0,85 respectivamente) cuyainterpretacion enmarcarfamos en el mismo argumento citado Ifneas mas atras, mien-tras que la proporcion inversa observada entre el mar y la agricultura parace evidentepor tratarse de actividades poco complementarias. Finalmente tarnblen existe unaalta correlaclon negativa (-0,89) entre la proximidad al mar y la cantidad de hectareaspara el perfodo, es decir, los territorios son mas grandes cuanto mas alejados del marse encuentran quiza debido a la mayor dedicaclon a actividades agrfcolas de estes yla mayor necesidad de tierra para ello.

    En conjunto, de los cuatro asentamientos vigentes en el perfodo uno de ellosserfa predominantemente agrfcola y al mismo tiempo permltina la explotacion de lasal, otro estarfa dedicado principalmente a las actividades complementarias y losotros dos, puertos, dejando de usarse el de Espalmador.

    Resumiendo, frente a las tradicionales visiones apocalfpticas meramentecoyunturales, 0 particularism os regionales especfflcos", planteamos una vision masen consonancia con un proceso estructural inherente al propio sistema socio-econo-mico imperante y en pleno proceso de transforrnacion hacia otro sistema propio dela Antiquedad tardfa. Unido a esta interpretacion quisieramos relacionar un yael-

    31. J. RAMON, E/ Baix /mperi i l'epoce bizant ina a /es i /Ies Pitiiises, pag. 29. Ibiza, 1986.

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    miento datable en estas fechas , el castellum de Can Blai'" que no hemos utilizadoen este estudio en ningun momenta ya que su funcionalidad no es la explotacioneconornica del territorio sino otra bien distinta. Adernas, los datos provisionales desu estudio arquitectonico apuntan en el sentido de que [amas fuera finalizada suconstrucclon y por tanto nunca habrfa sido utilizado. De este modo, creemos que elintento de construccion de un "campamento" de tan reducidas dimensiones (1.600m2)aunque responde a una tipologfa "militar" no tendrfa nada que ver con un desta-camento castrense sino que hay que situarlo en el contexto de las turres y castelladel bajo-imperio como consecuencia de un proceso de senorlalizacion y de frag-mentacion del poder central que culrntnara con la Edad Media " . En 1 0que a la cera-mica se refiere, el hiatus acaecido en el siglo III d.C. no ofrece ninguna duda, faltanlos materiales propios de finales del siglo 0 de principios del IV (formas tardfas desigillata africana "C", primeras importaciones de la variante "0" 0 las formas evolu-cionadas de la Vajilla Africana de Cocina).Se ha podido observar (no solo por su relacion con el medio inmediato sino tam-bien por su relacion con la ciudad de Ebvsvs) en este perfodo una importante diversi-.ficacion de las actividades extractivas como consecuencia del proceso de progresivaautarqufa de la villa y latifundio tardlos, de la transicion de un modo de produccionexclavista a la adopcion del colonato y la clientela, de la especiallzacion y la agricultu-ra intensivas a la subsistencia y produccion extensiva, en definitiva procesos nadaoriginales sino, mas bien al contrario, generalizados por todo el Mediterraneo y queha podido comprobarse en otras regiones como la Setica 0 la Tarraconense=.

    En resumen, la pobreza de yacimientos de este perfodo parece enmarcarsemas en un proceso coherente con los movimientos socio-economicos que afectan atodo el Mediterraneo que con la anexion en 455 de la isla al reino vandalo de Gen-serico, en el norte de Africa. Si bien es cierto que pueden existir algunos niveles dedestruccion y abandono posteriores a mediados del siglo V, no es menos cierto quela ausencia de habitats de estas fechas no puede relacionarse necesaria y exclusi-vamente con estas destrucciones. Como hemos visto se trata de un proceso muchomenos traurnatico y organizado de 1 0que a simple vista puede parecer.FASE V : La transformaci6n.

    Los siglos VI Y VII conocen una nueva transformacion en el patron de asenta-miento de la isla. La presencia de habitats fechados en estos siglos se triplica, noabandonandose ninguno de aquellos ya en actividad en el perfodo anterior. Estafase es particularmente "creadora" dada la escasez del perfodo previo (66,6 %) aun-que debemos matizar este terrnino ya que se trata de una creacion muy degenera-da, fenorneno ya observado anteriormente" que consiste en una reocupaclon de losmismos yacimientos abandonados en el siglo II 0 III d.C. A la hora de elegir la ubica-cion del asentamiento confluiran dos factores:

    32. Excavado entre 1979 y 1980 por J.H.Fermindez se encuentra todavia en fase de estudio, vease,un croquis en J.L.GORDILLO, Formentera, Histor ia de una is la, paqs, 112-125. Valencia, 1982.

    33. ARCE, Espana entre el mundo ... , Citado nota 30, pag. 78.34. J. FERNANDEZ, La crisis del siglo 1 1 / y el fin del mundo antiguo. Madrid, 1982; M. TARRADELL,

    Poblaci6n y propiedad en el este peninsular en el Bajo Imperio, en III Congreso Espafiol de Estu-dios Claslcos, 1966, paqs, 164 Yss, (articulo no consultado). Madrid, 1968.

    35. RAMON, EI Baix Imperi . .. , citado nota 31.

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    EVOLUCION DE LA OCUPACION DEL SUELO DE FORMENTERA

    Fig. 9. Ocupaci6n del suelo de Formentera (Fase V: siglos VI-VII d. de C.). Polfgonos Thiessen y cen-tro de gravedad (T).

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    1. Elegido por su "riqueza" en relacion con los suelos susceptibles de ser explo-tados para la finalidad buscada.

    2. Visualizacion de las ruinas de asentamientos abandonados dos siglos antes,que facilitarfan la extraccion de materiales de costruccion con un mfnimo esfuerzo,factor poco mensurable actualmente.

    Esto ultimo ha podido constatarse en Settefinestre" 0 mas proxirnos, en CanSOra37 y Can Fita38

    En cualquier caso esta reocupacion ofrece un resultado de una distrlbucion muyregular (r = 1,68) que se hace aun mas regular si tenemos en cuenta solamente elresultado final en el siglo VII (r = 2,04). Esta situacion podemos interpretarla de dosformas no excluyentes, bien como el resultado logico de una reocupacion de asen-tamientos que ya pose fan una regularidad previamente 0 bien tener en cuenta ciertaorqanizacion aunque aparentemente y en terminos de cultura material se trate de unfenorneno ciertamente degenerado 0barbarico",EI tenorneno llevara a reocupar un antiguo unico yacimiento (70/72/73) de granextension y que en estos momentos se desmembra en dos dada la especificidad delperfodo.

    La reocupacion primara las actividades complementarias frente a la agriculturaiqualandose el nurnero de uno y otro tipo de establecimientos (4 en ambos), con ununico yacimiento de nueva planta, sin estructuras previas mas antiguas y cuya prin-cipal actividad sera la de las actividades complementarias. Los puertos volveran aser los tres tradicionales y crecera, respecto al perfodo anterior, en un asentamientola dedicacion a la explotacion salinera. La dlrnesion de los territorios susceptibles deser explotados se reduce hasta 605 0 790 ha, sequn incluyamos 0 no los estableci-mientos portuarios.

    Resumiendo nos encontramos con un modelo de ocupacion del espacio enbuena manera distinto a todos los anteriores. Frente al reducido numero de estable-cimientos del perfodo anterior la "riqueza" de la IIamada "recuperacion" de las islasaspecto que no tiene nada de fenorneno local sino mas bien al contrario, tiene unmarcado caracter qenerlco con la lmpreslon de un retorno a la prosperidad y unavuelta a la superficie total cultivada antes de las invaslones". La agricultura cedepaso a la ganaderfa y los recursos complementarios que adquieren verdadera cartade identidad en cuanto a la principal fuente de aprovisionamiento, aspecto queencontrarfa su confirmacion posit iva en los abundantfsimos restos faunfsticos decerdo, carnero y cabra en el relleno de la cisterna de Can Sora enrnarcable en lafase 7 -350/400- mediados del siglo VI_41.Este fenomeno tam bien se ha documenta-do en todo el ambito mediterraneo" y que ha venido en IIamarse la economfa silvo-pastoril en la que se incluyen los recursos del ganado, la caza, la pesca y la recolec-

    36. A. CARANDINI, ET AL., Settef inestre. Una vil la schiavist ica nel l'Etruria Romana. Roma, 1979.37. RAMON, L'assentament punico-rome ... , ci tado, nota 25.38. R. GONZALEZ, EI vertedero de la Avenida de Espana, 3 y el siglo 1 1 / d. de C. en Ebusus, en Traba-

    jos del Museo Arqueol6gico de Ibiza, 22, pag. 19. Ibiza, 1990.39. RAMON, L'assentament punico-rome ... , ci tado, nota 25, paqs. 37-38.40. M. ROUCHE, Autopsia de Occidente (principios del s. V), en FaSSlER, R: La Edad Media, I, La for-

    maci6n del mundo medieval, 350-950, pag. 94. Barcelona, 1988.41. RAMON TORRES, L 'assentament punico-rome ... , citado, nota 25, pag. 24.42. M. ROUCHE, Fragmentaci6n y cambio de Occidente (siglos V-VII), en FaSSlER, R: La Edad

    Media, I, La formaci6n del mundo medieval, 350-950, paqs, 106-108. Barcelona, 1988.

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    ciorr", donde el mayor exponente es el bosque que vuelve a ocupar grandes exten-siones del paisaje alto-medieval. Todo ello redunda en la siempre citada autosubsis-tencia del nucleo productivo de la Antiquedad tardfa hasta el final de la Edad Mediay que hemos podido observar en la plasmacion concreta de la ocupacion del suelode esta ultima fase.

    Ouiza esta reocupacion relativamente intensa de la isla tenga que ver con unfenomeno superestructural que acontece a la isla, su inclusion dentro del Imperiobizantino a partir del afio 534 de la Era. Sin embargo y como ya se ha dicho, tam-bien es un fenomeno bastante qenerico cuyas rafces parecen hundirse en el "exito"de las transformaciones en el modo de produccion imperante que habfan comenza-do siglos atras. Estas transformaciones conduciran a la servidumbre de la EdadMedia, que aquf se veran "truncadas" por el mundo islamico.

    43. M. MONTANARI: L'alimentazione contadina nell'alto Medioevo, paqs , 220-306. Napoles, 1979.

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    " - R = = = = = = = = = = = : ~14o 5CM

    Fig. 10. Anforas de epoca punica: 1. CG/1, PE-22; 2. EMNT/2, PE-22; 3. EP/2, PE-22; 4. CM/1, PE-22;5. CBRB/1, Mana 0; 6. EP/1, PE-14; 7. EC/1, PE-14; 8, EP-1/1, PE-14; 9. EMNT/1, PE-14; 10.PP/1, PE-16; 11. EC/2, PE-16; 12. ESPROL 11/3,PE-16; 13. CR/1, PE-16; 14. ESP-II /13, anforaiberica.

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    o 5CMFig. 11. Anforas de epoca tardo-punica y tardo-republicanas: 1. ESP-IV /17, Mana C2b; 2. CNPDM/3,

    Beltran 85; 3. ESPRDL-11/18, Benoit l-Lamb. 4; 4. ESP-IV/1, PE-15; 5. CR/8, PE-41; 6. CSH/7 ,antora laietana; 7. PP/2, Dr. 1- Pascual D; 8. ESP-IVf20, Dr. 1-Lamb. B.

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    15______ Io 5CM

    Fig. 12. Anforas de epoca tardopunlca: 1. EMT/1; 2. CPT/1 ; 3. CNPDM/1; 4. EMNT/4; 5. CM /1 ; 6 .EMNT/3; 7. EC/3 ; 8. EP-i/2 (anforas PE-17); 9. CR/2; 10. ESP-IV/11; 11. EB/1; 12, ISAl2; 13.ESP-IV/9; 14.CG/19; 15. CMV-1I/2(antoras PE-18).

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    6----- --o 5CM

    Fig. 13. Anforas de epoca alto-imperial: 1. CNPDM/2, Dr. 20; 2. CSO/1, PE-25; 3. ESP-IV/26; 4. CG/8,PE-26; 5. CMV-11/3, PE-25(?); 6. CSH/8, Beltran 60.

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    f f1 J9o 5CM

    Fig. 14. Anforas de spoca bajo-imperial , vaj il la campaniense y punlco-ebusltana de cocina:1. ESP-1I1/1, Africana II; 2. EC/S, RE-01 01; 3. PP/3, antora africana de forma indeterminada; 4.EC/9, RE-0102C; 5. EMT/3, Lamb. 23; 6. EC /3 9 , Lamb. 23; 7. ESP-IV/40, Lamb. 2; S. CMDP17,Lamb. 31; 9. CPT/12 , cerarnica PE de cocina.

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    EVO LUC ION DE LA O CUP AC IO N DEL S UELO DE FO RM ENTER A

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    -'-~~ii4 5 6 7371

    8 9 10

    ~ ~

    "95 rt311 12 13

    14 1516

    [ /)~ _I17 _ - _ - _ -o 5CMFig. 15. Vaj il la tardo-republ icana, punico-ebusitana y sigil latas al to- imperia les: 1. EP-1/3, PE cocina; 2.

    EP/3, EB-69; 3. ESP-IV/42, vajilla itallca de cocina; 4. CDT-11/1, Ritt. 1; 5. CSH/8, Goud. 1; 6.EMNT/15, Drag. 15(?); 7. CM/9 , Drag. 29 a; 8. EP-1I/1, Drag. 18/31 ; 9. CDT-1/11 , Drag. 33(?);10. EP/6, Drag. 24/25; 11. EP-1/15, Rit t. 5(?); 12. EMNT/16, Drag. 24/25; 13. EMT/9, Ritt. 5; 14.CRl14, T.S.H. (?); 15. CSO/11 , lucerna de disco; 16. CSH/27, Hayes 27; 17. EC/20 , Lamb. 1c.

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    ~ . J + ~10 11 12 13

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    [ \16

    o 5CMFig. 17. Vajilla de mesa y cocina bajo-imperial: 1. EE/1, RE-0816; 2. EP/10, RE-0815; 3. CMRG-11i/4,

    RE-0816; 4. EC/31 , RE-0816; 5. CM/12, Hayes 58 B; 6. CSH/30, Hayes 58; 7. CM/11, Hayes76; 8. CSO/17, Hayes 61; 9. CSO/13, Hayes 91; 10. CSH/31, Hayes 99; 11. CSO/18, Hayes104; 12. PP/44, Hayes 105; 13. CSO/16, Hayes 104; 14. EP/14, RE-0204b(?); 15. CMG/4, RE-0207; 16. CSH/9, Fulfordl Peackok 2-4.