1 jornada de mayordomía

Ministerios de Mayordomía - Unión Mexicana Central 95

Jornadas deMayordomía

Fidelidad Total 2013 - Jornadas de Mayordomía96

Primera Jornada de Renovación EspiritualConsejos prácticos para cristianos fieles

Autor:Héctor Armenta EspinozaDoctor en Ministerio Pastoral

Actualmente se desempeña como Presidente y Director de Mayordomía en la Misión del Valle de México, con sede en Toluca, Estado de México.

1ª Jornada de Mayordomía


La causa de Dios, nuestra prioridad

«¿Es para vosotros tiempo, para vosotros, de habitar en vuestras casas artesonadas, y esta casa está desierta? Pues así ha dicho Jehová de los

ejércitos: Meditad bien sobre vuestros caminos» (Hageo 1:4, 5).

231 - Todo en el altar123 - ¡Cuánto nos ama Jesús!226 - Buscad primero

Introducción

a. A muchos miembros de nuestra iglesia nos sucede como al pueblo de Israel. Estamos conscientes que es tiempo de estar en casa, en la Patria celestial, pero no nos preocupamos por cumplir con la misión.

b. Ponemos nuestros intereses personales antes que la obra de Dios.

c. Así les sucedió en tiempo del profeta Hageo. Cuando debían estar re-construyendo la casa de Jehová, estaban ocupados en construir sus pro-pias casas.

d. Al hacer una analogía del pueblo de Dios del tiempo de Hageo, y apli-carla a nuestro tiempo, creo que estaremos aprendiendo a darle el lugar que a Dios le corresponde.

e. El consejo de Jesús, para dar el lugar que corresponde a los asuntos es-pirituales, es oportuno para el mensaje de esta ocasión. Jesús dijo: «Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas» (Mateo 6:33).

f. Noten que Jesús no está diciendo que no debemos ocuparnos de nuestras propias cosas, Él está presentando las prioridades de nuestra vida.

g. Ciro el Grande, había derrotado a Babilonia en el año 538 antes de C.

Fidelidad Total 2013 - 1ª Jornada de Mayordomía98

h. Permitió el regreso de un grupo de judíos, bajo la dirección de Zoroba-bel, para la reconstrucción del templo de Jerusalén.

i. Debe aclararse que es la reconstrucción del primer templo, lo que signifi-ca que se estaba construyendo el segundo templo.

j. Durante los reinados de Ciro y Cambises, los enemigos de los judíos trataron de obtener un edicto real para detener la obra de reconstrucción.

k. Temían que se hicieran fuertes de nuevo, y desarrollaran una potencia inexpugnable.

l. La oposición de la gente hizo que la obra avanzara cada vez más lento, hasta que se detuvo por completo.

m. Esdras 4:1-5, dice que los mayores oponentes eran los samaritanos. «Pero el pueblo de la tierra intimidó al pueblo de Judá, y lo atemorizó para que no edificara» (v. 4).

n. Los hebreos que estaban construyendo, apesadumbrados, descorazona-dos, empezaron a ocuparse de sus propias tierras, casas, hijos, familias y asuntos personales.

o. A la muerte del rey Cambises, el falso Esmerdis ocupa su lugar.

p. «Y durante el reinado del falso Esmerdis (llamado Artarjerjes en Esdras 4:7), los samaritanos indujeron al impostor sin escrúpulos a que promul-gara un decreto para prohibir a los judíos que reconstruyeran su templo y su ciudad (Profetas y reyes p. 419).

I. Dar el primer lugar a Dios

a. Debemos dar el primero y el mejor lugar a Dios, eso es lo más importante.

b. En el caso de los hebreos que habían regresado de Babilonia, cuando llegaron a Jerusalén, empezaron la reconstrucción de los muros y del templo, con mucho entusiasmo.

c. Pero pronto se desanimaron, hubo oponentes que no les permitían re-construir en forma pacífica.


d. Dios reprocha a los judíos, porque permitieron que su cómoda forma de vivir en casas bien confortables, les impidiera ver la necesidad de re-construir el templo.

e. Dios les dice: «¿Es para vosotros tiempo, para vosotros, de habitar en vuestras casas artesonadas, y esta casa está desierta?» (Hageo 1:4).

f. Con frecuencia los hombres tienen en cuenta sus necesidades materiales y no ven sus necesidades espirituales ni las de la obra de Dios en la tierra.

g. Los judíos decían que no había venido el tiempo para la reconstrucción.

h. No se negaban a construir, pero decían, todavía no es tiempo.

i. Mientras tanto, Dios les estaba mandando una sequía, para que sus tierras no produjeran frutos, porque la abundancia que les había dado anterior-mente, la estaban ocupando para su propio progreso material, descui-dando así la obra de Dios.

j. Hageo y Zacarías declararon que la falta de prosperidad material se debía a que no se había dado el primer lugar a los intereses de Dios (Profetas y reyes p. 420).

k. Mientras los hombres pospongan la edificación de la casa espiritual del Señor (1 Pedro 2:5), se demorará la terminación de ella.

l. Refiriéndose al tiempo de Hageo, el Comentario Mathew Henry puntuali-za: «Obsérvese el pecado de los judíos después de regresar del cautiverio en Babilonia. Los empleados por Dios pueden ser sacados de su obra por una tormenta, pero deben retornar a ella» (Henry, M. (2003). Comen-tario de la Biblia Matthew Henry en un tomo (684). Miami: Editorial Unilit).

m. No dijeron que no construirían un templo, sino que no todavía. Así, pues, los hombres no dicen que nunca se arrepentirán ni se reformarán, ni serán religiosos sino, que no todavía. Así queda sin realizar el gran negocio para el cual fuimos mandados al mundo.


II. Causas de desaliento

a. Una de las causas de desaliento fue que pusieron poco interés en la casa de Dios.

b. Otra fue la oposición de los samaritanos.

c. Cuando el pueblo dejó de trabajar en el templo, y dedicó sus atenciones a sus propias tierras y casas, el Señor los castigó enviando una sequía que hizo que fracasaran todos sus planes.

d. Hay en nosotros la tendencia a pensar mal de los desalientos en nuestro deber, como si fueran una exoneración de nuestro deber, cuando son sólo para probar nuestro coraje y fe.

e. Descuidaron la edificación de la casa de Dios para tener más tiempo y dinero para las cosas mundanas. —Para que el castigo corresponda al pecado, la pobreza que pensaron evitar no edificando el templo, Dios la trajo por no edificarlo.

f. Si trabajamos sólo para la comida que perece, como aquí los judíos, co-rremos el riesgo de perder el resultado de nuestro esfuerzo, pero estamos seguros que no será en vano en el Señor, si trabajamos por la comida que a vida eterna permanece.

g. Cuando Dios cruza nuestros asuntos temporales y nos topamos con problemas y desilusiones, encontramos que la causa es que la obra que tenemos que hacer para Dios y por nuestras almas, se deja sin hacer y buscamos nuestras cosas más que las cosas de Cristo.

h. ¡Cuántos que dicen que no se pueden dar el lujo de dar para obras de caridad, suelen dar diez veces más para gastos innecesarios en sus casas y en sí mismos!

i. Ajenos a sus propios intereses son los que se preocupan mucho por ador-nar y enriquecer sus casas, mientras el templo de Dios en sus corazones está desperdiciado.

j. Si se ha descuidado un deber no hay razón para seguir haciéndolo. Cual-quiera sea el deber en que Dios se complazca, cuando esté hecho, noso-


tros debemos complacernos en hacerlo.

k. Que los que postergaron su regreso a Dios, retornen con todo su corazón mientras haya tiempo.

III. Mensajes de Dios

a. Un año permaneció detenida la reconstrucción.

b. El pueblo debía de salir del letargo en que se encontraba.

c. Así Dios envía los mensajes de reprensión mediante Hageo. Mensajes de amonestación, reprensión, exhortación y ánimo.i. Mensaje de amonestación, Dios les dice: «¿Es para vosotros tiempo,

para vosotros, de habitar en vuestras casas artesonadas, y esta casa está desierta?»

ii. Mensaje de reprensión, «Pues así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad bien sobre vuestros caminos» (Hageo 1:4, 5).

iii. Mensaje de ánimo, el pueblo que no pudo hacer frente a los samari-tanos necesitaba la certeza que Jehová estaba con ellos, y se les envió el mensaje: «Entonces Hageo, enviado de Jehová, habló por mandato de Jehová al pueblo, diciendo: Yo estoy con vosotros, dice Jehová» (Hageo 1:13).

iv. Dios ve que el pueblo puede continuar la obra y les dice: «Pues aho-ra, Zorobabel, esfuérzate, dice Jehová; esfuérzate también, Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote; y cobrad ánimo, pueblo todo de la tierra, dice Jehová, y trabajad; porque yo estoy con vosotros, dice Jehová de los ejércitos» (2:4).

d. Y la respuesta no se hizo esperar.«Y despertó Jehová el espíritu de Zorobabel hijo de Salatiel, go-bernador de Judá, y el espíritu de Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, y el espíritu de todo el resto del pueblo; y vinieron y trabajaron en la casa de Jehová de los ejércitos, su Dios» (1:14).

e. Tomen nota del orden que Dios usa al dirigirse a los líderes primero, al gobernador, Zorobabel, al líder religioso, a Josué, y finalmente al pueblo.

f. Es que el cambio debe efectuarse primero en los líderes, luego en la iglesia en general.


g. La promesa que Dios hace al esfuerzo de los líderes y del pueblo es que, «La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera, ha dicho Jehová de los ejércitos; y daré paz en este lugar, dice Jehová de los ejércitos» (2:9).

Conclusión

a. Debemos dar el lugar que a Dios le corresponde.

b. Debemos ponerlo en el primero y en el mejor lugar de nuestra vida.

c. Dios es primero, antes de realizar cualquier actividad, o proyecto, con-sulta a Dios, busca su voluntad, no pidas que apruebe tus planes, pídele que te muestre sus planes y cúmplelos.

d. El gran privilegio que el nuevo templo tendría fue que a ese templo ven-dría el Redentor Cristo Jesús.

e. Dios nos dice como les dijo a Zorobabel, a Josué y al pueblo: esfuérzate, esfuérzate, y cobra ánimo (2:4).

f. Nos da los mensajes de amonestación (¿es tiempo de vivir en casas arte-sonadas?), reprensión (¡meditad bien en tus caminos!) y ánimo (yo estoy con vosotros).

g. Si Dios no tiene el primer lugar en tu vida, este día es el tiempo para que le des un lugar en tu corazón y lo aceptes como tu Señor.

h. Si estás más ocupado en los asuntos personales y estás descuidando la obra de Dios, has puesto tus intereses por encima de los de Dios, hoy es el momento en que debes cambiar tus prioridades.

i. Si estás pasando por momentos difíciles y crees que Dios te ha abandona-do, escucha lo que Dios te dice en este momento: «Esfuérzate, y obrad: porque yo soy con vosotros.» El creyente tiene siempre en el Señor a un poderoso auxiliador. Tal vez no sepamos cómo nos ayuda; pero esto sa-bemos: Nunca falta su ayuda para aquellos que ponen su confianza en él. Si los cristianos pudieran saber cuántas veces el Señor ordenó su camino, para que los propósitos del enemigo acerca de ellos no se cumplieran, no seguirían tropezando y quejándose. Su fe se estabilizaría en Dios, y ninguna prueba podría moverlos. Le reconocerían como su sabiduría y


eficiencia, y él haría que se cumpliese lo que él desea obrar por su me-dio» (Profetas y reyes p. 422).

j. Te invito a que le des el primer lugar a Dios:i. En tu vida, al dedicar las primeras horas de la mañana a la meditación

y al estudio de la Palabra de Dios.ii. En tu familia, al celebrar el culto familiar todos los días, tanto en la

mañana como por la tarde.iii. En tus recursos, devolviéndole fielmente el diezmo que le corres-

ponde a Dios, y dando generosas ofrendas para la causa de Dios en tu iglesia.

k. No te quejes por las pruebas que te llegan, más bien medita en las si-guientes palabras: «Al enviar pruebas a sus hijos, Dios tiene un propósi-to. Nunca los conduce por otro camino que el que elegirían si pudiesen ver el fin desde el principio y discernir la gloria del propósito que están cumpliendo. Todo lo que les impone como prueba tiene por fin fortale-cerlos para obrar y sufrir para él» (Profetas y reyes p. 424).

Te invito a que oremos colocando nuestro corazón primeramente a Dios y después, todo lo que tenemos,

¡Oremos!



Cuatro consejos prácticos

«Porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo» (1 Timoteo 5:8).

411 - Bajo sus alas262 - Los tesoros del mundo422 - Nada puede ya faltarme

Introducción:

a. Uno de los temas que poco se abordan en la iglesia, tiene que ver con las deudas.

b. En este siglo XXI, para las familias, es un verdadero arte vivir dentro de los ingresos. En una sociedad consumista, en donde se hace necesario que la esposa trabaje fuera de casa, el sueldo de ambos (esposo y esposa) no es suficiente.

c. En los seminarios de finanzas familiares, cuando tocamos este tema, los participantes se entusiasman diciendo, ¿cómo no lo supe antes?

d. Creo que tan útil es saber cómo manejar los recursos que llegan al hogar, como saber manejar una deuda que se adquiere, muchas veces, sin darse cuenta.

e. El consejo del apóstol Pablo es claro e imperativo: «No debáis a nadie nada» (Romanos 13:8).

f. El consejo de Jesús nos orienta de la siguiente manera: «Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla?» (Lucas 14:28).

g. En esta ocasión quiero compartir cuatro consejos prácticos extraídos de la experiencia personal. Éstos tienen su base en la Palabra de Dios y en los escritos de Elena G. de White.


I. Primer consejo: Elabore un presupuesto

a. El consejo del apóstol Pablo es muy claro: «porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo» (1 Timoteo 5:8).

b. Este versículo nos motiva a hacer provisión para las necesidades finan-cieras del futuro.

c. Es más sabio decirle al dinero a dónde queremos que vaya, en lugar de preguntarnos al final del mes o de la quincena, ¿en qué nos gastamos todo el dinero?

d. El consejo de Jesús es: «Siéntate primero a calcular» (Lucas 14:28).

e. En el presupuesto deben estar los gastos fijos (diezmos, ofrendas, renta, colegiaturas, ahorros, etc.), y los gastos variables (luz, agua, alimentos, etc.).

f. Algunas familias utilizan una serie de sobres con los nombres de los ru-bros que presupuestaron. Cada vez que van a hacer un gasto, van al sobre y ven si hay dinero presupuestado para ello.

g. El presupuesto es una necesidad en cualquier organización seria. Nadie que dirige una empresa se atreve a administrarla sin tener un presupues-to. Todos los niveles de servicio de la iglesia se manejan en base a un presupuesto. En nuestra iglesia local debe elaborarse un presupuesto. Y es la Junta Directiva la que vela porque se mantengan los departamentos dentro de su presupuesto anual. Así mismo, nuestras finanzas familiares y personales deben regirse por un presupuesto.

h. Vivir bajo un presupuesto obliga a los miembros de la familia a no se compradores compulsivos.

II. Segundo consejo: Viva dentro de sus ingresos

a. Si quiere vivir tranquilo, use solo el 80% de lo que recibe, y dentro de poco tiempo se dará cuenta que tiene un ahorro que le servirá para in-vertirlo o manejar las emergencias que surjan.


b. No gaste ni un peso más de lo que recibe.

c. En esta era de consumismo, cuando somos asediados por la propaganda, en verdad que es un arte vivir dentro de los ingresos.

d. «Muchos, muchísimos no han aprendido a mantener sus gastos dentro de los límites de sus entradas» (Consejos sobre mayordomía cristiana, p. 247).

e. Cuando su esposa o esposo o tal vez su hijo pida que le compre algo, dígale: déjame ver si tenemos presupuestado ese gasto para este mes.

f. «Cada vez más estaremos obligados a hacer planes para economizar. No podemos administrar las cosas como si tuviésemos un banco de donde sacar en caso de emergencia; por lo tanto, no debemos meternos en apre-turas. Como individuos y como administradores de las instituciones del Señor tenemos necesariamente que suprimir todo lo que tenga carácter ostensivo y ajustar nuestros gastos dentro del estrecho círculo de nuestros ingresos» (La educación cristiana, p. 444).

III. Tercer consejo: No adquiera deudas

a. Hay personas que no miden su capacidad financiera antes de adquirir una deuda.

b. Hay una declaración que me parece muy apropiada para esta reflexión, dice: «Muchos gastan dinero que no tienen, comprando cosas que no necesitan, para competir con gente que no conocen».

c. Qué común es escuchar: compre ahora y pague después; abonos chiqui-tos, con el poder de su firma, a seis meses sin intereses. Pero tristemente, muchos han caído en esa trampa de la deuda y no han podido salir.

d. No gaste por anticipado lo que recibirá al fin de la semana, quincena o mes.

e. Cuando se compran artículos a crédito, normalmente se paga un precio mucho más elevado que el real.

f. Mejor espere un poco, mientras ahorra para comprar lo que necesita de contado.


g. Elena de White dice: «Apartaos de la deuda como os apartaríais de la lepra» (Consejos sobre mayordomía cristiana, p. 286).

h. Siempre tenga un «guardadito» para los imprevistos.

i. Tuve la oportunidad de conocer a una familia que solicitó un préstamo pequeño. Ellos pagarían «intereses bajitos», pero luego se dieron cuen-ta que lo que ganaban no era suficiente para pagar los intereses bajitos. La deuda superó su capacidad de pago, a tal grado que, tuvieron que vender la casa para pagar la deuda.

Si no tenemos control de las deudas adquiridas, esta historia puede repetirse, y sería muy lamentable que teniendo luz al respecto, caigamos en estas trampas.

IV. Cuarto consejo: Si tiene deudas, salga de ellas en cuanto pueda

a. Lo ideal es nunca contraer deudas.

b. Evite ser del grupo de los coleccionistas que compran cosas que no necesitan.

c. Muchos creen que las cosas les dan estatus y se endeudan más allá de sus posibilidades.

d. Si ya tiene una deuda, trate de ser puntual en los pagos. Y si puede salga de ella antes de la fecha pactada, de tal modo que le reduzcan intereses.

e. El consejo de Elena de White es muy bueno, dice ella: «Niéguese mil cosas antes que endeudarse». «Niéguese a complacer su gusto, niéguese a satisfacer la complacencia del apetito, ahorre sus centavos y pague sus deudas. Elimínelas tan pronto como sea posible» (Consejos sobre ma-yordomía cristiana, p. 254).

Conclusión

a. «Nuestro uso del dinero y de otras posesiones le demuestran a Dios nuestra capacidad de usarlos para Él, y si se nos pueden confiar riquezas permanentes» (Consejos sobre mayordomía cristiana, pág. 24).

b. No olvide que Jesús nos aconseja a sentarnos antes de iniciar un año o un proyecto para calcular gastos (Lucas14:28).


c. Recuerde el consejo del apóstol Pablo: «No debáis a nadie nada» (Ro-manos 13:8).

d. Dios nos permita ser sabios y que podamos mantenernos dentro de nuestros ingresos.

e. El deseo de Dios es que usted y yo seamos prosperados en todas las cosas, (3 Juan 2), pero Dios no nos impedirá que usemos la tarjeta de crédito. Esa es responsabilidad nuestra.

f. Recuerde: i. Dios es el dueño de toda la tierra (Salmo 24:1).ii. Es el dueño de todo el ganado (Salmo 50:10).iii. Dios es dueño de todo el oro y la plata del mundo (Hageo 2:8).

g. Debemos aceptarlo como nuestro padre y Él nos dará lo que necesitamos (Mateo 7:11).

h. Demos la oportunidad a Dios para que Él provea lo necesario para vivir.i. Espiritualmente (Proverbios 8:21).ii. Físicamente (3 Juan. 2).iii. Mentalmente (Proverbios 10:22).iv. Emocionalmente (Filipenses 4:19)v. Materialmente (Deuteronomio 8:18).

i. Oremos para que Dios nos mantenga libres de deudas financieras y deu-das de pecado.

j. Que podamos tener nuestros registros limpios en el buró de crédito terre-nal y en el libro de la vida.

Nota para el predicador: Si lo desea puede compartir una copia con las suge-rencias de Karla Barly “9 pasos para salir de deudas”.

1. Saca un balance de lo que debes. Enumera todas tus deudas (acreedor, monto, tasa de interés, vencimiento).

2. Haz un presupuesto real de ingresos y egresos.3. La prioridad se vuelve el pago de deudas así que responde ¿qué gastos

puedes eliminar? Puedes obtener ahorros al cancelar membresías, dismi-


nuir diversiones, canales de cable, servicio de celular, teléfono y todo lo que no sea estrictamente necesario. Si algún gasto parece imprescindible enfréntalo contra la sensación de angustia que tus deudas te generan.

4. Haz un plan de pagos. Un método efectivo y que ayuda a mantener la moti-vación es cumplir con los pagos mínimos y utilizar el extra en la deuda cuyo monto sea menor, en la medida que se van reduciendo las deudas aplicas esos montos en la siguiente deuda de menor tamaño y repites el método.

5. Si no es posible cumplir con los pagos mínimos es momento de vender activos. Joyas, autos, artículos de colección y todo lo que pueda generar un ingreso adicional. No acudas a casas de empeño con la esperanza de recu-perar tus bienes pues lo único que lograrás será cavar un nuevo agujero cuyo premio es otra deuda con una alta tasa de interés además del senti-miento de angustia y frustración subyacentes. Por ningún motivo acudas a prestamistas o solicites un crédito cuya tasa de interés sea mayor a las que estás pagando actualmente.

6. Cuando no existe forma de obtener un ingreso adicional (vía un préstamo con menor tasa de interés, venta de activos o un trabajo extra) y los ingre-sos no alcanzan para cubrir los pagos mínimos de la deuda, se aconseja acudir al banco y solicitar una reestructura. Las reestructuras encarecen el crédito pero disminuyen los pagos mínimos alargando el plazo de pago lo cual compra un poco de tranquilidad y da posibilidad de maniobra.

7. Se honesto con tus acreedores. Es momento de dar la cara y explicar a los amigos y familiares que te han prestado dinero que no puedes hacer frente a los compromisos adquiridos. Si es posible hay que negociar un plan de pagos e ir abonando pequeños montos a esas deudas sin perder de vista que la prioridad es liquidar las deudas que crecen vía intereses tales como tarjetas de crédito.

8. Este plan de liquidación de deudas no tendrá un buen término si antes no analizas cuál fue la razón que te llevó a adquirir estas deudas y modificas dichos comportamientos, de lo contrario apenas obtengas un respiro vol-verás a las andadas.

Lo principal ante todo es mantener la calma y conservar la salud. El estrés ocasionado por esta situación, mal manejado puede tener un impacto poco favorable en tu desempeño laboral, salud y relaciones familiares por lo cual no debes perder de vista que tú eres lo más importante y en la medida en que estés tranquilo podrás tomar mejores decisiones y hacer frente a este bache financiero.

http://www.karlabayly.com/2009/11/9-pasos-para-salir-de-deudas/



Fidelidad a toda prueba

«He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que

has levantado» (Daniel 3: 17-18).

451 - Cerca, más cerca507 - Tentado, no cedas455 - Mi mano ten

Introducción

a. La mayordomía tiene base en quién es Dios.

b. Lo adoramos cuando reconocemos que Él es el único digno de adora-ción.

c. La mayordomía puede definirse como el uso sabio de la vida.

d. Muchas veces hemos manejado mal la mayordomía. Le hemos dado el lugar de un amuleto para tener prosperidad.

e. Cuando en el hogar no estamos saludables financieramente, decimos: Es que no somos fieles a Dios.

f. También en la iglesia hacemos énfasis equivocados de la mayordomía, pe-dimos para cosas, no como una forma de adorar a Dios, sino para poner bancas nuevas, pintura, departamentos de niños, etc.

g. Cuando la mayordomía, en sí misma sostiene a la iglesia, Dios sale so-brando.

h. Olvidamos que la mayordomía tiene como objetivo discipular, para for-mar cristianos responsables, íntegros, «perfectos, rectos, temerosos de Dios y apartados del mal» (Job 1:1).


i. En esta hora vamos a considerar hombres que se mantuvieron fieles a Dios en toda prueba.

I. Job hombre fiel

a. Cuando mencionamos el nombre de Job, ¿qué viene a nuestra mente?

b. Posiblemente una enfermedad muy difícil.

c. En la serie de calamidades que tuvo que enfrentar (Job 1:13-19).

d. Sin duda, pensamos en su fidelidad.

e. Algunos podrían pensar en una esposa que razonaba un poquito dife-rente a Job.

Nota para el predicador: Permita que los presentes digan alguna otra cosa en la que piensan.

f. En muchos casos somos fieles a Dios cuando las cosas van bien; sin em-bargo, la fidelidad de Job no dependía de sus riquezas.

g. Es muy elocuente la declaración con la que Dios mismo califica a Job: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal? (Job 1:8). No menciona sus posesiones sino su fidelidad.

h. Podemos recordar lo dramático de sus tres etapas de la vida de Job. i. Prosperidad sin par, el más rico entre todos los orientales (Job 1:3).ii. Luego le viene una calamidad al perder todas sus posesiones, luego

pierde a todos sus hijos, y para terminar una enfermedad que casi lo mata (Job 1:13-22; 2:7-10).

iii. Después de este drama incomprensible viene de nuevo la prosperi-dad: «Y bendijo Jehová el postrer estado de Job más que el primero; porque tuvo catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bue-yes y mil asnas, y tuvo siete hijos y tres hijas» (Job 42:12, 13).


i. Job ya no tenía riquezas, ya no tenía a sus hijos, tenía una enfermedad mortal y una esposa que no le ayudaba mucho.

j. Pero se mantuvo fiel a Dios en medio de todas sus calamidades.

k. Es que la fidelidad de un buen mayordomo no dependen de cuánto tiene.

l. ¿O acaso eres fiel a Dios solo cuando te va bien?

m. Es importante dejar que Dios sea Dios en tu vida: «Reconócelo en todos sus caminos y él enderezará tus veredas» (Proverbios 3:6); «Sé fiel hasta la muerte y él te dará la corona de la vida» (Apocalipsis 2:10).

n. Las declaraciones claves de Job son las siguientes:i. En adoración a Dios dijo: «Desnudo salí del vientre de mi madre, y

desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito En todo esto no pecó Job, ni atribuyó a Dios despro-pósito alguno (Job 1:21, 22).

ii. Cuando los amigos lo estaban hostigando dijo: «Yo sé que mi Reden-tor vive, Y al fin se levantará sobre el polvo; Y después de deshecha esta mi piel, En mi carne he de ver a Dios; Al cual veré por mí mismo, Y mis ojos lo verán, y no otro, Aunque mi corazón desfallece dentro de mí «(Job 19:25-27).

II. Los jóvenes hebreos

a. Quiero que nos limitemos a Sadrac, Mesac y Abed-Nego. La historia la encontramos en el capítulo 3 de Daniel. Tres jóvenes que aprendieron de Daniel, su amigo, a depender de Dios.

b. Su fidelidad no se vio amenazada por el horno de fuego, se mantuvieron fieles a costa de su propia vida.

c. En la respuesta que le dan al rey Nabucodonosor, está implícita la deci-sión a morir antes que transgredir un principio.

d. Ellos expresaron: «He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librar-nos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado» (Daniel 3:17, 18).


e. Estimados presentes, Dios espera que tengamos una disposición a ser fieles no importa si tenemos qué morir. Y si ese fuera el caso, Dios tiene la solución para la muerte.

III. Abraham

a. La vida de Abraham fue ejemplar desde que Dios lo llamó (Génesis 12:1-3).

b. Su fidelidad beneficiaría a todas las familias de la tierra.

c. Su fe fue probada ya que se le prometió descendencia y era de muy avanzada edad.

d. Siendo que era uno de los más ricos de Ur de los caldeos, no tenía nece-sidad de salir de su tierra.

e. Él era fiel a Dios. Cuando Dios lo llama, no tiene otra alternativa porque para él, Dios era el dueño de todas sus posesiones.

f. Aunque a Abraham le correspondía elegir, no manifestó egoísmo. Dio la oportunidad de elegir a su sobrino Lot (Génesis 13:9). Lot vio con ven-taja al escoger la llanura el Jordán (Génesis 13:10, 11).

g. Cuando Abraham recuperó a Lot, no quiso tomar nada del botín que había obtenido, aunque le correspondía, y le entregó los diezmos a Mel-quisedec (Génesis 14:14-24).

h. Cuando el Señor le solicitó que ofreciera a Isaac en sacrificio, no dudó. Cuando se acercaba el momento: «Entonces dijo Abraham a sus siervos: Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allí y adorare-mos, y volveremos a vosotros» (Génesis 22:5), «pensando que Dios era poderoso para levantar aun de entre los muertos, de donde, en sentido figurado, también le volvió a recibir» (Hebreos 11:19).

i. Abraham se mantuvo siempre fiel a Dios en la abundancia, en la prueba y llegó a ser llamado amigo de Dios (Santiago 2:23).


Conclusión

a. Dios nunca abandona a sus hijos en medio de las luchas. Él está con ellos cumpliendo su promesa (Mateo 28:20).

b. Aunque permitió la dura prueba para Job, no lo dejó solo, estuvo con él (Patriarcas y profetas, p. 122). Los últimos años de Job fueron los mejo-res. Pasó la prueba y Dios le otorgó mayores riquezas.

c. Tú y yo estamos siendo probados al darnos posesiones, para ver si se nos pueden otorgar mayores dones. La abundancia no es motivo para no ser fiel a Dios, tampoco la escasez.

d. Hoy podemos tener la certeza que, en medio de las luchas, Cristo Jesús está con nosotros.

e. Los jóvenes hebreos fueron fieles a Dios aunque tenían el horno delante. Confiaron en Dios que podía librarlos del horno, pero si no los libraba, de seguro tenía un mejor plan para ellos.

f. En medio de la prosperidad de Abraham siempre le dio el lugar que a Dios le corresponde. Nunca dudó de su constante presencia.

«A todos nos tocan a veces momentos de intensa desilusión y profundo desaliento, días en que nos embarga la tristeza, y es difícil creer que Dios sigue siendo el bondadoso benefactor de sus hijos terrenales; días en que las dificultades acosan al alma, en que la muerte parece preferible a la vida…Si en tales momentos pudiésemos discernir con percepción espi-ritual el significado de las providencias de Dios, veríamos a ángeles que procuran salvarnos de nosotros mismos y luchan para asentar nuestros pies en un fundamento más firme» (Profetas y reyes, p. 118).

g. Dios nos mantenga firmes hasta el fin. Fieles al deber como la brújula al polo.

h. Vivamos una vida de Fidelidad Total permitiendo que Dios sea Dios.



Más bienaventurado es dar que recibir

«En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más

bienaventurado es dar que recibir» (Hechos 20:35).

142 - Venid, cantad de gozo en plenitud521 - Al Cristo ved478 - Sé fiel siempre, hermano

Introducción

a. En alguna parte Jesús dijo estas palabras que no fueron registradas por los evangelistas que escribieron sobre su vida y hechos. Es muy probable que el Espíritu Santo se las reveló a Pablo, bien sea por aquello que Juan dijo sobre las muchas cosas que Jesús hizo y que no fueron escritas, o que Pablo las escuchó de sus seguidores y las escribió.

b. También pudiera pensarse que esta fue una bienaventuranza extraviada de las que pronunció en el sermón del monte.

c. Como quiera que sea esta oración está llena de un profundo significa-do para la vida cristiana, y cada seguidor de Cristo debería considerarla como su bandera al momento de pensar en la obra del Señor.

d. Una célebre frase, atribuida a Gonzalo de Córdoba, en su libro el «Gran Capitán», dice: «No cierres nunca la mano; no hay modo mejor de gozar de los bienes que dándolos».

e. Y en esto también concuerdan las palabras del sabio en sus proverbios, cuando acotó: «Hay quienes reparten, y les es añadido más; y hay quie-nes retienen más de lo que es justo, pero vienen a pobreza. El alma ge-nerosa será prosperada, y el que saciare, él también será saciado» (Pro-verbios 11:24-25).

f. La experiencia de honrar a los hombres nos habla que ellos son llamados


al podio de las premiaciones, no tanto por lo que reciben sino por lo que han dado.

g. En la vida del hijo pródigo tenemos un caso de interés sobre el dar y el recibir.

h. Cuando salió de su casa le dijo a su padre que: «le diera la parte de los bienes que le correspondía» (Lucas 15:12). El resultado fue que derro-chó todo lo que tenía y terminó en la miseria total. Pero en su segunda oración, la que hizo después que volvió en sí, le diría al padre: «Hazme como a uno de tus jornaleros» (Lucas 15:19), me gusta pensar que el padre lo interrumpe y ya no es necesario expresar esta frase.

i. Por cuanto esta oración tuvo el sentido del dar, más que el de recibir, su postrer estado llegó a ser mejor que el primero. Cuando él se decidió a entregar, entonces fue feliz.

j. El padre hizo cuatro cosas (Lucas 15:22-24):A. Le vistió,B. Puso anillo en su dedo,C. Lo calzó,D. Hizo matar lo mejor del ganado, lo cual terminó en una fiesta

de gran gozo.

k. Cuando Jesús dijo: «Más bienaventurado es dar que recibir», nos estaba invitando para darle a la vida cristiana el verdadero sentido de la felicidad. Esto nos dice que Dios es el ser más feliz porque Él siempre está dando.

l. ¿Ha dejado Dios de dar un día?

En esta ocasión, veremos cuándo llegamos a ser bienaventurados al mo-mento de dar.

I. Cuando nos damos primeramente al señor (2 Corintios 8:5)

a. Cada vez que estudiamos la osadía de los hermanos de Macedonia en participar de una manera tan liberal para ayudar a los santos de Jeru-salén, quienes por la información de Pablo, y por una profecía hecha por un tal Agabo, estaban pasando por una gran hambre, descubrimos pronto en qué consistía su generosidad.


b. No eran ricos, pues se nos dice que vivían en extrema pobreza. No per-tenecían a la familia de los fariseos que eran muy legalistas en el asunto del diezmo y las ofrendas.

c. Eran hermanos sencillos que provenían de ese mundo gentil. Sin embar-go, la Biblia nos dice que «se dieron primeramente al Señor».

d. Son insospechables los resultados en cualquier trabajo en la obra del Señor cuando uno se da primero a Él. Quiero pensar que la razón por la que la obra del Señor no está en primer plano en mis prioridades es porque no me doy completo a Él.

e. No hay medidas para dar cuando el objetivo es primero agradar al Señor. No había un asunto que planteara más peligro que llamar a Jesús Señor para el inicio del evangelio.

f. Había un solo señor, el César. Cuando los cristianos comenzaron a de-clararse sus seguidores, estaban sentenciando con este acto su propia muerte. El señorío de Cristo es el acto mediante el cual yo renuncio al gobierno de mí mismo y me someto al gobierno de Él.

g. Darse primero al Señor es no presentar ninguna condición que anticipe mi voluntad, pero a su vez creer que Él es suficiente para dirigir el resto de lo que tengo.

h. Cuando yo me doy primero a algo, hago de esa entrega el asunto más relevante para mi vida. Es común la frase, tal persona está entregada «con alma y espíritu» a su trabajo, al deporte, a la música, a las artes.

i. El creyente debería entregarse primero al Señor, después a su trabajo, estudios, diversiones etc.

j. Hemos de imitar el ejemplo de los hermanos macedonios. El Señor pri-mero que todo. Entonces, cuando primero me entrego al Señor de la obra, no tengo problemas respecto a dar para la obra del Señor.

k. Tome como ejemplo el caso de los magos que vinieron del oriente para ver al bebé Jesús. No importó cuánto tiempo caminaron, ni qué peligros afrontaron. Ellos se encontraron con Jesús y le dieron sus presentes: oro, incienso y mirra (Mateo 2:11).


l. Pedro entregó la barca a su Señor, la que utilizó para predicar y desde

donde dejó grandes lecciones de su señorío (Lucas 5:3).

m. Zaqueo tenía una reputación dudosa por su trabajo como publicano, pero una vez que se rindió al Señor no tuvo en problemas en decir: «… y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelto cuadruplicado» (Lucas 19:8).

n. La mayordomía comienza cuando primero nos rendimos al Señor.

o. Cuando nos damos primero a Él descubrimos la libertad para ser generosos. Es así como Dios nos posee completamente, incluyendo nuestros bienes.

p. He aquí el secreto para dar: Antes de dar de lo material ríndase primero al Señor.

II. Cuando damos según hemos propuesto en el corazón (2 Corintios 9:7)

a. Cuando nos damos primero al Señor quedamos en libertad para dar. Jesús libera nuestras amarras para que naveguemos en el anchuroso mar de la generosidad.

b. El texto que tenemos para esta parte nos dice: «Cada uno dé como pro-puso en su corazón; no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre» (2 Corintios 9:7).

c. Este es uno de los textos sorprendentes. Nos habla de la actitud correcta para dar en la obra del Señor. Note que lo primero que se menciona es el corazón, el recinto donde se toman todas las decisiones.

d. ¿Por qué esto? Si el texto dijera: «Cada uno de como propuso en su ca-beza», entonces la manera de dar estaría sujeta, no solo a las cantidades, sino que las necesidades siempre se harían presentes a la hora de dar.

e. La lógica va a decirme: «Tú no puedes dar porque tu presupuesto no aguanta más salidas. Sin embargo, el corazón actúa, diciendo: «Lo prime-ro que haré con mi salario será apartar lo que le corresponde al Señor».

f. El corazón no razona; el corazón ama, y por eso da.


g. La propuesta en el corazón libra al creyente de dar con tristeza o por necesidad. Doy con tristeza cuando pienso que ese dinero podría usarlo para asuntos más urgentes e importantes. Doy con tristeza cuando escu-cho el mal concepto que otros tienen respecto del destino que se le dará a mi generosidad. Y de igual manera, dar por necesidad, es hacerlo solo para completar las demandas de la iglesia en su parte del presupuesto.

h. Ninguna de estas actitudes es legítima. Así es mejor no hacerlo, pues en lugar de participar de todas las bendiciones que tienen que ver con el dar, se constituye en una pesada carga cada fin de quincena o fin de mes.

i. En lugar de esto debemos hacerlo de una manera gozosa, porque «Dios

ama al dador alegre». Observe bien este texto. Note que el mismo no dice: «Dios admira, reconoce, elogia, ayuda, o prospera al dador alegre». Dice que Él «ama» al que da con alegría.

j. Ningún asunto es tan importante en la Biblia como el saber que Dios nos ama. Nuestra salvación se hizo por amor. El perdón de nuestros pecados ha sido por amor. La fidelidad y misericordia de Dios por nosotros está directamente relacionada con su amor.

k. Ningún asunto puede llenarnos de mayor gozo que el saber que cuando damos sin ningún vestigio de egoísmo, o para ser vistos como los fariseos antiguos, somos amados por Dios.

l. Esto significa que cada vez que usted trae lo que a Él le pertenece, el Señor declara: «bien hecho hijo mío…. en lo poco has sido fiel en lo mucho te pondré» (Mateo 25:21, 23).

m. Esto revela que el dar es un asunto muy serio. El amor está muy relacio-nado con el dar. El Señor amó y dio. Nosotros damos y somos amados.

n. Como alguien dijo: «Se puede dar sin amar, pero no se puede amar sin dar».

o. Revisemos en nuestro corazón cómo estamos dando.

III. Cuando damos según hayamos sido prosperados (1 Corintios 16:2)

a. Con esto entramos a la parte que más desafiante para nuestra fe. Cuando


la Biblia nos anima a dar, no lo hace bajo un programa riguroso e inflexi-ble, más bien apela al sentido de la liberalidad.

b. En el principio de Wesley «gana todo lo que puedas… da todo lo que puedas», se pone en evidencia que una de las cosas que el Señor desea es que todos seamos prosperados; y es un hecho que hay hermanos que han venido prosperando en sus negocios, lo cual es una bendición.

c. Ahora bien, la enseñanza de la Palabra de Dios es que yo debo dar según he venido creciendo. Esto plantea un hecho automático. Mi dar para el Señor va a variar de acuerdo a mi salario real.

d. Mientras más recibo más soy requerido para dar. ¿Qué plantea esto? Si yo estoy dando lo mismo que antes del aumento de mi último salario, entonces no es verdad que estoy dando de acuerdo a lo que la Biblia me dice. Tengo que admitir, y aun cuando esto suene fuerte, que le estoy robando a Dios lo que le pertenece.

e. El asunto es que pudiera ser tentado a pensar que por cuanto ahora gano más, entonces tengo mayores gastos, por lo tanto no puedo dar más; o que frente a la nueva realidad que me presenta lo que ahora gano y tengo, me vea en la necesidad de disminuir lo que estaba dando antes.

f. Sabía usted cuánto le agrada a Dios que demos de acuerdo a cómo hemos sido prosperados.

g. El principio es que Dios, que no tiene que consultar con nadie, está listo para bendecirnos aún más. En esto hay una escala ascendente.

h. Hay una matemática que no falla. Dios va a multiplicar más lo que gana-mos porque lo estamos honrando en la medida que prosperamos.

i. En las ofrendas de Caín y Abel, registrado en Génesis 4, no sabemos si hubo algún programa, pero lo que no faltó fue la ofrenda. Las mismas fueron distintas y mostraron las dos tipos de actitudes al momento de ser presentadas.

j. Con ese acto, ambos oferentes nos revelan la forma cómo ve Dios nues-tros corazones al momento de dar. La congregación estuvo compuesta por dos hermanos: Caín y Abel.


k. Como un resultado inesperado de ese culto, sucedió el primer asesinato. ¿Por qué razón? El texto de Génesis 4: 3, 4 nos dice: «Y aconteció andan-do el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová. Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas».

l. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda; pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya…».

m. Vea la ofrenda de Abel y su actitud comparada con su hermano Caín. Hemos dicho que Dios ama al dador alegre. Al parecer eso no sucedió con Caín.

n. Abel se dio cuenta que Dios era digno de lo mejor. Esta es la clave para dar con libertad.

IV. Cuando damos de una forma sistemática (1 Corintios 16:2)

a. En la primera parte del texto a los Corintios, Pablo vuelve a recordarles a los hermanos su compromiso con la ofrenda para ayudar a los necesi-tados de Jerusalén.

b. La forma cómo él recomienda que se haga todo esto revela, no sólo la importancia de tal ofrenda, sino el orden y la manera sistemática cómo debería hacerse.

c. Considere este texto: «Cada primer día de la semana cada uno de voso-tros…». Está hablando de un plan que no permite improvisaciones. Para que el día cuando nos reunimos para adorar a Dios, el sábado, entregue-mos lo que hemos planeado.

d. El creyente sabe que su ofrenda forma parte del culto que le da a su Señor.

e. Luego Pablo sigue orientando en la manera de hacerlo: «…ponga aparte algo…». Eso habla de planificar bien la ofrenda. De prepararla mucho antes de venir a la iglesia.

f. Se ve muy mal cuando la ofrenda la escogemos una vez que llegamos al templo. Dios es un Dios de orden y la ofrenda que le traemos debemos prepararla.


g. Observe las instrucciones que se le daba Israel para traer los tipos de ofrenda al templo (Éxodo 25:2).

h. Pero hay algo más en esto. Estas palabras nos hablan de la constancia cuando damos para la obra del Señor. «Cada día» habla de frecuencia; de un plan sistemático. «Guárdelo», esto significa que mi ofrenda es sa-grada, y por lo tanto no debo tomarlo para otros fines.

i. Cuando yo gasto lo que a Dios le pertenece le estoy diciendo al Señor y a su obra que no me importan mucho.

j. Nunca debemos comprometer ni el diezmo ni la ofrenda. Cuando lo hago cierro las ventanas del cielo e impido que la bendición fluya.

k. ¿Quieres que Dios cumpla su promesa registrada en Malaquías 3:10? Para que te bendiga en tu trabajo, en tus negocios.

l. Entonces comienza hoy por ser fiel dando de una manera sistemática. Creo que debemos ser puntuales en no dar para que Dios me bendiga, sino porque Dios me bendijo. Recuerde, la bendición de Dios es primero.

m. Lo primero que tienes que pensar con tu dinero no es en las cuentas que tienes que pagar, sino lo que para Dios debes apartar.

Conclusión

a. Recordemos el texto clave de hoy: «En todo os he enseñado que, traba-jando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir» (Hechos 20:35).

b. Cuando Jesús pronunció esta bienaventuranza se puso como ejemplo en lo que significa dar.i. Dio su enseñanza a sus discípulos.ii. Su compasión al necesitado. iii. Pan al hambriento.iv. Vista a los ciegos.v. Vida a los muertos.vi. Libertad a los oprimidos.vii. Dignidad a los desposeídos.


viii. Amor por toda la humanidad.ix. Su túnica para ser repartida entre los soldados.x. Y su cuerpo para que todos seamos redimidos.

c. Todo esto llevó a Pablo a decir: «Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos» (2 Corintios 8:9).

d. El consejo de Pablo a la iglesia de Filipos, también es para nosotros: «Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz» (Filipenses 2:5-8).

e. ¡Seamos felices dando para la obra del Señor!

1 jornada de mayordomía

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