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Verónica Grande Rodríguez ACTIVIDADES PARA EL APRENDIZAJE DEL LÉXICO: ANÁLISIS Y PROPUESTA 0 ••• Introducción Las palabras son instrumentos de los que nos servimos para comunicarnos. Podría- mos decir, entonces, que si para cualquier hablante se hace imprescindible el manejo de un bagaje léxico considerable, a fin de poder desenvolverse en cualquier situación comu- nicativa que se le presente, en el caso del aprendizaje de una segunda lengua esa necesi- dad se hace, si cabe, mucho más imperiosa. Hagamos un breve inciso a propósito de esta afirmación que acabamos de sostener y preguntémonos: ¿cuánto léxico manejamos? ¿Conocemos realmente el vocabulario de nuestra lengua? Evidentemente, la disponibilidad léxica es importante cuando se trata de la lengua materna, pero quizás no lo sea en el grado que sospechamos. A este respecto, citaremos la experiencia que Mario Clavell (1997) llevó a cabo en el aula con sus alumnos españoles. Es muy simple. Uno de ellos abre el diccionario de la R.A.E. (D.R.A.E.) al azar por una de sus páginas y, acto seguido, escribe la primera palabra que lee. A continuación añade las cuatro siguientes. Tras repetir la experiencia otras dos veces con cinco palabras en cada ocasión, Clavell observó, no sin sorpresa, que de la cifra de quince palabras el conjunto de la clase incluido él mismo, sólo cono- cían una tercera parte, es decir, cinco. ¿Resulta este dato alarmante? La opinión com- presiva del autor no parece considerarlo así cuando afirma: "No tiene mucho de particular. En esta 22 a edición del D.R.A.E. figuran 83500 vocablos. Si conociéramos un tercio del total conoceríamos 27000 palabras y eso estaría requetebién" (Clavell, 1997:41). En efecto, como advierte Clavell, de las quince palabras seleccionadas unas eran propias del español de América, otras eran anticuadas y otras pertenecían a distintas ramas de la ciencia y, desde luego, pongamos por caso, es bastante difícil que un filólogo maneje el léxico de un especialista en psiquiatría. Así que, aunque parezcamos desconocedores de nuestra propia lengua, este desco- nocimiento no es tan preocupante como pudiéramos pensar; ello no quiere decir, no obs- tante, que cuando oigamos una palabra desconocida no vayamos al diccionario apoyándonos en la idea de que no necesito aprender una palabra que no voy a utilizar. Nunca se sabe, así que todo en su justa medida. •H13

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  • Vernica Grande Rodrguez

    ACTIVIDADES PARA EL APRENDIZAJE DEL LXICO: ANLISIS YPROPUESTA

    0 IntroduccinLas palabras son instrumentos de los que nos servimos para comunicarnos. Podra-

    mos decir, entonces, que si para cualquier hablante se hace imprescindible el manejo deun bagaje lxico considerable, a fin de poder desenvolverse en cualquier situacin comu-nicativa que se le presente, en el caso del aprendizaje de una segunda lengua esa necesi-dad se hace, si cabe, mucho ms imperiosa.

    Hagamos un breve inciso a propsito de esta afirmacin que acabamos de sostenery preguntmonos: cunto lxico manejamos? Conocemos realmente el vocabulario denuestra lengua? Evidentemente, la disponibilidad lxica es importante cuando se trata dela lengua materna, pero quizs no lo sea en el grado que sospechamos.

    A este respecto, citaremos la experiencia que Mario Clavell (1997) llev a cabo enel aula con sus alumnos espaoles. Es muy simple. Uno de ellos abre el diccionario dela R.A.E. (D.R.A.E.) al azar por una de sus pginas y, acto seguido, escribe la primerapalabra que lee. A continuacin aade las cuatro siguientes. Tras repetir la experienciaotras dos veces con cinco palabras en cada ocasin, Clavell observ, no sin sorpresa,que de la cifra de quince palabras el conjunto de la clase incluido l mismo, slo cono-can una tercera parte, es decir, cinco. Resulta este dato alarmante? La opinin com-presiva del autor no parece considerarlo as cuando afirma: "No tiene mucho departicular. En esta 22a edicin del D.R.A.E. figuran 83500 vocablos. Si conociramosun tercio del total conoceramos 27000 palabras y eso estara requetebin" (Clavell,1997:41).

    En efecto, como advierte Clavell, de las quince palabras seleccionadas unas eranpropias del espaol de Amrica, otras eran anticuadas y otras pertenecan a distintasramas de la ciencia y, desde luego, pongamos por caso, es bastante difcil que un fillogomaneje el lxico de un especialista en psiquiatra.

    As que, aunque parezcamos desconocedores de nuestra propia lengua, este desco-nocimiento no es tan preocupante como pudiramos pensar; ello no quiere decir, no obs-tante, que cuando oigamos una palabra desconocida no vayamos al diccionarioapoyndonos en la idea de que no necesito aprender una palabra que no voy a utilizar.Nunca se sabe, as que todo en su justa medida.

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  • ACTIVIDADES PARA EL APRENDIZAJE DEL LXICO: ANLISIS Y PROPUESTA

    Tras este breve parntesis a modo de apologa del diccionario, volvamos a nuestroaprendiz de espaol. Acabamos de comentar hace unas lneas la necesidad acuciante quese le presenta al estudiante de una segunda lengua de adquirir un vocabulario efectivo quele ayude a favorecer los intercambios comunicativos con cualquier hablante, nativo o no,de esa lengua meta.

    Pero hay que decir tambin que resulta igualmente importante prestar atencin alvocabulario de los distintos registros del idioma. Es evidente que no nos expresamos conlos mismos trminos en una entrevista de trabajo que en el bar de la esquina, pongamospor caso.

    Por otro lado, es cierto, como afirma Clavell que "con veinte palabras no se muereun extranjero en Espaa" (Clavell, 1997: 41) Por qu puede el autor decir esto? Segura-mente todos tenemos la experiencia de haber viajado a un pas con otra lengua y provis-tos de un quizs poco nutrido vocabulario en el hatillo para hacer frente a cualquiersituacin. Pero ah tenemos la ayuda que siempre nos presta el contexto y la tan poderosamano que nos tienden, por un lado, el siempre dispuesto lenguaje gestual que en tantasocasiones nos saca de ms de un apuro y, por otro, la sonrisa que, como dice una frase deVctor Ruiz de Iriarte, es el idioma universal de los hombres inteligentes. S, es verdad,aunque lo que puede ayudar al estudiante en esas primeras tomas de contacto con nues-tro pas no debe convertirse en una pauta de conducta y la enseanza de un lxico apro-piado debe ocupar un lugar prioritario en el programa del profesor.

    Ahora bien, qu vocablos debe aprender el alumno? Los problemas con los que nosencontramos ante esta pregunta son muchos. Veamos algunos:

    Es evidente que nuestro estudiante de espaol debe aprender un lxico estndarque le sirva, de forma general, para desenvolverse con xito en cualquier contexto que sele presente. No obstante, quin no ha tenido alumnos que reclaman insistentemente elaprendizaje del vocabulario de la calle? Recuerdo unas cuantas ocasiones en las quealguien se acerca al final de la clase y me pregunta: "Ayer o a una persona que deca esto,qu significa?" Sustituyamos "esto" por una expresin coloquial, uno de tantos de nues-tros modismos, multipliqumoslo por infinito y ah tenemos la situacin habitual en lasaulas de E/LE.

    En efecto, si deseamos que nuestros estudiantes alcancen un dominio pleno de lalengua espaola, no debemos descuidar el lenguaje de la calle y ello no slo incluye pala-bras aisladas que de por s multiplican sus significados, sino tambin cientos de expre-siones y modismos de los que tanto uso y abuso hacemos en nuestro vivir diario y quepueden dejarles perplejos si nicamente atienden al sentido literal. Un ejemplo bastar.Si decimos a nuestro alumno que habla por los codos, seguramente se mirar atnito si nole explicamos que lo que realmente queremos decirle es que habla muchsimo, aunque lohace por la boca, como todo el mundo.

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    Un problema aadido que adems es consustancial a la propia lengua es que esta noes inmutable, sino que evoluciona con nosotros y si algunas expresiones desaparecen,hacen acto de presencia otras muchas que vienen a ocupar su hueco.

    Clavell se refiere a un aspecto problemtico del lxico aplicado a los espaoles consu lengua materna pero que podramos extender al estudiante de espaol como lenguaextranjera, y es que muchas veces utilizamos las palabras con acepciones distintas a las queaparecen en el diccionario. El toma como ejemplo la palabra "mogolln" en una frasecomo Margarita ha dicho que entraron todos a mogolln (Clavell, 1997: 43). Una de lasentradas lxicas que figuran en el D.R.A.E. es la de esta palabra, cuyo definicin, pocovigente segn Clavell, es la de "holgazn, gorrn". De hecho, este no es el significado deese vocablo en esta frase.

    Toda esta reflexin nos sirve para centrar cul es nuestro propsito en este trabajo.Si acabamos de destacar lo importante que es la adquisicin de un lxico que atienda acualquier situacin comunicativa, lo que vamos a intentar hacer en lo que sigue es anali-zar cmo se trata este aspecto en algunos manuales de espaol para extranjeros. Una vezrealizado esto, expondremos actividades orientadas a este mismo fin y que, aunque qui-zs no sean nuevas, han tenido como fuente de inspiracin la tan a veces criticada "cajatonta".

    1 AnlisisCreemos que es difcil encontrar un mtodo nico que resuelva todos nuestros pro-

    blemas a la hora de la enseanza de un vocabulario efectivo. En muchas ocasiones el estu-diante no est por la labor, se cierra en banda, no lo ve como algo absolutamentenecesario, prefiere centrarse en ser y estaro en el subjuntivo y ve como clases perdidas lasque se dedican a este apartado tan importante. Es verdad que el lxico se adquiere pro-gresivamente, pero nunca est de ms dedicar algunas clases a tareas relacionadas coneste aspecto. Por eso, porque si bien a veces los estudiantes lo piden expresamente perootras lo rechazan de forma abierta, muchos manuales presentan actividades de lxico enforma de juego, mientras que otros las incluyen como un apartado ms del tema que,curiosamente, suele ocupar la(s) ltima(s) pgina(s) del mismo.

    Pero, cul va a ser nuestro criterio para analizar este tipo de tareas destinadas alaprendizaje o la prctica del lxico? No nos ha parecido oportuno, dado el reducido espa-cio, someter a revisin algunos manuales habituales en la enseanza del espaol, puestoque la empresa resultara a buen seguro interminable.

    Qu haremos, pues? Hemos mencionado la actividad que Clavell realizaba en clasepara ampliar el lxico de sus alumnos (se trataba, en definitiva, de un juego), hemoscomentado igualmente que muchos libros de enseanza del espaol plantean estaempresa bajo esta misma forma. No es momento de mencionar, por sobradamente cono-cida, la importancia que tiene el aspecto ldico en el aprendizaje de una segunda lengua

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  • ACTIVIDADES PARA EL APRENDIZAJE DEL LXICO: ANLISIS Y PROPUESTA

    por lo altamente motivador que resulta. Pues bien, analicemos cules son las propuestasque nos ofrecen algunos manuales de actividades de este tipo en las clases de espaol. Nosdetendremos en los siguientes: Aprender espaol jugando, Vamos a jugar, Hagan juego! yActividades ldicas para la clase de espaol.

    Comenzamos siguiendo un orden cronolgico. En el manual de 1997 Aprenderespaol jugando, las actividades que expresamente se dedican a trabajar el vocabulario sonquince, destinadas a los niveles elemental, intermedio y avanzado. En l encontramos jue-gos tradicionales como el ahorcado, las palabras encadenadas por la ltima slaba o letra,encontrar la palabra intrusa entre un grupo de palabras o el veo veo. Al lado de estos, hayjuegos que plantean practicar un determinado campo lxico, por ejemplo, los rasgos fsi-cos y de carcter a partir de unas fotos, encontrar en una sopa de letras palabras relacio-nadas con algn tema, ejercitar el vocabulario de las compras a partir de la publicidad desupermercados, encontrar una palabra que empiece con una determinada letra en cadauno de los campos lxicos que se determine, etc.

    No encontramos en este manual ningn juego dedicado a practicar las expresioneso modismos, ms bien se centra en las palabras aisladas o en determinados campos lxi-cos como los que acabamos de ver: el carcter, las compras o los rasgos fsicos.

    Precisamente estos campos semnticos son algunos de los que se suelen trabajar enlos libros de juegos, tal vez por la importancia de su utilizacin correcta. De hecho,encontramos alguna actividad relacionada con ellos en el manual del mismo ao 97 quelleva por ttulo Vamos a jugar! Hay que decir que los niveles recogidos en este caso sontambin tres (bsico, intermedio y avanzado) y que la mayora de las actividades pro-puestas estn destinadas al primero de ellos.

    No son pocos los juegos que aparecen en el manual anterior. Tal es el caso de la pala-bra intrusa o buscar una palabra perteneciente a cada uno de los campos lxicos pro-puestos y que empiece por una determinada letra.

    El tercer libro que debemos mencionar si seguimos un orden cronolgico es Haganjuego! que recoge un total de treinta y tres juegos distribuidos en los niveles elemental,intermedio y avanzado.

    Adems del mayor nmero de actividades destinadas a esta prctica con respecto alos dos anteriores, hay que destacar la presencia en este caso de tareas dedicadas a recor-dar y ejercitar expresiones y modismos de uso corriente. As lo propone, por ejemplo, laactividad en la que el profesor escribe nombres de animales en la pizarra y ellos deben ave-riguar qu cualidades de los mismos se utilizan para definir a las personas.

    Al lado de estos juegos se incluyen tambin muchos otros entre los que no faltan losque vienen siendo habituales. Tal es el caso de la palabra intrusa o el ahorcado.

    Por ltimo, mencionamos el libro Actividades ldicas para la clase de espaol. Elnmero de actividades propuestas para los niveles elemental, bsico, medio y superior noes muy elevado. En este caso son diez los juegos recogidos destinados a trabajar con el

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    lxico, pero desde luego plantean una ventaja indiscutible y es la inclusin del materialfotocopiable y recortable en cada una de las tareas. No faltan de nuevo los centrados enlos modismos y expresiones de uso habitual que intentan incitar al alumno a inventarsituaciones en las que poder utilizarlos.

    Adems, las actividades no se agotan en componer palabras. Si con las expresionesse propone al alumno crear dilogos que muestren su uso real, con los vocablos los alum-nos deben construir frases cada vez ms complicadas que contengan los distintos trmi-nos que se van componiendo; todo ello lo encontramos en actividades que no sonconcebidas como juegos "de relleno" sino que, como reconocen los autores en la intro-duccin, pueden perfectamente ocupar por s solos una clase entera.

    Intentando condensar los puntos comunes que hemos observado en los cuatrolibros, podemos decir lo siguiente:

    - Todas las actividades persiguen unos mismos objetivos, como pueden ser crearun ambiente distendido en la clase que facilite los intercambios de los alumnosy que favorezca su aprendizaje. Todo ello con el fin de incrementar sus conoci-mientos en lo que al lxico de esa lengua meta se refiere.

    Aunque los cuatro libros recogen juegos destinados a distintos niveles, la mayo-ra de ellos aportan posibles variaciones de algunas actividades para adaptarlas alos intereses de los alumnos o a su grado de conocimiento del espaol. Si bienestas posibles variantes no las recogen siempre, los juegos contienen un impor-tante caudal de ideas que, con las debidas modificaciones, podremos adaptar anuestras clases en funcin de las caractersticas de los alumnos, sus intereses o losmedios de que dispongamos.

    Es muy importante la organizacin que se sigue para presentar cada propuesta.De forma general, los cuatro manuales incluyen al principio una informacinms o menos completa relativa al nivel destinado, los objetivos (especificados enmayor o menor medida), las destrezas, el material necesario, la disposicin de laclase y la duracin de la tarea.

    - Un aspecto digno de mencin es que si se trata de juegos, si se intenta despertarla motivacin del alumno, si se quiere facilitar el intercambio entre ellos, no es deextraar que prcticamente la totalidad de las actividades que se incluyen pro-pongan una disposicin cuando menos en parejas. Adems, son muchos los quesugieren la formacin de dos o ms equipos. Este hecho, sin fomentar una com-petitividad malsana, puede incentivarlos en gran medida e incrementar su inte-rs para concluir el primero con xito.

    Vamos a continuacin a reflejar en un cuadro algunas semejanzas y diferencias quehemos advertido entre los manuales:

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  • ACTIVIDADES PARA EL APRENDIZAJE DEL LXICO: ANLISIS Y PROPUESTA

    Manuales

    Apart. de las tareasde vocabulario

    Niv. recogidos y nde activ. por nivel1

    Inform. sobre objet.parciales

    Informac. sobredestrezas

    Informacin sobretiempo de la tarea

    Activ. con modismosyexpr.

    Material fotocopiabley recortable

    Aprenderespaol jugando

    Vocabulario

    Elemental (10),intermedio (14),

    avanzado (9)No

    S

    No

    No

    No

    Vamos a jugar

    Alfabeto y ortogrVocabulario

    Bsico (29), intermedio(5), avanzado (1)

    No

    No

    No

    No

    No

    Hagan juego!

    Lxico (Vocabul.y modismos)

    Elemental (9),intermedio (33),avanzado (28)

    S

    S

    No

    S

    No

    Actividadesldicas...

    Vocabulario

    Elem. (3), bs.(4), medio (2),superior (6)

    S

    S

    S

    S

    S

    2 Propuesta de actividadesLas actividades que vamos a proponer aqu no son nuevas pero quizs s lo sea el

    hecho de que han sido extradas de una fuente que explota en buena medida el uso de lalengua. Nos estamos refiriendo a la amada, criticada, vapuleada pero, mal que nos pese,imprescindible televisin, tele para los amigos.

    Hemos podido comprobar cmo, de forma cada vez ms frecuente, los concursosse sirven de las palabras y del diccionario para someter a prueba a los sufridos concur-santes. Los programas actuales que nos ofrecen material importante de este tipo, tal ycomo hemos observado, son Alta tensiny Pasa palabra (Antena 3), El gran Prix delverano(TVE-1) y Saber y ganar (La 2 de TVE). En estos programas hemos encontrado algunaprueba al menos (salvo en Pasa palabra, dedicado todo l a jugar con ellas) relacionadacon las palabras y el propio conocimiento de nuestro idioma. Con las debidas modifica-ciones, nos encontramos con un filn importante de actividades que, bien administradas,pueden dar mucho juego.

    Por cuestiones espaciales vamos a desgranar nicamente las pruebas relacionadascon el vocabulario que propone uno de los programas que acabamos de mencionar, Sabery ganar.

    Actividad 1.- En el programa se le proporcionan al concursante tres letras inicialesy se le facilitan dos palabras con ellas, en concreto, la primera y la ltima que aparecen enel diccionario. En un tiempo determinado l deber decir quince palabras que empiecenpor esas letras si desea superar la prueba.

    Esta tarea podemos realizarla con nuestros estudiantes aunque quizs les resulte bas-tante complicada no slo en los niveles elementales, sino tambin en los avanzados. Unaposible variante que puede ser til para adquirir vocabulario y, al mismo tiempo, conse-

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    guir soltura en el uso del diccionario, es seleccionar unas pginas del mismo que comien-cen, por ejemplo, con tres iniciales dadas. De ese grupo cada equipo de alumnos escogercinco definiciones de cinco palabras distintas. Esas definiciones sern facilitadas al otroequipo, que deber encontrar a qu palabras corresponden dentro de las acotadas en eldiccionario. Gana el equipo que antes termine. Como proponen muchas de las activida-des que trabajan con esta parcela de la lengua, podemos afianzar el vocabulario adquiridohaciendo que los estudiantes elaboren una historia, un dilogo, etc. utilizando los nue-vos trminos aprendidos.

    Actividad 2.- Otra prueba del mismo programa en muchas ocasiones se centra enuno de los juegos que recogen algunos de los manuales que hemos citado. Se trata de pro-poner una palabra que contenga a su vez letras suficientes para formar otras palabras conigual o menor nmero de letras. Se pone un mnimo de cuatro letras. Esta actividad tam-bin la podemos llevar a nuestra clase de E/LE. Elegida una palabra los estudiantes porequipos deben intentar componer el mximo nmero posible de vocablos a partir deellas. Pasado el tiempo, gana el equipo que ms palabras haya formado. Como posiblevariante, se puede dejar a continuacin el diccionario para ver si son capaces de encon-trar algn trmino ms. Pongamos un ejemplo: con santoral podemos formar santo, oral,lana, sano, nata, rota, asno, astro, entre otras.

    Actividad 3.- Otra tarea que vamos a mencionar del concurso en cuestin es la quepropone tres definiciones para un vocablo de las cuales slo una es correcta. En el pro-grama las palabras suelen ser, en ocasiones, algo complicadas. Nosotros podemos adap-tar esta prueba al nivel de nuestros estudiantes y, adems, aprovecharla para que aprendana utilizar vocablos que normalmente usamos con un significado distinto al que le corres-ponde en realidad o que tienen ms de una acepcin. Uno de los trminos que aparecien el programa y que nos parece interesante es morbo; adems de significar "gusto por lodesagradable o extrao", tambin se encuentra entre sus acepciones la de "enfermedad".

    Actividad 4.- Llegamos a una de las propuestas fijas de este espacio televisivo deno-minada "El reto". En l el concursante tiene las tres primeras iniciales de siete palabras.En cincuenta segundos va a escuchar la definicin correspondiente a cada una de ellas,aunque, eso s, las oir desordenadas. Pues bien, en niveles avanzados podemos utilizareste divertido juego para poner a prueba su conocimiento de vocabulario, pero tambinen niveles elementales nos servir para recordar los trminos aprendidos de un determi-nado campo lxico. La imaginacin del profesor y la respuesta del alumno ante la pro-puesta tienen la ltima palabra.

    Podramos seguir desmenuzando uno a uno los concursos de televisin. No lo hare-mos ahora por falta de espacio.

    No obstante, no queremos dejar de mencionar que, por lo que respecta a un aspectotan importante de la lengua como la adquisicin de vocabulario, es vital dejar parte de laresponsabilidad al estudiante, que sea l el que de alguna manera "investigue" en la calle,

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  • ACTIVIDADES PARA EL APRENDIZAJE DEL LXICO: ANLISIS Y PROPUESTA

    siempre y cuando nos encontremos en una situacin de inmersin. En definitiva, es fueradel aula donde la lengua se manifiesta en todos sus registros.

    Cmo podemos hacerlo? Una tarea que hemos realizado con nuestros alumnos yaen repetidas ocasiones y con buenos resultados es la siguiente: dado que, como ya hemoscomentado, generalmente les encanta conocer el lenguaje de la calle, les proponemos unapalabra que tenga varios sinnimos en los distintos registros de la lengua para que al dasiguiente o mejor, despus de un fin de semana, traigan a clase todos los sinnimos queles hayan dicho las personas encuestadas. Qu mejor manera de hacer amigos y, almismo tiempo que toman una copa, aprender? Una de nuestras palabras preferidas, yaque a nuestros estudiantes les gusta tanto la noche es borrachera. Pues bien, en la prximaclase desfilan todas las posibles maneras de designar a alguien que ha bebido demasiado.Todos traen las palabras que pueden y, lo ms importante, anotan las que les faltan yluego, por lo que hemos podido comprobar, no las olvidan. As, expresiones como estarmamado, tener una cogorza, melopea, castaa, coger una trompa, estar como una cuba,bebido, ebrio se graban en su mente dispuestas a salir a flote en su prxima juerga noc-turna.

    Lo mismo hemos hecho con esas frasecillas tan importantes que forman parte delacervo popular y que, dichas en el momento apropiado, pueden ser muy tiles. No envano, nuestro Don Quijote que, al principio, tanto criticaba su uso por parte de su que-rido escudero, acaba cayendo l mismo en la tentacin. Nos referimos a los refranes.Suele dar bastante buen resultado proponerles al principio de curso que cada da un estu-diante traiga un refrn a la clase. Y cmo conseguirlo? Pues preguntando a la gente de apie. Quien ms quien menos conoce algn refrn y ellos disfrutan bastante. Puedo ase-gurar, adems, que nosotros tambin aprendemos con esta actividad. Tras escribir elrefrn en el encerado, el estudiante explica su significado e inventa una situacin en la quepoder emplearlo. En ocasiones, los manuales que recogen actividades con refranes sugie-ren a los estudiantes la posibilidad de buscar equivalentes en su lengua. El intercambiocultural, la adquisicin de lxico y, por qu no, la diversin, estn asegurados.

    3 ConclusinNuestro propsito en esta exposicin no ha sido otro que intentar reflejar la impor-

    tancia que tiene proporcionar un buen conocimiento del lxico a nuestros estudiantes deespaol. Y lo hemos hecho demostrando que es una actividad presente siempre en losmanuales que precisamente inciden en el aspecto ldico de la adquisicin de la lengua.El alumno, vido de aprender cuanto antes esa lengua meta, nos presenta constantementesus inquietudes semnticas y ah estamos nosotros para fomentarlas y solucionarlas en lamedida de lo posible. Hemos de conseguir tambin que el diccionario sea su amigo inse-parable, aunque ello no quiere decir que deba acudir de forma compulsiva a su consulta.

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    Recurrimos otra vez a Clavell, que se plantea la pregunta que puede hacerse cual-quiera de nosotros: "Cmo aumentar nuestro lxico?" El consejo no tiene desperdicio:"Tenga siempre algn libro entre manos" (Clavell, 1997: 44).

    Esta mxima tiene mucho valor, todos lo hemos comprobado de una u otra formay, desde luego, es perfectamente vlida para el aprendizaje de una segunda lengua. Unalectura a tiempo ayudar al estudiante de espaol a nutrir su vocabulario sin olvidar elejercicio de la gramtica o la comprensin escrita.

    En definitiva, la importancia del lxico de una lengua resulta indiscutible y el dic-cionario, ese libro de bolsillo o tamao sper que todos alguna vez consultamos debe ocu-par un lugar privilegiado entre los libros de cualquier estantera. No puede resultar msacertada la definicin que Colin Smith propone del mismo. Con ella concluimos: "Eldiccionario seguir siendo el depsito o el tesoro de la lengua, tribunal supremo de ape-lacin para los litigiosos en cuestin de lengua, fuente imprescindible para el lexicgrafoextranjero y el estudiante avanzado" (Colin Smith, 1996: 40).

    NOTAS

    1 Los juegos que aparecen en ms de un nivel los contabilizamos en cada uno de ellos. No tenemos en cuenta el nivel de

    las posibles variantes que recogen.

    REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS

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    rro editores.E. S. Costa, A. L. y Alves Marra, P. (1997): Vamos a jugar, Barcelona, Difusin.Iglesias Casal, J. y Prieto Grande, M a (1998): Hagan juego! Actividades y recursos ldicos para la

    enseanza del espaol, Madrid, Edinumen.Martn Garca, J. (1999): El diccionario en la enseanza del espaol, Madrid, Cuadernos de Didc-

    tica del espaol/LE, Arco Libros.Moreno, C. et alii (1999): Actividades ldicaspara la clase de espaol, Madrid, SGEL.Smith, C. (1996): "El espaol en los diccionarios del futuro", Actas del VI Congreso Internacional

    de SELE, 35-44.

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    CampoTexto: ASELE. Actas XI (2000). VERNICA GRANDE RODRGUEZ. Actividades para el aprendizaje del l...