CONVENCION BAUTISTA ECUATORIANA

Documentos para la Misión

Un manual para guiar una

Asociación de

Ministerios Asociados

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LAS IGLESIAS BAUTISTAS ECUATORIANAS

Un manual para guiar una Asociación de Iglesias Locales Bautistas ARTÍCULOS DE FE Y DOCTRINA

César Parra Telmo Sanchez

Asociación Bautista de Pichincha Ministerios Asociados de la Convención Bautista Ecuatoriana

Quito – agosto 2003

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AGRADECIMIENTO

Al Director de Ministerios Asociados de la Convención Bautista, el Pr. Cesar Parra, por ser el hermano que siempre me motiva a ir adelante en la búsqueda de alternativas que cambien y mejoren los destinos de nuestra denominación.

A la hermana Sandra Cevallos, que sin su valioso aporte sería imposible tener este trabajo en nuestras manos, el mismo que esperamos traiga beneficios y bendiciones al pueblo bautista del Ecuador.

A las iglesias bautistas de Pichincha, que con sus aporte diario y sobre todo con su trabajo diario local, permite el aprendizaje suficiente para emprender procesos como estos. Pero sobre todo cada uno de los pastores que con su fe y esperanza trabajan junto a las iglesias para consolidar el Reino de Dios diariamente.

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PROLOGO

El estar al frente de la Asociación y ser parte del Directorio de la Convención me ha permitido, tener una idea clara de cual es el trabajo que esta Organización Asociacional debe de realizar en bien de las Iglesias que voluntariamente decidieron asociarse, así como también las que lo harán en el futuro; otro aspecto que he podido comprobar, hasta con un poco de dolor, es el gran desconocimiento que tanto los líderes (Pastores), así como las Iglesias tienen de lo que es la Asociación y el rol de la misma frente a la iglesia local; y es precisamente ese desconocimiento lo que ha ocasionado que a lo largo de estos años en que lleva de vida la Asociación, los líderes hayan estigmatizado a la Institución y sobretodo que han indispuesto a la membresía de sus iglesias, lo que ha ocasionado en el incumplimiento de los deberes, derechos y obligaciones que adquirieron al asociarse.

Este fenómeno de desconocimiento e incumplimiento, a su vez le ha dejado sin recursos económicos ni humanos mediante los cuales la Asociación pueda desarrollar su trabajo que naturalmente debe de redundar en beneficio de la iglesia local.

Otro aspecto preocupante y alarmante es el descubrir que entre los líderes y miembros de las iglesias existe un total desconocimiento de lo que son nuestros Artículos de Fe, cuanto de la Doctrino que como pueblo bautista profesamos.

Naturalmente que el desconocimiento de estos elementos indispensables entre nosotros nos está trayendo graves consecuencias puesto que estamos permitiendo la entrada a nuestra denominación a personas con doctrinas distintas a la nuestra, y lo más grave de esto es que estas personas se están entronizando en el liderazgo de nuestras iglesias locales, lo que a su vez nos

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está haciendo perder nuestra identidad que como pueblo bautista tenemos, pues los líderes que vienen de otras denominaciones imponen no solo su liturgia, sino también su teología y nosotros estamos siendo arrastrados por doquier dejando de ser el pueblo creyente serio y respetado de otros tiempos. Pues muchos ya lo han dicho y con justa razón que “antes los creyentes de otras denominaciones consultaban a los bautistas, ahora nosotros consultamos al pueblo no bautista”. Naturalmente que esto proviene de la poca o ninguna preparación Académico – Teológica de nuestros líderes bautistas, y los que buscan prepararse en nuestro Seminario se encuentran con grandes barreras burocráticas de fondo y forma que les impiden prepararse; los pocos que logran pasar estas barreras reciben una mala preparación, lo que nos coloca en una tremenda desventaja frente a los otros grupos.

Es por todo esto que entre el Pr. César Parra como Director de Ministerios Asociados de la Convención Bautista Ecuatoriana y el actual Presidente de la Asociación de Iglesias Bautistas de Pichincha, surgió la necesidad de sintetizar en unas pocas líneas lo que es una Asociación y el rol de la misma, así como también lo que son nuestros Artículos de Fe y la Doctrina que como pueblo bautista debemos vivirla y profesarla.

Debemos dejar sentado que todas las ideas de estos temas aquí tratados no son nuestras. Son como dice el Pr. Chema en su obra “Ideas propias y ajenas”. Pero anhelamos con ello dotar de las herramientas necesarias a la Confraternidad Evangélica Bautista, no solo de Pichincha sino del Ecuador, puesto que todos debemos caminar en una misma dirección en pro y con la ayuda del Señor en ver días mejores para nuestra amada obra. Busquemos juntos la unidad y la visión porque de lo contrario, pereceremos. Pr. Telmo Sánchez C.

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ÍNDICE

LAS IGLESIAS BAUTISTAS ECUATORIANAS ........................................................... 1 AGRADECIMIENTO ........................................................................................................ 3 PROLOGO.......................................................................................................................... 4 CAPÍTULO I, LA ASOCIACIÓN BAUTISTA Y SU BASE BÍBLICA .......................... 8 CAPÍTULO II, LA ASOCIACIÓN Y SU HISTORIA .................................................... 12

ORÍGENES INGLESES............................................................................................... 13 COMIENZOS EN AMÉRICA (1707-1800) ................................................................ 15 NUEVAS FORMAS DENOMINACIONALES (1800-1845) ..................................... 16 LA EXPANSIÓN DEL CONCEPTO DE LA CONVENCIÓN (1845-1920).............. 18 LA ASOCIACIÓN COMO VOCERO CONVENCIONAL (1920-1960) ................... 19 REEVALUACIÓN DE LA ASOCIACIÓN (1960-1974)............................................ 20 LA ASOCIACIÓN COMO PARTE ÍNTEGRA (1974-PRESENTE) ......................... 21

CAPÍTULO III, LOS BAUTISTA EN AMÉRICA LATINA Y ECUADOR.................. 22 1. LA RELIGIÓN EN LA ÉPOCA COLONIAL ..................................................... 22 2. AMÉRICA DEL SUR........................................................................................... 23

CRONOLOGÍA DE LA OBRA BAUTISTA................................................................... 26 CAPÍTULO IV, LA ASOCIACIÓN Y SUS RELACIONES .......................................... 28

LAS IGLESIAS ............................................................................................................ 28 LA CONVENCIÓN...................................................................................................... 33 OTRAS ASOCIACIONES ........................................................................................... 34

CAPÍTULO V, LA ASOCIACIÓN Y SU PROPÓSITO ................................................. 36 COMUNIÓN................................................................................................................. 37 TEMAS DOCTRINALES ............................................................................................ 38 COLABORACIÓN....................................................................................................... 40 EDUCACIÓN............................................................................................................... 41

CAPÍTULO VII, LA ASOCIACIÓN Y SU ESTRUCTURA.......................................... 43 LA CONSTITUCIÓN................................................................................................... 43 LOS REGLAMENTOS INTERNOS ........................................................................... 44 MANUAL DE ACCIONES.......................................................................................... 44 CUERPO DIRECTIVO ................................................................................................ 45 SESIÓN ANUAL.......................................................................................................... 48 PLAN DE TRABAJO................................................................................................... 49 DESCRIPCIÓN DE TRABAJO................................................................................... 51 CALENDARIO DE ACTIVIDADES .......................................................................... 52 ARTÍCULOS DE FE .................................................................................................... 53 FINANZAS Y PRESUPUESTOS ................................................................................ 53

CAPÍTULO VII, LA ASOCIACIÓN Y SU ORGANIZACIÓN...................................... 56 CAPÍTULO VIII, LA ASOCIACIÓN Y SU ADMINISTRACIÓN................................ 61 CAPÍTULO IX, LA ASOCIACIÓN Y SU PRESIDENTE.............................................. 64

PLANEAR .................................................................................................................... 65 ADMINISTRAR........................................................................................................... 67 EDUCACIÓN............................................................................................................... 68 CONSEJERO................................................................................................................ 69

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PREDICAR................................................................................................................... 70 AMIGO......................................................................................................................... 70

CAPÍTULO X, ARTÍCULOS DE FE DE LOS BAUTISTAS......................................... 72 1. LAS ESCRITURAS ............................................................................................. 72 2. EL DIOS VERDADERO...................................................................................... 72 3. LA CAÍDA DEL HOMBRE................................................................................. 72 4. EL CAMINO DE LA SALVACIÓN.................................................................... 73 5. LA JUSTIFICACIÓN........................................................................................... 73 6. EL CARÁCTER GRATUITO DE LA SALVACIÓN ......................................... 74 7. LA REGENERACIÓN ......................................................................................... 74 8. EL ARREPENTIMIENTO Y LA FE ................................................................... 74 9. EL PROPÓSITO DE LA GRACIA DIVINA....................................................... 75 10. LA SANTIFICACIÓN...................................................................................... 75 11. LA PERSEVERANCIA DE LOS SANTOS .................................................... 75 12. LA LEY Y EL EVANGELIO........................................................................... 76 13. UNA IGLESIA EVANGÉLICA....................................................................... 76 14. EL BAUTISMO CRISTIANO ......................................................................... 76 15. LA CENA DEL SEÑOR .................................................................................. 77 16. EL DÍA DEL SEÑOR....................................................................................... 77 17. EL GOBIERNO CIVIL .................................................................................... 77 18. LOS JUSTOS Y LOS IMPÍOS......................................................................... 78 19. EL MUNDO VENIDERO ................................................................................ 78

CAPÍTULO XI, PRINCIPIOS DOCTRINALES DE LA IGLESIA BAUTISTA........... 79 INTRODUCCIÓN ........................................................................................................ 79 1. LA ABSOLUTA SOBERANÍA DE JESUCRISTO ............................................ 79 2. LA SANTA BIBLIA, ÚNICA REGLA DE FE Y PRÁCTICA........................... 79 3. EL ÉNFASIS DEL INDIVIDUO ......................................................................... 80 4. EL DERECHO AL LIBRE EXAMEN................................................................. 80 5. ADMINISTRACIÓN ECLESIÁS-TICA CONGREGACIONAL....................... 80 6. SEPARACIÓN DE IGLESIA Y ESTADO.......................................................... 81 7. RESPETO A LA AUTORIDAD CIVIL............................................................... 81 8. LIBERTAD RELIGIOSA..................................................................................... 81 9. MAYORDOMÍA CRISTIANA............................................................................ 81 10. EVANGELIZACIÓN DEL MUNDO .............................................................. 82 11. AUTONOMÍA E INTERDEPENDENCIA DE LAS IGLESIAS.................... 82 12. UN CULTO ESPIRITUAL Y SENCILLO ...................................................... 82 13. COMUNICACIÓN CRISTIANA..................................................................... 83

CONCLUSIÓN................................................................................................................. 84 BIBLIOGRAFÍA SELECCIONADA............................................................................... 85

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CAPÍTULO I, LA ASOCIACIÓN BAUTISTA Y SU BASE BÍBLICA

La palabra “asociación”, refiriéndose a una agrupación de iglesias, no se

encuentra en ninguna parte de la Biblia. Este concepto, como varios otros, tenemos que sacar de los pasajes históricos que nos indican la práctica de los primeros cristianos. Apoyándonos en ellos encontramos varias referencias a los que nosotros, hoy en día entendemos es la responsabilidad de una asociación.

Los pasajes más comúnmente citados cuando se habla de la base bíblica de la asociación son los siguientes: Hechos 11:1-18; 11:27-30; 15:1-35, 41; 16:4-5; Gálatas 2:1-10; 1 Corintios 16:1-4 y 2 Corintios 9:1-5. Estos versículos no mencionan la palabra “asociación” sino que demuestran eventos históricos que dan evidencia de una asociación, formal o informalmente, para la expansión del evangelio y el mejor funcionamiento de la iglesia local.

En Hechos 11:1-18; 15:1-35 y Gálatas 2:1-10 encontramos referencias a

los grandes concilios que se efectuaron en los primeros años de la cristiandad. La otra cita importante que encontramos en la Biblia, refiriéndose al trabajo de la asociación, está en 2 Corintios 9:1-5 cuando habla de la ayuda fraternal que hicieron los hermanos del primer siglo. Miremos estos pasajes con más detalle.

HECHOS 11:1-18 Este pasaje trata acerca de una coexistencia armónica en medio de las diferencias humanas y la manera de tratar con las personas. Estos versículos nos relatan la historia de un concilio que se llevó a cabo para discutir y llegar a un acuerdo acerca de la necesidad de los ritos hebreos dentro de la comunión y

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la experiencia cristiana. La tradición humana debía separarse de la revelación divina. Se hizo necesario definir lo que era esencial para el cristianismo. La tradición había limitado las oportunidades espirituales a una sola raza. Sin embargo los apóstoles, al predicar el evangelio en el Espíritu Santo, estaban encontrando a personas de otras razas quienes se entregaban al Señor y tenían una experiencia genuina con El. Esto inmediatamente motivó la reevaluación de los conceptos en cuanto al alcance del evangelio y el plan real de Dios para la salvación de los hombres. Cuando se puso el evangelio a prueba, se dieron cuenta que no sólo era poderoso sino que también universal en su alcance. Los gentiles también recibían salvación, aún cuando antes se pensaba que esto era imposible.

Pedro se presentó a los hermanos para relatar sus experiencias. Los que se oponían a la posición que Pedro tomó al testificar a los gentiles, tenían sus argumentos listos, pero fueron silenciados por su testimonio. Reconocieron que la experiencia de Pedro no estaba en armonía con sus creencias y prácticas antiguas. Se examinaron y se dieron cuanta de que sus convicciones y métodos no estaban en armonía con la revelación de Dios. Este acontecimiento sirvió para que la Iglesia se reúna y desarrolle un diálogo, y el desacuerdo inicial ayudó a restablecer una efectiva comunicación. Es impresionante que los creyentes, con distintas formas de pensar, se juntaran en un espíritu cristiano para encontrar la voluntad de Dios en medio del consenso. Cuando los creyentes pueden argumentar sus diferencias en una actitud de oración, cada uno buscando la voluntad de dios, se encuentran soluciones que no solamente son verdaderas, sino también duraderas.

HECHOS 15:1-35

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Estos versículos tratan acerca de la conferencia en Jerusalén que fue realizada a fines del primer viaje misionero, que había sido dispuesto por la iglesia de Antioquia. En esta iglesia se encontraban múltiples idiomas y razas. Fue en este lugar donde por primera vez se les llamó cristianos a los seguidores de Jesús. Al volver de su viaje encontraron que los líderes de la iglesia de Jerusalén todavía estaban predicando la circuncisión como condición para la salvación. La experiencia de los misioneros no concordaba con esta tradición. Como consecuencia de la discusión que comenzó, se decidió reunir a los líderes religiosos de Jerusalén para tratar de llegar a un consenso. Pablo y Bernabé relataron sus experiencias. Otra vez las experiencias de los misioneros no estaban en armonía con las tradiciones rígidas que prevalecían en esa época. Se decidió buscar solución a las diferencias convocando a una conferencia. Se enviaron representantes de las iglesias locales (v.3). Al principio, la iglesia de Jerusalén mantuvo una rígida posición. La iglesia de Antioquia había oído informes de la obra misionera que les hizo difícil mantener la posición tradicionalista. Pedro otra vez relató sus experiencias e informó de los milagros realizados. En general defendió la idea de que cualquier persona podía ser salva por fe en Jesucristo sin importar antecedentes ni herencia racial o cultural. En síntesis, Santiago, el hermano del Señor que presidía la sesión, resumió el consenso del grupo. No había necesidad de que los gentiles se adaptasen a los ritos judíos para llegar a ser cristianos. Además, para mantener la armonía se acordó que todos , gentiles y judíos conversos, tratarían de no ofender a los practicantes de la estricta tradición judía. Se pediría a todos los cristianos dejar de hacer ciertas cosas que eran de

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importancia para la comunidad judía y que por esa razón podrían perjudicar su testimonio delante de esa comunidad. Se seleccionaron algunos hombres para volver con Pablo y Bernabé a Antioquía para llevar una carta a la iglesia que había hecho la pregunta en cuanto a la práctica que se debía mantener. Estos hombres eran líderes y podían testificar de la veracidad de la carta y las conclusiones a las cuales se habían llegado en Jerusalén. Se reunió a miembros de la iglesia de Antioquía para leer la carta. Las personas estaban felices al poder mantener la unidad y establecer prácticas comunes.

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CAPÍTULO II, LA ASOCIACIÓN Y SU HISTORIA

La práctica de una búsqueda de asociación de las iglesias bautistas es casi tan antigua como las iglesias bautistas mismas. A fines del siglo XVI comenzó el movimiento que nosotros llamamos Bautista. Estas primeras iglesias comenzaron en Inglaterra, de donde se trasladaron a Holanda, a Norteamérica y al resto del mundo. A principios del siglo XVII, estas iglesias comenzaron a reunirse y consultar unas con otras. La mayoría de las primeras asociaciones fueron precedidas por un período de compañerismo y confraternidad entre las iglesias. Esta relación, dentro de la que se estaban marcando las pautas de lo que iba a ser una asociación bautista, duró muchos años. Después de un período de confraternidad se organizaban asociaciones, normalmente en torno a temas teológicos. Históricamente las Asociaciones no eran grupos de iglesias en un lugar geográfico sino que eran iglesias que compartían un mismo parecer teológico. Normalmente estas asociaciones se formaban con las iglesias existentes, sin esperar la constitución de otras. Se organizaban con cinco, cuatro y, a veces, tres iglesias. Hubo cuatro factores que motivaron el surgimiento de la asociación:

1. La necesidad de defenderse ante los grupos religiosos. 2. La necesidad de comunión. 3. El evangelismo. 4. Las iglesias hijas.

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Las iglesias bautistas eran minoría en Inglaterra en esta época. A veces, estos primeros creyentes sufrieron mucho y sintieron la necesidad de reunirse con otros. También había necesidad de reunirse y disfrutar del compañerismo que tanto faltaba a los grupos aislados. La tarea de evangelizar se hacía más fácil cuando se contaba con el apoyo de otras iglesias. También se presentaba la situación en la que una iglesia fundaba varias congregaciones “hijas”, las cuales querían continuar la relación íntima con los creyentes de la iglesia madre. La asociación les daba la oportunidad de reunirse sin perder su autonomía como iglesia independiente. El desarrollo de la Asociación se puede dividir en siete etapas, la que se explican seguidamente: ORÍGENES INGLESES La primera nota histórica que tenemos de una agrupación de iglesias bautista es la que ocurrió en el año 1626. En este año, cinco iglesias bautistas (particulares) en el área de Londres se reunieron para enviar una carta conjunta a los menonitas de Ámsterdam. En 1644 se reunieron siete iglesias bautistas (particulares) en Londres para confeccionar una confesión de fe. Treinta iglesias Bautistas (generales) se reunieron en el año 1651 en Midlands para imprimir una confesión de fe llamada “The Faith and Practice of Thirty Congregations” (La Fe y Práctica de Treinta Congregaciones). En estos primeros años los bautista se dividían en dos grupos: los Bautistas Particulares y los Bautistas Generales. Más tarde, en el siglo XVIII, se formó otro grupo que se llamó Bautistas Separados, y los Bautistas Particulares cambiaron su nombre a Bautistas Regulares. A fines del siglo XVIII estos dos grupos se unieron.

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Lo que verdaderamente se puede llamar la primera asociación bautista se formó en los días 6 al 7 de noviembre de 1650 cuando tres iglesias bautistas (Particulares) del sur de Gales se reunieron para tratar el tema de la necesidad de más pastores en las iglesias. En la quinta sesión decidieron que su propósito sería “edificar y confortar a las iglesias”.

El 8 de octubre de 1652 se organizó la asociación de Abingdon para tener una comunión firme. Dieron tres razones de su organización:

1. Dar y recibir consejos sobre temas controversiales. 2. Dar y recibir ayuda financiera en momentos de crisis. 3. Hacer la obra de Dios.

En junio de 1653 diez iglesias bautistas se reunieron en Irlanda para

enviar una carta a las iglesias de Londres en la que indicaban que las iglesias de Inglaterra, Escocia y Gales debían comunicarse para establecer una mejor comunión. En ese mismo año en Somerset, Inglaterra, comenzó la práctica de la carta circular y las “preguntas”. La carta circular unió no sólo a las iglesias sino también a las asociaciones. Las “preguntas” ayudaron a concretar las doctrinas y las prácticas bautistas. Estas preguntas y sus respuestas, muchas veces fueron publicadas en las cartas circulares. Al recibir una de estas cartas la asociación deliberaba en cuanto a la manera de pensar sobre el tema. Esto ayudó a formalizar sus creencias. A veces estas preguntas trataban sobre temas de mucha delicadeza o impacto. La asociación daba su opinión y sus sugerencias. Esto no era una orden y la iglesia no entregaba ninguna de sus responsabilidades ni derechos a la asociación. Estas eran sugerencias que se habían pedido y las iglesias recibían y hacían sus propias decisiones en cuanto al caso. En casi todos los

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casos las constituciones de las asociaciones eran muy explícitas en cuanto a esta relación entre la asociación y la iglesias. En 1656 se imprimió “La Confesión de Fe de Somerset”. Este documento fue compartido con muchas otras asociaciones y formó la base de muchos artículos de fe de estas asociaciones. Los artículos de fe fueron una gran contribución de las asociaciones, para la formación de nuestras actuales creencias como bautistas. “Los primeros bautistas no se reunieron para formar algo, ellos cooperaron juntos o se asociaron para hacer algo”.6 Las asociaciones originalmente surgieron por razones funcionales, para proveer ayuda mutua en cubrir las necesidades de las iglesias. La esencia de la asociación era la confraternidad y la comunión. COMIENZOS EN AMÉRICA (1707-1800) La asociación de Philadelphia (Regular) se formó en 1707. Esta asociación fue la primera en América y fue la que siguió la tradición de los Bautistas Particulares de Inglaterra. Esta asociación estableció las normas para la formación de nuevas asociaciones en el nuevo mundo y su razón de ser. Cumplió con todas las normas históricas que se han dado a las asociaciones, y más que eso, comenzó la práctica de enviar misioneros, quienes comenzaron nuevas iglesias y más tarde nuevas asociaciones. Si la asociación de Philadelphia fue la primera en América, la de Rhode Island fue la segunda cuando se organizó en 1729. La obra bautista en el nuevo mundo había comenzado en Rhode Island, pero estas iglesias siguieron la tradición de los Bautistas Generales y no tuvieron mucha influencia en el desarrollo histórico de las asociaciones.

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El tercer grupo en formarse fue el de Shubal Stearnes en Sandy Creek, Carolina del Norte. Esta Asociación se formó en 1758 con tres iglesias, las que eran hijas de las iglesias formadas por Stearnes. Esta asociación fue importante porque añadió la práctica de tener campañas evangelísticas en las reuniones anuales de la asociación. Este grupo se llamó Bautistas Separados para diferenciarse de los Bautistas Regulares y contribuyó para la disposición a las campañas evangelísticas. Hasta ese momento las reuniones habían sido exclusivamente de compañerismo. A partir de este punto; en la historia de la asociación, las reuniones anuales no sólo trataban los aspectos administrativos y de confraternidad, sino que también se tornaban en grandes campañas evangelísticas, a veces, con más de una semana de duración. La unión de estas dos tradiciones, Bautistas Regulares y Bautistas Separados, comenzó en 1767 cuando las iglesias de estas dos tradiciones se unieron en “New England” y se completó la unión de las dos tradiciones en Kentucky en 1801. Durante este período, la asociación era el único cuerpo denominacional de los bautistas. Como ya se vio, la asociación de Philadelphia enviaba misioneros a los lugares cercanos con el propósito de comenzar nuevas obras. Esta no era la única asociación que hacía este trabajo. Muchas otras tomaron esta responsabilidad, hasta que en los últimos años del siglo XVIII, las asociaciones contaban con misioneros que iban al extranjero. Guillermo Carey presentó su inquietud por los perdidos de Asia en una sesión anual de su asociación en el año 1792. Con esta inquietud por la obra misionera comenzó otra época en el desarrollo de la asociación. NUEVAS FORMAS DENOMINACIONALES (1800-1845)

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Con el avivamiento espiritual y el interés misionero que comenzó en los últimos años del siglo XVII, también surgió la idea de la “sociedad”. Por muchos años las asociaciones y las sociedades corrieron paralelamente en su desempeño del trabajo misionero. Muchas de las sociedades fueron producto de las asociaciones que trataban de hacer este trabajo. Pero al final la asociación dejó de ser la organización principal en el envío de misioneros. Las sociedades, y más tarde la convención, tomaron este trabajo para sí. En 1802 la asociación de Shaftsbury, (Vermont) formuló un plan de administrar la obra misionera dentro del país. Ese mismo año la asociación de Warren organizó el “Massachusetts Baptist Missionary Society” con el propósito de enviar misioneros a todo el país y a Canadá. Aunque fue impulsada por la asociación de Warren, esta sociedad no estaba controlada por ella y ni siquiera tenían que ser bautistas los miembros de la sociedad. La sociedad estaba abierta a todo aquel que aportaba dinero. Esto marca la diferencia entre la asociación y la sociedad. La asociación se forma con iglesias que tienen las mismas doctrinas y prácticas para hacer un trabajo de amplio alcance dentro y fuera del área geográfica en la que se encuentran. La sociedad se forma de personas que han contribuido cierta suma de dinero con un propósito limitado como el de enviar misioneros. La otra forma denominacional que salió en esta época era la convención. La primera, en 1814, se llamaba “Triennial Convention” porque se reunía cada tres años. Aunque se llamaba convención, en realidad era una sociedad. Su único propósito era el de enviar misioneros al extranjero y su membresía se abría a los bautistas y otros grupos religiosos que contribuían 100 dólares anualmente.

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La primera convención estatal se organizó en Carolina del Sur, en 1821. Otros estados siguieron su ejemplo y formaron sus propias convenciones, ellas se formaron con la iniciativa de las asociaciones. Incluso muchos de los primeros mensajeros a estas convenciones vinieron de parte de las asociaciones y no de las iglesias. Al pasar el tiempo, las asociaciones dejaron de enviar mensajeros y las iglesias quedaron encargadas de las convenciones. LA EXPANSIÓN DEL CONCEPTO DE LA CONVENCIÓN (1845-1920) El año 1845 marcó el comienzo de la Convención Bautista del Sur y el inicio de la decadencia de las asociaciones y las sociedades. La convención asumió el lugar de la asociación y las sociedades en enviar misioneros y en la programación, pero su membresía estaba compuesta de la iglesias bautistas que contribuían a sus proyectos. En contraste, la asociación basaba su membresía en las doctrinas y la práctica de las iglesias. El miembro de la sociedad era todo aquel que contribuía dinero. Al desarrollarse las convenciones, las asociaciones empezaron a formalizarse y elaborar una estructura. A fines del siglo XIX la asociación se había vuelto un vocero de la convención siendo su extensión local, teniendo así la misma estructura que la convención. Las sociedades comenzaron a perder su lugar y para fines de este período se habían reducido a un número muy limitado. La convención comenzó a tomar un lugar más importante y llegaría a su apogeo en el siguiente período. Esta nueva organización, la convención, reunía y unía a varias obras y proyectos de beneficencia bajo el control de las juntas. Estas juntas se responsabilizaban por estas obras y rendían cuenta a la convención. Esto era un nuevo concepto y la mayoría de las convenciones estatales adoptaron esta forma de operar. La convención entonces se tornó en la agencia de recaudar

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fondos para la obra misionera y así, para mediados del siglo, tomó el lugar de la sociedad. Como se ha notado, las asociaciones también fueron afectadas por esta nueva forma de trabajar. Ellas comenzaron a transformarse no solamente en su estructura sino también en su forma de actuar. La asociación cambió llegando a ser la agencia para implementar los programas de la convención, ser un promotor de la convención, y cambió su mira de las iglesias a las convenciones estatales y nacionales. LA ASOCIACIÓN COMO VOCERO CONVENCIONAL (1920-1960) Durante este período, la convención llegó a su apogeo y la asociación llegó a su nivel más bajo en términos de la forma en que era percibido por el público en general. Este período comenzó con una campaña promocional llamada “Seventy-Five Million Campaign (1919-1924)”. (Campaña de Sesenta y Cinco Millones). Esta promoción hizo más que cualquier otra cosa para unificar a los bautistas en su programa convencional. La palabra cooperación llegó a ser la más importante en la literatura y el uso general dentro de la convención. En 1925 se formó el Programa Cooperativo, que llegó a ser símbolo de la cooperación dentro de la convención. Ese mismo año se escribió los artículos de fe la Convención Bautista del sur llamado “Fe” y Mensaje Bautista”. Uno de los artículos de esta confesión trataba de la cooperación. La centralización vino a tener el primer lugar en el pensamiento eclesiológico. Se redefinió la asociación de tal manera que serviría a las necesidades de la denominación, representada por las convenciones estatales y la convención nacional. E. P. Alldrege fue especialmente influyente en esta

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revisión de la teoría de la asociación. Al escribir acerca de las diferencias de rganizaciones bautistas, las definió a todas, sean nacionales, estatales o asociaciones locales, como asimismo su membresía y propósito. La asociación se convirtió en el vocero de la convención siendo así el canal a través del cual la convención hacía llegar todos sus programas a las iglesias. La Junta de la Escuela Dominical utilizó a la asociación, con gran éxito, para promover la apertura de nuevas escuelas dominicales en las iglesias. La Junta de Misiones Nacionales no solamente utilizó a la asociación para promover sus programas misioneros sino que también impulsó a muchas iglesias a formar sus asociaciones, ayudándoles financieramente en esa formación. Durante esta época se organizaron muchísimas nuevas asociaciones y a fines de la misma había casi 1.200 de ellas en todo los Estados Unidos de América. También se promovió el nuevo cargo de coordinador asociacional. Aunque este trabajo no era nuevo, antes de esta época habían muy pocas personas que dedicaban tiempo completo a este trabajo. A fines de 1960 habían más de 800 coordinadores sirviendo a estas asociaciones. Estos coordinadores serían claves para la reevaluación de la asociación y su lugar dentro de la estructura bautista. REEVALUACIÓN DE LA ASOCIACIÓN (1960-1974) Este era un período crítico en la vida de la asociación. En 1963 se reunieron los coordinadores asociacionales en Gulfshore, Mississippi. En esta reunión se empezó a estudiar el lugar de la asociación en la vida de las iglesias bautistas. Fue determinado que la asociación no era un simple canal para los programas de otros sino una entidad que tenía programas propios, y asimismo se decidió constituirla como parte del equipo y no una herramienta.

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Durante la década que siguió a esta conferencia se continuó estudiando el lugar de la asociación. En 1974 culminó este estudio con otra conferencia, en la cual fue aceptada la asociación como parte íntegra del trabajo de las iglesias. Al llegar aquí, la asociación había recuperado su filosofía original de ser una confraternidad de iglesias cumpliendo una misión en su localidad. LA ASOCIACIÓN COMO PARTE ÍNTEGRA (1974-PRESENTE) Llegamos al presente. Las asociaciones son aceptadas como parte de la familia de organizaciones bautistas que sirven a las iglesias. “La asociación no debe tratar de sustituir a las iglesias sino servirles en hacer su trabajo”.13 La asociación, siendo la organización más cercana a las iglesias, puede ofrecer orientación en cuanto a estrategia y programación. Las asociaciones son una confraternidad de iglesias que trabajan por las iglesias, para las iglesias, con las iglesias, y a través de las iglesias. La asociación puede funcionar como un enlace entre la convención y las iglesias, comunicando a las iglesias de parte de la convención y a la vez informando a la convención las inquietudes y problemas de las iglesias. Pero la asociación es mucho más y su trabajo se extiende más allá que un mero concepto de nexo entre la convención y las iglesias. La asociación: son iglesias unidas para trabajar, planear, tener compañerismo, atender necesidades mutuas, llevar el mensaje de salvación a sus alrededores, y comenzar iglesias para atender mejor las necesidades espirituales y físicas de la población. La asociación es todo esto y mucho más. En las siguientes páginas estaremos analizando lo que la asociación es y lo que puede ser.

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CAPÍTULO III, LOS BAUTISTA EN AMÉRICA LATINA Y ECUADOR

1. LA RELIGIÓN EN LA ÉPOCA COLONIAL

Durante la época en que España y Portugal dominaban en el nuevo mundo casi no existían el pensamiento libre o la doctrina que no fuesen estrictamente aprobadas por la jerarquía católica romana.

Los poderosos elementos necesarios en la estructura de las democracias, así como en la formación de iglesias demócratas al estilo del Nuevo Testamento, estaban ausentes en todas las colonias. No había escuelas públicas en ninguna de las colonias sino hasta en vísperas de su independencia. Las únicas instituciones educacionales eran las monacales, donde se enseñaba a rezar, a leer las historias de los santos y muy poco más. La universidad de San Marcos, en Lima, y la México, las primeras que existieron en América Latina, eran centros donde solamente los ricos podían aspirar a recibir algunos elementos de educación, y aún estos elementos eran dominados por la iglesia. No existía la ayuda de la prensa, pues fueron los conquistadores españoles quienes establecieron las primeras imprentas en los países latinoamericanos, y ¿qué imprimían? Absolutamente nada que no fuese autorizado por la Inquisición, principalmente decretos, devocionarios, biografías de santos y cosas por el estilo. Se dice que la primera imprenta que hubo en Chile fue introducida de contrabando bajo la capa del fraile liberal Camilo Enríquez, lo cual nos da una idea de cuán pequeña sería.

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Y la Biblia, hasta donde se sabe, no existía, ni una sola. Si había alguna, estaba bien escondida, y nunca se hacía mención de ella. Con estos tres poderosos factores negativos no se podía ejercer influencia evangélica sobre el pueblo, ni siquiera sobre los dirigentes, durante los casi tres siglos del coloniaje. La destacada educadora chilena Amanda Labarca dice: “Ni los magistrados, ni los militares de alta graduación, ni siquiera los sacerdotes podían mejorar con su ejemplo el nivel de la cultura media porque los estudios de todos –incluso los de los que llegaban de España con fama de letrados- no pasaban más allá de las lecciones escolásticas de unas de esas universidades ayunas de ciencia, de espíritu, de libre investigación... Lo que se trataba de imbuir en las aulas era la sacrosanta sumisión a la orden establecida.” Los primeros enviados para establecer el Tribunal del Santo Oficio de la Santa Inquisición en Lima se detuvieron en Panamá en 1569, y les fue presentado el primer cargo en su nueva jurisdicción, el cual fue contra “un baptista, extranjero, residente en La Plata –Asunción probablemente- que estaba condenado a prisión perpetua por el Ordinario”. Quisiéramos saber qué pasó con este famoso “baptista” anónimo; pero no nos dice más la historia.

2. AMÉRICA DEL SUR Colombia Colombia, muy progresista en algunos aspectos, ha sido el país más

herméticamente católico y antievangélico de toda la América Latina, rivalizando solamente con España como hija predilecta de las fuerzas reaccionarias del papado. Los bautistas, como otros, han tenido que sufrir constantes vejámenes, quema de casas de culto y escuelas y otras formas de persecución.

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En las islas de San Andrés y Providencia, evangelizadas por los bautistas de Jamaica hace más de un siglo, había fuertes contingentes de bautistas con su propias escuelas y lugares de cultos. Los misioneros bautistas fueron invitados a colaborar en esta obra, y los primeros llegaron a la isla de San Andrés en 1945. En 1954 el gobierno de Colombia decretó las Islas “territorio de misiones”, prohibiendo cualquier actividad religiosa o cultural que no fuese aprobada por las autoridades católicas, y restringió las iglesias y cerró las escuelas bautistas. La primera iniciativa en abrir obra bautista en Colombia fue hecha por la Convención Bautista de Cuba Occidental. Envió a dos misioneros a Colombia en 1930. La obra duró pocos años y fue abandonada. Sin embargo, los creyentes que quedaron usaban la literatura de Casa Bautista de Publicaciones. La Convención Bautista del Sur decidió enviar misioneros a Colombia y H: W. Schweinsberg y esposa llegaron en 1941. La obra fue comenzada en Barranquilla, y luego en Cartagena. Más tarde fueron misioneros a Bogotá y a Cali. Un hospital bautista fue abierto también en Barranquilla. Muchas de las iglesias mantienen escuelas diarias. La instrucción teológica, no solamente para Colombia, sino también para estudiantes de otros países vecinos, tiene su centro en el Seminario Teológico Bautista Internacional de Cali, Colombia. Esta institución, la cual es vinculada con la Junta Bautista de Misiones Foráneas, fue abierta en 1952. Hay centros estudiantiles en Bogotá y Medellín, y una librería en Bogotá. El número de iglesias ha aumentado en gran manera. Los bautistas sufrieron persecución juntamente con otros evangélicos, durante el período 1948 hasta 1958. Aún durante esa época, la obra siguió adelante y continúa prosperando.

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Venezuela

La organización Baptist Mid-Missions empezó obra misionera en

Venezuela hace algunos años en ambas orillas del río Orinoco. Hay un número apreciable de pequeñas iglesias y otros centros de evangelización.

Los bautistas de Colombia, relacionados con la Convención Bautista del Sur, empezaron a viajar en 1945 desde su país para iniciar obra y cooperar con otros bautistas independientes ya existentes en Venezuela. Tomás Neely y esposa, misioneros de los Bautistas del Sur en Colombia se radicaron en Caracas en 1949. Más tarde otros llegaron a Barquisimeto y Maracaibo. La literatura de la Casa Bautista de Publicaciones ejerció mucha influencia aun antes de llegar los misioneros. Ha habido considerable tensión interna, lo cual, junto con la consabida oposición católica, ha retardado el avance. Hay una librería.

Ecuador

Los misioneros W. M. Haverfield, y E. G. Crocker de la Junta Bautista de Misiones Foráneas iniciaron el esfuerzo bautista en Quito en 1950; llegando otros misioneros después. La primera iglesia fue organizada dos años después. En 1953 se comenzó la obra en Guayaquil. Algunas iglesias independientes de la Provincia de Guayas se unieron con los bautistas en 1954. Actualmente hay un seminario, varias escuelas, tres librerías y una clínica.

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CRONOLOGÍA DE LA OBRA BAUTISTA 1948 AGOSTO 7:Se organiza la Primera Iglesia Bautista de Cali,

Colombia, con quince miembros, bajo el pastorado del misionero Hno. John Thomas.

1949 ¿?: La Junta Misionera Foránea delega al hermano Dr. Harry Schewinsberg, misionero bautista en Colombia, para que efectúe una gira de observación por Ecuador y Perú con el fin de iniciar la obra bautista en esos países

AGOSTO 5: A instancias del controlador del tren que lo lleva hasta Ambato, el hermano Dr. Harry Schweinsberg, no se detiene en esa ciudad, sino que continúa hacia Cuenca. Evita así permanecer en Ambato y en el hotel, que sería destruido por el terrible terremoto de este funesto viernes de Agosto

1950 MARZO 21: El hermano Dr. Harry Schweinsberg se hace cargo del pastorado de la Primera Iglesia Bautista de Cali, Colombia.

JULIO 24: Llega a Quito procedente de Colombia, el hermano Jorge Vásquez para trabajar en la proyectada obra bautista.

AGOSTO 7: Reunión de la Misión Bautista en Colombia, con la presencia de los hermanos Tom Neely de Venezuela, Van Earl Hughes de Costa Rica y William Haverfield y Gordon Crocker que pronto iba a iniciar la obra en el Ecuador. En esta reunión, el misionero hermano Julius Hickerson presenta los planes para el establecimiento del futuro Seminario Bautista en Cali.

SEPTIEMB. 18: Llegan los primeros misioneros bautistas al Ecuador. Los esposos Crocker Gordon y Bettye y los esposos Haverfield William y Lois.

NOVIEMBRE 24: En el diario EL COMERCIO de Quito, se publica un aviso de la primera página, en el cual “El Centro Bautista Cristiano” anuncia al público de la ciudad, que el

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siguiente Domingo 26, “se inaugurará nuestra sala de Conferencias” e invitándolo a asistir al acto.

NOVIEMBRE 25: Este día aparece nuevamente el aviso anterior en la primera página de EL COMERCIO.

NOVIEMBRE 26 Se inicia la Obra Bautista el último Domingo del mes, a las tres de la tarde en el Centro Bautista Cristiano, localizado en la esquina de las calles Guayaquil No. 1167 y Olmedo, en la ciudad de Quito, Ecuador.

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CAPÍTULO IV, LA ASOCIACIÓN Y SUS RELACIONES

La asociación como organización tiene relación con muchos otros grupos en el transcurso de la vida organizativa, sin embargo dos de esas relaciones se destacan. Estas dos relaciones son con las iglesias que la forman y con la convención a la cual pertenecen las iglesias. La más importante es con las iglesias. También hay, a veces, otra relación que es muy importante para la asociación y su desarrollo. Esa es con las otras asociaciones dentro del país. A continuación detallaremos estas tres relaciones. LAS IGLESIAS Como se ha dicho, la asociación es una confraternidad de iglesias autónomas compartiendo una misma fe, activas en misión en su localidad. Por definición, entonces, la relación más importante de la asociación es aquella que se desarrolla con las iglesias. De ellas recibe sus recursos, tanto humanos como financieros. A través de ellas realiza su trabajo hace lo que no podrían hacer por sí mismas. Históricamente las asociaciones se formaron para fomentar el compañerismo. Muchas veces las iglesias estaban aisladas las unas de las otras y sentían la necesidad de compartir momentos unidos para combatir la soledad que les azotaba. La asociación entonces administraba a las iglesias al darles una oportunidad para tener comunión las unas con las otras. Les daba ocasión de estar juntas aunque sea por un corto tiempo. Hoy en día con las grandes redes de comunicación, no nos sentimos tan solos pero todavía hay necesidad de juntarnos para sentir el gozo de compartir con un grupo más grande nuestra iglesia. Algunos cristianos e iglesias se desesperan porque tienen la sensación de que están solas y necesitan esos momentos de

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compañerismo y confraternidad para hacerles reconocer que son parte de algo mucho más grande de lo que pensaban. La asociación también desarrolla un especial ministerio dirigido a las iglesias, ayudándoles a hacer lo que ellas mismas quieren hacer. A veces las iglesias quieren hacer algo en su vecindario o dentro de la iglesia misma pero no pueden o no saben cómo hacerlo. La asociación les puede proveer los recursos financieros o humanos que les hace falta para llevar a cabo el proyecto. Es posible que necesiten tan sólo de una orientación y tal vez haya otra iglesia o pastor que ha tenido ea misma situación y les pueda ofrecer ayuda. La Asociación se preocupa por las iglesias que agrupa. Esto lo vemos cuando la asociación hace programas especiales para la comunidad, ya sean campañas evangelísticas, mesas redondas, clínicas o un sin fin de otras actividades en las cuales la asociación, representando a las iglesias, provee algo a la comunidad. La asociación, siendo una organización en vez de muchas, puede informar mejor a la convención estatal o nacional de las necesidades del conjunto de iglesias. De esa manera puede representar a las iglesias ante la convención y puede representar a la convención ante las iglesias. Esto no significa que la asociación sea parte de la estructura de la convención sino que por medio de ella se puede ampliar las líneas de comunicación para que pueda hacerse mejor el trabajo del Señor. La asociación también puede ofrecer programas especiales a las iglesias y de ese modo servir a los creyentes. Esto es más notorio en el área de recreación y educación. Muchas veces las iglesias locales no tienen suficientes recursos para programar una actividad recreativa. Pero la asociación puede ofrecerles esa oportunidad, planeando un día de deportes en el cual los miembros de una iglesia pequeña pueden participar. Otro ejemplo es en el

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área de música. Es posible que una iglesia no tenga la cantidad de miembros suficientes como para tener un coro, pero por medio de la asociación se puede formar un coro asociacional, el cual puede ser usado para entrenar a los miembros de las congregaciones en el área de la música. La asociación puede entrenar a los maestros de la escuela dominical. Muchas veces escasean maestros preparados en las iglesias. Esto no se debe a la falta de personas sino que muchas veces resulta por falta de quienes les enseñen cómo enseñar. La asociación, con un equipo preparado, puede ofrecerles el entrenamiento que necesitan. La asociación también enfoca su ministerio ayudando a las iglesias en el área de planificación para la expansión de la obra. Teniendo la perspectiva de la zona total la asociación puede buscar todos los lugares de necesidad. Las iglesias con el apoyo de la asociación pueden determinar su prioridad en cuanto a la apertura de nuevas iglesias. Al determinar los lugares, las iglesias pueden ponerse de acuerdo en cuanto a la mejor manera de comenzar las obras y si es necesario unirse para comenzar una obra en conjunto. La Asociación ofrece varios beneficios a las iglesias. Ya se ha mencionado actividades que la asociación puede hacer por y para las iglesias. La asociación también puede ayudar a los pastores de las iglesias. Puede orientar a los nuevos pastores a la asociación y a la iglesia. Les puede indicar los servicios con que pueden contar y las responsabilidades que les corresponde. La asociación desarrolla su ministerio a través de las iglesias. La asociación no tiene sentido aparte de las iglesias individualmente o en conjunto las que hacen el trabajo de la asociación. Sin las iglesias no hay asociación. Si la asociación tiene un coordinador, él puede ayudar y orientar a las iglesias en

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el desempeño del trabajo asociacional, pero él solo no lo puede hacer. Son los miembros de las iglesias los que planean y efectúan los planes de la asociación. Son ellos los que enseñan y son enseñados; los que trabajan y los que juegan. Son los miembros de las iglesias, trabajando juntos, los que hacen realidad la asociación. Además de los recursos humanos mencionados arriba, la asociación también depende de las iglesias para sus finanzas. La asociación no puede recaudar fondos por sí misma. Ella tiene que depender de lo que recibe de parte de las iglesias. Normalmente se les pide a las iglesias que asignen el 4% de sus ofrendas para la obra asociacional. Estos recursos se usan para efectuar el programa de la asociación. En el siguiente capítulo hablaremos más de este tema. Una pregunta que ha surgido una y otra vez es ¿quiénes son los miembros de la asociación? ¿Las iglesias o los mensajeros, son los miembros de la asociación? Como ya se mencionó en las varias etapas de la historia de la asociación, se han contestado estas preguntas de diferentes maneras. Hoy en día se reconoce que son las iglesias las que se unen para formar una asociación. Cada iglesia envía a sus representantes para participar en las decisiones de la asociación y estos representantes se llaman mensajeros pero no son éstos los que forman la asociación, son las iglesias. Esta es otra diferencia entre una asociación y una convención. La convención se forma de mensajeros de las iglesias y no de las iglesias propiamente dichas. Otros han preguntado sobre el rol del anexo, punto de predicación, misión o iglesia hija. A mí me agrada el último término porque indica un ente que está madurando y se espera que un día ella también sea una madre de iglesias. ¿Qué relación tiene ella con la asociación? Como ya se ha mencionado, la asociación se compone de iglesias constituidas. Una vez que un grupo haya

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llegado a un nivel en el cual tiene alguna estructura eclesiástica además de alguna independencia de su “madre”. Entra en un período intermedio. Antes de esto podemos decir que en realidad no tienen carácter propio. Después de constituirse ya se le reconoce como iglesia, pero ¿qué del período intermedio? Hay tres opciones en cuanto a su relación con la asociación.

1. Puede unirse a la asociación de la iglesia madre y participar dentro de esa asociación en un carácter fraternal hasta constituirse, cuando llegue a ser miembro con todos los derechos y responsabilidades.

2. Si la iglesia madre no es miembro de una asociación entonces puede unirse a la asociación geográfica en la cual se encuentra la “hija”. A veces no se han desarrollado asociaciones en todas partes del país y la madre, estando en un lugar donde no hay asociaciones, comienza una iglesia nueva en un lugar donde hay una asociación. En este caso se puede unir a la asociación donde está la “hija”, de parte de la madre, como se explicó en la opción número uno.

3. La tercera opción es pedir permiso a la iglesia madre y unirse a la asociación en la cual está ubicada aunque sea una asociación diferente a la que está unida la madre. La iglesia madre recomendará a la asociación la aceptación de la hija en carácter de miembro fraternal.

Cualquiera que sea la política de la asociación se tendría que tener una

categoría para estas iglesias hijas. Si ya tienen independencia financiera de la madre podrían participar plenamente en todas las actividades de la asociación, incluyendo la parte de contribución económica. Por lo menos el encargado de cada una de estas iglesias hijas tendría que participar en las deliberaciones de la asociación para tener en vista el panorama completo de las necesidades y de los recursos de la asociación que así puedan obtener los beneficios de estar asociada. La asociación también tendrá beneficios de parte de los miembros

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de esta iglesia hija aprovechando sus dones en la expansión de la obra del Señor a otro sector de su área de influencia. LA CONVENCIÓN Otra relación de importancia es la que se desarrolla con la convención a la cual pertenecen las iglesias. La asociación usa la norma de la teología demostrada en la fe y práctica de la iglesia para determinar las iglesias que pueden enviar mensajeros a su sesión anual y así formar parte de ella. La convención por su parte usa la norma de la contribución financiera para determinar las iglesias que pueden mandar mensajeros. Esta no es la única diferencia entre la convención y la asociación, sin embargo es una de las más importantes. Aunque la asociación no sea parte de la estructura convencional puede ser muy útil a su causa. La convención requiere muchos datos para poder planear su programa nacional. Estos datos se encuentran en manos de las iglesias, pero muchas veces es difícil hacer que ellas los entreguen a la oficina de la convención. A través de la oficina de la asociación es posible juntasr estos datos. Para la convención es más fácil pedir los datos a una persona, al coordinador de la asociación, que procurar encontrar a varios pastores. Entonces la asociación puede ofrecerse para ayudar a la convención y así mejorar la comunicación entre la convención y las iglesias. La asociación también puede ayudar a la convención en sus planes nacionales para cubrir mejor las necesidades de la asociación. Muchas veces la convención quiere planear programas a nivel nacional las cuales se pueden poner en práctica en la iglesia local. Al escuchar estos planes nacionales las iglesias a veces indican que lo programado no satisface sus necesidades. La asociación puede ayudar a la convención a saber lo que sería más útil y necesario a sus propósitos.

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El tercer papel que puede cumplir la asociación en su relación con la convención es de un enlace entre la convención y las iglesias. Ya se ha mencionado las formas en las cuales la asociación puede ayudar a la convención en su recolección de datos y en la elaboración de sus planes. La asociación también puede interpretar y ayudar en la implementación de los proyectos convencionales. Los programas de la convención, al ser planeados a nivel nacional, muchas veces necesitan ser interpretados para ponerlos en práctica dentro del ámbito local. Tal vez haya necesidad de alterar los planes nacionales ajustándolos a las necesidades locales. Este trabajo lo puede hacer la asociación. Cada organización tiene necesidades y propósitos diferentes, pero pueden apoyarse unas y otras para satisfacer las necesidades de los miembros de las iglesias y las comunidades en las cuales se encuentra. Todas son necesarias en su propio ambiente, pero cada una tiene un trabajo diferente y muy importante. No se debe confundir el rol, una con la otra, porque cada una es diferente y esencial para el buen funcionamiento de la obra del Señor. OTRAS ASOCIACIONES Al desarrollarse las asociaciones dentro del país, cada una elabora su propia identidad dentro de las normas creadas por las iglesias que las compone. A veces esas normas son dictadas por tradiciones que se desarrollaron en años anteriores por otras asociaciones. La asociación no es un organismo que nace sin antecedentes y sin relaciones con los otros de su mismo género. Estas relaciones se pueden formalizar o permanecer en carácter informal.

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Las relaciones informales se notan cuando los pastores de las distintas asociaciones se reúnen en la convención o en otras instancias. En estos momentos de compañerismo siempre se comparte información: cómo funciona su iglesia, su asociación y qué esperan hacer, siempre son temas de suma importancia para los pastores. A veces los coordinadores de asociaciones también tienen las mismas oportunidades de compartir y aprender. Otro ejemplo de la relación entre asociaciones es la ayuda mutua que se pueda brindar. A veces una asociación débil será ayudada por otra más fuerte. También las asociaciones pueden tener concentraciones juntas o programas de capacitación. Todos estos detalles son ejemplos de cómo las asociaciones se relacionan. Hay muchas otras maneras que no se mencionarán en esta sección.

Reconociendo estas relaciones, muchas asociaciones deciden formalizar estos encuentros. Normalmente se organiza una agrupación de coordinadores de asociaciones. Esta agrupación se encarga de reunir a los coordinadores y a veces a los pastores de las distintas asociaciones para compartir necesidades y triunfos. También establecen momentos de confraternidad, en actitud importante para la salud, tanto física como espiritual, de los coordinadores. Además, generalmente, se reúnen para planear. Al compartir ideas y planes, los coordinadores pueden ayudarse mutuamente en el desarrollo del programa de la asociación. También pueden ponerse de acuerdo acerca de la mejor forma para llevar adelante el programa asociacional. Hay innumerables ventajas que pueden salir de estos encuentros entre los coordinadores de las asociaciones, pero las más destacadas son respecto a la confraternidad y la planificación.

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CAPÍTULO V, LA ASOCIACIÓN Y SU PROPÓSITO

La asociación es una confraternidad independiente formada por iglesias autónomas que comparten una misma fe y desarrollan activamente la misión de la iglesia en su localidad. A esta definición debemos añadir el propósito. Una organización que no tiene un propósito deja de existir. El propósito es lo que da vida y vigor. Si la dirección a la cual quieren ir los integrantes de la organización difiere del propósito, se tiene que cambiar el propósito o ir a otra organización. Como hemos notado en la historia, la práctica y el propósito de la asociación han cambiado al transcurrir los años. La asociación comenzó como un grupo de iglesias aisladas buscando el compañerismo, la confraternidad y la comunión. Poco después de haberse asociado, las iglesias comenzaron a formar confesiones o artículos de fe. Estos artículos de fe fueron confeccionados para enfrentar a otros grupos religiosos y para prevenir o combatir los problemas doctrinales dentro de las iglesias. Poco más tarde, las asociaciones se dieron cuenta de que juntos podrían realizar muchas cosas, a las cuales no podrían llegar actuando aisladamente, y surgió la idea de la colaboración dentro del ámbito asociacional. Después de algunos años, durante el avivamiento espiritual, se añadió la idea de evangelismo y misiones. Las iglesias se dieron cuenta que si querían ganar su área tenían que trabajar la una con la otra porque una iglesia sola nunca lo lograría. Por fin llegó la época en que se usó a la asociación como un promotor convencional. Durante este período se comenzó a enfatizar algo que había surgido aisladamente en años anteriores: La idea de que la asociación es el lugar ideal para la educación y el entrenamiento de los miembros y líderes.

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Hoy en día, entonces, la asociación tiene cinco propósitos: comunión, temas doctrinales, colaboración, misiones y educación. Cada uno de estos propósitos tiene varias ramificaciones, las cuales estaremos analizando en este capítulo. Algunas de estas ramificaciones han transformado el propósito original. Cada asociación enfatiza, uno más que el otro, y eso le da una identidad diferente. La transformación de los propósitos y el énfasis propio de la asociación es legítimo y da una identidad única y particular. COMUNIÓN Al describir este propósito se usa varias palabras como: comunión, confraternidad, compañerismo, etc. Las asociaciones mayormente han comenzado porque han sentido la necesidad de relacionarse con otros hermanos. Los bautistas han sido históricamente una minoría dentro de la comunidad. Esto les ha dado la necesidad de reunirse con otros. A veces esta relación se hizo necesaria por los conflictos que han tenido con los grupos mayoritarios. Siendo una minoría, han tenido que defender su fe y su práctica contra otros grupos religiosos. El proverbio “la unión hace la fuerza” ha sido una necesidad al enfrentar estos problemas. Pero las dificultades con otros grupos religiosos no fueron el único motivo para esta necesidad de compañerismo. Muchas iglesias bautistas están aisladas de otras de su mismo parecer. Al estar aisladas tienen la sensación que están solas. Al unirse con otras iglesias, aunque sea sólo una o dos, les da la sensación de ser parte de algo mucho más grande de lo que ellos pueden percibir. Estar juntas les reanima a trabajar y hacer la voluntad de Dios en su área de influencia. Les da nueva vida y gozo dentro su vida espiritual.

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Como el cristiano no puede aislarse y continuar creciendo y desarrollándose en su vida cristiana, la iglesia tampoco lo puede hacer. La iglesia necesita compartir con otros para poder desarrollarse en la forma que debe. El espíritu renovado y reavivado es uno de los resultados de esta comunión con otras iglesias. TEMAS DOCTRINALES Al enfrentar los ataques de grupos de otras religiones, las iglesias formulaban artículos de fe. Estos artículos tenían cierto aspecto evangelístico. Estas confesiones eran repartidas con el propósito de defenderse, pero al mismo tiempo con el propósito de hacer que otras personas se adhieran con real convicción. Este era el trabajo de la asociación. Las iglesias reconocían que necesitaban del apoyo y la sabiduría de muchos consejeros. La reunión de líderes de las distintas iglesias formando un forum doctrinal era una de las maneras más saludables para confeccionar y compilar las doctrinas bautistas. Las iglesias mandaban sus mejores representantes con el propósito de hacer el mejor trabajo. Resultados de estos esfuerzos son las grandes confesiones de fe que tenemos hoy en día. No sería malo integrar esto en cada asociación y sus reuniones. Las iglesias originalmente utilizaban la sesión anual y especialmente el sermón anual y especialmente el sermón anual como una oportunidad para compartir con los hermanos algunas verdades doctrinales. Hemos perdido mucho esto y hay una escasez doctrinal en muchas de nuestras iglesias y en muchos de nuestros miembros. La asociación muchas veces puede prevenir problemas doctrinales. Utilizando mensajes y discursos doctrinales son dos maneras de prevenir

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problemas en este capo. La iglesia puede pedir a la asociación la realización de entrevistas con los candidatos para la ordenación como diáconos o pastores. Esto no significa que la iglesias cede su autoridad de nombrar a sus propios líderes y ordenarlos. La iglesia retiene la responsabilidad de la ordenación pero a veces es necesario recurrir a personas más versadas en doctrinas para tener un buen entendimiento de la base doctrinal del candidato. Este servicio puede hacer la asociación con la cooperación de los miembros de la iglesia. De vez en cuando surgen problemas doctrinales y hay necesidad de disciplinar a una iglesia. Se tiene que reconocer que lo que hace una iglesia afecta a las otras. Nos se vive en un vacío. Si una iglesia está teniendo problemas doctrinales, sea con los dones u otro aspecto de la vida cristiana es recomendable que la asociación trate de ayudar a resolver este problema. Un diálogo franco con el pastor y los líderes es el primer paso y muchas veces es todo lo que se necesita. Tal vez la iglesia no se está dando cuenta de su error y simplemente necesita ser informada. Cuando parece que no hay solución, entonces a veces es necesaria la disciplina. Hay dos formas de disciplina. Una es rehusar la membresía a una iglesia que está fuera de la norma bautista. La otra es censurar y borrar de la membresía hasta que arregle sus asuntos. Normalmente la asociación disciplina a una iglesia cuando las doctrinas practicadas por esa congregación difieren de la norma bautista. Usualmente se practica esta disciplina después de varios años de procurar hacerle volver a la iglesia. También, generalmente, se disciplina cuando las prácticas de la iglesia comienzan a quebrantar o destruir la comunión y el testimonio bautista. Como la asociación es autónoma, la disciplina practicada por ella no es normativa para la convención. De la misma manera, si la convención disciplina a una iglesia, la asociación puede o no hacer lo mismo.

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COLABORACIÓN Hay muchas formas de colaboración que una asociación puede practicar. Una de las colaboraciones más lindas es la de una iglesia grande y fuerte apoyando a una iglesia pequeña y débil. La asociación da el ambiente en el cual las iglesias se pueden conocer y encontrar las fuerzas y las debilidades. Las fuerzas de una iglesias se usan para cubrir las debilidades de otras. Ya se han mencionado varias formas por medio de las cuales las iglesias pueden colaborar, pero no sería malo volver a examinar algunas de ellas. Hay muchas iglesias que no pueden tener una sociedad de jóvenes, simplemente porque hay pocos jóvenes. Esto no significa que la iglesia debe olvidarse de ellos. Ni tampoco que ellos deben ir a otra iglesia donde hay más jóvenes. Hay una tercera alternativa. La iglesia puede participar en programas asociacionales en los cuales los jóvenes de varias iglesias se unen para compartir y conocerse. Esta unión también se encuentra en el campo deportivo. Son muy pocas las iglesias que pueden armar varios equipos deportivos y jugar entre sí. Más posibilidad habría en tener equipos representando a las iglesias participando en un torneo o una olimpiada. También existe la posibilidad de que dos o tres iglesias pequeñas se unan para enfrentar a las iglesias más grandes. La asociación provee el forum en el cual este tipo de encuentro zonal se puede llevar a cabo. La música es otra área por medio de la cual se puede cooperar y la educación es otra. Se puede armar un coro asociacional. Se puede armar un equipo musical que vaya a las iglesias enseñando varios aspectos de la música. Otro equipo asociacional puede ser reunido para ayudar a que los maestros de la escuela dominical tengan la mejor preparación posible. Un último ejemplo es lo referente al púlpito. Hay iglesias que por “a” o “b” motivo

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no tienen pastores. Puede ser que el pastor esté enfermo o que escaseen los pastores o no se cuente con suficientes recursos financieros. También es posible que no haya en la iglesia alguna persona que pueda predicar. Las otras iglesias a través de la asociación pueden prestar laicos para ayudar a la iglesia necesitada. Tal vez se turnen o puede ser que uno vaya todo el tiempo hasta que la iglesia tenga un pastor. Estos han sido sólo algunos ejemplos de las que Jesucristo ha hecho por ellos. La asociación, por medio de la iglesia, pone a su disposición los recursos necesarios para que ellos puedan hacer este trabajo. EDUCACIÓN Dentro de este propósito se incluye todo lo que sea necesario para que la iglesia pueda efectuar su programa educacional. Esto significa no solamente el área de la escuela dominical sino todas las partes educacionales de la iglesia, sean misioneras, evangelísticas o doctrinales. La asociación, uniendo los recursos de las iglesias, puede tener los medios necesarios para una mejor programación. Se puede tener una biblioteca audio – visual. Esta biblioteca incluiría libros, los cuales se podrían prestar. También se incluirían proyectores, películas, casetes, etc. Estos recursos estarían a disposición de las iglesias para educar a los miembros de la misma. También estarían accesibles para programas especiales. La educación va mucho más allá que los recursos físicos como son los libros y la maquinaria. También incluye los recursos humanos. La convención nacional o estatal puede proveer clases para preparar maestros. La Junta de Educación y la Sociedad Femenina de la convención tienen como uno de sus propósitos el entrenar a líderes de las iglesias. La asociación puede facilitar

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este trabajo nombrando a representantes asociacionales quienes pueden ir a estos estudios. Al volver pueden compartir con los maestros locales lo que hayan aprendido. La educación es una parte muy importante del programa de la iglesia. Es uno de los propósitos claves de la obra de una iglesia y debe ser una parte de suma importancia de una asociación. Al entrenar a los líderes de las iglesias para que ellos entrenen a otros se ha avanzado mucho más allá de lo que se podría hacer tratando de ir iglesia por iglesia. Para que esto se desarrolle en forma efectiva la asociación tienen que buscar los mejores elementos para ser entrenados. La asociación también tienen que demandar que las iglesias presenten sus mejores miembros como alumnos de las clases de entrenamientos para que a su vez sean los mejores maestros. Otra área de promoción educacional de la asociación es la extensión teológica. Muchos de los pastores desean continuar sus estudios y necesitan refrescar sus mentes y rellenar sus copias. La asociación podría ofrecer un programa de extensión para pastores y líderes de obras. Esto proveerá grandes beneficios a las iglesias y ayudará a la asociación a alcanzar su propósito en la educación.

Cada asociación tiene que decidir su propósito por sí misma. Algunos pondrán énfasis en uno u otro, pero todos deben decidir lo que es más importante para ellos. Cada asociación es diferente y mostrará esa diferencia en su programación, la cual reflejará sus propósitos. La unión hace la fuerza. La asociación es una unión de iglesias bautistas haciendo la Obra del Señor en su localidad.

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CAPÍTULO VII, LA ASOCIACIÓN Y SU ESTRUCTURA

Para que una organización funcione eficientemente necesita tener una estructura, que se pueda dar forma para poder trabajar y hacer lo que propone. La asociación no es diferente. Ella también necesita una estructura. La estructura de una asociación no difiere mucho de la de una iglesia local. Eso se debe a que una agrupación de iglesias. Normalmente la asociación tienen una constitución y reglamentos internos. Esto da forma a su organización. Dentro de esa organización generalmente hay un cuerpo directivo que funciona representando a la asociación entre las sesiones anuales o asambleas. La asociación se reúne una vez al año, a no ser que haya una emergencia, y en estas sesiones anuales se vota el plan de trabajo de la asociación dentro del cual se encuentran los objetivos, las metas y los planes de acción. También la asociación formula un calendario de actividades el cual, tratando de tomar en cuenta las actividades especiales de las iglesias y de la convención, marcan las actividades de la asociación. Algunas asociaciones además preparan artículos de fe. También se estudiará las finanzas de las asociaciones. Miremos con más detalles estos aspectos de la estructura. LA CONSTITUCIÓN La constitución es el documento base de una organización. Sin contar la Biblia, es el documento más importante para una asociación. La constitución debe ser un documento simple y fácil de entender, también relativamente corto y de una naturaleza semi-permanente. Normalmente es de una sola hoja de papel y no se cambia muy a menudo.

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La constitución debe marcar las pautas de la organización pero no se debe involucrar en los detalles que se presentan en el reglamento interno o en las acciones del cuerpo directivo o de la asamblea. La constitución, generalmente, debe indicar lo que la asociación espera hacer y los reglamentos tratan cómo se hará. Uno de los problemas normales es tratar de ponerlo todo en la constitución. La constitución no está para eso, se la tiene que mantener simple para no tener que alterarla cada vez que surja un problema menor. La constitución se puede cambiar y se debe revisar cada cinco años para ver si todavía contempla lo que sienten las iglesias de la asociación. Si surge un cambio radical en el propósito, entonces, la constitución debe reflejar ese cambio. Las cosas diarias no deben incluirse en la constitución para no tener que hacer cambios en ella muy a menudo. LOS REGLAMENTOS INTERNOS Los reglamentos internos son las bases para las prácticas diarias o comunes de una organización. Dentro de este documento se encuentran los detalles de cómo anda el organismo que llamamos asociación. No es un documento permanente y se debe revisar por lo menos una vez al año para comprobar que refleja las actividades de la asociación. El reglamento de una asociación sería útil como modelo para otro, pero no sería suficiente copiarlo porque no tendría los mismos fundamentos. Cada asociación tienen que decidir por sí misma lo que es importante y definirlo dentro del reglamento interno. MANUAL DE ACCIONES

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Cada organización toma decisiones que afectan el futuro funcionamiento de la entidad. A veces estas decisiones son pequeñas y parecen no tener un significado a largo alcance. Al ser pequeñas las decisiones, no quiere decir que no tengan importancia. Seguramente este mismo asunto surgirá en otra oportunidad en la que se tendrá que tomar una resolución. Si las acciones de la asociación se han compilado en un manual de acciones por temas, será muy fácil encontrar lo que había decidido en otras oportunidades en cuanto al asunto. Esto facilita el trabajo de la asociación y su cuerpo directivo. Además de servir como una guía de lo que se ha hecho en el pasado también servirá como un control para la asociación y el coordinador. CUERPO DIRECTIVO Este es el grupo que, junto con el coordinador o presidente de la asociación, dirige la obra asociacional. Se le da una variedad de nombres y cada asociación tendrá que elegir el título que desea. Los títulos más comunes son: Comité Ejecutivo, Consejo Asociacional, Consejo Ejecutivo o Comisión Directiva. La función de este cuerpo directivo es tomar decisiones en nombre de la asociación en el intervalo entre las sesiones anuales. Como este grupo toma decisiones de mucha importancia, es bueno que reglamentariamente el grupo esté formado por representantes de todas las iglesias. Cada iglesia debe estar representada por su pastor y otro miembro. Esto ayuda a prevenir los conflictos que a veces ocurren cuando una de ellas no está de acuerdo con alguna acción de la asociación. Si tiene representación en el cuerpo directivo entonces disminuyen las posibilidades de conflicto. Estos representantes pueden compartir las responsabilidades de la asociación y sus diferentes áreas de trabajo. Normalmente hay un Presidente, un Cronista o secretario y un Tesorero. Además de estos oficiales están los

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programas de trabajo en los cuales está involucrada la asociación. Un miembro del cuerpo directivo debe presidir o por lo menos representar a cada uno de estos programas para mejor entendimiento de lo que está sucediendo en la asociación. Hay otra forma de organizar el cuerpo directivo. Se puede elegir los oficiales y los que presiden los diferentes programas de la asociación. Los oficiales más los directores de los programas formarán el cuerpo directivo. Esto asegura que cada programa esté representado en el cuerpo directivo. También asegura que cada programa tenga una oportunidad para presentar sus necesidades y hacer que la asociación esté al tanto de lo que se está haciendo dentro de este programa. El único problema es que puede haber una o más iglesias que no estén representadas en el cuerpo directivo. La tercera forma de estructurar el cuerpo directivo es un compromiso entre las dos primeras formas. Se nombran a los oficiales y dirigentes de programas en la misma forma que se mencionó en el segundo ejemplo. Si surge la situación en que una iglesia no está representada, entonces ellos tienen el privilegio de nombrar a una persona de su iglesia para estar en el cuerpo directivo. Este sistema trata de hacerlo todo. El único problema que pudiera surgir es que el cuerpo directivo sea demasiado grande. Los programas que normalmente se encuentran funcionando en una asociación son los siguientes: ministerio pastoral, educación cristiana, jóvenes, música, hombres, señoras, evangelismo, mayordomía y misiones. Estos son los programas básicos dentro de los cuales la asociación desarrolla la mayoría de sus actividades. Cada asociación es diferente, con necesidades particulares. La estructura y los programas de la asociación se tendrán que determinar una vez elaborado el propósito. Normalmente se comienza con los programas más básicos, creciendo y añadiendo programas a medida que haya

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necesidades y personas para encargarse de los mismos. El propósito determina los programas pero el número de iglesias y personas capacitadas para trabajar determina el número de programas y su envergadura. No se debe comenzar con más de lo que puede apoyar la asociación. Es mejor comenzar con una estructura pequeña y añadir, que tener que dejar de hacer algún programa por falta de personas capacitadas. En cada uno de estos programas se debe tener gente que ayude al director. Estas personas estarán encargadas de cierta parte del programa y pueden ayudar a la persona correspondiente dentro de la organización de la iglesia. Si la asociación es pequeña puede que sea necesario que el director se encargue de todas las áreas de trabajo. Esto a veces es necesario pero no recomendable porque una persona no puede estar al tanto de todas las necesidades de los diferentes oficiales dentro de la organización de un programa de la iglesia. Un ejemplo de esto sería el programa de las señoras. Además de la directora o presidente de este programa tendría que haber una persona que se encargaría de los diferentes aspectos del programa, como ser las señoritas, las auxiliares, los rayitos, etc. Sería muy difícil para una persona saberlo todo. Adicionalmente hay otras áreas de interés a nivel local. Cada asociación debe estudiar su propia zona para determinar los programas que necesitan desempeñar para satisfacer mejor las necesidades de las iglesias y de la comunidad en la cual se encuentra. Algunos ejemplos de otros programas son: obra social, trabajo con personas de otros idiomas, capellanía, indígenas, recreación, extensión teológica, obra estudiantes, audio-visuales. Seguramente el cuerpo directivo también querrá nombrar algunas comisiones para llevar adelante la obra de la asociación. Normalmente estas comisiones son de una naturaleza temporaria o para un propósito limitado.

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Algunas de las comisiones que a veces tienen las asociaciones son: comisión administrativa o ejecutiva, comisión de programa de la sesión anual, comisión de comunicación, comisión de credenciales, comisión de relaciones externas, comisión de finanzas, comisión de personal, comisión de propiedades, comisión de resoluciones, comisión de estrategia, comisión de asuntos legales. SESIÓN ANUAL La sesión o asamblea anual es la asociación en su reunión administrativa. Este es el momento en el cual la asociación se reúne para tomar sus decisiones y para tener unos momentos de confraternidad. También se usan estos días para realizar programas evangelísticos y/o de naturaleza doctrinal. Las iglesias nombran sus mensajeros a la sesión anual. Al nombrar sus mensajeros deben tener en cuenta ciertas cosas. Es bueno elegirlos cuando se seleccionan a los otros oficiales y que sean electos por un período de un año. Esto les dará tiempo para entender mejor su rol como mensajeros. También ayudará si surge la necesidad de tener una sesión extraordinaria. La iglesia debe elegir sus mejores miembros para representar a los distintos grupos dentro de la iglesia. Se debe escoger a todos los mensajeros que les corresponda a la iglesia. Generalmente es el pastor más un representante por cada diez miembros de la iglesia. Al ser electos, los mensajeros deben saber su responsabilidad y si no lo conocen es el momento de enseñarles lo que significa ser un representante de su iglesia. La iglesia también debe reconocer a quienes irán como representantes. Este reconocimiento se puede hacer en forma de un culto especial de dedicación y enviando una carta al representante verificando su elección. Cuando se haya terminado la sesión anual es importante que los mensajeros den un informe de lo que pasó en la reunión. Si es posible debe ser un laico que dé el informe

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para demostrar la importancia de la participación de toda la iglesia en el trabajo asociacional.

La sesión anual debe ser planeada con anticipación, buscando el lugar apropiado para la reunión. Uno o dos años de anticipación no es mucho para poder tomar en cuenta las peculiaridades del lugar dentro de la programación. Se debe tener la sesión tan pronto como sea posible después del término del año eclesiástico como sea factible. Si es posible debe ocurrir antes de la convención estatal o nacional. La fecha debe ser una en la cual puedan asistir los laicos para una mayor participación de los miembros de las iglesias.

La programación debe ser variada, para interés de los que vienen a

participar. En el programa se debe otorgar tiempo a las iglesias para dar un informe breve de lo que está pasando en su congregación. Las iglesias quieren compartir y lo que uno está haciendo puede serle útil a otro. La máxima cantidad de personas del mayor número de iglesias es muy importante. De este modo las personas y las iglesias se dan cuenta que la asociación es de ellos. El presupuesto de la asociación debe incluir un rubro para la sesión anual y no depender de la bondad de la iglesia hospedadora. Muchas veces la asistencia en la sesión anual es escasa por falta de comunicación. Se debe promocionar la asistencia de un gran número de personas de las iglesias. Por fin, se debe agradecer a todas las personas que ayudaron a hacer realidad la sesión anual. De este modo ellos querrán ayudar en otra oportunidad. PLAN DE TRABAJO Para la buena marcha de cualquier emprendimiento es esencial tener objetivos, metas y planes de acción. Esto se llama planificación. Dios tuvo y sigue teniendo un plan. El espera que nosotros también tengamos una idea de dónde queremos ir y porqué existe la organización. El propósito señala el

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blanco hacia el cual iremos. Los objetivos y las metas marcan el camino que nos llevará a ese destino. Una vez elaborado el propósito de la organización se puede comenzar pensando en lo referente a los objetivos y metas que ayudarán a llegar a ese propósito. El primer paso entonces es determinar el propósito de la asociación. En el capítulo anterior se mencionó cinco áreas dentro de las cuales la asociación normalmente explica su propósito. Cada asociación, siendo diferente, necesita formular su particular propósito poniéndole el énfasis que corresponde a esa asociación. Una vez formulado el propósito es hora de elaborar los objetivos. Objetivos son declaraciones de lo que quiere ser la asociación idealmente. Son sueños y visiones de las posibilidades de la asociación. Vienen a ser el destino hacia el cual se está moviendo la asociación. La primera pregunta sería, “¿Qué quiere decir el ser fiel a la voluntad de Dios en este emprendimiento?”. Las metas difieren de los objetivos en que son específicos y se pueden medir. Son señales de haber progresado hacia el objetivo. Las metas establecen resultados que son alcanzables dentro de un período de tiempo determinado. Las metas tienen que tener una fecha tope. Los planes de acción son los medio por los cuales la asociación trabaja para alcanzar sus metas. Los planes de acción comprenden:

1. Lo que se tendrá que hacer. 2. Quién lo hará. 3. Cuándo se hará. 4. Cuánto será el costo.

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5. Qué otros recursos se necesitarán y los pasos necesario para obtener estos recursos.

El último paso al hacer planes es la evaluación. Aunque se lo señala

como el último peldaño, en realidad es un proceso que continúa e incluso se efectúa mientras se realizan los otros emprendimientos. En cada parte de la planificación se encuentra nuevas informaciones que requieren cambios y ajustes en el plan. La evaluación involucra el establecimiento de prioridades y la coordinación para obtener el balance necesario para el plan global. DESCRIPCIÓN DE TRABAJO Descripciones de trabajo deben hacerse para cada posición dentro de la asociación. Esto es un requisito para los empleados de la asociación y es recomendable para cada cargo dentro de la organización. La descripción de trabajo ayudará a la persona que asuma un cargo. Al entrar en un nuevo oficio siempre toma tiempo saber lo que uno debe hacer y lo que se espera de este cargo. El oficial, empleado o director tendrá a mano una lista de sus obligaciones, que le ayudará a comenzar mucho más eficazmente su función. También ayudará a las personas responsables para supervisar a los oficiales y el coordinador. Teniendo una descripción del trabajo, será más fácil la evaluación de lo que se está efectuando. Cuando no hay descripciones de trabajo es preciso que se elaboren lo antes posible. El primer paso es buscar en las actas y en otros documentos (la constitución, reglamentos o las actas de las comisiones) para encontrar lo que ya se habrá decidido referente a esta posición. Seguidamente se puede solicitar a las personas que desempeñan en esos cargos, una lista de sus responsabilidades y la relativa importancia de cada trabajo. También es oportuno preguntar a esos oficiales sus ideas en cuanto a lo que debe ser el

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trabajo de esta posición. El documento no tiene que ser muy detallado pero debe incluir por lo menos un bosquejo de todo lo esperado del oficial, sea rentado o voluntario. De vez en cuando se tendrá que reexaminar la descripción de trabajo para poder verificar la buena marcha del trabajo. Esta descripción de trabajo ayudará a prevenir desajustes que pueden surgir en el desempeño del trabajo. CALENDARIO DE ACTIVIDADES La asociación tiene que elaborar un calendario de actividades. Esto es imprescindible para el buen funcionamiento de la obra. Este calendario tiene que tomar en cuenta las actividades especiales de las iglesias que la componen. Los que la confeccionen también tienen que estar al tanto de las actividades convencionales. Un buen planeamiento del calendario ayudará a los miembros de iglesias para participar en la mayoría de las actividades. A veces es imposible que no haya conflictos entre dos actividades, pero éstos conflictos se deben mantener en lo mínimo posible. El calendario de actividades de la asociación incluye las reuniones normales de los diferentes programas de la asociación. También incluye las actividades especiales que estos programas auspician para los miembros de las iglesias. Además de estos se puede planear programas especiales para ciertos grupos dentro del ámbito asociacional. El día del pastor es una oportunidad para demostrar la importancia que tienen estas personas para la obra. Juegos, recreación, momentos de compañerismo entre las señoras, jóvenes, hombres, parejas o cualquier otro grupo de la asociación son oportunidades para celebrar el compañerismo que hay dentro de la asociación. Hay mucho más y nunca se acaba la lista de actividades que se podrían programar. Lo que aparezca en el calendario dependerá de cada asociación y su énfasis pero tener un calendario es importantísimo.

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ARTÍCULOS DE FE Cada asociación debe tener un artículo o confesión de fe. Este documento será una ayuda a las iglesias y a sus miembros. Hay muchos artículos de fe que se han publicado a través de los años. Dos de los cuales han tenido mucho éxito en el ámbito bautista. Uno de estos artículos se llama “Fe y Mensaje Bautistas”. Esta confesión de fe fue elaborado por H. H. Hobbs y aceptada por al Convención Bautista del Sur (USA) en 1963. Una copia de la misma fue publicada por la Casa Bautista de Publicaciones y podrá ser comprada en una librería bautista. Otra confesión se llama “La Declaración de Fe” de New Hampshire. Esta confesión se elaboró por los bautistas del estado de New Hampshire (USA) en 1830 y ha sido aceptada por muchos bautistas al transcurrir los años. Una traducción de la misma se encuentra en el libro “Los Bautistas: Su Estructura y Sus Relaciones”, escrito por Pablo Porter y publicado por la Casa Bautista de Publicaciones. Este libro también se puede obtener en una librería bautista. Algunas asociaciones desean escribir sus propios artículos de fe porque no encuentran en estos el énfasis que ellos desean. Al escribir un artículo fe se tendrá que estar seguro de que las iglesias lo aceptarán. La asociación es de las iglesias y de alguna forma se tendrá que tener el apoyo de todas las iglesias para este documento. FINANZAS Y PRESUPUESTOS

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La asociación existe porque las iglesias lo desean. Si las iglesias no quieren asociarse, entonces no hay asociación. De la misma manera si las iglesias no apoyan financieramente el trabajo de la asociación, no se podrá hacer lo que se ha programado. Es una calle de doble mano, porque si la asociación no interesa a la iglesia en su programa, entonces no va a querer participar de ella. Normalmente se pide a las iglesias que colaboren con el 4 al 5 por ciento de sus ingresos. Este dinero se utiliza para los programas elaborados por la asociación. La mayoría de estos programas están dirigidos hacia las iglesias y han sido concebidos con el propósito de ayudar a las iglesias. El presupuesto es una forma eficaz de reflejar lo que se espera hacer. El presupuesto debe salir de lo que se está haciendo en la asociación. Esto requiere una comisión de finanzas que estudiará el trabajo de cada programa y sus relativas necesidades. El trabajo de esta comisión puede ser hecho por el cuerpo directivo, pero sea quien fuere, se tendrá que tomar en cuenta el propósito total de la asociación y las metas que se ha propuesto. El punto de partida para confeccionar el presupuesto debe ser los planes de los distintos programas de trabajo de la asociación. Una vez confeccionado el presupuesto, se presenta un cuadro de lo que se planea hacer y se les provee un marco dentro del cual hacer sus planes y proyectos. La asociación tiene la responsabilidad de hacer participar al mayor número posible de personas de las iglesias porque donde ellas estén activas, estarán interesadas en invertir su dinero. La asociación también tiene que realizar programas que valgan la pena. Si el programa no tiene mérito, las iglesias no van a estar muy interesadas en ella. La promoción y el ponerse en contacto con las iglesias es otra parte muy importante. Si las iglesias y sus

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miembros no están al tanto de lo que se está programando, no tendrán mucho interés.

Las iglesias hacen su parte al dar su dinero y sus recursos humanos. La asociación tiene la responsabilidad de hacerles querer participar. Los dos tienen papeles que cumplir en el desarrollo de la obra asociacional.

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CAPÍTULO VII, LA ASOCIACIÓN Y SU ORGANIZACIÓN La asociación es una organización formada por iglesias con el propósito de confraternizar, colaborar, estudiar temas doctrinales, promover la obra misionera y la educación. Generalmente se piensa en un área geográfica y las iglesias bautistas que están en esa área. Estas iglesias ven las necesidades y están más próximas a los problemas y por ese motivo se encuentran en situaciones más favorables para resolverlos. Cuando las iglesias de un área geográfica sienten la necesidad de organizar una asociación, es hora de comenzar a estudiar las posibilidades. Puede ser que no exista una asociación en su zona. Ellos han recibido todo el apoyo de una convención nacional o de una asociación en otra área, pero ya se ha hecho de la convención una estructura tan grande que no puede alcanzar las necesidades locales. Tal vez se han reunido de vez en cuando con otras iglesias, sea la iglesias madre u otras iglesias de su mismo tamaño. Ahora, sin embargo sienten la necesidad de una estructura que organice estos encuentros y satisfaga su necesidad de compañerismo y ayuda. El primer paso en la organización de una asociación es reconocer la necesidad. Un pastor, líder o una iglesia reconoce que hay una forma diferente, que en alguna manera puede ser mejor, de hacer las cosas. El, entonces, comienza a hablar con los otros pastores y líderes para ver si ellos también sienten la necesidad de unir esfuerzos. Existirán algunos que estarán muy entusiasmados con la idea y ven todas las posibilidades. Otros van a decir que no vale la pena y es mucho trabajo. En algo tienen razón estos que hablan así. El comenzar una asociación cuesta y, a veces, mucho. No es algo que se puede hacer rápido ni con poco esfuerzo. Para hacerlo bien se tienen que trabajar. Pero, aún más fuerte,

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después de haberse fundado la asociación. La asociación da fuerza a los trabajos de las iglesias y una vez asociadas van a ver ese resultado. Una vez que los líderes del área han decidido tomar los pasos preliminares, entonces es hora de comenzar algunas reuniones. Estas tendrán como propósito:

1. Orar por el trabajo que se piensa hacer. 2. Evaluar la necesidad de tener una asociación. 3. Estudiar lo que es una asociación. 4. Definir lo que las iglesias quieren de su asociación. 5. Decidir los pasos que se tendrán que tomar para organizar la

asociación. 6. Normalmente se reúnen: el pastor o encargado más uno o dos

líderes de cada iglesia. La oración es esencial para cualquier desempeño espiritual. La asociación, además de ser una estructura humana, también es un trabajo espiritual y es imprescindible buscar la voluntad de Dios. Puede que sea voluntad de Dios que haya una asociación del tipo que se está pensando. Por eso es tan importante también la evaluación. La evaluación da un tiempo para reflexionar sobre el tema de la asociación y si en realidad es lo que se debe hacer. Puede ser que haya o no necesidad de unirse. La otra forma es que una asociación ya formada reconozca que no puede servir a todas las iglesias tan eficazmente, como se podría, y así se divide en dos la asociación. El período de evaluación da la oportunidad para decidir si se están tomando los pasos correctos y sino, se debe cambiar.

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Una vez que se haya evaluado la situación y están de acuerdo que hay una necesidad de una asociación, entonces es hora de estudiar lo que una asociación es y puede ser. Por esa razón se ha incluido en este libro los capítulos sobre las bases bíblicas e histórica. Al hacer este estudio, los líderes del área comenzarán a darse cuenta de lo que una asociación puede ser en su área. Este estudio les ayudará a definir lo que ellos quieren que sea su asociación. Cada asociación es diferente porque cada grupo de iglesias que la compone es diferente. Las iglesias tienen que definir lo que quieren para su asociación. Varias cosas se tendrán que determinar antes de comenzar el trabajo de formar la estructura. Se tendrá que decidir cuáles serán los límites geográficos de su asociación. Se tendrá que decidir lo que quieren que haga su asociación para las iglesias y lo que quieren que las iglesias hagan por la asociación. En fin, tienen que definir bien lo que van a hacer. Una vez definido lo que se quiere, entonces se deciden los pasos a tomar para organizarse en asociación. Normalmente estos pasos comienzan con el nombramiento de una Comisión de Organización. Esta comisión pueden o no integrar las mismas personas que se reunieron para comenzar el trabajo de formación de la asociación. Generalmente se le pide a cada iglesia que nombre a uno o dos representantes, más el pastor. Estas personas serán los mensajeros de la iglesia a este congreso constitucional. El trabajo de la Comisión de Organización abarca los siguientes puntos:

1. Definir el propósito de la asociación, tomando en cuenta el contexto local.

2. Elaborar una constitución y reglamentos internos para la asociación. 3. Definir los límites geográficos y las bases para la membresía.

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4. Determinar los candidatos a ser sugeridos a la asamblea. 5. Escribir o adoptar un artículo de fe. 6. Marcar una fecha para el Asamblea Constitucional. Esta fecha debe ser

lo suficientemente distante para darle oportunidad a las iglesias para estudiar el material presentado.

Al terminar este trabajo, que puede llevar varias semanas, se llevan los

documentos a las iglesias representadas. Estas iglesias serán las fundadoras de la asociación y tienen que estar de acuerdo con lo que se está proponiendo. Si hay algún problema, entonces se vuelve a argumentar el asunto hasta llegar a un acuerdo.

Una vez que las iglesias han tenido una oportunidad de estudiarlo todo y

han votado favorablemente para unirse a la asociación, es el momento para convocar a una Asamblea Constitucional. Se sugiere que la fecha decidida sea un feriado para que el mayor número de miembros de las iglesias puedan participar. Esta asamblea, en algunas literaturas se llama fiesta o celebración. Así es y se debe planear de ese modo. Invitaciones a los líderes de la convención se deben enviar con anticipación. También es interesante invitar a representantes de otras asociaciones y de otras iglesias bautistas que desean participar.

El programa generalmente incluye los siguientes puntos: 1. Nombramiento de un presidente y secretario temporario para

dirigir el programa. 2. Convocatoria de la asamblea. 3. Aceptación de la constitución y los reglamentos. 4. Aceptación de los artículos de fe. 5. Instalación de los oficiales y dirigentes de los programas.

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6. Generalmente se termina con un culto de adoración, aunque esto puede ir al principio.

7. Después de la asamblea normalmente se tiene un momento social para los asistentes.

La asociación se ha organizado y ahora se comienza a trabajar. Los

directores de los programas buscan personas que puedan ayudar a desarrollar su programa. El cuerpo directivo comienza su planificación dentro del cual desarrolla sus programas de trabajo. El coordinador de la asociación ayuda y orienta a cada grupo en el desempeño de su labor.

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CAPÍTULO VIII, LA ASOCIACIÓN Y SU ADMINISTRACIÓN La asociación necesita una oficina administrativa. Esta oficina ofrece varias ventajas para la asociación. La primera ventaja es que da a la asociación un lugar central para canalizar sus trabajos. Al decir central no significa que tiene que estar en el centro de la asociación geográficamente, sino que sicológicamente las personas van a pensar de ella como el centro de la asociación. Al referirnos a una oficina no se piensa necesariamente en un lugar rentado ni tampoco en empleados rentados. Puede ser que esto sea la meta de la asociación, pero probablemente no será posible al comenzar una asociación. Tal vez al principio la oficina estará en el hogar del coordinador o en una aula de una de las iglesias más céntricas de la asociación. Cada asociación tendrá que decidir por sí misma lo que mejor satisfaga sus necesidades. A medida que crece la asociación también crecen las necesidades y las posibilidades. Aunque la oficina puede centralizar y coordinar el trabajo de la asociación, no es la asociación. En algunos estudios de la asociación vemos dibujos en el cual las iglesias están alrededor de la oficina asociacional con flechas saliendo de las iglesias y terminando en la oficina. Este dibujo indica que la oficina es la asociación y todo gira en torno a esta oficina. Esto es un concepto equivocado de lo que es la asociación. Un mejor concepto sería dibujado con líneas yendo la iglesia a iglesia. El intercambio entre iglesias es la asociación. La asociación provee a las iglesias un ligar para hacer este intercambio y para canalizar las necesidades y los recursos de las iglesias. Además de esto,

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también provee un lugar para mantener las cosas que la asociación tiene para ofrecerle a las iglesias. Otra cosa que hace la oficina es dar un lugar a la asociación para recaudar datos y compartir los mismos. El personal de la asociación normalmente se compone del coordinador y su secretario. Algunas asociaciones son lo suficientemente grandes para necesitar otros empleados. Estos se deben añadir a medida que surjan las necesidades y hayan los recursos para solventar los gastos. Aunque se añadan otros empleados asociacionales, nunca se debe depender totalmente de un cuerpo administrativo pagado. Se debe utilizar a voluntarios lo máximo posible. La asociación es el lugar de entrenamiento denominacional de muchos de los miembros de las iglesias. Ofrece una oportunidad para ejercer sus talentos y dones, e ir mejorándolos. El presidente puede o no ser rentado. Las características de un presidente y su trabajo se explican en el siguiente capítulo. A medida que vayan creciendo los recursos de la asociación será necesario ir pensando en un presidente tiempo completo. Al principio puede ser un voluntario o uno que comparte su trabajo entre varias asociaciones cercanas. La secretaría de la asociación está al servicio de las iglesias integrantes. Al principio probablemente se tendrá que buscar una persona voluntaria para hacer el trabajo de la secretaría. Este trabajo incluye el pasar a máquina las cartas y las actas de la asociación. También incluye el estar al tanto de dónde están los recursos físicos (materiales didácticos, películas, proyectores, etc.) de la asociación para poder prestar a las iglesias que los necesitan. La secretaría estará encargada de la publicidad de un boletín informativo. También será accesible a los directores de los programas para sus necesidades.

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Como en el caso del presidente, a medida que se vayan incrementando los recursos asociacionales y el trabajo de la secretaría, se tendrá que presupuestar un secretario tiempo completo. La lista de los deberes de la secretaría tendrá que ser confeccionada por la asociación a medida que surjan las necesidades.

La oficina administrativa de la asociación puede ser uno de los elementos más beneficiosos de la asociación. Se tendrá que planear su uso para que esté al alcance de todos y sea verdaderamente útil.

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CAPÍTULO IX, LA ASOCIACIÓN Y SU PRESIDENTE El presidente es la persona clave de la asociación. Es el individuo que da la imagen de la asociación. La asociación no es el presidente pero él la representa y coordina el trabajo que hacen las iglesias. Hay una lista de más de treinta aspectos de su trabajo en los cuales se pueden ver como: Administrador, Pastor de los Pastores, Misionero, Animador, Consejero, Promotor del Programa Asociacional, Promotor del Programa Convencional, Predicador suplente, Líder denominacional, Estratega, Agente de Cambio, Comunicador, Líder en la comunidad, Representante Denominacional. Evangelista, Secretario Ejecutivo o Director, Planeador, Predicador, Innovador, Reconciliador, Ministro, Vocero Asociacional, Maestro, Pastor de las iglesias, etc. Todo esto y mucho más es el trabajo del presidente de la asociación. El presidente ayuda a la asociación a saber lo que pueden hacer. El ayuda a los líderes a saber poner el plan de trabajo en términos de objetivos, metas y planes de acción. Una vez que los directores de los programas y el cuerpo directivo han decidido el plan de trabajo, el presidente les ayuda a saber cómo implementar esos planes. Les orienta en cuanto a los recursos de que se dispone, y dónde encontrar otros que hacen falta. Cuando hay conflicto entre iglesias o programas de la asociación, el presidente estará disponible para resolver amablemente estos problemas. Guía a la asociación para que se cumplan no sólo las metas grupales sino también las de las iglesias y los planes de los pastores. Se podría continuar mencionando características de esta persona pero suficiente es decir que el presidente ejecuta y facilita lo que la asociación quiere, es decir, la expansión de las iglesias y su desarrollo.

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En vez de continuar mencionando las posibles áreas de trabajo sería importante profundizar un poco en algunas de ellas. El trabajo del presidente asociacional se puede describir enfocando seis aspectos de su función. Estas seis áreas son: planear, administrar, educar, aconsejar, predicar y ser amigo. Dependiendo del lugar y las necesidades dentro de las iglesias se enfatizará una u otra de estas funciones. Sin embargo, todas estarán presentes en el desarrollo de su trabajo. PLANEAR Primero veremos la función de planificar. El presidente no hará todos los planes, ni tampoco los pondrá a todos en funcionamiento, pero es una persona clave para que haya planes y que ellos se lleven a cabo. El tiene la responsabilidad de ayudar en el desarrollo de una comunión fuerte en y entre las iglesias. Él tendrá la responsabilidad de descubrir las necesidades de las iglesias y de la comunidad en la que está la asociación. En esta función guiará en el desarrollo de objetivos y metas que puedan ser alcanzados para satisfacer las necesidades que encuentre. Orientará en la selección y desarrollo de programas que ayuden a alcanzar las metas. Como hay tantas cosas en la cual se puede involucrar la asociación, se tendrán que establecer prioridades. El presidente ayudará en la planificación del calendario de actividades y los planes a largo alcance. Muchas veces hay recursos que se pueden utilizar para alcanzar las metas de la asociación pero las iglesias no las conocen o no saben dónde están. El presidente ayudará en los programas y a las iglesias a encontrar los recursos dentro de ellas y en la comunidad que les ayudará a alcanzar sus metas. Dentro de esta función también se encuentra el rol de ser enlace entre la asociación y la denominación o la convención. Ayudará a canalizar información a las iglesias y a su vez de las iglesias a la convención. Ayudará en la

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planificación y la implementación del programa de extensión para ayudar a los pastores a prepararse mejor en el campo teológico y pastoral. Además de su relación con la asociación y con la denominación en efectuar y elaborar planes, el presidente también tendrá oportunidades para ayudar a las iglesias individualmente en sus planes. Hay dos áreas dentro de esta parte de la planificación. Una es en cuanto a la iglesia y su crecimiento. El presidente ayudará a los líderes de las iglesias a saber cómo llegar a sus metas de expansión. Las iglesias también podrán depender del presidente para saber como fijar mejor sus objetivos y metas. Una vez que se han elaborado las metas, el presidente puede ayudar a la iglesia a evaluar su desarrollo. Otra de las áreas es la expansión de la obra, comenzando nuevos puntos de predicación y ayudando a desarrollarse en iglesias. El presidente hace este trabajo por medio de las iglesias. Su trabajo es el de asesorar las necesidades de la zona y orientar a las iglesias para que ellas vean las necesidades y sus posibilidades para llegar a cumplir con su mandato de crear nuevas obras. El presidente estudiará el área asociacional, encontrando los lugares en que no hay obra bautista. Ayudará a las iglesias a saber cómo iniciar y hacer crecer una obra nueva. Tratará de incentivar a las iglesias hacia la necesidad de este trabajo y en la necesidad de su participación. También promoverá el uso de técnicas evangelísticas que ayudarán al crecimiento de las nuevas obras y de las iglesias ya establecidas. El presidente puede crear, en una forma beneficiosa, un clima en el cual se pueden efectuar cambios. A veces hay necesidades de cambiar algunos aspectos de la obra o algunos ministerios o programas. El presidente puede asumir el liderazgo de esos cambios para que no sean drásticos. Al mismo tiempo de oficiar como es un agente de cambio, también puede ser un promotor de la estabilidad, especialmente en lo referente a las doctrinas bautistas. Hay muchos miembros de las iglesias bautistas con déficit de conocimientos

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doctrinales. La asociación puede ayudar a las iglesias a ofrecer este tipo de entrenamiento.

Dentro de esta área de la planificación, el presidente estará ayudando a que las iglesias y la comunidad tengan trascendencia y llegan a su realización. Su tarea es ayudar a que las iglesias hagan lo que saben que tienen que hacer y lo que desean hacer. El presidente es una persona que facilita las actividades dentro de los planes ya elaborados. ADMINISTRAR El presidente también tiene la función de administrar o conducir los programas de la asociación. En esta función ayudará a las iglesias a encontrar oportunidades de solucionar las necesidades e iniciar actividades para satisfacerlas. Se tendrá que conducir encuestas y recomendar acciones. Estas acciones tendrán que ser puestas en orden prioritario de acuerdo con los recursos de las iglesias. La asociación tiene recursos y el presidente es la persona que se encargará de esos materiales. Tal vez la asociación no tenga lugar para depositar todos los materiales que necesitan las iglesias. O tal vez la asociación no los puede comprar. El presidente debe saber lo que tiene la asociación y dónde encontrar los recursos que necesitan las iglesias. Él puede orientar a los líderes en cuanto a los recursos que se encuentran en la comunidad y que pueden ser utilizados para cumplir con las metas establecidas. La cooperación entre las iglesias es imprescindible y dependerá del presidente para ayudar a que las iglesias conozcan los calendarios de actividades y los planes a largo alcance y prevenir conflictos. En esto se tiene

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que reconocer los trabajos positivos de las iglesias para que ellas quieran continuar cooperando con la asociación. Las iglesias son la fuente de los líderes de la asociación. El presidente tiene que estar al tanto de las personas que demuestran potencialidad en el liderazgo y demuestran interés en uno u otro programa de la asociación. Una vez que los programas hayan establecido sus metas y objetivos el presidente les ayudará a mantener su dirección. Esto se hace solicitando informes regulares y participando cuando es posible en las reuniones de los programas de trabajo. Esto también ayudará al presidente en el área de la evaluación. Él tiene la responsabilidad de ayudar en la evaluación del desarrollo de los programas y lo que falta para llegar a sus metas. Esta evaluación se hará periódicamente para poder alterar los programas si fuere necesario. El fin de la evaluación será el mejorar la obra asociacional. El presidente será el encargado de la oficina de la asociación. En esta función dirigirá al personal de la oficina. Mantendrá las actas de la asociación y su correspondencia. También mantendrá estrecha comunicación con las iglesias y los líderes convencionales. Estas comunicaciones se harán en reuniones, por correspondencia y en forma personal. EDUCACIÓN El área de la educación es una de las más importantes en el trabajo del presidente. Las oportunidades de enseñar son los momentos mejores para ayudar al desarrollo de las iglesias. El ministerio de la educación se lleva a cabo dentro de las iglesia presentando programas especiales. También habrá oportunidades para enseñar a los líderes de las iglesias para que ellos vuelvan a su congregación y enseñen a otros. Los líderes son laicos sin los cuales no puede funcionar una iglesia y también incluye a los pastores o encargados de

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las iglesias. Este trabajo de enseñar a los pastores y encargado es muy importante porque por medio de él se desarrolla mejor la iglesia; crea un ambiente dentro del cual ella puede crecer, dando lugar, entonces, a su expansión, tanto en su local como en la apertura de nuevas iglesias. El presidente, más que nada es uno de los que enseñan a otros para que ellos a su vez puedan enseñar a los hermanos de las iglesias. CONSEJERO El presidente es un consejero. Este trabajo puede realizarse con una persona o con muchas. Es tan amplio como las necesidades de la asociación. El presidente puede ser un consejero del pastor y a veces oficiará de árbitro entre los diferentes grupos en una disputa dentro de la iglesia. Podrá también usar su talento para ayudar a una iglesia que esté sufriendo una crisis. Esta crisis puede ser de liderazgo o en otro campo. El presidente se reunirá con los líderes de la iglesia para encontrar las áreas en las cuales él o las otras iglesias pueden ayudar a la que está en crisis. Normalmente el rol de consejero incluye lo siguiente:

1. Aconsejar al pastor privadamente en cuanto al programa de su iglesia. 2. Aconsejar a un grupo pequeño, a una comisión o comité en cuanto a

un programa o reglamento. 3. Asesorar al comité de la iglesia cuando se busca un pastor. 4. Asesorar a la iglesia para evaluar sus programas y analizar sus

necesidades o desarrollar su trabajo.

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PREDICAR Cuando se le invite, el presidente irá a las iglesias y ayudará al pastor en este rol. A veces estos sermones servirán para dar explicación de su trabajo y la promoción del trabajo de la asociación. También habrán oportunidades cuando predicara sermones evangelísticos. La falta de pastores o la ausencia de uno, también provee oportunidades de predicar. Aunque el presidente puede tomar la posición de un pastor interino, no es lo recomendable. Esto se debe a la limitación de su tiempo y la probabilidad que este pastorado utilice el tiempo que normalmente tendría que dedicar al resto de su ministerio. AMIGO Si un pastor llega a pensar que su iglesia está en su contra, necesita un amigo una persona que no se encuentra dentro de la membresía de la iglesia. Si el presidente ha mostrado ser su amigo en otros momentos, el pastor vendrá a él. Este tipo de amistad no se puede programar. Tienen que nacer, ser nutrida y crecer. Esta amistad crece dentro del ámbito creado por el presidente cuando tiene la oportunidad de ministrar al pastor y su familia por ejemplo en momentos de enfermedad o muerte. También hay oportunidades para dar consejos en momentos de crisis o simplemente estar al lado del pastor cuando está sufriendo. Cultivando la amistad con el pastor, el presidente tendrá la oportunidad de ayudar cuando más se los necesite. Esto ha sido un resumen del trabajo del presidente. Cada asociación tendrá que determinar precisamente lo que desea que haga su presidente. Al principio este presidente probablemente será un voluntario o uno que comparte con otras asociaciones. Al pasar el tiempo y con el incremento de los recursos y el trabajo asociacional, se tendrá que pensar en un presidente rentado.

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El salario de un presidente debe ser adecuado para cumplir con las necesidades de él y su familia. Debe incluir también una casa o una suma que se puede usar para alquiler de una casa. También se deben presupuestar rubros para su viático y movilidad, sus gastos administrativos y otros que pueden surgir al dirigir la oficina asociacional. Estos montos no deben ser incluidos en su salario, lo cual es para él y su familia y no debe usarlo para la obra asociacional.

El presidente es una persona muy importante para la asociación. Debe ser una persona dedicada al Señor y la extensión de su reino. La asociación debe buscar con diligencia la persona que ejercerá el liderazgo con sus actividades. Siendo tan importante, debe ser un motivo de mucha oración. La asociación es importante y su líder debe ser la persona indicada para esa función.

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CAPÍTULO X, ARTÍCULOS DE FE DE LOS BAUTISTAS

1. LAS ESCRITURAS

Creemos que la Santa Biblia fue escrita por hombres divinamente inspirados, y que es tesoro perfecto de instrucción celestial; que tiene a Dios por autor, por objeto la salvación, y por contenido la verdad sin mezcla ninguna de error, que revela los principios según los cuales Dios juzgará; siendo por lo mismo, y habiendo de serlo hasta la consumación de los siglos, centro verdadero de la unión cristiana, y norma suprema a la cual se debe sujetar todo juicio que se forme de la conducta, las creencias y las opiniones humanas. (2 TIMOTEO 3:16-17). 2. EL DIOS VERDADERO

Creemos que las Escrituras enseñan que hay un Dios viviente y verdadero, y solamente éste; Espíritu infinito e inteligente, cuyo nombre es JEHOVÁ, Hacedor y Árbitro Supremo del cielo y de la tierra, indeciblemente glorioso en santidad, y merecedor de toda la honra, confianza y amor posibles; que en la unidad de la Divinidad existen tres personas que son: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo; iguales éstos en toda perfección divina, desempeñan oficios distinto, pero que armonizan, en la grande obra de redención. (JUAN 4:24). 3. LA CAÍDA DEL HOMBRE

Creemos que las Escrituras enseñan que el hombre fue creado en santidad, sujeto a la ley de su Hacedor; pero que por la transgresión voluntaria cayó de aquel estado santo y feliz; por cuya causa todo el género humano es ahora pecador, no por fuerza, sino por su voluntad; hallándose por naturaleza

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enteramente desprovisto de la santidad que requiere la ley de Dios, positivamente inclinado a lo malo, y por lo mismo bajo justa condenación, sin defensa ni culpa que le valga. (GÉNESIS 1:27). 4. EL CAMINO DE LA SALVACIÓN

Creemos que las Escrituras enseñan que la salvación de los pecadores es puramente gratuita, en virtud de la obra intercesora del Hijo de Dios; quien cumpliendo la voluntad del Padre, se hizo hombre, exento empero de pecado; honró la ley divina con su obediencia personal, y con su muerte dio plena satisfacción por nuestros pecados, resucitando después de entre los muertos, y desde entonces entronizose en los cielos; que reúne en su persona admirabilísima las simpatías más tiernas y las perfecciones divinas, teniendo así por todos estos motivos las cualidades que requiere un Salvador idóneo, compasivo y omnipotente. (EFESIOS 2:5). 5. LA JUSTIFICACIÓN

Creemos que las Escrituras enseñan que la justificación es el gran bien evangélico que asegura Cristo a los que en él tengan fe; que ésta justificación incluye el perdón del pecado, y el don de la vida eterna de acuerdo con los principios de la justifica; que da esta justificación exclusivamente mediante la fe en él, y no por consideración de ningunas obras de justicia que hagamos; imputándonos Dios gratuitamente mediante esta fe la justicia perfecta de Cristo; que nos introduce a un estado altamente bienaventurado de paz y favor con Dios, y ahora y para siempre hace nuestros todos los demás bienes que hubiéremos de necesitar. (JUAN 1:16).

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6. EL CARÁCTER GRATUITO DE LA SALVACIÓN

Creemos que las Escrituras enseñan que el evangelio a todos franquea los bienes de la salvación; que es deber de todos aceptarlos inmediatamente con fe cordial, arrepentimiento y obediencia, y que el único obstáculo para la salvación del peor pecador de la tierra es la perversidad de éste, y su repulsa voluntaria del evangelio, repulsa que le acarrea condenación agravada. (ISAÍAS 55:1). 7. LA REGENERACIÓN Creemos que las Escrituras enseñan que para ser salvo hay que ser regenerado o sea nacer de nuevo; que consiste la regeneración en comunicar al alma el carácter santo; que el poder del Santo Espíritu en unión de la verdad divina, efectúa la regeneración de una manera que no está al alcance de nuestra inteligencia, consiguiéndose así que voluntariamente obedezcamos al evangelio; y se ve evidenciada realmente en los santos frutos de arrepentimiento, fe y novedad de vida. (JUAN 3:3). 8. EL ARREPENTIMIENTO Y LA FE

Creemos que las Escrituras enseñan que son deberes sagrados el arrepentimiento y la fe, y asimismo que son gracias inseparables, labradas en el alma por el Espíritu Regenerador Divino: mediante las cuales, profundamente convencidos de nuestra culpa, de nuestro peligro y de nuestra impotencia, como también de lo referente al camino de salvación mediante Cristo, nos volvemos hacia Dios sinceramente contritos, confesándonos con él a impetrando su misericordia; cordialmente reconociendo, a la vez, al Señor Jesucristo como profeta, sacerdote y rey nuestro, en quien exclusivamente confiamos en calidad de Salvador único y omnipotente. (MARCOS 1:15).

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9. EL PROPÓSITO DE LA GRACIA DIVINA

Creemos que las Escrituras enseñan que la elección es aquel propósito eterno de Dios según el cual misericordiosamente regenera, santifica y salva a los pecadores; que por ser este propósito perfectamente consecuente con el albedrío humano, abarca todos los medios junto con el fin, que sirve de manifestación gloriosísima de la soberana bondad divina; que absolutamente excluye la jactancia, promoviendo la humildad; que estimula al uso de los medios; que puede conocerse viendo sus efectos en todos los que realmente reciben a Cristo; que es fundamento de la seguridad cristiana; y que cerciorarnos de esto, por lo que nos concierne personalmente, exige y merece suma diligencia de nuestra parte. (2 TIMOTEO 1:8-9). 10. LA SANTIFICACIÓN

Creemos que las Escrituras enseñan que la santificación es aquel procedimiento mediante el cual se nos hace partícipes de la santidad de Dios, según la voluntad de éste; que es obra progresiva; que principia con la regeneración; que la desarrolla en el corazón fiel la presencia y poder del Santo Espíritu, Sellador y Consolador, empleándose continuamente los medios señalados, sobre todo, la palabra de Dios, y también el examen propio, la abnegación, la vigilancia y la oración, practicando todo el ejercicio y cumpliendo todo deber piadoso. (1 TESALONISENSES 4:3). 11. LA PERSEVERANCIA DE LOS SANTOS

Creemos que las Escrituras enseñan que los verdaderos regenerados, los nacidos del Espíritu, no apostatarán para perecer irremediablemente, sino que permanecerán hasta el fin; que su adhesión perseverante a Cristo es la señal notable que los distingue de los que superficialmente hacen profesión;

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que por el bien de ellos ve la Providencia especial; y que son custodiados por el poder de Dios para la salvación mediante la fe. (JUAN 8:31). 12. LA LEY Y EL EVANGELIO

Creemos que las Escrituras enseñan que la ley de Dios es la norma eterna e invariable de su gobierno moral, que es santa, justa y buena; que la única causa de la incapacidad para cumplir los preceptos de ella, atribuida por las Escrituras al hombre caído, es la naturaleza pecaminosa de éste; libertarnos de la cual, y restituirnos mediante Intercesor a la obediencia de la santa ley, es uno de los principales objetos propuestos en el evangelio, y también de los medios de gracia relacionados con el establecimiento de la iglesia. (ROMANOS 3:31). 13. UNA IGLESIA EVANGÉLICA

Creemos que las Escrituras enseñan que una iglesia de Cristo es una agrupación de fieles bautizados, asociados mediante pacto en la fe y la comunión del evangelio; la cual practica las ordenanzas de Cristo; es gobernada por la leyes de éste; y ejerce los dones, derechos y privilegios que a ella otorga la palabra del mismo; y cuyos únicos oficiales bíblicos son el pastor u obispo, y los diáconos; estando definidos los requisitos, derechos y obligaciones de estos oficiales en las epístolas de Pablo a Timoteo y Tito. (HECHOS 2:41-42). 14. EL BAUTISMO CRISTIANO

Creemos que las Escrituras enseñan que el bautismo cristiano es la inmersión en agua del que tenga fe en Cristo, hecha en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo; a fin de proclamar, mediante bellos emblema solemne, esta fe en el Salvador crucificado, sepultado y resucitado, y también el

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efecto de la misma fe, a saber, la muerte al pecado y la resurrección a nueva vida del fiel, y que el bautismo es requisito previo para los privilegios de la relación eclesiástica: la cena del Señor. (HECHOS 8:36-39). 15. LA CENA DEL SEÑOR

Creemos que las Escrituras enseñan que la cena del Señor es cierta provisión de pan y vino, que representa el cuerpo y la sangre de Cristo, y que de ella participan los miembros de la iglesia reunidos para el efecto, conmemorando así la muerte de su Señor, proclamando la fe que le tienen, su participación en los merecimientos de su sacrifico, su necesidad de que les suministre vida y nutrimiento espirituales, y su esperanza de la vida eterna en virtud de la resurrección de Cristo de entre los muertos; y que debe preceder a su observancia el examen detenido de sí propio por cada participante. (LUCAS 22:19). 16. EL DÍA DEL SEÑOR

Creemos que las Escrituras enseñan que es Día del Señor el primero de la semana, y que se le ha de consagrar a los fines religiosos, absteniéndose el cristiano de todo trabajo secular que no sea obra de misericordia y necesidad; valiéndose con devoción de todos los medios de gracia, privados y públicos, y preparándose para el descanso que le queda al pueblo de Dios. (ÉXODO 20:7). 17. EL GOBIERNO CIVIL

Creemos que las Escrituras enseñan que existe el gobierno civil por disposición divina, para los intereses y el buen orden de la sociedad humana; y que por los magistrados debemos orar, honrándolos en conciencia, y obedeciéndoles, salvo en cosas que sean opuestas a la voluntad de nuestro

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Señor Jesucristo, único dueño de la conciencia, y príncipe de los reyes de la tierra. (ROMANOS 13:1-7). 18. LOS JUSTOS Y LOS IMPÍOS

Creemos que las Escrituras enseñan que hay diferencia radical y esencial entre los justos y los impíos, que en la estimación de Dios no hay otros justos verdaderos aparte de los regenerados; éstos han sido justificados mediante la fe en Jesucristo, y santificados por el Espíritu Divino; que, a los ojos de Dios, son impíos y malditos cuantos sigan impenitentes e incrédulos; y que es permanente esta diferencia entre unos y otros al morir y después de la muerte. (MALAQUÍAS 3:18). 19. EL MUNDO VENIDERO

Creemos que las Escrituras enseñan que se acerca el fin de este mundo; que en el día postrero Cristo descenderá del cielo, y levantará los muertos del sepulcro para que reciban su retribución final; que entonces se verificará una separación solemne; que los impíos serán sentenciados al castigo eterno, y los justos al gozo sin fin; y que este juicio determinará para siempre, sobre los principios de justicia, el estado final de los hombres, en el cielo o en el infierno. (1 PEDRO 4:7).

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CAPÍTULO XI, PRINCIPIOS DOCTRINALES DE LA IGLESIA BAUTISTA

INTRODUCCIÓN El presente escrito fue elaborado con el propósito de colocar principios en la vida de la iglesia bautista ecuatoriana. En especial de dotar de elementos doctrinales para que el cuerpo de pastores bautistas pueda tener un referente institucional. Por lo tanto, estos son los principios de la iglesia bautista ecuatoriana. 1. LA ABSOLUTA SOBERANÍA DE JESUCRISTO

Este es el principio supremo de toda la experiencia cristiana. Envuelve a los creyentes totalmente y tiene dominio sobre otro cualquier aspecto de la fe y de la práctica. Jesucristo es el único que ha recibido la autoridad de Dios Padre y ha sido investido de soberanía, tanto en los cielos como en la tierra. Por ello tiene la preeminencia absoluta sobre todo lo creado. No hay otro nombre dado a los hombres. Jesucristo es el Señor. 2. LA SANTA BIBLIA, ÚNICA REGLA DE FE Y PRÁCTICA

Admitiendo a Jesucristo como el Señor y Maestro, es necesario tener la mejor información en cuanto a Su voluntad expresiva para llegar a ser buenos súbditos de Su reino. Cada creyente crece en gracia a medida que crece en conocimiento de Jesucristo. En la Palabra de Dios encuentra la fuente inagotable de inspiración cristiana. Es con ella donde examina su conciencia y donde forja su carácter y su personalidad.

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3. EL ÉNFASIS DEL INDIVIDUO

La Palabra de Dios saca al individuo de toda conexión humana y lo pone en relación directa con Dios por Jesucristo, para luego volverlo a sus respectivo contactos sobre la tierra santo y útil. El Estado, iglesias, instituciones o personas, por respetables que sean deben ponerse a un lado para que el alma acuda directamente al llamado de Dios. El cristianismo, en su más prístina concepción, es la realización de la vida espiritual por un individuo por medio de la fe personal en Jesucristo, su único y suficiente Salvador. 4. EL DERECHO AL LIBRE EXAMEN

Este es el camino adecuado para que los creyentes crezcan y sean responsables. La Santa Biblia es para el pueblo y éste puede y debe entenderla. La promesa del Espíritu Santo que guía a toda verdad y recuerda los dichos de Jesucristo, está en pie, no para unos cuantos, no para una clase de gente, sino para todas las criaturas de la tierra. Dios no hace acepción de personas. 5. ADMINISTRACIÓN ECLESIÁS-TICA CONGREGACIONAL Desde el punto de vista espiritual, todo los miembros de una iglesia tienen iguales prerrogativas, derechos y obligaciones. El ejercicio del gobierno por la congregación exige, por su naturaleza, conocimiento y sabiduría. No es cristiano por la administración de una iglesia en la ignorancia sino en el saber. En la iglesia, los creyentes son los que gobiernan, por lo que es necesario que estos se instruyan y se ejerciten, poniendo sus dones a los pies de Jesucristo, único que puede ayudarles en las necesidades de gobierno y existencia.

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6. SEPARACIÓN DE IGLESIA Y ESTADO

La Iglesia de Jesucristo no necesita el sostenimiento del poder civil. Toda intervención en este sentido no es protección sino piedra de tropiezo para los fines cristianos. Tal cosa crea profesantes pero no creyentes. Solo las metas conseguidas por el evangelio y el amor de Jesucristo tienen la bendición de dios. La iglesia debe ser sostenida y proyectada por los hombres y mujeres que han entronizado a Jesucristo en sus vidas, sin ningún otro compromiso. 7. RESPETO A LA AUTORIDAD CIVIL

Los bautistas españoles son conscientes del respeto y obediencia debidos a las autoridades de la nación. Este acatamiento es compatible con la fe y principios proclamados. Entienden que deben dar a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César. 8. LIBERTAD RELIGIOSA

Deseamos y promovemos para todos los hombres la completa libertad religiosa. Estimamos que la tolerancia religiosa es mera concesión del gobernante, pero que la libertad religiosa es el don de Dios al hombre. Es su derecho más elevado y debe ser respetado. Nuestra actitud, en relación con la libertad religiosa, como ciudadanos cristianos, es una actitud consecuente, edificante y digna. 9. MAYORDOMÍA CRISTIANA

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Las iglesias deben ser sostenidas por sus propios miembros. La entrega generosa y gozosa de los diezmos y ofrendas como parte del culto a Dios es reconocer la soberanía del Creador sobre sus vidas. “De Dios es la tierra y su plenitud, el mundo y los que en él habitan”; por tanto, cada creyente debe ser un inteligente mayordomo de cuanto es y tiene. Los cristianos están llamados a rendir cuenta de su mayordomía a Dios, quien es dueño absoluto de todo. 10. EVANGELIZACIÓN DEL MUNDO

Cada creyente y cada iglesia debe tomar la responsabilidad de proclamar la salvación por Jesucristo en el mundo como si fuera único creyente o la única iglesia para hacerlo. Reprobamos el proselitismo, esto es, el conseguir adeptos por coacción de conciencias. Nos sentimos deudores de evangelizar, esto es, llevar el conocimiento de Jesucristo a toda criatura. Esto lo realizamos siempre, en todo tiempo y en todo lugar por la palabra y por la conducta de la vida cristiana. Comenzando en la familia, siguiendo en la vecindad, en la ciudad, en la patria y hasta el resto del mundo.

11. AUTONOMÍA E INTERDEPENDENCIA DE LAS IGLESIAS

Las iglesias bautistas son locales y autónomas, sosteniéndose de sí mismas y expresándose de sí mismas. Ninguna está por encima ni por debajo de otra. Sin embargo, para conseguir las metas institucionales y promover la obra misionera, desarrollamos la interdependencia de las iglesias. Unidos fraternalmente y ofreciendo cada iglesia su cooperación voluntaria, se logran los fines propuestos a través de los organismos creados por la asociación de las iglesias en los planos regionales, nacionales y mundiales.

12. UN CULTO ESPIRITUAL Y SENCILLO

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Celebramos el culto a Dios en armonía con la sencillez que se desprende del Nuevo Testamento procurando, dentro de tal sencillez, conseguir vitalidad, reverencia, dignidad y unidad en pro del máximo aprovechamiento espiritual y de una experiencia real en el culto cristiano. 13. COMUNICACIÓN CRISTIANA

Nos sentimos felices en vivir en buena vecindad con los hermanos de otras confesiones cristianas. Procuramos cultivar con ellos un glorioso y cristiano compañerismo. La unión espiritual y comunicación fraternal de todos los verdaderos creyentes en Cristo es ya una bendita realidad. Tal unión y tal comunicación es más íntima y persistente que la que resulta de todas las fórmulas y combinaciones eclesiásticas. Nos sentimos hermanos de todo aquel que acepta en su vida a Jesucristo como Señor y Salvador.

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CONCLUSIÓN El permitirnos conocer que es una Asociación y en lo que creemos como bautistas, debe llamarnos a una reflexión de lo que hemos estado haciendo y hacia dónde queremos ir. Si hemos de buscar día a día nuestra identidad ajustándonos a nuestras normas o hemos de navegar como náufragos sin timón ni capitán que nos conduzca a puerto seguro. Debemos recordar que a nosotros nos toca hacer el camino y no esperar que otros vengan y hagan las cosas a su manera, alejándonos de lo que somos; recuperemos juntos el espacio perdido. Hombres y mujeres bautistas debemos tomarnos de la mano ahora y hacer la historia para dejar un legado seguro y firme a nuestros hijos.

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BIBLIOGRAFÍA SELECCIONADA

Law F., Tomás, LA ASOCIACIÓN BAUTISTA, Asunción, Paraguay, 1987.

Baker, Roberto A., LOS BAUTISTAS EN LA HISTORIA, El Paso, Texas, EE.UU., 1986.

Carcelén, Jorge, ESTE ES EL CAMINO, Quito, Ecuador, 1980.

Parra, César, PLAN ESTRATÉGICO C.B.E., Inédito, 2002.