25 domingo ordinario - b
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Quien quiera ser el primero…
25º domingo ordinario - B
Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos.El que acoge a un niño como este, me acoge a mí, y el que me acoge a mí, acoge al que me ha enviado.Marcos 9, 29-36
Jesús continúa instruyendo a sus discípulos. Les advierte que tendrá que beber un sorbo terrible y amargo, pasando
por la cruz, antes de iniciar una vida renovada por el Espíritu. Su misión tiene un precio muy elevado.
Pero ellos todavía no entienden el sacrificio que comporta la misión de su maestro. Se inquietan, no se atreven a
preguntar… En cambio, de regreso a Cafarnaún, se ponen a discutir: ¿quién es el más importante entre ellos?
Jesús los interroga. ¿De qué discutís? Ellos se avergüenzan y callan. Entonces Jesús, paciente, toma a un niño, lo
abraza y les da una nueva enseñanza: Quien acoge a un niño como este, me acoge a mí. Y quien me acoge a mí,
acoge al Padre que me ha enviado.
No es posible acoger a Dios si no nos volvemos
como niños. ¿Por qué?
Un niño tiene el corazón abierto. Oye, ve, siente.
No está cargado de prejuicios ni
contaminado por ideologías. Siempre está
receptivo y espera lo mejor.
El adulto alberga desconfianzas y miedo. Todo lo pasa por el tamiz de su experiencia, sus desengaños, sus fracasos. Hace lecturas parciales y victimistas de la
realidad. La apatía y la incredulidad le impiden acoger a Jesús con el corazón limpio.
Acoger a un niño es acoger a Dios. Quien tiene la capacidad de renacer sobre las cenizas del egoísmo,
alberga en sí la semilla de una vida nueva.
Desde una escucha silenciosa y serena podremos ser transformados y nuestra existencia se convertirá en un
proyecto pleno de Dios.
Desde una escucha silenciosa y serena podremos ser transformados y nuestra existencia se convertirá en un
proyecto pleno de Dios.
Textos: Joaquín Iglesias Arandahttp://homilias.blogspot.com
TIEMPO ORDINARIOCICLO B