2.5. las marcas, un pilar fundamental de la imagen país · 2014-04-12 · dichas marcas...

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129 2.5. Las marcas, un pilar fundamental de la imagen país Pablo López Gil DIRECTOR DE COMUNICACIÓN , FORO DE MARCAS RENOMBRADAS ESPAÑOLAS La imagen internacional de un país, y especial- mente la relacionada con el ámbito económico y comercial, está estrechamente vinculada con el éxito y el prestigio de sus empresas y marcas. En el caso de España, y en el contexto actual, en el que se viene produciendo una pérdida de credi- bilidad en la economía española, resulta si cabe más necesario interiorizar y aprovechar positi- vamente dicha relación. Aunque todavía inferior al de otros países de nuestro entorno, España cuenta con un núcleo de marcas con una cre- ciente presencia internacional y que en muchos casos ocupan posiciones de liderazgo mundial en sus sectores. Dichas marcas constituyen la pun- ta de lanza de una imagen económica de España vinculada al prestigio, a la solvencia y a la cre- dibilidad de sus empresas más internacionales. Es por tanto una responsabilidad del país saber aprovechar el potencial de dichos activos en be- neficio del conjunto de las empresas españolas y, por ende, de la propia sociedad española. Ello debe hacerse desde una revisión profunda de la mentalidad colectiva: por un lado, incorpo- rando una visión global y más internacional, asu- miendo por tanto que la salida y la presencia en el exterior supone no ya una opción, sino la única vía para garantizar la competitividad y la propia supervivencia de muchas empresas españolas; por otro lado, interiorizando que lo que es bueno para las empresas españolas es bueno para los in- tereses generales del país (y viceversa), y por tan- to apostando de verdad por la unión de esfuerzos y el aprovechamiento de sinergias, por la colabo- ración y la alianza público-privada. En ambos as- pectos, en la necesidad de una visión global y una efectiva colaboración público-privada, nos queda todavía un importante camino que recorrer. Lo que resulta evidente es pues que impulsar la presencia internacional de empresas y mar- cas españolas debe suponer una prioridad para el país. Cualquier país avanzado cuenta con un núcleo de marcas líderes, fuertes y reconocidas, que actúan como embajadoras de su imagen económica y comercial. España también, pero en gran parte existe un desconocimiento sobre esa propia realidad, sobre dichos casos de éxito, incluso entre la opinión pública española. Ade- más, y como resulta obvio, debemos aspirar a que ese núcleo sea cada vez más numeroso. Según datos del Ministerio de Economía y Com- petitividad, en España existen más de 100.000 exportadores, de los cuales unos 40.000 son exportadores regulares. Además, unas 2.000 empresas tienen algún tipo de implantación en el exterior, pudiéndose estimar en unas 140 las empresas españolas de carácter multinacional 1 . Algunos autores, como William Chislett 2 , sitúan 1 Esade Business School e Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX). Segundo informe del Observatorio de la Empresa Multinacional Española: ‘La multinacional española ante un nuevo escenario internacional’. Página 113. 2010 2 Chislett, William. ‘e Rise os Spain’s International Presence’. Real Instituto Elcano. Pag. 1. Mayo de 2012 (adelanto del ‘Atlas de la pre- sencia de España y sus marcas en el mundo’ Foro de Marcas Renombradas Españolas)

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2.5. Las marcas, un pilar fundamental de la imagen paísPablo López GilDIRECTOR DE COMUNICACIÓN , FORO DE MARCAS RENOMBRADAS ESPAÑOLAS

La imagen internacional de un país, y especial-mente la relacionada con el ámbito económico y comercial, está estrechamente vinculada con el éxito y el prestigio de sus empresas y marcas. En el caso de España, y en el contexto actual, en el que se viene produciendo una pérdida de credi-bilidad en la economía española, resulta si cabe más necesario interiorizar y aprovechar positi-vamente dicha relación. Aunque todavía inferior al de otros países de nuestro entorno, España cuenta con un núcleo de marcas con una cre-ciente presencia internacional y que en muchos casos ocupan posiciones de liderazgo mundial en sus sectores. Dichas marcas constituyen la pun-ta de lanza de una imagen económica de España vinculada al prestigio, a la solvencia y a la cre-dibilidad de sus empresas más internacionales. Es por tanto una responsabilidad del país saber aprovechar el potencial de dichos activos en be-neficio del conjunto de las empresas españolas y, por ende, de la propia sociedad española.

Ello debe hacerse desde una revisión profunda de la mentalidad colectiva: por un lado, incorpo-rando una visión global y más internacional, asu-miendo por tanto que la salida y la presencia en el exterior supone no ya una opción, sino la única vía para garantizar la competitividad y la propia supervivencia de muchas empresas españolas; por otro lado, interiorizando que lo que es bueno

para las empresas españolas es bueno para los in-tereses generales del país (y viceversa), y por tan-to apostando de verdad por la unión de esfuerzos y el aprovechamiento de sinergias, por la colabo-ración y la alianza público-privada. En ambos as-pectos, en la necesidad de una visión global y una efectiva colaboración público-privada, nos queda todavía un importante camino que recorrer.

Lo que resulta evidente es pues que impulsar la presencia internacional de empresas y mar-cas españolas debe suponer una prioridad para el país. Cualquier país avanzado cuenta con un núcleo de marcas líderes, fuertes y reconocidas, que actúan como embajadoras de su imagen económica y comercial. España también, pero en gran parte existe un desconocimiento sobre esa propia realidad, sobre dichos casos de éxito, incluso entre la opinión pública española. Ade-más, y como resulta obvio, debemos aspirar a que ese núcleo sea cada vez más numeroso.

Según datos del Ministerio de Economía y Com-petitividad, en España existen más de 100.000 exportadores, de los cuales unos 40.000 son exportadores regulares. Además, unas 2.000 empresas tienen algún tipo de implantación en el exterior, pudiéndose estimar en unas 140 las empresas españolas de carácter multinacional1. Algunos autores, como William Chislett2, sitúan

1 Esade Business School e Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX). Segundo informe del Observatorio de la Empresa Multinacional Española: ‘La multinacional española ante un nuevo escenario internacional’. Página 113. 2010 2 Chislett, William. ‘!e Rise os Spain’s International Presence’. Real Instituto Elcano. Pag. 1. Mayo de 2012 (adelanto del ‘Atlas de la pre-sencia de España y sus marcas en el mundo’ Foro de Marcas Renombradas Españolas)

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en unas 25 el número de compañías españolas que ocupan posiciones de liderazgo mundial absoluto en sus respectivos sectores o catego-rías. Se trata de casos como los de Freixenet, Pronovias, Repsol, Roca, Iberdrola, Abertis, Te-lefónica, Santander, Meliá o el Real Madrid, por poner algunos ejemplos, todas ellas compañías líderes mundiales en sus respectivos sectores. No obstante, tan sólo 7 de ellas figuran en el ín-dice Financial Times Global 500 del año 20113 , que mide el valor de mercado de las compañías, dato que contrasta con las 275 firmas estado-unidenses, las 45 chinas, las 40 británicas, las 22 francesas o las 17 alemanas.

Además, a nivel de reconocimiento, tan sólo 2 marcas españolas, Zara y el Santader, figuran en la lista de las marcas más valiosas según el últi-mo ranking de Interbrand, ocupando las posi-ciones 44 y 68 respectivamente4, mientras que en el índice Brandz de Millward Brown son tres las marcas españolas que consiguen situarse en el Top 100 (Movistar -41-, Zara -66- y Santa-der -95-)5. España cuenta pues con un núme-ro creciente de empresas internacionalizadas, algunas de ellas de carácter multinacional y líderes globales, pero todavía queda un largo camino por recorrer por lo menos en dos aspec-tos: por un lado, respecto al reconocimiento y posicionamiento de marca todavía son pocas las empresas españolas cuyas marcas son conoci-

das y respetadas internacionalmente; por otro, en relación a la presencia global de dichas em-presas y marcas, hasta el momento en general muy concentrada en Europa y Latinoamérica, siendo prácticamente simbólica en los merca-dos emergentes y en crecimiento. Es por tanto necesario trabajar en ambos factores. En primer lugar, apostando por una internacionalización que aporte valor y diferenciación, es decir, que incorpore diseño, innovación y marca, y que haga que los productos y servicios españoles sean deseados y valorados por los consumidores y clientes internacionales. Una apuesta que sin duda es todavía una asignatura pendiente para buena parte del tejido empresarial español. Sin ir más lejos, y a modo de ejemplo, España es lí-der mundial de exportación de aceite de oliva, con 829.000 toneladas anuales vendidas fuera de sus fronteras, pero la mitad de las cuales aca-ban en Italia, donde son envasadas bajo marcas italianas6.

No se trata por tanto sólo de vender más, sino mejor, con más margen, diferenciación y valor añadido. Por ello resulta necesario apoyar es-pecialmente a las empresas que apuestan por dichos factores de competitividad (innovación, diseño y marca), ya que son las que tienen ma-yores posibilidades de éxito internacional y por su capacidad de contribuir positivamente a la buena imagen y al prestigio de los productos y

CAPÍTULO 2 > LA DIPLOMACIA ECONÓMICA

Fuente: Latinobarómetro 2010. Proporción con buena o muy buen opinión sobre España.

Company Ranking Sector63. Telefónica 80. Banco Santander118. Inditex152. BBVA175. Repsol180. Iberdrola417. Criteria Caixa Group

3 FT Global 500 2011: http://www.ft.com/intl/cms/33558890-98d4-11e0-bd66-00144feab49a.pdf4 E Interbrand ‘Best Global Brands 2011’ http://www.interbrand.com/es/best-global-brands/best-global-brands-2008/best-global-brands-2011.aspx5 BrandZ Top 100 Most Valuable Global Brands 2012 http://www.millwardbrown.com/brandz/2012/Documents/2012_BrandZ_Top100_Chart.pdf6 ‘EE.UU. y Brasil ponen trabas a la importación de aceite de oliva’. El País, 21 de mayo de 2012. http://economia.elpais.com/econo-mia/2012/05/20/actualidad/1337548553_569524.html

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servicios españoles. Además de los casos más significativos y conocidos y ya mencionados, España cuenta con varios cientos de marcas de alto potencial internacional, que representan la mejor cantera del tejido empresarial español y cuyo apoyo, tanto por parte de las grandes mul-tinacionales y marcas líderes españolas como por parte de las administraciones públicas com-petentes, debe considerarse prioritario. El otro factor sobre el que resulta esencial trabajar es sobre la diversificación geográfica de la interna-cionalización española. No es sostenible dispo-ner de una presencia prácticamente simbólica en los mercados emergentes y de mayor creci-miento. Son pocas las empresas españolas con una presencia y un volumen de negocio signifi-cativo en dichos mercados, pero aún son menos las que disponen un reconocimiento de marca en dichas zonas y, por tanto, pueden conside-rarse verdaderamente globales.

Las marcas y la imagen país

La imagen internacional de un país puede ejer-cer, y de hecho ejerce, una importante influen-cia en múltiples dimensiones, desde la cultural y científica hasta la cooperación o las relaciones internacionales. Pero es en la dimensión eco-nómica y comercial cuando dicha imagen país se convierte en un factor de competitividad de

primer orden, que puede afectar positiva o ne-gativamente a la venta de productos y servicios, la captación de inversiones o talento, la atrac-ción de turistas o el acceso a la financiación. Se puede afirmar que la imagen, y sus percepcio-nes, de un país es un elemento que facilita la ac-tividad económica y empresarial para su expan-sión internacional. Los países que han logrado construir una imagen apoyada en percepcio-nes positivas tienen ventajas competitivas que añaden valor a sus productos o servicios. Por el contrario, cuando no hay percepciones, o éstas son negativas, la penetración y permanencia de sus ofertas y servicios tienen que superar una barrera que puede ser más alta que una barrera técnica o administrativa. La imagen país juega un papel crucial en la competitividad de las em-presas y sus productos y servicios de ese origen7. Pero la relación se produce también de forma bidireccional, ya que las empresas y sus marcas son asimismo uno de los principales construc-tores de la imagen país. Es lo que Simon Anholt define como ‘identidad competitiva’, situando a las marcas como uno de los seis agentes que contribuyen a construir una marca país, y afir-mando además que los productos de países con una débil o negativa imagen se venderán gene-ralmente por debajo de su valor de mercado y los de aquellos países con una imagen interna-

2.5. LAS MARCAS, UN PILAR FUNDAMENTAL DE LA IMAGEN PAÍS

7 Peralba Fortuny, Raúl. ‘El posicionamiento estratégico de la marca España’. Círculo de Empresarios. 2009. Página 74.

Modelo de fases de desarrollo de una marca internacional

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cional neutra podrán venderse a su valor intrín-seco, mientras que los productos y servicios de países con una imagen exterior fuerte y positiva podrán alcanzar un posicionamiento premium8.

La marca país funciona como una marca corpo-rativa que endosa a las marcas comerciales na-cionales, pero las marcas exitosas provenientes de un determinado país también contribuyen a la mejor percepción de la marca país, que a su vez ayuda a otras marcas con el mismo origen. La influencia de las marcas sobre la imagen país es algo que también desarrolla el Reputation Institute en su Country RepTrak9, al afirmar que la reputación los países es una variable emocio-nal que determina la admiración, confianza, y opinión internacional, pero que se basa en atri-butos racionales, entre los que se encuentran de forma destacada las marcas de dicho país. Ade-más, según el Reputation Institute existe una relación directa entre reputación y creación de valor económico tangible, de forma que un 10% de incremento en reputación implica de media un 11% de incremento en llegadas de turistas y 2% de aumento en inversión extranjera directa.

Es pues evidente que una de las principales fuentes de creación de marca país son las propias marcas comerciales y corporativas. La globalización del

comercio hace que las empresas y productos, con sus marcas globales o locales, circulen internacio-nalmente y se encuentren en muchos países. La inmensa mayoría de los consumidores compran productos extranjeros constantemente, de países donde nunca han estado, pero que conocen y per-ciben por imágenes, comentarios, noticias, relatos, etc. A partir de su experiencia con estas marcas y empresas, los consumidores conforman todo un mundo de significados relacionados con el país de origen. En este universo, las empresas y marcas son de sus países y los países son fabricantes de marcas y productos. De esta forma, las empresas y marcas emergen en la actualidad como verdaderos em-bajadores de los países y, en este sentido, no hay país desarrollado que no disponga de importantes marcas en el mercado internacional. En última instancia, tanto la imagen país como las marcas nacionales en el exterior son variables que se re-troalimentan, produciendo un efecto sinérgico bi-direccional positivo, concluyendo que una mayor presencia de marcas en el exterior genera de forma directa una mejor imagen país, y que una mejor imagen país actúa como un atributo diferencia-dor que permite la internacionalización de nuevas marcas10.

España necesita marcas globales para poder com-petir con garantías en un entorno en el que las principales marcas internacionales llevan un tiem-po considerable tomando posiciones. Como hemos visto, las marcas líderes generan efectos muy posi-tivos sobre la imagen de un país, al vincularse ésta a la imagen de fiabilidad, eficiencia e innovación de las propias marcas. Los casos de EE UU, Japón, Corea, Alemania, Francia, Reino Unido, Suecia o Italia, todos ellos países de origen de renombra-das marcas globales, demuestran la robustez de la afirmación. La posición de España es todavía débil y precaria en relación no sólo con los países más avanzados, sino también frente al auge de las economías emergentes como China, Brasil e India. Estos países impulsan las marcas de sus empresas para conseguir una mayor valorización de su oferta de bienes y servicios, y adquieren, incluso, marcas

CAPÍTULO 2 > LA DIPLOMACIA ECONÓMICA

8 Anholt, Simon. ‘Brandings places and nations’. En ‘Brands and Branding’. Interbrand. 2009. Página 216.9 !e RepTrak System. Reputation Institute. http://www.reputationinstitute.com/thought-leadership/the-reptrak-system10 Cerviño, Julio et al. ‘Un plan de acción necesario para el futuro de la economía y las empresas españolas’. Círculo de Empresarios. 2009. Página 61.

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ya establecidas en el exterior como medio más rá-pido para su internacionalización.

Desde la visión de un mercado globalizado, una economía desarrollada como la española no puede competir en precios bajos y productos no diferen-ciados, por lo que una de las asignaturas pendien-tes de la empresa y la economía españolas es con-seguir un liderazgo e implantación internacional de las marcas españolas. Cierto es que se ha alcan-zado ya una importante plataforma competitiva en flujos de inversión de capitales o comercialización de productos y servicios. Ahora es el momento de posicionar a escala global las marcas corporativas y comerciales con una clara imagen de calidad y prestigio, y esto requiere de una nueva perspectiva competitiva, basada en la innovación y la inversión en marca. Aunque actualmente se tiende a ideali-zar la innovación tecnológica, sin duda importante

para un país, no lo es menos la innovación comer-cial. Sin la capacidad para poner tu producto en el mercado y que éste sea preferido por el consumi-dor o cliente, cualquier innovación será estéril. El posicionamiento que crea valor está en el producto diferenciado, el producto con identidad propia, es decir, con marca. Toda marca poderosa necesita de las virtudes clásicas de la innovación y la diferen-ciación.

La marca responde a la necesidad de diferenciarse en un mundo cada vez más tecnológico, saturado de productos y con miles de opciones, muchas de ellas similares en términos de calidad y servicios. Lleva tras de sí todo un acervo tecnológico, inno-vador, financiero, de diseño, de control de calidad y de marketing que es un elemento fundamental para poder competir con los países de menores costes ya que el consumidor que la conoce y la

2.5. LAS MARCAS, UN PILAR FUNDAMENTAL DE LA IMAGEN PAÍS

Fuente: Country RepTrak, Reputation Institute

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aprecia la va a seguir consumiendo con indepen-dencia del origen físico del producto.

El caso de España

La percepción internacional de la imagen de Espa-ña se alimenta obviamente de la actual coyuntura de dificultad económica, pero también de antece-dentes históricos que han contribuido a generar una cierta imagen país. Así, los expertos señalan que se pueden definir cinco fases en la evolución de la imagen de España: la España imperial, la España romántica, el pesimismo del 98, el franquismo y la transición11. Cronología sin embargo que sin duda se queda coja si no se consideran por lo menos dos fases más recientes: por un lado, la entrada en la Unión Europea y el desarrollo económico expe-rimentado en las dos siguientes décadas; y, por otro, la actual crisis económica y su repercusión en la credibilidad de la imagen de España, situación cuyo origen se remonta ya al año 2008. No entrare-mos aquí a valorar la imagen general de España y su evolución histórica, ya analizada en otros capítulos de esta publicación, pero sí en lo referente a su di-mensión económica y comercial.

Ya en el año 2003, cuando se constituyó el deno-minado Proyecto Marca España por parte del ICEX, el Foro de Marcas Renombradas Españolas, el Real Instituto Elcano y la Asociación de Directivos de Comunicación, se elaboró un informe de análisis y recomendaciones en el que, entre sus conclu-siones, se exponía que “la imagen de España en el extranjero no se corresponde con la realidad, el conocimiento de las marcas españolas es insufi-ciente. No se puede construir una imagen que no responda a la realidad, y es necesario desarrollar mensajes homogéneos y coherentes en distintos mercados. Aunque España es conocida, muchos mercados no tienen una percepción correcta de la capacidad económica de España, y se basan so-lamente en la imagen del turismo. Para un mejor conocimiento de España es necesaria una mayor acción y compromiso institucional”12. En esa mis-ma línea se expresaba el profesor Mauro Guillén

en 2005, cuando afirmaba que “mientras en las dos últimas décadas España se ha convertido en una potencia exportadora e inversora y el nivel de calidad de sus productos y servicios ha mejorado considerablemente, la reputación de las empresas y marcas españolas está lejos de ser reconocida en el mercado mundial”13.

En 2008, William Chislett14 señalaba que “en nin-gún otro país desarrollado existe una mayor dis-tancia entre la percepción internacional del país y de sus empresas, y su realidad empresarial y so-cioeconómica. En general, España es todavía con-siderado un país de fiesta y siesta, lo que resulta positivo para su industria turística, pero no cuando el objetivo es vender productos y servicios en el extranjero y ser considerado un país serio y eficaz. Cuando los consumidores evalúan los productos españoles a nivel internacional, la imagen de éstos no se ajusta a la realidad el país”. Igualmente, en el año 2009, el por entonces presidente del Con-sejo Superior de Cámaras, Javier Gómez Navarro, afirmaba que “no existe una imagen que apoye la presencia internacional de España. Nuestra imagen se corresponde mucho más con un país turístico y divertido que con un país avanzado e innovador. Muchas empresas y productos españoles no se re-lacionan con España cuando salen al extranjero, bien al huir de la vinculación con la imagen país o bien por tratarse de exportaciones de marcas ex-tranjeras. Hace falta un esfuerzo de las administra-ciones públicas, en concreto de la administración central, para crear una imagen país adecuada”15.

El diagnóstico planteado por los distintos expertos en los últimos años se podría incluso considerar vi-gente actualmente, pero es que además se ha visto agravado por las consecuencias que respecto a la imagen internacional de España está ocasionando la actual situación económica, cuando en el pasado más reciente el desconocimiento sobre la realidad empresarial de España se veía de alguna forma di-luido por una coyuntura de bonanza económica y una imagen genérica sobre España mayoritaria-mente positiva.

CAPÍTULO 2 > LA DIPLOMACIA ECONÓMICA

11 ICEX, Dircom, R.I. Elcano, Foro de Marcas Renombradas Españolas Informe Proyecto Marca España (2003). Página 31.12 ICEX, Dircom, R.I. Elcano, Foro de Marcas Renombradas Españolas. Informe Proyecto Marca España (2003). Página 31.13 Guillén, Mauro. ‘!e Rise of Spanish Multinationals’. Cambridge Unversity Press. 2005. Página 169.14 Chislett, William. ‘Spain Going Places. Economic, Political and Social Progress, 1975-2008. Telefónica (2008)15 Gómez Navarro, Javier. ‘En la competitividad está la clave para salir de la crisis’. Economía Exterior. Nº 48 01/04/09.

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2.5. LAS MARCAS, UN PILAR FUNDAMENTAL DE LA IMAGEN PAÍS

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Actualmente, en España, asistimos con preocu-pación a una aparente desconfianza y pérdida de credibilidad acerca de la fortaleza de la economía española, con las consiguientes consecuencias en términos de pérdida de cotización tanto de los ac-tivos bursátiles que operan en España como de la propia deuda española. Nos encontramos pues ante un problema de riesgo financiero determinado en buena medida por una percepción externa acerca de la solvencia de nuestro modelo económico. Se trata, sin duda, de un problema de calado que afec-ta a la credibilidad de la Marca España.

Ante dicha situación de incertidumbre sobre la solvencia de la economía española generada en los mercados financieros internacionales, la cual está afectando a los costes de financiación y a la atracción de inversiones para las grandes empre-sas españolas, España debe como mencionábamos anteriormente dar un vuelco a la situación apalan-cándose en la solvencia y la fortaleza de sus marcas de referencia.

Aunque todavía lejos de haber alcanzado la situa-ción ideal, las principales empresas españolas cada vez dependen en menor medida del mercado do-méstico gracias a su imparable proceso de interna-cionalización y diversificación geográfica. España debe saber pues apoyarse en la imagen de prestigio de sus principales empresas y marcas. Estas mar-cas ejercerán un efecto arrastre sobre el conjunto del tejido empresarial español, que se verá asimis-mo beneficiado por la puesta en valor de la imagen país.

No en vano, empresas españolas son líderes mun-diales en sectores que van desde las energías reno-vables hasta la gestión de infraestructuras, desde los productos agroalimentarios hasta la moda. Por poner tan sólo algunos ejemplos:

-tre las líderes mundiales en su sector. Sólo entre Mango, Inditex y el Grupo Cortefiel tienen 9.574 tiendas en todo el mundo. Por marcas, Mango tiene 2.400 tiendas en 107 países y Zara 1.631 en 82 mercados.

-cepción de turistas, sino que las cadenas hotele-ras son también líderes en el mundo. Entre NH

Hoteles, Meliá y Barceló suman 803 hoteles en todo el mundo.

-nes de clientes y 27.418 oficinas en todo el mun-do.

las 100 mayores empresas del mundo según For-bes.

gestión de infraestructuras son españolas, según el ranking de Public Works Finance. Entre ellas, Abertis es líder mundial en gestión de autopis-tas.

School e IESE) se sitúan en el Top 10 mundial se-gún Financial Times, y otras dos (ESADE -21- y EADA -84-) se sitúan en el Top 100.

120 millones de pares por valor de 2.000 millo-nes de euros, con marcas reconocidas interna-cionalmente como Camper, Pikolinos, Mustang o Panama Jack.

exportador mundial de aceite de oliva, que se exporta a más de 100 países, con marcas reco-nocidas como La Española, Borges o Carbonell. España distribuirá la mitad de las botellas de aceite de oliva que se consuman en 2012.

empleo a 70.800 personas y en 2011 el valor de sus exportaciones creció en un 16,7%.

Iberdrola y CriteriraCaixa, entre las 500 mayores empresas del mundo según el Financial Times Global 500.

-ses, con marcas como Cinco Jotas, Navidul, Jose-lito o Elpozo.

-bles. Iberdrola es el primer operador de parques eólicos del mundo, Gamesa el cuarto fabricante de aerogeneradores y Acciona 6ª en energía eóli-ca y 7ª en energías renovables.

cava y también de ‘sparkling wine’ (vino espu-moso)

-municaciones por número de clientes.

en superficies de cuarzo.

CAPÍTULO 2 > LA DIPLOMACIA ECONÓMICA

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-nitarios.

mundo y la cuarta en venta de proteína marina. -

temas de Gestión de Tráfico Aéreo.

La importancia de una colaboración público-privada

Por tanto, este trabajo conjunto en favor de la imagen de España resulta hoy más necesario que nunca, al coincidir con una pérdida de confianza internacional en la economía española reflejada en diversos índices internacionales. No en vano, por poner un ejemplo España ha pasado de ocupar el puesto 10 a nivel de reputación internacional al puesto 16 en el último año, de acuerdo con un in-forme del Reputation Institute, mientras que en el ranking de competitividad del World Economic Forum España ocupa actualmente el puesto 36, después de pasar del 29 al 42 en tan sólo dos años. Además, comprobamos cómo un cada vez mayor número de marcas líderes españolas se disocian de la imagen país, al interpretar que no les aporta o les resta valor en su estrategia de negocio.

La pregunta que se antoja pertinente es cuál es el modelo idóneo para lograr potenciar y prestigiar la Marca España. Sin duda hay varias alternativas, to-das ellas válidas pero de dispar eficacia. La alterna-tiva ideal estaría en un auténtico modelo de colabo-ración público-privada, de alianza estratégica entre el Gobierno, a quien corresponde el liderazgo y co-ordinación, las principales empresas y la sociedad en general. Es la alternativa elegida en países como Finlandia (‘Mission for Finland’) o Alemania (‘Land of ideas’), en los que funciona de forma eficaz y con excelentes resultados. Y es el modelo en el que traba-ja actualmente el Gobierno española bajo el liderazgo del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Coopera-ción. A dicha iniciativa se sumará la Fundación Foro de Marcas Renombradas Españolas, que desde hace doce años viene desarrollando una alianza entre los ministerios y organismos públicos competentes (Economía y Competitividad, Asuntos Exteriores, Energía-Industria-Turismo, ICEX y la OEPM) y las principales empresas españolas en favor de los in-tereses generales del país. La actual situación exige compromiso, colaboración y coordinación.

Una alianza a la que desde el Foro se ha sumado a las personalidades y referentes de la sociedad civil con capacidad para apoyar y prestigiar la imagen país a través de la figura de los Embajadores Ho-norarios de la Marca España y de los Amigos de la Marca España y de las Marcas Españolas, en este caso personalidades locales con capacidad para in-fluir en sus respectivos mercados. La Marca España es sin duda una responsabilidad compartida que de hecho puede ser potenciada con la participación de las empresas y de otros destacados representantes de la sociedad civil.

La responsabilidad de la promoción y de custodia de la Marca España corresponde sin duda alguna al Gobierno y las administraciones públicas compe-tentes, pero debe contar para ello con la colabo-ración y la capacidad de arrastre de otros agentes de la sociedad civil, principalmente las empresas y marcas españolas más internacionalizadas y las personalidades de reconocido prestigio. Se trata, en definitiva, de aprovechar las sinergias de los tres agentes que pueden contribuir a prestigiar la Marca España en el exterior: Gobierno e instituciones pú-blicas, empresas y marcas líderes, y referentes de la sociedad civil reconocidos internacionalmente, acreditados por el FMRE como Embajadores Hono-rarios de la Marca España (EHME).

2.5. LAS MARCAS, UN PILAR FUNDAMENTAL DE LA IMAGEN PAÍS

Instituciones y AA.PP.

Empresas y Marcas Líderes

Embajadores Honorarios de la Marca España

Constructores del "Made in/bv Spain"

Además, es necesario un cambio de perspectiva en el enfoque competitivo exterior, adoptando una visión estratégica centrada en la sostenibilidad y rentabilidad a largo plazo vía creación de marcas de renombre internacional, como medio para generar valor e influencia comercial. Como hemos visto, las marcas, como referentes de éxito internacional, pueden actuar como embajadoras de la imagen co-mercial de España. La buena labor de las empresas

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líderes españolas en los mercados internacionales contribuye a corregir ese desfase entre la percep-ción y la realidad de los productos y servicios es-pañoles. Las marcas españolas que han alcanzado un grado elevado de notoriedad y/o renombre in-ternacional pueden actuar como marcas embaja-doras, que además pueden y deben asumir el papel de ’locomotoras’ para ayudar a la internacionaliza-ción del resto del tejido empresarial español.

La batalla de la competitividad global se basa en la construcción y desarrollo de un número cada vez más amplio y potente de marcas que permitan identificar y diferenciar los productos y servicios de las empresas y fidelizar a los clientes, consumi-dores y usuarios finales de los mismos. Las econo-mías de aquellos países con menos marcas de refe-rencia serán las menos preparadas para afrontar la actual situación y las más débiles en el nuevo orden económico mundial que se está construyendo. Por tanto, es importante apoyar el proceso de globali-zación de las marcas españolas y su proliferación, lo que permitiría contribuir a resolver los endémi-cos problemas de competitividad y de déficit ex-terior de nuestra economía, alcanzando y consoli-dando una posición destacada entre las economías líderes del mundo.

La batalla de la competitividad global se basa en la construcción y desarrollo de un número cada vez más amplio y potente de marcas que permitan identificar y diferenciar los productos y servicios de las empresas y fidelizar a los clientes, consumi-dores y usuarios finales de los mismos. Las econo-mías de aquellos países con menos marcas de refe-rencia serán las menos preparadas para afrontar la actual situación y las más débiles en el nuevo orden económico mundial que se está construyendo. Por tanto, es importante apoyar el proceso de globali-zación de las marcas españolas y su proliferación, lo que permitiría contribuir a resolver los endémi-cos problemas de competitividad y de déficit ex-terior de nuestra economía, alcanzando y consoli-dando una posición destacada entre las economías líderes del mundo.

Una diplomacia al servicio de las empresas

Con todo, la proyección de la imagen país y el apoyo a la expansión internacional de las empresas españo-las no puede llevarse a cabo mediante instrumentos y herramientas del pasado, sino que deben aplicarse políticas y medidas audaces, innovadoras y ajusta-das a las necesidades y a la coyuntura actual. Es en ese contexto en el que cobran esencial relevancia los instrumentos de la diplomacia pública y, más en concreto, de la diplomacia económica. La diplomacia pública se identifica en gran medida con la gestión de la imagen-país externa, es decir, el conjunto de es-trategias e instituciones diseñadas para la proyección de la imagen de un país en la opinión pública interna-cional, que estaría formada por factores tan diversos como la acción cultural en el extranjero, la labor de proyección exterior realizada por los medios de co-municación o los intercambios educativos y comer-ciales16 . Ese compromiso con un público extranjero implica cambiar de enfoque, ya que introduce una pluralidad de agentes que deben ser identificados y escuchados, entre ellos los tan traídos y llevados ciudadanos-consumidores. En términos estructura-les, el Estado asume el rol de actor internacional que conecta con su público en una estructura de arriba abajo. Su competencia consiste en la promoción de una política pública, con intereses específicos que se dirigen a través de un plan de comunicación interna-cional a las mentes del público extranjero17.

Respecto a la situación y el funcionamiento de la di-plomacia pública en España, los expertos venían en los últimos años alertando de la falta coordinación y la falta de planificación estratégica. En concreto, se hablaba de la necesidad de una coordinación inter-agencias, de implementar servicios de inteligencia y estratégicos dentro de cada agencia, la segmentación de mercados, reorientación de objetivos, acción cul-tural, sensibilización de la audiencia interna…18

Es evidente por tanto que España necesita imple-mentar una estrategia de diplomacia pública como parte de un plan de imagen país que, entre otros fac-tores, ayude a las empresas en su expansión interna-

CAPÍTULO 2 > LA DIPLOMACIA ECONÓMICA

16 Melgar Valero, Luis. ‘Diplomacia pública: la gestión de la imagen-país. El modelo español’. 2010. Página 28.17 Sánchez Guitián, José Miguel. ‘Marca país. España, uma marca líquida’. 2011. Página 116.18 Noya, Javier. ‘Diplomacia pública para el siglo XXI’. 2007. Página 449.

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cional y les aporte valor añadido. Es por ello que en el marco de dicho objetivo cobran especial relevancia los instrumentos de diplomacia económica, es decir, el apoyo del servicio exterior del Estado al éxito y a la expansión de las empresas españolas en los mercados internacionales. Un apoyo que en España hasta ahora ha distado mucho de desarrollarse en todo su poten-cial, pero que precisamente forma parte del plan del nuevo Gobierno en torno a la Marca España. Un plan que debe considerar a las empresas y marcas espa-ñolas como uno de los objetivos fundamentales de la acción exterior del Estado y como uno de los pilares sobre el que contribuir a prestigiar la imagen país. Es por tanto un plan que necesariamente tiene que con-tar con una colaboración público-privada y que, ade-más, y dada su condición, debe ser considerado un proyecto de Estado, por encima de vaivenes políticos o de competencias administrativas.

Dentro de dicha estrategia juega un papel funda-mental el Foro de Marcas Renombradas Españolas (FMRE), que nació en 1.999 por iniciativa de un grupo de empresas españolas con marcas líderes con la idea de defender los intereses generales del país a través de una alianza estratégica entre las principales em-presas españolas con marcas notorias o renombradas en el ámbito internacional y las administraciones públicas competentes en materia de internacionali-zación y competitividad de la economía española. A día de hoy forman parte del FMRE más de 100 em-presas o instituciones con marcas líderes en sus res-pectivos sectores, junto al Ministerio de Economía y Competitividad, el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación, el Ministerio de Industria, Energía y Turismo, el Instituto Español de Comercio Exterior y la Oficina Española de Patentes y Marcas. Dicha alianza se concreta en el objetivo de impulsar la inter-nacionalización de las empresas y marcas españolas y trabajar juntos para fortalecer y mejorar la imagen de España en el exterior. Una institución, por tanto, que agrega capacidades, crea sinergias y aúna esfuerzos entre el sector público y el privado para fines comu-nes de interés general.

2.5. LAS MARCAS, UN PILAR FUNDAMENTAL DE LA IMAGEN PAÍS