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13 Modelos de sembradoras y de sembradoras de precisión para labranza cero – máquinas para trabajos en gran escala C. John Baker 223 Una sembradora para labranza cero es una máquina diseñada para servir a las funciones de sus abresurcos. Aunque la mayoría de las funciones desea- bles de las sembradoras y de las sembradoras de precisión para labranza cero pueden estar indudablemente relacionadas con las funcio- nes deseadas de sus abresurcos, también hay otros componentes y funciones importantes. A continuación serán examinados en sentido amplio sin intención de aprobar o desaprobar los criterios de los modelos en las sembrado- ras y sembradoras de precisión comerciales. Los diseñadores y fabricantes que conside- ran seriamente las funciones deseadas de las sembradoras y las sembradoras de precisión y las variaciones requeridas para obtener esos resultados con la mayor frecuencia posible presentan una gama de opciones. Los consu- midores deben constatar qué máquina les pue- de resultar más útil después de haber sopesado factores de riesgo, comportamiento y costos. Por ejemplo, las sembradoras para regene- ración de pasturas pueden no ser tan desarro- lladas como aquellas para establecer cultivos anuales porque el manejo de los residuos rara- mente es un requisito importante en la siembra de especies forrajeras y además porque puede haber mayor flexibilidad en la elección de la fecha apropiada de siembra. Esto a su vez per- mite una demora en el momento de siembra hasta que llega el tiempo favorable. Por otro lado, el objetivo de las fechas de siembra para los cultivos anuales a menudo está dictado por la oportunidad climática de la cosecha, que es muy limitada y difícilmente permite esperar du- rante mucho tiempo las condiciones favorables. Las sembradoras y las sembradoras de preci- sión deben funcionar a su máximo potencial con menor dependencia del clima y por ello deben ser más elaboradas que las sembradoras para regeneración de pasturas. Este capítulo considera las máquinas para grandes predios y tracción mecánica y el ca- pítulo siguiente analiza las máquinas para agri- cultura en pequeña escala y para animales de tiro. En ambos casos el modelo de las sem- bradoras y las sembradoras de precisión cu- bre los siguientes temas: Ancho de las operaciones. Nivelación de la superficie. Requisitos de potencia. Aplicación de la fuerza de penetración. Consideraciones para el transporte. Utilización de la potencia disponible. · Almacenamiento y dosificación de los pro- ductos. Ancho de las operaciones Los factores más importantes que debe- rían tener influencia sobre el modelo de las

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Page 1: 26871 Siembra Labranza FAO de precisión en un suelo labrado pue-de ser muy rápida cuando la misma sembra-dora opera en un suelo sin labrar. Este es un factor negativo de la labranza

13Modelos de sembradoras y de sembradorasde precisión para labranza cero – máquinas

para trabajos en gran escala

C. John Baker

223

Una sembradora para labranza cero es unamáquina diseñada para servir a las funciones

de sus abresurcos.

Aunque la mayoría de las funciones desea-bles de las sembradoras y de las sembradorasde precisión para labranza cero pueden estarindudablemente relacionadas con las funcio-nes deseadas de sus abresurcos, también hayotros componentes y funciones importantes.A continuación serán examinados en sentidoamplio sin intención de aprobar o desaprobarlos criterios de los modelos en las sembrado-ras y sembradoras de precisión comerciales.

Los diseñadores y fabricantes que conside-ran seriamente las funciones deseadas de lassembradoras y las sembradoras de precisióny las variaciones requeridas para obtener esosresultados con la mayor frecuencia posiblepresentan una gama de opciones. Los consu-midores deben constatar qué máquina les pue-de resultar más útil después de haber sopesadofactores de riesgo, comportamiento y costos.

Por ejemplo, las sembradoras para regene-ración de pasturas pueden no ser tan desarro-lladas como aquellas para establecer cultivosanuales porque el manejo de los residuos rara-mente es un requisito importante en la siembrade especies forrajeras y además porque puedehaber mayor flexibilidad en la elección de lafecha apropiada de siembra. Esto a su vez per-mite una demora en el momento de siembra

hasta que llega el tiempo favorable. Por otrolado, el objetivo de las fechas de siembra paralos cultivos anuales a menudo está dictado porla oportunidad climática de la cosecha, que esmuy limitada y difícilmente permite esperar du-rante mucho tiempo las condiciones favorables.Las sembradoras y las sembradoras de preci-sión deben funcionar a su máximo potencialcon menor dependencia del clima y por ellodeben ser más elaboradas que las sembradoraspara regeneración de pasturas.

Este capítulo considera las máquinas paragrandes predios y tracción mecánica y el ca-pítulo siguiente analiza las máquinas para agri-cultura en pequeña escala y para animales detiro. En ambos casos el modelo de las sem-bradoras y las sembradoras de precisión cu-bre los siguientes temas:

• Ancho de las operaciones.• Nivelación de la superficie.• Requisitos de potencia.• Aplicación de la fuerza de penetración.• Consideraciones para el transporte.• Utilización de la potencia disponible.•· Almacenamiento y dosificación de los pro-

ductos.

Ancho de las operaciones

Los factores más importantes que debe-rían tener influencia sobre el modelo de las

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sembradoras y las sembradoras de precisiónpara labranza cero son el tiempo total necesa-rio para establecer un cultivo determinado yla fuerza disponible para tirar de la máquina.Lamentablemente, muchos agricultores seconvierten de la labranza común a la labranzacero con la esperanza de que con este últimosistema obtendrán el mismo rendimiento deltrabajo que con las máquinas usadas anterior-mente para labrar la tierra. Tales expectativasno tienen en consideración el hecho de quelas máquinas para labranza cero van a cubrirel campo solo una vez y pueden, por lo tanto,permitir un trabajo a una velocidad menor detrabajo. Dado que muchas sembradoras y sem-bradoras de precisión para labranza cero soncapaces de trabajar a una velocidad de avan-ce similar a la de las máquinas de labranza,esto significa que pueden ser más angostas.

Una comparación concisa y práctica fue he-cha por un agricultor inglés quien concluyó quemientras pudiera sembrar con su máquina paralabranza cero a la misma velocidad que podíaanteriormente arar, estaría ganando al utilizarla labranza cero. A pesar de tal pragmatismo,es común oír que otros agricultores exigen quelas máquinas para labranza cero sean del mis-mo ancho que las máquinas convencionales.Algunos fabricantes de maquinaria acceden aestos pedidos pero se ven forzados a seleccio-nar abresurcos con baja demanda de potencia.Casi invariablemente, cuanto más baja es lademanda de potencia de los abresurcos paralabranza cero, de menor calidad será el trabajoque hacen en el suelo sin labrar y mayor será elriesgo de un fracaso biológico.

Por ejemplo, un agricultor que use la labran-za mínima cubrirá el campo pasando por lomenos dos veces o probablemente tres vecespara establecer un cultivo. Si cada una de lasmáquinas usadas para la labranza mínima, in-cluida la sembradora, fuera de 4,5 m de an-cho, el ancho efectivo de trabajo sería de 1,5 m(4,5:3). Aún así, muchos agricultores se lamen-tan de que una sembradora de 3 m de anchopara labranza cero sería demasiado angosta

para sus propósitos, si bien podrían comple-tar todo el trabajo en la mitad del tiempo querequieren las máquinas de 4,5 m en labranzamínima. Sin embargo, es sorprendente que esteproblema aparentemente simple se repita ennumerosas oportunidades.

Para aquellos agricultores resistentes al cam-bio, tal argumento podría ser una excusa paraeludir el problema. Para otros que practicanla labranza cero con las sembradoras que re-quieren poca potencia, refleja la ignoranciade los beneficios que ofrecen las máquinaspara labranza cero más desarrolladas; lo cualinvariablemente está acompañado por una ma-yor demanda de potencia.

Si bien el incremento de demanda de po-tencia y fuerza de penetración de los abresur-cos se convierte en una mayor solicitud de lapotencia del tractor y del peso de la máquina,esos insumos son relativamente poco costo-sos y fácilmente obtenibles. El aumento de laconfiabilidad biológica y de los rendimientosde los cultivos por medio del modelo de losabresurcos son el insumo más costoso y com-plejo. Algunos operadores eligen minimizarlos requisitos de potencia o peso en lugar demaximizar la confiabilidad biológica. En rea-lidad, es así como los operadores individua-les enfocan todo el concepto de labranza cero:si están orientados a obtener mejores rendi-mientos o si están orientados a obtener bene-ficios económicos.

Aquellos que consideran la labranza cerocomo un elemento para eliminar la labranzapero que todavía piensan que la labranza es elelemento fundamental, probablemente optenpor lo menos costoso, y maximicen el anchodel trabajo y minimicen los requisitos de po-tencia y peso como altas prioridades. Aque-llos que consideran que la labranza cero es elobjetivo final y consideran la labranza solocomo una etapa del proceso de aprendizaje(si bien practicada durante siglos) podríancambiar su opinión y buscarán maximizar elcomportamiento biológico, casi sin considerarel costo, el peso y el ancho, y dispuestos a

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agregar fácilmente los cambios necesarios ensus prácticas de manejo. A menudo está llenode gente con estas dos perspectivas y no esprobable que cambien en este sentido.

El modelo y el deseo de un cierto ancho deoperación incluyen varias funciones más alláde la relación que pueden tener con el abre-surcos: disponibilidad de potencia, topogra-fía del predio, cantidad de insumos que se lle-van al campo y su transporte, por enumerarsolo algunos. Cada función que se agrega seintegra en el modelo general y en el ancho dela máquina. Los ejemplos de las máquinas quese observan en las Láminas 88, 89, 90 y 91presentan un rango de ancho de 4 a 18 m, to-das montadas con el abresurcos en T inverti-da pero en diferentes configuraciones.

Nivelación de la superficie

La oportunidad de nivelar la tierra antes dela siembra se pierde cuando se trabaja en el

régimen de labranza cero. Por esta razón, lassembradoras y las sembradoras de precisióndeben ser capaces de seguir fielmente cambiosimportantes en la superficie del suelo sin ir endetrimento de la profundidad de siembra ode otras funciones. Este es un requisito difícil desatisfacer (ver Capítulo 8) y para una sembra-dora o una sembradora de precisión impone li-mitaciones sobre el ancho total de la máquinay otras consideraciones en su diseño.

Seis metros (20,5 pies) parece ser el límitemáximo que una máquina puede abarcar en unsolo bastidor para permitir que los abresurcosse levanten y caigan lo suficiente para seguirlas depresiones y elevaciones del terreno. Aunen esos casos, salvo cuando los abresurcos sonempujados con una fuerza de penetración ca-paz de ejercer una fuerza consistente a medidaque se mueven verticalmente cerca de 0,4 m(16 pulgadas), puede ocurrir alguna siembra aprofundidad irregular con una sembradora de6 m de ancho. Cuando son necesarios anchosmayores se utilizan unidades múltiples o alas

Lámina 88 Sembradora de 4,5 m de ancho para labranza cero sobre marco rígido y con ruedatrasera.

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que se doblan a partir de un grupo central. Peroaun así, el trabajo con una máquina de 6 m deancho con un abresurcos con buena capacidadde seguimiento de la superficie es posible so-

lamente en un terreno razonablemente nivela-do. Una medida más aceptable sería 4,5 m.

No existe ninguna diferencia si los abresur-cos están separados 150 mm o un metro. Cada

Lámina 89 Barra portaherramientas de 12 m, remolcada, con las alas dobladas para el trans-porte.

Lámina 90 Barra portaherramientas rígida de 4 m que se levanta para su transporte.

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abresurcos individual debe subir y bajar enrespuesta a las irregularidades de la superfi-cie, independientemente de los otros abresur-cos. Su incapacidad para hacerlo resulta en lapérdida de un surco sin consideración de cuán-tos surcos más hay.

Dado que el microcontorno de la superfi-cie de la tierra permanece sin disturbar, lasruedas reguladoras/compresoras de los abre-surcos para labranza cero deben operar enuna superficie más áspera que en el caso dela labranza común. La reducción del impac-to de esta aspereza debe ser obtenida pormedio de un resorte en las ruedas regulado-ras/compresoras, pero esto elimina virtual-mente su función de control de profundidad,dado que la relación entre la posición de lasruedas y la base de la ranura (posición de lasemilla) cambia constantemente cuando lasruedas están en tensión. Como alternativa, elmontaje de las ruedas sobre brazos deslizan-tes reduce efectivamente a la mitad cada irre-gularidad superficial, lo cual nivelará el pa-saje de un abresurco con ruedas reguladoras/

compresoras rígidas o semineumáticas sincomprometer su función de regulación.

Otro elemento a considerar es la velocidad.Obviamente, cuanto más rápidamente es arras-trada la sembradora o la sembradora de preci-sión, más variable será el recorrido. Esto esespecialmente importante con las sembrado-ras de precisión porque la precisión en la en-trega de las semillas y su espaciamiento finales afectado por la suavidad del recorrido. Unavelocidad aceptable para trabajar con una sem-bradora de precisión en un suelo labrado pue-de ser muy rápida cuando la misma sembra-dora opera en un suelo sin labrar. Este es unfactor negativo de la labranza cero pero quedebe ser considerado frente al hecho de queen un suelo labrado han sido necesarias va-rias pasadas de herramientas de labranza an-tes de la siembra. Por lo tanto, si es necesa-ria una velocidad de siembra menor para lasiembra en labranza cero, esto reducirá, perono eliminará, las ventajas asociadas con estetipo de labranza cero. En el caso de la siem-bra de semillas pequeñas comparada con la

Lámina 91 Barra portaherramientas de 18 m que se remolca desde su parte trasera para eltransporte.

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sembradora de precisión de semillas más gran-des, casi no hay restricciones de velocidad.Sin duda, algunas sembradoras para labranzacero operan a velocidades mayores que má-quinas similares en tierras labradas.

Requisitos de potencia

Las sembradoras y las sembradoras de pre-cisión para labranza cero requieren más po-tencia para operar en suelos sin labrar que lasmáquinas que trabajan en suelos labrados. Estoes en parte debido al hecho de que los abre-surcos están diseñados para romper la tierrasin labrar y en parte porque las máquinas sonmás pesadas. Los requisitos típicos de poten-cia son de 3 a 9 kilowatios (kW) del motor deltractor (4 a 12 HP) por abresurco. Esta poten-cia también requiere un incremento de la po-tencia de tracción, por lo que en los casos delabranza cero son usados preferentemente trac-tores con tracción en las cuatro ruedas.

Este requisito de potencia crea limitacionesen el número de abresurcos que pueden serarrastrados por un tractor determinado. Porejemplo, una sembradora de 25 abresurcos queopera en un terreno llano y en suelo de texturamedia, requiere una potencia del motor deltractor de aproximadamente 150 kW (200 HP)mientras que el mismo abresurcos operandoen un suelo sedimentario y/o en suelos en la-dera o en un césped denso puede requerir un50 por ciento más de potencia.

Los requisitos de potencia también estánrelacionados con la velocidad de siembra.Algunos abresurcos pueden operar satisfac-toriamente a velocidades relativamente altas(hasta 16 km/h). Otros no deberían ser usadosa más de 7 km/h. La necesidad de potenciadel tractor se incrementa con el aumento de lavelocidad que resulta en un menor tiempo detrabajo.

Las sembradoras de precisión tienen venta-jas sobre las sembradoras en lo que respecta alos requisitos de potencia. El menor número

de abresurcos en las sembradoras de precisiónes debido a su mayor espaciamiento, de hastaun metro, lo que significa que raramente lapotencia del tractor será un factor limitantepara el tamaño de la máquina. En general, ellímite máximo del tamaño de las sembrado-ras de precisión es la capacidad de los abre-surcos para seguir el nivel de la superficie delterreno, mientras que en las sembradoras elfactor limitante es la potencia del tractor.Como regla general, para un ancho dado deoperación, una sembradora de precisión re-quiere la mitad de la potencia del motor deltractor de una sembradora de una medida si-milar.

Finalmente, el ancho de la sembradora serádeterminado por una combinación del númerode abresurcos y de la distancia entre surcos. Engeneral, en la labranza cero los cultivos se be-nefician de un espaciamiento estrecho de lossurcos en razón de la mayor disponibilidad dehumedad de los suelos sin labrar. Por otro lado,las limitaciones físicas impuestas por el mane-jo de los residuos indican que en las sembra-doras los surcos para labranza cero raramenteestán espaciados a menos de 150 mm.

Fuerzas del pesoy del abresurcos

Cada modelo de abresurcos para labranzacero requiere una fuerza de penetración dife-rente para satisfacer el objetivo de colocar lassemillas a la profundidad requerida. Esta fuer-za de penetración está determinada por nu-merosas variables:

1. Consistencia del suelo, lo que determinala resistencia del suelo a la penetración.

2. Densidad y humedad del suelo, lo queafecta la consistencia del suelo.

3. Presencia o ausencia de piedras y su ta-maño.

4. Presencia o ausencia de raíces de plantasque resisten directamente a la penetración.

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5. Estado de descomposición de las raícesde las plantas, que es afectado por el in-tervalo entre la aspersión o la cosecha yla siembra.

6. Velocidad de operación, ya que los abre-surcos penetran mejor a velocidades re-ducidas que a altas velocidades.

7. Arrastre de los abresurcos (su resistenciaal movimiento a través del suelo).

8. Geometría del enganche de los abresurcosal bastidor de la sembradora; a medida queel abresurco se mueve hacia abajo en unhueco el componente vertical de tiro aumen-ta actuando hacia arriba, oponiéndose y re-duciendo la fuerza de penetración y empu-jando los abresurcos dentro del suelo.

Mai (1978) midió las fuerzas de penetracióny las fuerzas de arrastre a una profundidad desiembra de 38 mm, a muy bajas velocidades deabresurcos de triple disco vertical y de abre-surco simple de ala en labranza cero, en un cés-ped asperjado en un suelo franco sedimentarioy con dos contenidos diferentes de humedad.Los resultados se encuentran el Cuadro 27.

Los datos del Cuadro 27 muestran que mien-tras que el abresurco vertical de triple discorequirió cuatro veces más de fuerza de pene-tración en 38 mm de profundidad que el abre-surco simple de ala, requirió el 50 por cientomenos fuerza de arrastre a través del suelo.

La acción de penetración del abresurco de tri-ple disco forma en el suelo una cuña con elángulo agudo hacia abajo que absorbe la fuer-za de penetración. Por otro lado, el abresurcode ala tiende a levantar el suelo lo que reducesu fuerza de penetración. De hecho, el suelocuando actúa sobre la superficie superior delas alas inclinadas tiende a tirar esa parte delabresurco de ala hacia la tierra, si bien es con-trarrestado por la resistencia a la penetracióndel predisco, por la parte vertical del cincel delabresurco y por los bordes frontales más ba-jos de las alas.

El abresurco vertical de triple disco estácompuesto totalmente de discos giratorios.Una vez que ha llegado a la profundidad deoperación, las fuerzas necesarias de tiro a tra-vés del suelo son menores que con el abre-surco de ala, el cual corta las raíces y a me-dida que avanza separa una zona de suelomás ancha que el abresurco de triple disco.Esto se refleja en las relaciones fuerza depenetración:fuerza de tiro para los dos abre-surcos, que promedian 0,65 para el abresur-cos vertical de triple disco y 0,11 para el abre-surco simple de ala.

Lógicamente, en el caso de ambos abresur-cos, el suelo más húmedo requiere menos fuer-za de penetración y de tiro que un suelo seco,pero la relación fuerza de penetración:fuerza

Cuadro 27 Requisitos de fuerza de penetración y de arrastre de dos abresurcos en labranzacero.

Abresurco vertical Abresurcode triple disco¹ simple de ala²

Contenido de humedad (g/g) 23% 28% 23% 28%Fuerza de penetración (N) 882 842 221 203Arrastre (N) 1 684 1 210 2 096 1 852Relación fuerza de penetración:arrastre 0,53 0,70 0,11 0,11

Nota: Conversión: (N) Newton = fuerza 0,2 libra.¹ El abresurco vertical de triple disco tenía un predisco plano de 3 mm de espesor y 200 mm de diámetro; losdobles discos eran de 3 mm de espesor y 250 mm de diámetro.² El abresurco simple de ala tenía un predisco plano de 3 mm de espesor y 200 mm de diámetro; las alasmedían 40 mm de ancho.

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de tiro permaneció razonablemente estable, sinconsiderar el contenido de humedad del suelo.

Baker (1976a), en tres experimentos sepa-rados, midió las fuerzas de penetración reque-ridas para una penetración de 38 mm por va-rios abresurcos en un suelo seco, fino, arenosolimoso, cubierto con residuos de pasturas tra-tadas con herbicidas y contenidos de hume-dad que variaban entre el 14,1 y el 18,2 porciento (g/g). Los resultados se encuentran enel Cuadro 28.

Los datos del Cuadro 28 muestran que ladiferencia en la fuerza de penetración entrelos abresurcos verticales de triple disco y losabresurcos simples de ala es ligeramente me-nor que en el Cuadro 27, probablemente enrazón de un suelo más liviano. El abresurcode azada fue similar al abresurco de ala lo quesugiere que el efecto de arrastre de las alastuvo una importancia menor, ya que los abre-surcos de azada no tienen alas.

El abresurcos angulado de disco plano re-quirió la menor fuerza de penetración de to-dos los abresurcos probados y el abresurcosangulado de disco cóncavo requirió más fuer-za de penetración que todos los otros abre-surcos excepto el de triple disco vertical,probablemente a causa de la resistencia a lapenetración de la parte convexa del discoangulado.

Para que una sembradora o una sembrado-ra de precisión pueda operar, su peso o com-

ponente de penetración debe ser suficientepara proporcionar las fuerzas de penetracióncombinadas de todos sus abresurcos cuandooperan en las peores condiciones –por lo ge-neral, las más secas– en las que es posibleobtener emergencia de las plántulas. Esteconcepto es particularmente importante y amenudo confunde a los potenciales interesa-dos en adquirir sembradoras cuando se enfren-tan con las propuestas y contrapropuestas delos fabricantes. Por ejemplo, los abresurcosverticales de doble o triple disco se compor-tan mediocremente en lo que hace a la emer-gencia de las plántulas en los suelos secos (verCapítulo 6). Con pocas excepciones, las sem-bradoras o las sembradoras de precisión conesos abresurcos no proporcionan suficientefuerza de penetración (peso) para llegar a laprofundidad de siembra en el suelo seco. Lassembradoras parecen ser relativamente livia-nas lo que da la impresión errónea de que pue-den penetrar en la tierra más fácilmente queotras sembradoras, cuando la realidad es lasituación opuesta.

Por otro lado, los abresurcos de ala tole-ran suelos muy secos, en términos biológi-cos, y sus sembradoras o sembradoras deprecisión a menudo son suficientemente pe-sadas como para forzar a los abresurcos ensuelos que podrían ser de otra manera bioló-gicamente inadecuados. Por esta razón, el pesototal de una sembradora o de una sembradora

Cuadro 28 Requisitos de fuerza de penetración de varios abresurcos para labranza cero.

Triple disco Simple Disco plano Disco cóncavovertical1 de ala2 De azada3 angulado4 angulado5

Fuerza de penetración (N) 770 281 263 133 145

Nota: Conversión: 1 N (Newton) = fuerza 0,2 libra.1 El diseño del abresurco de disco triple vertical según el Cuadro 27; el valor es la media de tres experimentos.2 El diseño del abresurco simple de ala según el Cuadro 27; el valor es la media de tres experimentos.3 El abresurco de azada tenía un predisco plano de 3 mm de espesor y 250 mm de diámetro y el diente era de25 mm de ancho; el valor es la media de tres experimentos.4 El disco plano angulado tenía 3 mm de espesor y 250 mm de diámetro; el valor es de un solo experimento.5 El disco angulado cóncavo tenía 2 mm de espesor y 250 mm de diámetro; el valor es de un solo experimento.

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de precisión no refleja necesariamente los re-quisitos de sus abresurcos en un suelo deter-minado. Este puede, de hecho, reflejar me-jor que ningún otro elemento la toleranciabiológica (o intolerancia) de sus abresurcosa los suelos secos.

Sin embargo, es necesaria otra fuerza ade-más del peso muerto de los abresurcos paraforzar su penetración en el suelo. La Figura35 muestra cuatro arreglos geométricos dife-rentes para unir los abresurcos a los bastido-res de las sembradoras.

El primero y más simple consiste en fijarlos abresurcos en forma rígida al bastidor dela sembradora, sin posibilidad de articulaciónentre los mismos. Esto da a la sembradora unabaja capacidad para seguir los cambios de lasuperficie pero la fuerza de penetración pro-vista a cada abresurco permanece razonable-mente constante y claramente predecible.

El segundo caso utiliza un cable de aceropara: i) introducir un brazo de tiro separadoentre el bastidor de la sembradora y el abre-surco, y ii) proporcionar un movimiento limi-tado entre este y el bastidor de la sembradora.Para cumplir la segunda función, la parte su-perior se extiende y a menudo está enrolladavarias veces para aumentar su flexibilidad.

Durante la operación, el arrastre contra el suelodel abresurcos tiende a que el brazo de tirotire hacia atrás y hacia arriba, pero el despla-zamiento real en cualquier dirección es relati-vamente pequeño. Esto significa que el puntode acción de la fuerza de penetración aplica-da en el suelo permanece relativamente cons-tante en relación con el bastidor de la sembra-dora y, por lo tanto, hay poco cambio en lafuerza de penetración a medida que los abre-surcos atraviesan las ondulaciones de la su-perficie del terreno.

Este modelo limita su capacidad para seguirfielmente las variaciones de la superficie delterreno. Además, muchos modelos similarespermiten que los abresurcos se muevan hacialos lados con el resultado de producir algunavariación en el espaciamiento entre surcos; sinembargo, esto permite trabajar en superficiescon piedras grandes y tener menos bloqueosque los abresurcos rígidos o las barras de tiroque se mueven solo en el plano vertical.

El tercer arreglo se usa comúnmente en lassembradoras convencionales para camas desemillas en tierras aradas y ha sido simple-mente transferida a muchas sembradoras paralabranza cero, con ajustes para reforzar sufortaleza y la magnitud de las fuerzas de

Figura 35 Opciones geométricas para el enganche de las barras de tiro en una sembradora paralabranza cero. *El abresurco también se mueve hacia delante al igual que toda la máquina, por loque esto es ignorado y no afecta la función del abresurco de ninguna manera.

Enganche con elástico

(sin articulación)

Barraportaherra-mientas

Direcciónde la articulación

Enganche rígido Enganche con barrade tiro montada

en un pivote

Enganchecon barras

de tiro paralelas

Centro de rotaciónaproximado Centro de rotación

(articulación rotatoria) (articulación rotatoria) (articulación vertical)*

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penetración. Consiste de una sola barra de tiromontada en un pivote que es empujada haciaabajo o algunas veces se tira de ella desde aba-jo. El abresurcos no puede actuar hacia atrás,solamente hacia arriba y hacia abajo en un arcolimitado alrededor del punto del pivote entrela barra de tiro y el bastidor de la sembradora.Dado que la fuerza aplicada por el tractor paracrear este movimiento de avance –fuerza dearrastre– actúa a través del punto del pivote yse opone a la resistencia del abresurco en elpunto de contacto del suelo, estas fuerzas pue-den ser resueltas por triangulación de sus com-ponentes horizontales y verticales.

La Figura 36 muestra el diagrama de lasfuerzas resultantes. El tiro o fuerza de tiroaplicada por el tractor se opone por la resis-tencia al movimiento hacia adelante (P) a tra-vés del suelo. Esto se aprecia en el diagramacomo el componente horizontal de tiro (H).El componente de tiro (V) es derivado de lalínea resultante de tiro (R) que pasa a travésdel punto de unión del abresurco a la sembra-dora y el centro de resistencia (X) de todas

las fuerzas del suelo; este es el punto de equi-librio de todas las fuerzas de resistencia delsuelo en el abresurcos y está ubicado algodebajo de la superficie del suelo. El compo-nente vertical de tiro (V) actúa hacia arriba y,junto con la fuerza vertical que se genera porla resistencia del suelo a la penetración, tieneque ser contrarrestada por la fuerza neta depenetración vertical (D); esta es aplicada se-paradamente por resortes u otros medios so-bre la sembradora –no en el tractor– para queel abresurcos permanezca sobre la tierra.

Todas esas fuerzas encuentran un punto deequilibrio, pero el problema surge cuando laposición del abresurcos cambia en relación conel bastidor de la sembradora. Por ejemplo, amedida que el abresurcos pasa por una peque-ña depresión del terreno y se mueve hacia aba-jo –en relación al punto del pivote del bastidorde la sembradora– el componente horizontal detiro (H) puede no cambiar, pero el componentevertical de tiro (V) aumentará porque la líneade tiro resultante que actúa a través del puntodel pivote (R) será más aguda.

Figura 36 Distribución de las fuerzas que actúan sobre un abresurco para labranza cero a medidaque es arrastrado a través del suelo.

Fuerza vertical neta, haciaabajo, aplicada por el marcode la sembradora(con la ventaja mecánicade este punto de aplicación)

Punto de enganchedel abresurco al marcode la sembradora

Fuerza de tiro aplicadapor el tractor

Línea resultante de tiroque contribuyea los componenteshorizontales y verticalesde tiro

Resistencia horizontal del sueloal movimiento de avance

Componente verticalde tiro y resistenciavertical del sueloa la penetración

Componente horizontalde tiro

Centro de resistenciade las fuerzas del suelo

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Esto significa que habrá entonces una ma-yor fuerza hacia arriba oponiéndose a la fuer-za neta vertical de penetración (D) sobre elabresurcos, que en el mejor de los casos per-manece constante, lo que da como resultadouna siembra más superficial. Esto sería un pro-blema importante si la fuerza de penetraciónpermaneciera constante, pero como el meca-nismo de aplicación de la fuerza de penetra-ción sobre la sembradora es por lo general unresorte, la fuerza de penetración realmente dis-minuye algo a medida que el abresurcos semueve hacia abajo porque el resorte se estira.El efecto neto es una significativa reducciónde la fuerza neta de penetración vertical (D)aplicada al abresurcos, y da como resultadouna siembra más superficial en esa porciónde terreno.

El efecto contrario ocurre cuando un abre-surco pasa sobre una elevación del terreno.Típicamente, los abresurcos con este arreglogeométrico común siembran muy superficial-mente en las depresiones y muy profundamen-te sobre las elevaciones.

Sin embargo, hay aún otros problemas. Sila resistencia del suelo al movimiento de avan-ce (P) se incrementa porque la sembradoraencuentra una zona de suelo más duro, la mag-nitud de la línea de tiro resultante (R) tambiénse incrementa, aun cuando su pendiente pue-da ser la misma. Esto a su vez incrementará elcomponente vertical de tiro (V), el cual salvoque sea compensado por un incremento en lafuerza vertical neta (D), dará lugar también auna siembra más superficial.

En realidad, tanto la superficie del suelocomo la resistencia del movimiento de avan-ce de los abresurcos individuales cambiancontinuamente bajo las condiciones de labran-za cero. Como consecuencia, también cambiael componente vertical de tiro, lo que causavariaciones en la penetración.

El cuarto arreglo es común (Figura 35) enlas sembradoras de precisión y en modelosmás desarrollados de sembradoras para labran-za cero. En este caso, la barra de tiro montada

en un pivote simple usada en el tercer arregloes reemplazada por dos barras de tiro parale-las de igual longitud ordenadas en forma deparalelogramo como se ilustra a la derechade la Figura 35. Los objetivos de esta confi-guración son cuatro:

1. Mantener una relación predecible entre losdistintos componentes del armado de unabresurco. Por ejemplo, algunos abresur-cos de las sembradoras de precisión tie-nen hasta seis componentes diferentes quesiguen uno a otro en una relación fija. Siel conjunto fuera montado en una barra detiro de un solo pivote (Figuras 35 y 36) yse moviera en forma de arco a medida quesuben y bajan, la relación vertical entre loscomponentes traseros y delanteros se al-teraría apreciablemente como si se movie-ran verticalmente.

2. Mantener un ángulo dado de aproximaciónde los componentes críticos con el suelo,sin considerar la posición vertical del mon-taje del abresurco. Por ejemplo, los abre-surcos de ala tienen las alas que se tuercenligeramente hacia abajo y hacia delante aun ángulo de 5 a 7° con la horizontal, demodo que pueden operar a poca profundi-dad con las alas aun bajo tierra. Si el abre-surco estuviera montado en una barra detiro de un solo pivote, el ángulo preestable-cido del ala debería ser incrementado encerca de 10° para asegurar que un ángulopositivo del ala permanezca por debajo delarco del movimiento. Pero en la posiciónintermedia un ángulo de 10° podría limitarla menor profundidad de la sembradoraporque las alas saldrían a la superficie delsuelo.

3. Reducir la magnitud de las fuerzas opues-tas a la fuerza de penetración. Si bien laordenación en forma de paralelogramopuede tener poco o ningún efecto favora-ble sobre el componente vertical de tiroopuesto a la fuerza de penetración, hay otrafuerza que también se opone a la fuerzade penetración en las barras de tiro de un

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solo pivote: es la fuerza rotatoria que sur-ge del tiro horizontal del suelo que actúahacia atrás en la base del abresurco, queestá siempre ubicado más bajo que el pi-vote.

4. Para facilitar el modelo de brazos de arras-tre cortos y largos sin cambiar de posicióno la geometría de la aplicación de la fuer-za de penetración. La fuerza mecánica delos paralelogramos es tal que si se aplicaen parte una fuerza de penetración en unode los brazos horizontales, habrá una fuer-za de penetración resultante detrás de lospivotes. Más aún, si se une un bastidor rí-gido a la parte trasera de esos pivotes, lamisma fuerza de penetración será aplica-da a cualquier punto a lo largo del basti-dor rígido. Dado que un abresurco unidoa la parte posterior de los pivotes de unparalelogramo actúa como un bastidor rí-gido horizontal, este principio se aplica alos abresurcos montados en brazos para-lelogramos.

En los modelos de sembradoras, esto per-mite que los abresurcos de diferentes longitu-des estén unidos a las uniones de los paralelo-gramos que crean oscilaciones para obtenerla separación de los residuos y cada abresur-cos sufrirá la misma fuerza de penetración delabresurcos vecino.

Si bien las mejores innovaciones y los arre-glos geométricos recién discutidos son suma-mente útiles para asegurar que los abresurcospara labranza cero reciban fuerzas de pene-tración constantes en el extenso rango de susmovimientos, se debe enfatizar que la magni-tud y la dirección de las principales fuerzasopuestas (por ej., los componentes ascenden-tes verticales del tiro y la resistencia del sue-lo) varían con las condiciones del suelo y laposición del abresurco en cualquier momentoy, por lo tanto, raramente son constantes. Poresta razón, ningún arreglo geométrico diseña-do hasta ahora tiene la capacidad para mante-ner una fuerza de penetración neta y consis-tente sobre un abresurco.

Restablecimiento de la fuerzade penetración

Un elemento adjunto a los requisitos gene-rales de la fuerza de penetración en las sem-bradoras y en las sembradoras de precisiónpara labranza cero es la variedad de métodosusados para asegurar que una sembradora yuna sembradora de precisión restablecen lasfuerzas de penetración al nivel preseleccio-nado después que los abresurcos han sido le-vantados de la tierra para su transporte. El mo-vimiento repetitivo de bajar y levantar losabresurcos es más común en la labranza ceroque en la labranza común porque las vueltascerradas con los abresurcos en posición de tra-bajo en la labranza común son más dificulto-sos. Algunos de los sistemas usados son:

1. Retorno manual a la guía. Cuando una sem-bradora o una sembradora de precisión sondiseñadas para levantar los abresurcosusando uno o más émbolos hidráulicos delmarco de la máquina, al volver a poneresos émbolos en la posición original eloperador observa una guía que indica hastadónde se han extendido o contraído pre-viamente los émbolos y puede detener elciclo en ese punto. Es posible que los ope-radores se olviden de observar la guía y,además, que esa operación manual reite-rada agregue fatiga al operador. Por otrolado, este sistema permite que la fuerza depenetración en todos los abresurcos sea al-terada por el operador sin dejar el asientodel tractor. Si una sembradora o una sem-bradora de precisión tienen enganche detres puntos montado en el tractor, o si tie-nen montado separadamente un juego deruedas para el transporte, el ajuste de laprofundidad se obtiene por lo general cam-biando una unión mecánica, un tornilloespecífico o la presión en una sección in-dependiente del sistema hidráulico. Esteajuste permanece inalterado durante lasoperaciones de siembra y transporte. El re-greso de la máquina a la tierra después del

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transporte automáticamente restablece lamagnitud de la fuerza de penetración origi-nal ya que ningún elemento ha sido alteradodurante el transporte. Si bien esto reduce eltrabajo del operador, las alteraciones a lafuerza de penetración a menudo requierenque el operador descienda del tractor.

2. Retorno a una detención o presión automá-tica. Cuando una sembradora o una sem-bradora de precisión están diseñadas paralevantar y bajar los abresurcos hidráulica-mente, una válvula ajustable de control hi-dráulico o mecánico puede ser colocada enla máquina de modo que un movimientopredeterminado o el aumento de la presiónde aceite mueva la válvula y detenga el sis-tema hidráulico en cualquier posición se-gún una fuerza de penetración dada. Si bienesto facilita el trabajo del operador, hayuna cierta demora mientras el sistema hi-dráulico del tractor mueve el émbolo a laposición predeterminada y las alteracio-nes de la magnitud de la fuerza de pene-tración requieren que el operador descien-da del tractor. Un fabricante de tractoresdurante muchos años proporcionó un siste-ma de modulación de la presión en el siste-ma hidráulico en sus tractores. Este sistemapermitió que el operador variara la presiónhidráulica desde el puesto del operador, loque es útil para dar presión a los émbolos enlas sembradoras o en las sembradoras de pre-cisión. La repetibilidad de este sistema sim-plemente confiaba en establecer un puntode detención en los controles hidráulicos deltractor. El operador volvía la palanca a suposición en el sistema hidráulico después delevantar y transportar la máquina.

3. Retorno automático. En algunas sembrado-ras y sembradoras de precisión para labran-za cero se incluye una «válvula de memo-ria» que utiliza los émbolos hidráulicos parala fuerza de penetración y para levantar elequipo. La válvula de memoria incrementala repetibilidad de los procesos durante losfrecuentes transportes y siembras, ya que

almacena automáticamente la presión dela fuerza de penetración en el(los)acumulador(es) de aceite sobre nitróge-no cuando se levanta para el transporte.Una vez que la sembradora retorna al sue-lo, la válvula de memoria automática einstantáneamente vuelve a la presión ori-ginal del sistema de la fuerza de penetra-ción sin necesidad de más atención porparte del operador. Esto aumenta la velo-cidad del ciclo para el transporte y la siem-bra y viceversa, lo que es importante parala eficiencia del trabajo y la precisión deloperador. La presión de penetración pue-de ser cambiada en cualquier momentodesde el asiento del operador.

Uno de los mayores problemas que ocu-rren con las sembradoras para labranza ceroes que la magnitud de las fuerzas involucradaspara la penetración y el arrastre pone una altatensión inusual en la carga de los brazos dearrastre, en los abresurcos y en sus soportes.Este problema es exacerbado cuando las sem-bradoras y las sembradoras de precisión de-ben hacer giros. Los diseños más duraderoshan usado cojinetes de bolas o de rodillos enel pivote del brazo de tiro en lugar de sim-ples bujes como ocurre en las sembradorasconvencionales.

Lamentablemente, algunos de los diseñossimples de brazos de tiro convencionales tam-bién se han aplicado a las sembradoras paralabranza cero más económicas. Estas unida-des a menudo tienen problemas con los com-ponentes y pierden precisión. Por ejemplo,los pivotes de los brazos de arrastre se des-gastan prematuramente, es difícil mantenerlos abresurcos alineados verticalmente a lalínea de tiro, lo que da origen a una profundi-dad de siembra imprecisa y a una distanciano uniforme entre surcos. La frecuencia delas roturas es mayor y a menudo se perjudicael manejo de los residuos. Las fallas de estasmáquinas causan cierta frustración en los ope-radores y, como resultado, se pierde entusias-mo por la labranza cero.

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Configuraciones de las ruedasy el remolque

Una característica importante de la labran-za cero comparada con la labranza común esla capacidad de los suelos para soportar el trá-fico de las ruedas sin daño de compactación ysu resistencia al daño causado por las ruedasde máquinas y camiones. Si bien ocurre unacierta compactación, las poblaciones de la fau-na del suelo y las bacterias lo devuelven a ni-veles sostenibles en respuesta a una menordisrupción de la labranza y a un incrementode la materia orgánica, que son los procesosrestauradores naturales de los suelos vivos ymejoran rápidamente la mayoría de sus pro-blemas.

Las sembradoras para labranza cero y, enmenor grado, las sembradoras de precisión sonmás pesadas que las mismas máquinas para la-branza, pero raramente es necesario aumentarel área de contacto de las ruedas, gomas o pati-nes en forma proporcional a su peso, en razóndel incremento de la resistencia a la carga delos suelos en que operan. De cualquier mane-ra, no es necesario someter incluso los suelosno labrados a presiones de las ruedas de lassembradoras que son significativamente mayo-res que las ruedas de los tractores que las arras-tran. Las ruedas de los tractores por lo generalejercen presiones en la zona de contacto entre50 y 85 kPa (7-12 psi) y en el ancho de lashuellas de las ruedas a 30-50 kPa (4-7 psi).

Como ocurre con las sembradoras y las sem-bradoras de precisión convencionales hay va-rias opciones de configuraciones de las rue-das. Algunas de estas, con sus atributos ylimitaciones, se esbozan a continuación.

Ruedas traseras

Estas ruedas están colocadas en ambos ex-tremos posteriores del bastidor de las sembra-doras y de las sembradoras de precisión. Al-gunas sembradoras de precisión, en razón de

su amplio espacio entre surcos, tienen las rue-das colocadas entre los surcos a alguna dis-tancia de la parte trasera de la máquina. Estoreduce las fuerzas laterales durante los girosy permite que dos o más máquinas trabajenconjuntamente.

Los diseños con ruedas traseras son adecua-dos para máquinas de hasta seis metros de an-cho. Estas ruedas ofrecen una excelente ma-niobrabilidad y estabilidad en las laderas y sonpor lo general más económicas que otras op-ciones. Muchas máquinas usan una sola rue-da en cada extremo de la máquina, por lo quenecesitan ruedas adicionales para ser transpor-tadas. Algunos diseños tienen pares de ruedascon brazos móviles que duplican el área decontacto, reducen los golpes y ofrecen la po-sibilidad de adaptarlas al remolque trasero.

Las sembradoras y las sembradoras de pre-cisión con ruedas traseras no son adecuadaspara unir varias unidades en forma paralela.Cuando se contempla un trabajo en estas con-diciones es necesario organizar su colocaciónen una configuración desalineada y marcos se-parados para remolque, como se ilustra en laFigura 37. Por otro lado, la labranza cero aho-rra tanto tiempo, que anteriormente se dedi-caba a la labranza antes de la siembra, que lanecesidad de múltiples sembradoras y sem-bradoras de precisión se reduce considerable-mente.

Ruedas anteriores y posteriores

Estas configuraciones presentan una o másruedas de dirección en cada parte del frente ola parte trasera de la máquina y por lo menosdos ruedas fijas en el extremo opuesto. Laconfiguración reduce la distancia lateral entrelas posiciones de las ruedas lo que permite eldiseño de máquinas más anchas que las máqui-nas de ruedas traseras. Dado que no hay es-tructuras para las ruedas en los extremos de lasmáquinas, es posible reunir varias unidades,como se ilustra en la Figura 38. Tal sistema

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Figura 37 Sembradoras con ruedasposteriores colocadas en un arreglomúltiple exterior.

Figura 38 Sembradoras conarreglos de las ruedas anterioresy posteriores para operación deuna unidad múltiple.

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múltiple necesita una estructura de remolquemucho más simple que las máquinas con rue-das traseras.

Otra ordenación permite usar dos unidadessembradoras bien como sembradora de sur-cos angostos o como sembradora de precisiónde surcos anchos. El espaciamiento de los sur-cos se establece según las necesidades en laconfiguración de la sembradora de precisióny se unen una detrás de la otra en una sembra-dora de precisión de doble ancho (Lámina 92).Cuando se requiere sembrar en surcos angos-tos las dos máquinas se unen en tándem, conlos surcos de la unidad trasera dividiendo lossurcos de la unidad delantera, lo que reduceasí a la mitad el espaciamiento de los surcos.

Por supuesto, para que este sistema prácti-co sea funcional, los mecanismos de entregade las semillas deben tener la suficiente pre-cisión para satisfacer las necesidades de lasembradora de precisión y de los abresurcos.Pocas sembradoras son capaces de tener el gra-do de flexibilidad necesario para este trabajo.Es posible usar sembradoras dobles (que son

costosas y mecánicamente complicadas) o, delo contrario, una u otra de las funciones de laentrega de las semillas queda comprometida.

Las opciones para las conversiones para eltransporte con la configuración de ruedas an-teriores y posteriores son múltiples y varia-das. Un ejemplo de un arreglo práctico parauna unidad sembradora de tres elementos seaprecia en la Lámina 93. Las dos unidadessembradoras externas se doblan hacia atrásdespués que la máquina se levanta del suelopara su transporte. Otras opciones incluyendoblar las unidades externas hacia arriba,pero esta opción está limitada a las sembra-doras neumáticas y a las sembradoras de pre-cisión con tapas que se bloquean para evitarel vuelco de los productos en las tolvas. Lastolvas para los productos en las sembradorasneumáticas están ubicadas en la unidad de lasembradora central y no participan en el do-blado.

Otro arreglo para transportar dos sembra-doras con ruedas anteriores y posteriores semuestra en la Figura 39.

Lámina 92 Unidades sembradoras dobles ordenadas en tándem para obtener una sembradoracon espacio entre surcos reducido a la mitad.

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Figura 39 Un arreglo de re-molque para sembradorascon dos ruedas anteriores ydos posteriores.

Lámina 93 Sembradoras múltiples dobladas para el transporte.

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Adaptación de los tractoresa las sembradoras y a lassembradoras de precisión

En la labranza convencional los tractores porlo general son seleccionados para adecuarsea los implementos que requieren mayor po-tencia, desde la primera labranza –por lo ge-neral una arada– hasta la siembra. Como lassembradoras y las sembradoras de precisiónen la labranza convencional son los equiposque requieren menos potencia, los tractoresraramente son seleccionados de acuerdo a esasnecesidades, o viceversa. Por lo general se usaun tractor más pequeño para esas tareas.

En la labranza cero, la asperjadora es laúnica máquina de bajo requerimiento de po-tencia usada en el sistema. Las sembradoras ylas sembradoras de precisión son los imple-mentos que demandan más potencia y estademanda puede exceder la potencia requeri-da por cualquiera de los implementos de la-branza que estas reemplazan. Sin embargo,esto no significa que la labranza cero seaineficiente en el uso de la energía; por el con-trario, este único requerimiento de energía esvarias veces más eficiente en el uso de la ener-gía, contabilizada como litros de combustibleusado por el tractor por hectárea sembrada,en todas las distintas operaciones necesarias,con menor insumo energético, hechas duran-te la labranza convencional.

Con las sembradoras de precisión, el núme-ro máximo de surcos que pueden ser sembra-dos con una sola máquina raramente es ma-yor de 12. La potencia requerida por estasmáquinas difícilmente es, por lo tanto, un fac-tor limitante, incluso bajo labranza cero, conlas sembradoras para labranza cero que tie-nen hasta 50 abresurcos.

La primera vez que los agricultores enfren-tan la labranza cero deben cambiar sus evalua-ciones para adecuar correctamente la potenciade los tractores a los requerimientos de las sem-bradoras y de las sembradoras de precisión. Lasdificultades surgen en varios aspectos:

1. Los agricultores no están acostumbradosa pensar en los requerimientos de poten-cia de las sembradoras.

2. Hay escasa información disponible paralos agricultores acerca la potencia espe-cífica y/o los requerimientos de fuerzade arrastre de las diferentes sembrado-ras y sembradoras de precisión.

3. Dado que las sembradoras para labranzacero por lo general son más pesadas quelas sembradoras para labranza conven-cional, serán necesarios algunos requisi-tos de potencia para mover el peso de lamáquina, especialmente en zonas de la-deras.

4. Dado que las sembradoras y las sembra-doras de precisión trabajan por lo gene-ral en tierras no labradas y a menudoduras, son más sensibles a la velocidadque las sembradoras para labranza con-vencional, especialmente en lo que serefiere a la demanda de potencia.

5. Por otro lado, dado que la labranza ceroes mucho más eficiente que la labranzaconvencional, las altas velocidades pue-den no ser tan importantes para las sem-bradoras y las sembradoras de precisión.

6. A menudo, en la labranza cero la trac-ción de un tractor es más importante quela potencia disponible del motor; por lotanto, es probable que sean más útiles lostractores con tracción en las cuatro rue-das.

7. Dado que cuando se siembra con sem-bradoras para labranza cero los giros enlas esquinas son más difíciles que con lassembradoras en el sistema convencional,más campos son sembrados en fajas. Estodemanda giros agudos al inicio de lasparcelas o giros cruzados en las esqui-nas, lo que exige una cierta capacidad degiros estrechos al tractor y a la sembra-dora.

8. Es probable que el uso anual del tractorpara las sembradoras y las sembradoras

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de precisión sea considerablemente re-ducido en la labranza cero comparadacon la labranza convencional. Esto sig-nifica que los costos anuales del tractorson menores, que los tractores duran mástiempo y que son reemplazados en pla-zos más largos pero, sin embargo, el costohorario se puede incrementar.

9. Aumenta la necesidad de seguimientocontinuo de las funciones de las sembra-doras y las sembradoras de precisión des-de el asiento del tractorista porque elagricultor que trabaja con labranza cerotiene solo una oportunidad para hacer lascosas correctamente.

10. El suelo en las huellas de las ruedas enlabranza cero a menudo se afloja a causade la gran demanda de tracción mientrasque bajo labranza convencional resultacasi invariablemente compactado. Lostractores que trabajan cerca del límite detracción causarán más suelo suelto y, porlo tanto, mayores diferencias en el com-portamiento de los abresurcos entre aque-llos que están dentro o fuera de las áreasde las huellas de las ruedas.

Es difícil generalizar los requisitos de po-tencia de las sembradoras para labranza ceroporque tienen un gran rango de peso y arras-tre. Ignorando el peso de la sembradora esposible hacer algunas generalizaciones a par-tir del Cuadro 27 acerca de los requerimien-tos de potencia de los abresurcos individualespara labranza cero. Si bien se muestran losrequerimientos de arrastre para solo dos abre-surcos (de disco triple y de ala), estos dosmodelos están cercanos a cada uno de los ex-tremos del rango de requerimientos para losabresurcos para labranza cero. Por lo tanto,sus requerimientos pueden reflejar un rangode necesidad de potencia para los abresurcospara labranza cero en general.

La potencia requerida para arrastrar unabresurcos a través del suelo es dada por laexpresión:

Potencia (kW) =tiro (newton) × velocidad (km/h)

3 600

o

Potencia (HP) =tiro (libras) × velocidad (millas/h)

375

En el Cuadro 27 se observa que a una velo-cidad de 5 km/h (3 mph) un abresurco simplede triple disco podría requerir hasta 2,3 kW(3 HP) de potencia y un abresurco simple hasta2,9 kW (3,8 HP). A 10 km/h (6 mph) los res-pectivos requerimientos de potencia serían de4,6 kW (6 HP) y 5,8 kW (7,6 HP).

En general, los requerimientos de potenciade las sembradoras y las sembradoras de pre-cisión varían entre 2 y 6 kW (2,5 y 8 HP) porabresurco, dependiendo de la velocidad desiembra, las condiciones del suelo, el tipode suelo, la densidad y el estado de descom-posición de las raíces en el suelo, el contornodel campo, la forma de trabajar el campo, eldiseño del abresurco y el peso de la máquina.Considerando una eficiencia de tracción deltractor del 65 por ciento, este debería requerirun motor de una potencia comprendida entre3 a 9 kW (4 a 12 HP) por abresurco, cifra quese aproxima a la experiencia de campo.

Almacenamiento y entregade los productos

Para manejar productos tales como semillas,fertilizantes e insecticidas, las característicasmás distintivas de las sembradoras para labran-za cero, en comparación con las similares paralabranza convencional, son la necesidad de es-paciar ampliamente los abresurcos para sepa-rar los residuos superficiales. En el caso de lassembradoras de precisión los abresurcos es-tán espaciados también ampliamente en unasola línea. No existe una distinción importante

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entre las sembradoras de precisión para labran-za cero y para labranza convencional.

Con las sembradoras, el espaciamiento ma-yor que el normal de los abresurcos por logeneral se obtiene aumentando la distancialongitudinal entre los abresurcos alternados,dado que el espacio entre los surcos de losabresurcos no puede ser alterado sin afectarla agronomía del cultivo. Este incremento enel espaciamiento longitudinal da lugar a tu-bos largos para la entrega de las semillas yángulos llanos de caída entre las tolvas y losabresurcos, si es que son provistos con unasola tolva. Tales ángulos llanos interrumpenel flujo gravitacional normal, especialmenteen las laderas. El problema es superado en unade las siguientes formas:

1. Levantando las tolvas de los productos a unaaltura mayor para incrementar los ángulosde caída en los tubos (Lámina 94).

2. Duplicando el número de tolvas de modoque cada una esté colocada sobre los abre-surcos a una altura y ángulo de entreganormales.

3. Utilizando la entrega neumática del pro-ducto a los abresurcos desde una tolva cen-tral (Lámina 55).

Existen argumentos en favor y en contra decada una de las opciones. Por ejemplo, la du-plicación del número de las tolvas aumenta elcosto de las sembradoras pero incrementa lacantidad de producto que puede ser llevado y,por lo tanto, reduce el número de veces que lamáquina está fuera del trabajo activo para lle-nar la tolva y, temporalmente, agrega peso ala máquina lo que puede agregar fuerza depenetración. Los sembradores neumáticos sonpoco costosos pero los modelos grandes lle-van el peso del producto en un eje separadodonde ni este ni el peso de las mismas tolvascontribuyen al peso general de la máquina paraagregar fuerza de penetración.

Las tolvas altas son económicas pero difí-ciles de llenar y contribuyen a la inestabilidadde la sembradora en las laderas. En las lade-ras pronunciadas un modelo de sembradoracon tanques para fertilizante líquido ofrece laposibilidad de deslizar el tanque hacia el lado

Lámina 94 Una sembradora para labranza cero con tolvas elevadas para los productos.

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superior de la inclinación de la ladera paramejorar la estabilidad (Lámina 95). No seconocen modelos que puedan cambiar la po-sición de las tolvas sobre la marcha.

Dado que los residuos superficiales comu-nes en la labranza cero ofrecen un hábitat fa-vorable para las plagas –y sus predadores– amenudo es necesario aplicar insecticidas conla semilla en el momento de la siembra. Paraello son comunes tolvas para gránulos secosy/o para insecticidas líquidos en algunos mo-delos de sembradoras y sembradoras de pre-cisión. Algunos fabricantes de sembradorasde precisión han colaborado con los fabri-cantes de pesticidas para proveer sistemascerrados de transferencia de insectidas. Estoproporciona un manejo más seguro de lospesticidas si bien los operadores deben tenercuidado con los residuos de pesticidas en lassembradoras y las sembradoras de precisióndurante el mantenimiento.

El concepto de siembra y aspersión simul-tánea montando una barra pulverizadora so-bre la sembradora o la sembradora de preci-

sión fue investigado en Nueva Zelandia. Sibien tal diseño podría haber hecho que la la-branza cero fuera realmente una operaciónúnica, la idea no fue considerada práctica porvarias razones:

1. Fue posible sembrar en días en los cualesno era aconsejable o posible asperjar de-bido al viento o la lluvia que podían com-prometer la eficacia de las distintas for-mulaciones de herbicidas o pesticidas. Alrestringir las oportunidades de siembra alas oportunidades en que era aconsejable,se perdían algunas de las ventajas del aho-rro de tiempo de la labranza cero.

2. Se introducía otra función adicional quedebía ser observada y/o supervisada porel operador, lo que aumentaba el poten-cial de errores.

3. Algunos abresurcos desplazan o levantansuelo y causan polvo que inactiva los her-bicidas más comúnmente usados en la la-branza cero (glifosato y paraquat). La as-persión es más precisa con una operación

Lámina 95 Una sembradora para labranza cero con un tanque deslizable para fertilizante líquido.

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separada hecha por un especialista antesde la siembra.

Si bien la aplicación de herbicidas que cu-bren todo el campo en el momento de la siem-bra no parece ser práctica, la aplicación enbandas se ha usado exitosamente (ver Capí-tulo 12).

Resumen de modelos desembradoras y sembradorasde precisión para labranza

cero – máquinas para trabajosen gran escala

1. Los modelos de sembradoras para labran-za cero deben ser más elaborados queaquellos para labranza convencional.

2. Las sembradoras para labranza cero soninvariablemente más pesadas que lassembradoras para labranza convencionaly están sometidas a mayor estrés duran-te la operación.

3. El desgaste y el mantenimiento generalson más importantes y costosos en lassembradoras y en las sembradoras deprecisión para labranza cero que en lassembradoras y en las sembradoras deprecisión para labranza convencional.

4. La potencia del motor del tractor reque-rida para operar las sembradoras y lassembradoras de precisión para labranzacero varía entre 3 a 9 kW (4 a 12 HP)por abresurco.

5. Los requerimientos de potencia para lassembradoras y las sembradoras de pre-cisión para labranza cero son más sensi-bles a la velocidad de operación queaquellos para las sembradoras y las sem-bradoras de precisión para labranza con-vencional.

6. En general, para la siembra en labranzacero se necesitan tractores más grandes.

7. En la labranza cero los tractores operanmenos horas por año que los tractoresen la labranza convencional, sus costos

operativos por hora son más altos quelos últimos pero los costos anuales tota-les son menores.

8. El total de la energía consumida por hec-tárea sembrada y los costos operativosanuales de todos los equipos son muchomás bajos en la labranza cero que en lalabranza convencional.

9. Las sembradoras para labranza cero songeneralmente más angostas que las sem-bradoras para labranza convencional envirtud de los mayores requerimientos depotencia. Las sembradoras de precisiónpara labranza cero pueden tener el mis-mo ancho de las sembradoras de preci-sión para labranza convencional en ra-zón del menor número de abresurcos.

10. Aunque no es necesario avanzar tan rápi-damente durante la siembra y la siembrade precisión en la labranza cero como enla labranza convencional en razón de laeficiencia del tiempo del sistema en suconjunto, algunas sembradoras y sembra-doras de precisión para labranza cero sonen realidad más veloces que las mismasmáquinas para labranza convencional.

11. El análisis del tiempo necesario para cu-brir un campo con una sembradora rela-tivamente angosta para labranza cerocomparada con la sembradora más an-cha para labranza convencional indicaque esta última requiere más tiempo paracumplir operaciones homólogas.

12. Los sistemas de fuerzas de penetraciónde las sembradoras y las sembradoras deprecisión deben ser más desarrollados,ejercer mayor fuerza y tener una mayoramplitud de recorrido que las máquinaspara labranza convencional.

13. La geometría de los abresurcos para la-branza cero de las uniones de la barra dearrastre deben compensar el incrementode las fuerzas de arrastre.

14. Las barras de arrastre en paralelogramocon sistemas hidráulicos presurizados congas o aceite para la fuerza de penetración

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245Modelos de sembradoras – máquinas para trabajos en gran escala

proporcionan fuerzas de penetración yprofundidades de siembra más unifor-mes.

15. Los bastidores de las sembradoras y delas sembradoras de precisión deberíanser sobre ruedas para evitar o minimizarlos golpes en el terreno desuniforme.

16. El giro en los ángulos del campo con lassembradoras y las sembradoras de pre-cisión es más dificultoso en la labranzacero debido a la firmeza de los suelos.

17. La firmeza del suelo en la labranza cerosoporta mejor el arrastre de las ruedasen los giros que en la labranza conven-cional.

18. En la labranza cero son deseables siste-mas automatizados que retornan rápida-mente a valores preseleccionados de lasfuerzas de penetración al abresurcos des-pués de levantarlos para el transporte enrazón de que es necesario levantar losabresurcos con mayor frecuencia.

19. La configuración de las sembradoras y lassembradoras de precisión con las ruedas

posteriores son generalmente la versiónmás económica pero tienen un anchomáximo de aproximadamente 6 metros.

20. La configuración con ruedas anterioresy posteriores permite mayores profundi-dades de siembra y la unión paralela sim-ple de dos o más sembradoras o sembra-doras de precisión.

21. La entrega de los productos de las tolvasa los abresurcos para labranza cero esen cierto modo más compleja que en lalabranza convencional a causa de la ne-cesidad de un mayor espaciamiento en-tre los abresurcos adyacentes para la-branza cero a fin de separar los residuosde la superficie.

22. Dado que los abresurcos en las sembra-doras de precisión para labranza cero ypara labranza convencional están amplia-mente separados, hay menores requeri-mientos especiales para la entrega de losproductos en las sembradoras de preci-sión para labranza cero en comparacióncon las sembradoras.

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14Modelos de sembradoras y de sembradoras

de precisión – máquinas para pequeña escala

Fatima Ribeiro, Scott E. Justice, Peter R. Hobbs y C. John Baker

247

La labranza cero en pequeña escala no solo espráctica sino que también puede ser

el mejoramiento más importantede la producción agrícola y de la protección

de los recursos que ocurre en los últimoscien años en los países en desarrollo.

Características

La labranza cero en pequeña escala por logeneral se caracteriza por las pequeñas dimen-siones de las fincas y la limitada disponibili-dad de energía, acompañada a menudo porescasos recursos. La operación con implemen-tos para tractores de gran tamaño no es prác-tica ni posible para la mayoría de los agricul-tores en fincas pequeñas. Por estas razones,en casi todos los casos los pequeños agricul-tores usan equipos manuales o sembradoras ysembradoras de precisión de uno o dos sur-cos. También existen algunas sembradoras detres surcos, pero se encuentran con poca fre-cuencia.

El número limitado de surcos tiene in-fluencia sobre varias funciones, entre ellasel modelo de los abresurcos. Algunas deestas influencias son positivas, otras no. Porejemplo, muchos de los modelos más avan-zados de abresurcos analizados anteriormen-te requieren hasta 12 HP por abresurco quea menudo están fuera del alcance de los pe-

queños agricultores. Además, los abresur-cos no simétricos, tales como los de discosangulados, raramente son consideradoscomo una opción para las máquinas de unsolo surco porque las fuerzas laterales sondemasiado difíciles de contrarrestar y almismo tiempo mantener la máquina en lí-nea.

Pero la labranza cero en pequeña escala sebeneficia con la atención directa del opera-dor en cada metro trabajado, mientras quelas malezas y los residuos a menudo son ma-nipulados manualmente o recolectados paraser usados como combustibles o como camapara los animales.

Otro beneficio es que la mayoría de losabresurcos en pequeña escala colocan al mis-mo tiempo las semillas y el fertilizante enranuras separadas. Desde este punto de vistapueden ser consideradas máquinas más de-sarrolladas que las similares más grandes,algunas de las cuales no fertilizan en condi-ciones de labranza cero en razón de la com-plejidad de obtener esa función con múlti-ples surcos poco espaciados.

Por esta razón, mientras que los equipos enpequeña escala podrían estar desaventajadosen algunos aspectos en razón de la imprescin-dible simplicidad de las sembradoras, de lassembradoras de precisión y de la potencia dis-ponible, pueden, por esas razones, beneficiarseen otros aspectos.

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248 Siembra con labranza cero en la agricultura de conservación

Disponibilidad de equipos

Existe una amplia gama de equipos de siem-bra para labranza cero en pequeña escala, cadauno de los cuales es adecuado para diferentesfuentes de potencia y condiciones de campo.Esta variabilidad incluye sembradoras mecá-nicas manuales, sembradoras para tracción ani-mal, equipo para labranza a motor y sembra-doras para tractores de baja potencia. A pesarde las diferencias del requerimiento de poten-cia, los modelos de la mayoría de las máquinaspequeñas satisfacen la necesidad de poder ma-nejar los residuos, abrir una ranura adecuada,dosificar las semillas y tal vez el fertilizante,distribuirlos al (a los) abresurco(s), colocarlosen el suelo en forma aceptable y cubrir y com-primir las semillas y el fertilizante.

Sembradoras mecánicasmanuales (Matraca)

Las sembradoras mecánicas manuales, co-nocidas comúnmente como Matraca, son muypopulares entre los pequeños agricultores.Algunas son el elemento primario para la siem-bra en labranza cero. Otras se utilizan parallenar los vacíos en los cultivos sembrados consembradoras en líneas. Dado que la capaci-dad para manejar los residuos de las peque-ñas sembradoras y sembradoras de precisióna menudo es limitada, se encuentran espaciosvacíos cuando hay problemas con el manejode los residuos a lo largo del surco.

Las sembradoras Matraca pueden tenertolvas separadas para la semilla y el fertili-zante o solo una tolva para las semillas. LaLámina 96 ilustra una sembradora Matraca dedos tolvas.

Una forma común de dosificar las semillasusada en la sembradoras manuales es un platorectangular colocado dentro de la tolva. Cuan-do se tiran las manijas hacia afuera las semi-llas caen en los agujeros y salen por el tubo dedescarga. Hay platos con diferentes medidas

de agujeros de acuerdo a la medida de las se-millas a sembrar. La densidad de siembra pue-de ser ajustada de acuerdo al número de agu-jeros en el plato de semillas que quedanexpuestos hacia la salida del tubo.

Una parte de la atracción de las sembradorasMatraca es que no requieren acceso a potenciaanimal o motriz, son de bajo costo, livianas yfáciles de utilizar, si bien es necesario tener cier-ta capacidad para su manejo (Ribeiro, 2004).Son usadas indistintamente por hombres y mu-jeres, lo cual aumenta la disponibilidad demano de obra de los pequeños agricultores,

Lámina 96 Sembradora Matraca con tolvaspara las semillas y el fertilizante.

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249Modelos de sembradoras – máquinas para pequeña escala

aunque recordamos, sin embargo, que la la-branza cero en pequeña escala reduce la ne-cesidad de mano de obra.

Al plantar las semillas en huecos hay un dis-turbio mínimo del suelo de modo que la ger-minación de las semillas de las malezas se re-duce considerablemente; esto da lugar a unamenor necesidad de escardar entre las plan-tas. Las dimensiones reducidas de los apara-tos los hacen adecuados para operar en zonasde laderas, pedregosas o con troncos y para lasiembra intercalada (por ej., siembra de mu-cuna entre surcos de maíz) y para sembrar enzonas de barbechos.

Su uso es apropiado para suelos livianos yaque la penetración en algunos suelos pesadossin labranza es dificultosa. Cuando se trabajaen condiciones húmedas es posible que, en al-gunos suelos arcillosos, el suelo se adhiera alas láminas y la cobertura de las semillas pue-da ser afectada por los huecos en forma de Vy por el disturbio mínimo (Ribeiro, 2004). Estalimitación ocurre frecuentemente con las ra-nuras continuas en forma de V y no está limi-tada a los huecos comunes. Sin embargo, enla fase de transición de la labranza conven-cional a la labranza cero, puede ser difícil usaruna sembradora Matraca; en ese caso es posi-ble usar un rasgador para aflojar fajas angos-tas del terreno en las cuales la sembradoraMatraca pueda colocar las semillas.

Muchas sembradoras Matraca u otros apa-ratos similares para labranza cero son adapta-ciones de aparatos diseñados para trabajar ensuelos labrados. La modificación principal hasido incluir puntas más largas y más angostaspara facilitar la penetración. Tal mejoramien-to requiere menor fuerza de penetración porparte del operador y ayuda a cortar los resi-duos y penetrar en el suelo, lo que da lugar aranuras menos abiertas. Esto ha resultado enun aumento de la emergencia del 28 y del 23,6por ciento en maíz y caupí, respectivamente,en comparación con los resultados obtenidoscon puntas cortas que operaban sobre residuospesados (Almeida, 1993).

Sembradoras en línea (de tracciónanimal o montadas en el tractor)

Los principios de la operación de las peque-ñas sembradoras para tracción animal o mon-tadas en el tractor para la labranza cero son losmismos que para las máquinas más grandes.Algunas de esas características se analizan lí-neas abajo y se hacen comparaciones entre lasmáquinas grandes y las pequeñas en lo que serefiere a las condiciones de operación.

Fuerza de penetración

En el caso de las máquinas pequeñas existela oportunidad de colocar pesas como métodopara obtener fuerza de penetración; también seusan resortes pero los sistemas hidráulicos sonraros. De cualquier manera las pesas cumplenlas mismas funciones del sistema hidráulico aun costo mucho menor. En su forma más sim-ple y económica, las pesas pueden ser coloca-das por el operador desde una plataforma en lamáquina. La Lámina 97 muestra una máquinapara un solo surco montada directamente enun pequeño tractor. Presenta la ventaja de quelas pesas se montan o se quitan fácilmente y eloperador sólo debe subir a la plataforma.

Dado que las pesas aplican una consistentefuerza de penetración sin considerar la posi-ción vertical del abresurcos, actúan en formasimilar a los sistemas hidráulicos de aceitesobre gas aplicados a émbolos individuales encada abresurcos, que son una característica dealgunos de los modelos más avanzadosde grandes sembradoras para labranza cero.

Por ello, algunas sembradoras y sembrado-ras de precisión para labranza cero en peque-ña escala pueden proporcionar un sistema defuerza de penetración más adelantado que al-gunas máquinas grandes menos desarrolladas.La modulación electrónica de la fuerza de pe-netración en respuesta a la dureza del suelono puede ser obtenida en las máquinas peque-ñas y, viceversa, la aplicación directa de pesastampoco es una opción práctica para las má-quinas más grandes. Los operadores deberían

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250 Siembra con labranza cero en la agricultura de conservación

agregar o quitar numerosas pesas cada vez quela fuerza de penetración varía. Esto podría seraceptable en una máquina de un solo surcopero no en el caso de una máquina para múlti-ples surcos.

La Lámina 98 muestra los principales com-ponentes de una sembradora típica para la-branza cero en pequeña escala. El disco (1)corta la paja (la efectividad del corte de la pajaen esta forma en muchos casos es insuficien-te; ver Capítulo 10). Los aparatos para dosi-ficar están colocados en la base de las tolvaspara las semillas (2) y el fertilizante (3). Losabresurcos (4 y 5) abren las ranuras para co-locar el fertilizante y las semillas, respecti-vamente. Por lo general, el abresurco del fer-tilizante (4) opera más profundamente y fuerade la línea del abresurco de las semillas (5),tal como ocurre en las máquinas más gran-des. La rueda compactadora (6) controla laprofundidad de siembra y aprieta el suelo so-bre la ranura. La efectividad de las ruedascompactadoras sobre el suelo de la ranura,

comparada con la operación en la base de laranura antes de la cobertura, se analizó en elCapítulo 6. En general, el trabajo más impor-tante de las ruedas compactadoras, que ope-ran tal como se muestra en la Lámina 98, essobre todo el de cobertura, además de mejo-rar el contacto suelo-semilla.

Discos

Todos los principios de manejo de los dis-cos y los residuos discutidos en el Capítulo10 se aplican igualmente a las máquinas enpequeña escala, excepto en el caso de las má-quinas de un surco en las que hay un mayorespacio alrededor del abresurco para que losresiduos caigan sin bloquear la máquina.

La mayoría de las sembradoras para labran-za cero en pequeña escala tienen discos, la efec-tividad de los cuales depende del diámetro ydiseño del disco (planos, con muescas, ondu-lados o cóncavos), las condiciones del suelo,las condiciones de los residuos y los ajustes dela sembradora. Un mal corte de los residuos da

Lámina 97 Sembradora para un solo surco montada en un tractor que obtiene su penetración enbase a pesas.

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251Modelos de sembradoras – máquinas para pequeña escala

lugar al atascamiento de la paja sobre los com-ponentes de la siembra, lo que a su vez causaproblemas para la colocación y cobertura de lasemilla y el fertilizante e incluso para la dosifi-cación de ambos elementos.

La distribución uniforme de la paja da lugara que se enrede en los discos y envuelva losresiduos en los abresurcos, si bien Casão yYamaoka (1990) indican que la severidad delbloqueo puede ser reducida –raramente elimi-nada– con el incremento de la distancia entreel disco y los dientes fijos que los siguen; losautores recomiendan una distancia de 25 mm.

Por otro lado, algunas de las combinacio-nes más exitosas de dientes y discos tienenlos discos muy cercanos a los dientes. Unejemplo se aprecia en la Lámina 99 (dientecentral) en el cual se forma un canal en el bor-de delantero del diente especialmente para queel disco entre en el mismo. La Lámina 25muestra la versión de disco de un abresurcode ala en el cual dos dientes frotan contra lacara lisa de un disco.

Abresurcos

Las funciones de las abresurcos en la labran-za cero en pequeña escala no son diferentes

de aquellas que cumplen las máquinas en granescala, tal como se mostró en los Capítulos 4,5, 6 y 7. En las sembradoras en pequeña esca-la con abresurcos con dientes debería haberun ajuste independiente del abresurco del fer-tilizante de modo que pueda ser colocado másprofundamente que las semillas (Van Raijet al., 1985). Si bien la colocación del fertili-zante debajo de la semilla en la labranza cerono siempre da lugar a los mejores rendimien-tos (ver Capítulo 9), en las sembradoras y enlas sembradoras de precisión en pequeña esca-la es una opción más válida que la colocacióndel fertilizante a lo largo del surco de la semi-lla, porque la última opción requiere que elabresurco del fertilizante opere en tierra nuevay necesita más potencia que cuando ambosabresurcos –semillas y fertilizante– operan adistintas profundidades en una ranura común.De cualquier manera, el fertilizante colocadodentro de la zona de la semilla es sin duda su-perior a la siembra a voleo que causa un acce-so lento del cultivo al mismo y un incrementodel crecimiento de las malezas.

Como ocurre con las máquinas grandes tam-bién existen ventajas para las ranuras con dis-turbio mínimo (ver Capítulos 5, 10 y 13). Mien-tras que la elección del tipo de abresurco

Lámina 98 Principales componentes de una sembradora típica para labranza cero en pequeñaescala, para tracción animal o montada en un tractor.

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252 Siembra con labranza cero en la agricultura de conservación

podría depender de la resistencia del suelo ala penetración y la resistencia que opone elcorte de los residuos, no es posible que losagricultores en pequeña escala que aplican lalabranza cero cuenten con más de una máqui-na, como ocurre con los grandes productores.

Por lo tanto, para que estas máquinas seanútiles para los distintos agricultores, es inevi-table que la elección de los abresurcos prefe-ridos sea hecha en función de la mayor gamade condiciones posibles. La labranza tienecomo objetivo reducir la variabilidad físicaentre los distintos tipos de suelos, de modoque las sembradoras no tengan que enfrentarcondiciones variables, pero cuando se elimi-na el proceso de labranza el énfasis se dirige ala capacidad de los abresurcos para enfrentaresta variabilidad sin otra ayuda. Por defini-ción, esto demanda abresurcos para labranza

cero más evolucionados, sin tener en consi-deración la escala de operación.

Los abresurcos de disco (ranuras en V, co-bertura Clase I) se usan generalmente en lassembradoras y en las sembradoras de preci-sión en pequeña escala. Las ranuras son su-perficialmente angostas y pueden ser compac-tadas en su base y en los lados pero requierenmenos potencia que los abresurcos de discoscon dientes que tienen menos tendencia a lacompactación. Con los abresurcos de dobledisco de diámetro diferente, al ser estos demenor tamaño, giran más rápidamente que eldisco grande y se crea un efecto de corte o«guillotina» (Lámina 3).

En la Lámina 99 se aprecian una serie deabresurcos de dientes. Por lo general, los dien-tes requieren menos fuerza de penetración quelos abresurcos de doble disco, lo que contri-buye a mantener una profundidad de siembramás uniforme, siempre que esté incluido unmecanismo de control de profundidad. Losdientes se prefieren en los suelos duros si biensu fuerza de arrastre puede resultar excesivapara la potencia disponible. Además, los dien-tes son susceptibles a bloquearse con residuosy no son adecuados para zonas pedregosas.

De cualquier manera, la mayoría de las sem-bradoras de precisión usadas en la agriculturaen pequeña escala tienen dientes en razón desu mejor penetración en la tierra dura y de sufacilidad de mantenimiento. Cuando el encos-tramiento del suelo es un problema, por ejem-plo después del pisoteo del ganado sobre sue-lo húmedo, solamente las sembradoras deprecisión con abresurcos de dientes montadasen un tractor pueden romper la compactaciónde la superficie del suelo, aun cuando esta seade solo 100 mm.

Aparatos para dosificar las semillas

Los investigadores debaten acerca de laimportancia del espaciamiento de las semi-llas a lo largo del surco en algunos cultivoscomo el maíz (Sangoi, 1990; Rizzardi et al.,1994). Las últimas evidencias indican que la

Lámina 99 Distintos abresurcos de dientesusados en sembradoras de precisión para trac-ción animal y labranza cero. El abresurco cen-tral tiene un surco en su borde delantero por elcual pasa el disco delantero.

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253Modelos de sembradoras – máquinas para pequeña escala

emergencia uniforme de las plantas a lo largodel surco puede ser más importante que el es-paciamiento para reducir la competencia en-tre las plantas pequeñas y las plantas grandes.Pero, si bien en la labranza común se aceptala norma del «espaciamiento perfecto», quie-nes son favorables a la labranza cero tambiéndeben satisfacer este requisito para no gene-rar un factor negativo contra la labranza cero.

Los aparatos para la dosificación de las se-millas son responsables de la regulación de ladensidad de siembra (número de semillas/m2)y el espaciamiento entre las semillas (regula-ridad del espaciamiento entre las semillas den-tro del surco); de esta manera se asegura suprecisión.

Los pequeños agricultores siembran la ma-yoría de los cultivos en surcos anchos; por lotanto, la colocación individual de las semillases importante. Por esta razón, en su diseño seenfatizan los mecanismos de siembra y reque-rimientos de potencia como criterios priorita-rios. Esto contrasta con las grandes sembra-doras de precisión para labranza cero en lasque el microambiente de las ranuras, el mane-jo de los residuos y la colocación del fertili-zante en bandas asumen por lo menos unaimportancia igual al espaciamiento de las se-millas y a los requerimientos de potencia.

Las experiencias de labranza cero en Brasilofrecen comparaciones y contrastes interesan-

tes entre las máquinas para siembra en peque-ña escala y las máquinas para ser arrastradaspor el tractor. Ambos sistemas se usan amplia-mente en todo el país en diversas zonas cli-máticas y socioeconómicas, incluso en áreasrelativamente cercanas entre sí.

Los aparatos usados en Brasil para dosifi-car las semillas en las sembradoras de preci-sión para tracción animal en labranza ceropresentan todos los mismos platos con el sis-tema por gravedad que se usan en las sembra-doras de precisión montadas en tractores, osea, platos de hierro fundido o de plástico. LaLámina 100 muestra un aparato para dosifi-car las semillas y varios platos diferentes. Al-gunos fabricantes proveen platos para semi-llas adecuados para semillas pequeñas (por ej.,canola, vicia, rábano forrajero) así como tam-bién para maíz y otras semillas grandes.

El uso de tales aparatos ha sido favorecidopor su costo relativamente bajo, dado que enmuchos países en los que no existe la pequeñaagricultura estos aparatos funcionan al vacío,con presión de aire o del tipo de «dedos», loque implica que la semillas son levantadas, so-pladas o atrapadas contra platos verticales enlugar de caer por gravedad en los huecos omuescas de los platos horizontales. Los meca-nismos de siembra con platos verticales son másrápidos y menos sensibles a la forma de las se-millas que los platos sembradores horizontales,

Lámina 100 Plato para el aparato dosificador de semillas (izquierda) usado en sembradoras deprecisión y varios tipos de platos para semillas (derecha).

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pero también son más costosos. Por supuesto,los platos para los sistemas al vacío o con airetambién requieren un ventilador para hacer-los funcionar, el cual podría ser difícil de ins-talar y utilizar en una máquina para tracciónanimal sin motor.

Los platos distribuidores horizontales sonun sistema muy antiguo, refinado y bien pro-bado anterior a los sistemas de platos vertica-les, actualmente de uso común en las sembra-doras de precisión. No es sorpendente, por lotanto, que Ribeiro (2004) evaluara en Brasilla uniformidad de distribución de las semillasde maíz a lo largo del surco con cuatro mode-los de platos sembradores y que no encontra-ra diferencias significativas entre los mode-los en la proporción de espacios normales,salteados y múltiples. Los resultados se resu-men en la Figura 40.

Para ser más efectivos los platos horizonta-les requieren que la semilla haya sido clasifi-cada por tamaño uniforme y que los huecosde los platos se correspondan con el tamañoseleccionado de las semillas. Esto requiere

contar con varias medidas de platos y algunaexperiencia cuando se cambia el tamaño delas semillas. Sin embargo, con un número li-mitado de surcos y con pequeñas cantidadesde semilla, este no es un trabajo difícil, com-parado con las máquinas para surcos múlti-ples, pero subraya la importancia de podercambiar los platos sin vaciar toda la tolva desemillas. La Lámina 101 muestra un sistemacerrado de tolva que permite cambiar el platosin que caigan las semillas.

Aparatos para dosificar el fertilizante

Los distintos tipos de aparatos para dosifi-car el fertilizante que se encuentran en lasmáquinas para labranza cero en pequeña es-cala incluyen un fondo rotativo, un tipo detornillo sin fin, celdas con muescas y ruedasen estrella (Lámina 102). La velocidad de des-carga de los tipos de fondo rotativo y de rue-das en estrella es controlada por medio de unasalida ajustable mientras que los tipos de tor-nillos sin fin y de celdas con muescas se con-trolan cambiando su velocidad de rotación en

Figura 40 Porcentaje de espacios normales, salteados y semillas múltiples en cuatro modelos desembradoras de precisión para tracción animal y labranza cero (NT) (Ribeiro et al., 1998). Loscriterios para la clasificación del espaciamiento se basan en Kurachi et al. (1993). Cada cultivotiene un espaciamiento ideal (Xref) que depende del número recomendado de plantas/m. Por ejem-plo, para el maíz la recomendación es de 7 semillas/m, por lo tanto Xref es 1,00/6 = 0,17 m. Así seestablecen las siguientes clases: a) normal (Xref < Xi < 1,5 Xref), b) dobles (Xi > 1,5 Xref) y c) saltea-das (Xi < 0,5 Xref).

Iadel

Triton

Mafrense

Wemer

Salteado Normal Múltiple

Porcentaje de espacios en cada categoría

Sem

brad

oras

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255Modelos de sembradoras – máquinas para pequeña escala

relación con la velocidad sobre la tierra (Ribeiroet al., 1998).

Ruedas compactadoras

Las ruedas compactadoras varían en su di-seño y la mayoría están hechas de plástico o

de acero. Las ruedas en forma de V son usa-das en el caso en que el suelo disturbado porlos abresurcos de dientes deba ser recogido ycolocado dentro de las ranuras abiertas. Unabuena compactación y cobertura dependen deprofundidad de la colocación de la semilla,del tipo de la rueda de compactación y de lahumedad del suelo. Las ruedas con el centrohueco son mejores para los suelos con ten-dencia al encostramiento ya que comprimenel suelo en forma lateral contra las semillas.

Requisitos de potencia y facilidadde manejo

El manejo de las sembradoras de precisiónpequeñas requiere una participación más ac-tiva del operador que en las máquinas gran-des. Por lo tanto, es importante que tenganfacilidad de operación. Por ejemplo, la ma-yoría de las sembradoras de precisión peque-ñas requieren que el operador la tome de unpar de manijas para conducirla y para contro-lar los animales de tiro. En las máquinas pe-queñas montadas sobre un tractor, un segun-do operador controla el tractor. En cualquiercaso, los requerimientos de energía son im-portantes pero, dado que los abresurcos usa-dos en las pequeñas sembradoras de precisiónson similares a los que se usan en las máquinasmás grandes, todas las fuerzas y principios de

Lámina 101 Sistema cerrado de tolva para fa-cilitar el cambio de plato.

Lámina 102 Dos ejemplos de aparatos dosificadores del fertilizante usados en las sembradorasde precisión para labranza cero. A la izquierda: celda con muescas, a la derecha, rueda en estrella.

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la reacción del suelo se aplican igualmente aambos tipos de máquinas.

En el caso de siete máquinas estudiadas porRibeiro et al. (1998), cuatro de ellas teníanabresurcos de dientes y tres tenían abresur-cos de doble disco. Ralisch et al. (1998) eva-luaron las necesidades de tiro y energía deuna pequeña sembradora de precisión conabresurcos de dientes para semillas y fertili-zante, en un suelo sin labrar de relativamen-te baja densidad, 1,07 g/cm3, que operaba a100 mm de profundidad. Los autores regis-traron una fuerza de tiro de 834 N, que esmenos de la mitad del valor registrado porBaker (1976a) para un abresurco simple deala (ver Capítulo 13).

Las fuerzas de tiro varían considerablementecon la resistencia del suelo, que es influencia-da por el contenido de humedad, el tipo desuelo, el contenido de materia orgánica y eltiempo transcurrido bajo labranza cero. Porlo tanto, es difícil comparar los tipos de abre-surcos (o, igualmente, las sembradoras) bajodiferentes condiciones. Sin embargo, a 2,4 km/hla máquina probada por Ralisch et al. (1998)requería una fuerza de tiro de 1,4 kW o aproxi-madamente 3,4 kW (5 HP) de fuerza del mo-tor del tractor (con una eficiencia de tracciónde 0,65). Esto se compara con las sembradorasmás grandes que para operar a 16 km/h por logeneral requieren de 4 a 9 kW (5-12 HP) defuerza del motor por cada abresurco. Estas ve-locidades tan altas no se pueden obtener conlas máquinas pequeñas, incluso cuando haysuficiente energía disponible, en razón de ladificultad para controlarlas, especialmentecuando el operador camina detrás de la má-quina. Por lo tanto, los menores requerimien-tos de fuerza de las máquinas pequeñas pro-bablemente reflejan la menor velocidad deoperación más que otras variables.

De acuerdo con Siqueira y Casão (2004),las diferencias en requerimientos de fuerza sondebidas en primer lugar al diseño de los abre-surcos, al peso de la sembradora, al área decontacto de corte de los residuos y a los com-

ponentes de la abertura de los discos de corte.Las principales características que hacen quetales máquinas sean adecuadas para pequeñostractores o para tracción animal es su númerolimitado de surcos: dos y tres surcos para sem-bradoras de precisión de maíz y soja y seis asiete surcos para sembradoras de trigo y arroz.

Algunos de los factores que contribuyen alesfuerzo físico del operador para controlar lamáquina son el peso de la sembradora de pre-cisión, la altura de las manijas, su maniobra-bilidad, estabilidad y habilidad para operar entierras de ladera. La altura de las manijas essumamente importante durante las maniobrasy en muchos casos son ajustables. Los mode-los para múltiples surcos generalmente requie-ren menos esfuerzo manual por parte del ope-rador que los modelos de un solo surco porque,en el primer caso, la máquina tiene un asientoo una plataforma.

Los modelos con dos ruedas de apoyo tra-seras presentan buena estabilidad cuando setrabaja en tierras llanas pero pueden tener li-mitaciones en tierras de ladera. Los modeloscon una sola rueda son más adaptados a terre-nos pedregosos o con tocones ya que es másfácil bordear los obstáculos. Para aquellosmodelos que han evolucionado a partir de losarados «Fuçador», la mejor estabilidad ocu-rre cuando se usan sistemas de barra fija enlugar de cadenas. El arado «Fuçador» tieneuna barra de tiro de madera que está unida alyugo de los animales de tiro y en la cual estámontada una pata y un cuerpo similar a unapala (Schimitz et al., 1991). Para la labranzacero, el arado de reja es sustituido por los abre-surcos adecuados. Este aparato es usado enlas áreas pedregosas y de ladera del sur deBrasil.

Ajustes y mantenimiento

Todos los modelos tienen la posibilidad deajustar la cantidad de semillas y fertilizantespero algunos modelos no permiten ajustar suprofundidad de colocación o el manejo de losresiduos. Por otro lado, los abresurcos más

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evolucionados no requieren ajustes para ma-nejar una amplia variedad de tipos de residuos,pero en general raramente son usados en laspequeñas sembradoras o sembradoras de pre-cisión. En general, los abresurcos de dientestienen la menor capacidad de manejo de resi-duos (ver Capítulo 10) y los abresurcos dediscos son los mejores. Sin embargo, algunosabresurcos de disco (por ej., de doble disco)tienen la tendencia a entretejer la paja que sepuede doblar dentro de la ranura donde estainterfiere con la germinación de las semillas,tanto en los suelos húmedos como en los sue-los secos. Estas desventajas ocurren igualmen-te en las pequeñas sembradoras como en losequipos más grandes.

Por esta razón, varias sembradoras peque-ñas de precisión con abresurcos de dientes pre-sentan la posibilidad de hacer ajustes que afec-tan su capacidad de cortar los residuos. Losdos ajustes principales son el punto de engan-che y la rueda frontal sobre la tierra. Los ajus-tes que se hacen al disco también controlan laprofundidad de la ranura para el fertilizante.Para una misma profundidad del fertilizante,es posible tener diferentes profundidades desiembra de las semillas por medio de ajustesen la rueda posterior.

En los modelos más simples las densidadesde siembra son ajustadas cambiando los dife-rentes platos de siembra mientras que losmodelos de surcos múltiples a menudo vie-nen provistos de juegos de engranajes paracambiar la velocidad del plato. Otros mode-los que no siembran surcos espaciados pro-veen un ajuste de la velocidad de la sembra-dora por medio de engranajes.

Sembradoras de precisiónpara tracción animal

La Lámina 103 muestra varias sembradoraspara labranza cero producidas en Brasil. Losmodelos en la parte superior de la Lámina sonmás desarrollados, tienen más posibilidades de

ajustes y es probable que produzcan mejoresresultados que los modelos en la parte inter-media de la Lámina que han sido el resultadode la evolución del arado «Fuçador». Son máslivianos, más económicos y más adaptables alas condiciones de suelos pedregosos y en la-deras. El modelo en la parte inferior de la Lá-mina tiene abresurcos de disco y plataformapara el trabajo del operador.

Sembradoras de precisión adaptadaspara cultivadores a motor

Los cultivadores a motor que se usan co-rrientemente para la labranza convencionalalgunas veces son usados para la labranza enfajas eliminando algunas de las hojas de cor-te, en bandas angostas (20 a 200 mm de an-cho), dejando la tierra entre los surcos (hasta500 mm de ancho) sin trabajar. En el Capítulo4 se tratan los problemas de las versiones másgrandes de esas máquinas que han sido adap-tadas para seguir la superficie del suelo y laLámina 15 muestra un ejemplo de la máquinatrabajando en fajas angostas.

Sembradoras de precisión tiradaspor tractor

Los pequeños agricultores también usansembradoras de precisión a tracción animal ocon pequeños tractores que requireren hasta50 HP. Las máquinas tienen los mismos abre-surcos para corte de la paja (discos lisos) yformación de las ranuras (dientes o doble dis-co) como las máquinas para un solo surco y lamayoría pueden aplicar fertilizante en el mo-mento de la siembra.

Algunos modelos tienen tolvas para semi-llas y/o fertilizante al igual que las máquinasmás grandes (por ej., Láminas 104 y 105)mientras que otros modelos tienen sembrado-ras de precisión para surcos múltiples (Lámi-na 106).

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Agricultura con labranza cero en Asia

La labranza cero ha sido adoptada en cercadel 10-15 por ciento (dos millones de hectá-reas sobre un total de 13,5 millones de hectá-reas) del área sembrada con trigo después dearroz en el sistema de producción arroz-trigoen India y Pakistán. El trigo de primavera sem-brado en la estación invernal y, cada vez másotros cultivos de invierno como las lentejas, sesiembran bajo labranza cero. Sin embargo, las

ganancias en el mejoramiento de la calidaddel suelo son contrarrestadas por el fangueodel cultivo del arroz en el verano. Además, lamayoría de la labranza cero ocurre en tierrasdonde se retiran los residuos del arroz paraser usados como forraje o combustibles ya quelas actuales sembradoras de bajo costo paralabranza cero no tienen capacidad para mane-jar los residuos; en muchos casos solo per-manece en el suelo la parte inferior de las plan-tas de arroz. Esto lleva a un sistema híbrido

Lámina 103 Varias sembradoras de precisión para labranza cero en pequeña escala producidasen Brasil.

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donde los rendimientos no se podrán mante-ner debido a la degradación del suelo.

En experimentos a largo plazo llevados acabo en México se ha demostrado que en sis-temas intensivos maíz-trigo la labranza cerosin retención de residuos da lugar a una de-clinación más rápida de los rendimientos quecuando se utiliza un sistema de labranzaque entierra los residuos. El mejor tratamien-

to ha sido la labranza cero con retención deresiduos (Govaerts et al., 2004). Esto indicala necesidad de una «retención racional de losresiduos» en los trópicos húmedos y en lossubtrópicos con fuertes lluvias monzónicasy, en algunos casos, con tres cultivos anuales(K. Sayre, 2004, comunicación personal).

En la actualidad se están llevando a caboinvestigaciones en algunas partes del sur de

Lámina 105 Dos pequeñas sembradoras de precisión con tolvas para la fertilización y la siembrade precisión.

Lámina 104 Pequeña sembradora para labranza cero tirada por tractor.

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Asia sobre arroz con siembra directa o con la-branza cero (sitio web de RWC). Existen esca-sas, o ninguna, investigaciones anteriores so-bre cómo plantar arroz bajo labranza cero encondiciones monzónicas. Los mayores proble-mas que enfrentan los investigadores y los agri-cultores son: i) las decisiones sobre la fecha desiembra están influenciadas por el comienzoerrático de las lluvias pre-monzónicas y las llu-vias monzónicas regulares y no existe o no pue-de existir un programa de riego que aseguremantener la maquinaria fuera de los camposcuando están muy húmedos; ii) los enormesproblemas de manejo de las malezas que aca-rrea la pérdida de las condiciones del fangueoen los suelos arenosos que permiten una rápidainfiltración y, por lo tanto, reduce la capacidadde controlar las malezas a causa del agua es-tancada, y iii) la falta de drenaje, especialmen-te en las tierras bajas, que puede sumergir ymatar las plántulas recién emergidas. Los ex-perimentos en curso incluyen la labranza cerodel arroz transplantado, nuevos tipos de herbi-

cidas disponibles, variedades de arroz que pue-den soportar la inundación y variedades de buencomportamiento en condiciones alternantes deinundación y falta de agua.

El Cuadro 29 resume los problemas espe-ciales que enfrenta la producción de arroz bajolabranza cero.

Los resultados de las investigaciones sobreretención de residuos están adelantando perolas tecnologías occidentales actuales talescomo los abresurcos de doble disco, son pro-bablemente muy costosas, pesadas y requie-ren excesiva potencia. Están progresando lossistemas nativos o desarrollados localmentetales como los abresurcos de doble disco conT invertida y el inyector de la sembradora deprecisión con la rueda estrella. Sin embargo,las investigaciones sugieren que sistemas máseconómicos de labranza en fajas podrían pro-porcionar la respuesta al manejo de los resi-duos a bajo costo, especialmente para losagricultores con mayores recursos. En el casode los agricultores de menores recursos, los

Lámina 106 Pequeña sembradora de precisión adaptada de tracción animal a montaje sobretractor.

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residuos tienen un alto valor como combusti-ble o forraje y probablemente continúensiéndolo durante las próximas décadas.

¿Tractores de dos o de cuatro ruedas?

Un problema importante es identificar for-mas de aplicación de las tecnologías de laagricultura de conservación a las zonas máspobres del sur de Asia. Si bien hay mayordisponibilidad de sembradoras para labran-za cero, existe una cierta escasez de tracto-

res de cuatro ruedas. Como resultado de lafalta de recursos muchas fincas son peque-ñas o están dispersas. Las lluvias monzónicasintensas son un desafío para los investigado-res, para quienes apoyan la agricultura deconservación y para los diseñadores de ma-quinaria. Es probable que la mayoría delos pequeños agricultores y de aquellos sinrecursos no sean propietarios de su equiposino que lo alquilen, cualquiera que sea elsistema prevalente.

Cuadro 29 Problemas y posibles soluciones para el arroz bajo labranza cero.

Problemas Posibles soluciones

1. La mayoría del arroz es cultivado 1. Las siembras deben ser hechas tan prontoen condiciones de secano. como sea posible, cuando el suelo llega a laLos principales problemas son las humedad adecuada. Cuando el suelo estálluvias monzónicas erráticas y, demasiado húmedo ocurrirá una seriapor lo tanto, el problema de entrar compactación.a los campos para las operaciones 2. La maquinaria pequeña, más liviana (tractoresde siembra. de dos y cuatro ruedas) puede ayudar

a solucionar el problema.3. Si la siembra directa es imposible, los agricultores

pueden transplantar a mano o a máquina en loscampos bajo labranza cero.

4. Trasladar a la época seca temprana el arrozbajo riego.

2. La falta de drenaje y la inundación 1. Camas permanentes de semilla y mejoramientomatan las plántulas emergentes de la capacidad de drenaje.después de una fuerte lluvia 2. Siembra de variedades de arroz tolerantesmonzónica. a la inundación.

3. Arroz transplantado bajo labranza cero.

3. Hay problemas de control de malezas 1. La solución puede ser el manejo integradocuando los suelos no se mantienen de las malezas, uso de variedades competitivasinundados (más importante en y cobertura del suelo, prevenir la formación deestaciones experimentales que semillas de las malezas, uso de rotaciones yen los campos de los agricultores). varias estrategias de herbicidas. Otra estrategia

son las camas de semillas sin labrar que permitenuna primera germinación de las malezas que secontrolan con herbicidas. En este sistema,al evitar la labranza también se evita un nuevoflujo de germinación de las malezas.

2. Siembra de un cultivo de cobertura despuésdel trigo y aplicar herbicidas al cultivo de coberturay a las malezas antes de la labranza cero del arroz.

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En los últimos años se han hecho esfuerzospara introducir tractores de dos ruedas en lasprácticas de la agricultura de conservación.Si bien su adopción es aún limitada, los inge-nieros y los investigadores piensan que se es-tán encontrando aperos que pueden ser útilesen este complejo sistema socioecológico.

Tractores de cuatro ruedas

India es el mayor productor del mundo detractores de cuatro ruedas pero, aún hoy día,solamente el 50 por ciento de la labranza esmecanizada; tal vez cerca del 90 por cientoen las áreas de arroz-trigo, menos del 20 porciento en Nepal y más del 70 por ciento enBangladesh. La sorprendente diferencia entreBangladesh y el resto del sur de Asia se anali-za más adelante. Más aún, las leyes del go-bierno de la India no permiten que los fabri-cantes de tractores fabriquen implementoscomo las sembradoras a fin de promover lafabricación artesanal local.

BARRAS PORTAHERRAMIENTAS Y HERRAMIENTAS.Muchas de las barras portaherramientas en In-dia y Pakistán están basadas en las sembrado-ras para los cultivos de la época temprana del«rabi» (trigo de invierno, lentejas) que fuerondesarrolladas en las décadas de 1970 y 1980.Los fabricantes de maquinaria para agricultu-ra de conservación, en su mayor parte, hanfortalecido simplemente los bastidores, lasbarras y los cinceles (Hobbs y Gupta, 2004).Las barras portaherramientas son planas (noson de sección romboidal) y generalmenteestán hechas de dos piezas de 50 mm de aceroen ángulo soldadas para formar una barra desección cuadrada. Dos o tres barras se colo-can a distancias fijas y hay varios sistemas paraadosar los cinceles a las barras. Los agricul-tores están aprendiendo que un cincel de lar-go ajustable proporciona una mayor adapta-bilidad, pero tiene la tendencia a moversehacia un lado u otro si no está debidamenteasegurado o si es de baja calidad.

SEMBRADORAS PARA LABRANZA CERO. El interésque existe sobre la investigación y desarrollode la agricultura de conservación en el sur deAsia ha llamado la atención del CIMMYT(Centro Internacional de Mejoramiento deMaíz y Trigo, México) el cual introdujo des-de Nueva Zelandia a Pakistán, a principios dela década de 1980, sembradoras con abresur-cos simples de T invertida para la siembra deltrigo (Baker, 1976a, b, Lámina 107). Despuésde un cierto tiempo varios programas nacio-nales e internacionales en India y Pakistánredujeron el tamaño y el costo de las máqui-nas iniciales y las adaptaron a las condicioneslocales. Específicamente, las populares sem-bradoras para trigo de invierno o «rabi» he-chas localmente fueron reforzadas y se lesagregaron abresurcos en T invertida hechoslocalmente (Hobbs y Gupta, 2004).

Las plataformas para las barras portaherra-mientas y las herramientas para la labranzacero son cada vez más simples y livianas (Lá-mina 108). Casi todos los talleres de herreríason capaces de producirlas. El principal de-fecto en los tractores de fabricación local esel control del sistema de tiro y el segundo es ellevante hidráulico. Por lo tanto, muchos agri-cultores que adquieren máquinas para labran-za cero encuentran que el enganche hidráuli-co de tres puntos frecuentemente necesitareparaciones; también muchas sembradoraspara labranza cero encuentran problemas conlas ruedas de control de profundidad. EnPakistán, a menudo se usan ruedas neumáti-cas, pero los modelos más económicos en In-dia y Pakistán usan ruedas de metal.

SEMBRADORAS PARA LABRANZA EN FAJAS. Las sem-bradoras para siembra en fajas están menosdifundidas que las sembradoras para labranzacero para tractores de cuatro ruedas o que lassembradoras comunes (Lámina 109). Estassembradoras fueron desarrolladas por investi-gadores e ingenieros hindúes en la Punjab Agri-cultural University, Ludhiana, India, a fines dela década de 1980. Las máquinas típicas com-

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prenden un rotavador simple de 2,2 m movidopor la toma de fuerza del tractor con cuatro oseis láminas por faja, producidas en modelosde nueve a once surcos. Tales máquinas cues-tan un 50 por ciento más que las sembradoraspara labranza cero. El consumo de combusti-ble es mayor que en las máquinas para labran-za cero pero mucho menor que en las má-quinas para labranza convencional. Losagricultores indican que la labranza en fajas espreferible en campos con residuos excesiva-mente altos para los cinceles de las máquinasen T invertida para labranza cero. Los rendi-mientos son comparables a aquellos de la la-branza cero (Hobbs y Gupta, 2003). Los resul-tados de investigaciones hechas en Pakistánsobre discos rotativos, lisos o serrados, indica-ron que el desgaste de los discos fue alto.

SEMBRADORAS DE PRECISIÓN (A GOLPE) CON RUE-DA ESTRELLA. En un intento de solucionar el pro-

blema de la siembra sobre residuos densos, larueda estrella o los sembradores de precisión agolpes rotativos –desarrollados originariamenteen Zimbabwe– han sido agregados a los basti-dores existentes para labranza cero (Lámina110). Se han hecho modificaciones para mejo-rar la sincronización de la entrega de las semi-llas y para prevenir que las semillas caigan fueradel hoyo (sitio web del RWC). Tal vez el ma-yor problema que enfrenta este sistema en elsur de Asia es su costo relativamente alto.

SEMBRADORAS PARA MELGAS (SIEMBRA EN

CABALLONES Y SURCOS). Los sistemas parasiembra de trigo en melgas fueron desarrolla-dos primeramente en México, con agriculto-res del valle Yaqui, para compensar un decre-ciente aporte de agua. El agua de riego se ahorraal aplicarla por medio de surcos entre lasmelgas, lo cual favorece su conservación y eldrenaje. El trigo sembrado en melgas también

Lámina 107 Abresurcos en T invertida montados en cinceles rígidos fijados a una barra portahe-rramientas de sección cuadrada. (Los detalles de los abresurcos típicos en T invertida se aprecianen la Figura 8 y en las Láminas 21 y 22).

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Lámina 108 Sembradora típica para labranza cero sobre un tractor hindú.

Lámina 109 Sembradora para labranza en fajas en India.

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permite el acceso al campo después de la siem-bra para hacer aplicaciones de pesticidas y elcontrol mecánico de las malezas. Más del 90por ciento de los agricultores del valle Yaquihan adoptado esa práctica (Aquino, 1998) perodeshacen las melgas después de la cosecha ylas rehacen para la siguiente siembra.

El trabajo para sembrar en melgas en el surde Asia comenzó a mediados de la década de1990 y actualmente está aumentando su adop-ción (Hobbs y Gupta, 2004). El objetivo es,eventualmente, tener melgas permanentes, es-pecialmente en los suelos arenosos secos, don-de el abastecimiento de agua subterránea se estáreduciendo o en los suelos arcillosos donde eltrigo es susceptible al estancamiento del agua.Existen algunas variaciones para adaptarlo aproblemas que generan las condiciones erráticasde los monzones y a las siembras directas debajo rendimiento del arroz; por ejemplo, trans-plantar el arroz a mano en melgas usando abre-surcos en T invertida para abrir los surcos parael transplante. Podría haber buenas perspecti-vas para la siembra en melgas de rotaciones dearroz-hortalizas en la India o de rotaciones al-godón-trigo en Pakistán.

Sin embargo, son necesarias más investiga-ciones para cultivar exitosamente arroz sem-

brado en melgas en seco, que incluyan la fe-cha de siembra, el manejo de las malezas, lostipos de suelo y las condiciones socioeconó-micas en las que el cultivo en melgas puedaser viable. Todavía existen una serie de pro-blemas que necesitan una respuesta adecuadaacerca del cambio de las condiciones fluctuan-tes de un sistema anaeróbico a un sistemaaeróbico para el cultivo del arroz. Tambiénhay preguntas sobre la maquinaria apropiadaque debe ser usada, dado que la complejidadde los sistemas generados por los monzones deAsia requieren más adaptaciones de los mo-delos creados en el ecosistema del Valle Yaquien México (Hobbs y Gupta, 2004).

La mayoría de los modelos comerciales ac-tuales de sembradoras de precisión para lasiembra en melgas se derivan de las sembra-doras para labranza cero que usan el mismobastidor y dosificadores de semilla de tubopero con el agregado de un surcador ancho deajuste simple. Se han hecho numerosos traba-jos sobre la agronomía del trigo y del arroz ydos surcos sembrados en melgas de 72,5 cmson la opción estándar en las rotaciones arroz-trigo; sin embargo, la mayoría de las sembra-doras de precisión pueden ser ajustadas a sem-brar tres surcos y varios espaciamientos en lamelga. Algunos modelos son combinacionesde sembradoras de precisión para labranzacero en melgas con abresurcos adicionales enT invertida, surcadores y azadas. Sin embar-go, estos modelos parecen ser inadecuadospara melgas permanentes y mayores nivelesde residuos, por lo que se ha comenzado a tra-bajar para agregar abresurcos de discos do-bles y ruedas estrella en sembradoras de pre-cisión.

«SEMBRADORA FELIZ»*. Esta sembradora (Lá-mina 111) fue diseñada para manejar grandesvolúmenes de residuos y sembrar en melgas o

Lámina 110 Sembradora a golpe rotatoria paramúltiples surcos.

* N. del T.: «Happy seeder» en el original inglés.

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266 Siembra con labranza cero en la agricultura de conservación

en tierras llanas. La sembradora es una com-binación de dos máquinas: una cosechadorade forraje y una sembradora para labranza ceroque usa abresurcos de ala en T invertida (sitioweb de RWC). La cosechadora de forraje cortay levanta la paja y deja una superficie limpiapara la sembradora para labranza cero. Elmaterial cortado es soplado directamente de-trás de la sembradora y permanece como co-bertura. Ensayos de campo en la India hanconfirmado la utilidad de este enfoque. Sinembargo, persisten problemas con la germi-nación y con una colocación salteada de lassemillas que necesita además el ajuste del altode corte así como de la labranza de las fajasdelante de cada abresurcos en T invertida. Lasadaptaciones hechas en Pakistán han llevadoa la opción de una separación de la máquinaen dos mitades.

Tractores de dos ruedas

La pobreza relativa da lugar a propiedadescada vez menores y más fragmentadas. Unpequeño agricultor para ser exitoso deberíaposeer cinco hectáreas, mientras que un agri-cultor de pocos recursos financieros podríaposeer parcelas de menos de una hectárea, conun promedio de cinco parcelas fragmentadas.

El número de tractores de cuatro ruedas dis-minuye prácticamente hasta cero para los agri-cultores de menores recursos; al igual ocurrecon otra maquinaria moderna. El área orien-tal de India y Bangladesh (Figura 41) com-prende, probablemente, las tierras más férti-les de todo el sur de Asia; pero aun así, lapobreza y la alta densidad de población pre-sentan a los investigadores de la agriculturade conservación una situación socioeconómicadifícil y restrictiva.

Si la agricultura de conservación fuera in-troducida y adoptada por los agricultores deesta región, los equipos deberían ser adapta-dos a la fuerza de tracción animal o de trac-tores de dos ruedas. Estas fuentes de trac-ción también deben estar disponibles ya queactualmente hay vastas áreas en las cualesno se encuentran los equipos más simples.Los tractores de dos ruedas se han conside-rado apropiados y socialmente justos (Justicey Biggs, 2004a) dado que el costo de mante-ner un par de bueyes para la preparación dela tierra y el transporte es cada vez más one-roso. Muchos agricultores buscan alternati-vas para las opciones de tracción animal perolos investigadores aquí, y tal vez en otraszonas en desarrollo, enfrentan múltiples di-ficultades, a saber:

1. La naturaleza conservadora inherente delos agricultores, pero particularmentede aquellos de menores recursos, que noles permite enfrentar riesgos en su produc-ción agrícola.

2. Una estructura por debajo de las normas,que incluye a los fabricantes locales y lossistemas de extensión, junto con un bajonivel educativo, demoran el interés en cual-quier tecnología o su adopción.

3. Todos los agricultores hacen inversionesen maquinaria de bajo costo y renuncian ala calidad por el alto precio.

4. Las limitadas investigaciones y desarrollode los equipos para agricultura de conser-vación para tractores de dos ruedas, en com-paración con los modelos de cuatro ruedas.

Lámina 111 Ejemplo de «Happy seeder».

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5. El énfasis en los tractores de cuatro rue-das y la producción local han limitado ladisponibilidad y competitividad de los mo-delos de dos ruedas.

LA FUNCIÓN DE LAS TECNOLOGÍAS DE TRANSICIÓN.A pesar de esas dificultades, las ventas de trac-tores de dos ruedas y el rotavador común sehan incrementado en la última década, espe-cialmente en Bangladesh donde se estima quehay más de 400.000 tractores de dos ruedashechos en China, responsables de la prepara-ción de más del 70 por ciento de la tierra de losagricultores bengalíes. Este importante incre-mento fue estimulado por cambios en la políti-

ca gubernamental y por el desarrollo de un fuer-te mercado para tractores después del desastrecausado por los ciclones en 1987 que reduje-ron considerablemente la población animal. Uncuadro similar está surgiendo en Nepal y encierta medida en India. Ciertos proyectos espe-cíficos en Nepal han hecho que los agricultoressean más concientes de los beneficios de poseeresas fuentes de energía para generar ingresos uofrecer servicios por contrato a quienes no po-seen tractores (Justice y Biggs, 2004b). La dis-ponibilidad de tales fuentes de energía permiteahora que los métodos aplicados por la agricul-tura de conservación estén disponibles para losagricultores de esas regiones.

Figura 41 «Área de la pobreza» en el sur de Asia donde 500 millones de familias dependientes dela agricultura viven con menos de una hectárea de tierra.

CHINA

INDIA

NEPAL

Uttar Pradesh

Bihar

Meghalaya

Madhya Pradesh

Orissa

WestBengal

BAHÍA DE BENGALA

BANGLADESH

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268 Siembra con labranza cero en la agricultura de conservación

Además de proporcionar energía para laagricultura de conservación esos tractorespueden cumplir una serie de actividades decampo tales como segar, bombear agua, sem-brar y labrar. El tractor, o su motor, tambiénes usado como una fuente de energía para lastrilladoras, ventiladores de granos, molienday transporte de personas y mercancías, tantosobre la tierra (pueden tirar remolques de 2 t)y en el agua (miles de barcas en Bangladesh).También reducen el trabajo penoso del fan-gueo de los arrozales siempre que tengan rue-das especiales para ello. Todas estas funcionesaceleran las operaciones de la finca (prepara-ción de la tierra, siembra y cosecha oportu-nas), mejoran los rendimientos e intensificanla intensidad de cultivo y la eficiencia de laproducción agrícola. Estos resultados son vi-tales para una región en la cual la densidad depoblación excede las 1 000 personas por kiló-metro cuadrado de tierra arable.

Los costos de preparación de la tierra paralos cultivos de invierno y para el fangueo delarroz con los tractores de dos ruedas son untercio menos por unidad de tierra que los cos-tos con los tractores de cuatro ruedas (Sahet al., 2004). Con los tractores de dos ruedastambién se reduce el tiempo requerido paradar vuelta y retroceder que requieren los trac-tores de cuatro ruedas, especialmente en lasfincas pequeñas. El desafío ha sido extenderesas ventajas a la agricultura de conservación.En primer lugar el concepto de barra portahe-rramientas ha sido usado en la labranza cero ylas sembradoras de precisión para la siembraen melgas. En segundo lugar, una sembradorareducida para siembra más superficial ha sidomodificada para la siembra en fajas y formarmelgas en una sola operación.

BARRAS PORTAHERRAMIENTAS. Como ocurre conlos tractores de cuatro ruedas, los diseños debarras portaherramientas para los tractoresde dos ruedas se basan en modificaciones delos tipos familiares de sembradoras de barrasplanas «rabi». La placa de montaje de la barra

portaherramientas es abulonada detrás de latransmisión de los tractores de dos ruedas. Esesistema rígido de montaje crea problemas enlos terrenos no uniformes en comparación conel sistema de enganche de tres puntos que esmás flexible. De cualquier manera, ha demos-trado ser una plataforma sólida para los im-plementos de la agricultura de conservación.Por lo general, se usan dos barras para colo-car herramientas e implementos.

BARRAS PORTAHERRAMIENTAS PARA SEMBRADORAS

PARA LABRANZA CERO. La mayoría de los tracto-res de dos ruedas son capaces de arrastrar sem-bradoras de hasta cuatro surcos para labranzacero. Los diseñadores simplemente han adap-tado los diseños de las sembradoras para la-branza cero de los tractores de cuatro ruedas aun número más reducido de surcos, usan abre-surcos grandes en T invertida y los mismos cin-celes, pero reducen a la mitad las tolvas parafertilizantes y semillas (Lámina 112). La capa-cidad real de dichas máquinas en el campo es0,20 ha/h para la aplicación de fertilizantesy siembra simultánea de las semillas. El costode siembra en el caso del trigo y el maíz se redu-ce en cerca del 50 por ciento, en comparacióncon los métodos convencionales de labranza.

Lámina 112 Barra portaherramientas de tipoplano para labranza cero que muestra la placade montaje para un tractor de dos ruedas.

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269Modelos de sembradoras – máquinas para pequeña escala

BARRAS PORTAHERRAMIENTAS PARA SEMBRADO-RAS DE PRECISIÓN EN MELGAS. Este tipo de sem-bradoras que simultáneamente labra el sueloy forma las melgas son relativamente pococonsideradas, sin tener en cuenta si tambiénsiembran y fertilizan; tal práctica podría lle-var a un programa completo de labranza ceroen un sistema de melgas permanentes.

El ancho de las melgas está limitado por elproblema del espaciamiento de las ruedas delos tractores de dos ruedas. La melga están-dar para arroz-trigo es de 65-70 cm de ancho.Los problemas surgen la primera vez que seforman las melgas y si la tierra no ha sido pre-parada previamente: la pala se engancha enlos terrones, lleva la máquina fuera de direc-ción y puede causar problemas de manejo siuna de las ruedas pasa sobre un caballón einclina el formador de la melga. Los terronesson un problema menor bajo las condicionesde las melgas permanentes, donde se hace unligero trabajo de retoque y las ruedas del trac-tor corren en las huellas anteriores lo que re-duce el trabajo del operador.

SEMBRADORA PARA LABRANZA REDUCIDA. Una sem-bradora para labranza reducida hecha en Chi-na fue introducida por el CIMMYT en 1989en Nepal y en 1996 en Bangladesh. Ha sido laúnica tecnología de conservación disponible enChina para tractores de dos ruedas y ha sidosometida a investigaciones por Pradhan et al.(1997), Meisner et al. (2003) y Sah et al. (2004);esas máquinas mostraron en forma consistentealtos rendimientos, por las siguientes razones:

1. Fueron capaces de sembrar trigo, lentejasy otros cultivos de invierno en suelos muyhúmedos (hasta un 30 por ciento de hu-medad) inmediatamente después de la co-secha del arroz, lo que evita así las siem-bras tardías.

2. Proporcionaron una preparación fina delsuelo que favorece la germinación.

3. Colocaron las semillas a una profundidaduniforme.

4. Redujeron los problemas de malezas aso-ciados con el cultivo anterior de arroz.

Si bien la máquina no puede ser considera-da una verdadera sembradora para labranzacero en su modelo para labranza (Lámina 113),representa una excelente (y flexible) tecnolo-gía de transición de la labranza múltiple a lalabranza cero o la labranza en fajas (Lámina114). Los tres principales componentes de lasembradora son:

1. Un rotavador de 48 hojas, 120 cm de an-cho, alta velocidad y labranza superficial(máximo 10 cm de profundidad).

2. Un dosificador de semillas de seis tubospara seis surcos (también hay para 11 y 17tubos) y una tolva para semillas.

3. Un rodillo de 120 cm para alisar, compac-tar y controlar la profundidad.

LABRANZA EN FAJAS. Las investigaciones sobrela labranza en fajas son más recientes (Justiceet al., 2004) pero los resultados con las máqui-nas hechas en China han sido promisorios. Laeficiencia en el campo mejora entre un 15 y un20 por ciento con menor consumo de combus-tible y tiempo. El área de suelo disturbada pue-de ser ajustada entre 15 cm y apenas 2-3 cm(con hojas derechas). Para las fajas angostas sesueldan al eje apoyos adicionales para las ho-jas a fin de compensar la falta del modelo nor-mal en espiral y reducir las vibraciones. Traba-jos hechos en Bangladesh, México y Nepal hanmostrado que las hojas del sistema de rotavadorde alta velocidad (rotación a una velocidad ma-yor de 400 rpm) son capaces de cortar y sem-brar en paja rala y presentan una solución eco-nómica para los problemas de la retención deresiduos para los tractores de dos y cuatro rue-das. La Lámina 114 muestra una máquina au-tomotriz de dos ruedas para labranza en fajasque crea un disturbio del 50 por ciento y siem-bra trigo en surcos a 100 mm.

MELGAS PERMANENTES PARA AGRICULTURA DE

CONSERVACIÓN. La flexibilidad de las sembra-

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270 Siembra con labranza cero en la agricultura de conservación

Lámina 113 Máquina de dos ruedas para labranza reducida en trabajo de ancho total.

Lámina 114 Máquina de dos ruedas para labranza reducida en trabajo de labranza en fajas.

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271Modelos de sembradoras – máquinas para pequeña escala

doras diseñadas en China ha sido mejoradapara hacer melgas y sembrar en melgas per-manentes con muy pocas modificaciones.Cuando es necesario reconstruir las melgas,puede usarse el sistema de la barra portahe-rramientas con palas o solamente unas pocashojas rotatorias en el surco para devolver elsuelo a la melga sin disturbio.

LABRANZA EN FAJAS EN MELGAS PERMANENTES.Si las melgas no requieren ser reconstruidas,la misma máquina hace la labranza en fajassobre las melgas existentes. En Bangladesh yMéxico, el CIMMYT ha introducido modifi-caciones en las máquinas convencionales parasiembra en fajas como sigue:

1. Dos ruedas para el control de profundidadestán colocadas sobre los surcos en lugardel rodillo.

2. Los abresurcos se extienden en profundi-dad a 7 cm.

3. Las hojas estándar de tipo «C» están en-derezadas para cortar los residuos y redu-cir la cantidad de movimiento del suelo.

4. Se agregan hojas adicionales para reducirla vibración (marcadas con un círculo en laLámina 115).

La Lámina 115 muestra una máquina paralabranza en fajas/sembradora modificada, usa-da en este caso para la siembra de frijol mungo

después de trigo en melgas permanentes. Lashojas enderezadas de tipo «C» pueden cortarlos residuos dejándolos en la superficie de lamelga con un disturbio o arrastrado mínimodel suelo, similar al que se encuentra con abre-surcos invertidos en forma de T.

Ha habido un extenso debate acerca de laaltura más deseable de las melgas de este tipo.La mayoría de las sembradoras de precisiónpueden hacer melgas de solo 10 a 12 cm dealto. Los primeros intentos hechos para crearmelgas más altas indican ahora que consumenun exceso de energía y que son agronómica-mente indeseables, ya que se secan más rápi-damente. Generalmente se acepta que lasmelgas deben ser tan altas como sea necesa-rio para permitir que el agua de riego o dedrenaje se mueva de un extremo del campo alotro. Dado que muchas parcelas son peque-ñas (menos de 0,2 ha), las melgas bajas sonsatisfactorias.

Los sistemas de labranza en fajas basadosen tractores de dos ruedas también incluyenmáquinas comparativamente livianas que per-miten la siembra en suelos más húmedos, encomparación con el trabajo de los tractoresde cuatro ruedas y las correspondientes sem-bradoras de precisión para melgas. Esto esparticularmente importante en los sistemas deagricultura de conservación en el sur de Asiacon casos de melgas bajas y llanas.

Lámina 115 Sembradora para labranza en fajas que opera sobre residuos densos en una melgapermanente y siembra frijol mungo.

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272 Siembra con labranza cero en la agricultura de conservación

Como consideraciones negativas, la labran-za en fajas con equipos de dos ruedas sobremelgas permanentes no permite el acceso alcampo hasta que los cultivos se han estableci-do. Sería deseable facilitar la aplicación enbandas del fertilizante en cobertura, el cultivoentre surcos y asperjar como con los tractoresde cuatro ruedas.

Los resultados de pruebas recientes hechasen Bangladesh con el establecimiento de cul-tivos de trigo (Rawson, 2004) encontraron quela labranza total y la labranza en fajas fueroninicialmente superiores a la siembra en melgasy a la labranza cero, pero también se notó quelos resultados mejoraron una vez que los ope-radores aprendieron a sembrar con la hume-dad correcta del suelo, especialmente en elcaso de la labranza cero. Como resultado, aho-ra se considera que la siembra en melgas y lalabranza cero con tractores de dos ruedas pue-den ser el futuro de la agricultura de conser-vación en la región.

Resumen de sembradorasy sembradoras de precisión

para labranza cero – máquinasen pequeña escala

1. La mayoría de los agricultores en peque-ña escala usan equipos manuales de siem-bra o sembradoras y sembradoras de pre-cisión de uno o dos surcos, tiradas poranimales o por pequeños tractores.

2. La agricultura de labranza cero en peque-ña escala se beneficia de una mayor aten-ción del operador a los detalles de la siem-bra y del control de las malezas.

3. Muchos modelos de sembradoras de pre-cisión manuales o de tracción animal hanevolucionado a partir de antiguos mode-los.

4. Los modelos de abresurcos en pequeñaescala tienen muchos de los mismos re-

quisitos y diseños usados en los equipospara gran escala presentados en los capí-tulos anteriores.

5. Algunos modelos de abresurcos en peque-ña escala están limitados por los requisi-tos de potencia, fuerza de penetración ysimetría.

6. La colocación separada del fertilizante ylas semillas es importante para favorecerun crecimiento precoz del cultivo y limi-tar el crecimiento de las malezas.

7. Los aparatos para dosificar las semillas yel fertilizante, muy comúnmente son adap-taciones de sistemas usados en las máqui-nas más grandes.

8. Los abresurcos de azada son más comu-nes en la agricultura en pequeña escaladebido al aumento de la capacidad de pe-netración, comparados con los abresurcosde discos.

9. El manejo de los residuos es a menudomás fácil con las máquinas para pequeñaescala dado que tienen menos abresurcos.

10. La labranza cero en Asia presenta proble-mas asociados con las rotaciones arroz-trigo y las lluvias monzónicas.

11. La extrema pobreza es un problema enmuchas áreas de Asia ya que limita el de-sarrollo del equipo para labranza cero ylos servicios de asistencia a los agricul-tores.

12. El uso generalizado de los abresurcos deala en T invertida ha ofrecido oportuni-dades para la labranza cero en Asia.

13. La siembra en melgas y/o la labranza enfajas es considerada como un paso haciala labranza cero total en Asia.

14. La sembradora «Happy seeder» que com-bina cosechadoras de forraje y sembra-doras, permite que los residuos sean co-locados sobre las semillas durante lalabranza cero, que simula a algunas de lasventajas de las máquinas para labranzacero en gran escala.

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15Manejo de un sistema de siembra

para labranza cero

W. (Bill) R. Ritchie y C. John Baker

273

El éxito final de un sistema de siembrade labranza cero no será mayor que el éxitodel componente menos exitoso del sistema.

La mayor parte de este libro se refiere a losriesgos físicos, biológicos, químicos y econó-micos relacionados con los equipos. Sin em-bargo, ni siquiera el mejor equipo disponibleserá capaz de proporcionar óptimos resulta-dos si otros insumos no son de un estándar deigual o similar calidad. Consecuentemente, sedeben considerar seriamente los otros facto-res necesarios para poner en funciones un sis-tema de siembra bajo labranza cero que mini-mice todos los riesgos. Obviamente, no esposible ofrecer una «receta» contra los fraca-sos en la siembra en labranza cero bajo cual-quier condición. Cada paquete exitoso debeser preparado para satisfacer las necesidadesy condiciones de una finca particular, de uncampo y de un componente del campo.

Este capítulo señala brevemente los distin-tos factores que pueden tener influencia so-bre el resultado de la siembra de cultivos opasturas en labranza cero cuando se aplicaun sistema de ese tipo. Un resumen más de-tallado sobre la forma en que tales factoresinteractúan y cómo determinan el éxito o elfracaso de un sistema de labranza cero se en-cuentran en Successful No-Tillage in Cropand Pasture Establishment (Ritchie et al.,2000).

Selección y preparacióndel lugar

A menudo hay pocas oportunidades paraelegir una parcela e incluirla en un progranade labranza cero. Sin embargo, en otros ca-sos, los agricultores pueden estar en una posi-ción de ser más selectivos acerca de los cam-pos, especialmente si están al inicio delproceso de conversión de la agricultura de la-branza a la labranza cero. En este caso, es im-portante revisar los criterios que deberían serconsiderados.

Muchos de los agricultores que se convier-ten a la labranza cero lo hacen en áreas conuna historia intensiva de labranza que ha con-ducido a una estructura pobre del suelo, a unbajo contenido de materia orgánica, a una ac-tividad microbiana pobre, a un bajo númerode lombrices de tierra y a una probablementealta compactación del suelo. Tales condicio-nes no conducen a altos rendimientos de loscultivos en cualquier sistema en el que seanestablecidos. Si bien es de esperar que la la-branza cero con el correr del tiempo puedareparar el daño, a corto plazo puede estar endesventaja. La labranza cero no puede ser unacura inmediata para esas condiciones, pero loes, ciertamente, a largo plazo.

Si se maneja correctamente, la labranza ceropuede conformar un método sostenible de pro-ducción agrícola y al mismo tiempo permitir

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274 Siembra con labranza cero en la agricultura de conservación

que continúe el proceso natural de formacióndel suelo. Estos procesos toman tiempo, añosy tal vez décadas. Incluso, hasta el momentoen que se obtiene un cierto grado de repara-ción, los rendimientos pueden ser reducidos,especialmente si el agricultor no aplica losinsumos mejor conocidos del sistema. Pero enotros casos, cuando los agricultores han usa-do altos niveles de insumos,que incluyen lafertilización en bandas, hay numerosos ejem-plos de que los rendimientos de los cultivosno sufren, incluso en el primer año. Y sobretodo, después se han incrementado en formasostenida, a menudo a niveles nunca registra-dos en ese campo.

Los mejores resultados para la conversióna la labranza cero ocurren cuando el agricul-tor tiene desde el principio la opción de selec-cionar campos con alto potencial de retorno.En una finca integrada con pasturas y cultivospuede ser más adecuado comenzar una rota-ción de cultivos en labranza cero en un cam-po que ha tenido pasturas o alfalfa durantealgún tiempo y que tiene un suelo en mejorescondiciones que los campos que han sido la-brados durante varios años.

En las fincas que en el pasado han sido com-pletamente labradas, deberían seleccionarselos campos que han sido menos afectados porlos aspectos destructivos de la labranza. Noes realista esperar una evaluación objetiva delpotencial de un sistema como la labranza cero,excepto cuando se le ha ofrecido la oportuni-dad de mostrar su verdadero potencial.

Un drenaje efectivo del suelo tendrá ciertaimportancia sobre la condición del suelo.Mientras que la labranza cero, con el correrdel tiempo, mejora la capacidad naturalde drenaje, también puede ser necesario algúndrenaje artificial. Los suelos bien drenadosproducirán los mejores resultados.

La importancia de que los abresurcos paralabranza cero sean capaces de seguir de for-ma segura las ondulaciones del terreno ya hasido señalada en el Capítulo 8. Sin embargo,cualesquiera que sean los méritos de la tecno-

logía en este aspecto, será más efectiva y per-mitirá una mayor velocidad de operación si elcampo tiene una superficie uniforme. Cuandose labra un campo antes de convertirlo a la-branza cero, es necesario un esfuerzo adicio-nal para uniformizar la superficie, que es unabuena inversión para la posterior agriculturade labranza cero.

Se debe señalar que, sin embargo, con el co-rrer del tiempo, los restos dejados por las lom-brices de tierra son capaces de llenar galerías aprofundidades de 75 a 150 mm. Por supuesto,un incremento en el número de lombrices detierra es más bien un resultado a medio térmi-no de la labranza cero y no a corto plazo.

La siembra con sembradoras o sembrado-ras de precisión también puede ser favorecidasi los predios tienen formas regulares. La na-turaleza más firme de los suelos sin labrar li-mita la capacidad de muchas máquinas paralabranza cero para moverse en las esquinas.La planificación primaria previa a la subdivi-sión de las tierras puede contribuir a resolvereste problema.

Competencia de las malezas

Ha habido considerables debates sobre lacompetencia de las malezas en relación conlos abresurcos. Es importante recordar que lamayoría de las operaciones de la labranza con-vencional están dirigidas a controlar la com-petencia de las malezas con los cultivos. Porlo tanto, la importancia de las operaciones deaspersión en la labranza cero debe ser debi-damente considerada. El buen manejo inclu-ye la identificación de las distintas especies,seguida por una selección adecuada de losherbicidas más adecuados o de otras estrate-gias de control, tales como la cobertura. Unaplanificación adecuada es importante paraasegurarse de que los efectos residuales de losherbicidas sean compatibles con los futuroscultivos, así como con la fauna del suelo comolas lombrices de tierra; por ejemplo, algunos

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275Manejo de un sistema de siembra para labranza cero

herbicidas y pesticidas son tóxicos para laslombrices.

Una vez seleccionados los herbicidas, es ne-cesario asegurar que el compuesto químico es-pecífico es aplicado a la dosis correcta de in-grediente activo con la dilución adecuada (porlo general en agua) y otro compuesto comosurfactante. También son necesarias para laaspersión condiciones adecuadas del tiempo,durante la aplicación y por un cierto períodoposterior. El estado de vigor y crecimiento dela planta y el tamaño de las hojas pueden te-ner influencia sobre la actividad del herbici-da. Con algunos herbicidas es necesario con-tar con un cierto período entre aspersión ysiembra. En muchos casos es más importanteasegurar que la aplicación del herbicida esoptimizada con respecto a una cierta formu-lación y el estado de crecimiento de la male-za, salvo cuando hay actividad residual delherbicida en el suelo o peligro del efectodel «puente verde» (Capítulo 3).

Un principio que ha ocurrido repetidamen-te ha sido el cambio del grado de dificultadde controlar algunas especies de malezas des-pués de varios años de labranza cero. Cadaespecie de maleza tiene un modelo óptimo delabranza, competencia con el cultivo y hume-dad para su establecimiento. Casi todos losestudios de labranza cero sobre las malezas alargo plazo han señalado este claro cambio deespecies y de intensidad. Pero los mismos yotros estudios a largo plazo muestran una sig-nificativa reducción total de la incidencia delas malezas en los sistemas continuados de la-branza cero que han usado estrategias adecua-das de control y rotación de cultivos.

Control de pestesy enfermedades

La mayoría de los principios de manejo quese aplican a las malezas también se aplican alcontrol de las pestes y enfermedades. Unaidentificación cabal es necesaria para asegu-

rar un control adecuado y rentable. Más im-portante aún, es necesario reconocer que al-gunas pestes y enfermedades se comportan enforma diferente bajo las condiciones de labran-za cero que en la labranza común. A menudopuede resultar engañoso asumir que las medi-das apropiadas de control en los suelos labra-dos pueden ser aplicadas sin modificacionesen la labranza cero. Estos principios se apli-can tanto al manejo antes y después de la siem-bra y de la siembra de precisión.

Las medidas de control químico tambiénpueden ser complementadas con otras técni-cas de manejo tales como la rotación de culti-vos que constituye una herramienta esencialpara el desarrollo de la sostenibilidad. Lasrotaciones no solo son efectivas para contro-lar pestes y enfermedades sino que tambiénpueden fortalecer el control de malezas alpermitir el uso de una mayor gama de herbi-cidas y/o fortalecer la actividad de tratamien-tos particulares de herbicidas, que modificanla fertilidad del suelo y ayudando a mejorarlos niveles de materia orgánica del suelo. Esnecesario tomar precauciones porque la erra-dicación química de una especie indeseablepuede ir en detrimento de otra especie, porejemplo, las lombrices de tierra.

Manejo de la fertilidaddel suelo

El desarrollo de tecnologías de siembra yde siembra de precisión para labranza cerocon la colocación del fertilizante en bandasofrece nuevas oportunidades para el manejode los fertilizantes bajo las condiciones delabranza cero. Sin embargo, se aplican todoslos principios antiguos existentes.

El elemento fundamental para un uso cos-to-efectivo del fertilizante es una evaluacióncuidadosa de los niveles de fertilizante y derequerimientos de los cultivos. Los análisisde suelos y de tejidos de las plantas son he-rramientas útiles para este proceso, tanto como

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276 Siembra con labranza cero en la agricultura de conservación

la interpretación correcta de los resultados.Estos resultados deben proporcionar las ba-ses para la selección de las opciones de ferti-lizantes más rentable, algunas de las cualespodrían ser influenciadas por limitaciones delas máquinas, mientras que otras podrían noserlo.

Sin duda es necesaria más investigación es-pecífica bajo las condiciones de labranza ceroque determinen el régimen más adecuado defertilización para cualquier combinaciónde cultivos, tipo de suelos y clima. Las res-puestas de los fertilizantes en la labranza ceropueden ser diferentes de aquellas obtenidasbajo la labranza común en el mismo tipo desuelos. Por ello, los resultados de las expe-riencias de investigación y extensión en con-diciones de labranza común pueden no ser ne-cesariamente correctas cuando se aplican a lossistemas de labranza cero. Sin embargo, porlo general los requerimientos de las plantasno cambian. La siembra en labranza cero confertilizantes en bandas ofrece una oportuni-dad para una mayor eficiencia de la aplica-ción pero las cantidades totales de nutrientesrequeridas, con la excepción del nitrógeno, nose alteran mayormente.

Densidad de siembray calidad de las semillas

Frecuentemente hay serias discusiones so-bre la densidad de siembra óptima en la la-branza cero. Algunos autores opinan que lasdensidades de siembra deberían ser incremen-tadas, presumiblemente para contrarrestar unaesperada reducción en la germinación de lassemillas y/o la emergencia de las plántulas.Esta práctica es conocida como «seguro» dela densidad de siembra. Sin embargo, el pro-ceder de esta forma, incluso con abresurcospara labranza cero que tienen baja emergen-cia, puede ser contraproducente si se obtie-nen las condiciones ideales, ya que resulta-rían en poblaciones que exceden el óptimo.

Además, las altas densidades de siembra in-volucran en este caso un innecesario costo adi-cional de semillas.

Si se usa el equipo adecuado hay pocas oninguna razón para que el establecimiento delas plántulas en la labranza cero sea menorque en la labranza convencional. De hecho,con los equipos modernos y un sistema apro-piado, la labranza cero tiene el potencial paraporcentajes de establecimiento más altos quela labranza convencional.

En cualquier caso, el problema importanteno es considerar cuánta semilla se siembra,sino que la medida final es el establecimientode las plántulas. Por lo tanto, las densidades desiembra deberían estar basadas en una eva-luación del grado de riesgo según una situa-ción dada que lleve a la predicción de unaemergencia efectiva de plántulas (Ritchieet al.,1994, 2000). El primer factor a incor-porar es el potencial de germinación de lassemillas, el cual está especificado en los da-tos de la certificación de las semillas. La den-sidad de siembra puede ser calculada usandola siguiente fórmula:

TSW × TPPSR =

EFE

donde: SR = densidad de siembra (kilos porhectárea); TSW = peso de 1.000 semillas (gra-mos); TPP = objetivo de población de plantas(plantas/m2); EFE = emergencia de campoefectiva (porcentaje).

El principio importante es la rentabilidadpara producir la densidad adecuada de plan-tas. Para confiar en la obtención del númerode plantas deseado un agricultor debe usarsemillas de buena calidad junto con un equi-po de siembra que proporcione un estableci-miento confiable de las plántulas en un am-plio rango de condiciones.

Otro factor importante es la correcta cali-bración de la salida de fertilizante y semillasdel tubo de la sembradora o la sembradora deprecisión. Dado que las semillas de diferentes

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277Manejo de un sistema de siembra para labranza cero

variedades de la misma especie pueden variarsensiblemente en peso y tamaño de acuerdoal vigor del cultivo, las condiciones del tiem-po e incluso de la ubicación geográfica en elmomento de la cosecha, es importante cali-brar el mecanismo de dosificación cuando secambian las variedades. Durante las operacio-nes de siembra o de siembra de precisión sedebería controlar la constancia de la calibra-ción por medio del control de la semilla y elfertilizante usados para cubrir una determina-da área. Algunos sembradores cambian la do-sificación con el cambio de la temperaturaambiente; el aumento de la temperatura de lamañana a la tarde puede causar un sensiblecambio en la densidad de siembra.

En Australia occidental, la experiencia delos agricultores con la versión de abresurcosde ala en la versión de discos para labranzacero mostró que las densidades de siembrapara una población equivalente de colza po-día ser reducida con buen resultado de 9 kg/habajo labranza convencional a 4-5 kg/ha bajolabranza cero si se usa una máquina de diseñoavanzado (J: Stone, 1993, comunicación per-sonal). El ahorro de semilla necesaria para todoel predio fue equivalente al costo adicional dela máquina. Antes de reducir la densidad desiembra, la experiencia de este agricultor quesembraba una densidad alta con la sembradorapara labranza cero fue que el cultivo permane-ció largo tiempo en estado vegetativo y produ-jo un bajo rendimiento de grano.

Capacidad de los operadores

La labranza cero es una técnica relativamen-te nueva para los agricultores habituados a lalabranza convencional. Cuando los agriculto-res trabajan en el sistema de agricultura con-vencional tienen una larga historia disponibleen todo el mundo, si bien tal experiencia noes personal. Sin embargo, solo existe una li-mitada experiencia básica en lo que respectaa la agricultura de conservación. Más aún, esta

limitada experiencia ya ha demostrado que lastécnicas de los dos sistemas son diferentes yque deben aprenderse nuevos procedimientode manejo.

El tipo de trabajo de la agricultura de con-servación que se basa en «un solo pase» dejapoco margen para posibles errores. Por otrolado, la gama de implementos y funciones in-volucradas es mucho menor. Por lo tanto, unconocimiento detallado de las máquinas prin-cipales –asperjadoras y sembradoras– puedeser alcanzado más fácilmente.

Dado que es muy probable que en la la-branza cero las condiciones físicas del suelovaríen más de campo a campo o incluso den-tro del mismo campo, el operador tiene unamayor necesidad de entender los principiosinvolucrados en esas condiciones y ser ca-paz de ajustar la maquinaria de acuerdo a lasmismas. Por supuesto, las sembradoras y lassembradoras de precisión para labranza cerovarían ampliamente en su capacidad para re-conocer las variaciones del suelo gracias alajuste automático que pueden hacer, pero decualquier manera requieren que el operadortenga una óptima capacitación.

Es probable que en el futuro se pueda con-tar con un incremento en el uso de equiposelectrónicos de supervisión y control de lasfunciones de las sembradoras y las sembrado-ras de precisión para mejorar su comporta-miento y reducir la dependencia del operador.También es probable que la operación de es-tas máquinas se convierta en una tarea espe-cializada con un mayor énfasis en la capacita-ción de los operadores.

Manejo post-siembra

Una fase peculiar ha sido creada para la eramoderna de la agricultura intensiva* que im-plica la importacia de supervisar cuidadosa y

* N. del T.: En inglés «knee-action farming».

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periódicamente el comportamiento de los cul-tivos durante todo el ciclo de crecimiento. Enmuchos casos, esta supervisión requiere queel inspector se arrodille para observar el cul-tivo, frecuentemente con ayuda de una lupa,en lugar de hacerlo parado.

Este principio no es exclusivo de los siste-mas de labranza cero, pero es fundamentalpara obtener buenos resultados desde el mo-mento que las normas para la labranza cerodifieren de aquellas de la labranza convencio-nal. La técnica de la labranza cero ha sufridoen el pasado la falta de análisis de las razonesde los pobres resultados obtenidos. A menu-do los agricultores y los investigadores hancondenado el sistema de labranza cero en basea los malos resultados sin determinar las ra-zones específicas de esos fracasos. Esto con-trasta con la aceptación de un fracaso en laagricultura convencional a causa de dificulta-des climáticas o como hecho «de justicia di-vina» o simplemente mala suerte.

En algunos casos, parece haber habido unafalta de comprensión de que los fracasos de lalabranza debidos a fuertes vientos o a la ero-sión hídrica no son causados por una oportu-nidad desafortundad sino, en primer lugar, poruna falla inherente del sistema de labranza quees incapaz de proteger el cultivo de esos ries-gos. La labranza cero reduce algunos de esosriesgos, pero puede introducir otros riesgosde diferente naturaleza. Por ejemplo, el con-trol de plagas es más importante en algunassituaciones de labranza cero ya que no haydestrucción física de su ambiente al faltar elproceso de labranza. Todo esto significa queel agricultor debe mantener una vigilancia es-tricta del desarrollo del cultivo para reaccio-nar rápidamente frente a los problemas demanejo que pudieran surgir. Es necesario queel agricultor tenga la capacidad de identificarlos problemas específicos y cómo solucionar-los o, por lo menos, saber donde se puedeobtener asistencia. Las observaciones regula-res y cuidadosas son una herramienta impor-tante para este tipo de agricultura.

Planificación – la herramientamás importante para el manejo

La labranza cero es un sistema potencial-mente muy flexible. Ofrece a los agricultoresla oportunidad de responder rápidamente a loscambios en las condiciones del suelo o climá-ticas o a los indicadores del mercado. Sin em-bargo, también es un sistema que recoge be-neficios de la planificación a largo plazo y delas revisiones periódicas de esos planes. Eléxito de un cultivo puede muy bien dependerde la implementación de un plan establecidovarios meses antes. Por ejemplo, la rotaciónde cultivos tiene influencia sobre el manejode malezas, los niveles de fertilidad y la can-tidad de residuos. La planificación proporcio-na oportunidades para obtener ventajas de esasoportunidades cambiantes y de los mercados.

El manejo de residuos en la labranza ceroes un caso específico (Capítulo 10). Obvia-mente, las decisiones en el momento de lacosecha del cultivo anterior tendrán una in-fluencia significativa en la fase siguiente dela rotación, la cual puede ocurrir varios me-ses más adelante. Estos eventos conectadosse relacionan con el uso de agroquímicos, laselección de equipos, los programas de ferti-lización, la rotación de cultivos y la forma decosecha, todo lo cual enfatiza la función de laplanificación anticipada como una herramientadel manejo.

Otro ejemplo es la aplicación de cal paraelevar el pH del suelo, algo que en la labranzacero debería ocurrir seis meses antes de lasiembra ya que sin labranza la oportunidad demezclar este fertilizante de baja solubilidadcon el suelo es limitada.

La mayoría de los otros aspectos genera-les de un programa de producción agrícolaaplican un mantenimiento regular y rigurosode mantenimiento de las sembradoras y delas sembradoras de precisión y de otros equi-pos y también están en contacto con los abas-tecedores y contratistas para asegurar quetodos los componentes del programa están

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279Manejo de un sistema de siembra para labranza cero

disponibles en el momento oportuno. La con-servación de registros correctos es una parteintegral de cualquier programa efectivo demanejo.

El Cuadro 30 resume el momento de actuaren la toma de decisiones clave para el manejodel campo si se desea completar un programaexitoso de labranza cero. Este no contiene unareceta sino que remarca solamente los temasimportantes. Dado que muchos de los hechosocurren antes de la siembra, la planificaciónprevia es uno de los puntos más relevantes.

Comparación de costos

Ningún análisis de manejo de un sistema delabranza cero estará completo si no se exami-nan cuidadosamente los costos-beneficios dela elección de una sembradora o sembradorade precisión de diferente complejidad, capa-cidad de trabajo y costo. Los estudios econó-micos (Baker, 1993a, b, c, 1994, 1995) mues-tran que a medida que se incrementa el usoanual de una sembradora se llega a un puntodonde hay poca diferencia entre la propiedady los costos operativos de máquinas simplesde bajo costo y equipos avanzados de alta tec-nología de alto precio. El Cuadro 31 muestrauna comparación de costos. Mientras los cos-tos absolutos y los impuestos no son de apli-cación general, es probable que los valoresrelativos entre las varias opciones sean demayor validez universal.

Para un uso anual de 50-100 hectáreas, losequipos más avanzados son excesivamentecostosos ($EE UU 95-182/ha) comparadoscon máquinas simples de bajo costo ($EE UU45-69/ha). Sin embargo, a partir de 600 hec-táreas por año las diferencias son mínimas,$EE UU 18-26/ha y pueden aun favorecer alas máquinas grandes. Los datos del Cuadro31 pueden ser considerados conservadores yaque no toman en consideración el mayor esta-blecimiento de plántulas o rendimientos quees posible que se obtengan por el uso de equi-

pos más avanzados. Los costos, sin embar-go, toman en consideración la mayor veloci-dad de operación y los menores costos de man-tenimiento de las máquinas más avanzadas.Por ejemplo, Saxton y Baker (1990) encon-traron que una máquina avanzada para la-branza cero con abresurco de alas incremen-tó los rendimientos de trigo en un promediodel 13 por ciento. Los cálculos si se usa unmayor impuesto del 24 por ciento y/o tasasde interés más bajas del 11 por ciento daránlugar a que las máquinas más grandes seanmás económicas cuando se hace un uso me-nor de 600 hectáreas anuales.

Resumen del manejode un sistema de siembra

bajo labranza cero

1. El riesgo de fracaso de un sistema de siem-bra de labranza cero puede ser reducidoasegurando un alto nivel de insumos paratodos los factores, no solo para el equipode siembra.

2. Elegir sitios que puedan ofrecer un altopotencial de retorno del sistema de labran-za cero.

3. Los agroquímicos por lo general reempla-zan la labranza como forma de control delas malezas y deben ser seleccionados yaplicados cuidadosamente.

4. La rotación de cultivos puede ser una he-rramienta efectiva de manejo cuando seusa conjuntamente con agroquímicos paracontrolar las malezas, las plagas y las en-fermedades.

5. Algunos equipos para labranza cero per-miten una amplia gama de opciones parala aplicación de fertilizantes. Un correctoanálisis del nivel de fertilidad del suelo yde los requerimientos de los cultivos ha-rán un uso adecuado de esta ventaja.

6. El uso de cantidades excesivas de semi-llas de baja calidad para compensar unmodelo impropio de la sembradora o de

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280 Siembra con labranza cero en la agricultura de conservación

Cuadro 30 Ejemplo de las etapas del manejo de un programa de labranza cero en NuevaZelandia.

Cuándo Qué hacer Implicancias

Cualquier momento Asegurar que el drenaje La labranza cero no puede rectificar suelosantes de la siembra es correcto pobremente drenados

Cualquier momento Determinar cuánto riesgo Los riesgos estarán influenciados por laantes de la siembra está dispuesto a correr elección del herbicida (la efectividad es función

el agricultor de las condiciones: condiciones pobres nece-sitan mejores formulaciones); los cebos parababosas (infestaciones serias y condicioneshúmedas necesitan mejores formulaciones);los pesticidas (asegurar que el agricultor haelegido el tratamiento correcto); la sembradora(condiciones difíciles y semillas pequeñasnecesitan mejor tecnología); las semillas(las condiciones adversas ponen más presiónsobre la calidad de las semillas)

Cualquier momento Control de plagas que Algunas plagas pueden necesitar un tratamien-antes de la siembra no son específicas de to antes o en el momento de la siembra

la labranza cero Considerar semillas tratadas con insecticidasEn algún momento Subsolar para aliviar la Usar un subsolador que no rompa mucho la

antes de la siembra compactación, si esta superficie a fin de evitar la labranza paraexistiera. Es mejor cuan- uniformizar el terreno. En estos casos sondo el suelo está seco preferibles subsoladores poco profundos

Cuando el ganado Eliminar las huellas de La mayoría de los abresurcos uniformizan laspesado se saca pezuñas de más de huellas de pezuñas a medida que siembrandel campo 75 mm de profundidad (algunos mejor que otros). Con huellas más

profundas usar un subsolador «Ground Hog»,un subsolador poco profundo o una nivelado-ra para eliminar solo la parte superior cuandoel suelo está algo friable en la superficie

Seis meses antes Aplicar cal si el pH La cal requiere más tiempo para actuar si node la siembra del suelo es bajo hay cultivos que la incorporen. No aplicar cal

cerca del momento de la aspersión. La cal enlas hojas de las plantas puede afectar elglifosato, es de lenta disolución y se lixiviaen el suelo

Tres meses antes Tomar muestras de Se necesita tiempo para obtener los resultados,de la siembra fertilidad del suelo analizar las opciones de fertilizantes y tomar

medidas. En labranza cero a largo plazopuede más adecuado tomar muestras a 75 mmde profundidad y no a 150 mm

Tres semanas antes Asperjar con glifosato + Si los agricultores no desean usar las altasde la siembra chlorpyrifos si hay dosis de chlorpyrifos, el control del gorgojo

Holocantella paucispi- argentino del tallo Listronotus bonariensisnosa, áfidos o gorgojo puede ser obtenido esperando tres semanasargentino del tallo entre aspersión y siembra. Sin embargo,Listronotus bonariensis una dosis baja de chlorpyrifos puede ser

necesaria para controlar Holocantellapaucispinosa o áfidos

Por lo menos dos Sacar el ganado del El glifosato, para ser más efectivo, debería sersemanas antes campo si está en asperjado sobre cultivos limpios y con hojasde la siembra pasturas que aún no nuevas. Esto produce una espesa cobertura

han sido asperjadas que ayuda a controlar las malezas y retener la

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281Manejo de un sistema de siembra para labranza cero

humedad siempre que el abresurcos puedamanejar los residuos. Si fuera necesario, laspasturas pueden ser pastoreadas después dela aspersión, siempre que no se haya usadochlorpyrifos

No pastorear inmediatamente despuésde la aspersión ya que se reduce el áreafoliar. Además, el estiércol fresco reduceel control de las malezas y afectaadversamente el trabajo de algunosabresurcos. El tiempo necesario para mejoraruna pastura varía con las condicionesde crecimiento del momento

Diez días antes Controlar la presencia Distribuir pequeños trozos de madera sobrede la siembra de babosas el campo y dejarlos 2-3 días. Una o dos babo-

sas debajo de un trozo de madera de 300 mmde largo indican la necesidad de hacerun tratamiento

Una semana antes Precebado para babosas Es necesario solamente en caso de fuertesde la siembra infestaciones. Las infestaciones bajas

o moderadas pueden ser controladas concebos en el momento de la siembra. En lasinfestaciones fuertes aplicar la mitad del cebouna semana antes de la siembra y la otramitad en la siembra o inmediatamentedespués. Algunas sembradoras puedenaplicar cebo contra las babosas a medida quesiembran, ya sea al voleo en la superficieo dentro de las ranuras

Uno a diez días Asperjar glifosato (para Mezclar en el tanque chlorpyrifos con glifosatoantes de la siembra controlar la competencia) cuando sea necesario controlar plagas.

junto con chlorpyrifos Cuanto mayor es la distancia en el tiempo(para controlar plagas) entre la aspersión y la siembra, más friable

se vuelve el suelo ya que se descomponenlas raíces. Sin embargo, el suelo se secamás lentamente después de la aspersiónya que las plantas están muertas.En el caso de lluvia después de la aspersiónel suelo puede permanecer húmedo mástiempo.

Cuando se cortan pasturas para ensilar,esperar 3-4 días después de la aspersiónantes de cosechar

Uno a tres días antes Observar el contenido La mayoría de los abresurcos para labranzade la siembra de humedad del suelo cero trabaja mejor cuando el suelo está

ligeramente seco en la superficie. Es necesa-rio tener paciencia y esperar unos pocos díaspara obtener mejores resultados

Cuadro 30 Ejemplo de las etapas del manejo de un programa de labranza cero en NuevaZelandia. (Continuación).

Cuándo Qué hacer Implicancias

(continúa)

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282 Siembra con labranza cero en la agricultura de conservación

En el momento Aplicar preferiblemente Sólo aplicar fertilizante con el abresurcos si lade la siembra todo el fertilizante del sembradora es lo suficientemente avanzada

cultivo con el abresurcos. para colocarlo en bandas y separado de laCultivos como el trigo semilla (no mezclado con la semilla). Lasde invierno y el maíz respuestas de los rendimientos de los cultivospueden necesitar a la colocación del fertilizante pueden serfertilizante adicional espectaculares y hay límites muy elásticosdespués de la de cuál y cuánto fertilizante puede ser aplica-emergencia do. Puede ser hecho solo con las sembrado-

ras más avanzadas. Si estas máquinas noestán disponibles, evitar la colocación del fer-tilizante debajo del abresurcos o seleccionarcuidadosamente fertilizantes que «noquemen» la semilla. En estos casos la opciónprincipal es esparcir al voleo si bien algunosagricultores prefieren colocar primero el ferti-lizante solo y después sembrar a una menorprofundidad en una segunda operación

En el momento Asegurar que toda la Algunas veces es más fácil decir que hacerde la siembra semilla sea sembrada a esto, salvo cuando hay abresurcos avanza-

la profundidad requerida dos para labranza cero. Cuando estos abre-y correctamente cubierta surcos no están disponibles se debe aceptar

un cierto nivel de riesgo ya que la germina-ción y la emergencia serán altamente depen-dientes del tiempo favorable, de los camposnivelados y de un bajo nivel de residuos

En el momento Aplicar cebo contra las Es más importante con las siembras dede la siembra babosas primavera pero también puede ser importante

en otoño. Las infestaciones bajas omoderadas de babosas pueden, por logeneral, ser controladas aplicando cebosya sea con la sembradora o tan pronto comoha terminado la siembra. Obtener informaciónde los expertos sobre la efectividad de losdistintos cebos

En las primeras tres Abrir ranuras y controlar A menudo hay una oportunidad para aplicarsemanas después el daño de las babosas cebo contra las babosas después de lade la siembra siembra si no se hizo en la siembra y se

han encontrado babosas comiendo en lasranuras

En las primeras tres Abrir ranuras y controlar Contrariamente a lo que generalmente sesemanas después plántulas retorcidas piensa las plántulas retorcidas no indicande la siembra quemado por el fertilizante. Indican semillas

de bajo vigor. Tomar muestra de las semillaspara hacer pruebas de vigor (no confundir congerminación) en un laboratorio de análisis desemillas. En casi todos los casos las plántulasretorcidas son originadas por semillas de bajovigor; comentarlo con el abastecedorde semillas

Cuadro 30 Ejemplo de las etapas del manejo de un programa de labranza cero en NuevaZelandia. (Continuación).

Cuándo Qué hacer Implicancias

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283Manejo de un sistema de siembra para labranza cero

En las primeras tres Controlar el daño del Estas plagas deberían haber sido controladassemanas después curculiónido Holocan- mezclando glifosato y chlorpyrifos en elde la siembra thella paucispinosa, de tanque. Si esto no se hizo, es necesario

los áfidos o del gorgojo vigilar cuidadosamente porque estas son lasargentino del tallo principales plagas de la labranza cero yListronotus bonariensis pueden arruinar todo un cultivo o pastura.

En las primeras tres Controlar otras plagas Las plagas más normales de los cultivos y lassemanas después no controladas por pasturas podrían también causar problemasde la siembra chlorpyrifos en la labranza cero. Poner la misma atención

que en un cultivo bajo labranzaCuatro a seis semanas Controlar la resistencia Cuando las nuevas plantas de gramíneas no

después de la siem- al arrancado manual de se arrancan fácilmente con la mano podríanbra de la pastura las nuevas plantas de estar prontas para un pastoreo liviano. Usar

gramíneas animales livianos en gran número y enperíodos cortos en lugar de pocos animalespor períodos largos

Después de seis Tratar normalmente los Esto no significa descuidarlos sino que todossemanas cultivos o pasturas los problemas que surgen no serán peores que

bajo labranza convencional. De hecho, lasnuevas pasturas bajo labranza cero a causade la firmeza del suelo pueden a menudo sertratadas en la misma forma que las pasturasbien establecidas. Mejora la utilización de lascrucíferas forrajeras porque una mayorproporción de las raíces a cosechar estánsobre la tierra

En el momento Desparramar uniforme- No quemar los residuos de los cultivos excep-de la cosecha mente los residuos de to cuando el abresurcos que vaya a ser

los cultivos utilizado en la próxima siembra no los puedamanejar. La producción de fardos es acepta-ble pero retarda el incremento de la materiaorgánica del suelo. Con algunos abresurcosserá necesario cortar los residuos. Unospueden manejar los residuos en cualquierforma, pero otros no pueden manejar ningúntipo de residuos. Los operadores deben saberqué abresurco será usado en el próximo culti-vo bajo labranza cero antes de tomar decisio-nes sobre el manejo de residuos del cultivoactual

Después de uno Examinar el suelo y la Probablemente, ambos hayan mejorado.a cinco años cuenta bancaria La estructura, sanidad, porosidad, materiade labranza cero orgánica y actividad de las lombrices de tierra

del suelo habrán mejorado sensiblemente.Siempre que el sistema se haya manejadocorrectamente y usado los niveles adecuadosde insumos para el nivel de riesgo aceptado,el margen bruto debería incrementarseprogresivamente

Cuadro 30 Ejemplo de las etapas del manejo de un programa de labranza cero en NuevaZelandia. (Continuación).

Cuándo Qué hacer Implicancias

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284 Siembra con labranza cero en la agricultura de conservación

Cuadro 31 Costos comparativos de la propiedad y de operación ($EE UU/ha) de sembradoraspara labranza cero.

Sembradoras Sembradoras SembradorasÁrea sembrada simples convencionales avanzadas para(ha/año) de bajo costo para labranza cero trabajo pesado

50 69 107 182100 45 62 9520 32 39 5340 26 29 30

600 24 26 23800 23 23 20

1 000 23 21 18

Nota: Sembradoras simples de bajo costo = $EE UU 15 000.Sembradoras convencionales para labranza cero = $EE UU 30 000.Sembradoras avanzadas para trabajo pesado = $EE UU 65 000.Otras asunciones importantes: impuestos: 24%; inflación: 4%; tasa de interés: 11%; depreciación: 12,5%; pe-ríodo de análisis: cinco años; los costos de los tractores son adicionales.

la sembradora de precisión, puede ser cos-toso e ineficaz.

7. La labranza cero requiere que los nuevosoperadores aprendan una nueva capaci-dad de manejo pero también ofrece laoportunidad para una mayor especializa-ción de los operadores.

8. Un programa de labranza cero que no estébien manejado puede fracasar a causa deproblemas posteriores a la siembra y suseguimiento.

9. Una buena planificación de todos los as-pectos del programa de labranza ceroes una parte importante del manejo delriesgo.

10. Las sembradoras avanzadas para labran-za cero comienzan a tener rendimientoeconómico cuando se usan cerca de 600hectáreas anuales.

11. La labranza cero representa una econo-mía respecto a la labranza convencional.Es necesario no desperdiciarla.

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16La agricultura con tráfico controlado – una práctica

complementaria para la labranza cero

W. C. Tim Chamen

285

La eliminación de la compactación inducidapor los vehículos en el área de cultivo libera

los cultivos y los suelos de un estrésinnecesario, fortalece su comportamiento

y la sostenibilidad de la produccióncon un mínimo de insumos.

¿Qué es la agriculturacon tráfico controlado?

La agricultura con tráfico controlado divi-de el área de cultivo y los caminos en zonasdistintas y permanentemente separadas. Todoslos implementos tienen una medida específi-ca (o múltiplo de esta) y todas las huellas delas ruedas están confinadas a estas líneas par-ticulares de tráfico controlado. No deberíanser confundidas con las guías que ayudan parael pasaje de las máquinas para la aplicaciónde agroquímicos pero que no ofrecen una se-paración permanente de las huellas y los cul-tivos. La Figura 42 muestra el sistema basadoen la tecnología existente. Es probable que alargo plazo se desarrollen equipos más espe-cializados que puedan flexibilizar y mejorarmás aún la eficiencia del sistema.

¿Por qué adoptar un régimende agricultura con tráficocontrolado dentro de un

sistema de labranza cero?

Los beneficios de un sistemade tráfico controlado

Los suelos no solo sostienen físicamente loscultivos sino que también son el medio en elcual las raíces crecen y extraen agua, nutrien-tes y aire para su crecimiento y desarrollo. Elconfinamiento o las restricciones a las raíces,casi invariablemente, conducirán a resultadosnegativos. La reducción de la compactacióninducida por el paso de vehículos mejora ysostiene las buenas condiciones del suelo.Absorbe más agua de lluvia que queda dispo-nible para las raíces, las cuales a su vez estánmejor dotadas para explorar y extraer nutrien-tes. La mejor porosidad también asegura unintercambio gaseoso y un drenaje efectivos yambos mejoran aún más el potencial para unrendimiento óptimo de los cultivos.

La labranza cero mejora muchas propieda-des importantes del suelo, pero aun así muchossuelos son aún susceptibles a la compactación

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286 Siembra con labranza cero en la agricultura de conservación

causada por las ruedas de los vehículos y laspezuñas de los animales, sin considerar cuán-to tiempo han estado bajo el régimen de la-branza cero.

También mejora el comportamiento de lasmáquinas al evitar los daños mecánicos indu-cidos por la compactación. Los diferentes gra-dos de compactación de los suelos se diferen-cian en su fortaleza y respuesta a los insumosmecánicos. Por ejemplo, es difícil obteneróptimos resultados de los abresurcos de lassembradoras. Los abresurcos pueden trabajarbien en una condición o posición en una sem-bradora o, al contrario, pueden tener un com-portamiento pobre en otras condiciones y po-siciones. Una condición más homogénea delsuelo en todo el campo proporciona una ma-yor precisión de las máquinas. Al evitarse lacompactación del suelo disminuye la hetero-geneidad o variabilidad de sus propiedades,tanto dentro de un solo tipo de suelo como

entre tipos de suelos, lo que hace que seanmás fáciles de manejar y adecuados para unmayor número de cultivos bajo un régimen delabranza cero.

Efectos de la agricultura de tráficocontrolado sobre las condiciones

del suelo

Los sistemas agrícolas de labranza cero pue-den causar diferentes niveles de disturbios enel suelo. En un principio, la labranza cero seconcentró para evitar las operaciones de la-branza en términos generales, pero en los úl-timos tiempos se ha puesto énfasis en la im-portancia de minimizar el disturbio creado porlas herramientas de labranza cero, en especiallos abresurcos. El escaso disturbio causado porla labranza cero ocurre desde el momento enque los abresurcos de las sembradoras y de

Figura 42 Sistema de labranza con tráfico controlado que muestra la siembra, la aspersión y lacosecha. En esta escala, todas las huellas pueden ser sembradas, excepto las usadas para lasaplicaciones de productos químicos.

Ancho del módulo primario Ancho de la trocha primaria

Aplicaciones químicas – múltiples módulos primarios

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287La agricultura con tráfico controlado – una práctica complementaria para la labranza cero

las sembradoras de precisión tienen comoobjetivo la disrupción mínima del suelo, sufi-ciente solo para sembrar las semillas y colo-car el fertilizante pero que dejan el suelo comosi no hubiera sido trabajado en absoluto. Otrasformas de labranza cero cuentan con cincelesmás agresivos, abresurcos de dientes o tipoazada que dejan la superficie y a menudo lascapas más profundas sin disturbar, similar alos efectos de la labranza mínima o la labran-za reducida.

Definir un nivel escaso de disturbios en lalabranza cero no es una tarea simple. Una re-gla general es que al menos el 70 por cientode los residuos superficiales originales debe-rían permanecer sin disturbar sobre la tierradespués del paso de la sembradora. Para losabresurcos que operan a una distancia entresurcos de 750 mm, un 30 por ciento de distur-bio permite que queden 112 mm para serdisturbados a cada lado del surco mientras quecon un espaciamiento de 150 mm, es acepta-ble que a cada lado del surco queden 22,5 mm.

En términos generales, cuanto mayor es lacompactación que sufre el suelo tanto mayorserá la necesidad de reparación. La labranzacero propone un remedio a esa situación alreducir la intensidad del tráfico, lo que evitael disturbio del suelo y permite que el suelose reestructure. La eliminación del tráfico per-mitirá que esto ocurra en mayor medida y másrápidamente. El elemento más importante parala creación y mantenimiento de una mejor es-tructura del suelo es la minimización de losdisturbios y, como se ha visto anteriormente,cuanto más agresivo es el abresurcos, mayorserá el disturbio.

A diferencia de los suelos en que se circuladesordenadamente, cuando los abresurcosdeben crear una cama de semillas y sembrar,los suelos sin tráfico tienden a retener sus ca-mas de semillas de una estación a otra de modoque solo se requiere colocar las semillas y elfertilizante. Desde todos los puntos de vista,cuanto menor es el disturbio creado durantela siembra dentro de un régimen de labranza

cero, mejores serán los resultados; el controldel tráfico dentro del predio contribuye a esto.Cuando se han hecho comparaciones de tráfi-co sin ordenación y con control de tráfico, losdatos de las investigaciones raramente inclu-yen detalles sobre los modelos de abresurcos;por ello las condiciones óptimas para los ensa-yos pueden no haber estado presentes, lo cualpuede o no haber afectado los resultados.

Resistencia del suelo

La resistencia de los suelos está gobernadapor varios factores, algunos de los cuales estáninterrelacionados y todos tienen impacto sobrela labranza cero. Los suelos compactados sonmás duros y tienen más resistencia a la pene-tración que los suelos no compactados, espe-cialmente cuando disminuye el contenido deagua (Blackwell et al., 1985; Campbell et al.,1986; Gerik et al., 1987; Chamen et al., 1990,1992; Dickson y Campbell, 1990; Carter et al.,1991; Unger, 1996; Radford et al., 2000;Yavuzcan, 2000; Abu-Hamdeh, 2003; Radfordy Yule, 2003).

En un experimento de 10 años de duración,uno de los tratamientos consistió en someterun vertisol con el 25-32 por ciento de hume-dad a una carga de una rueda de cinco tonela-das en el primer año y a una carga de tres to-neladas anuales durante cinco años, despuésdel tratamiento inicial (Radford y Yule, 2003);se usó labranza para el control de malezas enlos primeros cinco años de una rotación decultivos arables. Al final del período inicialde cinco años, se aplicaron a las mismas par-celas la labranza cero y el control del tráficodurante otros cinco años. La mayor resisten-cia persistió en el perfil de 0-100 mm durantetres años, mientras que en el tratamiento concargas repetidas de cinco toneladas en los cin-co primeros años (comparadas con tres tone-ladas después del primer año), persistieron losefectos de la resistencia a 100 mm durante casicinco años después de la iniciación de la la-branza cero.

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288 Siembra con labranza cero en la agricultura de conservación

Estos datos sugieren que los suelos con trá-fico sin ordenar pueden tener niveles de va-riabilidad de la resistencia como resultado delpasaje indiscriminado del tráfico. Si bien esasdiferencias pueden tender a disminuir conel tiempo en un régimen de labranza cero, elmejoramiento natural en la parte superior yen los centímetros más importantes del suelotenderá a diferenciarse de acuerdo con el tipode suelo, el diseño de los abresurcos y el nue-vo tráfico. Además, habrá un incremento ge-neral de la resistencia del suelo originada enlos reiterados pasajes de las ruedas. En algu-nos suelos esto no puede ser completamentecontrarrestado por mejoramientos estructura-les debidos a la falta de disturbio o por unamayor concentración de materia orgánica enlas capas superficiales.

EFECTOS DE LA RESISTENCIA DEL SUELO SOBRE

LOS NUTRIENTES Y EL CRECIMIENTO DE LAS PLÁN-TULAS. La mayor resistencia del suelo reducela capacidad del cultivo para extraer nutrien-tes; como resultado, el sistema del suelo per-derá algunos de ellos. En cualquier suelo par-ticular, la variación de la resistencia esdominada por cambios en el contenido de aguapero la resistencia con un contenido específi-co de agua es determinada por su estado decompactación. La denitrificación causada porla compactación es una fuente de pérdida denitrógeno y un enraizamiento restringido pue-de causar una pobre absorción del fósforo(Wolkowski, 1990, 1991). La absorción delpotasio es afectada, en primer lugar, por laaireación: su absorción es afectada por deba-jo de un nivel de concentración de oxígenocercano al 10 por ciento.

La denitrificación puede conducir a unapérdida de fertilizante en el sistema de labran-za cero y en condiciones húmedas (Torbert yReeves, 1995). Cuando el suelo está seco laabsorción de nitrógeno puede ser afectada porla compactación, al limitarse el crecimientode las raíces. Este efecto ha sido la causa de lapérdida de nitrógeno, especialmente en con-

diciones de labranza cero, después de una fer-tilización nitrogenada y fuertes lluvias (Ballet al., 1999). La denitrificación y la produc-ción de metano han sido identificadas comounas de las principales limitaciones al mejo-ramiento del comportamiento ambiental de lalabranza cero comparada con la labranza li-mitada (King et al., 2004). King et al. lo atri-buyeron a un incremento de la densidad de laparte superior del suelo y a una pobre airea-ción.

La resistencia del suelo directamente enci-ma de las plántulas emergentes también pue-de ser un problema. Addae et al. (1991) sugi-rieron la siguiente relación:

Y = 90,4 – 3,58X

donde:

Y = emergencia de las plántulas(en porcentaje)

X = resistencia del suelo, kPa

La fuerza máxima que un coleoptile de tri-go puede ejercer es de cerca de 30 g y sola-mente cuando la resistencia es menor de 25 ges posible esperar una emergencia del 100 porciento (Bouaziz et al., 1990). La compacta-ción del suelo por encima de un plántula emer-gente reduce, por lo tanto, la emergencia, es-pecialmente cuando el suelo está húmedo. Lavariación en el momento de la emergencia amenudo está asociada con las variaciones dela resistencia del suelo (Brown, 1997).

EFECTOS DE LA ESTRUCTURA DEL SUELO SOBRE

SU RESISTENCIA. Un mayor resistencia del sue-lo puede ser atribuida a cambios en su estruc-tura. Es un hecho que se observa fácilmenteque los suelos arcillosos que no se contraenpresentan plasticidad cuando están húmedosy forman terrones cuando se secan; raramentemuestran la friabilidad y las características deflujo de los materiales granulados no com-pactados. Como consecuencia, los suelos con

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289La agricultura con tráfico controlado – una práctica complementaria para la labranza cero

tráfico sin ordenar, no solo presentan grandesvariaciones en su resistencia a la penetraciónsino que también reaccionan en forma dife-rente cuando son disturbados. En algunas áreaspueden presentar un flujo suave mientras queen otras se pueden embarrar o fracturar enagregados, por lo general grandes, pero detamaño variable. Esta situación no es favora-ble cuando se diseña un abresurco para traba-jar en forma continuada en un determinadotipo de suelo. Esto es aún más difícil cuandoel tipo de suelo cambia a través del campo.Para superar el problema de la profundidadvariable de penetración, se han diseñado re-cientemente sistemas electromecánicos decontrol para abresurcos para labranza ceropara enfrentar los cambios de resistencia delsuelo y para que sea una solución duraderapara superar el problema (Capítulo 13).

Uno de los resultados de la labranza parasolucionar la compactación, en el intento decrear una estructura de una cama de semillasuniforme pero artificial, es la interrupción delos procesos naturales de formación de la es-tructura del suelo. Esto ocurre a pesar del he-cho de que los procesos puramente mecáni-cos empleados causarán inmediatamente queel suelo sea más susceptible a los efectos ne-gativos del tráfico desordenado y a otras in-fluencias de la compactación. Por lo tanto,si la labranza temporal hace que la opera-ción de las sembradoras sea relativamentesimple, compromete el suelo en una espiralnegativa de compactación y degradación es-tructural que nunca ha constituido una solu-ción a largo plazo.

Cockcroft y Olsson (2000) sugirieron quela labranza cero y la ausencia de tráfico nopodían evitar el problema del endurecimien-to de algunos tipos de suelos. Si bien losbioporos contribuyen a la infiltración delagua y el aumento de la materia orgánicamejora la situación, el drenaje y el crecimien-to de las raíces pueden aún ser amenazados.Aún debe encontrarse una solución sosteni-ble para estos tipos de suelos.

EFECTOS DE LA RESISTENCIA DEL SUELO SOBRE

LA FUERZA DE TIRO Y EL DESGASTE DE LOS IM-PLEMENTOS. Si bien la labranza cero tiende aminimizar el disturbio del suelo, la fuerza ne-cesaria para desplazar el suelo durante la siem-bra es directamente proporcional a su resis-tencia. Chamen et al. (1990) informaron deuna reducción del 25 por ciento del requeri-miento de energía para un suelo sin tráfico enlabranza cero comparado con un suelo contráfico, a pesar de tener una profundidad deoperación ligeramente superior (56 mm en elsuelo sin tráfico comparado con 50 mm en elsuelo con tráfico). Estos resultados son simi-lares a las reducciones de energía obtenidasen labranza con rastra de dientes en suelos contráfico y sin tráfico (Lamers et al., 1986).

Un consecuencia adicional de una menorresistencia del suelo es la reducción propor-cional del desgaste de los componentes de losequipos que están en contacto con el suelo.Un menor desgaste ahorra repuestos, trabajoy tiempo perdido en las reparaciones.

Mientras que en los suelos labrados y enalgunos suelos sin labrar a menudo se encuen-tra que los abresurcos que trabajan detrás delas ruedas deben ser reemplazados más fre-cuentemente que en otros modelos, en otrassituaciones puede ocurrir lo contrario. EnNueva Zelandia, cuando se trabaja con abre-surcos para labranza cero en pasturas de largaduración y con una alta capacidad de cargaanimal, los disturbios de la superficie que sur-gen del patinaje de las ruedas de los tractores,a menudo aflojan el terreno y no compactanel suelo ni desgastan los abresurcos en los lu-gares de las marcas de las ruedas.

Estructura del suelo

El hecho de evitar la compactación del sue-lo inducida por los vehículos puede tener unimpacto importante en los aspectos de la es-tructura relacionados con el movimiento delagua y los gases dentro y fuera del suelo. Nu-merosas investigaciones se han concentradoen estos problemas. McQueen y Shepherd

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(2002) concluyeron que algunos suelos quese incorporaron a la producción de cultivosdespués de haber estado bajo pasturas perma-nentes podían ser deformados a causa del trá-fico. La compactación, incluso en los suelosbajo labranza cero, redujo la infiltración delagua (Ankeny et al., 1990; Meek et al., 1990;Li et al., 2001), la porosidad del suelo, la con-ductividad del suelo saturado (Wagger yDenton, 1989), el llenado de los poros conaire y la permeabilidad (Blackwell et al., 1985;Campbell et al., 1986).

Por otro lado, los abresurcos para labranzacero y disturbio mínimo que se usan en suelossedimentarios de Nueva Zelandia han dejadola mayoría de los índices de calidad del suelo(que incluye la estructura del suelo) en un es-tado similar a la pastura permanente original.Incluso después de 20 años de dos cultivosanuales con labranza cero y tráfico intenso ysin ordenar, no hubo un efecto obvio sobretales suelos, comparados con sus equivalen-tes bajo pastura (Anónimo, 2000; Ross et al.,2000, 2002a, b; Ross, 2001, 2002).

La capacidad del aire y la disponibilidad deagua son afectadas en primer lugar por la den-sidad del suelo, el carbono orgánico y el con-tenido de arcilla siendo este último es relati-vamente más importante en el subsuelo. Lavariabilidad en la capacidad de aire y en ladisponibilidad de agua son altamente depen-dientes de la densidad y de la textura del sue-lo. En un suelo arcilloso limoso, el agua dis-ponible se redujo a la mitad con un incrementode la densidad de 1,4 g/cm3 a 1,75 g/cm3 (Hallet al., 1997).

La reducción de la infiltración debida a lacompactación del tráfico puede aumentar laescorrentía y la erosión. Wang et al. (2003)encontraron una duplicación de la escorrentíaen parcelas con tráfico comparadas con par-celas sin tráfico bajo labranza cero y aproxi-madamente un incremento triplicado de pér-dida de suelo.

Los mejoramientos ambientales asociadoscon los suelos no compactados también se rela-

cionan con las pérdidas gaseosas hacia la at-mósfera. Una reducción de los poros llenoscon aire debida a la compactación conduce ala denitrificación en los suelos arcillosos. Delmismo modo, la labranza cero y el tráfico con-trolado parecen preservar las tasas de oxida-ción del CH4 (Ball et al., 1999).

También hay evidencia de una mayor dis-ponibilidad de agua para los cultivos en algu-nas áreas de suelos arcillosos, sin tráfico, apesar de que se haya realizado una labranzapoco profunda (100 mm). Los cambios en elpotencial mátrico a 150 mm de profundidaden un período de 48 horas mostró grandes fluc-tuaciones en un suelo con tráfico comparadocon pequeños cambios en un suelo sin tráfico.Esto último refuerza la importancia de pro-mover la estructura natural del suelo por me-dio de la labranza cero y del tráfico controla-do (Chamen y Longstaff, 1995).

Campbell et al. (1986), trabajando en unsuelo arenoso arcilloso, encontraron que enausencia de tráfico el suelo podría ser reclasi-ficado de inadecuado a completamente ade-cuado para labranza cero.

Las implicaciones del tráfico controladopara las operaciones de labranza cero

RESIDUOS Y MANEJO DE RESIDUOS. Los residuosson un elemento fundamental en los sistemasde labranza cero porque no son incorporadosen el suelo antes de la siembra del cultivo si-guiente; sin duda, muchos de los beneficiosde la labranza cero proceden de este hecho.Es preferible dejar los residuos in situ sobrela superficie del suelo para que se descom-pongan lentamente a fin de que los mismos ylos productos de su descomposición sean in-corporados gradualmente por la fauna, espe-cialmente por las lombrices de tierra. Estotambién es ventajoso en lo que respecta al ni-trógeno que a menudo es bloqueado tempo-ralmente por la descomposición rápida de lamateria orgánica. El manejo de los residuosantes y durante la siembra es, por lo tanto,

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particularmente importante si el cultivo debeser sembrado sin interferencias o efectos ad-versos subsiguientes sobre la germinación yel crecimiento de las plántulas.

La precisión adicional que agrega el tráficocontrolado debería permitir que los residuosde los cultivos, si fuera necesario, sean mani-pulados y colocados con mayor cuidado. Porejemplo, la tendencia a usar equipos más an-chos ya está generando el diseño de métodosmás seguros de colocación de los residuos porlas cosechadoras. Al trabajar en rutas perma-nentes creadas como parte de la planificacióndel campo y donde las futuras líneas de siem-bra están predeterminadas, los residuos po-drían ser colocados específicamente de modoque se evitan los surcos de los nuevos cultivos.

Con los sistemas de tráfico sin ordenar, losresiduos de los cultivos son aplastados en for-ma arbitraria, lo que da lugar a una orientaciónvariable para el futuro trabajo de los abresur-cos. Algunos abresurcos no trabajan bien enestas condiciones mientras que otros no soloson eficientes sino que utilizan los residuosdesordenados para controlar el microambientede las semillas. El tráfico controlado evita elpisoteo desordenado de los residuos por partedel ganado y está asociado con su variabilidad.Es posible, por ejemplo, desarrollar sistemasdonde se arrancan los granos de las espigas decereales que han quedado en pie después delpaso de la cosechadora. Métodos manuales ymecánicos podrían permitir la siembra entre lossurcos de la paja de cereales en pie y en el sue-lo que puede tener una cobertura de la parteliviana de la paja (Lámina 116).

En los suelos sin tráfico habrá efectos adi-cionales sobre los residuos causados por unamayor actividad de las lombrices de tierra.Radford et al. (2001) registraron un incre-mento en el número de las lombrices de tie-rra de 2 a 41/m2 cuando en un vertisol se evitótodo tipo de compactación. Pangnakorn et al.(2003) encontraron una diferencia favorabledel 26 por ciento en el número de lombricesde tierra en un suelo sin labrar comparadas

con suelos cultivados; además hubo un 14por ciento adicional de incremento cuandoel tráfico fue eliminado.

La compactación limita el abastecimientode oxígeno, la absorción de nutrientes y elmovimiento físico. Si bien el efecto de la ma-yor actividad de las lombrices de tierra esimprobable que tenga un efecto directo sobrelas operaciones de siembra en lo que se refie-re a los residuos, la situación opuesta a menu-do es verdadera. Los residuos favorecen a laslombrices de tierra y a la vez pueden mejo-rar la emergencia de las plántulas, especial-mente en los suelos húmedos, en primer lu-gar gracias a un mejoramiento de la porosidad(Chaudry y Baker, 1988; Giles, 1994).

Lámina 116 Condiciones del suelo y de los re-siduos después de arrancar las espigas. Los sis-temas GPS y otros métodos precisos de guíapermiten que la siembra ocurra entre los surcosen un régimen de tráfico controlado.

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Considerando que hay un incremento de losniveles de CO2 en la atmósfera y que es pro-bable que este escenario continúe, también esprobable que los residuos de los cultivos y lasmalezas y los rendimientos de los cultivosaumenten (Prior et al., 2003). Por lo tanto, elmejor manejo de los residuos será cada vezde mayor importancia, no solo para manejarla gran cantidad de los mismos sino tambiénpara evitar un bloqueo temporal de los nutrien-tes y una excesiva acidez a largo plazo en lascapas superficiales del suelo. Este tema aúndebe ser estudiado más adecuadamente.

CONTROL DE MALEZAS. Los sistemas tradicio-nales de cultivo utilizan una combinación demétodos de labranza, culturales y con agro-químicos para llevar a cabo el control de ma-lezas. Las malezas siempre son un problemaserio para la sostenibilidad de la agricultura yevolucionan continuamente para escapar acualquier método de control. El ejemplo másreciente de esta resistencia ocurre en el casodel Lolium rigidum resistente al glifosato(Wakelin et al., 2004). Por lo tanto, es posi-ble sostener que reducir las opciones de con-trol de malezas es una operación arriesgada.Sin embargo, también hay aspectos positivos,algunos de los cuales son ayudados por el trá-fico controlado, el más importante de los cua-les es minimizar el disturbio del suelo.

Hay varios enfoques que mejoran el con-trol de malezas sin labranza. Uno de los po-cos objetivos defendibles de la labranza esestimular la germinación de las semillas de lasmalezas de modo que las plántulas emergen-tes puedan ser combatidas en una operaciónsubsiguiente de control. En ausencia de dichoestímulo, la práctica más difundida de controlde malezas es aplicar herbicidas en toda lasuperficie, ya sea con herbicidas selectivos ono selectivos. El control del tráfico hace queesta operación sea más eficiente porque esprobable que germine una mayor proporciónde las semillas de malezas durante el períodoentre los cultivos. Las semillas que quedan

sobre una superficie friable del suelo es pro-bable que germinen al estar en íntimo contac-to con el suelo o al enterrarse por sus propiosmedios (por ej., Avena fatua) o por fuerzasexternas tales como la lluvia, las heladas, elviento o la actividad de la fauna del suelo. Des-pués de la aplicación de herbicidas, el objeti-vo es evitar cualquier germinación posteriorde las semillas y para ello es fundamental laminimización del disturbio del suelo por losabresurcos para labranza cero.

Este enfoque ha sido efectivo en NuevaZelandia. Algunas malezas de difícil controlcomo el rábano han forzado a numerososagricultores a suspender el cultivo de otrascrucíferas en razón de la dificultad de con-trolar sus plantas espontáneas cuyas semillaspueden sobrevivir latentes más de 40 añosen un suelo sin disturbar. Incluso los mejo-res abresurcos para labranza cero a menudodisturban el suelo suficiente dentro de lossurcos como para crear condiciones favora-bles para las malezas donde estas no existíanantes de la siembra. Sin embargo, el uso dela versión de discos de los abresurcos de alapara labranza cero o los abresurcos de dobledisco minimizan el disturbio de la superficiey evitan el problema.

Después de la siembra puede ser posibleutilizar la precisión de la zona de tráfico con-trolado para controlar las malezas que germi-nan en la zona de los entresurcos en funciónde su propia actividad (como se ha señaladolíneas arriba) o facilitadas por la labranza su-perficial con implementos livianos entre lossurcos. La aplicación de llamas, vapor, cortey herbicidas no selectivos puede realizarsecuando hay suficiente espacio entre los sur-cos. Los métodos de guía visual actualmentedisponibles permiten hacer esta operación enforma rápida y confiable.

Es probable que la eficiencia de las barrasaspersoras sea mejorada con la aplicación delos sistemas de tráfico controlado. La mayo-ría de estos sistemas usan mayores anchos detrocha y se puede anticipar que en el futuro el

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apoyo para las barras aspersoras podrá ser aúnmayor, incluso más alejado del centro de labarra. La mayor estabilidad reduce el balan-ceo y permite que la barra sea colocada máscerca del cultivo o la tierra sin temer el con-tacto con la misma. Los sistemas de guía au-tomática generalmente asociados a los siste-mas de tráfico controlado también reducen lasdesviaciones de la barra, una característicaasociada a la corrección manual de la direc-ción. La reducción del balanceo y de las des-viaciones mejoran la seguridad de la aplica-ción y disminuyen el riesgo de deriva delherbicida.

DISEÑO Y COMPORTAMIENTO DE LOS ABRESUR-COS. Las principales implicaciones del tráficocontrolado para el diseño de abresurcos paralabranza cero comprenden la reducción gene-ral de la resistencia del suelo en ausencia dela compactación inducida por el paso de ve-hículos. Esto reduce las fuerzas de penetra-ción y de arrastre requeridas entre áreas tran-sitadas y no transitadas. Chamen et al. (1990)encontraron que un abresurco de triple discocomprimido por un rodillo acolchado en unsuelo sin tráfico en labranza cero penetró enforma excesivamente profunda. Una soluciónfue usar el abresurcos tradicional de un solodisco diseñado para los suelos cultivados. Estosignifica que la siembra en labranza cero ensuelos sin tráfico puede ser hecha con equi-pos significativamente más livianos y menosrobustos.

Los suelos sin tráfico tienden a presentaruna cama de semillas más friable sin conside-ración del régimen de humedad del suelo. Estopuede tener aspectos positivos o negativos.Los aspectos positivos son obvios e impor-tantes pero el entretejido de los residuos cau-sado por los discos puede ser un problemamayor con el tráfico controlado porque haymenos resistencia del suelo al corte verticalde los residuos. Otras opciones incluyen elmanejo de los residuos para evitar su presen-cia en la línea de siembra (Lámina 116) y el

uso de abresurcos que no entretejen los resi-duos o que deliberadamente separan la semi-lla del contacto con los residuos entretejidos.La versión de disco de un abresurco de alacoloca las semillas en cualquier lado del en-tretejido que pueda crear el disco central yelimina este problema. Cuanto más friable esla naturaleza del suelo bajo el sistema de trá-fico controlado, más duradero será el efectoneutral de entretejido con este abresurcos.

Las rastras de dientes cercanos colocados acierta distancia trabajan bien en condicionessecas pero son inaceptables en suelos húme-dos ya que dejan grandes brechas con resi-duos ya que los dientes pueden evitarlos (Ca-pítulo 10). Las sembradoras a golpes sonaceptables siempre que pueda ser evitado elentretejido, pero su potencial ha sido limita-do por la alta resistencia de los suelos con trá-fico. Los mayores problemas se encuentran enlas arcillas húmedas cuando el suelo fino ylos residuos se adhieren a todo el abresurcos.La experiencia en estas condiciones en tráfi-co controlado es aún limitada y es necesarioel desarrollo de abresurcos adecuados y suposterior uso.

En general, la estructura más friable de lascamas de semillas asociada con el tráfico con-trolado debería asegurar que los aparatos paracomprimir los abresurcos trabajan máseficientemente. Tal como ha sido sugerido porBaker y Mai (1982b) y Addae et al. (1991), lacompresión debería ocurrir alrededor o deba-jo de la semilla, no encima de esta. Con eltráfico controlado es probable que se presen-te al abresurcos un suelo más homogéneo yhabrá, por lo tanto, menos necesidad de ajus-tar la profundidad entre los distintos abresur-cos y menos variación en la cobertura de lasemilla. También habrá menos desgaste, me-nos arrastre general y menor demanda de po-tencia y tracción.

La Lámina 117 muestra cómo dos abresur-cos de disco en la misma máquina pueden ofre-cer resultados muy diferentes, dependiendo desi están ubicados detrás de las ruedas o entre

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las mismas. En ausencia de huellas diferen-ciales de las ruedas, la superficie del suelotambién será más uniforme. Esto reduce elpotencial para que ocurran diferencias enel comportamiento de los abresurcos, especial-mente cuando están montados en grupos. Losabresurcos montados individualmente en unio-nes paralelas serán menos favorables a varia-ciones de profundidad cuando se encuentranlas huellas de las ruedas, pero una superficiemás nivelada tendrá siempre una influenciapositiva en su comportamiento.

Una profundidad de siembra uniforme esfundamental para evitar una siembra excesi-vamente superficial en condiciones secas, odemasiado profunda en otras condiciones.Kirby (1993) observó que el momento de laemergencia se extendió a medida que la pro-fundidad de siembra aumentaba. Heege (1993)encontró que dentro del rango de profundi-dad de siembra de los cereales de 25 a 45 mm,la emergencia en el campo cayó el 82 por cien-to cuando la profundidad varió cerca de 6 mmy al 50 por ciento cuando la variación se in-crementó a 20 mm. Heege y Kirby encontra-ron que la tasa de emergencia afectó el creci-miento posterior, tal como informó Benjamin(1990). Todos los investigadores sugirieronque las diferencias en la fecha de emergencia

fueron perpetuadas e incluso exacerbadas enel crecimiento posterior. Si bien estas diferen-cias pueden no ser suficientemente importan-tes para crear diferencias en el rendimiento,hacen más difícil estimar la etapa de creci-miento adecuada para los tratamientos conpesticidas. Además, esto significa que unamayor proporción del cultivo será tratada enel momento inadecuado y como resultado su-frirá mayores perjuicios.

En resumen, la menor diferencia en resis-tencia del suelo y una mejor nivelación de lasuperficie contribuirán a hacer que la siembrasea más uniforme. Esto minimiza el momentode la emergencia del cultivo y hace que elmanejo posterior sea más simple y efectivo.

Las implicancias del tráfico controladopara los suelos y los cultivos

AGRONOMÍA. Siempre que los suelos severa-mente compactados sean aflojados antes deintroducir el sistema de tráfico controlado, esprobable que el problema del crecimiento ini-cial pobre del cultivo y la pérdida de nitrógenopor denitrificación sean reducidas, especial-mente en los primeros años de la labranza cero.El mejor crecimiento inicial será promovido porla falta de una capa de suelo compactado que

Lámina 117 Comportamiento de dos abresurcos adyacentes que trabajan en la misma sembra-dora en un suelo arcilloso húmedo. A la izquierda, el abresurco estaba detrás de las ruedas deltractor y las semillas son claramente visibles sobre la superficie. A la derecha, el abresurco operabacorrectamente en un suelo menos compactado.

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295La agricultura con tráfico controlado – una práctica complementaria para la labranza cero

favorece el crecimiento de las raíces que ex-ploran y extraen nutrientes de una mayor pro-porción del perfil del suelo.

Los agricultores australianos han encontra-do que el cultivo en surcos es una extensiónnatural del tráfico controlado. Esto es posibleporque la posición de cada surco del cultivopuede ser planificada con antelación y obte-nida en la práctica con guías de precisión.

En la labranza cero, la densidad de semillases a menudo ligeramente mayor, si bien lasdensidades de siembra de varios cultivos sehan reducido realmente con los abresurcosmás avanzados para labranza cero (Bakeret al., 2001). El sistema de tráfico controladohace que la siembra sea más confiable y favo-rece la disminución de la densidad de siem-bra porque la superficie está más nivelada yhay menos compactación en el ancho de lasembradora. Sin compactación, muchos sue-los forman una capa fina estable de tierra des-menuzada que acepta fácilmente las semillascon un disturbio mínimo. Esto hace que la re-gulación de la sembradora sea más fácil, re-duce las irregularidades en su comportamien-to y evita la necesidad de un mayor «seguro»de la densidad de siembra de las semillas.

Un agricultor que aplica labranza cero en elReino Unido (Hollbrook, 1995) encontró quela cebada de primavera sembrada a 3-4 mmde profundidad era más sana que el cultivosembrado a 40-50 mm. La siembra más su-perficial dio lugar a que el primer nudo emer-gió del coleoptile cuando este estaba 20-30 mmpor encima de la tierra y no en su superficie.Esto evitó la incidencia de enfermedades(Cercospora sp.) y la posterior debilidad dela paja que después daba lugar al vuelco delcultivo.

Las babosas (Deroceras reticulatum) hansido un problema frecuente en los sistemas decultivo que retienen los residuos en la superfi-cie y especialmente en las camas de semillascon terrones y ranuras de siembra abiertas ypegajosas (Moens, 1989). Las babosas atacanlos cultivos en dos formas: debajo de la super-

ficie, donde comen las semillas y sobre la su-perficie, donde comen las hojas jóvenes. Losabresurcos que producen terrones pequeñosfavorecen el acceso de las babosas a las semi-llas, mientras que las líneas de siembra pegajo-sas o abiertas les permiten moverse sin obstá-culos de una semilla a otra. El sistema de tráficocontrolado tiene el potencial para corregir es-tos problemas porque evita la formación de te-rrones y las líneas de siembra pegajosas.

RENDIMIENTO DE LOS CULTIVOS. La mayor partede la investigación que compara los suelos contráfico con los suelos sin tráfico ha sido hechaen sistemas que usan la labranza; sin embar-go, trabajos hechos en Escocia con labranzacero encontraron que, aun con cargas muy mo-destas, los rendimientos en labranza cero sereducían. Esto ocurrió en los primeros añosde la labranza cero, pero no se encontrarondiferencias en la cuarta estación a pesar deque no hubo una reducción real en las zonasde suelo con tráfico (Campbell et al., 1986).En los Estados Unidos de América y en Ar-gentina, los rendimientos de la soja en los sis-temas de labranza cero se redujeron entre un10 y un 39 por ciento con cargas livianas peroreiteradas de las ruedas. Aun cuando la labran-za cero se había hecho durante siete años, fueposible reducir los rendimientos como resul-tado de nuevas cargas (Flowers y Lal, 1986;Botta et al., 2004).

RANGO DE CULTIVOS. Si bien hasta ahora se hancitado primeramente casos de cultivos de gra-nos pequeños, la introducción del tráfico con-trolado debería hacer posible el cultivo de unamplio rango de cultivos bajo la labranza cero.Por ejemplo, el establecimiento de cultivos dealgodón bajo labranza cero ha sido exitosa aunen presencia de suelos compactados por lasruedas. Los rendimientos de fibra bajo labran-za cero se redujeron solamente un año cadatres, mientras que los cultivos transplantadoscomo los tomates, si bien con labranza en fa-jas, fueron comparables en dos sitios en el año

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2002. La labranza en fajas del cultivo de me-lones dio rendimientos apenas más bajos quecon los métodos tradicionales pero en amboscasos, con melones y tomates, las condicio-nes del suelo con terrones en el momento dela siembra/transplante fueron parcialmenteresponsables de los menores rendimientos. Unproductor australiano de tomates, calabacines,melones, cebollas y brócoli predijo que el trá-fico controlado le permitiría establecer esoscultivos bajo labranza cero. Las papas tam-bién han sido cultivadas exitosamente concoberturas espesas y labranza cero (Lamarca,1998; Mitchell et al., 2004a, b; Ziebarth, 2003,comunicación personal).

Las posibles limitaciones de la agriculturadentro de un sistema de labranza cero con trá-fico controlado tienen varios orígenes:

• estructura del suelo/interacciones de loscultivos;

• inexperiencia y percepción;• maquinaria.

Dado que los suelos completamente sin trá-fico han sido prácticamente desconocidos enlos sistemas de producción en los últimos tiem-pos es difícil predecir cómo algunos cultivospodrían reaccionar a esas condiciones de la-branza cero. Del mismo modo, hay pocos da-tos que puedan ser usados para determinar sicultivos como zanahorias, remolacha azuca-rera y papas podrían comportarse adecuada-mente en suelos sin tráfico y bajo labranzacero.

La única forma en que esto podría ser de-terminado es por medio de comparaciones dediversos parámetros del suelo tales como ladensidad, la resistencia a la penetración yla porosidad. Por ejemplo, ¿la densidad de unsuelo sin tráfico en labranza cero excede a lade un suelo similar cultivado con un cultivoespecífico? Además, ¿dentro de qué ambien-te de un suelo un cultivo de raíces tendrá uncomportamiento igual al de otros cultivos?Muchas de estas preguntas no tienen respues-ta. Es necesario tener presente, además, que

la cosecha de cultivos de raíces causa un con-siderable disturbio del suelo. Si bien esto in-terrumpe, por lo menos parcialmente, el ciclode la labranza cero, sería ventajoso para elresto de la rotación y para el establecimientodel cultivo de raíces. El tráfico controlado tam-bién podría minimizar las reparaciones nece-sarias después de la cosecha y asegurar unrápido y efectivo retorno a la labranza cero.

Los cultivos que probablemente se puedancultivar actualmente bajo un régimen de tráfi-co controlado demostrados por pruebas agro-nómicas y basados en labranza cero incluyen:

• trigo • cebada• cebada • centeno• avena • mijo• sorgo • maíz• rábano aceitero • arvejas secas• soja • lino oleaginoso• frijoles • algodón• arroz de secano

Esta lista es necesariamente limitada y sonnecesarios otros desarrollos tecnológicos yexperimentos de campo antes de que puedanser considerados otros cultivos. Sin embar-go, dadas las características de esos cultivosy las condiciones climáticas típicas bajo lascuales han sido exitosos, sería bastante ra-cional extrapolarlo a otros cultivos y climasen lugares en los cuales el tráfico controladobajo labranza cero no sido extensivamentedifundido.

Implementación del tráficocontrolado

Principios básicos

Hay varios principios básicos involucradosen los sistemas con tráfico controlado:

1. Planificación anticipada.2. Uniformización del ancho de las trochas

de los vehículos.

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3. Uniformización del ancho de los imple-mentos, simples o múltiples.

4. Disciplina.

Estos principios serán desarrollados en lassecciones siguientes pero se pueden encontrarmayores detalles en Tramline Farming Systemspublicado por el Departamento de Agricultura,Western Australia (Webb et al., 2000) junto conla Corporación de Investigación y Desarrollode Granos de Australia.

Planificación anticipaday uniformización de la maquinaria

La planificación es probablemente el aspec-to más importante de la conversión al sistemade tráfico controlado ya que esto asegura, en-tre otras cosas, que el costo se mantiene a unnivel mínimo. Algunas fincas pueden conver-tirse en un plazo de 12 meses; otras puedenrequerir planificación y cambios a lo largo devarios años. Dentro del contexto de este li-bro, se asume que el punto de transición es elestablecimiento de un sistema de labranzacero, pero el punto de partida podría ser ararcon arado de vertedera, labranza secundaria ysiembra. Por lo tanto, debe haber un compro-miso inicial para un sistema que tiene signifi-cativamente menos insumos. En alguna for-ma, el cambio de un sistema extensivo demaquinaria hace que la economía sea más sim-ple ya que el exceso de maquinaria puede servendido y sustituido por equipos nuevos ousados con la medida adecuada, probablemen-te con poco costo adicional. Esto también aca-rrea una reducción del trabajo. La economía,sin embargo, será dominada por el cambio delabranza convencional a labranza cero antesque por el tráfico controlado. Si ya se aplicaun sistema de labranza mínima o de labranzacero, la transición podrá requerir una planifi-cación más cuidadosa y en plazos mayores yaque se perderán los menores costos del siste-ma en vigencia y el retorno deberá aún sermejorado.

Proceso de uniformización del anchode los equipos

El objetivo es la uniformización por un ladodel ancho de trabajo de todos los equipos y,por otro lado, de las huellas de las máquinas.El objetivo es minimizar los costos y el nú-mero de huellas de las ruedas por unidad desuperficie. El factor costo significa que lamayoría de las transiciones se iniciarán con elexamen del equipo existente a fin de conside-rar su posible adaptación. Por ejemplo, unapequeña finca que cultiva granos con un sis-tema de labranza mínima tiene un cultivadorde 3,5 m de ancho, un rodillo de 5 m y unasembradora de 3 m; la cosechadora de cerea-les tiene 6,1 m de ancho y los agroquímicosse aplican con un aspersor con una barra de12 m. Los tractores tienen una trocha variableentre 1,5 y 1,8 m y los remolques tienen unatrocha de cerca de 1,8 m; la cosechadora esde 2,8 m. De hecho, ningún equipo se unifor-miza con los otros para el tráfico controlado(Figura 43, izquierda). Sin embargo, las rue-das del tractor pueden ser fácilmente cambia-das a 1,8 m para uniformizarlas con las rue-das de los remolques.

Sin embargo, hay aún dos problemas a so-lucionar: el ancho de la trocha de la cosecha-dora y el ancho de la sembradora para labran-za cero. Si se conserva la cosechadora de6,1 m, la sembradora debería ser de 6 m deancho para asegurar que la cosechadora reco-ja siempre todo el cultivo; el costo de esta úl-tima deberá ser presupuestado, considerandoel valor de segunda mano de la sembradoraexistente, del cultivador y de los rodillos (laeconomía del tráfico controlado será estudia-da en otro capítulo posterior). También puedeser posible vender un tractor, pero uno de lostractores remanentes debe ser capaz de arras-trar la nueva sembradora propuesta o, de locontrario, se deberá adquirir un tractor demayor potencia.

El ancho de la trocha de la cosechadora nopuede ser cambiado fácilmente y esas ruedas

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serán el conjunto que se extiende fuera delancho primario de la huella. Su posición, sinembargo, es conocida y no causan necesa-riamente daños todos los años porque lossuelos en esa época a menudo están secos y,por lo tanto, son capaces de resistir más peso.Si hubiera compactación y marcas superfi-ciales de las huellas, estas pueden ser repa-radas con un subsolador con los dientes co-locados de modo tal que aflojen solo el anchoadicional impuesto por la cosechadora. Unsistema de 6 m como el descrito crea huellasque cubren alrededor del 16 por ciento delárea, dependiendo del ancho de los neumáti-cos usados. Siempre que las huellas estén bienconservadas es posible que, en el futuro, sepueda reducir su ancho.

En una finca grande una alternativa podríaser usar un sistema de tráfico controlado de

doble huella. Esto elimina en gran parte elproblema de la cosechadora y mantiene elancho de las trochas en forma más o menosestándar. La Figura 44 muestra que el sistematrabaja con la cosechadora que pasa por enci-ma de las huellas primarias. El ancho prima-rio de los implementos se determina por la sim-ple adición del ancho de las trochas comunesde los tractores, remolques y del equipo deaplicación de pesticidas. En el ejemplo ante-rior, el ancho primario de los implementossería: 1,8 + 2,8 = 4,6 m. El ancho de la barrade corte de la cosechadora puede ser cualquiermúltiplo de esta cifra; en este caso la medidamás práctica sería 4,6 ó 9,2 m. Sin embargo,el ancho de la sembradora puede ser de múlti-plos impares del ancho primario de los imple-mentos y esto probablemente lo limita a unmúltiplo simple. Las aplicaciones de pesticidas

Figura 44 Sistema de doble huellapara tráfico controlado donde la co-sechadora se superpone a las hue-llas adyacentes de los tractores. Elancho del implemento primario esdeterminado por la suma de los an-chos de las huellas del tractor y lacosechadora.

Figura 43 Colocando todoslos equipos alrededor de unalínea central común, solo la co-sechadora tiene un ancho detrocha significativamente dife-rente. La posibilidad de regula-ción del ancho de las ruedas delos tractores permite su alinea-ción con los remolques con elúnico costo adicional del traba-jo necesario para realizarlo.

Tractores

Remolques

Cosechadora

Otros equipos

Cosechadora

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299La agricultura con tráfico controlado – una práctica complementaria para la labranza cero

pueden hacerse con equipos con cualquiermúltiplo del equipo primario si se usan las hue-llas primarias, por ejemplo, 4,6 m, 9,2 m, etc.Si el equipo de aplicación de pesticidas estámontado sobre un eje ancho y corre sobre lashuellas de la cosechadora (para mejorar la es-tabilidad del aspersor), el ancho del equipode aplicación de pesticidas puede ser solo demúltiplos pares del ancho de los implementosprimarios.

Actualmente ninguno de los anchos de losimplementos citados anteriormente es parte deequipos estándar, por lo que es necesario al-gún ajuste para obtener el ancho primario dehuella, incluso en el sistema de doble huella.Por ejemplo, si la huella primaria fuera redu-cida a 1,7 m esto se debería corresponder conel ancho de las cosechadoras actualmente dis-ponibles (9 m) y con los equipos de aplica-ción de pesticidas (18 m, 27 m, 36 m). O bien,la regulación de las huellas podría ser a 2 m y3 m con un implemento primario de 5 m. Labarra de corte de la cosechadora debería serligeramente más ancha que el ancho calcula-do para asegurar la recolección de todas lasplantas del cultivo en todos los casos.

Otro método para uniformizar la maquina-ria es alinearla en el mismo ancho de las hue-llas de la cosechadora, porque como se hamencionado anteriormente es difícil alterar

esta máquina. Lamentablemente, la cosecha-dora es la máquina con la trocha más ancha, ycon los modelos actuales esto significa unancho primario de trocha de cerca de 3 m paratodos los vehículos e implementos. Esto escomún en Australia (Lámina 118) donde pue-de haber menos necesidad de conducir en ca-rreteras y donde las áreas rurales tienen rela-tivamente baja densidad de población. EnEuropa y otras regiones con alta densidad depoblación y frecuentemente con carreterasangostas, es probable que surjan mayores di-ficultades. Sin embargo, dado que la labran-za cero reduce el número de operaciones decampo y que los vehículos para aspersionespodrán tener anchos de trocha fácilmentevariables, la magnitud del problema deberíadisminuir considerablemente. Probablemente,solo la cosechadora y la sembradora tenganuna trocha de 3 m cuando circulan en las ca-rreteras. La ventaja de este sistema es que haypocas limitaciones relacionadas con el anchoprimario de los implementos. Con máquinasmuy anchas pueden ser necesarios algunosajustes para extender el sinfín de descarga afin de asegurar que la unidad de transportepueda circular en la senda adyacente.

Para las fincas pequeñas, otra alternativa si-milar a la doble huella se refiere a la distanciade las cosechadoras entre las ruedas similares

Lámina 118 Ejemplo de un sistema australiano de módulo primario de 9 m y de una trocha prima-ria de 3 m de ancho (Webb et al., 2000).

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300 Siembra con labranza cero en la agricultura de conservación

de los pases adyacentes del tractor como semuestra en la Figura 45. Esto se basa en:

Ancho del implemento primario =ancho de la trocha de la cosechadora

Ancho de la trocha primaria =ancho de la trocha de la cosechadora/2

Ancho de corte de la cosechadora =ancho de la trocha de la cosechadora × 1,5

Ancho del equipo de aplicación de pesticidas =cualquier múltiplo del anchodel implemento primario

Este sistema introduce potencialmente ungran número de trochas pero algunas de estaspodrían ser usadas una sola vez al año, para lasiembra, y la mayoría pueden ser sembradascomo se describe más adelante.

Hasta ahora se han analizado en primer lu-gar los sistemas usados para la producción decereales, pero los principios de labranza ceropueden ser igualmente aplicados a la mayoríade los otros cultivos. Si bien hay escasa in-vestigación sobre la labranza cero para el cul-tivo de hortalizas, existe un serio potencialdentro de los sistemas de tráfico controlado,tal como se presenta más adelante.

Diseño del campo y manejodel sistema

La orientación y el diseño de las huellas parael tráfico controlado son parte del proceso deplanificación y cada área o conjunto de par-celas debe ser considerado independientemen-te. Los mapas detallados del campo son partefundamental de esta planificación ya sea porsus mediciones, registros históricos o fotogra-fías aéreas. Los datos topográficos tambiénson de valor, especialmente en el caso de fin-cas con laderas pronunciadas. Los cambios enel tipo de suelo dentro de una propiedad sonprobablemente de menor importancia que conlos sistemas de tráfico incontrolado pero aunasí son útiles para conocer esos parámetros,especialmente respecto al drenaje. Respectoa este último elemento en especial, es funda-mental que cualquier sistema de drenaje estéoperando correctamente o, que si presentaproblemas, estos sean corregidos antes de ins-talar el sistema de tráfico controlado. Esto tam-bién es importante para mejorar la estructura delsuelo. Si se encontrara un problema de piso dearado, el perfil debería ser abierto de acuerdo

Figura 45 Sistema de tráfico controlado para la maquinaria en una finca pequeña. La trochaprimaria de 1,5 m de ancho está espaciada a intervalos de 1,5 m y de esta manera cualquier par deruedas puede ser usado por todo el equipo, excepto la cosechadora.

9 m aplicación química

3 m sembradorapara labranza cero

4,5 m cosechadora

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301La agricultura con tráfico controlado – una práctica complementaria para la labranza cero

a las indicaciones sugeridas por Spoor et al.(2003).

Los principales aspectos a considerar en eldiseño de un sistema de tráfico controlado son:

• Orientación de los caminos permanentesen relación a:� largo del camino� pendiente y movimiento del agua� forma del campo y surcos cortos� objetos extraños (árboles, estanques,

etc.)� sistema de drenaje del campo

• Manejo de los caminos y acceso al campo

Orientación de los caminospermanentes

En muchas situaciones la mayor longitud delárea considerada es elegida como orientaciónporque esto mejora la eficiencia del trabajode campo al reducir el número de giros al fi-nal de la parcela. La longitud de la carrera queesto crea también debe ser considerada res-pecto a cualquier pendiente significativa delterreno. Si bien es probable que la infiltraciónde agua en el suelo mejore significativamenteen comparación con los predios manejados enforma tradicional, el agua tiende a correr a lolargo de los caminos y a erosionarlos, espe-cialmente si hay largas distancias en formaininterrumpida y están orientados hacia arri-ba y abajo de las pendientes. En Australia,donde el tráfico controlado está ampliamentedifundido y donde los eventos de lluvias pue-den ser violentos, las operaciones de orienta-ción son más flexibles con el sistema de tráfi-co controlado. En este sistema funcionan losdiseños hacia arriba y abajo o perpendicula-res a las laderas, mientras que con el tráficosin controlar predominan los diseños perpen-diculares o en contorno.

La orientación del tráfico controlado tam-bién debe considerar la presencia del sistemade drenaje y especialmente de aquellos queinvolucran drenes topo. Estos últimos corren

predominantemente hacia arriba y abajo de lasladeras y el objetivo con el sistema de tráficocontrolado es hacerlos paralelos a las laderas.El peligro con los cruces reiterados de cami-nos y los drenes topo es que se pueden rom-per prematuramente. Correr en forma parale-la a los drenes topo significa cruzar los drenes,si bien es improbable que estos sean dañados,en parte debido a su profundidad pero ade-más porque a menudo están rellenos con gra-va. Si los caminos corren paralelos a los drenestopo existe el peligro de que algunos coinci-dan con los mismos y los puedan dañar, pero,en general, el efecto sobre el sistema de dre-naje dentro de un campo es insignificante. Alcorrer en forma paralela también se aseguraque los drenes topo pueden ser eventualmen-te reconstruidos sin disrupción de los cami-nos. Más información sobre los sistemas dedrenaje se encuentra en Spoor (1994).

Un enfoque similar se adopta con las torreso postes dentro del campo; en este caso pue-den ser usados para orientación y como unalínea para establecer el primer camino. En elcaso desafortunado de que una finca tengael sistema de drenaje y la línea de torres endiferente orientación se prefiere seguir laorientación de las torres. La experiencia conotros sistemas de drenaje o infraestructura decampo es limitado porque el tráfico controla-do aún debe ser adoptado en áreas en que esassituaciones ocurren repetidamente.

Manejo de los caminos

El potencial que pueden tener los caminospara favorecer la erosión puede ser contra-rrestado de varias formas. Como principiobásico, los caminos deben tener un manejoactivo desde su establecimiento; no se pue-de permitir que se hundan o formen surcosen forma diferente. Deberían ser rellenadosadecuadamente con tierra de la zona vecina,especialmente los caminos nuevos y si el sue-lo es algo suelto. Dentro de un régimen de

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labranza convencional estas recomendacionespueden ser aplicadas durante la creación defalsas camas de semillas para el control demalezas. Sin embargo, en el contexto de lalabranza cero si se forman huellas profundaso si las ruedas producen un flujo de suelo plás-tico podría ser usada una unidad pequeña (Lá-mina 119). Este implemento no debería serusado con frecuencia ya que se pueden redon-dear los bordes de la tierra cultivada y gene-rar una profundidad no suniforme de siembra.

Si la presión de las malezas o la erosiónsobre el suelo desnudo son inaceptables o de-bido a limitaciones de la maquinaria los ca-minos toman un alto porcentaje del área, esposible sembrar dentro de los mismos (en ge-neral, esto se aplica solamente a los casos enque esos caminos no serán usados después dela siembra del cultivo). Las raíces de las plan-tas establecidas en esos caminos a menudoexploran el suelo en forma lateral y llegan alsuelo del cultivo. Como resultado, y si bienesas plantas pueden rendir algo menos, ma-duran al mismo tiempo del cultivo y contribu-yen a la cosecha total. Esto no es lo que ocu-rre cuando se siembran en caminos que

posteriormente son usados para el cultivo; enestos las plantas a menudo quedan enanas acausa del repetido pasaje de vehículos y re-trasan su madurez. Cuando los caminos sesiembran con un cultivo de surcos angostos(300 mm o menos) el espacio entre surcospuede ser ligeramente alterado como se ilus-tra en la Figura 46. Los abresurcos deberánser regulados muy específicamente para en-frentar esta situación y el desgaste será algomás alto. Hasta ahora existe una limitada ex-periencia con esta técnica y los agricultoresdeberán hacer alguna experimentación previa;sin embargo, esta técnica tiene la ventaja demarcar temporariamente las huellas.

En algunos casos, un manejo activo de loscaminos podría ser necesario en las laderaspara asegurar que el agua recogida al bordede los mismos no alcance un potencial erosivo.Esto se obtiene haciendo canales diagonalesa intervalos regulares que desvían el agua fuerade los caminos.

El segundo principio del manejo de los ca-minos es evitar que el agua se estanque o quefluya a lo largo de los mismos. El primer pro-blema puede, en gran medida, ser evitado con

Lámina 119 Herramienta rotatoria para mantenimiento usada para manejar el flujo de suelosplásticos causado por las ruedas. Normalmente, no debería ser usada más de un vez por año (J.Grant, 2001, comunicación personal).

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303La agricultura con tráfico controlado – una práctica complementaria para la labranza cero

un manejo activo, pero en los lugares bajosdel campo o en áreas con un drenaje naturalpobre pueden crear esta situación. La orienta-ción debería ayudar a evitar los lugares bajospero esto no siempre es posible; una alternati-va es modificar los bordes de los caminos,como se mencionó anteriormente.

La erosión del camino puede también serreducida por una faja tampón, a mitad de laladera. Esta podría también proporcionar unárea para insectos beneficiosos y, si está ubi-cada correctamente, solucionar problemas consurcos cortos.

Sistemas de guía

En cualquier sistema de tráfico controladoes fundamental contar con una forma de ase-gurar que los caminos no solo estén orientadoscorrectamente, sino que también su posiciónsea correcta desde el inicio. Tradicionalmente,la posición correcta se ha obtenido con pro-gramas montados en las máquinas que pro-porcionan una línea de marcación paralela se-parada por la distancia requerida. El operadorusa esta línea en el pase siguiente para colo-car la máquina en la posición adecuada. Estofunciona bien con máquinas de ancho limita-do pero cuando esta llega a 10 m o más, el

tamaño, fortaleza y duración son factoreslimitantes. Las cargas laterales también pue-den ser un problema si el marcador se blo-quea con el suelo y los costos de manteni-miento también pueden ser altos. Es aun unproblema mayor bajo la labranza cero porqueel marcador debe hacer una línea visible enun suelo sin labrar, a menudo cubierto por re-siduos. Los marcadores por lo general tienenuna precisión relativamente baja e introducenerrores que se acumulan de un pasaje al si-guiente. Una alternativa, que lamentablemen-te conserva errores acumulativos, es colocaruna video cámara de circuito cerrado en laextremidad del implemento con las imágenestransmitidas a una pantalla en la cabina deloperador. Esto requiere que el operador ob-serve continuamente la pantalla para mante-ner la maquinaria en la posición correcta comose haría sobre la línea marcada.

Una alternativa cada vez más disponible yatractiva son los sistemas electrónicos basa-dos en el sistema diferencial de posición glo-bal (SDPG) que usa señales de satélites. Existeun amplio rango de equipos, que dependen delgrado de precisión ofrecido. Con los sistemasde tráfico controlado es deseable una precisiónde ± 3 cm con un error máximo de ± 5 cm, siestán planeadas operaciones de cultivos ensurcos anchos. Tales sistemas también pueden

Figura 46 Ejemplo de como un cultivo de cereales podría ser sembrado en un camino. El espacionominal de 250 mm es modificado a 400/175 mm para favorecer el acceso de las raíces de lasplantas en el camino a la cama de semillas adyacente.

Paso de las ruedas

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304 Siembra con labranza cero en la agricultura de conservación

ser acoplados directamente a la dirección delvehículo para proporcionar la capacidad deconducción automática, tanto en línea rectacomo en huellas curvas paralelas. La conduc-ción automática permite que los conductoresse concentren en la operación del implemen-to y se liberen del estrés de conducir sobreuna marca; además, evita correcciones exce-sivas de la conducción que pueden afectar laoperación de la maquinaria. Otra ventaja, es-pecialmente con equipos anchos, es que cual-quier trocha puede ser usada en cualquier se-cuencia ya que no depende de una marca hechaen el paso previo. Por ejemplo, los operado-res pueden saltar un pase cada dos. Esto haceque los giros sean más simples con la ventajaadicional de que el trabajo del campo puedeser completado en el punto de inicio de lasiembra, que es por lo general el punto de ac-ceso al campo.

También es importante notar que los imple-mentos fuera de la línea lateral que se encuen-tran en varios sistemas de guía por satélitesno puede ser usado con el tráfico controlado.Esta característica compensa por un imple-mento que no se arrastra centralmente detrásdel tractor al cambiar el tractor en los pasesadyacentes. Si esto fuera usado con el sistemade tráfico controlado sacaría el equipo fuera delas huellas. Cualquier desalineamiento en elsistema de tráfico controlado debe, por lo tan-to, estar físicamente relacionado con el trac-tor o con el implemento y esto puede crear undesafío importante en las laderas. El equiporemolcado puede requerir alguna rueda deconducción para solucionar este problema.

Economía

Hay varias formas por las cuales es posibleevaluar un sistema de tráfico controlado y to-das darán respuestas diferentes. Cada finca,circunstancia y gama de maquinaria será úni-ca y los cambios económicos serán muy espe-cíficos. El objetivo en este capítulo es, por lo

tanto, establecer principios y los costos/ganan-cias en lugar de entrar en análisis detalladosde costos que proporcionan solo una hipóte-sis de solución. Este enfoque también se con-centra en la transición de la siembra en labran-za cero con tráfico sin controlar a un sistemasimilar pero con tráfico controlado.

La economía se centra en:

• costos y cronología de la planificación ytransición;

• costos fijos y variables del sistema emplea-do;

• cambios en los resultados;• costos del manejo.

Costos y cronologíade la planificación y transición

a tráfico controlado

La planificación es la clave para minimizarlos costos. Aun así, el costo de la planifica-ción es difícil de cuantificar. El costo típicode una consultoría para la conversión a tráfi-co controlado en Australia es de alrededor de$EE UU 75/hora. Sin embargo, hay numero-sos agricultores que estudian el problema porsí mismos y el costo de esos estudios es car-gado a los gastos generales normales. De cual-quier manera, se debe considerar cuidadosa-mente el empleo de expertos para determinarlos diseños de campo más eficientes. El cam-bio de un diseño después de su instalación noes una alternativa simple, consume muchotiempo y recursos y también resulta en pérdi-da de productividad.

El proceso de planificación involucra con-siderar los equipos existentes en la finca yanalizar cuántos y cuáles de estos pueden serutilizados en el nuevo régimen. Un panoramaclaro del nuevo régimen de cultivos y de ma-quinaria en un sistema de tráfico controladodebe ser claramente identificado en esta etapa,antes de que puedan ser estimados los costosde la transición. Estos costos se consideran entres categorías: i) el cambio de implementos o

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305La agricultura con tráfico controlado – una práctica complementaria para la labranza cero

máquinas; ii) el cambio de los ajustes de lasruedas, y iii) la conducción:

1. El cambio de la maquinaria podría incluirla compra de nuevos equipos y al mismotiempo descartar los equipos existentes. Siel cambio a labranza cero se hace al mis-mo tiempo que la introducción del siste-ma de tráfico controlado, habrá más equi-pos que requieran atención, pero existe laoportunidad de integrar todo el equipo, enlugar de solo una parte. Con el tráfico con-trolado, la siembra con labranza cero ten-drá menos penetración y requerirá menosfuerza de arrastre y como resultado habráuna menor demanda de potencia del trac-tor, por lo que es posible que, a largo pla-zo, haya economías. También puede sernecesaria la centralización de la platafor-ma de corte de la cosechadora ya que mu-chas están descentralizadas para ayudar ala descarga. Otro aspecto importante quese debe considerar es la concordancia delancho de los implementos con el ancho delas trochas de las ruedas.

2. El costo de cambio del ancho de las tro-chas puede variar entre $EE UU 750 y4 000 (Webb et al., 2000) y refleja la con-siderable diversidad existente en diseños delas máquinas, configuraciones de los ejes ylas ruedas. Este costo también varía consi-derablemente dependiendo del tipo o siste-ma adoptado, por ejemplo, huella simple odoble, como se ha descrito anteriormente.Es probable que para los sistemas de unasola huella el costo sea ligeramente mayor,ya que todo el equipo deberá ser ajustadoal mayor ancho de las ruedas de la cose-chadora. Actualmente, tales conversionesson posibles en algunos tractores con uncosto total de los ejes anteriores y posterio-res de alrededor de $EE UU 10 000. Lamayoría de los otros equipos pueden sermodificados localmente o en el taller de lafinca. Para los sistemas de doble huella, loscostos pueden limitarse, por ejemplo, al tra-

bajo necesario para alterar la posición delos aros en el centro o al intercambio de lasruedas de un lado a otro.

3. Los costos para los sistemas de conduc-ción pueden limitarse al tiempo necesariopara adaptar los brazos marcadores delequipo de campo existente a un sistemade satélite de autoconducción con un errormedio de ± 3 cm y a un costo aproximadode $EE UU 50 000. El mercado y, por lotanto, el costo de la estructura para estossistemas basados en los satélites está cam-biando rápidamente y el costo total del sis-tema puede no ser atribuible al sistema detráfico controlado. Muchos agricultoresestán adquiriendo ahora estos sistemaspara la agricultura convencional como unmedio de asegurar las operaciones, asícomo de establecer líneas de paso para laaplicación de pesticidas.

Esto último no solamente proporciona ma-yor flexibilidad, sino que excluye la necesidadde establecer marcas dentro del cultivo. Tradi-cionalmente estas han sido instaladas por equi-pos especiales en la sembradora que deja lí-neas sin sembrar a intervalos predeterminados.

Para introducir el sistema de tráfico contro-lado, un sistema existente debería ser mejora-do de, tal vez, ± 25 cm manuales a ± 3 cm conautoconducción. El costo adicional sería dealrededor de $EE UU 17 000.

El momento de los cambios dependerá dela inversión que ha sido calculada; cuantomayor sea la inversión, menor deberá ser eltiempo de realización. Esto se debe a que losmayores beneficios se podrán obtener sola-mente cuando el sistema de tráfico controla-do esté disponible. Estos beneficios se anali-zan en la sección sobre resultados.

Costos fijos y variables

Como costos fijos generalmente se conside-ran la mano de obra corriente, la maquinaria,

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la renta y los gastos generales, mientras quelos agroquímicos, las semillas, el combusti-ble, el desgaste de los equipos, los contratis-tas y la mano de obra ocasional son conside-rados gastos variables (Nix, 2001). En el casodel sistema de tráfico controlado es posibleesperar que el mayor impacto sea una reduc-ción de los costos fijos y especialmente deaquellos relacionados con la mano de obra yla maquinaria. En el caso del tráfico controla-do el beneficio marginal de la mano de obraserá en primer lugar menor que, pero adicio-nal, el beneficio de la mano de obra ocasionaldel cambio a labranza cero.

Si bien sería fácil atribuir al sistema de tráfi-co controlado los mejoramientos en la eficien-cia de campo debido a una mejor guía, estopuede ser obtenido igualmente dentro de lasprácticas convencionales usando los sistemasde las líneas de guía en las sembradoras o en laguía por satélite y, por lo tanto, no es conside-rado como un beneficio aportado por el siste-ma de tráfico controlado. El principal impactodel sistema de tráfico controlado sobre la manode obra en el sistema de labranza cero será unareducción de la demanda durante la siembra,la cual, si las condiciones lo permiten, será algomás rápida debido a una menor fuerza de arras-tre por la sembradora. Salvo cuando se empleaun contratista en esta tarea, es probable que elagricultor obtenga a corto plazo solo un bene-ficio de oportunidad. A largo plazo puede serposible incrementar la tierra trabajada con unadeterminada fuerza de trabajo o perder algu-nos costos de mano de obra si se emplean va-rias máquinas para la siembra.

Los cambios en los costos variables se ba-san en ahorros en semillas, combustible y agro-químicos, todos los cuales deberían ser me-nores. La demanda típica de potencia parasembrar a una velocidad específica se reduceen cerca del 25 por ciento, incluida la menorresistencia a los rodillos que puede ser atri-buida al trabajo en las huellas permanentes enlugar de proceder sobre la cama de semillas.Debido a las mejores condiciones del suelo

es posible sembrar a menores densidades conmenos riesgo, si bien este punto también de-bería ser mejorado por medio de la metodolo-gía de siembra antes que confiar en el sistemade tráfico controlado. No es difícil predecireconomías en el desgaste de los equipos, peropueden aumentar si el suelo está bajo el siste-ma de labranza cero.

Es probable que se reduzcan los costos delos productos agroquímicos, principalmente enrazón de una mayor precisión y la posibilidadde asperjar selectivamente en las bandas entrelos surcos y en el surco con el cultivo. Si biendicho sistema no es exclusivo del sistema detráfico controlado, las huellas mantenidas ofre-cen un gran potencial. Si se considera que elcosto de los pesticidas protectores para el cul-tivo del trigo en una zona templada se acerca al50 por ciento del costo total de semillas, fertili-zantes y pulverizaciones (Nix, 2001), la eco-nomía que se haga en estos insumos tiene unaincidencia importante sobre los costos. Delmismo modo, una reducción en los insumos deagroquímicos, o por lo menos de agroquími-cos menos perjudiciales para el ambiente, esun beneficio adicional. También es posible pre-sumir que los fertilizantes aplicados en el sis-tema de tráfico controlado serán utilizados enuna forma más eficiente y, si bien esto puedeno ser una economía para la finca, resultará enmejores rendimientos (debatidos más adelan-te) y en menores riesgos de contaminación delas corrientes de agua fuera de la finca.

Cambios en los resultados

Al revisar la investigación llevada a caboen los últimos 30 ó 40 años sobre la compac-tación del suelo en 17 cultivos diferentes seencontró que los rendimientos en el sistemade tráfico controlado, tanto en suelos labra-dos como en labranza cero, se habían incre-mentado entre un 9 y un 16 por ciento, com-parados con el tráfico sin controlar. Los datosmás conservadores sobre sistemas de labranza

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307La agricultura con tráfico controlado – una práctica complementaria para la labranza cero

cero sugieren un nivel más modesto de mejo-ramiento, de alrededor del 10 por ciento. Eltipo de suelo, las prácticas culturales, las ro-taciones de cultivos y el porcentaje del áreaconsiderada bajo huellas permanentes obvia-mente moderan esos porcentajes sobre loscuales tiene influencia el espaciamiento de lossurcos del cultivo. Para determinar en la prác-tica qué es lo que realmente sucede, cada casodebe ser considerado en forma individual; ladescripción que se hace a continuación po-dría ser un enfoque a ser adoptado.

Si tomamos los 8 m del sistema considera-do anteriormente y consideramos una hilerade cultivo sembrado en surcos estrechos, comoel trigo (250 mm en este caso), podemos su-poner que se aplica lo siguiente:

ancho del implemento primario = 8 mancho de la trocha primaria = 3 mpesticidas aplicados con asperjador

de 24 m de anchose siembran dos de cada tres trochas

primarias

Asumiendo que el rendimiento del cultivomejora solamente en un 10 por ciento en elárea sin tráfico y que la cosechadora tieneruedas de cerca de 750 mm de ancho, el nú-mero de surcos afectados por las ruedas seráde 3 × 2 × 4 = 24 surcos de un total de 96. Enesos surcos no habrá mejoramiento de los ren-dimientos y, por lo tanto, el mejoramiento netoserá del 7,5 por ciento. Esta es realmente unaestimación conservadora porque los sistemasconvencionales por lo general tienen líneas deguía donde faltan por lo menos dos surcos cada24 m de ancho.

Costos del manejo en el campo

Es probable que los principales costos demanejo de las operaciones en el campo esténasociados con las huellas permanentes. Comose indicó anteriormente un pequeño equipo

puede ser suficiente para esta tarea (Lámina119), pero dentro de un régimen de labranzacero esto representa un paso adicional hecho,por lo general, después de la cosecha. La ex-periencia sugiere que esto puede ser necesa-rio en los primeros años de la conversión ycuando la operación se debe hacer en condi-ciones húmedas. En algunos casos, esto pue-de ser necesario solamente en las huellas delos equipos de aplicación de pesticidas.

Resumen de los costos y ganancias

El Cuadro 32 proporciona una revisión ge-neral de los aspectos considerados en el textoanterior e intenta cuantificar un cierto núme-ro de variables. Como se señaló anteriormen-te, y ha sido confirmado por Uri (2000), lasvariables son tan numerosas que cualquierejemplo calculado sobre los sistemas de con-servación o de labranza cero proporcionarásolamente una solución específica única en unasituación particular. Es preferible, por lo tan-to, contar con las herramientas y los procedi-mientos para calcular en lugar de dar una res-puesta única.

La magnitud de esos costos puede ser ana-lizada al examinar algunos de los beneficios.Un precio internacional del trigo de $EE UU100 y un rendimiento promedio de 4/ha in-crementados en un 7,5 por ciento en 500 hec-táreas producen un ingreso adicional de$EE UU 15 000/año. A los precios del año2001, una reducción del 20 por ciento del ta-maño del tractor de 134 kW daría un ahorrode cerca de $EE UU 17 000. El beneficio netode estos dos elementos en 500 hectáreas seríade $EE UU 32 000 al final del primer año.

Varios autores presentan análisis detalladosen distintas regiones, a los cuales remitimos alos lectores para mayor información. Gaffneyy Wilson (2003) sugieren, por ejemplo, unbeneficio neto de $EE UU 15-25/ha para elcambio al sistema de tráfico controlado den-tro de un régimen de labranza cero en un

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308 Siembra con labranza cero en la agricultura de conservación

vertisol en Queensland, Australia, mientrasMason et al. (1995) para el mismo escenarioen South Burnett, Australia sugieren un mejo-ramiento neto de $EE UU 75/ha.

Resumen de la agriculturacon tráfico controlado comouna práctica complementaria

de la labranza cero

1. La agricultura con tráfico controlado es unsistema de producción de cultivos en el

cual la zona de cultivos y las sendas detráfico están clara y permanentemente se-paradas. En la práctica esto requiere:a. uso de las mismas trochas en todos los

vehículos para todas las operacionesde campo;

b. todas las máquinas deben tener el mis-mo ajuste de ancho de ruedas;

c. todos los implementos tienen una me-dida particular de ancho o múltiplo deesta.

2. El sistema de tráfico controlado confía enlos buenos sistemas de guías para instalar

Cuadro 32 Factores y variables con impacto en la economía del cambio de un tráfico sin ordenara un tráfico controlado en un sistema de labranza cero, su magnitud probable y el nivel después dela transición.

Factor/variable Costo $EE UU Ahorros/beneficios (%)

Consultoría diseño del campo para tráfico controlado 75/hPrecio de la sembradora (Uri, 2000) 6 400 11Guía con sistema diferencial de posición global 2 400a

con ± 25 cm precisión de paso a pasoc

Mejoramiento de la guía del sistema diferencial 15 400b

de posición global de ± 25 cm a ± 3 cm precisiónc

Guía con sistema diferencial de posición global 5 400-10 200± 3 cm precisión con conducción automática

Conversiones de los ejes a 3 m:Tractores – por cada tractor con garantía total 750-4 000Sembradoras, remolques, por unidad 5 000-7 000Asperjadores autopropulsados con garantía total 17-25(Innecesarios si están montados en el tractor. Además, 5d

muchos vehículos norteamericanos de múltiplepropósito tienen actualmente ejes de 3 m)

Tractor de baja potencia para arrastrar sembradora 20Mano de obra 15

20Costos variables: 10

SemillasCombustibles 3/ha 7,5Repuestos, elementos que trabajan en contacto

con el sueloAgroquímicosMantenimiento de las sendas

Rendimiento de los cultivos

Notas: a Costo adicional al sistema de ± 25 cm, por ej., costo total sería 6 400 + 2 400 = $EE UU 8 800b Costo adicional al sistema de ± 3 cm, por ej., costo total sería 8 800 + 15 400 = $EE UU 24 200c Esta opción tiene una tasa anual de corrección de la señal de $EE UU 1 330d Potencia del tractor o reducción de mano de obra, no ambos. Ver «Costos fijos y variables» en el texto.

Page 86: 26871 Siembra Labranza FAO de precisión en un suelo labrado pue-de ser muy rápida cuando la misma sembra-dora opera en un suelo sin labrar. Este es un factor negativo de la labranza

309La agricultura con tráfico controlado – una práctica complementaria para la labranza cero

y mantener las huellas permanentes de lasruedas en el mismo lugar y de año en año.Los principales sistemas para lograr estoson:a. marcadores físicos que proporcionan un

medio para posicionar el pase siguienteel cual, si está integrado con la siem-bra, puede ser usado para introducirsurcos guía para un uso posterior;

b. video cámaras de televisión de circui-to cerrado con una pantalla en la cabi-na del operador;

c. sistema diferencial global de posiciónusando satélites (SDGP);

d. conducción automática controlada porel sistema de guía.

3. El sistema de tráfico controlado deberíaliberar todo el potencial de la siembra enlabranza cero al evitar el daño de la com-pactación del suelo en la zona del cultivo.Es probable que esto de como resultado:a. mejores rendimientos de los cultivos

desde el inicio;b. mejor eficiencia en el uso de los nu-

trientes obtenida gracias a una mayorproliferación de las raíces;

c. mejor porosidad del suelo que propor-ciona mejor infiltración del agua, dre-naje e intercambio gaseoso;

d. menor peligro de denitrificación, es-pecialmente en la presencia de residuosorgánicos;

e. menor fuerza de arrastre y menor des-gaste de los abresurcos;

f. menos mano de obra y menos consu-mo de combustible en las operacionesde siembra;

g. menor demanda de potencia para lasiembra, lo que permite el uso de untractor más pequeño para obtener elmismo resultado;

h. abresurcos más confiables y precisosen una mayor gama de condiciones desuelos;

i. potencial de un mayor rango de culti-vos a ser sembrados bajo labranza cero.

4. En otras situaciones muchas de las venta-jas provendrán del cambio a labranza ceroel cual reduce pero raramente elimina lasganancias adicionales a ser obtenidas conel sistema de tráfico controlado. En la ma-yoría de los casos la combinación del trá-fico controlado con la labranza cero llegaa un mayor potencial que la labranza cero.

5. El sistema de tráfico controlado permiteque los agricultores anticipen mayores ni-veles de precisión en todas las operacio-nes para poder:a. aumentar la flexibilidad y la eficiencia

del control de malezas;b. asperjar el surco del cultivo y los en-

tresurcos en forma independiente;c. usar pesticidas no selectivos en los

entresurcos;d. tal vez colocar y manejar los residuos

para permitir su manipulación conmejores resultados.

6. El costo de convertir al sistema de tráficocontrolado no debe ser grande siempre quesea cuidadosamente diseñado y parte delproceso de planificación para el futuro. Sies planificado correctamente, es probableque los beneficios superen en mucho loscostos.

7. Hay numerosas formas de llegar al siste-ma de tráfico controlado que varían en sucosto. El diseño del campo es un aspectoparticularmente importante porque es ne-cesario considerar el drenaje del campo,la pendiente, la eficiencia de la operacióny los obstáculos permanentes.

8. Las huellas permanentes de las ruedas enun sistema de tráfico controlado deben sermanejadas para asegurar un comporta-miento óptimo. Es probable que el mane-jo incluya:a. rellenos regulares, preferiblemente

como parte de las operaciones norma-les de campo;

b. formación del drenaje de las huellas ha-cia las pendientes en las áreas bajas;

c. siembra de los cultivos en circunstan-cias particulares y en forma especial.

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310 Siembra con labranza cero en la agricultura de conservación

9. Otros beneficios ambientales adicionalespueden ser obtenidos por medio de la la-

branza cero en combinación con el siste-ma de tráfico controlado.