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Las anorexias actualesMariana Li Fraini1- La posicin anorxica: del comer nada al apetito de muerte

La anorexia, junto con otros fenmenos sintomticos, es considerada uno de los modos actuales del padecimiento subjetivo. Formas del malestar que hay que situar en relacin a la poca actual, caracterizada por la alianza entre ciencia, tcnica y mercado reinado del discurso capitalista que no deja de producir efectos en el sujeto.

La psiquiatra actual la considera junto a la bulimia como un trastorno de la alimentacin, es decir, como un trastorno de la funcin. Lo que supone como contracara la posibilidad de su normalidad, la cual se aspira restablecer. Sin embargo, la distincin que Lacan ha hecho siguiendo a Freud, entre necesidad, demanda y deseo nos ensea que la funcin, lejos de poder ser normal no puede estar sino trastornada, trastocada por el lenguaje. Inscribiendo a lo que se da en llamar la alimentacin en los carriles de la dialctica entre el sujeto y el Otro, estando en juego all lo que se estructura en torno a la demanda, el deseo y el goce. Solo bajo esas coordenadas podremos pensar algunas particularidades en torno al fenmeno anorxico.

Desde el psicoanlisis no haremos del fenmeno un trastorno ni una entidad clnica en s misma, sino que lo tomaremos como una respuesta sintomtica del sujeto considerando al sntoma en un sentido amplio que puede presentarse en cualquier estructura clnica, considerando el rechazo a comer, en el caso de la neurosis, fundamentalmente como una posicin en relacin al deseo del Otro cuando ste se encuentra eclipsado por la demanda.

Es as como la anorexia hace causa de la renuncia, del rechazo al alimento, como respuesta a la demanda asfixiante del Otro , interponiendo la nada espacio del deseo puro en un movimiento que apunta a preservar un campo de deseo en el cual pueda alojarse como sujeto. Respuesta que no deja de ser histrica en tanto se presenta por la va de una afirmacin de la divisin subjetiva. El sujeto, tal como nos dice Lacan, juega con su rechazo como un deseo. Siendo el rechazo una forma fallida del deseo en la medida en que ambos se confunden.Podemos pensar entonces esta posicin subjetiva bajo la estructura del acting out ya que lo que se presenta como rechazo vale como un llamado al Otro en tanto que exigencia de un punto de falta en l. Posicin que hay que distinguir del rechazo radical de otras formas de anorexia donde el sujeto salido de la escena se hace objeto, reducindose a nada, haciendo de su cuerpo una tumba. Identificado a la nada, se consume en la satisfaccin mortfera de la pulsin.

2- Pubertad y sexualidad femenina: el desencadenamiento anorxico.

Sabemos, pues la casustica los lo ensea, que la anorexia se desencadena generalmente como sntoma en la adolescencia, presentndose mayormente en las mujeres. Ambos rasgos del fenmeno nos llevan necesariamente a articular sexualidad femenina y pubertad. Freud considera la pubertad como un momento de metamorfosis para todo sujeto en tanto algo en lo real del cuerpo hace emerger un goce que trastoca e interroga las antiguas identificaciones de la infancia. Segundo tiempo de la sexualidad donde sta se presentifica como sin sentido, como trauma, haciendo agujero en lo real, en la medida en que la posibilidad del encuentro con el Otro sexo pone en juego la ausencia de saber estructural acerca de cmo ser hombre o mujer, de cmo abordar al compaero sexual.

Dicha coyuntura puberal, que implica un reordenamiento tanto del goce como de las identificaciones bajo el Edipo, pone en juego una respuesta desde lo simblico va la funcin paterna. Respuesta fallida en la neurosis, forclusiva en la psicosis.

El sujeto, al finar del camino edpico en sus dos vueltas arribar a una posicin sexuada como resultado de un proceso de identificaciones con un valor de goce para el sujeto. En tanto no hay identidad sexual, el sujeto deber arreglrselas con las identificaciones. Ser all el falo, el significante con el cual ambos sexos contarn para identificarse como hombre o mujer y desde el cual se relacionarn; esas relaciones dir Lacan girarn alrededor de un ser y de un tener. Ser que precisar como un parecer ser, mascarada que caracteriza la feminidad.Podemos decir que mientras que en el varn el falo se localizar como algo htero, exterior al cuerpo, en la mujer recaer en el propio cuerpo, el cual alcanzar entonces el estatuto de falo o fetiche para el deseo de un hombre. Mascarada que enmascara la falta esencial de la mujer que Lacan situ como privacin, es decir, como falta en lo real, agujero de la feminidad en tanto no hay significante que nombre a la mujer.

Si el nombre del padre no puede nombrar lo femenino, innombrable por estructura, lo mal-dice, nombrando a la mujer como castrada y dejndola aunque no toda bajo el ordenamiento flico, el cual le permitir un tratamiento parcial de esa nada, velndola.La confrontacin de la nia con la trasformacin de su cuerpo durante la pubertad hace emerger esa alteridad radical que hace a la feminidad. Si hasta ese momento, tal como Freud seala, no surge una clara diferenciacin sexual y la mujercita es un varoncito, lo real del cuerpo produce una extraeza respecto de la cual la joven responder con el velo de la mascarada flica que en tanto semblante permite un tratamiento simblico imaginario frente a lo real del vaco esencial de la mujer.Se puede decir que en las anorexias en especial en las ms graves, aquellas situadas en la segunda vertiente sealada anteriormente nos encontramos ante el fracaso de dicho velo, aflorando en su lugar la negatividad del deseo. Deseo puro, deseo de nada, deseo de muerte.Estando suspendida la relacin al falo simblico, la anorexia se presentara como una suplencia fallida de lo que el significante flico posibilita nombrar en cuanto a la sexuacin. Fallida en tanto elude la dimensin del semblante erigiendo en el lugar del velo flico otro distinto que toma la forma del horror. Es as que la nada de cuerpo que muestra la anorxica ya es un velo de la nada de la feminidad, un tratamiento fallido de dicho vaco. Nada de cuerpo que por otra parte nos recuerda la diosa virgen Athenea que, portando en sus vestiduras la cabeza de Medusa, smbolo del horror, se convierte as en la mujer inabordable que repele todo deseo sexual. Al igual que la histeria clsica, la mujer anorxica rechaza la sexualidad. Pero si en ambas posiciones se trata de un rechazo de la sexualidad, ste produce en la histeria un retorno metafrico. All donde el cuerpo histrico, recortado por las marcas significantes guarda un mensaje a descifrar, el cuerpo de la anorxica muestra la mudez de la pulsin junto a una pregnancia de la imagen corporal.3- Anorexia, capitalismo y psicoanlisis

Muchos ya han sealado que la subjetividad de la poca puede caracterizarse por el avance de la ciencia y la tcnica articuladas, ambas, al discurso capitalista. Producida la cada del Otro como referencia central, se erige en su lugar el mercado. El consumo es aquello que se ofrece, entonces, a la ilusin de encontrar la satisfaccin buscada. La multiplicacin de objetos de consumo, gadgets, bombardean con una oferta saturada de bienes que apuntan a obturar la falta en ser, el deseo. En la poca en que el Otro no existe tal como la ha denominado J-. A. Miller los ideales que han sido tragados por el plus de gozar, ya no organizan la vida del sujeto, dejndolo sumido en la desorientacin y la angustia.

Ser pues bajo estas coordenadas, las del discurso capitalista y sus efectos, que podremos pensar la proliferacin del fenmeno sintomtico de la anorexia. Discurso que, al modo de la madre de la anorxica descripta por Lacan, ofrece, bajo el imperativo de consumo, la papilla asfixiante que el sujeto insiste en rechazar para afirmar su divisin subjetiva. En 1972 Lacan deca que lo que distingue al discurso del capitalismo es esto: la Verwerfung, el rechazo fuera de todos los campos de lo simblico de la castracin. Todo orden que se emparente con el capitalismo deja de lado lo que llamamos simplemente las cosas del amor. Discurso que al rechazar el amor y la castracin se puede equiparar nuevamente con el Otro de la anorexia, aquel que confunde con sus cuidados con el don de su amor, en tanto amar es dar lo que no se tiene, es decir, la falta. Esto nos lleva, por otra parte, a pensar en los efectos de dicha verwerfung en la relacin del sujeto femenino en el cual la dimensin del amor cumple un papel central en tanto es aquello exigido para que el goce condescienda al deseo.

Es el rechazo de la castracin mencionado por Lacan, aquel que trae aparejada la prdida de consistencia del falo en tanto que simblico, degradndose a su estatuto imaginario. Fenmeno que podemos encontrar en la pregnancia de la imagen flica en la anorexia. Dicha degradacin es correlativa a la decadencia de la funcin paterna. As como la histeria cuenta con el padre y por ende con el falo para mal decir lo femenino, nos podemos preguntar si esto ocurre en la anorexia, en la poca en que el padre ha decado en su funcin, all donde la imagen del cuerpo parece ser la va por la cual lo femenino es tratado.

Si las transformaciones producidas en el lugar del amo inciden en el sntoma, haciendo prevalecer su dimensin autista, su cara de satisfaccin, el psicoanlisis en tanto sostiene que no hay forma de abordar lo real que no sea por medio de lo simblico ofertar un tratamiento de ese goce por la palabra. En la poca de la increencia, en la poca de los no incautos, la responsabilidad del analista ser la de abrir el campo del inconsciente, hacerlo existir, reintroduciendo la necesidad de la produccin de sentido, acallado por la ciencia, para que el sujeto encuentre las determinaciones simblicas de su sufrimiento, en una orientacin por lo real. Ser entonces en la transferencia donde aquello forcluido por la poca, el amor, podr encontrar un lugar. Un nuevo amor, articulado al saber, que permita la apertura del inconsciente. Lejos de reforzar la identidad que el nombre de goce brinda al sujeto, el analista ofrecer un lugar a quien est dispuesto a adentrarse en la bsqueda de la causa de su padecimiento. Oferta que se sostiene en una tica que, comprometiendo a la causa inconsciente apunta, desde all a abordar lo ms singular de cada sujeto. Lacan, Jacques: La direccin de la cura y los principios de su poder. Escritos 2. Ed. Siglo Veintiuno

Ibid, pag. 608

Lacan, Jacques: El despertar de la primavera. Intervenciones y textos 2. Ed. Manantial. Pag. 110

Lacan, Jacques: La significacin del falo. Escritos 2. Ed. Siglo Veintiuno, pag. 673

Freud, Sigmund: La cabeza de Medusa. Obras completas. Ed. Amorrortu

Miller, Jacques Alain: El Otro que no existe y sus comits de tica. Ed. Paids

Lacan, Jacques: El saber del psicoanalista. Seminario indito, clase del 6/1/72

Lacan, Jacques: La direccin de la cura Escritos 2. Ed. Siglo Veintiuno, pag. 608.