2.evolucion de enfermeria
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Evolución de la enfermería
Bibliografía:
Copiado para fines educativos Morán, A. V & Mendoza, R. A., Proceso de Enfermería,
Modelo sobre interacción terapéutica y uso de los lenguajes NANDA, CIE y CRE, Ed. Trillas, 2006, México
FACULTAD DE ENFERMERÍA Y NUTRIOLOGÍA
MÓDULO XIV
PROCESO DE ENFERMERÍA
Objeto de Estudio Nº 1
Evolución e impacto de las teorías en el proceso de
enfermería
Lectura Nº 2
DECAD
Departamento de Educación Abierta
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Evolución de la Enfermería
La enfermería ha pasado por diferentes periodos históricos que han ocurrido
en forma paralela a los movimientos sociales, políticos o religiosos. La
recuperación del pasado de la disciplina, tiene como fin una identidad, cohesión,
sentido colectivo y fortalecer los valores sociales compartidos entre los y las
enfermeras, para enfrentar las dificultades del presente y tener confianza para
asumir los retos del porvenir. El relato histórico establece una relación de
parentesco con los antepasados tanto próximos como lejanos, y un sentimiento
de continuidad en el interior de los miembros del grupo, el espacio habitado y el
proyecto de continuar la construcción del desarrollo e la profesión. Para tratar de
tender ese puente entre el pasado distante y el presente, se utilizan como
elementos de análisis el espontaneísmo, el altruismo, la filosofía y la ciencia, que
permiten sistematizar los hechos históricos y comprender el presente de la
enfermería con sentido crítico y comprensivo.
Espontaneísmo
El espontaneísmo se define, según la enciclopedia Espasa-Calpe, como el
“entusiasmo del momento o expresión natural y fácil de pensamiento sin línea
teórica”. Dentro de este concepto se ubica la sabiduría tribal que incluía los
rituales de tratamiento, conjuros, encantamientos o magia. Con el tiempo, desde
la prehistoria hasta nuestros días, ciertos tipos de síntomas se atribuyeron a la
influencia de espíritus concretos y se idearon formas para expulsarlos. Los
chamanes o brujos buenos tenían como meta la conservación de la vida. Las
acciones de cuidar se hacían en forma espontánea o por intuición.
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Con base documental, la enfermería tiene sus inicios desde los tiempos más
remotos, en los cuidados maternos a niños indefensos, y en la idea que
prevalecía de que la mujer, a través de su instinto maternal, tenía la motivación
para cuidar a aquellos que sufrían o estaban desamparados. Ahora sabemos que
la sensibilidad para cuidar está presente tanto en el hombre como en la mujer en
todas las culturas. Desde los orígenes de la civilización, existen pruebas que
apoyan la premisa de que la crianza ha sido un elemento esencial para la
preservación de la vida. Por tanto, la supervivencia de la raza humana está
intrínsecamente ligada al desarrollo de la enfermería.
Aunque la enfermería nació como profesión con Florence Nightingale, en
realidad es tan antigua como la medicina. La independencia entre ambas se ha
manifestado a lo largo de la historia, y ha producido una interrelación única y
singular. En ciertas épocas, como en la era hipocrática, la medicina se ejerció sin
la presencia de la enfermera, mientras que en la Edad Media, la enfermería se
practicó sin el concurso del médico. Según Davison (1943), la enfermería merece
ser reconocida como "la piedra angular de la medicina"; sin duda, la madre-
enfermera precedió al mago-sacerdote o al curandero. Incluso es posible que
estos dos tipos de servicios estuvieran unidos inicialmente, pero que con el
tiempo se dividieran para dar lugar a dos tipos de practicantes del arte de la
curación. Durante los periodos en que la mujer estuvo rigurosamente confinada al
hogar por imposiciones sociales, sus energías se dirigieron exclusivamente a la
vida familiar, y la enfermería debió adoptar un carácter de arte doméstico. Los
deberes de la mujer, su grado de independencia económica, su libertad fuera de
la familia y otros factores, han tenido una influencia capital en el progreso de la
enfermería Su pleno desarrollo no habría sido posible sin la emancipación de las
condiciones de sometimiento sufridas por las mujeres.
En la obra México prehispánico (1521), se reconoce ampliamente la labor
de las mujeres que prodigan cuidado a otras; ya cuidaban la higiene en
instrumentos, utensilios y ropa de los enfermos y de los recién nacidos. Se sabe
que llamaban Tícitl a la mujer que cuidaba de los enfermos y Tlamat-quitícitl a la
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partera. Fray Bernardino de Sahagún en su obra La Historia General de las Cosas
de la Nueva España,2 relata las habilidades que tenían las parteras para hacer
versiones en casos de mala posición del feto, practicaban la embriotomía,
explicaban la prevención de las malformaciones del feto, proporcionaban cuidados
y consejos a las embarazadas, daban cuidados al recién nacido, promovían la
lactancia materna, brindaban cuidados durante el puerperio en el hogar,
recomendaban el reposo posparto, fajaban el vientre de la parturienta, cortaban
el cordón umbilical con una piedra de pedernal y eran excelentes consejeras en
las relaciones de las parejas.
Los conocimientos que adquiría la Tlamatquitícitl eran enseñados de madres
a hijas, e incluían el manejo preciso de las hierbas medicinales que daban de
beber a la embarazada después del parto. Es importante destacar el asombro que
le causó a Hernán Cortés a su llegada a Tenochtitlan, conocer la gran variedad de
raíces y hierbas medicinales que usaban los aztecas, y así lo describe a los Reyes
Católicos en sus Cartas de Relación: "Cuentan con un arsenal numerosísimo de
elementos para materia médica hay ungüentos y emplastes, en fin calles llenas
de herbolaria.
ALTRUISMO
La Enciclopedia Universal Ilustrada4 define como altruismo "el esmero y la
complacencia en el bien ajeno a costa del propio y por motivos puramente
humanos", que al igual que el espontaneísmo no tiene línea teórica.
Cristo le incorpora un nuevo espíritu al cuidado de los enfermos. A partir de
Él, las religiosas y los religiosos de las principales órdenes monásticas, se
encargan de dar cuidados al enfermo en los hospitales y en el hogar como parte
de sus actividades normales. San Vicente de Paúl inició las visitas domiciliarias,
San Juan de Dios es el patrono de los y las enfermeras, y San Camilo de Lelis
fundó una congregación dedicada exclusivamente al cuidado de los enfermos.
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Durante periodos concretos el sentido de comunidad se ha visto influido por
concienciación religiosa, ideales, patriotismo y democracia, esfuerzos sociales y
humanitarios. En tales circunstancias la enfermería se ha combinado con otras
formas de ayuda caritativa y humanitaria. La influencia religiosa ha sido la más
poderosa. En el transcurrir del tiempo, el papel de la enfermera se fue ampliando
paulatinamente: cuidar a los recién nacidos, criar a los niños pequeños, cuidar a
los enfermos, ancianos, personas desvalidas o débiles y minusválidos, hasta la
promoción de la salud, que hizo patente la necesidad de introducir las formas
más nobles de amor y bondad.
Antes de la Reforma protestante, los hospitales se organizaban bajo la
dirección de la Iglesia Católica, y después de la Reforma, el interés por la Iglesia
y la religión disminuyó en gran medida al grado de provocar crisis manifiesta en
el periodo oscuro de la enfermería. De este periodo hay escasos escritos sobre la
materia; lo que predomina es la existencia de manuales de procedimientos, tales
como tendido de camas, cuidado de las puérperas y de los niños. La práctica se
realizaba por prueba y error. Según Colliére (1993),5 los cuidados que otorgan las
mujeres y hombres consagrados desde la Edad Media hasta mediados del siglo
XIX, se denominan cuidados irremplazables.
Durante la época colonial, Fray Pedro de Gante, el primer educador de
América, funda la Escuela de San Francisco en 1523, donde enseña a leer y
escribir el castellano, oficios de herrería, carpintería, albañilería, bordados,
zapatería, pintura, escultura y una materia de enfermería. En 1524, Hernán
Cortés funda el Hospital de la Inmaculada Concepción, hoy Hospital de Jesús. En
1530 se crea el Hospital Real de los Naturales, llamado también Hospital Real de
San José de los Naturales. En 1576 azotó a la población una terrible peste y ante
esta situación, por orden del arzobispo, los religiosos y religiosas de todas las
denominaciones: franciscanos, dominicos, agustinos, hermanos hospitalarios de
San Juan de Dios y hermanos hospitalarios betle-mitas, se dedican al cuidado de
los enfermos. La ayuda que brindaron los hombres y las mujeres en esta ocasión
fue invaluable.
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El 30 de noviembre de 1803, Isabel Cendala y Gómez, rectora de la Casa
Expósitos (hospicio) salió del puerto de La Coruña, España, con 22 niños que
portaron la vacuna antivariolosa en los brazos, para detener la peste que
mermaba la población infantil en la Nueva España. Por su contribución a la salud,
el premio nacional de enfermería lleva su nombre.
De 1810 a 1910, durante la época independiente, suceden en el país
grandes acontecimientos que habrían de repercutir y cambiar la práctica de la
enfermería. Primero la guerra por la Independencia de México, luego la invasión
de Estados Unidos (1847); en este periodo, en el edificio del Colegio de San
Pedro y San Pablo, se funda el Hospital de San Pablo que posteriormente sería el
Hospital Juárez.
Las Hermanas de la Caridad llegan a México en 1844 e inician su actividad
en el Hospital de San Pablo. En este periodo merece mención especial la
intervención de Sor Micaela Ayans, religiosa de las Hermanas de la Caridad, a
quien se le calificó como "la enfermera más notable de México". Inició su labor
durante la guerra contra las tropas estadounidenses, ayudada por 20 hermanas
enfermeras, que atendían dos salas de hombres y una de mujeres, cuidaban a los
heridos, convertían claustros en salas para enfermos, improvisaban camas,
conseguían medicinas, y lograron hacer del Hospital de San Pablo un centro
donde las Hermanas de la Caridad prodigaban cuidados de enfermería con
esmero.6 Sor Micaela Ayans dirigió el Hospital Juárez hasta 1876, porque el
desorden y la incongruencia política de esa época, hacen que en ese mismo año
se le ordene salir del país por causa de las Leyes de Reforma.
Los hospitales se quedaron sin las únicas personas que tenían cono-
cimientos sobre el manejo y cuidado que requieren los enfermos, y éstos quedan
a merced de una servidumbre ignorante, sin la vocación que movía a las
religiosas. Posteriormente, durante la invasión francesa (1864), la situación de la
enfermería continúa sin ningún desarrollo. Finalmente, en 1910, inicia la
Revolución Mexicana, durante la cual destaca Refugio Estevez Reyes, enfermera
militar que se dedico al cuidado de los heridos.
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Se tienen antecedentes de que en 1883 se crea la Escuela de Obstetricia en
la ciudad de Guanajuato. Posteriormente, en 1902, se obtiene la autorización del
Presidente de la República para traer nuevamente religiosas a México con el
propósito de dirigir las escuelas de enfermería; entre ellas, en 1930 regresan las
Hermanas de la Caridad y, en 1931, las religiosas del Verbo Encarnado. Las
primeras fundan el Instituto de Marillac y las segundas crean la Escuela de
Cardiología en la Ciudad de México.
En 1905, el doctor Eduardo Liceaga prepara a un grupo de enfermeras para
trabajar en el Hospital General de la Secretaría de Salubridad y Asistencia (SSA).
Para reforzar su enseñanza, trae enfermeras alemanas. En 1907, con las
enfermeras en formación, se funda la Escuela de Enfermería del Hospital General,
y en 1911 pasa a depender de la Escuela de Medicina de la Universidad Nacional
Autónoma de México. En 1909 se organizan la Cruz Roja mexicana y la Cruz
Blanca, en 1926 se establece la Cruz Verde y en 1938 se crea la Escuela de
Enfermería y Obstetricia del Instituto Politécnico Nacional.
En el México posrevolucionario se da auge a la construcción de hospitales,
así como a la creación de escuelas de enfermería, todas organizadas y dirigidas
por personal médico. La Secretaría de Salud construye el Hospital General, el
Hospital de Tuberculosis de Huipulco, el Instituto Nacional de Cardiología y el
Instituto Nacional de la Nutrición, entre otros.
Por su parte, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), inicia la cons-
trucción de su red de hospitales en el Distrito Federal e interior del país, poste-
riormente el Instituto de Seguridad Social al Servicio de los Trabajadores del
Estado (ISSSTE), la Defensa Nacional y Petróleos Mexicanos hacen lo mismo. Por
las características del ejercicio médico, la práctica de la enfermería se insti-
tucionaliza y es diseñada para que la enfermera cumpla con las indicaciones
médicas en el diagnóstico, tratamiento y administración de fármacos, pero sin
ningún apoyo socioemocional al paciente. Cuando los médicos hacen modifica-
ciones en los programas educativos, también cambian el currículo de la carrera
de enfermería, adecuándola a sus intereses, al grado que la Secretaría de Salu-
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bridad y Asistencia modifica el turno de trabajo de las parteras de día a la noche,
para que los estudiantes de medicina atiendan los partos durante el día.
La maternidad del Hospital Maximino Ávila Camacho prohibe atender los
partos a las parteras y el IMSS las suprime de los tabuladores, por lo que
desaparece la carrera de obstetricia en el país. Los distintos cursos postécnicos
que ofrecen las escuelas de enfermería en México, responden al aseguramiento
del éxito del tratamiento médico. Así, durante un siglo, las enfermeras mexicanas
sólo ganan destrezas y eliminan el desafío intelectual de atender, además, la
verdadera naturaleza de su profesión.
En esta etapa destaca Lucrecia Lara Maldonado, quien ejerció en el Hospital
Civil de la Ciudad de México; integró, adiestró y supervisó al personal de
enfermería que combatió la epidemia de poliomielitis en 1948. Fue la primera
enfermera que reclutó y adiestró a grupos de parteras empíricas en los ejidos, y
elaboró el Manual para adiestramiento para parteras empiricas, que aún sigue
vigente en la Secretaría de Salud. Al crearse en 1954 la Dirección de Enfermería y
Trabajo Social en la SSA, como organismo rector para la práctica de la
enfermería, fue nombrada jefa del Departamento de Enfermería a nivel nacional.
Durante su gestión se establecieron las bases para la organización de los
servicios de enfermería en los centros de salud del país. En 1958 fue nombrada
jefa de la Sección de Enfermería de la Dirección General de Bienestar Social
Rural, y de 1964 a 1970 fue Directora General de Enfermería de la SSA.7
En el México moderno (1945), la Escuela de Enfermería de la Universidad
Nacional Autónoma de México (UNAM), se separa de la de Medicina y toma el
nombre de Escuela de Enfermería y Obstetricia. En 1948 se crea la Dirección
General de Profesiones, y en este mismo año se registra con el número 1
Guadalupe Vértiz, enfermera militar. Se establece la Licenciatura de Enfermería
en 1967, y la Escuela Nacional de Enfermería y Obstetricia (ÉNEO), es dirigida
por la enfermera Marina Guzmán Vanmeeter hasta 1974.
En este periodo destaca la figura de la enfermera María Elena Maza Brito,
quien inicia su ejercicio profesional en la Ciudad de México y posteriormente en el
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St. Benedict's Hospital de San Antonio, Texas. Fundó y dirigió hasta 1970 la
Escuela de Enfermería del Instituto Nacional de la Nutrición. Contribuyó en la
planificación y organización de las escuelas de enfermería del Hospital de Jesús,
del ISSSTE, de la SSA y de Tabasco. Es coautora de Historia de la Enfermería,
con Jamieson, Sewual y Suhriey y traductora de diversos artículos en español,
inglés y francés. Presidió la Asociación Mexicana de Enfermeras de 1958 a 1960,
y durante su gestión inició el proyecto para que las enfermeras de México fueran
miembros del Consejo Internacional de Enfermería. En 1961, México es admitido
como país miembro del Consejo Internacional de Enfermería (CIÉ). La enfermería
mexicana reconoció sus méritos profesionales distinguiéndola con la medalla
"Micaela Ayans". Por lo anterior, la Escuela de Enfermería del Instituto Nacional
de la Nutrición y el Colegio de Enfermeras de Chihuahua llevan su nombre.
En diciembre de 1967 se crea la Asociación Nacional de Escuelas de
Enfermería, A. C. (ANEE), siendo la primera presidenta María Hortensia Anguiano
Hernández, de la Facultad de Enfermería de la Universidad Autónoma de San Luis
Potosí, y la secretaria, María de la Luz Hernández Zúñiga, de la Universidad
Juárez del estado de Durango; durante este periodo se protocolizó el organismo.
De diciembre de 1969 a junio de 1972, Amada Hernández Chávez, de la
Escuela de Enfermería de Yucatán, fungió como presidenta, y como secretarias
Ligia Ortiz Novelo y Victoria Moran Aguilar, de las escuelas de Yucatán y de León,
respectivamente. Con su liderazgo se planificó y realizó, se presentaron y
difundieron los resultados del Estudio de la Situación de la Educación de
Enfermería en 80 Escuelas de la República Mexicana.
Con base en los hallazgos de la situación de la educación de enfermería en
México, durante la gestión de Victoria Moran Aguilar, como presidenta de la
Asociación Nacional de Escuelas de Enfermería y directora de la Escuela de
Enfermería y Obstetricia de León, se diseñó un plan con los propósitos siguientes:
1. Promover la superación de la educación en enfermería en la República
Mexicana.
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2. Incrementar en número y calidad la preparación de las profesoras de
enfermería, por medio de programas de actualización, educación continua y
programas formales.
3. Participar en la planificación de la educación de enfermería a nivel
nacional, con base en la investigación de las funciones que realiza el personal de
enfermería en la República Mexicana.
4. Agrupar a las escuelas de enfermería por regiones, con el fin de facilitar
los procesos de actualización del personal docente.
5. Promover la normalización para la creación, organización y funcio-
namiento de las escuelas de enfermería.
6. Fomentar el intercambio de experiencias en materia de educación en
enfermería con instituciones nacionales e internacionales.
Del 19 de febrero al 31 de marzo de 1973 se realizó un curso-taller de 270
horas a manera de introducción, para motivar a la mesa directiva y a los
dirigentes de la educación en enfermería en el país, de tal manera que pudieran
participar como agentes de cambio en sus centros de trabajo. Asistieron 34
enfermeras-profesoras de 27 escuelas de enfermería y de 14 universidades e
institutos de enseñanza superior.
En el mismo año (1973) se atendieron a 480 profesores de 55 escuelas de
enfermería del país, con los siguientes cursos de actualización: dinámica de
grupos, programación por objetivos, evaluación, plan de estudios y docencia
clínica.
En 1974 se repiten los mismos cursos y se atiende a 996 profesores en las
escuelas de enfermería de Oaxaca, Durango, Jalapa y Veracruz, San Luis Potosí,
Guadalajara, Distrito Federal, Monterrey, Morelia, Hermosillo, Tampico, Culiacán,
Mérida y León. Estos cursos contribuyeron a sensibilizar y flexibilizar la conducta
rígida tradicional del profesor, hacia una actitud más afectiva en la enseñanza y
fueron la base de la educación continuada en cada escuela.
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Del 31 de julio al 2 de agosto de 1974, durante la V Reunión Nacional de
Escuelas de Enfermería, se realiza un taller sobre las implicaciones de la reforma
educativa en enfermería, con asistencia de 133 enfermeras-profesoras de 65
escuelas de enfermería del país. Se acuerda implantar a nivel nacional, la carrera
de enfermería simultánea al bachillerato.
En el mismo año se inician los talleres sobre proceso de enfermería, que en
aquella época era un conocimiento incipiente. Se continuaron en 1975 y 1976. A
esa fecha se habían realizado 18 talleres en el país. Como resultado de estos
esfuerzos se integró un grupo de trabajo en el centro regional de Oaxaca para
compilar el documento sobre el tema. En el informe final, con el liderazgo de
Victoria Moran, trabajaron María Teresa Sánchez Calderón, Rafaela Hernández
Chávez, Lily Hernández Cano y Eugenia Ramírez, de la Escuela de Enfermería y
Obstetricia de Oaxaca; Práxedes Flores Flores y Genoveva Ramírez, de la Escuela
de Enfermería del Instituto Politécnico Nacional; Eugenia Ramírez López, de la
Escuela de Enfermería de la Universidad Juárez de Durango; Ana María Padilla
Aguirre y Patricia Catalina Martínez, de las Escuelas de Enfermería en Celaya y
León de la Universidad de Guanajuato, y Carol B. de Collado, de la Organización
Panamericana de la Salud -organismo de la Organización Mundial de la Salud-
(PS/OMS).
Durante las evaluaciones de los cursos-taller, los participantes expresaron
la urgencia de complementar la educación universitaria de las enfermeras en
programas formales debidamente planificados. Así surgió el "Proyecto para
investigar la factibilidad de diferenciar entre las funciones de enfermería, los
niveles intermedio y profesional, y experimentar modelos de preparación de
personal", gestionado por la mesa directiva de la Asociación Nacional de Escuelas
de Enfermería y apoyado por los rectores de las Universidades Juárez del estado
de Durango, Autónoma de San Luis Potosí, Autónoma Benito Juárez de Oaxaca y
Universidad de Guanajuato, también por la Asociación Nacional de Universidades
e Institutos de Enseñanza Superior (ANUIES), el Consejo Nacional de Ciencia y
Tecnología (CONACYT), la Secretaría de Salubridad y Asistencia (SSA), la
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OPS/OMS y la Fundación W K. Kellogg. Este proyecto comprendió tres actividades
principales en un periodo de tres años.
La segunda actividad del proyecto en mención fue "la investigación de las
actividades que realiza el personal de enfermería en la República Mexicana".8 Se
inició en enero de 1975 con una comisión de seis profesoras de enfermería de
tiempo completo: Rafaela Hernández Chávez, de la Universidad Autónoma Benito
Juárez de Oaxaca; Sofía Villarreal Hernández, de la Universidad Juárez del estado
de Durango; María Elena Gámez Castro, de la Universidad Autónoma de San Luis
Potosí; María Luisa Chávez, de la Universidad Autónoma de Nuevo León; Celia
Quintero Martínez, de la Universidad Autónoma de México y María Eugenia Cruz
Ávalos, de la Universidad de Guanajuato. Este grupo permanente de trabajo fue
comisionado por las propias universidades para que se dedicara a esta actividad
de enero de 1975 a junio de 1976, con la asesoría del Instituto Mexicano de
Estudios Sociales, A. C.
Se consideró que este estudio podría hacerse con uno de dos marcos de
referencia: uno, situando a la enfermería dentro del sistema abierto de la
sociedad, se analizarían los distintos factores que favorecen, determinan y
explican su situación. Y un segundo marco de referencia, en el que se con-
sideraría a la enfermería dentro de las instituciones de salud, restringiendo se el
análisis a su dinámica interna. Se decidió la segunda opción porque el análisis de
las funciones de enfermería, dentro de un sistema abierto, implicaría abordar
fenómenos que por su naturaleza presentan mayor complejidad.
Este equipo de enfermeras-profesoras elaboró el proyecto, realizó la
investigación y presentó el informe final. La muestra estratificada fue selec-
cionada con base en los criterios siguientes: región socioeconómica, dependencia
del establecimiento, tipo y tamaño del establecimiento, niveles de preparación del
personal de enfermería. El personal fue seleccionado por números aleatorios sin
tomar en cuenta turno ni servicio en el que trabaja. Se previo una reserva de
10% sobre la cuota, a fin de cubrir los casos de ausentismo, incapacidades,
vacaciones y posibles rechazos. La muestra fue de 2799 miembros del personal
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de enfermería ubicado en los establecimientos siguientes: Secretaría de Salud,
22.8%; paraestatales, 23%; Instituto Mexicano del Seguro Social, 22.5%;
Instituto de Seguridad Social al Servicio de los Trabajadores del Estado, 15%, e
instituciones particulares, 15.8%.
Para la ubicación de los establecimientos, se consideraron las regiones de
alto nivel de desarrollo socioeconómico en 53.7%; nivel medio de desarrollo,
40% y en el mínimo de desarrollo socioeconómico, 6.3%.
El propósito del estudio fue obtener datos sobre las actividades que realiza
el personal de enfermería en las instituciones sanitario-asistenciales, e identificar
algunos factores relacionados con ellas, a fin de facilitar la información que
pudieran utilizar los organismos y/o autoridades correspondientes, para hacer
una delimitación de funciones y elaborar planes y programas de estudio para
cada nivel de personal.
La tercera actividad del proyecto fue la integración docente-asistencial,
concebida como la incorporación del grupo docente y el grupo estudiantil, como
parte del equipo de enfermería en los establecimientos del Sector Salud. La
participación activa del personal docente y de servicio debería darse en la
planificación, el desarrollo y la evaluación del proceso enseñanza-aprendizaje,
eliminando así el aislamiento de cada uno de los subsistemas de enfermería, y
formando un grupo de trabajo en el que los integrantes compartieran sus
responsabilidades para el logro de objetivos comunes: brindar un cuidado de
enfermería de acuerdo con las necesidades del paciente y libre de riesgos. Para el
logro de este objetivo, cada escuela participante en el proyecto estudiaría la
manera más adecuada, de acuerdo con sus recursos y situaciones particulares. La
Universidad Autónoma de San Luis Potosí inició la actividad en 1975.
En resumen, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología otorgó 47 becas
de 12 meses cada una, para estudiantes de los cursos complementarios de 16
universidades del país, y la Asociación Nacional de Universidades e Institutos de
Enseñanza Superior, 23.
14
La Asociación Nacional de Universidades e Institutos de Enseñanza Su-
perior, apoyó los programas de educación continua en 1973, 1974, 1975 y 1976,
dentro de los que se realizaron 103 actividades de educación continua, con la
participación de 2317 profesores de escuelas de enfermería del país. En 1978 se
establece la licenciatura en enfermería escolarizada en la escuela de León, y el 23
de mayo de 1993 en la Escuela de Enfermería y Obstetricia en Guanajuato.
En julio de 1976 asume la presidencia Esther Nieto García; en 1978 la
ocupa Rosa Belén Torres Rodríguez y, en 1983, Carmela Armas Béjar.
Después de un periodo de receso de 1987 a 1992, María Elena Valdez
Martínez hace resurgir la Asociación Nacional de Escuelas de Enfermería (ANEE),
como Federación Nacional de Facultades y Escuelas de Enfermería (FENAFEE).
Durante este periodo se realiza el Segundo Coloquio Panamericano de
Investigación en Enfermería, con la participación de 23 países de América Latina,
Estados Unidos, Canadá y España, y se impulsa la metodología de análisis
prospectivo mediante talleres en varios estados de la República Mexicana.9
De 1992 a 1998, Leticia Moriel Corral asume la presidencia. Interviene
como representante en las negociaciones del Tratado de Libre Comercio con
Estados Unidos y Canadá, inicia la organización de los Comités Inter-
institucionales para la Evaluación de la Educación Superior (CIEES SALUD), para
evaluar la enfermería en México. En este periodo, los programas de licenciatura
en enfermería en México fueron cambiados de programas prácticos a programas
teórico-prácticos dentro del Programa de Mejoramiento de Profesores, y se inicia-
ron las gestiones para el proceso de acreditación de la educación en enfermería.10
De 1998 a 2001 asume la presidencia de la FENAFEE María Elena Espino
Villafuerte, quien legaliza el primer consejo directivo de la FENAFEE, requisito
solicitado por el Consejo para la Acreditación de la Educación Superior (COPAES),
para otorgar la acreditación a la FENAFEE como organismo acreditador de las
escuelas y facultades de enfermería. Se puso en marcha el programa de calidad
llamado Sistema Nacional de Acreditación de los Programas de Licenciatura en
Enfermería (SNAE). Se acreditaron ocho programas de licenciatura. Con el
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Colegio Nacional de Enfermeras se constituye el Consejo Mexicano para
Acreditación y Certificación en Enfermería (COMACE). En este periodo se impulsa
el desarrollo de talleres sobre currículo y la enseñanza de postgrado.11
En octubre de 2001 había poco más de 200 000 enfermeras registradas en
profesiones, de las cuales 80% eran de nivel técnico, 10% licenciadas en
enfermería y 10% especialistas en salud.
El 1o. de enero de 2005, el Presidente de la República, Vicente Fox
Quesada, desincorpora del catálogo de salarios mínimos generales y profesio-
nales, el nominado con el número 31 correspondiente al enfermero(a) con título,
en virtud de que lesionaba de manera muy importante sus derechos económicos,
jurídicos y sociales, y las legítimas aspiraciones de recibir un trato equitativo al
de todas las profesiones que para su ejercicio profesional requieren de un título y
cédula profesional.12
Se anuncia la recuperación del código salarial de la enfermera obstetra, con
el fin de implementar el modelo de atención de enfermería obstétrica de bajo
riesgo, inicialmente en las unidades de atención médica de la Secretaría de
Salud; esta acción tiene varios propósitos: contribuir a disminuir la tasa de
mortalidad materna y perinatal en el país, reconocer el potencial profesional de
enfermería en la atención de la salud reproductiva en la mujer, y recuperar
espacios profesionales en los que la enfermería había demostrado una gran
competencia. Estas gestiones fueron realizadas por la Comisión Inter-institucional
de Enfermería de la Secretaría de Salud del Gobierno Federal.13
FILOSOFÍA Y CIENCIA
El elemento ciencia se desarrolla gracias a la introducción de los métodos
de razonamiento lógico de inducción, deducción y retroinducción; este último,
acuñado por Pierce en 1878 y retomado en la década de 1950 cuando fue
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utilizado para la formulación de modelos en enfermería, que contemplan como
uno de sus conceptos fundamentales el de persona humana.
El ser humano es la realidad donde se sustentan todas las realidades. De
acuerdo con Luis Rionda,14 según Kant, el ser humano se enfrenta a cuatro
problemas fundamentales:
1 . Epistemológico: ¿qué podemos conocer?
2. Religioso: ¿qué podemos esperar?
3. Ético: ¿qué debemos hacer?
4. El problema antropológico: ¿qué es el hombre?, ¿cuál es la esencia que lo
distingue de todos los seres vivientes?
La cualidad que nos define esencialmente como humanos, desde un punto
de vista zoológico, es el tamaño del cerebro, la capacidad de abstracción, la
posición erecta del cuerpo, la liberación del dedo pulgar, que permitió el progreso
de la persona porque pudo hacer muchas cosas, pero sobre todo el espíritu
diferencia a la persona humana del animal. Lo privativo y esencial del hombre es
el espíritu. El hombre es un ser dotado de voluntad, hay en él un deseo de
realizarse a sí mismo, de llegar a ser más hombre.
Cuando nos referimos a la esencia del hombre, nos adentramos en el ser
humano como ser espiritual, como ente único, singular e irrepetible, y como tal
se distingue de los demás hombres, porque cada uno por encima de ser un algo,
un que, una cosa, es un alguien. Cada persona encarna una determinada
cosmovisión única y singular de ver el mundo. Según José Ortega y Gasset:15
“el hombre no es, sino que se hace, esto significa que el hombre no es
cosa, el hombre es un irse haciendo, según se va viviendo. La vida del hombre
tiene una existencia, cada quien vive su propia existencia, porque el existir no
se da hecho, es decir, el hombre tiene que preocuparse de hacer algo para no
dejar de existir. La vida humana es una realidad menesterosa, porque el ser
humano necesita de mucho para su subsistencia.
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Sólo los seres humanos tienen el privilegio de decidir e inventar aquello
que quieren hacer a futuro. El hombre es, por tanto, un ser libre, una
posibilidad de ser otro del que se era porque va cambiando; el hombre es un
poder ser, el hombre es el único ente libre que puede decidir lo que él quiera
ser. El hombre es un devenir, es desarrollo, es cambio, es una evolución
continua, es movilidad, cambio evolucionado. El hombre tiene una historia”.
Por otra parte, el positivismo, término acuñado por Augusto Comte en el
siglo XIX, quiere ver al hombre libre de valores y dice: "El hombre sólo tiene que
enfrentarse a los hechos y a las leyes que lo rigen. Es decir, la ciencia está libre
de valores y se dedica exclusivamente a descubrir relaciones entre los hechos."
Rene Descartes,16 filósofo francés, descubre que el alma es del ámbito de la
filosofía y también descubre el principio de evidencia racional: un conocimiento
evidente es un criterio seguro de certeza. En esta perspectiva, la racionalidad o
paradigma de la ciencia de la enfermería debe aspirar al conocimiento de lo
particular e individual, al establecimiento de generalizaciones y leyes generales
de los fenómenos de la enfermería, con un marco conceptual, teórico y
metodológico que oriente la educación, la práctica y la investigación.
Para Pascal17 hay dos formas de conocimiento: una es la racional y ma-
temática del mundo, y otra la esencia de Dios y la esencia del hombre; es decir,
la razón tiene un conocimiento y posibilidad de conocer matemáticamente al
mundo, pero los valores se captan con la lógica del corazón. En este sentido
existe una vía de conocimiento no racional que conoce lo que la razón desconoce,
es una vía emocional de conocimiento, la vía de la emoción, el amor, la fe y,
entonces, el espíritu de fineza se capta por la emoción.
Pensamiento Filosófico y Científico en México
En el siglo XVIII se inicia la ilustración mexicana con Francisco Javier
Clavijero, Benito Díaz de Gamarra, José Ignacio Bartolache y José Antonio Álzate,
18
entre otros. Con su aportación hacen la transición del pensamiento entre la
escolástica y la filosofía moderna. Francisco Javier Clavijero se inicia con los
jesuitas y se dedica a la educación de la sociedad criolla, pero Carlos III ve en los
jesuitas un peligro por sus ideas independentistas y los expulsa del país. Por su
parte, Benito Díaz de Gamarra18 con su texto Elementos de filosofía moderna,
diseñado para uso de la juventud estudiosa americana en San Miguel el Grande,
hoy San Miguel Allende, Guanajuato, enseña ciencia y filosofía moderna, basada
en el criterio de evidencia.
José Ignacio Bartolache nació el 30 de mayo de 1739 en la ciudad de
Guanajuato; estudió medicina, filosofía escolástica y filosofía moderna. En 1769
publicó la obra Lecciones matemáticas, un curso introductorio a la metodología de
la ciencia, inspirado en Descartes, con lo cual introdujo el interés por el
pensamiento moderno. Bajo la influencia cartesiana, Bartolache exalta el valor de
las matemáticas y de las reglas metodológicas. Trata de modernizar la medicina
en la Real y Pontificia Universidad de la Ciudad de México.
Para Bartolache y Álzate, la ciencia es un conocimiento cierto y evidente.
Así, el primero se consagra a las ciencias puras: matemáticas, teoría y método de
la ciencia y del conocimiento; José Antonio Álzate, contemporáneo de Bartolache,
se entrega pacientemente a la observación y experimentación de los fenómenos,
y a crear o realizar inventos prácticos y útiles. Ambos le asignan a la ciencia fines
prácticos, en tanto se aplica ésta, en la transformación de los procesos y
actividades productivas y económicas del país. Se puede apreciar que los
objetivos de Bartolache y los de su generación no estaban orientados a la mera
exposición de teorías científicas, sino a suscitar entre los mexicanos el interés por
la aplicación de las ciencias útiles a la situación de México, hecho que, según
ellos, traería consigo prosperidad.19
Se aprecia que Bartolache prefiere a las matemáticas respecto del resto de
las ciencias humanas por su pureza, método y precisión, al mismo tiempo critica
a Aristóteles y el principio de autoridad se desvanece por la filosofía y la ciencia
de Descartes. Dice: "La ciencia es un conocimiento cierto y evidente."20 En este
19
sentido, la definición que esgrime el matemático y médico novohispano coincide
con la del filósofo francés, al decir de este último, que toda ciencia es un
conocimiento cierto y evidente. El paradigma aristotélico o principio de autoridad
es sustituido por el paradigma cartesiano, principio de racionalidad.
Intentamos comprobar que la filosofía antecede a la ciencia, y que cada
revolución científica da lugar al surgimiento de un nuevo paradigma y
derribamiento de otro. Este ha sido el proceso de la ciencia en general y en espe-
cial el de la enfermería. Los cambios de paradigma hacen que los científicos vean
el mundo de investigación que les es propio de manera diferente; al producirse
un cambio de paradigma, el mundo no cambia, lo que se modifica es el concepto
que del mundo tenía el científico, es decir, cambia el observador más no el
fenómeno. Por otra parte, Kuhn21 destaca la naturaleza revolucionaria que ciertos
cambios conceptuales han tenido en el proceso histórico del pensamiento
científico, cuando se elimina un paradigma con la deliberada determinación de
acogerse a otro o cuando se sustituye una matriz disciplinal. Según Lakatos,22
entonces se produce una revolución científica.
Al sobrevenir una crisis es inevitable derribar un paradigma para dar ac-
ceso al advenimiento de uno nuevo, por haber sido agotado el primero para
resolver los problemas. Parafraseando a Kuhn, el paradigma actual de la en-
fermería ha sido rebasado para resolver los problemas del cuidado de enfer-
mería; el paradigma está en crisis y hay que dar acceso a un nuevo paradigma
conceptual, teórico y metodológico. Un nuevo paradigma de la disciplina de
enfermería, implica incorporar conocimientos generados a partir de los modelos y
teorías de enfermería: la taxonomía diagnóstica NANDA, la taxonomía de las
intervenciones NIC y la taxonomía de los resultados de enfermería NOC.
La taxonomía diagnóstica NANDA es una publicación bianual de la Aso-
ciación Internacional para el Diagnóstico en Enfermería, cuyas siglas corres-
ponden a North American Nursing Diagnosis Association. Se conservan las siglas
NANDA como reconocimiento a dicha asociación, que en su inicio se llamó
Asociación Norteamericana para el Diagnóstico de Enfermería. La taxonomía está
20
incluida en el código de la ICD (International Classification of Diseases Injuries
and Causes of Death) de la OMS (Fitzpatrick, 1998). La taxonomía diagnóstica
para uso de los y las enfermeras, equivale a la de patología y al manual
diagnóstico y estadístico de enfermedades mentales, que norman la práctica
profesional de médicos y psicólogos, respectivamente.
El NIC (Nursing Intervention Classification) es una publicación periódica de
la clasificación de las intervenciones de enfermería. De la misma manera, el NOC
(Nursing Outcomes Classification) es una publicación periódica de las
clasificaciones de resultados en enfermería, como criterios de evaluación del
cuidado.
En esta obra se presenta el proceso de enfermería, utilizando como marco
de referencia el modelo de enfermería sobre interacción terapéutica. Este modelo
incluye la taxonomía NNN (NANDA, NIC, NOC), cuyo uso se tratará con la
profundidad debida en los siguientes capítulos.
Otro punto de vista epistemológico de una disciplina, es la búsqueda cien-
tífica especializada de una materia determinada y homogénea, que tiene sus
propios antecedentes en cuanto a educación, formación, métodos y áreas de
contenido. El término disciplina se emplea en el mismo sentido que el de ciencia,
aunque disciplina conlleva la noción de enseñar una ciencia. La ciencia es un
sistema histórico y dinámico que tiene un lenguaje específico de conceptos en
continuo desarrollo, cuya veracidad se comprueba y demuestra a través de la
práctica profesional. La enfermería recurre al método científico para describir,
entender, predecir y finalmente obtener cierto grado de control sobre su objeto
de estudio: las respuestas humanas a los problemas de salud reales o
potenciales. Sus características son las siguientes:
Es un conjunto de hipótesis, teorías y leyes que conforman el conocimiento
científico y se manifiestan mediante conceptos, juicios y razonamientos.
21
1. Los conceptos, juicios y razonamientos están ordenados de acuerdo con
reglas lógicas que, al enlazar los conocimientos de manera coherente, conducen
a conocimientos nuevos dentro de un orden predeterminado.
2. El orden aplicado a los conceptos, juicios y razonamientos da por
resultado un sistema de ideas. Por tanto, la ciencia no es la suma de
conocimientos o una simple aglutinación de juicios, sino un enlace coherente de
los conocimientos para obtener nuevas conclusiones.
3. La coherencia da a la ciencia la categoría de pensamiento evidente y
preciso. Gracias a la precisión del conocimiento científico es posible su
transmisión.
La actividad disciplinaria desemboca en una formulación y reformulación
incesantes del actual cuerpo de conocimientos sobre una materia. Para
caracterizar la materia o naturaleza de una disciplina dada y distinguirla de otras,
además de la contingencia histórica, los científicos aplican los siguientes
criterios:23 dominio material, dominio de estudio, instrumentos de análisis,
aplicaciones prácticas, nivel de integración teórica y métodos propios de una
disciplina determinada.
Las Disciplinas
Dominio Material
El dominio material de las disciplinas comprende el objeto de estudio en
que está basada la disciplina. Por ejemplo, la zoología se ocupa de los animales;
la botánica, de las plantas; la antropología, la enfermería, la medicina y la
psicología, del hombre; la lingüística y la comunicación, del lenguaje. Con base
22
en este criterio, las diversas disciplinas se entrecruzan considerablemente y, por
tanto, resulta superficial e inútil definirlas señalando sus diversos campos
materiales. Por otro lado, el traslape o entrecruzamiento de disciplinas vecinas en
sus campos materiales, parece ser la causa principal de que se hable de
interdisciplinariedad. Ciertamente, esta yuxtaposición de los campos materiales
incita a creer erróneamente que las disciplinas basadas en el mismo dominio
material no sólo cooperarán entre sí, sino que se fusionarán en una sola
disciplina.
Dominio de Estudio
Consiste en la persecución de una noción preconcebida y siempre definida,
del tipo de datos que, dentro de un cierto campo material, interesan a una
disciplina en particular, por tanto, el dominio de estudio depende de los
supuestos teóricos de una disciplina dada, y permita delimitar una disciplina y
diferenciarla de otras.
INSTRUMENTOS DE ANÁLISIS
Los instrumentos de análisis se apoyan en las estrategias lógicas, los
instrumentos matemáticos y la construcción de modelos para procesos complejos
de retroalimentación. Por ejemplo, los modelos de enfermería, la expe-
rimentación, la estadística descriptiva y la inferencial, los modelos
computacionales, la cibernética y la teoría de la información. Se sobreentiende
que, en virtud de su elevado grado de formalización, los instrumentos analíticos
son altamente generalizables y pueden aplicarse adaptándolos a dominios de
estudio muy diversos.
Aplicaciones Prácticas
23
Las disciplinas difieren considerablemente en lo que se refiere a sus po-
sibilidades de aplicación y utilización práctica en los dominios de la actividad
profesional. Por lo general, las disciplinas orientadas hacia las aplicaciones y los
campos de actividad profesional bien establecidos son eclécticas, debido a los
conceptos epistemológicos que de ellas mismas tienen como ciencia. La
obligación de encontrar aplicaciones prácticas, tiene siempre un fuerte electo en el
modo en que la organización, la investigación y los currículos CSllUClU tan en las
universidades para que sus egresados puedan innovar en la práctica profesional.
Las disciplinas que tienen un fuerte componente de práctica profesional,
como la enfermería, se caracteriza por un “retraso científico” conside rabie entre
el ejercicio de la profesión y el último estado de la investigación "pura", sin
embargo, en los tres últimos decenios, la enfermería se consolida cada vez más
como una disciplina científica.
NIVEL DE INTEGRACIÓN TEÓRICA
Según Heinz Heckhausen24 el nivel de integración de la teoría de las
disciplinas es el criterio más importante para caracterizar la naturaleza de una
disciplina y distinguirla de otras. Toda disciplina empírica intenta reconstruir la
realidad de su dominio de estudio en términos teóricos, con el fin de expresarla,
entenderla y predecir los fenómenos que conciernen a ese dominio. De este
modo, la naturaleza categórica de los fenómenos observables que interesan al
dominio de estudio, influye en el nivel de integración teórica de los conceptos
unificadores y fundamentales.
Consideradas en su nivel actual de integración teórica, las disciplinas
pueden distinguirse de acuerdo con el grado de madurez que hayan alcanzado.
En uno de los extremos, una disciplina es absorbida por simples descripciones de
su dominio de estudio; en el otro, una disciplina ha desarrollado un sistema
teórico único lo bastante amplio como para abarcar casi todos los fenómenos de
su dominio de estudio.
24
Generalmente, la mayoría de las disciplinas, la enfermería entre ellas, han
establecido muchas teorías y modelos diferentes, sin interrelación e incluso
contradictorios, para diferentes conjuntos de fenómenos observables y para los
mismos fenómenos.
Complicando más este problema, existen niveles de integración teórica
mutuamente excluyentes. En esta etapa del desarrollo de una disciplina, la
intradisciplinariedad, entendida como el proceso de generación, aplicación y
transmisión de conocimientos acerca del propio dominio de estudio, es muy
necesaria, y la interdisciplinariedad, entendida como la yuxtaposición de
disciplinas que se suponen mas o menos relacionadas, parece mas bien
prematura.
Métodos propios de una Disciplina Determinada
Una disciplina desarrolla su método con dos propósitos: primero, para
delimitar los fenómenos observables que conciernen a su dominio de estudio, y
segundo, para transformar los fenómenos observables con base en datos más
específicos para el problema en estudio. Se dice que una disciplina ha ganado su
autonomía en el momento en que se desarrollan métodos propios. Se considera
que el método es apropiado para una disciplina, cuando cumple con dos
condiciones: primero, adecuarse a la naturaleza del dominio de estudio para que
pueda revelar información esencial; segundo, establecer una correspondencia
deductiva o inductiva entre las aplicaciones metodológicas concretas y las
generalizaciones formuladas a nivel de integración teórica.
En todas las disciplinas existen numerosos ejemplos del mejoramiento de
métodos que impulsan la construcción de supuestos teóricos: proposiciones,
generalizaciones, hipótesis, principios, leyes, axiomas y teoremas. El proceso de
cuidado como método de la enfermería, estimula la integración teórica y la
generación de supuestos teóricos que a su vez propician el desarrollo de la
tecnología.
25
En síntesis, una disciplina se caracteriza por criterios interrelacionados que
la conforman. El conjunto de disciplinas integran la ciencia, cuyo fin debe ser el
bienestar de los seres humanos.