30 líneas. una guía para pensar y escribir en las agencias de noticias
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Una guía para pensar y escribir en las agencias de noticiasTRANSCRIPT
“30 líneas. Una guía para pensar y escribir en las agencias de noticias”. Ediciones
DE LA TRAVESÍA, 2003. Santa Rosa, La Pampa, Argentina. ISBN 987-20923-1-1
Hernán Di Bello. [email protected]
Matías Sapegno. [email protected]
.Índice
.Prólogo
.Introducción
.PRIMERA PARTE…………………………………………………..7
Las agencias
.El pulso de la agencia
.La agencia-escuela
Las funciones de cada miembro
.El director
.El jefe de turno
.Y en ese rincón, los redactores
.Noticias del más allá. El corresponsal
Tres agencias, tres experiencias
.El caso de ANCLA
.La experiencia de UP
.La Agencia Estado y un servicio por segmentos
Dos clásicos: Deportes y Policiales
.La sección Policiales o ¿Cuándo un muerto es noticia?
.La otra pata: Deportes
SEGUNDA PARTE…………………………………………………26
¿Un cable?
.Organizar la información
.Exactitud, rapidez y síntesis
.30 líneas, la medida ideal
.Desarmando un cable
.Tipos de cables
La personalidad de un cable
.Comillas
.(sic)
.Modismos de cada país o región
.Los pilares de un cable: la información de archivo y de contexto
.Las fuentes
.Lugares comunes
.Otros vicios de redacción
El eterno combate: Velocidad versus Calidad
.Escribir rápido o con precisión, ¿qué está primero?
.La belleza, ¿es posible?
El manual de estilo
TERCERA PARTE…………………………………………………52
La información
.Asimetría en la producción mundial de noticias
.El futuro de las agencias, según un experto
.El cambio. ¿Qué les pasó a las agencias?
.Una empresa de servicio
.Los caminos de las agencias
.¿Adónde vamos?
APÉNDICE………………………………………………………..65
.Breve cronología de las agencias
.Guía de agencias en Internet
BIBLIOGRAFÍA………………………………………………..…68
PRÓLOGO
Buenos Aires, 2003.- El libro “30 líneas. Una guía para pensar y escribir en
las agencias de noticias” es una aproximación a ese sector del periodismo tan
importante dentro del mundo de la comunicación y a la vez ignorado por los
análisis teóricos y críticos.
Sin ánimo de exaltación ni de homenaje, la obra describe qué son las
agencias de noticias, cómo se busca información y cómo se escribe en ellas, y
cuál ha sido su evolución a lo largo del tiempo. También se hace una evaluación
de los caminos que deben seguir para ser viables en los próximos años, marcados
por las revoluciones tecnológicas y del conocimiento.
La frase “Hora de cierre a cada minuto” da título a un libro sobre la historia
de United Press (UP) y resume el desafío que enfrentan a diario los periodistas
que trabajan en agencias.
Debe ser consciente de ello cualquier agenciero del mundo cuando se
sienta frente a una computadora para sintetizar en 30 líneas lo que ocurrió en los
noventa minutos que duró un partido de fútbol, de forma rápida y atractiva.
También es necesario que tenga en cuenta que en pocos minutos la crónica
que va a escribir puede quedar superada por los disturbios que se produjeron en
las tribunas luego del partido, y que deberá hacer otro cable que comience con
una descripción de los desmanes.
Lo mismo le sucede varias veces al día a los redactores de Deportes como
a los encargados de cubrir accidentes de tránsito, renuncias de ministros, debates
parlamentarios o el comportamiento de los mercados financieros.
Claro, veloz y breve son tres condiciones que un despacho de agencia tiene
que cumplir para que en pocos minutos la noticia llegue al público a través de
sitios de Internet e irrumpa en las transmisiones de radio y televisión, además de
aparecer publicada al día siguiente en la portada de los diarios.
Llamadas mayoristas de noticias o la cocina de la información, desde el
siglo XIX las agencias han contribuido de manera esencial para que un hecho
trascendente ocurrido en cualquier lugar del mundo sea conocido por el resto de
sus habitantes en el menor tiempo posible, e incluso mientras está sucediendo.
hdb-mas
INTRODUCCIÓN
Hoy la información es imprescindible. Eso es lo que suele escucharse
cuando se publicita un medio de comunicación, sea un sitio de Internet, una
emisora de radio, un diario o un canal de noticias por televisión ¿Imprescindible
para quién? ¿Por qué? Esos mensajes aseguran que no podemos salir a la calle
bajo ningún punto de vista sin antes no habernos informado, o que nos perdemos
datos de suma importancia para nuestras vidas si no consumimos alguno de esos
medios. Para que una persona no deje de estar en línea mientras está despierta,
hay toda una infraestructura que la contiene. Están los teléfonos celulares que
reciben noticias para leer o escuchar, pantallas de texto móvil en los colectivos
urbanos, televisores en todos lados -incluso en los túneles del transporte
subterráneo-, diarios pagos y gratuitos, aparatos de radio, y dispositivos portátiles
donde leer el correo electrónico.
También se ha oído que en la actualidad la verdadera censura, la que no
permite informarse al ciudadano para tomar decisiones sobre su vida, es el
inmenso cúmulo de datos que brindan los medios y que termina aturdiendo al
receptor. En este mundo de la información periodística participan también las
agencias de noticias, apabulladas hoy por la aparición de los portales de Internet,
que transmiten noticias que se actualizan cada minuto.
Este libro trata de definir el lugar que les corresponde en estas condiciones,
donde hay una intensa avidez por informar y ser informado, aunque no siempre se
sepa para qué. También propone pautas y criterios para el trabajo en ellas. Por
eso se organiza en tres partes:
-La Primera se asoma a la estructura de una agencia y a los miembros que
la componen, se analizan los casos de las agencias ANCLA, UP y Estado, y se
ven en profundidad las secciones Deportes y Policiales.
-La Segunda es la que se ocupa del cable o despacho y las maneras de
escribirlo mientras se evitan errores de redacción, además de buscar esa quimera
que son los despachos escritos con belleza y proponer un concepto distinto de
manual de estilo.
-Y la Tercera, donde se plantean las posibilidades de las agencias en el
presente y en el futuro, y el debate en torno a los desniveles que existen a nivel
mundial en la producción de noticias. Concluye con un Apéndice donde se puede
seguir cronológicamente la historia de las agencias en todo el mundo y una breve
guía de los sitios de Internet de algunas de ellas.
PRIMERA PARTE
* Las empresas mencionadas entre paréntesis luego del nombre de un periodista
indican las agencias en las que ha trabajado.
.Las agencias
En su profunda investigación sobre la historia y el rol de las agencias de
noticias a través del tiempo, el español Esteban López-Escobar (1978) las definió
como “esas organizaciones recolectoras y distribuidoras de noticias (…) en su
sentido más inocente”. El sentido no tan inocente de las agencias sería el de
convertirse a veces en generadoras de rumores interesados, en la cocina de
oscuras operaciones de prensa o de servir a los intereses de un gobierno en lugar
de a la verdad. Paradójicamente, el hecho de que en ocasiones sean objeto de
estas manipulaciones es una muestra de la importancia fundamental que se les
adjudica en la tarea de informar.
La agencia tiene una estructura parecida a la de un diario -periodistas
organizados en secciones coordinadas por un jefe-, pero con menos redactores,
menos tiempo para elaborar las noticias y menos margen para la investigación.
La materia prima llega por fax, correo electrónico o teléfono en forma de
gacetillas, entrevistas y llamados originados en instituciones oficiales y públicas,
vecinos curiosos, partidos políticos, empresas de todo tipo, políticos,
organizaciones no gubernamentales y toda aquella entidad que quiera dar a
conocer algo. También la trae un periodista desde la calle o se capta en la misma
agencia mientras se escucha radio o se mira televisión.
En la redacción, esos datos son seleccionados y ordenados, se les da una
jerarquía dentro de un texto, se les agregan datos de archivo, un contexto, se les
otorga una prioridad y son emitidos a los clientes abonados al servicio en forma de
cable o despacho, como se denominan a los artículos escritos en las agencias.
Todo esto siempre se hace de la manera más rápida posible.
¿Para qué? ¿Por qué un diario o una radio necesitan pagarle a una agencia
en lugar de recurrir a su propia estructura? El periodista español Miguel Ángel
Bastenier (2001) opina que los cables funcionan como “una red de seguridad, una
estructura que permite a la redacción disponer de una narración de
acontecimientos casi en bruto, para poner en marcha sus estrategias informativas,
distribuir las fuerzas de la redacción, hacer el mapa diario de lo que se quiere
destacar, y, también, completar el texto de los periodistas que van a redactar una
información, puesto que no es descrédito que uno no haya visto, oído o asistido a
la totalidad de la representación teatral que suelen ser los hechos”. Jorge Brinsek
(UPI, NA, DyN, Infosic) coincide y agrega que el servicio de una agencia le permite
a un cliente “auditar” lo que está pasando informativamente. “Si la agencia es
buena”, aclara. De esta manera un medio informativo, como un canal de noticias
por televisión, vigila que en su propia cobertura no se le esté escapando ningún
hecho importante. Como se dice en la jerga, que no se está comiendo nada.
La brasileña Marina Guimarães (Estado) apela al pragmatismo y dice: "Es
mucho más barato tener contratado un servicio de una agencia buena que pagar a
un corresponsal para que viva en otro lugar". Es de la misma opinión que Balzac.
El escritor francés opinó sobre su contemporánea agencia Havas:
“Todos los periódicos de París han renunciado, por motivos de economía, a
hacer, por su cuenta, los gastos a los que M. Havas se dedica, tanto más cuanto
que tiene ahora un monopolio, y todos los periódicos, dispensados de traducir
como antaño los periódicos extranjeros y de mantener agentes, subvencionan a
M. Havas con una suma mensual, para recibir de él, a hora fija, las noticias del
extranjero”. (Citado por López-Escobar, 1978)
Pero los medios de comunicación no son los únicos clientes. Un ministerio
puede comprar el servicio para saber qué pasa en términos informativos en su
ámbito de interés, como el trabajo o la educación. Otros abonados pueden ser
escuelas de periodismo, gremios, clubes, empresas y consultoras interesadas en
seguir la actualidad hora a hora.
El pulso de la agencia
Rapidez y exactitud son la base del prestigio de una agencia, sostiene
Alejandro Méndez (DyN, EFE), y explica que la forma de trabajo consiste en
organizar la pauta de tareas del día en base a la agenda de noticias previstas. A
esa rutina de los hechos que ya se sabe que van a ocurrir -conferencias de
prensa, entrenamientos, inauguraciones- hay que agregarle "ideas, enfoques y
hasta notas de análisis que puedan aportar los miembros de la redacción".
Esa hoja de ruta no es inmodificable, sino que se ajusta a medida que
aparecen los hechos y las declaraciones que no estaban previstos. "A media
jornada siempre es útil pasar revista al cumplimiento de la pauta", aconseja
Méndez.
Pero el palpitar intenso de una agencia corre peligro porque el seguimiento
diario de la agenda, de los hechos predecibles y de las declaraciones repetidas
por los mismos personajes de siempre pueden hacer que se adormezca o se
aturda, y ya no se sepa qué es noticia y qué no lo es. Enrique Escande (EFE)
sostiene que las mismas características de una agencia evitan que esto suceda:
“El ambiente que se respira en una agencia de noticias y la presión que ejerce el
oficio hacen que la capacidad de reacción se mantenga sin necesidad de que
haya que proponérselo como orden del día. Es una cuestión de adrenalina”.
Méndez cree que la capacidad de reacción se mantiene con "una actitud de
alerta permanente, cosa difícil cuando los 'pozos' informativos fomentan un
relajamiento de la redacción. Pero es importante el olfato para detectar que algo
puede suceder en determinado asunto, cosa que depende tanto de un buen nivel
de información como de la capacidad de analizar lo que sucede. Los acreditados
en ministerios y otros entes públicos, que deben tener como rutina la visita o
consulta periódica a sus fuentes, son quienes deben estar más atentos".
La agencia-escuela
Todos los periodistas que hayan comenzado su carrera en una agencia
dirán que es la mejor escuela para un periodista. Escande no lo duda y asegura
que es “la mejor de todas. El que se hace periodista en una agencia puede
trabajar después en cualquier lado”. Para él, escribir en una agencia es la manera
más pura de hacer periodismo porque ahí se “cocina” la noticia.
"En ningún lugar como en una agencia se aprende claramente lo que es
una noticia y a escribir en forma precisa y concisa", aporta Méndez. Y Brinsek
apuntala el argumento de la agencia como “semillero”, porque sostiene que al
redactor le da “velocidad, capacidad de síntesis, agilidad y responsabilidad,
porque muchas veces se tiene que manejar solo, sin los medios que puede tener
en un diario”. Por eso, asegura, los periodistas formados en agencias siempre han
sido buscados por los diarios.
Sin embargo, el redactor que pase de una agencia a un diario o una revista
tendrá que luchar sobre el teclado con el ya adquirido y cultivado estilo de
agencia, que algunos llaman "impersonal". Y quizás se lleve otra tara, que es la de
no poder empezar a escribir un artículo hasta no sentirse realmente presionado
por la hora de cierre. No planteamos acá que los periodistas de diarios y revistas
no sufran esos momentos. En los diarios siempre hay noticias de último momento
que deben escribirse cuanto antes para no retrasar la impresión y las revistas
semanales siempre están atentas a los acontecimientos de última hora para no
perder actualidad. Pero en las agencias esa actitud es permanente, o debería
serlo.
.Las funciones de cada miembro
A la cabeza de una agencia hay un director periodístico, responsable de lo
que se emite y de la línea editorial; le siguen los jefes de turno, que deciden qué
noticias se escriben, de qué manera y con qué prioridades; y los jefes de las
secciones Política, Economía, Tribunales (o Judiciales) y Policiales, Deportes e
Información General, o como las haya organizado y denominado la agencia. La
edición final de los despachos puede ser responsabilidad de los jefes de turno o
de los jefes de sección, según la empresa. Y formando la tropa están los
redactores.
El director
Jorge Brinsek, que ha conducido algunas agencias, describe al director
como el “que impone su estilo, es el alma de la agencia”. Cree que lo importante
es que se haga respetar por su capacidad profesional y después deje hacer a los
redactores. “Hay que formar sucesores, tantos como sean posibles”, porque
sostiene que eso le permitirá al director dedicar más tiempo a otras cosas, como la
planificación. “El mejor jefe es aquel que no se ve”, sentencia.
En ocasiones, los directores también se han ocupado de asuntos ajenos a
lo periodístico, como a negociar los sueldos de los empleados o a conseguir
clientes. Para Alejandro Méndez esto afecta para peor la calidad del periodismo.
"Todo desvío de estas funciones (periodísticas) termina por generar conflictos que
afectan la eficiencia de la agencia -dice-. A menos que sea también empresario, el
periodista debe dedicarse a lo suyo, no a la administración, el personal o la venta
del servicio. Lamentablemente, en los últimos años ha proliferado el criterio del
director polifuncional, al calor del dudoso criterio de eficacia empresarial y
reducción de costos". Opina que el trabajo del director es el de definir la línea
editorial y la pauta general y básica del trabajo, a la vez que supervisa la ejecución
de ambas. "También debe contar con fuentes de alto nivel y, obviamente, estar al
tanto de lo que está pasando" en la actualidad, concluye.
El jefe de turno
“Un buen jefe de turno reconoce una noticia importante en un segundo, la
sintetiza en su mente en treinta y la escribe en un minuto”, es el resumen que
hace Mariano Fontenla (DyN, Infosic, EFE, Télam) del para qué está alguien
conduciendo a un grupo de periodistas, asignando temas y tareas. Y como el jefe
de turno es el que debe evaluar qué es lo que la agencia manda al aire, “en ningún
caso puede admitir redacciones deficientes, así como el cajero de un banco no
puede permitir que le entreguen billetes falsos”. Escande describe al jefe de turno
como “el que tiene la batuta. Propone, distribuye, edita, encamina y aceita la
máquina”.
Lo que siempre debe tener en la cabeza es a los clientes, para tratar de
brindarles el material que necesitan. Esta situación se va haciendo más compleja
a medida que crece la magnitud de cobertura de la agencia, porque hay que tener
en cuenta a abonados de provincias separadas por miles de kilómetros o incluso
de distintos países.
Y en ese rincón, los redactores
Fontenla afirma que la primera cualidad de un agenciero es la que cree que
debe tener todo profesional donde sea que trabaje: la honestidad. A eso le suma
la independencia y una “pizca de picardía” para eludir los intentos de censura de
los superiores, “muchas veces presionados por los funcionarios del gobierno y,
más aún, por las empresas”. En cuanto a una característica específica a la hora de
escribir un cable, opina que conviene que el redactor sea rápido para reaccionar
en la detección de una noticia, elaborarla y transmitirla.
Lo que nunca debe hacer un agenciero es apresurarse, atropellarse. “Es
mejor dudar antes de apretar la tecla para enviar -aconseja Escande-, que dudar
una vez que mandaste la noticia”.
"Nunca debe perder la calma ante un suceso imprevisto, como un atentado
o un accidente grave, porque ello conduce al error -advierte Alejandro Méndez-.
Su trabajo es más arduo que el de los periodistas de diarios o revistas. En el caso
de noticias comprometidas, no debe confiar nunca en una sola fuente. Cuando se
trata de algún asunto polémico, debe cuidar que sus cables sean equilibrados, que
incluyan los puntos de vista de todos los involucrados en orden a su importancia”.
Y considera un “crimen de lesa humanidad periodística" limitarse a reproducir
gacetillas del gobierno o de empresas sin agregar otros datos de contexto.
Además de los redactores todo-terreno, a los que se les asignan temas de
los más variados, están los destinados exclusivamente a una sección. Para
Fontenla, “los especialistas tienen la ventaja de poder cultivar buenos contactos en
ámbitos específicos, algo que no pueden hacer tan cómodamente quienes están
en la redacción general y escriben de asuntos económicos, policiales y políticos”.
También hay quienes están ubicados –acreditados, les dicen- en lugares de
constante generación de noticias, como la Casa de Gobierno, el Ministerio de
Economía, o los Tribunales. En estos casos el peligro para el periodista –y a la vez
para la agencia- es el de mimetizarse con la institución en la que ha sido destinado
y que termine siendo más leal a ella que a su agencia, con lo que eso implica en
deterioro de calidad informativa.
Noticias del más allá. El corresponsal
El corresponsal es un redactor que forma parte de una gran agencia y que
se encarga de informar desde una provincia, un país o un grupo de ellos, estando
en esos mismos sitios. En una entrevista que ofreció en 1987 el entonces
corresponsal-jefe de Reuters para la Argentina, Uruguay y Paraguay, John
Reichertz, dio una síntesis de las tareas de esta clase de periodistas -y hasta de
todos los agencieros- relatando su propia manera de trabajar. "Cuando ocurre algo
trato de estar allí en el momento o me trato de informar de otro modo. Luego,
según mis averiguaciones, escribo una nota y la pongo en un contexto claro. Esto
es, 'enmarco' la noticia en la situación -lo más completa posible- que la generó,
porque afuera podría no entenderse bien. Una vez escrita, mando la nota a la
Mesa (de Edición). Allí la miran, hacen cambios si son necesarios; si falta algo, si
hay un agujero o algo que no se explique bien, me consultan a mí; cuando está
todo OK, directamente se envía la información a los clientes".
Cuando llegó a trabajar a Buenos Aires, primero como periodista de
televisión, la brasileña Marina Guimarães sólo sabía decir camarógrafo, buenos
días y buenas tardes. Después hizo un curso de idiomas y siguió aprendiendo
español con la práctica. Como corresponsal de la agencia Estado, su rutina es la
siguiente: se levanta a las 5:30 de la mañana y lee los diarios de Argentina y de
Brasil. Escribe una nota que plantea el panorama económico y financiero para ese
día, que debe estar lista antes de las 7. A esa hora se supone que los clientes de
Estado, principalmente los inversores financieros, ya están auscultando sus
monitores para saber qué hacer con el dinero. Después, el día se reparte en
llamados telefónicos a sus fuentes, entrevistas y conferencias de prensa.
Sólo escribe los cables en portugués porque traducirlos al español le haría
perder tiempo. Su ritmo de trabajo es intenso. "Los clientes pagan por el privilegio
de la información, para tener información de primera mano. Yo tengo que
responder a eso", sostiene. Según la importancia y el peso de la noticia, envía
primero apenas una línea de información y después manda la nota completa, pero
el segundo envío no debe alejarse mucho en el tiempo del primer alerta. "Si yo
estoy hablando con un personaje y me dice una bomba, salgo y paso la bomba a
la agencia, y después vuelvo y sigo hablando con él". Así de sencillo, así de
intenso.
Como síntesis de las herramientas que desde hace miles de años los
agencieros deben tener prestas, valen las palabras del escritor jujeño Héctor Tizón
(2000):
"El hombre hirsuto, aún encorvado, con las manos abatidas hasta las
rodillas, ha regresado de prisa a la boca de la caverna donde su gente espera,
contrita y acuclillada junto al fuego que no deja morir. El hombre, mediante
sonidos guturales, ademanes precisos y el movimiento y fulgor de sus ojos relata
aquello que acaba de acontecer y de lo cual ha sido testigo oculto y tal vez
involuntario. En esos momentos el hombre hirsuto que narra, hechiza aun más
que las llamas del fogón que se consume.
Desde entonces, las armas y los dones de un narrador son los mismos que
los de un cazador: el ojo, el oído, el olfato y el corazón".
.Tres agencias, tres experiencias
En esta parte del libro se hace una aproximación a las experiencias de tres
agencias de noticias: Agencia de Noticias Clandestina (ANCLA), un órgano de
difusión y contrainformación implementado por los Montoneros durante la última
dictadura militar de Argentina; la estadounidense United Press (UP), que se
enfrentó a las grandes agencias internacionales -AP y Reuters- y les ganó algunas
batallas; y Estado, de Brasil, concentrada en información de los mercados
financieros. El objetivo no es ponerlas como ejemplo sino conocer cómo se las
han arreglado para conseguir, escribir y difundir información en diversos
contextos.
El caso de ANCLA
La Agencia de Noticias Clandestina fue una experiencia ideada por el
escritor y periodista Rodolfo Walsh dentro del departamento de Informaciones e
Inteligencia de la Secretaría Militar del grupo guerrillero Montoneros.
En su investigación sobre esa iniciativa, Natalia Vinelli (2002) explica que
ANCLA tuvo tres objetivos centrales: “informar a los que informan”, o sea a los
periodistas, para romper el bloqueo informativo implementado durante la dictadura
argentina (1976-1983); ser una herramienta de denuncia sobre las violaciones a
los derechos humanos y sobre aspectos de la política económica, la situación
social y la movilización obrera; y acentuar las contradicciones existentes en el
seno de las Fuerzas Armadas y otros sectores de poder. “ANCLA, en síntesis,
venía a representar la necesidad de contar con un medio eficaz para la circulación
de información en un momento de tenaz bloqueo informativo. También, la
necesidad de un instrumento político de contrainteligencia”, escribe Vinelli.
La agencia empezó a funcionar en junio de 1976, y hasta junio de 1977
despachó doscientos cables, que eran enviados por correo a periodistas, militares,
miembros de la Iglesia, empresarios, y a corresponsales y medios extranjeros.
Los datos provenían desde dentro de Montoneros, de la lectura de la
prensa y de los discursos públicos, de escuchas a comunicaciones radiales de las
Fuerzas Armadas y de seguridad, de otros periodistas y de cualquier persona que
tuviera algún dato valioso y quisiera aportarlo. También se nutrían con el
seguimiento de medios de comunicación extranjeros, como las radios BBC de
Londres y Canadá Internacional, además de los noticieros radiales La Voz de
Alemania y La Voz de Estados Unidos.
El equipo de redacción estaba compuesto principalmente por Lila Pastoriza,
Lucila Pagliai, Carlos Aznárez y Eduardo Suárez. Walsh prácticamente no
intervenía en el funcionamiento de la agencia, sino que su rol fue el de ideólogo e
impulsor del proyecto. Él había vivido la experiencia de los primeros años de
Prensa Latina en Cuba, luego de la revolución de 1959, época en la que escribió
"poco para él mismo y mucho para las teletipos", según el recuerdo del periodista
Rogelio García Lupo (2000).
El servicio se interrumpió por los secuestros o la salida del país de algunos
de sus protagonistas, y luego fue reactivado durante algún tiempo por Horacio
Verbitsky.
Un cable de ANCLA decía: “Una docena de personas convencidas de la
importancia de romper el bloqueo informativo, un mínimo pero bien organizado
archivo, unas pocas máquinas de escribir, un sencillo equipo de impresión y un
pequeño local que aparentemente se dedica a otra actividad, son suficientes para
garantizar la continuidad de sus despachos”. Para Vinelli, ANCLA funcionó como
“una herramienta política ofensiva” y sostiene que “todo el trabajo estaba
destinado a generar grietas que minaran el muro de poder, al tiempo que se
desarrollara, lentamente, la resistencia popular al régimen”. Pero finalmente tuvo
una difusión escasa, entre cuyas causas no debe haber sido un factor menor el
fuerte clima represivo. “La divulgación a través de ANCLA presumiblemente quedó
acotada a espacios específicos vinculados a militantes políticos e intelectuales, o
incluso a miembros de las fuerzas represivas”, sintetiza la autora.
El Informe Mac Bride (1993) afirma que entre los grupos que se oponen a la
comunicación institucionalizada y oficial hay muchos que “se han concentrado en
el contenido antes que en la forma, en la información socialmente útil antes que el
entretenimiento”, y que “la comunicación alternativa tiene una importancia fuera de
toda proporción con su volumen”.
La experiencia de UP
En el clásico libro “Hora de cierre a cada minuto. Historia de la United
Press” (1959), Joe Alex Morris cuenta parte del recorrido de esa agencia creada
en 1907, reuniendo anécdotas en las que destaca el ímpetu de sus miembros para
dar una noticia antes que nadie. Esa actitud le costó la vida a algunos de ellos.
Las historias muestran cómo los unipresser -así asegura Morris que
llamaban a sus redactores- iban a cubrir el frente en las guerras mundiales, un
rescate de náufragos, un terremoto, un incendio o una revolución, y de qué
insólitas maneras se las arreglaban para eludir la censura de los gobiernos y
transmitir sus crónicas con los precarios medios de la primera mitad del siglo XX.
De entre las anécdotas se pueden espigar algunas de las normas que
guiaron el trabajo en UP, que se convirtió en UPI en 1958 (ver Apéndice al final del
libro):
1.Para explicar su estilo de redacción sencillo y objetivo, cierto unipresser dijo:
“„No tiene nada de particular. Simplemente escribo para el lechero de Omaha
(ciudad agrícola de Estados Unidos). Supongo que si él entiende lo que digo,
también lo entenderán todos los demás‟. El escribir para el „lechero de Omaha‟
convirtióse en el axioma de las oficinas de la United Press, axioma que se repetía
con insistencia a los jóvenes reporteros deseosos de aprender a narrar una noticia
con rapidez y simplicidad”.
2.”Tratar de hacer oír las dos campanas en los asuntos contradictorios (...)
presentar al público todos los aspectos de una cuestión”.
3.”La monotonía y la rutina no son sinónimos de objetividad (...) los despachos
noticiosos, además de objetivos, pueden ser legibles y a veces amenos”.
4.Un presidente de UP repetía como publicidad la frase que reflejaba lo que
pretendía ofrecer la agencia: ¡Hoy las noticias de hoy!
5.”A menudo la parte más importante de la labor del cronista se realiza antes de
que salga a recoger una noticia”, en relación con la investigación previa sobre
acontecimientos que ya se sabe que van a ocurrir, como un juicio.
6.Según un jefe de UP: “A veces hay que insistir en una noticia ante el jefe de
redacción (de un diario cliente) ocupado y cansado (...) Si la noticia es
extraordinaria, algo que no están acostumbrados a manejar, hay que insistir varios
días. Algunas noticias no prenden sino hasta el tercer día”.
7.”Precisión y rapidez eran los principios fundamentales de la labor de la agencia
noticiosa”.
8.”Todo encabezamiento sobre una huelga debe hacerse de manera que refleje un
serio y sincero esfuerzo por presentar a ambas partes (...) Si un grupo no quiere
que se lo cite, demuéstrese claramente en el texto de la crónica que se trató de
conseguir la versión de ese sector”.
9.”En el fondo de la mayoría de las primicias hay muchas horas y a menudo
semanas de preparativos y planes por anticipado”.
10.”Iniciativa y previsión”; ésta podría ser la síntesis del trabajo en una agencia,
donde se debe mantener un equilibrio entre ambas puntas para no ser abrumado
por cada nuevo acontecimiento y tener que estar inventando la rueda todos los
días –para eso la previsión-, y a la vez tener la suficiente reacción para encarar un
hecho totalmente imprevisto –para esto la iniciativa-.
11."Por lo general suele ser buen síntoma de información objetiva cuando un
corresponsal recibe quejas de ambos bandos en cualquier litigio".
12.Los unipresser "siempre van consciente o subconscientemente en pos de
noticias, sabiendo que el próximo instante puede embarcarlos en la emocionante
aventura del acontecimiento noticioso más grande de hoy. Para esos hombres y
mujeres hay una hora de cierre a cada minuto".
“Hora de cierre...” también da un ejemplo, surgido durante la Primera
Guerra Mundial, que ilustra sobre la importancia de presentar de forma distinta
una noticia que tienen todos:
Londres, agosto 3 (UP).- Se ha librado la primera „batalla del aire‟. Las naves en
combate fueron un gigantesco zepelín alemán y un aeroplano francés. El francés
se sacrificó con su máquina embistiendo al zepelín. Ambos fueron destruidos,
pereciendo ocho alemanes y el aviador francés.
“Esta crónica no fue „primicia‟ –aclara Morris- porque en general estuvo al
alcance de los corresponsales, pero éstos en su mayoría la presentaron como
„nueve muertos en un choque aéreo‟“.
Un servicio de noticias inteligente
Para salvar la lentitud y la dificultad en la transmisión de datos que existía a
principios del siglo XX, dentro del servicio de UP estaba contemplado que los
corresponsales escribieran y enviaran con mucha anticipación notas de fondo –
que hoy llamaríamos antecedentes o background- sobre hechos que ya se sabía
que iban a ocurrir, como “un festival anual en Rumania, la celebración del
cumpleaños del rey en España o los participantes del Derby de Inglaterra” para
emitirlos el día en que se producía la noticia. Sólo había que agregarles un
encabezamiento escrito en la misma jornada, y así se tenía un artículo completo,
con rica información de archivo.
Otro recurso particular implementado por la UP en su servicio fue el
“undated lead” (encabezamiento sin fecha). Consistía en encomendarle a un buen
redactor que escribiera un solo despacho –con una visión global- con los datos
enviados desde diversas ciudades sobre un mismo tema, o incluso reprocesando
media docena de cables ya emitidos. Esta modalidad se usó mucho en la
Segunda Guerra, aunando informaciones enviadas por los corresponsales desde
diversos frentes, con lo que se podía elaborar un artículo que marcara alguna
tendencia en el conflicto. “El arte de la colaboración (...) dependía en parte de la
acumulación diaria de decenas de millares de palabras provenientes de todos los
puntos del mundo y también dependía en parte de la capacidad para analizar con
inteligencia esta información”, sostiene Morris.
Una perla nacida de la historia de la United Press ocurrió cuando el jefe de
una sección escribió un cable para argumentar por qué se retiraba de la agencia
para irse a trabajar a una universidad, y que sintetiza los sentimientos de más de
un agenciero:
HORAS DEMASIADO LARGAS SUELDOS DEMASIADO BAJOS VIDA
DEMASIADO CORTA
La Agencia Estado y un servicio por segmentos
"En una agencia lo fundamental es que sea en tiempo real, lo más real
posible, porque si no, no cumple su función", explica Marina Guimarães, quien día
a día trata de cumplir con ese mandato para la empresa que la emplea, Estado,
con sede en la ciudad brasileña de San Pablo. Este concepto, el del tiempo real,
significa que se informa mientras el hecho ocurre, tal como hacen las agencias
especializadas en información financiera respecto de las subas y bajas de las
acciones.
Según Guimarães, Estado es la principal agencia de noticias de Brasil
desde que la agencia Globo dejó de funcionar como tal. Distribuye notas para
diarios, radios y canales de TV de todo el país, y es una fuente fundamental de
información sobre la actividad de los mercados financieros y de los diversos
sectores de la economía.
Hay periodistas de la agencia que sólo se dedican a averiguar todo lo que
suceda en el mundo con el café, otros hacen lo mismo con el azúcar o con la
ganadería, por ejemplo. De esta manera, un cliente puede pedir que se le envíe
todos los días información sobre un área o sección informativa, y pagar solamente
por eso. El abonado debe instalar un programa en su computadora y hacer su
menú de cables. Incluso puede programarla para que haya un sonido de alerta
siempre que entre una noticia sobre el café.
Estado también tiene un servicio central que son las AE-News (Agencia
Estado-News), que es on line y está conectado con inversores y hombres de
negocios de Brasil. Ahí están las noticias que mueven al mercado, ya sean
políticas, económicas o acontecimientos relevantes que estén pasando en el país
y en el resto del mundo.
"Básicamente es para dar información a los tipos que están moviendo la
plata", es la síntesis de Guimarães. Para estar a la altura de la demanda de sus
clientes, la agencia tiene corresponsales en Buenos Aires, Londres, Bruselas,
Washington y Nueva York.
La periodista siente la falta de una agencia similar en la Argentina, que
tenga una gran credibilidad y un mayor acceso a las fuentes de peso. "Hoy no ves
a una agencia dando una primicia porque las primicias se las dan a los diarios
Clarín o Ámbito Financiero, según quién sea la fuente. A mi me gustaría tener un
servicio fuerte de una agencia, porque me facilitaría el trabajo".
La posibilidad de una mayor integración entre Brasil y Argentina, que se
vislumbra en lo que va del siglo XXI, supondrá también una necesidad de mejores
coberturas periodísticas a los dos lados de la frontera. Guimarães opina que si la
integración se "traduce concretamente en acciones, habrá una necesidad de que
los medios abran más espacio sobre este tema". Y las agencias, entre ellas
Estado, tendrán que estar preparadas para suministrar ese material.
.Dos clásicos: Deportes y Policiales
En esta parte presentamos en profundidad dos secciones de una agencia:
Policiales y Deportes. Creemos que deben estar más atentas, ser más dinámicas
y aplicar los principios periodísticos agencieros -formas de redacción, manejo de
fuentes, velocidad- con más intensidad que ninguna otra sección.
La sección Policiales o ¿Cuándo un muerto es noticia?
Policiales “quizás sea la más entretenida” de las secciones de una agencia,
opina Diego Igal (Télam, Infosic), no por una inclinación morbosa sino por “la
cantidad de hechos nuevos” que surgen a diario. “No hay dos días iguales, no hay
dos cosas iguales”, agrega Luis María Abad (DyN) desde la sala de periodistas del
Departamento Central de la Policía Federal, en Buenos Aires.
El criterio para determinar cuándo un muerto es noticia en la sección
Policiales se establece día a día, dice Abad mientras está pendiente de dos
teléfonos fijos, de un teléfono celular, de lo que se ve en un televisor y de lo que
emite una radio. Sostiene su opinión diciendo que eso depende de lo que pase en
la jornada -en términos de importancia periodística- y en todos los ámbitos, como
el político y el económico. Si el presidente del país anuncia por la tarde un
aumento de sueldos a los empleados públicos, pasará a segundo o tercer plano la
noticia de la persona que falleció en un choque de camiones que ocurrió a la
mañana.
Descartando los suicidios, que él no cubre por creer que no son noticia
salvo que sea alguien famoso, considera que a las muertes por accidente u
homicidio hay que aplicarles ciertas observaciones. “Hay que ver cómo murieron,
cómo fue y por qué, para que la noticia tenga más volumen”, dice, y para dar un
ejemplo aprovecha un caso que cubre mientras se realiza la entrevista. Fueron
asesinados dos asiáticos en algún punto del Gran Buenos Aires y ese es el título
que recorre en los primeros momentos las redacciones de todo el país. Abad
advierte que hay que estar atentos para ver si les faltan los dedos de una mano o
si los cuerpos están atados con alambre de púas. Detalles que un veterano
periodista –él lleva quince años haciendo Policiales- sabe que puede haber en
estos casos, y que hay que aprovechar para vestir la noticia y que las historias de
homicidios no sean todas iguales.
“Hoy un muerto ya casi no es noticia”, opina Abel Sanabria (NA, Télam,
Infosic) y avisa que el interés y la curiosidad se desplazaron hacia los secuestros
extorsivos, actividad en auge en la Argentina durante 2002/3. Aclara que no es
noticia si una persona murió en un accidente de tránsito pero que sí es interesante
un muerto en un barrio privado, en relación al caso García Belsunce (enero 2003),
en el que personas con dinero se vieron envueltas en un extraño homicidio y en
intentos por encubrirlo.
Acerca del mismo caso, Abad considera que el alto poder adquisitivo de los
protagonistas “hace más atractiva” toda la historia, y en realidad todas las
historias, porque los adinerados “tienen medios para eludir a la Justicia”, tales
como pagar abogados eficientes, tratar de corromper a miembros del Poder
Judicial o irse del país antes de ser atrapados. Y que personas con mucho dinero
no terminen en la cárcel, cuando para el público son claramente culpables, le
agrega el toque que tanto para Sanabria como para Abad convierte a una historia
en una buena historia: que sea increíble. “Una buena historia es una que no se
pueda creer, que sea incomprensible que algo tan a la vista no se pueda resolver”,
asegura Abad. “Vende lo increíble –sostiene Sanabria-. Hay que sorprender con lo
real sin inventar nada. Eso hay que buscarlo en cada nota, así sea un accidente
de autos”.
Estilos propios
Ambos rastrillan el día buscando hechos policiales, pero cada uno con su
estilo. Abad expone sus líneas de trabajo:
.Tiene respeto absoluto por el anonimato de las fuentes que le dan
información.
.Cree que si no hay certezas en una información, se debe dar a una
persona por herida y luego matarla, y no darla por muerta y luego tener que
resucitarla.
.Evita escribir los nombres de los involucrados, salvo de personas
conocidas por el público. Lo hace para que los familiares de una víctima no se
enteren por los medios que ocurrió una tragedia, antes de que se lo informe la
Policía. Además, no es raro que los nombres vengan equivocados y que se dé por
fallecida a una persona que está viva.
.Confía en su memoria como archivo, usa una guía especial con números
de teléfono, nombres y jerarquías de la Policía, y tiene un gran mapa de la ciudad
de Buenos Aires en la pared.
.Chequea todo, aún si un dato se lo pasó alguien que él conoce y que sabe
que no tiene mala fe.
Sanabria detalla sus preferencias:
.Como lector, agradece los cables con dos o tres fuentes. Lo mismo le pasa
cuando los conflictos están desarrollados enteros, con todas las campanas.
.También como lector, detecta y desprecia las notas “sacadas de encima”,
que tienen cuatro párrafos y en las que se nota que el redactor quiso hacer eso,
sacárselas de encima rápidamente.
.Como redactor, trata de explotar al máximo las historias, buscando datos
llamativos o curiosos.
.Escribe un “que” por párrafo, para evitar las oraciones subordinadas; no
pone potenciales, como “habría sido...”, porque dice que “algo es o no es”.
.Redacta “presunto” en casos muy especiales ("presunto homicida"), ya que
cree que es “un truco de disimulo” para evitar juicios.
.Prefiere usar “el lenguaje de la gente”, más crudo y más duro, porque
acerca más al lector a la situación que se narra.
.Usa el archivo de las agencias en las que trabaja. Opina que su uso tiene
un beneficio extra: mientras se buscan los datos, el periodista tiene más tiempo
para pensar la nota. En ocasiones usa Internet para buscar datos sobre un
personaje desconocido involucrado en un hecho policial; por alguna razón puede
estar presente en la red, tal como por su actividad profesional.
.Opina que el periodista debe permanecer equidistante entre las partes
Involucradas en un hecho policial; presentar el caso tal como es, con neutralidad y
sin jugarse por una de las partes.
Las fuentes, las benditas fuentes
“Para mí una fuente puede ser un taxista”, indica Abad, desarmando con la
frase el aura de misterio que puedan tener las fuentes en el ámbito de la
información policial, donde el suministro de datos va más allá de jueces y
comisarios. Y sigue: “Puede ser un diariero, un vecino o un familiar (de una
víctima)”.
Para Abel Sanabria las fuentes son desde un oficial de servicio hasta un
comisario; los fiscales; los peritos, quienes sin llegar a dar el resultado de un
estudio o análisis pueden explicar cómo es el procedimiento y esa información
puede aprovecharse en otra nota; los abogados de las partes, algunos de los
cuales “tienen estructura de prensa propia”; y los vecinos, que son los “dueños de
la verdad, porque la gente le cree a la gente”. Y advierte que no es bueno ser dócil
con las fuentes: “Sin llegar al conflicto, hay que parar la charla si se nota que están
mintiendo”.
La otra pata: Deportes
¿Cómo hace la sección Deportes para diferenciarse de las de otras
agencias? Para Ezequiel Fernández Moores (Télam, NA, Dyn, ANSA), cuya
primera tarea como agenciero fue cubrir un entrenamiento de River Plate en 1978,
lo primero es "definir qué querés hacer. Y eso hacerlo bien. No hay misterios, sino
laburo fuerte para buscar la información y después originalidad para ver cómo lo
contás. Un buen dato o un buen copete hacen la diferencia. Pero eso tiene que
formar parte de un trabajo regular en ese mes, no con un solo despacho, sino con
todo el laburo. Así los abonados te van tomando confianza y terminan
publicándote".
Enrique Escande (EFE) dice conocer el secreto. La diferencia se hace
contando con "periodistas despiertos, organización y planificación, tanto en la
tarea cotidiana como en las coberturas de los grandes acontecimientos". Opina
que el abonado tiene que saber que tiene aseguradas sus espaldas, y que eso se
logra con la planificación de las coberturas, tarea que permite abarcar toda la
información de un acontecimiento.
Como en el resto de las secciones, la dinámica de trabajo no deja mucho
lugar a notas de investigación o al menos de profundidad. Pero hay ciertos
huecos. "A veces podés ser bien profundo y agudo en un despacho de tres
parrafitos -asegura Fernández Moores-. Un ejemplo: si yo digo que los dirigentes
del Milan (club italiano de fútbol) fueron absueltos del delito de fraude
administrativo y nada más, es una cosa. Pero si digo que fueron absueltos gracias
a que una ley fue cambiada por el gobierno de Berlusconi y que Berlusconi es
propietario del Milan, estoy informando del modo más correcto. Informar, me
dijeron una vez, es dar forma. Es decir: contextualizar, siempre contextualizar,
porque si una información no se entiende entonces no tiene sentido darla".
Escande cree que siempre hay margen para elaborar material de fondo y de
investigación, pero aclara que para lograrlo hay que insistir en la planificación y la
estrategia de trabajo.
No es usual que un periodista haga toda su carrera en una agencia. Suele
ser común que un redactor se inicie en una y que migre a otro medio -diario, radio,
televisión- en cuanto se le presenta la oportunidad. Tal vez esté relacionado con el
trabajo intenso que exige una agencia, aunque no está mal sospechar que
muchas veces se trata de una necesidad del ego de que la firma propia se lea
completa (o se conozca su voz y su cara) y no sólo sus iniciales, como se hace en
los cables de agencias.
Fernández Moores, con una trayectoria reconocida en el periodismo
argentino, nunca rechazó a las agencias ¿Por qué? "Creo que sigo en ellas
porque se dio que empezara allí y les tomé el gusto. Me atrae no tener que escribir
de más, largo, con supuestas figuras poéticas, meloso o lo que fuere. La agencia
es al pan, pan y al vino, vino”.
Copa del Mundo y Juegos Olímpicos ¿cómo abarcarlos?
"Una Copa del Mundo (de fútbol) o unos Juegos Olímpicos se cubren con
una dedicación diaria de no menos de doce horas, aunque podría ampliarse según
las circunstancias", revela Enrique Escande, y pasa a enumerar los trabajos que
debe encarar el enviado de una agencia:
.Viajar a los sitios de concentración, entrenamiento y competencia.
.Redactar las previas y las crónicas de los partidos o de las competiciones.
.Cubrir la actividad en los vestuarios y recoger las declaraciones cotidianas
de los deportistas y los entrenadores.
.Hacer varios recuadros con información de los entrenamientos, de las
pruebas previas y de los antecedentes de cada partido.
.Además, buscar una noticia de carácter exclusivo, un dato que distinga la
información propia por sobre la del resto de los periodistas.
Tanto en un Mundial como en unos Juegos Olímpicos, los primeros quince
días son "abrumadores" -según Escande-, y a medida que las competencias
avanzan el clima se descomprime y es entonces cuando hay más tiempo para
profundizar, hacer entrevistas más largas, dedicarle tiempo a la redacción de
crónicas y de comentarios más jugosos. Hasta que aparecen las grandes
sorpresas, como el positivo que dieron los análisis de dóping del atleta Ben
Johnson en Seúl '88 y de Diego Maradona en Estados Unidos '94. "Eso agrega
horas de dedicación, búsqueda e investigación para todos y cada uno de los
enviados", afirma.
A las grandes coberturas, Fernández Moores las analiza de acuerdo a
dónde le toque trabajar al redactor: editando material desde la agencia o siguiendo
a una delegación en el lugar de los acontecimientos.
Desde la agencia: se hace un horario "bien de esclavo, atornillado a la
mesa (de edición), editando todo el material que te mandan los enviados que
están en las respectivas sedes". Y como también mandan material las
corresponsalías de los otros medios (por ejemplo: Juan Verón da una nota
exclusiva a un diario argentino estando en el Mundial de Japón), la agencia
levanta esa nota citando la fuente y emite el cable desde Buenos Aires.
Se mejoran copetes, se achican o se alargan materiales, se piden
precisiones a los enviados y a los corresponsales, se traducen algunas notas, se
chequea que hayan salido al aire todos los anuncios de los partidos y que se
trasmitan boletines con resultados y crónicas después de los partidos o pruebas
deportivas. "Ese trabajo se está haciendo cada vez más desde la mesa central",
aclara Fernández Moores, y agrega que se realiza mirando el partido por televisión
(si es un Mundial) y manteniendo el contacto telefónico con el periodista que lo
está cubriendo en la cancha.
Siguiendo al equipo: "Si seguís a un equipo tenés que hacerlo a sol y
sombra", advierte. Una complicación que suele surgir es que la delegación
deportiva abra una rueda informal a la prensa y salgan muchos jugadores juntos y
cada periodista "agarre al que pueda". Entonces "resulta que mientras vos estabas
con Verón, Hernán Crespo por otro lado tiró una bomba. Bueno, eso depende de
la buena leche de tus colegas. En las agencias suele haber buena gente y es
difícil que si sale una bomba no nos enteremos todos".
Si se trabaja para un servicio con abonados en América latina, la prioridad
se pone en los deportistas latinoamericanos y en las estrellas internacionales con
peso propio, como Michael Jordan o Marion Jones.
"Como ANSA no tiene la misma infraestructura ni cantidad de gente que
muchas otras agencias, somos muy selectivos -aclara Fernández Moores-.
Enviamos los resultados imprescindibles y buscamos divertirnos un poco,
buscando temas con pimienta, polémicas de dóping, dirigentes chorros (ladrones),
Nike y sus negocios, y otras cosas, además de perfiles humanos de las figuras del
día".
Escande sostiene que en las Copas del Mundo de fútbol las agencias
nacionales suelen enviar material propio de la selección argentina a la vez que
dependen de las agencias internacionales para completar el resto, tal como la
información de los otros equipos del mismo grupo en la primera fase, o de los
demás participantes en octavos, cuartos, semifinales y final.
"En los Juegos Olímpicos la tarea se multiplica -continúa Escande- porque
el enviado puede comenzar la mañana con el tenis, seguir al mediodía con el
hockey, meterse en el boxeo por la tarde y culminar la jornada con el fútbol, con
crónicas e información de cada cosa. Si está dedicado al atletismo o a la natación,
la intensidad del trabajo es la misma, aunque esta tarea tiene la ventaja de que el
lugar de competición está casi siempre concentrado en uno o dos sitios". El
agenciero pasa a ser "el complemento imprescindible" del enviado de otro medio,
como un diario o un sitio de Internet, que "no puede estar en todos lados ni escribir
tanto durante un día para cubrir páginas y páginas".
La previa
Gabriel Túñez (Infosic) explica cómo debe ser una previa, luego de calificar
la tarea de escribirla como un “desafío”. Consiste en una nota que anuncia con
detalles una actividad deportiva. En el fútbol, informa sobre las novedades de cada
equipo con relación al partido que se disputará, cambios entre los titulares,
algunas declaraciones de entrenadores o jugadores, y las respectivas posiciones
en el campeonato (si aspiran al título, a ingresar en un torneo internacional o evitar
el descenso). Al final del despacho se incluyen las formaciones de ambos
conjuntos. También se brinda el horario del partido, quién será el árbitro y en qué
estadio se jugará.
Aclara que cuando se trata de un partido entre dos clásicos rivales se apela
al historial, a los últimos duelos y al protagonismo de determinados jugadores. Si
además del orgullo es el título lo que está en juego en ese encuentro, entonces la
nota buscará expresar la cercanía al éxito de tal o cual equipo, “y el redactor
tendrá alguna licencia periodística para que el texto esté a la altura de la emoción
que provoca la definición”. Las previas de otros deportes son similares, aunque en
algunos se puede poner más énfasis en las estadísticas, como en el básquet o el
automovilismo.
Después del acontecimiento deportivo es el momento de los comentarios,
donde “se permite, quizás, una extensión mayor en el texto, el detalle minucioso
de alguna jugada clave, el elogio y la crítica”, según explica Túñez.
"En 1996 estuve durante un mes cubriendo los Juegos Olímpicos de
Atlanta, en Estados Unidos, como miembro del equipo que envió EFE para ese
acontecimiento. Volví a la Argentina y al poco tiempo me enviaron a Lima, donde
el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru tomó durante meses la embajada
japonesa. Lo primero fue la cobertura de una fiesta que tuvo como corolario los
podios y las medallas, aunque se manchó con un atentado. Lo otro fue trabajar en
un terreno en el que todo se encaminaba hacia una tragedia. Y terminó con una
masacre. En ambos sitios tuve las mismas obligaciones, las mismas presiones y
las mismas responsabilidades". Enrique Escande
SEGUNDA PARTE
.¿Un cable?
El cable, el de palabras, le debe su nombre al cable del telégrafo, de cobre.
Ese era el medio de transmisión de datos que comenzó a utilizarse en el siglo XIX,
cerca de la fecha de nacimiento de la agencia Havas, la más antigua de todas (ver
Apéndice al final del libro). Hasta entonces se usaban caballos, lanchas, palomas
mensajeras y señales de luz o colores para recibir y distribuir noticias.
Entre 1836 y 1837, investigadores separados entre sí lo inventaron casi en
simultáneo, y en los años siguientes fue extendido en paralelo con las vías del
ferrocarril, principalmente en Europa y Estados Unidos. Dice el historiador Eric
Hobsbawm (1998) que la Edad Media del periodismo “finalizó en la década de
1860 cuando las noticias internacionales podían cablegrafiarse libremente desde
una gran cantidad de lugares esparcidos por la Tierra para llegar a la mañana
siguiente a la mesa de desayuno. Los éxitos de una publicación periodística ya no
se medían en días o, si se trataba de territorios más lejanos, en semanas o
meses, sino en horas o incluso minutos”. Y señala la paradoja de que al
“ampliarse la separación existente entre los lugares con acceso a la nueva
tecnología y el resto, aumentó el atraso relativo de aquellas regiones del mundo
donde el caballo, el buey, la mula, el porteador humano o la barca seguían
determinando la velocidad del transporte”.
De ese modo, el cable de cobre compartió su nombre con los despachos
que transmiten las agencias, aunque la cablera moderna sea una computadora
capaz de almacenar millones de palabras que viajan a la velocidad de la luz.
Si bien ya casi no se oye hablar de aquel "cable de último momento" con
cuya lectura un locutor interrumpía las transmisiones de la radio o la televisión, las
informaciones que generan las agencias de noticias siguieron llamándose así a
medida que pasaron los años y fue evolucionando la tecnología. Y terminaron de
imponer su denominación alrededor del mundo después del estallido de la
Segunda Guerra Mundial, cuando las agencias abandonaron los cables del
telégrafo para comenzar a utilizar el teletipo, un sistema telefónico que a través de
una cinta de papel amarillo con perforaciones proporcionaba una capacidad de
transmisión de 45 palabras por minuto, todo un récord para la época.
Después llegaron los sistemas más sofisticados, como el satélite o Internet,
pero los cables de las agencias siguieron siendo cables, aunque en algunas
redacciones también pasaron a denominarse despachos.
Organizar la información
Cuando hay información, es muy probable que si se busca bien se
descubra una noticia. Organizarla y determinar el orden de importancia de los
datos es una de las tareas básicas al momento de escribir un cable. Puede haber
muchísima información, como una conferencia de prensa de más de tres horas de
duración grabada o apuntada en papel, o algo tan breve y concreto como una
fuerte explosión en un concurrido comercio del centro de una ciudad. En el caso
de la conferencia, al menos habrá uno o varios anuncios, algunos conceptos
novedosos, una reflexión inteligente o hasta la más cruda ausencia de información
en más de tres horas de conversación, y eso también será noticia.
Más allá de la cantidad de información con que se cuente, en una agencia
es muy importante captar dónde está la noticia o cuál es la novedad. La renuncia
de un presidente es fácil de identificar por su enorme trascendencia e impacto,
pero no ocurre lo mismo si ese mismo gobernante hace unas breves
declaraciones en un aeropuerto cuando está a punto de irse de viaje y responde
preguntas de periodistas sobre varios temas. Ahí se disparan las preguntas en la
cabeza del periodista: ¿esto ya lo dijo?, ¿es nuevo?, ¿agrega algo?
Un cronista puede considerarse plenamente integrado a la forma de trabajo
en una agencia cuando caza noticias al vuelo sin necesidad de ser advertido por
otros periodistas con más experiencia, y piensa en un título, en el primer párrafo y
el desarrollo completo del cable mientras la información se genera. Aunque, como
dijo Luis María Abad (DyN) en la Primera Parte, lo que es noticia depende de lo
que pase en el día. El 10 de septiembre de 2001 las secciones de Internacionales
de los diarios porteños se ocupaban de una conferencia sobre racismo en
Sudáfrica, el aumento de la pobreza de la clase media en Estados Unidos y las
elecciones en Bielorrusia, entre otras. Al otro día, las noticias serían otras.
Exactitud, rapidez y síntesis
Cuando ocurre un hecho que es noticia, en las agencias vale tanto la
exactitud para informar como la rapidez y la capacidad de síntesis. Al principio
podrá parecer demasiado pretencioso reunir estas tres condiciones, pero con el
correr del tiempo cualquier periodista las tendrá incorporadas casi sin darse
cuenta de cuándo y cómo es que, de repente, se convirtió en agenciero.
Trabajar en una agencia es una forma de hacer periodismo que tiene
muchas similitudes con las del resto de los medios de comunicación, pero también
varias diferencias. Una de ellas es la sensación de urgencia, de cierre permanente
que se respira en las redacciones, una presión que se siente en el aire cuando
surge una información muy trascendente. Para colmo, en ese caso todo debe ser
a gran velocidad y con escaso margen de error, porque una vez ocurrido un hecho
y redactado el cable sólo la revisión de uno o a lo sumo dos editores separa a una
noticia del público, que en algunos casos puede ser nada menos que el mundo
entero.
Para hacer fácil algo que parece difícil, Mariano Fontenla (DyN, EFE,
Infosic, Télam) dice que “bastan muy pocas palabras para difundir una noticia de
impacto y el 12 de octubre de 1492 hubieran alcanzado apenas cuatro para
resumir una epopeya histórica: Colón llegó a América”. Diego Igal (Télam, Infosic)
cree que una línea es suficiente para contar una noticia. “Los detalles, en las que
hagan falta”, sostiene.
Con exactitud, rapidez y capacidad de síntesis aplicadas a un título y un
párrafo de cuatro o cinco líneas alcanza para presentar una noticia. Claro que ni
bien ese cable haya sido enviado a través de una agencia, un país entero o todo el
planeta querrán saber más acerca de esa información, que deberá ser ampliada,
actualizada y documentada, y que probablemente contará con antecedentes y
generará consecuencias o reacciones.
Crónica de una primicia
“Allá por comienzos de mayo de 1986, nos enteramos al caer la tarde que
Jorge Luis Borges se había casado con María Kodama, por poder y en Paraguay,
en vista de que el escritor estaba separado de su esposa, Estela Canto.
Nos avisó Adolfo Bioy Casares, quien tenía muy buena relación con EFE
y dijo que esto sólo lo sabía él (además de la pareja, claro). Sólo pidió que no lo
citemos como fuente y prometió que mantendría reserva a menos de que alguien
le preguntara si sabía algo del asunto. Esa noche iba a estar fuera de casa y era
muy difícil que alguien lo encontrara para preguntarle.
Lo cierto, según descubrimos después, es que también conocían la
noticia Clarín y La Nación, que la estaban trabajando en riguroso secreto. De un
modo u otro, todas las agencias de noticias (nacionales y extranjeras) se vigilan
mutuamente, por lo que había que pensar cómo soltar la noticia y sacar ventaja.
Se resolvió antes que nada escribir el boletín, el avance y la ampliación,
de modo de tener todo listo para dar el golpe. Mientras tanto se discutió cuándo
largar la noticia y se decidió apostar a esperar a una hora más avanzada pero
antes del cierre de "último momento" de los matutinos europeos, para hacerle las
cosas más complicadas a la competencia.
Se descartó hacer notas de color porque no había mayor documentación
de la vida sentimental de Borges y además la noticia del casamiento ya era lo
suficientemente fuerte. Por la hora, los matutinos de todo el mundo ya tenían su
pauta completa y no le iban a dar espacio a ese agregado.
Al rato de largar los avances y la ampliación, estaban todas las radios y
canales de televisión citando a EFE y sin poder confirmar ni desmentir la noticia.
Al otro día, Clarín y La Nación publicaron grandes notas sobre el asunto con
fuentes propias y recuadros sobre la relación Borges-Kodama. Fueron los únicos,
porque el resto tuvo que darle el crédito a EFE, incluso en portada”. Alejandro
Méndez.
30 líneas, la medida ideal
"Ahora quiero treinta líneas”, sentencia un jefe de sección, un editor o
simplemente un docente a un grupo de estudiantes de periodismo en plan de
simulacro de agencia. En treinta líneas caben un título, una cabeza y cinco
párrafos de desarrollo. Entonces a la noticia pura habrá que agregarle datos sobre
el protagonista o el hecho en sí, el contexto y los antecedentes, en caso de
haberlos. No más de cuatro o cinco líneas y dos conceptos por párrafo, dicen los
que ya llevan escritos decenas de miles de cables de treinta líneas.
Con esa extensión, el cable tiene una versatilidad como para ser leído en
un informativo de radio, acompañar las imágenes de un noticiero o ser publicado
en un sitio de Internet o en un diario. La importancia de esta especie de genérico
de la información radica en que se escribe una sola versión de la noticia que sirve
para todos los medios de difusión.
Las treinta líneas son una gimnasia cotidiana para los agencieros, suelen
utilizarse como práctica en la enseñanza del periodismo y cualquier profesional de
los medios de comunicación debería estar capacitado para hacerlas, cualquiera
sea su especialidad.
En la teoría parece sencillo, en la práctica muchas veces no lo es. Por eso
conviene practicar, cubrir un hecho cualquiera y transformarlo en un cable de
treinta líneas. Ese entrenamiento servirá de mucho el primer día de trabajo en una
agencia, cuando el tiempo apremie y la información disponible sea una breve
gacetilla de prensa o un extenso reportaje radial con un diputado.
A todos los cables, incluidos los de treinta líneas, les caben las generales
de la pirámide invertida. De acuerdo con este concepto, en lo más alto de la
pirámide deberá estar el título y la cabeza, que deben concentrar lo esencial de la
información, al punto de que con leer solamente esa parte del cable la noticia ya
esté, de alguna manera, contada por completo. El resto quedará para el
desarrollo, que también se ceñirá al mismo concepto piramidal, según el cual la
importancia de la información va decreciendo a medida que pasan los párrafos
hasta llegar al final.
La pirámide invertida ha estado relacionada con el trabajo en los diarios,
que publican un cable o parte de él usando sus criterios. Una información puede ir
a la tapa de un periódico, que la desarrollará ampliamente en sus páginas, y en
otro no ocupar más de un par de párrafos entre las noticias breves. Ambos podrán
utilizar el mismo cable en espacios muy diferentes. Además, las radios, la
televisión y hasta los portales de Internet siguen aprovechando las bondades de la
pirámide invertida, que les permite resumir la noticia en pocos segundos o en
reducido espacio. En el caso de la red informática, de un buen título y de una
cabeza apropiada dependerá que el lector decida hacer click para acceder al resto
del cable.
El escritor uruguayo Juan Carlos Onetti (Reuters) se rebeló contra los que
destacan con crudeza los errores de los periodistas. “Es frecuente leer críticas de
personalidades sabias y muy bien intencionadas al lenguaje que se emplea en los
periódicos. Y está bien porque esos errores pasan al público que desea mostrarse
culto. Lo mismo ocurre con los locutores de radio y televisión, sobre todo cuando
están relatando un partido de fútbol. Pero yo quisiera saber si los mencionados
críticos han estado algún tiempo en el entrañable ambiente de una redacción
donde todo es humo, griterío y urgencia. Si alguna vez –todos los días o todas las
noches- escuchó la voz imperativo-categórica del señor Secretario ordenando por
encima y a través de tumultos, chistes y las ametralladoras de las máquinas: -
¡Fulano! ¡Necesito para ayer veinticinco líneas sobre la catástrofe de Ñanducurá!”.
(1995).
Desarmando un cable
Las siguientes son las partes que componen un cable o despacho.
Guía o antetítulo: es el primer dato que se ve de un cable y constituye una
carta de presentación para los receptores. Nunca puede faltar en una información
y generalmente consta de una o dos palabras en mayúsculas separadas por un
guión. Con la guía ELECCIONES, los abonados de una agencia podrán identificar
fácilmente las noticias vinculadas con los comicios. De ese modo, todas las
informaciones relacionadas llevarán la misma guía, a la que se podrán añadir
palabras como GOBIERNO, CANDIDATOS o DISTURBIOS para dar más
precisiones sobre el contenido del despacho. El primer concepto tiene que ser
más amplio, mientras que el segundo deberá estar referido al hecho concreto o a
su protagonista.
En las agencias internacionales, generalmente la primera palabra del
Antetítulo corresponde al país donde se genera la información (ARGENTINA-
ELECCIONES) y cuando hay guías generales que involucran a más de un país se
puede utilizar una tercera palabra separada por una barra (ARGENTINA-
ELECCIONES/BRASIL).
Así como el título guía da los primeros datos básicos, a continuación o
antes del mismo suele utilizarse una palabra entre paréntesis que describe la
importancia o el carácter de la información y constituye una pista más para quien
está leyendo el cable sobre su contenido, extensión o condición: ARGENTINA-
ELECCIONES (Previsión). Sobre la Previsión, ver más adelante.
Cuando el cable ya tiene guía o antetítulo, lo que sigue se puede dividir en
tres partes: título, cabeza y desarrollo.
Título: es el que vende la noticia y hay quienes dicen que cuando se pone el
título se le está dando la vida o el alma a un despacho. Lo concreto es que de un
buen título puede depender la suerte de toda una información, tanto de un breve
cable escrito a las apuradas como de una crónica elaborada con gran esmero y
tras una larga investigación. La clave pasa por invitar a la lectura de toda una
noticia con pocas palabras, tan pocas que algunas agencias destinan al título un
espacio determinado (generalmente una línea) que no admite excederse ni
siquiera por una letra.
No hay una técnica o un método para los títulos sino algunas
recomendaciones básicas y ciertas costumbres, como escribirlos al principio o
reservarlos para el final, cuando es posible utilizar alguna idea o concepto
presente en el desarrollo. El título es una buena oportunidad para poner a prueba
el ingenio y la imaginación, obliga a utilizar al máximo la capacidad de síntesis y al
mismo tiempo a ser lo más claro y contundente posible.
No es recomendable repetir la información que da la guía ni eliminar los
artículos para economizar caracteres porque se corre el riesgo de caer en títulos
telegráficos tan desagradables a la vista como al oído. Decir “Deuda externa
argentina aumenta 20 por ciento pese plan ajuste gastos” ocupa el mismo lugar
que afirmar que “Creció el 20 por ciento la deuda de Argentina a pesar del ajuste
del gasto” y, aunque parezca mentira, todavía hay agencias de noticias cuyos
títulos se parecen más al primer ejemplo que al segundo.
Enrique Escande (EFE): Para escribir un título “hay que ser creativo y colar
esa cualidad en una síntesis estricta. Pensar un par de minutos más en la
elaboración de un título, lo enriquecerá”.
Alejandro Méndez (DyN, EFE): “Es lo más difícil, porque el título es en sí
mismo la noticia y su extensión está limitada. Hay que tener imaginación, por
supuesto sin caer en excesos que desvirtúen los hechos. Hay veces en que es
muy complicado cumplir ese requisito, por lo que en esos casos recomiendo
ensayar varios títulos y elegir el que resulte más adecuado”.
Fernando Alonso (Télam, Infosic): “El título del 22 de noviembre de 1963
fue „Asesinaron al presidente Kennedy‟. Cuatro palabras fueron suficientes para
que la gran mayoría del mundo tomara conocimiento y elaborara infinidad de
escenarios. Todo lo que se agregó después habrá servido para dar contexto,
ampliar o precisar la noticia, pero con ese título al mundo le alcanzó para saber de
qué se trataba”.
Cabeza: el primer párrafo es la otra parte esencial del cable, que de alguna
manera debe cerrar el círculo que comenzó con la guía y el título. Una cabeza no
puede dejar dudas o interrogantes, tiene que resumir todo en no más de cuatro o
cinco líneas. Además, es necesario que tenga algún atractivo para conseguir que
el lector no abandone la lectura del cable.
Tampoco hay una fórmula para escribir cabezas o copetes, pero no es
conveniente que comiencen con oraciones subordinadas, frases entrecomilladas,
adverbios y números. La claridad es esencial, y leer una cabeza en voz alta puede
ayudar a comprobar si permite una comprensión rápida de lo que se quiere decir o
si se trata de una sucesión de palabras confusas parecida a un trabalenguas.
Un buen primer párrafo es tan importante para un cable como una vidriera
bien presentada para un comercio de ropa o una mesa correctamente puesta para
un restaurante. Allí se detendrá el editor de un diario al que se le acerca la hora
del cierre, el productor de una radio que tiene esperando al locutor para que el
informativo salga al aire y hasta cualquier lector común que cada mañana hace un
breve paseo por portales de noticias de Internet antes de ir a trabajar.
Como nadie tiene el tiempo o el interés suficientes para leer todo lo que
pasa delante de sus ojos, se utilizan filtros y entre los cables de las agencias la
cabeza es uno de los preferidos tanto para los periodistas como para el resto de
los mortales. Puede ser impactante o puramente informativa, estar bellamente
escrita o despertar curiosidad y hasta resultar cómica, pero necesariamente la
cabeza de un cable debe tener algo distinto. Lo que no varía es el fragmento del
comienzo, donde se escribe el nombre de la ciudad desde donde se emite el
cable, el día y el mes, y el nombre de la agencia, algo que en los comienzos de la
historia de las agencias no se indicaba y que fue una innovación de Paul Julius
Reuter, según el periodista Alfonso Rojo (1998).
El comienzo de un despacho es el que genera la mayor cantidad de
comentarios, críticas, discusiones o elogios en las redacciones de las agencias.
Algunas cabezas pasan a la historia por su originalidad, muchas son borradas por
los mismos redactores que acaban de escribirlas y otras cambian de contenido por
obra y gracia de los editores. Por eso vale la pena pensar y esmerarse cuando de
ellas se trata.
Jorge Brinsek (UPI, NA, DyN, Infosic): “Cinco líneas son más que
suficientes para contar una noticia y en ese espacio hay que explicar las cosas
para que se sepa todo”.
Enrique Escande (EFE): “Una cabeza va con sujeto, verbo bien conjugado y
predicado; creatividad, sin gerundios y debe escribirse con filo fino, no con
serrucho”.
Desarrollo: para hablar del resto del contenido de un cable se puede
repasar el concepto de la pirámide invertida, ya que una vez que los datos
principales de la noticia aparecieron en la guía, el título y la cabeza, llega el
momento de desarrollarlos por orden de importancia. Para el segundo párrafo
habrá que reservar aquello que, por una cuestión de espacio, quedó afuera del
primero o algún dato que apareció en el título y no figuraba en la cabeza.
A partir del tercer párrafo el desarrollo puede volverse cronológico si, por
ejemplo, se trata de un hecho policial como un intento de robo a un banco, que
comenzó cuando un grupo de hombres armados entró a la sucursal, lo que
provocó un tiroteo con los policías que custodiaban el lugar y terminó con la
detención de los asaltantes. Es posible utilizar el mismo recurso con un partido de
tenis o un accidente de tránsito.
En cambio, si la noticia pasa por el anuncio de una serie de medidas
económicas será cuestión de priorizar las de mayor trascendencia o las que
tengan más consecuencias inmediatas para la población y seguir con las de
menor impacto. Lo mismo vale para las declaraciones de un diputado que opina
sobre el aumento de impuestos que acaba de disponer el gobierno.
Todo esto apunta a que si es necesario cortar el cable en algún punto, lo
que se pierda sea lo menos importante. Así como la pirámide invertida existe
porque los medios gráficos no pueden dedicar el mismo espacio a todas las
noticias, también es cierto que en estos tiempos de urgencias cotidianas todos
solemos abandonar la lectura de una información cuando deja de interesarnos o
ya nos enteramos de lo que queríamos saber.
Esto no significa que un redactor debe esforzarse por escribir bien la
cabeza y el segundo párrafo para luego encadenar frases inconexas con
repeticiones y errores ortográficos. Desde la primera línea hasta sus iniciales -la
firma que llevan todos los despachos-, todo será obra suya. Y si en el último
párrafo tiene un remate atractivo, que de alguna manera resuma el espíritu de la
información, mejor todavía.
Tipos de cables
En las agencias existe el criterio común de dividir los géneros o tipos de
información de manera que los receptores puedan identificar y relacionar noticias
con rapidez. No es lo mismo la información sobre el asesinato de una persona
famosa o el resultado de la final de un Mundial de fútbol que un despacho sobre el
próximo estreno de una obra de teatro o la evolución de las exportaciones de lana
durante el último semestre.
Flash: se utiliza ante un acontecimiento inesperado y de enorme
trascendencia. Generalmente se escribe todo con mayúsculas, con la palabra
FLASH primero y no tiene más de una línea. Cuando las noticias se transmitían
por telégrafo y aún por teletipo, los flashes llegaban a destino precedidos por el
estridente sonido de una campanilla para advertir sobre su importancia. Tampoco
ha cambiado el hecho de que un Flash interrumpe el envío del resto de las
noticias, que pasan a la lista de espera.
Urgente o Boletín: también se utiliza para noticias muy importantes y en
algunas agencias es denominado Avance o Anuncio. Puede figurar antes de la
guía o después y entre paréntesis. Es el primer cable con aspecto de tal, ya que
lleva título, lugar de procedencia y fecha. Generalmente no tiene más de dos
párrafos de extensión, que deben concentrar la mayor cantidad de información
posible. Ante una noticia sobre la que paulatinamente van agregándose nuevos
datos, como un accidente grave en el que aumenta el número de víctimas o los
primeros resultados de una votación, se pueden enviar varios Urgente.
Ampliación: es el despacho de treinta líneas mencionado más atrás, que
completa la información adelantada en el Avance. Después de uno o más
boletines, hay un tiempo máximo para enviar una Ampliación que depende de
cada agencia y va entre los quince minutos y la media hora. Con esta versión del
hecho los receptores ya pueden contar con una información breve y completa
sobre lo que acaba de ocurrir o está sucediendo.
Hay agencias de noticias que amplían sus anuncios sin colocar la palabra
Ampliación y la utilizan cuando se redacta otra versión de un cable enviado con
anterioridad pero que contiene nuevos datos o declaraciones. Inclusive es muy
frecuente encontrarse con cables que dicen Segunda Ampliación o simplemente
Actualización.
Cartelera o Previsión: así suelen llamarse los despachos más importantes,
amplios y elaborados que transmiten las agencias. Se anuncian con esa
denominación en unas listas que se envían entre una y tres veces al día a los
receptores avisándoles que esas son las informaciones significativas que se
enviarán en las próximas horas, las que probablemente ocupen la tapa de los
diarios o abran los noticieros de radio y televisión.
Las notas de Previsión no exceden una determinada extensión, ya sea en
líneas como en número de caracteres o palabras, para facilitar la tarea de los
medios gráficos, que pueden reservar a esos despachos el espacio justo en sus
páginas. Además, las agencias suelen anunciar la hora aproximada a la que será
emitida una Cartelera, de modo que los abonados calculen cuándo podrán contar
con la información.
Las listas surgen de reuniones y charlas entre el director periodístico, los
jefes de sección, los editores y en ciertas ocasiones algún redactor, mientras que
en las agencias internacionales se elaboran desde una central con el aporte de los
corresponsales o enviados especiales a distintos países.
Otras posibilidades para informar
También existen las notas denominadas Análisis, Comentario y Crónica,
que suelen ser las únicas que llevan la firma completa de su autor y no solamente
sus iniciales. Las primeras contienen la valoración o la interpretación del periodista
sobre un hecho, mientras que las otras dos pueden incluir datos de color, ser un
trabajo de investigación y hasta no referirse estrictamente a la actualidad.
Además están:
.El Resumen, que es un cable que concentra una serie de sucesos
trascendentes relacionados con una noticia principal, que pueden ocupar varios
cables de Cartelera. Es similar al Undated Lead de la UP, mencionado en la
Primera Parte.
.Las Reacciones, que son opiniones y declaraciones que puede generaruna
noticia.
.El Perfil o Biografía del protagonista de una noticia.
.Ante una noticia prevista, las agencias envían una serie de notas antes del
acontecimiento. En el caso de Deportes, se emite la Previa de un partido o de una
competencia.
.Repetición, es una prolongación del título guía que aclara que se reitera la
emisión de un cable.
.Corrección, también acompaña a la guía, y corrige determinado dato de un
cable ya emitido.
.La nota Embargada no puede darse a conocer públicamente hasta un
momento determinado en el mismo despacho.
.Aviso, que es cualquier advertencia dada a los clientes receptores ante
retrasos, cambios o incidencias que vayan surgiendo y modifiquen la pauta
establecida en la Cartelera.
.La personalidad de un cable
Todos los cables se construyen con palabras, números y signos. Pero con
la combinación de ellos cada uno adquiere su personalidad propia, tan parecida a
la de su autor. De esta manera, los rasgos de un despacho se van formando en
base a los antecedentes que se le agreguen, la variedad de fuentes consultadas y
a la cantidad de comillas, entre otros detalles. En esta sección vemos algunos de
esos elementos, con sus usos y abusos.
Comillas
El criterio ideal central sobre el uso de las comillas es tratar de usarlas en
su punto justo, para que contribuyan a enriquecer la noticia y no a volverla confusa
o tediosa. No es bueno abusar, sobre todo de los párrafos entrecomillados
enteros, y conviene reservar las comillas para los conceptos más interesantes y
relevantes dichos por un entrevistado. Básicamente, las comillas sirven para
reflejar fielmente las afirmaciones de alguien, aunque a veces su uso termina por
sacarlas de contexto. Las polémicas al respecto entre periodistas y entrevistados
abundan y por ahora parecen estar lejos de culminar.
Para que no haya dudas acerca de las frases delicadas, que pueden dar
lugar a varias interpretaciones, éstas se pueden incluir completas entre comillas,
pero hay editores que para prevenir excesos prohíben a los redactores colocar dos
párrafos seguidos que empiecen y terminen con comillas.
Otros afirman que no conviene empezar un despacho con una frase entre
comillas y recomiendan hacerlo solamente cuando la frase se destaca por su
fuerza u originalidad. “Hoy siento un odio que sería capaz de salir a matar”, fue el
comienzo de un cable de DyN del 3 de julio de 2002, que recogió las
declaraciones del padre del joven Darío Santillán, asesinado por la policía de un
disparo en la espalda durante una feroz represión a manifestantes en uno de los
accesos a la ciudad de Buenos Aires. En este caso, el editor consideró que la
utilización de las comillas al principio del cable era correcta.
Lo que sin lugar a dudas está mal (muy mal) es escribir una información
que diga “El ministro afirmó que si no mejora la recaudación de impuestos „me
voy‟”. Si la frase empieza en tercera persona el fragmento entre comillas no puede
ir en primera, y basta con leer la frase en voz alta para darse cuenta de que algo
anda mal. Parece obvio pero el error se sigue cometiendo a diario.
En el caso de las citas textuales, el español Bastenier (2001) opina que las
comillas son “letales enemigos” del periodista. “Cuando las utilizamos estamos
renunciando a nuestra propia voz; estamos retirándonos –aunque lo
entrecomillado lo haya elegido el autor- para dejar que otra persona aparezca en
primer plano y sea ella la que lleve la batuta de la información”, explica. Sin
embargo, admite algunas posibilidades: cuando la narración avance gracias al
entrecomillado, por tratarse de “amenazas, alusiones, anuncios y exhortaciones”;
cuando aquello que expresa el entrecomillado no puede contarse de mejor manera
con la propia redacción de los hechos; y cuando quien habla sea de tal rango, o lo
que diga sea de suficiente importancia, como para que “no queramos
intermediarios demasiado obvios entre sus palabras y el lector”. Y redondea: “Si
optamos por callar, lo mínimo que hay que pedir es que valga la pena escuchar lo
que otros tienen que decir”.
Como en el resto de los medios escritos, las comillas también suelen usarse
en las agencias -a veces con escaso criterio y no mucha coherencia- para resaltar
ciertos términos como sobrenombres, palabras en otros idiomas o que puedan
resultar desconocidas para los lectores. En un cable que tiene al futbolista Gabriel
Batistuta como protagonista, alguna vez se le puede llamar “Bati”, como lo
conocen en Argentina, o “Batigol”, el apodo que le pusieron en Italia. Pero
tratándose precisamente de un sobrenombre ideado por el mismo público que
leerá la noticia, no parece haber una necesidad imperiosa de ponerlo entre
comillas. Lo mismo ocurre con el “shock” productivo que pretende generar un
gobierno con una serie de incentivos a las exportaciones o con la “tormenta” de
rumores sobre la separación de la pareja “del momento”. En estos casos habría
que preguntarse: ¿qué es exactamente lo que se quiere decir con determinada
palabra? Algo puesto entre comillas, ¿qué es?, ¿un guiño de complicidad al
lector?, ¿un aviso de que se trata de una metáfora? Como no está claro, se pierde
precisión, y eso está penado en el periodismo de agencia.
Fernando Alonso (Télam, Infosic): “El abuso de las comillas es muy duro
para el lector. No conviene estar abriendo y cerrando comillas varias veces en un
mismo párrafo, las frases enteras son más legibles. Hay que meter la menor
cantidad de veces los dedos en un texto en el que un entrevistado cuenta algo”.
Mariano Fontenla (Dyn, EFE, Infosic): “Cuanto más pasajes del reportaje
vayan entre comillas, menos posibilidades habrá de que el testimonio quede fuera
de contexto”.
Alejandro Méndez (Dyn, EFE): “Es una cuestión de equilibrio para lograr un
cable bien escrito. Las comillas son muy útiles para dar frescura y contenido a la
noticia. Hay que usarlas en aquellas palabras o frases que mejor cumplan esa
función sin que esto suponga desvirtuar la intención de quien las dice. Por tanto,
también es una cuestión de ética profesional”.
(sic)
El 25 mayo de 2003 se produjo el traspaso del poder presidencial en
Argentina y autoridades de distintos países asistieron a la ceremonia. Unos días
antes de entregarle el mando a Néstor Kirchner, el presidente saliente Eduardo
Duhalde declaró exultante que “el Príncipe de Gales” iba a viajar especialmente a
Buenos Aires.
La presencia de Carlos de Inglaterra en Argentina hubiera sido toda una
noticia, ya que las relaciones entre ambos países distan de ser las mejores debido
al conflicto por la soberanía sobre las Islas Malvinas. El problema es que Duhalde
se estaba refiriendo al Príncipe de Asturias, Felipe de Borbón, heredero de la
corona de España, que fue quien finalmente estuvo en Buenos Aires.
Después de unos pocos minutos de confusión, distintas fuentes oficiales
salieron a enmendar el error del gobernante. Entonces, la noticia pasó a ser que
Duhalde se había confundido de príncipe y, para ponerlo en evidencia, algunas
agencias recurrieron al adverbio “sic”, que en latín significa así y se coloca entre
paréntesis. De ese modo, los despachos pudieron reflejar fielmente las palabras
que usó el presidente -que estaba contento de la llegada del “Príncipe de Gales
(sic)”, porque así lo dijo- y luego explicar que en realidad estaba hablando del de
Asturias.
Modismos de cada país o región
“Un colectivo mató hoy a un anciano de 74 años al atropellarlo en la
esquina de las calles Hipólito Yrigoyen y Entre Ríos, del barrio porteño de
Congreso, mientras se realizaba una manifestación de docentes en reclamo del
pago de salarios atrasados”.
En Argentina todos saben perfectamente lo que es un colectivo y para una
agencia local la cabeza de esta información es correcta. ¿Pero qué ocurre si esta
misma noticia llega a oídos de un español? No entenderá absolutamente nada o,
peor aún, pensará que ocurrió algo que realmente no pasó. Para un madrileño que
nunca estuvo en Buenos Aires, un colectivo es un grupo de personas que bien
podrían ser los docentes que reclamaban por sus salarios y no un autobús, que es
como llaman en España a ese medio de transporte. Como alguien dijo respecto de
ambos países, lo único que nos separa es el idioma.
Por eso, los redactores y editores de agencias internacionales deben tener
en cuenta a diario que las informaciones que pasan por sus manos serán leídas o
escuchadas por personas que hablan el mismo idioma pero de maneras muy
diferentes.
El lenguaje elegido por estas agencias es el llamado español neutro, que no
necesariamente debe hacer honor a su nombre, ya que cuenta con una gran
cantidad de variantes para, por ejemplo, distinguir entre huelga y paro, palabra
que para los españoles además de cese de actividades puede ser sinónimo de
desempleo. Pablo Valle (2001) propone una lista de “americanismos y
argentinismos que conviene evitar si se busca un español „neutro‟”, al que califica
como “ese monstruo exigido (y creado a medias) por el fluctuante mercado
internacional”, en relación a la industria editorial. Aquí publicamos un fragmento:
Evitar Reemplazar por
-birome -bolígrafo
-bolsa -saco
-chico -niño
-cuadra -calle, esquina, cien metros
-diario -periódico
-heladera -nevera, refrigerador
-muchacho/cha -joven
-saco -chaqueta
-sandwich -emparedado, bocadillo
-torta -pastel
-vereda -acera
-vidriera -escaparate
Los pilares de un cable: la información de archivo y de contexto
Tanto la detención de un famoso delincuente como la muerte de un actor de
larga trayectoria, pasando por un empate por los cuartos de final de la Copa
Libertadores, tienen una historia detrás, se producen en un contexto determinado
y suelen registrar antecedentes.
Un cable sobre el ladrón detenido que no tenga datos sobre los robos más
célebres que cometió, difícilmente sea publicado por algún medio, lo mismo que
otro sobre el artista fallecido que no hable de su carrera en el cine y la televisión,
con los detalles más recordados de su vida. Y ni hablar del despacho referido al
encuentro futbolístico, que puede haber sido el primero entre ambos equipos por
el torneo más importante del continente, en el que un goleador marcó su tanto
número cien o durante el cual se produjo la mayor concurrencia a un estadio en la
historia de la Libertadores.
Para todo es necesario echar mano a bastante más que la memoria, mal
que les pese a ciertos redactores que se jactan de poder escribir prácticamente de
cualquier cosa en base a sus recuerdos. La información que surge del archivo,
que en la actualidad ya no es necesariamente un lugar polvoriento y repleto de
papeles amarillentos, es tan importante como el hecho mismo, y a veces más.
Un cable con background (que en inglés significa, entre otras cosas,
historial, antecedentes) es otro cable, mucho más rico en información. En algunos
casos el back, como se le llama en las agencias, puede llegar a cambiar el sentido
de un despacho y en otros dar lugar a una o varias informaciones
complementarias relacionadas con los antecedentes de un hecho.
Con el avance tecnológico, el archivo de una agencia bien puede ser una
computadora instalada en medio de la redacción. Desde hace varios años EFE
tiene un sitio llamado Efedata, en el que pueden consultarse con rapidez cables y
biografías elaborados por la agencia española desde 1988 hasta la actualidad,
previo ingreso de una contraseña. En el caso de que la empresa no cuente con
uno propio, ahí está Internet, con páginas de información confiable pero también
de las otras. Incluso los sitios digitales de los diarios poseen motores de búsqueda
muy útiles.
A la hora de escribir un despacho también es necesario advertir en qué
contexto se produce un hecho y eso muchas veces también puede surgir del
archivo. No es lo mismo una noticia que habla sobre el asesinato aislado de un
policía que otra en la que se destaca que ese crimen se produce en medio de una
ola de violencia que ha causado la muerte de nueve miembros de esa institución
en menos de un mes.
Es recomendable que además cada periodista posea su propio archivo con
datos que pueden resultarle útiles para los temas sobre los que escriba,
principalmente si trabaja en una sección determinada. Lo más práctico es guardar
la información en una computadora, aunque no es condenable poseer un cajón del
escritorio atiborrado de papeles, siempre que se pueda encontrar lo que se busca.
Eso sí, cuando la montaña de hojas crece en forma desmedida conviene eliminar
lo que no se utiliza.
Las fuentes
“¿Murió el Papa? Busquemos alguna fuente que nos lo confirme”. Sin
pestañear, un jefe de redacción puede (y debe) aguantar la difusión de una noticia
de peso hasta que alguien en la agencia logre confirmarla con una o más fuentes
confiables o calificadas. Ante hechos de gran trascendencia se puede optar por
salir segundo en la pelea por la primicia pero mantener el primer puesto en la
carrera por el prestigio y la seriedad.
Un periodista debe contar con muchas fuentes de información propias, la
mayor cantidad que pueda, y nunca dejar de incrementar su número. Mientras,
hay que ir diferenciando entre las fuentes que siempre cuentan con datos ciertos o
indicios de algo que finalmente ocurre y las que mienten, presionan o falsean la
realidad por algún interés determinado. Tener buenas fuentes y variadas depende
de la experiencia y del tiempo, pero más que nada de la dedicación.
Los otros medios de comunicación también son fuentes, aunque en los
últimos años las agencias han pasado a utilizarlos como tales con exageración.
Para escribir un cable se pueden aprovechar la entrevista que un periódico
le hizo a un líder sindical, el testimonio de un empresario que se emitió por
televisión o las declaraciones de un ministro a una radio. Pero el problema es que
se han llegado a publicar despachos que informaron sobre la renuncia de un
presidente citando como fuentes a un canal de TV o una emisora radial. Levantar
noticias del diario, la radio y la televisión muchas veces es necesario, conveniente
y muy útil, pero todo tiene un límite. Además, cuando se hace, es imprescindible
citar la fuente.
El tema de las fuentes involucra dos conceptos sobre los que hay que
ahondar un poco: lo cierto y lo auténtico. Según el Diccionario de la Real
Academia Española (DRAE), es cierto algo “conocido como verdadero, seguro,
indubitable”. Por otra parte, define como auténtico lo “acreditado de cierto y
positivo por los caracteres, requisitos o circunstancias que en ello concurren”, y en
la cuarta acepción de la misma palabra habla de la “certificación con que se
testifica la identidad y verdad de algo”.
El tema de la autenticidad de las noticias que son ciertas está directamente
relacionado con el de las fuentes y la importancia de que una agencia tenga
informantes propios a la hora de emitir despachos sobre hechos de enorme
trascendencia. Si un país le declara la guerra a un vecino por un conflicto
fronterizo, una agencia de noticias seria no puede dar una información sobre el
tema en cuyo texto se cite como fuente a una radio o a un canal de televisión,
salvo que se trate de un medio de comunicación estatal y oficial.
Además, ¿qué grado de confiabilidad le pueden otorgar los receptores a
una agencia que ante un suceso del impacto y de la importancia del posible
estallido de un conflicto bélico se limita a copiar lo que dicen otros medios?
En el DRAE también figura la palabra documentado, que en su segunda
acepción quiere decir “persona que posee noticias o pruebas acerca de un
asunto”, lo que para el caso del ejemplo sería contar con algún comunicado o
testimonio oficial sobre la declaración de guerra.
Es cierto que un redactor o un editor de esa agencia –la que cita a otro
medio como fuente- pueden argumentar que dieron rápido una noticia cierta,
incluso antes que la competencia, pero nunca podrán afirmar que esa información
era auténtica y mucho menos documentada. Es muy común encontrar agencieros
que recuerdan las épocas no tan lejanas cuando ellos daban la gran mayoría de
las primicias y luego las escuchaban en los informativos radiales o televisivos.
En la antigüedad, un escriba era llamado copista o amanuense, que de
acuerdo con el DRAE significan, respectivamente, “persona que se dedica a copiar
escritos ajenos” y “persona que tiene por oficio escribir a mano, copiando o
poniendo en limpio escritos ajenos o escribiendo lo que se le dicta”. A los
periodistas que trabajan en agencias de noticias no les gusta nada cuando,
despectivamente, los llaman escribas.
El italiano Furio Colombo (1997) sostiene que el periodista debe imitar al
agrimensor respecto del manejo de las fuentes: “buscará continuamente la
triangulación entre los elementos disponibles, con tal de no rendirse a la
interpretación que le es propuesta”. Para él, sólo “queda el recorrido honesto y
testarudo de los hechos verificados con independencia, utilizando las fuentes, por
muy autorizadas que sean, sólo como uno de los posibles materiales de
construcción de la noticia”. También menciona el “deber cada vez más estricto y
riguroso de dos verificaciones: la del hecho, cuando es posible. O bien aquella,
hasta ahora demasiado descuidada, de la fuente. ¿Quién habla?, ¿por qué?, ¿por
qué ahora?”.
Alejandro Méndez (Dyn, EFE) recuerda: “Para las agencias extranjeras,
cualquier medio estatal es una fuente oficial. Durante los agitados días de la
rebelión militar de la Semana Santa de 1987 en Argentina, un periodista del canal
de televisión del Estado, que entonces se llamaba Argentina Televisora Color
(ATC), en su afán por apuntalar una primicia propia con otras fuentes comenzó a
leer en un noticiero un cable de EFE. Hasta que se dio cuenta de que la fuente de
la agencia era... ATC. Aclaró el asunto a los televidentes y aprendió la lección”.
Lugares comunes
”El presidente salió al cruce de los ataques de la oposición”, “El dirigente
desembarcó en la provincia”, “El enfrentamiento terminó con el luctuoso saldo de
seis muertos”, “La actriz echó por tierra las versiones sobre su separación”, “En
una maratónica sesión, el Parlamento aprobó la ley”, “El futbolista está enfrascado
en una polémica con el entrenador”.
El párrafo anterior es una sucesión de algunos de los tantos lugares
comunes que no solamente se encuentran en despachos de agencias, sino en
diarios y comentarios radiales o televisivos. En el caso de las agencias de noticias,
muchos periodistas argumentan que el uso de esta clase de palabras o frases es
culpa de la velocidad con la que están obligados a escribir. Probablemente sea
imposible no caer nunca en lugares comunes pero mientras se los pueda evitar,
mejor. Además, se puede decir que el presidente respondió a los ataques de la
oposición, que el dirigente incursionó por primera vez en la provincia o que los
incidentes causaron seis muertos. Y es tan rápido escribir de esta manera como
de la otra.
Además de contener palabras ampulosas y términos que muchas veces
confunden al público, en algunos casos los lugares comunes responden a una
especie de repetición automatizada de algo que de tanto escucharlo o leerlo se
vuelve correcto, o mejor dicho corriente.
En muchos cables es normal ver que una persona herida o enferma fue
“intervenida quirúrgicamente”. Si en ese mismo despacho se menciona que la
persona está o estuvo internada en un hospital o que fue trasladada de urgencia a
un centro médico, ¿no es más fácil decir que fue operada o intervenida?
Lo mismo ocurre con el “paquete de medidas” que prepara el gobierno. ¿No
puede ser un conjunto, un bloque o directamente las medidas que prepara el
gobierno? O los autos que “colisionaron frontalmente” en una esquina, que para
cualquier vecino que vio el accidente simplemente chocaron de frente. Además no
existe tal verbo, existe el sustantivo colisión.
Sobre los llamados lugares comunes, Miguel Ángel Bastenier (2001) opina
que uno “de los enemigos mortales del periodista es esa voz anónima, colectiva,
popular, que repite y fabrica latiguillos sin cesar, porque prende en el público una
expresión que inicialmente hasta habría podido parecer ingeniosa. Puede tratarse
de una sola palabra, como carismático, auténtica plaga del ingenio de los
repetidores, y que le cae a los personajes más insospechados (...) o
construcciones como dar luz verde, cuando lo que se quiere decir es dar permiso
para algo”.
Un buen ejemplo para advertir sobre el peligroso acecho de los lugares
comunes es el que utiliza con sus alumnos Carlos Werd, editor de EFE en Buenos
Aires y docente en una escuela de periodismo deportivo (el lector está invitado a
descubrirlos):
EL GOLEADOR QUE MURIÓ EN EL MÁS COMÚN DE LOS LUGARES
No sin esfuerzo logró sobreponerse a aquellos meses de soledad en los
que se llamó a silencio para no precipitar los acontecimientos. Una apretada
síntesis de su vida revelaba que aquel "crack" del Caballito Juniors había sido
recluido en las sombras luego de que varios agentes del orden quedaron
sorprendidos en su casa con un macabro hallazgo de insospechadas
derivaciones: el cuerpo sin vida de su novia, que ejercía la profesión más antigua
del mundo, yacía al lado de un cuchillo de grandes dimensiones.
Haciendo gala de un inusitado coraje, el "Beto" Flores logró renacer como el
Ave Fénix y, tras una paciente investigación de los servidores del bien público que
provocó un encendido debate en la sociedad, el único goleador de raza del fútbol
argentino recuperó su libertad. Atrás había quedado el luctuoso suceso que
interrumpió su meteórica carrera deportiva.
El Día D había llegado. Al despuntar el alba, el "Beto" salió de la prisión
curiosamente ataviado sin esperar la ola de intenso frío que azotaba a la ciudad.
Una nube de fotógrafos que lograron evadir el cerco policial eternizaron aquel
imborrable momento de la vida del goleador, que fue transmitido por la pantalla
chica y seguido por los aficionados del balompié con marcado interés.
Presa de pánico ante semejante marco, el "Beto" tomó tímidamente un
micrófono televisivo e hizo uso de la palabra por breves instantes ante el silencio
espectral de los presentes, que bajo una pertinaz llovizna vieron cómo el
"centroforward" iniciaba una veloz carrera hacia el automóvil de un acaudalado
empresario, dueño de una compañía de transporte público de pasajeros y
presidente de su club. Después de detenerse unos minutos en la casa de Dios,
donde recorrió mentalmente los caminos insondables de su vida que bien podrían
ser trasladados al séptimo arte, el "Beto" llegó al estadio donde una abigarrada
multitud lo esperaba para ver su regreso a la verde gramilla, un acontecimiento
para alquilar balcones.
Tras un conmovedor recibimiento de los hinchas, que daban al espectáculo
un marco imponente, Flores ofreció su cuota habitual de talento, más necesaria
que nunca para un equipo apremiado por el fantasma del descenso.
Cuando el cero parecía sellar el resultado, el "Beto" recogió el esférico a
veinte metros del arco, eludió a tres rivales y fue víctima de una fuerte infracción
del arquero, que privó a los espectadores de observar un gol de preciosa factura.
A instancias del banderín solferino, el hombre de negro sancionó la pena máxima
ante el delirio de la parcialidad.
Flores, que ya se había metido a la hinchada en el bolsillo, tomó con
seguridad el balón y se aprestó para ejecutar el penal, en un final no apto para
cardíacos. Con una frialdad alemana, el "centroforward" demostró que su olfato
goleador seguía intacto y definió como los dioses al colocar la pelota donde anidan
las arañas y haciendo estéril el esfuerzo del arquero.
Cuando el entrenador del Caballito Juniors ordenó su reemplazo por un
hombre de refresco, la hinchada de su equipo despidió al "Beto" con una lluvia de
papelitos, aunque no faltaron los inadaptados de siempre que le dedicaron una
abrumadora silbatina y le arrojaron objetos contundentes.
Ferviente opositor de las declaraciones de ocasión, Flores abandonó
rápidamente el vestuario y emprendió una rauda marcha hacia el circo
palermitano, donde lo esperaba otra de sus pasiones: los nobles equinos.
Sin embargo, en la intersección de las arterias Acoyte y Avellaneda, tres
delincuentes con frondoso prontuario que circulaban a bordo de un automóvil azul
se interpusieron en su camino y, fuertemente armados, sostuvieron con Flores un
nutrido intercambio de disparos, mientras el alarmado vecindario preveía el
desenlace fatal.
El "Beto", la infortunada víctima de las circunstancias, quedó tendido en la
carpeta asfáltica al tiempo que un dantesco incendio se desataba en su vehículo
como consecuencia del estallido del tanque de nafta. En tanto y en cuanto los
vecinos controlaron las voraces llamas, un próspero comerciante de la zona llevó
al "centroforward" a un nosocomio cercano. Fuentes fidedignas aseguraron que su
órgano vital no pudo resistir la cruenta agresión pese al titánico esfuerzo de los
facultativos.
“El periodismo actual, devaluado por la multitud de indocumentados que
ejercen la profesión, es un tacho lleno de pestilentes lugares comunes”. Enrique
Escande.
Otros vicios de redacción
Existe una gran cantidad de palabras que se utilizan como enganche entre
párrafos o simplemente responden a una especie de vicio de redacción que puede
comenzar por un cronista o un editor para luego extenderse hacia todas las
agencias de noticias.
El término “Asimismo” seguido de una coma es uno de los nexos más
clásicos y puede aparecer varias veces en un cable, como si una ley nunca escrita
impidiera la utilización de palabras tan simples como “También” o “Además”.
Tampoco es que siempre exista la obligación de vincular los párrafos y, con tal de
hacerlo, abusar de los “Asimismo” o los “En tanto”.
Entre los incontables vicios de redacción, la conjugación del verbo cosechar
se ha vuelto uno de los más comunes, y no precisamente en informaciones
referidas a la agricultura. Un político “cosecha” apoyos de otros partidos y una
obra de teatro “cosecha” elogios de la crítica, pero muy pocas veces ambos
“consiguen”, “logran” u “obtienen” apoyos o elogios.
También, un ministro se “autoproclama” candidato presidencial, otro
miembro del Poder Ejecutivo se “autoexcluye” de la lucha por el poder y un
funcionario ejerce su “autodefensa” ante un escándalo de corrupción. Ese ministro
puede proclamarse candidato, el otro puede excluirse y el tercero salir en defensa
propia, sin tantos autos de por medio.
Generalmente, en los cables de agencias las organizaciones terroristas se
atribuyen la autoría de los atentados, cuando lo que hacen es directamente
atribuirse el atentado. Sería lo mismo si a un escritor le dan un premio por la
autoría de su novela, cuando es más directo –y ahorra palabras- decir que lo
premiaron por su novela.
En las informaciones sobre accidentes o enfrentamientos armados, casi
siempre el redactor hace un “balance” de víctimas en lugar de ir al grano y escribir
que “hubo cuatro muertos”.
Palabras nuevas, inventadas y otros dialectos
Prácticamente todos los días surgen palabras o términos nuevos desde el
imaginario popular. Aunque en los últimos años ha habido una gran apertura en
este sentido, generalmente las agencias de noticias las encierran entre comillas o
las reemplazan por eufemismos que quieren decir lo mismo pero de una manera
más formal.
No sería raro que en el servicio que en el servicio de una agencia un cable
diga que “La policía secuestró más de diez mil discos compactos „truchos‟”,
cuando en Argentina desde los presidentes y los jueces hasta el peatón de
cualquier ciudad utilizan la palabra trucho desde hace por lo menos una década
para referirse a las cosas, personas o hechos falsos, inventados o adulterados.
La cosa cambia si la agencia es internacional y hay que explicarle a una
persona que vive en Nicaragua por qué en diciembre de 2001 los argentinos
protestaban contra el corralito financiero. En esos casos se puede poner el término
entre comillas y acompañarlo con una breve explicación: “como se conoce en la
Argentina a las restricciones para el retiro de depósitos bancarios que impuso el
Gobierno”.
En esa misma época, cacerolazo se convirtió en la palabra más
representativa de las protestas callejeras que precedieron al estallido social en el
país. Sin embargo, algunas agencias internacionales se resistían a utilizarla y
preferían hablar de “caceroladas” o de “movilizaciones en las que la ciudadanía
manifestó su descontento golpeando cacerolas”. Claro que había que explicar lo
que era un cacerolazo, pero no por eso esconder el término que usaban sus
mismos protagonistas.
Mariano Fontenla (DyN, EFE, Infosic, Télam) opina que el momento en que
deja de ser necesario recurrir a las comillas o a las explicaciones de las palabras
nuevas es cuando las acepta el público. “Un periodista es también, aunque a
veces no lo parezca, un miembro más de la sociedad –aclara-. De manera que
habla y escribe como el resto de los mortales. Al margen de los términos que se
agregan al vocabulario popular por un acontecimiento específico, hay algunos
periodistas que pretenden ser finos y usan en la redacción de sus informaciones
palabras que jamás tendrían en cuenta en un diálogo coloquial”. “Por ejemplo,
¿alguien llamaría a su madre a la casa para avisarle que calcula „arribar a la
vivienda pasadas las 20‟? Pues muchos de los personajes a los que siguen los
periodistas no llegan a ningún lugar sino que „arriban‟ y en ocasiones los heridos
no son llevados a un hospital sino „trasladados a un nosocomio de la zona‟.
¿Alguien fue alguna vez a un nosocomio?”, insiste.
Algo muy distinto son las palabras que inventan los propios periodistas o
que tratan de imponerse desde los medios de comunicación hacia la gente. En
política basta que el dirigente Rodríguez ocupe un cargo importante o forme un
nuevo partido para que exista el rodriguismo, el entorno rodriguista y hasta la
rodriguización de una corriente. Así se confunde a los lectores, que ni siquiera
pueden llegar a saber quién es el tal Rodríguez. En un diario porteño se llegó a
mencionar al “chichismo” para referirse al grupo de adherentes a Hilda “Chiche”
González, esposa del ex presidente Eduardo Duhalde.
Sumemos otra invención literaria. Si es fácil decir que además el pobre
Rodríguez está acusado de haber cometido una gran defraudación o un enorme
engaño antes de dedicarse a la política, ¿por qué hay quienes dicen que se lo
vincula con un megafraude?
Habría un abuso del condicional
“Habría acuerdo con el FMI”, “Romario pasaría al Manchester United”,
“Subirían los impuestos”. Ejemplos sobre usos de verbos en condicional abundan
tanto en los títulos como en el desarrollo de las noticias, al punto de que hay días
en los que en ciertas ediciones de periódicos, informativos de televisión o
boletines radiales todo está a punto de ocurrir. Muchas veces la necesidad de
difundir un hecho que puede generar un gran impacto o despierta mucha
expectativa en la población alienta a redactores y editores a utilizar el condicional
antes de confirmar definitivamente que lo que puede haber ocurrido efectivamente
sucedió.
La situación se torna más grave aún si en un cable se difunde el dato de
que como consecuencia de una explosión “habría cuatro muertos” o que el
derrumbe de una pared “habría sepultado” a los ocupantes de una vivienda, como
tampoco es correcto informar que “los asaltantes habrían liberado a los rehenes” o
que “el canciller habría presentado su renuncia”.
Sin que haya necesidad de abolir el condicional, está claro que se utiliza en
exceso y que en algunas ocasiones resta claridad y hasta seriedad a la
información. Desde “es posible” y “cabe la posibilidad”, hasta “se cree” o
directamente “puede”, existen múltiples recursos para evitar la abundancia de “ías”
en un despacho. Lo que hay que tener en cuenta es que siempre es mejor
informar bien que hacerlo rápido.
.El eterno combate: Velocidad versus Calidad
Escribir rápido o con precisión, ¿qué está primero?
Para un periodista es vital escribir bien, pero un agenciero además de tener
esta condición debe hacerlo rápido y con la menor cantidad de errores de tipeo.
Generalmente los editores son los encargados de foguear a los redactores
novatos mediante un inconformismo aparente pero eterno. Al grito de “esto no es
un semanario”, “tu cable lo tuve que reescribir entero” o “fíjense bien dónde ponen
los dedos”, azuzan sin pausa a los cronistas y de ese modo logran corregir errores
o vicios.
A los clientes de una agencia de noticias no les sirve recibir una información
correctamente escrita sobre el cierre de la Bolsa dos horas después de la
finalización de los negocios, como tampoco un despacho que diga que un índice
subió cuando en realidad bajó o que contenga palabras imposibles de leer.
Cuando ocurre un hecho, la rapidez para enviar un cable sobre el mismo es muy
importante pero las fallas en su contenido pueden conspirar contra esa requerida
inmediatez al momento de la edición, cuando se pierde tiempo en corregirlo. Y, en
caso de salir al aire sin modificaciones, directamente minar el prestigio de la
agencia.
Para Fernando Alonso (Télam, Infosic), “una información rápida pero
errónea o mal escrita puede generar confusión y no es útil”, pero también “una
información bien escrita pero tarde pierde en la competencia por la primicia. En
una agencia siempre el secreto fue escribir bien y rápido”.
John Reichertz (Reuters) lanzó una advertencia para los que creen que la
prioridad es que el cable propio se emita antes que los de la competencia, cueste
lo que cueste y salga como salga. "El tiempo es una cuestión importante
-reconoce-, pero también lo es la calidad. No se está midiendo siempre qué nota
llegó primero. Por ejemplo, si en un diario un cable de AP llegó a las 3 y el de
Reuters llegó a las 4, pero tienen hasta las 5 o las 6 para decidir dónde van a
poner la noticia, también tendrán tiempo para evaluar cuál de los dos cables es el
de mejor calidad, y el que van a usar".
En cuanto a la presión con la que conviven diariamente redactores y
editores, Alejandro Méndez (DyN, EFE), afirma que “entre los medios de
comunicación, las agencias de noticias son las que más cierres informativos
tienen, porque son los mismos que los de sus variados clientes: diarios, radios,
canales de televisión y, desde hace unos años, Internet”.
“Esto cobra mayor importancia cuando ocurre una „crisis noticiosa‟, un
suceso de enorme trascendencia mundial que genera consecuencias. Y todo se
hace más difícil cuando se trata de una agencia internacional debido a las
diferencias de horarios entre los países, razón por la cual se los agrupa por
regiones”, agrega. Aunque la presión disminuye una vez lanzada la primera noticia
de la crisis, Méndez asegura que “tarde o temprano llega el momento en que
todas las agencias han dicho lo mismo sobre el asunto en cuestión” y entonces la
exigencia pasa por “la calidad del servicio: la puntualidad en los resúmenes, las
cabezas atractivas y, sobre todo, los enfoques correctos e ingeniosos”.
Según su punto de vista, la solución es que “alguien mire el trabajo de sus
compañeros desde afuera, tanto para cumplir con los horarios de los resúmenes
como para detectar cualquier ángulo novedoso de la información y evitar el goteo“,
como se llama al exceso en los envíos de noticias relacionadas con el tema
principal. “El goteo confunde a los clientes de la agencia y suele cometerse en el
fragor de la crisis, cuando varios redactores están escribiendo sobre el mismo
tema y se termina por perder la perspectiva del servicio”, apunta Méndez.
La belleza, ¿es posible?
Ante tantas urgencias, presiones y exigencias, cabe preguntarse si es
posible encontrar cables bellamente escritos y que al mismo tiempo cumplan con
la premisa básica de informar. Aunque es cierto que un hecho, su protagonista o
un entrevistado pueden contribuir en gran medida a darle lustre a un despacho de
agencia, también depende de lo que aporte quien lo haya escrito.
Fernando Alonso considera que “un cable que responde a todas las
preguntas, en forma sencilla y comprensible para el conjunto de la sociedad, es
bello”, para luego aclarar que “las crónicas de Gabriel García Márquez son piezas
literarias de incalculable valor, pero difícilmente habrían podido ser cursadas en el
formato típico de una agencia”.
“Un cable simple puede ser bello. Cualquier abuso lo estropeará”, dice
Enrique Escande (EFE), quien también recurre a García Márquez para sostener
que “antes de ser Nobel de literatura es periodista y jamás encontrarás en sus
textos una palabra que no entiendas. Si se utilizan las palabras adecuadas se
puede hacer una bella información”.
Basta con comparar estos dos cables que EFE transmitió desde Japón el
27 de junio de 2002, mientras en ese país y en Corea del Sur se disputaba el
Mundial de fútbol. Ambos están bien escritos pero el segundo, firmado por
Nemesio Rodríguez, indudablemente le da un fuerte valor agregado a la misma
información.
Caso 1
LOCURA EN JAPON POR DORMIR EN LA CAMA DE BECKHAM
Los miles de admiradores japoneses del centrocampista inglés David
Beckham han inundado de llamadas para pedir reserva en el hotel Westin Awaji,
donde se alojó la selección inglesa en Hyogo, para tratar de dormir en la misma
cama que su ídolo.
Los dueños del hotel-centro de conferencias se han dado cuenta de la
rentabilidad que acompaña a los británicos y cobran un sobreprecio de 5.000
yenes (41 dólares) por cada una de las 28 habitaciones del décimo piso, donde
estuvieron los futbolistas ingleses.
Sin duda el ídolo de Inglaterra en Japón ha sido Beckham, que sin haber
exhibido su mejor fútbol durante las últimas semanas ha conseguido una legión de
admiradores de ambos sexos.
Siguiendo la práctica habitual de este país, donde se suelen esconder con
celo extraordinario detalles sobre la intimidad de los clientes, el hotel no ha
desvelado cuál es la habitación exacta en que durmió Beckham, lo que alimenta el
misterio mientras se rentabilizan las visitas.
El fenómeno Beckham ha sido sin duda alguna uno de los acontecimientos
extradeportivos más sobresalientes del Campeonato Mundial Corea-Japón en un
país enamorado de las celebridades sin importar especialmente cual sea su
peculiar destreza.
La sonrisa pícara del rubio jugador y su peculiar peinado han estado
presentes en decenas de noticieros, portadas de revistas, publicaciones sobre
moda, periódicos deportivos, de información general o especializada, en este
Mundial.
Los medios japoneses, ignorantes de buena parte de los lances del juego,
optaron por centrarse en glosar detalles sobre futbolistas particulares y no hacer
tanto énfasis en lo que ocurría sobre el césped para no aburrir al gran público.
Inglaterra jugó todos sus partidos en Japón, en las ciudades de Saitama,
Sapporo, Osaka, Niigata y Shizuoka, con un balance de dos victorias, dos
empates y una derrota ante Brasil en cuartos de final por 2-1 que la dejó fuera del
campeonato”.
Caso 2
TONTO, SI, PERO OLIENDO A BECKHAM
¿Te imaginas acostado en la cama del hotel donde durmió David Beckham?
La verdad es que no, ¿dónde está el gusto?
Hay que preguntárselo a los miles de admiradores japoneses del "Spice
boy" de la selección de Inglaterra que han inundado de llamadas para pedir
reserva a la centralita del hotel Westin Awaji de Hyogo donde se alojó el equipo
durante el Mundial.
Los dueños del hotel se frotan las manos porque adivinan que de las 28
habitaciones del décimo piso van a sacar un dinero extra, sobre todo en la de
Beckham, un jugador que parece más un divo de Hollywood que alguien que sale
a un campo embarrado a mancharse las medias.
Beckham pasa por oler muy bien -lo dijo Ronaldo de su camiseta-, pero se
supone que en los hoteles mudan la ropa de cama cada vez que accede un nuevo
cliente a la habitación.
A uno le engatusan diciendo que tendrá el privilegio de dormir en la cama
donde acostó su millonario cuerpo la estrella de Inglaterra. Uno va, se mete entre
las sábanas y qué siente. Nada. El roce de una sábana. Tomas aire con fuerza y
nada. Como todos los aires de las habitaciones de hoteles, acondicionado.
¿Y si no la han mudado? Eso es otro cantar. Uno va, se mete entre las
sábanas y percibe aquel olor. A perfume, muy intenso. Ya puedes contar que te
has acostado en la misma cama de Beckham y que olía a perfume.
¡Menuda experiencia!, te dirán. ¡Qué excitante! ¿Y qué perfume era? No sé,
perfume. ¿Y por qué sabías que era el perfume de Beckham? No sé, porque olía
bien, normalmente las sábanas de las camas de los hoteles no huelen a nada.
Podía ser de otro. Sí, podía, pero era el de Beckham. ¿Cómo estás tan
seguro? Porque me salió muy caro. ¿Cuánto? Ahí te entra la duda: si presumes al
alza te van a decir que hace falta ser tonto para pagar tanto por dormir en la cama
del "Spice boy" y si tiras a la baja te señalaran que era muy barato como para que
fuera la de Beckham.
Entonces, al alza. Pues, me costó 5.000 yenes (41 dólares) más que el
precio normal de la habitación. ¿5.000 yenes? Tú eres tonto.
Tonto, sí, pero oliendo a Beckham.
.El manual de estilo
Los manuales de estilo suelen ser lindos libros con los que los medios
periodísticos fortalecen su imagen institucional, pero no se ha sabido de ningún
redactor que se haya peleado con un compañero después de acusarlo de robarle
el suyo. En realidad, el estilo por lo general es impuesto por el director, y cada
nuevo jefe trae sus propias pautas. Éstas pueden implicar la prohibición de usar
determinadas palabras en los cables, un ritmo de trabajo, cierta actitud frente a las
noticias, y la exigencia de más o menos rigor informativo.
”El mejor manual de estilo es un buen diccionario de la lengua castellana”,
opina Jorge Brinsek. Y aporta una idea. Para él, los manuales deben tener datos
que sirvan para explicarle las noticias a la gente, por ejemplo, cuántos litros tiene
un barril de petróleo o las diferencias entre un batallón y una brigada militar. Debe
responder a las necesidades de la región que cubre el medio informativo porque “a
un diario de la ciudad de Alta Gracia (provincia de Córdoba, en el centro de
Argentina) no le sirve el manual de estilo del The New York Times. Es muy relativo
según dónde estés”.
Cada periodista debería armar su propio manual con los números de
teléfono que usa con más frecuencia, direcciones de portales de Internet con
información útil para su sección, y nombres y cargos de personas (por ejemplo, los
miembros de la Corte Suprema o los presidentes de los clubes de fútbol más
importantes). En Policiales se puede hacer una pequeña ficha de antecedentes de
algunos de los personajes más relevantes (comisarios, delincuentes, abogados,
jueces), y aportarle datos a lo largo del tiempo para recurrir a ella cuando esa
persona reaparezca en las noticias.
Especializada en información económica, Marina Guimarães (Estado) tiene
en su casa de Buenos Aires, cerca de la computadora desde donde envía material
a San Pablo, un diccionario portugués-español con lenguaje de ese ámbito y hasta
uno de lunfardo (argot de la ciudad de Buenos Aires y suburbios). Además pega
papelitos sobre una plancha de corcho con advertencias y datos que siempre debe
tener presentes cuando escribe. Entre ellos, la diferencia horaria con París -hacia
donde también transmite información-, o cómo se escribe "analiz/sa", según sea
en español o en su lengua de origen.
"Yo suelo llevar un pequeño archivo de datos que en sí mismos no son una
noticia pero sé que me servirán en el futuro -dice Méndez-, como el
endeudamiento de las empresas, la situación del sector financiero y análisis de
otros medios sobre determinados asuntos".
El manual de estilo no sería entonces un libraco olvidado en un cajón, sino
un conjunto de datos acopiados por cada periodista de acuerdo a sus
necesidades, que le facilitaría el trabajo diario. Se trata de hacer un repaso de los
apuntes que se necesitan con más frecuencia, y organizarlos en el papel o en la
computadora para que sea muy cómodo acceder a ellos y encontrar lo que se
busca.
TERCERA PARTE
.La información
El mundo de la información ha cambiado para las agencias de noticias
desde que en el siglo XIX Charles Havas usaba palomas mensajeras para enviar
algunos cables.
Cuando Ignacio Ramonet, de Le Monde Diplomatique, pasó por Buenos
Aires en 2001, aseguró que “hoy la comunicación es el quinto elemento”,
equiparando con el fuego, el aire, la tierra y el agua al actual flujo de voz, imagen y
texto por vía digital. Esa posibilidad de emisión y recepción, dijo, permite el
transporte de riqueza mediante bits, tal como lo hacen las bodegas de los barcos,
los aviones y los trenes con los contenedores. Juan Olaechea (1986) opina que el
producto manufacturado “cederá su puesto" en la escala económica ante el
avance de la comunicación y de la información, que se constituirán en factores de
dominio y poder. “En un mundo altamente tecnificado y automatizado -escribió-, el
sector de los servicios, y en especial la información y la comunicación, constituirán
el centro de gravedad económico y el mensaje recibirá una cotización superior a
los productos industriales”.
La información es tan vital para la autora Gloria Ponjuán Dante (1998), que
califica como "imprescindible" para un país desarrollar sus propias capacidades
para interactuar con la industria mundial de información. Sostiene que las
"infoestructuras" nacionales contribuyen a que datos e informaciones puedan
convertirse en conocimientos y que éstos conduzcan a una acción que aporte al
desarrollo económico y social de los países.
El Informe Mac Bride (1993), elaborado por la Unesco en 1980, sostiene
que la información y la capacidad para transmitirla, almacenarla y usarla es un
"recurso decisivo, al igual que los energéticos o las materias primas”. En los
países subdesarrollados la información debe considerarse como un recurso
nacional, agrega el documento, que pueda aprovecharse como un instrumento
educativo, aunque la información transmitida no esté relacionada directamente con
la educación. "La información es un derecho social, no una mercancía. Debe tratar
de que los individuos cobren mayor conciencia, de que entiendan plenamente la
situación económica y política de sus problemas (...) La información debe ser un
instrumento de liberación y también, en los países industrializados, un medio para
la eliminación de los prejuicios etnocéntricos prevalecientes”. Recomendamos
repasar la última oración.
Vinculado con este tema, se está planteando en el Derecho la posible
necesidad de pensar en un nuevo concepto de soberanía. Pongamos un caso: un
país con tecnología de punta observa mediante uno de sus satélites el suelo de un
país subdesarrollado para evaluar sus recursos, pero no comparte su información
con el observado, que no tiene los medios para hacer el mismo estudio. Lo más
probable es que le venda esos datos, después de aprovecharlos para saber si hay
cierto mineral o de cuántas toneladas será la próxima cosecha de trigo. ¿Esto
representa la idea de la libre circulación de la información? ¿O una intromisión de
una nación sobre otra? Por ahora, el que posee la tecnología pone las
condiciones.
El periodista polaco Ryszard Kapucinski (PAP, polaca) cree que desde que
está considerada como una mercancía, la información dejó de verse sometida a
los criterios tradicionales de la verificación, la autenticidad y el error. “Ahora se rige
por las leyes del mercado. Esta evolución es la más significativa entre todas las
que han afectado al mundo de la cultura. El mercado se ha salido de su espacio
natural económico y hace imperialismo con la información”, dijo el célebre
reportero (2001). Pero este fenómeno no es novedoso. López-Escobar (1978)
recuerda que ya en la década del ‟80 del siglo XIX se acercaba “el momento de
decidir si las noticias deberían continuar como elementos de un tráfico
estrictamente comercial, o podía pensarse en algo que las hiciera más afines a un
servicio público, que las hiciera cumplir más exactamente la función pública a la
que sirven”
Al mercado podríamos sumarle el espectáculo y así terminar de devaluar
del todo a la información periodística. Para la columnista española Maruja Torres
(2003), el "cínico maridaje entre el periodismo y el espectáculo" se debe a la forma
en que se reclama la información. Ella escucha un grito que dice: "Entreténganme,
por favor. Denme noticias, en cantidad y con amenidad suficientes como para
construir el olvido a medida que las voy deglutiendo. Esa vocecilla terrible del que
paga y manda, que pide el estrépito de lo accesorio y la depreciación de lo
importante".
En este contexto, el contorno de la información varía su forma mientras es
tironeada por un editor y un receptor. Sólo queda confiar en la honestidad y la
inteligencia de cada uno, para que el primero emita lo que considere útil para su
audiencia y para que el segundo sepa discernir entre los datos que lo ayudan a
vivir y lo que es mero ruido. Camino a los dos siglos de historia en los hombros,
las agencias siguen buscando su espacio en este mundo.
El periodista Angelo Agostini (1998) cree que con la informática la actividad
periodística se convierte "en lo que es realmente: un trabajo intelectual colectivo,
una interacción entre profesiones diferentes. Y, sobre todo, un modo de
producción atenazado entre la ley del mercado, que rige toda actividad industrial y
comercial, y la responsabilidad social a la que el periodismo no podría renunciar
sin perder su identidad, que le diferencia de los mil oficios de la comunicación”.
Asimetría en la producción mundial de noticias
Toda asimetría o desigualdad que existe en los más diversos campos a
nivel mundial no es independiente de las que se dan en el orden económico
internacional. El contraste entre la superabundancia de información producida en
el mundo desarrollado y la magra elaboración del subdesarrollado es una
manifestación más de esa estructura. Al respecto, el Informe Mac Bride acierta
con tres aseveraciones:
* “Es evidente la conexión entre los problemas de la comunicación y el nuevo
orden económico internacional: los cambios requeridos en ambas esferas forman
parte del mismo proceso necesario para la generación de una división
internacional del trabajo más equitativa y justa”.
* “Las corporaciones transnacionales tienen una responsabilidad especial porque,
aunque proveen información al resto del mundo, ayudan a crear modelos
económicos y sociales y una uniformidad del comportamiento de los consumidores
poco conveniente para muchas sociedades”.
* “Pocos niegan que la corriente unilateral de la comunicación sea un reflejo de las
estructuras políticas y económicas dominantes en el mundo, las que tienden a
perpetuar la dependencia de los países más pobres frente a los países más ricos”.
Entre las naciones ricas se destaca Estados Unidos, una aplanadora de
información. El italiano Furio Colombo (1997) se queja de que aunque Europa
tiene una "fuerza considerable de difusión" de las propias noticias y de que Japón
"controla con firmeza" las informaciones que lo afectan, sólo el paso a través de
las agencias estadounidenses "transforma una noticia de acontecimiento local en
acontecimiento internacional”. Desde México, Luis Ramiro Beltrán y Elizabeth Fox
de Cardona (1980) denuncian que “la esencia del problema no sólo reside en cuán
poco es lo que se informa sino también en qué es lo que no se informa y en qué
es lo que se informa y cómo”. Y agregan: “tanto por omisión como por comisión y
por accidente y designio, la cobertura noticiosa de América Latina por Estados
Unidos es sistemáticamente superficial e invariablemente sesgada”. Como escribió
el uruguayo Eduardo Galeano (1998), “América Latina es una información
condenada al olvido”.
Pero el mundo industrializado responde. “Desde que la primera fuente de
noticias y clientes para las agencias es el mundo desarrollado, es inevitable que
dediquen la mayoría de sus recursos a cubrir esas áreas y producir servicios para
ellas”, resume Jonathan Fenby (1986).
El autor considera que agencias como AP, Reuters, AFP y -cuando jugaba
entre las grandes- UPI “no están presionadas por sus suscriptores de los
principales mercados para aumentar la cobertura de África, Asia o América latina,
excepto cuando los acontecimientos en una de esas regiones están relacionados
directamente con el mundo industrializado”. Y no ahorra crudeza cuando opina
que “las noticias y el comercio continuarán yendo unidos internacionalmente. Las
naciones pobres, por definición, no tienen un gran potencial comercial”.
Si existe una dependencia en el mundo en la cual una mayoría de naciones
pobres es sometida por la minoría industrializada, agrega, "no es el trabajo de las
grandes agencias rectificar esa situación pero sí informar sobre ella, cubriendo las
malas noticias tanto como los acontecimientos y situaciones de una naturaleza
más positiva”.
Por último, pronostica:
* Las grandes agencias seguirán ejerciendo su monopolio, dominando la cobertura
y la distribución de información instantánea para los medios de comunicación de
países ricos y pobres.
* Ante la ausencia de alternativas viables, las grandes agencias también seguirán
siendo los mejores medios prácticos para asegurar que “el mundo recibe un
razonable flujo de información sobre sí mismo”.
Podríamos calificar como cínicas las afirmaciones de Fenby, pero también
deberíamos plantearnos si la situación que describe no ilustra lo que hacen las
agencias ubicadas en las capitales de cada país u otras grandes ciudades,
cubriendo al detalle lo que sucede en ese sitio y sus suburbios, e ignorando gran
parte de lo que ocurre en el resto del territorio nacional. Volviendo al tema de la
desigualdad de capacidades para recolectar y difundir información, insistimos en
que es una manifestación más de la desigualdad económica. Como dice López-
Escobar (1978): “el interés periodístico está vinculado a unas posibilidades
tecnológicas y financieras que no se pueden desdeñar. En este sentido el desnivel
informativo no sería el elemento esencial, sino un rasgo más dentro del complejo
haz de relaciones existentes entre el mundo desarrollado y el que se encuentra en
vías de desarrollo”. Las grandes agencias están apoyadas en países ricos, que
pretenden difundir y a veces imponer al resto del mundo su visión global sobre
asuntos culturales, políticos, económicos o militares. Por ejemplo, el crecimiento
que ha tenido EFE en los últimos años no es ajeno al de España, acuciada por
hacer oír su voz entre las grandes naciones. Como dice López-Escobar, se intenta
exportar “un modo de contemplar la realidad”.
El futuro de las agencias, según un experto
“El modelo de negocio tradicional de las agencias se tambalea”, opina
Ramón Salaverría, director del laboratorio de Comunicación Multimedia de la
Universidad de Navarra, España. Cree que eso sucede a raíz de que las agencias
de noticias, tras la difusión de Internet, perdieron el monopolio de provisión de
información de los medios de comunicación. En la actualidad un diario o una
estación de radio pueden encontrar en Internet materia prima que complemente el
suministro de las agencias, como en los portales de universidades, bases de datos
de acceso libre y publicaciones especializadas. Para Salaverría, el “gran temor” de
las agencias es que esas nuevas fuentes digitales pasen de ser complementarias
a sustitutivas. “Es evidente que las agencias ya han dejado de ser la fuente de
información única para los medios”, recalcó en la entrevista que se le hizo por
correo electrónico en 2002, especialmente para este libro.
- En la práctica profesional ¿hubo una adaptación a las innovaciones técnicas o se
siguen dando noticias como en la época del teletipo?
Ramón Salaverría: Las agencias de noticias se enfrentan a un doble reto estilístico
a raíz del proceso de convergencia multimedia que se ha desencadenado en los
últimos años. Por un lado, se enfrentan a una novedosa demanda de información
por parte de los nuevos medios: el paulatino desarrollo de la información
multimedia (aquella que combina texto, imágenes y sonidos) reclama de las
agencias la capacidad de suministrar paquetes informativos que integren materia
prima informativa en esos tres formatos, simultáneamente.
En segundo lugar, por lo que se refiere más concretamente a la redacción
periodística, las agencias se enfrentan a la necesidad de suministrar textos que
permitan su fácil descomposición estructural. La creciente tendencia de la prensa
en internet de elaborar notas informativas hipertextuales va a reclamar de las
agencias la capacidad de ofrecer materia informativa en bruto que resulte
fácilmente editable.
Esto no implicará la desaparición del servicio tradicional de noticias
redactadas conforme a estructuras clásicas, como la pirámide invertida. Sin
embargo, es probable que fomente el surgimiento de nuevas formas paralelas de
suministrar la materia prima informativa a los medios, de manera modular. En
estos momentos, augurar como serán esos nuevos servicios supone hacer ciencia
ficción.
Sin embargo, pienso que una posibilidad sería ofrecer aisladamente cada
uno de los elementos básicos de la información para que después el medio
receptor los organice a su antojo. Este servicio podría incluir un resumen de la
noticia (en dos o tres párrafos) y piezas independientes muy detalladas sobre el
qué, quién, dónde, cómo, cuándo y por qué de la noticia.
De hecho, creo que esta novedosa forma de ofrecer la información
resultaría hoy día muy útil para los medios interactivos que se animan a elaborar
las primeras informaciones hipertextuales e, incluso, para aquellos periódicos
impresos que emplean diseños modulares y que incorporan abundantes despieces
y recuadros.
- ¿Qué efecto causó en las agencias la irrupción de internet? ¿Aprovecharon las
posibilidades que ofrece?
R.S.: Al igual que ocurrió con otros medios, la aparición de Internet no ha sido
incorporada estratégicamente por las agencias. La prensa en general acogió los
primeros pasos de la Red con cierto menosprecio, sin otorgarle apenas crédito
respecto de su desarrollo futuro. Más tarde, mientras se evidenciaba el
crecimiento exponencial de la Red, llegó la fase del temor: los medios tuvieron
pánico ante la posibilidad de que la ola internet se llevara por delante a los medios
clásicos.
Buena parte de ese pánico aún pervive entre los medios, pero estamos
alcanzando un tercer estadio en el que los medios empiezan a entender la Red
como un escenario natural para su desarrollo.
No en vano una de las expresiones de mayor éxito en este comienzo de
siglo es la de Convergencia Multimedia. Los medios han entendido que su futuro
radica en saber distribuirse las tareas informativas en función de las
potencialidades de cada cual y en buscar círculos virtuosos en los que las
audiencias de un medio alimenten a las de sus medios hermanos.
La desorientación y crisis de identidad que ha afectado estos últimos años a
las agencias de noticias no es, por tanto, algo privativo de las agencias. Ha sido
algo común a todos los medios. Y en todos ellos cabe afirmar que se ha producido
un insuficiente aprovechamiento de las enormes posibilidades que ofrece la Red
como fuente y como soporte para la información periodística.
- ¿Cree que las agencias son las más acérrimas ejecutoras de las formas de
redacción periodística tradicional, como la pirámide invertida? Si es así, ¿eso
debería cambiar?
R.S.: Creo que sí. En términos estilísticos, la producción informativa en las
agencias apenas se diferencia de la que se realizaba hace un siglo. El formato
textual de la pirámide invertida sigue siendo el molde con el que se elabora la
práctica totalidad de las noticias que suministran las agencias. Y no hay que
olvidar que ese formato estaba pensado para un tipo de periodismo que rendía
culto a la noticia de última hora y en el que importaba más el dato que la
interpretación. La irrupción de Internet ha reverdecido el culto a la última hora, por
lo que al menos desde esa parte sigue siendo -el de la pirámide invertida- un
formato eficaz.
Sin embargo, en el periodismo de hoy también importa sobremanera la
interpretación y contextualización de la información. Y es aquí donde la pirámide
invertida muestra notables carencias. La prensa en Internet, por ejemplo, permite
añadir a la nota de agencia elementos contextualizadores que amplíen la
información y permitan al lector profundizar en aquellos aspectos de la noticia que
más le interesa.
En este nuevo entorno informativo, limitarse a ofrecer la información en
pirámides invertidas de apenas unos pocos centenares de palabras resulta, en
muchos casos, insuficiente e insatisfactorio para el lector.
- ¿Siguen siendo viables las agencias?
R.S.: Como ya he apuntado antes, el modelo de negocio de las agencias se ha
resquebrajado notablemente en los últimos años. Ahora bien, en la medida en que
las agencias acierten a diversificar sus servicios adecuadamente tendrán grandes
posibilidades de salir adelante.
En el nuevo panorama mediático que ha traído consigo la digitalización son
muy necesarios los medios que suministran información de última hora y que lo
hagan con credibilidad contrastada. Hoy por hoy, las agencias siguen siendo los
medios que mejor saben responder a esa demanda.
El cambio. ¿Qué le pasó a las agencias?
Jorge Brinsek (UPI, NA, DyN, Infosic) pinta con una experiencia personal el
desplazamiento que han vivido las agencias.
Escena 1: Estaba en la oficina de UPI en Buenos Aires el 22 de noviembre
de 1963 cuando la teletipo empezó a moverse para todos lados. En la agencia
trabajaba un estadounidense, que cuando se acercó a la máquina lanzó un fuerte
grito. Sus compañeros pensaron que se trataba de una mala noticia familiar,
porque el circuito de transmisión a veces era usado por los empleados para
mensajes personales. Era el atentado contra el presidente John F. Kennedy, que
provocó que la agencia fuera “el epicentro” del país, donde esa noche se
concentraron periodistas de otros medios y políticos para seguir la noticia.
Escena 2: En la década del ‟90, Brinsek estaba recostado esperando para
comer cuando su nieta se le acercó y le dijo: “Dice la abuela que pongas el
televisor porque empezaron a bombardear Belgrado”.
“Éramos dueños de la información y nos convertimos en un espectador
más”, reflexiona el veterano agenciero, quien opina que en la actualidad los
camarógrafos y los corresponsales de televisión son “los nuevos héroes” del
mundo de la comunicación. Al oscurecimiento de las agencias puede haber
contribuido el hecho de que estén “muy achanchadas” y que sólo sean
“recolectoras de testimonios radiales y televisivos”. Predica que a ese material hay
que ponerle antecedentes, convertirlo en un “producto manufacturado”, y de esa
manera darle forma al que considera el desafío actual de las agencias: explicar el
porqué de las cosas.
Para Mariano Fontenla (DyN, Infosic, EFE, Télam), hasta mediados de la
década del ‟80 la agencia era considerada como la cocina de las noticias. De ellas
surgían todas las primicias que recogían las radios, los diarios y los canales de
televisión. “El jefe de turno de una agencia nacional de noticias daba la orden de
salida a un cable, se cruzaba de brazos y a los pocos segundos escuchaba de
boca de los locutores de radio y televisión la lectura del texto que acababa de
corregir”. Considera que la agencia fue perdiendo terreno en el campo de las
primicias frente a la radio y la televisión por razones de presupuesto y el avance
de la tecnología.
Entre esos avances está Internet, que le vino a complicar la existencia a la
agencia y su estructura convencional. Un diario que tiene su sitio en Internet y da
noticias minuto a minuto, ¿es una agencia de noticias? Cuando ocurrieron los
atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, las personas no
tuvieron que esperar hasta el otro día a que saliera el diario y enterarse de los
detalles, sino que se volcaron a sus diarios digitales preferidos y en muchos casos
los saturaron.
Marina Guimarães (Estado) dice que aunque muchos diarios los artículos
en sus sitios de Internet, ella no llamaría a eso una agencia. “Una agencia tiene
que producir la nota en un corto tiempo y distribuirla para que otros medios la
utilicen", aclara. Pero reconoce que "los sitios de los diarios reemplazan en cierta
forma a las agencias, aunque no cumplan la función tradicional de ellas de
distribuir las notas". La diferencia que destaca es que en el sitio digital de un diario
el lector decide acceder a él; en cambio, una agencia debe distribuir la información
a cada uno de sus clientes.
Uno de los periodistas que ha pasado de trabajar en una agencia tradicional
a un sitio de Internet -Terra- es Diego Igal (Télam, Infosic). Aclara que un portal
tiene proveedores de noticias (que son las agencias), por lo que es poca la
información que se produce. “Lo que cambia es la forma de presentar la noticia: en
Internet escribimos para un lector/consumidor final, mientras que en una agencia
hay cosas que pueden obviarse porque te dirigís a un editor/periodista”.
Por ahora, muchos portales siguen siendo entidades muy publicitadas y con
poco personal, donde las noticias son una parte más entre una numerosa cantidad
de ofertas del mismo sitio. Mientras, las agencias continúan manteniendo una
estructura de redactores preparados para escribir noticias. En la era de la
tercerización de los servicios y la letanía de bajar costos, a un portal le conviene
más pagar por un servicio de noticias que armar su propio equipo. Alguien debe
cubrir una conferencia de prensa, ir a la calle por un choque múltiple de autos o
hacer una guardia periodística a la salida de un juzgado, y no parece que a los
sitios de Internet les interese –ni les convenga- destinar personal a esas tareas.
Una empresa de servicios
Las agencias son, básicamente, empresas de servicios. Para que vivan y
crezcan, el experto en marketing Philip Kotler (1996) les sugiere elevar la
diferenciación competitiva, la calidad del servicio y la productividad.
1) El primer punto consiste en desarrollar una oferta, entrega e imagen
diferenciadas. La empresa de servicios que busca e introduce innovaciones con
regularidad ganará una serie de ventajas temporales sobre los competidores y, al
hacerse de una reputación de innovación, podrá retener a los clientes que desean
ir con el mejor.
En 1997, Infosic implementó una sección que consistía en la selección de
las frases más destacadas del día, tanto de políticos como de deportistas, jueces o
cualquier protagonista de una noticia, y que era publicada por varios diarios de la
Argentina. También se seleccionaban opiniones de periodistas de la radio y la
televisión, y brevísimos diálogos jugosos mantenidos entre éstos y sus
entrevistados. Otro servicio innovador de la misma agencia consistía en poner
cada hora en su página en Internet un noticiero grabado, que podía ser emitido por
cualquier radio abonada. La idea es presentar la información que tienen todos de
una manera más ingeniosa, creativa o impactante. Deportes podría elegir al
deportista nacional de la semana, por su desempeño en el país o en el exterior, y
escribir un perfil del mismo. Otro hecho novedoso ya implementado ha sido ofrecer
el servicio vía Internet, mediante el uso de una contraseña. En 1994, la ya
desaparecida agencia porteña Interdiarios puso a la venta un CD-Rom con un
archivo de notas escritas desde 1989.
Así la diferenciación puede ser tanto en el contenido como en la forma de
transmitirlo, aunque siempre será mejor apuntalar lo primero, por convicción o
porque el presupuesto no permite innovar en nuevos equipos. Sobre el tema, el
periodista español Bastenier (2001) escribió algo respecto de los diarios: "Cuando
tengamos todos los medios expresivos en la mano, cuando lo que sepamos,
hayamos visto y oído, sea sólo cosa nuestra, cuando en virtud de lo anterior nos
convirtamos en fuente de nuestra propia información, es cuando ésta nos
distinguirá más y mejor de nuestro competidores". Traducido al idioma de las
agencias, esto significaría dejar de reprocesar lo que se publica en los diarios o se
escucha en las radios y producir material genuino con fuentes propias.
2) Acerca de la calidad, la clave consiste en cumplir con -o superar- las
expectativas en el servicio de los clientes. Estas expectativas se forman por las
experiencias pasadas, recomendaciones verbales y publicidad de la empresa.
Algunas prácticas enfocadas a la calidad son:
*Obsesión en satisfacer las necesidades de los clientes. Aquí se pueden hacer
notas y entrevistas a pedido de los clientes, y no sólo ofrecerles un paquete
cerrado.
*Establecer normas de alta calidad en el servicio. Esto implica no prestarse a
operaciones políticas o empresariales que pretendan difundir información con un
sentido que no sea periodístico; y despachar cables sin errores de ortografía o
incompletos, con variedad de fuentes y bien escritos.
*Vigilar o auditar el desempeño del servicio. Además de leer todo lo que sale al
aire, hablar con frecuencia con los clientes para conocer sus necesidades.
*Responder con rapidez a las quejas de los clientes.
*Satisfacer a los empleados tanto como a los clientes, porque las relaciones con
los primeros se reflejarán en las relaciones con los segundos. No sólo implica
pagar un salario justo, sino también crear un entorno agradable que puede incluir
el respeto del tiempo del redactor para almorzar, tener disponible un servicio de
bebidas calientes y frías, pantallas en los monitores que protejan la vista y sillas
que alivien las espaldas de los periodistas.
3) Kotler indica que hay seis enfoques para mejorar la productividad:
*Trabajar con mayor inteligencia, que puede lograrse con un mejor procedimiento
de selección y capacitación del personal. Dada la tendencia a un fortalecimiento
del Mercosur (bloque regional formado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay,
que tiene a Chile y Bolivia como socios comerciales) y, quizás, hacia una mayor
integración latinoamericana, las agencias deberían apoyar a sus periodistas para
que estudien portugués o español, según el caso. Esto mejoraría la cobertura de
los asuntos de la región, que no sólo son políticos y económicos, sino que abarcan
todas las secciones de una agencia. Otra manera de aplicar este consejo es
dedicar más tiempo a la planificación de coberturas noticiosas.
*Elevar la cantidad del servicio, aunque perdiendo cierta calidad. Un legítimo
objetivo empresario puede ser ofrecer más cables que la competencia o darle
prioridad a emitir una noticia antes que nadie, aún sin tener mucha certeza sobre
lo que ocurrió realmente. Claro que se corre un serio riesgo de pérdida de calidad
y credibilidad.
*Industrializar el servicio al agregar equipo y estandarizar la producción. El
segundo aspecto, el de la estandarización, suena peligroso para aplicar en una
agencia de noticias. Pero podría concretarse en establecer y respetar los horarios
en los que se anuncie a los abonados la lista de temas que serán los más
importantes de la jornada, y la hora en que efectivamente se emitirán esos cables.
*Reducir o hacer obsoleta la necesidad de un servicio al inventar una solución de
producto. En 2002 un grupo de diarios chicos de la Argentina implementó un
sistema para recibir todos los días vía Internet y desde Buenos Aires el
suplemento Edición Nacional -ya diseñado y listo para imprimir en papel- con las
noticias nacionales e internacionales, y así se dedicaban sólo a escribir y
diagramar las noticias locales. Una agencia podría evaluar la posibilidad de ofrecer
un servicio similar, porque para hacerlo ya tiene gran parte de la infraestructura.
*Diseñar un servicio más eficaz. No siempre significa poner más plata, sino hacer
las cosas de mejor manera. Es posible que un cliente -por ejemplo, un diario-
tenga suficientes recursos para dedicarlos a Policiales. Renunciaría entonces a
pagar por una provisión de notas de esa sección pero estaría dispuesto a pagar –
menos- por el resto del servicio. De esta manera una agencia podría segmentar
sus secciones y venderlas por separado, permitiendo a un jefe de redacción o al
productor de un noticiero armar su propio menú entre varios proveedores. "Las
agencias serán viables en tanto den un servicio especializado", es la profecía de
Guimarães (Estado).
Los caminos de las agencias
Es probable que cada medio siga peleando por encontrar o mantener su
lugar en el mundo de la información y que de esa manera cada uno de ellos vaya
profundizando su tipo de lenguaje de acuerdo al público al que se dirija. Mario
García, diseñador integral de diarios, opinó que vamos hacia una
complementación de medios en la que tendremos que pensar más en la
información y no tanto en el soporte.
Todos buscarán la primicia, pero quizá uno se especialice en impactar, otro
en dar múltiples visiones sobre un hecho, otro en suministrar información
económica y financiera, y otro en ofrecer notas sobre deportes, espectáculos y
casos policiales. Cada discurso probará si se siente más cómodo montado sobre
el papel, los bits, las imágenes, las ondas de radio o una combinación de algunos
de ellos.
Agostini (1998) acerca su pronóstico: “El periodismo multimedia ocupará,
pues, su lugar al lado de los periodismos tradicionales. La información del futuro
será la obra de medios de comunicación que propongan cada uno una información
diferenciada. En resumen, ya es tiempo de renunciar a esa entidad casi mitológica
que se llamaba el periodismo, y de admitir la existencia de periodismos
diferenciados en función de los públicos, de los contenidos, de las formas, de los
modos de producción, de difusión y de consumo de la información”.
Respecto de las posibilidades de desarrollo de las agencias, otra vía es la
de convertir parte de su andamiaje para ser, también, minoristas de la información.
Así lo cree Salaverría, de la Universidad de Navarra, para quien el futuro de las
agencias pasa por convertirse “hasta cierto punto en un medio más, es decir, en
un canal informativo que no sólo dirija sus productos a otros medios sino también
directamente a los propios ciudadanos”. Además, sostiene que otra “potencial
fuente de negocios” es ofrecer algún tipo de acceso pago a los “fabulosos
archivos” que las agencias vienen construyendo desde hace años.
En resumen, surgen algunas posibilidades para que las agencias subsistan
y se desarrollen:
*Insistir en darle un contexto a los hechos y explicar el porqué de las cosas.
*Modificar su estructura de emisión y apuntar al mercado minorista.
*Proveer información a portales de instituciones y empresas que quieran brindar
noticias a sus visitantes.
*Profundizar en su manera de decir las cosas y elaborar sus propios contenidos,
para apuntar al sector del público que no se sienta satisfecho con los otros medios
informativos.
*Ofrecer y cobrar sus secciones por separado, de acuerdo a las necesidades del
cliente.
*Aprovechar el valioso capital que conforman sus archivos para implementar algún
servicio pago para acceder a ellos. También podría utilizarse ese acopio de datos
para elaborar otros productos informativos.
¿Adónde vamos?
Olaechea (1986) cree que los medios de comunicación están en proceso
avanzado de crear un nuevo lenguaje de conocimiento, y que el empleo a gran
escala de las computadoras contribuye a una concepción diferente de la lógica.
"Un modo nuevo de lenguaje y un modo nuevo de juicio o de proceso lógico
-agrega- implican una nueva cultura y, consecuentemente, una nueva sociedad”. A
medida que las nuevas generaciones vayan adaptándose a los “medios
multisensoriales”, se habrá ido desarrollando la capacidad de las facultades
perceptivas e “irá reviviendo el dominio de las formas de comunicación anteriores
a la imprenta”.
El cambio en la capacidad receptora de las personas exigirá que se les
ofrezca “el objeto correspondiente y la comunicación adecuada a su función y
rechazarán lo que no se ajuste a ella, aboliendo así „la tiranía de la imprenta‟,
desplazada por vivencias multisensoriales que pondrán al ser humano en una
relación más auténtica con su medio natural y social”.
De acuerdo a este audaz pronóstico, podemos sospechar que aún no
hemos visto el medio de comunicación que atravesará el tercer milenio. Pero tal
vez podría parecerse al hombre hirsuto del que hablaba Tizón en la primera parte
de este libro, en referencia a una relación emisor/receptor más auténtica y una
capacidad más honda de de transmitir sensaciones; a aquel que con un relato
armado con gestos y gruñidos conmovía, e informaba, a un auditorio reunido en
torno al fuego.
Apéndice
.Breve cronología de las agencias
1832. Charles Louis Havas abrió en París una oficina que ofrecía traducciones a
los periódicos, y en 1835 se convirtió en agencia. Usaba, entre otros medios,
palomas mensajeras. En 1944 tomó el nombre de Agence France Presse (AFP).
Fueron empleados suyos Bernhard Wolff y Paul Julius Reuter, que luego fundaron
sus propias agencias.
1848. Surgió la primera Associated Press (AP) cuando se unieron seis diarios de
Nueva York. En 1900 fue refundada, esta vez como cooperativa.
1849. Bernard Wolff fundó la agencia del mismo nombre en Berlín, luego
denominada Kontinental.
1851. El alemán Paul Julius Reuter creó la Reuter Telegraph Agency en Londres.
1865. El periodista español Nilo María Fabra creó el Centro de Correspondencias,
antecedente de la agencia que llevó su nombre.
1900. Leandro Saporiti fundó la Agencia Noticiosa Saporiti en Buenos Aires. El
Servicio de Inteligencia del Estado la compró en 1976 y dejó de funcionar en 1984.
1907. La United Press Associations (UP) comenzó a emitir en junio desde Nueva
York, fundada por E. W. Scripps; empezó con la venta del servicio a 369
periódicos.
1925. Se fundó la agencia soviética Telegrafnoie Agentstvo Sovyetskoyo Soyouza
(TASS), que con el tiempo sustituyó a su antecesora Rosta, creada por Lenin.
1931. Se constituyó en Río de Janeiro, Brasil, la Agencia Meridional.
1937. En Pekín, China, nació la agencia Hsinhua.
1939. Nació EFE en España sobre la agencia Fabra, que fue disuelta.
1945. Se creó la Agencia Nazionale Stampa Associata (ANSA) en Italia como una
cooperativa de medios, en reemplazo de Stefani, fundada en 1854 y que fue un
instrumento de propaganda fascista.
1945. Se fundó Telenoticiosa Americana –hoy Télam- el 14 de abril en Buenos
Aires, por decisión del gobierno de Edelmiro Farrel-Juan Perón para oponer
información propia a la que producían UP y AP.
1949. Un grupo de medios de la República Federal Alemana creó la agencia
privada Deutsche Presse Agentur (DPA).
1953. La Unesco publicó un estudio donde asentaba que AP, UP, International
News Service (INS), Reuter, AFP y Tass informaban a 144 países que reunían al
98,7% de la población mundial.
1955. Tres periodistas chilenos fundaron en su país la Agencia Informativa ORBE.
1958. En mayo se aliaron United Press e International News Service, ésta del
grupo Hearst, y conformaron la UPI.
1973. Se fundó Noticias Argentinas (NA) en Buenos Aires, cuando el gobierno
prohibió a las agencias extranjeras transmitir información nacional y las empresas
nucleadas en la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (Adepa)
compraron UPI-Argentina. El primer director fue David Kraiselburd. Fue la única
agencia clausurada durante la Guerra de Malvinas (1982).
1981. Se fundó Diarios y Noticias (DyN) en Buenos Aires -como un
desprendimiento de NA- el 15 de diciembre, y comenzó a operar el 15 de marzo
de 1982. Su primer director fue Horacio Eduardo Tato.
1982. Nació la Alianza Iberoamericana de Agencias de Noticias, con DyN, EFE,
ORBE, FIDES (Bolivia), Colprensa (Colombia), AEP (Ecuador), ACAN (Panamá),
APN (Paraguay), Andina (Perú), y la adhesión de Notimex (México).
1986. El magnate mexicano Mario Vázquez Raña compró UPI, que estaba en
crisis desde hacía años, por 41 millones de dólares. En 1992 fue vendida por 6
millones al predicador evangelista estadounidense Pat Robertson.
1995. Cerró en Buenos Aires la agencia Interdiarios.
1997. Se fundó Infosic en Buenos Aires.
.Guía de agencias en internet
AP: ap.org (EE.UU.)
AFP: afp.com (Francia)
ANSA: ansa.it (Italia)
DPA: dpa.com (Alemania)
DYN: dyn.com.ar (Argentina)
EFE: efe.com (España)
ESTADO: estadao.com.br (Brasil)
INFOSIC: infosic.com.ar (Argentina)
NA: noticiasargentinas.com (Argentina)
NOTIMEX: notimex.com.mx (México)
O GLOBO: oglobo.globo.com (Brasil)
REUTERS: reuters.com (Reino Unido)
TÉLAM: telam.com.ar (Argentina)
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