4.0 patologia del nadador de larga distancia
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4.0 Patologia Del Nadador de Larga DistanciaTRANSCRIPT
©Francisco Luis Peral Pérez, 2010 1
UD 4. Accidentes y patologías en los deportes náuticos: NATACIÓN.
PATOLOGIA DEL NADADOR DE LARGA DISTANCIA
©Francisco Luis Peral Pérez, 2010
Introducción:
La natación está considerada uno de los deportes más completos a nivel metabólico-
energético y morfofuncional por el uso del tren superior e inferior en su ejecución técnica, con
desarrollo de las capacidades de resistencia aeróbica, fuerza, velocidad, elasticidad, etc. Con la
singular posición horizontal (decúbito prono=posición ventral o decúbito supino=posición dorsal
dependiendo de los estilos natatorios: crol, espalda, braza y mariposa) que tiene que adoptar el
nadador para coordinar los movimientos de sus extremidades y del cuerpo y poder respirar en su
desplazamiento en superficie por el agua que es considerada la posición hidrodinámica favorable
para alcanzar los logros deportivos que han marcado la historia de este deporte con las hazañas de
mitos como Johnny Weissmüller (Tarzán), Mark Spitz o Michael Phelps entre otros.
En España destaca la figura de David Meca, como campeón mundial de larga distancia, que
ha cruzado el Canal de la Mancha, el Lago Ness, Estrecho de Gibraltar, etc., y entre sus hazañas
personales en 2006 consiguió atravesar parte del Mar Mediterráneo desde la costa peninsular
Alicantina hasta el archipiélago balear con una distancia de aproximadamente 110 Km y para lo
cual estuvo nadando durante 25 horas 48 minutos. Aunque es Martin Strel quien ostenta el record
mundial de nado más largo con 504 Km sin parar en el río Danubio (2001).
A diferencia de la actividad física lúdico-recreativa que suponen los baños en el mar,
piscinas de toboganes de Parques acuáticos, comunitarias, públicas, de hoteles, etc. donde
divertirse y disfrutar son su finalidad principal, la natación es una modalidad deportiva que
implica un esfuerzo físico deportivo que requiere de una técnica aprendida durante años para
desplegar cierta destreza adquirida con elevadas cargas de entrenamiento donde los deportistas se
especializan en su estilo dominante y una distancia a recorrer (ej.- velocista de mariposa, braza y/o
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fondista de media o larga distancia) y tienen como objetivo la mejora de su rendimiento y su
finalidad es obtener los mejores resultados deportivos en la competición. Es un deporte de
movimientos cíclicos ya sean simultáneos (braza, mariposa) o alternativos (crol, espalda).
En el caso del nadador de larga distancia estamos hablando de aquel deportista que se
somete a entrenamientos de resistencia aeróbica predominante al estilo crol y que no solo compite
en piscina, donde la distancia olímpica se limita al 1500 m. libres del fondista o los 10.000 m. del
fondista de larga distancia, sino que suelen competir en travesías en altamar, lagos, ríos, pantanos y
en los campeonatos internacionales suelen recorrer los 5,10 y 25 Km. Esta peculiar modalidad
supone exponerse a la patología propia del nadador de piscina con las características lesiones
cutáneas (micosis, papilomas, molluscum contagioso, etc.) del ambiente húmedo y caluroso de los
recintos climatizados. Igualmente por contacto con productos químicos como el cloro, bromo,
ozono, etc. necesarios para el mantenimiento del agua de los vasos de las instalaciones acuáticas de
uso colectivo, que provocan reacciones alérgicas e intoxicaciones con procesos respiratorios
aguados (rinitis, faringitis, bronquitis, etc.) por su poder de irritación y toxicidad.
La patología deportiva específica o tecnopatía propia del deportista de elite asociada al
sobreentrenamiento, sobreuso y sobrecarga del elevado número de repeticiones (microtraumatismo
de repetición) ocasionan lesiones musculoesqueléticas de la extremidad superior tan características
en el nadador como es la tendinopatía del supraespinoso entre los componentes del manguito de
rotadores o atlopatía conocida como “hombro del nadador”. En su etiología se tiene que estudiar la
ejecución del gesto técnico del nado de crawl o estilo libre por realizar ese movimiento “overhead”
propio aunque como se verá más adelante son varios los factores predisponentes y/o causales. Un
nadador medio efectúa unas 15 brazadas x 25 m, esto supone que se realizan entre 600.000 a 2
millones de brazadas/año. En el caso del nadador de larga distancia esta cifra se duplica a 4-5
millones brazada/año. En las travesías de altamar se nada con una pequeña modificación del estilo
a la hora de respirar pues cada cierto tiempo se debe orientar e intentar tener un punto de referencia
con la vista elevando la cabeza en dirección frontal. También la batida de pies suele ser de
2ciclos/brazada ya que supone una acción estabilizadora y de ahorro energético más que
propulsiva. El nadador de triatlón realiza el gesto (elevación de la cabeza como el waterpolista) en
numerosas ocasiones, pero su distancia suele ser menor (750 m., 1500 m.) a excepción de la
prueba “Ironman” donde realizan 5 Km. En el caso de nadar 10 Km en piscina se realizan 600
virajes (giros o volteos cada 50 m) con un esfuerzo de la musculatura paravertebral cervical
considerable, que en ocasiones provoca cuadros de mareos, tortícolis, etc.
Como se ha comentado también hay que añadir el riesgo medioambiental al que se
enfrenta cuando entrenan en el medio acuático natural (mar, ríos, lagos, etc.,) donde están
expuestos a la fauna (medusas, peces, etc.), flora marina junto a las fuerzas del oleaje, corrientes
marinas y la perdida energética del calor corporal por convección aumentada por el contacto a
temperaturas que desencadenan cuadro hipotérmicos y/o de agotamientos con calambres graves.
En las travesías de aguas abiertas dependiendo de la época del año y el lugar geográfico la
temperatura del agua al que se someten los nadadores es la principal causa de abandono y/o
incluso tener que acudir al Hospital. Aún con trajes de aislamiento térmico (neoprenos especiales)
la exposición de la cara y zonas acras (manos y pies) son suficiente para arriesgarse a las
quemaduras solares, hipotermia, la salabrasión por roce y a las tan frecuentes picaduras de
medusas.
El factor más importante que se debe destacar de estos esfuerzos maratonianos acuáticos es
el psicológico, donde el deportista atribuye hasta un valor del 60 - 70% al componente mental y el
resto a la preparación física, aunque nunca comparable a una prueba de supervivencia como es un
naufragio donde no se dispone de medios de soporte técnico-deportivo y nutricional, que gracias al
aporte energético de esta alimentación durante el esfuerzo superan en gran medida muchos de los
retos deportivos alcanzados. En el caso del náufrago tras un accidente se encuentran a merced de
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las inclemencias de la naturaleza, en muchas ocasiones con traumatismos asociados (heridas,
policontusiones, etc.) e incluso en aguas gélidas donde el desenlace fatal supone el ahogamiento.
2.- Patología en la natación.
Se va a exponer una clasificación sobre las posibles patologías a las que están expuestos
todos los practicantes de actividades acuáticas y que son conocidas como INDIRECTAS: por la
acción del ambiente/entorno y el material usado; y las lesiones del aparato locomotor o POR
SOBRECARGA características de los deportistas en sus entrenamientos y compitiendo. De
manera detallada se desarrollará la lesión estrella o por antonomasia de este deporte: “el hombro
del nadador”.
Esta clasificación etiopatogénica suele simplificarse en externa y/o interna. Aunque la
interacción de los diferentes factores genéticos, ambientales, materiales, nutricionales,
biomecánicos y/o deportivos, etc. se deben tener en cuenta a la hora de analizar su
valoración para el correcto diagnóstico y el enfoque terapéutico que se vaya a seguir.
a.- MEDIOAMBIENTALES.- De todo bañista por exposición al medio acuático y su
entorno Natural (mar, ríos, pantanos) y/o Artificial (Piscinas, ya sean descubiertas o
cubiertas (climatizadas).
1.- Termopatías: Quemaduras solares, deshidratación, insolación, golpe de calor,
hiportemia. Más frecuente en piscinas descubiertas o entornos naturales. Está descrito el
cuadro sincopal vasovagal por exposición al ambiente climatizado: húmedo (>70%) y
caluroso (32ºC) donde los cardiópatas tienen un riesgo mayor de sobrecarga tensional
(similar a estar en una sauna).
2.- Ahogamiento (por agotamiento, calambres, vértigo, hipotérmico, hidrocución, no saber
nadar, crisis convulsiva, bajo los efectos de alguna droga o alcohol, etc.).
3.- Reacciones alérgicas por contacto (gorro de latex, goma de las gafas, neopreno,
acuígena, al cloro, etc.). En el Manual del Monitor de natación Daguerre, J.(8)
describe la
patología provocada por el cloro de las piscinas, donde el poder irritante de este producto
químico ocasiona conjuntivitis, faringitis, rinitis y bronquitis en función de las
concentraciones alcanzadas en el agua y en el aire respirado. Según la AEP (Asociación
Española de Pediatría) no existe evidencia científica de la relación entre el Asma inducido
por esfuerzo físico en nadadores si aprendieron a nadar en edades tempranas (antes de 2
años). Está descrita la “erosión dental” por exceso de acidez (pH bajo) del agua en
nadadores.
4.- Picaduras, mordeduras de animales: insectos (avispas, abejas, arañas), medusas, erizos
de mar, pez araña, tiburones, etc.
5.- Cinetosis o mal de mar, la refieren los nadadores de altamar por el vaivén de olas, que al
salir del mar, necesitan estar en la orilla unos minutos para no sufrir un cuadro de
hipotensión ortostática (cambio de posición horizontal a vertical).
6.- Dermopatías mecánicas por roce. La “salabrasión” es la erosión cutánea del nadador en
aguas saladas por el roce del bañador. El reblandecimiento y pérdida de sensibilidad en
dedos (piel como “garbanzos en remojo”) por el frío y mayor tiempo de estancia en el agua
favorecen lesiones cutáneas menores. Otra lesión dérmica característica es el “hombro de
nadador” por roce de la barba o las orejeras de waterpolo con el hombro en las continuas
brazadas de crol. Los trajes isotémicos de neopreno o el uso de camisetas en los
entrenamientos también son agentes erosivos. En las travesías, sobre todo en aguas frías, el
uso de vaselina y linimentos es un recurso muy útil.
b.- INFECCIOSA
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La clasificación ofrecida por el Dr. José Daguerre en “patología asociada al baño en
piscina”(7,8)
pone de manifiesto la relación de los ambientes húmedos y calurosos que
favorecen la proliferación de microorganismos (bacterias, hongos y virus) en el medio
líquido. Donde la “oreja del nadador” u otitis del CAE (conducto auditivo externo) es sin
duda la enfermedad más conocida. También describe la Otomicosis. Pero la patología
fúngica por excelencia es la Tinea pedis o “pie de atleta” con su variante
“intertriginosa”(interdigitales). En el secado minucioso de los pies, axilas e ingles están las
medidas preventivas a adoptar que son medidas higiénicas de cuidado corporal y del
material deportivo (bañadores, etc.) imprescindible para evitar la Tinea Cruris o Eczema
Marginado de Hebra, junto a las afecciones víricas tan frecuentes en gimnasios e
instalaciones deportivas con duchas donde en las zonas húmedas se acantonan Papilomas y
Molluscum contagioso, etc. que se contagian con cierta facilidad al andar descalzos o
compartir el uso de toallas y/o chanclas.
Gastroenteritis Aguda por rotavirus, E. Coli, E. fecales, etc. suelen ser frecuentes en
aguas abiertas donde el nadador digiere en algunas ocasiones agua no potables o cercana a
vertidos químicos o residuales. La deshidratación por un cuadro diarreico agudo supone el
abandono inmediato de los entrenamientos y/o la competición.
c.- TRAUMÁTICAS. La clasificación ofrecida por Merino, J.A.(11)
en etiopatogénica,
deportiva (por modalidades) y por localización anatómica según la región corporal
afectada, es fiel reflejo de la praxis médica al borde de las piscinas y de años de
experiencia. Con afectación de la piel, uñas, tendones, ligamentos, músculos, huesos, y/o
vasos sanguíneos. Su localización corporal varía entre los principiantes y los más expertos,
pero sobre todo se diferencia el carácter de la lesión o gravedad, por la agresión sufrida
contra bordillos de piscinas, escaleras, corcheras, podiums de salidas, plataformas y
trampolines, rocas de playas, etc. e incluso el choque contra otro nadador. En la modalidad
del waterpolo los contactos y/o agresiones de contrarios desencadenan lesiones traumáticas
violentas.
1.- Contusiones (los bordillos y corcheras suelen ser los objetos contundentes más
frecuentes.) Las manos en los deportistas y los pies y rodillas en los aprendices son ven más
afectadas.
2.- Erosiones o rozaduras ( pies, rodillas y manos por las caídas en aledaños de las piscinas
y aquellos vestuarios húmedos y resbaladizos suponen un riesgo potencial. Los entornos
naturales (roqueos y orillas de piedras y conchas) son más agresivos.
3.- Heridas. En los dedos de las manos contra corcheras rígidas y contra las manoplas de
otro nadador cruzándose en las calles estrechas y saturadas. Incluso en las llegadas de
pruebas de velocidad donde se acaba la brazada golpeando la pared y/o placa de toque con
cierta fuerza.
4.- Fracturas. No son tan frecuentes. En waterpolo la fractura nasal por impacto del balón
en la cara del portero y alguna agresión por defensas aguerridas con el codo, incluso
patadas o puñetazos, pueden ocasionar lesiones óseas.
5.- Traumatismo Craneal (con o sin conmoción cerebral). En el estilo de espalda suelen
acontecer una contusión craneal con chichón ya sea contra otro nadador o la pared del vaso.
6.- Lesión Medular por zambullida o Lesión Raquimedular. Se atribuye a la entrada en
agua sin conocimiento de la profundidad, mala visibilidad del fondo o ser volteado contra
la orilla por una ola rompiente.
7.- Esguinces. Poco frecuentes, si acaso en la preparación física en seco o por resbalar en
las zonas húmedas de forma casual.
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8.- Luxación y/o subluxación. Es más probable en actividades acuáticas recreativas o en
enfrentamientos de waterpolo cuando se bloquea el brazo armado en pleno lanzamiento por
un contrario.
9.- Epistaxis o hemorragia nasal. Muy frecuente en verano (temperaturas elevadas que
provocan la dilatación de los capilares sanguíneos), por la zambullida (entrada de cabeza
con incremento rápido de la presión ambiental), o por algún golpe, etc.
d.- DEPORTIVAS o MUSCULOESQUELÉTICAS. Del deportista tanto por su entreno en
el medio líquido como por su preparación en seco (acondicionamiento físico). Donde es
más evidente la sobrecarga del trabajo con pesas fuera del agua como el uso de manoplas,
tensores, etc. durante las sesiones de nado, como causantes de la aparición de estas
lesiones.
1.- Calambres musculares
2.- Contracturas musculares
3.- Roturas fibrilares
4.- Rotura o Desgarro muscular
5.- Tendinopatías. Principalmente del tren superior (bicipital, tricipital, manguito de
rotadores, aunque también están descritas en los miembros inferiores la T. de pata de ganso,
rotuliana, aquílea y de abductores, entre las más frecuentes.)
6.- Rodilla del bracista(1,3,6,11,12y14)
. Con los movimientos circulares de la rodilla en la fase
de extensión durante la patada de braza se explica biomecánicamente la presión sometida
del compartimento interno de la rodilla y afectación del Ligamento colateral medial (LLI).
En el caso de los waterpolista con los “pies de bicicleta” y en la batida de huevo (egg
beater), más forzadas en los desplazamientos laterales y acciones mantenidas y/o
explosivas del portero, pueden acabar con una Meniscopatía asociada.
7.- Bursitis. Como lesión crónica del hombro la B. Subacromial describe la evolución
natural de continuar el esfuerzo físico de un diagnóstico tardío, un tratamiento incompleto
y/o una recuperación forzada. También está descrita la B. Trocanterea en bracista y la B.
Olecraniana postimpacto del balón en los bloqueos/ rechazos del portero de waterpolo con
la articulación del codo totalmente extendida.
8.- Tendinosinovitis de los extensores de los dedos del pie. “Pie del espaldista”(11)
. Se
manifiesta con dolor en el dorso de los pies en hiperextensión durante la patada de espalda,
crol o mariposa. Junto al genu recurvatum que se evidencia en estos deportistas con unas
patadas profundas que les sirve para propulsarse con esos movimientos corporales
ondulatorios. También se asocia con el uso de las aletas, que favorece la Tendinitis aquilea
y calambres musculares de las piernas (triceps sural) en los menos entrenados.
9.- Síndrome femoropatelar(1)
y/o Condromalacia rotuliana.(12)
Principalmente asociada al
nadador en el gesto de la patada de los estilos de mariposa, espalda y crol, si además se le
añade un disbalance muscular del muslo o un genu recurvatum, varo o valgo de rodillas y
se realiza un excesivo trabajo de multisaltos, donde en sus inicios se debe descartar una
tendinopatía rotuliana o un síndrome de hiperpresión cuadricipital.
10.- La patología de crecimiento por esfuerzos desmesurados en edades tempranas no
parece relacionarse con este deporte que se inicia como actividad saludable (de bajo
impacto, por disminución del efecto de la gravedad) y supone una contradicción, pero la
“inestabilidad glenohumeral” es la demostración de los límites a los que se somete una
articulación en el trabajo de flexibilidad hasta los grados máximos de elasticidad de los
ligamentos del hombro.
11.- Por otra parte entre las alteraciones de la columna vertebral se describen lumbociáticas
agudas y la Espondilolistesis(11,18)
en los estilos de mariposa y braza principalmente.
También pueden aparecer síndrome facetarios en nadadores veteranos. Las nadadoras de
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sincronizada presentan similares cuadros ya que ejecutan hiperextensiones que acentúan la
hiperlordosis lumbosacra como en jóvenes de gimnasia rítmica.
Queda recogida en la obra de Olivé i Vilas, R.(1)
la clasificación de las “Tecnopatías en la
natación” de manera clara y concisa:
A.- Extremidad superior
- Conflicto subacromial o Impingement.
- Tendinitis bicipital
- Luxación y subluxación anterior de hombro
- Inestabilidad Glenohumeral multidireccional
B.- Columna Vertebral
- Cervicalgias
- Dorsolumbalgias
C.- Extremidad Inferior
- Tendinitis de Abductores
- Tendinitis de Pata de ganso
- Sobrecarga del compartimento interno de rodilla (“rodilla del bracista”)
- Síndrome Femoropatelar
e.- PSICOLÓGICAS
No existe ninguna referencia específica de trastorno mental asociado al nadador,
pero es bien conocido el “miedo al agua” que se desencadena desde la más temprana
infancia si sufren algún trauma o fobia al agua por una vivencia de stress o shock
emocional. Incluso la transferencia educativa y cultural de generaciones pasadas que
transmitían valores negativos sobre el baño y los peligros asociados al mar.
La carga psicológica que supone la competición y la constante exigencia de
entrenadores y padres durante años de entrenamientos y en etapas de la vida, como es la
adolescencia, donde los rasgos de la personalidad del individuo están en pleno proceso de
reafirmación es unos de los momentos críticos de superación personal para afrontar
numerosas situaciones de conflictos ante los fracasos y éxitos deportivos que deben
asimilar.
El síndrome de agotamiento psíquico y estancamiento de marcas con resultados no
favorables es un motivo de abandono del alto rendimiento. Es un deporte amateur que
requiere un esfuerzo intelectual de estudiar mientras se entrenan y a la vez competir, junto
al psicofísico de las dolencias y sensación de cansancio que en la natación pocos eligen
prolongar más de los 25 años. En el waterpolo como deporte colectivo permanecen más
años en la competición aunque la élite está reservada para muy pocos campeones.
En la etapa de adulto, tras la madurez y estabilidad económica pueden dedicar tiempo a su
vida acuática (esfuerzo físico) en categoría master donde compiten en aguas abiertas con
recorridos de hasta 5 Km., pero donde muchos participantes (nadadores) vivencian la
competición con un carácter más lúdico-recreativo.
Se puede concluir que está directamente relacionado el mayor tiempo de exposición del
nadador de larga distancia a los factores medioambientales (frío, calor, radiación solar, oleaje, etc.
y que llegan a ser tan adversos como limitantes) durante su contacto con el medio acuático, sea
natural (mar, rios, etc.) o artificial (piscinas), con la elevada probabilidad de sufrir lesiones en la
práctica de esta modalidad deportiva junto al incremento considerable de esfuerzo físico al que se
someten l@s nadador@s por el cúmulo de horas de ejercicio físico generado (tanto en
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entrenamientos como en competición) y que supone una prueba evidente del mayor riesgo asumido
por estos deportistas.
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3.- El hombro del nadador.
El “hombro del nadador” es la lesión deportiva por excelencia de la Natación (Atlopatía o
Tecnopatía) y se clasifica como “Lesión por sobrecarga, sobreesfuerzo” por manejo de altas cargas
y/o “Lesión por sobreuso, sobresolicitación” con microtraumatismo de repetición y que se debe
diferenciar del Síndrome de Sobreentrenamiento o “Lesiones de stress o fatiga.”
Definición
Entre las diferentes denominaciones que se encuentran en las referencias bibliográficas
sobre el HOMBRO DOLOROSO DEL NADADOR aparecen:
- Sd. Subacromial , Sd. del Pinzamiento (Impingement)
- Sd. del Supraespinoso
- Tendinitis del Manguito de Rotadores
- Periartritis Escapulohumeral (A. Glenohumeral)
- Hombro Doloroso
Se le atribuye a Kennedy J.C. y Hawkins RJ.; (1974) “Swimmers Shoulder´s”(9)
el concepto
de “HOMBRO DEL NADADOR”.
El Síndrome Subacromial o Impingement Subacromial según Neer, (1972) se define como
“el compromiso de espacio del manguito rotador, bursa subacromial y porción larga
del biceps contra el borde anterior acromial y ligamento coracoacromial.”
A veces también con la artic. Acromioclavicular (Peterson y Gentz, 1983)
Según Hernández Capilla; M. (1991) el “hombro del nadador”(4)
incluyen las siguientes
lesiones:
1.- Sd. por compresión del Manguito de Rotadores
2.- Artritis Acromioclavicular
3.- Tendinitis Bicipital (porción larga)
4.- Subluxación Gleno-humeral antero-inferior
5.- Inestabilidad Glenohumeral multidireccional
6.- Trastornos traumatológicos del Rodete Glenoideo
Incidencia
• Adams (1968), en 150 nadadores de competición y 10 años de sobreuso, encontró un 10%
de dolor de hombro. Mientras Rochardson (1980) y Fowler (1983), refieren un 50%.
• Según Hernández Capilla, M. (1991) el 40 - 80% de nadadores de competición presentan
dolor en el hombro. El 15% progresan con interrupción del entrenamiento.
• Según Morales (10)
, en la casuística de los nadadores de élite españoles aparece en un 60%.
Etiología:
- Causa principal: Microtraumatismo de repetición en abducción y rotación interna. Por el elevado
número de brazadas (600 mil a 2 millones/año) que son el Mecanismo de compresión y
cizallamiento de los componentes osteotendinosos.
- Causas asociadas:
- Técnica defectuosa
- Deficiente flexibilidad
- Incorrecto Balance Muscular
- Insuficiente Calentamiento
Factores de riesgo del “Hombro del nadador”, según Zarins (1988):
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• Nadador de élite. (mayor nivel competitivo)
• Nadar los estilos crol, espalda y/o mariposa (overhead)
• Uso de las palas en los entrenamientos
• Sprinters. Lado dominante de la respiración.
Factores Etiológicos relacionados con el Impingement subacromial, según Nircschl (1989):
1.- Sobreuso de actividad:
- Repetición múltiple de gestos.
- Disbalance músculo / tendón (tanto en fuerza como en flexibilidad).
- Inestabilidad Glenohumeral (Impingement secundario)
* Migración humeral superior
* Subluxación anteroposterior
2.- Edad
3.- Herencia
Etiopatogenia:
Según Nerviasser(1987), existen 4 causas:
1.- Vasculares:
- Zona crítica del m. Supraespinoso (Hipovascularización)
2.- Mecánicas o anatómicas:
- Tipología del Acromion (Según Morrison y Bigliani, 1987)
3.- Traumáticas:
- Tr. Agudos (Luxaciones, contusiones)
- Tr. Crónico (Microtraumetismo de repetición)
4.- Degenerativas:
- Osteofitos
- Quistes óseos
Clínica:
El deportista presenta la siguiente sintomatología descrita por Neer y Welsh, 1977:
Estadio I.- EDEMA Y HEMORRAGIA (> 25 años)
- Dolor Insidioso, mal localizado. Se incrementa con movimientos del brazo por
encima del hombro. Incomodo y progresa con el deporte.
- Lesión reversible
Estadio II.- FIBROSIS Y TENDINITIS CÁLCICA (25 - 40 años)
- Dolor persistente (crónico), tras varios episodios de inflamación. Se mantiene
durante el día y al noche. Se puede apreciar crepitación. Existe cierto grado de
limitación en la movilidad (activa y pasiva)
Estadio III.-ROTURA DEL MANGUITO (< 40 años)
- Dolor y chasquido. Incremento nocturno. Debilidad e Impotencia
funcional.
Diagnóstico:
Aunque es fácil relacionar la lesión que nos refiere un nadador señalando su hombro, se
debe iniciar una “anamnesis” minuciosa de antecedentes familiares, personales y deportivos, con
especial mención a su estilo dominante, pruebas de velocidad, al trabajo con manoplas (palas) y
falta de flexibilidad. La explicación técnica del entrenador sobre su gesto de nado y la falta de
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“rolido” en el momento de la respiración son indicativos del pinzamiento del manguito de
rotadores según la describen Peterson y Renstrom, 2001.
En cuanto a la clínica se valora el tiempo de evolución, pues acuden a la consulta tras cierto
tiempo intentando corregir la técnica y/o con disminución de las cargas de trabajo. Para realizar un
buen diagnóstico diferencial la exploración del hombro debe ser sistemática y con destreza. Tanto
la inspección comparativa y palpación exhaustiva de cada uno de los puntos anatómicos a
examinar es requisito indispensable. Se tiene que comprobar todos los movimientos activos,
pasivos y contrarresistidos y observar las limitaciones fisiológicas y la reproducción del dolor en
las maniobras que indican la afectación de uno o más componentes del manguito de rotadores y/u
otras estructuras glenohumerales. Para ello se recomienda ver la “Exploración clínica del hombro
en el deporte”, descrita por Nestor Zurita (2001), donde se detallan pruebas tales como el Test de
Neer, maniobras de Hawkins, Jobe, Appley, de aprehensión, etc. y que junto a la sintomatología
presentada se pensará en el Estadio evolutivo en que se encuentra la lesión. Tras los trabajos de
Job la “sintomatología” de los nadadores se clasifica en:
Grupo I.- Pinzamiento aislado sin laxitud
Grupo II.- Inestabilidad secundaria a una lesión del labrum, ligamento glenohumeral
superior y pinzamiento secundario.
Grupo III.- Inestabilidad por hiperlaxitud y pinzamiento secundario
Grupo IV.- Inestabilidad anterior aislada
En cuanto a las pruebas complementarias, son de gran utilidad pues una radiografía
convencional donde se observe un acromion tipo III (ganchoso) es un factor determinante en su
aparición. Entre las proyecciones utilizadas (A-P; Rotación Interna; Rotación Externa; Axilar y
Oblicua 30º caudal) se debe insistir en que aparezca el espacio subacromial y descartar las
calcificaciones en la inserción músculotendinosa como la visualización de osteofitos en nadadores
veteranos. La exploración con el ecógrafo músculo-esquelético valora el alcance de la lesión de los
músculos y tendones principalmente. Recurrir a la TAC y/o la RNM es en aquellos casos
insidiosos de sospecha de lesión ósea (tipo Hill-Sachs) de la cabeza humeral y o del rodete
glenoideo, junto a la confirmación de la afectación de músculos, tendones, bursas y ligamentos.
Igualmente la realización de una artroscopia está reservada a aquellos cuadros de mala evolución
con sospecha de inestabilidad multidireccional y con subluxaciones recidivantes donde la
valoración del desgaste del cartílago articular e integridad de los ligamentos orientaran el enfoque
terapéutico.
Tratamiento:
Dependiendo del estadio de afectación y las limitaciones funcionales que ocasiona la
lesión, se procede a una terapia más o menos agresiva.
A.- De manera general en los estadios iniciales se adopta un criterio conservador. La intervención
primaria es fundamental con las medidas físicas de crioterapia y reposo para reducir la
inflamación. A nivel farmacológico con AINEs (antiinflamatorios no esteroideos) y con el debido
cuidado para evitar reacciones adversas medicamentosas. Las sesiones de “Fisioterapia y
Rehabilitación” enfocadas a la potenciación de músculos débiles y flexibilidad de adductores y
rotadores internos. A nivel técnico deportivo se modifica el entrenamiento con revisión de la
técnica y disminución de las cargas. Las infiltraciones como recurso terapéutico que están
indicadas tras valorar la edad del deportista y el fracaso de la terapia física.
B.- El tratamiento quirúrgico suele añadirse al anterior si no evoluciona favorablemente, porque se
diagnostique de forma tardía o porque sea el recurso único si quiere continuar con la actividad
deportiva. Para ello se realiza una descompresión subacromial con “resección del lig.
coracoacromial (En adolescentes suele ser suficiente) o una “Acromioplastia anterior”. En Bursitis
subacromial crónica la “Bursectomía” es una técnica sencilla y en caso de rotura del “manguito
rotador” su reparación con una sutura muscular o musculotendinosa es necesaria.
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Anexo I.- Recuerdo anatómico-funcional de la articulación del hombro y su participación en
el nado (estilo de crol).
El “Arco Subacromial” lo conforman: Acromion,
Apófisis Coracoides, Ligamento Coracoacromial,
Bolsa Subdeltoidea o Subacromial, participan los
tendones de los músculos Supraespinoso y Biceps
Braquial junto al Rodete Glenoideo (Labrum).
Movimientos que realiza la articulación del hombro:
- Flexión (Antepulsión)(90º)
- Extensión (Retropulsión)(45º)
- Abducción (180º)
- Adducción (45º)
- Rotación Interna (55º)
- Rotación Externa (40-45º)
- Circunducción
- Músculos Intrínsecos: - Cadena Muscular:
- Deltoides - Musc. Toracoescapular:
- Supraespinoso - Trapecio
- Infraespinoso - Elevador de la Escápula
- Redondo Menor - Romboides M y m
- Subescapular - Musc. Toracohumeral:
- Redondo Mayor - Pectoral Mayor y Menor
- Coracobraquial - Dorsal Ancho
- Musc. del brazo:
- Biceps, Triceps, Braquial A.etc.
Acción de los músculos en los movimientos del hombro:
- Flexión (Antepulsión) (Deltoides Ant., Pectoral M, Biceps, Coraco Braquial)
- Extensión (Retropulsión) (Deltoides Post., Redondo M, Dorsal M., Triceps)
- Abducción (Deltoides, Suprespinoso)
- Adducción (Pectoral M., Redondo M., Dorsal M.)
- Rotación Interna (Subescapular, Redondo M, Pectoral M, Dorsal M.)
- Rotación Externa (Infraespinoso, Redondo menor)
- Circunducción
Los músculos componentes del “Manguito de rotadores” son:
- Supraespinoso Abd 60º Depresor Humeral y Rot. Ext
- Infraespinoso Rot. Ext., Retrop
- Redondo menor Rot. Ext, Retrop
- Subescapular Rot. Int., Add
Su principal función es estabilizar la articulación escápulohumeral contrarrestando las
fuerzas de migración superior de la cabeza humeral provocada por el deltoides (a 90º o más de
abducción).
©Francisco Luis Peral Pérez, 2010 12
Para entender cómo se lesiona el nadador durante el movimiento de brazos se debe conocer la
biomecánica de esta acción gestual (brazada: “stroke”) cuando se nada a crol o los estilos
“overhead”.
“La brazada” o propulsión de brazos como gesto técnico del estilo de crol consta de una
fase aérea (o de recobro) y una fase acuática (o de tracción) que a su vez se desarrolla en 4
momentos: entrada, agarre, tirón y empuje. Es movimiento cíclico de Rotación. Externa con
Abducción y Rotación. Interna con Adducción. La alta frecuencia de repetición de esta acción
gestual deportiva implica 15 brazadas (por brazo) en 25 m. Esto supone los 6 - 14 mil metros / día
y entre 600 mil y 2 millones de brazadas al año.
El conflicto subacromial se evidencia con el hecho de que el área crítica del supraespinoso
pasa bajo el acromion y el ligamento Acromiocoracoideo en rotación interna. Saha y Sarrafan
(1983), refieren que las fuerzas de compresión y cizallamiento son máximas a 85 - 90º de
abducción. Según Moseley (1963), la “Zona Crítica” es de escasa vascularidad.
Según Hernández Capilla, M. (1991) el
“Hombro del nadador” se presenta con las
siguientes características:
- Edad: Alrededor de 18 años
- Sexo: Hombres (70%); Mujeres (65%)
- Estilos: Crol y Mariposa
- Pruebas: Velocidad (>400 m.)
- Tipos de entrenamiento: Pesas, arrastres
y manoplas.
- Técnica: Nadadores con mala técnica o
fatigados.
- Hombro: El dominante o por donde se
respira.
©Francisco Luis Peral Pérez, 2010 13
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