480 - los profanos parte iv

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Los profanos, parte IV Apóstol Sergio Enríquez O. Cuarto servicio Guatemala, 27 de diciembre del Año de la Misericordia Este estudio puede imprimirse y reproducirse por cualquier medio siempre y cuando se cite la fuente de donde se obtuvo. www.ebenezer.org.gt 1 La ira de Dios está a punto de ser derramada sobre los moradores de la Tierra. Y vemos en la Biblia que a este periodo de juicios se le conoce de varias formas; por ejemplo: la gran tribulación, la semana 70 de Daniel, la angustia de Jacob, el día del castigo y de las tinieblas de afuera, los siete años de escasez, el horno de fuego siete veces calentado, y también como el día del Señor, el cual se describe como un día de tinieblas y lobreguez. Durante ese periodo Dios va a estar tratando con el Israel nacional. En cuanto a la Iglesia de Cristo se refiere, ésta no está llamada a pasar por ese periodo de tribulación; sin embargo, debido a que muchos no vivieron una vida de consagración ni procuraron santificarse, ellos no serán transformados sino que serán enviados a la gran tribulación para que laven sus vestiduras con la sangre del Cordero (Ap 7:14). La Biblia también nos revela que aquellos siervos de Dios que fornicaron con Jezabel y no se quisieron arrepentir, serán echados en gran tribulación y a sus hijos herirá de muerte (Ap 2:18-23). Ahora bien, tal como hemos mencionado en esta serie de estudios, aquellos que saltan sobre el umbral y llenan la casa de su señor de violencia y engaño también van a ser castigados en el día del Señor, conforme lo expone Sof 1:9 LBLA. La versión RV1977, al traducir este pasaje escribe “a todos los que saltan por encima de la puerta”. Y la Palabra del Señor nos exhorta a que ninguno se aparte de la gracia de Dios. Y que ninguno sea fornicario, ó profano, como Esaú, que por una vianda vendió su primogenitura, según leemos en Heb 12:16 SRV. La palabra “profano” se dice en el vocablo griego “bébelos-G952”; la cual tiene su base en la G939 y la palabra “bélos” cuyo significado es umbral. Por tanto, la palabra profano significa cruzando el umbral o la entrada. Por otra parte, el Señor nos permite ver que el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ése es ladrón y salteador, Jn 10:1 LBLA. Sabemos que la puerta es Cristo Jesús y aquellos que evaden el entrar por ella, lo que realmente están haciendo es rechazando la salvación que de Su mano nos es dada. En otras palabras, los profanos van a ser castigados en la gran tribulación porque ellos evaden la puerta y todo lo que en ella se da como parte del proceso de evolución del creyente. En los estudios previos ya se han mencionado una serie de cosas que se dan en la puerta y porqué los que evaden esa responsabilidad son considerados profanos, por lo que en este estudio nos dedicaremos a explicar una característica más de aquel que es profano. Las Escrituras apuntalan que como flechas en la mano del guerrero, así son los hijos tenidos en la juventud. Y que bienaventurado es el hombre que de ellos tiene llena su aljaba; pues no será avergonzado cuando hable con sus enemigos en la puerta, Sal 127:4-5 LBLA. Nótese entonces que en la puerta puede haber enemigos, mas estos son detenidos por Cristo. En algún momento será necesario que salgamos a la puerta a enfrentar a nuestros adversarios; sin embargo, podemos estar confiados pues el hombre que teme a Jehová no saldrá solo a la puerta, sino que enfrentará a sus enemigos juntamente con sus hijos, espiritualmente hablando, y Dios le dará la victoria. Ahora bien, en nuestra vida cristiana es necesario que reconozcamos paternidad espiritual. Sin embargo, mucho pueblo de Dios se ha negado a reconocer la misma debido a que han malinterpretado y sacado de contexto el versículo bíblico en Mt 23:9 LBLA, donde el Señor Jesús dice que no debemos llamar a nadie padre nuestro en la tierra. El legalismo y la falta de revelación los ha conducido a interpretar erróneamente este pasaje y a pasar por alto varios otros pasajes bíblicos en donde siervos de Dios y Apóstoles del Cordero y del Espíritu claramente hacen mención acerca de la paternidad espiritual al llamar padres a los hombres de Dios que les antecedieron a ellos. Por ejemplo, vemos que Esteban al ser llevado frente al concilio de ancianos y escribas, en medio de su discurso, no solamente se refirió a ellos como padres sino que en repetidas ocasiones empleó esa palabra para referirse a Abraham, a Jacob, etc., conforme leemos en Hch 7:1-60 LBLA. También vemos que el Apóstol Pablo en sus epístolas llama padre a varios siervos de Dios, conforme leemos en Hch 13:17; Hch 22:1; Rom 4:1-16 y Rom 9:10 LBLA. Asimismo podríamos mencionar muchos otros versículos bíblicos en donde se menciona la palabra padre como en reconocimiento al padre espiritual. Entonces cabe preguntarnos, ¿cuál es el propósito de la negación de la paternidad? La sociedad ha anatemizado al hombre pero no así a la mujer. Es decir, cuando se trata de un padre y una madre, la sociedad elimina al padre y santifica a la madre; práctica que proviene de la reina del cielo y su influencia sobre la humanidad. Aquellos que niegan la paternidad espiritual necesitan despertar a la realidad de este hecho, pues de lo contrario, son vistos como profanos ante los ojos de Dios y serán echados a la gran tribulación. El Señor Jesús enseñó a Sus discípulos a orar diciendo: Padre nuestro que estás en los cielos. Y entendemos que Él estaba magnificando lo que verdaderamente es el Padre; por tanto, debemos comprender que así como existen tres dimensiones: celestial, espiritual y terrenal; también existe el Padre Celestial (Dios), el padre espiritual (ministro que nos cubre) y el padre biológico. Un padre espiritual tiene la autoridad de parte de Dios para hacer cosas a favor y en beneficio de aquel hijo cuyo padre biológico ha muerto; pero que antes de la hora de su muerte, este hijo no logró ponerse a cuentas con él. En otras palabras, en un caso como este se puede aplicar la ley de levirato y de esta forma el hijo puede ponerse a cuentas, ser bendecido y tener paz. Una vez dicho esto, pasemos a explicar lo que verdaderamente quiere decir el versículo de Mt 23:9. Cuando en este versículo se emplea la frase a nadie en la tierralo que realmente está diciendo en el original griego es epígeoque significa sobre la tierra; más allá de la tierra. Por tanto, lo que el Señor Jesús nos está diciendo es que a nadie llamemos padre más allá de la tierra; o sea, en los espacios celestes, ya que solo uno es el Padre. Fuera de la tierra ya son los espacios celestes y ahí solo a Dios podemos llamar Padre; sin embargo, aquí en la tierra sí tenemos autorización para llamar padre a nuestro padre biológico y a nuestro padre espiritual. En conclusión, aquel que salta la puerta lo que realmente está haciendo es evadir la bendición y la responsabilidad de ser hijo o de ser padre, por tanto, se vuelve profano delante del Señor. Examinemos nuestro corazón y si hallamos en él algunas de las características de una persona profana; arrepintámonos, confesemos nuestro pecado y pidámosle al Señor nos perdone y nos restaure. Honremos a nuestro Rey y Señor y seamos fieles a Él en todo momento. Y que cuando Cristo venga nos encuentre preparados para irnos a una eternidad con Él. ¡MARANATHA! Redactado por: Hna. Natalie Marie Figueroa

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La ira de Dios está a punto de ser derramada sobre los moradores de la Tierra. Y vemos en la Biblia que a este periodo de juicios se le conoce de varias formas; por ejemplo: la gran tribulación, la semana 70 de Daniel, la angustia de Jacob, el día del castigo y de las tinieblas de afuera, los siete años de escasez, el horno de fuego siete veces calentado, y también como el día del Señor, el cual se describe como un día de tinieblas y lobreguez. Durante ese periodo Dios va a estar tratando con el Israel nacional. En cuanto a la Iglesia de Cristo se refiere, ésta no está llamada a pasar por ese periodo de tribulación; sin embargo, debido a que muchos no vivieron una vida de consagración ni procuraron santificarse, ellos no serán transformados sino que serán enviados a la gran tribulación para que laven sus vestiduras con la sangre del Cordero (Ap 7:14). La Biblia también nos revela que aquellos siervos de Dios que fornicaron con Jezabel y no se quisieron arrepentir, serán echados en gran tribulación y a sus hijos herirá de muerte (Ap 2:18-23). Ahora bien, tal como hemos mencionado en esta serie de estudios, aquellos que saltan sobre el umbral y llenan la casa de su señor de violencia y engaño también van a ser castigados en el día del Señor, conforme lo expone Sof 1:9 LBLA. La versión RV1977, al traducir este pasaje escribe “a todos los que saltan por encima de la puerta”. Y la Palabra del Señor nos exhorta a que ninguno se aparte de la gracia de Dios. Y que ninguno sea fornicario, ó profano, como Esaú, que por una vianda vendió su primogenitura, según leemos en Heb 12:16 SRV. La palabra “profano” se dice en el vocablo griego “bébelos-G952”; la cual tiene su base en la G939 y la palabra “bélos” cuyo significado es “umbral”. Por tanto, la palabra profano significa cruzando el umbral o la entrada. Por otra parte, el Señor nos permite ver que el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ése es ladrón y salteador, Jn 10:1 LBLA. Sabemos que la puerta es Cristo Jesús y aquellos que evaden el entrar por ella, lo que realmente están haciendo es rechazando la salvación que de Su mano nos es dada. En otras palabras, los profanos van a ser castigados en la gran tribulación porque ellos evaden la puerta y todo lo que en ella se da como parte del proceso de evolución del creyente. En los estudios previos ya se han mencionado una serie de cosas que se dan en la puerta y porqué los que evaden esa responsabilidad son considerados profanos, por lo que en este estudio nos dedicaremos a explicar una característica más de aquel que es profano.

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Los profanos, parte IV

Apóstol Sergio Enríquez O. Cuarto servicio Guatemala, 27 de diciembre del Año de la Misericordia

Este estudio puede imprimirse y reproducirse por cualquier medio siempre y cuando se cite la fuente de donde se obtuvo.

www.ebenezer.org.gt

1

La ira de Dios está a punto de ser derramada sobre los moradores de la Tierra. Y vemos en la Biblia que a este periodo de juicios se le conoce de varias formas; por ejemplo: la gran tribulación, la semana 70 de Daniel, la angustia de Jacob, el día del castigo y de las tinieblas de afuera, los siete años de escasez, el horno de fuego siete veces calentado, y también como el día del Señor, el cual se describe como un día de tinieblas y lobreguez. Durante ese periodo Dios va a estar tratando con el Israel nacional. En cuanto a la Iglesia de Cristo se refiere, ésta no está llamada a pasar por ese periodo de tribulación; sin embargo, debido a que muchos no vivieron una vida de consagración ni procuraron santificarse, ellos no serán transformados sino que serán enviados a la gran tribulación para que laven sus vestiduras con la sangre del Cordero (Ap 7:14). La Biblia también nos revela que aquellos siervos de Dios que fornicaron con Jezabel y no se quisieron arrepentir, serán echados en gran tribulación y a sus hijos herirá de muerte (Ap 2:18-23). Ahora bien, tal como hemos mencionado en esta serie de estudios, aquellos que saltan sobre el umbral y llenan la casa de su señor de violencia y engaño también van a ser castigados en el día del Señor, conforme lo expone Sof 1:9 LBLA. La versión RV1977, al traducir este pasaje escribe “a todos los que saltan por encima de la puerta”. Y la Palabra del Señor nos exhorta a que ninguno se aparte de la gracia de Dios. Y que ninguno sea fornicario, ó profano, como Esaú, que por una vianda vendió su primogenitura, según leemos en Heb 12:16 SRV. La palabra “profano” se dice en el vocablo griego “bébelos-G952”; la cual tiene su base en la G939 y la palabra “bélos” cuyo significado es “umbral”. Por tanto, la palabra profano significa cruzando el umbral o la entrada. Por otra parte, el Señor nos permite ver que el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ése es ladrón y salteador, Jn 10:1 LBLA. Sabemos que la puerta es Cristo Jesús y aquellos que evaden el entrar por ella, lo que realmente están haciendo es rechazando la salvación que de Su mano nos es dada. En otras palabras, los profanos van a ser castigados en la gran tribulación porque ellos evaden la puerta y todo lo que en ella se da como parte del proceso de evolución del creyente. En los estudios previos ya se han mencionado una serie de cosas que se dan en la puerta y porqué los que evaden esa responsabilidad son considerados profanos, por lo que en este estudio nos dedicaremos a explicar una característica más de aquel que es profano. Las Escrituras apuntalan que como flechas en la mano del guerrero, así son los hijos tenidos en la juventud. Y que bienaventurado es el hombre que de ellos tiene llena su aljaba; pues no será avergonzado cuando hable con sus enemigos en la puerta, Sal 127:4-5 LBLA. Nótese entonces que en la puerta puede haber enemigos, mas estos son detenidos por Cristo. En algún momento será necesario que salgamos a la puerta a enfrentar a nuestros adversarios; sin embargo, podemos estar confiados pues el hombre que teme a Jehová no saldrá solo a la puerta, sino que enfrentará a sus enemigos juntamente con sus hijos, espiritualmente hablando, y Dios le dará la victoria. Ahora bien, en nuestra vida cristiana es necesario que reconozcamos paternidad espiritual. Sin embargo, mucho pueblo de Dios se ha negado a reconocer la misma debido a que han malinterpretado y sacado de contexto el versículo bíblico en Mt 23:9 LBLA, donde el Señor Jesús dice que no debemos llamar a nadie padre nuestro en la tierra. El legalismo y la falta de revelación los ha conducido a interpretar erróneamente este pasaje y a pasar por alto varios otros pasajes bíblicos en donde siervos de Dios y Apóstoles del Cordero y del Espíritu claramente hacen mención acerca de la paternidad espiritual al llamar padres a los hombres de Dios que les antecedieron a ellos. Por ejemplo, vemos que Esteban al ser llevado frente al concilio de ancianos y escribas, en medio de su discurso, no solamente se refirió a ellos como padres sino que en repetidas ocasiones empleó esa palabra para referirse a Abraham, a Jacob, etc., conforme leemos en Hch 7:1-60 LBLA. También vemos que el Apóstol Pablo en sus epístolas llama padre a varios siervos de Dios, conforme leemos en Hch 13:17; Hch 22:1; Rom 4:1-16 y Rom 9:10 LBLA. Asimismo podríamos mencionar muchos otros versículos bíblicos en donde se menciona la palabra padre como en reconocimiento al padre espiritual. Entonces cabe preguntarnos, ¿cuál es el propósito de la negación de la paternidad? La sociedad ha anatemizado al hombre pero no así a la mujer. Es decir, cuando se trata de un padre y una madre, la sociedad elimina al padre y santifica a la madre; práctica que proviene de la reina del cielo y su influencia sobre la humanidad. Aquellos que niegan la paternidad espiritual necesitan despertar a la realidad de este hecho, pues de lo contrario, son vistos como profanos ante los ojos de Dios y serán echados a la gran tribulación. El Señor Jesús enseñó a Sus discípulos a orar diciendo: “Padre nuestro que estás en los cielos”. Y entendemos que Él estaba magnificando lo que verdaderamente es el Padre; por tanto, debemos comprender que así como existen tres dimensiones: celestial, espiritual y terrenal; también existe el Padre Celestial (Dios), el padre espiritual (ministro que nos cubre) y el padre biológico. Un padre espiritual tiene la autoridad de parte de Dios para hacer cosas a favor y en beneficio de aquel hijo cuyo padre biológico ha muerto; pero que antes de la hora de su muerte, este hijo no logró ponerse a cuentas con él. En otras palabras, en un caso como este se puede aplicar la ley de levirato y de esta forma el hijo puede ponerse a cuentas, ser bendecido y tener paz. Una vez dicho esto, pasemos a explicar lo que verdaderamente quiere decir el versículo de Mt 23:9. Cuando en este versículo se emplea la frase “a nadie en la tierra” lo que realmente está diciendo en el original griego es “epígeo” que significa “sobre la tierra; más allá de la tierra”. Por tanto, lo que el Señor Jesús nos está diciendo es que a nadie llamemos padre más allá de la tierra; o sea, en los espacios celestes, ya que solo uno es el Padre. Fuera de la tierra ya son los espacios celestes y ahí solo a Dios podemos llamar Padre; sin embargo, aquí en la tierra sí tenemos autorización para llamar padre a nuestro padre biológico y a nuestro padre espiritual. En conclusión, aquel que salta la puerta lo que realmente está haciendo es evadir la bendición y la responsabilidad de ser hijo o de ser padre, por tanto, se vuelve profano delante del Señor. Examinemos nuestro corazón y si hallamos en él algunas de las características de una persona profana; arrepintámonos, confesemos nuestro pecado y pidámosle al Señor nos perdone y nos restaure. Honremos a nuestro Rey y Señor y seamos fieles a Él en todo momento. Y que cuando Cristo venga nos encuentre preparados para irnos a una eternidad con Él. ¡MARANATHA!

Redactado por: Hna. Natalie Marie Figueroa