6-la vinculacion amichien-el establecimiento del liderazgo de la manada

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Capítulo 6 La Vinculación Amichien:5 el establecimiento delliderazgo de la manada N adie podría tener más respeto por la inteligencia del perro que yo. ¡Todavía hay veces en que me pregunto seriamente si no son cria- turas más sensatas que algunas de las personas con las que trato! Pero hasta yo he tenido que aceptar que hay algo que queda fuera de su alcan- ce. Los perros no van a aprender nuestro lenguaje. Lo malo es que para comunicamos con éxito con nuestros perros, somos nosotros quienes tendremos que aprender su lenguaje. Es una tarea que requiere una acti- tud abierta y respeto por el perro. Nadie que considere inferior a su perro conseguirá nada.Debe ser respetadoen todo momento por ser como es. Lo bueno, sin embargo, es que, mientras que los seres humanos hablan en una desconcertante variedad de lenguas y dialectos, los perros comparten un lenguaje universal. Es un lenguaje silencioso y extremadamente potente, pero en el fondo depende de una sencilla serie de principios que, con unas pocas variaciones sutiles, determinan el comportamiento de todos los perros. Para comprender los princi- pios de este lenguaje, antes tenemos que entender la sociedad en la que todos nuestros perros creen estar viviendo. Y el modelo de esta comu- nidad es la manada de lobos. La apariencia y el estilo de vida del perro actual están, por supuesto, muy alejados de los de su antiguo antepasado. Pero los siglos de evo- lución no han borrado sus instintos básicos. Al perro se le podrá haber 5 El nombre que dio la autora a su técnica es Amicbien Bonding. Amicbien no es voz inglesa, sino un neologismo en inglés que Jan Fennell tomó del francés: ami, amigo, y cbien, perro. Bonding, que también puede significar "unión", "conexión", "adherencia", etc., se refiere aquí a la vinculación, al proceso de establecimiento de vínculos (bonds). En el resto de la obra, empleare- mos exclusivamente "Vinculación Amichien~. (N. d. T.) 55

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Capítulo 6

La Vinculación Amichien:5

el establecimiento delliderazgo de lamanada

N adie podría tener más respeto por la inteligencia del perro que yo.¡Todavía hay veces en que me pregunto seriamente si no son cria-

turas más sensatas que algunas de las personas con las que trato! Perohasta yo he tenido que aceptar que hay algo que queda fuera de su alcan-ce. Los perros no van a aprender nuestro lenguaje. Lo malo es que paracomunicamos con éxito con nuestros perros, somos nosotros quienestendremos que aprender su lenguaje. Es una tarea que requiere una acti-tud abierta y respeto por el perro. Nadie que considere inferior a su perroconseguiránada.Debe ser respetadoen todo momentopor ser como es.

Lo bueno, sin embargo, es que, mientras que los seres humanoshablan en una desconcertante variedad de lenguas y dialectos, losperros comparten un lenguaje universal. Es un lenguaje silencioso yextremadamente potente, pero en el fondo depende de una sencillaserie de principios que, con unas pocas variaciones sutiles, determinanel comportamiento de todos los perros. Para comprender los princi-pios de este lenguaje, antes tenemos que entender la sociedad en la quetodos nuestros perros creen estar viviendo. Y el modelo de esta comu-nidad es la manada de lobos.

La apariencia y el estilo de vida del perro actual están, por supuesto,muy alejados de los de su antiguo antepasado. Pero los siglos de evo-lución no han borrado sus instintos básicos. Al perro se le podrá haber

5 El nombre que dio la autora a su técnica es Amicbien Bonding. Amicbien no es voz inglesa,

sino un neologismo en inglés que Jan Fennell tomó del francés: ami, amigo, y cbien, perro.

Bonding, que también puede significar "unión", "conexión", "adherencia", etc., se refiere aquí a la

vinculación, al proceso de establecimiento de vínculos (bonds). En el resto de la obra, empleare-mos exclusivamente "Vinculación Amichien~. (N. d. T.)

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Saber escuchar al perro

extraído de la manada de lobos, pero los instintos de la manada delobos no se han extraído del perro. Dos fuerzas inmensamente pode-rosas rigen la vida de una manada de lobos: la primera es su instinto desupervivencia; la segunda, su instinto de reproducción. El medio que lamanada ha desarrollado para garantizar estos fines es un sistema jerár-quico tan estricto y exitoso como cualquier otro de los existentes en elmundo animal. Todas las manadas de lobos está formadas por líderes ysubordinados. Ya la cabeza de la jerarquía de cada manada se hallan losmáximos dirigentes: la pareja Alfa.

Al ser los miembros más fuertes, sanos, inteligentes y con mayorexperiencia, les corresponde a los dos Alfa asegurar la supervivenciade la manada. En consecuencia, dominan y dictan todas las acciones deésta. Su posición social se mantiene mediante exhibiciones consecuen-tes de autoridad. Para recalcado aún más, la pareja Alfa son los únicosmiembros de la manada que se reproducen. Como seres humanos, porsupuesto, nosotros nos hemos desarrollado siguiendo distintas líneasevolutivas, que nos gustaría creer que son más democráticas. Pero aveces me pregunto si fuimos nosotros y no los lobos quienes tomaronuna dirección equivocada. ¿Hasta qué punto podemos confiar en nues-tros líderes? ¿Cuántos de nosotros los conocemos en persona? Dentrode la manada de lobos no existe tal incertidumbre. La pareja Alfa con-trola y dirige la vida dentro de la manada y el resto de la manada acep-ta este gobierno indefectiblemente. Cada miembro subordinado secontenta con conocer su posición y su función dentro de esta jerarquía.Todos viven felices sabiendo que tienen un papel vital que desempeñaren el bienestar global de la manada.

La jerarquía de la manada se refuerza constantemente mediante elempleo de comportamientos muy ritualizados. Es fundamental debidoa la naturaleza si~mpre cambiante de la vida de manada, en la cual losAlfas y sus subordinados frecuentemente mueren o son reemplaza-dos por razón de.la edad. Sin embargo, desde el punto de vista de losmodernos descendientes del lobo, cuatro rituales principales guardanla clave del instinto de manada que pervive dentro de ellos. Son lasbases de todo lo que se expondrá a continuación.

A nadie sorprenderá descubrir que el momento culminante de domi-nio de la pareja Alfa tiene lugar durante los momentos de caza y comi-da. El alimento, después de todo, representa la necesidad más básica dela manada; su misma supervivencia depende de él. Al ser los miembros

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de la manada más fuertes, inteligentes y con mayor experiencia, la pare-ja Alfa toma el mando durante la búsqueda de nuevos territorios decaza. Cuando se descubre la presa, guían la cacería y dirigen la matan-za. La posición social de la pareja Alfa como miembros que toman lasdecisiones clave en ningún momento resulta tan evidente como duran-te este proceso. Las presas del lobo van desde ratones a búfalos y alces.Una manada puede pasarse horas acechando, acorralando y matando supresa, recorriendo hasta 80 kilómetros de una vez. La organización deestas operaciones requiere una combinación de habilidades de decisión,dirección y táctica. Corresponde a la pareja Alfa proporcionar este lide-razgo, y a los subordinados seguirles y apoyarles.

Cuando la matanza ha terminado, la pareja Alfa tiene la precedenciaabsoluta en la consumición de la presa. Después de todo, la supervi-vencia de la manada depende de que ellos se mantengan en inmejora-bles condiciones físicas. Sólo cuando están satisfechos e indican quehan acabado de comer se permite alimentarse al resto de la manada, ysiguiendo estrictamente la jerarquía, con los subordinados de mayorrango primero y los de menor en último lugar. De vuelta:en el campa-mento, los cachorros y las lobas que los cuidan serán alimentadosregurgitando los cazadores su comida. El orden es absoluto e inque-brantable. Un lobo actuará agresivamente hacia cualquier animal queintente comer antes que él. Incluso eI,hecho de que la manada esté for-mada por sus parientes consanguíneos no detendrá al Alfa de atacar acualquier animal que rompa el protocolo y se atreva a colarse.

La pareja Alfa corresponde al respeto que le es conferido asumien-do una responsabilidad total por el bienestar de la manada. Siempreque aparece la mínima amenaza de peligro, es nuevamente papel de lapareja Alfa proteger a la manada. Ésta es la tercera situación en la quese refuerza el orden natural de la manada. Los dos miembros de la

pareja Alfa desempeñan su papel de líderes sin pestañear, y en prime-ra línea. Reaccionarán ante el peligro de tres. formas posibles, eligien-do entre la huida, la inmovilidad o la lucha, y saldrán corriendo,ignorarán la amenaza o se defenderán. Sea cual sea la respuesta queelija la pareja Alfa, la manada volverá a respaldar a sus líderes incondi-cionalmente.

La cuarta clave ritual tiene lugar siempre que una manada se reen-cuentra después de estar separados. Cuando la manada vuelve a reu-nirse, la pareja Alfa elimina toda confusión volviendo a reafirmar su

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dominio mediante la emisión de señales claras al resto de la manada.

La pareja posee su propio espacio personal, una zona VIP si se quiere,dentro de la cual opera. No se permite a ningún otro lobo invadir esteespacio a menos que sea invitado a hacerlo. Rechazando o aceptando laatención de otros miembros que desean entrar en su espacio, la parejaAlfa restablece su primacía en la manada, sin recurrir nunca a la cruel-dad ni a la violencia.

Podemos considerarles mascotas, pero nuestros perros todavíacreen que son miembros funcionales de una comunidad que operasegún principios que descienden directamente de la manada de lobos.Tanto si su "manada" consiste en él mismo y su dueño, como en unagran familia formada por varios seres humanos y otros animales, elperro cree formar parte de un grupo social y de una jerarquía que deberespetarse en todo momento. Además, todos los problemas que en-contramos en nuestros perros están enraizados en su creencia de queson.ellos en vez de nosotros, sus dueños, quienes lideran sus propiasmanadas.

En nuestra moderna sociedad, mantenemos a los perros comocachorros eternos, dándoles de comer y cuidándoles, así que nunca tie-nen que arreglárselas por su cuenta. Esta es la razón por la que a losperros no se les debería dar nunca la responsabilidad de ser Alfa de unamanada, simplemente porque serán -incapaces de asumir las decisionesque tengan que afrontar. La responsabilidad ejerce sobre ellos unainmensa presión y les induce a los trastornos de comportamiento quepresencio tan a menudo.

En el curso de los últimos años, los muchos perros con los que hetrabajado han sufrido síntomas que iban desde morder a ladrar, pasan-do por perseguir a ciclistas. Pero en todos y cada uno de los casos, laraíz del problema residía en la errónea creencia de los perros sobre ellugar que ocupaban dentro de la manada. Por tanto, en todos y cadauno de los casos, he empezado de la misma forma, pasando por el pro-ceso de la Vmculación Amichien. Nunca me he desviado ni una solavez: es absolutamente fundamental.

La vinculación está formada por cuatro elementos bien diferencia-dos. Cada uno de ellos se relaciona con los momentos concretos quehe identificado en los que se establece y refuerza la jerarquía de lamanada. En cada una de estas ocasiones, el perro se enfrenta a una pre-gunta a la que debemos responder por él:

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. Cuando la manada se reúne tras una separación, ¿quién es ahorael jefe?

. Cuando la manada es atacada o hay una amenaza de peligro,¿quién va a protegerla?. Cuando la manada va de cacería, ¿quién será el guía?

. Cuando la manada come, ¿en qué orden lo hace?

Se trata de un método holístico de trabajo: los cuatro elementos debentener lugar conjuntamente, y deben ser repetidos de forma constante, undía sí y al otro también. De hecho, el perro debe recibir Un auténticobombardeo de señales. Necesita aprender que no tiene la responsabilidadde cuidar de su amo, que no es trabajo suyo cuidar la casa, que todo loque tiene que hacer es relajarse y disfrutar de una vida cómoda y agrada-ble. Es un mantra que hay que repetir una y otra vez. Sólo entonces elperro recibirá el mensaje de que ya no es el responsable, sólo entoncesserá capaz de ejercer la forma más poderosa de control, el autocontrol.Después de haber logrado esto, la tarea de abordar los problemas másespecíficos de ese perro en concreto se vuelve infinitamente más sencilla.

1. La reunión - La regla de los cincominutos

El primer requisito de la Vinculación Amichien es establecer ellide-razgo durante la vida diaria en el hogar. Hacerlo supone abordar esosmomentos en que el perro y su dueño se reúnen tras una separación.La mayoría de la gente se imagina que estas reuniones ocurren en con-tados momentos del día, cuando salen a trabajar o a la compra, porejemplo. En realidad, la separación ocurre en incontables ocasiones alo largo de la jornada.

En todo lo que se expone a continuación, debe contemplarse alperro, no como una encantadora mascota casera, sino como el líderprofundamente protector y fieramente leal de una manada de lobos.Por tanto, al margen de si su amo se va de casa o simplemente sale dela habitación para ir al jardín o al cuarto de baño, el perro lo ve comoun caso en el que alguien bajo su responsabilidad o un niño sale de sucustodia protectora. Aunque la persona probablemente sepa cuántotiempo estará ausente, el perro no. Por lo que a él respecta, el sujeto

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bajo su responsabilidad puede no volver nunca y es posible que jamásvuelva a vede. Así que, tanto si está ausente ocho horas como si estáfuera ocho segundos, en cuanto el sujeto que tiene a su cargo reapare-ce, el perro llevará a cabo un ritual encaminado a restablecer su lide-razgo. Para contrarrestar este proceso, el dueño debe empezar aexhibir el comportamiento de un líder. Y el primer paso para estable-cer ese liderazgo consiste en ignorar al perro.

Todos los perros llevan a cabo sus diferentes rituales cuando se reú-nen con sus dueños. Pueden empezar dando brincos a su alrededor oladrando, lamiéndoles o trayendo juguetes. Sea lo que sea, es esencialque el dueño haga como que no lo ve, que finja que no está sucedien-do. Si no se hace esto, significa que el perro ha sido reconocido, que sele ha rendido homenaje, que su comportamiento ha logrado atraer laatención y el perro ha conseguido lo que quiere. Su primacía ha sidoconfirmada. Incluso girándose y diciendo "Basta ya", el dueño está per-mitiendo que el perro logre su objetivo. La clave, por tanto, estriba enno establecer contacto alguno con el perro. Entiendo por esto ningúncontacto ocular, ni conversación, ni contacto físico alguno, a menosque seapara apartado suavemente.El dueño no debe hacer nada.

Por muy agitado o agresivo que el perro se muestre, llegado a unpunto decidirá dar por terminado este ritual y se alejará. En la mayo-ría de los casos, el perro se tomará probablemente un breve lapso paraevaluar lo que ha sucedido. Es muy posible que vuelva y repita denuevo el mismo repertorio. Si lo hace, ignórelo. Lo que sucede es queel perro está percibiendo un cambio fundamental en su ambiente. Cadavez que vuelve, lo hace intentando descubrir un punto débil en elnuevo aspirante a líder. He visto perros llevar a cabo el mismo ritualuna docena de veces antes de rendirse; pero cada vez la representaciónes más contenida. Al final, sus ladridos serán apenas audibles. La clavees recordar que nada puede suceder hasta que termine este repertorio.Cualquier intento de conseguir que el perro coopere con usted antesde ese momento será inútil.

El perro dará señales de que su resistencia ha terminado relajándoseo apartándose a algún sitio en el que echarse. Es la primera indicaciónque perciben los amos de que el perro les está contemplando, a ellos ysu relación, bajo otro aspecto. La sumisión del perro refleja un nuevorespeto por el espacio del amo. El proceso está lejos de haber acabado,pero se ha producido un avance decisivo.

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Lo importante ahora es que nada suceda durante por lo menos cincominutos. Se puede conceder al perro más tiempo si se prefiere, pero enningún caso debe intentarse ninguna otra cosa antes de que hayantranscurrido esos cinco minutos. Yo lo llamo "el tiempo muerto".Durante este período, el amo debe seguir simplemente con su rutinahabitual. Algunos se impacientan; por eso les digo que, si no puedenpensar en otra cosa, deben meterse en la cocina y hacerse una taza deté o de café, porque suele tardarse en prepararlo más o menos esetiempo. El propósito de esta pausa es permitir que empiece el silencio-so proceso de deponer al perro, de quitarle el trono. Lo que el dueñoestá invitando a hacer al perro durante este lapso es reflexionar deteni-damente en lo que acaba de suceder. Se le da tiempo para darse cuen-ta de que han ocurrido dos cosas: en primer lugar, que su ritual no haobtenido ningún tipo de respuesta y, en segundo, que algo ha cambia-do en su relación con su compañero de manada. Ha habido una sutilalteración en la jerarquía.

Algunos perros lo cazan al vuelo; otros no son tan rápidos. En algu-nos casos se tarda menos tiempo; en otros, más. Sin embargo, porexperiencia, creo que cinco minutos suelen ser suficientes para quetenga lugar esta asimilación. Si durante ese tiempo un perro se acercaa su dueño sin que éste se lo pida, debe ser ignorado; aunque venga asentarse en el regazo de su amo, debe ser expulsado sin decir una pala-bra. No debe permitirse al perro exigir nada nunca más.

Puede, por supuesto, ser un reto, especialmente con perros grandes ycorpulentos. Pero el amo debe mantenerse firme. Si el amo está de piey el perro se acerca a él, debe cerrarle el paso con el cuerpo y apartarsedel animal. Si el perro le salta encima, colocando las patas delanteras enel regazo del amo, éste debe, en silencio, poner una mano en el pecho delperro y presionarle suavemente para que se baje. El amo no debe dar unempujón fuerte ni tampoco decir nada. No me canso de insistir en estepunto. Incluso decir "Fuera" o "Vete" asegura que el perro se ha salido conla suya y ha sido reconocido. Una vez que hayan transcurrido los cincominutos, puede comenzar la tarea de entrar en contacto con el perro. Y esal establecer contacto con él de una forma particular como el dueñQpodráreforzar el mensaje de que se ha establecido un nuevo liderazgo.

A menudo oigo a la gente quejarse de que es cruel ignorar al perro delmodo que yo propugno. Siempre respondo lo mismo: la realidad es queestableciendo mi relación con el perro sobre la base correcta, puedo dis-

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frotar aún más de su compañía. Concediéndome a mí misma el tiempopara seguir tranquila con las demás tareas que tengo que hacer en casa,puedo hacer que el tiempo que paso con mis perros sea efectivo y de ca-lidad. Todos los amos pueden empezar a crearse esos momentos de cali-dad desde el comienzo mismo. No estoy diciendo ni por un instante quelos amos deban ignorar a sus perros de ahora en adelante; todavía pue-den mimar y acariciar a sus compañeros tanto como deseen, pero segúnsus propias normas. Los perros serán más felices en este tipo de relación,porque no habrá confusión sobre quién cuida de quién.

- Acudir a la llamada -

Una vez que hayan transcurrido los cinco minutos, el amo puedeempezar a interaccionar con su perro según las nuevas reglas. Y la pri-mera tarea que les pido que practiquen es conseguir que el perro acudaa su llamada cuando el amo quiera. Los principios rectores en estasituación son petición y recompensa. Empleo la palabra "petición" envez de "orden" a propósito, porque de 10que se trata aquí es de un pro-ceso recíproco. Recuerde siempre que estamos intentando crear unasituación en la que el perro haga cosas siguiendo su libre albedrío.Queremos que et perro elija a su amo como líder por voluntad propia.

Los puntos clave que pido a la gente que recuerde mientras va avan-zando son que siempre deben establecer contacto ocular y siempre de-ben llamar al perro por su nombre. Lo más importante de todo: debensiempre acordarse de recompensar su buen comportamiento cuandoacuda como se le ha pedido. La elección de la recompensa queda ente-ramente a la propia elección del amo. Yo encuentro muy eficacescomo golosinas los trocitos de queso o de hígado o las tiras de carne;pero esto depende deccada amo: cualquier cosa que le guste a su perro.Una mujer me preguntó una vez si podía dar a su perro una lata ente-ra de comida. Dada la cantidad-de recompensas que deben prodigarseen las primeras etapas del proceso, el perro acabaría estando bastantegordo.

Lo importante es que, en el segundo mismo que el perro acuda, sele ofrezca la recompensa en la boca y se le diga "buen chico" o "buenachica", o "muy bien". Asimismo, recomiendo que los dueños acariciensuavemente la cabeza y el cuello del perro. Desde el mismo comienzoestán estableciendo un principio importante: el perro ha hecho 10 que

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se le había pedido que hiciera y en cuanto lo ha hecho ha conseguidoun beneficio. Recompensando al perro con comida, reiteradas aproba-ciones y caricias en una zona enormemente importante de su cuerpo,el amo está enviando un poderoso mensaje que se reproducirá una yotra vez de ahora en adelante. Si el perro acude al líder cuando se lepida, el líder se lo recompensará.

Se trata de una etapa crucial al comenzar a establecer elliderazgo deldueño y debe practicarse hasta que la respuesta sea exactamente la queel dueño solicita. Es bastante probable, por ejemplo, que el perro res-ponda a las atenciones y en especial a las caricias volviéndose a agitarcomo antes. Si el perro empieza a empeorar volviendo de esta maneraa su antigua conducta, el amo debe parar inmediatamente y suspenderel proceso durante al menos una hora antes de volver a empezar. Elperro debe entender que sus acciones tienen consecuencias y que, aligual que el buen comportamiento es recompensado con comida oafecto, el comportamiento indeseable produce consecuencias muchomenos agradables; pierde lo que más anhela, la atención de su líder. Siesto sucede, pido a los amos que simplemente repitan el proceso desdeel comienzo y sigan repitiéndolo con calma y coherencia hasta que elperro comprenda lo que quieren. Es fundamental que los,dueños no seapresuren y, aún más importante, que no se enfaden. Les pido quemantengan el pulso cardíaco bajo en todo momento; les digo querecuerden a Kipling y "guarden en su puesto la cabeza tranquila".

Un instrumento añadido en esta etapa es la creación de "zonasprohibidas" dentro de la casa. Desde los comienzos, puede enseñarse alperro que ciertas zonas de la casa pertenecen al líder. Nuevamente, elanimal reconocerá los principios en juego a partir de su conexión ins-tintiva con el lobo. Dentro de la manada, el espacio del Alfa es respe-tado en todo momento. Los subordinados sólo entran en este espacioa invitación de su líder.

Lo normal es que el perro responda inmediatamente al nuevo siste-ma. Si lo hace, el amo simplemente necesita pasar unos pocos días repi-tiendo el proceso, empezando y terminando de la misma manera. Alprogresar, deberían notar que el perro comienza a responder sin preci-pitarse a que se le llame por su nombre. Éste es un buen indicador de quese están aproximando a su meta. Comparo el comportamiento de unperro que ha captado mi método al de un niño bien educado respon-diendo a la autoridad de un maestro de escuela.

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Saber escuchar al perro

Si se le llama por su nombre en clase, el niño demostrará haber oídoal maestro y luego esperará a que éste le indique la tarea. Quiero queel perro se comporte precisamente de la misma manera. Quiero que sequede allí, de pie o sentado, que demuestre haber oído a su amomediante el contacto ocular y que espere su petición, sea la que sea.

Los perros poseen muchas cualidades maravillosas, pero no son -almenos que yo sepa- capaces de leer el pensamiento. No saben lo quese quiere de ellos. Al sentar estas bases, al establecer así elliderazgo, losamos están preparando el camino para una nueva relación. De ahora enadelante, el perro ya no tendrá que adivinar lo que su amo quiere. Estálisto para escuchar y cooperar con las peticiones de su amo. Tambiénestá preparado para relajarse y disfrutar de la vida.

2. Señales de peligroUno de los mensajes que recalco cuando estoy trabajando con los pro-pietarios es que los cuatro elementos de la Vinculación Amichiendeben actuar conjuntamente. Mientras inician la primera parte delproceso de establecimiento de vínculos, deben también empezar a ocu-parse de una segunda área clave, que clasifico como momentos de peli-gro aparente. En casa suele manifestarse habitualmente cuando lleganvisitas. Todos hemos presenciado escenas de perros que pierden losestribos en cuanto suena el timbre o la aldaba. No hay ni un solo car-tero o lecherd que no haya sido víctima de este tipo de atenciones nodeseadas. De nuevo, la clave para comprender este comportamiento sehalla en la manada. Si un perro cree ser el líder de su manada, consi-derará que le corresponde defender la guarida. Por tanto, en casoscomo éste, el perro está respondiendo a una amenaza no identificada.Alguien o algo está a punto de entrar en su comunidad y está ansiosopor conocer con precisión quién o qué es. Luego, cree que es respon-sabilidad suya tratar con el intruso.

Hay dos elementos en el proceso que pido a los dueños que realicenen este caso. El primero implica al dueño; el segundo, al visitante.Cuando el perro empiece a ladrar o se ponga en pie de un' brinco aloírse ruidos de-alguien que está en la puerta, la tarea del dueño es agra-decérselo al perro. La idea clave aquí es que el amo, como líder que es,

6 En los países anglosajones es habitual el reparto de leche fresca puerta a puerta. (N. d. T)

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IHaciendo

amigos: a loscuatro años

de edad,en una

merienda

familiaren el Parque

Norman,de Fulham

(Londres).

Mi padre, consu perro Gyp.

Mi primer amor: conShane, el Border collie

que inspiró mi pasiónpor losperros.

Pasión por los caballosa la edad de diez años.

Ganador deconcursos:con ml

Springer spanielKhan.

La familia.

Mi hijo TOny

(derecha)y mihija Ellie, conKelpie, nuestraperra decaza.

. .Dan Broughton montando aGinger Rogers, la yegua queMonty Roberts transformó enveintitrés memorables minutos.

Donna, "La Duquesa".

Lu JJ.rif¡W.rifb.rifnB.rif?'weic ("cbifl.r;rdo")... Aquí .r;rp.r;rrezC!Jcm el Jack Russell rescatado

que me enseñó tanto.

Una joven Sasha, mi Pastora negra,

intenta infructuosamente atraerla atención de Sandy.

Sasha enseñando a

Barmie ajugar a tiray afloja.

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Un loboAlfa demuestra su supe7'ioridad colocandoel cuello sobre la cabeza y la cruzde otro, ms partes vulnerables.

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Igual que los lobos dan vueltas en torno a su presa, mis Spaniels demuestranel mismo instinto.

El parecido entre los lobosy losperros puede ser asombroso.Arriba, un cachorro de

lobopide comida;derecha, el cachorro

de Molly haceotro tanto.

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Tanto losperroscomo los lobos

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a su presa.I!;

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La Vinculación Amichien: el establecimiento delliderazgo de la manada

está reconociendo el papel esencial que el perro está desempeñando enla manada. El perro se ha dado cuenta de que hay un peligro potencialy ha alertado al encargado de tomar las decisiones. Es como un niñoque ha dicho a sus padres que hay alguien a la puerta y al que se le handado las gracias por hacerla. Relevado de su responsabilidad, el perropuede, a continuación, dejar a quien toma las decisiones que decida sise permitirá al visitante que atraviese la puerta.

Los perros son todos muy distintos. Algunos han desarrollado peo-res hábitos que otros; por eso, inevitablemente las reacciones (deperros y de humanos) serán diferentes. La experiencia me ha enseñadoque hay cuatro maneras de afrontar esta situación. En primer lugar, losamos pueden permitir que el perro se acerque a la puerta con ellos.Pero si se hace así, debepedirse al invitado que ignore al perro delmismo modo que el amo ha estado haciendo después de las separacio-nes. Debe explicarse a la visita que, sean cuales sean sus propias reac-ciones instintivas, no deben acariciar al perro.

Es algo -lo sé- muy difícil, en especial para quienes aman a los ani-males y en el caso de perros que se te suben literalmente a las barbas,exigiendo atención. Por eso, la primera alternativa para esta situaciónes ofrecer al dueño la opción de ponerle al perro la correa, algo que lepermitirá ejercer un mayor control si la situación se complica.

Si el comportamiento del perro es verdaderamente inaceptable, hayque aplicar la siguiente alternativa y pedir al perro que se vaya a otrahabitación. Pero es importante que esto no se vea como una exclusióno un castigo. N o debe empujarse físicamente al perro ni cogerlo enbrazos para llevárselo a la otra habitación. No debe echársele de casa;al jardín, por ejemplo. Durante todo el proceso quiero que el perroesté realizando asociaciones positivas con su comportamiento en cier-tas situaciones. Por tanto, debe hacerse según los principios de recom-pensa ya establecidos. El perro será alabado por reconocer el peligro;luego se le apartará del proceso de toma de decisiones y se le dará unade sus golosinas favoritas por su cooperación. Y entonces puede cerrar-se la puerta para quitarle de en medio temporalmente.

Abordando de este modo la situación, el amo creará yl tiempo y elespacio necearios para explicar al invitado lo que está pasando. Puedeentonces darse instrucciones al visitante para que se comporte delmismo modo que ahora es la norma. Una vez que esto se haya enten-dido, puede dejarse con total seguridad que el perro vuelva a la sala de

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Saber escuchar al perro

estar. Siempre pido a los amos que se aseguren de que al volver elperro nadie le habla al entrar. Si así se hace, el perro reconocerá lasituación como normal y empezará a comportarse como viene siendoya habitual.

La cuarta y última opción para abordar esta área se aplica si los invi-tados no creen en lo gue el dueño está haciendo o simplemente no soncapaces de entenderlo. Los niños, claro está, son el ejemplo más obviode estos últimos y trataré de ellos con detalle a su debido tiempo. Eneste caso puede ser mejor dejar al perro en una habitación separada.Igualmente, puede ser lo más acertado si tiene usted amigos o familia-res que simplemente no quieran cooperar con el proceso. Para lamayoría de la gente, no merece la pena enemistarse con sus familiaresy amigos por esto.

- Controles básicos -

En muchos sentidos, aprender la Vmculación Amichien es comparablea aprender a conducir un automóvil. Con el tiempo, las rutinas funda-mentales se acabarán transformando en un hábito. Sólo será en las

situaciones difíciles cuando los propietarios tendrán siquiera que pen-sar en las prácticas que están aplicando. Por lo general, quedará alma-cenado en el subconsciente, como una nueva capacidad muy útil queservirá para aumentar enormemente el gozo de vivir de quienes amana los perros.

Sin embargo, a nadie se le permite conducir un coche sin haberleenseñado antes a localizar y a manejar los mandos básicos de control,como los pedales, el embrague y el acelerador. La siguiente etapa a laque debe pasar el propietario es el paseo con el perro. Antes de que seacapaz de salir al mundo exterior, el amo debe aprender las habilidadesbásicas requeridas para ejercer el control en esté ambiente. Como entodos los métodos de adiestramiento canino, el control consiste en lacapacidad de conseguir que el perro acuda a la llamada de su amo, quecamine a su lado, que se siente y que se quede quieto.

Según afirma el dicho, como tu casa no hay nada. Y por lo que res-pecta a la colocación de las primeras piedras de mi método, resultaenteramente cierto. Creo fervientemente que no hay ningún lugarcomo el propio ambiente del perro para empezar a cimentar la relaciónque se establece mediante la Vmculación Amichien. Por eso pido a los

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dueños que se concedan por lo menos una quincena para acoplar todoslos elementos de mi método.

Por supuesto, el proceso para conseguir que el perro acuda a la lla-mada de su dueño cuando éste lo desee ya ha empezado durante el tra-bajo de establecimiento de vínculos que sigue a la regla de los cincominutos. En esta primera etapa, el perro ha empezado a darse cuentade que ciertos comportamientos son recompensados con comida yotros no. Enseguida elige el comportamiento del que más provechoobtiene. El principio seguirá siendo fundamental ~n todas las partes deladiestramiento de cada una de las etapas.

Al pasar a la próxima fase, lo primero que recomiendo a los propie-tarios que enseñen al perro es a sentarse. Para la mayoría de los pro-pietarios de perros normales, es el medio más importante de conseguirque un perro ejercite su derecho a quedarse inmóvil. Es útil -y a vecesvital- disponer de esta medida de control. En ciertas situaciones peli-grosas, puede salvarle la vida a un perro.

En todo lo que hago es fundamental la idea de que los perros empie-cen a tomar decisiones por su propia voluntad. A cada paso quiero querealicen asociaciones positivas con ciertos comportamientos. Quieroque reconozcan las situaciones en las que saben instintivamente que algoles espera, que serán recompensados si actúan correctamente. Como yahe dicho, no hay instrumento más poderoso a este respecto que lacomi-da. Para enseñar a un perro a sentarse, pido al dueño que llame al perropara que acuda, y que luego acerque un trocito de comida al perro, casitocándole la nariz y lo mueva sobre la cabeza del perro. Como el perroarquea instintivamente la cabeza hacia atrás p::iraseguir el olor, su cuer-po también se inclinará hacia atrás. Cuando "estosuceda, las nalgas delperro tocarán el suelo. En cuanto lo hagan, debe meterse la golosina enla boca del perro, acompañada contemporáneamente por una confirma-ción verbal: la palabra "sitz" o "siéntate". La señal está clara, la accióndel perro es correcta y recibe la correspondiente recompensa.

Si el perro se mueve hacia atrás al seguir el trozo de comida, puedecolocarse una mano detrás de él para evitado. Nunca deben utilizarselas manos para forzar la grupa del perro a bajar al suelo. Si, por cual-quier razón, el perro se aparta, pido a los dueños que, simplemente,retiren la comida de delante del perro y vuelvan a empezar. Si se repi-te, el perro aprenderá enseguida las realidades de la vida: si hace bienla tarea recibirá su paga; si la hace mal, no. Pronto se sentará natural-

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Saber escuchar al perro

mente. Pero los perros son, sin duda, criaturas muy inteligentes: si unperro empieza a sentarse delante de su amo sin habérselo pedido, nodebe premiársele de ninguna forma; el perro está intentando volver adisponer del control sobre la toma de decisiones.

A partir de aquí, recomiendo a los dueños que pasen al trabajo deadiestramiento de las pautas junto al amo. Entiendo por ello conseguirque el perro comprenda que la mejor posición para él es estar alIadode su dueño en todo momento. Nuevamente, recomiendo que esto seenseñe sin correa; al perro le quedará así abierta la posibilidad de huirsi se asusta; de este modo se sentirá cómodo y seguro. También aquí lacomida es el medio ideal para comunicar este mensaje. Pido a los due-ños que animen a su perro a acudir para ponerse a su lado usando lagolosina preferida de su mascota. Como en el resto del trabajo, pido alos propietarios que refuercen con caricias el mensaje que están trans-mitiendo al perro. La clave vuelve a ser que las caricias se restrinjan alárea primordial de la cabeza, el cuello y la cruz. La señal es inequívo-ca: soy el líder, conozco tus puntos débiles, pero estoy aquí para prote-gerte. El perro no tendrá más alternativa que confiar en alguien quepresenta credenciales tan formidables.

En la mayoría de los casos, hastan la capacidad de sentarse y perma-necer junto al amo. Pero soy partidaria de conseguir que el perro tam-bién se eche a petición del dueño. La razón es sencilla. La calma es desuma importancia en cada elemento de mi método y ésta es la posiciónmás relajada que puede adoptar un perro. Nuevamente, animo al perroa hacerlo mediante recompensa y estímulo, pero en este caso condu-ciendo al perro debajo de un mueble no muy alto, una mesa o una silla,para conseguir que se eche. Una vez más, estoy manipulando la situa-ción, consiguiendo que el perro haga algo por una buena razón en vezde usando la fuefza. Y de nuevo, es una idea que los perros captan conincreíble rapidez.

Un aspecto que merece la pena destacar en esta etapa es que e[ perrono necesita ser recompensado con una golosina cada vez que comple-ta satisfactoriamente una acción meritoria. La comida es un poderosomedio de transmitir el mensaje inicial. Pero, a medida que el procesose desarrolla satisfactoriamente, sugiero a los dueños reducir poco apoco la frecuencia de recompensas de comida. Pueden empezar bajan-do a una vez sí y otra no que el perro hace lo correcto; luego a una vezcada seis, y así hasta que se dé comida una vez cada veinte. Pero este

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La Vinculación Amichien: el establecimiento delliderazgo de la manada

instrumento nunca debe desaparecer totalmente del proceso. Es im-portante mantener vivo el interés.

Como en tantos casos, es adecuado traer aquí a colación la analogíacon los niños. Recuerdo una vez con mi nieta, Ceri, cuando sus padresle estaban intentando enseñar buenos modales. Había aprendido adecir las palabras mágicas "por favor", pero en una ocasión no las usó."Se me ha olvidado, sólo tengo cuatro años", dijo con una sonrisaangelical. Los perros no son muy distintos. También les lleva su tiem-po captar las cosas cabalmente. Pero si se les da el tiempo, el afecto yel ánimo debidos, lo conseguirán.

La gente a menudo se pregunta si mi método elimina el placer deposeer un perro. Siempre lo encuentro desconcertante: de hecho, suce-de exactamente lo contrario. Al eliminar la responsabilidad de la vidadel perro, el propietario le asegura una existencia más feliz y despreo-cupada. Y,al crear un ambiente en el que el amo puede relacionarse consu perro a las horas que él o ella elija, al perro se le ofrecen períodos deverdadera calidad con su líder. Ese tiempo de calidad puede emplearsepara construir una relación incluso más profunda y gratifican te.

Dos actividades específicas, el juego y el cepillado, son particular-mente agradables al cimentar la relación que los amos buscan en estesentido. Los juguetes ofrecen un medio perfecto tanto para establecervínculos con el perro como para reforzar, al mismo tiempo, el ordenjerárquico. Asimismo, al dueño puede resultarle muy placentero cepi-llar a su perro. Y vuelve a aplicarse el principio de la recompensa. Si elperro se deja cepillar suavemente sin protestar, se le puede elogiar yrecompensar con comida. Todas ellas son las piezas con las que se irápreparando la futura vida en común. Más adelante consideraré ambasáreas con algo más de detalle.

3. Encargarse del paseoLas primeras disciplinas -acudir, sentarse y ponerse junto al amo-, nodeberían llevar, salvo caso raro, más de una semana. Sientan las basespara la siguiente área de importancia: salir de paseo, que es equivalen-te, a los ojos del perro, a liderar la manada en una cacería. Por supues-to, los hábitos de paseo varían considerablemente de persona apersona. Algunas sólo tendrán el tiempo justo para sacar a sus perrosa pasear durante breves momentos por la mañana y por la noche. Otras

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Saber escuchar al perro

tendrán la posibilidad de dar paseos largos y frecuentes a cualquierhora del día o de la noche. Mi método está pensado para ajustarse atodos los estilos de vida. Sea cual sea la situación, la clave para estaparte del proceso es que los propietarios se encarguen del paseo. Conmucho, la forma más sencilla de que dispone el propietario para sabersi el paseo está yendo según el plan previsto es preguntarse si estáncontentos ellos mismos y si controlan la situación. Una vez más, lacalma y la coherencia son cruciales.

La primera tarea es conseguir que el perro se acostumbre a la correa.Personalmente prefiero las correas ligeras de cuerda. Las cadenas meparecen armas, y si se tiene presente que un perro sólo tira de la correaporque cree que es lo que debe hacer, porque es el líder, ninguna formade limitación ñsica le hará cambiar de idea. Lo que hay que cambiar esla idea que tiene de su papel en la manada. Pido a los amos que llamena su perro para que acuda a su lado; luego, usando comida comorecompensa, deben ponerle la correa. Indudablemente, éste es uno delos momentos más intensos del método: marca la primera ocasión enque al perro se le niega la opción de huir. Es también la primera vez,en el proceso de vinculación, que el amo coloca un objeto alrededor dela zona -sumamente importante- de la cabeza, el cuello y los hombrosdel animal. Si el perro muestra por ello cualquier tipo de ansiedad,haga que la asociación con la correa resulte positiva usando comidacomo recompensa. Una vez que haya aceptado la correa, la creencia delperro en elliderazgo del amo aún se hará más profunda.

Por supuesto, no resulta nada sorprendente que todos los perros seexciten ante la perspectiva de salir de casa y adentrarse en el mundoexterior. Desde su punto de vista, van de caza, la actividad más ele-mental de todas. Agradecen la descarga de adrenalina que experimen-tan. Pero es tarea del amo mantener estable el entusiasmo del perro. Esuna prueba importante de liderazgo.

Cuando el perro ha aceptado la correa, pido al dueño que consigaque se ponga a su lado, de nuevo usando comida como recompensa sies necesario. Si el perro intenta tirar, les digo a los amos que se que-den quietos: el perro recibe una demostración de las consecuencias desu acción. El amo debe entonces volver al principio y pedir al perroque se ponga a su lado una vez más. Cuando el perro lo haya hecho,es el momento de ponerse en marcha. Cualquier indicio de tirar de lacorrea debe tener como resultado un aflojamiento de ésta y la suspen-

La Vinculación Amichien: el establecimiento delliderazgo de la manada

sión del paseo. El mensaje crucial que tiene que transmitirse ahora esque el perro debe permanecer cerca del amo, no delante de él, sino asu lado. Cualquier desviación provoca un retorno a la guarida.

Este principio no tiene nunca tanta importancia como en la siguien-te etapa crucial: cuando el amo sale por la puerta de casa. Para el perro,es un pórtico que conduce a otro mundo, una salida de la guarida a unlugar que alberga un millón de peligros potenciales. Es absolutamentefundamental que el amo atraviese primero la puerta. Esto significa quees el líder y que está realizando la tarea de asegurarse de que no haymoros en la costa. De nuevo se trata de una señal inmensamente pode-rosa. Si el perro, de alguna manera, consigue salir primero, hay quevolver a empezar.

Los temas establecidos bajo techado deben mantenerse establecidoscuando el perro sale al exterior. Así, por ejemplo, cuando comienza elpaseo, nunca debe permitirse que el perro camine delante. Una vezmás, esa posición queda reservada al líder. Si el perro siente que estaposición es aceptable, quedará establecida su creencia de que está lide-

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randa la cacería. Debe permanecer junto al amo en todo momento.Naturalmente, en esta etapa los perros pueden excitarse considera-

blemente. Tirar de la correa es uno de los problemas más comunes queafrontan los propietarios de perros en todas partes. Es imprescindibleque los amos no entren en un forcejeo a ver quien tira más. Incluso losperros más pequeños pueden tirar con mucha fuerza. No debe consen-tirse este juego. El perro debe jugar según las reglas del amo, no segúnlas suyas propias. Si un perro tira continuamente, hay que aflojar lacorrea, señalando que el paseo queda suspendido. A muchas personasesto les puede parecer muy severo, pero no durará mucho tiempo.Cuando el perro aprende que tirando de la correa el paseo se suspen-de, no tarda mucho en caer en la cuenta.

Por supuesto, hay personas que argüirán que negar al perro su paseodiario es cruel. Sin embargo, en mi opinión, es más importante queel perro establezca una confianza total en ti antes de introducirse en elmundo exterior. De otro modo, el perro puede verse proyectado a unmedio que no comprende y en el que se le pide que desempeñe unpapel de líder para el que, simplemente, no está preparado. En mi opi-nión, esto sí es mucho más cruel. Y además, por muchos sacrificios queel amo haga a corto plazo en este período, le parecerán minúsculos encomparación con los enormes beneficios que se derivarán de ellos.

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Saber escuchar al perro

- Las peticiones de "quieto" y "ven"-

Pasear al perro es, por supuesto, uno de los grandes placeres de la vida.Ningún amo puede dejar de disfrutar del momento en que suelta a superro para que corra a sus anchas, libre para expresar su personalidadi'sus capacidades atléticas naturales. Pero al pasar a esta etapa pido alos amos que añadan dos habilidades adicionales a su repertorio: laspeticiones de "quieto" y "ven".

Los perros deben permanecer siempre de la correa en zonas urbanasy en las proximidades de carreteras. Nunca deja de sorprendermecuánta gente no se da cuenta del riesgo intrínseco de dejar a un perrocorrer en libertad en estas situaciones tan peligrosas. Pero una vez encampo abierto, puede prepararse al perro para soltado. La primera vezque se intente, recomiendo a los amos seguir una rutina que, nueva-mente, refuerza los principios establecidos en casa.

La primera disciplina es enseñar al perro a quedarse quieto. Se con-sigue fácilmente manteniendo al perro atado con la correa. Primerodebe pedirse al perro que se siente del modo habitual. Entonces elamo debe girarse para colocarse frente al perro, dar un paso atrásmientras levanta al mismo tiempo la palma de la mano y pronunciar lapetición: "Quieto". Luego debe pedirse al perro que acuda. El proce-so debe repetirse, alejándose el amo cada vez un poco más. Sin embar-go, si el perro se mueve, hay que volver a colocarlo en el punto en queel proceso empezó la primera vez. Nuevamente, el perro debe apren-der las consecuencias de sus acciones. Las reglas de este juego debenpermanecer bajo el control del líder.

Una vez establecido este control adicional, el propietario está listo

paf~ §(J}tilf{l}{Jt=llO.L~ pljm~¡HYSlt$}}!~~~~~~e la correa; recomiendoanimar al perro a quedarse junto a su amo durante unos instantes.Como siempre, puede usarse un pequeño incentivo de comida para ase-gurarse de que así suceda. Y luego debe decirse al perro alguna palabraque reconocerá a partir de ahora como señal de que se le suelta: algocomo" A jugar".

La prueba clave ahora es si el perro va a regresar. Nuevamente selleva a cabo mediante respuesta y recompensa. Sugiero a los amos quepidan al perro que acuda a su lado en cuanto se aleje más de tres o cua-tro metros de ellos en el primer paseo. Saber que volverá ayudará tantoal amo como al perro a disfrutar del paseo de ahora en adelante.

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La Vinculación Amichien: el establecimiento delliderazgo de la manada

Al final, depende de cada propietario decidir si se deja al perro irsuelto o no, y cuándo. No debe intentarse si se presiente la mínimaposibilidad de que no regrese. Recomiendo a quien no esté seguro deello que ponga a prueba la respuesta del perro pidiéndole que acudadentro de casa o en el jardín. La respuesta servirá de guía sobre cómoactuará en un medio más amplio. Con perros que demuestren dificul-tades en esta área, recomiendo que se añada una prolongación a lacorrea. Puede usarse para ayudar al perro a comprender lo que se quie-re de él tirando suavemente del perro hacia usted y acompañándolocon una petición de que acuda y dándole comida como recompensa.

4. El poder de la comidaLos controles que las manadas de lobos aplican en la naturaleza que-dan, por supuesto, fuera de nuestro alcance. Aunque quisiéramos,seríamos físicamente incapaces de reproducir la agresividad y el extra-ordinario lenguaje corporal mediante los cuales el Alfa ejerce su lide-razgo. Pero, añadiendo un poco de ingenuidad y de sutileza humanas,creo que uno de los instrumentos más poderosos de que se vale el Alfaqueda dentro de nuestras posibilidades. Lograr el control de la horade la comida es un elemento de enorme importancia en la VinculaciónAmichien.

Por razones que luego explicaré, llamo a este elemento de la técnica"comida simulada". Pido a la gente que lo aplique sólo durante las dosprimeras semanas, más o menos. Si es posible, prefiero que todos losmiembros (humanos) de la familia participen. Actuando como un equi-po, esto les permitirá comunicar una inmensa cantidad de informacióny colocarse cada uno de ellos en un nivel superior de la jerarquía fami-liar. De nuevo el requisito primordial es ser coherente; por eso es esen-cial que se repita en todas las comidas del perro durante este período.Muchas personas, por razones prácticas que puedo entender, dan decomer a sus perros sólo por la noche. Para conseguir un mayor efecto,prefiero que se dé de comer a los perros dos veces al día, una por lamañana y otra por la noche.

La técnica es sencilla. Antes de preparar la comida del perro, pido alos dueños que coloquen un pequeño tentempié -uno por cada personade la casa- en un plato situado en una superficie elevada. Sirve cualquiercosa, una galleta, una pastita, una tostada... Luego les pido que colo-

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Saber escuchar al perro

quen el cuenco del perro junto al plato. Asegurándose de que el perroesté prestando atención, deben proceder entonces a mezclar su comida.Cuando se haya terminado, sin dirigir al perro la palabra ni mirarle,cada miembro de la familia debe coger su tentempié y comérselo. Sólose debe colocar el cuenco del perro en el suelo cuando todos hayan ter-minado de comerse la galleta, o lo que sea. Nuevamente, convienehacerla con la menor ceremonia posible y prestando al perro la mínimaatención. Luego el amo debe irse y dejar al perro comer en paz.

El mensaje aquí es claro y potente. Igual que en la manada de lobos,la jerarquía se manifiesta claramente a la horade la comida. El líder ysus subordinados inmediatos son quienes comen primero. 'Sólo puedecomer el siguiente miembro en el orden jerárquico de la manada cuan-do ellos quedan satisfechos. Para reforzar este mensaje, si el perro sealeja de su comida durante la colación, se le debe retirar el cuencoinmediatamente. Los amos no deben preocuparse porque pase ham-bre. Por lo que respecta a los asuntos relacionados con las comidas, losperros caen en la cuenta con extremada rapidez, se lo puedo asegurar.La clave aquí vuelve a ser que el perro debe aprender que sólo se re-compensa el comportamiento aceptable. Es el líder quien dicta las nor-mas sobre distribución y consumición de comida. Si no cumple lasreglas del líder a las horas de comer, pierde el turno.

Los perros son animales gregarios, les gusta vivir en grupo. A menu-do le digo a la gente que dos perros dan la mitad de trabajo que unosolo. Juegan juntos, se entretienen el uno al otro y, cuando el amo seausenta, se hacen compañía. Pero cualquiera que sea la situación uorganización familiar, es importante recordar que el perro considera alos demás animales, incluidos los seres humanos, que comparten suespacio vital como compañeros de su manada. Todos necesitamos vivirsiguiendo unas reglas y el perro desea más vivir con reglas que noso-tros. La clave para todo lo que hago estriba en el establecimiento de una'serie de normas que el perro comprenderá en el contexto de su mana-da. Una vez que el amo haya empezado a aplicar los cuatro principiosque acabo de explicar, debería tardar dos semanas aproximadamente enconseguir que su perro asimile por completo esas reglas. Por supuesto,no hay dos mascotas iguales. Cuantos más problemas tenga el perro omás grave sea su comportamiento, más tiempo se tarda. No hay espa-cio para el miedo o el dolor en mi método; por eso, siempre doy elmismo mensaje: tenga paciencia, sea amable y acabará por suceder.

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