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Visión Q500 y función social

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territorial y de desarrollo que se propone para el Municipio de Querétaro.

Visión Q500

“Querétaro  es un municipio sostenible, equitativo y próspero. Despliega un  desarrollo económico ampliamente incluyente, basado en el emprendimiento local y en empresas socialmente responsables y ecológicamente sustentables. El progreso concurre en un marco efectivo de gobernanza urbana y metropolitana, soportado por una sólida cultura de participación con criterios democráticos de transparencia y acceso a la información.

La toma de decisiones en materia de planificación y ordenamiento territorial con una perspectiva de largo plazo es compartida entre gobierno y sociedad. El ejercicio de la función social del suelo ha consolidado una  ciudad compacta en la que coexisten los ecosistemas  que proveen servicios ambientales y agroalimentarios. Las personas disfrutan de espacios públicos suficientes y accesibles, de una movilidad eficiente y multimodal, y de una cohesión social, que favorecen una vida incluyente, saludable y segura”.

Para alcanzar la Visión Q500 se establecen cinco ejes, lo cuales –junto con sus objetivos–, son:

1. EJE URBANO: Ordenar el territorio con base en una gestión transparente del suelo, a favor de una ciudad más conectada y accesible.

2. EJE AMBIENTAL: Restaurar y conservar los ecosistemas que proveen servicios ambientales.

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En la sección I se mostró el análisis de las seis dimensiones del CPI y la territorialización de sus indicadores en el Municipio de Querétaro, con el consecuente diagnóstico integrado del estado actual de la prosperidad en la ciudad.

En esta sección II se expone la Estrategia de Territorialización del Índice de Prosperidad Urbana, Q500, como el plan estratégico de desarrollo integral y sostenible de la ciudad a largo plazo, para hacer de Querétaro un municipio próspero al 2031, con motivo del quingentésimo aniversario de su fundación.

Q500 es la hoja de ruta para implementar localmente la Nueva Agenda Urbana (NAU) y contribuir al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en particular del Objetivo 11: “Lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles”. Está orientada por la Visión Q500, resultante del trabajo de la estrategia de socialización y nutrida en reuniones técnicas y grupos de trabajo, la cual propone cómo se gestionará y cómo será el territorio queretano en 2031.

Para operar la Visión Q500, su hoja de ruta consta de cinco ejes, diecinueve estrategias y ciento setenta y siete propuestas, las cuales se exponen en esta sección. Cada eje se presenta con sus objetivos, diagnóstico contextual, relación con la función social y las diferentes estrategias, iniciativas y propuestas que lo integran. A nivel de cada una de las diecinueve estrategias se identifica el alineamiento con los ODS y la NAU. Para el nivel de propuesta se desarrollan tres horizontes de planeación, se definen acciones y responsables. Finalmente, se formula la estrategia CPI para Querétaro en ámbitos estratégicos, que servirán como zonas para el pilotaje intervenciones concretas.

Estos cuatro elementos –Visión, Ejes/Objetivos, Estrategias y Propuestas–, conforman el cuerpo fundamental de Q500, es decir, de la política

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3. EJE SOCIAL: Integrar socialmente a la población, mediante el acceso equitativo a las oportunidades.

4. EJE ECONÓMICO: Orientar el desarrollo económico al fortalecimiento de la base local y a las capacidades humanas, mediante alianzas multisectoriales.

5. EJE DE GOBERNANZA: Fortalecer sostenidamente los mecanismos normativos, arreglos institucionales y procesos de participación para el desarrollo sostenible, equitativo y próspero.

Función social El reto de la distribución equitativa de los recursos en el territorio queretano se encuentra en recuperar la función social del suelo. El suelo es clave en el proceso urbano pues es un bien finito. En Querétaro el CPI identificó que los intereses corporativos de grupos inmobiliarios residenciales o industriales prevalecen sobre los intereses colectivos, que son difusos, aunque numéricamente más significativos. Este es un problema de la representatividad de las democracias, frecuente en todo el mundo, y solo es posible enfrentarlo desde el ámbito de la política pública.

Aplicar la función social del suelo se entiende como el usufructo equitativo de las ciudades y el territorio dentro de los principios de interés público, sostenibilidad, democracia y justicia social. El concepto de función social del suelo resultó clave en la conceptualización de las estrategias de Q500, concibiendo que la hoja ruta incluye una renovación de la gestión pública.

El artículo 27 constitucional establece la potestad a la nación, quien tendrá en todo tiempo el derecho de imponer a la propiedad privada las modalidades que dicte el interés público, así como el de regular, en beneficio social, el aprovechamiento de los elementos naturales susceptibles de apropiación, con objeto de hacer una distribución equitativa de la riqueza pública, cuidar de su conservación, lograr

el desarrollo equilibrado del país y el mejoramiento de las condiciones de vida de la población rural y urbana.

Otras entidades del país han avanzado en incorporar a su legislación la función social del suelo. Una definición ejemplar es la que se encuentra en la Constitución Política de la Ciudad de México (2017): “Esta Constitución reconoce la función social del suelo y de la propiedad pública, privada y social, en los términos de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. El gobierno de la Ciudad es responsable de administrar y gestionar el suelo para garantizar la distribución equitativa de las cargas y los beneficios del desarrollo urbano, el desarrollo inclusivo y equilibrado, así como el ordenamiento sustentable del territorio de la Ciudad y, en forma concurrente, del entorno regional, considerando la eficiencia territorial y la minimización de la huella ecológica.”

Sin embargo, la cuestión no se limita a la precisión de los conceptos, sino sobre todo a las formas de regulación e implementación de los objetivos expresados en la definición de la función social del suelo y de la propiedad. Son pocos los países y ciudades donde los conceptos en sus constituciones se transformaron en instrumentos operativos, que formulan y monitorean las políticas públicas de control de la función social.

En el ámbito urbano, hay un amplio conjunto de instrumentos muy importantes para la gestión del suelo urbano, que aún faltan por ser aprovechados en Querétaro, tales como la zonificación estricta, la imposición predial creciente, el impuesto territorial progresivo, la lotificación y edificación obligatorias, entre otros.

Sin duda, la materialización de la función social en Querétaro es uno de los principales desafíos para su prosperidad. Por esta razón, en Q500 se buscó la relación de cada eje con la función social, con la intención de concretar su operacionalización integral.

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