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La profesión docente en Oaxaca podría describirse como “accidental”. En el
discurso popular se escuchan motivos del ejercicio magisterial que van desde la
herencia, la venta hasta ser la única oportunidad de empleo.
Diego Gracia (2008) dice que la vocación es algo previo al proyecto personal, es
algo natural que está dentro de nosotros. El autor remata diciendo que la
consecuencia de no seguir nuestra vocación, irremediablemente es la frustración.
Cuántos profesionistas frustrados en cargos tan importantes para la sociedad
como políticos, servicios públicos, privados, y por supuesto en la educación.
Existe sin embargo y por fortuna gente que posiciona correctamente las piezas en
su propio juego de ajedrez, esas personas necesitan tener conocimientos para
lograr estrategias exactas que le den la victoria. Si estas estrategias el docente es
un artesano hábil pero no un profesional. En apariencia la afirmación anterior es
simple y clara, sin embargo, la profesión docente no se limita a la acumulación de
capacitación, lecturas y experiencia. Al igual que el alumno, el docente es
meritorio de un aprendizaje significativo y convendría conocer la relación existente
entre aquello que se le pide evaluar, incluido el cómo se le pide evaluarlo, contra
aquello que se le evalúa y el cómo y quién lo hace.
La evaluación profesional docente es un tema que siempre genera polémica entre
los maestros universitarios. En general aquellos que son afectados de manera
negativa dicen que es un instrumento que no goza de toda la fiabilidad e incluso le
llaman “la encuesta de popularidad”. Existen diferentes discursos, desde la
explicación sobre el hartazgo estudiantil que se expresa en la baja calificación
hacia el docente quien le imparte varias asignaturas a diferencia de aquel a quien
solamente “ve” (sic) unas cuantas horas a la semana. También hay quien
adjudica el alto puntaje a la falta de exigencia: “salen bien los profesores barco; los
exigentes lo pagamos en la epd (evaluación profesional docente)”.
Venganza, ignorancia, empoderamiento, subjetividad infundada, popularidad,
frecuencia, y tantas otras explicaciones dan los profesores universitarios a un
instrumento que semestralmente ensombrece en silencio los pasillos de la
institución.
Otro tema es el momento en que se realiza. In suspense, la convivencia áulica
sufre un cambio que es expresado por docentes y alumnos durante esa semana.
Considerando que los resultados de este instrumento determinan en gran medida
si el docente es recontratado o no o si se le otorga un reconocimiento público e
incluso puede llegar a ser económico (en ciertas instituciones los incentivos
económicos dependen también de cuestiones administrativas como la puntualidad
en la entrega en los diversos requerimientos, etc.), o incluso expresa lo que los
alumnos sienten, piensan, opinan y expresan de él , su didáctica y aquello que ha
ocurrido en el aula durante el periodo.
¿Percepción? ¿retroalimentación verídica y sumamente valiosa? ¿transferencia?
¿Será realmente el tipo de evaluación, instrumento, objetivo, momento y sujetos
evaluadores adecuados? ¿Qué es realmente lo que piensan los docentes
universitarios obre esta evaluación? ¿cumple por lo tanto la función para la que
fue creada?
Como profesora universitaria conozco la sensación de esa evaluación. Y aunque
gozo (seguramente sin mérito) de reconocimientos de excelencia a mi práctica
docente (no puedo evitar un gozo falso que reafirma mi verdadera curiosidad por
este tema) puedo también reconocer sentimientos y pensamientos sobre esta
evaluación que no logro expresar del todo. La opacidad de este objeto conlleva un
discurso social y más allá una representación social sobre la profesión docente y
por lo tanto otra muy particular sobre la evaluación de la práctica docente
universitaria.
En mi experiencia personal también ejerzo como prefecta de estudios en una
institución privada. Mi trabajo consta de velar por la excelencia educativa y
conozco la importancia de dar bases en la retroalimentación que se hace al
docente, por respeto al ser humano, por conocimiento y empatía de la profesión,
por experiencia propia, por querer el bien común. Sé que con base en mi
capacidad y expertisse puedo dotarles mi apoyo y punto de vista profesional más
que mi estilo personal o didáctica. Sé que un docente debe siempre tomar en
cuenta los deseos, personalidades, sueños, intereses y tantas otras características
de los alumnos con los que convive, y sé que los docentes no siempre coinciden
con las autoridades escolares con el peso que y objetivos que tiene y persigue la
evaluación del docente. Entiendo entonces que existe diferencia entre la
representación social docente sobre la evaluación de su práctica que la
supervisión escolar realiza y la llevada a cabo por los docentes. Este es el punto
de mi interés. Considero que esta tesis puede brindar información sobre
elementos sumamente importantes para conocer las actitudes, pensamientos,
contextos y posturas que asumen los profesores universitarios frente a la
evaluación de su práctica docente.
Planteamiento del problema
En el ámbito educativo la evaluación tiene un papel preponderante ya que a través
de ella se puede conocer los aprendizajes de los estudiantes tanto como la
eficacia de la práctica docente. Para Coll, Martín y Onrubia (2001) “la enseñanza,
el aprendizaje y la evaluación constituyen una unidad indisoluble”, adquiriendo la
evaluación características de los otros procesos: es dinámica, continua,
sistemática e inclusiva y trabaja con las evidencias de logro sobre el aprendizaje y
la enseñanza, analizando las diferencias resultantes entre el inicio del proceso y el
final del mismo. La finalidad de la evaluación educativa corresponde
principalmente a explicar los cambios que se dan después de un proceso
didáctico y centra su atención en el sujeto que aprende. En el ámbito universitario
este tipo de razonamientos son muy importantes si consideramos que se está
preparando a ciudadanos para la vida laboral en un futuro realmente próximo. Esta
prontitud, liquidez tal vez podría considerarse desde Baumann, es aquella que
“empuja” a los jóvenes universitarios a reclamar prácticamente la eficacia del
curriculum como quien está invirtiendo en un producto, esto obviamente impacta
en la relación alumno-docente, no solo es el docente quien evalúa a alumno, sino
que aquel tiene esta posibilidad también, y ese no es precisamente el asunto,
pues en realidad hay un tercero invisible en esta aparente diada: las autoridades
educativas quienes someten a este tipo de procesos a los actores, suponemos
que con base a profundos conocimientos sobre evaluación, construccionismo
social y por supuesto evaluación. De pronto pareciera que el modelo educativo se
pretende transformar solamente para “clientes” y no para ciudadanos con derecho
a aprender. La sociedad actual tiene nuevas exigencias de aprendizaje y ello
conlleva que la educación sea repensada. El cambio de enfoque educativo
corresponde a transformar la práctica docente que responde a un conductismo
educativo preocupado por estímulos, respuestas y refuerzos, en un aprendizaje
realmente significativo. Para Ausubel (1976, p. 58) el aprendizaje significativo es
un proceso a través del cual un nuevo conocimiento se relaciona de manera no
literal con la estructura cognitiva del sujeto, “es el mecanismo humano, por
excelencia, para adquirir y almacenar la inmensa cantidad de ideas e
informaciones representadas en cualquier campo de conocimiento”
Ausbel explica cómo el aprendizaje realmente significativo (permanece, se
retiene) se concibe a partir de los “submidores” o conocimientos relevantes que
se hallan en la estructura cognitiva del aprendiz. Los nuevos conocimientos
cobran “sentido y relevancia” al ser “anclados” con los conocimientos ya
existentes.
La práctica docente desde el enfoque de Ausbel requiere de un análisis sobre lo
que se pretende enseñar, refiriéndose no solamente a los contenidos del
programa sino a su organización, la elección de materiales pertinentes que logren
facilitar el aprendizaje a través de la relación entre el contenido y la estructura
cognitiva previamente existente. La función docente para Ausbel es la de facilitar
la interacción del conocimiento por adquirir y el previo que posee el alumno. Es el
docente quien decide cuáles materiales introductorios (organizadores previos)
utiliza con el fin de que el nuevo material se aprenda de manera significativa. Las
estrategias didácticas tendrán que ser evaluadas y escogidas en medida de lo que
se pretende: reactivar significados, anclar provisionalmente, es necesario el
pensamiento docente sobre estas decisiones y sus resultados.
Donald Schön (1994) expone claramente la necesidad de una práctica reflexiva
para lograr el fortalecimiento de la práctica docente. Schön, propone dos niveles
principales del proceso reflexivo: la reflexión en la acción y la reflexión sobre la
acción. De alguna manera la primera se puede relacionar con la autoevaluación
en tanto entendida como un dialogo interno que sucede mientras la acción misma
se suscita. En el caso de la reflexión sobre la acción es similar a la co-evaluación
siendo procesos de comunicación y vínculo con otros sobre la vivencia que se
extiende de la acción que se realizó. Existe una narrativa del docente sobe su
sentir, sus percepciones y sus interacciones con los alumnos, con el currículo, con
la institución. Es un proceso narrativo en el que el docente “nombra” lo ocurrido.
Considerar la reflexión docente como una verdadera evaluación significa otorgar
una función social a este proceso. Tradicionalmente, la evaluación está
completamente ligada a los aprendizajes y difícilmente se concibe como parte del
proceso de enseñanza y aprendizaje. Coll, Martín y Onrubia (2001) lo explican
así: “Algo que tiene un tiempo propio y diferenciado, con reglas de funcionamiento
igualmente propias y diferenciadas”.
La evaluación debe sin duda considerarse un proceso dinámico, considerarse en
función a la sociedad y sin duda abordarse con objetivo formativo para mejorar la
práctica docente, involucrando como agente principal al propio docente, un
docente reflexivo. La reflexión conlleva la acción propia y exclusiva del ser
humano, es ahí cuando puede ejercer su libertad y configurarse como “ser creador
y creativo, cualidades sin duda correspondientes al “docente profesional”, retomo
el término del Dr. Díaz Barriga (1988), en contraposición a la teoría
estadounidense del docente eficaz para evitar una visión produccionista.
La función docente debe ser reflexionada y comprendida para saber desde qué
punto o bajo qué visión se analizará y se evaluará. Ya sea la visión instrumental y
técnica en donde se valora más el “hacer, o bien una visión meramente
produccionista, o mejor aún como una oportunidad de aprendizaje horizontal en
donde los procesos individuales se construyen a través de la praxis reflexiva y por
supuesto del vínculo con el otro, de la vida cotidiana. Ángel Díaz Barriga (1988)
insiste en la importancia que tiene preguntarnos acerca de la profesionalización de
la práctica docente, sobre si es realmente considerada en nuestra sociedad como
una profesión al igual que el médico, el abogado, el arquitecto ¿se evalúan de la
misma manera estas profesiones? E incluso hay que considerar si les miramos
igual. El papel del docente oaxaqeño hoy está sumamente golpeado y hay que
considerar nuevamente que los profesores universitarios en nuestra ciudad,
difícilmente han tenido formación magisterial. Ese tema conlleva también el mirar
las necesidades que el perfil requiere y el cómo el individuo busca subsanarle (en
Oaxaca existen más de 10 propuestas de posgrado en educación de manera
presencial cada año) y si cuenta con las habilidades necesarias para seleccionar y
proyectarse en tanto a la selección de su formación de posgrado. También
debemos mirar lo que hace la institución por formar a sus formadores, además de
evaluarle. Se debe dotar al líder de las herramientas necesarias para guiar al
grupo y lograr las metas de la empresa (discurso desde la postura de la empresa
privada) pero mucho y realmente más importante: el docente tiene derecho a ser
formado, apoyado y acompañado para lograr desarrollar su didáctica.
La didáctica para Díaz Barriga (1988), es “la disciplina construida en el marco de
las ciencias de la educación para el docente, por lo tanto, se debe reconocer que
la práctica docente responde a situaciones concretas y particulares, imposibles de
estandarizar por responder a lo humano, a lo diverso”. Reconocer la complejidad
de la didáctica corresponde a entender la dificultad que existe para lograr una
evaluación transparente, clara, verdaderamente útil y cuyos objetivos sean
claramente reconocibles en tanto el logro de la calidad educativa como evidencia
de la práctica docente. Los procesos humanos son complejos en tanto la riqueza
de la diversidad.
Cada grupo exige que el docente genere diferentes modelos de intervención. Para
Phillipe Meirieur “es responsabilidad del educador hacer emerger el deseo de
aprender”. El docente tiene la responsabilidad pero también la libertad de crear
situaciones didácticas a partir de estrategias que motiven el deseo del estudiante.
Es imposible que el maestro cuente con el interés “innato” del alumno por el
conocimiento, debe en cambio, reconocer la necesidad de que exista el deseo, tal
como lo menciona Meirieur, aunque ya desde el siglo VII, Comenio habla del
deseo como un motor del aprendizaje, aprender es un proyecto personal. Meirieur
habla de la clase como “proyecto personal del docente”, el reto consecuente es
conseguir que también el alumno tenga un proyecto, desee su aprendizaje.
Cuando los alumnos “fracasan”, es decir no existe un aprendizaje real, existe sin
duda una problemática metodológica en la práctica docente y también existe la
oportunidad de mejorar a partir de la reflexión sobre qué estrategia diferente será
aquella que funcione con ese grupo. Para Díaz Barriga la evaluación debe
entenderse en un marco de comprensibilidad, en donde la perspectiva de las
ciencias de la educación que es entender la complejidad de los elementos
educativos, por ejemplo entender que no es responsable completamente de los
no-aprendizajes de los alumnos, aunque si lo sea de diseñar estrategias para
cambiar la situación;
Percibir la necesidad de cada alumno, distinguir entre dar apoyo académico,
afectivo, disciplinar, cognitivo, etc. es parte de la práctica docente y de los
elementos necesarios para lograr el aprendizaje de los alumnos. Esta sensibilidad
del docente, la capacidad de observar e interpretar al otro con el que diariamente
convive y crear pensando en él un plan estratégico que una las necesidades del
uno con las del otro, sin duda merece una mirada más profunda que solamente
rúbricas o listas de cotejo. La práctica docente y por ende su evaluación requieren
ser reflexionadas. En tanto la profesión docente sea pensada en términos del
hacer, la evaluación que se haga de la misma corresponderá a términos técnicos e
instrumentales. La evaluación de la práctica docente se enfrenta a los retos
correspondientes a la esencia humana y su complejidad.
LA EDUCACIÓN SUPERIOR PRIVADA
Es a través de las representaciones sociales que nos es posible reconocer la
presencia de las creencias, valores, normas, opiniones que los individuos
pertenecientes a cierto grupo suelen tener respecto a un objeto social y es a
través de las representaciones sociales que se llegan a constituir los códigos y
principios que orientan, clasifican, interpretan las prácticas de estos sujetos y que
llegan a formar la conciencia colectiva del grupo, obviamente instituyendo también
cuáles son las reglas y limites bajo los que se regularán.
Cuando un docente universitario elabora el plan magisterial en el que plasma la
manera en que trabajará con su grupo de estudiantes durante ese semestre, en
definitiva debe considerar cómo, cuándo y qué evaluará; es importante que
considere qué evidencias serán determinantes para demostrar el logro de la
competencia o aprendizaje esperado. Sin embargo, implícitamente también existe
la proyección de cómo será evaluada su práctica como profesor. La primera
mirada corresponde casi generalmente al coordinador de la carrera,
posteriormente serán los propios alumnos quienes no solamente evalúen lo que se
plasma por escrito sino la manera en que es llevado a cabo ese listado de
intenciones docentes. De manera formal, la evaluación docente se realiza una vez
durante el semestre, pero en realidad se va conformando en muy diversos
momentos y atiende a múltiples factores. El profesor universitario ha gestado
diversas ideas sobre la manera en que se le evalúa y resulta sumamente
interesante conocer qué representación social sobre la evaluación de la práctica
docente existe para ellos y por lo tanto, les acompaña en su práctica ya que al
lograr aproximarnos a esta representación podremos también reconocer los
modos y procesos que constituyen el pensamiento social de los docentes
universitarios de instituciones privadas y aproximarnos a su “visión del mundo”
respecto a la evaluación que se les realiza y que en muchas formas determina
cuestiones como el contar con cierta cantidad de horas, ser reconocido o no en el
ámbito escolar e incluso si permanecerán o no en la institución.
La universidad privada llega a ser considerada como una oportunidad y un lujo
que promete al estudiante ventajas y que en cierta forma llega a dotarle de un
empoderamiento como cliente calificando el nivel del servicio que está recibiendo.
Al parecer existe un elemento que consideramos hipotéticamente como
constituyente de la representación social que los docentes universitarios tienen
respecto a la evaluación de su práctica y es el hecho de que a través de esta
evaluación, ciertos alumnos ven una oportunidad de “revancha” o para “regresar”
lo recibido por el maestro. “Es sumamente subjetivo y necesitaríamos conocer
primero el nivel de honestidad y madurez que tienen los jóvenes al responder esas
encuestas” indica un docente.
Como veremos más adelante, la evaluación docente llega a ser un tema opaco,
existen muchas dudas por parte de los actores y por lo tanto resignificaciones que
se construyen dentro del cuerpo docente y que en cierta forma condicionan la
actitud y práctica profesional. Como indica Abric (1994), al trabajar con las
representaciones sociales estaremos posibilitados de entender cuál es la
dinámica que se genera a partir de las interacciones sociales y aclarar los
determinantes de las prácticas sociales, pues “la representación, el discurso y la
práctica se generan mutuamente”. Conscientes de la problemática que representa
para las instituciones pero también para la comunidad educativa la concepción
que se tiene sobre la evaluación de la práctica docente, es que se vuelve tan
importante desentrañar cuál es el núcleo figurativo de la representación social, ya
que a su alrededor se constituyen creencias que afectan a la práctica y como nos
indica Banchs (2000) solo entonces podríamos tener un paso significativo no sólo
para el entendimiento, sino incluso para la modificación de una representación y
por lo tanto de una interrelación social.
En 1961, Serge Moscovici publica su tesis doctoral “El psicoanálisis, su imagen y
su público”. Moscovici estudia el cómo es que las personas construyen su realidad
y cómo son construidas por ella.
En su escrito “Practicas sociales y representaciones, Abric refuerza la importancia
del trabajo realizado por Moscovici en 1961, pues según dice, sus resultados
demuestran claramente “que las representaciones elaboradas o inducidas en
situaciones de interacción desempeñan un papel frecuentemente más importante
que las características objetivas en los comportamientos adoptados por los sujetos
o grupos”
METODOLOGÍA
El objetivo de este trabajo es conocer o comprender las interacciones sociales
que el docente universitario tiene ya que el valor heurístico de las
representaciones sociales lo permite, como lo indica Abric, y por supuesto, dar
cuenta de ello. El trabajo metodológico a partir de las representaciones sociales
nos permite conocer la integración dentro de las relaciones de poder que viven los
individuos, la manera en que viven las normas, las jerarquías, y resulta
sumamente oportuno retomar la pregunta que Abric lanza a partir de la premisa
siguiente: las representaciones sociales determinan los comportamientos de los
sujetos, entonces podríamos preguntarnos si al conocer las representaciones
sociales construidas por los profesores universitarios sobre la evaluación de su
práctica docente, se podría entender también el tipo de relaciones que establece
dentro de la institución educativa con aquellos involucrados, directa o
indirectamente, con la mencionada evaluación, y por lo tanto, también se podría
considerar la representación social , para entender la manera en que vive su
práctica docente.
La hipótesis que planteo es:
El cuerpo docente universitario de las instituciones privadas en Oaxaca
construyenla representación social sobre la evaluación que se realiza de su
práctica profesional, que determina su práctica y que está conformada por
elementos que no cuentan con una claridad ni en su forma ni en su función.
Es importar señalar que por esta pretensión es que trabajar con representaciones
sociales como metodología y como teoría resulta tan pertinente para esta
investigación, ya que como lo establecen los teóricos estructuralistas, es a partir
de poder entender al sujeto como objeto de investigación, es decir, abandonando
la postura clásica, se puede entender “que no hay distinción alguna entre los
universos exterior e interior del individuo. El sujeto y el objeto no son
fundamentalmente distintos.” (Abric,)
¿Son las representaciones sociales acerca de la evaluación de su práctica
profesional que tienen los docentes universitarios, la mejor construcción para
fomentar prácticas educativas efectivas? Entendiendo como efectivo el logro del
aprendizaje taxonómico considerado para los estudiantes, y el correspondiente a
la investigación-reflexión en el caso del docente
Se ha considerado el estudio de la relación: representación social de la evaluación
profesional del docente universitario con la práctica docente del individuo, a partir
de la propuesta de Abric en tanto el trabajo con estas relaciones
(representaciones-prácticas) para abordar “el doble problema de articulación y la
interacción entre los campos constitutivos de la realidad”. (Abric, )
Por lo tanto en el instrumento se han elaborado preguntas que buscan rastrear la
relación que puede existir entre la representación social que el docente ha
construido sobre la evaluación de su práctica docente, y la manera en que ejerce.
El objetivo principal de esta tesis es dar cuenta de los mecanismos de
funcionamiento existentes en las representaciones sociales que os docentes
universitarios de instituciones privadas poseen sobre la manera en que son
evaluados como profesores y entonces poder entender la manera en que esta
representación interviene en la práctica social educativa en las universidades
privadas de la ciudad de Oaxaca.
La noción de representación social propuesta por Abric es que “son conjuntos
sociocognitivos, organizados de forma específica y regidos por reglas propis de
funcionamiento”. (Abric, )
Es por ello que la escuela estructural pretende conocer la organización interna de
la representación social, pues solamente a partir de que comprendamos los
mecanismos que intervienen en la estructura interna de la representación,
podremos entender la manera en que se expresan en las prácticas sociales. Se
podría considerar a la expresión conductual y relacional de los individuos como la
expresión de la representación social que poseen.
La importancia de las representaciones sociales no es exclusiva de la sociología y
es sumamente pertinente como teoría para las investigaciones realizadas en el
ámbito de las Ciencias de la educación, ya que permiten abordar “fenómenos
sociales y las reglas que rige el pensamiento social de los grupos involucrados”,
como menciona Jean Claude Abric.
La metodología que se utilizará en esta investigación corresponde a las
representaciones sociales (Banchs,200) ya que a partir de reconocer que el objeto
(la evaluación de la práctica profesional) está inscrito en un contexto activo
(Abric, ) que es percibido y concebido parcialmente por un individuo al menos o
por el grupo entero y estos le corresponden con actitudes, conductas, reglas,
normas, etc.
Las representaciones sociales como metodología permiten que en esta
investigación conozcamos la respuesta o expresión del individuo y del grupo, los
docentes de universidades privadas de la ciudad de Oaxaca, sus opiniones y
pensamientos (respuestas) respecto a la evaluación de su práctica profesional
(objeto de la representación social) y cómo es que esta representación determina
su práctica profesional.
El objeto es “reconstruido” por el individuo de manera que se vuelve una
verdadera representación social, es decir, que es consistente con el sistema de
evaluación utilizado por el individuo (Abric, ) y él reacciona ante este objeto con
su práctica.
Conocer la estructura interna de la representación social que sobre la evaluación
de su práctica profesional, tienen los docentes universitarios de las instituciones
privadas, nos permitirá entender la manera en que cada individuo ha reconstruido
la realidad que sobre sobre este “objeto” se ha representado previamente por el
grupo y cómo lo ha integrado a su sistema cognitivo, de valores, cómo lo evalúa
de acuerdo al contexto social e ideológico en el que se desenvuelve.
Para lograr tener una hipótesis sobre los elementos constituyentes de la
representación social, se realizaron primeramente 10 entrevistas a profundidad
con docentes universitarios (7 varones y 3 mujeres) de instituciones privadas de la
ciudad de Oaxaca (Universidad Anáhuac, Universidad Regional del Sur Este y
Universidad de Golfo). Fueron necesarias dos sesiones con cada sujeto para
confirmar la presencia de los elementos y se realizaron con una semana de
diferencia.
Las entrevistas fueron semi-estructuradas, considerando 10 preguntas como
propuesta (documentos anexos)
Una vez que se obtuvieron los
He considerado la “Teoría fundamentada” como sustento metodológico ya que
logra intgrar los enfoques estructural y procesual a partir de un profundo análisis
de la representación social y su estructura. Esta propuesta la retomo de Diego
Alveir Restrepo-Ochoa (Restrepo-Ochoa, 2013 )
Diversos enfoques de la teoría de las representaciones sociales
Restrepo Ochoa (2013), expone claramente la diferencia entre los enfoques
caracterizando al procesual como “centrado en el contenido de las
representaciones sociales en términos de su sentido y significación”. En cambio al
enfoque estructural lo relaciona con la búsqueda de los “mecanismos de
organización de dichos contenidos”.
La propuesta de Restrepo-Ochoa (2013) es una “articulación metodológica” entre
ambos enfoques, esto se logra mediante los procedimientos metodológicos de la
Teoría fundamentada que según el autor, nos permite articular en el desarrollo de
la investigación tanto el conocimiento de la estructura (contenido de la
representación, relaciones entre los elementos, determinar cuál es el núcleo
central y el control) enriquecido con el análisis profundo del proceso.
En esta investigación no se abordará la Teoría fundamentada sino para
argumentar el enfoque procesual en tanto su similitud de momentos de
investigación y estructura metodológica. Sin embargo, se pretende lograr un
bricolaje metodológico en tanto evitar el cisma metodológico irreconciliable entre lo
procesual-cualitativo y lo estructural-cuantitativo. Reconocer la doble dimensión de
las representaciones sociales permite también el considerar la articulación entre
los abordajes estructural y procesual coo complementarios para el conocimiento y
estudio de las representaciones sociales. De esta manera se podrá dar cuenta de
los significados que tiene la representación social sobre la evaluación de la
práctica profesional y adem´s conocer de manera formal cuál es la organización
de dicha rerpesentación ocil, es decir se atenderá la doble dimensionalidad con
base en el bordaje de elementos de ambos enfoques.
En cuanto a teoría, las representaciones sociales, ya se ha indicado proponen una
construcción realizada por las personas a través de los conocimientos e
información que tiene el grupo al que pertenecen y entonces reconocemos cómo
es que como dice Banchs (2007) “dialogan con la vida cotidiana”, reconociendo la
distancia pertinente de tendremos de la teoría clásica y en cambio trabajar con la
construcción de la realidad que hacen los docentes universitarios a partir de su
“sentido común”, conocer el discurso referente a la vida cotidiana, que finalmente
son expresiones de la representación social que ha construido el grupo de
profesionales.
Para Abric, “las represntaciones sociales funcionan como un sistema para
interpretar larealidad” (Abric, 2011).
A través de las representaciones sociales s que las se crean expectativas,
anticipaciones y prescripciones en una realidad que ha sido decodificada,
estableciendo relaciones sociales, comportamientos individuales y colectivos,
guiados por esta manera en que la realidad es interpretada. (Abric, 2011)
Para Denis Jodelet (1986) las representa ciones sociales son “imágenes que
condensan un conjunto de significados, es decir, son sistemas de referencia que
nos permite interpretar lo que nos sucede e incluso a lo que nos sorprende; son
categoría que nos sirven para categorizar fenómenos, individuos con los que nos
relacionarnos, teorías que permites establecer hechos sobre ellos”.
Para Jodelet, el análisis de las representaciones sociales nos perite conocer de
alguna manera el pensamiento social; “la representación social designa una forma
de conocimiento específico, el saber común” (Jodelet, 1986)
Las representaciones sociales poseen una doble dimensión, son constituidas pero
también son constituyentes. En tanto su dinamismo, poseen una doble dimensión
en donde son proceso dentro de la configuración de la realidad social pero
también son un contenido organizado en torno a una estructura” (Restrepo Ochoa,
2013)
Banchs (2000) indica que es a partir de esta doble dimensión (proceso y
estructura) que surgen dos enfoques para el estudio de la teoría de la
representaciones sociales: el enfoque clásico o procesual, enfoque procesual y
que es más cercano a la propuesta original de Moscovici, y ha sido trabajado por
teóricos como Denise Jodelet.
El enfoque procesual, indica Banchs (2000), corresponde una trabajo cualitativo, a
una postura hermenéutica que se centra en la diversidad y los aspecto
significantes de la actividad representativa. Ya que busca conocer el proceso a
partir del que se construye la realidad social expresada en la representación, el
enfoque clásico debe recolectar el material a partir del discurso, es decir, utiliza la
entrevista, los cuestionarios, fuentes documentales. La información obtenida debe
ser sometida a profundos análisis de contenido para que se logre dar cuenta de
cuál es el contenido de la representación social que se investiga. El enfoque
estructural es desarrollado por Jean Claude Abric, en la década del 70. Este
enfoque tiene el objetivo conocer la estructura de la representación social, pues
les consideran como conjuntos organizados y estructurados de creencias,
opiniones, informaciones y actitudes”. Al enfoque estructural le interesa conocer la
organización interna de la representación social y la manera en que los elementos
que le constituyen son jerarquizados; también busca conocer la relación que se
logra entre estos elementos jerarquizados. En atención a esta jerarquización,
Abric propone un modelo conceptual que explica dicha estructura y lo hace a
partir de identificar dos elementos: el núcleo central y el sistema periférico.
Toda representación tiene un elemento fundamental, indispensable para su
constitución pues determina la significación y estructura (forma de organización)
El elemento más estable dela representación social es precisamente el núcleo
central y posee una doble función: una generadora y otra organizadora.
El núcleo central es definido a partir de tres factores, considerando el objeto
representado: el primero es la propia naturaleza del objeto, el segundo se refiere a
la relación que el individuo o el grupo mantiene con dicho objeto; y por último, el
sistema ideológico (normas, reglas, valores) que sirve como contexto a la relación
dada entre sujeto y objeto.
El núcleo central responde a dos dimensiones: una socioafectiva integrada por las
normas, prejuicios, estereotipos, actitudes, y que precisamente se conoce como
normativa; y una dimensión funcional que permite comprender el funcionamiento
del objeto de la representación social en tanto a una finalidad operatoria (Restrepo
Ochoa, 2013)
El otro elemento que considera el enfoque estructural es el sistema periférico y
constituye lo esencial del contenido de la representación. El sistema periférico se
organiza en torno al núcleo central pues de él deriva su significado. El sistema
periférico es compuesto por “mediadores” que regulan la relación entre el núcleo
central y la acción concreta (Restrepo Ochoa, 2013).
Según Abric, los elementos más cercanos al núcleo central cumplirán una función
d concreción del significado; en cambio, los más distantes calaran y justifican la
significación propuesta. El sistema periférico cumple tres funciones elementales:
concretizar la representación social, permitir la adaptación cuando se modifica el
contexto y también es el sistema de defensa del sistema central. Abric denomina a
estas funciones: función de concreción, de regulación y de defensa. (Abric, 2001)
El enfoque procesual, por lo tanto, busca conocer los elementos que conforman la
estructura interna de la representación social: el núcleo central y el sistema
periférico, y específicamente en cuanto a éste último, la jerarquización de los
elementos que le constituyen, y su organización, respecto al núcleo central.
Para lograr identificar el núcleo central de las representaciones, y también para
explicar las funciones de su estructura y los elementos que le conforman, el
enfoque estructural se vale de técnicas de análisis multivariado y ecuaciones
estructurales. (Bachs, 2000)
Abric (2001) propone tres tiempos para el estudio de las representaciones
sociales:
- Identificación del contenido de la representación
- Estudio de las representaciones entre elementos, su importancia y su
jerarquía
- Determinación y control del núcleo central
El primer momento, el descriptivo trabaja la identificación del contenido, es decir,
nos permite identificar y describir las categorías que emergen de las informaciones
y actitudes de os individuos participantes tienen frente al objeto de la
representación. En el caso de esta investigación corresponde a las entrevistas
realizadas a nuestros diez sujetos participantes. Hasta este momento no se
establecen relaciones sobre la organización de los contenidos obtenidos,
solamente se les identifica y describe.
Para esta investigación es importante conocer qué tipo de relaciones y jerarquías
se dan entre los elementos que componen el sistema periférico de la
representación social (objeto: evaluación de la práctica docente del profesor
universitario), conocer cómo se organizan y cómo es que dotan de significación a
la representación de los docentes. Este es el segundo momento propuesto por
Abric, la identificación de los lazos, relaciones y jerarquías (Abric, 2001)
El último tiempo considerado en el enfoque estructural se refiere a determinar el
núcleo central y el sistema periférico. Esto se realiza a partir de la matriz
condicional consecuencial en el proceso de codificación selectiva (Restrepo
Ochoa, 2013) Este paso permite identificar cuál es la dinámica del núcleo central y
también identificar su estructura.
Banchs (2000) reconoce un riesgo para el investigador, el abordar un solo enfoque
perdiendo de vista la iquea del otro. La autora dice que abordar las
representaciones sociales desde el efoque estructural podría significar perder de
vista la característica tórica crítica y social; también reconoce el peligro desde el
abordaje procesual, al reducir el campo de investigación a discursos arrancados
de los sujetos, independientes y ajenos a la posición social y al propio contexto en
donde se desenvuelve el participante, pero también se vive la representación
social. No se podría considerar el análisis del discurso del docente universitario de
una manera completa sin considerar que pertenece a una institución privada y
que se encuentra ejerciendo en la ciudad de Oaxaca, cerrar los ojos ante estas
características, sin duda limitarían la labor investigativa. Más que las teorías que
han sido establecidas sobre la evaluación profesional de los docentes
universitarios, buscamos dar cuenta de las cogniciones relacionada a la
evaluación (objeto de la representación) y que comparte el grupo docente(es la
población homogénea). Como lo indica Restrepo Ochoa, las representaciones
sociales manejan una lógica inductiva ya que como se ha mencionado
anteriormente, la reconstrucción que implica el estudio de las representaciones
sociales se da de los datos hacia la teoría y no de manera contraria. La
recolección y el análisis d los datos permiten identificar los conceptos y las
relaciones emergentes lo que permite interpretar a partir de la teoría. La propuesta
es recoger y organizar sistemáticamente os datos que nos permitan describir
contenido de las representaciones y por lo tanto, conocer la estructura y jerarquía
que se establece entre los elementos pero siempre a partir de los datos.
EVALUACIÓN EDUCATIVA
Al abordar la evaluación educativa debe considerarse el marco filosófico y
epistemológico en que se basa, ya que obviamente dependerá de estas
referencias las nociones que consideren ( ser humano o evaluación, por ejemplo)
y el modelo de evaluación que utilice (incluidos instrumentos, perfil de
evaluadores, etc.)
Históricamente la evaluación y la humanidad han recorrido un interesante camino
juntas, desde el enjuiciamiento del entorno sumamente requerido para lograr la
supervivencia hasta dilemas morales que fomentan la toma de postura, es bueno,
es malo, es legal, es bello o no. La palabra evaluación refiere el acto de señalar el
valor de algo y tiene como origen etimológico la palabra del francés antiguo, value
que significa valor. Aznar y Alarcón (2006) explican que este verbo (value) es e
participio pasado de valor que significa: valer y que a su vez proviene de valere
que significa tener valor o ser fuerte. Los autores explican que el sufijo “ción”
significa “acción-efecto” y también “objeto-lugar”. Julio Pimienta (2007) define a la
evaluación como “la acción y efecto de evaluar, a valorar cuán bueno o malo es el
objeto evaluado”.
A continuación se propone la recopilación Santiago Castillo (2003) realiza en su
texto: Vocabulario de la evaluación educativa, sobre evaluación.
-Proceso que tiene por objeto determinar en qué medida se han logrado unos
objetivos previamente establecidos, lo cual supone un juicio de valor sobre la
programación recogida, que se emite al contrastar esa información con los
objetivos previamente establecidos (Tyler, 1950)
-Actividad metodológica que consiste simplemente en la recopilación y
combinación de datos de trabajo, con una serie de etas que dan como resultado
escalas comparativas o numéricas, y en la justificación de los instrumentos de
recopilación de datos, las valoraciones y la selección de metas (Stocker, 1964)
-Necesidad de valorar el objeto evaluado. Integra la validez y el mérito de lo que
se realiza o de lo que se ha seguido, para decidir si convine o no continuar ocn el
programa emprendido (Scriven, 1967)
-Es una recopilación de información rigurosa y sistemática para obtener datos
válidos y fiables acerca de una situación, con objeto de formar y emitir un juicio de
valor respecto a ella. Esas valoraciones permitirán tomar las decisiones
consecuentes para corregir o mejorar la situación evaluada (Castillejo, 1983)
-Proceso de recopilación y provisión de evidencias sobre el funcionamiento y la
evolución de la vida en el aula, y con base en ellas se toman decisiones sobre la
posibilidad, la efectividad y el valor educativo del currículum. Más que medir, la
evaluación implica entender y valorar (Pérez, 1985)
-Medición de los aprendizajes. Nos permite conocer los errores y los aciertos de la
enseñanza y, consecuentemente, mejorarla (Soler, 1988)
-Consiste en un proceso sistemático y riguroso de recopilación de datos,
incorporado al proceso educativo desde su comienzo, de manera que sea posible
disponer de información continua y significativa para conocer la situación, formar
juicios de valor respecto a ella, y tomar las decisiones adecuadas para proseguir la
actividad educativa, mejorándola progresivamente (Casanova, 1991)
-Recopilación sistemática de información y articulación de un modelo de
funcionamiento personal teórico, en función de los datos recabados. Incluye tanto
procedimientos experimentales como no experimentales, así como procedimientos
cuantitativos y no cuantitativos (Verdugo, 1994)
- Procedimiento que consiste en delimitar, proporcionar y obtener la información
útil para juzgar decisiones posibles (De Ketele y Roegiers, 1995)
-Proceso caracterizado por los principios de continuidad, sistematicidad,
flexibilidad y participación de todos los sectores implicados en él. Se orienta a
valorar la evolución de los procesos de desarrollo de los alumnos y a tomar, en
consecuencia, las decisiones necesarias para perfeccionar el diseño y el
desarrollo de la programación, con el propósito de mejorar la calidad educativa.
(Escamilla y Llanos, 1995)
-Consiste en el proceso y resultado de la recopilación de información sobre un
alumno o un grupo de clase, con la finalidad de tomar decisiones que afecten a ls
situaciones de enseñanza (Medina, Cardona, Castillo y Domínguez, 1998)
Como se puede apreciar existen muy diversas nociones sobre evaluación, desde
enfoques comparativos de la realidad evaluada en contraste a los objetivos que se
plantearon en un inicio como meta, hasta la recopilación de información de
manera continua con cabida para la retroalimentación oportuna. La evaluación
como constructo puede por lo tanto, ser abordada desde variadas acepciones y en
cuanto a la evaluación del propio docente conviene reconocer el carácter
sistemático de la evaluación en tanto que la condición de alguno de los elementos
involucrados afecta al resto. De la Orden (1982:14) dice al respecto:
“El profesor deberá dirigir su atención a cuestiones como éstas: ¿logré mis
objetivos?, ¿fueron efectivos mis procedimientos? ¿los usaría de nuevo en
una situación similar? ¿qué destrezas, aptitudes o conocimientos necesitan
más atención? En una palabra, es necesario interesarse en averiguar si se
siguieron los mejores caminos para lograr los objetivos establecidos”
LA EDUCACIÓN SUPERIOR PRVADA
En la actualidad la educación superior privada resulta un importante referente
cuando se pretende comprender la situación educativa de un país. Desde hace
algunas décadas, grupos empresariales principalmente
El segmento de la educación superior privada sin duda es de los más dinámicos y
con más rápido crecimiento hoy en día, y en un reflejo de la situación mundial en
que las instituciones privadas con gran historia en diferentes países se fueron
extendiendo a otras naciones, en Oaxaca también lo han hecho diferentes
universidades que nacieron en otros estados. En Oaxaca, la educación superior
privada ha sido clave para la continuidad de estudios de individuos para quienes la
opción pública ya no satisface las expectativas. Aparentemente las razones
principales para que un sujeto elija la opción de una institución de educación
superior privada frente a la opción pública, son la constante interrupción de clases,
el dudoso nivel académico de ciertas carreras, la reputación que llega a tener la
institución pública en la comunidad y el impacto que tiene a nivel internacional.
Contrario a lo que ocurría años atrás en que la universidad privada correspondía
exclusivamente a un estatus socioeconómico privilegiado de la sociedad, hoy
ofrece varias modalidades de cobro que le hacen mucho más accesible para más
personas provenientes de diferentes contextos. Hoy en día la oferta de educación
superior privada es más grande día con día y esto obedece en gran parte como ya
se ha mencionado a la falta de capacidad del gobierno para dotar a la universidad
pública de los recursos necesarios (materiales, humanos) para lograr y mantener
la excelencia educativa como prioridad. Además, los continuos conflictos políticos
y los continuos cambios en la estructura de gobierno impiden la realización de un
proyecto a largo plazo respaldado por una cultura institucional de mejora continua.
Si bien no pretendo cegarme ante los muchos logros de la universidad estatal, es
necesario reconocer las grandes áreas de oportunidad que se tienen, además de
la existencia obvia de elementos nocivos que no contribuyen con una idea de
proyecto universitario público de éxito.
La educación superior privada se ha extendido cada vez más en Oaxaca, al igual
que en el resto del mundo. Sin duda, esto continuará pasando e incrementará, lo
que nos lleva a considerar la necesidad de evaluar la calidad de esta gran oferta
educativa. Hay muchas universidades, muchos precios, muchos y diversos
programas de estudio. La toma de decisión es sumamente importante
considerando que el sujeto desea invertir en lo que deberá traducirse en bienestar
económico, profesional, personal, en un futuro a mediano plazo. Este pensamiento
corresponde incluso a la relación banco-becas-universidad privada que se ha
copiado en nuestro país del modelo sajón. La palabra es exacta: “invertir”, uno
“invierte” el capital para obtener un conocimiento que deberá ser útil a la sociedad
y por lo tanto remunerado por ella, a eso incluso, algunos le llaman felicidad.
El sujeto universitario- contemporáneo llega a conceptualizar al conocimiento
como un producto por el cual está pagando, lo que podría situarlo en una posición
pasiva ajena al deseo y compromiso del verdadero aprendizaje.
Muñoz Izquierdo (2004) señala la gran diversidad que existe en nuestro país en
cuanto a educación superior se refiere: diversidad en programas, tamaño y tipo de
población, infraestructura, fundamentos filosóficos, visón antropológica, etc.
Muñoz Izquierdo incluso propone clasificar a las instituciones universitarias
privadas bajo tres criterios generales: trayectoria académica, que se refiere a si
una institución ya está consolidada o se encuentra en proceso de consolidación,
esto referente a la matrícula por ejemplo. En segundo lugar está la categoría de
orientación social y estructura y oferta educativa, que atiende criterios como elite,
atención a grupos intermedios, de absorción de la demanda. Por último tenemos la
categoría de estructura y oferta educativa cuyos subgrupos son: tradicional, de
inspiración religiosa, red institucional, especializada, transnacional. (Muñoz
Izquierdo, et. al. Op. Cit, p. 190)
ANTECEDENTES DE LA EDUCACION SUPERIOR PRIADA EN MÉXICO
La educación privada en nuestro país figura como un tema preponderante para los
investigadores pues es un sector que ha ido tomando fuerza y creciendo cada vez
más y por ello es digno de mirarse e investigarse pues es en este campo en donde
se está educando y formando gran parte de la sociedad mexicana.
Este apartado pretende recopilar los antecedentes de las instituciones de
educación superior privada con el fin de obtener un panorama lo suficientemente
claro sobre las bases que sustentan la realidad educativa del sector superior
privado en la actualidad.
Adrián Acosta Silva (2005) realiza un profundo estudio sobre la génesis de la
educación privada en México y propone dos etapas para su propósito:
- De 1935 a 1959 como la etapa de constitución originaria del sector
universitario privado
- De 1960 a 1980 periodo en que se da la ola de expansión institucional de
educación superior privada
Acosta Silva nombra a la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG) como la
primera institución de este sector. Acosta Silva fecha en 1935 el surgimiento de
esta respuesta educativa por parte de una población universitaria que no estaba
de acuerdo con el carácter socialista impulsado por el gobierno del General
Cárdenas y que manifestaba a la universidad al servicio de la revolución. Este
sector más conservador decide entonces separarse de la Universidad de
Guadalajara y fundar una privada de orientación religiosa y conservadora.
En 1940 surge en la ciudad de México la Universidad de Las Américas, la primera
institución superior privada en la capital del país. ANUIES (ANUIES, 2000:74)
reporta que la creación de esta institución se debe a “un pequeño grupo de
estudiantes como México City Junior College, con acreditación en Texas que le
permite la extraterritorialidad”.
Es en 1943 cuando se funda el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de
Monterrey por un grupo de empresarios encabezado por Eugenio Garza Sada,
que buscaban reproducir el modelo norteamericano del MIT enfocado en bloques
profesionales enfocados a la industrialización.
En 1946 aparece el ITAM (Instituto Tecnológico Autónomo de México) por un
grupo de banqueros, industriales y comerciantes que pertenecían a la Asociación
Mexicana de Cultura, y buscaba la formación de profesionistas líderes que
impulsaran y generaran un nuevo modelo económico, técnico y administrativo para
México. Posteriormente, en 1947 se funda en puebla un campus de la UDLA; en la
actualidad la UDLAP Y UDLA son instituciones independientes.
La Universidad Iberoamericana se crea en 1954 por la Compañía de Jesús
quienes pretendían impulsar el desarrollo de las profesiones humanistas
relacionadas con educación, arquitectura, servicios.
En 1957 se crea en Guadalajara el ITESO, Instituto Tecnológico y de Estudios
Superiores de Occidente, perteneciente al Sistema universitario jesuita (SUJ).
El siguiente periodo en la historia de la educación superior privada corresponde a
los años 1960 a 1980 y corresponde a una gran proliferación de instituciones
universitarias del sector privado. Durante estos años se reporta el surgimiento de
trece universidades en las principales ciudades del país: Distrito federal,
Monterrey, Guadalajara, Puebla, Veracruz y Hermosillo.
En 1960 se funda en México la Universidad del Valle de México (UVM) también
bajo la dirección de un grupo de empresarios y académicos y como propuesta a la
demanda social de profesionales en las licenciaturas de Contaduría pública y
Administración de empresas.
La Universidad del Valle de Atemajac (UNIVA) se establece en Guadalajara,
Jalisco en el año de 1961. Con bases católicas esta universidad abrió sus puertas
como la primera escuela de periodismo en Guadalajara.
En 1962 se crea la Universidad La Salle en la ciudad de México. De inspiración
cristiana se establece como una opción conservadora que buscaba un modelo
institucional similar al Manhattan College de Nueva York. (Acosta Silva, 2005)
Los Legionarios de Cristo fundan en 1964 la Universidad Anáhuac Norte (UAN)
con las carreras de Administración de empresas y Economía.
(www.anahuacn.edu)
La UNITEC (Universidad Tecnológica se funda en 1966 por Ignacio Guerra
Pellegaud, quien previamente había cofundado la Universidad del Valle de México,
y ofrece también educación media y de posgrado. (www.unitec.com.mx)
En 1967 se funda la Universidad Panamericana (UP) como Escuela de Negocios,
creación de un grupo de empresarios que habían fundado el IPADE (Instituto
Panamericano de Alta Dirección de Empresas) y que busca desarrollar el
liderazgo empresarial a través de una propuesta dinámica y de corte empírico, se
trabajan con simuladores de negocios principalmente. La Universidad
Panamericana es de corte religioso, específicamente perteneciente al Opus Dei.
(www.up.com/historia)
En 1969 se crean las siguientes instituciones de educación superior privadas: la
Universidad de Monterrey en Nuevo León, la Universidad Regiomontana también
en Nuevo León, y la Universidad Cristobal Colón en Veracruz (Acosta Silva, 2005)
Entre 1970 y 1979 también abren sus puertas: el Centro de Estudios Universitarios
(Monterrey, Nuevo León, 1970), la Universidad Popular Autónoma del Estado de
Puebla (1973). En 1976 se funda en México la Universidad Intercontinental por
encomienda del Episcopado Mexicano al Obispo Alonso Manuel Escalante y
Escalante (www.uic.edu.mx/historia).
La Universidad de Valle de Bravo en Reynosa, Tamaulipas se establece en 1976
con una oferta universitaria en las licenciaturas de Administración de empresas,
Contaduría pública, Biología e Ingeniería civil.
(http://coepes.tamaulipas.gob.mx/educacion_superior/escuelas/Periodicos
%20Oficiales/UNIVERSIDAD%20VALLE%20DE%20BRAVO.pdf)
En 1979 la Universidad del Noroeste se crea en Hermosillo, Sonora. Esta fue la
primera universidad privada del estado y al igual que otras universidades del país,
se relaciona con una familia: los Soria- Larrea quienes contaban para esos años
con reconocimiento en el ámbito educativo y experiencia en la administración de
instituciones educativas. (http://www.ses.unam.mx/publicaciones/articulos.php?
proceso=visualiza&idart=1434)
El análisis que de estos datos históricos realiza Acosta Silva (2005) señala
claramente que durante estos años la oferta privada atendía a la necesidad de la
población que no lograba ingresar a las universidades públicas y por otro lado,
eran la opción para aquellos que buscaban una posición cercana a la elite local.
LEGISLACIÓN DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR PRIVADA
En nuestro país, el artículo 3º constitucional norma lo relativo a la educación
superior tanto a nivel público como privado y dice lo siguiente: “la educación que
imparta el Estado tenderá a desarrollar armónicamente todas las facultades del
ser humano y fomentará en él, a la vez, el amor a la Patria y la conciencia de la
solidaridad internacional, en la independencia y en la justicia”. En su fracción VI,
el artículo 3º continua diciendo ya específicamente sobre la educación privada que
los particulares podrán impartir educación en todos sus tipos y modalidades, y
que el Estado tiene la libertad de otorgar y retirar el reconocimiento de validez bajo
los términos que la Ley establezca. En este punto ya empezamos a hablar de un
reconocimiento que se traduce en el permiso o no de funcionar como institución
educativa que otorga el Estado a través de los representantes asignados por los
organismos estales o federales encargados. Como se puede apreciar en esta
última consideración, el artículo 3º respalda la libertad de creencias y culto de los
individuos y por ello establece la separación religiosa del ámbito educativo pero
claramente en cuanto a la educación que brinda el Estado (coordinación directa
del sistema educativo público a nivel preescolar, básico, medio superior y
superior).
Este criterio permite que las instituciones educativas privadas tengan una
variedad en cuanto a su oferta educativa, incluyendo de orientación religiosa. En
cuanto a universidades privadas encontramos instituciones católicas jesuitas,
lasallistas, maristas, legionarias, etc. El artículo 3º constitucional también indica
que toda institución educativa deberá, independientemente de su origen, privado,
público, religioso o laico, sujetarse a lo dictado por el Estado en cuanto a la
función de la institución educativa considerando a la Federación, los estados y
municipios.
En cuanto a relaciones laborales, el artículo 3º en su fracción VI aborda lo propio
en cuanto al personal académico (quien presta servicios docentes o de
investigación asociados a los planes y programas de estudio que ha autorizado la
institución a través de las figuras que ha designado) y el trabajador administrativo
(quien presta servicios no académicos dentro de la universidad). Se considera que
lo relativo al ámbito laboral sea considerado por el artículo 123 constitucional en el
apartado A (referente de manera general a todo contrato laboral, y en particular al
realizado por jornaleros, artesanos, obreros), y también lo concerniente a la Ley
Federal del Trabajo. En este último documento se aborda lo referente al trabajo
de las instituciones educativas de nivel superior y sector privado principalmente en
los artículos 353- J al 353-U (Acosta Silva, 2005) La Ley Federal de Trabajo les
otorga a estas instituciones autonomía en cuanto a los aspectos académicos y
corresponde a la propia universidad regularles.
La ley vislumbra la relación laboral en el ámbito universitario para conseguir un
equilibrio y perseguir la justicia social en cuanto a las relacione laborales que
surgen en el campo universitario y que debe co-existir con la libertad de catedra, la
autonomía universitaria, la innovación educativa y otras características deseables
en cuanto a esta función de la institución educativa. La mirada en este caso va en
el sentido que como organización privada debe regirse por ciertas normas que
contemplen las relaciones laborales que se gestan dentro. Desde el inicio de la
relación laboral (contratación) son consideradas las necesidades de la universidad
si bien el trabajador académico podrá ser contratado por tiempo completo, medio
tiempo o incluso por horas clase y este tipo de contrato obviamente repercute en
lo económico, las prestaciones pero también en la consideración social que la
comunidad educativa le concede al sujeto (trabajador académico). La Ley Federal
de Trabajo tiene un principio referente a la igualdad de salarios y aplica para todos
los trabajos, sin embargo, reconoce que no se atenta contra este principio al
reconocer las diferentes categoría académicas y por ello la diversidad de salarios
que pueden existir entre los trabajadores académicos de una universidad.
El artículo 388 de la Ley Federal del Trabaja incluso contempla las situaciones
sindicales que pueden existir en una Institución de Educación Superior y dice que
dará trato de sindicato de empresa a aquellos que son conformados por
“trabajadores que presten su servicio en la misma empresa” (LFT,) y a los
sindicatos de personal académico o administrativo tendrán un tratamiento de
sindicato gremial, aquella conformado por individuos de una misma profesión,
especialidad u oficio.
En nuestro país existe un modo de regular las actividades de las instituciones de
educación superior privada y es a través de la Ley para la Coordinación de la
Educación Superior (LCES) que funciona desde 1978 y sirvió principalmente para
aclarar normas y conceptos que habían resultado sumamente ambiguos, por
ejemplo, el de la educación superior.
La educación superior es definida en la LCES como:
“aquella que se imparte posterior al bachillerato y comprende la educación normal,
tecnológica y universitaria incluyendo carreras de corta duración, niveles de
licenciatura, maestría, doctorado, actualización profesional, especialización”
Se considera la Ley Federal de Educación (LFE) como la adecuada para
contemplar los casos que no sean considerados por la LCES. (Acosta Silva, 2005)
La universidad privada requiere del reconocimiento que se mencionó con
anterioridad, es decir, con autorización para poder impartir educación. Esta
autorización se da a través del “Registro de valide oficial de estudios (RVOE)” La
Ley Federal de Educación (LFE), la LCES y los diferentes convenios que pueden
darse según l institución educativa, pero siempre se requerirá que para que una
institución educativa de nivel superior privada esté funcionando cuente con esta
autorización como parte de la normatividad. El “REVOE” es indispensable para
que la institución de educación superior privada, permiso que se otorga de manera
individual para cada plan de estudios ofrecido por la universidad. Es sumamente
importante el carácter oficial del REVOE ya que la Ley General de Educación
indica que es permitido a los particulares impartir educación en todos tipos y
modalidades pero deben contar con REVOE. (Ley General de Educación) Para
conseguir esta autorización, la institución educativa debe demostrar que cumple
de manera satisfactoria con los indicadores que se le comunican previo a su
evaluación y que atienden a instalaciones, personal, recursos, programas de
estudio adecuados.
En cuanto al otorgamiento del REVOE, el trámite y autorización o reconocimiento
de validez de estudios, el acuerdo 243 establece cuáles son las bases para que
sea autorizado y lo concerniente a la validez oficial de una universidad (DOF, 27
de marzo de 1998). El acuerdo 243 también distingue entre distintas modalidades
de educación como escolarizada, no escolarizada, mixta o semiescolarizada.
También es considerada dentro del artículo y dentro de la Ley Federal de
Educación, que el nivel superior en nuestro país se conforma por licenciatura,
maestría y doctorado e incluye la educación del profesorado (educación normal)
en el nivel de educación superior. (Acosta Silva, 2005)
Ley General de Educación, Exposición de Motivos. Versión electrónica de la página de la Secretaría
de Educación Pública.
La Ley en su artículo 24 menciona que la Autoridad educativa negará la solicitud
de REVOE cuando los planes y programas de estudio no cumplan con lo
establecido en el artículo 20 y que dice: “Ley General de Educación, Exposición de Motivos.
Versión electrónica de la página de la Secretaría de Educación Pública.” Pero deja abierta la
posibilidad de que sea la propia institución quien proponga para autorización sus planes de
estudio.
En el mundo, nuestro país y en el estado, la calidad educativa ocupa un lugar de
importancia en cuanto al discurso tanto institucional como popular. Se trata de
una cuestión que es tratada desde la política, la economía, pedagogía, psicología,
etc., por ello, considero que también es importante abordar el tema de la calidad
educativa, sopesada a partir de las certificaciones y acreditaciones desde el
análisis que podemos hacer a través del discurso de los actores pedagógicos.
La educación requiere que los agentes educativos posean la competencia de la
flexibilidad, pues hoy más que nunca, debemos adaptarnos a cambios constantes
debido principalmente al rápido movimiento tecnológico e informativo que se da en
el mundo contemporáneo.
Históricamente la matricula escolarizada se encuentra en su punto máximo. La
educación sin duda se democratizó y con ello reconocemos la victoria de
movimientos sociales en el siglo pasado. Actualmente existe una relación directa
entre la calidad y reconocimiento con la probabilidad de éxito. Entre los agentes
educativos existe una aparente consciencia sobre la importancia y las
consecuencias que conlleva la evaluación educativa y por supuesto, la
acreditación de las instituciones universitarias del sector privado.
El ámbito educativo sufre hoy la visión (tal vez en contraste con la exclusividad
nobiliaria que tuvo en el ayer) de la comercialización del saber, y es precisamente
el conocimiento la moneda de cambio. El antecedente inmediato de gran
importancia, es el Plan Bolonia en Europa, iniciativa que pretende reformar el
sistema educativo europeo (universitario) y que tiene estrecha relación con los
objetivos que tuvo en México la Reforma Educativa en la Educación Media
Superior: calidad, movilidad, diversidad y competitividad. En el caso del Plan
Bolonia es la Agencia Nacional de Evaluación (ANECA, creada en el 2002) la
encargada de evaluar, certificar y acreditar los procesos de enseñanza, a los
docentes y a las instituciones. Las críticas sociales se dirigen principalmente al
peligro de la mercantilización educativa y a la postura industrial del conocimiento:
formar competencias profesionales con base en las necesidades de las empresas
parece plantear el duelo decisivo entre el pensamiento crítico y la productividad.
La tendencia de la educación superior privada en Oaxaca sin duda es a
fortalecerse. Daniel Levy (1986) señala en su texto “La educación superior en
América Latina: desafíos privados al predominio público” que posterior a la
Segunda Guerra Mundial, el sector privado tiene un crecimiento acelerado tanto
en matrícula, recursos y prestigio, en relación al sector ´público.
ENTREVISTA EN PROFUNDIDAD
Las personas construimos nuestra realidad. Según Berger y Luckmann (1991), es
debido a la tendencia fenomenológica que los seres humanos consideramos
procesos subjetivos, es decir nuestras experiencias, como realidades objetivas.
Es interesante cómo dependiendo de la adscripción social que se tenga (a qué
grupo se pertenece y cuál es la organización del mismo, incluso el lenguaje en
común que se utilice) es que se determina la manera en que se construye y se
interpreta un mismo hecho de la realidad. Compartimos ese mundo con los otros
integrantes del grupo a través de la interacción y la transmitimos como una
herencia de generación en generación expresado en la identidad social, la forma
de ser y de percibir la realidad.
Retomare la postura de Banchs (1994) en cuanto a que el objetivo de las
representaciones sociales es “entender los modos de conocimiento y los procesos
simbólicos en relación con la conducta”. Saq
Restrepo-Ochoa, D.A. (2013). La Teoría Fundamentada como metodología para la integración del análisis procesual yestructural en la investigación de las Representaciones Sociales. Revista CES Psicología, 6(I), 122-133.
https://www.itam.mx/es/acerca/historia/historia.php