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7 CANTOS DESDE EL OLVIDO MARÍA ALEJANDRA NAVARRETE TOVAR TRABAJO DE GRADO PARA OPTAR POR EL TÍTULO DE COMUNICADORA SOCIAL CAMPO PROFESIONAL: PERIODISMO DIRECTOR: GERMÁN ORTEGÓN PÉREZ PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA FACULTAD DE COMUNICACIÓN Y LENGUAJE COMUNICACIÓN SOCIAL BOGOTÁ 2014

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7

CANTOS DESDE EL OLVIDO

MARÍA ALEJANDRA NAVARRETE TOVAR

TRABAJO DE GRADO PARA OPTAR POR EL TÍTULO DE COMUNICADORA SOCIAL

CAMPO PROFESIONAL:

PERIODISMO

DIRECTOR:

GERMÁN ORTEGÓN PÉREZ

PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA

FACULTAD DE COMUNICACIÓN Y LENGUAJE

COMUNICACIÓN SOCIAL

BOGOTÁ

2014

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REGLAMENTO PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA

ARTÍCULO 23

La Universidad no se hace responsable por los conceptos emitidos por los alumnos en sus trabajos de grado,

solo velará porque no se publique nada contrario al dogma y la moral católicos y porque el trabajo no

contenga ataques y polémicas puramente personales, antes bien, se vean en ellas el anhelo de buscar la verdad

y la justicia.

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A Luis Tovar. Protagonista y ángel de esta investigación.

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AGRADECIMIENTOS

Son muchos quienes aportaron a la realización de esta investigación, les agradezco inmensamente a todos.

En este espacio quisiera agradecer, especialmente, a las personas cuyo acompañamiento ha sido constante y

desinteresado, empezando por mi familia: mis papás Miguel Navarrete y Luz Marina Tovar, y mis hermanos

Margarita, Miguel y Diana. Gracias por ser un ejemplo.

También agradezco al Tolima, a Luis Tovar y sus canciones. Este departamento me otorgó el privilegio de ser

nieta de Luis Parranda, de heredar su música y el cariño hacia la población campesina.

Agradezco, igualmente, a Nicolás Gutiérrez por su paciencia y su amor, por comprender mis interpretaciones

del mundo.

A la Pontificia Universidad Javeriana, institución a la que le tengo un cariño inmenso, el cual se fundamenta en

la filosofía de amar y servir.

A María Camila Monroy, Daniela Gómez, Mariángela Urbina, Theo González y Ana María Peñuela por ser

cómplices de sueños, logros y las ganas de transformar nuestras realidades.

A Maryluz Vallejo por ser una maestra entrañable de la academia y de la vida, y a Germán Ortegón por el

amor compartido hacia el campesinado y la formación recibida en el campo audiovisual.

Agradezco, finalmente, a Dios y a mi país por darme la oportunidad de crecer en una sociedad ávida de

periodismo y permitirme compartir con personas cuyas vidas son la inspiración y la fuerza para lograr

trascender.

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TABLA DE CONTENIDO

1. Introducción………………………………………………………………………………………….…16

1.1 Planteamiento del problema………………………………………………………….……….…17

1.2 Justificación………………………………………………………………………….…...….…..18

1.3 Objetivos…………………………………………………………………………………....…...19

1.3.1 Objetivo general……………………………………………………………….......…….19

1.3.2 Objetivos específicos………………………………………………………………...….19

2. Contexto histórico de la música en el departamento del Tolima………………………...……….……….20

2.1 Sobre el carácter pijao………………………………………………...……………...…………..20

2.2 La música: remedio para el alma…………………………………………………...………......…21

3. Memorias sonoras de un campesinado idealizado………………………………………………………..26

3.1 Teoría de las Representaciones Sociales…………………………………………………..............26

3.1.1 Representación social del campesinado colombiano: pugna simbólica entre mayorías y

minorías…………………………………………………………...………………………….28

3.2 Representaciones sociales del campesino tolimense……………….……………………………..30

3.2.1 Representación social del campesino tolimense en la Música Colombiana………………....30

3.2.2 Autorrepresentación social del campesinado tolimense expresada a través de la música

campesina del departamento…………………………………………………............................35

4. Tratamiento audiovisual………………………………………………………………………..................41

4.1 Justificación…………………………………………….………………………….…………….41

4.2 Tratamiento audiovisual……………………………………………………………......………...41

4.2.1 Fotografía………………………………………………………………………………41

4.2.2 Planos……………………………………………………………………..……………41

4.2.3 Sonido…………………………………………………………………...…...…………42

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4.2.4 Montaje…………………………………………………….………………………........42

4.3 Tratamiento sonoro……………………………………………………………….……..……....42

4.4 Esquema del reportaje…………………………………………………………………………...43

5. Conclusiones…………………………………………………………………………………………….47

6. Bibliografía……………………………………………………………………………………………....51

7. Anexos……………………………………………………………………………………………….......56

7.1Registro del material sonoro utilizado como muestra……………………………………………..56

7.2 Letra de la canción original Labriegos de nuestros sueños…………………………………………….61

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LISTA DE TABLAS

Tabla 1 Música Colombiana…………………………………………………………………………33

Tabla 2 Canciones campesinas………………………………………………………………………37

Tabla 3 Esquema del reportaje………………………………………………………………………43

Tabla 4 Música Colombiana registro…………………………………………........................................56

Tabla 5 Música campesina registro ……………………………………………………………….....58

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1. INTRODUCCIÓN

La música es una de las formas de expresión más antiguas de la raza humana, incluso más que la

escritura. Por su característica innata, está cargada de simbología y es un elemento catártico en el que las

sociedades dejan a su descendencia la tradición e historia de sus pueblos, constituyendo un elemento

intrínseco de las culturas.

Por esa razón, en la música es posible encontrar diferentes simplificaciones del mundo, cada una

configurada por el contexto de los sujetos sociales y sus tradiciones. Para esta investigación se analizó la

música campesina tolimense como relato social de los habitantes del campo de la región, con el fin de

determinar su autorrepresentación social. Así mismo, se incluyó dentro del análisis parte de la música popular

de Colombia para observar cómo son representados socialmente los campesinos a través de un relato de

nación que está construido sobre el imaginario de lo campesino.

Dentro de estas historias campesinas, ignoradas o maquilladas por la Colombia urbana, se encontrará la

voz viva de un grupo social marginado, olvidado y muy consciente de su realidad, cuya esencia trabajadora y

sincera se mantiene intacta a pesar de la violación de sus derechos.

Usar la música tradicional tolimense como muestra para esta investigación es una manera de: rescatar la

cultura musical de la región, acceder de forma tangible y certera a los imaginarios sociales de sus habitantes, y

de esbozar el camino para determinar cuáles son las representaciones sociales del campesino en Colombia.

Todo lo anterior, teniendo en cuenta que la formulación de las políticas públicas, la toma de decisiones

gubernamentales, la utilización de la estética campesina y demás actitudes de la Colombia urbana son muestra

de un imaginario negativo e injusto que tenemos sobre el sector productivo que más ganancias le aporta al

país.

Se realizaron varios cambios en el contenido del anteproyecto: el título tentativo se cambió a Cantos desde

el olvido porque describe mejor el contenido de este trabajo periodístico; la referencia de la cámara de video

utilizada en la grabación del reportaje es Nikon D3022; los municipios en los que se hizo trabajo de campo

fueron Chaparral, Rovira e Ibagué, mas no Natagaima, El Guamo y El Espinal; se realizó la corrección de la

fecha de publicación de uno de los textos referenciados; se prescindió de varias fuentes y lugares de

investigación a los cuales no fue necesario acudir en el curso de la realización del trabajo de campo; el

cronograma de actividades se modificó según la agenda de las fuentes y fechas festivas en el Tolima, y se

precisaron algunas frases acorde al rumbo de la investigación.

Así mismo, los anexos se cambiaron porque correspondían a los adelantos de los capítulos finales de la

tesis, los cuales fueron complementados y modificados para la entrega final de la investigación.

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1.1 Planteamiento del problema

En Colombia, la cultura, el conocimiento, la forma de trabajo y demás características sociales, políticas y

económicas del campesinado son fuertemente estigmatizadas por el Estado en su conjunto -el cual incluye a la

sociedad civil, a los gobiernos de turno, a los grupos armados (legales e ilegales), a los medios de

comunicación, entre otros actores- lo que genera una representación social peyorativa y excluyente.

No obstante, esta representación se remite a la historia del mundo, una historia en donde predomina el

discurso moderno y eurocéntrico en el cual la actividad agraria es sinónimo de atraso y oscuridad. No en vano,

la Edad Media (época histórica que basaba su economía en la agricultura), además de otras razones, es

denominada como la época del Oscurantismo y sólo después de la Ilustración (época de la luz), la humanidad

se encuentra con la ciencia, el conocimiento, la educación, la ciudadanía, la industria y otros conceptos

modernos de los cuales se excluye al campesino porque sigue relacionado con la tierra.

Por eso, se tiene la percepción de que los países agrícolas, como Colombia, son inferiores a los

industrializados e incluso dentro de algunos de estos países, la ciudadanía acoge el discurso eurocéntrico

moderno y, como consecuencia de ello, ignora sus raíces y olvida al campesinado.

Es paradójico porque en nuestro país, en donde se supone que existe un Estado Social de Derecho

(basado en el concepto moderno de la democracia), el campesinado es uno de los sectores sociales más

relegados y este olvido es tomado como una característica fundamental y legítima de su representación social.

Es decir, es interiorizado y avalado por la sociedad civil, perpetrado por los grupos armados, ejecutado por los

gobiernos de turno y reafirmado por los medios de comunicación.

Por esto, escuchamos que los campesinos son ignorantes, sucios y salvajes: porque la gran mayoría no

tiene acceso a la educación (media y superior), porque no tienen derecho a la salud y la falta de cuidado se

refleja en su apariencia, porque las lógicas rurales son diferentes a las de la ciudad y el entorno en el que el

campesino se desarrolla es agreste. Además, los campesinos son vistos como simples proveedores de un

producto, mas no como ciudadanos e individuos con una tradición cultural influyente.

En contraste con esta representación social, la cual está basada en la interiorización del discurso y la

estética occidental, existe un relato propio, una autorrepresentación campesina que se ignora en los trabajos

periodísticos, en los informes gubernamentales y en la literatura académica. Entonces, para llegar a ella, es

fundamental acercarse a esta autonarración por medio del arte, específicamente, por medio de la música, pues

al ser una forma de expresión artística más secularizada que la pintura o la escritura, ha penetrado en los

círculos más íntimos del campesinado y, por esa razón, en las letras y ritmos musicales campesinos se cuentan

anécdotas, alegrías y nostalgias propias de un sector de la sociedad que ha sido olvidado.

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No obstante, analizar la autorrepresentación campesina que se ha realizado a través de la música en todas

las regiones del país es una labor compleja que implicaría años de investigación. Por eso, he decidido

centrarme en uno de los departamentos más importantes de la historia colombiana y que cuenta con un gran

legado musical de autorrepresentaciones entrañables: el Tolima.

El bambuco, la caña, la guabina, el torbellino y demás ritmos son utilizados para las muestras musicales en

las entregas de calificaciones de los colegios o como fondo sonoro de eventos que celebran la colombianidad,

pero jamás nos detenemos a escuchar su mensaje. ¿Qué tipo de realidad representan estos géneros musicales?

¿Cuántas narraciones campesinas se encuentran allí? Salimos a marchar a favor de los campesinos, pero ni

siquiera nos interesa conocer su cultura ni lo que nos han contado por medio de sus ritmos que, al igual que

los campesinos mismos, son ignorados.

Esta investigación tiene como objetivo tomar la música campesina del Tolima desde una mirada

etnomusicológica (aquella que fue creada a partir de los años 30) como muestra comunicacional para

aproximarnos a las autorrepresentaciones que allí han plasmado los campesinos, con el fin de evidenciar la

situación de guerra, exclusión y olvido que han vivido durante años. Se quiere mostrar que no hay relato más

puro que el que sale del alma campesina y, por lo tanto, no podemos basar la representación que se tiene de

este grupo social en los ojos de ciudadanos modernos (gobernantes, medios de comunicación y grupos

armados) que, al igual que este proyecto histórico (la modernidad), han fallado en su vago intento de

comprender la realidad.

1.2 Justificación

Si bien se ha investigado sobre la condición de los campesinos en Colombia y su estado de

vulnerabilidad, la mayoría de trabajos se enfocan en el análisis de las reformas agrarias, las cuales no han

propuesto una solución estructural, o revelan cifras que muestran la violación de los Derechos Humanos de

los campesinos en la historia del país. También, estos trabajos han estado enfocados en los campos

económico y político, de los cuales se afirma la importancia del reconocimiento de la actividad agrícola para el

desarrollo del país y se ha expuesto la falta de representación política de los campesinos.

Respecto al estudio de la música campesina del Tolima, las investigaciones que se han hecho reflejan

fielmente la cultura campesina de esta región del país y resaltan la música como una de las formas de arte más

utilizadas por este grupo para narrar su realidad y construir su propio discurso. No obstante, estos trabajos se

quedan cortos en el análisis de dicha narración y son pocos los que se atreven a contextualizar la muestra

musical con la historia del Departamento.

En esa medida, considero que es fundamental realizar un trabajo periodístico que se interese por

recuperar y analizar la autorrepresentación campesina tolimense plasmada en la música. Esta última entendida

como una herramienta de comunicación que permitió la expresión pura del campesinado y que es un elemento

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inherente del folclor y la cultura oral de este departamento. Además, constituiría un aporte al periodismo

cultural de nuestro país y a los archivos de investigación sobre esta región, tal como el que se encuentra en el

Conservatorio del Tolima.

Al evidenciar esta autonarración y destacarla como un relato valioso de fuerte carga histórica, podría

cambiar la representación social peyorativa que se tiene del campesinado. De tal modo, los colombianos

estaríamos más orgullosos de nuestra condición de país agricultor y nos apropiaríamos verdaderamente de

nuestra identidad. Esto implicaría entonces el fortalecimiento de la memoria histórica, un cambio en la

concepción de la economía colombiana al valorar realmente el agro y, en esa medida, contribuiría a redignificar

al campesino.

Más allá de las reformas agrarias, de las políticas de ‘educación’ para los campesinos o de su

representación política, la solución a la vulneración de los derechos del campesinado se remite a deslegitimar

las acciones de injustica contra este sector social y a crear una nueva representación basada en el conocimiento

de la historia campesina y la valoración de su cultura popular. En mi concepto, los medios tienen el poder

simbólico para proponer una representación social diferente y, por eso, el resultado final de esta investigación

se traducirá en un producto periodístico audiovisual.

1.3 Objetivos

1.3.1 Objetivo general

Realizar un producto periodístico audiovisual en el cual se expongan las autorrepresentaciones de los

campesinos del Tolima, plasmadas en la música popular del departamento creada a partir de los años 30.

1.3.2 Objetivos específicos

Revisar el concepto de campesino en su devenir histórico y analizar la forma como es representado

en Colombia.

Presentar el contexto histórico de la música campesina del Tolima desde sus inicios con los

indígenas pijaos hasta la actualidad.

Analizar las letras de la música campesina, entendiéndolas como un relato popular en el cual los

campesinos exponen su realidad marcada por la violencia.

Recoger el acervo musical tolimense por medio de imágenes, registros sonoros y testimonios.

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2. CONTEXTO HISTÓRICO DE LA MÚSICA EN EL DEPARTAMENTO DEL TOLIMA

2.1 Sobre el carácter pijao

Ir caminando por las montañas del Tolima es escuchar la música de los amaneceres campesinos. La brisa,

los animales y los árboles danzantes por el viento se ponen de acuerdo para tocar un bambuco, mientras que

el aliento de los campesinos con sabor a café se mezcla con esta suave armonía. Parece mentira pero es

verdad, en este departamento todo canta y tiene ritmo, lo triste es que durante muchos años esta musicalidad

se ha acompasado con los ruidos y los balazos de la guerra.

Se estima que los conquistadores europeos penetraron el Tolima en 1538 y desde el primer momento

notaron la furia de los pijaos, uno de los pueblos indígenas que habitaban la zona, procedentes de la costa

caribe, quienes se negaron hasta sus últimos días a abandonar su tierra y dejársela arrebatar por los españoles.

En 1550, bajo la necesidad de comunicar el centro del país con Popayán, la Real Audiencia de la ciudad

de Santa Fe confirió a Andrés López de Galarza la misión de “fundar una ciudad que sirviera de plaza fuerte

que garantizase el tráfico, transporte y comercio entre Santa fe y Popayán ya que, según argumentaron, la

belicosidad y fiereza de los indios, y su índole caribe, dificultaban o hacían poco menos que imposible la

comunicación entre las dos ciudades” (Pardo, 2007, p.59).

Esa ciudad es Ibagué, tierra de pijaos, música y canciones, hoy conocida como la Capital Musical de

Colombia. Pero esta ciudad que hoy nos enorgullece se erigió en más de cien años de enfrentamientos de los

colonizadores con el pueblo pijao pues, según Santa (1927), “La resistencia del primitivo poblador fue tenaz.

Sin embargo, ni la tea incendiaria de las hordas salvajes pudo detener el paciente empeño del peninsular” (p.2).

El 19 de julio de 1606, los piajos saquearon Ibagué como parte de una rebelión que comenzó en 1603.

En 1612, este pueblo indígena fue aniquilado en la Batalla de Chaparral comandada por don Juan de Borja, un

noble español reconocido por la fiereza de sus guerras.

“Los Pijaos nunca se rindieron; pelearon por su independencia cerca de un siglo. Fueron los más

veteranos y decididos entre los naturales del país, en la época de la Conquista” (Rocha, 1968, p.15). Además,

vale la pena destacar que este grupo indígena utilizaba la música para la guerra.

Esta actitud pijaa marcó la historia y el carácter tolimense. Incluso en 1879, cuando el Tolima ya era un

Estado soberano, Ignacio Manrique -jefe del Estado- llamó a la rebelión a los tolimenses porque una

expedición organizada por individuos externos llegó al territorio a imponer otro orden al establecido por este

pueblo:

Una especidión organizada en la capital de la República, compuesta de individuos que en su mayoría no son

tolimenses, ni tienen intereses, ni motivos de afeccion, ni causa alguna que los ligue a la suerte del Estado, ha

invadido su territorio rebelándose contra el Gobierno lejítimamente constituido […] Hombres honrados de todos

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los partidos. He hecho cuando le ha sido posible para evitar esta guerra con la cual se viene amenazando al Estado

hace unos meses; obligado a afrontarla me veo […] en la necesidad de llamaros a las armas para defender no solo

la soberanía i la dignidad del Tolima, sino también, vuestros hogares, vuestras familias i vuestros intereses

seriamente amenazados por una revolucion que tiene todos los caractéres de una guerra social. (Manrique, 1879)

Entonces, vemos cómo desde siempre ha existido una violencia relacionada con la política. En esta

alocución ya se habla de partidos (centralistas y federalistas) y, posteriormente, en el siglo XX las guerrillas

surgieron de aquellos liberales perseguidos por los gobiernos conservadores y los ‘chulavitas’, policía

especializada en oprimir y hostigar a los del partido rojo.

Contaba Luis Tovar, radiodifusor tolimense y militante del partido liberal, que los conservadores solían

hacer retenes en los ríos y colgar a los liberales en los puentes después de hacerles el famoso corte de franela: los

degollaban, les sacaban la lengua por la garganta y los botaban al agua. Sí, esos mismos ríos a los que les

cantan los campesinos se llevaron en su cauce la sangre de cientos de tolimenses. Luis logró escapar porque

pasó el retén escondido en el baúl de un carro, junto con su esposa embarazada.

En 1964 nacieron las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) como consecuencia del

cerco militar de Marquetalia y demás repúblicas independientes, poblaciones que vivían en un “marcado

aislamiento debido al cerco desplegado por las Fuerzas Armadas a su alrededor” (Pizarro, 2011, p.153), por

sus ideas comunistas; esto bajo el gobierno de Guillermo León Valencia. En la actualidad, las FARC aún

residen en el departamento, especialmente, en el Cañón de las Hermosas, muy cerca de Chaparral.

Pero paralelamente a la herencia violenta, la cual en la mayoría de los casos ha sido provocada por actores

opresores, hay una herencia invaluable: la música. A través de este arte los campesinos tolimenses se han

expresado y distraído de la guerra; el tiple y la guitarra son sus compañeros de amores y tristezas: “Casi no

había campesino del llano que no tuviera un tiple pendiente, no de un clavo, sino de un cuerno clavado en la

pared del cuarto” (Rocha, 1968, p.9).

2.2 La música: remedio para el alma

La música en el Tolima se ha configurado por tres influencias, principalmente:

La música militar española traída al continente por los primeros colonizadores [...] la música religiosa o litúrgica

traída por el clero y/o capellanes al país [...] La tercera y más influyente -pero de menos importancia en su época-

fue la música popular o típica del entretenimiento secular o civil […]es imposible ignorar la presencia de la cultura

tradicional indígena y negra1, y sus posteriores repercusiones en los hijos de los mulatos y mestizos que nacieron

1 Es importante mencionar que algunas comunidades indígenas del sur del Tolima adoptaron el cristianismo y esto influyó en sus prácticas musicales, pues éstas se encuentran ligadas a “la vida tradicional y espiritual y mientras se mantiene la religión tradicional la música asociada a ella pervive, lo mismo sucede con la música de diversión, la cual también se suprime o restringe de acuerdo a la ortodoxia cristiana” (Bermúdez, 1987, p.86).

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en América, la cual, más que una vertiente musical-instrumental ha sido considerada un punto de fusión de la

misma. (Ministerio de Cultura & Fondo Cultural Suizo, 2005, p. 22)

Por esa razón y por la ubicación geográfica central del departamento que permitió “una permanente

movilidad de las músicas tradicionales, pues el territorio se ha globalizado económica, cultural y socialmente”

(Ministerio de Cultura & Fondo Cultural Suizo, 2005, p. 21), la música que se escucha en el campo y las

ciudades es una mezcla de visiones y discursos culturales de diferentes países, culturas y zonas de Colombia.

La música campesina tradicional del Tolima es aprendida en el campo y está relacionada directamente

con la época de fiestas, cosecha y la tradición religiosa del catolicismo. La caña, por ejemplo, es un ritmo

creado para acompasar las jornadas de molienda en los trapiches y celebrar, con danza, la época de cosecha. El

San Juan fue traído por los españoles para celebrar el día de San Juan Bautista, sin embargo:

La fiesta de San Juan es campesina. Nada sucede en las poblaciones tolimenses en esa fecha. El ciudadano o

‘pueblano’ como en el Tolima se dice, que desee gozar las larguezas del santo, tiene que echarse, ese día, por las

veredas floridas, que son las caminatas de la alegría. En el pueblo, si acaso, uno que otro bunde; pero la fiesta

plena está en el campo. (Rocha, 1968, p.74)

Paralelamente, la influencia europea ha consolidado la música erudita en el departamento,

principalmente, a través del Conservatorio de Música del Tolima y se hizo una diferenciación desde principios

del siglo XX entre lo que se conoce como ‘música culta’ y música popular. El Conservatorio nació en el año

1886, primero como Escuela de Música de Cuerda y Piano hasta convertirse en la institución que es ahora.

Fue iniciado por el Conde de Gabriac y las familias Melendro y Serna, consolidándose desde el inicio bajo un

entendimiento europeo occidental de la música. El Conde fue el primero en darle a Ibagué el nombre de

Ciudad Musical ya que, cuenta la historia, “tuvo la exquisita sorpresa de que por donde quiera que pasaba

susurraba un tiple, murmuraba una guitarra y suspiraba una bandola, con acompañamiento de sutiles voces de

encantamiento y poesía” (Villegas, 1962, p.13). Pero estas voces, murmullos y suspiros excluirían las prácticas

del campo.

Estudiantes y músicos formados en el Conservatorio mencionan la forma en que el enfoque erudito ha

desplazado o, incluso, eliminado la formación en músicas tradicionales:

[…] en el Conservatorio del Tolima se han privilegiado las llamadas ‘músicas cultas’, como fuente principal de

enseñanza y de interpretación musical. Era no solo mal visto sino cohibida la inclinación espontánea de

estudiantes y docentes de recrear los aires musicales populares. Son múltiples las historias que recuerdan cómo

tenían que esconderse para interpretar un pasillo, un bolero, una tonada de salsa, una canción romántica.

(Camacho, Díaz & Pérez, s.f., 1)

Es así como “La herencia centro europea, con sus patrones rítmicos de marcha, vals y danza, es el

elemento predominante en un espacio geográfico que intenta desconocer aquellos ritmos, melodías y

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materiales sonoros encontrados y asentados antes de la hegemonía española” (Casas, 2011, p.8), pero casi

anónimamente, en la profundidad del campo, aún se crea música campesina que los contiene.

Desde la segunda mitad del siglo XX, “Se comienza a transformar el panorama musical colombiano con

los intentos de integración política nacional y la consolidación de los medios de comunicación, aviación,

periódicos y revistas, luego emisoras, y más tarde la creación del mercado del disco” (Bermúdez, 1999). Estos

fenómenos socio culturales recopilaron parte de la música popular del país bajo el nombre de Música

Colombiana.

Según Humberto Galindo (2014), reconocido músico e investigador tolimense:

Alrededor de los años 50 el interés de la industria era crear una especie de prototipo de Música Colombiana que era

muy maquilla, entonces, por el interés comercial había que disfrazar a esos músicos, ponerles unos atuendos muy

coloridos y crear un estándar muy comercial, pero no necesariamente muy conectado con lo que sucedía en las

prácticas culturales. (Comunicación personal)

La Música Colombiana se convierte en la estilización de la música campesina con fines comerciales y

discursivos, pues, además, es un relato de nación: un tipo de música que recoge elementos populares para

crear cierta cohesión social.

Pero en el campo tolimense, la música cumplió un papel que trascendió lo comercial. La música fue y aún

es una forma de expresión del campesino de la región para narrar su cotidianidad e intentar alejarse de ella.

Por esa razón:

Durante muchos años tuvo el campesino la costumbre, que parecía un rito, de soltar la faena cuando ya

soplaban en el llano las brisas de la tardecita, coger el tiple, templarlo y llenar su espíritu y su cabaña de las más

dulces y elementales melodías. Tocando y cantando se iba el día y se entraba la noche y se urdían coplas como

por encanto:

El tiplecito que tengo

Tiene lengua y sabe hablar,

Solo le faltan los ojos

Para ayudarme a llorar. (Rocha, 1968, p.10)

Entonces, los tolimenses alejan las penas a ritmo de bambucos en las noches y también de sanjuaneros en

las fiestas. El Tolima es un departamento fiestero: además de San Pedro y San Juan, en los municipios se

celebran diferentes fechas y tradiciones, todas con música y aguardiente. Posiblemente, estas festividades son

el recuerdo de días mejores: días sin guerrillas, ‘chulavitas’ ni opresión conservadora; sin abusos estatales,

bandas criminales o colonizadores europeos.

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Las fiestas folclóricas cuyos temas germinaron en las honduras de la entraña popular contienen un gran valor

docente -enseñanza- y suscitan emociones plácidas de los días buenos, sin amarguras y odios y sin sangre, y son

como un repique alegre que invita al retorno a la tranquilidad. Pero es indispensable enderezar la acción

permanente del gobierno y de las instituciones de cultura hacia la rehabilitación moral en las aldeas y parcelas

campesinas de algunas regiones tolimenses. No se puede olvidar que lo mejor de la patria está en el campo.

(Rocha, 1968, p.4)

Darío Garzón (2013), hijo del maestro del dúo Garzón y Collazos, es un hombre de fisonomía tolimense,

‘pinta’ gringa y corazón aventurero. Al lado de la concha acústica nombrada en honor a su padre (en el marco

de la XVII versión del Festival Nacional de la Música Colombiana, celebrado en Ibagué en febrero del 2014)

me explicó la relación entre música y violencia:

Tú puedes escuchar el dolor que se plasma en muchas canciones. El campesino es sentido, la gente más sencilla es

la que ha sentido todo esto, pero es un arraigo, es una fusión […] indiscutiblemente la violencia es un extremo

desafortunado, pero que va plasmado de todas maneras dentro del folclor, con la música: es un medio de

comunicación. (Comunicación personal)

Es importante mencionar en este punto el implacable e inconfundible humor tolimense. Los tolimenses

son alegres y agraciados, han estado sometidos hace siglos por la violencia, pero no han perdido su ‘chispa’

porque “Por lo menos hay que conservar la sanidad del espíritu, aunque sea espíritu simple, del viejo tipo

tolimense” (Rocha, 1968, p.3), ya que han heredado la obstinación de los pijaos: los indígenas se negaron a

dejar su tierra, los tolimenses se niegan a dejar su alegría. La música, entonces, también ha cumplido un papel

importante en la conservación de tal alegría tolimense, no sólo provocándola sino naciendo de ella.

Un elemento importante en la historia social y musical del Tolima es el río Magdalena, sus brumas, sus

espumas, sus demás afluentes. Es como la arteria del corazón tolimense: se ha llevado las notas finas del tiple,

las lágrimas de desamor y la sangre derramada en la violencia. Su imponente presencia es el primer aviso que

tienen los viajeros de la carretera central para saber que ya están cerca. Girardot (Cundinamarca) poco a poco

da la bienvenida a los turistas que van a las fiestas del folclor o a aquellos tolimenses desplazados por la violencia

que se fueron a buscar nuevos horizontes, pero que, a pesar de los años o el lugar donde vivan, siempre

regresan a la tierra del bambuco, encauzados por el río.

Desde la fundación del primer poblado de la región, Villa de San Calixto de Timaná en 1538:

Las aldeas en comento se van irguiendo lentamente en proximidades el Río Grande o de la Magdalena, conocido

también como Yuma o Guacacayo (río de las sepulturas, voz de origen caribe), formando nuestro propio fértil

creciente […] Fue tal el significado del río en la vida de aquella sociedad, que al murmullo de sus aguas de ven

crecer villas enteras: Neiva, Villavieja, Natagaima, Purificación, Ambalema, Honda... (Santa, 1927, p.2)

Los tolimenses le cantan al río, su sonido también es música y acompaña los ritmos que el campesino

hace con el azadón en los días de trabajo. En repetidas ocasiones se hace referencia al río Magdalena en la

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25

música del departamento, incluso en su himno: “Nacer, vivir, morir amando el Magdalena, la pena se hace

buena y alegre el existir” (Castilla, 1914).

En la actualidad se realizan varios concursos y festivales para resaltar la música del departamento. Dentro

de los más famosos e importantes se encuentran el Festival Nacional de la Música Colombiana, que encierra el

Concurso Nacional de Duetos Príncipes de la Canción y el Concurso Nacional de Composición Leonor Buenaventura, y el

Festival del Mono Núñez. Estos eventos premian la mejor interpretación y composición, pero la forma de

apreciar la música podría estar dejando a un lado el conocimiento empírico de los músicos del campo.

Según Humberto Galindo (2014):

¿Qué es la música popular en este caso? Que esta música toda empieza a ser mediatizada por la industria, por el

mercado, ya es muy difícil. El mejor ejemplo podría ser el Festival del Mono Núñez que empezó haciendo una serie

de categorías muy arriesgadas para poder entender lo que llevaban un grupo de muchachos de aquí de Bogotá que

iban con sus requintos y que iban a hacer un trabajo virtuosísimo con una música campesina de torbellinos y venía

luego un grupo de músicos que también tocan esos torbellinos a la manera antigua sin ninguna otra pretensión

que decir “eso es lo que nosotros tocamos en nuestra tierra y así es como lo tocamos”. Entonces, eso no se puede

colocar allí en el mismo escenario. (Comunicación personal)

Varios actores privados han intentado llevar a cabo festivales y encuentro de música campesina, pero,

desafortunadamente, terminan debilitándose hasta desaparecer a causa de escaso apoyo estatal. Ha faltado

gestión gubernamental para impulsar verdaderamente la música campesina.

Aun así, la música del Tolima, como consecuencia de su historia, tiene donaires. Es agraciada, profunda y

sentida porque cuenta, porque es amada. Es un medio catártico para los campesinos y esa forma de expresión

es lo que le da donaires. No es coincidencia que use esta palabra, podría sustituirla por ‘gracias’ o ‘galanuras’,

pero es que la gracia de la música campesina está en el aire, se respira, se siente, se escucha.

La música tolimense es una brisa muy suave y cálida que penetra el alma, tal como lo afirma el maestro

Rodrigo Silva (2013), importante cantautor del Tolima Grande:

Lo lindo de la música del Tolima es que mueve el alma. Por ejemplo, si el vallenato te mueve los pies, el

bambuco te mueve el corazón. Es decir, si el vallenato entra por el oído, sale por los pies; el bambuco, el pasillo

entran por el oído y se quedan en el corazón. (Comunicación personal)

Según Alquimedes Rodríguez (2014), dueño y trabajador del trapiche Los Rodríguez ubicado en la carretera

que conduce al municipio de Rovira, la música se hace con

El azadón […] es una diversión. Es el alivio para el alma, el espíritu. Uno por ejemplo está trabajando con su

radio al lado, ni se da cuenta a qué hora son las horas del almuerzo. Uno está entretenido oyendo música y

trabajando. Es muy importante. (Comunicación personal)

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3. MEMORIAS SONORAS DE UN CAMPESINADO IDEALIZADO

La música popular del Tolima ha sido una herramienta de expresión para la población del departamento.

En las letras de las canciones de campesinos y compositores tolimenses se manifiestan las representaciones y

autorrepresentaciones sociales del campesinado de esta región, al ser este grupo último el poseedor de una

herencia musical y violenta, y objeto de un discurso folclorista.

Después de escuchar diferentes ritmos de la región -bambucos, guabinas, cañas, rajaleñas, sanjuaneros,

bundes, entre otros- y sus relatos, propongo que existen dos representaciones sociales de los campesinos

tolimenses: por un lado, aquella presente en la tradicional Música Colombiana -concepto que será desarrollado

más adelante- y, por el otro, la autorrepresentación de los campesinos del Tolima expresada en canciones

inéditas compuestas por campesinos de la región. Es importante mencionar que por factores como la

ubicación geográfica y las actividades económicas pueden existir varios tipos de campesino tolimense, pero

para esta investigación me centraré en determinar cuál podría ser la característica común que configura una

representación y autorrepresentación social en general.

Para empezar presento una explicación de la Teoría de las representaciones Sociales, fundamento teórico

de la investigación, y un planteamiento de la representación social de los campesinos en Colombia.

3.1 Teoría de las Representaciones Sociales

Lograr comprender la realidad ha sido una de las principales motivaciones que ha tenido el ser humano a

lo largo de su historia para desarrollar todas las ciencias, habilidades y conocimientos que hoy nos caracterizan.

Las ciencias cuantitativas han descrito el mundo físico, pero existe un plano que trasciende lo simbólico, el

cual también comparte elementos cuantitativos y cualitativos, que intenta explicar el comportamiento humano.

Dentro de este plano se encuentran las ciencias sociales, tales como: la antropología, la sociología y la

comunicación, entre otros. Para esta investigación nos centraremos en la psicología social con el fin de hacer una

aproximación teórica de la representación social de los campesinos tolimenses, la cual podría ser transversal al

imaginario colectivo que se tiene de los campesinos en Colombia.

La psicología social es una ciencia que se encarga de comprender la relación entre el individuo y la sociedad,

cuyos orígenes se remiten al siglo XIX con el surgimiento de la psicología de los pueblos2, desarrollada por el

filósofo, fisiólogo y psicólogo alemán, Wilhelm Maximilian Wundt.

Según Serge Moscovici (1985), importante teórico rumano de esta rama de la psicología y de las

representaciones sociales, “la psicología social es la ciencia del conflicto entre el individuo y la sociedad. Podríamos añadir:

de la sociedad externa y de la que llevamos dentro” (p.18). Es decir, se pregunta cómo la acción de cada

2 La psicología de los pueblos tenía por objetivo estudiar la relación entre los comportamientos de los grupos y su identidad étnica.

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27

individuo, acorde a sus propios intereses, se transforma en una acción colectiva, usando como herramienta los

fenómenos de comunicación social, ya sean masivos o puramente lingüísticos y semánticos (Moscovici, 1985,

p.19).

Dentro de esta pugna en la cual se busca el reconocimiento de una idea sobre la realidad, el sujeto

establece una interrelación con un contexto social específico en donde dicha idea se objetiva. Un sujeto

(individuo o grupo) ejerce cierta influencia social sobre otros por medio de la realidad para naturalizar y

normalizar una regla, es decir, para interiorizarla y volverla colectiva.

Es en este momento cuando surge una representación social, o dicho de otro modo, la forma como un

individuo o grupo comprende el mundo y lo simplifica, al partir de la base de que la realidad es subjetiva. Por

esa razón, podríamos decir que dentro de una R.S. se crean las normas y las reglas de una sociedad bajo su

propio sistema de valores. Tal como lo explica Abric (1994), la representación es “una visión funcional del

mundo que permite al individuo o al grupo conferir sentido a sus conductas, y entender la realidad mediante

su propio sistema de referencias y adaptar y definir de este modo un lugar para sí” (p.13).

Una representación social puede crearse a partir de un contexto discursivo (producción de un discurso) o

de un contexto social (lugar del individuo o grupo en el sistema social) y cumple con una serie de funciones:

entender y explicar la realidad, definir y proteger la identidad, orientar los comportamientos y explicarlos

(Abric, 1994, p.15).

En nuestra cotidianidad podemos identificar las representaciones sociales que nos caracterizan utilizando

estas nociones teóricas. No obstante, Abric (1994) ha propuesto una forma de organizar y estructurar una R.S.

por medio de la Teoría del Núcleo Central, la cual explica que toda representación está organizada alrededor de

un núcleo, que determina su significación. Este núcleo cumple con las funciones de generar un significado y

organizar, unificar y estabilizar los elementos de la representación; su principal característica es que

difícilmente cambia, es rígido y estable (Abric, 1994, p.20). Para lograr determinar cuál es el núcleo central

debemos pensar en elementos que se encuentren profundamente ubicados en el ser humano como miedos,

creencias, valores, instintos y necesidades.

A su vez, este núcleo central cuenta con unos elementos periféricos que se encargan de concretar, defender y

regular la representación por medio de un componente institucional, entendido como organizaciones,

símbolos, lenguajes, ritos, normas, etc., que legitiman dicha representación.

En resumen, los seres humanos nos apropiamos de la realidad y la dotamos de significados dependiendo

de nuestro contexto histórico, social e ideológico, con el fin de simplificar nuestra existencia: “personajes y

acontecimientos -es decir, sujetos individuales y las realidades- tan solo adquieren sentido […] a través del

‘mundo’, en suma, a través de la sociedad de cada cual” (Moscovici, 1985, p.24).

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3.1.1 Representación Social del campesinado colombiano: pugna simbólica entre mayorías y minorías

Las representaciones sociales, dentro de su función de simplificar la comprensión del mundo, se originan

por la necesidad de sentirse aceptado en un grupo, por la tendencia a compararse con alguien semejante o con

alguien que nos gustaría ser, o también para crear juicios desfavorables o favorables de otros sujetos con el fin

de lograr una meta específica.

En este escenario se da una tensión entre mayorías y minorías en donde se pueden presentar dos

situaciones:

1. Las mayorías, grupo en el que se consolida la representación social, discriminan a las minorías por no

añadirse a esta.

2. Algunas minorías (élite) ejercen un poder de autoridad sobre las mayorías para imponer una

representación.

En esa medida, podríamos afirmar que, por un lado, las minorías o élites utilizan su poder (simbólico y

material) sobre las mayorías para crear diferentes representaciones sociales y, por el otro, estas mayorías

legitiman dichas representaciones y las utilizan en contra de las minorías marginadas.

Este se complementaría con los planteamientos de Zuluaga (1981) respecto al campesinado colombiano,

en los cuales expone que la sociedad campesina tiene dos tipos de relaciones: una relación horizontal que se da

entre iguales, es decir, con la comunidad rural, y una relación vertical concebida de forma “asimétrica con el

conjunto social más amplio que despoja al campesino de su excedente productivo, que asegura la subsistencia

de la sociedad y de las clases dominantes” (p.10).

Aclarar esta postura es fundamental para comprender cuál podría ser la representación social de los

campesinos en Colombia, la cual es, a mi juicio, negativa, pues considero que tal representación reposa en las

mayorías colombianas. Sin embargo, cabe resaltar que esta representación fue creada por una élite

gubernamental y empresarial con el objetivo de subvalorar lo agro e imponer nuevos modelos de producción y

de ciudadanía. Este concepto sería entonces apropiado por las mayorías para discriminar a la minoría

marginada que, en este caso, son los campesinos. Prueba de esto es el abandono estatal hacia este grupo social,

la adopción de políticas neoliberales respecto a la producción agrícola y el desprestigio social del campesino,

visto como un ser inferior (que no es ciudadano) por parte de la población civil.

Con este esbozo, quisiera proponer la estructura de la representación social de los campesinos en

Colombia, basándome en la Teoría del núcleo central, ya anteriormente mencionada:

Núcleo: la memoria histórica colectiva que prima en nuestro país está delimitada desde la colonización

europea hasta nuestros días. Aún reside en nosotros una ‘actitud’ o ‘comportamiento’ aborigen, como por

ejemplo, el hecho de que sigamos siendo comunidades orales a pesar de los intentos eurocéntricos de imponer

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la cultura escrita3. Pero esta característica casi innata es ignorada en comparación con los elementos de la

colonización que han sido interiorizados y apropiados, tratando de esconder nuestra esencia como habitantes

de un continente que no es peor que los otros, sólo diferente.

Como parte de esta colonización, hemos aprendido a pensar bajo el paradigma del mundo moderno

europeo, en el cual la actividad agrícola está asociada con la Edad Media y, por lo tanto, es necesario adoptar

modos de producción industrializados y capitalistas para salir de la oscuridad y lograr el progreso, y entonces ser

dignos de participar en el mundo occidental. Es por esta misma razón que los campesinos no pueden ser

tratados como ciudadanos y llegamos a considerar que su conocimiento ancestral no tiene ninguna validez

porque no está sustentado científicamente. Esto trae como consecuencia una percepción negativa: de la tierra,

comprendiéndola como algo que ensucia y no como el suelo que nos alimenta; el campesino, como un ser

indigno cuya actividad no tiene ningún valor, y América Latina (Colombia), como una sociedad que aún está

en el Oscurantismo y que tiene que industrializarse y convertir a todos sus habitantes en ciudadanos. En el

fondo, los colombianos aún tenemos miedo del colonizador español y consideramos que somos inferiores,

pero, al mismo tiempo, hay algo que nos impide desprendernos totalmente de lo agro y seguimos manteniendo

una cultura del campo.

Elementos periféricos: la modernización de las ciudades, la noción y estética ‘sucia’ de las plazas de mercado,

la riqueza desproporcional de los empresarios en comparación con los campesinos, los contenidos que se

enseñan en los colegios, las universidades como espacio de ciudadanos (citadinos) que quieren hacer algo más

importante con su vida, ir al campo en época de vacaciones, la falta de políticas públicas enfocadas a la

seguridad social de los campesinos, el conflicto armado interno.

Vale la pena mencionar que podrían identificarse muchos más elementos para el análisis de esta

representación y que lo expuesto hasta el momento es sólo una aproximación teórica, basada en la

observación del problema.

El núcleo de la representación es rígido y muy difícilmente podría cambiar. No obstante, considero que

esta representación tiene un elemento diferencial que tiene el potencial de modificar la significación y es el

hecho de que, en el fondo, los colombianos aún conservamos una memoria, no histórica sino esencial, de

nuestro origen agrícola.

Teniendo claro lo anterior y usando como referencia esta posible explicación de la representación social

de los campesinos colombianos, me detendré a analizar las posibles representaciones sociales de los

campesinos tolimenses plasmadas en la música, entendiendo sus letras como discurso y relato social.

3 La oralidad suramericana fue uno de los temas de la conferencia inaugural del Seminario Andrés Bello realizada por Jesús Martín Barbero en el Instituto Caro y Cuervo – 17 de febrero del 2013.

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3.2 Representaciones sociales del campesino tolimense

3.2.1 Representación social del campesino tolimense en la Música Colombiana

La Música Colombiana entendida como una estilización de la música campesina -tal como se explica en el

capítulo anterior- es la plataforma en la que se puede analizar una posible representación social de los

campesinos del Tolima.

Además de los fines comerciales, la Música Colombiana también ha tenido como finalidad divulgar un

discurso de nación en el que el campesinado aparece como un objeto estético y simbólico que genera

identidad en la población de Colombia, pues los ritmos interpretados por los campesinos, su jerga, sus

atuendos y su historia, marcada por la violencia, nos recuerda a nuestros antepasados y refuerza, de esta

manera, un sentimiento de amor hacia la patria y lo que hemos perdido. La Música Colombiana expresa la

nostalgia de una nación violentada por la guerra y el desarraigo, un país que anhela, de alguna manera, lo que

fue.

Propongo que el campesinado es un objeto en este tipo de música porque aparece de forma idealizada en

las canciones y no se le da el protagonismo como sujeto activo, como miembro de nuestra supuesta esfera

pública. Los campesinos son representados de forma romántica, siendo encasillados en una única forma de

vida: una cotidianidad en el campo, en medio de la naturaleza, cantando bambucos y torbellinos, y muriendo

de amor por las mujeres. Puede que, efectivamente, estas sí sean características del campesinado, pero se están

dejando a un lado otros elementos de su realidad como su emprendimiento, su gusto por otro tipo de música,

su interés por la tecnología, la visión que tienen de lo urbano y demás.

En Chaparral, Tolima, los músicos campesinos quieren grabar discos de las canciones que han realizado.

Esto no entraría dentro de la representación que propone o refuerza la Música Colombiana, concepto del que se

ha excluido al compositor del campo, pero del que se habla en las canciones. Son pocas las canciones

campesinas que se han dado a conocer, tan pocas como el apoyo que reciben los compositores campesinos

por parte de las entidades gubernamentales. Entonces, nos gusta escuchar sobre el campo y lo campesino en la

Música Colombiana, pero sus composiciones no hacen parte de esta categoría, a pesar de que también es música

tradicional de Colombia.

Según Humberto Galindo (2014):

Cuando uno se acerca a las expresiones campesinas el músico del campo sí tiene muy clara esta distinción y es que

para ellos Música Colombiana es una música más elaborada, es una música de otro contexto que realmente fue

aprendida por ellos […] con la incursión de la radio [...] En el campo se escuchaba música internacional y la

industria discográfica creó un fenómeno que fue un modelo estético para una música colombiana relativamente

estilizada que fue la que produjeron los duetos. (Comunicación personal)

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31

En esa medida, la Música Colombiana puede ser vista como una herramienta de la construcción folclorista de

nuestra identidad como nación, en la que “la cultura popular se ‘cosifica’, se ‘objetualiza’ en el museo o en el

libro. La identidad está en ‘la’ cumbia, pero no en cualquier cumbia, sino en ‘esa’ cumbia que cumple con las

condiciones y los requisitos fijados por los folcloristas” (Miñana, 2000, p. 37).

Entonces, la Música Colombiana representa socialmente al campesino tolimense dentro de un concepto

que llamaré lo campesino, en el que este individuo se vuelve objeto, así como sus costumbres, lugares de trabajo,

etc. Esta cosificación del campesino y su cultura contribuye a infundir sentimientos nacionalistas y el

campesino pasa de ser un sujeto social a un elemento discursivo.

No quisiera estigmatizar a los autores e intérpretes de la Música Colombiana. Ellos sienten un amor

profundo por su departamento y sus obras narran cotidianidades campesinas desde una visión más urbana. La

cuestión es que sus composiciones hacen parte de un discurso, pero no necesariamente hecho

intencionalmente por ellos. Los tolimenses, en general, aman la música, independientemente de su formación

académica o la condición social a la que pertenezcan

A continuación, presento mi propuesta respecto al núcleo y elementos periféricos de esta posible

representación social del campesino tolimense en las letras de la Música Colombiana, especialmente, de los

compositores del Tolima Grande.

Núcleo: en relación con la representación social de los campesinos en Colombia -planteada al inicio de

este capítulo- el temor que aún tenemos frente al colonizador y la búsqueda constante de su aprobación nos

ha hecho subvalorar nuestra música en lo académico y lo comercial. No obstante, como hijos de América -un

continente de tradición oral y musical- utilizamos la Música Colombiana y su relato de lo campesino como pretexto

para recordar lo que somos. Esto es paradójico porque no reconocemos al campesino como sujeto social,

pero en el fondo nos vemos reflejados en él; excluimos lo agro como modelo de vida (porque es algo

‘atrasado’), pero usamos prendas campesinas porque son estéticas (mochilas, ponchos, etc.). Entonces, ¿somos

nosotros sujetos sociales o no? Tal vez hemos apropiado el concepto moderno de sujeto social como discurso,

pero en el fondo aún pertenecemos a la cultura aborigen.

El campesino, dentro de la cosificación de lo campesino, es representado en la Música Colombiana como

objeto del relato nacionalista porque es el ser que se mantiene más puro y más cercano a nuestra raíces

indígenas. Así mismo, lo cosificamos porque hemos excluido su cultura en la configuración de nuestra

identidad, pero nuestra identidad no nos pertenece, precisamente porque no hemos interiorizado del todo el

discurso moderno.

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32

Necesitamos al campesino cosificado en la música porque es el símbolo de nuestro extrañamiento4 con el

mundo que nos impusieron. Esta necesidad tal vez es síntoma de un país colonizado a las malas, invadido de

modernidad impuesta.

Elementos periféricos: las campañas nacionalistas como Colombia es pasión, la imagen de café Juan Valdez, el

uso de ornamentación indígena-campesina en la ciudad (mochilas, ruanas), contratar tríos musicales de Música

Colombiana para las reuniones familiares, los festivales nacionales de Música Colombiana, las plazas de mercado,

salir de la ciudad en época de vacaciones, ahorrar para comprar una finca y pasar allí los últimos días.

Hay un elemento periférico en el que quisiera profundizar: la violencia armada en Colombia. La violencia

en nuestro país puede ser vista como consecuencia de una modernidad impuesta, como fenómeno que

proviene de un país modernizado e industrializado a las malas, obligado a sustituir la cultura agro e indígena

por la democracia, la industrialización y los ideales (fallidos) de un Estado moderno. Pero la violencia se

convierte en un elemento periférico porque, como parte fundamental del discurso de la modernidad, refuerza

la idea de dejar el campo (voluntaria o forzadamente), ya sea porque los grupos armados amenazan y masacran

a la sociedad civil o porque el discurso del progreso dicta que el ‘desarrollo’ y la ‘calidad de vida’ están en las

ciudades. Por ejemplo, muchas mujeres campesinas terminaron como empleadas domésticas en Bogotá,

muchas familias desplazadas han llegado a las diferentes ciudades del país. En este tipo de casos el síntoma de

extrañamiento es tal vez más fuerte: el desplazamiento forzado es la muestra más cruel del desarraigo (también

simbólico) al que hemos estado sometidos los colombianos.

Puesto que esta investigación se basa en la música del Tolima, es importante mencionar que gran parte de

la Música Colombiana ha sido creada e interpretada por artistas del Tolima Grande y, también, que los

campesinos tolimenses la han incorporado dentro de su repertorio porque ellos sí se consideran un grupo

social de gran relevancia para el país y, por lo tanto, también han interiorizado ese relato de nación. Sobre esto

último volveré más adelante.

A continuación presento una breve muestra de Música Colombiana tolimense en la que es posible observar la

representación social del campesino de este departamento como objeto del discurso de identidad nacional, en

el que sobresalen elementos como la añoranza, la nostalgia y la naturaleza. Todos estos están relacionados con

la cotidianidad campesina o lo campesino, entendido como aquel concepto en el que el campesino, su forma de

trabajo, sus costumbres, sus fiestas, el paisaje del campo, etc., se cosifican y se vuelven representación social

de una clase social olvidada, desarraigada y, paradójicamente, amada en Colombia.

4 Hago referencia al concepto de extrañamiento propuesto por el escritor Julio Cortázar (1982) en El sentimiento de lo fantástico, entendido como “el hecho de que las pautas de la lógica, de la causalidad del tiempo, espacio, todo lo que nuestra inteligencia acepta desde Aristóteles como inamovible, seguro y tranquilizado se ve bruscamente sacudido, como conmovido, por una especie de viento interior, que los desplaza y que los hace cambiar.”

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33

De esto podríamos inferir que tal representación social de los campesinos tolimenses en la música podría

aplicarse, eventualmente, al resto de los campesinos del país, precisamente porque se cosifican como algo

homogéneo.

Tabla 1

Música Colombiana

Canción Autor Ritmo/género Fragmento

Los guadales Jorge Villamil Guabina También los he visto alegres,

entrelazados mirarse al río

danzar al agreste canto

que dan las mirlas y las cigarras.

Envueltos en polvaredas, que se

levantan en los caminos,

caminos que azota el viento al paso

alegre del campesino.

Soy colombiano Rafael Godoy Bambuco A mí deme un aguardiente,

un aguardiente de caña

de las cañas de mis valles

y el anís de mis montañas.

No me dé trago extranjero

que es caro y no sabe a bueno

y porque yo quiero siempre

lo de mi tierra primero.

Dulce Coyaima

indiana

Miguel Ospina Danza Dulce pueblito indiano

remanso fresco de mi niñez,

verde sueño del llano,

gigante hermano

de mi altivez,

pueblo que en el silencio

de mi añoranza

le veo crecer.

Dulce Coyaima indiana,

remanso fresco

de mi niñez.

El caracolí Jorge Villamil Guabina Busqué las playas del inmenso río

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que en el pasado feliz recorrí

hallé el sendero cubierto de abrojos,

las casas viejas se cayeron ya.

Y aquellas barcas de los pescadores

que reposaban sobre el arenal,

ya no se encuentran,

ya no se encadenan

al añoso tronco del caracolí.

Tolima Grande Rodrigo Silva Bambuco Los dolores se suavizan

con un color de rubí

como los que deja el cielo

cuando el sol se va de ti,

el río abraza tu seno

como queriendo decir:

¡Oh! tierra sufrida y buena

déjame de llorar en ti.

Al sur Jorge Villamil Vals A mí me arrullaron sones de

tambores

y aspiré en el aire aromas de mayo,

yo aprendí en el ritmo de los

sanjuaneros

toda la alegría del pueblo que quiero.

Al sur, al sur, al sur

del cerro del Pacandé

esta es la tierra bonita,

es la tierra opita que me vio nacer.

Fuente: elaboración propia

En esta muestra es posible observar que se hace referencia constantemente a los elementos de lo campesino:

descripción de la naturaleza -montañas, caminos, río, pueblos, árboles- y los productos del campo -como la

caña-. La mención de estos crea un discurso nacionalista, pues se conciben como razones por la cuales se ama

al país. Así mismo, generan identidad y sentimientos de nostalgia: “… pueblo que en el silencio de mi

añoranza le veo crecer […] remanso fresco de mi niñez.” (Ospina, 1968).

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En Los guadales es evidente el uso de la imagen del campesino en la descripción del campo: “… caminos que

azota el viento al paso alegre del campesino.”

La palabra tierra se menciona en varias canciones de Música Colombiana para hacer referencia, amorosamente, al

lugar al cual se pertenece. La tierra está ligada principalmente al campesino, este la ama porque es su sustento

y su vida. Esto podría ser la muestra de cómo uno de los elementos de la cultura y el amor campesino se

utiliza también para crear discursos de identidad nacional.

3.2.2 Autorrepresentación social del campesinado tolimense expresada a través de la música

campesina del departamento.

Acceder a la música campesina resulta muy difícil, especialmente, a causa del poco -casi inexistente-

apoyo que los compositores campesinos reciben por parte de las autoridades locales y nacionales.

Afortunadamente, iniciativas privadas hechas por investigadores y conocedores del tema han protegido y

preservado parte de ese valioso acervo cultural tolimense.

Las canciones que se analizan en esta sección son aquellas que fueron recopiladas en trabajos

discográficos realizados por grupos de investigación, grabaciones en vivo resguardadas en los archivos

musicales del país y obras inéditas recolectadas en trabajo de campo en el municipio de Chaparral, Tolima,

cuna de compositores campesinos.

Además de los ritmos tradicionales de la Región Andina, los campesinos del Tolima componen paseos

vallenatos, merengues y guarachas. Años atrás, los campesinos bailaban y hacían coplas de caña en las

moliendas, pero hoy en día tal tradición parece no existir, pues la música en los trapiches la hacen las gotas de

sudor campesino y el sonido de la caña quebrándose. El sanjuanero se sigue cantando y bailando, y el rajaleña

también (especialmente en el Huila), pero, con base en el trabajo de campo realizado en el departamento,

considero que se ha encasillado la cultura popular campesina tolimense en un modelo antiguo y algo

folclorista. Es importante mencionar que los campesinos jóvenes tienen nuevos gustos musicales y es poca su

participación en los grupos tradicionales de músicos de campesinos.

Los campesinos tolimenses han recogido varias influencias musicales -desde la música de la costa caribe

hasta la mexicana- y las han utilizado para contar sus historias. A pesar de la variedad de géneros, todos estos

son música campesina porque nace de este grupo social, de su cotidianidad, de sus dolores, de sus alegrías. Lo

que hace campesina a la música no es el género sino el sujeto social que allí se autorrepresenta.

Teniendo claro lo anterior, propongo que el campesinado tolimense se autorrepresenta como un grupo

social activo, consciente de su realidad y la del país. Es amante de las fiestas y de la vida, alegre ante todo, pero

con conocimiento del olvido estatal en el que sobrevive. Le gusta la Música Colombiana porque también se

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36

siente colombiano, la mayoría de canciones que canta pertenecen a tal repertorio musical, pero la diferencia

radica en que al cantarla se siente sujeto más no objeto.

Entonces, se narran como personas felices y lo son, incluso aunque guarden en su corazón todo el dolor

de la guerra y la indiferencia. Les gustan las coplas jocosas y hacerles piropos a las mujeres, pero también

cantan sobre la paz.

Es muy claro su mensaje en contra de la violencia, se valoran a ellos mismos como sujetos de gran

importancia para el país porque saben que su labor es la que nos alimenta todos los días. Les gusta trabajar,

aman su tierra, les duele la guerra y el país. La mejor arma que tienen para combatir la violencia es la música, el buen

humor y la alegría.

En el análisis que hace Luna (1986) del rajaleña, por ejemplo, este género es visto como “el vivo sentir de

un pueblo […] En estas coplas se vierte toda la alegría y el humor que pertenece al pueblo que las ha creado y

las canta con mucho acierto” (p.49). Considero que esta característica no es sólo del rajeleña sino del

campesino tolimense como tal, es un elemento transversal en su estilo de vida y en sus composiciones, sin

importar el género al que pertenezcan.

Núcleo: el campesinado tolimense posee una carga histórica de violencia y desarraigo, pero es esto mismo

aquello que configura su consciencia de clase. Es una mezcla de las tradiciones indígenas con el rol de fuerza de

trabajo impuesto por los europeos5, lo que permite que amen la tierra, siendo conscientes -al mismo tiempo- de

su situación social. Llevan en su espíritu la obstinación propia de la tribu de los pijaos, lo que ha permitido que

se nieguen a dejar sus costumbres y su amado departamento.

Es decir, se autorrepresentan como sujetos sociales activos, amantes de su tierra y de gran importancia

para el país porque son el resultado del carácter indígena pijao y un discurso occidental de progreso y

socialismo (con su antítesis: capitalismo) propio del concepto de fuerza de trabajo.

Es tal su conciencia de clase que muchos de ellos se fueron al campo a luchar -a mitad del siglo XX- y de

esos grupos campesinos nacieron las guerrillas liberales que luego se convertirían en grupos guerrilleros más

consolidados.

Esto a su vez tiene una relación con la música: durante el trabajo de campo, los campesinos manifestaron

que la música los aleja de la guerra, pero no por las letras de las canciones sino por la música en sí misma,

reunirse a tocar, dejar las armas por empuñar la guitarra. Creen firmemente en eso y agradecen a la música por

esa virtud. Esa capacidad de abandonar la guerra por la música es muestra de su íntima relación, pero existe

también una conexión entre la música y la naturaleza -el sonido de los ríos, de los animales al amanecer- y, en

5 El oro “fue lo primero y que más poderosamente atrajo a los españoles a la Nueva Granada […] Pero también los atraían […] regiones que poseían una población nativa lo suficientemente poderosa y maleable como para convertirse en fuerza de trabajo” (Bushnell, 2007, p.34).

Page 29: 7 MARÍA ALEJANDRA NAVARRETE TOVAR TRABAJO DE GRADO …

37

esa medida, se daría una triple conexión entre música, tierra y guerra: su amor por la tierra los ha llevado a la

guerra, pero la música los trae de vuelta a su terruño. Por eso, para ellos las fiestas también son alegría, son el

recuerdo de días mejores.

La guerra, en este caso, sería una respuesta occidentalizada de una clase obrera que se revela, pero

también podría provenir del ímpetu y bravura de los pijaos.

En resumen: son alegres porque aman la tierra y, por ende, su trabajo, pero son plenamente conscientes

de su realidad y la del país porque fueron categorizados desde la colonia como un grupo social proletario -o

contradictoriamente medieval por la forma de trabajo- que dadas sus condiciones sociales reclamarían por sus

derechos.

No obstante, no quisiera calificar su discurso como socialista. Este es sólo un concepto que nos permite

comprender su forma de pensar respecto a la sociedad: quieren la paz, quieren igualdad y ser respetados por

su labor; les encanta la música, sólo desean vivir en la tranquilidad propia de su tierra, de la naturaleza, aquella

que les ha sido arrebatada por los conflictos del país y que les fue despojada a sus ancestros por los

colonizadores españoles. Este entendimiento del mundo coincide con las características de como -se supone-

debe ser un ciudadano moderno.

Elementos periféricos: las fiestas, las manifestaciones obreras-campesinas del siglo XX, los paros agrarios,

reunirse a cantar en las noches, tener en cada casa una guitarra colgada en la pared, transmitir sus

conocimientos musicales de generación en generación, permanecer en el campo por decisión propia a pesar de

las tentaciones del mercado.

Este planteamiento se basa en una realidad muy específica del campesinado tolimense. Podría

complementarse con otros fenómenos sociales.

A continuación presento una muestra de canciones campesinas en las que se evidencia su

autorrepresentación social.

Tabla 2

Canciones campesinas

Canción Autor Ritmo/género Fragmento

Coplas de Rajaleña

(varias)

Anónimo6 Rajaleña Se acabaron los Popoches,

quedaron los Dominicos, si no juera

por los pobres, no tenían nada los

6 En este caso se entiende lo anónimo como autoría colectiva, es decir, “una copla que […] muestra las características de las creaciones populares auténticas cuya autoría se atribuye a Juan Pueblo. Son anónimas no por carecer de autor […] sino porque el Pueblo las acoge y prohija y considera suyas como patrimonio” (Abadía, 1971, p.6).

Page 30: 7 MARÍA ALEJANDRA NAVARRETE TOVAR TRABAJO DE GRADO …

38

ricos.

Ya se murieron los perros, ya mi

rancho quedó solo, ahora me muero

yo para que se acabe todo.

De lombrices y culebras se alimenta

el guara guao, si no fuera por los

pobres el rico estaba pelao.

Esta vida está tan cara, pues todo va

para arriba, la plata se está acabando

con el impuesto del IVA.

Mi mama era liberal, mi taita era

conservero, cuando mi mama

peliaba, jondiaba mi taita al suelo.

Rajaleña plateña Anónimo Rajaleña Se me perdió el tiple viejo

con el que alegraba a la vieja,

pero a mí nada me importa

pues la viuda me los presta.

Hermosa

chaparraluna

Gilberto

Méndez

Bambuco Representas las montañas

de esta tierra sin igual,

me recuerdas la cabaña,

también mi cafetal

por eso a ti, campesina,

nunca te puedo olvidar

(comunicación personal).

Queremos la paz Reinaldo Zapata Guaracha Nosotros los campesinos

le rogamos al país

de que se acabe la guerra

y en paz nos dejen vivir

(comunicación personal).

El campesino Edildardo

Gómez

Paseo Nosotros los campesinos

vecinos del río Cambrín

con esta guitarra vieja

Page 31: 7 MARÍA ALEJANDRA NAVARRETE TOVAR TRABAJO DE GRADO …

39

hoy los vengo a divertir.

Nosotros los campesinos

tenemos que trabajar

para que haiga más progreso

en el campo y la ciudad.

Canto a la paz Gilberto Criollo Merengue Nosotros los colombianos

le cantamos con razón

al doctor Uribe Vélez

por la miseria que tiene

a todita la nación.

No queremos guerra

queremos la paz

señor presidente

el pueblo no aguanta más.

Canto a mi Colombia Gilberto Criollo Merengue Pensemos en nuestra patria

a dónde vamos a llegar

con muertos y carro bombas

nada vamos a ganar.

Dolor campesino Arcadio

Morales

Paseo

allanerado

Señores de este conflicto

paren esta sucia guerra

solo está quedando el campo

y no hay quien cultive la tierra.

La tranquilidad en el campo

todo aquello se acabó

por culpa de esta violencia

que estamos viviendo hoy.

Homenaje al

campesino

Ángel Alberto

Ruiz

Paseo Les venimos a cantar

con alegría y con amor

porque es algo que llevamos

muy dentro del corazón.

Soy un pobre campesino

que me gusta trabajar

Page 32: 7 MARÍA ALEJANDRA NAVARRETE TOVAR TRABAJO DE GRADO …

40

por el bien de mi familia

por el bien de la ciudad.

La Chaparraluna Benjamín

Guzmán

Soy campesino

yo vivo en la montaña

tengo mi rancho

donde se oculta el sol

yo vivo alegre

mi vida en la montaña

con mi morena

nos damos mucho amor.

Cuando al Tolima

le llega la parranda

que celebramos

el San Pedro y San Juan

con mi morena

me vengo de mi finca

a celebrarlo

directo a Chaparral.

Fuente: elaboración propia

Temas como la fiesta, la cotidianidad campesina y la violencia son recurrentes en sus canciones, y siempre

hablan en primera persona, en lenguaje directo y coloquial. No intentan mostrarse, a través de la música, con

un propósito específico, simplemente hablan de lo que son porque lo sienten y lo expresan espontáneamente.

Quieren la paz, les duele el país y el conflicto armado. A pesar de ser víctimas directas de la guerra, no se

muestran sólo como tal sino como ciudadanos activos que exigen libertad.

Manifiestan que vivir en el campo les da felicidad, se sienten orgullosos de lo que son. El propósito de su

música no es comercial, ellos simplemente quieren ser escuchados y sacar todo su dolor y alegría a través de

las canciones.

Page 33: 7 MARÍA ALEJANDRA NAVARRETE TOVAR TRABAJO DE GRADO …

41

4. TRATAMIENTO AUDIOVISUAL

4.1 Justificación

Las descripciones escritas (periodísticas o académicas) cuentan con valiosos recursos literarios e

importantes habilidades de percepción de los autores para captar lo mejor de una escena, personaje o lugar.

No obstante, cuando de herramientas comunicativas se trata, las técnicas audiovisuales permiten crear

un discurso integral que incluye la generación de textos, audios, sonoridades, imágenes, símbolos y signos

visuales, etc.

Por eso, considero que es valioso realizar un reportaje audiovisual para retratar las representaciones y

autorrepresentaciones sociales de los campesinos a través de la música, pues el Tolima y su gente ofrecen una

hermosa estética visual que vale la pena capturar a través de la fotografía y, a pesar de lo certera que pueda

llegar a ser una descripción escrita de los sonidos, a la música hay que escucharla.

4.2 Tratamiento audiovisual

4.2.1 Fotografía

El Tolima es un departamento bañado por el río Magdalena, ocre y caudaloso. Los atardeceres se van

detrás de la cordillera con el cielo pintado de colores, mientras que en la tierra los campesinos regresan a su

casa a tunar.

El café, tendido sobre las calles del pueblo, se deja secar al sol hasta que se vuelve pergamino y las casas,

pintadas con dos colores y de pequeñas ventanas que tocan el techo, son el fondo perfecto para encuadres en

los que se retrata a las mujeres de campo viendo pasar la tarde recostadas en sillas mecedoras de plástico.

Por esto, y otras descripciones de la cotidianidad tolimense, el color de este reportaje es cálido, con el fin

de resaltar la esencia del Tolima, aquella que comienza con la calidez de su gente. No se utiliza luz artificial

sino que prevalecen las tonalidades y colores propios de la región.

4.2.2 Planos

El uso de los planos está determinado por la intención y contexto que se le otorgue a cada espacio o

personaje, teniendo como base el objetivo general de la investigación: retratar las representaciones y

autorrepresentaciones sociales del campesino tolimense, plasmadas a través de la música popular de la región.

Primer primerísimo plano/primer plano/plano detalle: son utilizados, principalmente, para resaltar los

rasgos físicos del campesino tolimense y capturar detalles de sus actividades. Estos permiten conocer un relato

muy pormenorizado de la representación social y autorrepresentación de los campesinos del Tolima. El plano

detalle también es utilizado en objetos característicos de la región relacionados con su identidad.

Page 34: 7 MARÍA ALEJANDRA NAVARRETE TOVAR TRABAJO DE GRADO …

42

Plano medio: es utilizado para las entrevistas. Esto permite centrar la atención en el personaje, pero sin

descuidar elementos de fondo que contribuyen a su relato. No obstante, este plano se alterna con primeros

(primerísimos) planos y planos detalle para dar ritmo visual y lograr una conexión más íntima entre el

espectador y el personaje.

Plano general: este plano es fundamental para mostrar todo el contexto de las diferentes situaciones del

reportaje, desde la interpretación musical de un grupo tolimense hasta las labores del campesino en el campo.

También, se usa para mostrar el paisaje y contexto físico de la región.

Traveling: es utilizado para narrar una situación de forma continua al usar el movimiento como recurso

discursivo. Se emplea para mostrar desde planos generales hasta los rasgos físicos de los personajes.

4.2.3 Sonido

Todas las entrevistas se grabaron con un micrófono alterno al que viene incorporado en la cámara de

video, preferiblemente, micrófono de solapa. Esto garantiza la calidad en los audios.

4.2.4 Montaje

Para el montaje se utilizó el programa de edición de video Sony Vegas Pro 12.

La principal política de montaje fue intervenir lo menos posible el material de video, con el objetivo de

mantener el retrato de los espacios y personajes lo más puro posible.

Las imágenes pasan de forma tradicional: una tras otras con corte directo, sin ningún tipo de disolvencia

o animación. Este formato es utilizado en productos audiovisuales informativos con el objetivo de respetar la

realidad, a pesar del uso de un lenguaje artístico manifestado en los planos, manejo de la cámara, etc.

4.3 Tratamiento sonoro

Puesto que esta investigación utiliza como muestra la música campesina del Tolima, el tratamiento

sonoro está enfocado en resaltar la música popular de la región. Para esto, se utilizaron canciones inéditas

campesinas, recopiladas en el trabajo de campo.

Estas canciones también sirven como música incidental para hacer las pausas correspondientes o

demarcar las partes del reportaje. Esto aporta ritmo y frescura a la narración audiovisual y ubica al espectador

en el relato.

Adicionalmente, se conserva el sonido ambiente de las tomas, ya sea los sonidos de la naturaleza o los

ritmos que producen los instrumentos de trabajo campesinos.

Page 35: 7 MARÍA ALEJANDRA NAVARRETE TOVAR TRABAJO DE GRADO …

43

Es importante mencionar que este reportaje cuenta con música original. Es una canción inspirada en la

música tradicional del departamento y en el tema de la investigación, titulada Labriegos de nuestros sueños.

4.4 Esquema del reportaje

Para lograr abarcar el tema y subtemas de la investigación (basados en los objetivos general y específicos),

este reportaje se divide en cuatro capítulos. Cada uno de ellos tiene un propósito que es manifestado a través

del título, la música, las fuentes y las imágenes. Es importante mencionar que la dignificación del campesino

en Colombia es un tema transversal en el reportaje.

En el siguiente cuadro se expresa el esquema general de la producción audiovisual:

Tabla 3

Esquema

Capítulo Tema Fuentes Música Imágenes Tiempo

1. Campesinos

en Colombia:

historia de odio

hacia lo agro

Evidenciar las condiciones

de violencia y olvido en las

que ha vivido el campesino

colombiano a lo largo de

toda su historia, resaltando

temas como la violencia

partidista, la indiferencia

estatal y ciudadana, y la

modernidad como modelo

de vida que ha satanizado

lo agro.

El objetivo es determinar

cuál es la representación

social que se tiene de los

campesinos en Colombia.

Alquimedes

Rodríguez –

dueño del

trapiche Los

Rodríguez

Sergio Andrés

Coronado –

subdirector del

Centro de

Investigación y

Educación

Popular

(CINEP).

Rigoberto

Rueda –

historiador

Víctor Saúl

Rodríguez –

trabajador del

trapiche Los

Audio de

Luis Tovar

radiodifusor

tolimense

Labriegos de

nuestros

sueños –

canción

original

Fotografías de

archivo de Luis

Tovar

Tomas

generales de la

ciudad

Planos

generales de

paisajes

tolimenses y

campesinos

trabajando

5’

Page 36: 7 MARÍA ALEJANDRA NAVARRETE TOVAR TRABAJO DE GRADO …

44

Rodríguez

2. La música

en el

departamento

del Tolima:

amor y catarsis

Presentar el contexto

histórico (sociopolítico) y

musical del departamento

del Tolima.

Mostrar que la música es

un elemento inherente a la

cultura tolimense y que los

identifica como amantes de

la vida, las mujeres y las

fiestas; no obstante,

también es una forma de

expresión ante la violencia

(simbólica y material).

El enfoque del capítulo es

la cultura popular

tolimense en relación con

la música y su historia de

violencia.

Humberto

Galindo –

investigador y

músico

tolimense

Campesinos y

músicos

empíricos

tolimenses

Edgar

Valderrama –

locutor de La

Voz del Tolima

Robert Lozano

– estudiante e

instructor de

música

tolimense

Alquimedes

Rodríguez –

dueño del

trapiche Los

Rodríguez

Gilberto

Méndez –

presidente de

ASUMSUR

La

Chaparraluna

– Benjamín

Guzmán

Planos

generales,

primeros

planos y planos

detalle del

departamento,

su gente y sus

costumbres

Planos

generales del

paisaje

tolimense

8’

3. Autorrepre-

sentaciones de

los campesinos

Exponer cuál es la

autorrepresentación social

campesina tolimense,

Entrevistas a

campesinos de

la región

La

Chaparraluna

– Benjamín

Planos que

contrasten la

ciudad con lo

3’

Page 37: 7 MARÍA ALEJANDRA NAVARRETE TOVAR TRABAJO DE GRADO …

45

tolimenses ¿cómo se ven a ellos

mismos? Analizar los

mensajes de las letras

campesinas en la música

popular del departamento,

especialmente, en relación

con la violencia (material y

simbólica)

Darío Garzón

– hijo del

maestro del

dúo Garzón y

Collazos

Humberto

Galindo –

investigador y

músico

tolimense

Edgar

Valderrama –

locutor de La

Voz del Tolima

Guzmán

Labriegos de

nuestros

sueños –

canción

original

agro

Primeros

planos de los

campesinos del

Tolima

Planos que

describan la

ruralidad

tolimense

4. Conclusio-

nes

Hacer una reflexión sobre

nuestra responsabilidad

como ciudadanos respecto

a las condiciones de vida

del campesinado

colombiano. Los hemos

visto desde un enfoque

folclorista y paternalista,

sin entender que de alguna

u otra forma todos somos

agro.

Humberto

Galindo –

investigador y

músico

tolimense

Sergio Andrés

Coronado –

subdirector del

Centro de

Investigación y

Educación

Popular

(CINEP)

Rigoberto

Rueda –

historiador

Labriegos de

nuestros

sueños –

canción

original

Queremos la

paz –

Reinaldo

Zapata

Planos

generales de

paisajes

tolimenses y

campesinos

trabajando

Tomas de

campesinos

interpretando

instrumentos

musicales

Planos que

evidencian la

utilización de la

estética

campesina

7’

Page 38: 7 MARÍA ALEJANDRA NAVARRETE TOVAR TRABAJO DE GRADO …

46

Alquimedes

Rodríguez –

dueño del

trapiche Los

Rodríguez

5.Cierre Videoclip de la canción

original Labriegos de nuestros

sueños

Labriegos de

nuestros

sueños –

canción

original

Textos de

créditos

2’

Fuente: elaboración propia

Page 39: 7 MARÍA ALEJANDRA NAVARRETE TOVAR TRABAJO DE GRADO …

47

5. CONCLUSIONES

1. La música puede y debe entenderse, también, como un medio de comunicación de las comunidades.

En las letras de las canciones residen sus historias de nación y compresión del mundo, las cuales se

fundamentan en su contexto histórico, económico, político, social y cultural.

En el caso del departamento del Tolima es posible observar que las letras de la música campesina cuentan

una historia relacionada con la guerra y la violencia. Así mismo, exaltan características de la idiosincrasia de los

pobladores de este departamento, tales como: el amor hacia Colombia y el Tolima, hacia las mujeres de la

región, hacia la música y la ‘rochela’, y hacia la vida misma.

El contexto histórico del Tolima explica por qué la violencia es recurrente en las composiciones

campesinas, pues es un departamento que desde sus inicios se consolidó a través de procesos violentos: desde

la colonización de los españoles -quienes exterminaron a los pijaos, grupo indígena de la región- hasta la

conformación de la guerrilla de las FARC -grupo insurgente que ha sido protagonista en la guerra actual del

país-.

De la misma manera, la resistencia del pueblo pijao explica por qué, a pesar de tanta guerra, los

tolimenses se niegan a dejar sus raíces, su música y su región: han heredado la obstinación de sus antepasados.

Esto es evidente en la relación violencia-amor que se planteaba anteriormente. Es decir, estos dos temas se

mencionan constantemente porque corresponden a la configuración de su historia y modo de ser: la influencia

violenta europea y la obstinación de los pijaos fundamentada en el amor hacia su tierra.

Como muestra de lo anterior, en las letras de las canciones de compositores campesinos tolimenses se

puede identificar el buen humor, la alegría, el emprendimiento y la pasión de quienes habitan en esta región

del país. Es imprescindible el tema del paisaje (la tierra, las montañas, los ríos y la caña), incluso también para

los compositores de ciudad, pues parece que este tema es la referencia más tangible del profundo amor que

sienten por el lugar que los vio nacer.

También es importante mencionar que a causa de la ubicación geográfica y el mestizaje en la región, los

campesinos tolimenses utilizan varios géneros musicales, desde bambucos y guabinas hasta ritmos del caribe y

rancheras. De esto podemos afirmar que lo que hace campesina a la música no es el género sino el sujeto

social que allí se autorrepresenta.

2. La comunicación social y el periodismo pueden encontrar en la música testimonios muy valiosos que

deben ser escuchados y analizados para aportar, de esta manera, a la comprensión de procesos y fenómenos

sociales. En nuestra labor de comprender lo simbólico, la música se convierte en una radiografía social que

logra materializar situaciones e imaginarios que, como su nombre lo indica, son intangibles. Esto permite

contar con una muestra física -la música- de gran relevancia en la investigación y la ciencia.

Page 40: 7 MARÍA ALEJANDRA NAVARRETE TOVAR TRABAJO DE GRADO …

48

3. El campesino tolimense es entendido bajo una representación social que ha sido creada por los

sentimientos nacionalistas de un país que ha olvidado -pero añora- sus raíces. Tal representación está expuesta

en la Música Colombiana, específicamente en la obras de los autores del Tolima Grande, y consiste en la

objetivación del campesino tolimense para simplificar la realidad de los habitantes de la ciudad.

El campesino como objeto estético y discursivo hace parte de aquel relato nacionalista que resalta lo agro

para crear cohesión, pero olvida a los sujetos del campo en la política pública. El hecho de que lo campesino

produzca cohesión es síntoma del extrañamiento que como colombianos tenemos hacia la realidad que nos ha

sido impuesta.

En la Música Colombiana no fue posible encontrar elementos que representen peyorativamente (sino

románticamente) al campesinado tolimense y colombiano, en general. No obstante, las condiciones sociales,

políticas, económicas y culturales de este grupo social evidencian una posible representación social negativa y

excluyente en Colombia. Es allí donde reside, entonces, la dicotomía de esta representación: los campesinos

son amados como objeto discursivo y nacionalista, pero odiados en cuanto a la escaza valoración de lo agro y el

irrespeto constante y sistemático de sus derechos.

Esta investigación puede ser un punto de partida para analizar con mayor profundidad una

representación social general de los campesinos en Colombia.

4. Los campesinos tolimenses tienen su propia representación social: se autorrepresentan como sujetos

sociales activos que utilizan la música para expresarse. Desafiando los imaginarios sociales en los que los

campesinos son tildados de ignorantes, violentos, desaseados, indiferentes ante la realidad del país; el

campesino tolimense se muestra como un individuo trabajador, capaz, poseedor del conocimiento ancestral de

la tierra, discernidor, apasionado por la vida, consciente de la importancia de su labor para el desarrollo del

país, sencillo y feliz con lo mucho que posee.

Esta forma de ser de los habitantes del campo tolimense logra valorarse mucho más cuando se conoce

las condiciones en las que este grupo social vive. En el trabajo de campo realizado en los municipios de

Chaparral y Rovira pude observar que, efectivamente, los campesinos sufren el olvido de las autoridades

gubernamentales en términos de inclusión de la política pública, apoyo a sus actividades musicales y acceso a

servicios públicos.

5. La representación y la autorrepresentación social de los campesinos tolimenses podría aplicarse a otros

campesinos del país, pues, si bien cada grupo se diferencia por procesos sociales y una ubicación geográfica

distinta, todos hacen parte del mismo discurso de nación y su origen como grupo social es el mismo:

indígenas, esclavos africanos y blancos pobres. Además, como grupo social generalizado comparten las

características de exclusión, indiferencia estatal y violaciones de sus derechos, esto sumado a que otras

regiones del país también han vivido procesos violentos que refuerzan el relato de nación presente en la Música

Page 41: 7 MARÍA ALEJANDRA NAVARRETE TOVAR TRABAJO DE GRADO …

49

Colombiana. Muchos autores de este tipo de música son oriundos de departamentos como Santander,

Antioquia, Valle del Cauca, Bolívar, Atlántico, entre otros.

6. Colombia posee una herencia europea estructural que enmarca las representaciones sociales de los

campesinos y el desarrollo de la música del país. Como consecuencia, se hacen diferenciaciones como: música

popular vs. música erudita y progreso=ciudad vs. atraso=campo.

Lo anterior, entonces, hace parte del planteamiento -que se encuentra al inicio del documento- sobre una

posible representación social peyorativa de los campesinos en Colombia. Esto es evidencia de nuestra

negación como un país agrícola, latinoamericano y mestizo, desconocimiento que no nos permite encontrar

nuestra identidad. A menudo creemos que aquello que nos identifica como colombianos son los sombreros

vueltiaos o el café Juan Valdez, pero tal identidad tal vez reside en entendimientos más profundos de lo que

somos, posiblemente, relacionados con lo agro.

No obstante, aún existe en nuestra memoria algo, un recuerdo que nos sigue llamando a la tierra, a pesar

de nuestros intentos de modernizarnos. En este elemento esperanzador es en donde se fundamenta la

representación social romántica y nacionalista del campesinado. Puesto que es un recuerdo podría

transformarse en una representación social más realista y positiva. Esto sucederá, posiblemente, si empezamos

a valorar lo agro.

7. Existe una dicotomía entre la concepción de lo campesino y la forma como los campesinos tolimenses se

comprenden a ellos mismos. Por un lado, los campesinos no son representados socialmente como sujetos

activos, como parte de nuestra esfera pública; por el otro, los campesinos se ven como sujetos sociales con

características de individuos modernos -aunque ellos no utilizan esa categoría, sólo la menciono para que los

lectores urbanos de esta tesis (incluyéndome) comprendan a lo que me refiero- pues, a pesar de que su

actividad no es considerada moderna -trabajar la tierra-, sienten una gran responsabilidad con el país, creen en

la democracia y en el discurso del progreso. Estamos subvalorando a los campesinos en su rol de ciudadanos

y, también, nos sobrevaloramos a nosotros -habitantes de ciudad- como sujetos modernos.

8. La sección escrita de esta tesis, que surge de un sentimiento de extrañamiento7, también cae en las

categorizaciones propias de la modernidad, utilizando términos que se comprenden sólo bajo esa

simplificación del mundo. Queda, entonces, el reto de codificar esta realidad con un lenguaje diferente, desafío

que también concierne a la academia. ¿Cómo pensar trabajos de grado que no sean tan europeizados?

9. Los campesinos son un grupo social vital para lograr la paz, la justicia social, la estabilidad económica y

demás angustias que nuestro país necesita resolver. Contradictoriamente a lo que pensamos sobre ellos,

debemos comprender que son la base de una economía sostenible y sólida que podría potenciarse desde la

valoración de nuestra condición como país agrícola: ¿Por qué seguir regalando nuestros recursos a las

7 Este sentimiento entendido desde el planteamiento del escritor Julio Cortázar, expuesto con anterioridad.

Page 42: 7 MARÍA ALEJANDRA NAVARRETE TOVAR TRABAJO DE GRADO …

50

multinacionales? ¿Por qué no empoderar a los habitantes del campo? ¿Por qué no pensar en una Colombia

agrícola como potencia mundial? Sobre todo al saber que los recursos naturales y los alimentos son los que

podrían salvar al mundo de la catástrofe ambiental y social que estamos viviendo a causa de la industria, la

plusvalía y demás planteamientos modernos.

Resignificar el concepto de campesino podría ser el camino de la restructuración que nuestra sociedad

necesita y aliviaría, en mayor o menor medida, el extrañamiento que tenemos como colombianos y como

sujetos de un mundo en el que Latinoamérica es vista como abastecimiento de recursos naturales sin

restricciones y mano de obra.

Page 43: 7 MARÍA ALEJANDRA NAVARRETE TOVAR TRABAJO DE GRADO …

51

6. BIBLIOGRAFÍA

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7. ANEXOS

7.1 Registro del material sonoro utilizado como muestra Tabla 4 Música Colombiana registro

Disco Canción Autor(es) Ritmo Año

Garzón y

Collazos y las

mejores

canciones de

Jorge Villamil

Vol. 1

Espumas Jorge Villamil Pasillo 1975

Llorando por amor Jorge Villamil Pasillo

Los guadales Jorge Villamil Guabina

Los remansos Jorge Villamil Vals

Soñar contigo Jorge Villamil Pasillo

Oropel Jorge Villamil Vals

Me llevarás en ti Jorge Villamil Pasillo

Acibar en los labios Jorge Villamil Pasillo

Garza morena Jorge Villamil Bambuco

Campañas de navidad Jorge Villamil Sanjuanero

Viejo Tolima

Dueto Silva-

Villalba

Viejo Tolima Rodrigo Silva Pasillo 1968

El canalete Jorge Villamil Bambuco fiestero

Oropel Jorge Villamil Vals

Dulce Coyaima Indiana Miguel Ospina Danza

Adiós morena Rodrigo Silva Bambuco

El caracolí Jorge Villamil guabina

Llano grande Jorge Villamil sanjuanero

Pescador, lucero y río José A. Morales pasillo

Tolima grande Rodrigo Silva bambuco

Soñar contigo Jorge Villamil Vals

Al sur Jorge Villamil Vals

Sangre en el río Oscar Fajardo Bambuco

Silva y Villalba

Vol. 15

Amor en silencio Rodrigo García Pasillo 1985

Arrunchaito Rafael Godoy Bambuco

Rosa linda Tocayo Ceballos

& Enrique

Figueroa

Bambuco

Calentanita Leonor

Buenaventura

Bambuco

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Entre palmares D.R.A. Bambuco

Cenizas al viento José A. Morales Vals

Mis flores negras Julio Florez &

Carlos Vieco

Pasillo

Regreso Efraín Orozco Bambuco

Los arrayanes Julio Vives &

Alejandro Willis

Bambuco

Camino real Ignacio –papi-

Tovar

Bambuco

No quiero volver a

verte

José A. Morales Bambuco

El trapiche E. Murillo &

Ismael Arciniégas

Bambuco

Colección de oro

Silva y Villalba

Llamarada Jorge Villamil Vals 1988

Soy colombiano Rafael Godoy Bambuco

Flor del campo Luis A. Osorio Pasillo

Tupinamba Adolfo Lara Danza

Mis flores negras Julio Florez &

Carlos Vieco

Pasillo

Se murió mi viejo Rodrigo Silva Pasillo

La sombrerera Patrocinio Ortiz Guabina

Campesina del Tolima D.R.A. Bambuco

Corazón del país Rodrigo Silva Bambuco

Las acacias Jorge Molina Pasillo

Arrunchaitos Rafael Godoy Bambuco

Garza morena Jorge Villamil Bambuco

Las dos caras de

Los Tolimenses

Paisaje Jorge Villamil 1980

Yo tenía mi cafetal C. Morean & A.

Serrano

Dicen que soy cobarde Jorge Villamil

La mortaja Jorge Villamil

Cuando retumban las

tamboras

Jose Miller

Sin disco

(recopilados

El Sanjuanero Anselmo Durán

Plazas y Sofía

Sanjuanero 1936

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Fuente: elaboración propia

Nota. En algunos discos no se incluyeron todas las canciones, solo aquellas que fueron utilizadas como muestra para la

investigación.

Tabla 5 Música campesina registro

individualmente) Gaitán de Reyes

El Contrabandista Cantalicio Rojas

Gonzáles

Sanjuanero 1938

Río Neiva Luis A. Osorio Guabina s.f.

Soy Tolimense Darío Garzón Bunde s.f.

Caña N°1 Cantalicio Rojas Caña s.f.

Caña N°2 Cantalicio Rojas Caña s.f

Caña N°3 Cantalicio Rojas Caña s.f.

Guabina Huilense Carlos E. Cortéz Guabina s.f.

Tierra Caliente Rafael Godoy Sanjuanero s.f.

Alegre voy Jorge Villamil Rajaleña 1958

La trapichera Jorge Villamil 1958

Camino real Ignacio Tovar Bambuco s.f.

La Ibagüereña Leonor

Buenaventura

Bambuco s.f.

Vivirás mi Tolima Pedro J. Ramos Guabina s.f.

Canta un pijao Jorge Humberto

Jiménez

Bambuco s.f.

La sombrerera Patrocinio Ortíz Guabina s.f.

Disco Canción Autor(es) Ritmo Año

Encuentro de

música

campesina

Chaparral

2003

Chaparral rey de reyes Emeterio Vargas Pasillo 2003

El campesino Edildardo Gómez Jr. Paseo

Canto a la paz Gilberto Criollo Merengue

La llanura donde vivo Bernardo Córdoba Bambuco fiestero

Campesinita Jesús Emilio Prada Paseo

La trigueñita Pedro José Oviedo Parranda

Mi recuerdo Fermín Trujillo Paseo

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Soñé Hector Alape Ortíz Pasillo

Viva Tolima Emeterio Vargas

Las colegialas Edildardo Gómez Jr. Paseo

Canto a mi Colombia Gilberto Criollo Merengue

Así es mi tierra Jesús Emilio Prada Sanjuanero

La luna Bernardo Córdoba Paseo

El soltero Fermín Trujillo Vals

Nuestra tierra querida Luis Ovidio Zapata Sanjuanero

Dolor campesino Arcadio Morales Paseo allanerado

Coplas de rajaleñas Creación colectiva Rajaleña

Encuentro de

música

campesina

Chaparral

2004

Moronitas de panela Benjamín Guzmán Merengue 2004

Viva San Juan Manuel Ignacio Castro Bambuco

Café y café Adolfo mendoza Guabina

El compadre Edildardo Gómez Merengue

El sur del Tolima Elvis Peralta Guabina

Adiós mi vida Héctor Fabián Tapiero Merengue

Colombia llora Emeterio Vargas Guabina

Recuerdos en la playa Héctor Alape Merengue

La abundancia Reinaldo Zapata Rajaleña

Por un amor Jesús Emilio Prada Merengue

Aquel Santodomingo Roberto Morales Pasillo

La llanerita Arcadio Morales Merengue

Huellas imborrables Adolfo Mendoza Pasillo

Reine la paz Edgar y Bautilio

Montealegre

Paseo

Querido campesino Luis Ovidio Zapata Guabina

Lo que la tierra diría Wilson Cruz García Rumba

Homenaje al campesino Ángel Alberto Ruiz Paseo

Chaparral de hombres

ilustres

Emeterio Vargas Pasillo

Riqueza natural Frank Rodríguez Paseo

Rumores de una bruja Roberto Morales Sanjuanero

Encuentro de

música

campesina

Fiestas en Chaparral Gonzalo Ñústes Bambuco fiestero 2005

El día del campesino Evelio José Campos Merengue

Orgullo guardabosque Elbert Lozada Bambuco fiestero

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Chaparral

2005

Gringos avivatos Wilson Cruz Merengue

El palito Armando Tapiero Pasillo

La carriola vieja Reinaldo Zapata Merengue

Himno a Risalda Ezequiel Sánchez Guabina

Historia de mi pueblo Arcadio Morales Rumba criolla

La Chaparraluna Benjamín Guzmán Paseo

Hogar feliz Adolfo Mendoza Vals

La luna Creación colectiva Paseo

Me siento colombiano Héctor Alape Merengue

Mi tierra natal José Hermes Torres Guaracha

Morena linda Héctor Fabián Tapiero Paseo

Para ti alegre San Juan Luis Ovidio Zapata Pasillo fiestero

El consejito Aldemar Otavo Merengue

24 en la noche Santiago Tapiero Merengue

Vereda hermosa Luis Carlos Aguiar Paseo

Navidad de mi Tolima Emeterio Vargas Merengue

La feria Jesús Emilio Prada Sanjuanero

Tralalalá Jesús Emilio Romero Guabina

Sin disco Coplas de rajaleña

(varias)

Anónimo Rajaleña

(tradicional y

moderna)

s.f.

Rajaleña Plateña Anónimo Rajaleña s.f.

Coplas de caña (varias) Anónimo Caña s.f.

Hermosa Chaparraluna Gilberto Méndez Bambuco s.f.

Queremos la paz Reinaldo Zapata Guaracaha s.f.

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7.2 Letra canción original Labriegos de nuestros sueños

Título: Labriegos de nuestros sueños

Letra: María Alejandra Navarrete Tovar

Música: Miguel Navarrete Tovar

Sus pasos se hunden en la tierra

sus lágrimas en el corazón,

trabajando cantan versos

al son de la desolación.

Las noches pasaron en vela

Al son de la guitarra y su canción,

Las balas no acallaron

las dulces melodías de su voz.

Coro

Trapiche, molé, molé

dicen las canciones de caña

las brisas cantan tonadas

de un pueblo que no descansa

Las marcas que hay en su piel

cuentan las historias de abuelos,

sus manos fundaron pueblos,

labriegos de nuestros sueños.

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Campesinos que han sido juzgados,

violentados solo por su condición,

su patria los olvida,

negando su raíz y su dolor.

Coro

Trapiche, molé, molé

dicen las canciones de caña

las brisas cantan tonadas

de un pueblo que no descansa

Las marcas que hay en su piel

cuentan las historias de abuelos,

sus manos fundaron pueblos,

labriegos de nuestros sueños.

sus manos fundaron pueblos,

labriegos de nuestros sueños.

Trapiche, molé, molé…