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    Annotation

    Flanagan se ha convertido en un fugitivo por culpa de su enfrentamiento con Mateo Mas, un chico peligroso que tiene amedrentado a todo el instituto. Pero Flanagan no huye slo dMateo. Tambin se siente un fugitivo frente a Nines, la pobre nia rica que ahora vuelve a aparecer en su vida. Y al final Flanagan, aunque no sea un hroe, deber enfrentarse a ambos propropio miedo.

    Flanagan, slo Flanagan12345678910Acerca de los autoresnotes

    Flanagan, slo Flanagan

    Flanagan N8

    Andreu Martn y Jaume Ribera, Grupo Anaya, S. A., Madrid, 2000

    Flanagan se ha convertido en un fugitivo por culpa de su enfrentamiento con Mateo Mas, un chico peligroso que tiene amedrentado a todo el instituto. P

    Flanagan no huye slo de la navaja de Mateo. Tambin se siente un fugitivo frente a Nines, la pobre nia rica que ahora vuelve a aparecer en su vida. Yal f

    Flanagan, aunque no sea un hroe, deber enfrentarse a ambos problemas y a su propio miedo.

    1. edicin: octubre 2000

    ISBN: 84-207-3949-9Depsito legal: M. 38.861-2000

    Impreso en Huertas, S. A.Fuenlabrada (Madrid)

    Impreso en Espaa - Printed in Spain

    Coleccin dirigida por Norma Sturniolo

    1

    El cadver de Manolo me miraba con ojos asombrados. No tena la mirada perdida, como dicen que ocurre con los muertos: ste no me quitaba la pupila de encima, de manera oocurre con aquellos retratos siniestros que te siguen con la vista, insistentes e impertinentes. Y no me atreva a cerrarle los prpados: me daba miedo meterle un dedo en el ojo, hacerle dao, t

    s, pero no estaba tranquilo y los nervios me impedan pensar con sensatez.De manera que fui yo quien finalmente mir hacia otro lado. Desasosegado, frentico, con ganas de acabar de una vez. Me sequ las manos en los pantalones porque el sudor me hamanos sobre el mango de la pala que usaba para cavar la fosa. Mientras inspiraba aire (una especie de suspiro tembloroso) aprovech para mirar a mi alrededor. Nada. Nadie vena corriendoqu demonios estaba haciendo. No bajaba en picado ningn helicptero, ni me deslumbraba una batera de focos mientras resonaba el bramido de un megfono: Quieto! Polica! No tienesNada. El Barrizal de los Enamorados, en aquel jueves sealado de final de la Copa de Europa por la tele, estaba desierto. Una luna entre nubes encenda y apagaba, en lo alto de la mosiniestra de las ruinas de la Textil. A mis pies, el barrio era una sombra quebrada, en tinieblas, sin neones, casi sin farolas. Un barrio pobre, modesto, insignificante, en la periferia de la gran ciulos faros de los coches que circulaban por la autopista.

    Continu ahondando el agujero. Cavar una tumba cuesta ms de lo que parece a simple vista.Eres un fugitivo, Flanagan pensaba. Estos ltimos meses te has convertido en un fugitivo.Mi huida hacia adelante comenz despus de Semana Santa, cuando romp con Blanca. Y a partir de aquel momento ya no haba dejado de huir, triste y abatido al principio, aprensivo de

    los compaeros de clase empezaron a insistir en que le parase los pies a Mateo Mas; horripilado desde aquella misma tarde, cuando haba pasado lo que haba pasado con Mateo. Pero serhable de ello; prefiero hablar de Blanca.

    Me refiero a Blanca Online, claro, aquella que siempre iba sobre patines, mi ltima... novia?, pareja? No encuentro la palabra adecuada: todas me parecen demasiado tremendas. Spreguntado si era alguna de las dos cosas, lo habra negado en redondo, claro.

    Aparentemente, la ruptura haba sido suave, civilizada, indolora, incolora, inodora e inspida. Despus de Semana Santa, Blanca me comunic que su familia se cambiaba de piso, que se barrio mejor. Y ambos lo encajamos con una deportividad y una entereza tales que casi parecan indiferencia. Ya haca tiempo que se haba instalado entre nosotros dos una especie de apata

    libres, no s si me explico. Decamos que nos queramos tanto, que ramos una pareja tan slida y bien avenida, que no haca falta que saliramos siempre juntos, que no era necesario que notodas horas, que no tenamos necesidad de hacer manitas, ni siquiera haca falta que hablramos para saber lo que el uno pensaba del otro. De modo que nunca nos besbamos, ni se nos vemano, no salamos casi nunca y, cuando lo hacamos, no hablbamos. Y, si hablbamos, era para contamos que ella o yo habamos conocido a alguna persona muy interesante, y as dejbam

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    ramos m s a utos, c v

    za os y res que os m

    smos a utos.Bien pensado, no s en qu nos basbamos para decir que ramos novios o pareja o lo que fuera. Teniendo en cuenta este estado de cosas, no es de extraar que el da de

    comportramos como un par de majaderos.Mi familia se muda de barrio.Ostras, qu mal.Es que nos vamos a un barrio mejor.Ah. Claro.Sentir mucho no verte ms. Ms a menudo, quiero decir.Jo, qu palo.Qu hacemos hoy?No s. Qu te parece? Vamos al cine?No s. Qu te apetece a ti?No s. Y a ti?Con sorpresa mutua, los dos descubrimos que nos conformbamos. Tal vez porque despus de un ao saliendo juntos los pasos adelante que nos quedaban por dar parecan demasiado a

    No s, tal vez me hubiera gustado que ella insistiera un poco. Tal vez debera haber insistido yo.

    El caso es que ahora me encontraba en libertad y en oferta, como quien dice, y me deca a m mismo que no me interesaba nada volverme a enrollar con nadie. Argumentaba que un detdebido no tiene que tener pareja, que no era cuestin de pasar de verme obligado a pedirle permiso a mam para poder ir a hacer unas investigaciones, a tener que aplazar el interrogatorio de uporque la parienta se empea en que la acompaes al centro comercial a comprar detergente. Un detective de verdad, en todo caso, tiene que enamorarse volcnicamente de alguna chica demejor si al final resulta que es la culpable del caso que est investigando. Eso s que da pie a despedidas interesantes. Como Sam Spade dicindole a Brigid O'Shaugsnessy: Te quiero, pdenunciarte. Tal vez te caern veinte, treinta aos de presidio. Te estar esperando. Y, si te cuelgan, llorar por ti1. Vergenza tendra que darnos a m y a Blanca.

    Intentaba convencerme con todas estas razones e iba repitindome, como un mantra: Nunca ms volver a picar el anzuelo, nunca ms, nunca ms, y quera creer que la separacinafectado ni poco ni mucho, pero la verdad es que ltimamente estaba haciendo cosas raras. Desde que se march Blanca, haba empezado a aceptar todo tipo de casos estrafalarios. Qudesenmascar al peligroso predelincuente de P-4 que le robaba las diademas a la primita de Mara Gual? Quin localiz y destruy las fotografas en las que se vea a Jorge Castells haciendomejor amiga de su novia actual? Flanagan, claro.

    Ya se sabe. Flanagan hace este tipo de trabajos a cambio de un poco de pasta. Flanagan es muy popular en el instituto. Dicen que va de detective privado. Por eso le llaman Flaninevitablemente, los compaeros de clase que haban sufrido los atracos a punta de navaja de Mateo Mas haban acudido a Flanagan en busca de justicia. Pero bueno, dejemos a Mateo Maquel momento si en algo me negaba a pensar era en Mateo Mas.

    El caso es que esta poltica de aceptar lo que fuera con tal de mantener la mente ocupada y no pensar en Blanca, me haba llevado hasta donde estaba ahora: al Barrizal de los perpetrando una inhumacin clandestina cuando al da siguiente tenamos examen final de mates.

    Aquella misma maana, Caete me haba dicho que su ta quera contratarme. Y yo, como si al da siguiente no tuviramos examen, le haba respondido que muy bien, que pasara a verPor qu no?

    Era un fugitivo, me parece que ya lo he dicho. Y cuando una de las sombras que me perseguan el recuerdo de Blanca empezaba a aflojar en la carrera, de pronto apareca otra relevo.

    Nines.Nines, que no paraba de telefonear.Juanito: que te ha llamado Nines.Hoy te ha vuelto a llamar Nines.Juanito: ya has llamado a Nines? Te busca como una desesperada. Dice que te necesita. Mi hermana Pili pona cursiva a estas palabras: Que dice que te necesita.Desde que tiene novio y se ha hecho mayor, mi hermana se ha vuelto un poco estpida. Con lo que nos entendamos cuando me haca de secretaria.Nines. Aquella chica de la parte alta de la ciudad, que viva en una mansin que pareca de ciencia-ficcin, con ascensor privado y todo. La pija de los ojos color tabaco rubio. Me pon

    pensar en Nines. Mejor no hacerlo. Ni en Nines, ni en Mateo Mas. Haba temas tab en aquella poca de bsqueda desesperada de casos para investigar. Excepciones que confirmaban la rlo que fuera, cuando fuera y como fuera.

    Clav la pala en el suelo. Ms vala que no me comiera el tarro. El bochorno apretaba y Manolo ya llevaba dos das muerto y unas horas fuera de la nevera. No s si me segus: no qacabar de hacer el agujero tapndome la nariz con un pauelo.

    Haba conocido a Manolo aquella misma tarde, al acudir a la cita con la seora Caete.Viva en las Torres.Hace muchos aos, las Torres haban sido casas de veraneo de gente acomodada de Barcelona. Segundas residencias con pequeos jardines, huertas y tapias o setos que separaban

    otras para delimitar territorio y preservar la intimidad. Una especie de urbanizacin de veraneo avant la lettre(si me permits la pedantera). Sus habitantes huyeron de all definitivamente dcincuenta, cuando empezaron a edificar los bloques de pisos econmicos que acabaron de configurar este barrio. Hoy, las hileras de chals son como una flota decadente y deterioradanaufragio. El de la seora Caete, con la fachada sucia, agrietada y con una ventana tapiada con tablas de madera en sustitucin de un cristal roto, pareca un monstruo tuerto, hundindose nimos ni para pedir socorro, bajo la vegetacin salvaje del jardn delantero.

    Y, si la casa pareca un monstruo, la seora Caete tena todo el aspecto de ser la autntica maruja zombi. Delgada, despeinada, desdentada, con bata de estampado a flores y un surco frente, profundo como un hachazo, de tanto fruncir el ceo y sospechar de todo el mundo.

    El interior de la casa heda a una mezcla de coliflor hervida y pedos mal ventilados. El suelo estaba alfombrado con un aglomerado de migajas de pan, pieles de frutas variadas, trozos dede ropa, cajas de cartn y botellas de plstico aplastadas, todo ello cimentado con el polvo negro de la calle. Este tejido tambin protega los muebles, sobre los que haban colocado uornamentacin a base de los restos de unas cuantas comidas y desayunos por encima de los cuales revoloteaba una multitud de insectos de diferentes especies.

    Yo frunca la nariz para demostrar que no me gustaba el decorado y ella frunca la nariz para demostrar que no le gustaba yo.T eres el detective? Pero qu edad tienes?Soy detective de los que tienen edad de cobrar una tarifa mdica. Si quiere hablar con mi maestro Marlowe, se lo presentar, pero le cobrar cincuenta mil pesetas la hora.La mujer lo entendi perfectamente. La Seguridad Social no le daba lo suficiente como para pagarse un detective de cincuenta mil pesetas la hora.Esto me pasa por fiarme del atontado de mi sobrino gru. Bueno, supongo que tendr que conformarme.En otro momento me habra negado a colaborar con aquella bruja, sobre todo teniendo en cuenta que al da siguiente tena un examen. Pero ya os he dicho que no estaba muy fino aquellaQu hay que hacer? le ped, intentando adoptar un aire profesional mnimamente digno.Quiero que averiges quin ha asesinado a mi Manolo.Glups. Aquello era ms serio de lo que haba previsto.Han asesinado a su Manolo? pregunt. Cmo le han matado?Lo han envenenado.Envenenado? Con qu?No s con qu! se impacient. Si lo supiera, ya estara a medio camino de saber quin lo ha hecho! Quieres verlo?Que si quiero verlo? me sali una voz como si hubiera puesto dos dedos en un enchufe.Ven.Ya me haba cogido de la mano y me arrastraba hacia la cocina.No, no, seora, no hace falta, si la creo! protestaba yo, resistindome.Tener una cocina aseada es muy difcil, lo s perfectamente. Hay casas limpsimas que tienen cocinas impresentables. Sin embargo, comparado con el estado de aquella cocina, el resto de

    hotel de cinco estrellas. All, el tapiz de porquera que cubra el suelo tena un componente pegajoso sobre el que crujan los zapatos. Tuve miedo de quedarme atrapado en l para siempre comatrapamoscas, o incluso de que me engullera como hacen las arenas movedizas de las pelculas de aventuras.

    La mujer se diriga muy decidida hacia una nevera digna del laboratorio del doctor Frankenstein. Seguro que estaba llena de cerebros humanos. Era una nevera que pareca tener vida prcon un temblor que me hizo pensar en la rumba o en el mambo o en algn otro rito caribeo parecido.

    Mira, hijo! Mira a Manolo!La seora Caete prcticamente me clav la nariz en Manolo, que comparta aquel alojamiento provisional con un pollo, un tetra brikde zumo de naranja y una bandeja de hgado de coManolo (uf!) era un gato gordo, completamente negro a excepcin de una curiosa mancha blanca que le dibujaba la forma de un cuerno en la frente. Como una coma, como un

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    , . . , .Pobre, el animal ms noble que he conocido, asesinado por unos desaprensivos gimi la seora Caete. Me lo han envenenado.Por lo visto, el da anterior, cuando Manolo volvi a casa iba dando traspis y pareca muy enfermo. Muri poco rato despus.Como un pollito insista la seora Caete con lgrimas en los ojos. Como un pollito.A m me haca gracia que dijera que el gato haba muerto como un pollito. Me haca pensar en Silvestre y Pioln.Eehh... dije, intentando apartar los ojos de la mirada congelada y feroz de Manolo. Por qu no lo lleva a un centro veterinario para que le hagan la autopsia? Quiero decir: y

    muerte natural?Pero t sabes lo que vale una autopsia? Te has credo que tengo una mquina de fabricar billetes en el stano? No necesito autopsias! Le han envenenado. Por cierto, quieres to

    poco de naranjada?Negu moviendo la cabeza con tanta energa que me despein.Bueno, pues quiero que encuentres al responsable. Me pareci que quera aadir, en tono siniestro: Del resto ya me encargar yo. Poda imaginarme perfectamente a

    descuartizando al culpable para que cupiera en la nevera siniestra.Sospecha de alguien? pregunt.La seora Caete bebi un trago de naranjada y, contra todo pronstico, no lo celebr con un eructo.Ha podido ser cualquiera de mis vecinos. Son gente muy desaprensiva. El seor Masquer, por ejemplo, el de la casa de enfrente. No poda soportar que su perro afeminado sa

    despavorido en cuanto vea a mi gato. Deca que Manolo quera matar a su Pitimin. Pitimin, te imaginas? Vaya un nombre para un perro! O la Torrelles, la chiflada de la casa de la derechespritus. Dice que los gatos negros son la encamacin del diablo. La seora Caete se lanz con entusiasmo a hacer una imitacin sangrante de su vecina, que, al parecer, ceceaba: Zvizta!, chillaba. Como vuelva a verlo, lo rociar con agua bendita y ce quedar cin gato!

    A lo mejor lo roci con agua bendita supuse, sin separar los labios.Qu has dicho?No, nada, nada. Contine, contine.O los Prado, los de la izquierda. Total, porque un da Manolo se les col en la buhardilla y se orin en sus depsitos de agua.Bien. Yo iba apuntando los datos en una libreta. Masquer (perro gay = Pitimin), Torrelles (neurtica espiritista), los Prado (intoxicados vengativos). Gente poco tolerante, es

    Como estaba clarsimo que, definitivamente, no haca falta autopsia para constatar que a aquel gato lo haban envenenado. Lo extrao era que no lo hubieran envenenado mucho antes.Quiero saber quin ha sido, vale?Vale, vale. No tena ni idea de cmo me lo montara, pero ya se me ocurrira algo.Y tambin tendrs que hacer otra cosa. No quiero que ninguno de esos majaderos tenga la satisfaccin de saber que Manolo est muerto. Ni en sueos. Que piensen que lo tengo

    puede volver a salir en cualquier momento. Si lo entierro en el jardn, me vern, lo entiendes? Se pasan el da espindome! De modo que, para empezar, quiero que metas a Manolo endeportes que llevas y que lo saques de la casa y lo entierres sin que nadie lo sepa.

    Bueno, debo decir en mi descargo que me pag esta parte del trabajo por adelantado. No mucho: justo la cantidad que me faltaba para recargar la tarjeta de mi mvil y continuar commundo.

    Horas despus, rodeado por aquella noche oscura de junio, daba por acabada la fosa y, mientras me cargaba de nimos para coger el animalito con la punta de los dedos, me preguntaba para descubrir al gaticida.Llamando a puertas y recurriendo a la va directa: Buenas tardes. Estamos haciendo una encuesta sobre animales de compaa. Ha envenenado usted recientemente a algn gato?

    micrfonos en las casas vecinas y esperando el momento en que recordaran entre risas diablicas cmo se lo haban montado para acabar con Manolo.No me animaba a tocar el cadver del gato. Me daba asco, qu queris que os diga.Aquel animal tan negro, con aquel collar tan caracterstico y aquella mancha tan curiosa y definida en la frente.Y si...?Se me ocurri una idea alocada. Una de aquellas ideas que provocan discusiones contigo mismo casi en voz alta: No, no fastidies, No te pases, Se te ha ido la olla, S, hombr

    probarlo?.Cerr los ojos y, a tientas, reprimiendo un inicio de nusea, le desabroch el collar al gato y me lo guard en el bolsillo. Busqu en la mochila la instamaticde cuatro chavos que siempre

    por si las moscas (por si los gatos!) y saqu una foto del animal. Zas, el fogonazo del flas. Despus, sonriendo a causa de la idea que se me haba ocurrido, empuj el animal hacia la fosa cony lo cubr de tierra.

    El polvo al polvo, las cenizas a las cenizas, requiescat in pace, amn. Y ya estaba. El gato de la seora Caete haba tenido su funeral furtivo, lejos de las miradas del mundo en general yen particular. Si ellos ignoraban su muerte, sera como si estuviera un poco vivo. El culpable, fuera quien fuera, pensara que Manolo poda aparecer en cualquier momento para mearse en sucoma o para devorar perros crudos o para convertirse de pronto en un demonio cornudo y maloliente. Supongo que sa era la intencin de la seora Caete.

    Me sacud el polvo de las manos. Ya haba solucionado la primera parte del caso.

    Dej la pala en la obra de donde la haba sacado y baj rpidamente hacia el barrio.Cuando me di cuenta de que iba corriendo, tuve que reconocer que estaba asustado, que tena miedo. Las calles eran como desfiladeros oscuros y amenazadores, cada esquina pod

    sorpresa.Bueno; sorpresa quizs no. Ms bien un susto. No hay sorpresa posible cuando sabes qu es lo que temes. Ningn fugitivo se sorprende al darse cuenta de que est corriendo. Y lo

    (aunque no quisiera ni hablar de ello ni pensar en ello) era la presencia de Mateo Mas.Qu te pasa, Flanagan? me haba dicho aquella maana Ario, un compaero de clase. Te da miedo Mateo Mas?Y yo, idiota, en vez de responder que s tena miedo, pues claro que lo tena, porque soy humano y susceptible de tener miedo tanto como el que ms, haba exclamado: Yo? Miedo de

    Se puede saber por qu debera tenerlo? Quin teme a Mateo Mas?.Y me haba puesto a cantar Quin teme a Mateo Mas?con msica de Quin teme al Lobo Feroz?Y Mateo Mas haba entrado en el aula y me haba odo. Hay miradas que matan, y

    de momento no matan, pero que anuncian la ejecucin inminente. sta era la clase de mirada que me haba dirigido Mateo Mas con aquellos ojos colmados de psimas intenciones. Haba aprey le haban salido aquellas prominencias debajo de las orejas, como si estuviera apretando los dientes tan fuerte que de un momento a otro se le tuvieran que romper.

    Y entonces ya tenis a Flanagan haciendo el ganso, saltando y bailando y cambiando la letra de la cancin, de repente convertida en jota aragonesa: Nos han dejao solos a los de Tcantamos de cualquier manera...!.

    La amenaza de Mateo planeaba sobre m como un buitre sobre un cadver en descomposicin. Irradiaba unas vibraciones elctricas que hacan trepidar los cristales y arrancaban enchufes. Me escap de clase cinco minutos antes de que acabara con la excusa de unos retortijones repentinos y, al salir, o tras de m un cacareo de gallina. Alguno de mis compaeros qudemasiadas pelculas americanas y que haba aprendido que el cacareo es una manera de insultar a los cobardes.

    Era un Flanagan indigno y cobarde el que circulaba por las calles del barrio aquella noche, chicos, siento tener que reconocerlo. Saba que Mateo Mas me la tena jurada y que tarde o tema buscarme con su mtica navaja de resorte. Y me senta incapaz de hacerle frente, porque pensaba que contra aquella bestia de nada servan el ingenio y la astucia. Slo serva la fuerza.

    Pero todava no quiero tocar el tema. Al fin y al cabo, aquella noche no me encontr a Mateo Mas. Aquella noche no pas nada, excepto que enterr un gato.Maana sera otro da.El da en el que no podra evitar de ninguna manera encontrarme con Mateo Mas.

    2

    Al da siguiente fui al instituto como quien va a pasear por la montaa mientras un batalln de artillera hace prcticas de tiro.Y enseguida vi el obs que me apuntaba.Mateo Mas se haba situado justo al final del pasillo, al lado de la puerta de la entrada del aula, un lugar por el que yo tena que pasar por fuerza si pretenda presentarme al examen. Esta

    la pared al lado de su novia, Eva Ferrer, una morena de ojos verdes con gustos discutibles en materia de vestuario. Mateo no me mir, no dio ninguna seal de que me hubiera visto, pero yode que haba detectado mi olor y de que su aparente indiferencia era una trampa.

    Conoca a Mateo Mas desde haca aos. Llevbamos muchos cursos coincidiendo en clase, desde primaria, pero nunca habamos sido amigos ni enemigos. De hecho, no habamos trelacin. Era una de aquellas malas compaas de las que procuras mantenerte alejado.De pequeo, Mateo Mas era de los que, de vez en cuando, venan a la escuela sealados. Un ojo a la funerala, el labio partido, un hematoma en el brazo, cosas as. Algunos que estaba

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    . , . . daba nunca explicaciones. Qu te ha pasado? Cmo te has hecho eso?, le preguntaban. Y l se encoga de hombros y miraba fijamente al que le haca la pregunta y de esa manera el qpregunta saba que no le sacara una palabra. La directora del instituto haba ido a hablar la tira de veces con el padre de Mateo, un individuo de aspecto patibulario al que llamaban Perroviejconseguido nada; slo que Mateo siguiera asistiendo al instituto, porque an no haba cumplido los diecisis aos. La ley obliga a estudiar hasta los diecisis y, por lo tanto, tampoco se punadie que no ha cumplido los diecisis. A Mateo le faltaba un mes. Suponamos que a partir del da de su cumpleaos no volveramos a verle.

    Sabamos que el Perroviejo haba pasado una temporada en la crcel. Cuando sali, haca tres o cuatro aos, su mujer, la madre de Mateo, los haba abandonado a ambos. Desde enviva solo con su padre.

    Y, desde entonces, el comportamiento de Mateo Mas haba cambiado radicalmente. Digamos que si, hasta aquel momento, haca la vida sin amigos ni conocidos, cuando empez a relaciodems lo hizo a trompazos. Fsicamente no era gran cosa, no era un cachas, pero bastaba con mirarle a los ojos para saber que no era aconsejable llevarle la contraria. Aquella mirada reboaquel aire de kamikaze dispuesto a morir matando, aquella cicatriz de arma blanca en el brazo, convertan en prudentes y respetuosos a los ms fuertes y temerarios.

    Decan que robaba coches, que haba asaltado un par de tiendas, incluso que haba herido a alguien a navajazos. Rumores, leyendas, exageraciones? Lo cierto era que aproximadamente a la mitad de los compaeros a cara descubierta y a punta de navaja, a veces a menos de una esquina de distancia de la puerta del instituto. Se haba apoderado de relojesmedallas de primera comunin, de videojuegos y de ceds. Y, hasta aquel momento, nadie se haba atrevido a denunciarlo.

    A Ario, un makinero de clase que siempre llevaba mucha pasta encima, le haba atracado tres veces, y estaba desesperado:Es muy peligroso, Flanagan. Me ha dicho que, si le molestaba la poli, l sabra que le haba delatado yo y que vendra a matarme. Y sera capaz de hacerlo, Flanagan, te lo juro.

    Tarde o temprano, sus vctimas acababan acudiendo a m, a Flanagan, el detective de la clase, experto en enfrentamientos contra asesinos, secuestradores, ladrones y malhechores de todEh, Flanagan, que me ha robado cinco mil pelas...Y a m qu me cuentas? Dselo a la polica.Si me las recuperas, dos mil para ti, Flanagan.Flanagan se haca el sueco.Qu pasa, Flanagan? Es que no piensas hacer nada?Pero t no vas de detective?Flanagan, eh, Flanagan, esto slo puedes solucionarlo t.Yo silbaba y miraba hacia otro lado. Por qu yo? A m no me ha atracado. Y mis compaeros me miraban y movan la cabeza, y el desprestigio iba cayendo lentamente sobre m.Reprim la tentacin de detenerme, dar media vuelta y dejar las mates para septiembre. Estaba tomando carrerilla desde mi casa y no me daba la gana flaquear en el ltimo moment

    faltaban treinta pasos para pasar el mal trance. Mi amor propio estaba en juego.El pasillo se encontraba lleno de compaeros que esperaban la hora del comienzo de las clases.Apenas me separaban veinte pasos del drama, cuando vi la salvacin al alcance de la mano. El Charche, Charcheneguer del alma, nuestro mulo de andar por casa de Arnold Schwarze

    papeles ms destructores. Una especie de Hombre Binico al que se haban olvidado de implantar un cerebro. Alto como una montaa, puro msculo cultivado con pesas y mancuernas enhaba autoerigido en mi protector y guardaespaldas. Y si en algn momento he necesitado algn guardaespaldas, podis estar seguros de que era en aqul. Inoportuno de nacimiento, llevaba yde explicarme no s qu peripecia que le haba sucedido con su novia Vanesa. Recuerdo que me haba hablado de algo relacionado con un tesoro de muchos millones de pesetas. Incluso en u

    aceptaba toda clase de trabajos absurdos, aquello me hizo salir de estampa, alegando que tena un compromiso ineludible. Pero haba llegado el momento de prestarle atencin.Eh, Charche! le llam sin dejar de caminar (porque, si me detena, saba que sera incapaz de reemprender la marcha). Ven aqu! Qu era aquello que me contabas de no s cuSe le ilumin el rostro de ilusin y gratitud.Aceptaras el caso, Flanagan?Por supuesto! Faltaban quince pasos para llegar a Mateo Mas.De verdad?Que s, Charche, que s!Es un caso importantsimo, de cientos de millones de pesetas, Flanagan, qu digo cientos, miles! Miles de millones! Pero es un poco largo de contar y ahora tenemos examen.No importa. Cuenta, cuenta... Miles de millones dices?Te hars cargo del asunto, Flanagan?Claro que s. Cuenta, cuenta.Diez pasos hasta Mateo Mas. Qu me dices ahora, bocazas, pelanas? Parece que la presencia de Charche te ha bajado los humos, eh? Me parece que se te han encogido...Bueno, es que ahora... murmur Charche. Y se agach para susurrarme al odo: Perdona, es que ah est Mateo Mas y parece que de muy mal caf, Flanagan. Hablamos luego, Y se separ de m cuando slo faltaban cinco pasos para llegar al cara a cara, y me dej solo. En aquel momento tom autntica conciencia de hasta qu punto era peligroso Mateo

    Charche rehua un enfrentamiento con l. Y yo, idiota de m, corra inconscientemente a su encuentro. Quin me haba pensado que era, por el amor del Boss?Cuatro, tres, dos pasos, uno, y ya estaba a la altura de Mateo Mas y de su novia, Eva. Ahora saca la navaja del bolsillo y me la clava en un ojo, recuerdo que pens. A base de fuerz

    haba conseguido que no me temblaran las piernas, pero, a cambio, me temblaban los pensamientos.Mateo Mas dio un paso al frente y me cort el paso.Eh! Ayer me pareci que hablabas de m, Anguera! Tienes algo que decirme? Me golpe en el pecho con la mano abierta. Qu! Vamos, hombre, dilo, di lo que sea, si hay huDe pronto, se apagaron todos los murmullos y en el edificio se hizo un silencio propio del corredor de la muerte en jomada de ejecucin sumaria. Todo el mundo pendiente de nosotros. E

    todos estuvieran de mi parte y esperasen de m grandes proezas no haca sino agravar la situacin.No, no, Mateo. Ahora no consider que esta respuesta no me comprometa demasiado.Hice el intento de entrar en el aula, pero l me lo impidi agarrndome de la camisa.Qu dices? No te he odo bien. Has dicho que no a qu? Que no tienes huevos?Qu se supona que tena que contestarle? Senta tantas miradas clavadas en mi nuca que hasta me entraban ganas de rascrmela. Consider la posibilidad de salir corriendo y salvar la v

    dedicarla entera a intentar recuperar mi reputacin. Tena que decir algo en seguida.He dicho que ahora no tengo tiempo para romperte la cara, Mateo. Ya estaba dicho! Casi se pudo or el suspiro de satisfaccin y de admiracin de todos los presentes. Entretan

    se me haba congelado en el estmago. Si en aquel momento el Titanichubiera chocado contra mi estmago, tambin se habra hundido. Tenemos un examen de mates, recuerdas? Imagnun golpe en la cabeza y se me olvidan las funciones polinmicas.

    Odi a mis compaeros, que celebraron mi salida suicida con carcajadas, eso s, sin acercarse demasiado, no fuera a ser que les salpicara la sangre. Agradec, en cambio, aquella sombra dpas por los ojos verdes y los finos labios de Eva.

    Me parece que Mateo no esperaba aquel tipo de rplica. Yo tampoco, pero eso ya no tena importancia. Tard un momento en reaccionar.

    Dnde y cundo? grit de repente. Vamos, dilo!Eva se le colg del brazo.Eh, Mateo, vamos, tranqui...Mateo se la quit de encima de un empujn.Djame en paz, joder! Sultame la manga, que pesas! Y a m: Me has odo, Flanagan? Cuando quieras y donde quieras, si tienes huevos! Los tienes? Eh? Cuando quie

    digas!Tena que contestar, estaba claro. De nuevo haba que escoger entre la reputacin y la vida.De acuerdo. Mirar mi agenda. Ya te dir algo. Tal vez este fin de semana, si no tengo nada mejor que hacer.Terriblemente temerario, si consideramos que estbamos a viernes.El timbre que anunciaba el comienzo de las clases y la presencia inminente del profesor de mates me salvaron la vida.Acababa de recuperar el prestigio perdido. Tendra un funeral multitudinario.No estuve muy concentrado durante el examen. Me senta observado por todos. Pero qu diablos se me haba ocurrido decirle a Mateo? Ni yo mismo me lo crea: Tal vez este fin

    Realmente estaba tan colgado? De poco me serva esperar que se le olvidara el desafo, confiar en que tuviera otras preocupaciones. Acaso no tuviera tantas ganas de bronca como parecaSi tienes huevos (si: condicional), cuando quieras y donde quieras. Como dando a entender que l no tena ningn inters especial. Si yo no tena huevos, no haba ms que hablar.

    No te hagas ilusiones, Flanagan. La has cagado y lo sabes.Seguro que no fue el examen ms brillante de mi carrera acadmica. Fui el ltimo en entregar y me plante la salida del instituto como una de las siete pruebas de Hrcules. Y si me est

    en la calle? Apoyado en la esquina, como le haba visto tantas veces. Los ojos empequeecidos por aquella carga de mala leche que pareca congnita en l y la mano en el bolsillo calentandonavaja. Slo de pensarlo me entraban escalofros.

    Qu tena que hacer? Quedarme a vivir en el instituto? Pedir auxilio a los profes? Hasta a m me daba vergenza.

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    Al final, sal por la parte de atrs, que da a la escuela de Primaria contigua. Me justificaba alegando que tena que hacer una gestin para resolver el caso de la seora Caete. Mientras sa

    con riesgo de desgarrarme la ropa y de ser sorprendido in fraganti, intentaba mantener inclume mi autoestima. Menos mal que te has acordado del Komando Destruction, Flanagan. Mira qua pasar... Como si escalar verjas de dos metros con puntas afiladas en lo alto en lugar de dar tranquilamente la vuelta a la esquina fuera lo ms natural del mundo.

    Bueno, los que hayis seguido mis aventuras sabris que el Komando Destruction no era precisamente una fuerza de lite consagrada a defender a los gallinas del ataque de Mateo pandilla de mocosos (nunca supe exactamente cuntos) de unos diez aos que se dedicaban a lo que se dedican todos los nios de esta edad, slo que con ms picarda. Si sus compacorre corre que te pillo, stos jugaban al corre corre que te arreo. Si los otros les pedan a sus padres un perrito o un gatito, ellos reclamaban tarntulas o coleccionaban babosas. Yllamaban a los timbres de las casas y echaban a correr, ellos tambin llamaban, pero no corran, sino que se esperaban con un cubo lleno de agua para refrescar a quien abriera. Cosas as, bahcros.

    No tuve que buscarlos. Me vieron ellos a m y aparecieron corriendo y chillando de euforia desde todos los rincones del patio. En cuestin de segundos les tuve rodendome, gritempujones para no quedar en segunda fila, sorbiendo ruidosamente para tragarse los mocos. Yo ya saba que me tenan bien considerado, pero ahora, de pronto, me vea aclamado como uhroe nacional. Qu ocurra?

    Llevaba la voz cantante un pelirrojo con la cara llena de churretones y los pelos de punta:Eh, Flanagan! Es verdad que vas a tener un combate a muerte con Mateo Mas?Quin dijo aquello de que las noticias vuelan?Pero de dnde habis sacado eso?Lo dice todo el mundo! Eh, Flanagan! Podremos ir a verlo?Se pusieron a hablar todos a la vez. Estaban emocionados:A nosotros no nos asusta la sangre!Somos valientes!Yo me vi entero el vdeo deBambiy no llor! dijo el ms pequeo.Qu poda hacer? No me senta con nimos de decepcionar a aquellos admiradores.Bueno, en este momento prefiero no hablar del tema. En realidad, vena a pediros un favor.Claro dedujo el pelirrojo. Tienes una medalla o un anillo que quieres que le demos a tu madre cuando..., si te ocurriera alguna cosa.No! Quiero que encontris y me traigis antes del lunes un gato de tejado! Un gato adulto, negro, negro de pies a cabeza, eh? A cambio os dar treinta nmeros de mi coleccin de

    Cosa Asquerosa. Hace?Vale! Entusiasmo inicial enfriado por un reparo: Pero...Dudaban. Se miraban unos a otros. Cmo se lo decimos? El pelirrojo se decidi a coger el toro por los cuernos.Estoooo... No podras pagamos ahora en vez del lunes?No os fiis de mi palabra?S, s... Claro.

    Eres hombre de palabra, Flanagan, eso lo sabemos, pero...... Pero como este fin de semana tienes que pelearte con Mateo Mas...De pronto, mi vida y mi futuro (o mejor dicho: mi falta de futuro) giraban alrededor de Mateo Mas. Tuve que imponerme a los mocosos o lo tomis o lo dejis y me fui obsesionad

    del matn que me amenazaba.De camino a casa pensaba que me lo encontrara esperndome delante del bar de mis padres. Pero no. El nico que me esperaba all era Charche.Eh, Flanagan. Saba que no me fallaras.Ah, s.Podra haberle dicho: Vete al cuerno, Charche, cobarde, que me has dejado solo delante de Mateo, pero le dije: Ah, s.Has estado de coa con Mateo. Qu da ser la pelea? El sbado? El domingo? Los chicos del instituto prefieren que sea el sbado por la noche. Han empezado a correr apuestasSobre si ir o no?Ja, ja! Cmo eres, Flanagan, cmo eres! Pues claro que no. Claro que irs, eso no lo duda nadie! Las apuestas son sobre quin ganar.Ah dije.Pero escucha, hablemos de lo nuestro...Y yo:Ah para que os hagis una idea de mi estado de nimo.Que quiero contratarte, Flanagan, to, de verdad...

    S, ya me lo dijiste. Un asunto de muchos miles de millones.El tesoro de Vanesa!A qu te refieres exactamente?A que saba dnde haba un tesoro escondido. Y Vanesa me lo ha quitado!Yo pensaba: Qu rollo!.Era la hora de comer. El bar estaba lleno de clientes adictos al men supereconmico de la casa. Mi padre, atareado detrs de la barra, me mir por encima de los parroquianos como

    Sptimo de Caballera y sospechara que me haba detenido en algnsaloonpara tomar un cafelito.Hombre, ya era hora! Venga, Juanito, estos cortados a la mesa de aquellos seores!Espera un momento, no? Que acabo de llegar.S, hombre! A lo mejor el seorito necesita media hora y una sesin de masaje para ponerse en forma!Ya le ayudo yo, seor Juan salt tras de m Charche. Es que tengo que hablar con su hijo, sabe? Dme, dme, que yo le echo una mano. Puedo hacer perfectamente dos cosas Y se puso a apilar tazas de caf una encima de la otra formando una columna, con la evidente intencin de transportarlas as, en equilibrio, hasta la mesa. Una, dos, tres, cuatro, cinco.

    torre que enseguida empez a parecerse a la torre de Babel segundos antes del castigo divino.La aparicin de mi hermana Pili evit el desastre.Deja, Charche! Ya lo hago yo!Ah, bien, muchas gracias, Pili. T has odo hablar del Dandi, Flanagan? insisti Charche mientras, para calmar a mi padre, se pona a ayudarle a secar platos con un pauelo arruga

    se sac del bolsillo.El Dandi? Aquel que hizo un butrn en los aos sesenta? Por fin Charche haba conseguido despertar en m una mnima chispa de inters.Un qu?Un butrn. Quiero decir que hizo un agujero en la pared del banco para entrar de noche y robar las cajas de seguridad. La polica le peg un tiro en la cabeza cuando iba a detene

    tonto, no?Eso es. Y el botn del robo nunca lleg a recuperarse!No saba adnde quera ir a parar. La de Hilario Expsito, alias el Dandi, era una historia conocida en el barrio. El botn de su robo no apareci nunca. Ni en poder del propio Dandi,

    semanas en coma y despert convertido en un vegetal que ni entenda ni hablaba ni recordaba, ni en poder de ninguno de sus cmplices. La polica registr su escondite y no encontr absolHaba quien deca que s, que haban encontrado el botn y que se lo haban quedado. Otros defendan que una de las amantes del Dandi haba huido al Brasil con los dineros. Y, pasada latodava haba quien se empeaba en suponer que todos aquellos lingotes de oro, joyas, monedas antiguas de valor incalculable y vete a saber qu ms, seguan escondidos en algn lugar del ba

    Bueno continuaba Charche, pues resulta que un da descubro que el Dandi est ahora en el asilo que hay cerca de casa. Y me digo: Jo, t, y si le pides que te diga dntesoro?.

    Pero si el Dandi...Espera! Espera! Me pas dos meses de mi vida yendo a verle cada da, pidindole que me lo dijera. Dos meses, tres horas cada da, con toda la paciencia del mundo, d

    interrogndolo a fondo! Entonces entend la fama que tena Charche, en segn qu crculos, de humanitario, colaborador de ONG y protector de ancianos. Nunca lo haba entendidopreguntndole dnde est el tesoro y cunto calcula que debe valer hoy en da! Y al final me lo dijo... Dos mil millones!

    Que te dijo qu? Aquello no encajaba. Si no puede hablar!Me lo dijo por seas! Hizo as Alz dos dedos, el ndice y el meique, componiendo el smbolo internacional del cornudo. Y despus le di unos rotuladores y me dibuj un planoYo ya estaba mirando el plano. Consista bsicamente en una serie de garabatos, rayas y manchas de colores. Aquello era el mapa de un tesoro? Poda ser cualquier cosa. El dibujo de u

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    aos. El trapo donde un pintor ha limpiado sus pinceles. Las manchas de aceite que quedan en el papel donde has envuelto el bocadillo. Un cuadro valiossimo de un artista internacional de vangCharche, no obstante, le haba encontrado un significado muy concreto.Ves? Estas rayas son las vas del tren, vale? Y esta mancha es la estacin de metro, lo ves? Yo le iba siguiendo la corriente para que no se alterase ms. Y esta especie de cruz

    est el tesoro. En la zona de los Huertos! Miles de millones enterrados en la zona de los Huertos!Mi padre volvi a materializarse en el punto de la barra donde estbamos apoyados.Qu! No se te ocurre nada mejor que hacer? Venga, espabila! me dio dos cervezas, indicndome con un movimiento de barbilla que las llevara a una determinada mesa.Ah, gracias, seor Juan sonri Charche, muy amable, mientras interceptaba una de la que enseguida empez a beber a morro. Mi padre hizo aspavientos de exasperacin. Charch

    se sec la boca con la manga de la camisa y continu: Pues una vez supe dnde estaba el tesoro, se lo dije a Vanesa y la convenc para que nos comprramos un detector de metales. Bueella porque, desde que se meti a trabajar en la tienda de su padre, es la que tiene los cuartos. Y nos pusimos a buscar el tesoro por los Huertos.

    Y ahora sois ricos y vens a regalarme unos milloncejos aventur, impaciente por que dejara de machacarme.Ya haca rato que mi madre y Pili estaban en la puerta de la cocina y miraban alternativamente una revista y hacia m, y tanta insistencia empezaba a mosquearme. Qu conspiraban?Esto es lo peor, Flanagan continuaba Charche, repentinamente fnebre. No somos: es. Vanesa ha encontrado el tesoro, pero me ha traicionado y se lo ha quedado para ella sola.La experiencia me haba enseado a poner en cuarentena todas las afirmaciones de Charche, pero aquella vez me sorprendi.Dices que Vanesa ha encontrado el botn del Dandi?S, s, s! Mi socia, mi novia! Estoy seguro! Mira, llevbamos semanas buscando el tesoro... y de repente, un da, me dice que ya no quiere buscar ms y se niega a contarme qu h

    detector de metales...Pero...... y se compra una vespino, Flanagan! T cmo lo interpretaras? Y se niega a decirme qu ha hecho con el detector! Una vez puestas todas las cartas sobre la mesa, Charche l

    de las conclusiones y levantaba las cejas, ladino, como deba hacer Sherlock Holmes antes de decir aquello que no dijo nunca: Elemental, querido Watson. Ha encontrado el tesoro y se loBueno, me lo haba ganado por escucharle. Me estaban entrando ganas de citarme con Mateo Mas aquella misma noche con tal de no tener que aguantar nunca ms a Charche.Me di la vuelta para alejarme con cualquier excusa y me vi encarado a mi madre, a Pili y a la revista. Ellas, dando por acabada mi charla con Charche, se acercaron, risueas y alborozadasMira, mira aqu, Juan!Era una revista del corazn. Por un momento, no supe por qu me la enseaban. Fotos de una pareja bailando un poco arrimada y despus saliendo de una discoteca de moda. Ah

    Ferrando, el cantante de moda, aquel delNo pienses, nena, que es peorque amenazaba con convertirse en el xito del verano. Mralo, qu pijeras. Y la chica aquella, tan joven, tan guapa, ccon aquel vestido tan escotado y tan corto, uno de aquellos seres de papel couchque no existen en la realidad, y con aquellos fantsticos ojos de color tabaco rubio.

    No la conoces?Pero si es Nines! rugi Charche, leyendo a gritos mis pensamientos.Mi madre estaba entusiasmada.S, aquella amiga tuya tan ri... de tan buena familia. Juanito, es que no la ves? Es Nines!Que precisamente intervino Pili esta maana te ha vuelto a llamar!Te ha vuelto a llamar! se admiraba Charche, convertido l solo en el coro entero de una tragedia griega. Te ha vuelto a llamar, Flanagan!

    Yo miraba a Nines. Uf, qu guapa estaba. Cuando la conoc ya me pareci inmejorable, pero contra todo pronstico mejoraba y mejoraba.Cunto tiempo llevaba sin verla? Un ao, desde el verano anterior, cuando estuve en su casa de veraneo de Sant Pau del Port.Ha dejado algn recado?El mismo que ayer contest Pili: Dice que necesita que la ayudes, Juanito!La vas a llamar? me suplicaba mi madre.Bueno, no s. Puede que la llame, s.Puede? Ni mi madre ni Pili ni Charche podan entender por qu no me precipitaba al telfono inmediatamente.Mi padre volva de la calle, donde haba ido a tachar los platos que se haban terminado del men, y protest al ver a toda la familia de palique mientras los clientes sedientos y hambrien

    sus raciones.Pero qu hacis todos aqu? Vamos, vamos!Aprovech la desbandada para escaquearme de mi padre (Ahora vengo, voy a dejar mis cosas abajo!) y de Charche (Va continuaremos hablando de tu caso!) y baj al stano. A

    de plstico, cachivaches de limpieza y trastos intiles tena mi mesa de caballetes, mi flexo, mi ordenador y, en definitiva, mi refugio.La revista se me haba quedado pegada a las manos. Slo pude resistirme unos segundos a volver a mirar las fotografas de Nines. Tito Ferrando y su nueva acompaante, deca e

    Nines estaba enrollada con el cantante de moda? Inesperadamente, se me ocurra que nunca me haban gustado las canciones de aquel artista, sobre todo porque me pareca un poco imbbanal, no s...

    Y nunca hubiera imaginado que Nines tuviera tan mal gusto. De haberla tenido delante, la habra insultado de buena gana. Puede que incluso le hubiera escupido en la cara. Y se atreayuda? Venga, vamos!

    Y que conste que no soy celoso.No piensas llamarla?El susto hizo caer la revista de mis manos. No haba visto cmo bajaba Pili, no la haba odo acercarse.No es asunto tuyo le dije de mal humor.Claro. Ya lo entiendo. Te da miedo, no?Ya estbamos otra vez con el miedo!Miedo de qu? estall. Miedo de qu? A ver, quieres decrmelo? De qu tengo que tener miedo? De Nines?Pili ni se inmut. Sonri como si mi actitud supusiera una confirmacin de todas sus sospechas.Parece tan atrevida... Tansexy. Igual se te coma y todo.Me puse en guardia. Qu quera decir?No digas tonteras. No ves que tiene novio?No has ledo el texto del reportaje. Ella dice que slo son buenos amigos.Mira, igual que yo. Buenos amigos.Pero a ti te telefonea. Y dice que te necesita.No la llamar.Por qu?Somos demasiado diferentes. No me gustan sus amigos, me revienta su ambiente, ah yo no pinto nada. La ltima vez que la vi, sus amigos me hicieron pasar por un trance terrorfico,

    acordars.3Es que no notas la diferencia entre estas fotos y cualquier rincn del barrio donde vivimos?Claro dijo Pili, que me miraba muy seria, s, pero haciendo esfuerzos para aguantarse la risa. Y, adems, tiene toda la pinta de ser de las que van al grano y no estn para amores

    se sabe cmo son los ricos: si quieren algo, lo cogen o lo hacen, porque no estn acostumbrados a esperar. Vete t a saber aadi, mirndose las uas: Si la llamaras, igual te estrenabas...Sers capulla? salt. Quiero mucho a mi hermana, de verdad, pero hay cosas que pasan de la raya.T sabrs. Si a m me rondara Tito Ferrando, me parece que no me escondera en el stano. Por cierto, vena a decirte que tienes visita. Les hago pasar?Le dije que s, que desapareciera de mi vista inmediatamente y pens que, siendo mayor que yo, pareca mentira que no me conociera. Como si furamos dos desconocidos. No tena ni

    deca ni de con quin hablaba. Yo, llamar a Nines? Ir a verla? De qu?Los visitantes resultaron ser el makinero Ario y tres compaeros de clase especialmente seleccionados entre los que menos ganas tena de ver. Pintas deskins fachas boneheads. So

    miradas intencionadas, sta s que no te la esperas, Flanagan. Les falt tiempo para apabullarme con palmaditas en la espalda.Cojonudo, Flanagan!Ya era hora de que alguien le parara los pies al hijoputa de Mateo!(Perdonad el vocabulario, pero eran as de mal hablados. Os creerais a unos tipos como ellos que no soltaran un taco cada vez que abran la boca?)Ya has pensado cundo os vais a enfrentar?

    El sbado por la noche te parece bien?Uno se me sent encima de la mesa, otro localiz una caja de cervezas y se puso a distribuir botellines despus de destaparlos con su navaja. Un tercero se puso a mirar las fotografas dtengo pegadas en el corcho de la pared y a hacer comentarios intolerables.

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    , e , e me mpuse. ver, qu quer sArio localiz mi mvil y me lo ofreci mientras comenzaba a marcar un nmero.Muy sencillo, Flanagan. Mateo te ha desafiado, no? Cuando quieras, donde quieras. Pues le llamas y le dices que maana por la noche en el descampado de las perreras.Le arrebat el telfono de un zarpazo.Quera decir cuando quiera yo, donde quiera yo.Traquilo, hombre. No es lo que supones.Explcaselo, Hulk.El que se haca llamar Hulk emiti un eructo para imponer el silencio entre sus compaeros.Ya es hora de que alguien le pare los pies y le haga una cara nueva al hijoputa de Mateo Mas. No esper a que yo le contestara. Has tenido los huevos de plantarle cara y m

    pero no te creas que vamos a dejarte solo. Cuenta con nosotros. T lo llamas ahora a casa de Eva Ferrer, que se pasa el da all, con aquella golfa, y le dices que maana por la noche en las phay nunca nadie. Nosotros y unos colegas estaremos escondidos all, encapuchados. En cuanto llegue, le caeremos encima. Sac unos nudillos de hierro y me los ense, quiz con ltranquilizarme. T no tendrs que hacer nada. Nosotros nos encargaremos de todo.

    Me haban pillado en un mal momento. Me qued mirndoles alternativamente. No me gustaban, ni tampoco me han gustado nunca los linchamientos. El hecho de que tampoco me gustno arreglaba las cosas.

    Estis de guasa, no?

    Eh, Flanagan me malinterpret Ario. No lo entiendas mal. A ti te ver la cara, claro, es inevitable, pero te aseguro que cuando hayamos acabado con l no le quedarn ganas dnadie. Y te protegeremos si es necesario.No veo por qu me necesitis a m. Por qu no vais solos a buscarlo?Se miraron con las cabezas un poco gachas por la vergenza. Miradas que significaban: Dselo t, No, no, dselo t... No haca falta que me dijeran nada.Porque t eres detective, Flanagan! arguy Ario.... Porque tiene mala leche asegur Hulk simultneamente.Ya lo hemos pensado dijo el tercero, pero no hay forma de sorprenderlo. Enseguida tira de navaja... y sabe pelear. Necesitamos a alguien que nos lo lleve a la emboscada.Claro, como no es un pobre inmigrante asustado, ni un vagabundo durmiendo la mona, tenis que atacarle a traicin, verdad? Decididamente, aqul era el da de decir todo lo que

    aconsejaba decir.Pero no se dieron por aludidos. Al contrario, me devolvieron la pelota con el aire astuto de quien ha llegado a ciertas conclusiones slo con la ayuda de su privilegiada inteligencia.Tienes miedo, Flanagan?Ahora te arrugas? Esta maana mucha boca y ahora...Que no pasa nada, hombre. Que cuando acabemos con l no podr levantarse ni con muletas!Largo de aqu dije secamente, sintindome capaz de partirles la cara a los tres.Tragaron saliva y retrocedieron como si temieran que les atacase.Ests cagado, to! dijo Ario con desprecio.

    S, debe ser eso. Te has ido por las patas abajo, Flanagan.Qu hars si no nos vamos? Llamar a tu mam? Vaya mierda de detective!Venga, vmonos, que deben tener que cambiarle los paales.Vendr a por ti, Flanagan sentenci Ario. Mateo vendr a por ti de todas formas y nosotros no moveremos un dedo. As te aplaste.Retrocedieron hasta la escalera con el rabo entre las piernas y subieron los peldaos de cuatro en cuatro hasta desaparecer de mi vista.Me dej caer sobre la butaca giratoria. Pili acababa de decirme que era un cobarde, aquellos desgraciados venan a verme slo para decirme que era un cobarde. Eh, chicos, os equiv

    Juan Anguera, vuestro compaero del instituto! No soy Supermn ni Spiderman ni ningn otro superhroe. Por qu se supone que yo no he de tener miedo?Toda la atencin del instituto estaba puesta en m. Vendiendo entradas para el gran combate del sbado por la noche, cruzando apuestas.Y del mismo modo que haban entrado los cuatro mierdas en mi stano sin que mi padre los viera, igual se podran colar en el momento en que menos lo esperara Mateo Mas y su insep

    Vendr a por ti, Flanagan...Tarde o temprano tena que pasar algo as: mi padre siempre me deca: No te hagas notar, no te hagas notar. Si levantas la cabeza ms que los dems, te vern y, si te ven, seguramente

    antojar pegarte un golpe en la nuca para ponerte al nivel de los otros.Una inquietud insoportable. Llamadla miedo si queris.Marqu el nmero de Nines en el mvil.Qu dices? Que me necesitas? dije a modo de presentacin. Cundo podemos vemos? Ahora mismo, si quieres. Este fin de semana no tengo nada que hacer en el barrio.

    3

    Cuando pasa por mi barrio, el metro est sucio, hay pintadas obscenas en los asientos y va lleno de gente vieja, arrugada, cansada, enferma, que hiede a sudor y hace muecas comoregusto amargo en la boca. A medida que va avanzando hacia las estaciones de la parte alta de la ciudad, despus de un par de transbordos, todo se hace reluciente y nuevo, se perfumdesaparecen losgraffitidesagradables y los vagones se llenan de personas bien vestidas y guapas que, en actitud despreocupada, relajadas, leen libros o el peridico, o bromean entre ellas.

    Simultneamente, mientras realizaba el trayecto desde las cabaas a los palacios, se iba operando en m la metamorfosis de la Cenicienta a medianoche. Si al salir de mi barrio me senta cropa ms nueva, simptico y decidido a comerme el mundo, mientras corramos hacia el Norte, donde dicen que la gente es limpia y noble, culta, libre, despierta y feliz, el jersey empez a pvez ms vulgar, los pantalones tejanos demasiado rados, las zapatillas de deporte impropias de una compaa tan selecta. Y me venca la depre, me vi gris en medio de tanto estallido de color, tanta inteligencia, indigno entre tanta dignidad.

    Y sales a la calle, en la estacin de Ricolandia, y ves a la gente ajetreada y eficiente. Tienen trabajo. O a lo mejor no, pero tanto les da. Como la seora que pasea el perrito o la chica extaescaparate.

    An tena que caminar un rato hasta la casa de Nines. El metro no llega hasta las mansiones de autntico lujo, pero los que viven all no protestan porque todava no se han dado cuenta. Mfrunciendo el ceo y preguntando desconcertados: El metro? A qu te refieres exactamente cuando hablas del metro?. La palabra autobs debe de sonarles vagamente porque a veces

    entorpecen el paso de los Mercedes. La calle es empinada y est flanqueada por muros altos que impiden ver los edificios que se esconden detrs. Como mucho, si te encaramas a un farol o elas rejas o por el agujero del buzn, vers un parque (ms que jardn: parque) con setos, rboles milenarios y palmeras.Cargando la mochila a la espalda, tena la sensacin de que haba sido necesario un largo viaje para llegar hasta all. Les haba dicho a mis padres que iba a pasar el fin de semana a Sant

    la segunda residencia de Nines, y era como si la mentira se hubiera hecho realidad. Como si hubiera ido a pie hasta el pueblo de la Costa Brava. Despus de quilmetros y quilmetros de trayllegaba a un mundo diferente y luminoso.

    Por cierto, que haba dejado atrs a un padre indignado.Pero, qu significa eso de que te vas de fin de semana? Como si no trabajramos en el bar los fines de semana! De qu va ste? De seorito?Mi madre haba intercedido.No le agobies, hombre! Va a ver a su amiga rica, sabes? Aquella chica tan educada que dicen que sale con Tito Ferrando.Quin demonios es Tito Ferrando?Aqul deNo pienses, nena, que es peor.Muy bien! Pues, qu os parece si cerramos el bar y nos vamos todos de fin de semana? Creis que a m no me gustara ir a tomar el sol y a ver seoritas en biquini?No podemos cerrar el bar dijo mi madre como si hubiera considerado seriamente la cuestin porque este fin de semana viene Eulalia.Eulalia?S. Te lo dije...Eulalia, tu hermana?

    S! Y as podr dormir en la habitacin del nio.No me dijiste que vendra tu hermana!S que te lo dije!

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    me o u eras c o, a r a cerra o e ar y nos a r amos o e n e semanaEl tema de ta Eulalia desvi la atencin de mi padre, justific mi ausencia hasta la noche del domingo y me permiti escapar sin despedidas tristes ni lgrimas ni abrazos ni pauelos blanc

    viento.Dispona de dos das enteros para m solo. Que me buscaran Mateo Mas y los otros morbosos vidos de sangre. Y el lunes sera otro da.As fue como empez todo.Cuando en lo alto de aquella cuesta divis a Nines. Delante de su casa haba un parque pblico con olivos retorcidos, una pista americana para nios y pipicany todo. All la encontr

    banco.Jo, qu guapa estaba.Llevaba un jersey gris, viejo, parecido al mo, y un pauelo azul al cuello y unos pantalones tejanos ms rados que los mos y unas zapatillas de deporte machacadas. Qu bien se le pona

    dibujaba la ropa incluso el jersey ancho y sin hechura las formas del cuerpo. Qu guapa, con la melena castaa acariciada por la brisa y con los ojos de color tabaco rubio, que de lejos y ausentes y que apenas cambiaron de expresin al verme.

    Eh, Nines, qu guapa ests.Se levant, dijo: Hola, Flanagan, y me dio los besos rituales a cuatro centmetros de cada mejilla, muac, muac. Fra como un pingino. Despus de tanta insistencia en verme, la ver

    haba esperado otra cosa.Has trado baador? pregunt.

    S figuraba que haba ido a pasar el fin de semana a un pueblo de la costa. Por qu?Porque vamos a navegar al Puerto Olmpico dijo autoritaria, incontestable. Sube al coche.Tena coche. Alucina, a su edad y conduciendo un coche. Un Ligier Ambra, de dos plazas, uno de esos vehculos pequeos de poca cilindrada que se pueden conducir con carn de mot

    al fin y al cabo. Me dio la impresin de que Nines evitaba mirarme a los ojos.Guau, qu carro ms chulo! trat de animar un poco el ambiente. Una actitud de aqullas de Eh, qu simpticos somos, qu bien nos lo vamos a pasar!. Pattico.Me sub al cochecito. Era corto y alto, como una cabina telefnica en miniatura, con capacidad para dos personas y gracias.Y Nines cada vez ms seria.Y es cmodo, eh? Si es como un coche de verdad! Como uno de aqullos, cmo se llaman? Como un Smart, no? Y qu velocidad coge este trasto?Ni idea.Jop.No era el recibimiento que yo necesitaba. Ni saltos de alegra, ni carcajadas, ni besos en la boca, ni nada remotamente parecido. Pens que estaba metida en un lo muy gordo. Tal vez de

    para mis limitadas posibilidades. Tal vez necesitaba un detective de verdad.Me estaba poniendo nervioso.Cmo ests? le pregunt mientras ella arrancaba y enfilbamos la calle, cuesta abajo.Hizo un esfuerzo para no decirme que estaba fatal.Bien, mira. Se sinti obligada a precisar. Un poco depre.

    Y eso?Mira. Como quien dice: La vida.El cole?No. Me haban enviado a un colegio imbcil de Baltimore, en los Estados Unidos. Colgu el curso a medio semestre.Uf, tus padres se lo debieron tomar mal.No, no te creas. Quin sabe, a lo mejor ni se han dado cuenta.Ah. Bueno... Consider la posibilidad de explicarle mis progresos en los estudios, pero me pareci muy aburrido. El tema de Mateo Mas merodeando por el barrio y Flanagan esco

    otra punta de la ciudad, aterrorizado como Pitimin cuando vea al gato de la seora Caete, tampoco pareca digno ni oportuno. Lo cierto es que cualquier tema me pareca inconveniente. Tende que de un momento a otro Nines estallara y me enviara a la mierda. De modo que escog el camino ms directo. Qu te pasa? Quiero decir: no tenas un caso para m? O sea, paverme?

    Quera verte porque eres mi amigo y me gusta ver a mis amigos de vez en cuando.Venga, va. Te has peleado con tu novio?No tengo novio dijo paciente, como si realmente no lo tuviera. Cmo se puede estar sin novio siendo tan guapa? Estuve tentado de echarme a rer sin motivo alguno. Me haca t

    dijera que no tena novio. Me entraban ganas de pedirle que me lo repitiera veinte veces.Y ese Tito Ferrando?No me digas que lees las revistas del corazn.

    No! Quin, yo? No, pero qu dices! Habis salido en las revistas del corazn Tito y t?Claro que hemos salido en las revistas del corazn se impacientaba. Cmo te has enterado si no? Te ha llamado personalmente Tito para decrtelo?No, bueno, no, s, es verdad me rend.Es muy difcil hablar con una persona tan poco inclinada al dilogo. Me venan ganas de tirarme del coche en marcha. Ella se dio cuenta y afloj.Perdona, Flanagan. Estoy depre.O sea, que tienes una relacin turbulenta con Tito Ferrando prob.Estall:No tengo ninguna relacin, ni turbulenta ni no turbulenta, con nadie! Hizo una mueca. Le resultaba difcil contenerse: Tito es un amigo de toda la vida, de cuando ramos pequeo

    padres son amigos de mis padres... Nada. Todo es un invento de la prensa del corazn.Bueno, pues entonces, cuando quieras explicarme qu te pasa, me despiertas.Perdona, Flanagan, perdona. Estoy depre y la depresin me quita el sentido del humor. Perdona. Es que antes de que llegaras he tenido una bronca con mis padres.Ah, los padres... dije. Qu me vas a contar!Son unos irresponsables dijo.O demasiado responsables.No, no insisti, muy convencida de lo que deca: Unos irresponsables.As, sin llegar a ninguna parte, llegamos al nuevo mundo de la Villa Olmpica, donde parece que luce ms el sol y el aire es ms puro, donde se renen todos los patinadores on linede la

    la gente circula en baador o en pantaln corto y todo el mundo toma helados. La California de la esquina.Dejamos el cochecito en un aparcamiento, Nines cogi una bolsa de color rojo y negro, muy de diseo, y avanzamos por el espign lleno de restaurantes hasta el Club de Vela Municipa

    al final, blanco, con una especie de torres y almenas puntiagudas y muy modernas. Creo que no nos cruzamos palabra por el camino. Yo empezaba a sentirme muy irritado. Tena ganas de huir de semana yo solo, en la playa o en la montaa, muy lejos de la mala leche.

    Nos cambiamos en unos vestuarios. Sal en baador y cargando la mochila. Me daba reparo dejarla all. Me haba dejado el mvil en el coche de Nines. Ella tambin iba en baador y coy negra.

    No habr peligro de que me moje todo, verdad? brome. Quiero decir que no volcaremos ni nada por el estilo, verdad?Sabes navegar?No.No importa. Irs de proel.Que ir de qu?Bastar con que vayas haciendo lo que yo te diga.He dicho que Nines llevaba un baador, un biquini azul celeste que resaltaba su bronceado, y me parece que no he insistido bastante en cmo estaba de guapa ni he detallado todas las

    pasaron por la cabeza porque me temo que se me escapara un discurso machista. Ya sabis: esos impulsos inevitables, atvicos, contra los que luchamos tan encarnizada como intilmente desde las sufragistas.

    Qu buena estaba!En la pequea playa de la escuela de vela empujamos el modesto velero hacia el mar. Era un 4,70 y yo, en mi ignorancia, supuse que lo llamaran as porque medira cuatro metros y seten

    de eslora. Cuando nos montamos, aquello basculaba de mala manera. A punto de volcar. Cuidado!

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    Oye: esto es seguro? De verdad?Fijamos mi mochila y su bolsa con unas correas bajo el asiento de popa.Por qu tenemos que sujetarlas tanto?Por si acaso dijo Nines, con laconismo de lobo de mar solitario y misntropo.Por si acaso qu? Es que se avecina tormenta? Un maremoto? No, por nada, slo por saberlo.Tranquilo. Ni tormenta ni maremoto.Ballenas? Tiburones?Pues claro que no.Ah, bueno. Entonces no hay nada que temer. Viento en popa a toda vela!Sintate, Flanagan. Sintate.Me sent en el lugar que Nines, eficiente y expeditiva, me indic. Mientras izaba la vela, admirable como Geena Davis en el papel de la mujer pirata, me explic en qu consista lo qu

    hacer. Yo, sentado a un lado de la embarcacin, hacia el centro, tena que sujetar dos delgadas cuerdas (que en el mar dejan de llamarse cuerdas para llamarse cabos) que salan del vrttriangular delantera, tambin conocida como foque. Estos cabos iban sujetos en una mordaza, en la borda, y marcaban la orientacin del foque. Cuando quisiramos girar (lo que ella llambordo), Nines me gritara: Bordo!, y yo, con toda precisin, tena que soltar los cabos de la mordaza y desplazarme a la otra borda, agachando la cabeza para pasar por debajo de la botall y sujetar los cabos en la mordaza del otro lado. Mientras tanto, Nines habra maniobrado la vela mayor y el barquito ira en direccin contraria a la que llevbamos.

    Parece complicado, pero, en realidad, es muy sencillo. Lo que ms me cost aprender fue el nombre de la botavara, pero me entr a fuerza de coscorrones.Cuidado con la botavara!La qu?CLOC.Bordo!Ya va!CLOC.Jo, la botavara!Con tanto trasiego, hablamos poco. No obstante, era divertido y remos y chillamos cuando el viento nos arrastraba y tenamos que colgamos de la borda, con toda la espalda fuera,

    salpicados por polvo de agua. Y el sabor de sal en los labios. Una sensacin de libertad, de euforia.Nines volvi a ser la que yo recordaba que era. Aquella risa: la que le (me) faltaba desde que nos habamos encontrado.Por fin, navegando tranquilamente hacia mar abierto, con viento de popa mientras el sol poniente distribua pinceladas doradas aqu y all, Nines empez a hablar. El ejercicio la haba tranHaca mucho tiempo que no vea a Tito Ferrando coment. Y ahora hace un mes, de repente, en una discoteca... Me haba llevado all un panoli que slo saba hablar de los tip

    del valor del dinero mientras maquinaba cmo se lo hara para darme el primer beso. Mentalmente, me sent completamente de acuerdo con ella. Seguro que, adems de panoli e insoporera imbcil. De pronto, apareci Tito Ferrando, y el panoli se dio cuenta de que no poda competir con l. Se despidi muy educado, Bueno, buenas noches, que yo tengo que irme, q

    tarde, y se fue arrastrando los pies, tratando de dar pena...Seguramente a tirarse de un puente no pude evitar el comentario festivo y perverso.... Y Tito y yo nos quedamos all, contndonos nuestra vida. Tito se haba peleado con su novia, que se llamaba gata, y estaba muy triste. Me dijo que notaba que sus relacio

    enfriando...Yo pensaba: Qu golfo, ese Tito, y qu ingenua, Nines. Como si no supiramos todos que la mejor manera de ligar es contando desengaos amorosos.Nines me explic que bailaron y que all estaba la prensa del corazn para inmortalizar la velada. Tuvieron que huir de los periodistas y Uto la acompa a casa con la intencin de salud

    (Yo aada, desconfiado: Con la esperanza de que su madre ya se hubiera ido a dormir.) La ltima copa. La madre de Nines no se haba ido a dormir. (Y yo ya me preguntaba dnde radde aquella historia. Si Tito quera saludar a la madre de Nines y la madre de Nines estaba despierta, a qu vena tanto detalle?)

    ... Nos prepar unas caipirias con hielo picado, porque haba llegado haca poco del Brasil y le haba dado la mana de las caipirias, y estuvimos hasta las cuatro de la madrugada novia, gata. Una histrica y una caprichosa.

    ... Y le aconsejasteis que la mandase al cuerno.No, no! Todo lo contrario! Que fuera a verla inmediatamente. Era de madrugada. Que le llevara el desayuno a la cama con un buen ramo de rosas. Logramos convencerle. Vimos

    jardn de casa y l se fue a comprar chocolate y churros y a ver cul era la floristera que abra antes.Pero...Desde aquella noche, la novia de Tito Ferrando me odia. No s por qu, se cree lo que dicen las revistas del corazn. Y no me deja en paz. Dice que le he quitado el novio y que le

    nomeolvides.

    Sorpresa. Ah estaba el quid.Que le robaste un nomeolvides? A ella?No. A l. Un nomeolvides muy especial para los dos. Tito lo perdi y ella est convencida de que yo se lo quit.Y l qu dice?No dice nada porque ha desaparecido. Crey necesario aadir: A veces lo hace. Coge el coche y se va solo, no se sabe dnde. Desaparece. Sin mviles ni direcciones de refer

    acoso de lospaparazziy de las fans. Humo! Y esa gata ya empieza a ponerse pesada con su mana!Te ha denunciado a la polica?No, pero me espa...Te espa?Ella y un payaso estrafalario que se pasa el da merodeando por los alrededores de mi casa. Me siguen... Y gata me llama constantemente para insultarme y exigirme que le devue

    hace la vida imposible... No me deja en paz!Claro, ahora lo entiendo. El sagaz Flanagan entra en accin: Quieres que te ayude a encontrar el nomeolvides.No, hombre, no! Descansa, Flanagan! Este caso hizo que pensara en ti, que buscara tu nmero de telfono y que te llamara, pero no como detective, sino como amigo. Qu podra

    gata est pirada. Como siga molestndome, mi madre se encargar de hablar con la polica. Y si me quiere denunciar, que me denuncie! Ni soy la novia de Tito Ferrando ni tengo su nomodo que...

    Bueno... me conform, un poco aturdido. Me resultaba desconcertante comprobar que no haba acudido a m para solicitar mis servicios. Me daba cuenta de que ltimamente toda

    se haban basado en una relacin, llammosla profesional, de necesidad-salvador. Comprobar que no era el caso me pona un poco nervioso. O sea, que slo estoy aqu en calidad de amigoNi ms ni menos. En calidad de amigo, t lo has dicho.Bueno, pues entonces... Por qu no pillamos otra rfaga de viento y volvemos a correr?La ltima carrera antes de retiramos, que ya es tarde. Venga. Preparado? Bordo!Libero los cabos de la mordaza, paso al otro lado del velero... CLOC!Coe de botavara!... Me siento a babor (o estribor, ahora no estoy muy seguro), calzo los cabos en la mordaza, el velero ha girado, la vela mayor ha atrapado el viento como si fuera una mano gigante,

    hincha tambin el foque, y la embarcacin acelera y se inclina hacia sotavento (o barlovento, lo que sea), tenemos que hacer contrapeso con nuestros cuerpos, los empeines de los pies tracintas dispuestas al efecto, el culo fuera de la borda, corriendo a toda velocidad, riendo los dos, gritando como si domramos al ms peligroso de los caballos: el viento.

    Y en stas Nines que dice:Dnde van sos?Quines?Una canoa con motor fueraborda avanzaba hacia nosotros con la proa encabritada, levantando violentas olas a un lado y a otro.Nines vari el rumbo del 4,70, de modo que las velas se deshincharon y nos detuvimos.Cuidado! Bordo!Habamos recuperado la vertical. Hicimos un bordo rpido y eficiente justo en el momento en que la canoa se paraba bruscamente y nos enviaba una ducha de agua a mala idea.

    Oh, no! Son ellos!En la canoa, una rubia con un peinado que pareca un festival de luz, agua y sonido y un pareo de color fucsia fosforescente. Al timn, un hombre con manifiesta vocacin de payaso que v

    cuadros, camisa hawaiana, sombrero con el ala corta levantada hacia arriba y unas gafas muy gruesas con una montura de pasta negra que pareca la mscara del Zorro.

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    La irrupcin del fueraborda haba creado una marejadilla a nuestro alrededor que haca que el 4,70 saltara, caboteara, nos zarandeara y cayera como una vagoneta de montaa rusa coescupirnos al mar o de hacemos devolver la primera papilla. Yo estaba demasiado ocupado sujetndome con una mano en la borda, con la otra en la botavara, con la tercera en las velas y colos cables de hierro que sostienen el palo mayor y que ahora no recuerdo cmo se llaman. Quiero decir que me estaba mareando y empezaba a perder el mundo de vista. A Nines, en cambien su elemento, de pie en la popa, increpando a los intrusos.

    Se puede saber qu demonios estis haciendo?Devulveme el nomeolvides, ladrona! gritaba gata desde la motora.Que no lo tengo, imbcil!Te arrepentirs de lo que me has hecho!Pero qu te he hecho yo?Dnde tienes a mi Tito, marrana?A ti qu te parece? Encerrado en el armario! Pero no te preocupes, que cada noche lo dejo salir!Y el 4,70 adelante y atrs, hacia la derecha y hacia la izquierda, y yo ya tena la frente perlada de sudor fro. Acabemos de una vez, por favor!Acabamos enseguida.Tengo que decir que ya haca rato que me lo vea venir.No s qu cosas ms se chillaron, pero el desenlace estaba cantado. De pronto gata corri hacia la popa de la canoa, apart al hombre estrafalario del traje a cuadros y se apoder

    motor. Aceler como se acelera una moto y el Evinrude rugi como lo hara un toro asesino a la vista del torero suicida. Nines dijo: Cuidado, Flanagan, sintate!. Yo no saba por qu Bastante haca con reprimir el vmito.

    La canoa nos embisti.Instintivamente me desplac hacia el lado opuesto al ataque, que result que era el de sotavento. Me temo que fui yo quien desequilibr el velero. Yo con mi peso, y el viento haciendo pr

    vela. Y la tremenda ola provocada por la canoa furiosa. Slo s que la vela y el mar nos atacaron y que el velero se hundi bajo mis pies. Ca al mar agarrado al mstil y el mstil me arrastr mucho ms al fondo de lo que me hubiera gustado.

    Tuve la sensacin de un dj vu. Slo haba navegado dos veces en toda mi vida, y las dos acababan de una manera similar.4Buceando y braceando, pugnando por aguantar la respiracisuperficie. Eso s, se me fue el mareo de golpe. Tan pronto como saqu la cabeza del agua, o a Nines.

    No pasa nada! No es grave! Tranquilo! Te has hecho dao? Sujtate al casco del velero y no te preocupes!La canoa fueraborda se alejaba hacia la costa.Yo estaba ms indignado que Nines.Tranquilo, Flanagan, tranquilo.Ha querido matamos!Bah, si quisiera matamos, no se habra ido. Habra vuelto y nos habra peinado con la hlice dijo Nines, provocndome un escalofro.Pero tenemos que hacer algo contra esos brbaros!No fue nada grave. No nos habamos ahogado, ni el mstil nos haba abierto la cabeza. Enseguida vino a buscamos una zdiac de la Escuela de Vela. Incluso tuvimos apoyo moral. Los

    buscamos haban visto lo sucedido y se mostraban casi tan indignados como nosotros.Quines eran? clamaban mientras nos ayudaban a subir a su embarcacin. Hemos tomado nota de la matrcula de la lancha y la hemos denunciado. Nosotros seremos testigos!No, no vale la pena deca Nines.Y yo:Cmo que no vale la pena?Le dieron la vuelta al velero sin mi ayuda y nos remolcaron hasta tierra. El nico perjuicio que tuve que lamentar fue que mi ropa y mis pertenencias estaban empapadas. Mi mochila no e

    ni impermeable como la sofisticada bolsa roja y negra de Nines.Vamos a casa decidi ella. All podremos ducharnos y te prestar ropa seca.No, no importa dije con la boca pequea.Con la boca pequea porque, si no iba su casa, adnde iba a ir? Les haba dicho a mis padres que no contaran conmigo durante todo el fin de semana. Qu quera decir con aquello?

    supuesto que pasara las noches del viernes y del sbado en casa de Nines? Y qu interpretaba yo exactamente por pasar las noches del sbado y del domingo en casa de Nines? No recohubiera invitado. Qu pretenda? Qu tipo de ilusiones me estaba haciendo? Haba actuado sin premeditacin, pero me parece que mis intenciones inconscientes no podan estar ms claras.

    Subamos en el coche Ligier Ambra hacia los barrios altos y hablbamos de esto y aquello (Ves cmo te deca que esa ta est loca? Esta noche te invito a cenar. Volcar con un importancia.), pero mis pensamientos estaban copados por otras consideraciones. Qu iba a pasar aquella noche?

    Dchate t primero. Me parece que encontrar ropa para ti.

    Aquella casa de pelcula. Con cuadros incomprensibles en las paredes, muebles como acabados de estrenar y hasta ascensor privado. Transmita la misma sensacin que la selva virgenuevo, tan limpio y reluciente que podas pensar que nadie lo haba utilizado an. Imagino que cuando un mueble se rayaba o la tapicera de un sof se deshilachaba, lo tiraban y compraban otroY la madre de Nines, tan joven, guapa y encantadora.Ah, t eres el famoso Flanagan! Flanagan qu ms?Flanagan, slo Flanagan.Ja, ja. Muy guapa y muy encantadora, una versin de Nines corregida y aumentada. Deba de tener la edad de mi madre, pero, si las hubieran puesto una junto a la otra, habr

    generaciones distintas.Me acompa hacia el interior de la casa mientras se disculpaba:Tendrs que usar el cuarto de bao pequeo. Nines usar el suyo, y los dems los est haciendo la chica.Ah, aqul era el pequeo? Si era ms grande que el comedor de mi casa! Al quedarme solo, encarado a un espejo que ocupaba toda la pared, me sent como un intruso en aquel m

    Enseguida descubr otro espejo pequeo, con efecto de lupa, en el que, cuando te mirabas, veas la mejilla como la superficie de la luna, llena de crteres, y el ojo era monstruoso y la lengua parun alien. S, tena que ser eso. Un alien. En aquel mundo yo era un alien. De un momento a otro, los terrcolas me descubriran y me echaran a la mquina de triturar la basura.

    Ducha rpida y fuera. Precisamente cuando me secaba, son mi mvil.Era mi madre. Quera saber si ya haba llegado a Sant Pau del Port.S, s, estoy en casa de Nines ment slo a medias. Oye, no hace falta que me llames a cada momento, eh?, que no me he ido a frica. Y, aunque en el fondo prefiriera no sa

    evitar aadir: Ha ido alguien preguntando por m?

    S, ahora que lo dices, s.Quin? Ay.Te ha llamado una seora. Caero, o Del Cao, o alguna cosa parecida.Caete. Ah, s, nada.Y ha venido un compaero de clase buscndote. Deca que tena un asunto pendiente contigo.Oh no s qu pretenda decir; el caso es que slo me sali esta slaba.Ese al que llamis Charche... No s qu deca de un tesoro.Ah, s, uf, quiero decir que bien, bien. Nadie ms?Nadie ms.En la habitacin contigua (donde asom previamente la cabeza para que nadie me sorprendiera en pelotas), me esperaban una camisa blanca, unos pantalones blancos de hilo, f

    calzoncillos y unas abarcas ibicencas. De dnde haba salido todo aquello? Me lo haban ido a comprar? Era del ltimo amante de Nines? Es que los ricos siempre tienen ropa de tocolores, de hombre y de mujer y de todas las temporadas, para prevenir posibles vuelcos de velero? No lo s y, como comprenderis, no lo pregunt. La ropa me vena un poco ancha y cortame mir en el espejo, me gust.

    Se oan voces al otro lado de la puerta. Nines y su madre discutan. Lo hacan a la manera de los ricos, gritando en voz baja. Si no hubiera pegado la oreja a la puerta, no me habra enterQu te parece si me lo traigo aqu despus de cenar? deca Nines. Hablaba de m?. Si lo meto en mi habitacin? Y si te prometo que no haremos mucho ruido?Hablaba de m?

    Esta casa es ms ma que tuya, Nines! le replicaba su madre. Y t todava tienes que hacer lo que yo te diga!Pues me lo llevo al tico de la Villa Olmpica, a m me da igual!Nines! No me provoques!

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    A , mira

    a seora! No me provoques. T tienes derec o a dormir con quien te d a gana y, en cambio, yo...!Nines!Yo, los pelos de punta. Si le hubiera hablado as a mi madre, habra considerado que tena el derecho a hincharme un ojo.Ah, claro! T tienes todos los derechos y yo tengo que callar!Pues s seora, t lo has dicho! T a callar!Pues no cuentes conmigo para tu fiesta de cumpleaos!T hars lo que yo te diga!Y yo como un pasmarote, agarrado a la manija de la puerta, sin atreverme a salir de la habitacin.Calla, que te va a or!Sal cuando me pareci que me daban permiso para hacerlo. Sonrisa de felicidad, como si no hubiera odo nada, acogido por sonrisas de felicidad, como si me estuvieran esperando y m

    un miembro ms de la familia.Mira qu guapo!Para guapa Nines, que se haba puesto un vestido blanco brillante.Venga, Flanagan! Que te invito a cenar!Dnde vais?

    A la pizzera de abajo, de la plaza.Adis, adis, muac, muac, la madre de Nines usaba un perfume que tendra que ser prohibido como droga dura. Bajo sus efectos, un hombre no poda ser considerado responsable de sla calle tambalendome. Me domin la euforia. De pronto me convert en aquel Flanagan que haba quedado olvidado en no s qu rincn. Chistes y ancdotas. Te he hablado algunaustraliano que se compr un bumern nuevo y que se volvi loco cuando intentaba tirar el viejo? Nines, que dice desconcertada: Pues no, no me lo... y enseguida capta la broma, re y rms luminosa y musical del mundo, recompensa excesiva para un chiste tan viejo y malo. Pero si Nines era feliz, yo era feliz.

    No fuimos a una pizzera. Me llev a un restaurante donde haba velas en las mesas y donde los camareros simularon que crean que tenamos ms de veinte aos. De haber sido por mmacarrones y escalope, pero Nines no me lo permiti. Pidi lo mismo para los dos: una ensalada de alcachofa cruda con queso parmesano y lenguado con una salsa que no estaba mal. Me con hambre de no ser por los postres. Ah, y todo eso regado con vino blanco. Como dos personas mayores, qu pasa.

    Y pag ella y a m no me dio corte. En absoluto.Mientras cenbamos, nos pusimos serios. Habl de Blanca. Por primera vez desde la separacin, me solt y reconoc que senta haber perdido a una chica tan guapa y que me senta idi

    pareca que la culpa de todo haba sido de los dos. Nos habamos quedado colgados el uno del otro al principio, y una vez nos sentimos lo bastante unidos, dejamos de buscar motivos para secomo si nuestra relacin fuera una de aquellas plantas que crecen solas sin necesidad de agua ni de abonos de ningn tipo. En cambio, s que habamos buscado motivos para separamos: reclamado tanto respeto mutuo, tanta libertad, tanta falta de compromiso, que la distancia haba acabado por ser insalvable.

    Cuidado, Flanagan! No ves que va a darse cuenta? Todo el mundo sabe que la mejor manera de ligar es hablando de desengaos amorosos!Ella me habl de sus padres. Se haban separado haca seis meses, mientras ella estaba en Baltimore.... Vuelvo y me los encuentro separados protestaba. Y hoy, precisamente hoy, al llegar a casa me los encuentro juntos.

    Ah, otra vez? sonre. Interpret que padres juntos quera decir final feliz. Demasiadas pelculas.S! Juntos, juntos! Me entiendes?S, juntos.No: juntos. Quiero decir juntos. En su habitacin. Haciendo el amor.Ah, ja, ja... Bueno: los padres separados vuelven a juntarse para hacer el amor. Y la hija les sorprende. Es una situacin embarazosa, pero bonita, no?. Bueno, debe haberte da

    corte, pero...Corte? Me he puesto furiosa!Furiosa?Rabiosa!Rabiosa? Hombre, pero...Despus de veinte aos de pegrsela el uno al otro, van y se separan. Y ahora que cada uno tiene una nueva pareja, de pronto les sorprendo pegndosela a sus respectivas parej

    mueca y despus una precisin: Tan tranquilos que estbamos y volveremos a la poca de las peleas y los platos rotos!No quieres que vuelvan a vivir juntos?Son ellos los que no quieren vivir juntos! La emocin le trababa la lengua. Slo quieren... Son unos... son unos... Como cros! Unos irresponsables! Incapaces de, de, de...! S

    Profesionales del engao, Flanagan. No saben vivir sin engaar. Me dan asco. Me da miedo llegar a ser como ellos.Entonces comprend la discusin que haba escuchado a travs de la puerta en su casa. Ahora entenda el mal humor con que me haba recibido, su actitud provocativa. Pobre Nines, s

    tener una familia normal y comente, y ni siquiera se atreva a decirlo, como si fuera una pretensin absurda.T no eres como ellos. Ellos no tendran un amigo como yo.T no eres mi amigo. No s tener amigos de verdad. Todos los que he tenido me han fallado, uno detrs de otro, y tanta coincidencia debe querer decir que la que falla soy yo.No, no protestaba yo. Es que tus amigos... los que yo conozco al menos... Tienes unos amigos que para qu.Tambin te he decepcionado a ti ms de una vez. Siempre que has podido, te has ido con otra. Y has hecho bien. Soy una pija, una hija de pap imbcil.No es verdad. No eres una... Bueno, imbcil no.Nos pusimos serios y ya no recuerdo qu ms dijimos. Nos veo paseando por un parque oscuro, por entre los rboles, rodeados de fragancias botnicas. Cogidos de la mano. Sentado

    un poco petrificados de miedo, entre sombras que tan pronto resultaban acogedoras como acoquinantes. Me parece que Nines llor, liberando la tensin, y que yo la abrac para conacabamos besndonos con lengua. Vaya, no me lo parece: estoy seguro. Largos besos hmedos con lengua.

    Y la inquietud de volver a preguntarme: Y ahora qu?. Mis padres no me esperaban hasta dentro de tres noches. Dnde pensaba dormir? O dicho de otro modo: en qu camameterme aquella noche? Recuerdo que pensaba: Imposible, imposible, no puede ser, y que estaba muerto de miedo. Flanagan el gallina, asustado por Mateo Mas y por Nines, que, ms nunca, me cogi la mano izquierda y se la coloc sobre su pecho derecho.

    Instintiva, inevitable, convulsivamente, retir la mano. Fue tan slo un acto reflejo provocado por el pnico y por la sorpresa, lo confieso, pero para ella fue ms que suficiente.Se separ de m y dijo:No te intereso nada, verdad?S! exclam con toda la vehemencia de que fui capaz. Claro que s! Por qu lo dices? Pues claro que me interesas!No obstante, ella haba adoptado una actitud fatalista, depresiva.No.Cmo poda convencerla?Que s! Te lo prometo! Te lo juro!Quera abrazarla de nuevo, recuperar los besos hmedos y con la lengua, pero no me lo permiti. Me mir fijamente y me solt:Has hecho el amor alguna vez?Glups! Y ahora qu le dices? Suerte que estaba oscuro y no not que me pona rojo como un tomate.Yo? Pues... No lo s... Bueno, s... S que lo s... Una vez, me parece... O ninguna, ahora no me acuerdo bien...Me quieres? me cort.Hombre...Tendra que haberle dicho que s, claro que s, te quiero mucho, te quiero locamente, porque la quera, pero qu significa te quiero? A qu me comprometa decir te quiero? Pa

    las palabras te quiero? Y mira que la quera, pero de pronto me dio por pensar que, si lo deca, ella pensara que slo lo haca con el fin de reemprender lo que habamos interrumpido minentonces, al ver que dudaba, ella se me adelant:

    No, no me quieres.Claro! Porque si la hubiera querido, no habra podido evitar decrselo! Y a partir de aquel momento no sirvi de nada que le dijera que s, que de verdad, que me gustaba mucho. Cuando

    velocidad, poner la marcha atrs, aunque slo sea un segundo, resulta siempre catastrfico. Y yo lo haba hecho, y no haba lugar para segundas oportunidades.Ella se fue entristeciendo y enfriando y se le ensombreci el rostro. Y dijo:Estoy buscando a alguien que sepa decirme te quiero. Abr la boca para pronunciar las palabras mgicas, pero ella me puso la mano en los labios y me lo impidi. Necesito qu

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    .No me vi capaz.En el instante siguiente, decepcionados los dos, caminbamos hacia su casa, y ella abra la puerta, y yo ya saba que no pasaba nada, que aunque traspasara aquel umbral no pasara nadaDentro estaba la madre de Nines viendo la tele con un vaso en la mano. Record que el da que llegaron tan tarde con Tito Ferrando su madre tambin estaba all despierta. Se me ocur

    Nines no valoraba lo suficiente a su madre cuando deca que nunca poda contar con ella. Nos haba estado esperando.Ah, Flanagan!Era la que pareca ms contenta de los tres.Ha venido a recoger su mochila y su ropa dijo Nines.Ah, s. Ya est seca.La que traes puesta ya me la devolvers me tranquiliz la chica que me haba invitado a cenar.Despus ni siquiera recuerdo que nos diramos los besitos rituales. Me vi en la puerta de su casa, cargado con la mochila y preguntndome adnde ira a dormir aquella noche.Si la situacin no se nos hubiera ido de las manos, todava habra probado a pedirle que me dejara dormir en su casa. No en su habitacin, claro, pero s en una de las veinte para invita

    de tener.Ni hablar de volver a casa y compartir habitacin con ta Eulalia. Ni soar dejarme ver por el barrio, por el que presumiblemente me estaba buscando Mateo Mas.Me fui a la gran estacin de Sants y, mientras me haca un sitio en el suelo entre los jvenes mochileros y los indigentes, me preguntaba qu tendra que haber hecho para que todo acabar

    me respond mientras me encoga sobre el suelo de mrmol, rodeado de olores nauseabundos. No podamos hacer el amor en su coche diminuto, no podamos hacerlo en su casa porquesperaba despierta...Conclusin: no podamos hacer el amor. Tal vez tampoco queramos hacerlo.Pero qu significa hacer el amor?Acaso no habamos estado haciendo el amor desde media tarde, cuando viajbamos en el 4,70? Acaso eso no es hacer el amor? Hacer rer a la persona a la que quieres no es h

    Escuchar cmo te explica sus penas no es hacer el amor? Besarse con lengua no es hacer el amor? Pensar en una persona como yo pensaba en Nines all tirado en el suelo dursimo deSants, no es eso hacer el amor?

    Una voz sarcstica me replicaba: No, Flanagan, no fastidies, a ver si nos entendemos, eso puede ser una manera de hacer el amor, pero t no ests pensando en esa manera.Al da siguiente cog el primer tren que sala hacia ninguna parte y me dediqu a mirar el paisaje y a buscar respuestas a todas estas preguntas.Yo era aquel chico solitario y serio que deambulaba entre los turistas y los domingueros como alma en pena, que no se interesaba por nada, que se aburra en un rincn con cara de amar

    hablaba con nadie, que pareca que no necesitaba a nadie porque slo necesitaba a una persona y no poda tenerla a su lado.

    4

    Yel lunes ya me tenis volviendo al instituto, notando una especie de escalofros en el que luego result ser el da ms caluroso del mes de junio. Iba elaborando ideas tan curiosas comome mata y ya no podr ver ms a Nines.Bueno, qu pasa? Nunca he presumido de ser un valiente, verdad que no? Ya sabis que me han encaonado ms de una vez con pistolas, que he caminado sobre una comisa a ms de

    de altura con riesgo de partirme la crisma, y que me he visto perdido en medio del mar y atrapado en un incendio, y perseguido por miembros de todas las tribus urbanas que utilizan cadenbisbol en sus discusiones, y amenazado por peligrosos seores respetables de camisa y corbata; pero nunca, nunca, nunca me las he dado de hroe. Muchos de mis compaeros, si hubierantrago, slo uno, de los que yo he pasado, iran por la vida de chulos, contando cuentos chinos. Incluso la historia de la literatura est llena de fantasmas que fardan de lo que no han hecho con to

    Yo, no. Yo, nunca. Tal vez en alguna ocasin me hayis visto haciendo el pavero, pero, cuando me he ido por las patas abajo, lo he dicho y, cuando he llorado, tambin lo he dicho. callado nada. De manera que ahora tampoco me lo callo y, por si no ha quedado bastante claro, lo repito: hua de Mateo Mas por miedo a su navaja y a su mala leche y, en segundo consideraba que nadie me haba nombrado polica del cole. Y as estaban las cosas y, si no os gusta, ya podis cerrar el libro y coger La vida del buscn don Pablos o El Lazarillo, que dicdivertidos.

    Hala.As, ms o menos, queda reflejado mi humor de aquel momento. No era tan slo el miedo al encuentro inevitable con Mateo, sino tambin la violencia de todas las miradas que m

    compaeros sin disimular su desprecio. Con la ilusin que les haca ver cmo nos matbamos Mateo y yo y, mira por dnde, el gallina de Flanagan les dejaba com