a mis padres juan
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A mis padres Juan e Imelda y a mis hijos Alejandro y Edgar,
a Sonia la mujer que amo y me ama, principi0,continuidad y realización de
mi vida, que con su cariño y comprensión infinitos
avivaron en mí el anhelo de superación, tanto en el orden
humano como profesional.
i
I N D I C E
1
INTRODUCCI~N " ...- .".. ............................. ..5
CAPITULO I Filosofía Moderna Y Ciencia Moderna-.",, .................... 9
CAPITULO I1 Ciencia , EpistemoloQia Y Filosoh. ....................................... 16
CAPITULO IH Kant; Inmanencia Y Totalidad" ............................................ 29
E 1 verdadero filosofo tiene que hacer, como pensador propio, un uso libre y
personal de su razón, y no ser un servil imitador.
Immanuel Kant.
4
b b
I N T R O D U C C I O N
1
La reflexión filosófica que a
continuación presento pretende
aclarar el camino de un interés
particular que desde mi tansito por
mis estudios universitarios surgió,
estudiar el periodo de la filosofia
conocido como modernidad que
abarca de Descartes a Kant, por la
enorme riqueza de pensamieno que
en e:ste periodo se fraguó. Este
trabajo se propone analizar el
surgimiento de una problemática
decisiva de la filosofia moderna,
constntuida por el problema de la
inrnanencia y la totalidad en el seno
de la filosofía del siglo XVIII. En el
contexto de este proceso examino el
avance en el terreno filosófico de
un programa científico que
considero centrado en los
problemas señalados: la
inrnanencia y la totalidad.
La compleja articulación de
estos dos problemas, inmanencia y
totalidad, en la filosofia moderna,
así como las líneas de investigación
que este trabajo intenta realizar se
vinculan a los desafios de una
interpretación basada en el aspecto
del desarrollo histórico social, pues
afirmamos con Marx la
especificidad histórica de la
filosofia. Desde luego, la
especificidad de las condiciones
históricas donde la filosofía encara
sus problemas, será decisiva para
comprender la orientación teórica
hacia donde apuntan distintos
proyectos filosóficos. Pero, en
general, se puede afirmar que la
filoslofía moderna se ocupara de la
cuestión de la inmamenciu,
teniendo como hilo conductor la
reflexión filosófica sobre la ciencia
moderna, particularmente sobre la
física. Esto definirá enormemente
la reorganización teórica de la
filosofía, consistente en un gran
privilegio hacia la epistemología,
en detrimento de la metafísica y la
ontología. La exigencia de pensar
lo real en términos de lo inmanente
encuentra su fuente de trabajo en
el concepto de experiencia
cientifica acuñado por la ciencia
moderna que parece proveer un
6
modelo de mediación capaz de dar
acceso tanto a la elevación
conceptual de la inmanencia como
a la totali(1nd.
La ciencia aparece aquí
como el modelo de unidad de la
realidad cuyo supuesto es la
escisión, en tanto actividad
subjetiva que parece aportar una
coincidencia entre la producción de
lo real y el pensamiento. En este
punto resulta interesante comparar
los supuestos de la epistemología
moderna -la escisión y la
exterioridad entre objetividad y
subjetividad- con los conceptos de
las teorías de conocimiento
anteriores. De lo que se trata ahí
es de encontrar las vías para
formular esta unidad presupuesta
entre objeto y sujeto, que se
concibe como una relación con la
trascendencia, y se presentan como
teorías de la participación en la
trascendencia (Platon), o como
iluminación (San Agustín y Sto.
Tomas). La unidad entre
objetividad y subjetividad es un
presupuesto. Se trata de una
revelación en el mundo humano: el
conocimiento es comunicación con
la )trascendencia. Lo que en
realidad esta separado no es la
objetividad y la subjetividad, sino
la realidad humana y su
fundiament0 trascendente. La
unidad de estas instancias esta
garantizada, toda vez que de lo
contrario desaparece la realidad
como tal.
7
La filosofía moderna se
encuentra entonces frente a un
desafío teórico, por la conexión
entre inntnnencia y totalidad. Lo
real es producido y como tal
inmanente. Sin embargo, la
especificidad de esta inmanencia
consiste en el carácter exterior e
incontrolable de la realidad y de la
totalidad que es su producto y su
presupuesto. El carácter a la vez
producido y exterior a la realidad y
de la totalidad conduce a cierta
problemática especificamente
propia de la filosof'ía moderna,
relativa a la conceptualizacion de lo
real en términos inmanente y a la
vez totalizadores.
El desarrollo de los
problemas epistemológicos tenderá,
en 1:a filosofía moderna a conducir
fuera de si mismo a un terreno
distinto de la metafísica
tradicional, en el que se trata de
una nueva conceptualizacion de la
realidad. Sirva la presente como
una pequeña contribución al
estudio de este interesante periodo
de la. cultura humana.
8
I FILOSOFIA MODERNA Y CIENCIA
MODERNA
L
En general, nos inclinamos a pensar que la mayor parte de las dificultades que, hasta hoy han entretenido a los
filósofos y han obstruido el camino del conocimiento, se deben totalmente a nosotros. Primeramente hemos
levantado la polvareda y luego nos quejamos que no podemos ver.
George BerkeIey.
La epistemología como
dentro de la filosofia esta disciplina filosófica expresa en el
el significado de la epistemología
elaboración filosófica de una del conocimiento. En este sentido,
juega el conocimiento en la conceptual filosófica el significado
articulado con el papel teórico que interior de la totalizaron
9
determinada corriente filoscifica.
Podemos afirmar, en este sentido,
que la epistemología en tanto
disciplina especifica y central de la
filosofia surge con la modernidad.
Cuando afirmo esto, no estoy
negando el hecho de que la teoría
del conocimiento tenga una
historia que se remonta a los
orígenes de la filosofía. Lo que
quiero afirmar es que la
epistemología nos refiere a una
modalidad particular del
conocimiento, el conocimiento
científico, que implica una
determinación absoluta respecto a la
concepción premoderna del
conocimiento: la inmanencia.
En la filosofía moderna la
epistemología emerge como una
reflexión filosófica en torno a la
cientificidad, desde la perspectiva
que esta abre respecto a una
posibilidad de conceptualizacion de
lo real al margen de la
trascendencia.
El problema al que se
enfrenta la filosofía moderna, junto
al de! la inmanencia, que define la
postura frente a la antigua
meta.física, es la cuestión relativa a
si el abandono de la totalidad
prennoderna como totalidad
trascendente supone el abandono
de la cuestión de la totalidad como
tal. Esto, como sobra decir, tiende
a poner en tela de juicio no solo a
la vieja filosofía, sino a la filosofía
misma.
Para la filosofía moderna
resulta claro incluso imprescindible
abandonar la vieja metafísica como
1 o
eje ordenador, en la medida en que
esta ya no responde a la exigencia
inmanentista, que mas bien puede
formul;rrse desde el campo teórico
de la nueva ciencia moderna. Sin
embargo, y esto constituye un
hecho también bastante claro en la
ciencia moderna, la apertura de la
inmanencia se produce a condición
explícita de la cuestión de la
totalidad. Esta situación, definirá
el campo de las relaciones entre
filosofia moderna y la ciencia
moderna.
La filosofía moderna debe
levantarse sobre la base del
concepto de inmanencia, que se
produce en la ciencia. Esto es lo
que confiere a la epistemología su
predominante papel en la filosofía
moderna, por que la elaboración de
estal tendrá su fuente generadora
en la epistemología. Este
alineamiento de la filosofia a la
ciencia vía la epistemología, si bien
constituye una tendencia general,
se produce a través de procesos
específicos, cuya especificidad es
precisamente decisiva. El
raciconalismo asume el carácter
formal de la ciencia en tanto
conocimiento universal y necesario
como una determinación que en
nada afecta a su realidad. Tiende ,
en este sentido, a formular una
filosofia fundada en una identidad
inmediata entre las matemáticas y
la realidad material, entre ser y
pensiar. En el empirismo si bien la
identidad resulta inaceptable,
parece bastar con el conocimiento
parti'cular que proporciona la
ciencia, cuya universalidad y
necesidad, es claro, solo son formas
subjetivas. Aun cuando estas
filosofías dan cuenta de los límites
de la inmanencia procurada por la
propuesta teórica de la ciencia
moderna, , con núcleo de indole
logico-formal de la totalizacion que
proporciona, esto no parece
resultar problemático para un
pensamiento que remite a unas
condiciones históricas.' Por
ejemplo en la formación social
alemana se producen las
articulaciones mas ricas y
complejas entre ciencia y la
filosofia moderna, toda vez que la
problemática de la filosofia
moderna, resulta tendencialmente
I Cfr Goldmann, L. fnfroduccidn ala filosofia de kant, Amorronu, Bs., as., 1974. En este apartado recogemos la hipótesls de la espccificidad de la totalidad para las filosofías alemanas, francesas, e inglesas de la modernidad.
irresoluble dentro de los limites de
la propuesta teórica ofrecida por la
ciencia moderna. Kant no es, desde
luego, el primero en descubrir las
limitaciones de esta, pero si el
primero en elaborar, una
concepción general de su carácter
problemático. Porque si bien la
ciencia es el ámbito en que la teoría
piensa en esta etapa en el nivel
más elevado la realidad en
términos inmanentes, al no
acceder, a una totalizacion real en
virtud del carácter meramente
formal que en aquella tiene toda
totalildad posible, y si tal
totalizacion real es
programaticamente
imprescindible, es claro que la
filosofia esta obligado a plantearse
problemas nuevos.
Parece ser que la filosofia
moderna no es comprensible al
margen de la ciencia que la ciencia
moderna expresa en el nivel mas
alto las posibilidades históricas de
la época para pensar el carácter
inmanente de la realidad; que la
especificidad de la reflexión
inmanentista que se produce en la
ciencia moderna resulta
filosóficamente problemática, no en
la conexión entre ciencia y
formación social sino en relación
eon la cuestión de la totalizacion
social, la tarea fundamental de la
filosofia será, en este sentido
elaborar una problemática de la
inminencia desde la perspectiva de
la cuestión de la totalidad, a partir
de los avances realizados por la
reflexión científica y en conjunto
con los problemas planteados por
la t'otalizacion socioeconómica. El
apoyo teórico del empirismo y del
racionalismo es , en general, el
mismo que el de Kant. Lo que
resulta diferente para cada una de
estas tendencias filosóficas es la
consideración de las posibilidades
de un pensamiento tal para
responder a las necesidades
originadas por el desarrollo de una
determinada formación social.
Es claro que las
conclusiones teóricas de la ciencia
no bastan para hacer avanzar los
elementos teóricos que la
hegemonía político social requiere
como imprescindible. La
conceptualizacion acerca de la
totalidad que se desprende de la
reflexión inmanentista de la ciencia
13
moderna, no es suficiente para
garantizar la realidad de la
totalidad, ahí donde esta realidad
aun no se ha producido
efectivamente.
De esta manera, la filosofia
en su conjunto se organiza en este
momento en torno a la
epistemología y es en esta donde
habrá que buscar los ejes de la
problemática de la totalidad, a que
la filosofia refiere. Este problema
esta relacionado con el hecho de
que la epistemología en el contexto
de la nueva totalización social, no
solo da cuenta de la científicidad,
sino a través de su referencia a esta
elabora la problemática general de
la totalidad social..
Los avances conceptuales de
la ciencia, o develan su interioridad
estructural de la crisis que surge de
la imposibilidad de poder explicar
la totalidad, o constituyen la
denuncia de la crisis. Una postura
filosbfica que convierte a la
cientifiicidad en temática exclusiva
de la filosofía, si bien logra
conservar el inmanentismo, se
transforma al mismo tiempo en la
expresión de la crisis de la
formación social. No de su
realización, sino de su
desintegración. Y en este sentido,
constituye no la formalización de
una totalización específicamente no
problemática, sino la negación de
toda totalización posible, una vez
que lla formación social ha sido
descalificada.
En fin lo que me interesa
destacar en este trabajo, es el
hecho de que la fijación filosófica
en el problema del conocimiento de
ninguna manera implica una
renuncia a la cuestión de la
totalidad social. Haciendo un
análisis histórico del
desplazamiento epistemologico de
la filosofía es posible demostrar que
esto expresa, por el contrario la
necesidad de organizar la teoría en
general a que nos enfrenta la
filosofía moderna en las nuevas
condiciones sociales, abiertas por el
modo de producción capitalista.
El desplazamiento
epistemologico de la filosofia da
cuenta del hecho de que la
cientificidad es el ámbito
conceptual en el que se expresa la
exigencia inmanentista de la
formación social capitalista, y que
la vieja metafisica debe ser
impugnada. En este sentido, la
nueva ciencia es la expresión
conceptual privilegiada de la nueva
organización social. Pero la
impugnación a la vieja metafisica
no significa que el nuevo modo de
producción no requiera ya de una
coneeptualizacion totalizadora de
lo real, sino que esta supone una
revolución filosófica, que por vía de
la cüencia sea capaz de elaborar
una conceptualizacion totalizadora
de carácter inmanente. Solo en este
sentido, se entiende la afirmación
según la cual la labor filosófica
para ese noumeno es la
concentración en la cuestión de la
cientificidad. Esta no es sino una
mediación teórica especifica a
travéls de la que la filosofia se
plantea el problema general de la
totalidad.
15
Si desconfiamos de todo porque no podemos conocer con certeza todas las cosas, obramos con la misma falta de quien no usara sus piernas y permaneciera sentado
y quieto por no tener alas para volar.
John Locke
La ciencia moderna organiza su
confrontación con el imperio del
concepto escolástico a partir de la
reivindicación de la percepción y la
observación, cuya sistematización
se realiza en filosofia renacentista
de la naturaleza. Sin embargo, el
desarrollo de esta oposición al
sistema aristotélico de conceptos
fijos’ que pretende circunscribir
de antemano toda observación
conducirá a la invocación de los
datos de los sentidos la mediación
logico-matematica como fuente de
la superación .de la concepción
gnosceologica medieval. El nuevo
campo de trabajo que asi se abre
’Cfr. Cassirer, E. El problema del conocimiento. F. C: E:, México, 1983
15
estará de entrada vinculado con las
necesidades teóricas del
capitalismo, al tiempo que
incorporara a este un conjunto de
determinaciones teóricas de suma
importancia.
La tendencia dominante de
la ciencia moderna esta definida
por su fijación en los fundamentos
racionales, entendidos como el
conjunto de relaciones
matemiticas, que constituyen la
necesaria mediación cognitiva de la
naturaleza . La ciencia parte de
esta forma, de la reducción del ser
sustancializado a funciones y
relaciones matemáticas, dejando
atras a la filosofia renacentista de
la naturaleza, que desde su
pretensión de hacer de las
sensaciones un objeto directo e
inmediato de investigación recae
en l a magia y el misticismo.
Para la escolástica el
conocimiento consiste en el acopio
y clasificación de los datos
inmediatos, pone en primer lugar
las cosas físicas y pretende
encontrar y seleccionar los criterios
y la categorías cognoscitivas a
partir de aquellas. En este marco
el conocimiento se estructura en
torno al despliegue teórico pleno de
la siingularidad. Lejos de esta
concepción, la nueva ciencia se
centra en la naturaleza,
considerada como sistema de
relacliones matemáticas generales.
El problema de los nuevos
principios de la investigación
resulta coincidente, desde el punto
de vista histórico, con la nueva
17
cosmovisión del universo. Por
ejemplo para Galileo el contenido
del descubrimiento copernicano
consiste en la afirmación de los
fundamentos de la razón frente a la
apariencia de los sentidos .3 De
esta manera la nueva concepción
debe elaborarse por vía de los
recursos matemáticos, en la medida
en que este resulta acreditado por
el pensamiento y no por la
percepción.
Desde Kepler, el modelo de
la investigación es la reproducción
de carácter Único y necesario, del
orden objetivo de las cosas que se
conceptualiza como una actividad
independiente del espíritu y no
como una adhesión pasiva de este a
la objetividad . La idea básica es 4
3Cfr. Ko)x. A. Del Inundo cerrado al unlverso infinito, siglo X X I , México 1987. 'Ibldem
la certeza de la adecuación entre el
cosmos y el espíritu, acomodo que
se fulnda en la actividad espiritual,
no y;a de carácter mítico, sino de
indole logico-matematico.
Ya no se trata de descifrar
las fuerzas divinas, sino la
organización racional del universo,
cuyos rasgos se encuentran en el
concepto de magnitud. Esta idea
acerca del papel del pensamiento
supone una redefinicion del papel
de los sentidos en el conocimiento.
En este sentido, el prototipo del
saber es para Kepler, el
conocimiento de las cantidades. El
intelecto no aprende el contenido
de modo directo, sino debe crear
los instrumentos para esta
aprehensión vaciando el ser en una
forma similar a nuestro espíritu; el
18
modo de ser del intelecto exige que
su propia comprensión le sea
trasmitida por una magnitud.
La matemática constituye la
base de la cientificidad moderna en
cuanto que es el fundamento de
una lógica que es capaz de superar
las dicotomías ontológicas del
aristotelismo. La matemática
posibilita y exige una mediación
continua entre los elementos
antitéticos, avanzando en la línea
de una desustancializacion de la
objetividad.' Es en esta perspectiva
enfrentada a la antigua ontología,
donde encuentra su significado la
concentración epistemologica de la
filosofía moderna.
Para la nueva ciencia no se
trata ya de comprender los
fenómenos en su integridad
' Ver Cassircr, Op. cit.
ontológica absoluta, sino de
exponer las relaciones fisicas
fundamentales del ser empírico. En
esta dirección, su condición de
posibilidad es la renuncia a
cual'quier pretensión de abarcar la
totalidad de lo real en términos
absolutos. El concepto de ser de la
nueva física no es la sustancia sino
la fuerza, formula en términos
matemáticos, los procesos naturales
son fenómenos entrelazados por
medio de una regla fija. Que la
relación de magnitud que guardan
entre si la naturaleza y los cuerpos
son funciones. La causa es el
conjunto de relaciones
matemáticas.
El campo que limita de este
modo la fisica moderna no es el de
la existencia total del universo ,
19
sino el de los cambios que se
producen en el conforme a leyes
inmanentes. Es por esto que la
ciencia no se plantea el problema
del ser en general, es decir, la
cuestión ontológica.
La ciencia moderna se basa
en una hipótesis fundamental; la
armonía entre el pensamiento y la
realidad, procurada por la
matemitica. Esta hipótesis
constituye la plataforma
fundamental desde la cual la
ciencia moderna rinde su ardua
batalla contra los principios
metafísicos superiores. En gran
medida, el desarrollo de la ciencia
exige la exclusión de toda cuestión
ontológica. Para ella, el que la
existencia empírica “sea” una
figura solo significa que se ajusta a
todas las condiciones y relaciones
sintetizadas en el concepto de
forma matemática. La ciencia es
en este sentido, un sistema de
condiciones puras cuya validez no
esta en función de que en el
mumdo de la percepción existan o
no sujetos en los cuales se den esas
condiciones.
En la nueva ciencia la
pugna entre verdad y realidad
resulta vana, en la medida en que
ella renuncia a la concepción
metalfisica tradicional de la
realidad, esto es , el concepto de
existencia absoluta. s i
abandonamos el empeño de dar al
ser una realidad sustancial, se hace
posible renunciar a asignar al
concelpto un contenido inmediato,
con 101 que aquella pugna tiende a
2 o
desaparecer. En Galileo la
aceleración uniforme es u n
supuesto hipotético que no puede
ser referido a los hechos sin una
previa elaboración matemática.
En la experiencia, se trata
del enlace de los conceptos y la
observación bajo la condición de
que los primeros puedan
desarrollarse por si mismos de
modo independiente. Lo que no
resulta posible sin la redefinicion
del concepto tradicional del ser.
El problema de la
experiencia puede formularse a
través de la pregunta por el
carácter de la 0bjetividad:;Se trata
de cosas o de relaciones? Frente al
sustancialismo, la nueva ciencia
reivindica el concepto de función;
de ahí que deba renunciar a la
pretensión de captar el ser
absoluto, el “ser en cuanto tal”, al
margen de su producción
conceptual: la condición de la
ciencia, volvemos a insistir, es la
renuncia a la vieja metafisica. Lo
absoluto se escapa en cuanto cosa
exterior, pero no en cuanto a
principio. No se trata de las cosas,
sino de las relaciones, que son
producidas conceptualmente.
La filosofia necesita ir mas
allá. :Necesita formular el carácter
inmanente de la realidad, dando
razón de la relación entre el
pensamiento (la matemática) y la
realidad en un plano en que la
reducción de ésta a aquélla no
resulta menos evidente. El carácter
ideal de la totalizacion matemática
impide una solución filosófica. La
21
filosofía no puede aceptar las
respuestas ofrecidas por la ciencia
moderna. La epistemología a su vez
no es solo una conceptualizacion
del conocimiento mismo, sino
también una conceptualizacion de
la época misma en que se genero.
De ahí que no sea posible entender
la filosofía moderna al margen de
la epistemología, y por ende de la
ciencia. pero tampoco al margen de
la problemática social
prevaleciente.
Para Descartes el método no
es solo una estructuración formal,
sino que se presenta como un
contenido total del conocimiento
puro. Así queda expresado que en
la teoría se trata del mundo del
conocimiento no del mundo de las
cosas, y por tanto que la cuestión
teórica fundamental es, saber que
nuestro conocimiento esta antes
que las cosas.
La epistemología moderna
partle de una teoría de las
categorías que no se basan en el
punto de vista del ser, sino del
conocer. En Descartes el método
descubre el fundamento común del
saber. Para conocer, es necesario
que todos los términos entren al
concepto general de magnitud que
ofrece la magnitud del espacio.
Por otro lado la metafísica
cartesiana6 apunta a dar cuenta de
la cuestión de lo real como
totalidad, y en esa medida tiende a
dejar ver los limites de la
categorizacion cientifica en 'orden
de una elaboración filosófica de ese
6 Cfr. Descartes, Rene. Meditaciones Metafkicas., Apilar, Bs. A s . 1984
2 2
problema, esencialmente los límites
de la matemática para
fundamentar algo mas que una
totalidad ideal. Sin embargo, la
solución cartesiana hace de la
categorizacion científica centrada
en la matemática, la única
respuesta posible y necesaria al
problema de la totalidad. Es
curioso como esta opción conduce
al cartesianismo, en su metafisica,
a formulaciones que parecen
regresar por detrás de su
epistemología, especialmente en lo
relativo a la concepción de la
inmanencia, procurada por esta.
Ambas epistemología y metafísica,
parecen finalmente mantener una
relación mas bien contradictoria.
La solución racionalista
parte de la conciencia y hace de
ella, inmediatamente, el
fundamento de la realidad de la
totalidad. El racionalismo alemán
formulara la concepción de la
totalidad de lo real en términos
similares a los del cartesianismo.
Para Spinoza’ el objeto de la
reflexión filosófica no son las cosas
externas, sino del intelecto mismo.
Se trata de los fundamentos y los
métodos del saber, de comprender
el ser individual como producto de
leyes universales y necesarias. En
este sentido, el ideal del
conocimiento consiste en la
rigurosa deducción pura; en un
conocimiento aprioristico basado
en la matemática y la mecánica
abstracta. La naturaleza es un todo
articulado conforme a leyes, cuya
Cfr. Spinoza, B. Reforma del entendimiento, Aguilar, Bs. As.. 1984
23
clave es la geometría. No se trata
de la explicación del ser existente,
sino establecer la legalidad del ser
que es lo que confiere a este su
contenido objetivo. La sustancia es
para Spinosa, la conexión necesaria I
y legal de las cosas concretas.
Para Leibniz'el criterio
ultimo de la verdad de una idea no
reside en la coincidencia con las
cosas externas, sino, en la
capacidad del intelecto. Un
concepto puede ser verdadero y
posible sin que su contenido se dé
en la realidad perceptiva.. Su
validez se desprende más bien de
su desintegración en conceptos
simples, demostrabais como
costruibles y por lo tanto como
'Cfr. Lcibniz. W. Nuevos conceptos sobre el cntcndimicnto humano, UNAM, México, 1979.
posibles. A partir de estos
conceptos se puede obtener la
plenitud del saber, aun cuando el
acceso a estas determinaciones
primarias resulte una labor sin
remate definitivo. Por tanto, la
misitin del conocimiento consiste en
analrizar verdades de hecho que nos
da la experiencia a fin de
desintegrarla en sus elementos
aprioristicos.
De esta manera, el
verdadero . fundamento del
conocimiento reside en la relación
conceptual que establecemos entre
valores cuantitativos absolutos.
En esta linea el racionalismo
conduce a echar mano de la
instancia divina igual que en
Leibraizg como en Spinoza. Porque
Cfr. L,eibniz, W. Discurso de metafisica, Aguilar, BS: As. , 1983
24
si bien la verdad no consistente en
la adecuación de u n objeto externo,
sino en la concordancia con las
reglas puras, la totalidad como
realidad resulta inalcanzable.
El empirismo, relevado
históricamente de la tarea de
demostrar y fundamentar el
carácter al mismo tiempo necesario
real de la totalidad, revela algo de
radical importancia para la critica
del racionalismo. Algo que éste,
tiende a rodear y a resolver
acrílicamente: la incapacidad de la
matemitica para fundamentar una
totalidad real. Si la inmanencia
conquistada exige no tratar ya con
sustancialidades, con cosas
sustanciales, ella también hace
posible admitir que bien podemos
estar tratando con entidades
formales, con nombres. El
empirismo revela esto en la medida
de que no necesita una elaboración
especifica relativa a la totalidad. El
racionalismo descubre en sus
apel,aciones a dios que necesita ir
más allá de las propuestas
avanzadas por las ciencia para
resp'onder a las necesidades sociales
de I,a época. No ocurre lo mismo
con el empirismo. Este no necesita
fundlamentar ni demostar la indole
real de la totalidad. Así, para
Locke, en el conocimiento no se
trata1 ya , efectivamente, de las
cosas. Estas son remplazadas, como
objeto de la reflexión filosófica, por
el análisis de los fenómenos
psíquicos a través de los cuales se
produce nuestra aprehensión de
aquellas. La ciencia radica, en esta
25
línea, en la capacidad para
combinar los elementos primitivos
de las percepciones,, donde esta
combinación responde a una ley
necesaria que nos impone.. En el
Enstryo'' reconoce que la base del
saber debería esta constituida no
por la sensaciones, sino sino por las
relaciones universales producto de
la intuición inmediata del espíritu,
y en ese sentido, que el
conocimiento debería consistir en
una estructura deductiva. Sin
embargo, esto, para Lock, no es
sino un ideal del conocimiento,
realmente inalcanzable. Por lo
tanto, la verdadera ciencia de la
naturaleza es imposible.
"'Cfr. Locke. J. Ensayo sobre el cntendimiento humano. F:C:E: , México. I986
En Berkeley" la tendencia
al empirismo en cuanto al tema que
nos ocupa es aun más
transparente. El abandono de la
cosa1 se resuelve en la asociación,
nexo no sugerido que constituye la
ley de la conciencia. El objeto no se
sitú,a como algo acabado frente a la
conciencia; es el juicio que articula
los datos heterogéneos de los
sentidos sobre la base de la
asociación, el que le da el ser. El
nuevo concepto de realidad
consiste en la cohesión asociativa
del complejo de representaciones.
La base de esta concepción es la
percepción. Enfrentado a la nueva
ciencia de lo infinito, Berkeley
exig,e su reducción a impresiones
simples. Segun esta teoría de
1 1 Cfr., Berkeley, G. Principios del conocimiento humano, Aguilar, Bs. As.. 1984
26
asociacion empirica, nada permite
fundar un orden fijo y necesario de
leyes; cada sujeto sensible queda
limitado a su mundo individual de
percepciones. En las condiciones de
este sensualismo, Berkeley termina
por apelar a una instancia
suprasensible: la razón, que no se
resuelve en lógica, sino en una
solución teológica.
En el contexto de este
desarrollo teórico, resulta
plenamente comprensible la
posición de Humel’el ser empírico
es una combinación de
representaciones. Pero justamente
por esto, para que ello tenga
sentido, debe ser siempre
acreditado por una impresión
directa, lo que como criterio
’’ Cfr.. H u m . D. Del conocimiento. Alianza, Madrid, 1986
permite asignar a cada concepto su
rango y su verdad relativa. De lo
que se trata como vemos no es de
una relación entre percepciones y
objetos, sino una relación entre
pur;as percepciones. Es la
imaginación la que provoca ilusión.
Entre la conciencia y la realidad
hay un abismo que debe hacerse
expllícito, aunque no por ello
resulte superable.
En suma, la filosofía
moderna elabora la cuestión de la
inmanencia teniendo como base la
producción cognoscitiva, tal como
es formulada por la practica
científica fisico matemática. Sin
embargo esa formulacion revela un
formalismo insuperable en
conexión con los problemas
filoaóficos de la totalidad y de su
realidad. Identificando el hacer con
27
el saber, la subjetividad
productora no lograra rebasar el
carácter formal de su hacer, .no
alcanzara a dominar sus
condiciones. El empirismo no tarda
en asumir este limite, calificar el
carácter formal de la construcción
científica y hundir de nueva cuenta
al ser en la opacidad de lo
inalcanzable. El racionalismo
pretenderá resolver estos limites sin
mejores resultados. Se articula a
un logicismo, que en sus salidas
ultimas no difiere demasiado del
emph-ismo. En este marco, Kant
habrá de expresar los hilos críticos
y autocriticos que permiten
visualizar la grandeza y los limites,
la desesperación del proyecto
filos;ófico de la modernidad.
28
. I11 K A N T INMANENCIA Y TOTALIDAD
1
Los filósofos e s t h de acuerdo en distinguir dos maneras profundamente diferentes de conocer una cosa. La primera implica que
se den vueltas alrededor de esta cosa; la segunda que se entre en ella.
Henrri Bergson
Podemos afirmar que hasta 1770,
esto es, hasta la critica de la razón
pura, los escritos de Kant se
encuentran permeados por la
confrontación con el racionalismo:
Leibniz, Wolff, Descartes,
Mallebranche. En relación con este
trabajo destaco dos ideas
correlativas que preocupan a este
periodo, por una parte, la de la
búsqueda de una filosofia acorde
con la ciencia. Y por otro lado, la
29
del rechazo de los conceptos
leibnizianos y spinocistas de la
totalidad. Esto es la búsqueda de
una nueva conceptualizacion de la
totalidad. En esta etapa Kant se
opone a la monadologia leibniziana
por concluir que de ella, solo
resulta una totalidad aparente. La
realidad de la totalidad reclamada
por Kant se vincula aquí con una
mayor elaboración de la
inmanencia. Si bien aquí la
totalidad pronunciada por Kant
en esta época, aparece fundada en
el entendimiento divino, parece
claro que el concepto surge de los
limites de la investigación
epistemologica de la inmanencia
más desarrollada, que la que
culmina en la armonía
preestablecida de Leibniz o en las
causas ocasionales de Malebrache.
Sin embargo, Kant
tampoco acepta la propuesta
espi'nocista de la identidad entre
dios y la naturaleza, posición
radical que tendencialmente
conduce históricamente aquella
investigación. En La unica prueba
posirble de la existencia de Dios ,
Kant explica sus diferencias con
Spinoza. La solución leibiniziana
no responde a sus necesidades
inmanentistas, afirma Kant que el
panteísmo spinocista conduciría al
callejón sin salida de un dios que al
confundirse con el universo estaría
sometido al cambio y estaría sujeto
de ,atributos negativos, lo cual
resultaría incompatible con la
30
“dignidad divina”. En realidad la
acotación de tal identidad dios-
naturaleza planetaria a Kant una
encrucijada filosófica, entre la
tendencia según la cual el cambio
es mera apariencia, lo que es ya
teóricamente insostenible o la
consecuencia de que las categorías
no son fija, ,sino cambiantes,
incluyen la negatividad y la
contradicción, lo cual resulta aun
inmanejable.
La concepción kantiana de
la totalidad en este periodo se
organiza a través de un dios que no
constituye una voluntad creadora
de la que dependan de modo
alguno las cosas, pero que, al
propio tiempo no se identifica con
la realidad empírica. El dios
kantiano es aquel fundamento de la
posibilidad de las cosas, las cuales
son por si necesarias. De ahí la
enorme relación que tienen esta
época dios, el espacio y el tiempo.
En La única prueba.. Kant
rechaza la posibilidad de derivar la
existencia desde el concepto y por
ende, la demostración por esa vía
de la existencia de dios. Sin
embargo, esta renuncia al silogismo
no implica para Kant renunciar a
la razón, sino solo una critica a la
pretsensión racionalista de
identificar a la razón con esa
lógica.
Empiria y razón perfilan
una articulación que tiende a
romper el horizonte conceptual de
la mletafisica.
El criticismo se organiza en
torno a la teoría del idealismo
3 1
trascendental, camino teórico que
se propone remover los obstáculos
filosóficos del racionalismo y del
empirismo, desde el punto de vista
de que estos se presentan como un
Único sistema de problemas. En
efecto, estas posturas se apoyan a
decir de Kant en un realismo para
el cual los fenómenos externos son
tomados como cosas dadas en si,
que existen de un modo autónomo
y sustancial. Este sustancialismo
relativo a los objetos, deviene por
otra parte, en un idealismo
insuperable respecto de las formas
del pensamiento, de modo tal que
todas las representaciones resultan
insuficientes, finalmente, para
Kant se trata de superar esta
síntesis de realismo trascendental e
idealismo empírico, para lo cual a
la postre, termina siendo dudosa la
existencia de todos los objetos de
los s'entidos externos.I3
A diferencia del idealismo
empírico, el idealismo
trascendental de Kant tiene como
punto de partida la determinación
de los objetos, como reglamentados
por nuestras representaciones
como determinadas al interior de
su articulación con las formas de
aprehensión del sujeto, y no como
cosas sustanciales. Siguiendo esta
línea, estas formas de la
sensibilidad y del pensamiento
dejan de ser propiedades de los
objetos en tanto cosasI4 De ahí que
para Kant el idealismo
trascendental pueda ser a la vez un
13 Cfr. Kant, I. Critica de la razón pura,tr. Pedro hvas, Alfaguara, Argentina, 1988 pp. 288-2119. 1 4 Cfr. bid . , p. 166.
3 2
realismo trascendenta1”;conceder
la existencia de los objetos
externos, en la medida en que,
sobre aquella base no resulta
necesario salir del terreno de la
conciencia o suponer algo mas que
la certidumbre de las propias
representaciones. La unidad entre
el cogito y la objetividad,
constituye el fundamento de cada
uno de estos, considerados por
separado. Pero para acceder a esta
solución se hace necesario admitir
que la objetividad no es nada con
independencia de nuestra
sensibilidad y de nuestro modo de
representación; que ella no es sino
una clase de representación, que
llamamos externa. Por ello, las
cosas externas, existen tanto como
los sujetos, ambos sobre la base del
1 4 Cfr. Ibid., p. 34.
testimonio directo de la conciencia
propica del yo. Con la diferencia de
que !;a representación que de si
mismo tiene el sujeto, refiere al
sentido interno, mientras que lo
que designa objetos externos
refiere también al sentido externo.
En este contexto, no es necesaria
referencia alguna respecto de la
realidad de esos objetos, puesto
que ambos no son sino
representaciones, cuya conciencia
es prueba suficiente de
reali¿iad.16Para Kant, los objetos
no son cosas, sino representaciones
determinadas por el modo de
percepción del sujeto: son
fenómenos.
El idealismo trascendental
abre así la teoría del carácter
fenonnenico de la objetividad y por
’‘ Cfr. ibid., p. 272
3 3
ende a la pareja fenómeno, cosa en
si. Esto es, el objeto puede ser
considerado bajo dos perspectivas:
Una, prescindiendo de su relación
con el sujeto o en la expresión
kantiana,”al margen de la manera
de percibirlo””. En esta línea la
naturaleza del objeto permanecerá
siendo problemática e irresoluble;
cosa en si o noumeno. La otra, en
cuyo contexto exclusivo hay
objetividad para el sujeto humano
de conocimiento, conciderandolo a
partir de las formas sensibles, o sea
como fenómeno. La intuición
humana es una intuición sensible y
por tanto, es siempre un fenómeno
de la percepción. Pero esta lejos de
ser un objeto, es solo el campo de
su construcción, que se produce a
través de las formas a priori de la
1 - Ibid.. p. 3 14.
sensibilidad del espacio para el
sentido externo y del tiempo para
el interno. En este sentido, la
estructura de la intuición sensible
como relación cognoscitiva e
indeterminada como espacio de la
construcción del objeto, como
fenólmeno. IR
La determinación
fenomenica permite conceder a la
objetividad una realidad que
incluye a las formas del sujeto y
cancela por tanto, la exterioridad
de aquella respecto a este. Pero,
por otro lado, al mismo tiempo
hace! posible que las formas
subjetivas adquieran un carácter
eminentemente objetivo, toda vez
que ellas constituyen real y
nece;sariamente al objeto como
’*Cfr. ibid., pp. 378- 79.
34
fenómeno.” Si lo fenomenico de lo
objetivo supone un estatuto
especifico de lo real, no por ello el
fenómeno es apariencia. En el
fenómeno los objetos son algo dado
realmente; solo que como esas
cualidades dependen únicamente
de las formas de la intuición del
sujeto en relación con el objeto,
este objeto como manifestación de
si mismo es distinto de lo que es en
20 SI.
El idealismo trascendental,
cuya matriz esta constituida por la
teoría del carácter fenomenico de
la objetividad, es el contenido
fundamental del criticismo
kantiano, concebido como una
revolución filosófica que toma
como modelo la fisica de su época;
’‘ Ibid. p 188. ’“ Cfr, lbid., 286
“De modo que incluso la física debe
tan provechosa revolución de su
método a una idea, la de buscar en
la naturaleza lo que la misma razón
pone en ella, lo que debe aprender,
de lo cual no sabría nada por si
Y continua diciendo Kant,
que ensayando para ver si
tuvicéramos mejor suerte con la
metafísica acepta que los objetos
sean los que deban regirse por la
naturaleza de nuestra facultades de
la intuición.”
La Propuesta de la critica
de l a Razón Pura “es transformar
el procedimiento hasta ahora
empreado por la metafísica,
efectuando en ella una completa
” Ibid., p. 18. _I_)
Cfr., ibid., p. 20.
35
revolución de acuerdo con el
ejemplo de los geómetras y los
físicos”.23 El contenido general de
esta intención resulta de admitir
como punto de partida que “solo
conocemos a priori de las cosas lo
que nosotros mismos ponemos en
ellas”.2J Este contenido general
lleva implícito un viraje en la
consideración ontológica y
constituye por si mismo una
completa impugnación de todo
tratamiento ontológico de la
cuestión del conocimiento. La
nueva filosofía de Kant, no es ya
un sistema de la naturaleza, ni
siquiera un sistema de la ciencia, la
obra de Kant es considerada como
un trutudo del método.
’’ Ibid.. p. 23 ’‘ Ibid.. 2 1
El idenlismo truscendentcrl,
constituye también una salida
teórica especialmente adecuada a
un especifico tratamiento filosófico
de l a cuestión de la totalidad en el
marlco de la inmanencia. En este
sentido, Kant expone de que modo
la 8distinción entre objetividad
fenomenica y cosa en si ”salva” a la
totalidad tanto de su desaparición
en ell mundo fenoménico, como de
su proyección a la trascendencia.
En la consideración
kantiana no hay en el mundo
empírico, lugar para la totalidad ,
sin e,mbargo, gracias a la teoría de
la fenomenalidad de aquel, resulta
posible concebir la totalidad como
una instancia inteligible.
La critica rechaza la
pretensión racionalista de
determinar los objetos fuera de los
36
limites de la experiencia. El
salvo de toda afirmación contraria
cosa en si. cognoscitiva pone a la totalidad a
el terreno indeterminable de la fenomenismo de la objetividad
a la. posibilidad de su existencia en
37
C O N C L U S I O N
1
La conceptualizacion inmanente de
la objetividad sobre la que avanza
la filosofia moderna, exige rastrear
una génesis de lo objetivo en la
acción del sujeto. Esta concebida
como practica cognoscitiva,
constituye aquí el Único terreno
firme en el cual es posible fundar la
inmanencia. L a fisica moderna
provee de un apoyo decisivo a esta
empresa a través del concepto de
experiencia y de la relación que en
esta se establece entre teoría y
hechos. L a epistemología que se
levanta sobre la base de la fisica
resulta una dirección de trabajo
capaz de denunciar la subjetividad
contingente del empirismo, cuya
indole no permite reconocer la
articulación entre lo objetivo y lo
subjetivo, y deja por lo tanto a la
objetividad en un inalcanzable mas
allá; y al mismo tiempo, también
capaz de sobrepasar la identidad
inmediata y vacía que entre el
pensamiento y los hechos establece
el racionalismo por vía de la
matemática. En Kant la
objetividad cognoscitiva es
producto de un proceso
38
constructivo en el cual la
subjetividad cumple un papel
fundamental; sin embargo, la
objetividad material no resulta
reductible a ella. Constituye, junto
con las formas puras a priori del
sujeto, su condición de posibilidad.
El problema aparece cuando
la realidad queda reducida a lo
mediable en la experiencia fisica,
que esta limitado a la objetividad
de la fisica, con lo que todo el resto
de la realidad se precipita en
noumenicidad. La noumenicidad
kantiana de lo objetivo es producto
de la confrontación kantiana con el
racionalismo, de la negativa de
Kant a aceptar la identidad que
desde la forma proclama el
racionalismo entre forma y
contenido.
Lo que constituye el gran
acierto de Kant (todo lo que es
producido es inalcanzable), rebota
con la especificidad del modelo
kanttiano de producción
epistemología. Sin embargo algo
que da cuenta de la indole desigual
y contradictoria de la producción
teórica, el apriorismo constituye
históricamente el camino teórico de
la inmanencia. La pareja
apriorismo-noumenicidad se
produce como problema junto con
la solución del idealismo
trascendental. En aquella se
expresa la formalicen
específicamente kantiana de una
problemática que con rupturas
seguirá desarrollándose a lo largo
del siglo XIX.
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40
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