abono liquido
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Descripción, Generalidad, ConceptosHistoria sssssssssssssssdxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx dddddddddddddddddddddddddddddddddddddddd dddddddddddddddddddddddddTRANSCRIPT
“Año de la Diversificación Productiva y del Fortalecimiento de la Educación”
INSTITUTO SUPERIOR TECNOLÓGICO PÚBLICO “SUIZA”
PRODUCCIÓN AGROPECUARIA
CURSO : HORTICULTURA
DOCENTE : FELIX DIMAS FAUSTINO
CICLO : I
TURNO : MAÑANA
ALUMNO : MENA RODRÍGUEZ LEO.
PUCALLPA – PERÚ2015
INTRODUCCIÓN
El abono o fertilizante, es una sustancia que se agrega a la tierra para mejorar
sus condiciones, y a su vez los productos de la misma.
La aplicación al suelo de materiales orgánicos y de leguminosas para
proporcionar los nutrientes requeridos por las plantas se remonta a los
comienzos de la agricultura.
Antes de 1850 se creía que las plantas se alimentaban de sustancias
orgánicas, hasta que Liebig y otros investigadores demostraron que lo hacían
de agua y sustancias inorgánicas, principalmente de N, P y K. Desde ese
momento se comenzó a desarrollar la industria de los fertilizantes inorgánicos
simples, siendo ese desarrollo mucho más intenso luego de la Segunda Guerra
Mundial.
La gran demanda y utilización de los fertilizantes inorgánicos marginó la
utilización de materiales orgánicos como portadores de nutrientes, ya que
pueden tener de 20 a 100 veces más concentrados los elementos que los
abonos orgánicos. Además, son fáciles de aplicar, se necesita menos mano de
obra, no requieren los cuidados y tiempos necesarios para su
acondicionamiento, y sus efectos son visibles e inmediatos. Con esa
marginación de los abonos orgánicos se dio lugar a problemas ambientales
relacionados con el manejo de los mismos.
FERTILIZANTES
I. ABONO LIQUIDO
El abono líquido en medio de las diversas sustancias que pueden servir a la
fertilización de las tierras y que merecen ser recogidas por el cultivador es
preciso comprender los abonos líquidos, conocidos bajo las
denominaciones de agua de estiércol y orina de animales.
Orina de animales
La orina es un abono rico en nitrógeno. Se estima que un litro de orina
equivale a 20 g de nitrógeno.
La orina de los animales se puede colectar en los establos cuyo piso es
cementado. Es necesario que la orina se guarde en un recipiente con tapa
para evitar malos olores, moscas y que además se pierda su valor
fertilizante.
Para aplicar la orina como abono se debe diluir un litro de orina en 5L de
agua fresca. A continuación se asperja la dilución al follaje de las plantas. El
resultado se verá a los pocos días y su acción en las plantas es similar a la
que produce la urea.
Té de estiércol
El Té de estiércol es una preparación que convierte el estiércol sólido en un
abono líquido. En el proceso de hacerse té, el estiércol suelta sus nutrientes
al agua y así se hacen disponible para las plantas. En la preparación del té
de estiércol se cogen 25 lb en un saco de cualquier tipo de estiércol, se
coloca una piedra grande (para darle peso), se amarra bien el saco con una
cuerda luego se introduce el saco en un tanque con capacidad para 200 L
de agua, se tapa y se deja fermentar durante dos semanas. Al cabo de ese
tiempo se retira el saco quedando listo el Té de estiércol. Para aplicar este
abono debe diluirse una parte de Té de estiércol en una parte de agua
fresca y limpia, posteriormente se aplica en bandas a los cultivos o
alrededor de los árboles de frutales hasta donde se extienden las ramas.
También puede aplicarse este abono a través de la línea de riego por goteo
(200 L/ha) cada 15 días.
Manejo correcto de abonos líquidos
Para evitar percances y para la seguridad del trabajador es necesario seguir
algunas reglas para el uso de los abonos líquidos.
Cerciorarse del buen funcionamiento del sistema de fertirrigación y
comprobar si el tipo de abono que se va a utilizar es el apropiado. El equipo
de inyección y los elementos que estén en contacto con el abono
concentrado deben ser de materiales resistentes a la corrosión.
El depósito en donde se almacena el abono debe estar fabricado de
materiales resistentes al tipo de abono que se almacena. Debe estar
debidamente cerrado, asegurando entrada de aire para su vaciado.
En la salida del depósito debe haber un filtro de control que se limpiará
antes de cada aplicación.
Antes de descargar el abono hay que asegurarse que el depósito esté
limpio y que no contenga otro producto que pueda reaccionar con el abono.
En caso necesario consultar con nuestro equipo técnico.
Algunos productos deben ser diluidos en invierno para que no se formen
cristales en las noches frías.
Los depósitos deben estar instalados sobre una base firme y nivelada. Se
recomienda hacer alrededor una fosa, de tal manera que si se vuelca
accidentalmente el contenido, no se dañe el cultivo vecino.
En todo cabezal de riego deben instalarse válvulas de retención para evitar
el flujo inverso del agua con abono. Esta medida asegura que el abono no
se mezcle con el agua de sistemas vecinos en caso de retroceso por una
caída de presión imprevista.
En los grifos del sistema de riego deben colocarse carteles de advertencia
para evitar que alguna persona beba accidentalmente agua con abono.
Al finalizar el riego no debe quedar en el sistema nada de abono. Para esto
es necesario interrumpir el abonado con tiempo suficiente para el lavado
completo de todo el sistema. Se calcula que para asegurar este lavado
debe pasar por el sistema de riego un volumen de agua que sea 5-6 veces
mayor que la capacidad de la tubería.
Cuando se aplica el abono directamente al suelo se debe lavar todo el
equipo de aplicación con abundante agua.
En el momento de descargar el abono del camión a un depósito hay que
usar guantes y gafas de seguridad. Si alguna parte del cuerpo se moja con
abono, debe lavarse con abundante agua. Si entra en los ojos, éstos deben
lavarse durante 10-15 minutos con agua limpia y dirigirse a asistencia
médica.
Se debe proceder periódicamente a la limpieza de todo equipo.
Almacenamiento de abonos líquidos.
Corrosividad
La corrosividad es una característica que define en qué medida el
fertilizante ataca los diferentes metales. La corrosividad del abono líquido
está determinada por las materias primas que se utilizan en su fabricación.
Solución muy corrosiva: ataca a todo tipo de metal, incluso al acero
inoxidable.
Solución medianamente corrosiva: ataca al hierro, pero no al acero
inoxidable.
Solución no corrosiva: no ataca al hierro ni al acero inoxidable.
Como regla general se puede decir que todos los abonos con un pH menor
a 3.5 son muy corrosivos. Abonos con un pH mayor a 3.5 se consideran,
generalmente, medianamente corrosivos.
En todos los casos que el abono contiene cloro en un medio ácido, la
solución es muy corrosiva.
Depósitos
Los abonos líquidos deben almacenarse en depósitos apropiados,
preferentemente de polietileno de alta densidad. Los depósitos deben
instalarse en una superficie horizontal, plana y sin ningún resalte. El periodo
de almacenamiento difiere según los componentes y la concentración del
abono.
Para asegurar una buena gestión del abonado, es importante asegurar la
capacidad necesaria de almacenamiento para una semana en el momento
de mayor consumo de la campaña.
Temperatura de cristalización
Cada solución tiene una temperatura de cristalización que le caracteriza, la
que se determina en nuestro laboratorio. Esta depende de los componentes
del abono y de la concentración. Uno de los problemas más frecuentes de
almacenamiento es la cristalización del abono cuando bajan las
temperaturas, por lo que se debe evitar en lo posible guardar para el
invierno soluciones con temperatura de cristalización alta. En caso de tener
almacenado un producto con una temperatura de cristalización más alta que
la pronosticada se debe proceder a la dilución de dicho producto.
Los abonos en el invierno deben ser generalmente un 20% menos
concentrado
II. FERTILIZANTES GENERALES:
Un fertilizante es un tipo de sustancia la cual contiene nutrientes, en formas
químicas saludables y asimilables por las raíces de las plantas, para
mantener o incrementar el contenido de estos elementos en el suelo. Las
plantas no necesitan compuestos complejos, del tipo de las vitaminas o los
aminoácidos, esenciales en la nutrición humana, pues sintetizan todo lo que
precisan. Sólo exigen una docena de elementos químicos, que deben
presentarse en una forma que la planta pueda absorber. Dentro de esta
limitación, el nitrógeno, por ejemplo, puede administrarse con igual
eficiencia en forma de urea, nitratos, compuestos de amonio o amoníaco
puro.
Generalidades:
Un fertilizante es una sustancia destinada a abastecer y suministrar los
elementos químicos al suelo para que la planta los absorba. Se trata, por
tanto, de una reposición o aporte artificial de nutrientes.
Un fertilizante mineral es un producto de origen inorgánico, que contiene,
por los menos, un elemento químico que la planta necesita para su ciclo de
vida. La característica más importante de cualquier fertilizante es que debe
tener una solubilidad máxima en agua, para que, de este modo pueda
disolverse en el agua de riego, ya que los nutrientes entran en forma pasiva
y activa en la planta, a través del flujo del agua.
Estos elementos químicos o nutrientes pueden clasificarse en:
macroelementos y microelementos.
Los macroelementos son aquellos que se expresan como:
% en la planta o g/100g
Los principales son: N – P – K – Ca – Mg - S.2 3
Los microelementos se expresan como:
parte por millón = mg/kg = mg /1000 g
Los principales son: Fe – Zn – Cu – Mn – Mo- B – Cl.4
Producción de Fertilizantes:
En 1812 se fundó la fábrica de abonos y fertilizantes S.A. Mirat, en
Salamanca, España. Todos los proyectos de producción de fertilizantes
requieren la transformación de compuestos que proporcionan los nutrientes
para las plantas: nitrógeno, fósforo y potasio (NPK por los símbolos
químicos de estos elementos), sea individualmente (fertilizantes "simples"),
o en combinación (fertilizantes "mixtos").
El amoníaco constituye la base para la producción de los fertilizantes
nitrogenados, y la gran mayoría de las fábricas contienen instalaciones que
lo proporcionan, sin considerar la naturaleza del producto final. Asimismo,
muchas plantas también producen ácido nítrico en el sitio.
Los fertilizantes nitrogenados más comunes son: amoníaco anhidro, urea
(producida con amoníaco, nitrato de amonio (producido con amoníaco y
ácido nítrico), sulfato de amonio (fabricado a base de amoníaco y ácido
sulfúrico) y nitrato de calcio y amonio, o nitrato de amonio y caliza el
resultado de agregar caliza CaMg(CO3) al nitrato de amonio.
Los fertilizantes de fosfato incluyen los siguientes: piedra de fosfato molida,
escoria básica (un subproducto de la fabricación de hierro y acero),
superfosfato (que se produce al tratar la piedra de fosfato molida con ácido
sulfúrico), triple superfosfato (producido al tratar la piedra de fosfato con
ácido fosfórico), y fosfato mono y diamónico.
Las materias primas básicas son: piedra de fosfato, ácido sulfúrico (que se
produce, usualmente, en el sitio con azufre elemental), y agua. Todos los
fertilizantes de potasio se fabrican con salmueras o depósitos subterráneos
de potasa. Las formulaciones principales son cloruro de potasio, sulfato de
potasio y nitrato de potasio.
Se pueden producir fertilizantes mixtos, mezclándolos en seco, granulando
varios fertilizantes intermedios mezclados en solución, o tratando la piedra
de fosfato con ácido nítrico (nitrofosfatos).También es posible hacer
fertilizante de forma natural.
Clasificación de fertilizantes minerales
Se pueden clasificar según el estado físico en el que se comercializan:
Sólidos: muchos fertilizantes NPK, ureas, etc.
Líquidos: algunos fertilizantes NPK, aminoácidos, ácidos húmicos...
Además, encontramos otra clasificación en función de cuantos elementos
nutritivos tenga la formulación del fertilizante.
Administración y capacitación
Los impactos potenciales de los procesos de fabricación de fertilizantes
sobre el aire, el agua y el suelo, implican la necesidad de tener un apoyo
institucional, para asegurar que sea eficiente, la supervisión del manejo de
los materiales, y para controlar la contaminación y reducir los desperdicios.
Se debe capacitar al personal de la planta en las técnicas empleadas para
controlar la contaminación del aire y el agua. A menudo, los fabricantes de
los equipos, provienen la capacitación necesaria en cuanto a su operación y
mantenimiento. Se deben establecer procedimientos normales de operación
de la planta, para que sean implementados por la gerencia. Estos deben
incluir la pre-operación de los equipos que controlan la contaminación,
requerimientos en cuanto a la monitorización de la calidad del aire y el
agua, instrucciones a los operadores a fin de prevenir las emisiones
malolientes, y directrices con respecto a la notificación de las autoridades
competentes en el caso de una descarga casual de contaminantes. Se debe
mejorar el manejo de las sustancias tóxicas y peligrosas mediante el uso de
detectores alarmas etc. y capacitación especial ara el personal operativo.
Son necesarios los procedimientos de emergencia a fin de implementar
acción rápida y efectiva en el caso de que ocurran accidentes, (p.ej.,
derrames, incendios o explosiones mayores), que representen graves
riesgos para el medio ambiente o la comunidad circundante.
Frecuentemente, los funcionarios y agencias del gobierno local, así como
los servicios comunitarios (médicos, bomberos, etc.), juegan un papel clave
en este tipo de emergencia; por eso, deben ser incluidos en el proceso de
planificación. Los ejercicios periódicos son componentes importantes de los
planes de respuesta. (Ver la sección: "Manejo de Peligros Industriales",
para mayores detalles.)
Se deben establecer e implementar normas de salud y seguridad en la
planta, incluyendo las siguientes:
Provisiones para prevenir y responder a fugas casuales de amoníaco o
derrames fortuitos de Ácido sulfúrico, fosfórico o nítrico;
Procedimientos para reducir al mínimo el peligro de explosión del nitrato
de calcio y amonio;
Procedimientos para asegurar que la exposición a los vapores de
amoníaco y óxido de nitrógeno (plantas de fertilizantes nitrogenados), a
los vapores de di y trióxido de azufre, y a la neblina de ácido sulfúrico,
sea inferior a las normas fijadas por el Banco Mundial;
Un programa de exámenes médicos rutinarios;
Capacitación permanente sobre la salud y seguridad en la planta, y
buenas prácticas de limpieza ambiental;
(Para mayores detalles, ver Occupational Health and Safety Guidelines
del Banco Mundial, y los siguientes capítulo: "Manejo de Peligros
Industriales", "Manejo de Materiales Peligrosos", y Ubicación de Plantas
y Desarrollo de Parques Industriales.")
Se deben fijar normas para las emisiones y efluentes de la planta, de
acuerdo con los reglamentos nacionales, si existen; caso contrario, deben
establecerse de acuerdo a los lineamientos del Banco Mundial. Las
agencias gubernamentales que tienen la responsabilidad de monitorear la
calidad del aire y el agua, operar los equipos de control de la
contaminación, implementar las normas, y vigilar las actividades de
eliminación de desperdicios, pueden requerir capacitación especializada y
deben tener la autoridad y equipos necesarios. La evaluación ambiental
debe incluir la valorización de la capacidad local en este respecto, y
recomendar la incorporación, en el proyecto, de los elementos apropiados
de asistencia.
III. ELABORACIÓN COMPUST DE ABONO
El compost es un abono orgánico que resulta de un proceso avanzado de
descomposición biológica controlada. El objetivo de la aplicación de abono
orgánico es aportar al suelo materia orgánica en estado de descomposición,
la cual aporte nutrientes disponibles a las plantas.
Bajo condiciones naturales, los procesos de descomposición de la materia
orgánica también ocurren. Por esta razón no es raro que el lector se
pregunte: ¿Para qué, entonces, dedicarse a elaborar compost, invirtiendo
incluso recursos adicionales? Cuando sea ése el caso, se tiene razón al
plantearse esa y otras tantas preguntas que surgen de la inquietud por
conocer la importancia de los abonos orgánicos, y dentro de ellos el
compost. Ha de saberse, desde luego, que al realizar el compostaje se
persigue acelerar esos procesos, que en la naturaleza ocurren lentamente:
a la vez que suficientemente lento para mantener un equilibrio en
ecosistemas naturales, también bastante pausado para que los nutrientes
liberados en el proceso sean tan reducidos a través del tiempo como para
que las cosechas sean mínimas en el caso de los agroecosistemas.
El proceso de compostaje
Anteriormente se habló del aumento de velocidad en los procesos de
degradación durante el compostaje, aventajando en ese modo a la
degradación bajo condiciones naturales. Ese aumento se atribuye a la
acción de los microorganismos, que, bajo condiciones de humedad
moderada y a diferentes niveles de temperatura, se alimentan de los
materiales orgánicos y los devuelven en un estado más avanzado de
degradación.
En la etapa mesofílica actúan los microorganismos mesofílicos, que
prosperan a temperaturas entre 20 y 40 ºC. La temperatura aumenta
gradualmente y el pH al inicio baja debido a la generación de ácidos
orgánicos; luego empieza a aumentar ligeramente.
La segunda etapa es la termofílica, durante la cual actúan los
microorganismos termofílicos, a temperatura entre 40 y 70 ºC. El pH sube a
más de 8 y empieza a estabilizarse. Cuando la temperatura, que ha seguido
aumentando, sobrepasa los 60 ºC, los hongos mueren y el proceso es
protagonizado por bacterias y actinomicetos. En ningún caso se debería
dejar que la temperatura suba más de 70 ºC. Desde este punto, empieza a
bajar de nuevo para dar paso a la tercera etapa del proceso.
Durante la etapa de enfriamiento, que es la tercera, la temperatura baja a
un ritmo más o menos similar a cuando aumentaba, y el pH se sigue
estabilizando mientras reduce muy ligeramente con un valor alrededor del 8.
Una vez la temperatura baja de 60, inicia una recolonización de hongos que
se unen al proceso. La etapa de maduración es la última y durante ella la
temperatura y el pH acaban de estabilizarse. Diversos organismos animales
se incorporan al proceso, y se da la formación de ácidos húmicos y fúlvicos.
Al final, los materiales llegan a un estado de descomposición tal que es casi
imposible determinar su origen, y ya está listo el abono orgánico tipo
compost.
Preparación del compost
Al iniciar la producción de compost es necesario saber que este abono
puede elaborarse con los materiales que haya disponibles en la finca. Esta
observación va ante la frecuente situación de considerar que la producción
de compost es difícil y que requiere del uso exclusivo de equis materiales
ajenos a aquellos con los que se cuenta. Lo dicho no significa que cualquier
material, por el simple hecho de ser orgánico, generará un compost de
excelente calidad, sino que es posible elaborar el abono sin necesidad de
incurrir a gastos o esfuerzos extraordinarios en la búsqueda de materiales
especiales.
Antes de agarrar una pala, la primera pregunta a formularse es: ¿Qué
materiales orgánicos se generan en mi finca (estiércol, pulpa, hojas,
cáscaras, residuos de cosecha…)? Luego, ¿cuáles de ellos no están en la
finca pero puedo conseguir? Una vez respondidas esas dos preguntas, la
tercera puede ser: ¿cuánto abono quiero producir?, y seguidamente:
¿cuánto espacio debo (o puedo) dedicar para las aboneras? ¿Dónde
ubicarla?
Al momento de elegir la ubicación de la abonera, es preferible que sea
cerca de la parcela donde se va a aplicar posteriormente y/o de donde se
extraerán los materiales, para facilitar el manejo. Es recomendable techar el
lugar para evitar el contacto directo del sol y la lluvia sobre la(s) pila(s) de
compost. De la misma manera, se recomienda hacer zanjas de drenaje
alrededor del sitio para evitar que haya arrastre cuando llueva.
Una vez elegido y habilitado el sitio donde se montará la abonera, se
procede a agregar los materiales en capas diferentes hasta llegar a una
altura de 100 a 120 centímetros.
Los componentes pueden ser diversos, recordando que se requiere una
adecuada relación C:N, por lo que es necesario mezclar fuentes de
nitrógeno con fuentes de carbono, aportando así dos elementos que los
microorganismos necesitan de manera especial, el primero para la
formación de proteínas y el segundo como fuente de energía. La relación
recomendada al inicio es de aproximadamente 20:1 a 35:1, o sea 20 a 35
partes de carbono por cada una de nitrógeno. Una relación C:N demasiado
alta conllevará un proceso muy lento, pues se tendrán que degradar los
materiales que contienen mucho carbono, produciendo dióxido de carbono
(CO2), hasta regular la relación. Si por el contrario la relación es demasiado
baja, en el proceso se perderá mucho nitrógeno en forma de amoníaco
(NH3). Al final la relación C:N reducirá, llegando entre 10:1 y 15:1.
Normalmente la pila de compost contiene los siguientes materiales:
Estiércol (vacaza, caballaza, gallinaza, cerdaza, caprinaza)
Material vegetal (ramas, rastrojos, cáscaras, pulpas, hierbas). Es
preferible que sean leguminosas, dado su alto contenido de
nitrógeno.
Tierra de montaña, que sirve de inoculante, es decir que agregará
microorganismos a la pila de compost. Este componente puede ser
sustituido por la aplicación de caldos microbiales, que pueden ser
preparados en la misma finca o bien comprados (Efficient
Microorganisms, por ejemplo). Otra práctica común es emplear cierto
volumen de compost elaborado como uno de los componentes de las
nuevas aboneras, considerando que hay alta diversidad como
resultado del proceso de compostaje anterior y que los
microorganismos allí presentes están acostumbrados al proceso, por
lo que en gran parte sobrevivirán a las condiciones cambiantes por la
que pasarán durante la elaboración del nuevo abono. Así también se
evita causar un impacto negativo en el área de donde se extraería la
tierra –en caso que no se usara el compost maduro- cada vez que
empezara un ciclo de elaboración de compost.
Ceniza o cal dolomítica, que funciona como regulador del pH, pues,
sobre todo en la primera fase del compostaje, se generan ácidos
orgánicos que pueden crear condiciones intolerables por
microorganismos que son necesarios en esa etapa temprana del
proceso.
Agua, imprescindible para que puedan llevarse a cabo
satisfactoriamente todas las reacciones bioquímicas que ocurren
durante cada etapa del compostaje. Cuando se monta la abonera,
cada capa es humedecida antes de agregar la siguiente. La
humedad será de aproximadamente 50-60%. Si hay una humedad
muy baja, el proceso será demasiado lento, y si hay más agua de lo
apropiado, ésta ocupará el lugar del aire, creando, lógicamente,
condiciones anaeróbicas bajo las cuales puede haber pudrición y la
consiguiente llegada de organismos no deseados; además, se podría
generar mucho lixiviado que contaminaría el medio. Cuando se
hacen remociones a la abonera, también se agrega agua si es
necesario para regresar a los niveles deseados de humedad.
Algunos de los materiales pueden tener alto contenido de humedad,
y de esa manera pueden requerir menos aplicación de agua. Si la
humedad fuere demasiado alta o falta consistencia a la pila de
materiales, se puede agregar aserrín como uno de los componentes,
el cual además aportará alta cantidad de carbono.
Otra consideración muy importante es que mientras más pequeñas sean
las partículas de los materiales utilizados mayor será la acción de los
microorganismos, debido a que habrá más superficie de contacto. De tal
modo, el proceso se puede acelerar y el abono estará listo en menos
tiempo. Por eso se recomienda que los materiales sean picados al
menor tamaño posible. La abonera debe removerse cada cierto tiempo,
fundamentalmente para mejorar la aireación, mezclar los materiales y
regular la temperatura. En el apartado anterior –“el proceso de
compostaje”- se explicaba que la máxima temperatura será de 70 ºC;
para asegurar que sea así, es necesario hacer evaluación frecuente de
la temperatura, preferiblemente a diario. Si se encuentra que ha
aumentado demasiado, se debe hacer una remoción, facilitando así la
entrada de aire. Si paralelamente ha ocurrido una reducción de la
humedad a niveles muy bajos, entonces se procede a mojar hasta lograr
un nivel apropiado. De no darse la necesidad de mover por exceso de
temperatura, entonces se remueve cada 10-15 días.
Transcurridos 3 a 5 meses, el compost tendrá un color homogéneo,
oscuro; todos los materiales estarán descompuestos y generarán un olor
agradable, como la tierra de montaña; el volumen se habrá reducido
aproximadamente a la mitad del inicial. En ese momento, el compost
estará listo para ser retirado y aplicado.
CONCLUSIONES
n términos generales el uso de abonos y fertilizantes, beneficia al ser
humano, ya que como dicho antes estimulan una más rápida producción
de alimentos; pero no hay que usarlos de forma indebida o
indiscriminada ya que esto provocaría un severo daño a la naturaleza;
por eso es más recomendable ocupar los abonos naturales; y la ventaja
es que aunque ninguno de los 2 hay que usarlos con exceso, si usamos
el abono natural en exceso provoca también daño a la tierra pero no va
a ser tanto como lo harían los fertilizantes artificiales, por eso es mejor
usar y fomentar el uso de abonos naturales.
BIBLIOGRAFÍA
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ISBN 84-7114-905-2.