abraham valdelomar pinto

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POEMA EL HERMANO AUSENTE EN LA CENA PASCUAL- Abraham Valdelomar -

La misma mesa antigua y holgada, de nogal,Y sobre ella la misma blancura del mantelY los cuadros de caza de annimo pincelY la oscura alacena, todo, todo est igual

Hay un sitio vaco en la mesa hacia el cualmi madre tiende a veces su mirada de miely se musita el nombre del ausente;pero l hoy no vendr a sentarse en la mesa pascual.

La misma criada pone, sin dejarse sentir,la suculenta vianda y el plcido manjar;pero no hay la alegra ni el afn de reirque animaran antao la cena familiar;

y mi madre que acaso algo quiere decir,ve el lugar del ausente y se pone a llorar

POEMA TRISTITIA- Abraham Valdelomar -

Mi infancia, que fue dulce, serena, triste y sola,se desliz en la paz de una aldea lejana,entre el manso rumor con que muere una olay el taer doloroso de una vieja campana.

Dbame el mar la nota de su melancola;el cielo, la serena quietud de su belleza;los besos de mi madre, una dulce alegra,y la muerte del sol, una vaga tristeza.

En la maana azul, al despertar, sentael canto de las olas como una meloday luego el soplo denso, perfumado, del mar,y lo que l me dijera, an en mi alma persiste;

mi padre era callado y mi madre era tristey la alegra nadie me la supo ensear.

POEMA ELOGIO- Abraham Valdelomar -

Elogio...

Poeta! t naciste para rer bajo las videspara cantar victorias y triunfar en las lidesy llevar el ensueo de cancin en cancinorlarte con coronas del laurel de las Hadasy llevar tus guedejas bajo el Sol coronadaspor las formas olmpicas donde re el amor.

Un haz de voluntades te llev a otros vergelesy cantaste a otras razas y bebiste otras mielesjunto a un ro de plata donde se mira el Sol;la Historia entre tus humos un perfume ha aspiradoy un susurro de voces en el bosque sagradoanuncia el nuevo triunfo de un nuevo Anacren.

Heraldo de tu raza diste el primer acordeen la augusta trompeta y en la lira tricordedonde las notas juguetearon como en un humo sideraly hay en tu vieja estirpe, noble como el aceroguerrero en la gloria y en la tierra un troverofresco, joven y ardiente como una flor primaveral.

Vayan mis versos plidos a orlar serenamentejunto a tantos laureles los rizos de tu frentecual susurro lejano de un modesto vergel,bajo la dbil sombra de tu imperial coronaque el arte, el talento y el amor eslabonacon un simblico laurel.

Hubo en tu raza un hombre, precursor de la Historiaque so tus canciones y presinti tu gloriaentre guilas herldicas y entre campos de azur,que imagin algo grande digno de tus hazaasy en el nido ms alto de las altas montaashizo un pueblo, poeta, donde nacieras t!Recuerdo vagamente de un lejano momento.

Fue un floreal. Tus canciones impregnaron el vientoy yo vi ante tus versos la brisa sonrer,cantar las doradas espigas de la lira...En el floreal de entonces cantaste a Primavera,y hoy es la Primavera, la que te canta a ti!

Ve por el mundo, bardo, y atraviesen tus rondasentre frescos jardines y entre aromadas frondashacia el amplio sendero donde mora Ilusinpoeta que naciste para rer bajo las videspara cantar victorias y triunfar en las lidesy llevar el Ensueo de cancin en cancin!

Blanca la noviade Abraham Valdelomar

BLANCA LA NOVIA

-Amada, ya es hora,ya se acerca la auroray el cura en la capilla nos espera.

-Ms tarde, cuando muerala primavera.

-Amada, ponte presto los azahares,que ya las luces brillan en los altaresy canta el ro.

-Luego, amor mo,cuando muera el esto.

-Amada, nos esperan en la capilla,ponte presto los azahares y la mantilla,porque ya estn las rosas en retoo.

-Espera, amado, espera,cuando muera el otoo.

-Amada, ponte el velo de desposada,que cantan las palomas en la enramadasu canto tierno.

-Imposible, no esperes;ya ha llegado el invierno....

Cobardade Abraham Valdelomar

COBARDA

Sobre la arena mrbida que inquieto el mar azotasombreando la cabaa, vigila una palmera.La paraca despeina su verde cabelleray junto al pescador gira la alba gaviota.

La tortuga longeva pensando en la remotamalhadada aventura que la hizo prisioneramedita una evasin y realizarla esperasi el anciano se embriaga en el sopor que flota.

El asno bajo el viento abre y cierra los ojos.El perro con desgano husmea los despojosy enarcada la cola marcha a saciar su sed.

Duerme el viejo la siesta La tortuga resuelvefugar y de puntitas se aleja pero vuelvela estaba viendo huir, desde un rincn, la red!

Corazn ponte en pie...de Abraham Valdelomar

CORAZN PONTE EN PIE

Corazn, ponte en pie! Cierra tu herida.Seca tu llanto, alegra tu mansin,olvida tu dolor, tu pena olvida,cubre de flores, tu sutil guariday hoy que la Primavera te convida,Corazn, ponte en pie, cierra tu heridatoma el tricornio y canta, Corazn!

No invoques a la musa, hoy que te imploratu propio dueo una sutil cancin,para cantar un cielo que se adora,para decirle a un pueblo que se llora,cuando llega esta horade la separacin,para triste decirt eres la nica musa, Corazn!

Desolatrixde Abraham Valdelomar

DESOLATRIX

Un lbum... Una dama que entre los folios tersosha de buscar inquieta la ofrenda primorosa...La pluma est en mi mano vacilante y medrosa,pero en mi corazn no florecen los versos.

Yo no creo que el lrico valor de mis esfuerzoshaga brotar en mi alma la ofrenda primorosa:un secreto dolor, cual ptalos de rosa,mis ms amados ritmos se ha llevado dispersos.

Hoy quisiera, seora, cantar vuestros hermososprestigios, el divino don de vuestra belleza,vuestro selecto espritu elogiar en mi canto,

pero a mi derredor slo escucho sollozos,ya slo me acompaan mi perenne tristezay este mi corazn que se deshace en llanto...

El conjurode Abraham Valdelomar

El barco va a manera, sobre el mar inestable,de un cansado titn que buscara su lechoy el viento entre las jarcias silba agudo, a despechode la hlice que gira veloz e inexorable.

Como un gran corazn, crepita; mas adviertela mirada radiante del fanal, que, avizora,le indica la acechanza marina, y con la proraen blanca espuma frgil, al cruzarla, convierte.

Va sin temor, confiado, seguro en su destino;la hlice da el impulso, el timn, el caminoy atraviesa la negra sombra inerte, ligero.

Y el conjuro del mar ruge a su paso. Perohay rocas y hay tormentas, y ha de llegar un da!...Y toda tu armadura oh vano! ser ma...

El hermano ausente en la cena de pascuade Abraham Valdelomar

La misma mesa antigua y holgada, de nogal,y sobre ella la misma blancura del mantely los cuadros de caza de annimo pincely la oscura alacena, todo, todo est igual...

Hay un sitio vaco en la mesa hacia el cualmi madre tiende a veces su mirada de miel,y se musita el nombre del ausente; pero lhoy no vendr a sentarse en la mesa pascual.

La misma criada pone, sin dejarse sentir,la suculenta vianda y el plcido manjar;pero no hay la alegra y el afn de rer

que animaran antao la cena familiar;y mi madre, que acaso algo quiere decir,ve el lugar del ausente y se pone a llorar...

El rbol del cementeriode Abraham ValdelomarEL RBOL DEL CEMENTERIO

No la tranquilidad de la arboledaque ofrece sombra fresca y regaladaal remanso, al pastor y la manaday que paisaje bblico remeda.

No el suspiro de la ola cuando ruedaa morir en la playa desolada,ni el morir de la tarde en la calladafronda que al ave taciturna hospeda,

dieron a mi niez sta en que vivosed de misterio torturante y honda,donde todos los pasos son inciertos:

fue del panten el rbol pensativoen cuya fosca, impenetrable frondaanidaban las aves de los muertos.

En mi dolor pusisteis...de Abraham Valdelomar

EN MI DOLOR PUSISTEIS...

En mi dolor pusisteis vuestro cordial consuelo;en vuestro hogar mis penas encontraron un nido;para mi soledad, vuestras almas han sidocomo dos alas blancas bajo la paz del cielo.

Dios os pague la sombra que me dio vuestro pecho,y el vino generoso que me dio vuestra mesa,y aquella dulce paz de vuestras almas, y esaserenidad de lago que disteis a mi pecho.

Por el beso de amor, por el pan de cario,por el trino del ave, por el llanto del nio,por los dulces poemas que vuestro hogar me dio,

dir mi corazn esta prez cotidiana,al morir el crepsculo y al nacer la maana:que el Seor os bendiga como os bendigo yo...

En mi dolor pusisteis...de Abraham ValdelomarEN MI DOLOR PUSISTEIS...

En mi dolor pusisteis vuestro cordial consuelo;en vuestro hogar mis penas encontraron un nido;para mi soledad, vuestras almas han sidocomo dos alas blancas bajo la paz del cielo.

Dios os pague la sombra que me dio vuestro pecho,y el vino generoso que me dio vuestra mesa,y aquella dulce paz de vuestras almas, y esaserenidad de lago que disteis a mi pecho.

Por el beso de amor, por el pan de cario,por el trino del ave, por el llanto del nio,por los dulces poemas que vuestro hogar me dio,

dir mi corazn esta prez cotidiana,al morir el crepsculo y al nacer la maana:que el Seor os bendiga como os bendigo yo...

Ha vivido mi alma...de Abraham Valdelomar

HA VIVIDO MI ALMA...

Ha vivido mi alma en las Edades viejasen un guerrero heroico y un galn trovador,y en gentiles mancebos de enroscadas guedejasenamorada siempre de una prohibicin.

Mi alma fue de Tartufo, de un dolo pagano,de un impber de lesbia, de un fauno y de un bufn;vivi dentro del cuerpo de un gladiador romano,y en el cuerpo caduco de un viejo Faran.

Ha vivido en las aguas y ha vivido en las rosas,ha vivido en los hombres y ha vivido en las cosas,buscando siempre amor.

Ir hacia un pas lejano de stiros traviesosy de labios de sangre que conviertan en besoslas cosas que no son...

Y vivir mi alma en las cosas futurassintiendo las saetas de nuevas desventuras,en una larga, triste, cruel peregrinacin...

L'enfantde Abraham Valdelomar

L'ENFAT

A Francis Jammes.

Sollozante y medroso, vuelve al fin a su nido,llorando como un nio, mi pobre Corazn.-Vienes lleno de sangre, Corazn! Te han herido?Qu ojos te hicieron dao, mi pobre Corazn?

Con una herida has vuelto cada vez que te has ido,y dejaste tu nido, mi pobre Corazn.Cobjate en mi pecho. Yo solo te he querido.Yo solo te comprendo, mi pobre Corazn.

Arrorr, pobrecito! Conmigo ests de nuevo.Acustate en el pecho que adolorido llevo.Te dormir con una dulce y nueva cancin.

Arrorr, pobrecito! Ven. No sigas llorando.Besar tus heridas, pero no llores... Cundodormirs para siempre, mi pobre Corazn!

La danza de las horasde Abraham Valdelomar

LA DANZA DE LAS HORAS

Hoy, que est la maana fresca, azul y lozana;hoy, que parece un nio juguetn la maana,y el sol parece como que quisiera subircorriendo por las nubes, en la extensin lejana,hoy quisiera rer...

Hoy, que la tarde est dorada y encendida;en que cantan los campos una cancin de vida,bajo el cncavo cielo que se copia en el mar,hoy, la Muerte parece que estuviera dormida,hoy quisiera besar...

Hoy, que la Luna tiene un color ceniciento;hoy, que me dice cosas tan ambiguas el viento,a cuyo paso eriza su cabellera el mar;hoy, que las horas tienen un sonido ms lento,hoy quisiera llorar...

Hoy, que la noche tiene una trgica duda,en que vaga en la sombra una pregunta muda;en que se siente que algo siniestro va a venir,que se baa en el pecho la Tristeza desnuda,hoy quisiera morir...

La ofrenda de Odhar de Abraham Valdelomar

LA OFRENDA DE ODHARCaminaba el andasobre doce nubios de pieles brillanteshacia Samarcanda.

Regado de flores amapolas rojas-se abra el camino que iba a la mezquita.Los esclavos negros pisaban las hojasy sus albornoces manchaban de blanco la ruta bendita.

En el anda iba la reina de Orienteque se adormitaba plida y silentebajo las ojivas de sus alfeizaresmimada por suaves abanicos indiosy por enervantes antimacazares.

Oh, la reina mora, la reina brillante!A Odhar, que era un nio, su primer amante,a cambio de un beso le pidi un collary todos sus blancos dientes blancos marfilinosque eran amuleto contra los destinosgalante el infante los hizo engarzar.

Fue al camino triste como sus amorespor donde pasaba con sus servidoresla reina, y, entonces, el muriente Odharplido y tranquilo la esper en las floresy al pasar la reina, la ofreci el collar.

Sobre el blando cuerpo del joven amantepasaron los nubios el anda triunfante.

Entre nubes rosas -mirra y eucalipto-sobre las cabezas de nubios sansonesentr la graciosa princesa de Egiptoen el viejo templo de los Faraones.

Al salir del templo la reina galantese olvid del nio -su primer amante-cuya boca en sangre no quiso besar,y al primer esclavo que lleg a los plidos mrmoles del templocomo una limosna le ofreci el collar.

Con los doce nubiostristemente, el andase perdi en la ruta que iba a Samarcanda...

La viajera desconocidade Abraham Valdelomar

En el rostro anguloso de fiero perfil durose enseorea el aire de su adusta mirada;parece que viniera de una tierra ignorada,habla un idioma extrao, sordo, lento y oscuro.

La cabeza inclinada en la cncava mano,el cuerpo agazapado en un gesto felino,sus ojos son los ojos siniestros del Destinoy su boca la puerta de un insondable arcano.

Cuando el mar en las tardes su furor agiganta,la ignota en un impulso violento se levantay las rojas quimeras del crepsculo mira.

Pasa sobre la nave graznando una gaviota,epilpticamente la dura hlice giray en la estela agitada la blanca espuma flota

Los pensadores vencidosde Abraham Valdelomar

LOS PENSADORES VENCIDOS

Para Jos Glvez.

Por la Roma vencedorapasa la Grecia vencida, pero siempre soadora...Al corode monocordios de orovan las cabezas hermosasde los griegos, coronadas de pmpanos y de rosas.

Por entre la multitudva la esteta juventudde pensadores vencidosy de eternos soadores de los frutos prohibidos.

La suave diosa Harmonacuando pasan por el yugo les habla de poesa.

Por la Roma vencedorapasa la Grecia vencida pero siempre soadora...

Las cabezas cabellosasdejan, como frescas rosasque pisaran los atletas,las divinas harmonas de sus rtmicos poetas...

Pasan stiros, vestalesy entonan himnos triunfaleslos labios que beben mieles,y con guirnaldas de mirtos van guiando sus corceleslos donceles...

En la Puerta Nomentana y en el viejo Capitolioel eco de un himno eolio,deja una nota sonora.

...Por la Roma vencedorapasa la Grecia vencida pero siempre soadora...

Los violines hngarosde Abraham Valdelomar

LOS VIOLINES HNGAROS

Para Rafael Belande.

Los violines hngaros con notas lejanas,marcaban el paso de las princesitasque al rstico templo, todas las maanasllevaban aromas de cosas marchitas.

Las dos princesitas, rubias encantadassoaban la vida de un cuento de hadasen cuyo prefacio rea Merln;cuando iban cantando bajo de los tilosy arrancando flores en los peristilosque hay en el palacio del viejo jardn.

Las dos princesitas de rostro murienteentraron al templo silenciosamentea orar la plegaria triste y lastimeraante la divina virgen sonrientedelicadamente modelada en cera.

El viento que siempre baladas lejanassilentes y tristes como caravanaslleva a los palacios de los soadorescant a las princesa sus notas tranquilasal llorar doliente de viejas esquilascuando ya en el templo moran las flores.

El Sol. Las princesas ropadas en sedascomo las tanagras de un rito paganovuelven tristemente por las alamedasmientras en las vegas del jardn lejanolos violines hngaros suenan piano... piano...

Nocturnode Abraham Valdelomar

NOCTURNO

Ya la ciudad est dormida,yo solo cruzo su silencioy tengo miedo que despierteal suave roce de mis pasos lentos

La iglesia eleva sus dos torresen la oquedad honda del cieloy cruza el aire el pentagramadel poste del telfono.

Pide limosna, lamentable,un mendicante viejo y ciegoy habla de Dios y dice: Hermanos!y tiende al aire su sombrero.

Pasa un borracho hinchado el rostro,echa hacia m su aliento ftido,alza los brazos y gritando:-Viva el Per!- se cae al suelo.

La luz de un arco parpadea,chocan sobre ella los insectos,cambia a mis pasos la quebradarara silueta de los techos.

Duerme un cansado caminanteen el dintel amplio del temploy all en la esquina, junto a un poste,con gravedad se mea un perro.

Ya la ciudad est dormida,yo solo cruzo su silencioy me parece que alguien siguemis pasos a lo lejos

Un auto lleno de farautespasa, alborota, insulta; entre ellosvan las criollas cortesanaszambas, pintadas y de pies pequeos.

Ya la ciudad est dormida,yo solo cruzo su silencio;repite el eco en el vacoel duro golpe de mis pasos lentos.

De estas cien mil almas que duermencul soar lo que yo pienso?...Acaso aquella que esta tardesonri a mi paso y me mir en silencio?

En los siniestros hospitalesse movern insomnes los enfermosQuin llorar desconsoladamente?...Quin se estar muriendo?...

En cuntos labios juvenilesse contraern frases y besos?Cuntas mentiras adorables!Qu desgraciados estarn naciendo!

Y ella en la muda alcoba blanca,rosado y tibio su jugoso cuerpo,extender su cabellera rubiasobre las rojas flores de sus senos.

Y una sonrisa insinuarn sus labiosy su nariz aspirar deseosy yo estoy vivo, yo lo s y la adoroy ahora no puedo darla un beso!

Y pasarn inexorableshoras y das, juventud y sueos.Hoy tengo miedo de morirme.Qu solo debe estar el cementerio!

Ya la ciudad est dormiday slo cruza su silencioel ruido que hace la pesadanegra carroza de los muertos

Ofertoriode Abraham Valdelomar

OFERTORIO

Cuando el rojo crepsculo en la aldea ponala silenciosa nota de su melancola,desde la blanca orilla iba a mirar el mar.Todo lo que l me dijo an en mi alma persiste:mi padre era callado y mi madre era tristey la alegra nadie me la supo ensear

A veces, en la sombra, la vaguedad marinacruzaba el blanco tringulo de una vela latinay se esfumaba en el confn;desgranaba las lgrimas de su espuma una olay una ave en el espacio se deslizaba solahacia la costa curva y gris.

El faro como un cclope con el ojo encendido,buscaba entre las sombras algn buque perdido,desnudo y fuerte como un pescador,ofreciendo su estela como un prdigo brazoy sus frreas escalas como un duro regazo:tal a los reyes magos la estrella del Seor...

Hoy, con mi barca dbil navegando en la ignotainmensidad brumosa, la blanca vela rota,tu espritu bueno me sepa guiar.T, blanca, dulce, triste, pensativa, adorada,recuerda y pon en estas palabras tu miradaamorosa y profunda como el cielo y el mar...

Ritornellode Abraham Valdelomar

RITORNELLO

Para vivir en el amorbasta que un alma nos sonra.Qu nos importa que el dolorcon un rictus de vencedorexhiba su mscara fra?Para vivir en el amorbasta que un alma nos sonra.

Para luchar contra el destinobasta que un alma nos escude.Torvo y siniestro, en el camino,que el bho envidioso y cetrinonos grite al paso y se demude.Para luchar contra el destinobasta que un alma nos escude.

Para librarnos del olvidobasta que un alma nos comprenda,qu importa el ser o no haber sidoo que el destino adverso, herido,sus iras trgicas encienda?Para librarnos del olvidobasta que un alma nos comprenda.

Yo, pecadorde Abraham Valdelomar

YO, PECADOR

Mi boca fue a manera de un tico panaldo acudieron los besos en lrico tropel,abejas amorosas que llenaron de mielmi espritu sediento y mi carne mortal.

Ha gravitado en mi alma, sincera y vertical,la voz inexorable y cncava, de aquelde testa fascinante que al bblico vergelarranc la manzana con giros de espiral.

Soy, Seor, de tus siervos, quien ms ha delinquido:el no poder amar fue mi pena ms honda,el no poder besar fue mi mayor tormento.

Dame, de tus castigos, la acre copa redonda;y pues soy de tus siervos el que ms te ha ofendido,yo te pido perdn.. pero no me arrepiento!

TEA

Tu sonrisa traviesase mir en el plaqude la tetera obesa y en la taza de t.La msica vienesa aletarg el Palais.Rim de sobremesa un verso sin por qu.So la tontera de una galanterabella y sentimental.Te busqu en su espejo y un milagro complejo me hizo sentirte dual.

[TU CUERPO DE ONCE MDULOS...]Tu cuerpo de once mdulos donde impreciso asoma el deseo de tu alma gozadora e inquieta,no s qu gracia adquiere sobre la bicicleta ni qu extrao prestigio, para mis ojos toma.Eres serena y tmida como mansa paloma,y hay en tus labios una dulce emocindiscreta y crece mi deseo cuando hacia ti el atletase acerca, o si el payaso dice una inocente broma.Cuando desde mi palco te contemplo y te veo si necesario fuera, dulce volatinerapor seguir tus encantos fuera volatinero.

CON INSEGURO PASO...Con inseguro paso, Impenitente mi dicha a contemplar en ruinas:traigo en el nido de mi pecho, lgrimas; traigo en la copa de mi boca, acibar;vengo con la ilusin hecha pedazos,yo que fui vencedor y fui vehementevuelvo a mi dicha en ruinas,con la plida frente coronada de espinas.