acerca de "akuin itsúu kafé"
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Conoce a Alejandra, Antonia, Lido y Araceli, quienes conforman una familia que durante tres generaciones se ha dedicado al cultivo del café. Lamentablemente, el valor del café asignado por la Bolsa de Valores de Nueva York provoca una pérdida de bienestar a estas mujeres. Ellas no se darán por vencidas y buscarán la manera de comercializar su café por su propia cuenta. Si son de tu interés temáticas como la búsqueda de bienestar a través del estudio, trabajo, el amor a la tierra y lo que ella nos ofrece, la migración, así como la unión familiar y la conservación de las tradiciones, te invitamos a descargar la carpeta de presentación de este documental sin concretar que con tu ayuda lo podremos logar.TRANSCRIPT
akuinitsuu.com
Proyecto de Película Documental de Guillermo Pérez Espinosa
Sinopsis
Alejandra, Antonia, Lido y Araceli, con-
forman una familia que durante tres genera-ciones se ha dedicado al cultivo del café. Alejandra ahora de 90 años, es la inicia-
dora de esta tradición, Araceli de 30 ha ini-ciado la travesía de la comercialización. Antonia de 59 años y Lido de 38 cuidan del
huerto. Juntas han emprendido el largo y
difícil camino de hacer del amor a la tierra y los cafetos una manera
digna de vivir.
Sinopsis Larga
Corre la década de 1950, a las manos de Alejandra; joven Tlapa-neca de la Montaña Alta de Guer-
rero, México, llegan unos pequeños cafetos. Los siembra en la ladera de la montaña con la esperanza de que con la venta o trueque de su fruto: el café, pueda alimentar
mejor a sus hijas.
El trabajo es arduo y al fin de 3 años logra su primera cosecha. Gracias a que inculca a sus hijas al amor a la tierra y el trabajo es que inicia la tradición del
cultivo del café.
El tiempo pasa, la situación económica no me-jora por lo que Antonia, la segunda hija de Alejandra tiene que mudarse a la Cuidad de México en busca de trabajo. Antonia no se olvida de su madre y cada que puede y sobre todo en la temporada de deshierbe y cosecha viaja a Malinaltepec, su tierra, para ayudar en las labores del huerto cafetalero; algo que disfruta mucho.
En una de las visitas a Malinatepec conoce a un muchacho y se casa con él. Viven en la Ciudad de México, procrean tres hijos: un niño y dos niñas; después de 10 años se separan y Antonia tiene que hacerse cargo
de ellos. En época de vacaciones los lleva a Malina en donde aprenden el cultivo del café
además de otras labores del campo; poco a poco aprenden a amar a la tierra, a sus
tradiciones y al huero familiar.
Alejandra ha envejecido y ya no se puede hacer cargo del huerto por lo que Antonia se regresa a vivir a Malinaltepec. Deja a dos de sus hijos adolescentes en la Ciudad de México pues aún están estudiando, cosa que Antonia les inculca pues ella nunca tuvo la oportunidad de hacerlo. Lidoína la hija mayor viaja con ella. En Malinaltepec ter-mina el bachillerato y estudia la carrera Magisterial que combina con el trabajo en el campo y el cuidado del huerto.
El cultivo del café no es rent-able, debido a las constan-tes crisis económicas, muchas personas abandonan sus huer-tas. Ellas siguen cuidando el suyo, confían en que vendrá un futuro mejor.
Araceli la hija menor también termina el bachillerato y sigue los pasos de su hermana, se traslada a Tlapa en donde estudia la carrera de Infor-mática. Una vez terminada se va a vivir a Malinaltepec en donde ocupa algunos puestos en la burocracia local además de trabajar en el huerto cafe-talero.
es una película que muestra amor de éstas 4 mujeres.
Alejandra
Mujer Tlapaneca de 90 años, fue una de las iniciadoras en sembrar plantas de café en el Municipio de Malinaltepec, Región de la Montaña Alta en el estado de Guerrero, México; en la década de 1950.
Siendo concubina no tuvo el apoyo del padre de sus hijas. Así que sola plantó y cuidó una hectárea de cafetos con la intención de dar una mejor vida a sus 3 hijas. No habla español.
Antonia
Mujer Tlapaneca de 59 años, segun-da hija de Alejandra. A la edad de 11 años emigra la Cuidad de Méxi-co con la intención de aprender a
hablar español.
Trabaja como empleada doméstica. Continuamente vista Malinaltepec para ayudar en las labores del
campo.
En el año de 1997 decide regresar definitivamente para hacerse cargo del huerto familiar. Poco a apoco,
con mucho esfuerzo y trabajo lo va ampliando, a la fecha el huerto
tiene una extensión de 3 hec-táreas.
Araceli
Mujer Tlapaneca de 30 años, se-gunda hija de Toñita. Nace en la Ciudad de México. Al terminar el Bachillerato se va vivir a Tlapa, para estar más cerca de su madre y a la vez poder estudiar.
Una vez terminada la carrera de Ingeniería en Sistemas, se va a vivir a Malinaltepec; en donde ocupa varios puestos dentro de la burocracia local. Es el sustento económico de su madre.
Actualmente dedica gran parte de su tiempo y esfuerzo a comerciali-zar el café. No está casada.
Lidoína
Mujer Tlapaneca de 38 años, prim-era hija de Toñita. Nace en la
Ciudad de México, en donde estudia hasta la secundaria.
En el año de 1997 acompaña a Toñi-ta en su regreso a Malinaltepec, en donde estudia el bachillerato y la carrera Magisterial. Actu-
almente se desempaña como Maestra Rural Bilingüe.
Está casada tiene 3 hijos. Ayuda a su madre en la labor del cuidado del huerto. Asiste a comunidades cercanas a “truequear” café por
algunos otros productos.
Carta de motivos deDirector
Conocí a Araceli, como se conocen muchas de las buenas cosas de la vida: por casualidad. En ese momen-to, ella traía cargando unas bolsas de café; seguro fue el aroma lo que me hizo acercármele. En la plática me contó del huerto cafetalero, de su familia y del esfuerzo que es-tán haciendo para comercializar el café ellas mismas, pues el precio que se les paga en los centros de acopio es verdaderamente bajo.
Me llamó mucho la atención su en-tusiasmo o tal vez, digamos que me lo contagió; así que a la primera oportunidad fui a visitarla a Ma-linaltepec. Allá me encontré con 4 maravillosas mujeres que difieren en edad, de los 90 a los 30 años.
En los días que estuve con ellas fui testigo del gran esfuerzo, trabajo, perseverancia y sobre todo amor que estas mujeres le tienen a su huerto. Así que decidí, en realidad desde que conocí a Araceli lo había decidido, contar ésta historia.