acordeón a piano (alberto muñoz)

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libro de poesía 1985

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Page 1: Acordeón a piano (Alberto Muñoz)

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Page 2: Acordeón a piano (Alberto Muñoz)

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Acordeón a piano / Alberto Muñoz

1985

Page 3: Acordeón a piano (Alberto Muñoz)

3

Esta pequeña epopeya de animales sonoros, instrumentos y cartillas escritas con

la música del mundo, no puede ser sino un homenaje a los músicos

Establo

Río Espera

Tigre 1985

Page 4: Acordeón a piano (Alberto Muñoz)

4

A Amelia Hyunardi que añoraba

un violín sensible que le hablara

Page 5: Acordeón a piano (Alberto Muñoz)

5

Las malas prácticas o costumbres, en arte, son lo que la posteridad proclama-

define como buenas. Hay que continuar pues, originando malas costumbres y

cuanto más, mejor.

J. C. Paz (Memorias I)

A mitad del poema me sobrecoge siempre un gran desamparo, todo me abandona

Octavio Paz (Fragmento del poema El Río)

¿A los burros , se les puede hacer mimito?

Juan Belvis (Una pregunta)

Page 6: Acordeón a piano (Alberto Muñoz)

6

EL MONO TOCABA GALANTEMENTE LA TROMPETA

El mono tocaba

galantemente la trompeta

devorador

de maníes.

El gran desastre fue venir,

abandonar su oficio

de simio de celebérrimo oficial.

Ir de a dos con una mona

y morírsele en el Houdini

y luego la tristeza, el jazz,

el solo de tuba.

Mira desde el noveno piso

los alambres telefónicos

y la terraza de Elena la bella

pero la música puede más

y se tira

sobre un sofá de gasa

a

improvisar.

Page 7: Acordeón a piano (Alberto Muñoz)

7

EL MILAGRO DE LA MÚSICA

El único milagro de este siglo

fue registrado sobre la caparazón

de una tortuga en Balcarce

Las 9 sinfonías de Beethoven

yacen escritas de su puño y letra

en el espaldar del quelonio

y fechadas con el exacto intervalo

en que fueron compuestas.

El centro de investigaciones musicales

de Herlinndaüng infiere

que lo escuchado es producto

de los copistas

que el brillo verdadero de la obra

permanece vivo

en la memoria del animal.

Page 8: Acordeón a piano (Alberto Muñoz)

8

MANOLITO DE FALLA SE EQUIVOCABA

Manolito de falla

se equivocaba, se equivocaba

que no era ese el piar.

Que el ensayo de 2 a 3 con lluvia

de piletón

daba a su violín la voz de Dublín,

de su abuelo dublinés,

“Pero mi música es otra, padre,

y aquí en el conventillo los ruidos malogran

el piar, por eso Manolito se equivoca padre

con el violín de Dublín,

quiere irse padre a una provincia lejana

tu hijo con el violín dublinés

y allá vivir si hay lugar de vivir,

si no volver con lluvia de piletón

a ensayar

de 2 a 3”

Page 9: Acordeón a piano (Alberto Muñoz)

9

MALA VIDA EN BASURAL

A dios gracias tocaba aún su rockanrol

en los bañados;

mala vida en el basural. Parda la gata

que le parió seis hijos en un tarro

y la bebida; sin embargo

no queda quien no se conmueva

con el feeling de maullante

Sabe preguntar en voz muy baja

“nena, quién es ahora el rey?”

Page 10: Acordeón a piano (Alberto Muñoz)

10

EL OCASO DE MACHITO GUANACO

Las multinacionales tienen fiera predilección

por la langosta, aunque a veces se pueda escuchar

con admiración el bello canto de un loro, afinado

y perspicaz.

Autores de canción para cotorra han pasado ya

a la historia, y las hermosas baladas para cabra

no están sujetas a olvidar.

Tristísimo suele ser el cielo de aquellos animales

que luego de un trato con la gloria descienden

al semejante olvido.

Haberse oído por la voz de todo un pueblo.

Haberse temblado en radios,

haberse ido tras océanos

tras río

tras montaña con un hilo de melodía

y luego el silencio, el mortal silencio

de otra voz que llega y vigencia.

Los padres que se vuelven ancianos y ya no

distinguen la foto de la gloria,

los amigos que olvidan porque vuelven a olvidar

para olvidar,

los amores que se han vuelto objeto de humedad

Page 11: Acordeón a piano (Alberto Muñoz)

11

disciplinada...

Así vivió el ocaso Machito Guanaco

autor de los boleros más bellos que se hayan cantado.

Page 12: Acordeón a piano (Alberto Muñoz)

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PARA UNA PAJARITA DE AROS

Soñaba escribir como Castilla

y decirle a su amor de aros

que la poesía en los pájaros salteños

era un modo de andar en el cielo.

Page 13: Acordeón a piano (Alberto Muñoz)

13

UN TUCÁN SE SUICIDA EN LA FRAGATA SARMIENTO

El acordeón.

El banderín de argentina.

El líquido de las jarcias.

El acordeón.

La llovizna del martes dieciséis.

Papeleo policial.

Los cadetes castigados.

El acordeón.

Ella llorando rumbo al puerto

sabiendo

que se iba del mundo

el último tucán

romántico.

Page 14: Acordeón a piano (Alberto Muñoz)

14

UN CABALLO EN LA GARCONNIERE

Ah cómo gozaba los sainetes de Buttaro,

la rara inclusión del mandolín en el primer

trío de Canaro y el presagio de esa danza loca

que la princesa heredera de Rumania bailara con

el infante don Luis de Orleans

Soñaba el cielo como una grapa,

como un meato escondido en los muslos de Manolita Poli,

pero había que trabajar, había que orillar el pescante,

soportar el carro carbonero.

Los otros caballos pensaban como alemanes, salvo

“El atontado” que tenía una salva criolla en los cojones

y sabía de memoria Comme il faut, Rawson, El Marne,

todo Arolas el tigre.

Un extranjero llegó al corralón y cambió el reparto.

Ya no era el carbón sino galleta dulce

y la avena olía al aduanero.

Tolerado el reparo (sin saber cómo desearle el bien

a quien se ama) “El atontado” contrajo cita en una

garconniere

Bella era sentada en la salita turca

y no movida por el amor que le dio la liga negra

que “El atontado” ciñó por siempre sobre su cincha.

Page 15: Acordeón a piano (Alberto Muñoz)

15

Alguien que tocaba el violín corneta

le dedicó la milonga que París no conoció

por esa injusticia que se comete

con los compositores desconocidos.

Page 16: Acordeón a piano (Alberto Muñoz)

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LO INAMOVIBLE

Un oso no puede hacer música culta.

Hay lugares del refinamiento y la exquisitez

que deben ser considerados a la luz de lo delgado;

y ser polar, condiciona aún más el drama de la sensibilidad.

Puede haber destino en los tambores,

puede serse trombonista

o casual en una banda peregrina,

pero sabido está que en los conservatorios

no hay acceso a esas bestias

que se esconden en invierno.

Page 17: Acordeón a piano (Alberto Muñoz)

17

BAILE EN EL CAFE ONORATA

En el café Onorata

bailaban dos arañas

un rockanrol.

Jacobo Fijman

en una mesita aparte

afinaba su violín

de hueso de Dios.

Page 18: Acordeón a piano (Alberto Muñoz)

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LA TARDE DEL GALLO DEL CELLO

La tarde era mejor contemplada

sin una somera descripción.

Algo sucedía desde el mediodía

y dejaría de transcurrir con una seña

mayoritaria de lo oscuro.

El gallo sacaba su cello del estuche

y los ocho músicos restantes instrumentos

familiares más pequeños raspados por cerda

blanca y resinada.

Cantó para nosotras,la bella Aída, un aria.

Solo de cello.

La pequeña cabecita del gallo cimbraba

porque Dios sólo sabe qué hay de igual

en el instrumento y quien lo toca.

Solo de cello y otra vez la bella Aída

crucificada en el aire, experimental, bella

diosa de la monodia de la camerata florentina.

Dio un golpe de puño en el aire y otro y otro

(motivo evidente de todo lo que el daño genera

en las divinas maltratadas) y cayó cerca de un

ceibo, sin la ayuda de ninguna de nosotras

Page 19: Acordeón a piano (Alberto Muñoz)

19

que sabíamos de ciertos finales de fanfarria,

con el luto debido de la diva.

Pero ese fue el día último

de la bella Aída, así como también

las horas últimas de cordura

para el gallo del cello,

como fue la última pieza de tocar

de los ocho músicos restantes,

como ya nadie menciona

aquel día

en que la vida y arte fueron tarde.

Page 20: Acordeón a piano (Alberto Muñoz)

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LA SERPIENTE TOCA EL ERKE

La serpiente toca el erke

y llama con ello

al ruin del río

No va la piedad

para ese ganso que sobre sus plumas

carga con varias muertes

en el cementerio de caracoles.

Abandonar la poesía

(oh, ese descalabro)

le ha traído sueños que sólo

se calman

con el sonido del erke

que toca la serpiente.

Page 21: Acordeón a piano (Alberto Muñoz)

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ARAGOR Y EL UNICORNIO

Beatriz Aragor yendo a ser niña

fue severamente cuestionada

por su definición de unicornio:

“El es un animalito mitad palabras

mitad música; como no es posible

ser visto se lo describe como canción”

Page 22: Acordeón a piano (Alberto Muñoz)

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UNA GARZA PRESAGIA EL FIN DEL MUNDO

Sí , de quién sino de sí

puede valerse una frágil garza

que no da por el mundo

ni pequeñas patas de andar.

Hay

en el fondo de las ramas un coro de

señoritas garzas blancas que viven

por voto de benevolencia

mas, una de éstas, que sabe de quejarse

con su armónica americana

cuece habas esperando el fin del mundo

-Oye garza, no ensayas hoy con nosotras?

-Hoy no, me queda esta sola luna

para ver pasar mi vida

y tocar.

Page 23: Acordeón a piano (Alberto Muñoz)

23

DIOS TOCA SU CLARINETE

(SEGUN EL VIEJO COLIBRI)

Según el viejo colibrí

Dios toca un clarinete.

Tal saber

lo ha convertido

en un ave

que se detiene en el vuelo.

Page 24: Acordeón a piano (Alberto Muñoz)

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APENAS SI GANAN

PARA COMER LAS NUTRIAS

Viven tocando

el dixie americano

ensayan bajo tierra

todos los días menos domingo

que prueban suerte en las peñas

cantando el sueño nacional.

Una banda como ellas

podría ganar fortuna

pero el páramo no da peras al olmo.

Roer una raíz

una vez a la semana

no da alimento para las crías.

VIDA DE PERROS

Page 25: Acordeón a piano (Alberto Muñoz)

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Nació en el barrio de Monserrat.

Fue amigo personal de Villoldo

y estuvo presente cuando Roncallo

le daba el último giro a “Te pasaste”.

Formó parte de la orquesta femenina que

tocaba en el Savoy Hotel de Rosario

y lo encontraron muerto en una zanja

vestido con ropas de mujer

y el hocico pintado.

Page 26: Acordeón a piano (Alberto Muñoz)

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UN CANGREJO DE ENTRADAS EXCESIVAS

El maestro componía fugas en la arena,

en el tono principal aireaba su tema

y la pinza era exacta.

La segunda voz con la distancia de una quinta

doblaba los dolores a fin de que el detalle

fuera con brillo en el contrapunto amoroso.

El dux y el comes ligaban aquel

destino que el cangrejo sostenía como

revelador. La mar interpretaba con

mal tiempo los pasos de su fuga.

El uso indeterminado de entradas

del tema expuesto no permitía que

su obra fuera atendida como

exposición de genialidad.

Alternaba envidiablemente en el comes

intervalos del dux y una suerte de luz

dejaba en claro su reposo; bien sabía él

la endiablada respuesta tonal.

Sentía, animista, inversión en la luna

y el arte retrógrado, aumentación, disminución,

voz de la variante.

Aquella técnica le valió pintas moras

en su caparazón amarilla.

Page 27: Acordeón a piano (Alberto Muñoz)

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EL CORDERO DE CENCERRO AL CUELLO

El cordero de cencerro al cuello

escribía un tratado de armonía

Schöenberg llevaba una

campana similar

para no perderse.

Page 28: Acordeón a piano (Alberto Muñoz)

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DE NOCHE, LA SALAMANDRA DEL FANGO

Lucía de noche

su traje de dinosaurio,

el pasado recalaba con escamas y diente de fregona.

María, la salamandra del fango.

Justo sería saludar a su paso

la bella nada paleolítica

y tirarle como antaño el beso soplado en la palma.

No es sencillo ver a la belleza

consagrando su fealdad en la historia de los saurios.

De sombrilla (porque el sol también genera inventos)

la vemos salir de la ópera, ridícula y amando.

¿A quién adorará de los divos?

¿Un castrati puede ser su mago negro?

¿Un tenor de calcetín y fernet?

¿Por qué no una sopranina de la Italia en gira

o la gran madama del regisseur?

Sale de la ópera y pasea por Quintana,

¡Dios nos libre de la música popular!

Page 29: Acordeón a piano (Alberto Muñoz)

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CONTRABAJO

Fue en la pascua del 53

cuando su padre cambió

las cuerdas del contrabajo,

y el Parsifal de madera caoba

volvía su alma a las polillas.

El hijo del músico no dio cuenta

de sus actos, pero se supo de su

rápida intervención en comités a la cal

y dejó evidencia de su oído en los

nietos del músico pascuense

que en primavera descubrieron el instrumento

en un sótano de la calle Agrelo

ruinoso del moho,

sosteniendo una camisola bordada en el canesú.

El arco no figuraba entre trastos

y faltaba una clavija.

Toda aquella familia había sido seducida

por los sonidos graves y delicados,

resistían el trueno

por su final de luz líquida

y tintineo.

Ahora

los pequeños descubrieron una caja

Page 30: Acordeón a piano (Alberto Muñoz)

30

de partituras

y pomadas

y polvo de arroz Feraldy

En la pascua del 53

el abuelo cayó muerto en escena,

el pato que tocaba el bandoneón

siguió en fervoroso réquiem

hasta que la sala descubrió

que no era cansancio aniquilante

sino

la cierta torcaza que daba su mal amor

El animal

cayó sobre el instrumento haciéndole

saltar una clavija.

Se fue del mundo aquel amante de la “Paráfrasis

sobre el Díes Iraes”, “La danza de la muerte”

de su amado Liszt, se fue del mundo

bajo réquiem

y una lucecita de bambalinas.

Page 31: Acordeón a piano (Alberto Muñoz)

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LOS ANIMALES SONOROS

En el zoológico de la ciudad de Buenos Aires

fue permitida la entrada de instrumentos musicales

a bien de que los animales pudieran entretener

sus vidas condenadas a perímetros de errónea circularidad.

El afán hizo factible una orquesta de melancólico sonido

y no por cierto audible en primera instancia.

No logró este hecho ninguna otra cosa que el arrepentimiento

de las autoridades, quienes al comprobar que el público

dejaba de ir diariamente al zoológico, retiraron los

instrumentos que habían ingresado con la idea de hacer

más entretenida la condena de los animales al perímetro

de errónea circularidad.

Page 32: Acordeón a piano (Alberto Muñoz)

32

AMBITO CON MÚSICA DE FONDO

Un pequeño dragón

con pezuñas de cabra

escamas y cola de serpiente

hacía su show transformista

en el Coleridge Club.

Cualquiera de sangre ardiente

hubiera soñado

una noche única

con ese cisne blanco,

Page 33: Acordeón a piano (Alberto Muñoz)

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HORMIGA QUE PRACTICA EN SU BARRIGA

Bela Bartok había escrito

ya un glissando para timbal

cuando ella practicaba

en su barriga.

Su madre la enviaba al conservatorio

del barrio San Cristóbal y conoció

al compositor de “No empukes, caramba”,

aquel italiano del sur, egresado

del conservatorio Real de Nápoles,

el padre de los Discépolo.

Ella amaba las cajas de música,

la locuaz lengüeta del tambor giratorio

contra el peine metálico afilado, cantando:

“salía de domingo lo más campante

por los campos de yuca”.

El sol bajando por los corredillos del hormiguero,

terca soltería de esos rayos dando por la cocinita,

iluminando unas cortinas de bambú hasta

llegar al atril donde solfea con sus lentes

de carey una carilla de Gershwin.

Page 34: Acordeón a piano (Alberto Muñoz)

34

LA BALLENA DE CANTUS FIRMUS

Ella que deseaba ser Teresa Zazá

y que vio a Lola Membrives estrenando

en el San Martín “La caramba”,

ella que incluyó en su repertorio

lo que Pepita Avellaneda daba

por tonadilla que no le sentaba.

Ella que anduvo adornada entre organilleros

y gitanas, a fritura oliendo

en las carpas de la Recoleta,

que dio con su lengua avellana

al asturiano en plena petenera,

que llenó su mano de pisto manchego

en la “Castellana Vieja”,

que tuvo un cruce con los ojos de Villoldo.

Ella ha invertido sus monedas

en un espejo del tamaño del mar

para que nada escape en el reflejo,

que siga el olor de los buñuelos

las banderillas agitadas en las carpas

el pericón y esa criolla entre

andaluces.

Page 35: Acordeón a piano (Alberto Muñoz)

35

DOS RINOCERONTES

Dos rinocerontes

habían puesto una casa de tango

con el fin de hacer moneda

y volverse a los pagos.

El letal estribillo

de los compositores de Buenos Aires

volvía sus pequeños corazones

madrigueras

de soledad.

Page 36: Acordeón a piano (Alberto Muñoz)

36

UNA GATA DEL MUNDO DEL ORIENTE

Anail Li

una gata del mundo del oriente

cantaba

y piedra no llegaba a ser piedra

como flor si flor,

y río andaba como el más deseado de agua

y puente cruzábase locamente de orilla

y animales tanto ellos como otros

iban de la prisa a la nada.

Furiosa era y bella,

tenía

torbellino.

Page 37: Acordeón a piano (Alberto Muñoz)

37

UN SABALO EN EL CENTRAL PARK DE OLAVARRIA

Fueron los sábalos

los que armaron el desastre

en el circo panameño de Olavarría.

Habían previsto la agonía

desde el paseo del hombre sandwich

anunciando un acto de magia sobre aguas danzantes.

Aquella noche de escarpada

hubo rebelión.

Años de sometimiento, de trabajo forzado en esas aguas

de anilina.

Reivindicación para aquellos que no eligieron la tierra.

Corrió sangre

y escaparon,

desovando en primavera.

Page 38: Acordeón a piano (Alberto Muñoz)

38

ACORDEÓN A PIANO

Hizo lo que hizo si bien tambaleante.

Marinero no es al fin sino aquel

que habla del mar.

Acordeón a Piano duerme con él

le hace ensalada y cuida de su

salitre, tan ya por lo mejor

hecha en la piel

-Leéme un cuentito de Poe.

Y Acordeón a Piano susurra La Barrica de Amontillado,

lee su Ligeia, El Angel de lo Raro.

Marinos siempre fueron aquellos.

La tabernita y la pequeña regordeta

que sabía lamer como samaritana

el vaso de ron o la ginebra.

Buques de la gran agalla, donde sí

valía valentía y gloria y loor.

¿Pero sin Acordeón a Piano, que sería de ellos y de él?

¿Aquel hermano de la calle Morgue,

el enorme orangután leonado de la especie de Borneo

sabría de aquel instrumento?

¿El mismo Poe, no hubiera deseado el 30 de enero

morir antes que su intrumento delicado?

Page 39: Acordeón a piano (Alberto Muñoz)

39

UNA PALOMA BEBE SU TE DE SALTAOJOS

Aquella paloma tisana

bebía su té de saltaojos.

La tienda era pequeña

pero parecía mayor los sábados a la tarde

Clientes de la manzanilla

de la valeriana

del acónito

de las siete sangrías

de la angélica

del ajenjo.

El temor a la guerra

trajo locura

a las colombas de Plaza de Mayo

Page 40: Acordeón a piano (Alberto Muñoz)

40

URO

Ganó algunos francos en el obelisco de Luxor,

fue mantenido de un amante de Marco <pscuvio,

besó con furia el Sello de Salomón

y un tiempo lo tuvo la madera

trabajando tajamar

Sus padres habían sido expertos músicos

de trompa de caza, con tal ironía,

que heredó de sus dominios una trompetilla

de peltre para aminorar su sordera.

Tuvo tres hijos silbadores, dos salieron de

milonga y uno de melodías sureñas.

El menor de los milongueros llegó a la pasta

con un tema suyo, mientras los otros

dejaron el labio en otros labio melosos

y de futuro.

Las comadres decían que la TV arruinaba

a los grandes, por eso el uro silbador

pasó de menos la gloria y llevó sus días

como cantor

de lotería nacional.

Page 41: Acordeón a piano (Alberto Muñoz)

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EL ASNO DE LA FLOR AMARILLA

I) Echado de los colegios secundarios por sensible.

II) No advertido en su familia hasta el día

en que un pasquín publicó su poema escandaloso.

III) Absuelto de conscripción por lamentable suceso

que haría polvo el corazón de cualquier madre.

IV) Ateo porque Dios no fue pregunta en su momento.

V) Hijo único del detalle primoroso.

VI) Ajeno a los esponsales.

VII) Viajado al Paraguay con un entrenador de perros garibaldino.

VIII) Recitador bajo la lluvia del Parque Lezama

de la Balada de la Cárcel de Reading.

IX) Enjuiciado por un delito mayor, pasó el resto

de sus días en prisión donde se hizo músico devocional.

X) Diseñó para la capilla de la prisión una torre con matracas de bronce,

y donó su corazón al Padre Eusebio de la cárcel de Las Heras,

con quien leía Filosofía del Tocador.

Page 42: Acordeón a piano (Alberto Muñoz)

42

CHACAL

¡Oye Sibelius!, cómo hago en Pompeya

para detener tu horrible música.

¡Oye Jan!, cómo saco de aquí tu rostro.

La lluvia cae sobre el cinc y hay un

vidrio roto, entra el frío y siento el fracaso

griego en los ojos.

¡Maestro Sibelius!, una decena de criadas

no dan tres centavos por tu música

y el médico que regresó a Francia y

atiende mi mal opina que tú aburres a las moscas.

Dejé el Nacional, Sibelius, pensando que yo era

la reencarnación paseando por la avenida Sáenz,

y el aire corté con la batuta de los bañados.

Ahora los albañiles necesitan de mí y el farmacéutico

y la mujer de caspa cetrina llora si no transcribo

su martirio. Todo es confusión maestro Sibelius;

hubiera sido yo Gardel, o un chacal del Africa

soñando la lívida muerte por Pompeya.

Page 43: Acordeón a piano (Alberto Muñoz)

43

EL BELLO EJEMPLO CON UVA DE RAPOSA

Cualquier pájaro ciudadano

hubiera hecho lo mismo.

Su mujer sufría y los médicos

sorteaban la fecha de penumbra.

El amor tiene razón

decían de acuerdo el amante y la amada;

la muerte no es para cualquiera

que se encargue.

Pusieron en venta el clavecín

y dedicaron la última semana

a envenenarse con uva de raposa.

Los encontró el dueño de la pieza que rentaban

no muertos,

sino abrazados.

Page 44: Acordeón a piano (Alberto Muñoz)

44

UN SAPO EN LA PROPORCION CONTINUA

Un sapo en la proporción continua

canta al tres, es otro su Dios y suma.

Una charca pequeña es el espejo

de su móvil cantata.

Croa y hace con ranas el servil amor

a b ____ = ____ b c

Allá su cancioncilla y suma sin otro Dios

que el número de oro.

Croa

y hace con ranas el servil amor.

Page 45: Acordeón a piano (Alberto Muñoz)

45

FUNERAL DE PELICANO PADRE

Dejó su oficina de cartero

con la marcha propia

de una carta que va del amor

al amor, sorteando la vejez con penacho negro.

Jugando ajedrez en la plaza Almagro

con aquellos viejecitos que prueban al sol

su jubón de ajo, piedrecitas de misericordia

colgando de sus cuellos. Comía solitario

palomitas de maíz, perdido en el helecho,

en el destino de una labiada.

La vida plana. El instrumento del cielo

midiendo su área.

Su ojo como escudo de Portugal y el portapaz.

Predio de página, la tinta latina, una carta

su cuerpo de plumas, el enigma del hombre

que lleva los anuncios.

El funeral de su padre pelícano

dejó risino en el alma y la pobreza.

Rigente y cerrada como la postal de una

Page 46: Acordeón a piano (Alberto Muñoz)

46

madre superiora fue su vida, buscando

otro paisaje.

Vivió en Santiago con una damita de purgatorio

a fin de que el amor pudiera alguna vez

volverse epistolar.

Page 47: Acordeón a piano (Alberto Muñoz)

47

HONRARAS A BUDDY BALDEN?

“A fines del año 1907 Budy Balden comenzó su descenso. Vivía entonces con una

joven llamada Nora Bess, con su madre y su hermana Cora. Se quejaba con

frecuencia de fuertes dolores de cabeza. Los dolores no tardaron en hacerse tan

agudos que Buddy comenzó a tocar notas falsas. Durante un desfile callejero en

ese mismo año enloqueció y tuvo que ser aprehendido. Al fin ya no podía tocar en

absoluto. No reconocía ni a sus mejores amigos. En abril de 1907 fue llevado a un

sanatorio para neuróticos, después de que sus vecinos se habían quejado

continuamente de él”

-Así es siempre, aquí o en Ohio. Hay que cuidar el alma porque la música hace

estragos.

-Pero yo quiero tocar la corneta, padre.

-No hagas las cosas más difíciles de lo que son.

-Pero yo quiero tocar la corneta, padre.

-No hagas las cosas más difíciles de lo que son.

-Pero yo quiero tocar la corneta, padre.

-No hagas las cosas más difíciles de lo que son.

-No hagas las cosas más difíciles de lo que son

Page 48: Acordeón a piano (Alberto Muñoz)

48

LA POPULARIDAD DEL PÁJARO CAMPANA

La popularidad del pájaro campana

comparable sólo a la de Marilyn Monroe

o a la de la liebre lunar

hizo posible un nuevo bestiario:

La pantera gardeliana

El frailecillo spinettio

El trogón saluciano

La cachipolla leguizamónica

La cigüeña troilera

El ciervo mozzio

La chachalaca walshi

El armadillo piazzo

La garceta iriondina

El alcaudón nebbiano

y el posible pájaro etceterino.

Page 49: Acordeón a piano (Alberto Muñoz)

49

POEMA PARA SER LEÍDO POR CABALLOS

Ah qué bien esa estética entre Virgilio, Valery y Podestá.

Animales de circo.

Uno de los caballitos de tiro le leía al otro

(confinado a la gracia del trote) un fragmento

del libro tercero de las Geórgicas:

“Se aprecian, sobre todo, los de color rojizo

y amarillento; los menos estimados son

los blancos y grisáceos. Al oír el lejano

ruido de las armas, el potro de casta

se impacienta y se agita sin cesar; sus

orejas se enderezan, tiemblan todos sus

miembros y el aliento de sus nariles parece

fuego; se eriza su densa crin,

ondeando sobre el lado derecho, se

arquea su espinazo en medio de los

lomos, escarba la tierra y la hace

resonar fuertemente con la sólida pezuña.

Así era Cilaro, domado por las riendas

de Pólux; así fueron los caballos gemelos

de Marte y los del carro del gran

Page 50: Acordeón a piano (Alberto Muñoz)

50

Aquiles, tan celebrado por los poetas

griegos; y así también se apareció Saturno

cuando, al ver llegar de improviso a su

esposa, huyó sacudiendo la cerviz y

llenando con agudos relinchos los ámbitos

del altivo Pelión.

Cuando comience a decaer, sea por grave

enfermedad o por el peso de los años

guárdalo en el establo para que nada dañe

su noble vejez”

El caballito confinado al trote

leyó el canto XVII de El Cementerio Marino:

“¿y aún esperas un sueño tú, gran alma,

que ya no tenga este color de embuste

que a nuestros ojos muestran ondas y oro?

¿Cantarás cuando seas vaporosa?

Todo huye, bah. Porosa es mi presencia,

y también la impaciencia santa muere.”

Un tercer caballito, cojo, miraba de reojo y pensaba:

-Así quedé yo por ser el animal

que montaba Juan Moreira en los

circos de provincia; destinado a lo real

sin ser verdadero.

Page 51: Acordeón a piano (Alberto Muñoz)

51

INDICE

El mono tocaba galantemente la trompeta

El milagro de la música

Manolito de Falla se equivocaba

Mala vida en el basural

El ocaso de Machito Guanaco

Para una pajarita de aros

Un tucán se suicida en la Fragata Sarmiento

Un caballo en la garconniere

Lo inamovible

Baile en el Café Onorata

La tarde del gallo del cello

La serpiente toca el erke

Aragor y el unicornio

Una garza presagia el fin del mundo

Dios toca un clarinete (según el viejo colibrí)

Apenas si ganan para comer las nutrias

Vida de perros

Un cangrejo de entradas excesivas

El cordero de cencerro al cuello

De noche la salamandra del fango

Contrabajo

Los animales sonoros

Page 52: Acordeón a piano (Alberto Muñoz)

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Ambito con música de fondo

Hormiga que practica en su barriga

La ballena del cantus firmus

Dos rinocerontes

Una gata del mundo del Oriente

Un sábalo en el Central Park de Olavarría

Acordeón a piano

Una paloma bebe su té de saltaojos

Uro

El asno de la flor amarilla

Chacal

El bello ejemplo con uva de raposa

Un sapo en la proporción continua

Funeral de pelícano padre

¿Honrarás a Buddy Balden?

La popularidad del pájaro campana

Poema para ser leído por caballos

Page 53: Acordeón a piano (Alberto Muñoz)

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