adieu, mon plaisir

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© Marie Antoinette Artaud / LOUISE BURTON

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Page 1: Adieu, Mon Plaisir
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ACTO FINAL

La tierra tragaba su lastimero último trágico aliento en las avenidas del Valle de la Muerte… Desolación inconmensurable alrededor de un subterráneo agujero que amenazaba con desvanecernos entre acero oxidados y cadáveres que aún respiraban los suplicios irreverentes de la pálida necro nómica muerte alzada sobre las miles de cabezas; entre aquel humano mar de esperanzas rotas; aquel lugar en el cual estábamos sumergidos tú y yo, amor mío, ambos en contrarias orillas de una misma tempestad, luchando por acercarnos a pulso vacilante entre las miles barcazas siniestras y destruidas…

Miré a mi alrededor con un dejo de secreto sarcasmo. - Estúpidos y nada más.

La lastima corroía el anacrónico cobertizo de mis esperanzas perdidas, mientras me adentraba entre las marejadas de miseria humana; alcanza la telúrica-tétrica orilla de mi soledad inconmensurable.

El Vampiro se había quedado solo.

Las paredes comentaban la decadencia de las sociedades infernales que vieron morir antes del amanecer y sus ocasos... La tierra toda era un triste manojo de hierro y estrellas muertas... días pasados entre los agujeros cuánticos.

La muerte toda era un suceso excitante en la dimensión paralela de tu vida efímera... Las manos se entrelazaban bajo las tórridas aguas oscuras y un último beso, lanzado al aire, esperaba por convertirse en aquel final anunciado.

El triste ángel sorteaba los obstáculos.

La riberas no podrían con todo esto...somos demasiado para la misma muerte y tan sólo nos embriagamos, con las conciencias atadas, sobre el viejo diván; como solía ser, de la única vieja y gastada manera que ambos conocemos. Mis labios sobre tu cuello...un difuso aroma a gloria... unos afilados colmillos que presionan contra tu frágil carne, justo antes de que sean mis propias y monstruosas manos las que lo despedazan, lenta y dulcemente.

Nos hemos quedado solos, querida mía...

Ya las luces se pudren, mientras te beso con una frialdad abistamente cándida, y te pierdes en el fulgor mortecino de tus propias pupilas reflejadas en las mías... El fuego lo consume todo, y el puto mundo se borra de nuestras mentes, pero aquí estamos, a final de cuentas. Me enredo entre tus piernas mientras mis manos bajan lentamente... Una cálida espada penetra entre tu frágil sonrisa de niña inocente. Dos pequeñas palomas blancas sobre mi espalda...

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Ahí ha quedado el último resquicio de mi 'yo', seda negra, con botones y un siempre práctico bolsillo cerca del corazón... Ahí ha quedado el último bastión de tu dudosa 'moralidad', fina tela color violeta de encajes y ribetes... la cinta que llevabas por cinturón...

Un rápido movimiento y me encuentro en el lugar apropiado... Aquí es donde comenzó el mundo, ¿sabes?... inserto entre tus tiernas entrañas, como un acto de asquerosa depravación morbosa, mientras de fondo tan sólo se oía la ópera de la creación absoluta, saliendo desesperadamente desde tus labios; dulces gemidos para la bestia que, suave y sádicamente, arremetía una y otra vez contra la virginal doncella, que pronto, dejaría de serlo. Aquí es donde comenzó el mundo... inserto entre tus tiernas entrañas, cuando el corrupto monstruo, cómodamente reclinado contra el diván, acariciaba la perdida rosa blanca... senos de pálido marfil bajo uñas pintadas de riguroso negro... Cálido néctar brotando de mi pálida espalda: los desesperados rasguños finales de un mundo que agoniza en un abismo de lacerante placer. Fue entonces cuando escribimos juntos aquella enigmática primera canción que dio nombre y forma a la humanidad toda... líneas que fueron entonadas entre sudor y sangre. Gemidos a la luz de la luna, bajo la muerte absoluta.

Es el fin... es el fin, amor mío. Duermes desnuda sobre mis piernas... te abrazo queriendo retenerte entre mi latente deseo de asesinato y mis ansias de eternidad... Cavilo... Alicia se ha dormido, pero el peor peligro no son sus pesadillas, sino el hombre de triste semblante que vela sus placidos sueños...

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‘… ADIEU, MON PLAISIR.’

La asesinó lentamente, con un sórdida sonrisa en los marchitos labios que se curvaban con un dejo de exquisita sensualidad; propia de su naturaleza oscura, diáfana y sombría. Sus lacios y largos cabellos estaban por completo revueltos, pero aquello le era indiferente en aquel momento. Su mirada, extraviada en la ingravidez del momento, reposaba sobre las pesadas cortinas de fino terciopelo; como si pretendiese mirar más allá del infinito, más allá de lo evidente... «más allá del bien y del mal... – pensó entonces - como un ser humano de valores transmutados...como el primer superhombre...como el único Anticristo»Ella yacía bajo su cuerpo, la mirada vacía; fija en las vigas de aquel blanco tejado. Ya no era más que lo evidente, más que el insalvable abismo que siempre los había alejado. Ella era aquella bruja. Tan pálida, tan bella, tan magnífica como la más hermosa muñequita de porcelana. Su porte era excelso, sus cabellos un río oscuro que coronaba la nívea porcelana de su rostro. Una virgen «La prometida de Lucifer», la llamaban algunos, pero siempre había alguien que desbarataba aquel excéntrico epíteto, fundamentando que, en realidad, de ser así, ella debería ser aquel altar vivo y desnudo, sobre el cual se presentaban paganas ofrendas; la doncella no podía ser un altar del pecado si el único pecado que conocía, justamente, era el único del cual no era culpable en absoluto: el pecado original. Pero él siempre creyó que aquello no era cierto: ella era la prometida del Diablo, lo sabía. Condenadamente hermosa, perdida para siempre dentro de aquel tiempo, él sentía que le observaba desde más allá de su pálida elides fantasmal. Él, el único Anticristo, había vencido a Satanás. Un momento de profundo silencio lo inundó todo. Las luces parecieron querer apagarse por un segundo, escaso y eterno. Cesó el último débil eco de humanidad...él sonrió mórbido, retraído, árido, extraño y alejado de sus propios pensamientos, desentendido de sus últimas acciones; de su primer y último vistazo a este mundo que le abrazaba lentamente, dentro de sus pútridas entrañas llenas de sangre y arcilla, de acero y corrompido óxido...Un sordo eco parecía llegar lejano; siempre árido y a destiempo...siempre estertóreo y sereno...metálico y flameante.Sonrió de pronto...sus labios estaban aún teñidos de escarlata. Observó su oscuro triunfo; no, no podían existir dos, en un pequeño mundo como éste no había espacio para más...quizás tampoco lo había para uno, o quizás la dimensión paralela les absorbiese a ambos, y así, serían ellos el nuevo Big Bang, el alfa-el omega...en el fondo de un alma que ya no le pertenecía, y que jamás lo hizo, creyó que, en realidad, siempre hubo una segunda opción.Pero no, ya era muy tarde. Las campanas habían dejado de tañer, las cortinas se habían rasgado desde arriba haciendo que todo temblara, que todo cayera también con ellas. Así, el mundo mismo se desbarató como la más frágil, la más banal y la más débil cortina de seda negra...La chimenea seguía aún encendida. Quizás podría aprovecharla aquella fría noche.Él siempre creyó ser el Anticristo, demasiado bueno para este jodido mundo, demasiado perfecto para ser parte de esta mundana insignificancia; demasiado para conformarse con ser un simple simio que consiguió erguirse con la vista al frente. Él lo dijo cada vez que pudo, con su aire de misterio, con su tono oscuro, con su mirada cadenciosa, con su sus

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palabras de vil serpiente embaucadora de los primeros, en el siglo antes de que los siglos fuesen siglos: en la tierra antes de las palabras; en las palabras antes de las ideas. Él siempre creyó ser el único Anticristo; aunque jamás hubo nadie que estuviese allí para corroborar que su apocalíptica hipótesis era, realmente, correcta.Pero ya era muy tarde; ya las canciones de cuna habían cesado.Una última sonrisa más...la más sardónica que pudo encontrar dentro de su repertorio; no escatimando en horrores, espantos y deidades mortificadas que le azotaban lentamente en su pálida espalda, mientras gemía con su cuerpo envuelto en un halo rojizo, en una tempestad irrisoria, indiferente a todo...desconociendo el mundo, matando el pasado...asesinando el presente, deteniendo el porvenir.Finalmente, había triunfado...«Ella es una virgen, porque para Lucifer sería demasiado fácil escoger a una impura para que fuese suya...él es mórbido; él quiere burlarse de Dios en su cara. Él ha conseguido a su propia madre, a su propia Virgen, a su propia María...él será el Edipo, él yacerá con su madre...él será el Príncipe Edípico»Finalmente había tocado la última campanada, y había silenciado la siguiente por su propia mano...Lo había conseguido, después de todo...después de todo, había cumplido su tarea. Ella, la bruja, había asesinado al propio Anticristo.

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‘… AND LIFE IS WINE.’

Suspiró pesadamente a su oído, separando sus rojizos cabellos con aquella delicada pieza de marfil, al final de su brazo...Nada era eterno.Ella lo miró un segundo...- Yo estoy enamorado de algo real...- Podría ser yo.Una delgada línea desgarró su corazón, de manera silenciosa. Las palabras sólo eran signos inútiles.Con la mirada perdida, tomó la blanca camisa. La puso sobre sus hombros. Dudó.Acercándose, como temiendo ser rechazada, vino a su lado. Sus manos se posaron sobre la parte de madera, al final de la cama. Su desnudez femenina, sutil era el contexto de aquella escena. - Usted viene a lo largo de los días de verano... con ternura, con buen gusto...Su mirada soslayada lo decía todo. Ningún espacio para dudas.- Es demasiado tarde para estar encerrados dentro de nosotros mismos. El problema es que estás enamorado de alguien más... Debería ser yo.Sus cabellos caían, libres, salvajes, desde sus menudos hombros. Sus labios cerrados, un poco oprimidos. Un rechazo.- Usted ha dicho hoy... usted ha dicho que sabe exactamente cómo me siento...Se dirigió hasta ella. Sus fuertes manos sobre su delgada cintura, suavemente. Su larga y hética silueta masculina servía de fondo a aquella delicada figura.Su rostro cubierto por hebras de fuego, mientras aquellos labios se acercaban a su oído:- Llegará el tiempo en que yacerás desmayada, entre noches estrelladas, nena... y de la forma en que nuestros cuerpos permanecen... Usted se mueve conmigo, te voy a tratar bien...Su castaño cabello se enredaba poco a poco en el de ella... Silencio.Tan sólo un par de ojos almendrados, mantienen una mirada soslayada; al final de esa noche...

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NEOGÉNESIS

No había ningún otro ser humano sobre la árida faz de la tierra. El agua se había acabado hace ya siglos... y ahora ni siquiera quedaba una sola gota de aquella agua artificial que George Crowley había inventado hace doscientos años atrás.Nada más podía hacer Adán a esas alturas sino sentarse sobre una roca y empezar a pasarle revista a los últimos y lamentables sucesos de los últimos trescientos años mientras esperaba su muerte (y ojala fuese rápida e indolora).Primero pensó en las guerras nucleares. ‘Una estupidez mayúscula de proporciones anecdóticamente catastróficas’ recordaba que había dicho cierta vez una de sus maestras. En ese entonces, él tenía unos siete años y ya se preguntaba porqué el afán de destruirse unos a otros… la gente moría en los holocaustos y nadie parecía interesarse demasiado por la gran esfera azul.Luego recordó los gigantescos saltos tecnológicos. Impresionantemente grandes para la poca cultura de las personas… Puede que ya dominaran un conocimiento más avanzado, pero aún seguían tirando los boletos de autobuses en las aceras.- Una cosa llevó a la otra… y ahora ya es muy tarde – dijo con tristeza Adán - apostaría a que siquiera mis abuelos habrían imaginado el daño que me causarían a sus hijos, o las generaciones siguientes…- El egoísmo del hombre ha sido siempre mayor que su conciencia. – dijo de pronto una voz femenina a su lado. Se trataba de una muchacha joven. Su larga cabellera era dorada y vestía de verde.- ¿Y tú quién eres? – inquirió él exaltado.- Soy Eva – respondió ella.- Ah… Eva – repitió él no muy convencido. Simplemente, era demasiada coincidencia – Y… ¿cómo sobreviviste al meteorito? – inquirió él.Eva lo miró extrañada.- Yo, por ejemplo – dijo Adán – estaba dentro de un bunker blindado cuando nos alcanzó el impacto – explicó él. - Ah… ya veo – dijo Eva – Bueno, yo no recuerdo mucho de aquel impacto, pero creo que tú podrás explicármelo mejor.- ¿Qué a caso no recuerdas? – inquirió Adán extrañadísimo – Contaminamos demasiado la Tierra, nos alcanzó el calentamiento global, destruimos el ecosistema y por eso fuimos incapaces de detener el meteorito que impactó la tierra, eso por falta de combustible...- Pues yo no recuerdo nada de eso – comentó ella.- Se acabó el agua, ya no hay árboles y creo que dentro de poco, estaremos aspirando dióxido de carbono… así que ha sido un placer conocerte.En ese momento, y para su sorpresa, Adán se percató de que la temperatura había descendido un poco. La verdad no se explicaba qué estaba pasando; es decir, la Tierra debería estar hirviendo para ese entonces.- ¡Ya sé! – se dijo de pronto alarmado – Esto… esto es todo un sueño…y me despertaré aaaaaaaaahora – se dijo convencido. Pero no…tampoco eso ocurrió.Eva lo observaba entre divertida y curiosa.Lo que Adán no sabía es que aquello no era un holocausto, sino el inicio de la creación. Ya sabía qué lo había llevado a estar donde estaba. Esta vez se preocuparía de no repetirlo.

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DANCING GHOST

Sus ojos se difuminaban entre la pálida lluvia rojiza... el plenilunio estaba cerca; y su mirada se perdía entre los últimos acordes pasajeros de aquella inexistente realidad... una aguja flotando a la deriva, dentro del cáliz de su vino eterno.Una inconmensurable y honda agonía que se extendería por días... por años, por siempre... ‘por siempre, para siempre...’, como aquella frase estereotipada hasta el cansancio; hasta el más absoluto absurdo; hasta que ya no fue nada... hasta que se hizo su preferida, dentro de aquel miserable mal de muerte y pasión.Entornó sus pupilas una vez más. Fijó su atención en lo inexistente de todo... en la levedad de la nada, en la infinita y abismante – a caso vertiginosa – estupidez espontánea de sus coterráneos... Mutua incomprensión: eterno suplicio del Dios relegado a su pequeña alcoba interior – la última por el pasillo, a mano izquierda – donde nada crecía... donde nada moría... donde todo era, tan sólo, un eterno ‘por siempre jamás…’

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TODAS ESAS MARAVILLAS CONDENATORIAS

De nombre ignorado por completo, se paseaba silencioso por oscuros salones del por poco olvidado palacete veneciano. La luna bañaba los claros de sus tristes ojos; mirando aún más allá de la cenicienta y simple niebla matinal que se avecinaría con presteza, sin pedir permiso a nadie, sin dar un previo y simple aviso.Una canción se repetía dentro de sí… y su vista aún fija sobre los gastados barrotes de aquel balcón le recordaban su ya lejana y difusa infancia. Aquellos días pasados entre la suciedad de las mentiras ajenas, en una vida impropia, sumido en un tiempo completamente atemporal. Los juguetes tan sólo eran las vanas alhajas que intentaban suplir los soles que se habían apagado en su fino rostro de chico melancólico. Los trenes… tan sólo le agradaban cuando pensaba que quizás algún día, podrían ser su respuesta ideal a tan errónea situación… La niebla era más densa a esas horas.Incurables cicatrices llevaba a cuestas… la faz de un ángel y las entrañas del mismísimo Polifemo.Los días eran años encerrado en aquel capullo de cristal fino… las tardes iban y venían. Los momentos, todos diferentes, no resultaban ser más que los tristes acontecimientos hilarantes entretejidos por los dioses de tiempos lejanos. Y el repique de las campanas jamás se hacía esperar demasiado…La muerte se avecinaba… sin embargo, sabía que él podría ser aún más rápido.

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‘EAT ME... DRINK ME’

Un sonámbulo desde su invisible lado del cristal… sí, un inmaterial ente abstraído del mundo venidero, es eso lo que era, amor, antes de esto…Me salvaste de mis demonios, en alguna forma, fue lo que dije. Alicia, desde su mágico país de maravillas, posó su vista sobre este desalmado; y lo volvió de carne y hueso: no tinta, no papel, no libros… sino vida.La tentación estaba ahí “cómeme…” y en un solo y rápido movimiento, rasgué suavemente tu pálido cuello. “Bébeme…” fue lo que dijiste entonces, y un torrente cálido fluyó por mis entrañas; eras tú, era tu ideal, era tu realidad, tus fantasías, y tus verdades… era eso que llaman ‘amor’…En cada ensueño; Alicia, siempre Alicia… la Alicia de mi extraña infancia; la misma que corría y jugaba mientras yo la imaginaba así; con su blanco vestido, una indeleble sonrisa y dos estrellas en su mirada… La misma Alicia que asesinaba entre cada línea de aquel relato.Alicia, tan sólo Alicia… Amor, te miro y entonces sé que todo esto ha sido escrito antes de nosotros, pero para nosotros… esa luna no fue luna hasta que la teñí de mi propia sangre, al romper mis venas y hacerte mía por siempre, por una eternidad finita…o infinita. Y fui tuyo desde el primer respiro; y todos aquellos labios que por mí han pasado, no han sido sino los tuyos, en alguna forma… y todas esas miradas que han tenido el placer de verte, no han sido sino mías; esas miradas anhelantes, ansiosas…perdidas entre tu propio paraíso. Y después de todo, cada alma en este mundo no es más que una insustancial prolongación de las nuestras propias… un ir y venir… y devenir.Somos ellos, mi amor; y te hago mía cada vez que él roza su mejilla con sus pálidos dedos, y soy tuyo cada vez que ella suspira al evocarle. Te poseo en cada mirada de cada amante, me posees en cada beso robado, regalado… vendido. Morimos juntos, en cada simple respiro exhalado desde las millones de almas de este planeta…Eres mía, y soy tuyo… aunque no aún, aunque no me toques, aunque no me beses… Eres mía, amor… desde lo más profundo, hasta lo más tácito. Más que nunca… más que de ninguno. Por siempre, y para siempre.

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END

...exhalando un suspiro en la gravedad de la línea que detiene nuestras vidas, resbalas lentamente de mi alcance y tan sólo logro mirarte, idiotizado en mi propia inercia... Una misma historia que ahora no tengo el valor de releer; a pesar de que las puñaladas suenan musicalizadas en mi mente de potencial criminal en serie; y es que en realidad hay unos cuantos cuellos que quisiese rebanar...Una rápida mirada me hace darme cuenta de que quisiera acabar con un mundo agónico: el aquí y ahora me parece un optimo escenario para el final de una jodida tragedia americana. El sueño de cualquier bastardo con suerte; terminar muerto a manos de cualquiera, bajo las predicciones de Cassandra, incomprendida como siempre... la única que siempre tiene a la jodida verdad de su parte en todo este maldito escenario nabokiano. El tablero da un trágico giro: ¿quién ha dicho que Dios no hace trampa cuando juega a las damas con Satán?...Un haz de luz parece dejarme realmente ciego... y al oír aquel vals gótico, simple y sereno, sé que es aquel que coronará nuestra boda; entre vasos de cristal llenos de absenta verde; entre las rojas rosas y las negras calas de la abuela... Simbólico, preciso, te beso entre la multitud estacionaria, aparentando que esto es un 'para siempre' como ellos lo imaginan: su aburrido cielo celestial repleto de paseos, tomados de la mano y cenas a la luz de la luna... Tan sólo dos anormales que sueñan con una lluvia de sangre sobre sus cabezas mientras se besan a la vista y paciencia impaciente de un antiguo crucifijo; invertido ya desde hace algún tiempo por el viejo discípulo de LaVey.

¿Qué más puedo decir?... el libro no debería terminar así...Los criminales no debiesen salirse con la suya... De cualquier forma; el final contempla el 'tú y yo'

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EVIDENCE

Una mirada lasciva... ¿cómo podría decirte que no?... Estamos sentados sobre el mismo diván que tanto nos gusta, como dicen algunos, te miro y ya sabemos en dónde acabaremos esta noche, amor... y no será precisamente charlando a la luz de las velas.

Te beso inclinándome suavemente contra tu figura - ojos cerrados, expresión coqueta- mientras mis manos te rodean en un abrazo que es mucho más que eso. Un escalofrío postmortem y tus manos están bajo mi playera negra, justo por sobre mi cinturón... apostaría mi jodida alma a que cuando me obsequiaste esa playera jamás pensaste que en algún momento se volvería tan inútil. Me separo de ti con un movimiento rápido y corto -el tiempo apremia- y en un rápido y eterno segundo, mi segunda piel ha ido a convertirse en un harapo tirado en el suelo. Tus brazos perfectamente cruzados sobre tu pecho, suben lentamente y dejan al descubierto tu desnudez absoluta.... sonrió con complacencia, así, reclinado hacia atrás, con mis manos en tus caderas y la gorra de dos brillantes broches al costado aún puesta. Con un movimiento felino, te acercas a mi y te estiras sensualmente sobre mis pantalones de cuero, -como una gata ronroneado, pienso entonces- sé entonces que dentro de poco la vida útil de la nueva serpiente que traigo atada a la cintura, llegará a su fin.

Ya no existe la gorra, ni el negro cuero... todo eso no son más que pequeñas islas dispuestas en un geográfico azar a través del inmenso mar blanquecino de las baldosas que nos rodean. Como si ahora, de pronto, hubiese obtenido mi inexistente sentido del pudor, te acerco a mí, intentado cubrir mi cuerpo con el tuyo...protegiendo tus marfileños senos con mis manos delgadas, de dedos largos. Sonríes...te ves tan angelicalmente hermosa a la tenue luz de mis candelabros. Eres Alicia en el país de mis maravillosas pesadillas; soy Carroll haciendo lo que nunca se atrevió a hacer.

Un compás rítmico marca nuestra marcha. Vaivenes delicados... Nadie aquí está sonrojado. El viejo diván confidente nos resguarda de aquel mundo que tanto nos odia...y al que tanto odiamos. Te beso luego de un común gemido y me digo a mí mismo que sí; efectivamente podría gastarme toda la eternidad enredado entre tus cabellos, con tus piernas cruzadas tras mi espalda...en esta sensual y cálida utopía morbosamente obscena.

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EXOFILIA

Maldita fascinación miserable… miro los espejos de mi vacía vida propia y tan sólo veo un mismo acto interpretado por diferentes actrices… ‘hasta nunca’ versa el enunciado.Como uno de esos muñequitos de fábrica; un modelo cualquiera fácilmente reemplazable por la última novedad del mercado. Una producción discontinuada, no en masa… ojos de vidrio y cuerpo de porcelana...‘No soy el único momento del cual estás hecha…’Me hiciste mirar atrás y quedar de frente ante un reguero de cuerpos moribundos; los cadáveres de mis romanticismos desnudos y destrozados con un poema a cuestas, con las correspondientes vacuidades, con las banalidades que le han inventado.No quiero oír que todo estará bien…No quiero que me digan que esto será diferente. Es tiempo de mirar a los muertos y pensar en ellos sin querer abrazar al futuro... llorar por lo que fue con lágrimas impregnadas de sangre. Cada una me ha alejado más de volver a ser como antes... cada una ha cerrado un candado; y arrojado la llave a un profundo pozo sin fin…Así es como he llegado a ser el hombre que soy ahora: un extraño, introvertido a ratos, que va contra un mundo numeroso, solo desde su lado del tablero… y aunque haya alguien más allí, siempre será igual. Tan sólo es que a veces me agrada charlar con mis mutismos y mirar por la ventana, mientras la sangre resbala a chorros por los cristales…La sangre… siempre la sangre. Un vampirizado asumido que tan sólo se muerde los labios y se queda pensando en la nada…Intento resumirme a mí mismo, y todo es un sinsentido constante, más allá de la muerte infinita. Cada vez que me miro soy un poco menos yo mismo; el yo mismo de años pasados va dando paso lentamente a este yo mismo que más es un monstruo… una frase indeleble que se ha quedado grabada para siempre en mi subconsciente… ‘tengo corazón…pero uno se adapta al medio’.Ahora, en el momento presente, mientras acerco mis garras a mi pecho y siento un ruido sordo de nervios desgarrados… ahora que al extender mi mano teñida de rojo escarlata y veo que allí, al final de mi brazo, entre mis largos dedos de pianista frustrado, hay un pequeño músculo que aún late; lento y vacilante, pero vivo al fin y al cabo… Ahora, en el momento presente, sé que estaré bien, sé que estoy mejor… sé que por más rápido que corra, no recompondré lo que fue, sé que ya está mejor… sé que esto es sólo una trampa más…no es autocompasión esta vez; es sólo lo que viene luego de ello, las típicas ganas de degollar la humanidad entera con una sola mano. Es el impulso destructivo que luego renacerá y se convertirá en algo mejor. No puedo asesinar a un mundo que ya está muerto… no puedo asesinar a aquellos que ya son cadáveres… tan sólo me queda revivirlos… y darme como un último sacrificio…Dentro de mí, al lado de ese egoísta enfermizo y mezquino, está ese pequeño dios, que es poco ortodoxo; ese, más bien, anticristo que perdona todos esos abandonos, todos esos gritos, todos esos golpes, todas esas palabras, todas esas miradas sádicas… los rasguños, las entrañas desgarradas y las ilusiones rotas. Dentro de mí está ese tipo de sonrisa afable que te da las gracias por haberme hecho caer una vez más… dentro de mí está ese último ser carente de cinismo que agradece todo aquello que le ha forjado… por eso soy un monstruo;

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por ser el sobreviviente, por estar de pie… porque aún, pese a todo, tengo una jodida sonrisa en los labios.

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HEART-SHAPED GLASSES

6:19 el mundo parece girar a mi alrededor y caer pesadamente sobre sus propias espaldas. Como la pesada bocanada de humo que emanó desde los gruesos labios de la mítica oruga.-"...despertó a las 6, y las 6:15 ya éramos amantes..."un silbido dentro de mi mente -una ensoñación más de aquel dulce perfume sobre su cuello- es acallado por un leve suspiro. Si volteó mi rostro sé lo que ocurrirá; inevitable posar mi tórridos ojos sobre aquella dulce mirada... en un sólo segundo -eterno suplicio- nos reencontramos nuevamente y aquellos ojos me envuelven en un delicado torbellino...Apago mis propias luces. Todo es perfecto aquí, dentro de esta casa de muñecas... catedral de cristal construida desde mis propias entrañas.Un escalofrío baja lento por mi espina. Un largo beso que promete oscurecer los más luminosos puntos celestes de un universo que se tienta a sí mismo, mientras mis manos acarician tu cabello.Un desenlace instantáneo, justo y a tiempo para procurarme aquel placer siempre culpable: un fugaz movimiento de mandíbulas y un espeso líquido cálido inunda mi garganta... la vieja bebida color escarlata viene a sellar el más perfecto de los momentos.Sus manos suben por mi desnudo y pálido pecho... se detienen en mi cuello, rodeándole con suavidad. Me quedo detenido en su breve cintura mientras soy tomado por agradable asalto; mis colmillos ya son propiedad compartida mientras su lengua saborea el triste sabor de mi eternidad mortal.Ahora ya no hay segundas opciones: sus labios la han condenado; teñidos de rojo sangre, por la eternidad toda.Labios entreabiertos mientras mis colmillos rasguñan su pálido cuello en un dulce juego... un peligroso entretenimiento que podría acabarnos a ambos: ella lo sabe, y no le importa. Yo lo sé... y me atrae aún más.Una muerte para dos, entre blancas sábanas de raso, bajo la luz de las negras velas... con la consigna de algo llamado 'amor'Romperé algo más que sus gafas en forma de corazón si no me detiene a tiempo, pero es ella misma quien presiona mis garras sobre su cuello...Entre una llama de fuego; a mil por hora... una carretera sin fin; eternos Bonnie & Clyde...

-"Juntos como uno..."- "Juntos contra todos los demás."

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TIEMPOS IRREALES

... se sentía como despegar el último dedo desde la roca y, con los ojos cerrados, lanzarse completamente desposeído contra aquel infinito océano. Una brisa gélida, que calaba hasta los huesos; a la vez, un tímido y perpetuo susurro cálido... el tibio suspiro de soleadas y anacrónicas tardes orientales, perdidas en el tiempo, en el espacio... Se sentía como un espontáneo encuentro con la absoluta nada, como descubrir la inexistencia misma.Desconocido por completo; sólo se dilucidaban sus obvias palabras; cortas frases dejadas en medio de diferidos tiempos, entre fantasmas presentes: aquellas sombras que saludan amablemente sin un dejo de sarcasmo... Un par de palabras que conformaban la más absoluta de las verdades, configurando la más absoluta de las bellas y utópicas mentiras... tan sólo un leve guiño a la realidad, tan sólo una causalidad.El eterno tic-tac se detenía por un instante; el aliento se ausentaba y la misma vida parecía oscilar por momentos; irse ahora... retornar unos minutos más tarde. Moría entre ambos preludios, resucitando nuevamente al siguiente instante... Una caótica ensoñación sin sentido, sin más horizonte que el amanecer, sin muerte absoluta: sólo un ocaso que jamás culminaría: jamás había realmente comenzado... y en la oscura noche, la enigmática luna vivía aún sin conocer aquel sol, imperecedero.

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LA LUZ BRILLA EN LA OSCURIDAD... Y LA OSCURIDAD NUNCA LO ENTENDERÁ

Una majadera sonrisa vacía acompaña a una insatisfecha mirada. No es que haya decidido convertirme en tu misógino favorito, mi vida o que quiera inspirar la lástima de todos estos trogloditas recordando a viva voz cada vez que me han arrancado el corazón, el cual una vez roto, y cual Prometeo, volvía a su habitual agujero.

No, aún no me canso de insultar a mi misma Medea imaginaria que ha venido a ser un compendio de todas y cada una de las miles de heridas rotas; roídos resquicios de una repulsiva alma representada por el repique del repetitivo reloj mural...

Le hecho una mirada al puñal ensangrentado que yace entre los rasos que sobresalen desde mi caja negra... sangre coagulada, densa, de pasadas postales sádicas que inundan nuestra triste y apócrifa memoria colectiva de sombríos pensamientos inmorales; inmortales aberraciones nacidas de las ciénagas más apartadas de mis pantanos mentales; ahí en donde el maldito Baudelaire recita una y otra vez sus inmundos, perversos y pervertidos versos a la puta que tenía por concubina; mi propia demencia imaginaria de los días presentes. Esa maldición era la que lancé desde la tumba de la absoluta inexistencia impersonal de una muerte por nacer... ese era el negro y asfixiado grito de una mente enferma, de una garganta rota; unas manos cortadas, venas solitarias y una lacerante conciencia.

Sin embargo, hoy, este sombrío día me parece adecuado para degollar al género… prostituir la podrida humanidad por unos míseros centavos, y sentarme a gozar el espectáculo, mientras aquellos ojos quedan en un absoluto blanco y una mordaz sonrisa sádica se dibuja en los retorcidos labios del viejo Satanás… sí, de ser por él, las monjas irían con cortos y ajustados hábitos, contoneando las caderas y mostrando sus piernas mientras tú y yo nos tumbamos en el diván perdidos entre una lluvia de sudor, sexo y placer...

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ATAVISTA

La última luna de aquel siglo pareció embriagarse por su perdida mirada...El cielo caía a pedazos sobre los anaqueles vacíos, y la inmensidad ya no era tan evidente...La copa estaba vacía.Sus pasos lentos y cansados le acercaban hasta aquel abismo; mientras sus labios se separaban, dulce y dolorosamente… una última plegaria de una no creyente.La sutil ironía de una trágica meta final.El anhelo… la obsesión se hacía latente entre cada uno de sus jadeos; entre esas lágrimas escarlata, entre los acompasados sonidos de una soledad abyecta.Los vidrios lucían empañados, y quizás, ya todo ello era una ilusión virtual de aquel magnánimo y largo sueño que comprendía sus vidas pasadas.La señal era clara...La hora estaba señalada...

Una imparcial mirada gélida.El sonido de unos largos dedos golpeando suavemente en la mesa...Aquel sería un largo velorio.

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NOCHE DE WALPURGIS

Incuestionable... siempre esta historia se nos vuelve a repetir. Mientras me quedo frente a esa pantalla brillante; entonces observo mi propio reflejo desde el otro lado; a través de aquellos imperecederos rayos catódicos que se disparan como plumas lívidas, las mismas que luego se impactan con desmedida brutalidad sobre mi maltrecho resquicio de alma... pero no eres tú quién está junto a mí esta vez; y ese yo es más antiguo que mi vida propia. Aquel soy yo antes de mí; aquella menuda figura pálida, de ojos verdes, que se pasea exhibiendo sus perfectos y pálidos senos, aquella dama de cabello negro, ligeramente ondulado... la del coqueto lunar al lado de su penetrante mirada; ella no es más que el fantasma con el cuál dormí cientos de noches; pretendiendo abrazarla contra mis entrañas... ella, la inexistente cortesana de días pasados, jamás existió realmente: ella era yo, era la primera y las que vinieron tras ella: una quimera nacida desde mis gorgonescos sueños de papel y tinta roja... y la tinta era más que eso.La miro y me parece observar los días pasados; cuando tan sólo nos pasábamos horas en aquella alcoba... esas días que eran horas en un cielo que pronto se me transformó en infierno, convirtiendo así mis horas en años... mi eternidad en un condena remitida a sexo y lágrimas... piel y sangre... y ya no habían cerezas entre sus labios, ni esmalte sobre mis uñas... nos perdimos el uno al otro...Jamás comprendí que todo esto estuvo perdido desde el principio; por completo, al momento siguiente desde que me vi reflejado en tus inmensidades; desde el momento en que un leve sonido inaudible escapó de tus labios; entonces, cuando aquello fue tan sólo un monosílabo, ya era muy tarde para ambos. Todo estaba acabado y enterrado en lo más profundo de este increíble cuento de horror que, sin darme cuenta, firmé con mi puño y letra mientras decía tan sólo: "sí, acepto".Así, cansado hasta la saciedad de mis propios demonios moribundos fue como por fin me decidí a morir de una vez; pensando en la esquiva eternidad condensada... diluido en una sequedad impertérrita tan sólo nos conformamos el uno con el otro.Y entonces descubrí que este no era mi lugar... tan sólo era yo, destruyéndome, buscando la excusa perfecta para justificar el punto final... vanidad excesiva de amor propio al pensar en acabar la vida sin un previo aviso y con un sórdido acuerdo a cuestas...Todo era claro... moribundo, jalé el gatillo...El mundo se borró por un segundo...Un llanto en medio de toda esta sangre...

El día de mi propio nacimiento.

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MICROCOSMO INTERESTELAR CONDENSADO

Los destellos del sol se entrelazaban con los taquicardicos estereotipos que anidaban en sus frágiles ensoñaciones de romántico frustrado, mientras se tumbaba bajo un árbol a leer a Goethe, describiendo en sus paisajes la fina melancolía que resbalaba con una nota de discreta y triste sonrisa por los magníficos ventanales que daban al regio jardín de su infancia; un gélido periodo de abril marcado por las torrenciales lluvias que provenían desde las oscuras ventanas de un alma poco clara y cavilosa...Algo allí parecía no calzar del todo, y sin embargo, no sabía muy bien qué era. Atrás habían quedado ya los intentos fallidos por recomponer el viejo jarrón roto: después de todo, mayo ya casi no trae rosas en los balcones; y él era un tipo melancólico, con ánimo de presuntuoso y honorable sepulturero de los antiguos primigenios cósmicos y ancestrales, provenientes de la estrella más lejana de todas; mudos entre la gravedad de una densa vida que cada segundo se desgasta en el pórtico de un olvidado templo dedicado a aquello que es más grande que cualquiera, y a la vez, más pequeño que todos...La baraja descansaba sobre el mantel, ante sus ojos. El mago parecía sonreírle al lado de su extraña mesa, que se perdía en el infinito...una sonrisa mordaz en los labios carcomidos de un viejo esqueleto parlante que danzaba alegre con su vieja Oz plateada... Los arcanos ya habían dado su final dictamen.La brisa comenzaba a soplar con un poco más de fuerza a esas horas...tácito, avanzó por los corredores, mientras sus dedos recorrían las paredes, queriendo aferrarse a aquellos mármoles ya casi oscurecidos por completo. La galería parecía un vórtice abierto, y él sentía su alma succionada con cada paso, con cada respiro...con cada deseo yerto de las gloriosas lunas pasadas: altas compañeras del más desdichado de todos los mortales.Ya todo estaba en calma. Los cuervos no rodaban aquella plutónica noche estrellada: aquello era un mal augurio en la divina providencia, sin embargo, todo ya estaba preparado.Cruzó la estancia, sus dedos hicieron contacto con la madera, un haz dio justo en sus ojos cerrados...aullaban allí afuera aquellas míseras bestias...ahora, había por fin llegado su última cena.

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DIVAGACIONES MATUTINAS

Me pregunto porqué…Avanzo por la callejas, están sucias, suicidas, tangentes e inconexas; como siempre. Miro de un lado al otro; las cosas son grises, y de pronto, a ratos, una que otra chica con las venas a vista y paciencia de quien quiera verlas…el alcohol abigarra el ambiente, y a veces, adormece cuando me quedo en la barra, sentado escuchando la insulsa conversación de un ebrio que me mira a penas, pero sólo busca que lo escuchen…la avaricia del poeta, pienso entonces.La luna está durmiendo, dijo a penas una muchacha a mi lado. La miro…pobre inocente, no se da cuenta que jamás nada en este puto planeta ha despertado; ahí esta el ebrio roncando en la mesa, las flores dormidas, los rayos de sol diseminados en el tiempo-espacio inexpresado de los antiguos dioses egipcios; también dormidos…Miro a mi alrededor, y hago que me sirvan una copa…quizás sea un sueño lúcido, quizás ya esté muerto…no lo sé...

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VIDRIOS DE COLORES

…era una sonrisa mordaz; algo a medias, algo triste, algo fingida, y con algo del viejo “qué ganas tengo de matarte…”Nunca estaba completa…Ella era un ser humano normal: demasiadas peleas en su vida, demasiadas decepciones, demasiadas lágrimas, depresiones, golpes, caídas…era una mujer promedio, que intentaba respirar a través del molesto humo de los cigarrillos, que parecían viciar el ambiente.Y del otro lado de aquel colorido mundo, estaba él: un tipo callado y limitado a su físico espacio, por poco inexistente, por poco desaparecido, por poco idiotizado. Era un hombre normal; sin mucho que decir, con demasiados pensamientos a cuestas, demasiados libros en su velador, demasiados versos a medias, y una rosa que se desangraba en sus gélidas manos…Un suspiro.Él la vio, a penas, pálida y nítida; verde, morada y en tonos festivos…los vitrales hacían un buen trabajo. Presuroso, entró en la casa, la miró fijo un rato; ella fumaba, sentada en su silla favorita. Lo vio de pronto, nada dijo…Silencio.Un pensamiento inconexo…Balbuceo masculino seguido de una media sonrisa.Cigarrillo mentolado en labios femeninos, seguido de una figura que se erguía…

El piso fue rojizo luego de aquello…

Sin embargo, los vitrales hacían un buen trabajo.

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EWA CHCE SPAC: EVA QUIERE DORMIR

Un sonido se oía distante; «a lo lejos alguien baila...a lo lejos» pensó entonces. El viejo y cercano teatro ubicado un par de cuadras más arriba estaba cerrado desde hace mucho tiempo; las lágrimas de otros jamás consiguieron ser borradas del todo, las grises sonrisas se quedaron plasmadas en las frías y sucias paredes colmadas del negro tizne fogoso de los leños gastados; del dulzón aroma a cigarrillos femeninos: rubor y cigarrillos...rubor y cigarrillos...tan sólo rubor y cigarrillos.Se detuvo un momento el incesante murmullo del mundo externo hacia sus alejados paisajes misteriosos y demenciales...Un par de vueltas en el lecho y luego un vaivén de paralelismos inconexos que nunca logró descifrar. En la pared, la chillona máscara le anunciaba una perversa bufonada que parecía regalarle un reverencial y cruel final, al estilo de las tragedias griegas, y las modernas orquestas de cabaret barato.El maullido en la ventana otra vez...Recordaba cuánto la oyó gritar y suplicar aquella noche: tan sólo se trataba de una muchacha joven, ¿qué podía hacer ella, una niña a penas, para poder ayudarla? Eran muchos, quizás doce, y ella sólo una... «pude...pude haber corrido igual suerte», se repetía a modo de consuelo para espantar los fantasmas de su horrorosa cobardía. Pero nada ahuyentaba los espectros; ellos siempre estaban allí, siempre asechaban, nunca descansan, siempre despiertos, siempre alerta...siempre despiertos, siempre alerta...siempre despiertos, siempre alerta.La colcha parecía escabullírsele entre la oscuridad. Movió su brazo, y cubrió su cabeza; una máscara de pálida porcelana coronada por un mar de hermosos y rebeldes cabellos oscuros; un tanto rizados, un tanto largos...olía a rosas...las velas, aquella noche...olían a rosas, sobre los candelabros cercanos al escenario, dispuestos por lo corredores y en su camerino...olía a rosas entonces, ahora lo recordaba. Olía a rosas.Eva quiere dormir...Eva quiere dormir...Somnolienta, una delicada y femenina figura se acerca al ventanal. La joven lleva puesta una bata de raso rojo, y sale al balcón, apoya su codo contra el barandal: sus ojos juveniles y ya cansados, tan oscuros, se posan en el infinito, un cigarrillo ocioso pende de su pálida mano. Tan inmaterial como el sueño de Morfeo, tan tenebrosa como la pesadilla de anoche...tan hermosa como la misma muerte.

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INTITULADO E INTERMINADO

El incesante repique del reloj de nuevo...tic-tac, tic-tac; la monotonía espantosa, tic-tac. tic-tac; la sombra intangible que se cierne sobre la triste alma de_________, quien se sentía ya parte de una terrible tragedia griega; quizás la del laberinto del Minotauro, pensó entonces. Caminando de derecha a izquierda, siempre en línea recta; no podía evitar la tétrica ensoñación vespertina que se presentaba ante sus ojos: era él el sacrificio, mas no era una de aquellas vírgenes ofrecidas a la bestia; no, él era el primer sacrificado, y veía como las lágrimas de su padre, el Rey Minos, caían sobre el demacrado cuerpo de Andrógeno...él era aquel Andrógeno.Sus almendrados ojos escrutaban nerviosos toda la habitación. Aún...aún debía haber alguna manera de redención...pero...no, se dijo luego, mientras su vista reposaba sobre la vidriera de colores, frente a él.

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SABER, OSAR, QUERER Y CALLAR

- Vacío... – musitó de pronto entre el rotundo silencio de la desierta alcoba. – Vacío...Era primavera y ya se había marchado. Cómo resistir una vez más aquellos melancólicos y ajenos infortunios. Después de todo, aún la odiaba un poco después de su marcado silencio. Cómo olvidar cuando le telefoneó; notó claramente que alguien había descolgado desde el otro lado de la línea, sin embargo, tan sólo oyó una leve respiración y luego el típico silbato que le indicaba que el aparato aún servía.

“Un cobarde es el que no tiene cuidado de su dignidad moral...”

Miró el techo. Blanco, como siempre. Rió entonces. Qué imbecilidad pensar que algo allí pudo haber cambiado un poco... no había motivos para creer en ello.Sus pesados volúmenes aún seguían ahí. Iba a prestárselos aquella tarde, pero qué más daba ya... Pensó un instante. Qué habría sido lo que finalmente había marchado tan inexorablemente mal...

“Aprender a vencerse, es aprender a vivir...”

Se levantó luego de unos momentos. Sus párpados estaban tan apretados que ya incluso dolían un poco. Debía aún subir las escaleras. Debía hacer lo que era preciso. En realidad, no la odiaba tanto como creía. Ella le había abierto una puerta; no fue su madre, no fue su hija, no fue su hermana, no fue su esposa, no fue su tía, no fue su puta... fue su iniciatriz. Las cosas iban más allá del simple sexo, más allá del contacto físico que, quizás, alguna vez él añoró. Él la poseyó, pero jamás la desvirgó.

“... y entonces no querrás sino cuando debas.”

Miró una vez más la vacía alcoba. El tetragrámaton aún estaba dibujado en el suelo, y la espada seguía aún entre sus manos.Un suspiro femenino inundó la habitación.Ya no había más que decir.

Es necesario saber para osar Es necesario osar para querer Es necesario querer para tener el Imperio Y para reinar, es necesario callar. (Eliphas Levi)

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PERVERCIÓN ESTRAFALARIA

Un momento apropiado para descargar las puñaladas… Mirada al vacío.Qué apropiado engendro el que he venido a ser desde entonces... incorregiblemente pálido y uniformado de escrupuloso y pulcro negro. Pero nada de eso era tan bueno para ti. Demasiados vidrios rotos para manos tan suaves... demasiadas sombras para todos tus reflejos. La estancia palidece ante un toque de almizcle. Un instante adecuado para una mordaz sonrisa... y quizás para beber la sangre que emana de mi propia herida.Mitomanamente me adecué a todo. Fingí que todo estaría bien... y henos aquí de nuevo. Llevas una vez más tu vestido blanco, el toque de carmín en los seductores labios... pero soy tan sólo un suspiro más de Samael en medio de la tormenta. Te avergüenza mirarme a los ojos, saberme incierto, saberte cerca de lo que podría fácilmente acabarte. Eso soy, después de todo; un príncipe que resultó ser más oscuro de lo que ambos imaginábamos... un extraño que jamás conociste.Tú... demasiado dulce para unos labios que tan sólo exhalan azufre, demasiado virgen para mis pensamientos impuros... demasiado humana para mis demoníacas perversiones.Un incomprendido maltrecho frente a una perfecta dama... Lo único que puede vencerme es el romance. Una vampirezca concepción del mundo me he creado, mientras lentamente absorbo de ti lo que me permita seguir siendo quien creo ser, y tú te dejas hacer sin sospechar nada sobre el malvado truco oscuro. Lo único que logra doblegarme es aquello con lo que no puedo tratar, aquello que no puedo controlar... Un vampiro emocional.Vil por esencia, seductor por instinto de supervivencia y un perfecto infeliz por definición, académicamente, adecuada. Manipulador irreconciliable.La Princesa es demasiado inmaculada para tal villano. Arranca su corazón y lo coloca en su caja dorada, junto con el resto de sus anillos y ducados.Algunas bestias aprendemos a amar en el momento menos adecuado.

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ROMA LOCUTA, CAUSA FINITA

Podría deciros todo lo veo en este minuto; diminutas letras imprentas y ligeramente curvadas hacia mi diestra, escapando a toda prisa desde una pesada lapicera cargada de tinta negra. Un oscuro torrente que me hace evocar una cautivante pesadilla de lluvias y cementerios abandonados, sin duda, mi imaginario ideal, y el más excitante resquicio de mi mórbida imaginación.Podría contaros todo lo que soñé anoche; mil horrores góticos que pueblan la armoniosa faz de la tierra por una hora o dos a diario, a eso del plenilunio astral. Cuidado, mi vida, no es metáfora aquello de “los demonios andan sueltos”. Sin embargo, compongo este torrente de incalculables ideas axiomáticas. Quisiera poder decir lo que fui yo para ella; pero cada vez que lo intento me estrello contra la invisible pared de mis conceptos vacíos. Así es como me pongo frente al espejo de cuerpo entero y profiero un desgarrado e injurioso epíteto: « ¡Engendro!», con la pasión del mejor Hamlet jamás interpretado; y a la media hora, ese grito austero parece apagarse en el vacío; opacado por una comparación que me es desconocida... minimizándome a un simple bosquejo de un pobre y triste bastardo infeliz que vino, estuvo y se marchó sin más. Mis venas, entonces, desangran la tinta dormida de esta ilusoria farsa ajena, y resulto ser el cuociente de otra simple división algebraica de primer orden.Detrás de un todo, el vacío siempre acecha; después de toda esta verborrea cifrada en estrafalario código, hay algo más oculto. Es el grito desesperado que proclama existencia propia, es la invocación mágica del “Uno está en todo”, es el decir que yo mismo no soy sino yo mismo, igual a mí, indivisible, inconmensurable, tácito y desinencial. Mas, por algún extraño motivo, sigo siempre siendo otro... sigo viviendo una idea que han idealizado para alguien más, cuando alguna Ofelia mira mis ojos y haya en ellos a su Hamlet perdido en las podridas Dinamarcas. La observo un segundo, y entre abreviaturas inconjeturadas, temo por ella; temo por mí mismo pensando en quererle sabiendo que no me amará jamás más que por ser el pálido reflejo ajeno. Temo por ella: luego decepcionada y olvidada para siempre por este falso héroe trágico. Pero no... me engaño, tampoco busco su amor.La inexpugnable rueda del Karma gira dos veces a la derecha, mientras yo intento desatar el último nudo que hice en base a ella. No haremos que gire en dirección contraria... no romperemos la barrera, ni el tiempo-espacio, ni el mundo universal, siquiera.Veo en ti, Ofelia, a un difuso reflejo de mis anhelos muertos y enterrados. Identifico en tus ojos ambarinos una chispa de conocimiento que me hace querer robarlo a toda costa, e intentar hacer un último y fallido movimiento por ser un antiguo filósofo griego. No eres tú, es la esencia del conocimiento. No son tus labios, son tus palabras y lo que hay tras ella. Cuando tu mano se acerca a la mía, tiemblo ante tal contacto, deseando que quizás no se tratase de aquello que intuyo; el mundo físico me lo he vedado yo mismo.Al advertir en tus ojos un destello de amor hacia alguien que no soy yo, temo perderte... pero no es a ti, es la clave que representas... es el afán del conocimiento personificado bajo tu piel.

Daré una última mirada y te apartaré de mí...

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COUP DE FOUNDRE: UN DRAMA DE ROMANCE GÓTICO EN SIETE ACTOS

I

Una primera y perturbadora mirada. El reloj repicaba a tus espaldas de pálida rosa de invierno. Eras la única alma en aquel oscuro salón... la mía ya estaba en las manos de alguien más. Me dejaste mostrarte el microcosmos condensado en una libertina palabrería barata, mientras tus dedos se aferraban a los bordes de la última pizca de realidad dentro de toda esa macabra escena.

“She reminds me of the one in school, when I was cutting she was dressed in white. And I couldn't take my eyes off here but that's not what I took off that night…”

II

La penumbra nos cubrió de pronto. Eras tú, la melancólica novia que vi en mis más dulce pesadillas infundidas por el terror nocturno de una agria niñez solitaria. Ya eras mi novia en aquel entonces, era sólo que tú no lo sabías, era sólo que yo no lograba comprenderlo. Entonces eras mi novia dentro de mi claustrofóbico castillo plagado de cruces invertidas y pentagramas en cada una de sus insondables paredes.Mis ojos se han posado en ti con un dejo de inquebrantable amargura.

“You wear your ruins well please run away with me to hell.”

III

Eras tan suave que temí disolverte en mi pútrida maldad. Maldecí a los infiernos todos, a los cielos perpetuos... no podría tenerte. Demasiado buena para mi profunda perversidad, demasiado suave para mi violento afecto, demasiado inmaculada para mis perversiones decadentes y degradantes.La recompensa viene de la mano con el más amargo de los suplicios angelicales.Volteé entonces, resuelto a abandonar esta trágica y desgastada existencia, resuelto a retornar a mi propia morada, mil metros bajo tierra. Pero algo me detuvo entonces, cuando el primer escalón subterráneo se presentaba ante mis cansados ojos.Un giro sobre mis talones. Tétrica y hermosa escena.“Tan suave y trágico como un matadero. Aprietas el cuchillo contra tu corazón,y dices: "Te quiero tanto que tendrás que matarme ahora".”

“The romance of our assassination. If you're Bonnie, I'll be your Clyde.”

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IV

Inhalando el suave peligro, me enredé entre tus suaves y perfumados cabellos, me cubrí con la calidez de tus delicadas curvas...Los árboles yacen silenciados para siempre dentro de sus biombos de fino cristal mientras intentamos respirar el poco oxígeno que parecemos necesitar, arrullándonos mutuamente entre la funesta noche invernal, eterna... platónica.

“Love is a fire. Burns down all that it sees. Burns down everything. Everything you think Burns down... everything you say.”

V

Poco a poco, construimos un pequeño paraíso en esta negra fosa de muerte... un emblema de vida dentro de un campo desvastado.Acallabas las voces de mi mente, yo entretenía a tus demonios. Pasaban las horas y aquel reloj se quedó varado en un atemporal momento; un presente eterno que ya jamás transcurría. Ya jamás envejeceríamos, jamás lloraríamos otra vez...Y las voces se habían ido. Entonces nos emborrachábamos tan sólo con el más puro aire silvestre, y reíamos como condenados, corriendo por los parajes más asombros... cantando sumidos en un trance hipnótico dentro de una melancolía compartida. Un horror romántico y extático.

“You have eyes that lead me on and a body that shows me death. Your lips look like they were made for something else but they just suck my breath.”

VI

Oíste de mis labios los más crudos horrores, y así, sentada sobre la gran mesa, con tu impecable y blanco vestido, tan sólo respondías a mis palabras con una sonrisa maravillosa mientras balanceabas suavemente tus pálidas piernas. Por inviernos enteros nos sentamos cerca del fuego, y pediste que te contara una y mil veces la misma larga y gastada historia. Siempre maravillada como si estuvieses asistiendo a una decapitación distinta cada vez.Conociste las atrocidades más grandes que hice... los presagios borrosos de lo que alguna vez haré... pero, mi vida, aún hay algo que no he dicho...

“I want your pain to taste why you're ashamed, and I know you're not just what you say to me. And I'm not the only moment you're made of…”

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VII

Morfeo cerró tus ojos aquella última vez...Una luz se apagó en la inmensidad, pero, aquí abajo, una nueva vela se encendió.Entonces, bonita, fuiste mía. Cuando las luces se apagaron, cuando te deshojaste lentamente y despertase aletargada desde el sueño más profundo que nadie jamás haya soñado...“Sábanas manchadas de sangre, alrededor de tu corazón. Así es donde todo comienza...”

Así ha sido desde entonces... el único diablo tomó por esposa a la virgen más bella, y ella se ha convertido en la tácita y hermosa muerte.

“Putting holes in happiness. We'll paint the future black if it needs any colour.My death sentence is a story. Who'll be digging when you finally let me die?”

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NOTHING

Estaba pensando..que tal vez debiese dejar de pensar; ya sabes; dejar la pluma de lado y tan sólo esperar que el sonido vacuo taladre mi cerebro, mientras el absenta burbujea en la copa...el infinito se disuelve dentro de aquella copa a medio vaciar que dejé sobre la mesa; a la espera de que el mundo entero pudiese ahogarse en ella, así como tú me ahogaste a mí aquella vez. Lágrimas de sangre y sudor... las velas ya casi no ardían, pero la sonrisa seguía en tu rostro...inmutable, estática...desinencial...Miro por la desierta ventana como los pájaros caen vueltos cenizas... así es como todo acabará algún día: tú y yo incinerados para la posteridad de estos tétricos alaridos, silenciados para siempre dentro de esta jaula de cristal: una catedral invisible...insalvable.Escribiendo lo mismo de siempre, todo suena repetido e igual...y diferente a la vez: por que entonces tú no eres tú, y eres otra...eres la que ve el mundo, y la que ven mis ojos...Entonces, con un aire siniestro, tan sólo me acerco, pretendiendo ser el incomprendido maltrecho en toda esta historia. Mis pasos son desganados, y mis pálidas garras atrapan tu fino cuello, en un gesto de brutal deseo...Tus ojos buscan los míos...- Sonríes con los ojos... me gusta - dices a penas.Un nudo en mi garganta.

Estoy seguro que lo último que se oirá esta noche, será el sordo sonido de una bala perdida

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SADISMO CARTESIANO

...mirando la pared que solía ser color pastel, el tono que personalmente le elegiste, me senté con una trágica sonrisa desde el otro lado de mis sórdidas y obscenas divagaciones; entonces deseé haber sido aquel bastardo, al cual acababas de destrozarle el cráneo brutalmente contra la pared...

...y pensar que siempre fui el sádico, mi vida...

ahí, sentado fumándome un cigarrillo, comprendí lo poco y nada que valía mi relativa imbecilidad filosófico-cartesiana. Sólo un molesto rayo de sol, evadido justo y a tiempo por los reflectantes cristales de tus gafas con forma de corazón... Humbert Humbert deshecho por una Lolita que sólo habitaba a su lado...

una bala de plata acaba de atravesar mi conciencia. El perfecto mártir de una soledad endemoniada.

"Caído, caído desde la gracia, ahora para tí...es por lo que debieses huir" pienso mientras el humo da vueltas a mi alrededor y se cuela por aquel resquicio vacío justo bajo mis maltrechas costillas... ahí solía haber algo llamado 'corazón', ¿lo sabías?... quizás ese fue el primer sonido que oí cuando al nacer, algo se hizo añicos en el suelo... sonó como un cristal asesinado por una piedra.

Los muertos regresan desde sus tumbas, querida...vienen por este loco enfermo que tienes frente a ti... La puerta cerrada de mi individualismo se vino abajo...y mis manos están sobre tu cuello...uno de los dos morirá esta noche...

La vieja pistola que guardaba en el rincón más tétrico de este maldito mundo está cargada... un tiro es todo cuanto necesito; pero tengo cinco... ... Nadie fallaría a esta distancia, vida mía.

Una última plegaria...Un último beso...Una última lágrima...Un último suspiro...

No estás llorando...toda esta sangre está sobre mí'

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SHIVERS

Las miradas ya no eran suficientes, o tal vez ya molestaban… eran innecesarias. La misma miseria parecía perseguir mis pasos perdidos entre la bruma.

El infierno era un lugar confortable; y mis demonios acudían a jugar al póker en la sala más hermosa de aquella devastación inminentemente morbosa. No estaban allí para verme sufrir, y por cierto que no me vieron cuando mis manos tomaron aquella daga… Pero fui un cobarde.

De pronto yo era mi propia estrella… y la oscuridad de la humanidad pretendía llevarme con ella; pero ya ocurriría. Esta vez ya no subiría anhelando la caída, ya no alzaría el vuelo esperando que las alas se desintegraran en mitad de aquel vuelo. Yo no era así… nunca lo fui…

Una silueta pareció alzarse desde el tumulto… una sombra aún más oscura que las otras tomó mi mano entre las suyas y derramó una silenciosa lágrima mientras dejaba tras de sí una estela sanguinaria, irónicamente estúpida… El mundo no se desangraría hoy a manos de una puta suicida.

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ME ROMPÍ LA MANO EN LA PUERTA DEL CIELO

Un incendiario canario surca los cielos... pero es demasiado tarde ya, tu mirada se ha hundido en la mía y mis ojos se han deshecho entre las insondables y cristalinas aguas de tu soñador semblante.Redimido por completo luego de una macabra carnicería. Satanás cae de rodillas ante Eva y se abraza contra su desnudo, esbelto e inmaculado vientre, mientras derrama mil lágrimas de sangre... Son sollozos luminosos; paga sus pecados con la sangre de cien almas muertas y enterradas.- Deseo ser santo, deseo ser perfecto, deseo salvar el mundo... – chilla entonces aferrado a ella como un niño pequeño que ha sido espantado por el rugido del cielo y una fulminante llama que lo quema todo, que ilumina la boca de la noche y enciende una tétrica antorcha en el acuoso firmamento; su primer rayo.Desea ser santo, desea ser el cristo que salve la humanidad… desea ser el hombre al que todos recuerden; el gran hombre que existió en el inicio de los tiempos... Quisiera ser el más grande héroe de la historia, y levantar ciudades y fundar estados; pero Satán sólo puede seguir llorando contra aquella pálida piel que se vuelve cada vez más rojiza, como si estuviese a punto de morir desangrada...como si todo aquello tan sólo fue era el más bestial acto de asesinato jamás fantaseado.Eva espera... callada, ilusoria.Un amargo peso en su conciencia... sus pecados ya no existen. Mira a Eva: la ama... Él salvará la humanidad; la humanidad es Eva, tan sólo Eva.Aquel día, Adán fue creado.

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SOBRE LAS RUINAS DE AMENTI

Respiro el perfume dulce y peligroso de esta tumba… la irrealidad me ha consumido en un último suspiro; dentro de este cántico de sangre y lágrimas que yo mismo he escrito para que sirva como preludio a mi ostentoso y solitario funeral.

El deceso hacia el infierno no se produce todavía; y sin embargo estoy predispuesto a aquel terciopelo rojo desde mil años antes de haber sido concebido por este ilusorio mundo astral. Compaginado entre esta oscura caoba desciendo hasta ti…tú, mi bella Dama Muerte que me recibes con los brazos abiertos; entonando la incesante letanía que se repite en mi resquicio de alma…la misma alma que me absorbes lentamente con tu aire de digna novia de este célebre condenado…

El mundo siempre gira en más de un sentido; y aquí, sentado ante la nada; venero a un nuevo muerto y ensalzo su nombre como un sagrado misterio Osíricos…Busiris arde en llamas, Amenti cae bajo el yugo de los injustos y yo sólo me detengo y espero el tierno abrazo del traicionero Seth…

Me he consumido. Yo soy ese engendro al que ellos odian… el hombre al que temes y amas… Mis ojos están cegados ahora; y sin embargo, veo más allá de mí mismo.

Desearía ser el autor de esta tácita tragedia… desearía ser el esquizofrénico principal y ya no recordar ni una palabra de estas profanas líneas cuando me haya acabado esta última copa.