¡ADOREMOS A DIOS!12 DE NOVIEMBRE DE 2014

INTRODUCCIÓN

• La Iglesia Cristiana (Discípulos de Cristo) en el Barrio Espinosa de Dorado, Puerto Rico, dirige este servicio de oración y da gracias a Dios por la oportunidad de participar en este evento.

• ¡Bendigamos a Dios con nuestras alabanzas y oraciones!

PRELUDIO

• Por la mañana yo dirijo mi alabanza, del disco “Himnos Inolvidables” de Edgardo Rivera

LLAMADO A LA ADORACIÓN: SALMO 5.1-3

• Escucha, Jehová, mis palabras; Considera mi gemir.

• Atiende a la voz de mi clamor, Rey mío y Dios mío, Porque a ti oraré.

• Jehová, de mañana oirás mi voz;

• De mañana me presentaré delante de ti y esperaré.

CÁNTICO: POR LA MAÑANA YO DIRIJO MI ALABANZA

(1) Por la mañana yo dirijo mi alabanza, al Dios que ha sido y es mi única esperanza. Por la mañana yo le invoco con el alma, y le suplico que me dé su dulce calma.

El nos escucha , pues nos ama tanto, y nos alivia de cualquier quebranto. Nos da su mano poderosa y fuerte, para librarnos de la misma muerte.

SEGUNDA ESTROFA

(2) Cuando la noche se aproxima tenebrosa, en elevarle mi oración mi alma goza. Siento su paz inagotable, dulce y grata, porque temores y ansiedad Cristo los mata.

También elevo mi cantar al cielo, cuando a la tierra baja negro velo. El sol se oculta, pero queda Cristo, a quien mis ojos en el sueño han visto.

TERCERA ESTROFA

(3) Brilla su lumbre bienhechora mientras duermo, pone su mano sobre mi si estoy enfermo. Me fortalece, le alienta con el suelo, pues es mi Dios, mi redentor, Él es mi dueño.

Y al despertar por la mañana siento, que Dios invade mi alma y pensamiento. Veo a Jesús, mi redentor amado, por mi pecado en una cruz clavado.

CUARTA ESTROFA

(4) Veo la sangre de sus manos que ha brotado; veo la sangre borbotando en un costado

Una corona con espinas en su frente, la multitud escarneciéndole insolente

// ¡Pero que Dicha cuando al cielo sube, lleno de gloria en majestuosa nube! //

TEMA DE LA MAÑANA: MISIONES MATEO 28.16-20

16 Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había ordenado. 17 Cuando lo vieron, lo adoraron, aunque algunos dudaban. 18 Jesús se acercó y les habló diciendo: «Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. 19 Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, 20 y enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado. Y yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.»

OREMOS

• ¡Señor, danos sentido de misión!

CÁNTICO: ACLAMAD A JAH

Aclamad a Dios con alegría toda la tierra,

Cantad la gloria de su nombre.

Poned gloria en su alabanza, decid a todos,

// Cuán asombrosas son sus obras.//

// Toda la tierra te adorará, Toda la tierra canta tu nombre.// 

OREMOS

• ¡Señor, danos sentido de misión personal!

CÁNTICO: ¿QUIERES SER SALVO?

(1) ¿Quieres ser salvo de toda maldad? Tan sólo hay poder, en mi Jesús. ¿Quieres vivir y gozar santidad? Tan sólo hay poder en Jesús.

CORO: Hay poder, sí, sin igual poder en Jesús, quien murió. Hay poder, sí, sin igual poder en la sangre que él vertió.

SEGUNDA ESTROFA

(2) ¿Quieres ser libre de orgullo y pasión? Tan sólo hay poder, en mi Jesús. ¿Quieres vencer toda cruel tentación? Tan sólo hay poder en Jesús.

CORO: Hay poder, sí, sin igual poder en Jesús, quien murió. Hay poder, sí, sin igual poder en la sangre que él vertió.

TERCERA ESTROFA

(3) ¿Quieres servir a tu Rey y Señor? Tan sólo hay poder, en mi Jesús. Ven, y ser salvo podrás en su amor. Tan sólo hay poder en Jesús.

CORO: Hay poder, sí, sin igual poder en Jesús, quien murió. Hay poder, sí, sin igual poder en la sangre que él vertió.

ORACIÓN

• ¡Señor, danos sentido de misión congregacional!

CÁNTICO: CUANDO EL PUEBLO DEL SEÑOR

// Cuando el pueblo del Señor alaba a Dios suceden cosas, Suceden cosas, maravillosas.//

// Hay sanidad, liberación, se siente la bendición.//

ORACIÓN

• ¡Señor, bendice el trabajo misionero internacional!

MEDITACIÓN

• Mateo 28.16-20

• Oración de consagración

CIERRE

• Anuncios

• Cierre

• Postludio

POSTLUDIOALABANZA, POR EDGARDO RIVERA