agostinelli, alejandro - sos a la ufologia, 1988

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  • 8/13/2019 Agostinelli, Alejandro - SOS a La Ufologia, 1988

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    S - 0 s - A L A U F O L O G I A

    Por lejandro C gostinelli *)

    1 ULTIMAS IMAGENES DE L NAUFRAGIO

    El aAo entrante van a cumplirse diez aos de lafecha en que el uflogo francs Michel Monnerie anunci el naufragiode los extraterrestres, en un libro que, con &se ttulo, quisocerrar de una vez y para siempre la vertiginosa historia de losplatillos voladores (1). Para algunos de los asistentes que yaoyeron hablar de este tema al mismo conferencista (2) quisieraavisar que son varias las razones que justifican el recuerdo de unaefemride en apariencia extraa , y acaso la ms importantetiene que ver con la comparacin que se me ocurri hacer entrela manera que ha evolucionado la ufologa europea y el estadode situacin que vive la misma disciplina en nuestro pais, quepor el momento me abstendr de calificar.

    Partidario xplicar desde un enfoque psico-social latotalidad de informes que dieron origen a los fenmenos OVNI MichelMonnerie fue uno de los primeros uflogos 3) que se sinti conla suficiente autoridad para argumentar en contra de la real magnitudde las evidencias fsicas quejhasta que hizo pblico su alegathablan estado al servicio de dar legitimidad a la posibilidad 9de que, detrs de esta clase de testimonios, existiera unamanifestacin de naturaleza original, cuando no directamentedesconocida.

    Asi como sucede en muchos otros paises de habla hispana,quienes se ocupan de este tema en la Argentina ignoranlos argumentos manejados por Monnerie antes de inclinarse poreste modelo explicativo, especialmente debido a que son muy pocos losque tienen acceso a las publicaciones extranjeras y muchos menos anlos capaces de entender el idbma en que son difundidos estos textos,con la consiguiente desactual zacin que esto trae aparejado.Sin embargo, lo que en verdad vale la pena conocer, incluso ms queel pensamiento del propio Monnerie, es que la extendida difusinque obtuvieron sus ideas fueron en gran medida eclipsadas por susconsecuencias. La tesis escpica del ex-redactor de la revistafrancesa Lumieres Dans La Nuit 4) , quien provenia de las filas dela ufologia ortodoxa, provoc un profundo shock en la comunidadplatillista europea, y se equivocaron los que preveian que elsindrome psico-sociologista no cruzaria las fronteras galas. Tanto es

    i ) seere dfio eneral de l C d h* 1 f ~f, C . C . 2 6 , ~ . s- 4 2 5 - 0 e m J k ~ s - 4Ik N

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    asi que puede hablarse de un antes y un despus de Monnerie enpaises como Italia, Alemania Federal, Inglaterra y Blgica. EnEspaa, acaso por razones lingiiisticas, esa influencia demor enllegar y los uflogos congregados por la revista Cuadernos deUfologia (5) ahora tienen que padecer la Incmoda cornpaia delcolectivo escptico del grupo Alternativa Racional a lasPseudociencias, que desde una posicin rayana en el dogmatismocombate fanaticamente a los uflogos que hasta hacia poco eran suscamradas en la tarea de incorporar el mtodo cientfico en el campode la investigacin de los fenmenos OVNI. 6 )

    Bien puede afirmarse que en Francia no ocurri lo mismo conMonnerie debido a que, si bien su discurso era netamentereduccionista, habfa tenido la precaucin de sembrar -la uda antes dedar a los extraterrestres cristiana sepultura. Antes del inapelableveredicto que constituy su segundo libro h a b i a publicadodos aos atrs Y si los OVN no existieran? 7), obra en la que yahabia trazado el perfil de la tesis que ms tarde reafirmara:

    A El mito ex tr at er re st re , pefectament e creble y tecnolgicamenteposible, forma un cuadro universalmente aceptado,

    su existencia autoriza a explicar ciertas observaciones, ciertosrelatos. como manifestaciones de esta posibilidad considerada comosegura,por un e fec to de resonancia, el mito induce nuevas observaciones quelo amplifican en un infernal crculo vicioso.

    B Una observacibn descr ibe casi) siempre una escena o un objeto real,vulgar o extrao, no reconocido y no identificado.

    influenciado por e l mito-ovni, el t est igo transmi te s u observacin y losdetalles segn su conocimiento corisciente o no del fenmeno,a partir de un cierto nivel de extraeza, de emocin, de angustia,el observador se desliza hacia un segundo estado donde el inconscienteva a ser el maestro que procede a la elaboracin de una escena ovni mso menos ale ja da d e la realidad. Llevando est o a l extremo, nosencontramos con las alucinaciones y visiones. 8 )

    En su segundo libro Monnerie pasaria de la pregunta a larespuesta, sorprendiendo a sus amigos de la Sociedad Parisinapara el Estudio de los Fenmenos Espaciales (entidad que entoncespresidia), para quienes plantear la inexistencia de los ovnislo podia hacerse mediante argumentos tan antojadizos como los queson necesarios para afirmaclo contrario (9).

    Mientras algunos uflogos de convicciones frgilescreyeron que el segundo golpe asestado por Monnerie bastaba para.asistir a las tiltimas imgenes del naufagio --permitase estaparodia a Subiela, aunque esta vez no haya filmado una pelicularelacionada con los extraterrestres (lo)-- una nueva generacibn

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    de investigadores recibi el impacto con una benevolencia que nadie--y menos el mismo Monnerie-- hubiera esperado ^ transformaron a sucontrovertida iniciativa en una excusa inmejorable para someter a laufologa a una exhaustiva revisin crtica.?Esta neo-ufolcgiaresolvi adherir --aunque con reservas-ala HiptesisPsico-Sociolgica (HPS) y, tanto como para que su equidistancia quedefuera de sospechas, acus a Michel Monnerie de haber tratado alproblema de los OVNI con un reduccionismo exce~ivo~yaue hablaarticulado su modelo terico partiendo de muy pocos elementos dejuicio, que lo inhabilitaban para postular leyes que hicieranentrar a cada una de las piezas del rompecabezas y definitivamente, iinsuficientes para descartar el conjunto de la casuistica OVNI comosi apenas se tratara de una mera coleccin de malentendidosculturales.

    Cuando pareca que el barco de la ufologa empezaba ahundirse, los uflogos de la nouvelle vague decidieronconstruir la balsa que rescatara del naufragio a buena parte de sustripulantes.11. LOS CONTRADICTORES DEL MITO.

    La corriente psico-sociologista inspirada en Monnerie, porlo tanto, trataria de demostrar qu tan posible sera llegar a e b bmismas conclusiones partiendo de un cuidadoso estudio de conjunto. Laltima palabra del Gran Refutador pronto fue reforzada con laaparicin en el mercado editorial de un nuevo libro que echabaabajo la oleada del otoAo francs de 1954. Se trataba de El grantemor marciano , de Grard Barthel y Jacques Rrucker ll), quienestras conducir las encuestas que jam4sF'% habian efectuado debido a kque la mayor parte de los casos de esa oleada habian pasado( sin elmenor tamiz previo) de los recortes a los catlogos, concluyeron queMonnerie tena razn: el hecho de investigar los casos 25 anosdespus de ocurridos permiti que los fabuladores y los graciososconfesaran sin reticencias, puesto que no tendrza sentido sosteneruna broma por tanto tiempo, la cantidad de fraudes era sorprendente,los periodistas haban deformado groseramente los relatos defenmenos fugaces transformndolos en aterrizajes complejos deslidos aparatos y el porcentaje de fenmenos observados en tierraera muy inferior al 5% (12).

    En contra de toda previsin, las investigaciones del nuevodo escptico no fueron tomadas muy en serio por los uflogosfranceses y, sobre todo, merecieron la indiferencia en el caso delnotable estudioso belga Jacques Scornaux (13) o, si no, la crticadespiadada. El mejor lector argentino de este libro, Rubn GurMorales, sostuvo que as como los encuestadores que estn a favor-de la Hiptesis Extraterrestre (HET) son criticados por llevar al

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    testigo a su terreno, los autores padecen del mismo mal, queconsiste en picanear al inocente protagonista de una experiencia OVNIpara que denuncie una supuesta farsa, al mejor estilo de losinquisidores medievales. Morales, que no es precisamente unfavorecedor de las hiptesis fantasiosas, advirti que no seria lquien habria de tomar en cuenta cualquier conclusin que provinierade investigadores que, por ejemplo, desconfan de los humanoides queno tienen escafandra porque la atmsfera terrestre para ellos podriano ser respirable . . 14)

    Si bien nadie lleg al punto de arrojar a un cesto debasura el libro de Barthel y Brucker (de hecho se tomaron un trabajoque hasta ahora nadie ha repetido), los nuevos uflogos prefirieronsostener la mirada sobre las crticas de Michel Monnerie, y aplicarsus enseflanzas primero en el plano epistemolgico para luegointegrarlas a los mtodos de investigacin en uso,

    Entre los desafos que surgieron a partir de esta renovadapasin revisionista, apareci una de las pistas que,desde entonceshasta hoy se discute con ms vehemencia en los circulos ufolgicos yano tan slo europeos sino en los del resto del mundo: la cuestin dela indistinguibilidad, es decir, la falta de elementos quediferencien los casos ya explicados de los que permanecen etiquetadoscomo OVNI. Aunque poco ms tarde las correlaciones estadisticasdescubiertas por el norteamericano Allan Hendry pusierondefinitivamente al descubierto las notables similitiides existentesentre los OVI y los OVNI (15), los razonamientos iniciales deMonnerie provocaron una justificada preocupacin: posiblemente losuflogos habrfan estado todo este tiempo entretenindose con unamisma categoria de fenmenos, esta es, la de los Objetos VoladoresIdentificados, que por distintas razones no habran sido reconocidospor los eventuales testigos.

    Otro de los dramticos cuadros bosquejados por Monnerie6para mostrar las ltimas imgenes del naufragiG

    de la ilusin de los OVNI como fenmeno independiente de los testigos,fue explicado del siguiente modo: por cada experiencia OVNI puede,,w5,9.>delinearse una serie de caracteristicas medias o mas probables queotras en lo que concierne a los parmetros bsicos que configuran elfenmeno aparentemente percibido, como lo son sus dimensiones,sus colores, su velocidad, etc. Aunque cada uno de estos parmetrosse concentran alrededor de esa serie de valores medios ,en ocasiones alguno de esos fenmenos se apartan lo suficiente deellos debido a la variabilidad in@rinseca de los mismos fenmenos,de las malas condiciones en las cuales tuvo lugar la observacin oa causa de una interpretacin errnea del testigo. Por lo tanto,

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    cuanto ms se alejan las caracteristicas del fenmeno de los valoresmedios , tanto menor ser la posibilidad de reconocer la verdaderanaturaleza del objeto percibido.

    Aquella apretada sintesis de lo que Monnerie entiende porexperiencia OVNI fue formulada para demostrar la continuidad

    8existentre entre lo banal y lo extraordinario . Para el escpticofrancs, los OVNI estn situados en los extremos de la funcin dedistribucin. La mayor parte de los fenmenos que integran esacurva en forma de campana est ubicada en la zona ms centralde la misma. Alli estn los fenmenos menos extraos, que sonidentificados por el mismo testigo o por investigadores de campo. Losuflogos --dice Monnerie-- llaman arbitrariamente OVNIs falsos a @los errores de interpretacin de menor importancia, y OVNIs 8verdaderos a aquellos de mayor entidad, sin darse cuenta que tantouna como otra categora siguen una continuidad perfecta y que, entreellas, la diferencia consiste no en su naturaleza, aunque s en laintensidad con que se manifiestan. la pregunta de por qu unapersona razonablemente equilibrada llega a intepretar un fenmeno queno ha reconocido como una experiencia con OVNI de una gran extraeza,Monnerie responde que puede verificarse una disminucin de laatencin del perceptor o bien el testigo puede ponerse ansioso,viviendo una especie de sueno con los ojos abiertos . El observadordistorciona su visin del fenmeno, el cual resulta -&anspuestobajo la influencia inconsciente del mito regido por la creencia enlos extraterrestres 1 6 ) .

    n otras palabras, Monnerie habia propuesto un modelo quepedia a gritos su refutacin. Para rebatir sus argumentos losneo-uflogos se encontraron ante dos caminos: uno sugeria redoblar labsqueda de los casos duros1' ara esgrimirlos a titulo de pruebade la realidad fisica de los OVNI, y otro hacia caso a la invitacinque promova su tesis, - formular con mayor prolijidadla Hiptesis Psico-Sociolgica para confrontarla con los hechos,La primera opcin pronto comenz a esfumarse: a medida que loscasos hasta entonces considerados a prueba de bombas eranexplicados, los uflogos se acercaban peligrosamente a la advertenciaque haba hecho el mismo Monnerie:

    Por mucho tiempo (los uflogos) han dicho: 'la ufologla no puedebasarse en un solo caso, o que cuenta es la cantidad de casos'. Pero cuandola gran cantidad de ellos reclam como causa a la dimensin sociolgica delproblema, entonces tuvieron miedo y fueron retornando al nico caso'indestructible'. 17Trabajar segn el modelo de Monnerie no slo equivalia a

    recoger el guante, sino tambin a patear el tablero. Acaso fueese el motivo por .el. ual dos de los ufiogos parisinos mshv f i3 P . l,r .encumbrados de ieron escribir extensos trabajos para revelarfinalmente que de ahi en adelante intentarian someter a prueba* esahiptesis 18, 19 .

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    111. LA EVIDENCIA PERDIDA.Sin dejar de tener presente la observacin de Monnerie

    antes apuntada, es curioso confirmar que cada vez resulta msfrecuente oir a los investigadores que hace algunos aos hubieranapostado su propia vida por hiptesis exticas, asegurando que laexistencia de la ufologia estaria justificada,aunque tan slopudiera defenderse la originalidad de un nico caso OVNI.

    A propsito de la ofensiva de la nueva corrienteracionalista, el propio Aim Michel, retirado hace varios aos de la

    rufologia activa, escribi una carta al Director de la Flyinq SaucerReview (20) para hacer llegar su voz de protesta a raiz del auge dela Hiptesis Psico-Sociolgica. Quien fuera uno de los precursores enla apliuacin de ciertas pautas del pensamiento cientifico para lacomprensin de la temtica OVNI se manifestaba en desacuerdo con estatesis mediante el siguiente razonamiento:

    Segn esta hiptesis, todo caso es considerado explicado apenasse descubre que la personalidad del testigoy/o del investigador o delperiodista es desconfiable . o que equivale a decir que slo personasconfiables pueden ver cosas increbles. Para los dems, tales cosas estnprohibidas. Naturalmerite, la prueba de que las personas son desconfiables esellas refieren cosas increbles. 9 eSi Michel hubiera aplicado esta lgica para un caso

    distinto.que el de los nuevos uflogos , tal vez habria que darle larazn. Pero lo que ellos proponen hacer es justamente lo contrario delo que han hecho los aficionados al tema hasta ahora: esmerarse enevaluar correctamente al testimoniante antes de juzgar la extraezade su relato. La confiabilidadW no es entonces asignada a partir dedel contenido de la experiencia que relata el testigo, sino que,a diferencia de lo que ha venido haciendo la ufologia tradicional,considerando a los perceptores de OVNI no ya como merosinformadores del objeto de su percepcin, sino escencialmente comotransformadores del estimulo que procuran describir. El neblinosomanto de sospecha que cubre todo lo que se ha hecho hasta el momentoencuentra su razn de ser en los vicios metodolgicos quese cometieron en la enorme mayorla de los estudios realizadosen el pasado, cuando todavia, incluyendo intelectuales brillantescten~como Aim Michel, los investigadores no en cuenta que lasdescripciones de los testigos no podian tomarse literalmente.Sin embargo, era otra cosa la que interesaba extraer de la cartaenviada por Michel a laB

    Despus de haber ledo alguna de estas 'demostaciones sociolgicas de laverdad' yo tengo que recitar un personal 'rnea culpa'. ya que. en el curso delos aos 50 , cuando recoga documentacin de la famosa oleada francesade 1954,descart un grupo ntegro de casos'a los que tild de ridculos eincrebles. Qu estpido fu Ahora, demasiado tarde, siento el deber de

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    disculparme c on aque llos milagrosos , incontaminados tes t ig os , qu entonces nohablan leldo ningn libro sobre OVNI ni a lguna fantasa periodst ica sobreel tema. A dnde, hoy, podremos escuchar con humildad narradores taningenuos como aquellos?A diferencia de los nostlgicos lamentos del pensador

    francs que se hizo famoso por descubrir la luego desechadaortotenia , el belga Jacques Scornaux maldice a los tiempos pasados

    pero por razones bien distintas. El autor de A la bsqueda de losOVNI (SO), que adems public en 1981 una critica exhaustivaa la tesis defendida por Monnerie en su segundo libro tituladaDel monnerismo y de su buen uso 21), confes en una entrevista

    personal que habi.d adicalizado su posicin hasta el punto de verseen la obligacin de coincidir completamente con Michel Monnerie.La nica diferencia que Scornaux mantiene con aquel es que casisecretamente confia en que dentro del enorme caudal de casuisticarecopilada desde 1947 puede haber algn caso autnticamente OVNI,s61o que por culpa de la gran confusin creada por los uflogos va aresultar muy dificil, si no directamente imposible, rescatar de esosdatos algo de valor (22).

    Finalmente, los uflogos de la vieja guardia, partidariosa ultranza de enfocar la cuestin de los OVNI desde la perspectiva delas ciencias fisicas, tuvieron buenas razones para temer elventarrn critico que se avecinaba con la nueva ola. Con el avance deesta corriente critica surgida ' las mismas entrafas de la ufologla,con un buen margen de seguridad, habria que renunciar una parteimportante de los esplendores del pasado, cuando no costaba tantodefender la idea de que los OVNI podian ser vehiculos que llegaban elas estrellas para traer su mensaje de confraternidad universal.IV ESTADO DE SITUACION.

    Aunque ltimamente se han generado formas de organizacinalternativas, como las reuniones mensuales que tienen lugar en elCaf Tortoni de Buenos Aires (23), el nico marco que permiteseguir de cerca la evolucin de la ufologia nacional es el que brindala Faece en sus congresos anuales. S610 quisiera hacer un par deobservaciones al respecto, con el slo nimo de ver si es posible irtransformando a estos encuentros en experiencias que resulteninstructivas para todos los que nos sumamos a ellas afo tras aflo.

    Con las reglamentaciones en vigencia paraquienes aspiran participar desde el plpito en estos congresos havenido ocurriendo un hecho verdaderamente llamativo. En ellassuele recomendarse evitar discursos ya pronunciados o no extenderseen disertaciones que hagan alusin exagerada sbuestiones tratadaspor otros autores: Es decir, que no se refrite . Los encargados de

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    la organizacin de estos encuentros esperan que mediante talesclusulas los conferencistas aguzen su ingenio para que se denla posibili roducir algn pensamiento original y logrensortear el escrutinio de las autoridades gracias a la 3,)presentacin de trabajos cuya virtud resida en la novedad antes queen la repeticin de viejos argumentos. Pero ao tras ao, buena partede los uflogos que asistimos a los congresos de la Faecetransgredimos el punto, y los organizadores, ao tras ao, seempecinan en disculparnos,

    Es- gico: esa condicin, indispensable para alentarla produccin de nuevas ideas, es muy dificil6 que se mantengainflexible porque de lo contrario el despliegue de estas reunionesdeberla ser mucho menos imponente y los congresos deberian quedarreduciaos a pequeos cenculos, integrados por un puado deestudiosos del tema que estarian repartidos entre los pocos quesiguen dedicados a la encuesta, los escasos que reciben materialfresco del exterior y por lo tanto estn actualizados) y la lisa yllana minoria que, adems, se encuentra llevando a cabo algnproyecto de investigacin original.

    Esta es una realidad que es necesario modificar.Como ha sido dicho, entre los pocos uflogos que consevan

    su entusiasmo para proseguir, echando una balsa para salvar a laufologia del naufragio, figuran en un papel relevante quienesestn dedicados revisar con un enfoque critico lo que otros,e incluso ellos mismos, hicieron en el pasado. Para quienes elpresente de la cuestin OVNI no tenga nada interesante para ofrecer,remover los cimientos de la antigua ufologia se ha constituidoen una excelente plataforma de lanzamiento para las ideas nuevas,aunque algunas de ellas luego resulten descorazonadoras. veces,esta actitud inconformista ante el legado de los estudiosos que nosprecedieron puede ser confundida con un escepticismo caprichoso eindisdiminado. la inversa, otras veces convertirseen un autntico uflogo cientificista basta con desacreditar,sino directamente ridiculizar, el mensaje de 10s contactados.No son pocos los analistas que tienen en claro que el discursode los movimientos mesinicos que gira9en torno al mito OVNI mereceser examinado en un pie de igualdad con los relatos de losprotagonistas de las clsicas experiencias OVNI Fero aqui mequiero referir a otra cosa. Es muy probable que ni los especialistasque entienden con mas amplitud las posibilidades futuras que tiene elm todo cientifico aplicado a la investigacin de este tema se

    uenta que los contactados, como todas las personas que sesienten parte de una gran familia csmica, disfrutan de una ventajanada despreciable con respecto a las que disponemos loseternos perseguidores de la verdad cientifica. Ellos,

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    los contactados, blanco preferido de las criticas racionalistas,tienen algo que nosotros no tenemos: una utopa. Los confidentes delas voces del espacio tienen la misin de propagar una realidadffincoricebible pero clara como el agua. Ms all de la duda, fueroniluminados por la repentina materializacin de un mito. Tienenun puaado de esperanzas y luchan por ellas sin pedir cambiomucho ms que un poco de atencin, que la obtienen confacilidad gracias a la buena prensa que, paradjicamente, se lebrinda al pensamiento mgico en el pas de la modernizacin .

    Para terminar: todo el mundo asiste a las reuniones enlas que se congregan quienes tienen inquietudes afines con lasecreta esperanza de distinguir una lucecita esclarecedora. Estariaconforme si para cualquiera de las personas que me estuvieronescul2hando ha quedado claro que,aunque los OVNI no existieran,ellos seguirn siendo un apasionante tema de reflexin. Por cierto,tomarse en serio,la investigacin de los fenmenos OVNI puede

    jresultar menos divertido que organizar expediciones al Uritorco.Tal vez, la paciencia que reQuiere administrar un mismo cuestionarioa una decena de personas no ser tan atractivo cokintercambiarseales de linterna con una luz misteriosa. Pero recuerde queesa luz puede ser el planeta Venus y que cuando le llegue el momentode dudar, de darse cuenta que muy probablemente los OVNIs61o sean patrimonio de la necesidad humana de redencin, volver asentirse solo, como fue al principio.

    iPero qu no se vaya a confundir esto que acabo de decir clucecita esclarecedora. Se los digo yo, que hace ya ocho aosque asisto puntualmente a cada congreso con el exclusivo propsitode encontrarme con un maestro que borre para siempre mis dudas-Yfdeh s f a mornmto Si r>e n hace pesate ...