algunos problemas lógicos de verificación y refutación en ciencias

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Luis A. Camacho ~gunos problemas lógicos de verificación y refutación en ciencias del ser humano Summary: A demarcation criterion to dis- tinguish between social and natural sciences is here proposed on the basis of the different reIa- tion between the knower and the known in each case. Problems 01 verification in the human sciences are connected to this difference, Resumen: se propone un criterio de demarcación entre ciencias del ser humano y ciencias naturales con base en la relación dife- rente que en cada caso se da.entre el conocer y lo conocido. Los problemas de verificación en ciencias del ser humano se relacionan con esta diferencia. l. Sobre la literatura consultada: de las numerosas obras que se ocupan del asunto - obviamente de méritos muy diferentes- hay tres cuya pertinencia para el tema de la verificación en ciencias sociales es particularmente valiosa e intensa: Understanding and Prediction (1976), de Stefan Nowak; Explanation in Social Sciences (1963), de Robert Brown, y Understanding Political Variables (1969), de William Buchanan. La primera, porque plantea con gran claridad algunos de los problemas que aquí se analizan -en particular el de la operacionalización de térmi- nos- y establece algunas condiciones para su solución; la segunda, porque hace un recuento muy útil de la literatura relativa a los problemas filosóficos en ciencias sociales, y la tercera, por- que ofrece una guía muy provechosa en cuanto al procedimiento de operacionaJización de términos cuyo uso da lugar a oraciones sólo indirectamente verificables. Por supuesto que están presentes en las consideraciones siguientes dos obras cuyas críticas a las ciencias sociales no parecen haber sido tomadas en serio suficientemente: la de Pitirim A. Sorokin Achaques y manías de la sociología moderna y ciencias afines (1956) y la de Stanislav Andreski Las ciencias sociales como forma de brujeria (1972). El autor de este ensayo comparte en gran medida las críticas de ambos autores, aunque no siempre por las mis- mas razones ni tampoco porque crea que se apli- quen exclusivamente a las ciencias sociales: posi- blemente muchas de esas críticas se pueden hacer también a las ciencias naturales. La pedantería y la tendencia a ignorar lo hecho por otros se puede detectar igualmente en científicos naturales; el uso de lenguaje pseudocientífico y la formaliza- ción de trivialidades han sido comentados por autores como Feyerabend tanto en Contra el método como en La ciencia en una sociedad libre, aunque sin duda con esa gran exageración que hace de Feyerabend un crítico poco aprecia- do. Después del juicioso análisis de la ciencia como fenómeno social que hiciera Derek de Solla Price en Hacia una ciencia de la ciencia (1963; Ariel 1973) la imagen que obtiene uno de la cien- cia como conjunto de instituciones es mucho menos alentadora de la que podría obtenerse a partir de un análisis superficial del tema. En la Introducción de su libro Robert Brown se queja de la carencia de obras de filoso- fía de las ciencias sociales que puedan proporcio- nar ayuda práctica en el campo de la lógica a los Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XXX (71), 7-15,1992

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Page 1: Algunos problemas lógicos de verificación y refutación en ciencias

Luis A. Camacho

~gunos problemas lógicos deverificación y refutación en ciencias

del ser humano

Summary: A demarcation criterion to dis-tinguish between social and natural sciences ishere proposed on the basis of the different reIa-tion between the knower and the known in eachcase. Problems 01 verification in the humansciences are connected to this difference,

Resumen: se propone un criterio dedemarcación entre ciencias del ser humano yciencias naturales con base en la relación dife-rente que en cada caso se da.entre el conocer ylo conocido. Los problemas de verificación enciencias del ser humano se relacionan con estadiferencia.

l. Sobre la literatura consultada: de lasnumerosas obras que se ocupan del asunto -obviamente de méritos muy diferentes- hay trescuya pertinencia para el tema de la verificaciónen ciencias sociales es particularmente valiosa eintensa: Understanding and Prediction (1976), deStefan Nowak; Explanation in Social Sciences(1963), de Robert Brown, y UnderstandingPolitical Variables (1969), de William Buchanan.La primera, porque plantea con gran claridadalgunos de los problemas que aquí se analizan -enparticular el de la operacionalización de térmi-nos- y establece algunas condiciones para susolución; la segunda, porque hace un recuentomuy útil de la literatura relativa a los problemasfilosóficos en ciencias sociales, y la tercera, por-que ofrece una guía muy provechosa en cuanto alprocedimiento de operacionaJización de términos

cuyo uso da lugar a oraciones sólo indirectamenteverificables. Por supuesto que están presentes enlas consideraciones siguientes dos obras cuyascríticas a las ciencias sociales no parecen habersido tomadas en serio suficientemente: la dePitirim A. Sorokin Achaques y manías de lasociología moderna y ciencias afines (1956) y lade Stanislav Andreski Las ciencias socialescomo forma de brujeria (1972). El autor de esteensayo comparte en gran medida las críticas deambos autores, aunque no siempre por las mis-mas razones ni tampoco porque crea que se apli-quen exclusivamente a las ciencias sociales: posi-blemente muchas de esas críticas se pueden hacertambién a las ciencias naturales. La pedantería yla tendencia a ignorar lo hecho por otros se puededetectar igualmente en científicos naturales; eluso de lenguaje pseudocientífico y la formaliza-ción de trivialidades han sido comentados porautores como Feyerabend tanto en Contra elmétodo como en La ciencia en una sociedadlibre, aunque sin duda con esa gran exageraciónque hace de Feyerabend un crítico poco aprecia-do. Después del juicioso análisis de la cienciacomo fenómeno social que hiciera Derek de SollaPrice en Hacia una ciencia de la ciencia (1963;Ariel 1973) la imagen que obtiene uno de la cien-cia como conjunto de instituciones es muchomenos alentadora de la que podría obtenerse apartir de un análisis superficial del tema.

En la Introducción de su libro RobertBrown se queja de la carencia de obras de filoso-fía de las ciencias sociales que puedan proporcio-nar ayuda práctica en el campo de la lógica a los

Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XXX (71), 7-15,1992

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investigadores preocupados por explicar y prede-cir fenómenos sociales. La inmensa mayoría delos libros se dedican a dar instrucciones sobre téc-nicas de investigación o a observaciones sobre lainducción enfocada desde la perspectiva de JohnStuart MilI. Brown considera dos excepciones: elEnsayo sobre La naturaLeza y significación de Lateoría económica, de Robin, y Los fundamentosde LaantropoLogía social, de Nadel. En ambas sepueden encontrar ideas que van más allá de sim-ples recetas, y se buscan razones más profun,d~spara las consideraciones puramente metodológi-caso Brown admite que aún no conoce la obraentonces reciente de Emest Nagel, La Estructurade La Ciencia (1961), que luego se convirtió enalgo así como la biblia de la filosofía de la cienciapor varios años en muchos círculos. Hay que con-siderar, en todo caso, que después de Nagel laproducción en filosofía de la ciencia aumentóconsiderablemente y que, como era de esperar, elpanorama de la filosofía de la ciencia en nuestrosdías es mucho más complejo que cuando Nagelescribía. Más complejo en cuanto al número deposiciones, pero a veces menos rico en cad.a unade las posiciones antagónicas que en el meJo~ delos casos deberían ser más bien complementanas.

Como usaremos algunas ideas de Buchananen el desarrollo del ensayo, nos queda ahora pormencionar y usar a Nowak. En las páginas 2 y 3de su obra cita dos textos breves que formulan elproblema de las ciencias sociales en forma muyclara y que nos ubican inmediatamente en el asun-to examinado aquí. Ambos están tomados de laobra compilada por G. Lundberg, Foundations ofSocioLogy (Nueva York: 1939), páginas 12-14. Elprimer texto es de Robert MacIver, mientras elsegundo - en respuesta al primero - es del mismoLundberg:

"Hay una diferencia esencial desde el punto de vista de la ea u-salidad entre un papel que flota 'empujado por el viento y unhombre que huye frente a la multitud que. lo persig~e. El papelno conoce el miedo y el viento no expenmenta odio, pero Sinmiedo ni odio el hombre no huiría ni la multitud lo persegui-ría."

A lo cual Lundberg contesta:

" La doctrina de que el ser humano es el único ser en el uni-verso cuya conducta no puede explicarse dentro del marco dereferencia considerado adecuado en todos los demás es muyantigua y respetable. Simplemente asumimos aquí la posicióncontraria. Desde esu: punto de vista el papel que flota empuja-do por el viento se 'considera como el componamiento de unobjeto de características verificadas que reacciona a un estírnu-

lo de características especificadas dentro de un campo de fuer-za especial. Dentro de este marco de referencia describimos alhombre y a multitud, el papel y el viento. Las característicasde estos elementos no serían nunca las mismas en dos casosdiferentes de papel y viento, o de hombre y multitud. Pero laciencia tiene la fe de que se pueden encontrar principios sufi-cientemente generales para cubrir todas estas situaciones, yque por medio de estos principios se-pueden-beccr-prediccic-,nes con fiables sobre la probabilidad de determinados eventos."

Nowak señala que la idea de que todo sepuede reducir a comportamientos directamenteobservables no ha sido exitosa en ciencias natura-les, de modo que la suposición de existencia deentidades y la atribución de variables no directa-mente observables (miedo, odio, etc) a la conduc-ta humana no es problema únicamente de las cien-cias sociales; también en las naturales aparecencon frecuencia y necesariamente (partículas, fuer-zas, disposiciones, etc).

Una vez que este punto está claro, resultamás fácil unificar todo tipo de ciencias en una solavi~ión global que, sin embargo, tenga en cuentaotras diferencias entre unas y otras, más obvias.En vez de pensar que la diferencia entre las cien-cias naturales y las sociales está en que las prime-ras usan la experimentación controlada y lassegundas no (¿cuál "experimentación controlada"usa la astronomía"), diremos que unas y otrasdeben usar la observación controlada para serciencias como condición necesaria aunque porsupuesto no suficiente, y en vez de decir que dichadiferencia está en el hecho de que las primerassólo u an variables observables y las segundas no,diremos que unas y otras usan variables no obser-vables, supuestamente dentro de condiciones deestricto control en ambos casos. Por otra parte, sepodría esperar que las variables no observablessean de naturaleza diferente en cada caso.

En las circunstancias históricas en que setermina el presente ensayo hay otro aspecto de lasciencias sociales que resulta particularmente inte-resante: la relación entre una teoría acerca delcomportamiento social y el fracaso en la pr~dic-ción basada en la explicación del comportamientoanteriormente observado. Ante el colapso de lospaíses así llamados socialistas a partir de 1989,muchos autores optan por explicar los hechos cul-pando a los burócratas en esos países que nosupieron aplicar a la realidad social las teoríascientíficas del marxismo leninismo, consideradascorrectas. Pretenden salvar así la teoría condenan-do a los individuos que actuaron, o creyeronactuar, de acuerdo con ella.

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Esta manera de ver las cosas es muy curiosa,por decirlo suavemente. Que los teóricos no pre-vieran el agotamiento del sistema de partido únicototalitario es más un fallo en la teoría formuladapor los estudiosos que un problema de incompeten-cia individual de los sujetos estudiados. Puesto quese espera de las ciencias sociales alguna explica-ción del comportamiento de los sujetos humanos,una teoría satisfactoria debería dar cuenta tambiénde la acción humana orientada por una visióndeterminada de la realidad, según la cual deberíanocurrir cosas que de hecho no tienen lugar.

Por supuesto que la incompetencia nosrodea, pero ¿no es obligación acaso de la cienciasocial explicarla, así como esperamos que la físicaexplique la inercia? ¿No podía prever esa teoría losresultados que hemos visto? ¿Por qué? ¿Podemosconsiderar "científica" una teoría que supuesta-mente explica una realidad social que luego secomporta de otra manera imprevista por esa teoría,y que ante esta ausencia de confirmación lo quehace es reinterpretar - en vez de revisar - los postu-lados de la teoría? Dicho de otra manera: ¿en quéqueda la afirmación del marxismo-leninismo deque la inevitabilidad del socialismo era científica-mente demostrable? ¿Era simplemente una fraseretóricapara alentar a sus seguidores?'

2. Sobre terminología: en éste y otrosmuchos ensayos se habla con frecuencia de cien-cias "del ser humano" y a veces de "cienciassociales" para referirse a un área de conocimientoen el que se presentan algunos problemas especí-ficos de interés para la lógica de la verificación,que no se dan del todo o se dan de forma muydiferente en las ciencias naturales; en particularlos dos siguientes: verificación de enunciadoscon términos no cuantificables, y proposicionescuyo valor veritativo puede variar por el hechode ser enunciadas. Suele conocerse el segundotema como el problema de las profecías que secumplen o se anulan por el hecho de ser formula-das. Puesto que el primer problema se puede sub-sumir dentro del tema más general del uso de tér-minos y proposiciones que comprendemos perono podemos directamente probar basándonos enel simple hecho de que las comprendemos, pode-mos replantear ambos problemas de la siguientemanera:

(a) el del papel del observador humano -consu propia subjetividad- en observaciones

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objetivas sobre conducta humana, dondejuega un papel muy importante el métodode la así llamada "Comprensión"(Verstehen), muy analizado en la literaturasobre ciencias sociales desde Max Weber.En otras palabras: ¿cómo afecta al observa-dor lo observado?

(b) el papel del conocimiento de un enunciadosobre conducta humana en esa misma con-ducta estudiada. Puesto que el objeto delestudio es la conducta humana, que a su vezpuede modificarse por el hecho de saberseobservada, el tema puede ser planteado así:¿cómo afecta al observado el observador?

De esta forma vemos dos ámbitos de unmismo problema: cómo afecta el conocimiento ala acción, bien sea la acción del que conoce o delque es conocido.

3. Los dos problemas

(a) El primer problema es el de la verifica-ción o refutación de enunciados que incluyen térmi-nos no cuantificables fácilmente y que, por tanto,deben traducirse a defmiciones operacionales',

Ejemplo de una afirmación que plantea esteproblema es la siguiente: "la revolución tuvolugar gracias a un notable incremento en la con-ciencia de clase en los grupos marginados". ¿Quéquiere decir "conciencia de clase"? ¿Existe seme-jante cosa, y cómo sabemos que existe? ¿Cómopodemos detectar su presencia o ausencia?¿Cómo podemos detectar (¿medir?) un incremen-to o disminución de la misma? ¿Cómo podemosatribuir eficacia causal a algo que no es observa-ble en principio? Para verificar o refutar un enun-ciado como el mencionado se requiere traducirloa términos observables, ¿Cuáles serían los másapropiados? ¿Cómo sabemos que la traducción escorrecta? Este primer problema no es exclusivode las ciencias así llamadas sociales, aunque sí espropia la forma en que se presenta en este ámbito.Términos abstractos aparecen también en cienciasnaturales, y nuevamente allí hay que operaciona-lizarlos. Términos como "fuerza", "gravedad","energía", "resistencia" plantean una dificultadsemejante. Sólo que la operacionalización presen-ta más problemas en ciencias sociales, porque enmuchos casos no parece que se pueda lograr unatraducción adecuada a variables cuantificables, y

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no parece fácil resolver el proble~a ~r vía dedefiniciones. A diferencia de las ciencras natura-les donde la definición puede hacerse con base enun 'conjunto de términos básicos escogidos c.o~~primitivos en la teoría, y donde cabe la poslbll~-dad de reducir la definición teórica a una defini-ción operacional, en las ciencias sociales la situa-ción resulta diferente: los términos básicos nosuelen ser específicos, sino más bien de sentidocomún y, por tanto, frecuentemente cargados deconnotaciones personales y ambiguos en su signi-ficado (suelen señalarse como excepciones la eco-nomía y la lingüística, aunque la segunda con fre-cuencia no se incluye dentro de las ciencias socia-les), y la traducción operacional no e~ita, ~i c~n-viene que evite, el uso en el lenguaje ordinario.Así por ejemplo, podemos t~áducir la noción .deconciencia de clase a un conjunto de observacio-nes sobre comportamiento, pero tal traducción noagota el significado del término en el lenguajeordinario ni mucho menos lo sustituye. Esto lovemos claramente cuando los interlocutores pare-cen estar de acuerdo en el alcance del uso de untérmino, como cuando dos personas que compar-ten la teoría marxista de la revolución se alegrande que la conciencia de clase haya aume~tado, loque consideran un preludio de la revolución, o seentristecen de que haya disminuido, de lo cualconcluyen que la revolución se aleja. En amboscasos podemos preguntamos si los interlocutoreshan percibido algo más allá de la conducta degrandes grupos de individuos: ¿có~o ~od~mo~decir que la conciencia de clase ha disminuido SI

no es porque se ve que las actividades considera-das revolucionarias han disminuido, o - paralela-mente - cómo se puede decir que ha aumentado, sino es porque se nota un número mayor de activi-dades - incluyendo el comportamiento verbal delos sujetos - consideradas revolucionarias? Perosin duda los interlocutores adscriben un margende significado adicional a los términos, en vez dereducirlo a enunciados de observación, por másdifícil que sea precisar en qué consiste, y aunquequizá este significado subsidiario sea diferente encada persona. "Conciencia de clase" tendríaentonces un referente no observacional, por ejem-plo un estado mental. Es bien conocida la posi-ción de H. J. Eysenck en su obra Psicología de laDecisión Politica, según la cual .

"cuando una variable concomitante está (..) finnemente ancla-da en hechos observables por los dos lados, se la puede emple-ar sin temor en la teoría cíentífica'".

Previamente Eysenck define "variable con-comitante" como aquella que

"no se la puede observar directamente, sino que se la ha dededucir de otros hechos que ellos (sic) sí son directamenteobservables "'.

La variable concomitante que estudiaEysenck es la actitud (conservadurismo, radicalis-mo, anti-semitismo) en su relación con el compor-tamiento electoral. Necesarias pero sólo confia-bles cuando se encuentran entre límites, estasvariables se dan en todo tipo de ciencia.

Pasemos al análisis de un ejemplo sencillo.Tomemos la afirmación siguiente, que sin duda sehace con frecuencia y se entiende sin dificultad:"hay gran apatía en el electorado" ¿Cómo deter-minar que esto es verdadero? ¿Podemos detectar(medir, cuantificar, etc) la apatía? Es fácil ver q~etal cosa no es posible en forma enteramenrte satis-factoria. En primer lugar, alguien podría argüir ensentido contrario y basar su afirmación en su pro-pia percepción: podría señalar, por ejemplo, quelo percibido como apatía por su interlocutor es enrealidad cautela ante los vaivenes de la política,de tal manera que los electores se encuentran a laexpectativa para ver qué ocurre. Pero, de nue.vo,¿cómo sabríamos que esto es verdadero, y no sim-plemente una apreciación diferente? La soluciónestándar nos dice : "apatía" y "cautela" puedentraducirse a otros términos medibles, como porejemplo "abstencionismo electoral potencial". ~ien este momento percibimos algo que unos consi-deran apatía y otros cautela, podemos llevar acabo una encuesta en que se pregunte a losencuestados si estarían dispuestos a votar en elec-ciones nacionales, y si saben por quién aunque nodigan su preferencia. Una respuesta negativamasiva a la pregunta primera, acompañada de unarespuesta negativa a una pregunta que indagueacerca de si el lector espera más información paradecidirse, indicaría apatía. Una respuesta negativaa la primera pregunta y positiva a la segundasugeriría algo parecido a la cautela. Una respuestaafirmativa a la primera y negativa a la segundarechazaría la hipótesis de la apatía y de la cautela.La distinción que hace Homans' entre enunciadosorientadores y proposiciones es pertinente aquí:mientras los primeros no son verificables tal comoestán (v.gr. "hay apatía en el electorado") lossegundos sí lo son (vgr. "hay un abstencionismopotencial superior al 50% en el electorado"). y larelación entre ambos es que el primero ("apatía")

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sugiere lo segundo ("abstencionismo"), de maneraque los enunciados orientadores cumplen unafunción importante al señalar el camino porseguir. Por supuesto que no todos estarán deacuerdo en que "apatía" se operacionalice en"abstencionismo si hubiera elecciones en estemomento". Más aún: se podría defender, sin caeren contradicción, que la población podría votarmasivamente en forma apática, como por ejemploen el caso de las "elecciones" en regímenes totali-tarios en los que no hay pluralidad de opciones,pero sí hay castigo para quienes no votan, o en losque se conoce de antemano el resultado por elhecho de que el partido en el poder anunciará sutriunfo en todo caso. La traducción a un términooperacional no es, pues, automática: siempretenemos en el primero un significado adicionalque conserva el lenguaje ordinario y se pierde enmediciones. Sin duda la apatía se puede correla-cionar con otros factores observacionales, ydependerá por lo menos en parte de los propósitosy recursos del investigador la forma como opera-cionalice sus términos. En todo caso habrá quetener en cuenta el contexto social: el abstencionis-mo en algunos casos será la forma como se mani-fiesta la apatía, pero en otros - por ejemplo, cuan-do abstenerse de votar es castigado - habrá querelacionarlo con otros tipos de conducta, comopor ejemplo con desgano y conducta obstruccio-nista.

Muchos otros términos podrían analizarseen forma similar. "Alienación" es un buen ejem-plo. Este término, tan usado en filosofía, sociolo-gía, y psicología, se utiliza para referirse a fenó-menos con frecuencia opuestos entre sí: inactivi-dad y actividad desenfrenada, sumisión y rebel-día. Los temas incluidos en el volumen M a nAlone; Alienation in Modern Society (NuevaYork:Dell Publishing, 1962) son tan variados quedificilmente se encuentra alguna relación entreellos. En cierto sentido "alienación" significaaquello que quien usa el término considera quesignifica.

Es obvio que términos como "apatía", "con-ciencia de clase", "alienación" y otros semejantesdan lugar a enunciados que no se pueden verificaro refutar fácilmente. También es obvio que cada"''''''''' .,.,l00r..t-.AQ ru!I:t.b.1A1'Y\.!JI dlfpr.entafi:. l.!,thOJ: de

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ha analizado este tema en el primer capítulo de suinteresante obra Understanding and Prediction.Tomemos, como ejemplo, el verbo "huir". Vemosa una persona correr delante de otra, asociamos ala primera con una acción determinada y conclui-mos que la primera huye de la segunda; que laprimera, por ejemplo, es un ladrón que huye de lapolicía. En realidad lo que vemos es a dos perso-nas corriendo, una delante de la otra; "huir" esaquí una interpretación teórica de un comporta-miento, por más que "huir" nos parezca a simplevista una descripción puramente neutral de unaobservación. Podría ser, por ejemplo, que se tratade una escena que está siendo filmada para unapelícula (donde alguien huye de alguien, solo queen escena) sin que lo sepamos, o de un experi-mento para demostrar que se puede engañar a unamultitud: dos personas se comportan de tal mane-ra que los observadores concluyen que la conduc-ta antecedente X implica la conducta consecuenteY, cuando en realidad previamente se habíanpuesto de acuerdo para actuar como si no estuvie-ran de acuerdo. De poco nos serviría preguntar alos actores: su reporte de la situación podría serfalso, deliberadamente o no. En tal caso los meca-nismos para detectar la verdad tendrían que ser deotro tipo; por ejemplo, habría que estar atento acontradicciones en el comportamiento o en elrelato que hacen los actores, o englobar las actua-ciones dentro de un contexto más amplio. Paraencontrar un procedimiento empático en estoscasos suele citarse la operación llamada"Verstehen" (comprensión), que involucra unintento de interiorización de estímulos y unasreglas para interpretar estímulos ajenos. Bástenosremitimos al artfculo clásico de Theodore Abel'donde se señala el papel auxiliar de la compren-sión: nos ayuda a formular hipótesis para explicarun comportamiento que deseamos explicar, a par-tir de la intemalización de los estímulos y res-puestas, pero no se puede tomar como un métodode verificación. En otras palabras, su papel esheurístico y tiene que ver con la formulación dehipótesis, no con su refutacón o verificación.

Por lo demás, "Alguien huye" plantea pro-blemas diferentes de "alguien está apático"; huires una operación física, y por supuesto alguiennnede huir eouivocadamente, cuando oor eiemolo

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voluntad; alguien puede sentirse apático respectode algo en particular o con relación a todos losposibles estímulos, y el segundo significado es elmás frecuente. Puede mentir acerca de su estadode ánimo (como también puede mentir quien diceque huye) pero, a diferencia de lo que ocurrecuando alguien huye, no se puede estar equivoca-damente apático en el sentido de que el objeto dela apatía sea falso. Se puede huir por error, mien-tras no se puede estar apático por error; incluso siun estado de ánimo tiene algo que ver con unacreencia, ésta puede cambiar sin que necesaria-mente cambie aquél. De lo contrario se podríancurar todas las depresiones con solo cambiar lascreencias de los deprimidos.

En libros y artículos de ciencias sociales seencuentran con frecuencia términos que presentanproblemas como los que hemos venido analizan-do. Citemos únicamente dos ejemplos, tomadosde libros recientes publicados en Costa Rica:

- En la introducción a su obra Las Luchassociales en Costa Rica (1870-1930) (EditorialCosta Rica: 1980, primera edición), página 19,nos dice su autor Vladimir de la Cruz:

"El presente trabajo pretende demostrar ( ...) que el nivel de lalucha social y obrera en el país alcanzó grados complejos y pro-fundos que configuraron el desarrollo de una conciencia social,obrera, nacional, patriótica, antiimperialista y socialista."

Nos preguntamos: ¿cómo podemos percibiruna conciencia con todas estas características?¿Qué quiere decir "configurar una conciencia"?¿Cómo sabemos que una conciencia está "confi-gurada"? Si alguien negara esta afirmación,¿cómo decidiríamos quién tiene razón? Habríaque dar un pasó más y operacionalizar esta afir-mación para tratar de verificarla.

- Jorge Rovira en su Estado y política eco-nómica en Costa Rica, 1948-1970 (San José:Editorial Porvenir, 1982), refiriéndose al períodode la Administración Ulate nos dice

"No hubo, a lo largo de estos cuatro años, ninguna volun-tad seria y profunda (...) de diversificar el aparato productivo cos-tarricense y de alentar económicamente a otros sectores socia-les "(p. 132).

Ahora bien; ¿cómo correlacionar "voluntadseria y profunda" con términos de observación?¿Podría alguien decir que sí la hubo, dados losmismos hechos, y en tal caso, cómo podría probar

su afirmación? ¿Serían la misma las siguientesoraciones?:

al: No se diversificó el aparato productivocostarricense.

02: No hubo voluntad de diversificar el apa-rato productivo costarricense.

¿Añade algo 02 a al? Parece que el autorquiere decir algo más de lo que dice al. No esfácil saber qué se añade, pero ciertamente tieneque ver con el terreno de las intenciones de indi-viduos. ¿Son las condiciones de verdad de 01 lasmismas que las de 02? Por supuesto que no;mientras al es en principio verificable, 02 no loes. Ningún hecho parece ser relevante para deter-minar la falsedad de 02 ni de su contraria.Supongamos que resucita Otilio Ulate y al leer lafrase mencionada contesta "No, no es cierto;siempre tuve la intención de reformar el aparatoproductivo". ¿Cómo lo refutaríamos? Las referen-cias a hechos pertinentes podrían verificar o refu-tar 01 pero no 02, por lo menos no directamente.Ulate podría aducir que siempre quiso reformar elaparato productivo, pero que no tuvo tiempo, oque sus enemigos políticos no lo dejaron, o quesiempre tuvo problemas más urgentes que atender.0, más extraño aún pero no contradictorio, podríaafirmar que siempre quiso hacerlo pero simple-mente nunca lo hizo.

(b) El problema de la forma como el cono-cimiento de una conducta afecta a la conductamisma. Sin duda este problema es el más típico delas ciencias así llamadas "sociales", aun cuandoexiste la tentación de creer que "social" se refiereal objeto de estudio, la sociedad misma, delmismo modo que "natural" se refiere - en el casode las ciencias naturales - a otro objeto de estudio,la naturaleza, de modo que sociedad y naturalezaserían objeto de estudio en el mismo sentido de"objeto", y con las mismas características, alpunto que la diferencia entre las ciencias socialesy las naturales no afectaría a la noción misma de"objeto de la ciencia". De todos modos, la nociónde ciencia "social" es más bien ambigua, y la de"ciencias del ser humano" tampoco escapa a estaambigüedad. ¿Es la psicología individual unaciencia social? ¿Lo es la lingüística? mientras laprimera se parece más a la psicología social que ala matemática, la segunda se parece más a estaúltima que a la primera. ¿Y qué decir de la econo-mía, cuyos métodos matemáticos a veces le danmás bien un aspecto de ciencia natural? Un análisis

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de las paradojas que surgen del conocimiento enel caso de la conducta humana servirá para aclararla noción de ciencia social, e incluso se podríaproponer una definición a partir de ese fenómeno:será "social" aquella ciencia donde el conoci-miento del objeto se puede convertir en un factorque altera el comportamiento de ese mismo obje-to conocido, y justamente por la via de conoci-miento. La planta de arroz estudiada en su creci-miento no altera su "comportamiento" cuandoal~":~n la está estudiando. Ella no se entera delhecho de ser estudiada. Suele decirse en nuestrosdías que la situación en física ha variado sustan-cialmente con la teoría cuántica, de modo queahora no se puede separar el objeto del conoci-miento del sujeto que conoce. Pero esto no lahace una ciencia social: incluso si las partículassubatómicas fueran afectadas por el conocimientoque se tenga de ellas, de modo que no se puedaseparar el agente conocedor del objeto conocido,esta forma de alteración no se hace por via delconocimiento en el objeto conocido: las partículassubatómicas no conocen su propio comporta-miento, a diferencia del objeto conocido en lasciencias sociales -Jos seres humanos en cuantotales. Tampoco es objeción a esta posición la afir-mación de que podemos usar nuestro conocimien-to de la naturaleza para cambiar la naturaleza: adiferencia de lo que ocurre en el comportamientohumano, nuestra modificación de la naturalezasólo es posible obedeciendo dichas leyes, comoya lo señaló hace mucho Francis Bacon. El día enque la naturaleza utilice el conocimiento quetenemos de ella para modificar su comportamien-to las ciencias naturales habrán dejado de sernaturales para convertirse en sociales; el día enque los seres humanos no puedan utilizar el cono-cimiento de su propia conducta para modificaresa misma conducta las ciencias sociales dejaránde ser sociales para volverse naturales. Lo prime-ro rara vez ha sido propuesto; lo segundo es loque quieren quienes niegan la especifidad delobjeto de las ciencias sociales.

Reforcemos esta idea con una comparaciónentre extremos claramente opuestos. La física noes una ciencia social, a no ser que declaremospreviamente que toda ciencia es social, lo que aveces se hace, pero generalmente sin que los queasí hablan precisen suficientemente lo que quie-ren decir. La astrofísica no es una ciencia social,por más que su desarrollo histórico se puedacorrelacionar con fenómenos socio-económicos

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(la revolución copemicana se vuelve importantecuando los viajes de descubrimiento hacen másurgente el conocimiento astronómico). La geolo-gía tampoco lo es, por más que sirva para explicarparcialmente hechos económicos a partir de laclase de terreno sobre el cual se asienta un grupohumano.

¿Por qué no son sociales las ciencias men-cionadas, a pesar de su obvia conexión con aspec-tos socio-económicos, a pesar de que puedenjugar un papel ideológico, y a pesar de que todaciencia es un fenómeno social y da lugar a nume-rosas instituciones? Una respuesta sencilla seríala siguiente: ninguna de ellas estudia la conductahumana. Ahora bien, es también evidente queciencias como la fisiología y la neurología estu-dian acciones que se dan en el ser humano, y tam-poco son ciencias sociales. ¿Por qué? porqueestudian hechos que tienen lugar en el ser huma-no, pero que no presuponen conducta humana enun sentido más preciso del término. No son accio-nes resultantes de propósitos. Todos respiramos,una de las acciones del ser humano estudiadas porla fisiología. Respirar no es objeto de una accióndeliberada- aunque dejar de respirar para suicidar-se sí lo sería. Algunas técnicas de gimnasia secentran en formas de respirar consideradascorrectas, y en esta medida pueden considerarseobjeto de ciencias sociales. Cuando está de pormedio la acción humana deliberada, podemoshablar sin temor de ciencias sociales, ciencias delser humano o cualquier otro calificativo que que-rramos emplear para distinguirlas de las cienciasnaturales. Más aún: el conocimiento que da lafisiología puede y debe tomarse como base paraun régimen de vida más saludable, y en la medi-da en que esto es objeto de elección se convierteen tema de las ciencias del ser humano. Otraforma de decir lo mismo es que las ciencias delser humano versan sobre la cultura, entendidaésta como el conjunto de acciones individuales ygrupales que identifican un grupo humano encuanto grupo humano, y al individuo dentro delgrupo.

Para una primera aproximación, podemosconsiderar el siguiente conjunto de ejemplos, queapuntan hacia una característica del tipo de cien-cias que nos interesa, el de las ciencias del serhumano en cuanto tal:

- Los muchachos, a diferencia de los adul-tos, caminan apoyándose en la parte delantera delpie. Un prisionero se escapa y huye caminando

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LUIS A. CAMACHO14

sobre la nieve. Sabe que sus perseguidores seguiarán por sus huellas, y que sus perseguidoressaben que el escapado es un adulto. Por eso, alcaminar sobre la nieve, lo hace apoyándose sobrela parte delantera de los pies para causar la impre-sión de que las huellas son de un adolescente.Pero sus perseguidores pueden suponer que elescapado sabe que los muchachos caminan deforma diferente a los adultos, y que el escapadopuede tratar de confundirlos. (El lector puedeimaginarse muchas variaciones de esta situación:por ejemplo, en la vecindad también hay huellasde adolescente, y el escapado logra imitar laforma de las huellas juveniles de tal modo queconfunde a sus perseguidores, a pesar de que unosy otros conocen la diferencia entre una y otra).

En resumen: X sabe que P (donde P es unaproposición, es decir, algo que puede ser verdade-ro o falso), y al saber que P se comporta de unamanera que incorpora el conocimiento de que P,¿ Cómo podemos entonces decir que P es verda-dero? En otras palabras, ¿ Cómo podemos verifi-car P, donde P es una proposición del tipo "losmuchachos caminan de manera diferente a losadultos"? Habría que distinguir, pues, diversosniveles de conducta.

-Otro ejemplo: la economía de un país esnormal, en el sentido de que la oferta y demandade productos básicos es la habitual: uno encuentraen los negocios lo que espera encontrar, y en losnegocios esperan que uno compre lo que suelecomprar. Pero, por razones que podemos dejar delado aquí, un influyente medio de prensa (periódi-co, radio o televisión) anuncia, sin fundamento enlos hechos, que se teme escasez de alimentos enlos próximos días. Quienes hacen el anuncio cono-cen la forma corno se comporta la mayoría de lagente, y lo que Ocurrees justamente lo que pronos-ticaban que ocurriría: al enterarse de la "noticia" lagente se apresura a comprar todos los alimentosque puede, y esto provoca inmediatamente unacarestía en los anaqueles de los supermercados.Más de un usuario de la prensa se puede maravi-llar entonces de la "precisión" de los medios decomunicación, capaces de pronosticar algo que vaa ocurrir aun cuando no hay la menor indicaciónde que esto va a pasar. Incluso puede llegar a laconclusión de que el periodista actuó de maneraparecida al meteorólogo que anuncia la próximallegada de un frente frío justamente cuando unoestá disfrutando de una ola de calor. Se trata, comoes evidente, de dos tipos totalmente diferentes de

situaciones - y esto es justamente lo que distinguelas ciencias del ser humano de las demás:

-- el científico natural pronostica que ocu-rrirá un eclipse, y el hecho de que lo pronostiqueno es causa de que el eclipse ocurra (o de que noocurra, en el caso de que su pronóstico estuvieraequivocado);

-- el científico social pronostica que habráuna revolución, y el hecho de que lo pronostiquepuede influir en que de hecho ocurra o no la revo-lución en la medida en que su pronóstico es cono-cido por individuos y grupos que pueden actuar.En este ejemplo, más que en los anteriores, vemosel papel de la valoración: quienes valoren positi-vamente la revolución se alegrarán del anuncio deque ésta ocurrirá y trabajarán para que esto ocu-rra, mientras quienes la valoren negativamente seasustarán ante el anuncio de que ocurrirá y harántodo lo posible para que no ocurra.

. Esta posibilidad de actuar con base en elconocimiento cuyo objeto es la misma actuaciónpresenta otros problemas de muchos tipos:

- ¿Es lo mismo conocer que conocer que seconoce? Es clásica la respuesta de Platón en suMenón: no es lo mismo, pues el esclavo nuncasupo que podía demostrar el teorema de Pitágorasantes de que el maestro lo fuera guiando en lademostración. Luego, el esclavo sabía la demos-tración, pero no sabía que sabía. Más reciente-mente la disputa se presenta entre autores comoHéctor-Neri Castañeda y Jaakko Hintikka", Esteúltimo identifica conocer con conocer que seconoce basándose en el hecho de que la estructuralógica de ambos es la misma, de modo que ladiferencia se encuentra entre no conocer, por unlado, y conocer, por el otro. No hay diferencialógica -aunque sí la puede haber psicológica-entre conocer y conocer que se conoce. Castañedaarguye en sentido contrario, señalando que el aná-lisis lógico debe ser fiel a la intuición básica quenos dice que ambas cosas son diferentes: pode-mos conocer algo, sin que sepamos que lo cono-cemos. No sólo porque en un momento determi-nado quizá no recordemos lo sabido, sino porqueademás la reconstrucción de lo que sabemospuede exigir arduos esfuerzos. Nada de esto ocu-rre cuando sabemos que P (que hoyes lunes; que2+2=4; que Helena es la capital de Montana) ysabemos que sabemos que P. Pero entonces,¿cómo evitar el regreso al infinito que se daría siañadimos más términos? ¿Habría alguna diferen-cia entre saber que se sabe, y saber que se sabe

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VERIFICACION y REFUTACION

que se sabe? ¿Adónde parar, y por qué? En losprimeros pasos, parece evidente que el conoci-miento de algo puede usarse en forma especialcuando ese algo puede modificarse por el solohecho de conocerlo. Esto es, en resumen, 10 quehace posible la psicoterapia: el paciente encuentraen el análisis del psicólogo una clave para sucomportamiento, y ese comportamiento ya noserá igual si el paciente ha entendido bien el aná-lisis. Más aún, en la medida en que el análisis seaperspicaz la posibilidad de modificar el compor-tamiento mediante una adecuada interpretacióndel mismo será mayor.

Notas

1. El reciente volumen titulado ¿Sobrevivirá el mar-xismo", compilado por el Dr. Rafael A. Herra y publicado porla Editorial de la Universidad de Costa Rica en julio de 1991,recoge varios ensayos sobre el tema de la crisis reciente delsocialismo histórico, vista desde perspectivas muy variadas.En particular, y para el tema mencionado, recomendamos lostrabajos de Héctor Pérez Brignoli, Manuel Formoso y CarlosMolina. También se analiza el tema en mi trabajo incluido enese volumen, titulado "Sobre el colapso del marxismo-leninis-mo, con algunas ideas de Karl Popper y Bertrand Russell".

2. La literatura en ciencias sociales está llena de afir-maciones no operacional izadas y cuyo valor veritativo, portanto, no es fácil precisar. En gran medida la aceptación

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depende entonces del grado en que autor y lector com~los mismos presupuestos,

3. H. J. Eysenck Psicología de la Decisión Política(Caracas, Barcelona: Ariel, 1964; la versión original en ingléses de 1960 y fue publicada por Routledge and Kegan Paul). Lacita es de la página 30.

4. Eysenck, obra citada, página 30.5. George C. Homans The Nature of Social Science

(Nueva York: Harcourt, Brace and World, 1967), p.8 ss. Suelecitarse a Homans como uno de los pocos representantes --sinoel único-- del enfoque individualista en ciencias sociales ("ato-mista", dirían los partidarios del enfoque sistémico). Tambiénes frecuente que se le descalifique a partir de ese calificativo.

6. Stefan Nowak Understading and Prediction(Holanda: D. Reidel, 1979). cap. 1

7. Theodore Abel "The Operation Called Verstehen"en The American Journal of Sociology, LIV, 3 (1946).Traducido al español por Nelly Burgallo en Irving LouisHorowitz, compilador, Historia y elementos de la sociologíadel conocimiento (Buenos Aires: Eudeba, 1964), pp. 185-196.Un resumen del artículo puede verse en el tomo compiladopor Claudio Gutiérrez y Abelardo Brenes titulado Teoría delMétodo en las Ciencias Sociales (Costa Rica, EDUCA, 1971),pp. 256-264.

8. Véase Jaakko Hintikka Knowledge and Belief(Comell, 1962; versión en Español Saber y Creer, Madrid:Tecnos, 1979), capítulo V.

Luis CamachoDecano

Estudios de Posgrado,Universidad de Costa Rica

2060 Montes de Oca