Este documento es sin fines de lucro.No a la copia parcial o total del mismo.

Es para el entretenimiento de los lectores que aman la trilogía Divergente de laautora Verónica Roth.

MENSAJE ESPECIAL:

Si están leyendo esto quiere decir que ya leyeron Allegiant.Se respeta el trabajo creado por Verónica Roth pero muchos hubiésemos

querido otro final para nuestra heroína Tris Prior, por lo que este pdf esexclusivamente un final alternativo creado por B.Y.C del blog de reseñas y

descargas: Flying With Books, para todos aquellos que quieran un nuevo finaldiferente.

TRIS

—Es la hora

Él asiente

—Así es.

—¿Estás seguro que no vas a hacerlo?

—No. Tengo que encontrar mi nueva vida. Ve y busca la tuya de vuelta.

Y así lo hago.

TOBIAS

Un mes pasó desde que subimos al edificio Hancock y esparcí las cenizas de Tris en el aire.

Ahora estoy completamente solo en la puerta del edificio mirando hacía arriba yme permito recordarla.

Aún duele saber que se fue, duele ser consciente que nunca más voy a verla sonreír, escuchar su risa, sentir sus besos y caricias, tener ganas de abrazarla con fuerza cuando se enfadaba conmigo.

Casi tres años pasaron desde que la vi viva, me habló y besó por última vez.

La extraño tan fuertemente pero creo que lo que hizo fue valiente. No puedo estar enojado con ella, aunque una pequeña parte egoísta de mí quiere estarlo.Me dejó solo. No sé como vivir sin ella. Estoy aprendiendo a hacerlo pero creo que nunca voy a superarla.

Desde que la conocí siempre supe que iba a necesitarla. Ella era fuerte. Segura. Valiente. Muchos creen que lo soy, pero realmente no es así. Iba a irme de Osadía si no fuera porque ella llegó. Ella fue quien me hizo encontrar de nuevo la fortaleza y seguridad para ser un Intrépido y cuando se fue sentí como que todo se derrumbaba a mis pies.

Un copo de nieve cae sobre la mano que tengo abierta en mi pierna y trato de recogerlo, es inútil. Se desvanece, justo como todo. Y eso, nuevamente me hace pensar en Tris.

Tengo frío porque esta comenzando a nevar con mayor fuerza pero no me importa, miro a lo alto del Hancock y cierro los ojos.

Estoy mirando hacia arriba, esperando. ¿Quién será el primero? Estoy seguro que alguno de sabiduría. Los otros iniciados, especial los Sinceridad con sus bocazas que no pueden mantenerlas cerradas, siempre los provocan y ellos quieren mostrar su valentía. Algo así como que lamente puede dominar al cuerpo. No me importa, este año va a ser más de lo mismo. Todos se creen valientes hasta que se enteran de que solo algunos clasifican para entrar a la sede y otros terminan siendo Sin Facción. Tal vez eso es una buena cosa. Me contaron como solía serOsadía antes de que los líderes cambiaran. Era un buen lugar para pasar el resto de tu vida, ¿ahora? Ahora no estaba tan seguro.

Miro a mí alrededor y todos están hablando emocionados y expectantes acercade quienes serán los nuevos. Supongo que debería sentirme igual, seré el instructor de algunos, si es que hay transferidos este año, pero no estoy emocionado.

Se escucha un ruido desde arriba y todos quedamos en silencio. Allí, allí viene el primer iniciado. O la primera, debería decir. Extraño. Nunca saltan las mujeres primero. Esta chica debe ser valiente.

Cae y extendemos los brazos para que ella tome uno, no espero que tome el mío pero aparentemente hay muchas cosas que cambian cuando uno espera algo. Siento el calor de una mano caliente en mi brazo y la ayudo a levantarse de la red.

Sacudo la cabeza y abro los ojos. Esa fue la primera vez que la vi. La primera vez que supe que cambiaría todo, que su valentía para ser la primera saltadoraiba a modificar nuestras vidas. No sabía con exactitud a que me refería pero solo lo sabía. Y no estaba confundido.

Suspiro y me levanto mientras sacudo la suciedad y la nieve de mi ropa y cabello. Saco de mi bolsillo trasero un pequeño teléfono móvil.

Tenemos de estos. Lo que es bueno ya que ayuda a tener una comunicación más rápida e instantánea en el nuevo Chicago, pero lo mantengo apagado. Solo siento la necesidad de encenderlo cuando es un caso de urgencia que requeriría tenerlo encendido por si acaso.

Saco un pequeño reloj y mirando la hora frunzo el ceño.

Se supone que Christina iba a recogerme hace quince minutos. Íbamos a ir juntos hacía los apartamentos de Milenio Park para recoger nuevo algo que Caleb y su grupo científico preparó para Shauna. No me sorprendería si Christina se retrazó por algún motivo.

Decido subir en el ascensor hasta su piso pero cuando toco su puerta, nadie sale. Una y otra vez tocó y no se escucha siquiera un sonido. El apartamento de Zeke está en este piso también así que voy a llamarlo pero recibo lo mismo que con el de Christina. Silencio.

¿Cuándo salió que no me di cuenta? Suspirando me dirijo de nuevo al ascensor y espero a que llegue para después salir del edificio.

La nieve sigue cayendo por lo que me apresuro y camino hacía Milenio Park con rapidez. Tal vez ya se encuentra allí pero cuando llego y pregunto por Christina, Caleb y hasta Zeke, en caso de que haya decidido acompañar a Christina, me dicen que ninguno de los tres se encuentra en el lugar. A Christina y Zeke, definitivamente, no los vieron, y Caleb recibió una llamada urgente y se fue de prisa sin dar explicaciones. Agradezco la información y salgo del edificio de Caleb.

¿Dónde se encuentran todos?

Camino de regreso a mi apartamento y me doy cuenta de que fui estúpido al notraer mi vehículo. Esto sería más rápido y no estaría congelándome de frío, pero supongo que hace bien. El viento sobre mi rostro se siente bien y recuerdo lo que hice ayer.

Durante todo un mes Zeke estuvo tratando de convencerme que vuelva a tirarme desde el edificio Hancock, no creía que podía hacerlo. Solo lo hice una vez y fue porque estaba seguro de que a Tris le hubiese gustado que lo haga almenos una vez en mi vida. Eso pasó hace un mes y tres días. El día que dejamos que el viento se lleve su cuerpo hecho cenizas, pero de alguna manera que aún no logro comprender, Zeke logró que vuelva a subir y lanzarme al vacío.

Recuerdo que esta vez me fui de espalda al suelo para poder ver el cielo. Era el atardecer y todo era hermoso, aunque el terror por la altura no disminuyó pero por unos pocos segundos pude sentir como Tris me abrazaba. Esparcí sus cenizas por el aire de manera que cada vez que respire sienta como que ella está conmigo, y así fue. Pude sentirla envuelta a mi alrededor y eso trajo unas cuantas lágrimas a mis ojos. Estaba cansado de llorar. Ya la lloré lo suficiente y sigo creyendo que el llanto es estúpido pero a veces recurre a mi vida y tengo que dejarlo salir. La sentía toda sobre mí y trajo felicidad a mi vida.Aún la extrañaba pero en ese momento fue donde más lo comprendí.

Ella hizo lo que hizo para salvarnos. De hecho, nos salvó. La admiro por eso y la amo aún más aunque no pueda decírselo mirándola a los ojos pero siempre lo hago y haré. Todos los días se lo digo en mi mente y sé que donde sea que ella esté me escucha, pero esa vez, envuelto por el miedo de la altura, la tristeza de no poder compartir mi rápido momento de valentía al hacer esto, y laemoción de sentirla en el aire junto a mí, lo dejé salir con toda la fuerza que tenía.

La primera vez que hice eso grité durante todo el camino hasta abajo, esa segunda vez no grité cosas sin sentido. Grite cuanto la amaba. Para que todos los sepan. No solo en mente. Para que el viento, el cielo, las estrellas que comienzan a notarse levemente, el sol que se está alejando y la luna que está subiendo, lo sepan. Le grité al aire:

Te amo, Tris.

Y juro que pude sentir como el viento me devolvía las palabras, con su voz, diciendo: Yo también te amo, Tobias.

Cuando llegué al suelo esperé a Zeke, que se deslizó unos segundos después que yo, y bajó sin necesitar mi ayuda pero cuando lo hizo vio las lágrimas en mis ojos y eso trajo unas cuantas a los suyos también. Supongo que estaba recordando a Uriah.

Después de eso ambos nos fuimos a su casa y tratamos de entretenernos con un juego de lanzar dardos. Había cosas que nunca cambiaban.

Salgo de mis recuerdos y me concentro en caminar hacia mi departamento, que se encuentra un poco alejado de donde estoy actualmente. Espero que Christina esté esperándome allí.

Las calles se ven diferentes, no mejor y no peor, tal vez. Pero sí diferente. Me gusta pensar en ese cambio pero no me gusta tener en mente lo que trajo todo esto hace tiempo.

Acercándome al Hancock más ex intrépidos veo allí. Es lógico. Si fuese amantede las alturas y si quisiera sentirme bien, recordando todo lo que vivimos en Osadía, sin duda aquí es donde viviría; pero no quiero hacerlo. No puedo permitirme pensar constantemente donde estuve porque eso me recuerda a Tris y no es que quiera olvidarla, es que

prefiero tenerla presente en mi mente cuando yo estoy preparado para hacerlo.

Algunos me saludan y yo les devuelvo el gesto. No tienen nada de malo ellos, soy yo. Otros intentan quedarse a hablar conmigo pero descarto esa posibilidadcon rapidez, necesitando llegar a casa.

Pero aparentemente uno no capta esa información y me detiene de todas formas.

—Cuatro

Es un Osado que vi un par de veces. No tantas como para recordar su nombre pero si para saber que fue un nacido allí. Ahora se que trabaja como guardia o algo así. Es uno privado. No sé a quien protege pero me da igual.

—Hola —asiento con la cabeza hacía él.

—¿Cómo va todo?

Se ve nervioso y no puedo culparlo pero tampoco lo entiendo. Tengo una historia y, aparentemente, algunos siguen creyendo que soy de temer. No es que lo haya sido alguna vez pero si me centro bien en lo que se debe hacer y no me dejo llevar por nada. —Bien

No doy más información. No es como si vaya a decirle a este tipo que estoy preocupado por no encontrar a Christina, Zeke y hasta Caleb.

—Bien, hombre —asiente hacía mí, como si mi poca información fuese importante—. Me estaba preguntando si tal vez pudiera ir a hablar contigo en estos días para hablarte sobre una reforma política que creo

que podría ayudar a los demás.

No sé porque todos piensan que puedo tener voz en aquellas cosas. Por el momento solo soy un ayudante. Quizás en un futuro tenga alguna aspiración política más importante donde pueda hacer elecciones que sean las correctas para el bien de todos pero no ahora.

—Estoy seguro de que Johanna Reyes va a querer escuchar lo que tienes paraaportar. Ve a verla el martes antes del mediodía y puedo ver que hacemos.

Generalmente los martes a ese horario Johanna Reyes no tiene muchas cosas que hacer. Se presenta pero es como un tiempo libre de las reuniones, planes y demás.

—Gracias, Cuatro —El sonríe y veo que le falta un diente. No es de extrañar, probablemente se le haya caído en alguna pelea—. Allí estaré.

Me despido con un asentimiento y continúo mi camino. Por suerte nadie me detiene a medida que continúo caminando por las calles hasta mi hogar.

Estando de regreso y a punto de preguntar a la señora de la recepción si vio a quienes estaba buscando que no me dí cuenta, hasta que comencé a caminar hacía ella cuando traspasé la puerta, que un fuerte silencio me rodeó de muchas de las personas que se encontraban allí.

Observándolos vi que algunos eran vecinos, otros, supuse, eran conocidos de ellos, pero una gran parte de los rostros que veía parecían ser personas al azarque entraron al lugar porque algo pasó y ellos se encontraban aquí para ver eso.

Sentí hielo en mis huesos cuando observé a mí alrededor y todos estaban mirándome fijamente.

No. Solo… No.

Mi mente giraba y los pensamientos eran tantos que no lograba capturar uno solo con rapidez y centrarme en ello. Todo lo que veía era los rostros sorprendidos que me rodeaban e imaginé lo peor.

Divisé a Christina y Zeke cerca de donde se encontraba el guardia de seguridad y con extrema rapidez me acerqué a ellos, aliviado de verlos aquí y eso fue hasta que estaba lo bastante cerca y los vi mejor. Ambos tenían lágrimas en los ojos y me congelé en el lugar, casi cayendo de rodillas. Esto nopuede estar pasando de nuevo. ¿Quién es esta vez? ¿Evelyn?

No, no, no.

Christina fue la primera en reaccionar y corrió hacía mí. Lanzo sus brazos a mí alrededor pero no pude sostenerla. Estaba congelado y no quería tener que soportar que vuelvan a consolarme. No después de más de dos años de tratar de superar lo que sucedió con Tris...

Zeke se acercó a nosotros y pasó un brazo por los hombros de Christina

—Christina —dijo él. Su voz era rasposa como si hubiese estado llorando hastahace poco, y de alguna manera, logró dejar de hacerlo justo antes de que yo llegara.

—No puede ser. Yo la vi. La vimos. Ella no puede estar... —un sollozo se le escapó a Christina y Zeke la atrajo hacía su cuerpo en un abrazo apretado.

¿Alguna vez sintieron como si un balde lleno de agua helada estuviese cayendo sobre ustedes? Porque eso es lo que sentía en este momento. Miré a Zeke.

—¿Quién?

Él me observó mientras Christina sollozaba con la cara enterrada en su pecho.

—Tris —Dijo simplemente.

Me enfurecí y si no fuera porque él sostenía a Christina le hubiese golpeado la mandíbula. Miré alrededor de nosotros parar tratar de mantener mi temperamento en su lugar y no hacer ninguna estupidez con mi amigo y vi que todos estaban asintiendo a lo que dijo Zeke. Eso me ponía peor de lo que ya estaba, volví mi atención a él.

—¿Qué mierda tiene que ver Tris con esto? No hables de ella, déjala descansar en paz. ¿Quién murió esta vez? ¿Evelyn? ¿Es ella?

Christina dejó de sorber lágrimas y me miro con alegría en los ojos. Sí, alegría. Miré a Zeke y tenía la misma expresión. ¿Es que acaso sienten felicidad por otro muerto?

Mirando a la gente que nos rodea, además de ver expresiones de sorpresa, felicidad proviene de cada uno de ellos. Continúo buscando hasta llegar al rostro que quiero ver.Está vestido con una camisa blanca, una corbata azul se mantiene perfectamente arreglada, pantalones y saco negro. También se encuentra llorando pero veo felicidad en su llanto y cuando capta mi mirada me da una pequeña sonrisa.

No entiendo nada de lo que está pasando.

Vuelvo a mirar a Zeke y Christina pero ninguno de ellos me mira. En su lugar, están observando a la puerta al final del pasillo que se abrió. Ambos sonríen y sin pensarlo, voy hacía allí.

Voy a terminar con esto de una vez por todas.

A medida que hago mi camino hacía la puerta abierta, escucho murmullos de lagente a mí alrededor pero no los escucho realmente, observo la puerta con la esperanza de ver a mi madre bien pero nadie se asuma. Eso me hace sentir más terror. ¿Si alguien está esperándome por qué no sale por esa maldita puerta? ¿Y si está el cuerpo de mi madre allí dentro...? Pero, ¿por qué estaríantodos sonriéndome?

Apresuro mi paso hasta llegar y tomo una respiración profunda antes de cruzar el umbral y me quedo petrificado.

El hielo de mi sistema es destruido como si hubiese recibido un golpe y juro que puedo sentir como va cayendo en pedazos al suelo y en su lugar, fuego y calidez se sientan sobre mí.

Tiene un largo vestido que le llega hasta los tobillos y pensaría que era una de las antiguas ropas que le pertenecían a Abnegación si no fuera porque este es de color violeta oscuro.

Largo cabello hasta la cintura de color castaño claro enmarca la pálida piel del rostro, llamativos ojos verdes que me observan con admiración, orgullo, felicidad, arrepentimiento y amor. Una gran capa de maquillaje cubre el rostro con el que tantas veces soñé.

Y debajo de esas ropas extrañas para ella, todo ese maquillaje, cabellocon tintura y lo que suponía que eran lentillas de contacto, yo conocía

a la persona que estaba parada frente a mí.

Estuve soñando con verla delante de mí durante casi tres años, después de haberla besado, dicho que la amaba y que la vería pronto, pero ese pronto nunca llegó. Me la arrebataron antes de que incluso pudiera comenzar a vivir lavida que tenía planeada con ella.

Se la llevaron lejos de mi vida y sufrí su ausencia durante mucho tiempo y por alguna extraña y retorcida manera, mi mente me estaba jugando una maldita jugada en este mismo momento porque no había manera en la tierra de que quien se encuentra de pie frente a mí sea la única persona a la cual entregué mi corazón, alma y cuerpo.

Que se encuentre delante de mi viéndose más viva que nunca, como si yo no hubiese visto su cuerpo y llorado sobre el.

Que ella sea…

Tris Prior.

TOBIAS

—Hola, Tobias.

Su voz. Cuánto echaba de menos su voz. La calidez que recorría mi cuerpo cada vez que la oía.

La miro fijamente sin saber que hacer. Debo estar soñando. Aún no me desperté y todo esto es un sueño. Debí haberme quedado dormido en mi camaanoche, es lógico, me quedé hasta tarde haciendo nada con Zeke. O tal vez me desperté pero ahora estoy en Hancock esperando a Christina para ir donde Caleb, y me quedé dormido en la calle. Eso debe ser porque la realidad no puede ser esta.

Frotándome los ojos, retrocedo hacía la puerta pero escucho nuevamente su voz.

—Espera, Tobias.

La observo detenidamente y se ve diferente a la Tris que solía conocer. Se ve más grande, lo cual es lógico considerando que el tiempo avanza para todos, pero no es solo eso. Además de que tiene un aspecto físico diferente, hay algo más que no logro descifrar.

Ella se acerca a mí e instantáneamente doy un paso hacia ella pero luego me detengo. ¿Qué estoy haciendo? No es la primera vez que sueño con Tris pero sí la primera vez que se siente tan real.

Tris continúa avanzando hasta que está cara a cara conmigo. Respiro hondo y siento su característico aroma que hace que mi mente vuele. Creí que mi olfatose había olvidado de el pero aparentemente no fue

ese el caso.

—Se que verme debe parecerte extraño pero por favor, déjame tocarte.

Si la Tris de mi sueño quiere tocarme, ¿qué puedo hacer? Yo también echo de menos tocar a la Tris real así que la dejo.

—Claro —susurro y estoy deseando que esto sea real.

Ella se lanza sobre mí y envuelve sus brazos alrededor de mi cuello aplastandosu boca contra la mía e instintivamente separo mis labios dejando que mi lengua salga a encontrarse con la suya y comiencen el baile lento, suave, duro y fuerte.

La atraigo hacia mí mientras rodeo su diminuta cintura con mis brazos y la levanto del suelo, ella envuelve sus piernas a mí alrededor y retrocedo hasta la pared, encerrándola entre la misma y mi cuerpo, sin dejar de besarla.

El beso se vuelve cada vez más feroz y me encanta. La extrañaba a toda ella y no puedo dejar pasar esta oportunidad, el sueño se siente más que real.

Dejándome llevar por la pasión, muevo mis caderas hacía adelante y golpeo contra el vértice entre sus piernas y ella gime contra mi boca. Me encanta ese sonido, creo que voy a dormir más horas de las necesarias durante el día para soñar una y otra vez con que Tris está conmigo.

Ella se aferra a mí con fuerza hasta que rompo el beso. No puedo soportarlo más, esto se siente cada vez más real y se que cuando despierte voy a sufrir. No quiero sufrir más, quiero recordarla pero no sufrir. Por eso tengo que dejarlaen mi sueño también y alejarme antes

de que abra los ojos en mi cama o donde sea que me encuentre dormido.

Me alejo lentamente con los ojos cerrados, hasta que después de tomar varias respiraciones profundas los abro y la encuentro apoyada contra la pared mirándome fijamente.

—Sé que debe parecerte extraño —hace una pausa como recordando, al igual que yo, que antes de que comenzáramos a besarnos esas mismas palabras salieron de su boca. En fin, sí es extraño—, pero debes escucharme, Tobias.

Quiero reír, y llorar tal vez. Todo lo que quise siempre es escucharla. Lamentablemente solo podré hacerlo por sueños pero eso no me impide que no vaya a disfrutarlos pero mis sentimientos están tan contrariados quiero alejarme y no hacerlo. Al menos la tengo así y es bueno que este sueño se sienta más real que cualquier otro. Es como si realmente estuviera en carne y hueso delante de mí.

Solo hay una cosa que no entiendo. El cambio de aspecto. Pero supongo que mi mente se cansó y quiere jugar un poco más en sueños a estas alturas.

Y como si pudiera leer mis pensamientos ella dice:

—No soy un sueño. Puedo ver por tu mirada que estas imaginando eso pero nolo soy.

Contra toda lógica le respondo

—Entonces, ¿cómo es que estás aquí?

—Regrese para estar contigo, Tobias.

Ahora sí quiero reír realmente y lo hago. Río porque esto es demasiado.

—¿Regresaste? —Sigo riendo pero logro decir— Vi tu cuerpo en la morgue, Tris. Esparcí tus cenizas mientras me lanzaba desde el Hancock porque eso era lo que hubieras querido.

—¿Hiciste eso? —Ella se ve tan sorprendida que quiero abrazarla y preguntarle a qué se refiere pero continúa antes de que yo pueda hacerlo—. Quiero decir, en el Hancock. Realmente, ¿realmente te lanzaste desde ahí por mí?

—Haría cualquier cosa por ti, Tris. Siempre haría cualquier cosa. Y si pudiera traerte a la vida, y se que es egoísta lo que estoy diciendo, pero si pudiera hacerlo y tendríamos que huir y vivir una vida lejos de todo, sin que hayas hecho tu acto valiente y salvado a la población, con tal de vivir mi vida junto a ti,lo haría. Pero no puedo. No se puede regresar a los muertos. Y estás muerta.

La miro para que comprenda que sé que esto es un sueño y que no voy a volverme loco. Las simulaciones eran menos sofocantes que este sueño. Esto esta a punto de desmoronarme para siempre.

—Tobias, no soy un sueño. Estoy aquí de verdad.

Comienzo a alejarme de ella y voy hacia la puerta.

—Los muertos no están vivos —me quiero golpear a mí mismo. ¿Realmente acabo de decir eso?—. No estamos en una historia de ciencia ficción donde pudiste haber regresado de la muerte. El sueño acaba para mí. No puedo con esto.

Antes de pasar la puerta ella se escabulle, se para delante de mí y me abofeteala mejilla. La miro sorprendido y me llevo la mano a la cara,

donde siento el picor de su golpe.

—¿Acaso se sentiría así de real en un sueño? —Haciéndome retroceder camina hacía delante y rasguña mi brazo—. ¿Esto es imaginación tuya, Tobias?

No puedo entender. Me froto la cara mientras siento el ardor en donde sus uñas hicieron contacto con la piel de mi antebrazo. Sigo mirándola sin decir nada, aún conmocionado.

Ella se acerca y apoya sus labios, en el beso más ligero, contra los míos.

—¿Esto se siente tan poco real para ti?

No, quiero decir. No se siente poco real. Se siente absolutamente real. Y quierogritarlo, y llorar. No he llorado en un tiempo, pero cuando se trata de Tris es todo lo que quiero hacer en este momento.

Pero no voy a hacerlo. No voy a dejar que este sueño me derrumbe.

—No puedo hacerlo. ¿Sabes lo que te eche de menos? Quería volver a verte y ahora no estás. Necesito despertar porque este sueño está matándome, Tris.

Ella se aleja y me mira antes de tomar una profunda respiración y hablar

—Está bien, veo que no vas a creerme hasta que te cuente todo.

No sé de que todo habla pero voy a dejarla hacerlo, esta es la última vez que voy a escucharla. Cuando despierte voy a pedirle a Caleb si puede suministrarme alguna pastilla que debe tener él para no tener sueños o lo que sea. Hoy es la última vez que la veo. Siempre voy a amarla y en mis recuerdos me hace feliz hacerlo pero si tengo el corazón roto por verla en sueños haciéndome creer que aún está viva,

no puedo vivir. Y necesito vivir porque eso es lo que ella hubiera querido. Se sacrificó por todos. Por mí. Voy a honrar la vida por su sacrificio.

Así que le digo

—Te escucho, Tris.

Ella sonríe

—Sabes todo lo que te contaron así que no voy a explicar aquello. También se que entiendes por qué lo hice y tampoco hablaré sobre eso —Hace una pausa, en lo que supongo que espera que la esté siguiendo y asiento. Ella continúa—. No he muerto ese día, Tobias.

Sigo escuchándola sin demostrar cuanto me desmoronan sus palabras

—No sé como pasó. No pude nunca averiguarlo con exactitud, pero supongo que me dieron algún suero, no mortal, para hacerme ver como si estuviera muerta pero yo escuchaba todo. No podía moverme, o hablar o hacer nada, pero escuchaba todo lo que pasaba a mí alrededor. Él mostró mi cuerpo y muchos estaban felices, luego pidió que me llevaran a la sala E85 y podía sentir como unas tres o cuatro personas estaban encargándose de mi cuerpo. Por un lado quería abrir los ojos y poder hablar pero por otro no sabía si debía hacerlo —Respira hondo y su mirada se pierde en la pared detrás de mí—. Debes entender esto. Creí que lo que me había dado iba a ser instantáneo pero luego pensé que tal vez provocaba una muerte más lenta donde yo iba a sentir todo sin poder tener control sobre mi cuerpo pero mi mente estaría consciente hasta mi último aliento. Tenía miedo. Una muerte en el momento es algo que no sentís, pero una muerte lenta, sin duda, lo harías.

No hace falta que me lo diga, cuando me enteré de su muerte yo he muerto lentamente también y entiendo lo que dice. Lo sentí en cada

parte de mí.

—Pero luego pensé —continuó ella—, ¿y si tal vez, por alguna extraña razón, aquello no funciona en mi? Me convencí de que quizás estaría entumecida por unas horas y luego podría moverme y hablar, y si ese era el caso, ya iba a pensar algo sobre como escapar. Pero eso no pasó. Quiero decir, no paso el poder lograr escaparme. Si mi teoría.

»Perdí la noción del tiempo. No sabía si pasaron horas, días, meses o años. Todo en lo que podía pensar era en que estaba viva pero ustedes debían creer que no lo estaba. Te imaginaba y no sabía que hacer, Tobias. Me volvía loca cada día pero tenía que mantenerme entera porque me obligaban y amenazaban día tras día. Tiempo después, una mujer que no conocía se acercó a mí y me contó toda la historia. Me dieron por muerta, llevaron mi supuesto cuerpo a la morgue, les hicieron creer a ustedes que ese era mi cuerpo y que nunca más iban a verme. Pero la mujer me prometió ayudar si cooperaba.

A pesar del nudo que se formó en mi garganta no puedo contenerme, tengo que preguntar.

—¿Nos hicieron creer que ese era tu cuerpo? ¿De qué hablas? Era tu cuerpo. Yo te ví. Créeme, conozco tu cuerpo. Hubiera sabido si no era el tuyo, Tris.

La más mínima sonrisa se forma en sus labios y coloca un dedo en mi boca.

—Déjame continuar —Y así lo hago. Me callo y ella sigue—. Me hicieron pruebas, muchas pruebas. No sé de qué, nunca lo averigüé. El tiempo continúopasando y yo, poco a poco, me sentía más desesperanzada pero luego recordaba a aquella mujer que nunca me dijo ni su nombre ni quien era, que me hacía acordar un poco a mi madre, y la esperanza florecía en mí nuevamente.

»Una noche ella se acercó y me dio instrucciones. Debía alejarme durante unos meses de aquí. Le dije que quería verte, y a mis amigos y hermano pero ella me dijo que cuando el momento llegara yo iba a sentirlo, pero que por el momento no tenía que estar cerca. También me habló sobre un cambio de aspecto y el momento de mi escapada. Y esa noche me fui a dormir pensando en todo eso.

»Mi comportamiento era siempre tranquilo, así me tenían. Si no cooperaba iba a ver como los capturaban a ustedes y los mataban, por lo que siempre me encontraba tranquila y al día siguiente, cuando me sacaron del cuarto de la sala E85, yo caminé por los pasillos con tranquilidad como siempre hasta que vi mi oportunidad y usé las jeringas, con un líquido que deja inconsciente a quienes se le aplica, que me dio ella y corrí hacía la sala F23 que siempre se encontraba despoblada de gente, según me explicó. Allí se encontraba ella connueve personas más y procedieron a llevarme a una salida subterránea.»Todo iba bien hasta que descubrieron mi tardanza y bloquearon todas las salidas, incluyendo la subterránea. No tenían mucha fe en aquella porque no había más de diez soldados, así que supongo que confiaban más en que iba a salir por alguna de las puertas exteriores pero se equivocaron.

»Aunque yo también me equivoqué. Y mis rescatistas; o eso fue lo que pensé. Ellos sacaron armas y comenzaron a disparar. Uno me empujó hacía una pared, al suelo y me dijo que corriera cuando tuviera la oportunidad. Que sea libre.

»Quería preocuparme por ellos, pero luego vi a los ojos a la mujer, que se parecían tanto a los de mi madre, y comprendí. Ellos iban a hacer lo que fuera necesario para que yo escapase, y si eso significaba dar sus propias vidas, lo harían. Corrí en cuanto encontré la oportunidad y miré hacía atrás justo para ver como el último soldado apuntaba al corazón de ella y colapsaba. Era como ver a mi madre morir nuevamente y esa vez tampoco me detuve. Continúe. Esehombre era el último que

quedaba, y del equipo que me rescató había dos así que imaginé que derribaron al soldado.

»No paré de correr hasta que entré a un campo lleno de altas plantas y una camioneta se encontraba en el lugar. Lo tomé como una invitación, me subí y no di marcha atrás.

Mi cabeza gira. Mis sueños nunca habían sido tan detallados. Esta historia es tan real que no sé que decir y por primera vez me permito pensar en si es real que ella se encuentra aquí y las lágrimas luchan por salir, pero aún no voy a dejar que eso pase.

—¿Qué… qué pasó después?

—Después me alejé de esta ciudad, cambié mi aspecto como me dijeron y viví un tiempo afuera. Siempre echándote de menos, y a todos, pero consolándomecon el hecho de saber que en algún momento iba a volver a verlos.

»A medida que pasaban más los meses y se convirtió en todo un año entero, más ansiosa me encontraba y por fin llegó mi señal. Los dos hombres que sobrevivieron cuando me rescataron, me encontraron y dijeron que todo estabalibre y yo podía regresar, que si quería podía volver a mi aspecto normal pero no lo quería. Me sentía bien con mi nuevo yo. Ya no era solo Beatrice, o Tris, o la Divergente, o la que se sacrificó por, era una Tris que tuvo la oportunidad de volver a vivir y así es como quería hacerlo.

»Dejé todas las cosas que había adquirido, mi fachada, mi nombre en aquel lugar —sonríe— Bea Eaton. Así es como me conocían —Y a pesar de mi conmoción le devuelvo la sonrisa—. Me tomó todo un día conducir hasta aquí pero llegué. Podía imaginar dónde buscarte pero tal vez tardaría más tiempo así que contacté a tu madre con mayor facilidad y ella me proporcionó la información.

Y ahí me dio más motivos para creer que esto es un sueño.

—¿Mi madre? Ella no me avisó nada.

—Tu madre lo hizo, Tobias. Solo que no tenías ese pequeño teléfono móvil tuyo encendido.

Caigo en la cuenta de que estaba apagado. Sin dejar de mirarla a los ojos, lo pesco de mi bolsillo y lo enciendo.

Llamadas perdidas y mensajes de texto no solo de mi madre, si no que tambiénde Christina, Zeke y Caleb. La miro de nuevo y entiendo.

Esto no es un sueño. Esto es real. De alguna extraña manera ella está aquí. Viva. Conmigo.

Cuando siente que estoy por desmoronarme, ella envuelve sus brazos en mi cintura pero mis rodillas se doblan y caigo al suelo. Caigo junto a las lágrimas que salen libres de mis ojos y hacen su camino por mis mejillas hacia abajo.

Tris me sigue y ella también termina sobre sus rodillas. Me está mirando con fijeza pero no puedo hablarle. Lloro como no la lloré en años.

Ella me aferra por los hombros y yo envuelvo mis brazos en su cintura, y deslizándome más abajo dejo que mi cabeza descanse en su regazo mientras ella frota mi espalda.

Está aquí. Mi Tris está conmigo. Apretando mi agarre en su cintura intento dejar de llorar pero eso no es posible.

Después de tanto tiempo sin verla, creyendo que ella estaba muerta. Imaginando como sería mi vida sin su compañía constante, pensando si ella seencontraba en algún lugar mejor después de la muerte y

albergando la esperanza de que en algún momento, en lo que exista después de la muerte, nos íbamos a encontrar, ella está realmente aquí.

Luego de lo que parecen horas, me alejo y limpio los restos que de las lágrimasde mis mejillas y veo que ella también estaba llorando. Me inclino y la beso. La beso como imaginé besarla si hubiese regresado aquella vez. La beso porque sé que nunca más voy a dejarla ir. La beso como si hubiera estado hambriento por ella durante toda mi vida y así es. Estuve hambriento por ella y cuando pensé que había muerto, la vida que conocía hasta el momento murió. Tuve tres muertes y cuatro resurrecciones.

La primera muerte fue cuando decidí alejarme de Abnegación e ingresé a Osadía, en ese momento volví a nacer. Dejé todo mi pasado atrás y comencé avivir mi vida como yo quería.

La segunda muerte fue cuando creí que estaba perdido en la facción que habíadejado y estaba listo para abandonarla pero Tris llegó. Ella me salvó y reviví.

La tercera muerte sucedió cuando creí que Tris había muerto. Mi reencarnaciónregreso también esta vez pero mi vida se sentía falsa. Hasta que llegó la cuartavez que volví a la vida. Hoy.

Hoy regresé a la vida y prometo en este momento no volver a morir. Tengo a Tris junto a mí y nada va a impedir que viva mi vida junto a ella. Pero también tengo dudas, así que alejo mi boca de la suya y pongo mis manos en sus muslos.

—¿Cómo es posible que haya visto tu cuerpo?

Sacude la cabeza antes de hablar

—Según me explicó la mujer que me salvó, cuando yo estuve en

Erudición y Jeanine iba a matarme, lograron tener un molde de mí y los científicos del lugar, luego de la muerte de ella, lograron recuperar la información y la utilizaron. Crearon un robot que era igual que yo solo que no tenía corazón u órganos. Era una cáscara con el interior vacío, sin vida, como debe ser un cuerpo cuando está muerto. Eso fue lo que usaron, y como los mismos médicos que eran de aquella facción eran los encargados de la morgue, no hubo problemas con la falsificación.»No sé que cuerpo habrán cremado para darte las cenizas, pero sin duda no era el robot, y tampoco era yo.

No puedo creerlo. Ella se veía tan real, no tenía dudas. Y ahora todo lo que quiero hacer es reír, abrazarla y besarla más. Llevarla a mi apartamento e instalarla ahí.

Así que cumplo, al menos, mis dos primeros deseos.

Riendo la agarro por la cintura y hago que se siente a horcajadas de mí y comienzo a besarla con mayor intensidad. Mis manos no dejan de recorrer su espalda, brazos y piernas, como asegurándose de que ella está realmente aquí, pero no tengo dudas. Ella es real.

Tris me devuelve el beso y no dejamos de besarnos hasta que ambos estamos sin aliento.

Envolviendo un brazo alrededor de su cintura mientras ella se aferra con fuerzacon sus piernas a la mía, me levanto del suelo y estoy listo para llevarla a mi casa, que por suerte está a unos pocos metros. No creo que pueda aguantar mucho más tiempo.

—Quiero llevarte a mi casa. A la casa que de ahora en más va a ser tuya también —murmuro contra sus labios.

La siento sonreír e imito el gesto, estoy feliz. Nunca creí que recobraría la felicidad pero así fue. Soy feliz. Tengo a Tris conmigo. Para siempre.

—No podemos, aún no ví a mis amigos, hermano, al resto de la gente. Están aquí porque me quieren ver y yo también quiero hacerlo. Te prometo quelo haré rápido.

Le doy un último beso porque sé que tiene razón. Estoy siendo egoísta pero voy a dejar de serlo. Al menos, durante la próxima hora desde a partir de ahora.

Dejándola sobre sus pies, miro la hora en el reloj.

—Tienen exactamente sesenta minutos para abrazarse, hablar, emocionarse y abrazarse más. Termina el tiempo y vas a ser mía durante, al menos, un día completo.

Ella ríe y pone su mano en la mía, entrelazando nuestros dedos y le doy un suave apretón.

—Siempre fui tuya, y seguiré siéndolo durante el tiempo que quieras que lo sea.

—Entonces eso será en cada vida que tengamos.

Nos sonreímos mutuamente y caminamos juntos, de la mano, hasta la puerta y siento como su pecho se eleva mientras toma una respiración profunda y cruzamos la puerta.

Sé que todos reconocen a Tris al igual que yo lo hice. Que debajo de su nuevo aspecto todos pueden ver a mi Tris. A nuestra valiente Tris. Así que cuando veo los rostros sorprendidos, con lágrimas y felicidad emanando de cada uno de ellos, no estoy sorprendido. Ellos saben que es ella.

Todos están en silencio y nadie se mueve hacía nosotros durante unos segundos hasta que escuchamos un fuerte llanto y dirigimos la atenciónhacía el sonido justo al momento que vemos como Christina corre hacía

nosotros, con los brazos extendidos y mirando a Tris. Zeke viene detrás de ella y Caleb igual. Y sé que hice lo correcto al dejar que nuestros amigos se reencontraran con Tris antes de tenerla solo para mí.

A veces la vida te da malos ratos y no te queda más que seguir delante de manera mecánica, es costumbre en los humanos perder la esperanza antes de encontrarla. Yo fui uno de ellos. La perdí completamente. Creí que mi vida estaba acabada. Pero no fue así.

Recuperé a Tris, luego de haberla creído muerta, pero la vida, que tantas vecesme hizo morir y volver a nacer, al final tenía preparado algo muy especial para mí.

Hace más de veinte horas que recuperé a Tris y siempre supe que aquel no erael final. No podía creer que, después de todo lo que pasamos, jamás volvería a sentir la calidez de su cuerpo contra el mío. Y no me equivoqué.

Esa mujer que aún no sabemos quien fue, pero que salvó a Tris, nos dio esperanzas. Y ahora sé, firmemente, que siempre va a haber alguien que va a ayudar a que todo continúe como debería ser. La mayoría de la gente entiende porque Tris estaba dispuesta a morir. Salvó a muchos, pero también todos queríamos tenerla junto a nosotros. Tal vez es egoísta de nuestra parte pero es lo que deseábamos.

Y nosotros, al fin y al cabo, después de tanto sufrimiento, tenemos esta pequeña parte de esperanza con su regreso.

Las consecuencias de esto pueden no ser como queríamos pero no importa, lo único que sé es que Tris está de vuelta y prometo crearle una vida y un final feliz como ella merece por su sacrificio.

AGRADECIMIENTOS

A aquellas personas que leyeron este corto nuevo final para la conclusión de latrilogía Divergente.

Espero que lo hayan disfrutado, y como dijo Verónica Roth: BE BRAVE.

B.Y.C