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América Latina y Edimburgo 1910/2010: de la exclusión al protagonismo en la misión Alberto F. Roldán El primer intento por realizar un sistemático y cuidadoso estudio de los problemas misioneros del mundo. -John Mott Con la posible excepción del Vaticano II, ningún evento fue más definitivo para la formación del cristianismo emergente en el siglo XX que Edimburgo 1910. - Kenneth R. Ross Introducción Pocos eventos han marcado la historia de la misiología protestante como la Conferencia de Edimburgo de 1910. Fue un cónclave donde se analizó, como nunca antes, la realidad de las iglesias protestantes históricas y el crecimiento de la misión en el mundo. Lo insólito fue la ausencia de América Latina en la consideración de sus organizadores por razones que intentaremos indicar oportunamente. Lo real es que, América Latina, subcontinente excluido de Edimburgo 1910, hoy es una de las áreas geográficas de mayor crecimiento de la Iglesia en el mundo. En primer lugar, hacemos una reseña histórica de la conferencia de Edimburgo 1910. En segundo lugar, indagamos sobre las razones por las cuales América Latina fue excluida de esa conferencia. En tercer lugar, exponemos algunos temas eclesiológicos y misiológicos que surgen de los documentos históricos de Edimburgo 1910. En cuarto término ofrecemos algunas razones por las cuales América Latina pasa de la exclusión al protagonismo en la misión. En quinto lugar, nos referimos a dos desafíos que confronta Edimburgo 2010: el desafío ecuménico y el desafío del pluralismo religioso. Finalizamos con una evaluación de lo que nos dejó Edimburgo 2010 ya que esta ponencia fue elaborada en el tiempo en que se concretaba esa conferencia y es

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Misiología e Historia

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  • Amrica Latina y Edimburgo 1910/2010:de la exclusin al protagonismo en la misin

    Alberto F. Roldn

    El primer intento por realizar un sistemtico y cuidadoso estudio de los problemas misioneros del mundo.-John Mott

    Con la posible excepcin del Vaticano II, ningn evento fue ms definitivo para la formacin del cristianismo emergente en el siglo XX que Edimburgo 1910.- Kenneth R. Ross

    Introduccin

    Pocos eventos han marcado la historia de la misiologa protestante como la

    Conferencia de Edimburgo de 1910. Fue un cnclave donde se analiz, como nunca antes,

    la realidad de las iglesias protestantes histricas y el crecimiento de la misin en el mundo.

    Lo inslito fue la ausencia de Amrica Latina en la consideracin de sus organizadores por

    razones que intentaremos indicar oportunamente. Lo real es que, Amrica Latina,

    subcontinente excluido de Edimburgo 1910, hoy es una de las reas geogrficas de mayor

    crecimiento de la Iglesia en el mundo. En primer lugar, hacemos una resea histrica de la

    conferencia de Edimburgo 1910. En segundo lugar, indagamos sobre las razones por las

    cuales Amrica Latina fue excluida de esa conferencia. En tercer lugar, exponemos algunos

    temas eclesiolgicos y misiolgicos que surgen de los documentos histricos de

    Edimburgo 1910. En cuarto trmino ofrecemos algunas razones por las cuales Amrica

    Latina pasa de la exclusin al protagonismo en la misin. En quinto lugar, nos referimos a

    dos desafos que confronta Edimburgo 2010: el desafo ecumnico y el desafo del

    pluralismo religioso. Finalizamos con una evaluacin de lo que nos dej Edimburgo 2010

    ya que esta ponencia fue elaborada en el tiempo en que se concretaba esa conferencia y es

  • presentada hoy a manera de post-evento.

    1. La conferencia de Edimburgo 1910: resea histrica

    Hablar de Edimburgo 1910 es referirnos a un momento clave en la historia del cristianismo

    protestante mundial. En efecto, esa conferencia se realiz con el fin de evaluar el

    crecimiento del cristianismo en el mundo y marcar los pasos a seguir para completar la obra

    de evangelizacin del planeta. De alguna manera, Edimburgo 1910 tambin fue el comienzo

    del movimiento ecumnico protestante que ms adelante, en 1948, se oficializara con la

    creacin del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) en la Asamblea realizada en Amsterdam.

    Los participantes de la conferencia de Edimburgo eran representantes de agencias

    misioneras ubicadas en varias partes del mundo. El objetivo era unir esfuerzos con el fin de

    hacer planes y desarrollar estrategias conducentes a investigar y coordinar la experiencia

    misionera en el mundo. Las ocho comisiones que se reunieron dos aos antes del evento

    trabajaron los siguientes temas:

    Llevando el Evangelio al mundo no cristiano

    La Iglesia en el campo misionero

    La educacin en relacin a la cristianizacin de la vida nacional

    El mensaje misionero en relacin a las religiones no cristianas

    La preparacin de los misioneros

    El hogar como base para la misin

    Misiones y gobiernos

    Cooperacin y promocin de la unidad

    Uno de los artfices de Edimburgo 1910 fue el metodista estadounidense John Mott quien

    defini a la conferencia como la ms notable reunin en el inters por la expansin

  • mundial del cristianismo que alguna vez se haya producido, no slo en los anales

    misioneros sino tambin en todos los anales cristianos. El aporte de Mott ha sido

    sintetizado por David Bosch en su obra Misin en transformacin. Bosch sostiene que el

    ambiente de la conferencia fue definido previamente por el propio Mott en su obra: The

    Evangelization of the World in this Generation. En el captulo 5 de esa obra publicada en

    1900 y revisada dos aos despus Mott se refera a la posibilidad de la evangelizacin del

    mundo en esa generacin a partir de los logros obtenidos en la poca. El captulo 6 se

    refera a las posibilidades de la evangelizacin del mundo a partir de las oportunidades,

    facilidades y recursos de la Iglesia. A manera de sntesis, dice Bosch:[] Mott en realidad logr, de manera magistral, combinar su fe en la revelacin de Dios en Cristo con su fe en los logros providenciales de la ciencia moderna. El mundo entero estaba abierto a la Iglesia gracias a maravillosos ordenamientos de la Providencia durante el siglo diecinueve.

    La perspectiva de Mott era de una clara apertura a la modernidad, los inventos y los avances

    cientficos que deban ser usados para la causa del Evangelio. En un famoso folleto, deca

    Mott:

    La mano de Dios, al abrir puerta tras puerta entre las naciones humanas, al descubrir los secretos de la naturaleza y al traer a la luz invento tras invento, invita a la Iglesia de nuestro tiempo a logros cada vez ms grandes. Si la Iglesia, en vez de teorizar y especular, mejor sus oportunidades, recursos y comodidades, parece enteramente posible llenar la tierra con el conocimiento de Cristo antes de que pase esta generacin. Literalmente, se puede afirmar que la nuestra es una poca de oportunidades sin paralelos. La providencia y la revelacin se combinan para llamar a la Iglesia a ir de nuevo y tomar posesin del mundo para Cristo La electricidad y el vapor han acercado al mundo. La Iglesia de Dios est en ascenso. Tiene bajo su control el poder, la riqueza y el conocimiento del mundo. Es como un ejrcito fuerte y bien equipado frente al enemigo Puede que la victoria no sea fcil, pero es segura.

    El lenguaje de Mott es un claro reflejo del espritu de optimismo que caracterizaba la poca,

    de crecimiento y desarrollo de las ciencias y avances significativos en la calidad de vida.

    Tambin revela una perspectiva positiva al mundo de los descubrimientos cientficos, muy

  • distinta del fundamentalismo que precisamente en la misma poca se gestaba en otros

    sectores de la Iglesia protestante estadounidense. En efecto, The Fundamentals, los textos

    publicados en Los ngeles, California, fueron editados en 1910 revelando un perfil

    diferente hacia las ciencias que, con el correr de los aos se tornar ms virulento en cuanto

    a realidades sociales, polticas y cientficas. Los ejes del debate giraron en torno a

    cuestiones como el evolucionismo y el socialismo, perspectiva que se acentu con la

    revolucin bolchevique de 1917.

    En su anlisis histrico de Edimburgo 1910, Samuel Escobar sostiene que de esa

    conferencia surgieron tres organizaciones: a. El comit de continuidad de Edimburgo que

    dio lugar despus al Consejo Misionero Mundial organizado en 1921; b. la Conferencia Fe

    y Orden, que tuvo como objetivo estudiar los temas referidos a la doctrina y el ministerio de

    las iglesias protestantes; c. la comisin Vida y Obra, dedicada a explorar la cooperacin

    ente las iglesias en asuntos como relaciones internacionales, servicio a migrantes y

    refugiados y la bsqueda de paz entre las naciones.

    En su evaluacin final de lo que signific Edimburgo 1910, Kenneth Ross afirma

    sin hesitaciones: Con la posible excepcin del Vaticano II, ningn evento fue ms

    definitivo para la formacin emergente del cristianismo del siglo XX que Edimburgo

    1910. Para Ross, Edimburgo 1910 fue una visin creadora de la Iglesia como una

    comunidad verdaderamente misionera y global, dimensin que ha continuado inspirando a

    generaciones subsiguientes, marcando un punto de referencia para todos los que oyen el

    llamado de Cristo a una misin que se extiende hasta los confines de la tierra. La exclusin de Amrica Latina

    La nota inslita de Edimburgo consisti en la exclusin deliberada de Amrica Latina como

    campo de misin y, en consecuencia, la ausencia de delegados a la conferencia. El hecho es

    sealado por los historiadores y misilogos del mundo, especialmente los latinoamericanos,

    naturalmente. Jean-Pierre Bastian afirma que para los protestantismos de Europa,

    organizadores del evento, Amrica Latina no era un campo misionero ya que se lo

  • consideraba cristiano por la presencia de la Iglesia catlica en sus pases. Y agrega: Los norteamericanos all presentes, bajo la direccin de John Mott, haban buscado legitimar el continente como zona de trabajo para el protestantismo norteamericano, pero no lograron convencer a los europeos de la necesidad de evangelizar Amrica Latina.

    En la misma perspectiva se expresa Carlos Mondragn al sealar que la exclusin de

    Amrica Latina de Edimburgo se debe a que era considerado un continente ya cristianizado

    por la Iglesia catlica. Pero es Samuel Escobar quien indica algunos pormenores que

    explican la exclusin de Latinoamrica. Escobar dice que el sector de la Iglesia anglicana

    que era ms afn al catolicismo ejerci presin para que se excluyeran de la conferencia a

    los protestantes que misionaban en pases catlicos u ortodoxos. Agrega: Esto fue

    apoyado tambin por algunos luteranos alemanes o escandinavos que queran evitar la

    presencia de misioneros metodistas en pases europeos de mayora luterana.

    Desde otra perspectiva, Gottfried Brakemeier opina que el continente

    latinoamericano no era comparable con Asia, frica y Oceana y que, por ello, Edimburgo

    excluy de la preocupacin misionera a la Amrica Latina que era catlica y, por esa

    condicin, no poda ser asociada al paganismo.

    En su obra Evangelizacin protestante en Amrica Latina Arturo Piedra realiza un

    profundo estudio de las razones por las cuales Latinoamrica fue excluida de la Conferencia

    de Edimburgo celebrada en 1910. Como dice Gonzalo Bez-Camargo, las fuerzas cristianas

    evanglicas representativas de Amrica Latina fueron cuidadosa pero firmemente

    excluidas. Piedra sostiene que para la poca de la Conferencia de Edimburgo, Mott no

    estaba convencido de que las naciones latinoamericanas deban ser parte de la estrategia

    misionera protestante. En 1896 Mott haba realizado un viaje por los pases de la regin y

    haba advertido las dificultades que enfrentara la misin protestante en estas tierras

    dominadas por la Iglesia Catlica Romana. Sin embargo, a partir de la Guerra Hispano-

    americana del ao 1898, su inters por Amrica Latina comenz a germinar.

  • En un escrito de 1905, Mott se refiere a los estragos que el alcohol hacia en las

    ciudades portuarias de Asia, frica y Amrica Latina. Comenta Piedra: Estas palabras

    expresadas en 1905, sugieren que Mott, an antes de la Conferencia de Edimburgo, crea

    firmemente que no haba razn para excluir a esta regin de la influencia misionera

    mundial.

    Por qu razn, entonces, Amrica Latina fue excluida de la Conferencia?

    Fundamentalmente, porque hubo dos perspectivas bien opuestas en cuanto a lo que

    significaba hacer misin en esta regin al Sur del Ro Bravo. La Iglesia Anglicana

    rechazaba la posibilidad de hacer misin en Amrica Latina porque poda ofender a la

    Iglesia Catlica romana y, consecuentemente, poner en peligro sus tradicionales lazos con

    esa iglesia. Los protestantes estadounidenses, por el contrario, no tenan ninguna objecin

    de que se realizara una evangelizacin protestante en el continente latinoamericano.

    Las tensiones se hicieron notorias a travs de cartas entre J. H. Oldham y algunos

    obispos anglicanos que eran miembros de las comisiones que trabajaban para Edimburgo

    1910 y que estaban dispuestos a renunciar a sus cargos. Oldham estaba muy preocupado

    porque las posiciones de estos jerarcas anglicanos podan afectar la celebracin de la

    Conferencia.

    Finalmente, despus de muchos cabildeos, cartas y discusiones, triunf la tesitura

    anglicana de no incluir Amrica Latina en la Conferencia. Pese a ello, como muestra Piedra

    hubo referencias tangenciales y veladas como las de Robert Speer, en cuyo discurso

    titulado Cristo, el lder del trabajo misionero de la Iglesia dijo que: El liderazgo de

    Cristo implica la sujecin de TODO el mundo. Nadie puede seguirle a l sin seguirle

    hasta las partes ms lejanas de la tierra.

    Las repercusiones sobre la decisin de Edimburgo fueron negativas para lderes

    evanglicos como Juan Mackay. El telogo presbiteriano que haba sido influido por Speer

    sufri una verdadera conmocin que es reflejada en esta descripcin: Estuvo

    profundamente en descuerdo cuando la primera gran reunin ecumnica rechaz

  • considerar los pases bajo el dominio de la Iglesia Catlica Romana como esferas

    legtimas de la actividad misionera protestante.

    En su conclusin, Piedra manifiesta que ms all del problema suscitado entre

    anglicanos y protestantes estadounidenses en cuanto a considerar a Amrica Latina como

    tierra de misin:[] el resultado de la Conferencia de Edimburgo, cualquiera que fuese, no afect en nada las pretensiones misioneras en Amrica latina. Ms bien se puede afirmar que algunas de sus conclusiones vendran a ser claves en el trabajo protestante en Amrica Latina.

    Uno de los resultados concretos de Edimburgo fue la creacin del Comit de Cooperacin

    para Amrica Latina que dio lugar a la realizacin del Congreso de Panam realizado en

    1916 que fue un hito en la historia del protestantismo latinoamericano. Fue all, creemos, el

    paso de la exclusin al naciente protagonismo misionero latinoamericano.

    Temas misiolgicos y eclesiolgicos en Edimburgo 1910

    Acaso el documento ms importante de Edimburgo 1910 en torno a la cuestin de la

    misin, es el informe de la comisin Nro. 1: Llevando el Evangelio a todo el mundo no

    cristiano (Carring the Gospel to all the non-Christian World). Cul es ese mundo no

    cristiano? El documento ubica geogrficamente ese mundo, incluyendo en el mismo a

    pases e imperios tales como Japn, Formosa, Corea, China, India, Asia central, frica y,

    en el hemisferio occidental a indgenas orientales de Sudamrica y de las Indias

    occidentales. El documento destaca el tiempo de oportunidad inigualable para llevar el

    Evangelio a ese mundo no cristiano, cuyos pueblos, seala, estn ms abiertos y favorables

    a la presencia de misioneros respecto a tiempos pasados. Sobre las tendencias que se

    observan en las religiones no cristianas, el informe indica que esas religiones estn

    perdiendo sostn en algunas clases sociales, en algunas regiones del mundo esos

    movimientos religiosos se estn adaptando a las condiciones modernas y manifestando una

  • creciente actividad y agresividad. La urgencia de llevar el Evangelio a estas naciones,

    tambin se debe a la oportunidad que ellas presentan en cuanto a la plasticidad de las

    mismas. Por plasticidad entiende su carcter maleable, cambiante, adaptable a nuevas

    condiciones. Presenta el caso de Corea, considerada clsicamente como la tierra de la

    calma matutina (Land of the Morning Calm) que ahora est vibrando con el espritu del

    mundo moderno. A modo de conclusin de esta descripcin somera del mundo no

    cristiano, la comisin dice: Nunca antes tales factores y movimientos estuvieron tan bien sincronizados. El mundo no cristiano es ahora accesible, abierto y dispuesto a responder; las religiones no cristianas pierden su legendario poder en ciertas clases sociales por un lado, aunque por otro desarrollan una nueva actividad, empresa y antagonismo [] Seguramente todos estos hechos y factores, junto con los peligros y posibilidades de la Iglesia como determinados por su actitud en tal tiempo y encarando tal oportunidad, constituye una conjuncin que viene de la mano del Dios viviente, y podra ser considerada por la Iglesia cristiana como un mandato irresistible.

    De particular inters para nosotros como sudamericanos, es observar lo que la comisin

    dice sobre los indgenas de esta regin. Se refiere a los indios y orientales de Sudamrica

    y sostiene que la mayora vive en la regin superior del Amazonas y sus brazos tributarios

    que llegan a los ros que conforman el Ro de la Plata. La mayora de indgenas es agrcola

    y muchos son seminmadas. Hay indios en Brasil y tambin en Colombia, Bolivia,

    Ecuador, Per y Venezuela. Los araucanos en Chile y el oeste de Argentina estn ubicados

    en chacras y estancias y viven vidas modestas. Los indgenas sudamericanos son animistas

    y adoran a los ancestros y al alma. En cuanto a lo que todava debe hacerse en este mbito,

    el documento dice que comparado con otros campos de misiones cristianas, Sudamrica

    todava puede ser llamado el continente olvidado. La principal razn de los espordicos

    esfuerzos de las misiones cristianas se puede encontrar en los obstculos para tal obra

    misionera debido a la cercana de los pases con la Iglesia catlica romana del Estado.

    Cmo se conceba a la Iglesia en Edimburgo 1910? Tomando como base el

    informe de la Comisin II: La Iglesia en la misin de Dios podemos extraer algunos

  • conceptos clave de lo que Edimburgo deca sobre la Iglesia.

    En primer lugar, es necesario aclarar que la expresin campo de misin es inexacta.

    Porque: Todo el mundo es el campo de misin y no hay Iglesia si no est en el campo de

    misin. Con respecto a la constitucin y organizacin de la Iglesia, el documento reconoce

    la diversidad de comprensiones en torno a expresiones como propio gobierno y propio

    sostn que no es igual para el caso de anglicanos o de bautistas. Por ello, es necesario

    ejercer un gran cuidado a fin de evitar confusiones o interpretaciones errneas. Pone una

    atencin especial sobre aspectos muy prcticos de la eclesiologa tales como: a. La autoridad

    eclesistica de las iglesias madre; b. el cuerpo administrativo de la sociedad misionera que

    fund la iglesia; c. el cuerpo local de gobierno de la misin, es decir, si es conferencia,

    concilio o comit local de administracin; d. la autoridad eclesistica incipiente o plenamente

    establecida de la iglesia local.

    En segundo lugar, luego de estudiar la poltica de gobierno de cada denominacin, el

    documento presenta cinco tipos de problemas, entre los que se destacan los dos siguientes:

    El problema del debido desarrollo del cristiano individual y la congregacin individual.

    La presente poca de la vida de la Iglesia en el campo de misin est marcada ms

    profundamente debido al desarrollo de todas las comunidades de las Iglesias en el sentido

    ms amplio. Seala algunos lugares donde se ha hecho un avance sustancial en cuanto a

    una visible corporizacin de los ideales de la Iglesia y su unidad corporativa en gran escala.

    Como resultado de esta parte de la investigacin, el informe destaca que la Iglesia

    organizada en el campo de misin no debe ser ms un ideal lejano sino una realidad de

    la Iglesia y que sta necesita reconocimiento continuo en cuanto a su existencia

    organizada, su vida y accin corporativa, sus necesidades y problemas para lograr una

    influencia estable y efectiva en los pueblos no cristianos.

    4. Protagonismo misiolgico de Amrica Latina

    Por qu la Amrica latina excluida pasa a ser protagonista de la misin? Hay varios

    factores a tener en cuenta.

  • 4.1. El surgimiento del pentecostalismo casi al mismo tiempo que Edimburgo. Casi

    simultneamente con la realizacin de Edimburgo 1910 se produce el movimiento

    Pentecostal en el mundo. Histricamente, el pentecostalismo es una prolongacin de los

    llamados movimientos de santidad que hunden sus races en la teologa de Wesley.

    Sus comienzos ms remotos estn vinculados a una escuela bblica llamada Bethel

    College, en Topeka, Kansas pero el comienzo diramos oficial del movimiento se

    relaciona con William Seymount, un predicador negro que llev la enseanza

    Pentecostal en 1906 a la calle Azusa y fund la Apostolic Faith Gospel Mission.

    Movimientos similares se dieron tambin en Noruega, Dinamarca, Suecia y Chile. La

    obra Pentecostal en el vecino pas est ligada al ministerio de Willis Hoover, en

    Valparaso, que era pastor de una iglesia metodista. l mismo fund la Iglesia

    Metodista Pentecostal que en poco tiempo alcanz un sostenido crecimiento en el pas.

    Jean-Pierre Bastian, que es un crtico del pentecostalismo hasta el punto de

    pronosticar una declinacin que lejos est de producirse, admite sin embargo la

    importancia que tuvo la expansin pentecostal en Amrica Latina. Las sociedades pentecostales, sin los medios econmicos de los cuales disponan los evanglicos, se difundieron rpidamente a partir de los aos cincuenta. Si el movimiento evanglico se caracterizaba por su norteamericanizacin, los pentecostales, en cambio, se difundan, con pocas excepciones, mediante la labor de predicadores latinoamericanos, de origen social humilde, semianalfabetos y autodidactos. Con su exhuberancia, la espontaneidad de sus oraciones, la glosolalia, los cantos rtmicos, los gritos de exaltacin religiosa y la ausencia de ornato en sus templos, el culto Pentecostal pareca ser la expresin de una autntica religiosidad.

    Hasta los aos 1960, el pentecostalismo fue visto como de reojo por parte del liderazgo de

    iglesias protestantes y evanglicas. En la primera campaa de evangelizacin realizada por

    Billy Graham en el antiguo gasmetro de la Av. La Plata en 1964, el pentecostalismo casi

    no particip. En la campaa juvenil de Luis Palau en 1974 hubo cierta participacin de las

    iglesias pentecostales, lo que produjo una especie de cisma en los cuerpos eclesiales,

    particularmente de Hermanos Libres que caus, a su vez, el surgimiento de iglesias

  • independientes como La Iglesia de la Puerta Abierta. Hoy ya esimpensable hacer una

    campaa masiva sin la presencia de las iglesias pentecostales. Segn las estadsticas, el 70%

    de los evanglicos en Amrica Latina pertenece a las filas del pentecostalismo y los

    movimientos carismticos. En Argentina, una estadstica fruto del trabajo de un equipo

    liderado por el socilogo Fortunato Mallimaci, da cuenta que el total de evanglicos en el

    pas apenas supera el 9% y el 7% de ese total es Pentecostal y carismtico.

    4.2. El crecimiento exponencial del cristianismo evanglico en el continente

    El crecimiento del protestantismo latinoamericano en el siglo XX ha sido fantstico. Las

    cifras hablan por s mismas. En una estadstica que hemos citado en Evangelio y

    antievangelio el crecimiento de los evanglicos en la regin fue el siguiente:

    Ao 1900: 50.000

    Ao 1925: 756.000

    Ao 1936: 7.200.000

    Ao 1970: 16.000.000

    Ao 1990: 40.000.000

    Ao 2000: 100.000.000

    4.3. Las teologas latinoamericanas y su repercusin mundial.

    En este particular, hay que mencionar por lo menos cuatro movimientos teolgicos

    latinoamericanos.

    El primero, lo que denomino pioneros de la teologa evanglica latinoamericana,

    segmento en el cual hay que mencionar a Juan A. Mackay, Alberto Rembao, Gonzalo

    Bez-Camargo y Sante Uberto Barbieri, entre otros. Sus escritos representan la reflexin

    teolgica y misiolgica de los latinoamericanos y coloca las bases para futuras teologas

    latinoamericanas. En segundo lugar, debemos mencionar el movimiento ISAL (Iglesia y

    sociedad en Amrica Latina), que surgi en Buenos Aires y Montevideo en 1961 y en cuyo

    seno militaron telogos como Emilio Castro, Jos Mguez Bonino, Julio de Santa Ana y

  • Rubm Alves. Varios de ellos ingresaran despus en la teologa de la liberacin.

    Justamente sta ltima es el tercer movimiento a tomar en cuenta. Como escuela teolgica

    fue la de mayor repercusin mundial. Tuvo su gnesis oficial en el Celam II de Medelln

    1968 y por primera vez la teologa latinoamericana impactaba en el mundo nordatlntico ya

    que las obras de Rubm Alves, Gustavo Gutirrez, Leonardo Boff, Juan Luis Segundo,

    Hugo Assmann y Jos Mguez Bonino, entre otros, eran traducidas al ingls, alemn,

    francs, italiano, etc.

    Finalmente, en cuarto lugar, hay que mencionar a la Fraternidad Teolgica

    Latinoamericana que comenz a gestarse en el CLADE I celebrado en Bogot en 1969 y

    que hizo su primera consulta en Cochabamba, Bolivia, en noviembre de 1970. La

    importancia del tema debatido all y que se recoge en: El debate contemporneo sobre la

    Biblia, pone en evidencia la toma distancia por parte de este movimiento, tanto del

    liberalismo teolgico como del fundamentalismo estadounidense. Su importancia radica en

    que varios de sus lderes, especialmente C. Ren Padilla y Samuel Escobar, tendrn una

    participacin destacada en la Conferencia de Lausana en 1974, influyendo en el famoso

    Pacto de Lausana donde, por la decisiva participacin de los mencionados, la agenda

    misionera incluir la accin social y poltica. Como dice C. Ren Padilla:El origen del concepto y la prctica de la misin integral que hoy ocupan el centro del escenario en crculos de la Red Miqueas y de un creciente nmero de iglesias y entidades evanglicas alrededor del mundo se remonta a un movimiento global de reflexin teolgica evanglica en cuyo seno sucedi, bajo la direccin de Dios, el redescubrimiento del Reino de Dios. Por lo menos en el caso de Amrica Latina, es fcil demostrar que este concepto se constituy en la clave para la comprensin de las bases bblicas de la misin cristiana: habindose inaugurado en diciembre de 1970, la Fraternidad Teolgica Latinoamericana (FTL) dedic su segunda consulta, realizada en Lima en diciembre de 1972, al tema El Reino de Dios y Amrica Latina. A partir de esa consulta, mucha de la rica produccin teolgica de la FTL ejercera una influencia marcada en la articulacin de la misin del Reino en trminos de la misin integral no slo en Amrica Latina sino alrededor del mundo, especialmente en el Mundo de los Dos Tercios.

  • 4.4. Una mayor consciencia de misin integral que supera la dicotoma evangelizacin

    vs. accin social

    Uno de los aportes ms significativos de movimientos como la FTL radic en el desarrollo

    de una teologa de la misin que, centrada en el Reino de Dios, ampliara el horizonte de la

    accin de la Iglesia en el mundo. Justamente, la teologa del Reino, quizs presente de un

    modo muy espordico y tenue en la Conferencia de Edimburgo, se tornar en un tema

    teolgico central en el desarrollo del pensamiento cristiano. Se supera el concepto

    agustiniano catlico romano clsico para el cual la Iglesia es el Reino de Dios, para pasar a

    una nocin ms clara: la Iglesia es la comunidad del Reino de Dios pero este ltimo

    representa la accin total de Dios en el mundo y supera las fronteras de la Iglesia. De ah se

    pasa a entender la misin de Dios (missio Dei) como el propsito de Dios con toda su

    creacin en todas sus dimensiones. De ah que ya no es posible hablar de que la misin

    consista nicamente en la evangelizacin sino que abarca la accin social, la solidaridad, la

    accin poltica, la economa y toda otra dimensin humana en el mundo. La idea de misin

    integral ya estaba expresada en artculos de la revista metodista El Estandarte Evanglico

    en los aos 1940 que hablaba, literalmente, de un evangelio integral, pero ahora el

    concepto est mucho ms desarrollado teolgica y sistemticamente. 5. Desafos de Edimburgo 20105.1. El desafo ecumnico

    Hablar del desafo ecumnico implica referirnos a la unidad de la Iglesia. Desde los

    primeros concilios universales, la Iglesia se ha definido a partir de las cuatro notas

    esenciales: la Iglesia es una, santa, catlica y apostlica. Estas cuatro notas tienen su

    fundamentacin bblica y teolgica pero no es aqu el lugar donde analizarlas. Permtanme,

    simplemente, citar un texto paulino que muchas veces leemos sin tomar consciencia de sus

    alcances. Se trata del saludo de Pablo a la iglesia en Corinto: a la iglesia de Dios que est

    en Corinto, a los que han sido santificados en Cristo Jess y llamados a ser su santo

    pueblo, junto con todos los que en todas partes invocan el nombre de nuestro Seor

  • Jesucristo, Seor de ellos y de nosotros. (1 Co. 1.2 NVI). Pablo saluda no solamente a la

    iglesia o comunidad en Corinto sino a todos los que en cualquier lugar invocan el nombre

    de Jesucristo. l es Seor tanto de los corintios como de aquellos que se encuentran en

    otros lugares geogrficos. En trminos de hoy, podramos decir que Pablo refleja una

    visin ecumnica de la Iglesia de Cristo. l conoce algunas comunidades como la de

    Corinto, la cual fund, pero entiende que en otras regiones geogrficas hay otros miembros

    de la Iglesia a quienes tambin hay que reconocer en la hermandad.

    Podemos hablar mucho de la unidad de la Iglesia pero aqu solo queremos enunciar

    algunos principios: Uno, que la unidad de la Iglesia es el deseo del corazn de Dios

    expresado en la oracin sacerdotal de Jess: que todos sean uno. [] para que el mundo

    crea que t me has enviado. (Jn. 17.21). La fe del mundo en Jesucristo depende de la

    unidad de los que ya somos creyentes en l. La misin depende de la unidad entre los hijos

    e hijas de Dios. Para que el mundo crea en que Jess es el enviado (el misionero por

    excelencia) debemos vivir la unidad. Pero, en segundo lugar, la unidad de la Iglesia es,

    siempre, unidad en diversidad. Toda tendencia a la uniformidad no slo es impracticable

    sino que esconde motivaciones ocultas. Cuando un nuevo movimiento eclesial o misionero

    se erige en el modelo a seguir, sin admitir diferencias de prcticas y an creencias que no

    tienen que ver con Cristo y la salvacin, requieren de nosotros un ejercicio de

    discernimiento porque tal vez esconden motivaciones y objetivos que no son la unidad sino

    la uniformidad. Esas tendencias estn presentes hoy en las iglesias, en las denominaciones

    ministerios y de movimientos que, en general, reflejan dos rupturas: la histrica y la

    teolgica. En breve: rompen con la historia como si nunca antes Dios hubiera obrado en ella

    y, segundo, rompen con la teologa, como si estos nuevos movimientos fueran los que

    capacitados para la doctrina cristiana a manera de creatio ex nihilo. En tercer lugar, la

    unidad debe materializarse en medio de la historia. En este sentido, como dice Emilio

    Castro: La bsqueda de la unidad de la Iglesia no puede ser localizada fuera de la historia. No

  • es meramente un ejercicio intelectual de comparacin de doctrinas en la esperanza de superar diferencias, sino que es un esfuerzo por descubrir la forma de obediencia cristiana que es apropiada para nuestro tiempo.

    Por qu no podemos negar la historia a la hora de hablar de unidad? Para Castro, es

    imposible ignorar la historia porque las divisiones en torno a aspectos doctrinales o

    divergencias cannicas tienen sus races histricas, sociales, polticas y culturales. Pero la

    razn central para localizar el tema de la unidad entre los conflictos humanos es que all es

    donde la ubica la visin bblica. La bsqueda de unidad de la Iglesia en la visin del Reino

    de Dios, es un esfuerzo constante que se concreta en medio de los conflictos mundiales que

    dividen a la humanidad. La Iglesia est llamada a ser un agente de transformacin, testigo

    del propsito reconciliador de Dios con todo el mundo pues en la cruz, Dios estaba

    reconciliando al mundo consigo mismo (2 Co. 5.19). La unidad de la Iglesia, entonces, no

    es una opcin cristiana sino que es un mandato de Dios para quienes confesamos el nombre

    de Cristo. Es una unidad que debe materializarse en acciones concretas y que se da en

    medio de las luces y las sombras de la historia. Lo que debe unirnos, en suma, es

    precisamente la misin porque es reconocer y vivir la unidad con un objetivo que va ms

    all de la Iglesia: para que el mundo crea.

    5.2. El desafo interreligioso

    Se hace necesaria una teologa cristiana que tome en cuenta el pluralismo religioso en un

    mundo global. Qu es la teologa del pluralismo religioso? He aqu un intento de

    definicin:La teologa del pluralismo religioso no es solamente, como su nombre pudiera indicar, una teologa de genitivo o sectorial, una teologa que teologiza concretamente sobre la pluralidad de religiones. Es tambin una teologa de ablativo, o teologa fundamental, en cuanto que el pluralismo es la nueva formalidad o perspectiva desde la que se vuelve a leer todo el patrimonio simblico del cristianismo. La teologa del pluralismo religioso no habla slo de la pluralidad religiosa, sino del Padre, del Hijo y del Espritu Santo, de la Gracia y del bautismo, de la eleccin y de la misin, de todo lo que se puede hacer teologa, como cualquier otra teologa general, slo que hacindolo desde la perspectiva del

  • pluralismo.

    Quines deben producir el dilogo con otras religiones? Jos Comblin reflexiona sobre el

    tema y compara dos posibilidades: una, que las personas ms indicadas para ese dilogo

    seran los telogos, telogas y especialistas de la religin, o los representantes de las

    mismas. Sin embargo, esta posibilidad no es la ms atendible. La mejor, dice Comblin,

    radica en las posibilidades de los pueblos. Hoy, esos encuentros se multiplican por el

    hecho de que la evolucin de la economa provoca no solamente viajes de dirigentes, sino

    emigracin de los pueblos pobres. Los emigrantes llevan su religin. Para Comblin, lo que

    permanece abierto es el problema de la relacin entre cristianismo e historia y el encuentro

    con otras religiones puede ser considerado como una nueva etapa de la historia.

    Por su parte, Roberlei Panasiewicz sugiere que necesitamos un cristianismo con dos

    caractersticas: policntrico y polifnico para que, de ese modo, contine estimulando el

    dilogo y la vida en el mundo de hoy. Policntrico, debido a las variadas realidades

    culturales y, al mismo tiempo, polifnico, para que esas mismas realidades expresen su

    forma de comprender y vivir la fe cristiana.

    Lo que dej Edimburgo 2010

    Edimburgo 2010 ya es historia. Corresponde, entonces, hacer una somera evaluacin del

    evento. Vctor Rey, presidente de la FTL fue entrevistado durante la conferencia y ante la

    pregunta: Qu impresin le merece el desarrollo de la Conferencia Edimburgo 2010?,

    respondi:En primer lugar, nos sentimos muy honrados de que nos hayan invitado a tres miembros de la Fraternidad Teolgica Latinoamericana. El contenido de las sesiones y talleres es tremendamente ecumnico. Tenemos aqu una la diversidad de denominaciones y corrientes. Hay carismticos y pentecostales. Tambin catlicos, que no estuvieron en 1910.

    Sobre la representacin de Amrica Latina en la conferencia, dijo Rey: Por lo que respecta

    a la representacin de Latinoamrica, si no tan amplia en nmero, s es buena en calidad:

  • est representado el Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI), la FTL, el movimiento

    estudiantil

    Finalmente, con referencia a los talleres realizados en la conferencia, el lder chileno dijo:

    Las discusiones en los talleres son muy buenas. Los problemas que se tratan a nivel global, son los mismos que los que se dan en Latinoamrica. Y es que hoy en da la misin de la iglesia es una misin global. En Latinoamrica tenemos la misma situacin, los mismos desafos: la justicia, la emigracin, la unidad, la transformacin, la comunin, el lenguaje, la comunicacin.

    Segn Carlos Ham, lder latinoamericano en el Consejo Mundial de Iglesias y participante

    de Edimburgo 2010, Amrica Latina ya no tiene el perfil que tena en los aos setenta y

    ochenta, con la teologa de la liberacin y las comunidades de base en pleno apogeo.

    Entonces el secretario general del CMI, Emilio Castro, y muchos empleados eran

    latinoamericanos. Ahora, Amrica Latina ya no est en las noticias. Ya no es la prioridad.

    La prioridad es frica, Europa del Este Amrica Latina ya no est en las noticias, a no

    ser que haya un terremoto en Chile o un golpe de Estado en Honduras...

    En cuanto a la clausura de la conferencia, en un informe de la Agencia

    Latinoamericana de Noticias (ALC) se comentan algunos momentos clave del cierre. En su

    sermn en el culto de clausura de la Conferencia Edimburgo 2010, el arzobispo John

    Sentamu record que Jess dijo a sus seguidores: "Ustedes son mis testigos". Sentamu,

    quien es arzobispo anglicano de York, Gran Bretaa, hizo un llamamiento a propsito de la

    "importancia crucial del testimonio cristiano". Sentamu lo afirm en su sermn, "la

    actividad humana slo genera actividad humana. La Palabra proftica y el Espritu nos

    hacen vivir. Su voz reson con una pasin evangelizadora que record a predicadores del

    pasado que hablaron en ese mismo lugar.

    "Este es probablemente el encuentro ms abarcador sobre la misin desde 1910",

    coment Vinoth Ramachandra, lder de la Comunidad Internacional de Estudiantes

    Evanglicos en Sri Lanka. Al igual que otros oradores, Ramachandra reconoci muchos

  • avances prometedores en la Conferencia Edimburgo 2010. Sin embargo, Ramachandra

    tambin expres su preocupacin por el alto porcentaje de profesionales religiosos y

    acadmicos en comparacin con el gran nmero de obreros laicos presentes un siglo atrs.

    Llam a esto un "punto ciego" en los encuentros eclesiales contemporneos: la incapacidad

    de darse cuenta de que "el trabajo principal de misin tiene lugar en la vida cotidiana de

    cristianos y cristianas comunes".

    Conclusin:

    Si algo hay que decir en cuanto al cambio teolgico y misiolgico producido en

    estos cien aos que separan a Edimburgo 1910 de Edimburgo 2010 es el cambio de

    paradigma. De una visin eclesiocntrica hemos pasado a una visin del Reino de Dios. La

    teologa de Reino es la que ha permitido ampliar la visin misionera de la Iglesia. En

    palabras de Emilio Castro:[] es difcil que se busque una claridad misionera desde una perspectiva que no sea la de la teologa del reino. Casi todas las teologas contextuales del tercer mundo intentan interpretar la realidad histrica, cultural y poltica apuntando hacia una visin de futuro dentro de la perspectiva del reino.

    En la articulacin de la teologa del reino vinculada a la misiologa, el aporte

    latinoamericano ha sido decisivo. Est representando por varios movimientos teolgicos,

    entre los cuales es necesario mencionar: la teologa de ISAL (Iglesia y sociedad en Amrica

    Latina) que busc insertar la misin en las realidades sociales y polticas del continente; la

    teologa de la liberacin que continu esa bsqueda articulando un pensamiento que surge

    de la praxis y comprometido de la misin en los pueblos latinoamericanos y la teologa de la

    FTL cuyos pioneros influyen decisivamente en Lausana 1974 y articula una misin

    holstica en la cual todos los aspectos de la realidad son parte del inters de Dios. Si la vida

    cristiana es una realidad entre los tiempos, del anuncio al escatn, la misin cristiana en

    Amrica Latina est marcada por una visin donde la Iglesia era el fin ltimo a una

    perspectiva en la cual el fin ltimo es el Reino y la Iglesia una sierva que anuncia y

  • prefigura el definitivo reinado de Dios en la historia. Este es el kairs que, en la providencia

    divina, nos toca protagonizar hoy en nombre de Cristo para que el mundo crea.

    Alberto F. RoldnDoctor en teologa. Master en ciencias sociales. Miembro de la FTL.Conferencia de la FTL, ncleo Buenos Aires, 17 de julio de 2010. www.teologos.com.arBuenos Aires, 2 de julio de 2010.

    En un manual de misiologa publicado en Grand Rapids se indica que en el comienzo de la conferencia se leyeron saludos del rey George V del Imperio Britnico, el oficial del imperio germano en representacin del Kaiser Wolhelm II y el presidente estadounidense Theodore Roosvelt. A. Cott Moreau, Gary R. Corwin y Gary B. McGee, Introducing World Missions. A Biblical, Historical, and Practical Survey, Grand Rapids: Baker Academic , 2004, p. 136 Cit. por C. Howard Kopkins, John R. Mott 1865-1955: A Biography, Geneva and Grand Rapids: WCC & Eerdmans, 1979, p. 342 David J. Bosh, Misin en transformacin, Grand Rapids: Libros Desafo, 2000, p. 415 Ibid. En nota al pie, Bosch aclara que Mott no sugera que el mundo entero sera convertido en su generacin sino que la idea era alcanzar al mundo con el Evangelio en el sentido de que cada persona tuviera una oportunidad vlida para conocer a Cristo. Cit. en Ibid., p. 416 Samuel Escobar, Edimburgo 1910 y los evanglicos iberoamericanos, HYPERLINK "https://www.misiopedia.com/images/stories/pdfs/Edimb EscobarES.pdf" https://www.misiopedia.com/images/stories/pdfs/Edimb EscobarES.pdf , pp. 2 y 3. Accedido el 5 de abril de 2010 Kenneth R. Ross, Edinburgh 1910 Its Place in History, HYPERLINK "http://www.towards2010.org.uk/downloads_int/1910-PlaceHistory.pdf" http://www.towards2010.org.uk/downloads_int/1910-PlaceHistory.pdf, p. 7. Accedido 5 de abril de 2010. Jean-Pierre Bastian, Historia del protestantismo en Amrica Latina, Mxico: CUPSA, 1986, p. 158 Carlos Mondragn, Protestantismo y panamericanismo en Amrica Latina, Boletn teolgico, Nro. 62, abril-junio 1996, p. 9. Samuel Escobar, Edimburgo 1910 y los evanglicos iberoamericanos, p. 1. Ibid. Curso de ecumenismo. CLAI. HYPERLINK "http://www.Claiweb.org" www.Claiweb.org, p. 2 Arturo Piedra, Evangelizacin protestante en Amrica latina, Quito: Clai, 2000 Gonzalo Bez-Camargo, The Place of Latin America in the Ecumenical Movement, The Ecumenical Review. A Quaterly, The World Council of Churches, vol. I, Spring 1949, p. 311 Op. Cit., p. 118 La guerra hispano-estadounidense fue el conflicto entre Espaa y Estados Unidos que deriv en la independencia de Cuba y la prdida por parte de Espaa de Puerto Rico y Filipinas. Se la conoce como guerra de Cuba, guerra hispano-cubano-norteamericana y guerra hispano-americana (Spanish-American War). Op. Cit., p. 121 Ibid., p. 125 Ibid., p. 128 Ibid., pp. 144-145 Cit. por Piedra en Ibid., p. 145. Cursivas originales. Cita tomada de W. R. Wheeler, A man sent from God: A Biography of Robert E. Speer, p. 190, cit. en Ibid., p. 148. Cursivas originales Ibid., p. 157

  • Arturo Piedra considera que el congreso de Panam fue un acontecimiento que marc una nueva etapa de la presencia y expansin del protestantismo en Amrica Latina, representando el final de un perodo en que la Iglesia Catlica hizo creer que el trabajo de los misioneros protestantes era extrao e ilegtimo. Ibid., p. 163. All mismo, Piedra consigna la opinin de Stanley Rycroft: Cuando se escriba la historia de los ltimos veinticinco aos del trabajo protestante en Amrica Latina, los cristianos se percatarn del papel importante que desempe el Comit de Cooperacin en Amrica Latina. World Missionary Conference, 1910, Report of Commision I, Carring the Gospel to all Non-Christian World. HYPERLINK "http://www.archive.org/stream/reportofcommi00worliala" http://www.archive.org/stream/reportofcommi00worliala. Accedido el 13 de abril de 2010 Ibid. p. 48 Ibid., p. 249 HYPERLINK "http://.www.archive.org/stream/rptcommissionii00worliala" http://.www.archive.org/stream/rptcommissionii00worliala, p. 4. Accedido 13 de abril de 2010 Ese talante lo expuso en las Conferencias Carnahan del Instituto Universitario Isedet, donde manifest, entre otras cosas, que el pentecostalismo carece de lderes con formacin teolgica. Ante una pregunta que le formul en el sentido de que distinga entre pentecostalismo y neopentecostalismo, trminos de uso frecuente en su presentacin, su respuesta fue ambigua y difusa. Daba la sensacin de que los prejuicios le impedan ver con ms objetividad el fenmeno pentecostal latinoamericano. Esta visin contrasta con la de Carlos Ham quien dice: Creo que tenemos mucho que aprender de las iglesias pentecostales. Han madurado muchsimo. Ya no podemos decir que no tienen teologa, porque tienen teologa; tienen buenos telogos y telogas. Son adems iglesias populares. Expresan su fe en categoras del pueblo. Tienen un compromiso social. Reciben el Evangelio de forma holstica, integral, y llevan a cabo la proclamacin del Evangelio y el compromiso social en trminos prcticos. Creo que las iglesias protestantes histricas (Nosotros) somos muy racionalistas. Racionalizamos demasiado. http://alcnoticias.net/interior.php?codigo=17068&lang=687 Jean-Pierre Bastian, Protestantismos y modernidad latinoamericana, Mxico: FCE, 1994, pp. 210-211 Alberto F. Roldn, Evangelio y antievangelio. Misin y realidad latinoamericana, Mxico; Kyrios, 1993, p. 82. La estadstica es citada por Guillermo Taylor en: Reflections of maturing MK: grappling with tought latin realities, Evangelical Missions Quarterly, julio 1991, p. 254. C. Ren Padilla, De Edimburgo 1910 a Lima 1972. Cambios de paradigma en el desarrollo de la misin (segunda parte). HYPERLINK "http://www.kairos.org.ar/blog/?p=373" http://www.kairos.org.ar/blog/?p=373. De las varias ponencias que se incluyen en el libro citado por Padilla, se destaca la de Jos Mguez Bonino, a la sazn invitado a participar en los encuentros de la FTL sin ser miembro, titulada: El reino de Dios y la historia, donde el telogo metodista analiza la presencia del reino en los procesos histricos, cuya deteccin no se hace a partir de una perspectiva de la nous o la ratio que se lo discierne en la obediencia concreta, en la praxis. Dice Mguez Bonino: Es imposible exagerar la importancia de esta ltima expresin: el reino no slo se discierne en obediencia. Preguntarse por la presencia del reino en la historia es pedir que el Rey nos seale nuestra tarea y pedirle que se digne recoger nuestra obediencia en su reino. C. Ren Padilla (editor), El reino de Dios y Amrica Latina, El Paso: CBP, 1975, P. 85. Emilio Castro, A Passion for Unity, Ginebra: WCC Publications, 1992, p. 9 Ibid. Jos Mara Vigil en: El actual debate de la teologa del pluralismo, Libros digitales Koinona, p. 9 Ibid., p. 30 Ibid. Ibid., p. 53 http://alcnoticias.net/interior.php?codigo=17069&lang=687 Ibid. Ibid. Ibid. Edimburgo 2010 culmin en recinto histrico CMI/ALC

    Emilio Castro, Llamados a liberard, Buenos Aires: La Aurora, 1985, p. 109

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