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Amanda Iturriaga Ruiz
María Isabel Martínez López y Francisco Domínguez Matito
Facultad de Letras y de la Educación
Grado en Lengua y Literatura Hispánica
2014-2015
Título
Director/es
Facultad
Titulación
Departamento
TRABAJO FIN DE GRADO
Curso Académico
Análisis de los personajes femeninos en las novelas deGaldós. La imagen de la mujer a finales del siglo XIX
Autor/es
© El autor© Universidad de La Rioja, Servicio de Publicaciones, 2016
publicaciones.unirioja.esE-mail: publicaciones@unirioja.es
Análisis de los personajes femeninos en las novelas de Galdós. La imagen de la mujer a finales del siglo XIX, trabajo fin de grado
de Amanda Iturriaga Ruiz, dirigido por María Isabel Martínez López y FranciscoDomínguez Matito (publicado por la Universidad de La Rioja), se difunde bajo una Licencia
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported. Permisos que vayan más allá de lo cubierto por esta licencia pueden solicitarse a los
titulares del copyright.
2
Resumen
A mediados del siglo XIX se produjeron una serie de luchas políticas y cambios
sociales que plantearon gran preocupación entre los escritores de aquella época. Los
escritores de la Generación del 68 encontraron en la novela un instrumento para la
búsqueda de nuevos valores y una crítica a los problemas sociales e ideológicos existentes.
Uno de los escritores pertenecientes a esta generación y que más destacó fue sin duda,
Galdós.
La novelística del escritor Benito Pérez Galdós constituye el puente indispensable
entre la literatura del siglo XVII y la literatura del siglo XX. El autor de gran espíritu
crítico, estuvo muy implicado en el devenir del país, retratando en sus obras una serie de
acontecimientos que reflejaban la estructura de la social del siglo XIX. Sus personajes, de
gran profundidad psicológica pretenden ser la imagen la sociedad y un instrumento cuya
finalidad debe ser moralizante.
La visión de la figura de la mujer representada en la obra de Galdós da buena
cuenta de la ideología e inquietudes del autor. Galdós creó una serie de personajes
femeninos que le sirvieron para mostrar la crisis de valores y su anhelo de reforma social.
Su obra está repleta de mujeres de todo tipo y condición que despertaron la curiosidad de
sus lectores coetáneos y aun siguen haciéndolo. A través de una serie de obras y
personajes, descubriremos cuales eran las inquietudes de Galdós con respecto a la época
que le tocó vivir y qué papel ocupaba la mujer en ella.
Abstract
In the mid-nineteenth century time there were a series of political struggles and
social changes that raised great concern among the writers. The writers of the Generación
del 68 found in the novel a tool to find new values and a critique of social and ideological
problems. One of the writers belonging to this generation and the one who was certainly
more important was Galdós.
Benito Pérez Galdós work is the indispensable bridge between the seventeenth-
century and the twentieth century literature. The author, with a very critically thinking, was
very involved in the future of his country, portraying in his works a series of events which
reflected the social structure of the nineteenth century. His characters, with a great
psychological depth pretend to be the image society and a tool designed to be moralizing.
3
The vision of the woman depicted in the Galdós work gives a good count of the
ideology and the author concerns. Galdós developed a series of female characters which
served him to show the crisis of values in his society and his desire for social reform. His
work is full of all kind and condition women which aroused the curiosity of his
contemporaries readers and it is still doing it nowadays. Through a series of works and
characters, we will discover Galdós concerns regarding the time when he lived and what
role women occupied in it.
4
ÍNDICE 1. INTRODUCCIÓN .......................................................................................................................... 6
1.1 Metodología y objetivos ..................................................................................................... 6
2. PANORAMA SOCIAL Y LITERARIO DEL SIGLO XIX ....................................................................... 7
3. BENITO PÉREZ GALDÓS .............................................................................................................. 8
4. LA SOCIEDAD REFLEJADA EN LAS NOVELAS DE GALDÓS ......................................................... 11
5. LA MUJER EN EL SIGLO XIX ....................................................................................................... 11
6. LOS PERSONAJES FEMENINOS EN LAS NOVELAS DE GALDÓS .................................................. 13
7. MUJERES QUIJOTE, REBELDES, FATALES Y VÍCTIMAS .............................................................. 14
8. TORMENTO (1884) ................................................................................................................... 14
8.1 Amparo Sánchez Emperador ............................................................................................ 15
8.2 Refugio Sánchez Emperador ............................................................................................ 17
9. LA DE BRINGAS (1884) .............................................................................................................. 19
9.1 Rosalía Bringas ................................................................................................................. 19
10. LO PROHIBIDO (1884-1885) ................................................................................................. 21
10.1 Eloísa Bueno de Guzmán .................................................................................................. 23
10.2 Camila Bueno de Guzmán ................................................................................................ 25
11. TRISTANA (1892) .................................................................................................................. 27
11.1 Tristana ............................................................................................................................. 28
12. CONCLUSIÓN ........................................................................................................................ 30
5
6
1. INTRODUCCIÓN
Los estudios sobre la figura de la mujer tanto en la literatura como en la sociedad
son relativamente recientes. Con la finalidad de comprender la mentalidad de la sociedad
española en el siglo XIX y descubrir qué papel ocupaba la mujer en ella a través de la
literatura, he decidido escoger al autor más prolífico de aquel siglo y analizar algunos de
los personajes femeninos de sus obras. El hecho de que Galdós estuviera tan implicado en
el devenir social que le tocó vivir puede aportarnos una idea acerca de la imagen de la
mujer qué él tenía y plasmó en sus obras.
1.1 Metodología y objetivos
Para realizar el presente trabajo he centrado mi investigación en una serie de obras
de Galdós publicadas entre 1884 y 1892 pertenecientes a las que el propio autor denominó
como novelas españolas contemporáneas.
Antes de comenzar a analizar el objeto de estudio, realicé una serie de búsquedas
bibliográficas sobre el autor y la literatura y sociedad del siglo XIX. Los manuales que
utilicé Enrique Rubio Cremades1 y Juan Ignacio Ferreras2 me dieron una idea sobre cómo
debía enfocar mi análisis: cuál era la aportación de Galdós a la literatura con respecto a la
figura de la mujer en la sociedad decimonónica y cuál era la imagen de la mujer que se
venía representando hasta ese momento.
Una vez obtenida toda la información, seleccioné las cuatro novelas que iba a
comentar: Tormento, La de Bringas, Lo prohibido y Tristana, utilizando varias ediciones
de las mismas. Al finalizar las lecturas, busqué información en los manuales de Rubén
Benítez3 y Yolanda Arencibia4 para saber más sobre la disposición del autor a la hora de
crear sus personajes femeninos y poder realizar un análisis personal a la vez que bien
fundamentado.
Con ayuda de la plataforma Dialnet, Cervantes virtual y varias webs en internet
pude acceder a las presentaciones realizadas por críticos internacionales en los congresos
galdosianos celebrados anualmente en Gran Canaria. Parte de la información obtenida para
realizar el análisis final de los personajes y las obras proceden de artículos y presentaciones
1 RUBIO CREMADES, ENRIQUE. Panorama crítico de la novela realista-naturalista española. Madrid: Castalia, 2001. 2 FERRERAS, JUAN IGNACIO. La novela en el siglo XIX: (desde 1868). Madrid: Taurus, 1988. 3 BENÍTEZ, RUBÉN. La literatura española en las obras de Galdós. Murcia: Universidad, 1992. 4 ARENCIBIA, YOLANDA. Galdós en su tiempo. Editorial Santa Cruz de Tenerife: Parlamento de Canarias, 2006.
7
realizadas en los mencionados congresos y recogidas en varias actas a las que se puede
acceder en: http://mdc.ulpgc.es/cdm/landingpage/collection/galdosianos
Para finalizar, la conclusión que cierra el trabajo es una observación personal sobre
la labor de Galdós en relación con el tema del trabajo, aludiendo a la información obtenida
de los manuales y artículos ya mencionados.
El objetivo de este trabajo ha sido, por tanto, realizar un análisis de los personajes
femeninos de las novelas de Galdós con la finalidad de tener una visión más clara de la
imagen de la mujer en la sociedad de finales del XIX.
2. PANORAMA SOCIAL Y LITERARIO DEL SIGLO XIX5
El movimiento realista nació en Francia alrededor del año 1820 y se extendió por
Europa de forma rápida. Con casi cuarenta años de diferencia, la nueva corriente literaria
llegaría a España poseyendo, además, unas características propias que no se pueden
entender si no se mantiene una mirada crítica a la situación del país en aquellos años. La
literatura de este siglo no puede, por tanto, ser analizada en su complejidad bajo los
mismos conceptos franceses.
Tras la revolución burguesa de 1868 surge, no como un movimiento espontáneo
sino apoyándose en una tradición novelesca, la novela realista que aporta además una
nueva visión del mundo.
A mediados de siglo, toda creación artística y literaria se encontraba dividida, al
igual que el país. Las luchas entre poderes políticos opuestos surgen al mismo tiempo que
una nueva visión más objetiva del mundo. Tanto políticos como escritores tienen algo en
común: intentan transformar la sociedad. Sin embargo, tan solo hay un grupo que logra
realmente conseguirlo: los progresistas liberales burgueses que tomaron el poder del
Estado en 1868 y con ellos, novelistas escritores pertenecientes a esa generación (Galdós,
Clarín, Palacio Valdés, Pardo Bazán, Alarcón, Pereda). Los escritores de este grupo
encontraron en la novela un instrumento para la búsqueda de nuevos valores y una crítica a
los problemas ideológicos existentes. Es decir, el realismo español no se debe tomar
únicamente como un estilo literario, sino también como una visión del mundo que
coincidió con la conciencia revolucionaria de los intelectuales del 68. Lo que caracteriza a
esta generación es su manera de ver y entender la realidad, que representan de forma
propia. Esta generación de escritores aparece dividida en dos bandos ideológicamente
5 RUBIO CREMADES, págs. 140-176 y FERRERAS, págs.11-24.
8
enfrentados que tratan de diferente forma la antinomia campo-ciudad y el problema
religioso. Sin embargo, por encima de esta confrontación ideológica, surge un
entendimiento y respeto mutuo entre los representantes de las diferentes posiciones y una
búsqueda de estabilidad dentro del propio pensamiento y obra. Lo que les asemeja es una
conciencia de clase que quiere ser nacional, ya que creen tener una respuesta para todas las
clases sociales del momento. Estos escritores son además herederos de un quehacer
artístico y cultural que les ha enseñado a desarrollarse como autores pero que a veces
tendrán que luchar contra él para poder expresarse.
En resumen, la generación del 68 ha de tomarse como un intento de los autores para
racionalizar la realidad a nivel nacional, tal y como fue tomada la revolución de ese año.
Una de las figuras más destacadas de los escritores del 68 es, sin lugar a duda, Galdós; y es
que el autor bien podría ser el máximo representante de su generación. Sus aportaciones
son tan extensas que no es posible en modo alguno reducir su obra a un solo periodo de
este nuevo estilo literario.
3. BENITO PÉREZ GALDÓS6
El realismo de Galdós posee además unas características propias que lo distinguen
de otros autores. Galdós es crítico, intérprete y autor. Sus inquietudes ideológicas le
llevaron a formar parte de todos los asuntos políticos y literarios de su tiempo, de ahí su
gran número de obras. Sus novelas fueron ampliamente leídas y comentadas en las tertulias
de la época ya que su obra no dejaba indiferente a nadie. El mérito de Galdós reside en su
capacidad para hacer que el lector se interese por los conflictos sociales e ideológicos,
llegando a ser considerado por los burgueses progresistas de entonces como una especie de
educador de conciencias. Es precisamente en su capacidad para observar la realidad y
realizar juicios críticos donde reside su carácter revolucionario. Además, se preocupó de la
función social de la novela y sabía que para ello debía hacerse un análisis minucioso de la
sociedad que le rodeaba –con especial atención a la clase media– y a las costumbres
urbanas: vida pública y privada, especialmente en lo que atañe a los ideales espirituales y
sexuales. Esta conciencia realista galdosiana le lleva a tomar una actitud de carácter
filosófico y ético que se ve reflejada en su narrativa en la que destacan el sentido dramático
y alegórico. El autor describe además una sociedad en la que los personajes se
desenvuelven en una realidad social y psicológica en la que aparecen determinados por su
6 BENÍTEZ, págs. 257-269.
9
raza, medio y el momento en el que están, aunque reconozca en ellos una libertad más
profunda. Su visión de la realidad es una expresión del espíritu nacional, una interpretación
del hombre como un ser sujeto a la naturaleza y al mismo tiempo, libre de ella.
El mismo principio ético que rige la idea sobre España y sus novelas, también
afectan al mismo autor. La relación que existe entre Galdós y sus novelas es tan íntima
que, como diría Amado Alonso:
“Galdós identifica su destino personal con su destino de español; necesita hacer
partícipes a los demás españoles de sus tanteos en busca de la verdad, el bien y la felicidad.
Por eso se sale de sí mismo y convoca a las agitadas gentes de sus novelas, y a las cosas
materiales que las gentes hacen y usan, y nunca con la ‘objetividad’ o prescindencia
programada por el naturalismo, solo con adhesión cordial, con creadora endopatía,
haciendo de los hombres y de las cosas espejos innumerables donde se retrata se propia
alma poética.” 7
El autor hace un esfuerzo por convertirse él mismo en modelo para España y los
españoles llegando incluso a restringir su propia imaginación poética. Pero en la misma
obra de Galdós hay una clara evolución, paralela a la evolución de la novela del siglo
XVII. En un principio, el estilo de su obra triunfa frente al prerrealismo y el dualismo de
la época y asistimos con él a un nuevo modo de novelar. No obstante, sus primeras novelas
siguen teniendo cierto aire prerrealista aunque se esforzara por lograr una totalidad realista
que no alcanzaría hasta años más tarde en una segunda etapa.
Tras la revolución del 68, entrado ya el periodo de la restauración, Galdós
abandona la lección política para novelar de un modo dualista bastante particular: cree en
dos mundos o dos ideologías pero siempre exalta la liberal. A esta época pertenecen obras
como Doña Perfecta (1876), Gloria (1876-1877) y La familia de León Roch (1878).
Galdós se opone al extremismo revolucionario del mismo modo que se opone al
extremismo antirrevolucionario. No se trata, sin embargo, de una idea heredada en el que
se nos presenta una inevitable dualidad de una sociedad en la que los buenos han de ser
premiados y los malos castigados. Galdós cree que en esta lucha es posible llegar a la
concordia mediante una totalización del mundo donde primero han de vencerse los
obstáculos, es decir, el caduco tradicionalismo. En este periodo, Galdós comienza a crear
personajes que encarnan a un grupo social sin dejar de tener personalidad propia.
7 Cita de Amado Alonso recogida en BENÍTEZ, págs. 267-268.
10
La época que va desde el año 1881 a 1888 nos muestra el realismo más puro de
Galdós. Es su etapa realista plena porque en ella el autor va a producir los títulos en los que
ya consigue una totalización novelesca.
Galdós conoce el naturalismo y deja entrever en sus novelas un cierto determinismo
(Tormento (1884), Lo Prohibido (1884-1885), etc.) pero éste no es un rasgo esencial de los
personajes y no rige su destino final.
En otras novelas como La de Bringas o Fortunata y Jacinta, el autor se aleja de
todo tipo de naturalismos, haciendo que sus personajes se guíen por sus propios impulsos.
A partir de los años 90 es cuando vuelve a cambiar su visión de la sociedad. Si
antes veíamos en sus obras una totalización realista donde el mundo se mantenía en
equilibrio hasta que todo se volvía imposible, el autor ahora se decanta por un naturalismo
que podríamos definir como “espiritual” (Tristana, Misericordia, Ángel Guerra). Es quizás
en esta etapa cuando se da cuenta de que el mundo no era tan fácil de describir, entrever y
mucho menos comprender. Llegado a este punto, no se produce en él una nueva visión de
la realidad, sino una ruptura de estilo, más pesimista e incluso “antirrealista”. Galdós sigue
siendo un escritor realista por el arte de su descripción y estructura novelesca, pero sus
obras ya carecen de ese realismo racional y claro. En estas novelas se desenvuelven
personajes muchas veces con ideales casi quijotescos aunque, naturalmente, el mundo que
les rodea se opone a que vean colmadas sus ansias. Este cambio y ruptura con el realismo
no agotó al autor, sino que le impulsó a buscar nuevos horizontes y a crear un nuevo tipo
de novela.
A partir de la publicación de El abuelo, Galdós cambia su forma y estilo para
adentrarse más en la teatralización. Se concentra la acción y se pierde el referente real,
siendo sustituido por uno más simbólico. Los personajes tienden también al simbolismo,
sin alejarse de esa manera suya de aleccionar sobre la tolerancia, la moral y la compresión
que tanto le caracterizaba.
La novelística de Galdós constituye el puente indispensable entre la literatura del
siglo XVII y la literatura del siglo XX en todo su desarrollo. El escritor no se dejó encerrar
en ningún estilo ni forma, tomando la novela como un ser cambiante, vivo. Sin sus
novelas, el arte de Unamuno, de Valle Inclán, de Azorín y de Baroja carecería de sostén.
No hay novela galdosiana, Galdós es la novela Española.
11
4. LA SOCIEDAD REFLEJADA EN LAS NOVELAS DE GALDÓS8
Galdós es el gran retratista de la sociedad de su época, no solo fue capaz de recrear
la sociedad madrileña con minuciosidad, acercándonos a todos los rincones del Madrid de
entonces, sino que nos reveló sus costumbres, preocupaciones y vivencias. Su obra es, por
tanto, un testimonio sobre la vida de los españoles durante un siglo en un periodo de
cambio constante y difícil.
Influido en cierta medida por el escritor francés Balzac, Galdós propuso una novela
costumbrista en la que la vida y hábitos de la clase media burguesa fueran el eje principal.
El escritor novela observando y reflexionando lo que ocurre a su alrededor, hasta dejar
paso a una crítica sobre esta clase dominante que no tardó en decepcionarle. Las clases
altas seguían luchando por mantener el orden político y social, y un orden moral
igualmente inmovilista, legitimado por la iglesia. La ideología de una sociedad tradicional
cuyos valores proceden del antiguo régimen, el poder que ostentaban instituciones caducas,
el turnismo canovista y el caciquismo rural bien visto por la burguesía, acabaron con la
ilusión del autor tras la revolución del 68.
Galdós comenzó a darse cuenta de que estaba produciéndose una crisis de valores
en la sociedad, representada por la burguesía. En esta sociedad hay dos mundos, dos
realidades. Los individuos se presentan con dos caras: una es la de las apariencias, mentira
que muestran al mundo; y la otra, la de una moral oculta, un tanto cuestionable. Esto era
precisamente lo que él quería representar y criticar en sus obras, la hipocresía de una
sociedad que finge ser lo que no es, aspecto que queda reflejado en las novelas que
comento. Por tanto, podríamos decir que, a través de su producción literaria, Galdós
denuncia la sociedad en la que le tocó vivir, imaginando una sociedad nueva, con valores
más progresistas. Este anhelo de reforma social queda patente a través de sus personajes, y
muy especialmente a través de sus personajes femeninos.
5. LA MUJER EN EL SIGLO XIX9
Para poder entender la importancia que ejercen las mujeres que aparecen en sus
novelas, es necesario analizar primero el papel de la mujer en aquella época.
8 ROCA, EDUARDO. “La mujer en el entorno de Galdós”. Actas del octavo congreso internacional de estudios Galdosianos. Las Palmas de Gran Canaria: Cabildo Insular de Gran Canaria, 2005. Págs. 450-475. 9 ROCA, págs.450-455.
12
La mujer del siglo XIX sigue, al igual que en siglos anteriores, relegada a un
segundo plano. La Revolución del 68 trajo consigo los principios igualitarios y el derecho
de asociación pero incluso entonces, hombres de todos los ámbitos veían el trabajo de la
mujer fuera del hogar como un ataque a sus propios derechos y un peligro para la
estabilidad en la familia. La moral de aquellos años forjó la imagen de la mujer ideal, un
modelo femenino burgués de clase media que debía gobernar su hogar –único lugar al que
pertenecía– con bondad y entrega.
Las mujeres menos acomodadas, dedicadas en su mayoría a las labores de costura,
no tardaron en darse cuenta de la poca estabilidad económica que su trabajo les ofrecía. Es
entonces, cuando estas mujeres de origen más humilde, buscaron otro tipo de salidas
profesionales acordes a su condición, por ejemplo, actrices e institutrices. Aunque, sin
duda, el camino más “fácil” para una mujer con pocos recursos era la prostitución con los
señoritos ricos. Estos trabajos eran poco valorados y, además, los únicos puestos en los que
la mujer no creaba recelo entre los hombres. No obstante, el trabajo fuera de casa era algo
inusual. Al hombre se le enseñaba a pensar por sí mismo y a trabajar y el espacio de la
mujer estaba reducido al hogar. Esto la lleva a centrar su objetivo en la vida en el
matrimonio, profesión por excelencia femenina, cuya finalidad era la de ser madres. Su
suerte dependía de su casamiento. Las mujeres pertenecientes a la burguesía estaban
rodeadas de bienes pero carecían de libertad de espíritu viviendo bajo la tutela de padres,
maridos o hermanos.
La visión idealizada de la mujer burguesa, contrastaba con la imagen de
depravación promiscua de las clases obreras y la despilfarradora y frívola de las clases
altas. Tanto a las de clases más bajas como las de más altas, se les negaba su condición de
mujer ya que se apartaban del modelo a seguir como ángel del hogar.
En el devenir del siglo cobró peso su adoctrinamiento religioso, basado en la
resignación y el sometimiento que no resultaba incómodo ni a moderados ni exaltados. En
general hubo un conformismo que procedía de este sentimiento religioso: las mujeres
aceptan lo que se les ofrecía. Se prefería a una mujer devota ya que la religión tenía como
garantía el sometimiento. La mujer debía ser, en resumidas cuentas, un objeto, algo
‘maleable’. Su escasa educación intelectual la incapacitaba además para cualquier tipo de
instrucción, sujetándolas a la superstición.
Los textos literarios de aquella época reforzaron, en general, esta visión de la mujer.
La literatura ha servido para señalar su puesto en una sociedad jerarquizada por los
hombres. En la variedad de discursos sobre la mujer que se reproducen en la España
13
decimonónica destaca por encima de todos ellos este ideal del “ángel del hogar” arriba
mencionado, un modelo de mujer virtuosa sobre el que se construye la identidad femenina,
Este modelo fue objeto de reflexiones y debates, partiendo de la necesidad de la sociedad
de delimitar la naturaleza biológica, psicológica y social de la mujer en un contexto de
cambio estructural constante. Esto supuso para los autores una necesidad de prescribir y
regular todo lo concerniente al sujeto femenino. En nuestro caso, hay que tener en cuenta
que Galdós nos ofrece una imagen de la mujer basada en la idea que tiene de ella como
individuo dentro de la sociedad antes descrita. En un primer momento, los personajes
femeninos galdosianos parten de ideas presentes en la literatura pero, más tarde, el autor
ofreció un estudio sobre el carácter nacional, mostrando una visión bastante fiel de su
papel en la sociedad española de aquel tiempo. A través de estos personajes, se cuestiona la
ideología de la sociedad burguesa y critica, a veces de forma irónica, la moral
convencional y la mentira reinante en las que se ven irremediablemente atrapadas.
Galdós quiere que sus contemporáneos abandonen sus delirios de grandeza y vean
cómo es la realidad realmente. El ejemplo parece encontrarlo en las mujeres.
6. LOS PERSONAJES FEMENINOS EN LAS NOVELAS DE GALDÓS10
No solo fue Galdós un psicoanalista a la hora de dar vida a sus personajes sino que
además es probable que el autor sea uno de los novelistas que con mayor profundidad ha
abordado el problema de la mujer. No es casualidad, por tanto, que la mayoría de sus obras
lleven por título un nombre femenino aludiendo a sus protagonistas.
Cuando Galdós arranca su carrera literaria en 1868, el modelo literario de mujer
doméstica estaba ya consolidado. Cualquier aproximación al autor debe realizarse desde la
ideología de la domesticidad dictada por la propia estética realista (recordemos que el
realismo pretende ser un reflejo fiel de la realidad, oponiéndose al Romanticismo del
periodo anterior). De esta manera se trata de comprobar de qué forma Galdós desarrolló los
modelos vigentes, es decir, los tópicos existentes en el imaginario de la sociedad
decimonónica. Para ello, es necesario ser consciente de la gran variedad de registros
femeninos de su obra y su gran preocupación sobre la condición de la mujer. Burguesas
frívolas y avaras, amantes y mal casadas, criadas misericordiosas, etc. Son algunas de las
10 BENÍTEZ, págs.267-270 y ROCA, págs.450-455.
14
figuras femeninas que se dibujan en las novelas galdosianas. Tras esta variedad de tipos se
puede detectar una convicción que nos transmite la voz narrativa sobre la necesidad de
repensar la cuestión femenina. El paso del viejo orden al nuevo supone un cambio
ideológico en todos los aspectos y Galdós sabe que en esta nueva ideología el papel que
ejerce la mujer es importante. Para él, ésta debe ser positiva y representar una realidad
auténtica y comprometida en la que no haya cabida para los falsos misticismos.
El autor es un conocedor innegable de la psicología y forma de ser de la mujer del
siglo XIX, aunque también hay que tener presente que parte de su obra está ligada a su
vida íntima por lo que muchos de sus personajes están basados en las mujeres que él
conocía.
Como la lista de personajes femeninos en las novelas de Galdós es tan amplia o
más que su número de obras, he decidido escoger algunos ejemplos que nos acercarán a la
idea que tiene el autor sobre la mujer como figura clave en la sociedad. El análisis de
varios personajes femeninos de diferentes obras nos aporta una visión de la mujer que no
estamos acostumbrados a ver en autores del mismo siglo.
7. MUJERES QUIJOTE, REBELDES, FATALES Y VÍCTIMAS
Cada personaje femenino analizado en las obras posee un carácter propio, es decir,
no hay ninguno igual que otro, aunque en algunos casos compartan ciertas similitudes. La
peculiaridad de estos personajes es que no entran dentro de estereotipos femeninos con los
límites bien definidos, sino que el autor se da cierta libertad al crearlos. No obstante, estos
personajes poseen una serie de características en su personalidad que destacan por encima
del resto, por lo que podrían dividirse en diferentes grupos como, por ejemplo, mujeres
víctima, rebeldes, ángeles del hogar, etc. Sin embargo, al ser personajes tan complejos,
ocurre en muchos casos que su evolución en la historia puede hacerles pasar de un grupo a
otro.
8. TORMENTO (1884)
Es una de las novelas que abren el ciclo de novelas españolas
contemporáneas, nombre que el propio Benito Pérez Galdós dio a las obras publicadas
entre 1881 y 1889 y que describen la sociedad madrileña del siglo XX. Forma parte
además de una trilogía que vendría a completarse con la obra El doctor centeno que la
precede y La de Bringas que la siguió.
15
La protagonista de Tormento es Amparo Sánchez Emperador, mujer de origen
humilde que vive de la caridad de Francisco y Rosalía Bringas, a los que sirve como
criada.
Agustín Caballero, primo de Rosalía, llega a España después de haber estado
viviendo en América y se enamora de Amparo, a quien propone casamiento. Amparo tuvo
una relación ilícita y ahora sucumbe ante la duda de aceptar o no la proposición de
Agustín, que ignora su pasado. Esto llega a oídos de Polo, cura retirado y “antiguo amante”
de Amparo, que decide inmiscuirse en los asuntos de los enamorados. Los amigos de
Agustín Caballero y su prima, Rosalía, que desprecia a la atormentada Amparo, le cuentan
la truculenta historia. Agustín acosado por las dudas y hastiado de la vida en la capital,
decide regresar a Francia, pero antes se cita con Amparo para oír la verdad de todo lo
ocurrido. Tras un intento frustrado de suicidio y una confesión sincera, Amparo hace las
paces con Agustín y se marcha con él a vivir a Burdeos ante la sorpresa de sus familiares y
amigos.
Si bien estamos ante una novela en la que destacan personajes masculinos como la
figura de Agustín o el eclesiástico renegado Pedro Polo, el protagonismo recae sobre las
mujeres. La novela incluye tres personajes femeninos, con un carácter y una manera de
actuar y de enfrentarse a los acontecimientos muy dispar. En este apartado me centraré en
las hermanas Amparo y Refugio y dejaré el análisis de Rosalía Bringas para el apartado
dedicado a la novela protagonizada por ella.
8.1 Amparo Sánchez Emperador
Es el personaje femenino más desarrollado de la novela y es quien da título a la
obra, como muestra la siguiente cita:
"Amparo, al quedarse sola, pasó rápidamente la vista por la novelesca cuartilla
y leyó salteadas palabras que la aterraron: crimen... tormento... sacrilegio...
engaño; y otros términos espeluznantes hirieron sus ojos y repercutieron con
horrible son en su cerebro. Rompiendo la cuartilla, arrojó los pedazos al
fuego"11 (pág. 82)
Con esta definición es muy fácil adivinar el sufrimiento de la protagonista durante
toda la historia. Amparo es víctima de la sociedad de su tiempo. Tres nombres son los que
11 Todas las citas de esta obra están tomadas de la edición PÉREZ GALDÓS, BENITO. Tormento. Madrid: Alianza editorial, 2001.
16
se emplean en la novela para referirse a ella, y definen muy bien el carácter y las
circunstancias en las que vive nuestra protagonista: Amparito, Tormento y Emperadora. El
primero hace referencia a la huérfana pobre de carácter débil e indeciso, con muy pocos
recursos para integrarse socialmente. Le gusta la tranquilidad y el orden, ver a poca gente y
trabaja duramente. El segundo, se refiere a Amparo como la amante de Pedro Polo. Es la
“antigua herida” que le produce dolor y un desasosiego inimaginable. Amparo, debido a su
carácter benévolo, acaba siendo seducida por Polo, lo que le acarrea un sentimiento de
culpa al que no logra poner solución. Quiere borrar esta experiencia pero vive atormentada
por el recuerdo. Este hecho hace que se sienta culpable y no pueda aceptar el amor que
Agustín le profesa. Vive en una lucha constante entre la idea de aceptar a Agustín y ser
feliz o rechazarlo por creerse indigna. En una sociedad en la que la mentalidad tradicional
está tan arraigada, un hecho como el que tuvo lugar entre Polo y Amparo está destinado al
escarnio público si llegua a oídos de algunas personas. El hecho de que Amparo tenga un
carácter débil y se deje manejar por caracteres más fuertes, no solo por Pedro Polo, sino
también por Rosalía Bringas, incrementa su miedo al peso del escándalo y el rechazo
social. No obstante, Amparo no está tan preocupada por las apariencias sino por el hecho
de sentirse despreciada por todo el mundo. La moral de Amparo le impide ser feliz, intenta
ocultar de forma desesperada lo que ocurrió pero a su vez se impone su propio castigo.
Pesan en ella la fuerza del arrepentimiento y la deshonra social. Llegará un punto en el que
tendrá que decidir entre darse muerte o soportar la deshonra que “pronto la cubriría como
una lepra moral incurable y asquerosa” (pág.68). Al sentirse utilizada tanto por unos como
por otros, llega a pensar como única salida la de cometer suicidio.
El último nombre que se le da a Amparo es el de Emperadora, nombre con el que
se refiere a ella Agustín, elevándola de criada a señora. Para él, Amparo es el ideal de
mujer perfecta y honrada: “no tiene ambición de lujo sino de decencia” (pág.38) “poseía
un corazón inclinado a todo lo bueno y grande al amor al trabajo” (pág.40) “es un ángel de
hermosura y bondad” (pág.40). Como vemos, frases quela definen como ángel del hogar.
Más tarde, Amparo se convertirá en “la espina que se le ha clavado en el corazón y no
puede arrancársela” (pág.108) y “la manzana que parecía buena y al abrirse se ve dañada”
(pág.108).
La reacción de Agustín al enterarse del pasado de Amparo es digna de destacar en
este apartado. Si bien en un principio el personaje puede parecernos poco matizado, fiel al
orden establecido, es al final de la novela cuando el autor nos hace cambiar de opinión con
respecto a él. Atormentado en su interior por descubrir la verdad, se pregunta: “¿A qué voz
17
he de escuchar de las que suenan en mi alma? ¿La que dice mátala o la que dice,
perdónala?”(pág.109) Frustrado por una sociedad en la que reinan las mentiras y las
apariencias, decide perdonarla: “Me da la gana perdonarla, señora sociedad. Si es culpable
y está arrepentida la perdonaré, señora sociedad de mil demonios y me la paso a usted por
las narices” (pág.116). Esta sentencia que Agustín proclama lleno de rabia y frustración,
provoca un giro de lo más sorprendente. Hay que tener en cuenta que Tormento es una
novela realista con una trama cargada de tintes románticos. Agustín parece representar el
típico estereotipo de héroe romántico y, el hecho de que se revele de esta forma es
sorprendente. El autor nos “engaña” durante toda la obra, haciéndonos pensar que Agustín
bien podría ser el último castigo para Amparo ya que la sociedad le empuja hacia ello.
Amparo, el ideal de mujer de Agustín Caballero se transforma en una mujer de
carne y hueso. Una mujer real, que no es un ser perfecto y que por ello merece ser
perdonada.
Ido, el personaje que narra la historia no parece muy satisfecho con este final. La
casa de las hermanas Sánchez Emperador, antes descrita como “una tacita de plata” para él
se ha convertido en un “lupanar” y la única solución de las hermanas es la de adoptar los
hábitos. Galdós, en cambio, parece defender la unión de un hombre y una mujer más allá
de la presión social y una independencia femenina por encima de convencionalismos
morales y sociales.
8.2 Refugio Sánchez Emperador
Refugio Sánchez Emperador es la hermana menor de Amparo. Encaja muy bien en
el grupo de las mujeres rebeldes al igual que otros personajes similares como Susana
Corezuelo (El Audaz), Mauricia la dura (Fortunata y Jacinta), Clotilde Viera (La
incógnita), etc. De carácter fuerte, activo e independiente, Refugio no acepta un destino de
víctima pasiva y enfrenta la realidad rebelándose contra la sociedad. Reacciona ante su
destino con decisión, de forma dinámica y sincera, percibiendo la realidad como es.
“Humíllate más, sírveles, arrástrate a los pies de la fantasmona, límpiale la
baba a los niños. ¿Qué esperas? Tonta, tontaina, si en aquella casa no hay más
que miseria, una miseria mal charolada…Parecen gente ¿y qué son? Unos
pobretones como nosotros. Quítales aquel barniz, quítales las relaciones, ¿y
qué les queda? Hambre, cursilería. Van de gorra a los teatros, recogen los
pedazos de tela que tiran en Palacio, piden limosna con buenas formas… No,
lo que es yo no les adulo. En mí no machaca la señora doña Rosalía, con sus
18
humos de marquesa. Por eso le dije aquel día cuatro verdades y no he vuelto
allá ni pienso volver… […]” (pág.32)
En la novela, Refugio se rebela contra la pobreza del oficio de la costura y se
marcha de la casa Bringas para buscarse su propio medio para mantenerse y no vivir de la
caridad del matrimonio. Encuentra un trabajo posando para un pintor, lo que nos da cierta
idea de lo que acabará siendo en la novela siguiente (La de Bringas), una “mujer pública”
que no se avergüenza de su profesión ni aparenta falsa virtud.
“y si quieres que te hable clarito, no me gusta que me mandes como si yo fuera
una chiquilla. ¿Soy mala? No. Me preguntas que cómo he comprado las botas y
he arreglado mi vestido. Pues te lo diré. Estoy sirviendo de modelo a tres
pintores… Modelo vestido, se entiende. Gano mi dinero honradamente…”
(pág.34)
Es una mujer con voluntad de trabajo y superación. Sus “locurillas” y
“genialidades” que suponen un escándalo para lo que se esperaba de una mujer en la época,
no hacen de Refugio un personaje malo, sino todo lo contrario.
Si Amparo podía ser vista como una alegoría de la España de fin de siglo, Refugio
encarna los anhelos de reforma que, para el autor, necesita la estéril y anticuada sociedad
de su tiempo. Además, con esto, muestra un pensamiento sobre la mujer que parece
favorable a su causa emancipadora.12
Galdós considera a Refugio la menos inmoral de las tres mujeres de Tormento
(Amparo, Refugio y Bringas) porque ella es la más sincera y se siente cómoda consigo
misma. Por esta razón es la elegida para ser el “ángel castigador” de su antigua dama
Rosalía en La de Bringas, ya que ésta aparenta una virtud que no tiene.13
Al finalizar la novela es claro el mensaje de Galdós y su denuncia a la mentira y el
machismo de una sociedad que trata a la mujer como un ser inferior. El autor plantea su
ideal de “mujer nueva” que combinaría las características de la mujer natural (Amparo) y
de la mujer rebelde (Refugio): sinceridad, amor al trabajo y deseo de cambio y reforma.
Para él, la mujer es un elemento esencial para la construcción de una nueva sociedad.
12 CONCEJO, PILAR. “Lo femenino como mito en Galdós”. Actas del cuarto congreso internacional de estudios Galdosianos II. Las Palmas de Gran Canaria: Cabildo Insular de Gran Canaria, 1990. Págs.365-372. 13 MONTERO-PAULSON, MARÍA. “La mujer ‘Quijote’ y la rebelde en la obra de Benito Pérez Galdós”. Actas del tercer congreso internacional de estudios Galdosianos. Las Palmas de Gran Canaria: Cabildo Insular de Gran Canaria, 1989. Págs.273-302.
19
9. LA DE BRINGAS (1884)
La novela está protagonizada por Rosalía Bringas, que ya aparecía en la novela
comentada anteriormente, Tormento. La de Bringas es la obra de la trilogía antes
mencionada que más se acerca al realismo francés. Mientras que en Tormento el autor
parecía centrarse en las descripciones de sus personajes, en La de Bringas lo que más
destaca son sin duda las descripciones de los espacios y las vestimentas, cosa que no
impide, sin embargo, ahondar en la psicología de los personajes. La novela supone además
una fiel representación de la llamada “locura crematística” en la que la burguesía elige a la
nobleza como referente sin reparar en la ética y moralidad de sus acciones o
comportamiento.
Tras los acontecimientos de Tormento, Rosalía Pipaón, antigua ama de Amparo y
esposa de Francisco de Bringas (alias Thiers), cumple su sueño de vivir en el palacio real
de Madrid al servicio de la reina. Con el fin de mantener su estatus social y aparentar tener
el mismo nivel monetario que la clase que le rodea, Rosalía se embarca en una travesía de
gastos sin desenfreno en artículos de lujo. Sin embargo, su ahorrador marido Francisco
supondrá para ella un obstáculo en su obsesión por la compra de costosas prendas. Cuando,
por un accidente, Francisco pierde la vista, Rosalía aprovechará la oportunidad para
gastarse el dinero en caprichos sin que su marido se entere. No tardará mucho tiempo en
verse rodeada de deudas y pidiendo préstamos que le costará trabajo devolver. Antes de
que sus problemas con el dinero lleguen a oídos de su marido, Rosalía hará lo imposible
por recuperar todo lo que ha gastado, aunque eso le suponga tener que acudir a algunas
personas que no despiertan su simpatía y realizar actos que no son de su agrado.
9.1 Rosalía Bringas
La historia de La de Bringas narra la decadencia de Rosalía Pipaón, fiel
representación de la frivolidad de la sociedad española a finales del XIX. En este
personaje, probablemente uno de los peor tratados por Galdós, el autor pretende denunciar
a toda una clase social que vive de las apariencias sin darse cuenta de que con ello
conseguirán su propia destrucción y la desgracia de quienes les rodean, debido a la
incapacidad para asumir su propia posición social.
El autor retrata a la perfección el carácter de una mujer que necesita hacer gala de
sus posesiones para sentirse integrada socialmente. Materialista y amante de los artículos
de lujo, Rosalía es capaz de venderse a cualquiera con tal de conseguir dinero para
satisfacer sus caprichos.
20
Al principio de la historia vemos cómo poco a poco Rosalía empieza a cuestionar
los principios económicos de su marido, lo que es solo un ejemplo de las diferencias entre
uno y otro. De este modo, Galdós presenta la fragilidad de la institución familiar en la que
existe una carencia de comprensión mutua e igualdad. La familia Bringas encarna en
muchos aspectos la domesticidad más estricta a la que Rosalía acaba rebelándose
(Francisco es modelo de esposo en gestión económica y su mujer manifiesta una sumisión
absoluta a sus dictados). Pipaón, debido a su consumo descontrolado y a la consecuente
ruptura de la institución familiar, se convierte en la imagen opuesta al ya comentado ángel
del hogar.14
El proceso de perversión que sufre este nuevo ángel del hogar galdosiano sigue una
línea bien definida. Rosalía deja de ser la perfecta casada cuando acude al engaño para
satisfacer sus necesidades (como cuando miente acerca de la procedencia de algunas de sus
compras a su marido). El robo es el siguiente paso en la línea de la corrupción del
personaje (empeño de la plata familiar, robo de billetes que guarda su marido en un cajón,
etc.) para dar paso al adulterio (prostitución) sumida ya en la vorágine de su propia
decadencia. Rosalía se convierte en una mujer fatal, un malogrado ángel del hogar cuyo
destino estaba sellado desde el principio. Son su afán de consumismo y su hipocresía las
que la conducen a su perdición.
Sin embargo, aunque Rosalía puede parecernos un personaje cuya simple maldad
tiene una intención moralizante, sus acciones van más allá de una perversión frívola y
materialista. Lou Charnon-Deutsch15 cree que la novela bien puede escenificar la lucha por
el poder y sus consecuencias en una unidad familiar, hecho que es esencial para
comprender la evolución de Rosalía. La de Bringas es la viva imagen de una mujer que
sucumbe a las presiones sociales y al orden patriarcal, representado en cierta forma por su
marido. La imagen de Rosalía como ángel diabólico que rompe con el paraíso doméstico
no es sino la consecuencia de una serie de factores que la empujan a ello. La culpabilidad
de Pipaón es relativa y la novela detalla las causas por las que decide rebelarse, poco a
poco, ante las normas estrictas de su marido. A la culpabilidad de la protagonista hay que
sumarle las consecuencias negativas que produce la rígida economía doméstica de
Francisco de Bringas. Con esto, el autor demuestra que los personajes de sus novelas no
son patrones estáticos que se sitúan a un extremo o a otro (ángel o demonio) sino que
14 CONCEJO, págs. 365-372. 15 PÉREZ CARO, MARÍA ISABEL. Ideas acerca de la novela española a mediados del siglo XIX. Almería: Universidad de Almería, 2003. Pág. 175.
21
recurre a códigos establecidos de la literatura decimonónica para someterlos al filtro de la
sociedad española. No se conforma con la polaridad sino que va más allá y ahonda en la
psicología de sus personajes.
10. LO PROHIBIDO (1884-1885)
Lo Prohibido es una de las obras galdosianas que menos ha llamado la atención
entre los críticos. Esto queda patente en la escasa bibliografía crítica sobre ella frente a
otras del mismo autor. Probablemente, uno de los motivos de este hecho sea la fuerte
popularidad de la novela La de Bringas que la precede y Fortunata y Jacinta (sin duda la
novela de Galdós más valorada por la crítica) que fue publicada tan solo un año después.
El propio autor, una vez terminada su obra expresó cierta insatisfacción ante el resultado
final. No obstante, Lo Prohibido se enmarca en un periodo de gran madurez y máxima
fecundidad del autor16.En enero de 1884 fue publicada Tormento y en mayo de ese mismo
año se publicó La de Bringas, tan solo unos meses después, en noviembre, vio la luz el
primer tomo de Lo Prohibido. A principios del año siguiente, fue publicado el segundo
tomo, mismo año en el que se publicó Fortunata y Jacinta.
Los tres grandes temas de Lo Prohibido, el sexo, la maternidad y el dinero,
adquieren gran importancia desde el principio de la narración. Generalmente estos
símbolos aparecen de forma sutil e irónica pero son los grandes temas entorno los que gira
la historia.
La historia comienza con la llegada de José María, un soltero burgués, a Madrid. El
joven galán se empieza a sentir atraído por su prima Eloísa, mujer casada. Cada día que
pasa, la atracción entre ambos se hace más fuerte y, finalmente, acaban sucumbiendo a la
pasión y entablando una relación ilícita.
Al mismo tiempo que José María da cuenta de la relación con sus parientes
madrileños, también hace descripciones detalladas sobre todo lo relativo a sus finanzas, las
inversiones que realiza y el modo en el que gasta su fortuna conforme aumentan las
apetencias y el afán de lujo de su amante.17
El tiempo pasa y el marido de Eloísa, aquejado por la enfermedad, acaba muriendo.
Al morir el marido de su amante y al dejar ésta de representar “lo prohibido” José María se
16 DEL PRADO ESCOBAR, MARÍA. “Análisis de Lo Prohibido”. Actas del cuarto congreso internacional de estudios Galdosianos II. Las Palmas de Gran Canaria: Cabildo Insular de Gran Canaria, 1990. Págs.119-138. 17 Ídem.
22
replantea su relación con la viuda. El galán se va distanciando poco a poco de Eloísa por la
que ya no siente ningún tipo de atracción, repudiando todo lo que una vez le atrajo de ella.
Es entonces cuando pone su atención sobre Camila, su otra prima y hermana menor de
Eloísa. Al principio, para él Camila no es más que una persona molesta e irrespetuosa, pero
su opinión sobre ella cambia al conocerla mejor, hasta el punto de llegar a obsesionarse
con ella. Sin embargo, pronto nos damos cuenta de que Camila es muy diferente a su
hermana y que no piensa traicionar a su marido por mucho que José María se esfuerce en
seducirla.
El rechazo de Camila y los apuros económicos por los que atraviesa José María
hacen mella en su salud, provocándole la enfermedad. Después de pasar por una dolorosa
recuperación, el galán intenta redimirse, logrando al final el perdón de Camila y su esposo
y encauzando en cierto modo su vida siguiendo los valores morales de la sociedad. El
último suceso del relato, la muerte de José María no se encuentra en él, pero el lector
deduce que ha ocurrido por el hecho mismo de tener el libro de sus memorias ante los ojos:
“La primera condición que pongo es que no serán publicadas mientras yo viva.
Después de mi muerte, puede darse mi amigo toda la prisa que quiera para
sacarlas en letras de molde, y así la publicación del libro será la fúnebre
esquela que vaya diciendo por el mundo a cuantos quieran saberlo que ya el
infelicísimo autor de estas confesiones habrá dejado de padecer”18 (pág.470)
De las relaciones del protagonista con las tres hermanas y sus respectivos maridos,
va surgiendo la trama de la novela y su concreta configuración. Esta obra plantea la
atracción que lo prohibido ejerce sobre el protagonista, no solo en lo que se refiere a las
leyes de la naturaleza (atracción por mujeres de su propia familia) sino también a las leyes
civiles (mujeres casadas). El hecho de que el deseo del narrador sean tres hermanas que
además son sus primas, es la estrategia narrativa que utiliza Galdós para introducirnos
dentro del complicado mundo de las relaciones sociales, amorosas y económicas de la
Restauración, dedicada a las finanzas.
Por último, algo a tener especialmente en cuenta antes de analizar a dos de los
personajes femeninos que aquí aparecen, es que el protagonista en este caso es un
personaje masculino. Además, la historia está narrada en primera persona por lo que no
podemos tener una visión completa sobre los personajes femeninos de la historia, sino que
nos vemos sometidos a la opinión que tiene el protagonista sobre ellos. Al elegir el autor 18 Todas las citas de esta obra están tomadas de la edición PÉREZ GALDÓS, BENITO. Lo Prohibido. Edición de Ada Blanco. Madrid: Akal 2006.
23
esta manera autobiográfica de contar la historia, acepta algunas limitaciones que impone la
verosimilitud. Por ello, la conciencia de los personajes, especialmente las mujeres que se
relacionan de forma íntima con José María sólo se revela en la transcripción de sus
palabras, descripción de sus actos y las deducciones del propio narrador.19 La presentación
de las protagonistas de Lo Prohibido dista mucho de ser imparcial, pese a las protestas de
objetividad del memorialista. Los sentimientos del narrador impregnan la narración de los
sucesos y de los personajes aunque eso no impide que el lector pueda sacar sus propias
conclusiones.
10.1 Eloísa Bueno de Guzmán
Eloísa es el primer interés romántico de José María a su llegada a Madrid y el vivo
retrato de una mujer que se deja llevar por las apariencias. La mayor de las tres hermanas
sabe interpretar muy bien su papel de cara a la sociedad y a su enamorado. José María ve
en Eloísa a la mujer de sus sueños (al igual que Agustín veía a Amparo en Tormento) y
describe sus primeras impresiones sobre ella al principio del libro:
“Eloísa pareciome obra maestra de la carne mortal, pues en su perfección física
creí ver impresos los signos más hermosos del alma humana, sentimiento,
piedad, querer y soñar. Desde que la vi me gustó mucho, y la tuve por mujer
sin par, lo que todos soñamos y no poseemos nunca, el bien que encontramos
tarde y cuando ya no podemos cogerlo, en vuelta inesperada del camino.
Cuando vi aquella fruta sabrosa, otro la tenía ya en la mano y le había hincado
el diente” (pág.89)
El interés de José María por Eloísa se concentra en el momento en el que a la mujer
le quedan pocos meses para dar a luz. Lo que en un principio parece una amistad, acaba
convirtiéndose en una seducción del soltero hacia una mujer caprichosa y llena de
ambiciones. Eloísa siempre aspira a más y, el hecho de que José María aparezca en su vida,
supone para ella una vía de escape a su anodina vida.
Poco después del nacimiento del hijo de Eloísa es cuando la relación entre ambos
personajes parece deteriorarse conforme ésta aumenta sus gastos personales y gasta el
dinero de una reciente herencia de forma desmedida. Eloísa se distancia cada vez más del
ideal femenino del protagonista, aunque el hecho que desencadena la ruptura total de la
relación es la muerte del marido de ella, dejando ésta de representar “lo prohibido”. La
peculiaridad del erotismo de José María se manifestará en toda la novela. El protagonista 19 Ídem.
24
solo se siente atraído hacia mujeres que pertenecen a otro hombre, aunque sin mostrar
rencores hacia sus rivales en el amor. Esta conducta conocida por el psicoanálisis como
“síndrome de Edipo” se debe a una fijación hacia la madre donde el padre toma la figura
del rival. De ahí la identificación que José María hace de sus amadas con la figura materna
y la simpatía que expresa por sus maridos20. Por tanto, debemos tomarnos los
“enamoramientos” de José María como un fetiche del galán y no un amor de verdad. No
obstante, para Eloísa este amor es bastante real, aunque hay algo que lo supera, y es el
amor al dinero. Eloísa es un personaje muy parecido a la protagonista de La de Bringas en
este aspecto. Ambas son mujeres que aparentan ser algo que no son y no pueden evitar
contener sus impulsos, lo que las lleva a malgastar el dinero. Aunque, sin duda, lo que más
las asemeja es la necesidad de tener a un hombre para poder consumir ya que ellas no
tienen acceso al dinero.
Las relaciones entre hombres y mujeres en las obras de Galdós parecen tener como
factor importante al dinero. Lo hemos visto con Rosalía e incluso con Amparo en
Tormento (a la que Agustín enviaba dinero con cartas de amor). El deseo y el dinero son
los dos protagonistas de la relación entre Eloísa y José María. En el capítulo “Espasmos de
aritmética que acaban con cuentas de amor” esto queda claramente de manifiesto cuando
los amantes hacen cuentas sobre los gastos en las famosas cenas de los jueves de Eloísa
con la misma intensidad con la que se entregan a la pasión. Casi pareciera que las
conversaciones sobre el dinero generaran el mismo efecto que las palabras de amor. La
pasión y entrega de Eloísa crecen al mismo ritmo que su pasión por el consumo, alentada
por el propio José María. Cuando la relación termina, el ritmo de vida llevado por Eloísa
hasta el momento, inicia su decadencia.
El hecho de que Eloísa se “pierda” no se debe sin embargo solo al hecho de que
utilice dinero ajeno para comprar cosas sino también a su incapacidad para controlar sus
ansias de consumo.
“Esta visión de la mujer como incontrolada concuerda con una de las
representaciones de la mujer en el discurso del género sexual decimonónico,
que la imaginaba como un ser voraz, insaciable e irracional, a diferencia del
hombre, que como ser racional tenía la capacidad de controlar todos sus
apetitos”.21
20 ONTAÑÓN DE LOPE, PACIENCIA. Simbolismo en Lo Prohibido. Centro Virtual Cervantes. http://cvc.cervantes.es/literatura/aih/pdf/11/aih_11_5_031.pdf Pág.264-260 págs.264-270. 21 Ídem.
25
El castigo de Eloísa es más debido a su pasión por el dinero que a su relación
adúltera. Aunque está enamorada de José María, lo está aun más del lujo y ese defecto va
creciendo hasta que el lector comprende que una mujer así no merece el amor de ningún
hombre.
El personaje se nos presenta como la mujer perfecta pero acaba convirtiéndose en
una mujer que se acuesta con hombres por su dinero y que acabará pagando por sus
pecados. Sin embargo, todo es relativo y el mal de Eloísa no se puede explicar sin los
alicientes de José María, quien la incita a gastar en primer lugar, aumentando sus ansias de
consumo y siendo, muy probablemente, el origen de su decadencia.
Por último, no hay que olvidar que los sentimientos e ideas del protagonista
impregnan la narración, aunque eso no impide que el lector deduzca rasgos sobre el
personaje de Eloísa que contradicen la opinión del narrador. Así, al final de la novela,
Eloísa, criticada enormemente por un moralizador José María, es capaz de realizar un
enorme sacrificio para salvar de la ruina a su antiguo amante; así nos dice un amigo del
protagonista:
“Por debajo de cuerda he sabido que Botín no le dio más que seis mil
duros.[…] El resto lo juntó como pudo, con ayuda de su prendera, y llevando al
Monte a las casas de préstamos algunas cosillas… ¡Cuando me lo trajo estaba
más contenta…! Pero se le conocía en la cara la repugnancia de la
pócima…¡Pobre mujer! Su trabajo le ha costado…” (pág. 460)
Eloísa se nos presenta como un ángel del hogar malogrado similar a la protagonista
de La de Bringas que resulta tener una gran generosidad a pesar de haber sido la
encarnación de la avaricia y el derroche durante toda la novela. Esto es otra prueba más de
que los personajes de Galdós no son completamente buenos o malos, sino que sus actos
dependen también en gran medida de la situación en la que se encuentran.
10.2 Camila Bueno de Guzmán
Camila es la más joven de las tres hermanas y posee una personalidad
totalmente opuesta a la de Eloísa; es sencilla, honesta y de carácter fuerte, con un
deseo constante de maternidad. En un principio es mal considerada por José María,
quien llega a decir de ella:
“Desde que la vi me fue muy antipática. Creo que ella lo conocía y me pagaba
con la misma moneda. A veces parecía una chiquilla sin pizca de juicio, a
26
veces una mala mujer. […] Era una escandalosa, una mal educada, llena de
mimos y resabios.”(pág.91)
Curiosamente, el retrato de Camila es mucho más pormenorizado que el de sus
hermanas. Esto se debe a que José María inicia sus memorias cuando ya se encuentra
enamorado de su prima, aunque evoca un tiempo pasado en el que al protagonista no le
gustaba:
“Era la menos guapa de las tres hermanas, bastante morena, esbeltísima,
vigorosa, saludable como una aldeana, y se jactaba de que jamás un médico le
había tomado el pulso.[…]Sus ojos eran grandes, profundamente negros y
flechadores, como algunos que solemos ver cuando visitamos un
manicomio.”(pág.92)
La fidelidad de Camila hacia su marido, un hombre bonachón y simple, es un
aliciente para que surja el enamoramiento en el protagonista (recordemos la extraña
fijación que siente José María por las mujeres casadas). Además, posee un temperamento
maternal (su deseo es llenarse de hijos para bautizarlos de la A a la Z) otro rasgo que
genera atracción hacia el galán.
Su don para las finanzas y administración de sus escasos ingresos (rasgo que choca
directamente con la personalidad de sus dos hermanas) dan buena cuenta de su carácter
dominante: somete a su marido a sus gustos y rechaza las pretensiones del protagonista,
hasta privarlo de todo erotismo.
Algunos críticos establecen que el personaje de Camila está inspirado en la propia
madre de Galdós (mujer que tuvo varios hijos y fue una excelente administradora de
ingresos, etc.). Lo que más atrae a José María de su prima es sin duda los rasgos que la
identifican como figura maternal inalcanzable; tal vez por ello su pasión llega hasta la
locura. Pero hay en él (¿o en Galdós?) una percepción más o menos clara de lo prohibido
de esos sentimientos, que no solo reside en la trasgresión matrimonial, sino en la oscura
relación materno-filial que se ha establecido aparentemente opacada por la pasión, pero
indudable. 22 El propio José María llega a decir “Te estoy queriendo como un niño” en un
determinado momento, dejando patente su extraño fetiche.
Camila desempeña al final de la novela el papel de “madre castradora”. Ante su
rechazo y el de su marido, José María sufre una hemiplejia que lo deja medio inmóvil y sin
voz. Cuando recobra la voz ésta se vuelve chillona y aguda, quedando patente este símbolo
22 Ídem.
27
de castración (clara alusión a la operación que sufrían los cantantes religiosos para que
conservaran de adultos la voz infantil). Su estado de salud deteriorado y su ruina
económica hacen que el pasado donjuanesco del protagonista se resienta hasta tal punto
que José María prefiera comunicarse por escrito.
Finalmente, Camila perdona a José María aun a riesgo del rechazo de la sociedad
por considerarlos a ambos amantes. Esto pone de manifiesto el carácter noble de Camila,
quien acepta el perdón sin importarle el qué dirán y las apariencias.
11. TRISTANA (1892)
La novela aborda el tema de la emancipación femenina en una sociedad que no está
preparada para ello. La obra forma parte del ciclo “espiritualista” de las novelas españolas
contemporáneas de Galdós.
La protagonista de la historia, Tristana, es acogida por Don Lope tras la muerte de
sus padres. Don Lope se aprovecha de la inocencia de Tristana pero a medida que pasa el
tiempo y la joven crece, crecen también sus ansias de libertad y emancipación.
Tristana conoce a Horacio, un pintor con ideas tradicionalistas del que se enamora.
Los dos jóvenes mantienen una relación hasta que Horacio decide marcharse a pasar una
temporada al campo con su tía. Lejos el uno del otro, los amantes se cartean. En este
tiempo, Tristana comienza a sentir una molestia en una pierna que finalmente le deberá ser
amputada. La relación de Horacio y Tristana se enfría incluso después de que el pintor
regrese a Madrid. Al final, Horacio acaba casándose con otra mujer y Tristana lo hace con
el tirano Don Lope, cada vez más viejo.
La intención pedagógica de esta novela es más que evidente durante toda la
historia. Aunque sea de pasada, Galdós siempre suele referirse a la educación recibida por
sus personajes femeninos. Su preocupación por la educación de la mujer fue temprana ya
que desde los primeros años de la década de los setenta colaboró con la revista La
Guirnalda que pretendía elevar el nivel cultural de la mujer española.
Durante la época de la Restauración las clases más humildes no podían acceder a la
educación y en las clases altas (como aparece ejemplificado en Lo Prohibido) destacaba el
uso de la cultura como un adorno más para brillar en sociedad o un mero entretenimiento a
base de lectura o interpretaciones de piezas al piano, sin que esta resulta de gran utilidad
para el desarrollo de la mujer. Veinte años después, las cosas no debían de haber cambiado
28
demasiado y Tristana da buena cuenta de ello, soñando con una formación que le permita
aprovechar sus cualidades y librarse por completo de la tutela del varón e igualarse a él.
“El asunto interno de Tristana […] es el despertar del entendimiento, la
conciencia de una mujer sublevada contra una sociedad que la condena a
perpetua infancia y no le abre ningún camino honroso para ganarse la vida,
salir del poder del decrépito galán, y no ver en el concubinato su única
protección, su apoyo único”.23
11.1 Tristana
Tristana es descrita como una mujer rebelde, de carácter fuerte e independiente y
con una voluntad capaz de enfrentarse a una sociedad que la oprime y la asfixia. Su
imaginación e idealismo la acercan al grupo de mujeres quijotes ya que en ciertos
momentos llega a deformar la realidad y no percibirla tal y como es.
Los personajes rebeldes como Tristana son usados como símbolos en Galdós para
representar sus anhelos de cambio y reforma de la sociedad española. Tristana “es el
símbolo de la tragedia de la mujer española decimonónica”24, aspira a realizarse y a ser
libre, pasando de una fantasía a otra. Su mismo nombre la predestina al idealismo y la
pasión.
Podríamos decir que la protagonista de esta historia sufre varias metamorfosis a lo
largo de la misma. Estos cambios suceden con la esperanza de alcanzar la plenitud de su
ser. Cuando Don Lope abusa de Tristana, las ideas del perverso tutor hacen mella en ella
creando en la muchacha una tendencia a idealizar. La esclava se rebela tras meses de
sumisión, quiere ser libre pero no sólo desea escapar del yugo de Don Lope, sino que
intentará infructuosamente rebelarse a lo largo de toda la novela del sometimiento al varón.
Tristana conocerá a Horacio y se enamorará de él, subordinando sus deseos de libertad a
una pasión idealizante. El deslumbramiento inicial la distrae de sus sueños de
independencia, pero estos enseguida armonizan con el amor. El hecho de que Horacio sea
pintor provoca deseos a la muchacha por aprender su oficio. El arte le ofrece una salida al
destino que la sociedad le impone. No obstante, para conseguir sus aspiraciones hubiera
sido necesaria una educación sólida que la sociedad de entonces no podía ofrecerle, de
23 DEL PRADO, MARÍA. “Galdós y la educación de la mujer”. Actas del segundo congreso internacional de estudios Galdosianos. Las Palmas de Gran Canaria: Cabildo Insular de Gran Canaria, 1980. Págs. 165-182. 24 LATORRE, YOLANDA. “Musas trágicas: el caso de Tristana”. Actas del sexto congreso internacional de estudios Galdosianos. Las Palmas de Gran Canaria: Cabildo Insular de Gran Canaria, 1997. Págs. 423-430.
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modo que cuando intenta aprender las técnicas de pintura, ante las dificultades con las que
tropieza, le dice a Horacio:
“Ahora me parece a mí que si de niña me hubiesen enseñado dibujo, hoy sabría
yo pintar y podría ganarme la vida y ser independiente con mi honrado trabajo.
Pero mi pobre mamá no pensó más que en darme la educación insustancial que
las niñas aprenden para llevar un buen yerno a casa […]”25 (pág. 126)
Esta situación hace creer a Tristana que su deficiente educación es el origen
profundo de las ligaduras que le atan a Don Lope. Con lo que no contaba es que, incluso en
el caso de haber recibido una educación, hubiera sido discriminatoria por el hecho de ser
mujer.
El deseo de ser libre de la protagonista la empuja a buscar medios que están en su
mano para labrarse un camino: comienza con la pintura y le seguirán la literatura y el
teatro. Todas estas nuevas “aficiones” (metamorfosis) son tomadas por Horacio como un
mero entretenimiento y mientras que anima a Tristana a cumplir sus sueños, en su interior
espera que la joven abandone sus pretensiones para casarse con él y dedicarse a las labores
domésticas.
Al separarse de Horacio, Tristana comienza a cartearse con él y a idealizar su
relación, hasta tal punto que olvida cómo es realmente el aspecto del pintor. Antes del
regreso del joven, a Tristana le amputan una pierna después de pasar varios días enferma,
apelando a una metáfora recurrente del siglo XIX, el cáncer, representado por las ideas
rebeldes de la protagonista como una amenaza ante el orden social. La amputación física es
también psicológica y despoja a Tristana de sus ideas de libertad: “las ideas se me han
escapado, como si echaran a volar” (pág.188). Acepta indiferente lo que su destino le
ofrece y que antes rechazaba. Horacio la abandona y ésta acaba casándose con Don Lope,
desarrollando su fe religiosa. Es probable que para Tristana esta nueva devoción religiosa
no sea más que una escusa para pasar las horas en paz, lejos de un hogar sin alicientes.
El hecho de que Tristana fracase no es, no obstante, únicamente debido a las
dificultades sociológicas sino que el autor parece creer que es la naturaleza y no la
sociedad quien ha sometido la mujer al hombre26. Efectivamente, para que la protagonista
tenga un destino tan cruel, es preciso suponer que el autor está firmemente convencido del
poder de la Naturaleza. Todo ello parece llevarnos a la conclusión de que para Galdós la
25 Todas las citas de esta obra tomadas de la edición PÉREZ GALDÓS, BENITO. Tristana. Madrid: Alianza editorial 2011. 26 Ídem.
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educación de la mujer es necesaria, pero no debe sobrepasar ciertos límites “naturales”. Sin
embargo, muchos críticos han comentado que esta restauración del orden “natural” de las
cosas queda ironizada por la inestabilidad del narrador. A pesar del incumplimiento de los
deseos de Tristana, el orden social causante de su derrota no queda convalidado por el
narrador galdosiano final27.
12. CONCLUSIÓN
Tras el análisis de las figuras femeninas de las novelas de Galdós hemos podido ver
la brillantez del autor para la construcción de los personajes de sus novelas. Esta nueva
concepción de la mujer tanto como personaje literario como individuo social, supuso un
cambio con respecto a lo que veíamos en siglos anteriores. La gran preocupación de
Galdós sobre su tiempo y su labor moralizante fueron las que le impulsaron a esforzarse
por describir una sociedad tal y como la veía. La gran variedad de mujeres de su obra son
reflejo de esta sociedad y un instrumento pedagógico más del que se vale el autor para
criticar la realidad. Además, poseen una personalidad y unas inquietudes propias, lo que las
hace sin duda más humanas.
Galdós, con su manifiesta preocupación por el devenir de la sociedad, fue más allá
que otros autores de su época desarrollando una novelística original donde, como hemos
visto, la mujer posee un papel protagonista.
27 TSUCHIYA, AKIKO. “Género y feminismo en las obras galdosianas”. Actas del octavo congreso internacional de estudios Galdosianos. Las Palmas de Gran Canaria: Cabildo Insular de Gran Canaria, 2005. Págs.53-65.
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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