ataraxia - gonzalo salesky
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Ataraxia Gonzalo Salesky
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EL AUTOR
Nació en Córdoba, Argentina, en 1978. Ataraxia es su tercer libro, luego
de 2011 (poemas y cuentos, publicado en el año 2009) y Presagio de luz
(poemas, en el año 2010). Ha obtenido las siguientes distinciones en
certámenes literarios:
-Primer Premio del II Concurso Internacional de Poesía “Caños Dorados”
(España).
-Primer Premio 2010 de Poesía SALAC, Sociedad Argentina de Letras,
Artes y Ciencias (Córdoba).
-Primer Premio en Narrativa en el Certamen Literario 2011 “Convivencia
Tecnológica” (Fundación Gutemberg, Mendoza).
-Ganador del Primer Concurso Internacional de Cuento sobre la
Naturaleza (Latin Heritage Foundation, EE.UU.).
-Segundo Premio en el IV Certamen de Cuento Breve y Poesía “Veladas
2011” (Avellaneda).
-Segundo Premio en el XXVI Concurso Literario FATSA de Poesía y
Cuento Corto (Buenos Aires).
-Tercer Premio en Poesía en el Concurso Literario V Aniversario de la
Sociedad Argentina de Escritores, Delegación Bernal – Quilmes.
-Tercer Premio 2011 de Poesía SALAC (Córdoba).
-Cuarto Premio en el Concurso Nacional de Poesía y Cuento Corto
"Lavalle hacia el país 2011" (Mendoza).
-Mención de Honor en el Concurso de Literatura Fantástica y Horror
“Mundos en Tinieblas 2011” (Buenos Aires).
Ataraxia Gonzalo Salesky
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-Mención de Honor en el Concurso Internacional de Microficción para
niñas y niños “Garzón Céspedes” (España).
-Mención de Honor en el VIII Concurso Internacional de Poesía y
Narrativa “Destacados 2011” (Junín).
-Mención Especial en el Concurso 2011 de Poesía y Cuento "El Zorzal"
(Buenos Aires).
-Segunda Mención en el Concurso de Poesía “Primo Miguel Belletti 2011”
(Villa María).
-Segunda Mención en Poesía y Tercera Mención en Cuento en el
Certamen "Miguel Hernández 2011" (San Martín).
-Tercera Mención en el X Certamen Internacional de Narrativa “Leopoldo
Lugones” (El Talar).
-Tercera Mención en Narrativa en el Concurso 2011 SALAC (Córdoba).
-Cuarta Mención en el III Concurso Poético UPF Argentina “Familia global:
Diálogo y comprensión mutua” (Buenos Aires).
-Mención en Poesía en el XIII Certamen “Antonio Nelson Romera”
(Avellaneda).
-Mención en Poesía en el Concurso Literario 2011 “Círculo Médico de
Quilmes”.
-Finalista del I Premio Internacional Grup Lobher de Relato Temático
(España).
-Finalista del I Concurso de Cuento Breve “Voz Hispana” (México).
-Finalista del I Concurso Internacional de Relato Corto “Caños Dorados”.
-Finalista del II Concurso Internacional de Relato Corto “Caños Dorados”.
-Finalista del I Certamen “Picapedreros” de Poesía y Microrrelato
(España).
Ataraxia Gonzalo Salesky
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-Finalista del I Concurso Internacional de Nano Literatura (Venezuela).
-Finalista del II Certamen Literario de Relato Breve “Ciudad Galdós 2011”
(España).
-Finalista del I Concurso de Cuento y Poesía "Voces de mi país" (México).
-Finalista del XI Concurso Literario Internacional “Bicentenario de Poesía y
Narrativa” (Córdoba).
-Finalista del XXII Certamen Nacional de Poesía y Narrativa “Letras
Argentinas de Hoy 2010” (Buenos Aires).
-Finalista del Concurso de Literatura Fantástica y Horror “Mundos en
Tinieblas 2010” (Buenos Aires).
-Finalista del II Concurso Internacional de Microtextos “Garzón Céspedes”
del Cuento de Nunca Acabar, del Dicho y del Pensamiento (España).
-Finalista del III Certamen Nacional de Poesía y Cuento Breve de
Ediciones Ruinas Circulares (Buenos Aires).
-Finalista del Concurso Tweek de Microrrelatos en Twitter
(Hipermedula.org).
-Finalista del Concurso de Microrrelatos “Antifiestas de Navidad” (Revista
Internacional Microcuentista).
© Ataraxia de Gonzalo Salesky
Primera Edición - Diciembre de 2011
Ataraxia Gonzalo Salesky
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A Tomás
Ataraxia Gonzalo Salesky
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SEIS MONEDAS
- La guiadora está en la puerta, señor.
- Hágala pasar, por favor. ¡Vamos!
La lluvia entró por un segundo en el vestíbulo. El mayordomo
abrió y cerró la puerta rápidamente, para evitar mojarse.
Ella cerró su paraguas y se quitó el piloto. Saludó cortésmente al
dueño de casa.
- Buenas tardes, señor. ¿Cómo amaneció?
- No tengo tiempo que perder. Necesito que empecemos ahora.
Pasaron a la habitación. Él se acostó en su cama recién tendida, sin
taparse. Ella se sentó en una pequeña silla, a su izquierda, como siempre.
Quince minutos después, comenzaron a soñar.
Él caminaba por un jardín repleto de ángeles, tal vez recuerdo de
un cuento de su infancia. Nubes verdes cubrían el sol. Los árboles,
blancos y negros, se movían a su alrededor como caballos de ajedrez.
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Luego de unos segundos de vértigo, escuchó la voz de ella acompañando
cada paso.
Siga el camino de flores, sin detenerse.
Él obedeció sin mover los pies, suspendido en el aire por dos
pequeñas alas que salían de sus tobillos. Voló de esa manera hacia el
sendero y llegó hasta el final. Un gran precipicio que nacía a unos metros
de allí le dio pánico. El cielo se había oscurecido, alcanzando un tono
púrpura, como empapado de sangre.
No tema. El fuego va a alumbrarlo en su descenso.
Y así fue. El calor y la luz lo acompañaron por la escalera de
mármol que bajaba, en círculos, rumbo al infierno. En menos de media
hora, él logró encontrar lo que buscaba desde hace tanto tiempo. Y
despertar en paz.
Mientras volvía a su pequeño departamento, la guiadora repasó en
voz baja el nombre de los pacientes que esperaba ver al otro día. ¿O debía
llamarlos clientes? Sus colegas preferían nombrarlos de esa manera, quizá
porque elegían no involucrarse tanto.
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Su cabeza estaba a punto de estallar. Se estresaba al pensar en su
horrible trabajo, respetado por pocos y muy mal pago. Además sentía el
riesgo y la presión de jugar con fuego a cada momento.
Entró agotada, tiró el paraguas a la basura y guardó el piloto, ya
seco, en el armario. Mientras veía el retrato de su familia en la mesa de
luz, junto a su cama, volvió a recordar ese sueño, tantas veces repetido.
Desde pequeña revivía continuamente la misma pesadilla. En una
plaza oscura de su pueblo natal, sus padres la abandonaban. Los árboles
se acercaban con enormes serpientes en lugar de ramas. Mordían sus
pequeños pies, la hacían tropezar y ensuciarse con el lodo. Ella –una niña
de unos siete u ocho años- quería gritar, correr, despertar de ese lugar
siniestro.
Después de mucho tiempo había descubierto la forma de hallar a
su familia: allí, en la hierba, debía acostarse y soñar. Soñar con ellos. Sólo
así volvían a aparecer. Cuando lo lograba, se presentaban en su sueño, de
nuevo en la plaza, regresando por ella. Pero su hija ya no estaba. Era
imposible que la vieran, que se encontraran los tres en el mismo lugar, en
la misma dimensión del sueño. No podían verla, ya que estaban dentro
de la imaginación de la pequeña. Y ella no tenía manera de entrar allí.
¿Por qué no pueden verme?
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¿Cómo seguir? ¿Acaso ellos también deberían soñar conmigo?
¿Cómo hacer para verlos siquiera una vez más, cara a cara?
Quizá lo que veo por las noches solamente sean recuerdos, del pasado o del
futuro. Si sólo hubiera podido despedirme, antes del accidente... Tendría que
contratar un guiador para mí.
Con lágrimas en los ojos, se sonrió por su ocurrencia.
Mientras miraba la luna llena por la ventana, terminó de darle
forma a una idea loca que rondaba su vigilia. ¿Podría arriesgarse alguna
noche?
Según viejas leyendas, unos pocos habían querido hacerlo. Ser
sujetos y objetos al mismo tiempo, guiadores y pacientes, protagonistas y
espectadores. Pero sin salir con vida del intento.
¿Será tan peligroso como dicen?
¿Valdrá la pena?
¿Alguna vez tendré el valor…
No quiso quedarse con la duda.
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Se acostó de lado, frente al espejo ubicado a la izquierda de su
cama. En pocos minutos comenzó a dormitar, tratando de encontrarse, de
abrir esa puerta cerrada por años. De ubicar en su mente aquel sueño, de
descubrir nuevamente a sus padres.
Por fin pudo dormirse. En segundos -quizá en horas- vio pasar
todas sus pesadillas, una a una, delante de sus ojos. Sus cuentas
pendientes, sus secretos más profundos. Su oscuridad, su dolor. Tenía
conciencia de que había empezado a gritar y llorar en voz alta como un
bebé, pero no le importaba. Ya no tenía alguien en su cama para hacerle
compañía. Esta vez nadie podría escuchar ni despertarla.
En ese viaje sin tiempo, volvió a ser pequeña de nuevo. Esperaba,
en aquella horrible plaza, que vinieran a buscarla. Todo seguía igual. El
césped húmedo tocando sus pies descalzos, aquel vestido rosa, las
serpientes mostrando sus enormes colmillos… Aullidos y gritos surcaban
esa noche interminable y el viento en contra le impedía caminar hacia
delante.
Como cada vez, no volvían por ella. Y comenzó a intentarlo. Trató
de guiar a esa niña angustiada, de ojos de chocolate y cabellitos rubios. La
acostó en el suelo. Poco a poco, en silencio y con las manos en su frente,
logró hacerla dormir, provocar otro sueño profundo y entrar en él.
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En esa imagen forzada al límite, sus padres regresaban a buscarla.
Con mucho esfuerzo, logró dormir a ellos también y hacerlos soñar con
ella. Y así, por fin, en los sueños de su sueño, pudo reencontrarse con sus
seres más queridos. Abrazarlos, besarlos, decirles cuánto los amaba y
extrañaba.
Ahora, aquella niña y esta mujer ya no lloraban, ya no sufrían.
Dormían y soñaban, reían y descansaban en paz, en familia, como hace
muchos años no ocurría.
Cuando llegó la hora, cerró con seis monedas los ojos de los tres,
para evitar que despierten de ese instante pleno de felicidad, anhelando
que durase para siempre. Los vistió con las mejores ropas, los abrazó por
última vez y se preparó para regresar.
Después de despedirse contó hasta diez, como tantas otras veces.
1... 2....
¿Podré despertar ahora?
4... 5... 6...
¿Qué diferencia hay entre todo esto y la muerte?
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8... 9...
Cuando abrió los ojos, nada en su vida volvió a ser como antes.
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NIEVE
Era la primera vez en cuarenta y dos años que nevaba en
Cienfuegos.
Entró corriendo a la oficina, envuelto en su bufanda, con unos
guantes que no usaba desde la adolescencia. En su mente seguía jugando
con esa posibilidad, con ese sueño repetido tantas veces. Salvar el mundo,
ser el único hombre sobre el planeta capaz de hacer algo magnífico, algo
especial en un determinado momento.
No quería que encontraran ningún defecto en su plan. Hasta su
hija lo había ayudado a pulir cada detalle. A contrarreloj debía ordenar
todo en su trabajo, preparar las valijas, pedir el permiso correspondiente
y viajar. Pronto su familia podría encontrarse con él. Y escapar de esa
manera del infierno.
A la hora del almuerzo lo autorizaron a salir. Caminó bajo el frío
de noviembre por la vereda, rumbo a la Oficina de Control Cerebral.
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Solamente tendría que llenar un par de formularios y nada más, cada uno
de ellos con el membrete del gobierno cubano. Con muchas frases
refrendando, una y otra vez, que todo lo que hubiera en su cabeza era
propiedad del régimen.
Hasta cada uno de mis pensamientos.
Pero sin ese papeleo burocrático no iba a poder subir al avión. Y
su plan se quedaría sin ser conocido por nadie.
Hasta 2012 se había intentado de todo para aliviar la crisis
mundial. Después de las pérdidas, los quebrantos, las enfermedades
infecto-contagiosas, aparecía nuevamente la peor de las plagas: el
hambre.
Los rescates, los montos millonarios y los subsidios para los
bancos y grandes empresas no servían de nada. La gente continuaba
agobiada por las malas noticias de cada día. Violencia, manifestaciones y
saqueos en las ciudades más importantes del mundo. Sequía, menos
alimentos disponibles, poca energía, nada de combustible. Falta de
insumos básicos, aluviones de personas famélicas robando cosechas,
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destruyendo alambrados para buscar gallinas, pavos, cerdos, vacas. No
sólo en los países de tercer orden. Europa y Estados Unidos estaban
llegando a niveles nunca vistos de desocupación e indigencia. Hasta la
gran esperanza puesta en anteriores presidentes se había esfumado en
muy poco tiempo.
¿Sería la suya la solución definitiva? Era una de las Cinco Ideas
Finalistas del Concurso Mundial. La última alternativa de la ONU.
Centenares de miles habían participado presentando todo tipo de
proyectos. Brillantes, increíbles, absurdos… uno por uno fueron
desechados casi todos.
Los impuestos a los animales domésticos, a cada kilo engordado
por habitante, a los hijos, a los deportes y su televisación. El asesinato
selectivo de otras especies. Los tributos sobre el alcohol, los cigarrillos,
ansiolíticos y energizantes. El exterminio de todas las mascotas, la venta
de la Luna por hectárea para los pocos millonarios que quedaban en el
planeta. La destrucción del hemisferio sur, la migración total hacia el otro
hemisferio. El envío de basura hacia el Sol. La eliminación de las fuerzas
armadas de todos los países.
Fundir y vender las reservas de oro de cada país. Cancelar los
juegos de apuestas y de azar por diez años. Hacer trabajar a cada
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habitante en los medios de transporte masivos, para elaborar
manufacturas simples en los momentos ociosos que ocupaban viajando.
Cultivar granos en el fondo del océano y en las playas. Promover la venta
libre de drogas. Prohibir los fuegos artificiales y el maquillaje a todas las
mujeres; de esa manera, liberar tiempo y dinero malgastado.
Otros apostaban a reciclar el agua de lluvia, construyendo
enormes piletas arriba de las casas, edificios, avenidas y parques. Los más
alocados pensaban encontrar en el mar el combustible necesario para
poner en marcha al mundo nuevamente.
Ya no quedaban ideas que permitieran evitar la catástrofe. Sólo la
de él. Y cuatro más.
¿Cuáles serían las otras?
El 25 de agosto envió su propuesta por correo electrónico. Ese
mismo día le habían contestado. Paradójicamente, si tenía éxito con su
plan, en un futuro cercano no tendría de nuevo esa posibilidad.
Debía redactarla lo mejor posible. Usaba un cuaderno de tapas
duras y de color marrón, con el lomo negro, de renglones celestes casi
imperceptibles, para anotar lo que fuera surgiendo en su mente, para
tachar lo que no sirviera. De sus hojas sacó el pasaje del vuelo 841 rumbo
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a Washington, con fecha del día siguiente. Chequeó otra vez el horario de
salida y decidió guardarlo en su bolsillo derecho para evitar descuidos.
Tenía unas horas más para seguir escribiendo. Un borrador, un
pensamiento que podía salvar el mundo.
Había que destruir Internet. Y todo aquello que implicara
transferencia de información. A través de su invento, la combustión
sintética de datos, podía hacerse en sólo tres semanas. Toneladas de
cables y antenas a lo largo y ancho de la Tierra quedarían inutilizados. El
sistema de transmisión por vía inalámbrica también. La vida sería distinta
sin tanta gente alejada de la realidad y encerrada en las redes virtuales
que amenazaban con quedarse con todo. Miles de millones volverían a
vivir como hace treinta años, cuando...
¿Se solucionaría la falta de alimentos? Probablemente las
personas, con tanto tiempo sobrante, se comunicarían otra vez con la
naturaleza. Cultivarían su propia comida. El ser humano, alienado como
nunca, había perdido la capacidad de conversar cara a cara. No parecía
creíble que las mismas personas, tan poco tiempo atrás, se encontraban en
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los parques y plazas, hacían ejercicio, leían libros, se alimentaban de
manera sana.
Se ahorraría toda la energía gastada en el tráfico y
almacenamiento de tanta información, equivalente a la mitad de la
generada a nivel mundial. Sólo era una cuestión de costumbre. Si la
humanidad había sido capaz de vivir sin teléfonos celulares e Internet en
1980, bien podía hacerlo ahora.
Seguramente crecería la industria del papel. También la
posibilidad de cosechar frutas y verduras en la propia casa. La gente
volvería a disfrutar del aire libre, a conseguir trabajos de verdad.
Disminuiría la cantidad de desempleados. Según su investigación, la red
de redes había reemplazado unos trescientos millones de personas como
mano de obra en fábricas, bancos, aeropuertos, oficinas, compañías de
seguro, empresas de correo, diarios, revistas, editoriales...
Imaginaba una gran resistencia al principio. Quizás los fanáticos
de Facebook protestarían y tendrían que conformarse con pegar sus fotos
impresas en la puerta de su casa para que cualquier desconocido las
pueda mirar. ¿Cómo podrían sino satisfacer esa necesidad de ser vistos
por otros en todo momento? ¿Serían capaces de vivir sin la mirada puesta
en sus pequeñas pantallas? ¿Se darían cuenta del tiempo que pierden?
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Siguió escribiendo, pensando en el rostro de aquellos que lo
votaron. Decenas de extraños que habían leído, con entusiasmo y tal vez
con esperanza, su primer bosquejo. Algunos medios ya hablaban de “la
solución cubana”. Muchos otros la rechazaban de plano, tildándola de
poco práctica, de anticapitalista, de demasiado romántica. Pero tenía
espalda para soportar las críticas. Pese a los prejuicios, estaba en la final.
Tan cerca de la gloria.
Ocho horas después de terminar, entró a la Casa Blanca con su
cuaderno viejo bajo el brazo. En las escaleras saludó al presidente con un
apretón de manos. Estaba seguro: si lo escuchaban, el mundo cambiaría.
Gracias a él. Y a sus locas ideas.
¿Quién lo hubiera dicho? Si mi padre me estuviera viendo...
Si después de tantos años había vuelto a nevar en Cienfuegos,
todo era posible.
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ROSAS ROJAS
En la puerta del hospital de urgencias, donde estacionan las
ambulancias, había una pelea entre dos hombres. Me llamó la atención
porque solamente uno de los dos golpeaba al otro, que no caía al piso a
pesar de los tremendos puñetazos que el primero le aplicaba en el rostro.
Habían comenzado dentro de un taxi y bajado de él a los tumbos.
Quien recibía los golpes ni siquiera sacaba las manos de sus bolsillos,
como si en ellos estuviera protegiendo algo valioso. No ofrecía ningún
tipo de resistencia, sólo buscaba evitar los impactos. Pero no lograba
hacerlo del todo, y el que golpeaba de manera feroz –que por su ropa
parecía ser el taxista- le asestó varias trompadas más hasta que el
agredido, al fin, se decidió a correr.
Me pareció extraño que no hubiera intentado defenderse o al
menos, alejarse cuanto antes.
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Perdí de vista a los dos hombres y seguí caminando. Entré al
hospital por una de las puertas laterales. Venía bastante apurado, como
siempre. Iba a visitar a un pariente internado y sólo llevaba un ramo de
rosas rojas en mi mano derecha.
Unos segundos después, sentí que me empujaban desde atrás.
Trastabillé y casi caigo al suelo. En una de las galerías, cerca de la terapia
intensiva, el mismo hombre que había recibido los golpes me tomó del
brazo y con un arma pequeña apuntó a mi pecho. Haciendo ademanes,
me obligó a acompañarlo. No dudé un segundo. Estaba muy lastimado y
de su ojo izquierdo parecía caer sangre. Su camisa blanca, llena de
pequeñas manchas de color oscuro. Y sus dientes...
Corrimos un largo trecho. La gente se horrorizaba al ver su cara
destrozada y el revólver que llevaba en su mano derecha. Parecía algo
grotesco, un hombre desequilibrado corriendo al lado de otro que seguía
sosteniendo, como si fuera un trofeo, un ramo de flores. No entiendo por
qué en ese momento no pude soltarlo.
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Subimos a un pequeño ascensor. Allí bajó su arma y me miró a los
ojos por primera vez. Sacó de su bolsillo una pequeña caja de color
blanco, cerrada con cinta adhesiva, y me la entregó sin decir nada. Al
detenernos en el segundo piso, volvió a tomarme del brazo y así corrimos
hasta el borde de un balcón que se encontraba unos pasos delante de
nosotros.
Abajo, la gente había empezado a congregarse. Extrañamente, a
pesar de todo, yo me encontraba tranquilo y seguro de que no iba a
lastimarme. Algo en su mirada lo decía. Pero aún no llegaba a entender
por qué me había dado la caja.
- No la abras todavía. Sólo después que me vaya. No cometas los
mismos errores que yo.
Habló como si estuviera leyendo mi mente.
No tuve tiempo de preguntarle nada. Acercó la punta del revólver
a su garganta, debajo de la nuez de Adán, y disparó.
Se desplomó sobre mí. Y la sangre... ¡por Dios! Tanta sangre a
borbotones sobre mi ropa, mis zapatos y el ramo de flores.
Me lo saqué de encima. Sentía vergüenza de pensar más en el asco
que me producía ensuciarme que en la locura y el drama de ese pobre
hombre.
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En pocos minutos llegó la policía. Tarde, como en las películas. Sólo
atiné a quedarme sentado, apoyado contra la pequeña pared que nos
rodeaba. Guardé la caja en el bolsillo. Tuve la tentación de dejarla tirada o
de esconderla en el pantalón del suicida, pero preferí respetar su último
deseo. Cuando todos se fueran, la abriría.
Una vez en mi departamento, cerca de las cinco de la tarde, aún no
había podido almorzar. Seguía asqueado por la horrible sensación de la
sangre caliente sobre mi cuerpo. Volvía a verla, manando con violencia,
mojando mis manos y mis pies.
Me senté en el living. Acababa de llamar la policía para pedir
algunos datos y ver si podía aportar algo más. De paso, me avisaron que
el psicópata no había muerto todavía. Estaba muy grave, internado en el
mismo hospital de esta mañana. Era prácticamente imposible que sanara
o despertara, según el comisario a cargo de la investigación.
Sin embargo, algo me impulsó a ir a verlo. Para saber más de él o
de su vida. Además, me tentaba la idea de dejar la cajita blanca de bordes
plateados entre sus pertenencias.
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Pero no iba a poder hacerlo.
Una hora después, estaba en camino del hospital, por segunda vez
en pocas horas.
Llegué a la sala de terapia intensiva pero dos oficiales me
impidieron el paso. Estaban parados al lado de la puerta, uno de cada
lado. Me preguntaron si tenía relación con él, si era familiar o pariente.
No quise decirles mi nombre, sólo contesté que lo había conocido hace
poco tiempo. El más joven me dio el pésame por anticipado y me informó
que podía quedarme por allí, para esperar el obvio desenlace.
Di media vuelta y busqué la salida. Había sido un día bastante
largo.
Apenas subí a un taxi para volver a casa, tomé la caja y me decidí a
abrirla. De una vez por todas. Nunca hubiera podido imaginarme lo que
contenía.
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Tenía que entregársela a alguien. Pero no a cualquiera. Alguien que
fuera capaz de llevar a cabo lo que la caja pedía.
Vi por el espejo retrovisor que el taxista había visto lo mismo que
yo. Y supe que comenzó a desearla, con todas sus fuerzas.
Estacionó a los pocos metros, cerca del sector de entrada y salida de
ambulancias, y giró hacia mí. Me exigió la caja y no quise dársela. Por eso
mismo comenzó a golpearme. En el rostro, en los oídos, en el estómago…
Pero no la solté. La guardé en mi bolsillo, a salvo de todo.
Tratando de esquivar sus trompadas, bajé del auto. Sin saber hacia
adónde iba, empecé a buscar al próximo destinatario.
Advertí que desde lejos nos estaban mirando. Era un hombre calvo,
como yo, que parecía llevar algo pesado en sus manos.
Lo seguí. Enceguecido por el impulso de compartir con alguien
especial el contenido de la caja, fui hacia la galería donde se encontraba.
Aún sin saber cómo iba a convencerlo de que acepte.
Se me ocurrió quitarle el arma a un guardia del hospital. Lo hice y
corrí con todas mis fuerzas por uno de los pasillos. Mi corazón latía cada
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vez más rápido. La sangre ensuciaba mi camisa. Tenía el ojo izquierdo
semicerrado y mis dientes…
Encontré al calvo y lo tomé del brazo. Con la pistola apunté a su
pecho y lo obligué a correr junto a mí, para alejarnos de todo. Nos
refugiamos en un ascensor.
Cuando bajamos en el segundo piso, casi sin aliento, le di la caja y
le indiqué:
- No la abras todavía. Sólo después que me vaya. No cometas los
mismos errores que yo.
No tuvo tiempo de preguntarme nada. Allí mismo, cerca del
balcón, acerqué la punta del pequeño revólver a mi garganta y disparé.
Caí sobre él. Y mi sangre... por Dios, tanta sangre a borbotones
sobre su ropa, sus zapatos y el ramo de rosas rojas que él seguía
sosteniendo entre sus manos, como si fuera un maldito trofeo.
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SOMOS ESPEJOS
No seré un lobo perdido en las estepas
ni es tu deseo de almíbar mi destino.
Tampoco el sol deja ver las estrellas
si en cada lágrima no finges el olvido.
Como no queda ya nada en qué creer,
la vida pasa. No encontrarás tus sueños
porque en la noche en que ardió tu corazón,
no lo escuchaste. Sólo somos espejos.
Ataraxia Gonzalo Salesky
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DILUVIO
Una botella al mar, una plegaria…
es triste ver en qué me he convertido.
La sombra en los espejos, la espina en el ojal,
aquello que se lleva siempre dentro.
Un lápiz invisible o la tormenta
que encuentra su razón en el ocaso.
Allí, en la incertidumbre, te esperaré despierto,
sabiendo que me ignoras todavía.
Mi vida sin promesas se escapa
del lugar que ocupó desde hace tiempo.
Mi espíritu se queda sin aliento,
las ganas de volar pudieron más.
Hoy la distancia entierra hasta mi nombre
y al regresar parezco, más que nunca,
ese diluvio anunciado desde siempre,
aquella página que alguna vez fue tuya.
Ataraxia Gonzalo Salesky
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SILENCIOS AJENOS
Librando batallas que nunca fueron mías,
soñando que lucho contra tu ignorancia.
Pensando que -a veces- nada importa tanto,
callando lo que antes todos sostenían.
Volviendo a dudar de tantos presagios
y esculpiendo a gritos silencios ajenos.
Todo será igual, ayer o mañana,
si sigo, con fuerza, seduciendo espejos.
Si sigo nombrando mi culpa en el viento,
buscando tu abrazo por la madrugada.
Ataraxia Gonzalo Salesky
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MUY LEJOS
Me sentiré un idiota,
tu perfume se irá con el silencio
muy lejos.
Tus sueños se llevarán mi vida,
tu alma que buscaba utopías…
tu cuerpo, tan vacío de mí.
¿Paciente valentía
o luminosa sombra?
Tu espectro me condena.
Acorto las distancias
con otra gran derrota;
sé que no tengo pruebas
y que lejos, muy lejos,
se irá todo de mí.
Ataraxia Gonzalo Salesky
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TIBIEZA
Todo este tiempo, fugaz e interminable,
dejó mi espuma bañando tu guarida.
Descubriré mi ser en tus rincones,
ya no quisiera que sientas mi tibieza.
Me alejaré del vértigo y las dagas,
de la distancia que alega cercanía.
Más allá de tu silencio cómplice,
espero tropezar con la respuesta.
Ataraxia Gonzalo Salesky
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OCULTAR EL ALMA
La sed no es arte, sólo es lo que me queda
cuando no encuentro retazos en el viento,
pedazos de mi sangre,
mastines que velen en mi duelo.
Bajo la lluvia espera nuestro sueño
y el ansia de saber, mejor que nadie,
que los años pasan,
que la vida es esto.
Que todo es mentira y nada nos queda.
Porque es mucho más fácil
ocultar el alma que mostrarla a gritos.
Nada cambiará,
ayer o mañana,
si seguimos siendo tan poco,
tan grises,
embarrando espíritus,
volcando la luna en otros espejos.
¿Habrá salida eterna? ¿Llegarán
las hordas que presagian agonía?
Ataraxia Gonzalo Salesky
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Hoy el camino existe y es inútil,
me entregaré a una vida sin promesas.
Ataraxia Gonzalo Salesky
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GRIS
Olvido mis orígenes
cada vez que despierto.
Sueño destinos de grandeza,
victorias nobles,
épicas derrotas.
Pero de día, mi vida sigue gris.
A pesar del milagro y los naufragios,
mis cicatrices se cubren con silencio.
Ataraxia Gonzalo Salesky
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FUEGOS DE ARTIFICIO
Sin pasado ni memoria,
las máscaras son muchas.
Los fuegos de artificio disimulan,
esconden fiestas vanas,
vacías de sentido,
huellas de sangre borradas por el viento.
Segundo a segundo,
las pantallas hipnotizan.
Ahora somos una ciudad dormida,
un pueblo alienado
que sólo ensancha calles.
Derrumbando la historia
entre cejas hambrientas,
décadas tormentosas,
sombras entre recuerdos…
Ojos que miran, ardientes,
la pasión oculta de las víctimas.
¿Dónde fueron los gigantes? ¿Cuántas luces
partieron en una sola noche?
Ataraxia Gonzalo Salesky
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LEJOS
Apuestas perdidas,
lecturas en vano,
soberbia en la sangre.
Me siento tan lejos…
Hoy vuelvo a verme
en pequeñas batallas,
con pasajes lúgubres
y heridas al viento.
Ha pasado lo peor de la conquista,
dejaré mi lecho perfumado
y seguiré sembrando.
Me quedaré tan sólo con el destino leve,
con el día, la neblina
y aquellas voces lejanas.
Ataraxia Gonzalo Salesky
38
DÍAS INÚTILES
Hay días inútiles que trato de evitar,
la sangre nunca miente.
Aunque aquello se aleje,
encuentro en las tormentas
un modo de escapar, una rendija.
¿Por qué será? No sé, quizás
que todo muere y quema al ir naciendo.
Que nada importa ya porque es inútil
soñar... la vida sólo es esto.
Ataraxia Gonzalo Salesky
39
SIN NADA
Sin palabras,
sin aliento,
sin agua y sin sed,
sin fuego en mi cama.
Sin esperanzas ni frutos.
Sin pasión, sin prisa,
sin recuerdos ni estrellas.
Sin nada que me nombre tu sonrisa,
con todo lo que ayude a olvidar,
sigo escapando, ciego y sin vida,
sintiendo que el amanecer es poco.
Ataraxia Gonzalo Salesky
40
CADENAS
Un fondo de silencio, una canción
se escriben solas, sin miradas amargas.
Pudimos doblegar aquel fantasma
aunque mañana regresen las cadenas.
¿Podré volver al seno de mi tiempo?
¿Podré salir del barro sin tu amor?
La piel me ayudará lo suficiente,
ya no será de rosas el perfume
y el cielo, cada noche,
me cubrirá de ocaso.
Ataraxia Gonzalo Salesky
41
HOJAS DEL ALMA
Tuve instantes de locura,
tierra fértil para excesos.
Arranqué y arranqué hojas del alma,
supe llegar al borde del abismo.
Enfrenté los dragones de la noche.
Temblando, con la daga vacía,
el corazón latiendo en una mano
y por mis venas, la sangre congelada.
El tiempo lo era todo y a la vez,
nada tan frágil como ver nuestra vida
consumirse. Como ser los condenados
desde siempre,
para siempre,
jugando a ver el fin de esta quimera.
Ataraxia Gonzalo Salesky
42
INFINITO Y ETERNO
Acaricio lo imposible, lo profano.
Trato de no dejar huellas.
Dejo que nuestra vida pase
en tu boca, en mis sábanas.
Sueño con enamorarte…
Quiero que todo se aleje
y se concentre en un punto,
casi infinito y eterno.
Ojalá la muerte sea tan sólo hoguera,
para vivir al lado de tu nombre,
tan cerca de la ausencia que libera.
Ataraxia Gonzalo Salesky
43
BLANCA
Como el horizonte previo a la tormenta,
blanca como el agua que aún no cae,
como la figura que alumbra mis noches,
casi como un hada...
La nostalgia viaja a través del tiempo
ganando batallas a la oscuridad.
Es blanca mi alma cuando te recuerda
alejando sombras,
sin miedo a perderte.
Ataraxia Gonzalo Salesky
44
SER DISTANCIA
No quise solamente ser eclipse,
encontrando el alma donde ya no está.
No quisiera ser sólo la sombra
de aquello que no fui:
ser mentira, espantapájaros,
secreto a voces, ser distancia.
Tampoco pretendo estar seguro
de cómo pasa el tiempo,
sin haber logrado todavía
retar al destino. Y en mi esencia,
preguntas sin respuesta me someten,
me agobian, me interrumpen…
me liberan, al fin, de aquellas sombras.
Ataraxia Gonzalo Salesky
45
NO BUSQUES
No busques el rumor de tu silencio
ni el hielo sediento que no quema.
No busques color en el vacío
ni en lágrimas perdidas, la tristeza.
No busques en el mar ninguna gota,
no te ahogarás llegando a lo profundo
porque te falta callar, te falta mucho
para cantar victoria en la derrota.
Ataraxia Gonzalo Salesky
46
CULPA Y PECADOS
A cada paso, siluetas luminosas
caminan junto a mí, aunque es difícil
salir –escapar– de la armadura.
No seremos libres al seguir creyendo
promesas fugaces, en letras sin alma,
en culpa y pecados que quitan el cielo.
¿Habrá campanas para evitar el miedo?
Mejor callar a veces –casi siempre–,
dejar que el viento pronuncie nuestro nombre.
Ataraxia Gonzalo Salesky
47
EN MIS MANOS
Cuando descubra tu ser
tendré polvo en mis manos.
Las lágrimas ya secas;
tu vientre, vacío como mi alma.
Mis páginas borradas, una a una,
como terrones del olvido, como sangre.
Tu dolor, el mío y este mundo
no alcanzarán para tapar el cielo.
Ataraxia Gonzalo Salesky
48
MÁS ALLÁ
No hay nada más,
más allá de tu silencio.
Sólo palabras.
Más allá del cielo, del infierno,
la música y el tedio,
del tímpano aturdido,
de sinfonías vacuas,
del olfato y la sangre…
¿qué queda en este mundo tan vacío?
¿El proceso, la causa,
el hálito salvaje?
Ánforas y espíritus
osados, casi ciegos,
no quieren más crepúsculos en vela.
Banderas de vidrio
encierran la tristeza.
La suciedad mojada,
el espectro del fuego,
los temas recurrentes.
Ataraxia Gonzalo Salesky
49
¿La pasión apagada?
Refugios en otoño,
príncipes despojados
opacan mi instinto
al verme en tu piel.
El tiempo me libera y, suavemente,
me entrego a tu recuerdo una vez más.
Ataraxia Gonzalo Salesky
50
DESEO SIN TIEMPO
Deseo desearte siempre,
sos mi deseo sin tiempo.
Quisiera evitar la culpa
de cada abrazo furtivo,
de nuestro espectro vacío
en cada sueño encontrado.
De cada mañana turbia
entregada a tu sonrisa,
de aquellos miedos gigantes
a volver hacia el dolor.
Desearía que estuvieras aquí dentro
y, en mi boca, escucharas mis palabras.
Respirando el mismo aire,
alrededor de tu aliento,
y latieras con mi sangre en el alma.
Ataraxia Gonzalo Salesky
51
BRISA, NOCHE, DÍA
Como un refugio dormido de mi culpa,
como una herida reabierta con el tiempo,
el viento no ha impedido que te vayas
tras él, como la primera vez.
Siento que mi vida se termina
y me desangro, creyendo en tu mirada.
Sólo queda la brisa,
la luna por la noche,
el infierno de día.
Ataraxia Gonzalo Salesky
52
OTRA HOGUERA
Sé que perdimos sueños con el miedo
soplando detrás de nuestra espalda.
Mi refugio fue un cuarto sin ventanas;
tuve mi espacio, vacío, sin estrellas
y mi tiempo, sólo de madrugada.
No creo que el dolor sea para siempre,
el espejo pide a gritos otra hoguera.
Ataraxia Gonzalo Salesky
53
SÓLO ES ESO
La vida ya no es nada, sólo es eso
que nos impide mirar hacia el costado.
Que nos arropa con el frío en la sangre,
que canta a pesar de mi silencio.
¿Para qué seguir luchando con el viento?
Nada nos queda, solamente el fracaso
muestra las grietas de nuestra soledad.
La vida ya no es nada… sólo es eso.
Ataraxia Gonzalo Salesky
54
PLÁCIDO MISTERIO
Descubro que los años son suspiros,
que quizá otra piel no es suficiente
al pelear con tu fantasma.
Con mis sueños y tus miedos,
con tu amor,
con el fracaso.
Los ángeles sabrán que la mentira
es ajena. La muerte no me espera,
nada nunca será lo que parece.
La soledad, mi plácido misterio,
no despierta sospechas al ocaso.
Ataraxia Gonzalo Salesky
55
EN CADA AGONÍA
Dosis eternas de sangre corrompida.
Ejércitos ciegos, sedientos de venganza.
Las siete trompetas presagian el final
y en cada agonía, disciplino el vértigo.
Allí, encontraré la sombra
que no habla y escucha, que se aferra
al espurio fantasma del pasado.
El orden –en la muerte– está naciendo.
Ataraxia Gonzalo Salesky
56
DESPEDIDAS
En mi diamante descubriré el dolor
de mantenerme vivo a cualquier precio.
No habrá miradas, tampoco despedidas,
y encontraré el alivio en cada lágrima.
Ojalá el fuego apague este dilema.
El crepúsculo desgarrará la tarde
poco a poco, como tu piel sedienta,
y no habrá lágrimas, tampoco despedidas.
Ataraxia Gonzalo Salesky
57
ADÓNDE VOY
No quiero que me veas entre llagas,
nunca estaré a la altura de tus sueños.
Pasaré inadvertido el resto de mi vida,
no me preguntarás adónde voy.
Caminando, por la senda vacía,
pasando en limpio las hojas de mi alma.
A veces ya no sé qué es lo que viene
detrás del viento, detrás de su emboscada.
Costó tan poco dejar de imaginarte
en nuestro espejo vacío de colores…
Si mi cordura se despide del mundo,
no me preguntes más adónde voy.
Ataraxia Gonzalo Salesky
58
SI TE PIERDO
Relojes de arena
marcaron mi destino.
Ayer fue poco,
hoy será más,
mañana o nunca
sabré que eternamente habrá consuelo
si te pierdo.
Si te pierdo…
la noche se abrirá
y no serás el viento en mi nostalgia.
No habrá más pétalos,
ni viento, ni marea.
Sólo espejismos fugaces,
sólo brisa.
Ataraxia Gonzalo Salesky
59
PRIMERO
Primero quiero descubrir todos tus sueños,
tus cicatrices, tu herida, tu alma en paz.
Dejarte el cielo completo y en tus manos
dejar mis ganas y mi verdad en tu sangre.
Olvido mis fantasmas y el vacío
cada vez que veo el sol en tu sonrisa.
Iluminaste mi pasado en un segundo
y recobré mis sueños, mi ansiedad.
Primero intentaré alejar tus miedos,
sentir que a veces hace falta el dolor
y alguna vez, ser más que luna llena.
Las cadenas y el eco me persiguen
aunque tu vida me aleje del abismo.
Todo es mejor, a tu lado, aún si no pasa.
Ataraxia Gonzalo Salesky
60
VESTIGIOS
Dentro del mar, vestigios de la culpa
y un par de pesadillas y recuerdos.
Nada más penetrará en la sangre.
Un bálsamo ante toda esta locura
me servirá para brillar en el ocaso.
Tú no lo harás, no será poco ni mucho
perderme y encontrar el universo.
Ataraxia Gonzalo Salesky
61
SOLAMENTE
Sólo buscaré rozar tu alma.
Tu puño y mi letra,
tus heridas...
La victoria ajena.
Nada más tendré
que mi vida al aire
sin la realidad que descubre, a gritos,
solamente muecas.
Volviste una vez a mi cementerio
de esperanza y fuiste
lo poco que tengo para sonreír,
sólo tu belleza.
Traspaso los vidrios,
reaccionando al fuego,
sacando del fondo de mi corazón
otra gran quimera.
No me reconozco,
no vuelvo, te esquivo,
Ataraxia Gonzalo Salesky
62
y en la habitación,
mi alma te recuerda.
Tu voz en la noche ya no suena exhausta;
me pide que calle, que grite y libera
tantas otras veces en que no hubo nada.
Sólo tu pasión y mi cuerpo en venta.
Ataraxia Gonzalo Salesky
63
FRUTA MALDITA
Una fruta maldita y la oración
me alejan, me acercan,
tantas otras veces,
del cielo que busco.
Sombras y fortuna no van de la mano.
La mirada fluye,
y las botas de un ángel marcan el camino.
En mi oscuridad,
espera, dormida,
toda aquella angustia.
Desde allí, despierto.
Sin oír tu voz,
descubro que vivo latiendo sin alma.
Conmueve mi tiempo tu vacío,
me interroga a gritos tu silencio.
Me molesta tanto estar ausente…
Olvido mis fantasmas,
desaparece el miedo
Ataraxia Gonzalo Salesky
64
pero el cielo no llega.
Escucho tu susurro,
sostengo la agonía
aunque la escarcha en tu voz sigue quemando.
Ataraxia Gonzalo Salesky
65
AGUA DE LLUVIA
No mata, tampoco fortalece
sentir el odio correr como la sangre.
Como una especie amenazada, o un ladrón
que teme mucho más de lo que sueña.
Lavando pecados con agua de lluvia
no me encontraré. Saldré por la vida
temblando de sombras,
masticando el viento y olvidando todo:
carne sin espíritu, heridas sin rosas.
Ataraxia Gonzalo Salesky
66
PREGUNTA
Todo es historia, ya casi nada queda
en el tintero. A veces es mejor
dejar la pluma en alto, mirar hacia la luna,
saltar sin ver el sol en cada página.
No habrá motivos para no sentir culpa
en la distancia que aclara tantas cosas…
Pregunta, si en aquello que dejé,
también dejé mi alma y mis derrotas.
Pregunta si es posible la verdad,
si vale más pelear que la victoria.
Si en cada huella descubro lo que fui
y nada más. Nada menos, pregunta.
Ataraxia Gonzalo Salesky
67
UN POCO MÁS
Me duele ya no ser
aquel guerrero desafiando las tormentas.
La pureza y los límites abruman
(siguen vivos).
Para abordar, entero, a la nostalgia,
sólo necesito un par de sueños,
un poco más de tiempo y un abrazo.
No pasará de largo tu silencio.
Degustando pasión,
explorando lo efímero,
los años pasan de golpe y nuestro brillo
opaca lentamente la rutina.
Ataraxia Gonzalo Salesky
68
TUS PASOS
Quizá el espíritu no dote de sentido
ni aquel orfebre diseñe tus pecados.
No creas que tu vuelo pudo ahogar
en tanto aire, todo lo que lloramos.
En esta oscuridad, aún sigo vivo.
Espérame, aún no sigo tus pasos.
No dejes que camine hacia el abismo
sin que antes recuerde mi naufragio.
Buscando ese silencio que no llega
me dejarás dormir, en esta infancia
lánguida de fe y expectativa.
¿Me soñarás despierto en cada página?
Por eso, no pronuncies aquel nombre
ni te permitas dejar atrás su sombra.
¿Desde cuándo la vida es sólo piel?
¿Por qué en la espina casi no quedan rosas?
Ataraxia Gonzalo Salesky
69
VIENTO Y MAREA
Serás la brisa, soplando en cada página
de mí. ¿Por qué tanto desvelo
en pretender que la vida no cuesta?
Tendré que estar atento a los detalles,
sintiendo por los dos, sufriendo como pocos,
pensando como siempre que nada importa tanto.
No me preguntes más qué es lo que pasa,
es cómodo contemplar las estrellas
desde adentro. Mi sombra va, indecisa.
Me apuran los fantasmas,
y en una sola noche de nostalgia
sólo serás, al fin, viento y marea.
Ataraxia Gonzalo Salesky
70
VICTORIA AJENA
¿Cómo contemplar la victoria ajena?
¿Cómo pretender que perdí todo?
Una vil derrota puede más
que un poco de amor y de distancia.
¿Cuándo lograré sentirte mía?
¿Cómo brillaré al caer la luna?
Sé que al fin el tiempo no me miente
y, como siempre, se saldrá con la suya.
Viví escuchando cantos de sirena
y arrullos de paz en mi horizonte.
El semblante es otro
desde que descubro el final del viento.
Todo vuela hacia abajo,
no dura para siempre la condena.
La lluvia de verano va a secar
mis ganas de encontrarte en el camino.
¿Cuánto tiempo nos queda?
¿Cuánta vida?
Ataraxia Gonzalo Salesky
71
¿Cuánto brillo fugaz?
¿Cuánta nostalgia?
Ataraxia Gonzalo Salesky
72
TIERRA PROMETIDA
Me sumerjo, nado, vuelo y respiro
en la estirpe impoluta de las lágrimas.
A veces, intento soñar despierto.
Oigo tu voz llamarme desde el fondo
del alma condenada y es inútil.
Te seguiré buscando aunque no quieras.
Como toda mi vida sospeché,
no somos más que tierra prometida.
Un mundo gris, un ave sin bandera,
una promesa al viento, una plegaria.
En hogueras tímidas sabrás
inmolar, en silencio, la nostalgia.
En tu boca, un sepulcro blanqueado
me esperará, callando cada grito.
Allí, en la inmensidad,
estarás más que nunca
muy lejos, de Dios como de mí.
Ataraxia Gonzalo Salesky
73
POLVO Y CENIZA
Serán tu nombre y el mío
recordados para siempre.
Como un ave sin bandera,
serás mi corazón latiendo en otro pecho.
Porque creí más en Dios desde el momento
en que llegaste a mi sed, a mi locura
vacía de paz, a mi valle de lágrimas.
Porque fui, sólo una vez, polvo y ceniza
y fue difícil romper esa armadura.
Serán tu nombre y el mío, para siempre,
lo que soñamos ser algún verano.
Ataraxia Gonzalo Salesky
74
PERDIENDO LA FE
Pierdo la fe todos los días,
siento que ni la sombra me acompaña.
Me cuesta ver la luz en mi epitafio
y en el silencio, ya no sabré callar.
No encontraré el reflejo de mi alma;
tu soledad, la mía y nuestro orgullo
quedaron, para siempre, en madrugada.
Ataraxia Gonzalo Salesky
75
SUEÑOS EN VELA
Nos interpela el tiempo... ¿Acaso pasó tanto?
He perdido la cuenta de los sueños en vela,
del día que buscamos el milagro.
Está la misma luna mirándonos de frente,
¿acaso pasó tanto?
Ya nada se parece a aquel arrullo,
tu voz me desconoce para siempre.
Ataraxia Gonzalo Salesky
76
CONTRA EL OLVIDO
Una forma mínima. Palabras
que dotan y quitan el sentido.
Afuera, la ciudad ya no descansa
y no hará más lugar para los tibios.
¿Qué extraña luz habrá llegado ahora
que todo lo que quema está naciendo?
Dentro de un laberinto con espejos
vuelvo a nacer, príncipe despojado,
a desangrar todo lo que no quiero,
a comprender lo poco que aún estimo.
Afuera, la ciudad se ha vuelto otra
y empezará a pelear contra el olvido.
Ataraxia Gonzalo Salesky
77
VIENTO DE AGOSTO
Mi cuerpo hambriento no responde,
tu aliento y mi sangre no se mezclan
y seré esclavo, una vez más, de tu crepúsculo.
En este valle cada día es más difícil
retener el alma, descubrir la mentira,
y se van, se me van, siempre tan lejos...
la esperanza detrás de cada duda,
la paz en cada lágrima,
las flores con el viento de agosto.
Ataraxia Gonzalo Salesky
78
PERSEGUIRÁN MI SOMBRA
Seré un reflejo, atado a la marea.
Una promesa al viento, una plegaria,
un acorde violento que se apaga,
un ángel merodeando tu silencio.
Nada podrá detenerme, sólo el tiempo
se adueña de lo poco que me queda.
Tuve una vez o dos, o casi siempre,
tantos deseos de arrojarme por la borda...
No me preguntes más, no volveré;
los tiburones perseguirán mi sombra.
Ataraxia Gonzalo Salesky
79
REY A OSCURAS
No somos más que un poco de nostalgia,
una sonrisa al viento, un rey a oscuras.
Una plegaria que nace sin aliento,
un dios que apaga la luz sin ver la luna.
Derramando la siembra, ya no espero.
La tristeza será nuestra enemiga
y borrará todo lo que soñamos.
¿Por qué es más fácil creer en las espinas?
Ataraxia Gonzalo Salesky
80
PREFIERO
Salgo intacto del amor, pero no es fácil
caer, una vez más, en esa trampa.
Sólo un momento tuve polvo y arena
en mis manos, escurriéndose de a poco.
Siempre vuelvo a tropezar con mi tibieza
y no me alejo de vos, de tus pecados.
No viviré de nuevo aquel intento,
por eso aún estoy ciego, entre tus brazos.
Porque prefiero perder a seguir vivo,
prefiero lastimarme a no quererte.
Elegiré las cartas, como antes
y no seré otra cosa que un motivo
para alejarme de mí, de mi distancia.
Ataraxia Gonzalo Salesky
81
DEJAR DE VER LA LUNA
Sé que en cada paso,
vos me darás la espalda
y el corazón no escuchará lo que vivimos.
La sombra del tiempo me descubre
tímidamente, tal vez sin la coraza.
No creas que es fácil
dejar de ver la luna.
¿No te das cuenta
que muero en cada espejo?
Ataraxia Gonzalo Salesky
82
ESPACIOS VACÍOS
Nunca me llevé bien con el tiempo,
a veces lleno los espacios vacíos
con sangre. A veces los esquivo
callando como un tonto, sufriéndolos.
Nunca pude competir con esa angustia
porque jamás no existe,
porque el hoy se va cada mañana...
Porque mi ayer, sin Dios, no da consuelo.
Ataraxia Gonzalo Salesky
83
DAGAS EN SILENCIO
Me siento bien sin entender al mundo,
a esa utopía vacía de sentido.
¿Por qué tanto desvelo en simular?
¿En negar todo?
No creo que el dolor siga acechando;
lo evito a toda costa, aunque no sangre.
Serán mi patria las dagas en silencio,
tu cómplice cansancio, la poesía
y la seguridad de amar mis días
haga lo que haga, aunque no sangre.
Jaurías hambrientas me cierran el paso,
me acosan y buscan esa herida.
La mano descalza del pasado
intenta arrebatarme todo lo que no fui.
¿Habrá un camino eterno? ¿Abrirás
tu corazón después de cada duda?
No sé dónde va mi alma y es inútil
peregrinar detrás de las promesas.
Ataraxia Gonzalo Salesky
84
TUMBAS SIN NOMBRE
Abrazo las flores de tumbas sin nombre
y en la pesada nostalgia, en cada lágrima,
buscaré tu foto, gastaré tu aliento,
sin tener la prisa que otros esperan
de mí. Tu voz se va, lejana,
y no estará oculta en mi pasado.
¿La libertad será algo más? En tu agonía
verás al viento, soplando en cada página.
Ataraxia Gonzalo Salesky
85
DE REOJO
No me digas nada, no es verdad
que sólo somos cristales en el viento.
La edad oscurece a quien no llega
a contemplar, en silencio, su vida.
No hables ahora,
mejor seguir callando,
mejor seguir mirando de reojo
a todo los que van, sin sus raíces,
muriendo en cada verso,
callando sus heridas.
Ataraxia Gonzalo Salesky
86
POR TU SOMBRA
A pesar de las caídas, la lanza en el costado,
la cruz en mis espejos.
La corona de espinas, la fe y el sacrificio,
la subida al calvario.
Del látigo y el manto que cubrirán mi vida
aún sigo, por tu sombra, caminando.
Desafiaré los vientos, la marea.
Tu barca y la tormenta,
mi espíritu y su voz en el desierto.
No soñaré tu aliento
y el dolor... nuestro dolor
se irá muy lejos, después del tercer día.
Ataraxia Gonzalo Salesky
87
ESCRIBIR FINALES
Las cartas de marfil ya no son mías.
No creo en la mentira y mi horizonte
se pierde, se oculta, sin tus ojos.
No cambiará más nada en el camino.
Sé que es muy pronto para escribir finales,
en nuestra voz se irá la piel y su reflejo.
Ataraxia Gonzalo Salesky
88
AMNESIA
Un poco más de viento,
una canción y un lúgubre pasillo
impiden que abra tu ventana.
Cerró la oscuridad y ahora eres otra.
La amnesia nos persigue y otra historia
ha dejado de crecer en cada herida.
Rasgando pedazos del infierno,
encontraré el camino y los atajos
para llegar, sediento, hasta tu alma.
¿Me dejarás dormir en pesadillas?
¿Me buscarás despierto en madrugada?
Me soñarás vacío por las noches,
tal vez la luna te enseñe la nostalgia
y poco a poco, nada me importará;
la vida es mucho menos que un delirio.
Ataraxia Gonzalo Salesky
89
ESTRELLAS FUGACES
Besando tu silueta en la pared
me vuelvo loco, y sangro, y no te espero.
No pude darte más que pesadillas.
En las calles, hay tan poco silencio,
palabras repetidas sin sentido...
Me escapo, ya no sangro, no te espero.
Las lágrimas me cuentan de tu ausencia,
me alojarán por la noche cuando vuele
por mis venas, entre estrellas fugaces.
Ataraxia Gonzalo Salesky
90
RÍO ABAJO
Palabras que no dicen lo mismo,
que encuentran un sentido y ven la muerte
de tantos enemigos sin batallas.
Del sueño fugaz de los gigantes,
de mí y de mi plegaria,
ausente de nostalgia.
La sangre sigue yendo río abajo
y así tu vida caerá, detrás de mí.
Ataraxia Gonzalo Salesky
91
AQUELLA NOSTALGIA
Palabras nuevas, lenguajes descubiertos
nos unen y separan tantas veces...
El mundo te esclaviza, nada va a liberarte.
¿Cómo arrodillarme una vez más
si estamos cediendo desde siempre?
¿Cuánto tiempo negaré lo inevitable?
No deberías llevar tantas promesas
a flor de piel, hacia aquella nostalgia.
Ataraxia Gonzalo Salesky
92
LUZ DE LÁGRIMAS
Encontraré tu cuerpo en la ventana,
en la corteza del mar que no se rompe.
Entenderé, al fin, que nada salva,
si estás dispuesta a condenarte,
a no vivir...
A perderte para siempre
en esta luz de lágrimas,
a preferir la huida a la batalla.
El tiempo no sirve para ocultarse
ni redimir. Al fin, nada nos salva.
Ataraxia Gonzalo Salesky
93
OTRAS VIDAS FELICES
¿Por qué evitar el trueno que libera?
Imitaré otras vidas felices.
Tal vez mi estancia en el valle de lágrimas
se haga nostalgia en tu voz y en mi maleta.
El tiempo me descubre
detrás de aquella estampa.
Los sueños no se apagan de golpe.
Bifurcando para siempre el camino,
la penumbra asoma. ¿Es verdad
que nada nunca llega a su momento?
¿Qué todo cuesta cada día más?
Soy desagradecido igual que cada hijo,
renegando de lágrimas paternas.
Oír, soñar, reír, no es nada fácil;
no creo que el destino se descubra
en la primera noche. Y en mi alma,
habrá más de un motivo para amar.
Ataraxia Gonzalo Salesky
94
ADÓNDE VAN LOS SUEÑOS
Borraré espacios sin letras, y silencios
escritos con el codo. La arboleda
me tapará la vista. ¿Y tu verdad?
¿Será un presagio, más allá de todo,
lo que me alcanza al volar? ¿Es el dolor
que reconozco mío a cada instante?
Creo que el viento elige los recuerdos
y el corazón sabrá, tarde o temprano,
adónde van los sueños cuando mueren.
Ataraxia Gonzalo Salesky
95
CADA PALABRA
Sólo buscaré el destino eterno,
el manto vacío y el milagro
de saberme vivo a cada instante.
Tendré mis páginas listas,
mi sudario, hoy lleno de preguntas
y aquel reloj, sin ninguna respuesta.
Sabré que aún falta lo que sobra,
por siempre me esperará la luna
y en tu voz, soñaré cada palabra.
Ataraxia Gonzalo Salesky
96
SILENCIO DORMIDO
Debajo de mi vida encontraré
tu velo y tu augurio, tu vacío.
Tu carne hecha sangre, tu regreso
y aquel silencio dormido en tu canción.
Debajo de vos, no buscaré.
Sé que el incienso perfumará tu historia
y así sabrás que no vale estar despierto,
no sirve ver la luz con otros ojos.
¿Para qué estar atento a los detalles?
Debajo del amor, está el olvido.
Ataraxia Gonzalo Salesky
97
LEJOS DE MI PERDÓN
Oirás mi voz, desde lejos.
Sólo seré tu adiós, tu vida entera,
lo poco que no fui. ¿O fui tu meta?
La nada que di, tu corazón.
Te veré llorar cada vacío,
cada promesa al viento, cada nudo.
Y en esa oscuridad,
estarás siempre lejos
de mí,
de mi perdón,
de mis plegarias.
Ataraxia Gonzalo Salesky
98
VOCES EN SILENCIO
La incertidumbre juega con mis sentidos.
Creo reencarnar,
veo mis cenizas,
volaré muy alto
pero el final no llega.
No llega, no existe,
no viene a buscarme.
Algo me dice
que estuvo entre nosotros,
que pronto volverá
y le daré la espalda.
Que rumbo a mi historia
hay voces en silencio.
Que en el dolor
no queda más que sangre
y que en la noche,
sólo en esta noche,
voy a tropezar con mis secretos.
Ataraxia Gonzalo Salesky
99
POCO Y NADA
Seré sólo la mitad
de un espacio vacío.
De una sonrisa al viento,
de mi espalda.
La triste quimera de un sediento,
la suma de todos mis fantasmas.
Verás que no es difícil.
Adivinar detrás de los espejos
no tiene precio, siendo tan poco y nada.
Esa tormenta anunciada desde siempre
no existirá solamente en tus sueños.
El campo de batalla no es el cielo,
tampoco la nostalgia.
No es tu mirada quien nos cubre,
borrando todas mis huellas con lava.
Tampoco es el deseo quien nos guía.
Somos ángeles perdidos,
entrañas sin dueño,
sables del pasado que se aleja.
Ataraxia Gonzalo Salesky
100
LA VERDADERA HISTORIA
Es triste ser uno más
de los que extienden la mano
sólo para arrojar primeras piedras.
Que olvidan el pasado y su destino,
que borran con el codo
lo escrito con la sangre.
Es cruel ser uno más de tantos
hipnotizados por sueños,
con vidas felices pero ajenas.
Degustando ese placer ajeno,
viendo pasar la verdadera historia.
Ataraxia Gonzalo Salesky
101
PODRÍA SER
Brindaré por esta vida vana,
por tu refugio y mi armadura. Por el cielo
y aquel castillo de arena en tu mirada.
Podría hablarte de tanta indiferencia...
y ser aquel que irrumpe en tu silencio,
el que te escribe a oscuras, quien te cela.
Podría ser quien cierra tus heridas
pero no elijo ser yo, ni ser la sombra
de todo lo que alguna vez fue amor.
Me quedo... con la nostalgia pura.
Ataraxia Gonzalo Salesky
102
UNA VEZ MÁS
A veces dudas... y es lo mejor.
Si no te escondes
voy a tu encuentro.
Quizá el destino sea el de siempre
y nos despoje del misterio,
de la brisa.
¿Salvas mi piel de tanto orgullo?
No te arrepientas jamás de tu pasado.
Miles de noches pensando en lo prohibido,
en cada manzana dispuesta a morir
sin tanto pecado.
Esquivo los golpes de la culpa
y pienso que no he perdido todo.
Habrá otros arco iris y, de noche,
el sol verá la luna una vez más.
Ataraxia Gonzalo Salesky
103
NUNCA LLEGA
Como la magia de espejos, como el vino
que duerme y encarcela tantas vidas...
sueño con el vértigo,
con mapas sin nombres
como ese tren que nunca,
nunca llega.
En cualquier momento tendrás algo de mí
y no habrá más matices, más preguntas.
Sólo tu voz escuchará mi aliento
que nunca llega a hablarte,
nunca llega.
Estaré dos mil años
susurrando tu nombre,
soltando en el viento mi tristeza.
Se acumulan las cruces,
quisiera elegir una,
pero la lluvia en el mar no deja huella.
Ataraxia Gonzalo Salesky
104
AUNQUE NO ENTIENDAS
Vi negro sobre blanco,
vi estaciones.
Vi trenes subterráneos,
vi poesía.
Allí donde no hay nada más que sombra
hay bruma, hay nostalgia.
Está tu orilla.
Están tu sueño y el mío,
está la brisa clavada en los rincones.
Va el dolor,
susurrando mi adiós,
dictándome estas líneas al oído.
Leyéndolas en vos
(aunque no entiendas).
En el mismo rincón sigo esperando
como un beso apagado,
como una vieja lámpara.
Como un sombra fría,
Ataraxia Gonzalo Salesky
105
te cansaste de verme,
atada a aquellos tiempos
en que todo era nada.
El mañana llegó:
no somos la esperanza,
sólo el pasado a prueba.
¿Y qué más da?
Si lo eterno no existe,
si el hoy se va en segundos
y este mundo, sin vos,
no vale nada.
Ataraxia Gonzalo Salesky
106
YA ES TARDE
Me hablás del tiempo perdido,
de la noche.
De tu promesa y final,
de lo que fuimos.
Susurrando mi nombre en otro idioma,
me dejarás caer.
Ya es tarde para crear otoños,
para abrigar silencio.
¿No lo ves?
Hablás de la vida y de la muerte,
del vacío que quedará en tus días.
Y esa puerta...
tu puerta no me abre.
Igual voy a escapar:
ya es tarde,
aunque tu corazón no quiera verlo.
Ataraxia Gonzalo Salesky
107
SERÉ
Seré tus ojos durante la batalla.
Seré tu aldea.
Seré la nada y todo lo que quieras,
seré las voces que susurran tu herida.
Seré la música en colores
para que cada sol y cada luna,
sepas que estás en mí desde aquel día.
Ataraxia Gonzalo Salesky
108
MADRUGADA
Su santo y seña, mi vida y mi cordura.
Su espíritu y su Dios sobre mi espalda.
Su llanto y su veneno, mi condena
y aquel delirio, fugaz, en madrugada.
Aunque sigan callando tantas voces
sabré salir, de frente, a la tormenta.
Tu adiós hablará de mi locura
cuando el sol salga, fugaz, de madrugada.
Ataraxia Gonzalo Salesky
109
DE QUÉ SIRVE
¿Quién vio a los vencedores y vencidos?
¿Quién dijo que la victoria es nuestra?
Va el mundo, de a poco, derrotado
y en mi reflejo explotan las tormentas.
No veo los corazones, sólo almas apuradas
por tener lo mejor, por dar de menos.
Para dejar de ser y sólo verse
cada segundo, mejor en los espejos.
¿Habrá un antídoto para esta soledad?
¿Cómo explicar de qué sirve el dolor?
¿Podré salvar tanta desilusión,
tanto soldado herido, tanta pena?
Ataraxia Gonzalo Salesky
110
ESPEJISMO
Volveré a mi tierra prometida,
volveré en secreto a ver la luna.
No pisaré dos veces mi camino,
volveré por otro rumbo y otra alcoba.
Tendré que ser la huella de mi tiempo,
un dios que apaga la luz y espía a oscuras.
En el desierto, tan sólo un espejismo
y en madrugada, semilla en la penumbra.
Ataraxia Gonzalo Salesky
111
DE LUTO
Sabes que un día, al fin, no volveré.
Sabrás que la nostalgia es buena consejera.
Sabíamos qué poco iba a durar.
Supimos que la aurora,
en soledad, no sirve;
sé que la luna
no sabe de mi luto.
Ataraxia Gonzalo Salesky
112
YA NO ESPERA
Quisiera ver que el tiempo se congele
y que mis años no pasen. Es verdad
que nada nunca llega a su momento.
Deseo encontrar en otra piel
el bálsamo de todas mis heridas.
¿Será más fácil soñar en soledad?
Tu miedo y mi silencio nos retrasan,
aún es temprano para tocar el cielo
con las dos manos. Mi sombra ya no espera.
Porque el invierno dura más que una estación,
la vida pasa. No encontrarás tus sueños
si haces de cuenta que no existe el dolor.
Ataraxia Gonzalo Salesky
113
VOCES
No quiero evitar la madrugada.
Acallaré las voces
que dentro de mí gritan tu nombre.
Sueño con algo más
que este gris sin matices,
con esta imagen ridícula
de mí. Verás,
yo sé que siempre puedo
caer mucho más bajo,
aquietando las voces
que susurran tu nombre.
Despierta,
la noche sigue lejos.
Tus pasos
vendrán por mi plegaria.
Te insisto,
tendrás que ver la luna
sin voltear, esta vez,
ningún espejo.
Ataraxia Gonzalo Salesky
114
¿Sabías que siempre vivo
latiendo sin alma,
secando mi sangre con mis lágrimas?
Trato de ser menos y no puedo.
Trato de ser pena sin nostalgia.
Ataraxia Gonzalo Salesky
115
ALGO MÁS
¿Para qué piden un signo?
El ritmo de la historia se detiene.
Las hordas se dispersan,
se acabará el vacío.
¿Da más temor un hombre que no sueña?
Seré algo más que el coraje del viento:
un talento y un don,
un par de lágrimas.
Un poco más de tiempo...
un corazón.
Ataraxia Gonzalo Salesky
116
ANTES DEL INVIERNO
Vida y muerte,
letra y cava.
Mirada cerril,
ceniza ausente.
Espíritus que tocan mi cabeza
prefieren la noche
para no dejar huella.
En mí,
cada vez más,
pequeñas sombras
perciben el invierno antes que llegue.
Encuentro las máscaras
de noche, por el suelo,
y todo, como siempre,
me lleva a tu miseria.
Lucho por vivir sin recordar,
borrar de mi retina
lo que no valió nada,
Ataraxia Gonzalo Salesky
117
todo lo que no supe decir basta.
Ignoro si es inútil
pero me alojo en tu sed y en mi nostalgia.
Ataraxia Gonzalo Salesky
118
LOCO
Cuando me nombres
volveré a ser en tu vida
algo más que un loco en mi cordura.
Algo menos de lo que siempre esperas,
otra lágrima gris,
otro fracaso,
un suburbio alejado de la aurora.
Cuando suspires mi nombre volveré
a ser la tierra en la que siembres tus heridas.
Seré el culpable del coraje del viento,
un manto negro de piedad, una vasija.
Ataraxia Gonzalo Salesky
119
HACIA NINGUNO
Botellas vacías después de la fiesta,
del ruido,
del mar,
del grito obsceno.
De tantas noches perdidas sin mis sueños.
De cada paso dado en la oscuridad
hacia ningún lugar,
hacia ninguno.
Premura ausente,
silencios que no llegan.
En la distancia, nostalgia. En el perdón,
un poco más de luna y madrugada.
En el olvido,
mar calmo y el dolor
de ser un poco menos,
cada día.
Ataraxia Gonzalo Salesky
120
AUNQUE NO HAYAS PARTIDO
Seré, una vez más, secreto a voces,
la noche en que los ángeles se vayan.
No creas que tu Dios te ha abandonado,
que deja todo a suerte,
que pierde su tiempo en otros soles.
No pienses que el presente
es peor que lo pasado.
Esperaré, aunque no hayas partido.
Ataraxia Gonzalo Salesky
121
ANTES DE PARTIR
El horizonte previo a la tormenta
quiere olvidar adónde he abandonado
mis sueños. ¿Adónde habré sembrado
las huellas que vi, antes de partir?
Antes de partir, tuve el consuelo
que hoy ya no tengo. Fueron mil fantasías,
y esa seguridad que había en mi vida
ya no me encuentra. La noche me ha vencido.
Como dicen los sabios o los locos,
el bien se vuelve mal desde el pasado.
El viejo resplandor sigue asomando
aunque el día esté gris. Aunque la luna...
aunque en la oscuridad, yo siga vivo,
te llamo, descalzo y en silencio
para que veas cómo quedó mi alma.
Ataraxia Gonzalo Salesky
122
AL BORDE
Como un boxeador ciego
esquivo y lanzo al aire
los últimos suspiros de mi sangre.
Miento si pretendo excavar mucho
en mí. Tu alma siempre estará
al borde de la mía, siempre al borde.
Tendrás que estar atenta,
la vida es mucho menos.
El cielo estará lejos si lo llamo.
El camino hacia la libertad
es algo más que un banquete vacío.
Las perlas del collar siguen cayendo
alrededor del llanto, del sudor.
Tus sueños, mis sueños, nuestra vida
hoy se parecen menos a la aurora.
Habrá una apuesta más, una señal
para saber si todo está en el viento.
Ataraxia Gonzalo Salesky
123
DISTANCIA
Detente,
no sigas.
El vértigo te llama pero no,
no esperes demasiado.
Despacio.
Hoy no sabrás
que nada nunca llega a su momento,
que todo cuesta cada día más.
No escuches.
Sólo adentro
tendrás esa respuesta.
Y el llamado,
mi llamado,
te seguirá de lejos.
Las horas que quedan
esperan sin suerte.
Tengo en mis puños dos llagas,
mis ojos nublados
y esta risa, temblando por lo bajo.
Ataraxia Gonzalo Salesky
124
Los días que restan
castigan,
contagian.
¿Qué vas a llevarte contigo?
Ataraxia Gonzalo Salesky
125
LAS HORAS QUE QUEDAN
El fuego no se apaga,
mucho menos de día.
Tampoco el sol deja ver las estrellas.
Tus ojos y la brisa,
mis látigos de hielo.
Afuera, nada salva,
nada queda
fuera de la agonía.
¿Y el dolor?
Tendrás que ver
cómo sueño despierto,
cómo paso mi vida deseando,
perdiendo y encontrando
las horas que quedan.
No te inquietes por mañana,
ya no sufras
si me ves doblando en otra esquina.
No puedo hacer nada más que prepararte
Ataraxia Gonzalo Salesky
126
para el camino más largo, para el tuyo.
Será duro como nunca
y aunque cierres los ojos
estaré, como siempre, en mi tibieza.
Ataraxia Gonzalo Salesky
127
UN BUEN SECRETO
Un viejo hechizo
parece arrebatarnos la cordura.
Aunque la tentación sea tan fuerte,
aunque el veneno...
Un buen secreto jamás se ocultará,
nunca se ha dicho.
Habrá una imagen más de aquello, inútil:
un viejo souvenir de la tristeza,
un accidente en la ruta,
una quimera.
Camino por sombras
buscando en la arena
restos de tu brisa.
Siento en la marea
el vértigo enfermo de lo que no olvido.
Aquí, estarás siempre
aunque empiece a odiarte.
Fuiste lo que nunca
supe, lo que pude amar.
Ataraxia Gonzalo Salesky
128
¿Lo que di de menos?
Mirando los caminos que marca la luna,
contesto, una a una, tus respuestas.
En un recorrido tan vano,
no hay certezas, y la rutina asalta.
La piel siempre descubre el engaño
y la canción es la misma, aunque no quieras.
Ataraxia Gonzalo Salesky
129
EN TU VOZ
En tu voz, las palabras son eternas.
En tu vientre, serás paz en mi rebaño.
En tus besos, fulgor y en el verano
mis hojas seguirán su recorrido.
Siempre estaré en tu voz
y en las mañanas,
tendré en mis manos
todos nuestros anhelos.
Ataraxia Gonzalo Salesky
130
TANTA CULPA
En un espectro perdido
veo al pasado
atenazando mi conciencia.
En tu voz
dormida y en silencio,
escucho los fantasmas,
la pasión.
Y en cada llanto fugaz,
bebo tus lágrimas.
No dejes que el otoño se desangre
entre tanto esplendor y tanta culpa.
Ataraxia Gonzalo Salesky
131
MENSAJEROS DEL OLVIDO
Todavía están los perros
merodeando mi súplica,
saboreando mis restos.
Soñando con mi sangre,
oliéndola en silencio,
nadando entre las lágrimas,
bebiéndolas.
Cómplices del mar y la soberbia,
no pueden sentir culpa.
Sólo son mensajeros del olvido.
Los caminos se estrechan,
los párpados se cierran.
Comparo mis fantasmas
con obras del silencio.
Allí, en cada penumbra,
no alumbra la nostalgia ni el talento.
Sólo en la ilusión de aquel pasado
sigue la aurora, jugando con el viento.
Ataraxia Gonzalo Salesky
132
FINGIENDO ESTRELLAS
Si alguna vez me fui,
hoy estoy lejos.
Si alguna vez mentí,
no tengo nada.
Si alguna vez dejé de amar,
estoy perdido.
Me voy despierto,
si alguna vez soñé soñar,
soñar tus sueños.
Lo sé, porque no soy heridas.
Lo sé y no soy mis cicatrices.
Aunque la tarde siga fingiendo estrellas
sé que allí hay mucho más, aunque sean grises.
Ataraxia Gonzalo Salesky
133
TAL COMO ES
Aún están
enteros
tus sueños.
Quizá tu voz
se aleje de repente.
Tu sombra sigue,
sin mí,
y en esa escarcha,
veo tu alma
tal como fue.
Vives aquí
junto a toda la nostalgia.
Me abandonaste
junto a un pequeño arrullo.
Sé que de noche
esperas por mis pasos.
Sálvame,
tu piel es la culpable de mi sangre.
Ataraxia Gonzalo Salesky
134
Despierta de una vez
de toda tu penumbra,
todo será inmortal
por la mañana.
Ataraxia Gonzalo Salesky
135
ABRIR HERIDAS
Mis fragmentos de memoria piden alas,
quieren que te acompañe
hacia el vuelo final, sin sentir vértigo.
Debes saber
qué triste es la mentira cuando calla,
qué ausente es la verdad que no libera.
Cómo bate las alas el silencio
cuando es mejor callar que abrir heridas.
Ataraxia Gonzalo Salesky
136
FARO
Como un faro en medio del desierto,
una coartada imperfecta.
Una lágrima dulce,
un buen secreto.
Mi oración o tus plegarias
en el límite salvaje de lo inútil.
Tu espíritu soñando con mi aliento
y el párrafo perdido en tu memoria.
No queda aquí otra cosa que tormentas
en aquel faro, en medio del desierto.
Ataraxia Gonzalo Salesky
137
REFLEJO
Otra vez
me permito soñar
con otro rumbo,
lejos de mis prisiones.
Se acerca el fin,
no valdré la pena
si sigo reflejándome en tu espalda.
Todos están malditos,
y tengo que alejarme
porque el miedo no espera.
Las estaciones de tren,
los postes viejos
siguen retrocediendo cada día.
En mi despedida,
no habrá flores.
Sólo el viento
arrullará tus pasos.
En aquel día,
no habrá lágrimas,
tan sólo melodías en colores.
Ataraxia Gonzalo Salesky
138
Perdida en la llanura,
serás un día más hacia la noche.
Espero en el limbo,
sin trompetas ni máscaras.
Sin llaves,
sin suspiros,
sin dolor.
Espero demasiado
lo que no esperé nunca.
Espero ciego,
sin saber lo que sueño.
Espero el día
en que todo sea negro
y pueda ver tu alma
tal como fue alguna vez.
Ataraxia Gonzalo Salesky
139
SOMBRAS Y OTOÑO
Las sombras y el otoño serán piel en tus huesos.
Tendré una copa de vino en la batalla,
un sombrero por cada pensamiento.
Una sonrisa inútil que nadie más verá
porque voy solo, navegando en tus lágrimas.
¿Para qué seguir callando? Una verdad
se ocultará en la cruz de tus ojos.
No podrás jugar con tu sonrisa,
mi vida no te espera. No podrás.
Poemas ausentes
me llevan de la mano a mi temor,
a aquella fortaleza del comienzo.
Daré gracias que no siento,
devolveré mis sueños a la aurora
porque ya no tengo nada.
Nada,
porque el rebaño se ha ido.
Porque las flores me encuentran
desde arriba, perdiendo mi reflejo.
Ataraxia Gonzalo Salesky
140
UN POCO MENOS
Salva tu piel de toda aquella angustia,
deja que el árbol suene y traiga piedras.
Tira del mar, que pronto habrá un desierto
y en tu refugio, cansado, estaré alerta.
Trataré de soñar un poco menos
si me abandonas y dejas tu maleta.
Como el dictado invisible de un poema,
como el tejido sangrante de una mueca,
prefiero ser la voz que te acaricia
aunque disfrace el dolor de un alma inquieta.
Afuera, la lluvia se ha llevado
por siempre lejos, las noches y la angustia
de saber que nada es fácil, de saber
que todo muere, que todo se marchita.
Ataraxia Gonzalo Salesky
141
DUDAS
Madera fútil,
ceniza de la aurora.
Pasado atroz
que anuncia tus preguntas.
Pienso que el viento sabrá de lo que hablamos
y en esa escarcha, en tu voz, verás mis dudas:
¿Por qué tu Dios disimula un presagio?
¿Por qué el fulgor precede a la derrota?
¿Me invitarás a salir de mi encierro?
Cuerpos sin manos me esperan y, de a poco,
entierran lo que queda de mi boca.
Ataraxia Gonzalo Salesky
142
DESDE ADENTRO
Desde adentro,
respirando profundo
porque el aire es poco,
el cielo no es azul y cada noche...
cada noche es más larga que la noche.
Sueño con verte otra vez,
con ver la luna
que desde aquí no sonríe.
Sueño que un día
volveré a encontrar viejos caminos,
un nuevo hogar, una nueva esperanza:
poder valerme de mis manos,
de mis sueños.
Miro mis pasos hasta aquí
y, desde adentro,
siento que el alma se me escapa,
que puedo volar cada vez más alto.
Que falta poco para ver la luz del sol
y mi futuro, hecho presente,
entre tus brazos.
Ataraxia Gonzalo Salesky
143
DESIERTO Y CICATRICES
Esta noche perfumarás mis sueños,
esta noche me fundiré en tus brazos.
Fui tanto tiempo desierto y cicatrices...
Espero ser oasis, primavera,
puesta de sol. Dejar de ser naufragio.
Ataraxia Gonzalo Salesky
144
DESPEDIDA
Apagarás la luz para no verme
y soltarás mi mano en la tormenta.
¿Seguirás creyendo en fantasías?
¿Sabrás por fin que aquí no queda nada?
Nunca entendiste de qué trató mi vida,
fuiste el espejo mudo de mis sábanas.
Despediré tu llanto con sonrisas.
Tu furia y el hielo, con mi espalda.
No alcanzarás a volar, nunca tan alto;
despediré, sonriendo, tu nostalgia.
Ataraxia Gonzalo Salesky
145
TE ESPERO
Condenaste al viento a ser discreto,
terminaste de abrir mis fantasías.
Te acercaste a mí desde el silencio
y allí me quedo,
en vos,
con tu distancia.
Más allá del cielo no hay matices,
tu voz me espera.
Y yo también te espero.
Ataraxia Gonzalo Salesky
146
VIEJOS AUGURIOS
Será mi arma secreta tu pasado,
el futuro dejará mis deseos
al margen de tus ojos. Tengo miedo
de ser lo que no soy, de estar nublado.
Tengo miedo de la llovizna eterna,
de escuchar sólo viejos augurios
y ver, de nuevo, pájaros al ocaso.
Ataraxia Gonzalo Salesky
147
AL VACÍO
Arrojando piedras al vacío,
supurando heridas que no abren,
seguiré al acecho.
El viento y tu marea dan alas al misterio.
Soñando con quimeras,
temblando como la madrugada
adivino tu sombra en mi silueta.
Ataraxia Gonzalo Salesky
148
LEJOS DEL RÍO
Sin vos, seré un cristal que no se rompe
sólo con el sonido de tu beso,
sólo con la ofrenda de tu pulso.
Tendré un manojo vacío de ansiedad,
un rostro oculto,
una fina madeja.
Un lápiz invisible y el adiós
a todo lo perdido en el camino.
Otros eligen irse, yo prefiero
ahogarme de pie,
sufrir sediento,
buscar el Edén lejos del río.
Ataraxia Gonzalo Salesky
149
A VECES
A veces dudas
si es mejor volar de pie que soñar bajo,
si es fugaz lo que no abruma y te libera,
si quedará entre líneas el dolor.
A veces crees
que nada será fácil en la hoguera.
Que pronto he de partir hacia otros mares,
que es tarde para ver la luz del sol.
A veces,
a veces sé que sueñas
que todo lo anhelado deja huella
y que soy tu camino, nada más.
Ataraxia Gonzalo Salesky
150
TIMÓN
Sin paz navego
por tu valle de lágrimas
apelando a tu lástima.
Temor ausente,
vidas a oscuras,
nuestros sueños perdidos...
Indeciso timón,
sólo viendo tu faro estaré alerta.
Paso a paso,
sin brújula,
me pierdo ante las cruces del espejo.
Ataraxia Gonzalo Salesky
151
HACE FRÍO
Hace mucho no siento como antes,
hace frío y aquí sigo, despierto.
Hace falta que brille y no me oculte,
hace poco que escribo mi silencio.
Hace tiempo que vivo sumergido
en tu recuerdo que hace olvidar mis sueños.
Ataraxia Gonzalo Salesky
152
SOY
Soy un pasajero del fracaso,
un príncipe de espejos, una daga.
Un soñador de rubíes,
la hoz sin el martillo,
las voces en la entrada.
Las tribus, conquistadas y libres,
el eco de todo lo perdido.
Todo aparece, sin más,
frente al espanto
de volver a vivir esta miseria.
Las lámparas se rompen,
la imagen repetida del escándalo
me hace temblar en la cruz.
Quizá perdiendo de una vez
entenderé de qué va esto;
sabré que la mentira
no es la verdad a medias
y que tu vida
es sólo lo que muestras.
Ataraxia Gonzalo Salesky
153
NO CUENTES
No cuentes con el cielo o el infierno,
no cuentes con el sol ni con la noche.
Espera que decante lo profano,
que desfilen los cadáveres ajenos.
No cuentes conmigo o con la voz
que ahora calló, junto con el verano.
Ataraxia Gonzalo Salesky
154
FUGAZ
Los molinos de viento me arrebatan
la cordura y el sol de nuestras tardes.
Tendré mis párpados listos, mi telar
y aquel naufragio, fugaz, sólo en tu orilla.
Hace tiempo que espero estar de paso,
sentir la voz de Dios, ver la neblina.
Jugar con las palabras de tu sombra,
ser el verano y la escarcha, tu secreto.
En mi espejo deliro y te imagino
bebiendo y soñando mi dolor.
Tendré mis sueños preparados y el sonido
de aquel naufragio, fugaz, sólo en tu orilla.
Ataraxia Gonzalo Salesky
155
PUÑAL
Soltó el puñal
y vio que la madera
convertía en cruces la nostalgia.
Su piel y su cordura fueron lejos,
testigos de la fe en lo que no existe.
Dejó de ver por él y por los otros,
soñó que todo se alejaba.
Tomó el puñal, herido en llanto,
siguió el camino
hacia el vacío, rumbo a la indiferencia.
Ataraxia Gonzalo Salesky
156
DE VUELTA
Soy eterno al escribirle a tus raíces,
soy la verdad que impone tu certeza.
Soy el futuro en tu voz, soy el pasado
aferrándose a lo poco que le queda.
Volví, después de muchos pasos,
a volar con pena y sin la gloria.
Nunca pensé, tan pronto,
estar de vuelta.
Ataraxia Gonzalo Salesky
157
FANTASMA EN EL DESIERTO
Veré volar la luna en tu prisión
y alada, tu sonrisa,
hará mis pasos vanos.
Como un fantasma en el desierto,
como una especie extinguida,
me defiendo de toda la nostalgia.
Con esta piel, ajada,
que deja tu verano y el dolor
de ser un poco menos, cada día.
Ataraxia Gonzalo Salesky
158
LUNA NUEVA
En mi dilema, ausente,
el tiempo vuela,
no me espera.
Ya no sangra.
Vuelven a gritos la cordura,
los pedazos rotos del espejo,
la luna nueva.
Suelto,
suelto tu sueño,
suelto mis sueños a la par de tus pecados.
Pero no quiero ser yo ni ser la sombra
de todo lo que alguna vez fue amor.
Ataraxia Gonzalo Salesky
159
ME DUELE
Prefiero saber que nada cambia
con el paso del tiempo. Nada
me ayuda a superar
esa vereda oculta,
lo que no puedo cruzar sin hacer daño.
Me gusta,
me importa cada vez más el vacío.
Me duele la poesía, me puede...
me puede tu perfume, como a todos.
Me escucha tu silencio y tu espejismo
me hace ser hijo, uno más,
de la nostalgia.
Ataraxia Gonzalo Salesky
160
DE MIS PECADOS
El cielo plomizo
le agrega a tus párpados
una gran certeza:
lloverán tus lágrimas
antes que el invierno.
Antes que el camino
silbe, por lo bajo,
otra gran derrota
te irás muy lejos de mí,
de mis pecados.
Ataraxia Gonzalo Salesky
161
LO QUE FUI
Declaro mi inocencia y, derrotado,
me siento a contemplar lo que perdimos.
Trato de ser mejor, pero no alcanzo
a ver ni la mitad de lo que fui.
La fe ya no me sirve y la esperanza
invita a despojar tus cicatrices
de mí. Pero siguen ardiendo,
repiten que la vida no nos habla.
Sólo promete, a través del olvido.
Ataraxia Gonzalo Salesky
162
LO QUE NO FUI
Soy sólo un cuerpo sin tumba,
un desaparecido.
Pregunta sin respuesta,
plegaria sin Dios,
nunca más, silente,
en nuestro limbo.
Quizá una escuela vacía de gigantes,
un libro sin poemas.
Soy cada vez menos,
soy lo que no fui;
cicatrices, nada más,
tal vez desierto.
Sólo un espejo en la cubierta
luchando contra el mar, que igual refleja.
Ataraxia Gonzalo Salesky
163
ELLA
A través del cielo,
de la tierra,
de sus ojos mudos,
ve pasar la historia.
Hombres y mujeres
que soñaron su corazón herido
la imitan,
la llaman,
quieren ser como ella.
Quieren saber qué duele cuando calla,
qué falta cuando sobra,
qué importa… cuando nada más importa.
Ataraxia Gonzalo Salesky
164
LO QUE SOY
Quiero volar al fondo del abismo
y sin salir de allí, ver tu mirada.
El brillo efímero del sol,
el sueño amargo
de cada héroe olvidado,
de próceres tardíos.
De voces que lamerán tu herida.
Del placer,
del miedo,
de mis celos.
De la plegaria a oscuras.
Ahora soy lo que ves,
soy lo que sueño.
No lo que doy,
no soy tu ángel
ni un ave de rapiña.
Tu espíritu y mi cruz,
soy tu condena,
soy todo lo que alguna vez perdí.
Ataraxia Gonzalo Salesky
165
MI ALMA NO
Vives a oscuras,
duermes en luces,
cosechas entre nubes de plomo.
Con tu carne, vacía de mis sábanas.
Con tu gemido y el silencio.
Mi silencio.
Cruzaste tinieblas, tempestades
y tus sueños te muestran lo pendiente.
Todo lo fugaz, aquello efímero
que siempre se escapa de las manos.
A la luz de otra luna te despiertas,
te sabes muerta desde siempre
y en cada siglo del tiempo,
sabrás que mi alma no te escucha.
Ataraxia Gonzalo Salesky
166
VERSUS
Como un cretino del tiempo
desgajo citas, recortes, palabras
que me alejan del viento
y me invitan a volar, muy lejos tuyo.
Sé que no puedo atentar contra la vida
porque no es cierto,
no es cierta la locura.
La impotencia gana,
aún me destruye.
Imita sombras que no fueron condena.
Pero declaro mi inocencia
y por adelantado,
me encierro a cobijar tu sacrificio.
Ataraxia Gonzalo Salesky
167
NO NAUFRAGIOS
¿Serán islas o montañas?
¿Deseos o mentiras?
¿Tu piel o mi fracaso?
¿Mi espada o tu condena?
Somos barcos, no naufragios,
vagando en cicatrices, en nostalgia.
En mares de mentiras, navegantes
del sol,
de nuestro ayer,
de aquel pasado,
que nunca más será lo que no fuimos.
Ataraxia Gonzalo Salesky
168
ADÓNDE VAN
¿Adónde van los sueños cuando mueren?
¿Adónde va tu voz cuando se calla?
¿Adónde esconderás este secreto?
¿Adónde estás? ¿Por qué sigues dormida?
¿Por qué tu piel oculta mi fracaso?
Quizá el dolor tenga algo de nosotros.
Tiempos y noches atrás, en la fatiga,
supe que la condena estaba cerca.
Ataraxia Gonzalo Salesky
169
SERÁS
Serás la fantasía del perverso.
Un vientre inútil,
tu sueño en el ocaso.
El viento sin motivos. Dejaré,
te dejaré correr a la deriva
sin miedo a tu rostro enamorado.
Siempre supe que el tiempo es buen aliado
para saber la verdad. Entendí todo,
al fin, que nada queda.
Y en la distancia
se comprende el dolor.
Ataraxia Gonzalo Salesky
170
NO ESPERES
No esperes acallar aquellas voces
en otro idioma. No esperes a la luna
en tu guarida, no creas que el dolor
fue vano, si alguna vez fue vano.
No cuentes con el sol y con la luna,
no hay nada más allá del horizonte.
No esperes acallar aquellas voces
que gritarán mi nombre dentro tuyo.
Ataraxia Gonzalo Salesky
171
MUJER
Mujer alada,
vuelvo a soñarte,
pensando que puedes sacarme del duelo.
Creo que no sufres la crueldad del tiempo.
¿Sabes de mi lucha?
¿Sabes de esta vida turbia y sin afanes?
Debes escuchar los sueños del hombre,
tienes que saber cuál fue la verdad.
Vivo el mismo lado de tu eternidad,
con el corazón, carne sin alma,
mezcla de vacío y esperanza.
Latiendo mucho más de lo que sueña,
hoy parte, galopando en tu meseta.
Ataraxia Gonzalo Salesky
172
VUELA
Vive sin pensar en la muerte.
Trata de vivir intentando.
Sueña, sin soñar lo que temes.
Vuela, sin mirar los fracasos,
sin más red que tus sueños.
Sacando tu alma fuera,
creciendo con las lágrimas,
dando gracias a Dios por tanta vida.
Ataraxia Gonzalo Salesky
173
PROMESAS
Desprendiendo ataduras con el tiempo
saludaré de frente a la marea.
Extinguiré el incendio de tus labios,
profanaré mi tumba y tu silueta.
¿Te escaparás de mi, como otras veces?
¿Me dejarás soñar con tu ironía?
Sé que muy pronto saldrás, será tan fácil
como volver al punto de partida.
Ataraxia Gonzalo Salesky
174
SOPLO
Un soplo te dio vida,
la manzana prohibida te alejó
de lo que siempre debió ser sólo tuyo.
Todo se cae, tarde o temprano,
todo es desvelo.
Insomnio,
secreto a voces,
distancia,
mar de preguntas.
Todo es verdad,
nadie te espera,
nada te vale vivir para los otros.
Hoy sólo queda el agua destinada
a lavar culpas,
a ser fina llovizna.
Ataraxia Gonzalo Salesky
175
TREGUA
Tu deliciosa penumbra,
tus secretos,
tu espíritu radiante de mí.
La ausencia de fantasmas,
mi perdón,
deseos que de a poco ven mi trampa.
Le pediré una tregua a mi silencio,
a las cenizas de más.
Ya no me sigas,
hemos crecido.
Puedo dejar que vueles pero no,
no alcanza el tiempo.
Ataraxia Gonzalo Salesky
176
PRONTO
La vida sin fantasmas,
el temblor de todo lo anunciado.
El soplo eterno,
la ansiedad,
la hora difícil.
El hambre,
nostalgia de otra época.
Empecinado en recordar lo que no olvido,
lo que nunca supe dar,
lo que no importa.
Pienso que todo va a morir,
sé que es muy pronto
para admitir la derrota del sol.
Ataraxia Gonzalo Salesky
177
UN MITO MÁS
Mirando hacia atrás,
quizá el futuro se parezca
a un mito más,
a profecías enteras.
Sin motivos que me llenen
veo la luna marchitarse entre sombras.
¿De qué vale ser distancia? No es tu dios
quien recorre los pétalos de noche.
No es la brisa quien me llama,
no es tu voz la que grita
en medio del desierto.
No es el tiempo
quien le gana al reloj.
Ataraxia Gonzalo Salesky
178
ALETEO
Dejo en tu vientre mi dolor,
el paso infame
de lo que siempre costó. Verte tan libre
me hace odiar un poco más al viento.
A tu aleteo sonoro,
a tu espejismo,
a tus preguntas.
Debes saber
qué triste es la verdad que no libera,
qué sueños son aquellos que persigues,
qué dulce es el puñal que todo acaba.
Ataraxia Gonzalo Salesky
179
UN SOLO DIOS
Una mácula,
extinta de pecado,
salva tu voz.
Salva tu alma,
salvó tu piel de toda aquella angustia.
No queda nada, al fin,
si me detengo a pensar en otros brazos.
Hay un solo mediodía en el verano,
hay una sola luna,
un solo Dios.
No puedes romper estas cadenas
sin vacilar ni tejer la nostalgia
por el pasado.
Por la hiel,
por el milagro,
por los íconos viejos,
por el sol.
Ataraxia Gonzalo Salesky
180
LLOVIZNA
Imágenes tenues de llovizna
se asoman al palacio.
El cielo parece reclamar
a cada ángel perdido y encontrado.
¿No ves que el sol está mintiendo?
¿No escuchas los halcones dorados?
¿Otro verano pasará sin llevarnos?
¿A qué le temes? Soy sólo un espejismo.
Ataraxia Gonzalo Salesky
181
EL PESO DE TU CRUZ
Una isla a oscuras en medio del desierto
ataca mi vida y mis pecados.
El recuerdo y el temor de ser tan poco
me ganarán, no sé dónde encontrarlos.
La oscura realidad, la sangre muerta
agitan todo el peso de tu cruz.
Ataraxia Gonzalo Salesky
182
LA BOCA Y EL ALMA
Vivo recordando
la nostalgia fugaz de tu belleza.
La noche absurda,
tu inocencia.
El caudal pretérito del odio,
tu ironía,
tu rubor
ante cada mañana repetida.
El faro del pecado, instinto inútil.
Tu perfume,
tus besos,
la humedad.
La década infame de locura
y el calor que compartimos
hoy y ayer,
ayer y siempre,
nunca tan solos.
Los primeros toques de la muerte,
las arrugas,
los sueños viejos,
Ataraxia Gonzalo Salesky
183
causas perdidas de aquellas libertades
que hoy no persigo.
Que dejan secos la boca y el alma,
resabios del amor desperdiciado.
Ataraxia Gonzalo Salesky
184
HIELO
Asoman al futuro
tus párpados de hielo.
Mi Dios,
tu sacrificio,
todas las mentiras en el viento.
No somos la esperanza,
sólo el pasado a prueba.
Presentes como nunca,
lo ambiguo y la tristeza
me reciben,
me alojan,
ablandan mi memoria.
Ataraxia Gonzalo Salesky
185
NO HABRÁ MILAGRO
El tiempo me atraviesa,
me recorre.
Dibuja la tardanza en mi reflejo.
Mis agujas,
las tuyas,
tienen distinta forma.
Serpenteando el abolengo de la historia
brilla tu escudo. Y en el fondo del mar
no habrá tesoros esta vez,
no habrá milagro.
Tu sol abraza la llanura y en mi piel
solamente se detendrá el verano.
Ataraxia Gonzalo Salesky
186
RODANDO CON LA LUNA
No habrá cárceles ni olvido,
no habrá sombras
que busquen tu voz en mi silueta.
No habrá notas lejanas, sólo sueños
ni arco iris después de la tormenta.
Tu voz me llenará de cicatrices
si espero y todo pasa,
si soy sombra.
En tu estrella me iré y en tu silencio
mantendré escondida mi lujuria.
Todo lo que no supe decir no
sigue allí afuera,
rodando con la luna.
Ataraxia Gonzalo Salesky
187
ALMA
El alma no cambia, dijiste,
el alma no presiente.
El alma es más que una pregunta,
es sólo la respuesta de tu dios.
A todo lo que huye, a todo
lo que escribo entre líneas,
entre el fuego y la miseria de los dos,
entre silencios borrados con el codo.
Ataraxia Gonzalo Salesky
188
QUÉ FUE
Mi vida fue un camino a recorrer,
fue la primera sangre, fue una meta.
Un déjà vu de flores,
un puente hacia el dolor,
una mirada.
Como la estirpe olvidada,
como las tres estrellas,
sigo asomando.
Tratando de entender qué fue mi vida,
qué fue mi corazón alguna vez.
Ataraxia Gonzalo Salesky
189
ESPÉRAME
Espérame entre el fuego,
espérame en la brisa.
Espérame sin ángeles custodios,
espérame en silencio.
Allí donde no hay nada,
espérame, sin frutos,
y yo te llevaré hacia la cosecha.
Ataraxia Gonzalo Salesky
190
DOS
Los dos quisieron nombrar
las mentiras de la historia.
El pecado nunca fue detenerse.
La orfandad exquisita del vértigo
los hizo temblar alguna vez.
Buscaron la verdad
desgarrando las sombras.
Otros durmieron en laureles,
pero los dos prefieren
escapar del libreto.
Encontraron un país que no los llama,
que trató de exiliarlos.
El sudor, la esperanza,
el azar y el triunfo
fueron aliados y hoy los esperan,
hoy los abrazan.
Ya nada temen,
la tormenta se ha ido,
los gigantes de papel están cayendo.
Ataraxia Gonzalo Salesky
191
CEGUERA
Huérfano de luz,
te grito a oscuras mi nombre.
Te prometo que nada será igual,
que mi fracaso
es sólo un paso más.
¿Qué tendrá que pasar para que sepas
que la verdad sólo se ve en las calles?
La ceguera siempre fue contagiosa:
no tengas miedo, somos todos iguales.
Ataraxia Gonzalo Salesky
192
AMAPOLA
Es tan frágil y pequeña que duerme
flotando en una hoja de amapola.
Se baña en rocío y vuelve a acostarse,
viendo la luna brillar sobre sus ojos.
Se va hacia la luz y vuela en silencio
porque ése es su idioma.
Como el mundo grita,
no van a escucharla,
aunque entienda aquello que no todos ven.
Siempre tan ausente,
trémula en la niebla,
no deja que nadie se acerque a su vida.
Quiere susurrar lo que otros se callan…
Despierta de noche y en las madrugadas,
esperando un sueño que la haga feliz,
volará en silencio.
Porque ése es su idioma.
Ataraxia Gonzalo Salesky
193
VENDRÁ EL MAR
Sálvame.
Tus ojos me separan
del miedo,
de la noche,
del dolor.
Te dejo ser mi condena,
a través de tus sueños va mi espíritu.
Espérame, el naufragio
no pide nuestros nombres
y después de las dudas,
vendrá el mar.
Ataraxia Gonzalo Salesky
194
POR LA MAÑANA
Fría.
Perfecta.
Sola como la nieve.
Silueta a oscuras,
reflejas el retorno a nuestra casa.
Crees.
Esperas.
Sueñas con alas y luces.
Despertarás siendo menos,
pero mucho
quedará entre los dos por la mañana.
Ataraxia Gonzalo Salesky
195
PROMESAS DE PAZ
La muerte es sabia. Una pequeña historia
nace dos veces en cada amanecer.
Pero el camino hacia la libertad es otro.
Búsqueda eterna, vacío existencial,
sueños desterrados por profetas ciegos
ganaron mi esencia y hacen que en el alma,
descubra, en silencio, promesas de paz.
Ataraxia Gonzalo Salesky
196
NUESTRO ALIENTO
Tiempos y silencios nos esperan,
descubren que todo está en el viento.
Las hojas ya no mienten y es otoño,
sé que al volar encontrarás tus sueños.
Los frutos se alejan de repente;
sé que al volver, te soñaré despierto
y no habrá despedidas, no habrá sombras,
sólo la escarcha en tu voz y en nuestro aliento.
Ataraxia Gonzalo Salesky
197
ESCARLATA
En la llanura, pequeñas sombras
delatan la huella del silencio.
¿Te atreverás a perder la batalla?
Picos y abismos son parte del pasado,
quizá el otoño me cubra de escarlata.
Ataraxia Gonzalo Salesky
198
ESTARÉ
Se terminan las hojas,
el bálsamo, el consuelo,
y mi epitafio, en blanco.
¿Me habré alejado de mí?
¿Seré tan poco?
No sé si continuar, pero es inútil
luchar con esa sombra que veo en el horizonte.
No me nombres:
si cierras los ojos, estaré.
Ataraxia Gonzalo Salesky
199
NO ESTARÉ SOLO
Traiciona el vicio de escribir
aunque libera, a medida que sangro.
Sé que pasarán viejos veranos
en el desierto abrasador, en la llanura.
No estaré solo, las páginas irán
acompañando cada día y cada noche.
El fin del mundo veré cerca,
y nada más importa (nada menos).
Lo escrito duele, vuela, me despoja
de toda la conciencia. Siempre fluyen
el odio y el amor sólo hacia afuera...
sólo hacia afuera.
Ataraxia Gonzalo Salesky
200
ES INÚTIL
Tus canciones me dirán que estoy de luto,
que otro ocupó mi lugar, que voy de paso.
Que nada importa ya porque es inútil
dejar que disimule la pasión.
Alguna vez pensé, como un idiota,
que para siempre era cierto,
que lo eterno no es quimera.
Me desprendo del alma y es inútil
sentir, soñar, reír... dar lo mejor.
Ataraxia Gonzalo Salesky
201
FARSA Y TRAGEDIA
Vendrá otro cuarto de siglo a la intemperie,
Sodoma y Gomorra siguen cerca.
Ciudades dormidas por pantallas sucias
persiguen luces vanas, sueños truncos.
¿Por qué otra vez repetir esta historia?
¿La farsa, la tragedia y el derroche?
Nunca más seas cómplice de espejos,
salva tu piel de toda aquella angustia.
Huyendo del pudor y de las dagas
nos iremos corriendo, al fin desnudos.
.
Ataraxia Gonzalo Salesky
202
CENTINELAS
No somos dioses, tampoco centinelas
de la brisa. No estaremos de luto,
ni vencerás las bestias
con los ojos cerrados.
Afuera, otra vez, veo la sangre
como cada diez años. Mi suelo
no pregunta cuánto sacrificio falta,
cuánto tiempo se derrama en las espigas.
Ataraxia Gonzalo Salesky
203
MENTIRAS EN EL VIENTO
Trato de ser más que un labrador
en este valle vacío de ternura.
Salgo y entro de lleno en tu recuerdo,
no espero estar seguro de mis dudas.
¿Seremos sólo mentiras en el viento?
Pronto oscurecerá de todas formas
y allí verás qué poco es lo que valgo.
Ataraxia Gonzalo Salesky
204
ALMAS CONGELADAS
No es el amor, es la pena.
No es el espíritu, es el alma
y la certeza de ser un condenado.
Todos atienden su instinto,
se pierden en la luz o en la neblina
y en el silencio que oculta aquellas voces.
Tendré mis ojos serenos.
Por cada lágrima suelta
habrá un rebaño de almas congeladas.
Ataraxia Gonzalo Salesky
205
ÍNDICE
SEIS MONEDAS 06
NIEVE 13
ROSAS ROJAS 20
SOMOS ESPEJOS 28
DILUVIO 29
SILENCIOS AJENOS 30
MUY LEJOS 31
TIBIEZA 32
OCULTAR EL ALMA 33
GRIS 35
FUEGOS DE ARTIFICIO 36
LEJOS 37
DÍAS INÚTILES 38
SIN NADA 39
CADENAS 40
HOJAS DEL ALMA 41
INFINITO Y ETERNO 42
BLANCA 43
SER DISTANCIA 44
NO BUSQUES 45
CULPA Y PECADOS 46
EN MIS MANOS 47
MÁS ALLÁ 48
DESEO SIN TIEMPO 50
BRISA, NOCHE, DÍA 51
OTRA HOGUERA 52
SÓLO ES ESO 53
PLÁCIDO MISTERIO 54
EN CADA AGONÍA 55
DESPEDIDAS 56
ADÓNDE VOY 57
SI TE PIERDO 58
PRIMERO 59
VESTIGIOS 60
SOLAMENTE 61
FRUTA MALDITA 63
AGUA DE LLUVIA 65
PREGUNTA 66
UN POCO MÁS 67
TUS PASOS 68
VIENTO Y MAREA 69
VICTORIA AJENA 70
TIERRA PROMETIDA 72
POLVO Y CENIZA 73
PERDIENDO LA FE 74
SUEÑOS EN VELA 75
CONTRA EL OLVIDO 76
VIENTO DE AGOSTO 77
PERSEGUIRÁN MI SOMBRA 78
REY A OSCURAS 79
PREFIERO 80
DEJAR DE VER LA LUNA 81
ESPACIOS VACÍOS 82
DAGAS EN SILENCIO 83
TUMBAS SIN NOMBRE 84
DE REOJO 85
POR TU SOMBRA 86
ESCRIBIR FINALES 87
AMNESIA 88
ESTRELLAS FUGACES 89
Ataraxia Gonzalo Salesky
206
RÍO ABAJO 90
AQUELLA NOSTALGIA 91
LUZ DE LÁGRIMAS 92
OTRAS VIDAS FELICES 93
ADÓNDE VAN LOS SUEÑOS 94
CADA PALABRA 95
SILENCIO DORMIDO 96
LEJOS DE MI PERDÓN 97
VOCES EN SILENCIO 98
POCO Y NADA 99
LA VERDADERA HISTORIA 100
PODRÍA SER 101
UNA VEZ MÁS 102
NUNCA LLEGA 103
AUNQUE NO ENTIENDAS 104
YA ES TARDE 106
SERÉ 107
MADRUGADA 108
DE QUÉ SIRVE 109
ESPEJISMO 110
DE LUTO 111
YA NO ESPERA 112
VOCES 113
ALGO MÁS 115
ANTES DEL INVIERNO 116
LOCO 118
HACIA NINGUNO 119
AUNQUE NO HAYAS PARTIDO 120
ANTES DE PARTIR 121
AL BORDE 122
DISTANCIA 123
LAS HORAS QUE QUEDAN 125
UN BUEN SECRETO 127
EN TU VOZ 129
TANTA CULPA 130
MENSAJEROS DEL OLVIDO 131
FINGIENDO ESTRELLAS 132
TAL COMO ES 133
ABRIR HERIDAS 135
FARO 136
REFLEJO 137
SOMBRAS Y OTOÑO 139
UN POCO MENOS 140
DUDAS 141
DESDE ADENTRO 142
DESIERTO Y CICATRICES 143
DESPEDIDA 144
TE ESPERO 145
VIEJOS AUGURIOS 146
AL VACÍO 147
LEJOS DEL RÍO 148
A VECES 149
TIMÓN 150
HACE FRÍO 151
SOY 152
NO CUENTES 153
FUGAZ 154
PUÑAL 155
DE VUELTA 156
FANTASMA EN EL DESIERTO 157
LUNA NUEVA 158
ME DUELE 159
Ataraxia Gonzalo Salesky
207
DE MIS PECADOS 160
LO QUE FUI 161
LO QUE NO FUI 162
ELLA 163
LO QUE SOY 164
MI ALMA NO 165
VERSUS 166
NO NAUFRAGIOS 167
ADÓNDE VAN 168
SERÁS 169
NO ESPERES 170
MUJER 171
VUELA 172
PROMESAS 173
SOPLO 174
TREGUA 175
PRONTO 176
UN MITO MÁS 177
ALETEO 178
UN SOLO DIOS 179
LLOVIZNA 180
EL PESO DE TU CRUZ 181
LA BOCA Y EL ALMA 182
HIELO 184
NO HABRÁ MILAGRO 185
RODANDO CON LA LUNA 186
ALMA 187
QUÉ FUE 188
ESPÉRAME 189
DOS 190
CEGUERA 191
AMAPOLA 192
VENDRÁ EL MAR 193
POR LA MAÑANA 194
PROMESAS DE PAZ 195
NUESTRO ALIENTO 196
ESCARLATA 197
ESTARÉ 198
NO ESTARÉ SOLO 199
ES INÚTIL 200
FARSA Y TRAGEDIA 201
CENTINELAS 202
MENTIRAS EN EL VIENTO 203
ALMAS CONGELADAS 204
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