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Catequesis Parroquial Familiar 2
Tema 6 Jesús resucitado vive para siempre
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Notas del catequista ................................................................................................................................................. ................................................................................................................................................. ................................................................................................................................................. ................................................................................................................................................. ................................................................................................................................................. ................................................................................................................................................. ................................................................................................................................................. ................................................................................................................................................. ................................................................................................................................................. ................................................................................................................................................. ................................................................................................................................................. ................................................................................................................................................. ................................................................................................................................................. ................................................................................................................................................. ................................................................................................................................................. ................................................................................................................................................. ................................................................................................................................................. ................................................................................................................................................. ................................................................................................................................................. ................................................................................................................................................. ................................................................................................................................................. ................................................................................................................................................. .................................................................................................................................................
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Tema 6: Jesús resucitado vive para siempre La resurrección de Jesús es el elemento clave de nuestra fe cristiana. No es fácil hablar de ella, no podemos explicarla científicamente, no es algo demostrable, pero si es “mostrable” el cambio y las consecuencias que la resurrección de Jesús produjo en aquellos discípulos, hombres y mujeres, que se encontraron con Jesús vivo después de su muerte en cruz. Es perfectamente “mostrable” la vida de entrega y el compromiso de tantos hombres y mujeres, de hoy en día, que desde esa fe en el resucitado han encontrado una fuerza especial para dar y transmitir vida en nuestro mundo.
I.-‐ Objetivos • Acercarnos a la experiencia de encuentro de los primeros discípulos con el resucitado. • Descubrir el sentido que la resurrección de Jesús aporta a nuestra vida de creyentes.
II.-‐ Desarrollo del tema Dice el apóstol Pablo que si Cristo no resucito, vana es nuestra fe. La Iglesia carecería de una Buena Noticia de salvación para anunciar al mundo. Nuestra fe quedaría vacía de sentido. No tendríamos ninguna esperanza verdaderamente definitiva para aportar al ser humano. Solo la resurrección de Jesús fundamenta
y da sentido a nuestra fe cristiana. Los discípulos, dispersados por el miedo, el fracaso de su maestro muerto en la cruz y desesperanzados, no podían esperar ya nada. El “movimiento” de Jesús debería haber acabado. Sin embargo, a los pocos días, los discípulos, congregados de nuevo, salen a la calle para gritar, aun a costa de su vida, algo que es locura a oídos de los judíos y gentiles: “Dios, ha resucitado a Jesús”, “El vive”. La fe en el resucitado se convierte en el germen de la nueva comunidad. Vamos a tratar de acercarnos a la experiencia que vivieron los primeros creyentes, para descubrir su fe convencida en la resurrección de Jesús y para comprender mejor que significa para nosotros, los cristianos, creer en Cristo resucitado. Lo que primeramente observamos es la dificultad que experimentan estos hombres para expresar y hacernos entender este acontecimiento inesperado y desconcertante. Jesús, el crucificado, al que ellos han podido ver muerto, ahora se les presenta lleno de vida. Es una experiencia compartida por bastantes, repetida en diversas circunstancias y que ellos tratan de describir de varias maneras. Los discípulos no nos describen nunca el acontecimiento mismo de la resurrección. No pudo ser vista por nadie. La resurrección no se puede “mostrar” ni “demostrar”. No fue un hecho verificable históricamente. Ellos nos hablan de sus encuentros con el ya resucitado que se les presenta lleno de vida y transforma sus personas. Los discípulos narran esta experiencia de encuentro con el resucitado, la describen con una gran variedad de detalles: Jesús resucitado les saluda, les da la paz, los bendice, los llama, les ensena, los consuela, los envía a una gran misión... Es decir, el encuentro con el resucitado los ha cogido, los ha transformado y ha puesto en marcha la fe de la pequeña comunidad. La fórmula que emplean con más frecuencia para describir esta experiencia es: “se deja ver”, “se hace visible”, “se vuelve a encontrar con los suyos”. Se trata de un encuentro cuya iniciativa no está en los discípulos sino en Jesús. Es el mismo Jesús el que interviene en sus vidas, se les hace presente, se les impone lleno de vida y les hace salir de su desconcierto e incredulidad. Para los primeros seguidores de Jesús la resurrección es algo que le ha sucedido a Jesús. Algo que se ha producido en el crucificado, no en la imaginación de los discípulos. No es producto de su
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fantasía ni resultado de su reflexión. No es tampoco una manera de decir que se ha despertado su fe en Jesús. Ellos lo perciben como un acontecimiento que los ha arrancado de su desconcierto y frustración, transformando de raíz su adhesión a Jesús. Para los primeros cristianos, en la resurrección de Jesús es Dios quien está actuando. Con su fuerza lo rescata de la muerte para introducirlo en la plenitud de su propia vida. Dios interviene para regalarle su propia vida. Cuando todo parece hundirse en el absurdo de la muerte, Dios se nos revela “dador de vida”. Es acontecimiento transformador y llamada a la misión Aquellos hombres, que se resistían a aceptar el mensaje de Jesús, comienzan ahora a anunciar el evangelio con una convicción total. Aquellos hombres cobardes, que no habían sido capaces de mantenerse junto a Jesús en el momento de la crucifixión, comienzan ahora a arriesgar su vida por defender la causa del crucificado. Jesús les ofrece de nuevo su confianza: su infidelidad queda curada por el perdón, pueden iniciar una vida nueva. Con Jesús todo es posible. Les infunde su aliento y los libera de su tristeza y de sus miedos. Los discípulos viven el encuentro con el resucitado como llamada a anunciar el evangelio. Su misión es la misma que El ha recibido del Padre; les pide prolongarla y actualizarla. Ahora ellos son testigos de esta experiencia del resucitado. Su resurrección nos afecta a todos Los primeros cristianos están convencidos de que en la resurrección de Jesús, Dios confirma toda su vida y su mensaje. La resurrección de Jesús es la prueba más clara de que Dios estaba con Él. Descubren también los seguidores de Jesús que su resurrección abre para todo el género humano una puerta de esperanza, que nuestras vidas están llamadas por Dios a vivir eternamente junto a Él.
III.-‐ Cómo lo cuenta la Biblia (Jn 20, 19-‐23) Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: “Paz a vosotros”. Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús
repitió: “Paz a vosotros”. “Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo”. Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: “Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos”. Este texto del evangelio es una de las experiencias que los seguidores de Jesús tuvieron días después de su muerte. Ellos lo habían dado todo por perdido, su muerte era el fracaso de todo su mensaje y de sus expectativas de continuar su tarea. Pero durante un tiempo se dan distintas experiencias de encuentro con Jesús resucitado. Hay algunas características que se repiten en estos encuentros: el saludo de paz de Jesús a sus discípulos, su asombro cuando Jesús se da a conocer, el sentimiento de gozo en quienes se encuentran con Él, el envío por parte de Jesús a una gran misión, la de ser sus testigos en todo el mundo. La experiencia con el resucitado elimina miedos, les llena de fuerza para continuar la misión que Jesús comenzó y les confirma la presencia y actuación de Dios en aquel hombre llamado Jesús. Ahora comprenden que Dios estaba con Él.
IV.-‐ Esta reflexión invita a • Vivir nuestra vida con esperanza y con gozo, sabedores de que Dios camina a nuestro lado. El es apoyo y estimulo en nuestra vida. • Descubrir a Dios, dador de vida, en muchos momentos de nuestra historia
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personal y en todas aquellas personas que nos han amado y nos ayudan a caminar cada día. • Descubrir que todos los que nos sentimos creyentes estamos también llamados a comunicar nuestra propia experiencia de Jesús y a vivirla allá donde nos encontremos.
V.-‐ Oración Jesús, en tu forma de vivir, en tu amor, en tu entrega, en tu perdón, en tu muerte y resurrección nos comunicas cómo es el rostro del Padre, cómo es su misericordia y su amor por todos nosotros. Aumenta en nosotros el deseo de conocerte para así amarte mejor.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Amén.
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Encuentros con niños y niñas en la comunidad cristiana Recordamos que los objetivos que se plantean para este tema son ayudar a: • Comprender que significo para los discípulos que Jesús resucitara. • Descubrir que Jesús está vivo en nosotros.
1 Encuentro de catequesis en la parroquia
Dios, nuestro Padre, resucita y llena de vida a Jesús que ha muerto en la cruz. ◊ Revisar el trabajo que los niños han hecho en casa. ◊ La catequista adorna la sala colocando algún cartel grande de Jesús resucitado y con algunas flores encima de la mesa. • Les pregunta a los niños: ¿Qué es lo que veis en el cartel?, ¿Cómo veíamos a Jesús en la reunión anterior?, ¿Qué ha pasado?, ¿Por qué había muerto?, ¿Con la muerte de Jesús había ganado el mal y el odio? • Les lee el texto evangélico de la resurrección de Jesús (Jn 20, 1-‐9). Las mujeres son las primeras testigos de la resurrección de Jesús. La catequista les va narrando a los niños como Dios ha llenado de vida a Jesús, le ha resucitado. Les comenta que quien ama nunca muere. Dios nos llena de vida. El es Padre y nos ama y nos amara siempre. No permitirá que nuestra vida acabe en muerte sino que seguiremos viviendo con El. Con la resurrección de Jesús todos estamos también llamados a la vida. • Les explica que los creyentes recordamos el Sábado Santo, en la Vigilia Pascual, que nuestro Dios es Vida y nos quiere siempre vivos, por eso cantamos con gozo “Dios ha resucitado a Jesús, aleluya”. Aleluya, significa, alabad a Iahvé (Dios). Es el canto esperanzado de quienes sabemos que nuestra vida no acabara aquí, en este mundo. • Les comenta como nuestra vida tiene cierto parecido a lo que ocurre en la naturaleza. La primavera vuelve a llenar todo de vida. También hay una primavera para todos los hombres y mujeres. Todos nos llenaremos un día de vida eterna junto a Dios, una vida que no se acaba. • El catequista coloca en el mural la tira de papel en la que está escrito: “Dios, nuestro Padre, resucita a Jesús”. • La catequista puede hacer también alguna lectura a los niños del libro “Una promesa” Ed: Alfaguara. Autora: Carmen Pellicer. • Los niños pueden dibujar o llevar una flor cada uno y la colocan al pie de Jesús resucitado. Al colocarla junto al cartel de Jesús resucitado van diciendo: “Gracias, Jesús, porque me das vida”. • Pueden aprender la canción que aparece en el libro del niño (página 92): “Cuando siembras una ilusión...” (Incluido en el Cd) • Y para finalizar, todos agarrados de la mano cantamos la canción aprendida o también: “Gloria, gloria Aleluya”.
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2 Encuentro de catequesis en la parroquia
Los encuentros de los discípulos con Jesús resucitado. ◊ Revisar el trabajo que los niños han hecho en casa. • La catequista explica a los niños que Jesús resucitado se apareció varias veces a sus discípulos. A ellos les costó reconocerlo pues no tenía la misma presencia física que cuando estaba con ellos antes de su muerte. Los discípulos nos cuentan que sus encuentros con Jesús les llenan de alegría, se sienten otra vez animados y llenos de fuerza, sus miedos desaparecen, sienten esa paz de quien se encuentra con Jesús. • Les comenta como muchas veces cuando ellos juegan en su habitación, están tranquilos y alegres, y aunque no vean en ese momento a sus padres, el corazón les dice que están allí con ellos. • Los cristianos también reconocemos que Jesús resucitado se hace presente en medio de nosotros. Nos dice que cuando dos o más están reunidos en su nombre el esta allí en medio de nosotros aunque nuestros ojos no sean capaces de percibirlo. Ahora nosotros en la catequesis estamos conociéndole y aprendiendo a vivir como él, por eso Jesús esta también aquí con nosotros. Lo sentimos, con el corazón, vivo y presente entre nosotros. • La catequista lee el encuentro de Jesús con los dos discípulos de Emaús (Lc 24, 13-‐35). Les advierte a los niños que deben de estar atentos para recordar cuando aquellos discípulos le reconocen y que produce en ellos el encuentro con Jesús resucitado. • Colocamos el cartel de “Los discípulos de Emaús” o la página 90 del libro, ampliada, y pedimos a los niños que se fijen bien y nos digan lo que las ilustraciones cuentan. La catequista les ayuda a centrarse en los momentos importantes (la explicación de las Escrituras, el partir el pan). Les pregunta cuando los creyentes hacemos esto y como se llama. Si han acudido a la Eucaristia, que es lo que allí recordamos y celebramos. Hablan también sobre la reacción de los discípulos al reconocerle. • Les recuerda como Jesús esta en medio de nosotros cuando leemos la Palabra de Dios. El nos habla a través de ella. Cuando nos reunimos los creyentes, El está en medio de la comunidad que aprende a vivir como él. Y tambien se hace presente en las personas más necesitadas, ellos deben ser nuestra tarea preferente. • La catequista coloca en el mural la tira de papel en la que está escrito: “Jesús resucitado anima a los discípulos a anunciar su mensaje”. • Se puede proyectar la película en Dvd “Jesús ha resucitado” Ed: S. Pablo (duración 25 minutos).
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3 Encuentro de catequesis en la parroquia
Los testigos del resucitado hoy. ◊ Revisar el trabajo que los niños han hecho en casa. ◊ La catequista trae fotos de periódicos en las que se reflejan situaciones de violencia, soledad, hambre y también gestos de solidaridad, ayuda, cercanía... y las mezcla, poniéndolas esparcidas sobre la mesa. • Conversa con los niños y les ayuda a recordar cómo es Dios, como es un Padre que busca el bien y la felicidad para todos sus hijos y que allá donde hay amor El está presente. Les pregunta en que fotografías ven ellos gestos de amor, de vida, de paz, de alegría... • Los niños separan unas fotos de otras y explican que es lo que ven en cada foto. La catequista dialoga con ellos sobre situaciones que los propios niños viven de falta de cariño, de envidia, de peleas, de rechazos en el cole, en la calle... Comentan sus experiencias de ser acogidos, amados, ayudados. • La catequista les va comentando que allí donde se ayuda, se echa una mano, se perdona, se acoge, se ama... esta Dios aportando vida a través nuestro. En todo gesto de amor Dios se hace presente. Hoy Jesús quiere que nosotros seamos sus manos que ayudan y acogen, que seamos instrumento de su amor allá donde estemos. • Se coloca en el mural la tira de papel en la que está escrito: “Jesús resucitado sigue vivo entre nosotros”. • La catequista lee las siguientes frases del evangelio que los niños repetirán: “Yo estoy con vosotros todos los días hasta el final de los tiempos” (Mt 28, 21). “Cada vez que disteis de comer a uno de mis hermanos hambrientos conmigo lo hicisteis” (Mt 25, 40). “Donde dos o tres estén reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mt 18, 20). “Quien me ha visto a mí ha visto al Padre” (Jn 14, 9). • Cada niño dibuja dos escenas cercanas a su vida: una situación de rechazo y otra de ayuda. Y debajo escriben: “Donde hay amor allí está Dios”. • Abren el libro en la página 91 y van comentando los diferentes dibujos y descubriendo distintos momentos de la vida donde podemos reconocer el Espíritu de Jesús a nuestro alrededor. • Se puede trabajar la dinámica “La vida puede florecer” para que los niños descubran que toda vida, aunque este rota y sin brillo, puede dar fruto. (Ver en el Cd) • Acaban todos formando un círculo, se dan la mano y rezan la siguiente oración, que es la que van a llevar también a casa. Para llevar a casa y orar en familia Jesús, allá donde hay amor estás Tú presente. Por eso cuando mis manos ayudan y acarician, cuando mi boca consuela y anima, cuando mi corazón perdona y ama, descubro que todo mi cuerpo es instrumento de tu amor. Amén.
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Momento de oración con padres y niños Conviene que el catequista prepare velas para todos los participantes en este momento de oración. 1.-‐ Saludo inicial El animador del momento de oración saluda a todos los presentes. Hace una breve introduccion sobre el tema de la resurrección. Recuerda que todos los amigos de Jesús sentimos que Dios no busca otra cosa que llenarnos de vida. El amor es lo que nos hace vivir, y quien ama siempre esta lleno de vida. Jesús nos ha amado hasta dar su vida por nosotros. Dios nuestro Padre, le resucita y un día resucitaremos todos también porque Dios siempre nos quiere junto a Él. Los discípulos se alegran porque Jesús ha resucitado y con El lo haremos todos. Esta es nuestra fe. 2.-‐ Interiorización del tema Recordamos ahora cuando los cristianos encontramos a Jesús vivo y presente entre nosotros: -‐ Cuando somos solidarios y ayudamos a los demás. -‐ Cuando amamos con generosidad. -‐ Cuando nos comunicamos con El en la oración. -‐ Cuando leemos la Palabra de Dios. -‐ Cuando celebramos la Eucaristía. -‐ Cuando nos reunimos dos o más en su nombre. 3.-‐ Lectura de la Palabra de Dios • Leemos el texto del evangelio de los discípulos de Emaus (Lc 24, 13-‐35). • Podemos acompañar esta lectura con la proyección de alguna imagen, que viene en el Cd, alusiva al texto evangélico. 4.-‐ Gesto en torno al cirio pascual • Todos formamos un círculo. El animador recoge, de una sala aparte, el cirio encendido y lo coloca en medio de todos. • Les explica lo que significa para los cristianos el cirio encendido. • A continuación invita a todos a encender sus velas cogiendo el fuego del cirio pascual. • Todos juntos cantan la siguiente canción: “Hoy el Señor, resucitó y de la muerte nos libró...” • Después apagan las velas, solo se queda encendida la luz del cirio pascual. • El animador explica que Jesús resucitado, en sus encuentros con los discípulos, comienza dándoles la paz. Darse la paz es un gesto habitual entre los creyentes. En esa paz nos sentimos acogidos y amados por Dios. Se invita a todos a darse un abrazo de paz y cantamos una canción que haga alusión a la paz. 5.-‐ Celebración de fiesta Se termina la celebración con una chocolatata para todos y todas.
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PARA NOSOTROS LOS PADRES Tema 6: Jesús resucitado vive para siempre A lo largo de nuestra vida, ante la muerte de seres queridos, seguro que muchas veces ha pasado por nuestra cabeza: ¿Habrá algo más después de la muerte o todo termina aquí? ¿Todo esto de la vida eterna junto a Dios no será un engaño para poder aguantar mejor estos momentos? Muchas veces en nosotros suele tener más fuerza el dolor, el miedo que la esperanza. También Jesús sintió esta incertidumbre antes de morir. Pero nuestra fe, nuestra confianza en Dios Padre nos dice que nadie está solo. Nadie vive olvidado de Dios. Ningún grito deja de ser escuchado. No puede haber en el mundo tanta muerte injusta, tanta enfermedad sin sentido. Nuestro Dios es dador de vida, es salvación. El nos hará conocer la vida plena que aquí no hemos conocido.
1.-‐ Objetivos • Acercarnos a la experiencia de encuentro de los primeros discípulos con el resucitado. • Descubrir el sentido que la resurrección de Jesús aporta a nuestra vida de creyentes. 2.-‐ Al hilo de la vida Todos tenemos experiencia de familiares, amigos, personas cercanas a nosotros que han muerto, que han dejado de estar entre nosotros. La edad avanzada, la enfermedad, los accidentes son realidades que se hacen presentes en nuestra vida y en la de quienes nos rodean.
Sentimos en esos momentos el dolor y la incomprensión porque nos han arrancado algo de nuestra vida. Nos violenta mucho la muerte. La sentimos como algo que nos rompe. Quisiéramos vivir siempre. Parece que Alguien, en el ADN de nuestro cuerpo, ha escrito ese deseo de vivir siempre, esa ansia de inmortalidad. Nos revelamos ante el dolor, ante la muerte y la separación de las personas que hemos amado y nos han amado. No llegamos a entenderlo. Con la muerte algo falla y trastoca nuestros deseos y esperanzas de vivir, y ante ella parece que no podemos hacer nada. Se nos impone. Es “ley de vida”, solemos decir. Pero estos seres queridos que mueren, siguen “vivos” en nuestro recuerdo, en nuestro corazón. Nuestro amor a ellos impide su “muerte”, su olvido. Los seguimos teniendo y haciendo presentes en nuestras conversaciones, encuentros y celebraciones. No podemos hacer más. Pero deseamos, sonamos y esperamos más. La resurrección de Jesús, para nosotros creyentes, supone un paso decisivo, una respuesta definitiva a nuestros interrogantes y a nuestros deseos de vida para siempre. Tenemos un Dios que es Padre para todos, amor infinito y generoso hacia todo ser humano. Su amor solo puede resucitar y llenar de vida todo aquello que ama. Todo lo que ha creado es objeto de su amor y nosotros somos obra de su amor.es Esta es nuestra feliz esperanza: Dios no permite que nuestra vida acabe en la muerte, en el vacio, en la nada sino que después de nuestra muerte esta su abrazo de Padre que es un abrazo de vida resucitada para todos sus hijos. Sabernos llamados a resucitar nos da una fuerza y una esperanza para la vida, para enfrentarnos a las dificultades, para vivir con sentido, para no dejarnos atrapar por el miedo, el dolor y el
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sinsentido de la vida. Nuestra fe nos dice que nuestra vida comienza en Dios y termina en vida resucitada junto a Él.
3.-‐ Dios nos habla a través de su Palabra El apóstol Pedro de pie, con los once discípulos, declara ante la gente reunida: “Israelitas, escuchad estas palabras: a Jesús el Nazareno, varón acreditado por Dios ante vosotros con milagros, prodigios y signos que Dios realizó por medio de él, como vosotros mismos sabéis, a éste, entregado conforme al plan que
Dios tenía establecido y previsto, lo matasteis, clavándolo a una cruz por manos de hombres inicuos. Pero Dios lo resucitó, librándolo de los dolores de la muerte, por cuanto no era posible que esta lo retuviera bajo su dominio” (Hc 2, 22-‐25). • La resurrección de Jesús elimina miedos y temores en los discípulos. Estos descubren que Jesús, su persona y su mensaje, no son un fracaso, algo inútil para la vida de las personas. Dios, al resucitarlo, estaba con Él. • Los discípulos sienten necesidad de proclamar sin miedo algo que para ellos cambia su vida. Los hombres podemos dar muerte, cometer injusticias en este mundo, pero solo Dios puede llenarnos de vida. Esta es la esperanza que puede cambiar nuestra vida.
4.-‐ Para el diálogo entre la pareja • ¿Cómo vivís entre vosotros la muerte de un ser querido? • ¿Cómo se hace presente en vosotros la esperanza en una vida resucitada junto a Dios? • ¿Sabéis descubrir a Dios presente y actuando allá donde las personas luchan
por la vida? • .Que gestos de vida, de entrega, de solidaridad se dan en vuestro hogar?
5.-‐ Oración Dame, Señor, una fe que me ayude a conocerte más y mejor cada día. Dame, Señor, una fe que haga más cercana mi comunicación y mi relación contigo. Dame, Señor, una fe que me comprometa a vivir como Tú esperas de mí y a poner vida a mi alrededor.
Y dame, Señor, una fe que me lleve a celebrar tu vida resucitada para todos nosotros. Amén.
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PARA ACOMPAÑAR A NUESTRO HIJO Tema 6: Jesús resucitado vive para siempre Cuando sabemos descubrir que Dios acompaña nuestra vida y que solo Él puede llenarnos de vida plena, entones podemos pasar del miedo a la confianza, de la intranquilidad a la serenidad, del sufrimiento a la paz, de la desesperanza a la esperanza, de la tristeza al gozo, de la soledad a la fraternidad, de la incredulidad a la fe... Así nos lo dice Jesús: “Tened confianza en mí, en el mundo tendréis luchas pero ánimo, yo he vencido al mundo” (Jn 16, 33).
1.-‐ Objetivos En el trabajo de casa pretendemos ayudar a los niños a: • Comprender que significo para los discípulos que Jesús resucito. • Descubrir que Jesús está vivo en nosotros. 2.-‐ Al hilo de la vida Es posible que los niños y tal vez nosotros también nos imaginemos a Jesús resucitado como alguien que ha vuelto a la vida tal y como era antes de morir. No pretendamos entender la resurrección de Jesús; estamos en zona de misterio. Conviene que en este tema de la resurrección no nos quedemos en lo
espectacular, en cómo era Jesús resucitado, en como había salido del sepulcro... sino que vayamos descubriendo el cambio que se opera en aquellos que se encuentran con Jesús resucitado: cómo y cuando lo reconocen y las consecuencias que su resurrección tiene en ellos. Podemos acercarnos, eso sí, a las experiencias de encuentro con Jesús resucitado que tuvieron algunos hombres y mujeres, discípulos y discípulas de Jesús. Conviene ayudarles a descubrir como Jesús puede cambiar a mejor la vida de las personas. Esto lo podemos hacer acompañando a nuestros hijos para que le conozcan mejor, para que aprendan a sentirlo vivo en tantas personas y gestos que traen vida a nuestro mundo, para que descubran que nosotros también podemos ser presencia suya allá donde nos encontremos. • Leed con vuestro hijo el texto de los discípulos de Emaus (Lc 24, 13-‐35) y comentad los cambios que se producen en los discípulos: “la alegría, el gozo...” • Comentadle que cuando leemos la Palabra de Dios, los cristianos descubrimos que Jesús sigue vivo entre nosotros. El nos sigue invitando a vivir, actuar y hacerlo presente allá donde nos encontremos. • Cuando visitéis la parroquia enseñadle el cirio pascual y hacedle ver que su luz encendida expresa para nosotros los creyentes la vida resucitada de Jesús. • Comentad con vuestro hijo cómo, cuando nos juntamos los creyentes recordamos su vida a través de la Palabra; como en el pan que compartimos hacemos memoria de su entrega por todos nosotros; como sentimos que El sigue vivo y presente en medio de la comunidad reunida... Catequesis parroquial familiar 2 • Hacedle ver que cuando perdonamos, ayudamos, acompañamos, queremos a todos, compartimos lo que somos y tenemos, estamos siendo testimonio visible de que el resucitado sigue presente y actuando en nuestro mundo a través nuestro. • Preparad para el Domingo de Pascua una cartulina y pegad en ella una imagen de Cristo resucitado y escribid la expresión: “Ha resucitado. Aleluya”. Colocad esa cartulina en algún lugar importante de la casa. Pedid la colaboración de vuestro hijo para esta actividad. • Merece la pena que participéis junto con vuestro hijo en la celebración de la Vigilia Pascual en la tarde-‐noche del Sábado Santo. En las comunidades cristianas se vive esta noche con especial
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alegría. Todos los signos y símbolos de la celebración (luz, agua, canciones, flores...) apuntan al gozo por la resurrección de Jesús.
3.-‐ Con el cuaderno • En la página 89 los niños contemplan la lámina del encuentro de Jesús con los discípulos de Emaus. Comentad con vuestro hijo, después de leído el texto del evangelio (página 88), la escena del dibujo, lo que sucede, y relacionadlo con la Eucaristía que celebramos los creyentes.
• En la página 90 los niños relacionan las frases de la columna de la izquierda con las de la derecha. Lo pueden hacer mediante líneas de distinto color que unen las frases correspondientes. Es una manera de repasar el texto que acaban de leer; contemplan e interpretan las escenas superior e inferior de la página. • En la página 91 y 93 le ayudáis a vuestro hijo a reconocer diferentes formas de encontrarnos hoy con el resucitado: cuando celebramos la Eucaristía, cuando leemos la Palabra de Dios, cuando somos solidarios y cuidamos de los demás, sobre todo de los más necesitados, cuando compartimos... • En la página 92 hay una oración que podéis hacer con vuestro hijo. La decís pausadamente, dejando un espacio breve de silencio entre frase y frase. • Hay un apartado ¿Qué vamos a hacer?, en el que el niño puede expresar por escrito una acción que le ayude a experimentar que Jesús resucitado sigue dando vida hoy a través de nosotros. Se trata de que concrete un comportamiento que tenga relación con los demás, con los “hermanos”: ayudar a un compañero, animar a quien está solo o triste... • Los niños aprenden la frase resumen del tema: “Jesús ha resucitado y está entre nosotros”.
4.-‐ Expresión religiosa -‐ Oración Gracias, Jesús, porque estás entre nosotros. Cuando nos queremos, cuando sabemos perdonarnos, cuando hablamos contigo, cuando vivimos felices, cuando nos ayudamos unos a otros, cuando vemos que la vida crece... es entonces cuando reconocemos que Tú estás siempre entre nosotros. Amén.
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Delegaciones y Secretariados Diocesanos de Catequesis de Pamplona y Tudela, Bilbao, San Sebastián y Vitoria
• 2011 •
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