la otra libertad berlin y el determinismo
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7/27/2019 La Otra Libertad Berlin y El Determinismo
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LA OTRA LIBERTAD.ISAIAH BERLIN YEL DETERMINISMO
Mario Ricciardi*
INTRODUCCIN
En febrero de 1996, Isaiah Berlin recibi una carta de
Ouyang Kang, profesor en la Universidad de Wuhan,
pidindole que escribiera una breve presentacin de su
obra para un volumen que tena en proyecto, cuyo fin era
introducir al pblico chino en el pensamiento de algunos
de los principales filsofos contemporneos de lenguainglesa. Berlin tena ya ochenta y siete aos y aunque no
haba dejado del todo de escribir ya no asuma compro-
misos muy onerosos como autor desde que redact el
95
* Este texto complementa la intervencin que el autor tuvo en la mesa redon-
da Las miserias del determinismo dentro del ciclo Isaiah Berlin: un liberal
en perspectiva, Madrid, 28 de enero de 2008, organizado por la Fundacin
FAES y la Fundacin Jos Ortega y Gasset.
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texto de la Lecture que pronunci en Turn con ocasin dela ceremonia de entrega del Premio Giovanni Agnelli, que
le fue concedido en 19881. No obstante, el carcter
excepcional de la peticin (China comenzaba precisa-
mente en esos aos a abrirse a la cultura occidental tras
un largo perodo de aislamiento) le impuls a aceptar la
propuesta, y a dictar, y a continuacin revisar, lo que sera
su ltima contribucin a la filosofa2.
Se trata de My Intellectual Path, un breve ensayo
autobiogrfico en el que Berlin recorre su trayectoria inte-
lectual, centrndose en algunos de los nudos temticos y
de los autores de los que se ha ocupado, que evidente-
mente consideraba de especial relevancia. La estructura
de este trabajo se divide en dos partes que corresponden
a la interpretacin que el propio Berlin ha dado de su tra-
yectoria intelectual: primero Oxford Philosophy Before
the War y despus History of Ideas and Political Theory.
La primera parte se divide a su vez en dos, cada una de
las cuales nos remite inmediatamente a las discusiones
que tenan lugar en Oxford a finales de los aos treinta:
Verificationism y Phenomenalism. Berlin introduce
rpidamente problemas de extraordinaria dificultad mos-trando al lector el sentido general de los debates sobre
96
Isaiah Berlin: un liberal en perspectiva
1 Publicada como Isaiah Berlin, The Pursuit of the Ideal, en Id., The Croo-
ked Timber of Humanity, ed. por Henry Hardy, Princeton University Press,
Princeton (N.J.) 1990, pgs. 1-19.2 Vase Henry Hardy, Editors Preface, en Isaiah Berlin, The Power of Ideas,
ed. por Henry Hardy, Chatto & Windus, Londres 2000, pg. XI.
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estos temas y exponiendo su posicin. Hay, en el estilo deesta primera parte, algo que llama la atencin. Un distan-
ciamiento, quizs, que se manifiesta en el tono distante e
incluso fro con que describe al joven filsofo que fue,
cuando el significado, la verdad y la naturaleza del
mundo externo eran los temas en los que pensaba3.
Mucho ms amplia es la segunda parte, en la que encon-
tramos el Berlin al que estamos habituados. Hay, porsupuesto, secciones sobre Vico, Herder y el Romanticis-
mo, pero tambin sobre el monismo, la libertad, el plura-
lismo, el determinismo y la bsqueda del ideal4.
La inclusin del determinismo podra sorprender a los
lectores menos familiarizados con la obra de este autor.
No obstante, no hay motivos para extraarse. Aunque hoy
es conocido del gran pblico sobre todo como pensador
poltico e historiador de las ideas, la produccin intelec-
tual de Berlin no se limita en absoluto a estos dos mbi-
tos de investigacin. A menudo se olvida que el estudio-
so britnico de origen letn ha escrito tambin obras
importantes de filosofa de la historia5.
En mi contribucin me gustara detenerme precisa-mente sobre un aspecto de esta parte de la produccin
de Berlin. De hecho, estoy convencido de que la oposicin
97
La otra libertad. Isaiah Berlin y el determinismo MARIO RICCIARDI
3 Isaiah Berlin, My Intellectual Path, en Id., The Power of Ideas, pg. 4.4 Isaiah Berlin, My Intellectual Path, pgs. 5-23.5 Vase Ryan Patrick Hanley, Berlin and History, en George Crowder and
Henry Hardy (eds.), The One and the Many. Reading Isaiah Berlin, Prome-
theus, Amherst (N.Y.) 2007, pgs. 159-180.
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al determinismo es uno de los motivos profundos de latrayectoria intelectual de este autor desde sus inicios
como joven estudioso en el Oxford de los aos treinta, y
que orienta, asimismo, sus obras posteriores sobre la
libertad y el pluralismo de los valores. Para ilustrar mi
interpretacin del papel del antideterminismo en el pen-
samiento de Berlin, creo que es indispensable reconstruir
brevemente la formacin que recibi, con el fin de mos-trar que su inters por este tema emerge probablemente
de las discusiones que mantena con otros filsofos de su
generacin, en particular, J.L. Austin y A.J. Ayer. A conti-
nuacin, me gustara presentar y comentar sus argumen-
tos contra el determinismo tratando de mostrar cmo los
mismos arrojan luz sobre su modo de entender la filoso-
fa y sobre su pensamiento poltico.
BERLIN Y LA FILOSOFA DE OXFORD
Hablando de la historia de la filosofa de Oxford (a la
que Berlin ha contribuido escribiendo un bello perfil de
J.L. Austin)6 no debe olvidarse que a finales del siglo XIX
la filosofa dominante en esa Universidad era todava el
idealismo de F.H. Bradley. Slo a partir de los ltimosaos del siglo se contrapone a sta el realismo de inspi-
racin aristotlica de John Cook Wilson, que ejerce una
influencia profunda sobre el modo de concebir la discipli-
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Isaiah Berlin: un liberal en perspectiva
6 Isaiah Berlin, J.L. Austin and the Early Beginnings of Oxford Philosophy,
en Id., Personal Impressions, ed. por Henry Hardy, Pimlico, Londres 1998,
pgs. 130-145.
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na durante toda la prime-ra mitad del siglo XIX7. La
formacin de Isaiah Ber-
lin no es distinta de la de
otros filsofos de Oxford
de su generacin. Se
lean y discutan los clsi-
cos de la filosofa anti-gua sobre todo Aristteles y Platn y, entre los contem-
porneos, Russell, Moore y sus seguidores, como Susan
Stebbing y John Wisdom. Se trataba de interpretar los elu-
sivos aforismos del Tractatus de Wittgenstein, y de estar
al da de las ideas de los neopositivistas como Schlick y
Carnap. Entre los profesores, Berlin y sus compaeros de
estudios encontraron interlocutores estimulantes comoFrank Hardie y Gilbert Ryle, y exponentes autorizados de
la vieja guardia de los alumnos de Cook Wilson, como
H.W.B. Joseph y H.A. Prichard.
Aunque su formacin haya sido la tpica de un filsofo
de Oxford de su generacin, la opinin ms difundida es
que Berlin desarroll con el tiempo una concepcin de la
filosofa distinta de la de sus colegas. En efecto, a su lle-gada a Oxford, tiene ya una sensibilidad muy aguda por
temas y problemas que tenan un papel marginal entre
las preocupaciones de sus contemporneos. De dicha
sensibilidad se encuentra testimonio en una carta de 5
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La otra libertad. Isaiah Berlin y el determinismo MARIO RICCIARDI
7 John Passmore,A Hundred Years of Philosophy, Penguin, Harmondsworth
1966, pgs. 240-257.
El significado,la verdad y
la naturaleza
del mundo externo
eran sus temas
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de diciembre de 1932 a Stephen Spender, en la que Ber-lin manifiesta con vehemencia su insatisfaccin frente a
la futilidad de las cuestiones a las que se aplicaban sus
colegas que haban estudiado tambin bajo la gua de
tutores como Ryle o Hardie. Se trata de una carta intere-
sante porque tambin revela el propsito de leer a Hegel,
Marx, Engels y los autores rusos para acceder a un dife-
rente aunque no ms amplio universo. Tales lecturas,escribe Berlin, le habran hecho sospechoso a los ojos de
los filsofos de impostacin tradicional, como el viejo
Joseph, cosa que no le disgustaba en absoluto8. Vale la
pena subrayar que slo en 1933 Berlin recibi la pro-
puesta de escribir un libro sobre Marx para la Home Uni-
versity Library. La intencin de leer autores tan lejanos de
los intereses de muchos de sus contemporneos no pare-ce por tanto estar motivada por las exigencias ligadas a
la investigacin para dicho trabajo. No obstante, no es
cuestin de tomar estas manifestaciones de autonoma
demasiado en serio. El propio Joseph, que es a menudo
el blanco de la irona de Berlin en sus cartas, escribi un
librito sobre Marx.
En realidad, hay buenas razones para pensar que el
realismo de John Cook Wilson ha jugado un papel no
secundario en la formacin de Berlin. Esto se produjo pre-
cisamente a travs de la mediacin de Prichard, W.D.
Ross y Joseph, que haban sido estudiantes y despus
100
Isaiah Berlin: un liberal en perspectiva
8 Isaiah Berlin, Flourishing. Letters 1928-1946, Chatto & Windus, Londres
2004, pg. 43.
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colegas de Cook Wilson. En las lecciones de lgica y ensus otros escritos filosficos, publicados slo despus de
su muerte ocurrida en 1915, Cook Wilson desarroll, no
sin incertidumbres y vacilaciones, una crtica de las prin-
cipales doctrinas de T.H. Green y Bradley. Se prestaba
gran atencin a los usos del lenguaje ordinario (la propia
expresin linguistic analysis es empleada por Cook Wil-
son)9 para desenmascarar las falacias derivadas de latendencia de los filsofos a introducir trminos tcnicos
sin una adecuada atencin a las consecuencias que
stos comportan en el plano conceptual. Mientras los
intereses de Cook Wilson eran casi exclusivamente lgi-
cos y epistemolgicos, los de Prichard, Ross y Joseph se
extendan hasta la filosofa moral, a la que aplicaban el
mtodo de anlisis del lenguaje ordinario elaborado porel maestro tratando de explicitar las asunciones que
implica nuestro modo de pensar las acciones que cada
uno realiza en la vida cotidiana como, por ejemplo, cuan-
do promete.
Aunque sea difcil resumir en pocas palabras los escri-
tos de estos autores, en el caso de Ross y Prichard hay
algunas caractersticas comunes que vale la pena recor-
dar porque podran haber tenido cierta influencia en la for-
macin de Berlin. En primer lugar, ellos aceptaban como
un dato inexplicable de la experiencia moral la existencia
de una pluralidad de principios que pueden entrar en con-
101
La otra libertad. Isaiah Berlin y el determinismo MARIO RICCIARDI
9 John Cook Wilson, Statement and Inference, ed. por A.S.L. Farquharson,
vol. II, Clarendon, Oxford 1926, pg. 759.
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flicto generando directrices de comportamiento incompa-tibles. En segundo lugar, ambos consideraban que no exis-
ten reglas de prioridad que permitan establecer cul de
los principios que seran relevantes en abstracto es el que
tiene mayor peso en una determinada situacin. En el
debate contemporneo la conjuncin de estas dos tesis
es clasificada, siguiendo la propuesta de John Rawls,
como tpica de una posicin intuicionista10. No obstante,como ha sostenido J.O. Urmson, sera ms correcto hablar
del pluralismo porque lo que tienen en comn Prichard y
Ross es la crtica de la idea de que sea posible encontrar
un criterio unitario del valor. El objetivo polmico principal
de estos autores era el utilitarismo, que Urmson describe
como una teora monista del valor11. Berlin estaba cierta-
mente familiarizado con los escritos de Prichard y Ross, yhay buenas razones para pensar que la idea de un conflic-
to inexplicable entre valores haya sido desde el principio el
centro de sus intereses12.
Ciertamente, la influencia de los realistas de Oxford ha
sido muy fuerte sobre dos contemporneos de Berlin con
los que ms intensa ha sido su unin intelectual: J.L. Austin
y H.L.A. Hart. El propio Berlin, en su perfil de Austin,
102
Isaiah Berlin: un liberal en perspectiva
10 John Rawls,A Theory of Justice, Oxford University Press, Oxford 1972, pg.
34.11 J.O. Urmson, A Defence of Intuitionism, Proceedings of the Aristotelian
Society, vol. LXXV (1975), pgs. 111-119.12 Berlin alude a Prichard y Ross en una carta del 6 de junio de 1945 a Alic
Smith, Warden de New College y l mismo como un filsofo influenciado por
Cook Wilson. Isaiah Berlin, Flourishing, pgs. 571.
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recuerda la importancia que las reflexiones de Prichardsobre los modos de creacin de una obligacin a travs
del uso del lenguaje y, en particular, sobre la promesa
han tenido en la primera elaboracin de las ideas de Aus-
tin sobre los performativos. Austin senta una gran admi-
racin por el rigor argumental y la honestidad intelectual
de Prichard, aunque no siempre comparta sus anlisis13.
La influencia de Joseph sobre Hart queda testimoniadapor los recuerdos de Jenifer Hart en su autobiografa14.
La importancia de esta tradicin autctona es significati-
va porque permite redimensionar el alcance de la influen-
cia de las ideas y del mtodo que Wittgenstein estaba ela-
borando en esos mismos aos, despus de haber repu-
diado el Tractatus15. A principios de los aos treinta, para
los jvenes que estaban terminando sus estudios enOxford, Wittgenstein era el autor del Tractatus; casi nada
se saba de su trabajo en Cambridge. Como prueba de
ello basta pensar que, en 1932, cuando Alfred J. Ayer pre-
sent un papercuyo fin era exponer la filosofa de Witt-
genstein a la Jowett Society (teniendo precisamente a
Berlin como discussant) el objeto de su informe lo consti-
tuan algunas ideas del Tractatus16. El propio Berlin, en el
perfil de Austin, recuerda que las nuevas ideas de Witt-genstein, que empezaron a circular a finales de los aos
103
La otra libertad. Isaiah Berlin y el determinismo MARIO RICCIARDI
13 Isaiah Berlin, J.L. Austin and the Early Beginnings of Oxford Philosophy,
pgs. 130-131.14 Jenifer Hart,Ask Me No More, Peter Halban, Londres 1998, pg. 10915 P.M.S. Hacker, Wittgensteins Place in Twentieth-Century Analytic Philo-
sophy, Blackwell, Oxford 1996, pgs. 7-96.
16 Ben Rogers,A.J. Ayer. A Life, Chatto & Windus, Londres 1999, pg. 73.
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treinta con la difusin del Blue Book, no jugaron ningnpapel significativo en el nacimiento de la filosofa de
Oxford17. A este respecto, conviene hacer una precisin
histrica: la que Berlin llama de este modo no es la qui-
mera que, despus de la guerra, sera infelizmente des-
crita como una filosofa del lenguaje ordinario. El grupo
de jvenes estudiosos que se reuna en las estancias de
Berlin en All Souls los jueves por la noche despus de lacena no era una escuela y no tena en comn un mto-
do o unas doctrinas. Solo Ayer tena algo as como unas
tesis que defender, tomadas en parte del Crculo de
Viena, en cuyas reuniones haba participado, entre 1932
y 1933, pero sin lograr seguirlas hasta el fondo porque no
saba bien el alemn18. Se trataba en cualquier caso de
tesis que no compartan para nada los dems. Austin nohaba desarrollado todava las ideas sobre los performa-
tivos que le hicieron famoso en la posguerra. Lo que man-
tena unidos a los participantes en las reuniones, ideadas
por Austin en 1936 y que comenzaron a principios de
1937, era sobre todo el propsito de descubrir las nuevas
ideas procedentes de Cambridge y de Viena y la confian-
za en la posibilidad de desarrollar un trabajo colectivo en
filosofa.
104
Isaiah Berlin: un liberal en perspectiva
17 Isaiah Berlin, J.L. Austin and the Early Beginnings of Oxford Philosophy,
139.18 Alfred J. Ayer, Part of My Life, Oxford University Press, Oxford 1978, pg.
134.
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LA INFLUENCIA DECOLLINGWOOD
Hay quien sostiene que
R.G. Collingwood (uno de
los traductores ingleses
de Croce) puede haber
tenido una cierta influen-
cia no slo en despertarel inters de Berlin por la
historia de las ideas, sino
tambin en orientar su modo de hacer filosofa. En efecto,
hay buenas razones para pensar que las lecciones sobre la
filosofa de la historia de este original epgono de la tradi-
cin idealista han contribuido a la formacin de Berlin al
menos en cuanto a las discusiones de finales de los aostreinta con A.J. Ayer y Austin19. En particular, la idea de
Collingwood de que la metafsica se ocupa no del ser en
cuanto tal, sino de las presuposiciones absolutas que
impregnaran cualquier pensamiento sistemtico sobre un
objeto tiene como ha subrayado Bernard Williams20 ms
de un eco en las reflexiones de Berlin sobre el objeto de la
105
La otra libertad. Isaiah Berlin y el determinismo MARIO RICCIARDI
19 Michael Ignatieff, Isaiah Berlin. A Life, Chatto & Windus, Londres 1998,
pg. 58. Berlin sigui el curso de Collingwood sobre la filosofa de la historia
impartido en 1931. De lo que queda de los apuntes de Collingwood para las
lecciones de ese ao, emerge una defensa de la historia como conocimien-
to del pasado, es decir, algo no actual. Un tema central en las obras filo-
sficas de Berlin. Sobre los cursos de Collingwood, cfr. W.J. van der Dussen,
History as a Science. The Philosophy of R.G. Collingwood, Martinus Nijhoff,
La Haya 1981, pg. 162.20 Bernard Williams, Introduction, en Isaiah Berlin, Concepts and Categories.
Philosophical Essays, ed. por Henry Hardy, Pimlico, Londres 1999, pg. XV.
La ideade un conflicto
inexplicable entre
valores fue desde
el principio
el centrode sus intereses
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filosofa. Una confirmacin indirecta de la hiptesis deWilliams se encuentra en el epistolario de Berlin. En una
carta a Shiela Grant Duff de diciembre de 1932 describe a
Collingwood como un filsofo continental, excitante y
arriesgado, el nico maestro de filosofa de Oxford que es
tambin un hombre de autntica cultura21. Positiva pare-
ce ser tambin su impresin de Cassirer que, en 1933,
imparta clases de historia de la filosofa que tenan un cier-to xito22.
El inters de estas afirmaciones no reside tanto en el
hecho de que las mismas sean un testimonio de la pre-
sencia en Oxford, en los aos de formacin de Berlin, de
estudiosos que podran haber dirigido su curiosidad
hacia la historia del pensamiento. Contrariamente a loque algunos piensan, el plan de estudios de un estudian-
te de Greats en esos aos prevea la lectura de diversos
clsicos, no slo de la tradicin de lengua inglesa. Como
se ha dicho, se estudiaba Platn y Aristteles, pero se
haca un cierto nfasis tambin sobre Kant y Hegel. No
obstante, estos autores eran discutidos como contempo-
rneos, dejando de lado su visin del mundo23. Los pro-
fesores y gran parte de los colegas de Berlin sentan rece-
los de las arriesgadas sntesis populares entre los filso-
106
Isaiah Berlin: un liberal en perspectiva
21 Isaiah Berlin, Flourishing, pg. 44.22 Isaiah Berlin, Flourishing, pg. 62.23 David Pears, Philosophy and the History of Philosophy, en Edna and Avis-
hai Margalit (eds.), Isaiah Berlin. A Celebration, The Hogarth Press, Londres
1991, pg. 31.
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fos continentales a los que, para subrayar su origen pocorecomendable, incluso en la posguerra aludan usando el
trmino alemn Weltanschauung24. En cualquier caso,
an con estas diferencias, la historia del pensamiento no
era de ningn modo descuidada en Oxford, como lo
demuestra el hecho de que buena parte de los principa-
les exponentes de la generacin a la que pertenece Ber-
lin han publicado obras de cierta importancia sobre fil-sofos del pasado.
Ms bien la impresin que la enseanza de Collingwo-
od ha tenido sobre Berlin podra explicar por qu progre-
sivamente ha desarrollado una sensibilidad frente a la
historia de las ideas entendida no como alternativa, sino
ms bien como integracin, del anlisis conceptual25
. Laconciencia de que los conceptos y las categoras que
empleamos cada da tienen una historia y conservan su
huella es el rasgo caracterstico que distingue la obra de
Berlin de la de otros filsofos de Oxford, y seala su origi-
nalidad en la filosofa britnica contempornea.
CONTRA EL POSITIVISMO LGICO
Sin duda las primeras obras de Berlin son sobre temas tpi-
cos de la filosofa de Oxford de su generacin. Se discuta
107
La otra libertad. Isaiah Berlin y el determinismo MARIO RICCIARDI
24 Para un testimonio del papel de Berlin en la modificacin de esta actitud,
cfr. Anthony Quinton, Stuart Hampshire, Iris Murdoch e Isaiah Berlin, Philo-
sophy and Beliefs, Twentieth Century, junio 1955, pgs. 495-521.25 James Cracraft, A Berlin for Historians, History and Theory, vol. XLI
(2002), pg. 287
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el principio de verificacin, la traduccin lgica, los enun-ciados hipotticos y el problema de las otras mentes
(other minds). El adversario polmico principal era el
positivismo lgico que defenda, en una versin que se
resenta mucho de la influencia del empirismo clsico,
Ayer. Precisamente al enfrentamiento crtico con Ayer
estn ligadas las aportaciones de mayor relevancia de la
primera fase de la produccin acadmica de Berlin. Laprimera es una larga y articulada respuesta a un paper
sobre induccin e hiptesis presentado por Margaret
Macdonald en un mitin de la Aristotelian Society. Se trata
de una obra de especial inters porque en ella Berlin se
ocupa, entre otras cosas, de un tipo de proposiciones
generales que no son analticas, pero no admiten una
confutacin emprica. El ejemplo (sacado de BertrandRussell)26 es: este rosa es ms similar a este violeta que
a ese negro. Tales enunciados no son analticos porque
su negacin no comporta una contradiccin lgica. No
obstante sostiene Berlin, negarlos comportara tratar de
imaginar un mundo radicalmente distinto del nuestro,
hasta el punto de ser inconcebible27. Se tratara por tanto
108
Isaiah Berlin: un liberal en perspectiva
26 Bertrand Russell, The Limits of Empiricism, Proceedings of the Aristote-
lian Society, vol. XXXVI (1935-36), pgs. 131-150. Se trata de un paperque
fue presentado en un meetingde la sociedad el 28 de noviembre de 1935,
Berlin y J.L. Austin se encontraban entre el pblico. Del mismo periodo data
un curso impartido conjuntamente por Berlin y Austin en el que se discuta
la reconstruccin pragmtica de las categoras kantianas propuesta por el
filsofo estadounidense C.I. Lewis. Vase C.I. Lewis, Mind and the World-
Order, Charles Scribners Sons, Nueva York 1929, pgs. 230-279.27 Isaiah Berlin, Induction and Hypothesis, Proceedings of the Aristotelian
Society, Supplementary vol. XVI (1937), pgs. 75-77.
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en cualquier caso de enunciados que, en cierto sentido,captan caractersticas del mundo en que vivimos.
Del mismo perodo data un largo ensayo sobre el utili-
tarismo que Berlin no public nunca en vida. Se trata de
una obra de especial inters porque anticipa temas que
retornarn en la reflexin madura del autor. Berlin afron-
ta la cuestin de la mtrica de los juicios de valor formu-lados por los utilitaristas. Se trata de un problema clsi-
co, muchas veces discutido en la literatura sobre el tema,
que depende de la imposibilidad de poner en correlacin
la dimensin de la intensidad del placer al que se accede
a travs de la introspeccin con la de la extensin que
sera indispensable para un verdadero y propio clculo.
Carente de una unidad de medida del valor que permitaexpresar de modo riguroso la cantidad de utilidad presen-
te en una sociedad, el utilitarismo sera, para Berlin, una
teora moral que no es capaz de mantener lo que prome-
te28. Aunque el ensayo no contiene una propuesta alter-
nativa, no es difcil entrever en esta crtica al utilitarismo
las lneas del ms articulado rechazo del monismo que el
autor ha desarrollado en las obras posteriores. Vale lapena subrayar que la imposibilidad de identificar una uni-
dad de medida del valor es la consideracin que rige la
tesis de la inconmensurabilidad que constituye uno de
los argumentos a favor del pluralismo. Entre otras cosas,
109
La otra libertad. Isaiah Berlin y el determinismo MARIO RICCIARDI
28 Se trata de un ensayo escrito probablemente en 1937. Isaiah Berlin,
Utilitarianism, en Henry Hardy (ed.), The Isaiah Berlin Virtual Library,
http://berlin.wolf.ox.ac.uk/lists/nachlass/utilitarianism.pdf
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el ncleo de la crtica al utilitarismo contenida en esteensayo vuelve a aparecer, de forma resumida, en una
larga nota de Two Concepts of Liberty sobre la medicin
de la libertad29.
Inmediatamente despus viene la contribucin ms
conocida de Berlin a la filosofa del lenguaje, su crtica al
criterio de verificacin propuesto por Ayer en Language,Truth and Logic. Para Ayer, el mismo debera desarrollar
el papel de regla para establecer si una afirmacin que
parece tener contenido emprico est o no dotada de sig-
nificado. En su formulacin originaria, un enunciado es
factualmente significativo para una persona si, y slo si,
esa persona conoce un modo para verificar la proposicin
que el enunciado debera expresar; es decir, si conocecules son las observaciones que deberan conducirla,
bajo ciertas condiciones, a aceptar la proposicin como
verdadera o a rechazarla en cuanto falsa30. Se trata,
como es evidente, de un criterio muy estricto, que presen-
ta diversas dificultades de aplicacin cuando tiene que
ver con enunciados generales como los que se encuen-
tran en las ciencias naturales. Para resolver este proble-ma, Ayer propona en su libro una segunda versin light
del criterio de verificacin en el que la caracterstica de
una genuina proposicin factual era definida como la
110
Isaiah Berlin: un liberal en perspectiva
29 Isaiah Berlin, Two Concepts of Liberty, en Id., Liberty, ed. por Henry
Hardy, Oxford University Press, Oxford 2002, pg. 177.30 Alfred J. Ayer, Language Truth and Logic, Segunda ed., Gollanz, Londres
1946, pg. 35.
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posibilidad de deducir deella, en conjuncin con
otras premisas, una pro-
posicin con contenido
emprico que no sera
deducible de estas pre-
misas por s solas31.
La segunda menos
exigente versin fue
uno de los objetos de la crtica de Berlin, que lo tuvo fcil
para demostrar que la misma permita la aceptacin de
silogismos como: este problema lgico es verde brillan-
te, no me gusta ninguna tonalidad de verde, por tanto no
me gusta este problema. En realidad, los argumentos de
Berlin no tenan slo este objetivo, sino que se propona
demostrar, contra Ayer, que la posibilidad de verificacin
de una proposicin depende de su posibilidad de com-
prensin, y no viceversa. El significado de un enunciado
por tanto no depende de su posibilidad de verificacin32.
LIBERTAD Y DETERMINISMO
Berlin y Ayer no disentan slo sobre el principio de verifi-
cacin. En las reuniones de los jueves la confrontacin se
111
La otra libertad. Isaiah Berlin y el determinismo MARIO RICCIARDI
31 Alfred J. Ayer, op. cit., pgs. 38-39.32 Isaiah Berlin, Verification, en Id., Concepts and Categories, pgs. 12-31.
Las crticas de Berlin son algunos de los motivos que impulsaron a Ayer a
cambiar la formulacin original del principio de verificacin. Alfred J. Ayer, op.
cit., pgs. 5-16.
Alude a menudoal uso de
las metforas y
a su importancia
en la estructuracin
del pensamiento
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animaba cuando se discuta sobre el libre arbitrio33. Ayersostena que el comportamiento de los seres humanos,
como el de los otros objetos materiales, puede ser previs-
to porque se ajusta a leyes naturales34. De lo que dice en
el perfil de Austin, se comprende que Berlin no aceptaba
el determinismo y era tambin hostil al reduccionismo de
Ayer.
Despus de la guerra Berlin volvi a ocuparse de la filo-
sofa del lenguaje. Pero, a este respecto, su distancia de
Ayer es un surco insalvable. Eso se ve en dos obras publi-
cadas ambas en 1950. La primera es una contribucin
muy tcnica sobre proposiciones empricas y enunciados
hipotticos en la que Berlin defiende la idea de que los
enunciados hipotticos no pueden ser reducidos a los cate-
gricos y que, por tanto, tienen significado con indepen-
dencia de estos ltimos35. No obstante, la conexin con la
accin, no explcita en el texto de Berlin, es clara: del signi-
ficado de los enunciados hipotticos depende buena parte
112
Isaiah Berlin: un liberal en perspectiva
33 Isaiah Berlin, J.L. Austin and the Early Beginnings of Oxford Philosophy,
pg. 143.34 Alfred J. Ayer, Freedom and Necessity, en Id., Philosophical Essays, Mac-
Millan, Londres 1954, pgs. 271-284. El ensayo en cuestin fue publicado
por primera vez en 1946. Las discusiones a que se refiere Berlin se produje-
ron a finales de los aos treinta. Una posicin similar era defendida por
Moritz Schlick, que en aquel periodo era uno de los autores que ms influ-
an en Ayer. Cfr. Moritz Schlick, Problems of Ethics, Dover, Nueva York 1962,
pgs. 143-158. Con posterioridad Ayer modificara su posicin. Alfred J. Ayer,
The Central Questions of Philosophy, Pelican, Londres 1976, pgs. 230-233.35 Isaiah Berlin, Empirical Propositions and Hypothetical Statements, en
Id., Concepts and Categories, pgs. 32-55.
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7/27/2019 La Otra Libertad Berlin y El Determinismo
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del discurso sobre la accin y el tipo de reconstruccionescontrafactuales que se encuentran normalmente en los
libros de historia. El segundo es un artculo sobre el tema
ms general de la traduccin lgica en el que Berlin criti-
ca la falacia, de la que son vctimas tanto los positivistas
lgicos como muchos racionalistas o idealistas, consisten-
te en creer que existe slo un tipo de enunciados a los que
deben reducirse todos los dems36. Con esta obra Berlinsalda, en cierto sentido, sus cuentas con la filosofa del len-
guaje. Aunque no se mencione nunca, se podra suponer
que Friedrich Waismann fue a este respecto un interlocutor
de referencia para la reflexin de Berlin sobre el lenguaje37.
No tiene sentido poner en duda la legitimidad lgica de por-
ciones del lenguaje ordinario porque el simple hecho de
que las mismas sean empleadas en la comunicacin esndice de su capacidad de transmitir cualquier tipo de men-
saje. En particular, Berlin alude a menudo al uso de las
metforas (un tema nuevo) y a la importancia que las mis-
mas tienen en la estructuracin del pensamiento. Al hacer
filosofa debemos partir de la experiencia ordinaria y no
podemos alejarnos mucho de ella38.
A la influencia de Waismann se podra atribuir la cone-
xin entre el modo de entender el papel del lenguaje ordi-
113
La otra libertad. Isaiah Berlin y el determinismo MARIO RICCIARDI
36 Isaiah Berlin, Logical Translation, en Id., Concepts and Categories, cit.,
pgs. 56-80.37 Friedrich Waismann, Language Strata, en Id., How I See Philosophy, ed.
por R. Harr, Macmillan, Londres 1969, pgs. 91-121. Una alusin a Wais-
mann podra ser el uso de porous en Two Concepts of Liberty, pg. 168.
38 Isaiah Berlin, Logical Translation, pgs. 79-80.
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7/27/2019 La Otra Libertad Berlin y El Determinismo
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nario que se encuentra en los escritos de los filsofos deOxford ms cercanos a Austin y una consideracin ms
amplia de los modos de ver de los que hablaba el fil-
sofo austriaco, que revisaba algunos aspectos de la tradi-
cin romntica39.
Se trata de un tema que retorna continuamente en las
obras de estos aos hasta los ensayos sobre el mtodode la historiografa40 y sobre la nocin de inevitabilidad
histrica41. An cuando hubiera decidido no ocuparse
ms de la filosofa para dedicarse a la historia de las
ideas, Berlin contina defendiendo la tesis de Colling-
wood de que no podemos abandonar la descripcin
desde dentro de las acciones sin una irreparable prdi-
da de sentido42
. Si hablramos de los seres humanoscomo si fueran slo cuerpos, cometeramos un error que
nos llevara a cambiar nuestra perspectiva sobre el
mundo. Berlin define este cambio de perspectiva, citando
una expresin de Gilbert Ryle, una falacia categorial43.
No obstante, despus de los aos cincuenta el objeto de
114
Isaiah Berlin: un liberal en perspectiva
39 Friedrich Waismann, How I See Philosophy, en Id., How I See Philosophy,
pgs. 1-38.40 Isaiah Berlin, The Concept of Scientific History, en Id., Concepts and
Categories, cit., pgs. 108-109; 114-115 y 126-128.41 Isaiah Berlin, Historical Inevitability, en Id., Liberty, pgs. 94-165.42 R.G. Collingwood, The Idea of History, Oxford University Press, Oxford
1946, pgs. 118 y 214-217.43 Isaiah Berlin, From Hope and Fear Set Free, en Id., Liberty, pgs. 261-
264. Berlin recoge una idea de Gilbert Ryle, en la forma en que este la haba
formulado en sus Tarner Lectures. Cfr. Gilbert Ryle, Dilemmas, Cambridge
University Press, Cambridge 1954, pgs. 8-14.
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7/27/2019 La Otra Libertad Berlin y El Determinismo
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la polmica no son ya positivistas lgicos como Ayer, sinohistricos y de ciencias sociales, en particular marxistas44.
Contra esta nueva versin del determinismo inspira-
da en el materialismo histrico, Berlin contina soste-
niendo la imposibilidad de identificar leyes generales
que permitan prever el comportamiento humano como
lo hacemos con el de los objetos materiales. La refle-xin sobre la descripcin de una accin revela que el
modo en que hablamos de las personas es distinto del
que sera apropiado para los objetos materiales. Sobre
la base de sus obras de filosofa del lenguaje se podra
suponer que Berlin consideraba que una traduccin
lgica de los enunciados que se refieren a acciones en
un lxico que no mencione la vida mental de los agen-tes, sus representaciones e intenciones, las motivacio-
nes que creen tener para actuar de cierto modo y las
justificaciones que dan cuando son acusados de haber
hecho algo que no deban, tendra como consecuencia
una prdida irreparable de significado. La imagen del
mundo propuesta por los deterministas comportara
una modificacin radical del modo en que hablamos y
pensamos. Entre otras cosas, todo el lenguaje de la
moralidad y de la poltica con sus nociones distintivas
se desvanecera. Berlin describe el determinismo no
tanto como una tesis sino como una tendencia intelec-
115
La otra libertad. Isaiah Berlin y el determinismo MARIO RICCIARDI
44 A este respecto, adems de Historical Inevitability, cfr. tambin Isaiah
Berlin, The Artificial Dialectic, en Id. The Soviet Mind, ed. Henry Hardy,
Brookins Institution Press, Washington 2004, pgs. 98-118.
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7/27/2019 La Otra Libertad Berlin y El Determinismo
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tual casi un estado de nimo que se encuentra enautores cuya formacin y convicciones son por otro lado
diferentes.
UN ARGUMENTO TRASCENDENTAL
John Gray ha sostenido que en los escritos sobre la histo-
ria de Berlin se encuentra el embrin de un argumento
trascendental destinado a establecer cules son las cate-goras a las que no es posible renunciar en la descripcin
de la experiencia cotidiana45. Por muchos esfuerzos que
hagamos, no podremos imaginar un mundo en el que
nuestras acciones estn determinadas46.
La observacin de Gray es muy til par comprender la
Lecture de 1953 sobre Historical Inevitability. En efec-to, en ella Berlin parecer sostener dos tesis en apariencia
incompatibles. Por un lado, afirma que no pretende refu-
tar el determinismo, pero por otro, trata de demostrar que
aceptar el determinismo comporta poner en discusin
una parte muy amplia de nuestro aparato conceptual.
Todo el lxico de la accin, las expresiones que usamos
para valorarla, parece tener sentido slo si admitimosque hay circunstancias en las que el comportamiento de
una persona no est determinado por factores causales
sobre los que no tiene control.
116
Isaiah Berlin: un liberal en perspectiva
45 John Gray, Isaiah Berlin, Harper Collins, Londres 1995, pg. 14.46 Para una interpretacin distinta, cfr. Mario De Caro, Il libero arbitrio. Unin-
troduzione, Laterza, Bari 2004, pg. 117.
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La aparente incohe-rencia de Berlin se expli-
ca a la luz de la interpre-
tacin propuesta por
Gray. Como ha escrito
C.D. Broad, los argumen-
tos trascendentales:
[] parten de la premisa de que se sabe que una ciertaproposicin es verdadera en un sentido o en otro y dentrode un cierto mbito de aplicacin. Tratan despus de deter-minar qu condiciones deben cumplirse para que esteconocimiento sea posible. Despus de lo cual usan estascondiciones como base de un argumento que sirve o paradeterminar el preciso significado y las limitaciones de la
proposicin originaria, o para probar que otra proposicindebe ser verdadera, y para determinar el significado preci-so y el mbito de aplicacin47.
Parece inmediatamente evidente que la estructura y el
objeto de los argumentos trascendentales descritos por
Broad en su estudio sobre el pensamiento de Kant es la
misma del argumento con el que Berlin trata de demos-
trar la legitimidad del modo en que normalmente descri-
bimos y valoramos las acciones. Incluso la precisin de
que el argumento no puede refutar el determinismo
encuentra respuesta:
117
La otra libertad. Isaiah Berlin y el determinismo MARIO RICCIARDI
47 C.D. Broad, Kant. An Introduction, Cambridge University Press, Cambridge
1978, pg. 15.
Las crticasde Berlin
al determinismo
anticipan
las ms conocidas
de Popper
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Se habr notado que el primer paso de un argumentotrascendental es regresivo; va de un hecho a sus condicio-nes. Un argumento similar puede difcilmente ser del todoconclusivo. No se puede estar seguro de que las condicio-nes en las que hemos pensado sean las nicas que pue-den explicar los hechos. Por tanto, la conclusin de unargumento trascendental puede ser slo altamente proba-ble, nada ms. Una falacia a la que todos estos argumen-tos estn adems sujetos es la siguiente. Cuando pensa-mos que una parte de conocimiento es posible slo bajociertas condiciones puede ocurrir que lo hagamos porqueentre tanto ya habamos realizado alguna tcita asuncinsobre el modo en que opera la mente. Tal asuncin podrano resultar plausible si la reconociramos explcitamente.Adems, aunque fuese plausible, podra no ser verdadera.Si descartsemos esta asuncin, podramos quiz encon-trar que los hechos podan ser explicados de distintos
modos alternativos48
.
En otras palabras, un argumento trascendental no es
deductivamente vlido. Desde este punto de vista, como
el mismo Berlin reconoce, esto no refuta el determinis-
mo49. No obstante, esto no quiere decir que carezca com-
pletamente de fuerza.
Una vez ms las observaciones de Broad son esclare-cedoras:
[] Lo que Kant pretende demostrar con sus argumen-tos trascendentales es que ciertas proposiciones, como la
118
Isaiah Berlin: un liberal en perspectiva
48 C.D. Broad, Kant. An Introduction, pg. 15.49 John Passmore, History, the Individual, and Inevitability, Philosophical
Review, vol. LXVIII (1959), pgs. 99-102.
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ley de causalidad y la permanencia de la sustancia, sonverdaderas, con la interpretacin y dentro del mbito deaplicacin que l les asigna. Pero es incierto que sus argu-mentos puedan demostrar algo ms que el hecho de quetodos los seres humanos deben creer que tales premisassean verdaderas, y que deben actuar como si las creyeranverdaderas. Si todo lo que Kant demuestra es verdadera-mente slo esto, no ha respondido a Hume, si bien ha idomucho ms lejos que Hume. De hecho, Hume admite, yafirma explcitamente que, en la prctica, no podemos pormenos que actuar sino como si creysemos en la verdad dela ley de causalidad. Lo que Kant aadira a lo que diceHume sera que ninguna experiencia similar a la que tienenlos seres humanos, sera posible si no nos comportramosde este modo. Esto, si es verdad, es importante; pero esuna adicin y no una respuesta a Hume50.
Aun no siendo deductivamente vlido, un argumentotrascendental invierte la carga de la prueba. Son los deter-
ministas los que deben demostrar de modo concluyente
que tenemos razn al abandonar completamente nuestro
modo de describir la accin para sustituirlo por algo distin-
to. A falta de una alternativa plausible, la presuncin se
inclina a favor de los modos de pensar y de hablar que
estn en armona con la experiencia cotidiana51
.
Berlin anticipa una estrategia argumental que, en los tra-
bajos de filsofos ms expertos como Stuart Hampshire52 y
119
La otra libertad. Isaiah Berlin y el determinismo MARIO RICCIARDI
50 C.D. Broad, Kant. An Introduction, pg. 15.51 Isaiah Berlin, From Hope and Fear Set Free, pg. 270.52 Vase Stuart Hampshire, Thought and Action, Chatto & Windus, Londres
1959, pgs. 178-222.
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P.F. Strawson53, se convierte en el punto de partida deuna nueva estacin de la filosofa analtica54. Se trata
de un motivo de especial inters porque las crticas de
Berlin al determinismo no slo anticipan las ms conoci-
das de Popper, sino que estn en lnea con el renaci-
miento del inters por estos temas que algunos aos
ms tarde se producira por obra de filsofos fuertemen-
te influenciados por Aristteles y Wittgenstein comoG.E.M. Anscombe, Peter Geach, P.F. Strawson, Stuart
Hampshire y Anthony Kenny. Los argumentos de Berlin
se apoyan en la autoridad de una descripcin fenomeno-
lgica de los mecanismos de la accin humana. La
misma idea ha permanecido en el centro del debate
desde la segunda posguerra hasta hoy. Con motivo de la
nueva publicacin de sus escritos sobre la libertad, Ber-lin respondi con detalle a algunas crticas que se han
dirigido a sus argumentos contra el determinismo55. El
estilo y la relativa falta de combatividad de estas res-
puestas demuestran su distanciamiento de la filosofa
de Oxford que, entretanto, bajo la influencia de Austin,
pareca concentrarse cada vez ms en la reconstruccin
de las minucias del uso lingstico. Pero la insatisfaccin
de Berlin por la eleccin de los problemas a los que
120
Isaiah Berlin: un liberal en perspectiva
53 A este respecto, vase P.F. Strawson, Freedom and Resentment, en Id.,
Freedom and Resentment and Other Essays, Methuen, Londres 1974, pgs.
1-25.54 Marco Santambrogio, Astrazioni oppressive, Notizie di Politeia, vol. V
(1989), pgs. 26-33.55 Para las rplicas de Berlin, cfr. Isaiah Berlin, Introduction, en Id., Liberty,
pgs. 3-30.
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dedicarse no depende de una incomprensin de lajerga lingstica que caracteriza la filosofa analtica.
La ruptura se produce en cuanto a la eleccin de los
temas, sobre la valoracin de la importancia relativa de
los conceptos a analizar56. Si esta hiptesis fuera
correcta habra habido una mala interpretacin, por
parte de Berlin, de la agenda de sus colegas. La cosa
podra sorprender porque hablamos de una persona queha estado particularmente cercana a J.L. Austin. Justa-
mente Austin precisaba (respondiendo a un crtico an-
nimo) que el anlisis del lenguaje ordinario no es la lti-
ma palabra en filosofa, sino la primera57. No se dedica
tanta atencin al uso del lenguaje porque ste sea ms
importante que otros objetos de estudio, sino slo por-
que el anlisis es metodolgicamente primario.
No obstante, el distanciamiento de Austin, como
muestra Two Concepts of Liberty, no ser total porque
las razones de la desafeccin de Berlin anticipan un cam-
bio de ms amplia envergadura. De los aos cincuenta
en adelante, la aportacin de los filsofos de Oxford (a
veces pertenecientes al crculo de Austin, como Hart,
Hare y Warnock) a la creciente literatura sobre los proble-
mas polticos y morales no puede ciertamente ser ignora-
da. La incomprensin, si la ha habido, no se refiere a la
121
La otra libertad. Isaiah Berlin y el determinismo MARIO RICCIARDI
56 Michael Ignatieff, op. cit., pgs. 84-89.57 J.L. Austin, A Plea for Excuses, en Id., Philosophical Papers, ed. por J.O.
Urmson and G.J. Warnock, tercera edicin, Oxford University Press, Oxford
1979, pgs. 81-185.
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importancia del anlisis, sino ms bien a la idea de que
la resolucin de los problemas que emergen de los usos
del lenguaje es ms urgente que afrontar directamente
las cuestiones que surgen de la experiencia cotidiana. La
filosofa para Austin est ms distante de las elecciones
y compromisos que cada uno est continuamente llama-
do a afrontar de lo que Berlin estaba dispuesto a acep-
tar58. Berlin no es un filsofo en el sentido de Austin,como no lo era Russell que opuso objeciones similares a
la filosofa de Oxford59.
A esta divergencia, mucho ms que a la conversacin
con el lgico H.M. Sheffer varias veces contada por el
propio Berlin, hay que remitirse para reconstruir las
razones del distanciamiento de la filosofa de Oxford.
Cuando Sheffer dijo a Berlin que para realizar progresos
en el campo de la filosofa era fundamental un elevado
dominio de la lgica, encontr en su interlocutor terreno
122
Isaiah Berlin: un liberal en perspectiva
58 David Pears, Philosophy and the History of Philosophy, pg. 37.59 Russell planteaba diversas crticas a la filosofa de Oxford (que no distin-
gua de la del Wittgenstein de las Philosophical Investigations). En la recen-
sin al libro de J.O. Urmson, Philosophical Analysis, se acusa a los filsofos
de Oxford de separar la filosofa de la ciencia emprica, de tener un respeto
excesivo por el sentido comn y de haber renunciado a comprender el
mundo para concentrarse exclusivamente en el lenguaje. Bertrand Russell,
My Philosophical Development, Allen y Unwin, Londres 1959, pgs. 215-230.
Se trata de acusaciones que probablemente Berlin no habra compartido ple-
namente, aunque quizs habra suscrito en parte su espritu, en particular
por lo que respecta a la trivializacin de la filosofa. Cfr. P.M.S. Hacker, Witt-
gensteins Place en Twentieth-Century Analytic Philosophy, pgs. 232-233.
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frtil60. Berlin ya habadecidido continuar su tra-
yectoria intelectual por un
camino distinto del de
buena parte de sus cole-
gas dejando a H.L.A. Hart
la enseanza del New
College de lgica, episte-mologa y tica para
pasarse a la historia de la
filosofa61. Berlin contina ocupndose de algunos de los
problemas que animaban las discusiones en Oxford antes
de la guerra, anticipando a menudo temas y argumentos,
pero con un estilo y unas referencias culturales distintas de
las de sus colegas. Para encontrar las reflexiones del Berlinmaduro sobre el conocimiento o las otras mentes hay
que remitirse a su obra de historiador de las ideas. Desde
este punto de vista, los ensayos sobre Vico son especial-
mente significativos. En las pginas sobre el filsofo napo-
123
La otra libertad. Isaiah Berlin y el determinismo MARIO RICCIARDI
60 Isaiah Berlin, Authors Preface, en Id. Concepts and Categories, pgs. XI-
XII. Como se ha dicho, Berlin ha descrito la decisin de pasarse a la historia
de las ideas como una especie de conversin que se produjo mientras se
encontraba en vuelo para regresar al Reino Unido tras una estancia en Was-
hington en 1944. Isaiah Berlin, Flourishing, pgs. 488-489. Aunque sugesti-
va, esta reconstruccin parece incompatible con los resultados de la investi-
gacin historiogrfica. Como hemos recordado con anterioridad, en 1939
Berlin ya haba publicado un libro sobre Karl Marx para cuya preparacin
haba ledo a muchos de los principales exponentes del pensamiento ilumi-
nista y romntico. A este respecto, cfr. Isaiah Berlin, Flourishing, pgs. 67-68.
Vase tambin Isaiah Berlin, My Intellectual Path, pgs. 1-23.
61 Michael Ignatieff, op. cit., pg. 131.
Su filosofa,relacionada con
la tradicin, trata
de reconstruir
una especie de
genealogaintelectual europea
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litano retornan los motivos de su crtica al neopositivismo yde su insatisfaccin frente a la filosofa de Oxford. Berlin
discute la filosofa de la matemtica, el problema de la com-
prensin y los fundamentos metodolgicos de las ciencias
sociales sin hacer casi nunca referencia a sus contempor-
neos. Entre los pocos citados expresamente est el witt-
gensteiniano Peter Winch, cuya tesis sobre la filosofa de
las ciencias sociales parece aprobar Berlin62. Comenta aVico, discute a Croce y Gentile, se refiere a menudo a Hegel.
No renuncia del todo a la filosofa, pero trata de hacerla a
travs de la relacin con la tradicin, tratando de recons-
truir una especie de genealoga intelectual europea. Sera
interesante profundizar en los lmites de Berlin como histo-
riador de las ideas. Por ejemplo, la absoluta falta de aten-
cin por los orgenes medievales de muchas de las nocio-nes filosficas y polticas de que se ocupa. La teologa pare-
ce estar completamente ausente de sus preocupaciones,
mermando a veces la persuasividad de sus reconstruccio-
nes. Probablemente las razones del distanciamiento de la
filosofa de Oxford estn en el origen de algunos de sus
defectos como historiador. Berlin sigue siendo, en cualquier
caso, un filsofo que trata de sacar a la luz distinciones con-ceptuales de gran relevancia para la vida cotidiana y sus
problemas, pero con instrumentos distintos de los habitua-
les en su entorno de formacin63.
124
Isaiah Berlin: un liberal en perspectiva
62 Isaiah Berlin, The Philosophical Ideas of Gianbattista Vico, en Id., Three
Critics of the Enlightment, ed. por Henry Hardy, Pimlico, Londres 2000, pgs.
52-53.
63 Isaiah Berlin, The Concept of Scientific History, pgs. 103-142.
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Aunque el modo de hacer filosofa de Berlin llegue a
ser con el tiempo ms similar al de Collingwood que al de
Austin, no hay que olvidar algunos elementos de continui-
dad. Adems de la atencin por el uso lingstico y sus
matices, la defensa del pluralismo es un rasgo constante
de la reflexin de Berlin que vuelve a conectarle con la
tradicin de Oxford64.
A la luz de cuanto se ha dicho, la reconstruccin con-
vencional del itinerario intelectual de Berlin como un paso
de la filosofa a la historia de las ideas debe ser modifica-
da de modo significativo. Si indudablemente existe un dis-
tanciamiento de la filosofa de Oxford, el mismo tiene moti-
vaciones que en parte son de naturaleza teortica y en
parte, por el contrario, se refieren a la eleccin de los pro-blemas de los que ocuparse, la valoracin de la urgencia
o de la importancia relativa de cuestiones tradicionales
ligadas de modo particular a la experiencia de la eleccin,
en sus distintas dimensiones. Una actitud similar a la de
Berlin se encuentra en los mismos aos en Iris Murdoch,
que lo expresaba de modo particularmente elocuente
escribiendo que el de los filsofos de Oxford es un mundoen el que las personas juegan al cricket, hacen tartas,
toman decisiones sencillas, recuerdan su infancia y van al
125
La otra libertad. Isaiah Berlin y el determinismo MARIO RICCIARDI
64 La historia del pluralismo en la filosofa de lengua inglesa est todava en
gran medida por escribir. Una reconstruccin se encuentra en la obra pione-
ra de Jean Wahl recientemente reeditada. Cfr. Jean Wahl, Les philosophies
pluralistes dAngleterre et dAmrique, Les Empcheurs de penser en rond,
Pars 2005.
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circo, no el mundo en el que cometen pecados, se enamo-ran, dicen oraciones y se adhieren al partido comunis-
ta65. La insatisfaccin hacia este modo de concebir el tra-
bajo del filsofo empuja a Murdoch a interesarse por el
existencialismo, escribiendo el primer libro en ingls sobre
Sartre, y a explorar la posibilidad de indagar las dimensio-
nes de la experiencia olvidadas por los filsofos de Oxford
a travs de la narrativa. Berlin prefiere por el contrario diri-girse al pasado, buscando en autores a menudo conside-
rados poco ortodoxos por sus colegas esa sensibilidad de
la que parecan carecer. Aunque estn distantes desde
otros puntos de vista, Berlin y Murdoch estn ambos ani-
mados por el deseo de cultivar el sentido de la realidad
midindose con todos los aspectos de la condicin huma-
na. Al hacer esto, estaban destinados a pagar el precio deuna relativa marginacin. Los aos en que Berlin y Mur-
doch maduraron su distanciamiento de la filosofa de
Oxford son aquellos en los que emerge una progresiva pro-
fesionalizacin de la disciplina que lleva a la adopcin de
normas de argumentacin que estn en parte modeladas
sobre las de las ciencias naturales. Aumenta el nfasis
sobre la manera de compartir un mtodo y una agenda
que selecciona los problemas a los que aplicarse. Se trata
de una transformacin que lleva muy pronto a modificar
tambin el modo de escribir que es codificado tomando
como ejemplo las revistas de ms prestigio66. No hay que
126
Isaiah Berlin: un liberal en perspectiva
65 Iris Murdoch, Sartre, Vintage, Londres 1999, pg. 78.66 Gilbert Ryle, Introduction, en The Revolution in Philosophy, Macmillan,
Londres 1965, pgs. 1-11.
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sorprenderse por tanto de que el nombre de Berlin (y tam-bin el de Murdoch) desaparezcan de las listas de los
autores de las principales publicaciones acadmicas de
filosofa.
LIBERTAD Y PLURALISMO
Esto explica el destino de su escrito ms conocido, la Lec-
ture sobre Two Concepts of Liberty67
. Se trata, como es
127
La otra libertad. Isaiah Berlin y el determinismo MARIO RICCIARDI
67 El ensayo tiene dos antecedentes, uno largo mecanografiado sobre las
ideas polticas de la edad romntica y una serie de conversaciones trasmiti-
das por la BBC en 1952. En la primera obra, Berlin distingue una concepcin
liberal y una romntica de la libertad. Cfr. Isaiah Berlin, Political Ideas in the
Romantic Age, ed. por Henry Hardy, Chatto & Windus, Londres 2006. La
misma distincin es empleada, sin tematizarla, en las conversaciones radio-
fnicas. Cfr. Isaiah Berlin, Six Enemies of Human Freedom, ed. por HenryHardy, Chatto & Windus, Londres 2002, pgs. 52-53 y 103-104. En 1955
Berlin menciona el concepto negativo de libertad personal. Isaiah Berlin,
Herzen and Bakunin on Individual Liberty, en Id., Russian Thinkers, ed. por
Henry Hardy y Aileen Kelly, Penguin, Londres 1997, pg. 107. El uso de la
oposicin entre libertad negativa y positiva para distinguir los dos modos
de entender dicho concepto es una novedad introducida en la Lecture del
1958. Se trata, no obstante, de un modo de formular la distincin que tiene
diversos antecedentes, y que estaba bastante difundido en el idealismo
ingls. A este respecto, cfr. T.H. Green, Lectures on the Principles of Political
Obligation, Longmans, Londres 1963, pgs. 2-27 y Bernard Bosanquet, The
Philosophical Theory of the State and Related Essays, St. Augustines Press,
South Bend, Indiana, 2001, pgs. 137-149. Entre los contemporneos de
Berlin, ya la haba empleado John Plamenatz en 1938. Cfr. J.P. Plamenatz,
Consent, Freedom and Political Obligation, Oxford University Press, Oxford
1968, pg. 35. Otro autor que usaba la distincin en el contexto de una
reconstruccin histrica que tiene muchos puntos de contacto con la de Ber-
lin es Guido di Ruggiero. A este respecto, cfr. Guido di Ruggiero, Storia del
liberalismo europeo, Feltrinelli, Miln 1962, pgs. 338-339. Si bien Berlin no
menciona el libro de di Ruggiero, es probable que lo conociera porque haba
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sabido, de una obra que ha suscitado una encendida dis-cusin que dura todava hoy. No obstante, un examen de
la produccin posterior de Berlin parece sugerir que esta-
ba poco interesado en esta discusin, hasta el punto de
hacer pensar que la consideraba fruto de un malentendi-
do. Berlin no se ocupa, salvo en lneas generales, de las
cuestiones que constituyen el centro de atencin de fil-
sofos analticos de la poltica como Felix E. Oppenheim,J.P. Day o Hillel Steiner. Aun cuando responde a los crti-
cos, no tiene mucho que aadir sobre qu es lo que cuen-
ta como vnculo o sobre la cuestin de si la libertad nega-
tiva es mensurable. Considera en cierto modo evidente
que no tiene sentido tener en cuenta los casos de no-
libertad que no dependen de la accin de las personas.
Esto se explica en parte porque su reflexin sobre eldeterminismo y sobre los mecanismos de la accin
humana ya le ha convencido de que no tiene ningn sen-
tido tratar, desde el punto de vista conceptual, a las per-
sonas como objetos materiales, sino probablemente
incluso sobre la base de un distinto modo de concebir el
trabajo del filsofo. Desde dicha perspectiva, el enfrenta-
miento con Oppenheim es particularmente instructivo. Ensu libro sobre la libertad, publicado en 1961, el filsofo
americano introduce el problema del que pretende ocu-
parse como el de proponer una definicin del trmino
128
Isaiah Berlin: un liberal en perspectiva
sido traducido al ingls por Collingwood. Guido di Ruggiero, The History of
European Liberalism, trad. R. G. Collingwood, Oxford University Press, Lon-
dres 1927.
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que sea adecuada a losfines de una teora emp-
rica de la poltica68. No
slo Berlin considera
que esta empresa es
imposible, sino que no
parece atribuir a la defi-
nicin el papel centralque la misma tiene en
la obra de Oppenheim.
Para confirmar esta hiptesis est tambin la circunstan-
cia de que Berlin no intervino en el debate que sigui a la
publicacin, en 1958, de Two Concepts of Liberty, salvo
con motivo de la nueva impresin en sus Four Essays on
Liberty. En ese momento modific la definicin negativadel trmino, por sugerencia de Richard Wollheim, preci-
sando que la libertad de una persona es independiente
de las preferencias. Su formulacin original habra condu-
cido, de hecho, a la paradjica consecuencia de que una
persona en esclavitud sera libre si se convenciera de no
desear otra cosa ms que permanecer en prisin69.
Muchos aos despus, Berlin volvi sobre el tema escri-
biendo una breve rplica a un ensayo de David Westsobre Spinoza on Positive Freedom en que se detiene
sobre todo en el pensamiento del filsofo70 y una entrada
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La otra libertad. Isaiah Berlin y el determinismo MARIO RICCIARDI
68 Felix E. Oppenheim, Dimensions of Freedom, St. Martins Press, Nueva
York 1961, pgs. 3-23.69 Isaiah Berlin, Introduction, en Id., Liberty, cit., pgs. 29-49.70 Isaiah Berlin, A Reply to David West, Political Studies, vol. XLI (1993),
pgs. 297-298.
No tiene sentidotener en cuenta
los casos de
no-libertad que
no dependen
de la accinde las personas
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sobre Liberty para The Oxford Companion of Philosophydirigido por Ted Honderich que se limita a repetir las lneas
generales del ensayo de 195871.
La distincin propuesta por Berlin ha tenido xito por-
que se presta a ser usada para formular de modo ms
claro distintas nociones del lenguaje poltico. Por ejem-
plo, la libertad negativa como ausencia de vnculos exter-nos a la accin de una persona puede ser til para acla-
rar qu se entiende por derecho subjetivo (el espacio de
libertad protegido de una persona). En parte, el xito de
la distincin ha sido superior al del ensayo. Una lectura
atenta muestra que Berlin se propona un objetivo que
exceda con mucho la simple propuesta de un modo para
distinguir dos conceptos de libertad, o dos modos de usar
el trmino72. En efecto, en el escrito se encuentra una
cierta elasticidad, alguien podra pensar desenvoltura, al
formular cul es exactamente el objeto de su investiga-
cin. Aunque el ttulo menciona dos conceptos de liber-
tad, en el texto hay una oscilacin terminolgica entre
palabra, sentido de la palabra, concepto, concepcin, sig-
nificado y nocin. La misma distincin entre dos concep-
tos parece ser puesta en discusin cuando Berlin sealaa una esencia de la nocin de libertad, tanto en el senti-
do negativo como en el positivo73, o bien cuando escribe
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Isaiah Berlin: un liberal en perspectiva
71 Isaiah Berlin, Liberty, en Id., The Power of Ideas, pgs. 111-114.72 Mario Ricciardi, Berlin on Liberty, en George Crowder and Henry Hardy
(eds.), The One and the Many. Reading Isaiah Berlin, pgs. 119-139.
73 Isaiah Berlin, Two Concepts of Liberty, pg. 204.
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que cada interpretacin de la palabra debe incluir almenos un mnimo de libertad negativa74. No es que la
cosa sea necesariamente sorprendente. Hay diversos
ejemplos de filsofos de Oxford que emplean el trmino
concepto de modo ms bien elstico en el contexto de
reconstrucciones filosficas de mbitos ms bien
amplios de la experiencia. Probablemente una aclaracin
de la posicin de Berlin puede venir de lo que declar en1978, en el curso de una conversacin sobre la funcin
de la filosofa registrada por la BBC y a continuacin
incluida en un libro de gran xito publicado por Brian
Magee, que dirigi tambin la entrevista en la versin ori-
ginal. En ese contexto, describiendo la funcin de la filo-
sofa como dilucidacin de los conceptos, Berlin aade
que los mismos seran las unidades estructurales denuestro pensamiento. No obstante, casi para responder a
la objecin de un interlocutor ideal que hubiera podido
criticar este modo de entender el trabajo del filsofo
como excesivamente restringido, Berlin aade inmediata-
mente que evidentemente nuestro pensamiento no se
compone slo de unidades estructurales, sino tambin
de estructuras. En la conversacin con Magee estas
estructuras son descritas como modelos e ilustradas con
ejemplos sacados de la historia del pensamiento poltico.
Concebir la sociedad como una mquina o bien como un
organismo ejemplificara dos modelos. Se dira que Berlin
entiende el papel del filsofo como el de aclarar aquello
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La otra libertad. Isaiah Berlin y el determinismo MARIO RICCIARDI
74 Isaiah Berlin, Two Concepts of Liberty, pg. 207.
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que est en el fondo de estos distintos modelos75. Mstarde repite una idea similar en el curso de otra conversa-
cin de gran inters para comprender el pensamiento de
Berlin, recurriendo propiamente a la expresin alemana
Weltanschauungen, esos modos de ver las cosas de los
que sus maestros, e incluso algunos contemporneos,
desconfiaban tanto76. A este respecto, la cercana con
Collingwood resulta particularmente evidente. La aclara-cin que Berlin desea realizar puede ser entendida como
un intento de identificar algunas lneas de tendencia del
pensamiento poltico europeo, explicitando sus presupo-
siciones al estilo de Collingwood77.
El inters especial que Berlin siente por la dimensin
gentica de los conceptos se aprecia en la introduccina la nueva publicacin del ensayo. Con esta ocasin, Ber-
lin precisa que el sentido fundamental del trmino es el
de libertad de las cadenas, de la prisin, de la esclavitud.
Luchar por la libertad significa tratar de remover obstcu-
los, combatir por la libertad personal comporta remover
las interferencias, el disfrute, la reduccin a la esclavitud
por parte de quienes tratan de imponernos sus objeti-
vos78. La libertad negativa parece colocarse en una posi-
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Isaiah Berlin: un liberal en perspectiva
75 Brian Magee, Talking Philosophy, Oxford University Press, Oxford 2001,
pg. 24.76 Ramin Jahanbegloo, Conversations With Isaiah Berlin, Peter Halban, Lon-
dres 1991, pgs. 24-25.77 Peter Skagestad, Collingwood and Berlin: A Comparison,Journal of the
History of Ideas, vol. LXVI (2005), pgs. 99-111.
78 Isaiah Berlin, Introduction, en Id., Liberty, cit., pg. 48.
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cin fundamental en nuestro esquema conceptual por-que la misma pertenece a una dimensin ms elemental
de la experiencia. La reconstruccin histrica debera
ponernos en condiciones de comprender esta especie de
estratificacin en nuestro modo de pensar distinguiendo
diversos sentidos que corresponden a progresivos desli-
zamientos, extensiones en el uso del trmino, empleos
metafricos que acaban por adquirir autonoma semnti-ca respecto al uso primitivo79. Desde dicha perspectiva,
clarificar quiere decir delinear una cartografa conceptual
que permita comprender lo que est en juego cuando se
discute de libertad80.
Una mirada al contexto en el que Berlin escriba puede
ser de ayuda. La tradicin poltica que nace del iluminis-mo y se desarrolla en las formas histricas del liberalismo
y del socialismo haba salido vencedora de la masacre de
la Segunda Guerra Mundial, pero al mismo tiempo desga-
rrada por una contradiccin interna. Liberales y socialis-
tas, organizados polticamente y divididos por diversos
sistemas polticos y alianzas militares, enfatizaban lectu-
ras distintas de la libertad. Por un lado, la libertad nega-
tiva como ausencia de interferencias. Por otro, la libertad
positiva como acuerdo con la libertad popular entendida
como superior respecto a la individual. La distincin sirve
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La otra libertad. Isaiah Berlin y el determinismo MARIO RICCIARDI
79 Isaiah Berlin, Two Concepts of Liberty, pg. 205.80 A este respecto, cfr. Bernard Williams, From Freedom to Liberty: The Con-
struction of a Political Value, en Id., In the Beginning Was the Deed, Prince-
ton University Press, Princeton (N.J.) 2005, pgs. 75-96.
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a Berlin para poner de relieve una oposicin poltica, eco-nmica y militar de su tiempo, que interpreta como radi-
cada en la distincin entre dos modos de entender el
mismo valor81. Dos modos en su forma extrema incompa-
tibles, hasta el punto de no admitir conciliacin. El propio
Berlin reconstruy de este modo el trasfondo sobre el que
haba escrito su ensayo: pienso que el mismo trasciende
las cuestiones de su tiempo, aunque no puedo negar quela existencia de la Unin Sovitica fue en parte un estmu-
lo para mis crticas de la libertad positiva82. El estudio
del gnero humano tiene como fin la explicacin de
situaciones histricas controvertidas, y el conflicto entre
diversos modos de concebir la libertad es una de ellas. La
distincin entre dos conceptos de libertad es un intento
de tematizar la mutacin del pensamiento poltico. Lalibertad es un valor tanto para los liberales como para los
socialistas, pero stos la entienden de modo distinto. La
distincin de Berlin ayuda a poner de manifiesto esta
divergencia83. Al hacerlo, Berlin introduce tambin un
segundo aspecto de las tradiciones intelectuales en el
que estaba particularmente interesado: la falta de cohe-
rencia interna. De la misma raz cultural surgen dos
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Isaiah Berlin: un liberal en perspectiva
81 Gorge Crowder, Isaiah Berlin, pgs. 44-51.82 Comunicacin personal, 4 de marzo de 1997.83 Sobre el modo de entender las distinciones conceptuales como punto de
partida para la aclaracin conceptual, y la importancia de que no sean tan
rgidas como para convertirse en dicotomas que puedan distorsionar nues-
tra percepcin de la realidad, vase Isaiah Berlin, The Hedgehog and the
Fox, en Id., Russian Thinkers, pg. 23. Vase tambin Gilbert Ryle, Dilem-
mas, pg. 11.
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modos incompatibles deentender el mismo valor.
La misma incompatibili-
dad de los conflictos de
valor que frecuentemente
se ha querido ver en las
relaciones entre diversas
culturas se reproduce de este modo tambin dentro de lamisma cultura. Berlin sostiene que el descubrimiento del
pluralismo de los valores le fue sugerido por la lectura de
Herder, que no por casualidad viene unido a Vico como el
otro filsofo que ha anticipado un modo distinto de hacer
filosofa84. El ensayo sobre la libertad es un intento de
hacer fructificar el mtodo de estos dos innovadores.
En realidad, como se ha dicho, un pluralismo de los
valores similar al de Berlin era defendido por los filsofos
de la generacin precedente que se remitan a las ideas
y al mtodo de John Cook Wilson85. Entre los contempo-
rneos puede encontrarse una posicin cercana a la de
Berlin en los escritos de J.O. Urmson, Stuart Hampshire y
P.F. Strawson. No obstante, con la sola excepcin de
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La otra libertad. Isaiah Berlin y el determinismo MARIO RICCIARDI
84 Norberto Bobbio ha sugerido que existe una conexin entre la tesis de
Berlin y el politesmo de los valores de que habla Max Weber. Norberto
Bobbio, Il liberalismo di Isaiah Berlin, Rivista storica italiana XCII (1980),
pg. 617. En realidad, una atenta lectura de los escritos de Berlin no mues-
tra ninguna influencia de este aspecto del pensamiento de Weber, que
parece ms cercano a posiciones subjetivistas que al pluralismo.85 A este respecto, cfr. Richard Robinson, An Atheists Values, Clarendon
Press, Oxford 1964, pg. 18.
Luchar porla liber
tad significa
tratar de remover
obstculos
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Hampshire, ninguno de los autores que hemos menciona-do ha desarrollado sus observaciones sobre el pluralismo
tanto como Berlin, que ha hecho de este tema el hilo con-
ductor de toda su produccin filosfica. Adems, el plura-
lismo de los filsofos de Oxford se formula sobre todo
como una tesis sobre la naturaleza de los valores cuyas
consecuencias sobre el plano poltico son raramente
exploradas a fondo. Slo en Berlin encontramos unaconexin entre el antirreduccionismo en el campo de la
metafsica o de la filosofa del lenguaje y la propuesta de
una teora poltica normativa. La oposicin al monismo se
argumenta en diversos planos y encuentra en el liberalis-
mo un desarrollo que, en las intenciones del autor, debe-
ra ser coherente con las premisas teorticas generales.
Esto se manifiesta en particular en la conexin que Ber-lin observa entre la negacin del determinismo y el reco-
nocimiento del valor de la eleccin individual86. Aunque
no sea el ms persuasivo de los argumentos de Berlin a
favor de una conexin entre pluralismo y libertad, no hay
duda que ha tenido cierta importancia al impulsarle a
poner de manifiesto una dimensin esencial de la expe-
riencia moral con los conflictos que la misma comporta87.
Isaiah Berlin: un liberal en perspectiva
86 Isaiah Berlin, Two Concepts of Liberty, pg. 214.
87 George Crowder, Isaiah Berlin, pgs. 144-145.
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