nuevas tecnologías nuevas migraciones nuevas ocupaciones...
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CURSO DE VERANO UCLM, CUENCA 2005: “DE LA ESPAÑA QUE EMIGRA A
LA ESPAÑA QUE ACOGE”.
“NUEVAS TECNOLOGÍAS, NUEVAS MIGRACIONES, NUEVAS
OCUPACIONES: ESTRATEGIAS PARA INCREMENTAR LA COHESIÓN SOCIAL
EN LA UNIÓN EUROPEA”
Prof. Dr. Antonio López Peláez
Departamento de Sociología III (Tendencias Sociales) UNED
E-mail: alopez@poli.uned.es
1. Introduccción:
Los flujos migratorios no pueden analizarse sin tomar en consideración las
características de las sociedades en los que se producen. El debate sobre migraciones,
integración social, mercado de trabajo y educación no puede obviar la revolución
tecnológica actual, la transformación de las formas de producción, organización y
prestación de servicios en las sociedades tecnológicas avanzadas. Por ello, en primer
lugar analizaremos brevemente el contexto de cambio tecnológico en el que nos
encontramos (y que tiene una relación directa con fenómenos como la denominada
‘globalización’ o ‘glocalización’, la deslocalización, y las transformaciones de la
estructura ocupacional en las sociedades emergentes). En segundo lugar, abordaremos
en esta ponencia el perfil sociológico de la educación en España. Y, finalmente,
abordaremos los retos educativos de la sociedad española en los próximos años,
tomando en consideración la relación entre nuevas tecnologías, nuevas ocupaciones y
nuevas migraciones.
2. El papel de la ciencia y la tecnología, y la importancia de las
perspectivas prospectivas:
En los inicios del siglo XXI, el análisis sociológico debe tomar en consideración el
papel que juegan la ciencia y la tecnología en nuestras sociedades. Por diversos
motivos:
En primer lugar, porque la ciencia (y la tecnología), después de un desarrollo
exponencial desde el Renacimiento, “constituye un importante complejo
institucional en todas las sociedades modernas”1.
En segundo lugar, nos encontramos inmersos en una revolución científico-
tecnológica que afecta a cada vez más dimensiones de la vida social, a la vez que
se sitúa como una barrera en torno a la cual se articulan nuevos procesos de
inclusión y exclusión económica y social2, lo cual lleva a que las políticas
científicas y tecnológicas se conviertan en una cuestión crucial para las
sociedades contemporáneas. Dado que “la revolución tecnológica aporta la
infraestructura necesaria para el proceso de formación de una economía global y
es fomentada por las demandas funcionales generadas por esta economía”3, las
políticas científico-tecnológicas (es decir, aquellas que persiguen “el esfuerzo
deliberado de influenciar la dirección y la tasa de desarrollo del conocimiento
científico por medio de la aplicación de recursos financieros, dispositivos
administrativos, y educación y formación, en tanto que todos ellos sean
afectados por la autoridad política”4), se han convertido en un factor estratégico
en las sociedades del siglo XXI.
En tercer lugar, desde una perspectiva histórica, “la capacidad o falta de
capacidad de las sociedades para dominar la tecnología, y en particular las que
son estratégicamente decisivas en cada período histórico, define en buena
medida su destino, hasta el punto de que podemos decir que aunque por sí
misma no determina la evolución histórica y el cambio social, la tecnología (o su
carencia) plasma la capacidad de las sociedades para transformarse, así como los
usos a los que estas sociedades, siempre en un proceso conflictivo, deciden
dedicar su potencial tecnológico”5.
En cuarto lugar, porque la cultura de las sociedades en las que nos encontramos
tiene “su núcleo en los conceptos, metáforas, imágenes, ideas, datos e
información proporcionados por la ciencia y la tecnología contemporáneas”6. Si
hay algo obvio en nuestros días, es que nuestra cultura material está
profundamente modelada por el conocimiento tecno-científico, y que “el método
científico y su difusión tiene efectos sociales importantes, pues afecta al modo
en que los hombres en general enfocan los problemas y organizan el trabajo para
solucionarlos”7.
En definitiva, hay que resaltar el papel estructurante de la ciencia y la tecnología: “el
elemento común subyacente a diversos aspectos de la dinámica social emergente es el
científico-tecnológico. La tecnología está desempeñando un papel central en la
producción de bienes y servicios, en los flujos de información y comunicación, y en las
formas de comportamiento y de organización social y política”8.
El complejo científico-tecnológico, o la denominada por algunos pensadores ‘tecno-
ciencia’, es una de las características fundamentales de la sociedad emergente, y
responde y configura, en un complejo proceso de interacción mutua, recreación y
condicionamiento recíproco, el presente histórico. Si repasamos la historia reciente,
podemos reconocer la siguiente secuencia: la revolución científica, el avance
tecnológico, la identificación del progreso con el avance científico y tecnológico, la
institucionalización de la ciencia y de la tecnología, dando origen a lo que podemos
denominar ‘tecnociencia’, y finalmente la crisis de la identificación entre progreso y
avance científico-tecnológico, por un lado, y la crisis de la pretendida neutralidad de la
ciencia y la técnica, poniendo de manifiesto su vinculación con la sociedad en la que se
crea y se aplica.
Ciencia, tecnología y sociedad están estrechamente vinculadas, y el análisis de la
ciencia y la tecnología como productos de la sociedad en la que se crean y a la que
recíprocamente configuran, ha evolucionado desde el análisis de su dimensión
institucional y de los impactos de la ciencia y la tecnología en la sociedad, hasta el
análisis de la construcción social del conocimiento científico (abarcando, también, la
dimensión cognitiva de la ciencia9). Como señala Javier Echevarría, “conviene
distinguir entre ciencia, técnica, tecnología y tecnociencia. Está última ha surgido a
partir de la Segunda Guerra Mundial y suele ser denominada Big Science. La ciencia y
la tecnología se imbrican mutuamente en la tecnociencia, de manera que no hay avances
científicos sin progresos tecnológicos, y viceversa. Esta mixtura entre ciencia y
tecnología conlleva cambios importantes en la práctica de los científicos y tecnólogos.
La tecnociencia no se limita a describir, explicar o predecir lo que sucede en el mundo,
sino que interviene y tiende a transformar el mundo, sea este físico, biológico, social,
simbólico o de otro tipo (microcosmos, mesocosmos, macrocosmos)”10.
Las dos características de la revolución científico-técnica actual, y que dan origen a la
denominada ‘tecnociencia’, son las siguientes: la aceleración exponencial de la
producción de conocimiento, y la reducción del tiempo necesario para desarrollar
tecnologías basadas en avances científicos que puedan ser aplicadas en un contexto
práctico. En este sentido, “el complejo ciencia-tecnología es la principal fuente de
riqueza; el factor productivo principal; tendencialmente, la ocupación mayoritaria; uno
de los problemas políticos centrales, y sin duda, el modo dominante del pensamiento.
Pero, como es lógico, el proceso se retroalimenta. Cuanto más recursos se invierten en
I+D, mayor producción científica, más rápido desarrollo tecnológico, más extensión del
ethos científico, mayor incidencia de la ciencia directamente (productos) e
indirectamente, etc”11. En definitiva, las consecuencias de la revolución científico-
tecnológica son globales, afectan a cada vez más dimensiones de la vida social, y se
configuran en torno a la innovación permanente.
Hay tres características de la relación entre la ciencia, la tecnología y la sociedad en
nuestro contexto histórico, que han llevado al desarrollo de metodologías prospectivas,
ligadas tanto a la previsión de eventos tecnológicos, como a la prospectiva social,
preocupada por los impactos sociales, y que busca aportar información cualificada para
la toma de decisiones. Estas tres características son las siguientes:
en primer lugar, la velocidad de desarrollo y los nuevos riesgos asociados a la
implantación y gestión de tecnologías, y al diseño de las mismas y sus objetivos
finales (como ocurre en el caso de la ingeniería genética);
en segundo lugar, los impactos de las nuevas tecnologías sobre el trabajo (tanto
en relación al volumen del mismo, cuanto en relación a la transformación de las
empresas y las organizaciones, y en relación a la calidad y lo que puede
denominarse ‘la vida en el trabajo’, siguiendo la formulación de la OIT), y sobre
las instituciones políticas, fundamentalmente sobre el papel del Estado nacional;
y, en tercer lugar, la relación entre revolución tecnológica, capitalismo
informacional y medioambiente: la necesidad de desarrollar tecnologías
compatibles con el medio ambiente ha llevado a poner sobre la mesa, desde los
años sesenta, el debate sobre los modelos de desarrollo sostenible.
Finalmente, dado el peso del gasto público en Investigación y desarrollo, y el papel que
juegan la ciencia y la tecnología en el sistema de producción capitalista contemporáneo,
la imposibilidad de financiar todos los desarrollos científico-tecnológicos posibles ha
llevado a cuestionarse la viabilidad social de los avances, estableciendo criterios
externos, sociales, que determinan la asignación de recursos para proyectos concretos, y
que responden a las políticas que se desarrollan en el ámbito militar, económico, etc.
3. Economía, trabajo y sociedad red:
La transformación que experimentan nuestras sociedades a nivel mundial se asienta en
una triple revolución: la revolución tecnológica (tecnologías de la información y
comunicación, tecnologías de la automatización industrial, y tecnologías genéticas), la
revolución en las fuentes de energía, y la revolución de las formas de gestión y
organización empresarial. La conjunción de estos factores, independientemente del
estudio de sus orígenes y su influencia mutua, está en el origen de los cambios que
podemos detectar tanto en la sociedad, cuanto en las organizaciones empresariales. En
un nuevo contexto basado en el conocimiento, las organizaciones empresariales se
modifican. Hoy en día, la capacidad de aprendizaje, el conocimiento, y la innovación se
convierten en la clave de lo que se denomina en el ámbito de la organización de
empresas, la organización inteligente. Es decir, una organización que aprende, que
innova, y que se adapta a un contexto en continuo cambio, en el que el conocimiento se
convierte en el principal factor de producción. Cualquier análisis de las organizaciones
empresariales y de la cultura de la empresa debe comenzar por caracterizar este nuevo
contexto en el cual se desarrolla la empresa, y que la hace posible.
El concepto “sociedad tecnológica avanzada” intenta definir esa sociedad emergente en
constante crecimiento, muy diferente a las sociedades industriales que nos han
precedido.. Se trata de una sociedad ‘post-industrial’, con nuevas formas de producción,
comunicación y gestión. En ella se redefinen los patrones fundamentales de
socialización propios del pasado más reciente. Diversos autores han propuesto
diferentes denominaciones para esta nueva sociedad: ‘sociedad informacional’,
‘sociedad-red’, ‘sociedad postindustrial’... Más allá del debate sobre los términos con
los cuales definir la sociedad tecnológica en la que nos encontramos, y sobre la fecha
en la cual situar su origen histórico, todas las perspectivas de análisis constatan la
mutación de la realidad socio-económica en función de las nuevas tecnologías, de una
forma a veces impredecible y por lo tanto incontrolable. Las transformaciones en curso
exigen nuevas instituciones, nuevas leyes, nuevas formas de gestión....
Los cambios pueden observarse claramente en el ámbito empresarial. Las nuevas
formas de producción y gestión que han surgido de la mano de la aplicación intensiva
de las nuevas tecnologías, y de los procesos de reestructuración del capitalismo
industrial a partir de la década de los años 1970, han producido un reordenamiento en
la cultura empresarial, y han llevado a la desaparición de muchas empresas que no han
sabido transformarse en función de las exigencias de dichas tecnologías. El debate en la
literatura científica sobre el fordismo, el postfordismo y la lean production, ilustra esa
evolución12. El desarrollo de las nuevas tecnologías acaba transformando el medio en el
cual se aplican, hasta hacer entrar en crisis los criterios básicos de dichas economías.
Por ejemplo, la evolución de la economía a partir de la revolución de las tecnologías de
la información y la comunicación ha puesto en entredicho algunos de los criterios
fundamentales de la teoría económica clásica, como el que defendía la imposibilidad de
conjugar alto crecimiento, baja inflación y bajo nivel de paro. Sin embargo, esto es lo
que ha ocurrido en los últimos diez años en EEUU, y por ello se ha acuñado el término
‘nueva economía’ para referirse a una economía basada en las nuevas tecnologías e
Internet. La expansión de la nueva economía tecnológica puede poner en crisis los
fundamentos de las sociedades del denominado ‘Estado del bienestar’, basados en un
pacto de redistribución de la riqueza que va dejando de funcionar en este nuevo
contexto. Pongamos dos ejemplos: el debate sobre la transformación del trabajo tal y
como hoy lo entendemos, y su impacto social; y el debate sobre las externalidades de la
‘producción débil (lean production)’ y de las nuevas formas de producción y gestión (en
algunos casos lo que se produce es una trasferencia de los costes –económicos,
ambientales, etc- a la sociedad, y por ello suponen una subvención encubierta a ciertas
actividades en nuestras sociedades)13.
La globalización, y la aparición de una competencia mundial, (posible por las nuevas
tecnologías de comunicación, producción y transporte) ha cambiado también las
perspectivas de las organizaciones empresariales, que se ven abocadas a una
especialización mayor, y a responder con ofertas globales a una competencia global. El
mercado es mundial, y por ello es necesario ser competitivo a nivel mundial. Esta
transformación explica las fusiones entre empresas y los procesos de concentración
empresarial que observamos en el mundo de la banca o de las telecomunicaciones. Pero
que acaba afectando a todos los sectores de la economía, que se enfrentan a una
competencia global. La mundialización y la globalización implican que las sociedades y
economías tecnológicamente avanzadas se dan a la vez en todo el planeta, proyectando
nuevas oportunidades de negocio, y exigiendo nuevas formas de gestión que tengan en
cuenta esta dimensión planetaria. En una economía donde el conocimiento es el
principal productor de riqueza, la competencia viene dada no tanto por la diferencia
salarial o las ayudas institucionales, cuanto por la inversión en investigación y
desarrollo. Y por la implantación de políticas educativas.
El nuevo mercado tiene dos características fundamentales: la escasez de capital a nivel
mundial, que exige ser más competitivos (tanto en precios cuanto fundamentalmente en
recursos humanos), y las especificidades de los mercados y de las ideas y cualidades
propias, que permiten crear nuevas oportunidades de empleo. La flexibilidad debe ser
entendida, por lo tanto, no solo como flexibilidad laboral, sino como flexibilidad en la
formación, aumento de las capacidades del trabajador, creación de nuevos nichos de
empleo. La importancia de las políticas públicas de apoyo a la innovación y a la
formación, así como la creación de economías compatibles con el medio ambiente, y la
creación de espacios de ocio atractivos internacionalmente, muestran la importancia de
las funciones del estado, y la necesidad de instrumentos prospectivos que permitan
encauzar los recursos disponibles.
4. Los flujos migratorios en un contexto de cambio social:
En cualquier época, la causa última de las migraciones se encuentra en la lucha por la
supervivencia, y la búsqueda de una nueva posición en el sistema de distribución de la
renta y de la riqueza. Es decir, “ la causa originaria de los movimientos migratorios es la
pobreza”14. La revolución tecnológica, y específicamente las nuevas tecnologías de la
información y la comunicación, se encuentran en el origen del movimiento imparable
hacia la libre circulación de mercancías y capitales, y refuerzan el efecto llamada, ya
que permiten conocer el nivel de bienestar que caracteriza a las sociedades avanzadas:
“la facilidad de las comunicaciones está jugando como un elemento muy positivo para
el desarrollo, al permitir un más rápido y libre acceso a la información y a los mercados.
Pero indirectamente, está suponiendo un estímulo a los movimientos migratorios al
permitir un conocimiento más extendido del modo de vida de los países desarrollados y
resaltar así el contraste entre la situación propia y la que presentan los medios de
comunicación extranjeros a los que se tiene acceso”15. El incremento de las
desigualdades entre los países y dentro de cada país, como señalan sistemáticamente los
informes sobre Desarrollo Humano del PNUD, acentúa por un lado la visibilidad de la
riqueza de algunos países y grupos dentro de los países, y la insoportabilidad de la
pobreza propia. Por otra parte, los procesos de incremento de las desigualdades
refuerzan las tendencias migratorias, en busca de una situación económica y social
mejor.
Desde una perspectiva económica, los flujos migratorios pueden analizarse mediante el
juego de ‘expulsión’ del país de origen y ‘atracción’ del lugar de destino:
- Factores de expulsión: lo que nos ‘expulsa’ de un determinado territorio es la
falta de oportunidades vitales, y en su raíz última, la pobreza extrema. Las
causas de la pobreza extrema pueden ser varias (catástrofes naturales,
bélicas, subdesarrollo, persecuciones políticas...). Para que estos factores
incentiven la emigración, deben ser lo suficientemente fuertes como para
romper los factores que integran en nuestro entorno más inmediato: la
preferencia por mantener los vínculos familiares, sociales, culturales y
geográficos, los costes de desplazamiento e integración, etc.
- Factores de atracción: en los países de acogida, se acepta la emigración por
razones demográficas, fiscales, laborales, y territoriales. Para los propios
inmigrantes, los factores de atracción más relevantes son los siguientes: la
diferencia del nivel de renta, la probabilidad de encontrar empleo, la
próximidad física, cultural o lingüística, la existencia de redes de acogida, y
el grado de aceptación en el país de destino.
Desde una perspectiva cultural, la gestión de los flujos migratorios se enfrenta a un
problema fundamental: la integración de los nuevos ciudadanos en el país de destino, y
la forma de interaccionar su cultura propia con la cultura del país de destino, en un
proceso complejo que puede ser dirigido hacia la coexistencia, la integración en la
cultura de destino, o la generación de una nueva cultura resultado de la interacción entre
las diversas culturas previas. ¿Cuáles son los modelos de integración?16 Podemos
distinguir los siguientes:
- La asimilación: la integración se define como absorción, en un proceso
unidireccional, de los grupos minoritarios por la cultura dominante.
- La fusión cultural, sincretismo étnico o melting pot: la integración se define
como el resultado de la contribución de todos los segmentos de un
determinado país. Se pierden y se funden las culturas previas, generando una
nueva cultura homogenea, que reconoce la aportación cultura de todas las
minorías implicadas.
- El pluralismo: la integración, para superar los fracasos de los modelos de
asimilación y fusión, se define como la aceptación de las diferencias y la
reivindicación de su valor como tales. Dentro de este modelo, la integración
puede ser definida como intercambio mútuo y enriquecimiento recíproco (en
un contexto de coexistencia pacífica), es decir, el multiculturalismo (con una
visión estática de la sociedad); o puede definirse como, a partir de dicho
intercambio y coexistencia, el proceso por el cual se tiende a desarrollar una
nueva síntesis creativa (resaltando el carácter dinámico), es decir, el
interculturalismo.
5. El caso español: perspectivas sociológicas:
5.1. Los modelos migratorios en la OCDE:
Si analizamos los principales rasgos de los flujos migratorios hacia los países de la
OCDE, contexto en el que debemos ubicar a España, podemos resaltar los siguientes
aspectos17:
- En primer lugar, los flujos migratorios no se han visto afectados por la crisis
económica en los años 2002 y 2003. Como señala el informe anual de la
OCDE ‘Trends in International Migrations’, la tendencia al alza de los flujos
migratorios no se ha detenido desde mediados de la década de los años 90.
Los Estados Unidos han recibido más de un millon de inmigrantes
permanentes en los años 2001 y 2002, superando en un 25% la cifra de
inmigrantes legales que se instalaron en el año 2000. En este mismo período
de tiempo, Francia, Austria y Suiza han admitido un 15% más de inmigrantes
legales que en el año 2000.
- En segundo lugar, se detecta en los últimos años un incremento del flujo
migratorio hacia los países de la OCDE de trabajadores (tanto temporales
como permanentes) de todas las categorías (trabajadores cualificados,
trabajadores estacionales, etc). También se incrementan el flujo de
inmigrantes que se acogen a la regularización mediante la reunificación
familiar, el estatuto de refugiado o los estudiantes.
- Aumentan los flujos migratorios de países como Rusia, Ucrania, Asia y
Latinoamérica.
- En los países de la OCDE se está produciendo un cambio en sus políticas de
inmigración: más restricciones a los trabajadores sin cualificaciones,
cambios en la legislación sobre refugiados y asilados políticos, y condiciones
especiales para reclutar trabajadores cualificados en áreas como las nuevas
tecnologías, la educación o la salud.
- Los tres componentes fundamentales de las migraciones son: trabajadores,
familias y refugiados. El aumento del stock de inmigrantes en los países de la
OCDE muestra que los inmigrantes tienden a instalarse.
Dentro de la OCDE, los países del sur de Europa, entre los que se encuentra España,
presentan algunas características específicas:
- En estos países se ha producido un cambio drástico en la década de los años
noventa, particularmente en su segunda mitad, convirtiéndose en países
receptores de un número cada vez más elevado de inmigrantes.
- La inmigración que reciben procede de: los países de Europa, los países con
vínculos coloniales, los países vecinos, y los retornos.
- La principal estrategia es adaptar el flujo de población extranjera a las
demandas del mercado de trabajo, en muchas ocasiones buscando la
competitividad mediante el recurso a la mano de obra barata y precaria,
compitiendo mediante la reducción del coste de la mano de obra. En este
sentido:
o El ciclo migratorio del Sur de Europa está dando sus primeros pasos,
y los trabajadores se dirigen a sectores como servicios personales,
agricultura, construcción y restaurantes y cafeterías.
o Se constata una notable ‘feminización’ de los flujos.
o Se constata una fuerte presencia de mano de obra irregular
o La competencia por los puestos de trabajo se da principalmente entre
inmigrantes: “la mano de obra inmigrante se ha convertido en una
necesidad estructural para mantener esas actividades, y su
concurrencia con los nacionales es escasa por el momento.
Reemplazan y sustituyen a los auctóctonos, y solo marginalmente les
disputan el puesto de trabajo. Más bien se da una competencia entre
los propios inmigrantes”18.
- En estos países se detecta una elevada incidencia de la inmigración en
situación irregular, hasta el punto de que “en Grecia, la estimación oficial del
Gobierno aventura que la inmigración con residencia legal supone un tercio
del total”19.
5.2. Los perfiles sociológicos de la inmigración en España:
Los flujos migratorios en España se caracterizan por su incremento espectacular en los
últimos cinco años, la latinoamericanización relativa, el peso proporcionalmente alto de
la inmigración irregular, y la voluntad de instalación permanente (como muestra, por
ejemplo, el incremento de los niños escolarizados en los últimos años). Hay que señalar
que el perfil sociodemográfico de esta inmigración se corresponde con lo que suele ser
propio “del primer ciclo migratorio. En este suele pesar desproporcionadamente los
denominados primo-inmigrantes, esto es, los que inician una cadena migratoria que, en
un elevado número de casos, será continuada por otros inmigrantes derivados –
familiares, amigos, paisanos, conocidos- Los primo-inmigrantes suelen ser , muy
frecuentemente, jóvenes adultos, frecuentemente solteros o no acompañados por sus
cónyuges, parejas u otros miembros de la familia. (...) Para el conjunto de España, algo
más de la mitad de los extranjeros con permiso de residencia a fines del año 2000 tenía
entre 25 y 44 años”20.
En los últimos dos años, los cambios más destacables en la población inmigrante son los
siguientes:
- Origen nacional de sus integrantes: Ha ganado peso y talla la inmigración
no comunitaria, se ha modificado su composición demográfica, y el origen
nacional de sus integrantes. Se ha latinoamericanizado en parte: “en
diciembre del año 2000 la población que provenía del continente africano
representaba el 29,2 por ciento del total de los permisos de residencia y su
peso ha caído hasta el 27,4 por ciento en 2001. En ese mismo período de
tiempo, la población de origen latinoamericano ha pasado del 22,3 por ciento
al 25,6 por ciento”21. En este sentido, la inmigración de origen marroquí ha
pasado de el 42 por ciento de los permisos de residencia en el año 2000, a
suponer el 35,6 por ciento en el año 2002. Y la inmigración latinoamericana
ha evolucionado en la dirección opuesta: ha pasado de suponer el 24 por
ciento en el año 2000, a suponer el 34 por ciento en el año 2002. En los
últimos años, se “ha diseñado y alentado una política de inmigración entre
cuyas finalidades principales ha estado la de recomponer la situación y
vovler al predominio de la inmigración latinoamericana”22. El objetivo final
de esta política parece ser el siguiente: “evitar la dependencia excesiva de la
mano de obra marroquí. Se ha querido diversificar los orígenes culturales de
la inmigración favoreciendo los flujos latinoamericanos y los procedentes de
la Europa Central. Y a tenor de los datos sobre convenios y regularizaciones
ese enfoque político-cultural ha prevalecido sobre el objetivo económico y
social de reducir el peso de la inmigración irregular en los mercados de
trabajo”23.
- Composición por sexo y edad: hay que destacar tres características
relevantes: “La masculinización del stock de residentes, el crecimiento del
número de menores, y un leve rejuvenecimiento de la población
extranjera”24.
- Distribución provincial de los extranjeros en alta laboral: esta distribución
no ha experimentado cambios relevantes en los últimos años. Se da una
fuerte concentración geográfica: “Tres de cada cuatro extranjeros se
encuentran afiliados en tan solo diez provincias, y casi el 40 por ciento de
ellos se reparten entre Madrid (22 por ciento) y Barcelona (16 por ciento). Si
acaso, se percibe una lenta difusión por las otro ocho provincias. En
particular, crece el peso de la inmigración en las provincias del Mediterraneo
levantino (Valencia, Murcia, Alicante y Almería) con un mayor dinamismo
agrario y turístico”25.
- Incremento del número de inmigrantes legales e ilegales: el volumen de
inmigrantes legalemente residentes en España se ha duplicado en los últimos
dos años: de 800.000 en 1999, a 1.449.000 en el año 2002. A esto hay que
sumarle el flujo de la inmigración irregular. Para ello, basta solo con tomar
en consideración un dato: si tomamos en consideración la cifra de turistas
procedentes de países latinoamericanos y africanos que llegaron a España en
el año 2002 (550.000 y 683.979, respectivamente), y la comparamos con las
de los turistas de dicha procedencia que retornaron (86.000 latinoamericanos,
y ningun africano), nos encontramos con 1.147.936 personas que no
retornaron en el año 2002, y que pueden haberse incorporado a la población
inmigrante sin permiso de residencia en España26.
- Titulaciones académicas: el análisis de los niveles educativos de la
población inmigrante en los países de la OCDE muestra dos grandes rasgos:
en primer lugar, los inmigrantes tienen unos niveles educativos medios o
superiores, y en muchos casos se sitúan por encima de la población nacional
de los países de acogida. En segundo lugar, se puede establecer una
clasificación de los países receptores de inmigrantes con estudios superiores:
en primer lugar, los países en los que los inmigrantes con estudios superiores
rondan el 30 por ciento del total (países nórdicos y Reino Unido); en
segundo lugar, los países en los que los inmigrantes con estudios superiores
se sitúan en torno al 15-25 por ciento (Benelux, Suiza, Grecia y España); y
el grupo de países en el que los inmigrantes con titulación superior no
rebasan el 15 por ciento del total (Austria, Alemania, Francia, Italia y
Portugal). Si comparamos el nivel educativo de los inmigrantes con la
población general, en el caso concreto de España, Italia, Portugal y Grecia el
“peso de los extranjeros con estudios superiores está ligeramente por encima
del de los nacionales”27 (Tabla nº 1).
Tabla nº 1: Nivel de estudios de los extranjeros en España, según nacionalidad (en %) Analfabetos Estudios
Primarios Estudios Secundarios
Educación Profesional
Educación Universitaria
TOTAL 8,21% 16,32% 43,32% 9,69% 22,47% Doble nacionalidad
4,39% 11,53% 48,37% 11,22% 24,59%
Unión Europea 3,55% 13,68% 38,64% 12,14% 31,99% Resto de Europa
1,73% 13,69% 38,30% 13,86% 32,41%
Marruecos 32,32% 27,74% 33,84% 3,94% 2,04% Resto de África 17,74% 36,49% 28,07% 9,12% 11,23% EEUU y Canadá
38,71% 61,29%
Latinoamérica 4,85% 16,08% 49,29% 9,07% 20,77% Resto del mundo
8,99% 8,27% 57,91% 4,68% 20,14%
Fuente: INE, Encuesta de Migraciones 2001.
- Sus relaciones con los países de origen: los flujos financieros: Al analizar el
impacto de los flujos migratorios en la economía española, hay que tener en
cuenta que “los inmigrantes crean riqueza aquí y en sus países de origen”28.
Este proceso es bien conocido en el caso de España, ya que las remesas de
dinero enviadas por los emigrantes en los años 60 y 70 del siglo pasado
suponían alrededor de un 3% del PIB. Y suponía una válvula de escape para
exportar desempleo. Analizar los flujos finacieros de los inmigrantes permite
también caracterizar su comportamiento, su relación con el país de origen, y
también analizar las diferentes trayectorias ocupacionales de los inmigrantes
por nacionalidad. Según los datos que nos ha proporcionado la empresa
Cambios Sol, SA, que realizó en el año 2003 un total de 452.533
transferencias al exterior, con un monto global de 139.336.234,24€, y una
media de envío que se sitúo en los 307,90€, podemos analizar los envíos de
dinero al exterior, y los diferentes patrones de comportamiento en este
ámbito que adoptan los inmigrantes en función de su nacionalidad (tabla nº 2
y nº 3).
En este sentido, Colombia y Ecuador fueron, en el año 2003, los países a los
que se enviaron más remesas de dinero, y con una diferencia importante en el
promedio de cada transferencia (lo que nos indica que la inserción laboral de
la población colombiana, con mayor nivel formativo, es significativamente
diferente a la de la población ecuatoriana, mayormente dedicada al servicio
doméstico. Por otra parte, también se puede explicar parte de esta diferencia
por el papel de las mafias y el negocio de la droga, al menos como hipótesis
de investigación). Así, el monto medio de la transferencia a Ecuador fue en
el año 2002, de 271,80 €, y el monto medio de la transferencia a Colombia
fue de 612,91 €. Y a Marruecos fue de 263,89€. Sorprende la diferencia entre
la población marroquí, que supone un tercio del total de los inmigrantes con
residencia legal en España, y la población de origen colombiano, rumano o
ecuatoriano (que, siendo mucho más reducida en número, enviaron el año
2003 una cantidad muy superior –entre 2 y 5 veces más- que las
transferencias de se realizaron a Marruecos). Quizás esto pueda indicar que
la población marroquí tiende a instalarse en España, y mantienen lazos más
débiles con sus familias de origen. Puede también tener que ver con la
distribución por género: la mayoría de los marroquíes son hombres, y sin
embargo la alta tasa de feminización de la inmigración procedente de
Latinoamérica puede explicar que se envíe más dinero para mantener a la
familia de origen.
Tabla nº 2: Distribución geográfica de las transferencias 2002
Código del país País de destino % s./ total ordenado 218 Ecuador 26,20 170 Colombia 25,29 642 Rumanía 4,31 504 Marruecos 4,26 214 Rep. Dominicana 3,97 804 Ucrania 2,27 076 Brasil 2,21 604 Perú 2,12 566 Nigeria 1,47 686 Senegal 1,46 Total 73,56 Fuente: Banco de España, Boletín Económico, Septiembre 2003.
Tabla nº 3: Estadísticas de Envíos al Exterior, año 2003 (Países que recibieron más de 10.000 envíos) PAIS Nº ENVIOS MONTO MONTO MEDIO Bulgaria 31.612 7.086.308,82 224,17 Colombia 29.519 18.092.483,38 612,91 Ecuador 63.343 17.216.882,36 271,80 Marruecos 32.594 8.601.182,86 263,89 Peru 20.086 5.810.796,18 289,30 Rumanía 147.124 38.759.838,11 263,45 Senegal 16.897 4.486.576,46 265,53 Ucranía 18.431 7.146.681,46 387,75 Fuente: Cambios Sol, SA.
5.3. Impacto de los flujos migratorios sobre la sociedad española:
En el debate sobre los impactos de los flujos migratorios en España, es necesario
superar el elemento de ‘normalidad’ que conlleva alcanzar o no las tasas de inmigración
de otros países de la Unión Europea. No hay que olvidar que si sumamos la cifra de
inmigrantes censados y de turistas que han entrado en España en el año 2002 y no han
vuelto, en el año 2003 la población inmigrante se situaría en torno a los 3.000.000 de
personas (más la inmigración que llega de forma irregular, en diversos medios de
transporte, como las pateras). Aunque en los próximos años se puedan atenuar estos
flujos, en el primer semestre del año 2004 nos podemos acercar a una tasa de
inmigrantes cercana al 9% sobre la población total española. Y con una concentración
geográfica que aumenta enormemente su visibilidad y su impacto sobre las instituciones
básicas del Estado del Bienestar español.
La realidad es que gran parte de los flujos migratorios está aquí para quedarse, y que
están transformando nuestras ciudades, nuestras instituciones, y nuestras vidas,
generando nuevas posibilidades y nuevos entornos. La gestión de los flujos migratorios
se ha convertido en una cuestión estratégica, no solo por su impacto económico, sino
porque ponen en cuestión los modelos de ciudad vigentes, y nos obligan a redefinir
estrategias tendentes a la integración o generadoras de guethos... Desde una perspectiva
general, se puede mantener que “el balance entre los gastos que genera la inmigración,
más los envíos a los países de origen y el dinero que queda en los territorios de acogida
como recursos económicos circulantes, es claramente favorable a España”29.
5.3.1. Impacto demográfico:
Desde una perspectiva demográfica, “la inmigración está siendo un factor de
rejuvenecimiento de la pirámide de edad de la población española, dado que aporta
personas jóvenes, en edad laboral, a sociedades que tienen un grave problema de bajos
índices de natalidad y de envejecimiento de la población. España tiene un índice de
natalidad de 1,22 hijos por madre, siendo la tasa de natalidad más baja de Europa”30. En
los últimos años, la población inmigrante ha crecido de forma espectacular: entre 1997 y
el año 2002, en solo cinco años, el stock de permisos de residencia31 ha pasado de
609.813 a 1.324.001. Y, como hemos señalado anteriormente, el flujo de personas que
viajan a España como turistas y no vuelven en los plazos previstos ha aumentado
también de forma vertiginosa. Por ello, si se mantienen “las mismas tendencias a corto y
medio plazo, esto supondría que en el año 2010 la población extranjera residente en
España superaría la cifra de los seis millones de personas, asciendo en el año 2015 a
más de ocho millones. Es decir, de seguir igual las cosas, la población extranjera, que
actualmente representa ya el 5,4% de la población residente en España, podría llegar en
el año 2010 a ser del 14%, y en el 2015, el 27%” (tabla nº 4).
Tabla nº 4: Evolución de la población inmigrante en España y proyecciónes hasta el año 2015 Fecha (1 de Enero) Población total
española Población inmigrante Total Porcentaje
2002 41.837.894 2.254.807 5,4 2005 41.378.924 3.122.622 7,5 2008 41.990.664 4.650.260 11,1 2010 42.359.314 6.064.325 14,3 2015 43.048.658 11.777.297 27,4 Fuente: José Félix Tezanos y Sergio Tezanos Vázquez, “Inmigración y Exclusión Social”, en Papeles de Economía Española, vo. 98, 2003, p. 226.
En relación con la evolución demográfica de la población inmigrante, hay que señalar
como se ha modificado el modelo vigente al inicio de la década de los años noventa del
siglo XX, caracterizado por el predominio de la inmigración de origen europeo. En la
actualidad, el mayor peso lo tienen la inmigración de origen marroquí y
latinoamericano. “Cuando a finales del año 92 la mitad de los extranjeros residentes en
España eran de origen europeo, en el año 2003 los europeos sólo suponen el 34% de los
inmigrantes reglados, mientras que los de origen africano y americano aumentan hasta
suponer el 27,44% t el 29,85% respectivamente”32.
5.3.2. Impacto laboral:
El impacto de los flujos migratorios en el mercado de trabajo puede ser analizado desde
tres perspectivas: en primer lugar, lo que aportan a la economía española como tal; en
segundo lugar, la innovaciones que generan en dicho mercado; y, en tercer lugar, su
posición en el mercado de trabajo, y su relación con la economía sumergida y la
exclusión social.
Desde una perspectiva macroeconómica, que considera el impacto global de los
inmigrantes sobre la economía española, hay que señalar que “los inmigrantes están
contribuyendo al sostenimiento de sectores económicos vitales para el desarrollo de la
economía española, caso de la agricultura, la ganadería, el servicio doméstico, la
construcción, la hostelería y el comercio. Cubriendo puestos de trabajo rechazados por
la población auctóctona y permitiendo el acceso de la mujer al mundo laboral, el
acompañamiento de ancianos, el crecimiento de la agricultura, la construcción, etc”33.
En segundo lugar, los inmigrantes suponen un ahorro para la economía española, en la
medida en que se incorporan a nuestra economía en edad laboral. En tercer lugar, “los
inmigrantes son contribuyentes netos a la seguridad social y el IRPF. En muchos casos,
incluso son ellos los que pagan las cuotas de la seguridad social”34.
Los inmigrantes generan innovaciones en la economía española: por una parte, son
consumidores de bienes y servicios, generando actividad económica y desarrollo. Por
otra parte, “la inmigración está siendo generadora de nuevos empleos en nuestras
ciudades, los llamados empleos étnicos y biculturales: carnicerías, tiendas de artesanía,
locutorios, teterías, restaurantes (...). Los inmigrantes se convierten de esta forma en
productores de empleos: solo en Madrid se han abierto más de quinientos pequeños
negocios y en Murcia cada vez van existiendo más inmigrantes que emprenden una
actividad económica ligada a su cultura de origen, convirtiéndose en un factor de
riqueza económica y cultural”35.
En relación con la inserción en el mercado de trabajo, la movilidad social, y los riesgos
de exclusión social, hay que tener en cuenta que el principal problema consiste
precisamente en la situación irregular en la que se encuentran un elevado número de
trabajadores inmigrantes. Como mano de obra ilegal, se integran en la economía
sumergida, reforzando las tendencias exclusógenas propias de toda situación irregular
en el mercado de trabajo. Por otra parte, el incremento del número de inmigrantes
provoca desajustes con la oferta de trabajo disponible, hasta el punto de que el nivel de
paro entre los inmigrantes regularizados es mayor que el nivel de paro de los
trabajadores españoles (tabla nº 5). La tendencia a reforzar la economía sumergida se
convierte, de este modo, en una estrategia de adaptación al mercado de trabajo,
mediante la reducción de los costes laborales. Pero a su vez refuerza las dificultades
para regularizar su situación y acceder a los derechos derivados de un ‘trabajo
normalizado’.
Tabla nº 5: Evolución de la población extranjera activa, ocupada y desempleada en España: segundo trimestre 2000-2003 (Unidades: miles de personas) Año Población
activa extranjera
Población ocupada extranjera
Población desempleada extranjera
Tasa de paro de población extranjera (porcentaje)
2000 256,0 216,8 39,2 15,3 2001 376,2 326,9 49,3 13,1 2002 490,6 420,8 69,8 14,2 2003 690,0 588,0 102,0 14,8 Fuente: Instituto Nacional de Estadística: Encuesta de Población Activa, varios años; INEbase, www.ine.es
En este proceso, pueden analizarse dos índicadores: cómo evoluciona el denominado
‘trabajo de bajo salario’ entre los trabajadores inmigrantes, y cómo evoluciona la
accidentabilidad laboral que afecta a este colectivo. El incremento del número de
inmigrantes dentro del colectivo de trabajadores de bajo salario en España también
puede ser analizado como una estrategia de inserción en el mercado de trabajo, o como
una situación permamente en la que los trabajadores se encuentran en una situación que
le sitúa en la frontera de los procesos de exclusión social. La incapacidad de salir de este
circuito de bajos salarios, paro y subempleo se encuentra en el origen de procesos de
desestructuración personal que pueden acabar en la delicuencia o la marginación total
como personas ‘sin techo’36. En relación con las condiciones de seguridad y salud en el
trabajo, en el año 2002, “se observó un notable aumento de los accidentes laborales de
extranjeros. En la medida en que, tal y como vienen señalando los sindicatos, en España
el alto índice de siniestralidad laboral está relacionado con el grado de precariedad del
trabajo, el resultado está siendo que en muchos casos los trabajadores extranjeros son
los que sufren con mayor intensidad los principales efectos de la desregulación del
mercado laboral. En agosto de 2002, CC.OO y UGT denunciaron que, a medida que
aumenta el número de inmigrantes, crece el riesgo de siniestralidad laboral,
correspondiendo el 29 por 100 de los accidentes mortales a trabajadores extranjeros”37.
5.3.3. Impacto educativo:
Los impactos de los flujos migratorios sobre el sistema educativo español pueden
analizarse desde diversas perspectivas:
- En primer lugar, hay que señalar que “todos los informes cuantitativos y
cualitativos prueban que los inmigrantes, casi sin excepción (al menos hasta
la edad que ronda los 14 años), escolarizan a sus hijos. La aplastante mayoría
de esos padres (el 88%) encuentra un trato fluido y humano con los
directores y profesores de los centros de escolarización de sus hijos y se halla
satisfecha de la enseñanza que reciben”38. Este proceso permite el
mantenimiento de las plazas escolares, en riesgo por la disminución de la
natalidad en España. En este sentido, el porcentaje de alumnos hijos de
inmigrantes tenderá a incrementarse en el futuro. Por ejemplo, “en el caso
particular de Murcia, se ha pasado de unos 9.000 hijos de inmigrantes
escolarizados en primaria y secundaria en el curso 2002/2003, a más de
17.000 en el curso 2003/2004”39. Hemos pasado de tener, en el curso
1991/1992, 38.927 alumnos extranjeros en la enseñanza primaria y
secundaria, a tener escolarizados a 1433.684 alumnos extranjeros en el curso
2000/2001. Con una salvedad: “la primera duplicación tuvo lugar en siete
años, y la segunda duplicación es probable que solo necesite la mitad de
tiempo”40. La aceleración en el incremento de la población extranjera va
unida al incremento de la escolarización de sus hijos. En este proceso, hay
que señalar que en el año 2001, el 88 por ciento de los escolares extranjeros
tenía menos de 15 años, y cursaba por lo tanto enseñanza infantil, primaria y
ESO.
- En relación con la escolarización en la enseñanza primaria y secundaria, hay
que resaltar el papel sobre todo de la escuelas públicas, en las que se
concentra la mayor parte del alumnado de origen inmigrante. En este sentido,
“los maestros y profesores son, hoy por hoy, los que más velan y se desvelan
para que no hay concentración de escolares inmigrantes que guetifiquen la
escuela ni bajen la calidad de la enseñanza”41. Sin embargo, la labor de los
profesionales de la educación se enfrenta a tres retos difíciles:
o en primer lugar, la concentración de alumnado de origen inmigrante
en la escuela pública (“la concentración de los alumnos en la
enseñanza pública –78 por ciento- es un hecho, así como lo es su
aglomeración geográfica puesto que más del 50 por ciento se agrupa
en cuatro provincias: Madrid (29%), Barcelona (12%), Málaga (6%)
y Alicante (6%). Un tercio de los alumnos es de origen
latinoamericano, otro 30 por ciento europeo –21% comunitario-, el
28 por ciento africano –24% marroquí- y el resto proviene de
Asia”42);
o en segundo lugar, la escasa participación de los inmigrantes en las
Asociaciones de Madres y Padres de alumnos (AMPA).
o Y, en tercer lugar, a los problemas que se derivan de la incorporación
de alumnos venidos a España por agrupación familiar, a partir de los
13-14 años: propenden al absentismo escolar, presentan dificultades
propias, y generan demasiada heterogeneidad en el aula, dificultando
la labor pedagógica. Estos tres retos exigen un debate político sereno
y riguroso que permita establecer el modelo de educación, de
convivencia y de sociedad que queremos para los próximos años. En
todo caso, se detecta una ‘fuga’ de los padres españoles hacia
colegios concertados o privados en los que la heterogeneidad no sea
demasiado elevada (hay colegios en Madrid, en enseñanza infantil
(de 3 a 6 años), con un 75% de alumnos de origen inmigrante), lo que
puede reforzar las tendencias ‘guetificadoras’ que amenazan a la
escuela pública en determinadas zonas geográficas.
- Frente a la clara voluntad de escolarización de sus propios hijos, la
escolarización de los inmigrantes adultos es todavía un problema no resuelto:
“no más del 10% de los adultos inmigrantes participa en cursos de
aprendizaje de la lengua que les ayudará a integrarse en la ciudadanía”43. La
carencia de programaciones específicas para este colectivo es un problema
real que limita su capacidad de integración y de mejora de sus
cualificaciones. Aunque el nivel medio de estudios de la población
inmigrante es similar al de la población media española, no hay que olvidar
que gran parte de la población inmigrante que se encuentra en situación
ilegal, sobre todo procedente de Africa, no domina el idioma, y necesita una
formación básica para incorporarse al mercado de trabajo y a la sociedad
española.
- Cuando analizamos la evolución de los flujos de investigadores, doctores y
licenciados en España, nos situamos en un contexto distinto: se trata de la
élite de la población de los países de procedencia de los inmigrantes. En este
aspecto, cabe preguntarse, en función de la evolución de dicho flujo, por el
atractivo de España como país científico y la calidad de sus universidades
(tan cuestionadas injustamente en numerosos foros de debate). Podemos
analizar este flujo atendiendo a su número, su distribución por edad, su
concentración geográfica, y su procedencia.
o Al analizar en primer lugar el flujo de investigadores, estudiantes y
doctores, nos encontramos con el siguiente dato: desde el año 1997
hasta el año 2001, “se aprecia un aumento brusco del número de
estudiantes mayores de edad, que quieren doctorarse, adiestrarse en
una técnica de investigación, aprender un idioma o contribuir con sus
conocimientos a un equipo científico consolidado”44. En este sentido,
los estudiantes extranjeros universitarios han pasado de 9.459 en
1996 a 29.410 en 2001 (tabla nº 6).
Tabla nº 6: Evolución del número de estudiantes, 1996-2001. Año Totales % incr. Anual acumulado 1996 9.459 -4,5 1997 17.673 86,8 1998 22.066 24,9 1999 27.410 24,2 2000 28.820 5,1 2001 29.410 2,0 Fuente: Anuario Estadístico de Extranjería (años 1996-2001), Comisión Interministerial de Extranjería.
o Si analizamos su distribución por edad, los datos desde 1997 hasta
2001 confirman que “más de la mitad de los estudiantes extranjeros
están viviendo en España en calidad de tales”, supera los 26 años de
edad. Son universitarios que hace algún tiempo que acabaron sus
estudios y están en pleno proceso de consolidación como
investidadores o profesores”45 (tabla nº 7). En definitiva, y según
señala Antonio Izquierdo, “entre los 30.000 estudiantes mayores de
edad, hay más doctores que licenciados y es mayor el número de
estos últimos que el de estudiante propiamente dichos”46.
Tabla nº 7: Stock de estudiantes extranjeros por grupos de edad, 1997 y 2001 Grupos de edad Estudiantes
1997 Estudiantes 2001
1997% 2001%
De 0 a 18 años 1.967 3.081 11,1 10,5 De 19 a 24 6.642 11.502 37,6 39,1 25 y más 9.064 14.827 51,3 50.4 Total 17.673 29.410 100,0 100,0 Fuente: Anuario Estadístico de Extranjería (años 1997 y 2001), Comisión Interministerial de Extranjería.
o En relación con su distribución geográfica, los datos relativos a estos
colectivos muestran dos cuestiones: en primer lugar, el prestigio de
los centros universitarios españoles, y del sistema de I+D+i en el que
se integran. En este sentido, Madrid y Barcelona concentraban el 51
por ciento de todos los estudiantes extranjeros en el año 2001. Sin
embargo, si se analiza su distribución geográfica a lo largo del
tiempo, podemos destacar dos cuestiones: en primer lugar, la pérdida
de peso relativa de Madrid y Barcelona, que ha pasado de concentrar
el 61% de todos los estudiantes extranjeros en el año 1996, a
concentrar ‘solo’ el 51 por ciento en el año 2001 (tabla nº 8). En
segundo lugar, el aumento de la capacidad de atracción de otros
centros universitarios a lo largo de toda España, destacando el poder
de concentración de Granada (que pasó de concentrar un 3,6 por
ciento de los estudiantes extranjeros en el año 1996, a concentrar un
8,4 por ciento de estudiantes extranjeros en el año 2001). Este
incremento de la calidad de nuestras universidades no se compadece
bien con la campaña de descrédito de su rendimiento científico y su
forma de contratación de personal docente e investigador.
Tabla nº 8: Stock de estudiantes por principales provincias, 1996 y 2001 Provincia 1996 1996% 2001 2001% VAR. 96/01 Madrid 3.202 33,9 8.325 28,3 160,0 Barcelona 2.525 26,7 6.792 23,1 169,0 Granada 342 3,6 2.457 8,4 618,4 Salamanca 720 7,6 1.635 5,6 127,1 Resto 2.670 28,2 10.201 34,7 282,1 Total 9.459 100,0 29.410 100,0 210,9 Fuente: Anuario Estadístico de Extranjería (años 1996 y 2001), Comisión Interministerial de Extranjería.
o Si analizamos su procedencia, “la comunidad intelectual
iberoamericana continúa siendo muy mayoritaria en España,
acaparando dos de cada tres estudiantes”47. Por países, EEUU es el
que cuenta con un mayor número de estudiantes, aunque disminuye
su peso en el total, porque aumenta más proporcionalmente el
número de estudiantes de otras naciones de América Latina (tabla nº
9). La presencia de estas élites universitarias en España permite
concluir en primer lugar, la competitividad creciente de la
universidad española, y, en segundo lugar, una creciente interacción
entre los investigadores de España con los estudiantes e
investigadores de los países de América Latina, EEUU y Marruecos,
reforzando los vínculos académicos y culturales.
Tabla nº 9: Stock de estudiantes extranjeros al 31 de diciembre por principales nacionalidades, 1996 y 2001 Nacionalidad Año 1996 1996% Año 2001 2001% VAR. 96/01 EEUU 2.521 26,7 5.384 18,3 113,6 Marruecos 717 7,6 3.745 12,7 422,3 México 859 9,1 2.978 9,8 235,2 Colombia 559 5,9 2.421 8,2 333,1 Brasil 487 5,1 1.599 5,4 228,3 Chile 386 4,1 1.426 4,8 269,4 Argentina 351 3,7 1.317 4,5 275,2 Venezuela 309 3,3 1.310 4,5 323,9 Resto 3.270 34,6 9.329 31,7 185,3 Total 9.459 100,0 29.410 100,0 210,9 Fuente: Anuario Estadístico de Extranjería (años 1996 y 2001), Comisión Interministerial de Extranjería.
5.3.4. Inmigración y opinión pública:
Los cambios migratorios en España, como hemos visto, se caracterizan por su
aceleración y su relativa novedad, lo que lleva a que la notoriedad de la inmigración
como problema haya pasado a ocupar un papel destacado en la percepción de los
españoles. En este sentido, como muestran los resultados de las Encuestas sobre
Tendencias Sociales llevadas a cabo por el GETS, en el año 2003 un 27,6 por ciento de
la población española percibe la inmigración como uno de los grandes problemas de
España en los próximos años, y solo se percibe como problemas de mayor calado el
paro, el terrorismo y el incremento de las desigualdades y problemas sociales (tabla nº
10). Sin embargo, en el año 2001 solo se percibía dicho problema por el 4,2 por ciento
de la población. Es decir, la inmigración como problema se visualiza a una velocidad
similar al crecimiento y visibilidad de la población inmigrante, que se ha duplicado en
los últimos cinco años.
Esta percepción de la inmigración como problema tiene más que ver con la gestión de la
misma, que con un rechazo derivado de la percepción colectiva de estar alcanzando el
‘umbral máximo’ de población inmigrante tolerable para la sociedad española. La
percepción de que se trata de un fenómeno global que seguirá afectando a la población
española en los próximos años puede explicar que, a pesar de aumentar la franja de
población que percibe como un problema la inmigración, sin embargo disminuya el
porcentaje de población que considera, tal y como muestra el barómetro de opinión
realizado por el CIS en marzo de 2003, que el número de inmigrantes es excesivo:
según dichos resultados, “el porcentaje de españoles que consideran excesivo el número
de inmigrantes es del 47,8%. En apenas un año se ha pasado del 54% al 48% de
ciudadanos preocupados por el número de inmigrantes establecidos en España”48.
También refuerza esta hipótesis que, aunque disminuyen los españoles que consideran
excesivo el número de inmigrantes, sin embargo el porcentaje de la población que
piensa, según los datos de los barómetros del CIS, que la inmigración aumentará en los
próximos años ‘mucho’ o ‘algo’ alcanzaba un 69% en 1993, un 84,8% en 2001, y un
85,1 en 2003. Es decir, que la mayoría de los españoles piensa que en los próximos años
van a aumentar aún más los flujos migratorios.
Tabla nº 10: Evolución de la percepción sobre los grandes problemas de España en los próximos años 2001 2002 2003 Paro 60,9 66,7 57,6 Terrorismo 67,2 55,4 49,9 Desigualdades y problemas sociales
37,2 38,6 40,7
Inmigración 4,2 23,9 27,6 Violencia y delincuencia
25,5 24,9 24,8
Drogas 23,8 18,3 17,1 Problemas ecológicos
16,7 14,7 12,6
Problemas políticos 6,2 5,5 5,9 Crisis económica 7,9 5,5 4,6 Fuente: GETS, Encuesta sobre Tendencias Sociales, varios años.
La percepción de la opinión pública española puede analizarse tomando en
consideración dos aspectos: en primer lugar, cómo valora a los diferentes colectivos en
función de su procedencia. En segundo lugar, cómo perciben que viven en comparación
con los españoles.
- Si se analiza la valoración de los diferentes colectivos en función de su
procedencia, “en la actualidad los colectivos más apreciados son los
inmigrantes provenientes de la Unión Europea (en 2002, alcanzaron una
puntuación de 6,27 sobre 10) y de Sudamérica (alcanzaron una puntuación
de 6,05 sobre 10). Por el contrario, el grupo peor valorado es el de los
magrebíes (puntuación: 4,47 sobre 10)”49. En este sentido, es el colectivo con
mayores posibilidades de despertar rechazo social.
- En relación con las condiciones de vida de los inmigrantes, “para la mayoría
de los ciudadanos españoles, los trabajadores inmigrantes ostentan una
calidad de vida sensiblemente peor que los españoles. Ademas esta
percepción ha ido creciendo en la medida en que la notoriedad social del
fenómeno de la inmigración se ha ido incrementando”50.
Finalmente, podemos analizar cómo perciben los españoles la integración de los
inmigrantes. En este sentido, algunos autores señalan cómo están surgiendo una red de
prácticas que se tienen como resultado final una fusión integradora:
- En primer lugar, la escasa voluntad de gueto: “los españoles preferimos
verlos mezclados con nosotros más que verlos a ellos solos aparte; hasta un
42% de españoles creemos que habría que llevarse alguna política
intervencionista para descongestionar los guetos de inmigrantes”51. En este
sentido, “los ciudadanos españoles tampoco percibimos que exista
segregación espacial, pues si en 1992 eramos la mitad sin ver inmigrantes
por nuestros barrios, ahora, con una entrada más masiva de inmigrantes, sólo
un 26% afirmamos no ver todavía inmigrantes residiendo en nuestros
barrios. Es decir, que tres cuartas partes ya divisa inmigrantes en sus barrios
y apenas quedan barrios ‘incontaminados’”52. Además, este proceso de
integración se refuerza con los datos de mestizaje matrimonial: “de cada 10
matrimonios de inmigrantes, 9 tiene un cónyuge español”53. Además, los
inmigrantes se casan más que los españoles, ya que son el 3% de la
población, y sin embargo han llegado a ser el 6% del total de matrimonios
que se contraen en España. Estos datos se corresponden con la percepción de
los propios inmigrantes, que “prefieren de manera masiva (el 89%) vivir
mezclados en barrios donde resida toda clase de personas y no únicamente
inmigrantes; los iberoamericanos lo prefieren en un 93%. Solamente un
exiguo 7% de inmigrantes parece preferir vivir en un gueto aparte”54.
- En segundo lugar, “las fuertes intenciones de integración social”55: “En
efecto, de este 14% que dice vivir en barrios de mayoría inmigrante se podría
inferir que si no en su totalidad, muchísimos viven ahí porque seguramente
desean vivir ahí. Porque existe exactamente un 14% de magrebíes que dice
no estar nada integrado, así como un 11% de subsaharianos y un 8% de
asiáticos, porcentajes que corresponden precisamente bastante bien a los de
aquellos inmigrantes que prohibirían terminantemente a sus hijas casarse con
un español: el 16% de los magrebíes les prohibiría ese matrimonio a sus
hijas, así como el 14% de los asiáticos y el 7% de los subsaharianos. De
manera que, como hipótesis más pausible, podríamos establecer que existe
entre un 10% y un 14% de inmigrantes reacio a la integración social. Nada
más que eso”56.
6. Perspectivas sobre la sociedad española del siglo XXI: algunas
cuestiones candentes:
Como hemos podido observar, los flujos migratorios están exigiendo un debate teórico
y político que permita diseñar una estrategia adecuada para los nuevos retos que
conlleva una sociedad tecnológica avanzada como la española, globalizada, y punto de
atracción tanto para los investigadores y las élites de las sociedades como para todo tipo
de trabajadores cualificados o sin cualificar. La inercia histórica con la que nos
enfrentamos a este fenómeno tiene que ver con “la inexistencia de un modelo adecuado
para ‘teorizar’ los actuales procesos migratorios y para definir, y ajustar, de manera
concordante aquello que los países ricos demandan de los inmigrantes (en cuanto
necesidades laborales funcionales y en cuanto a volúmenes) y lo que mueve realmente a
muchos de ellos a abandonar sus lugares de origen”57.
Por otra parte, la pobreza y la excusión en el país de origen parece ser la fuerza
fundamental que empuja a emigrar. En este sentido, es necesario que el flujo migratorio
no traiga consigo las condiciones laborales de sus países de origen, provocando lo que
Ulrich Beck llama la ‘brasileñización de Occidente’, es decir, incorporar la irregularidad
y la ausencia de redes de seguridad como norma de funcionamiento de nuestro mercado
laboral. Por ello, una cuestión clave es analizar la sostenibilidad social y las estrategias
para incrementar la cohesión social que podemos establecer en nuestra sociedades para
reforzar la integración de los inmigrantes, y el reforzamiento de nuestro modo de vida,
ligado al bienestar, el desarrollo sostenible, la lucha contra la corrupción, y el respeto de
los derechos humanos.
6.1. Movilidad social y gethos: el futuro de las ciudades españolas.
Los riesgos exclusógenos que afectan a la población inmigrante pueden agruparse en
cinco grandes bloques: riesgos familiares, factores personales y culturales, factores
laborales, facores sociales y ubicacionales, y factores políticos58. Como señala SOS
Racismo, los factores de segregación más relevantes son los siguientes: la segregación
educativa, la discriminación en el acceso a la vivienda, la sanidad, y la ciudadanía
incompleta (en cuanto carecen de todo reconocimiento como ciudadano). La lucha
contra la contratación irregular y la economía sumergida se convierten en un aspecto
clave, ya que la inserción laboral con permiso de trabajo en regla es el primer paso para
lograr la integración del trabajador inmigrante. En este sentido, también el acceso al
mundo del trabajo, como le ocurre al ciudadano español, es la pieza clave del proceso
de integración social (ya que nos encontramos en sociedades salariales, en las que el
trabajo remunerado se convierte en la vía de acceso a la ciudadanía plena)59.
En este contexto, el acceso a la vivienda, como también le sucede a la población
española, se convierte en un factor clave para la integración social. Dependiendo de
cómo gestionemos dicho acceso, nuestras sociedades reforzarán las derivas
guetizadoras, o lograrán mayores niveles de integración evitando los riesgos de
seguridad, delincuencia y falta de integración propios de los guetos... En más de un
sentido, la carestía de la vivienda es el factor que más afecta a los inmigrantes: “si no se
inflexiona de manera real a la baja el actual mercado de la vivienda, este podrá
constituirse en el principal factor que impida la convivencia normalizada entre
españoles e inmigrantes. Porque actualmente ya se está dando un encadenamiento
causal de factores que producen auténtico fracaso social en la convivencia cívica: la
carestía y escasez de vivienda produce hacinamiento, el hacinamiento de personas
ocasiona mal trato a la vivienda alquilada, el mal trato repercute en el encarecimiento de
los alquileres, lo cual obra a favor de pequeños señores autoerigidos en ‘responsables’
de una vivienda que alquilan cobrando a sus realquilados de quienes llegan a vivir; y se
producen entonces conflictos entre subarrendados, venganzas y violencias,
promoviéndose quejas en el vencindario, con el consiguiente encarecimiento de la
vivienda de alquiler; y con la secuela de inmigrantes con la casa a cuestas y en mudanza
permanente tras un nuevo hacinamiento, cada vez más perpetuo, con la consiguiente
marginación, fracaso escolar de los niños, mala convivencia con los vecinos, xenofobia
creciente en el barrio, etc. El racismo, que no existe todavía entre nosotros como forma
ideológica y política consolidadas, lo vamos cociendo ya a diario desde la desconfianza
vecinal a través de esos conflictos intervecinales mal resueltos”60.
6.2. Modelos migratorios y retos educativos: estrategias para incrementar la
cohesión social en la Europa del siglo XXI. El caso español61.
Es importante señalar que, contrariamente a la posición mantenida por los
"deterministas tecnológicos", las "nuevas tecnologías" no determinan unilateralmente la
sociedad o la economía. La tecnología es más bien un producto social que genera
simultáneamente una colección de limitaciones y posibilidades. "El análisis de su
evolución histórica, así como su tendencia hacia el desarrollo futuro, apunta al debate
relativo a los modelos sociales a partir de los cuales se crea y se aplica, y a aquellos
modelos que la tecnología transforma y configura. Las transformaciones tecnológicas
pueden satisfacer, pero también deteriorar, nuestros medios de subsistencia y nuestras
instituciones"62. En este aspecto, algunas de las características observables en los
cambios recientes de las sociedades de Europa, como la naturaleza cada vez más
precaria o temporal del trabajo, la ampliación de los diferenciales de renta, o los nuevos
riesgos psicosociales en el campo de la salud y de la seguridad en el trabajo, pueden
aumentar o disminuir según el modelo sociotecnológico que se aplique63.
Es necesario analizar algunas de las principales tendencias ocupacionales previstas por
los expertos en los próximos años, junto con las tendencias en los modelos de trabajo
cambiantes que resultan de la implantación de las nuevas tecnologías en todos los
sectores de la economía. Las conclusiones nos permiten esbozar varias medidas
educativas que podrían permitir una concordancia más estrecha entre los trabajos
ofrecidos y las aptitudes de los trabajadores que buscan empleo, aumentando de este
modo la cohesión social, que es uno de los principales objetivos de la política europea
en este campo.
6.2.1. Dos modelos para gestionar los flujos migratorios en la Unión Europea
En los países de la Unión Europea encontramos actualmente dos modelos diferentes de
integración de la población inmigrante, que están hasta cierto punto conformados por
las oportunidades que ofrece el mercado laboral. En aquellos países donde hay ya una
segunda generación de inmigrantes, como los países del norte y del centro de Europa,
se están aplicando políticas de inmigración selectivas, que favorecen a los trabajadores
que están cualificados en las nuevas tecnologías, salud pública, y otras áreas donde hay
una escasez de personal cualificado en la población nativa (como en el caso del
reclutamiento de profesionales de TI en Alemania o de personal sanitario en el Reino
Unido) (OCDE, International Mobility of the Highly Skilled, 2002). Según datos de la
OCDE, este fenómeno fue acompañado, en el año 2000, por una reducción en el
número total de emigrantes hacia ciertos países como Alemania, Austria, Noruega y
Suecia64
Sin embargo, los países del sur de Europa, especialmente España, Portugal y Grecia,
han experimentado un significativo aumento de la inmigración desde los últimos años
199065. Portugal, Grecia y España han iniciado programas de legalización sin
precedentes, y sólo en unos pocos años el número total de inmigrantes legales ha
alcanzado la cifra de 1.500.000. Un número creciente de inmigrantes ha ocupado
puestos de trabajo de baja cualificación en la agricultura, la construcción, los
restaurantes, o el servicio doméstico. En España, por ejemplo, los inmigrantes trabajan
principalmente en el servicio doméstico, la agricultura y la industria hotelera.
Porcentajes similares al valor medio en los países de la OCDE se pueden observar en
la construcción, el comercio o la educación; y sus porcentajes son claramente menores
en los campos de la medicina, la industria o la administración pública. Así, "el perfil
del caso español se parece algo al que existe actualmente en los países del sur de
Europa, y difiere marcadamente de la situación que existe en las naciones del centro y
el norte del continente"66. Recurrir a importar mano de obra de bajo coste, para que los
empresarios puedan ser más competitivos manteniendo los costes salariales bajos, va
en paralelo con un mercado laboral en el que hay un incremento del trabajo temporal y
del empleo irregular. En los países donde la inmigración es un fenómeno relativamente
reciente, una gran proporción de inmigrantes realiza trabajos de baja cualificación y
escasa remuneración
En ambos casos, pueden observarse algunos efectos adversos de las estrategias
adoptadas: en el caso de países que únicamente sufren un déficit de personal
cualificado, permitiendo que solamente entren en el país estas personas cualificadas se
está obligando a los trabajadores restantes poco cualificados, que también necesitan
beneficiarse de la economía, a entrar por medios irregulares. En el caso de los países
del sur de Europa67 recurrir a mano de obra de bajo coste (a pesar de que en muchos
casos estos trabajadores poseen cualificaciones obtenidas en su país de origen)
aumenta la polarización social, disminuye la cohesión social, y no puede sostenerse a
largo plazo en un contexto económico caracterizado por el rápido cambio tecnológico.
Ambos modelos tienen sus desventajas: limitar la inmigración legal a trabajadores
cualificados empuja a los no cualificados a recurrir a medios irregulares de entrada,
mientras que limitar la inmigración a los no cualificados da lugar a que los inmigrantes
cualificados acepten trabajos no cualificados
6.2.2. Los flujos migratorios en el contexto del cambio tecnológico
Tanto desde el punto de vista del establecimiento de políticas migratorias selectivas en
el país de origen como del establecimiento de políticas educativas que hagan posible
adaptar los conocimientos de la población a las nuevas oportunidades del mercado
laboral, es necesario considerar las tendencias de la estructura del empleo en la Unión
Europea. Un factor importante en esta evolución es el impacto de las nuevas tecnologías
sobre el trabajo. A este respecto, los hallazgos de la investigación sobre el impacto de
las nuevas tecnologías en el mercado de trabajo, no apoyan el punto de vista de los
optimistas, que ven la tecnología como el "maná del cielo", ni el de los catastrofistas
que predicen el fin del trabajo. En cambio, nos muestran una realidad compleja y
cambiante en la que coexisten trabajos que requieren niveles altos, medios y bajos de
conocimientos y aptitudes. Esta realidad debe tenerse en mente cuando se diseñen
programas para la integración de inmigrantes en la Unión Europea. El objetivo final,
como se destaca en el informe de la Comisión Europea "Empleo en Europa 2002.
Recientes tendencias y perspectivas" (Comisión Europea, 2002), es que los cambios en
el empleo en Europa permitan un aumento de la mejora social y de la cohesión regional.
Hay que tener en cuenta que el cambio tecnológico está trasformando el mercado de
trabajo de manera compleja. Aunque los tipos de trabajos que se ofertan pueden cambiar
con el tiempo, continúan existiendo oportunidades en categorías de alto, medio y bajo
nivel de cualificación
Para garantizar que la revolución en la tecnología, organización y producción pueda
equilibrarse con el mantenimiento de la cohesión social, es necesario evaluar las
características del empleo actual y futuro. Por ejemplo, las nuevas tecnologías de la
información y la comunicación, junto con la robótica y la automatización avanzada,
conllevan una redefinición de las tareas y de los requisitos de formación demandados de
los trabajadores. Debe tenerse en mente que el fenómeno migratorio en la UE necesita
comprenderse en el contexto de diversos factores, como el muy debatido "déficit
demográfico"; pero debemos también ser conscientes de que la economía europea está
experimentando una automatización rápida y de gran alcance, hasta el punto de que se
ha convertido en líder mundial en la incorporación de robots y sistemas de
automatización del trabajo en los últimos años68. En los próximos años, los tipos de
trabajo disponibles se redefinirán, no sólo como consecuencia del envejecimiento de la
población, sino también de acuerdo con la transformación tecnológica y organizativa.
De acuerdo con los resultados de un estudio Delphi realizado por el Grupo de Estudio
sobre Tendencias Sociales (GETS), titulado Estudio Delphi sobre tendencias
científico-tecnológicas 2002, los principales impactos que probablemente resultarán de
la expansión de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación en los
próximos años, y de los sistemas de automatización y la robótica, serán nuevas
demandas de cualificaciones técnicas y de formación permanente dentro de las
empresas (tabla nº 11) y en la sociedad en su conjunto (tabla nº 12). Estas previsiones
concuerdan con las de otra investigación realizada en la UE, que afirma que: "la
globalización, el rápido progreso tecnológico y los avances de la economía y de la
sociedad del conocimiento demandan mayores esfuerzos para elevar los niveles de
cualificación para todos"69.
Tabla nº 11. Principales impactos de la automatización sobre la organización de las empresas
Impacto Valor Valor ponderado
Necesidad de personal con cualificaciones técnicas avanzadas: trabajadores especializados, con sólida formación en automatización y robótica
17 66
Mayor nivel de importancia de la formación permanente: aumento sustancial de las actividades de formación y de re-formación de los empleados
16 53
Aumento en la calidad y productividad; mayor dedicación por todos los trabajadores para mejorar la calidad, reducir los costes y estimular la rentabilidad
15 58
Mayor nivel de la seguridad en el puesto de trabajo: menores riesgos y lesiones para los trabajadores y disminución del número de accidentes laborales
12 35
Disminución del trabajo manual directo, y aumento del trabajo manual indirecto 10 27
(1) Citados en primer lugar, 5 puntos; segundo lugar, 4 puntos; tercer lugar, 3 puntos; cuarto lugar, 2 puntos; y en quinto lugar, 1 punto.
Fuente: GETS (2003): Estudio Delphi sobre Tendencias Científico-tecnológicas 2002, Sistema, Madrid.
En el estudio Delphi, los expertos distinguieron cuatro elementos principales en los
impactos sociales del cambio tecnológico en los próximos diez años: en primer lugar,
mejoras en las condiciones de trabajo, y realización de tareas pesadas o peligrosas por
robots; en segundo lugar, aumento general de las cualificaciones de los trabajadores, en
particular para ajustarse a las nuevas demandas de las empresas automatizadas; en
tercer lugar, mejoras en la calidad y precio de bienes y servicios (costes reducidos,
optimización de la producción, mayor fiabilidad de los procesos industriales, y
reducciones en el precio, junto con mayor calidad de producto), es decir, la
productividad de todo el sistema económico aumentará sustancialmente; y, finalmente,
es previsible que aumenten las desigualdades dentro y entre los bloques continentales.
Tabla nº 12. Principales impactos de la automatización sobre la sociedad en su conjunto
Impacto Valor Valor ponderado
Disminución de las tareas laboriosas o peligrosas realizadas por las personas 15 54
Aumento de los niveles de cualificación de los empleados 14 43
Mejora sustancial de la calidad y precio de los bienes y servicios ofrecidos (costes rebajados, optimización de la producción, mayor fiabilidad de los procesos industriales, reducción en precio junto con mayor calidad de los productos)
11 52
Aumento sustancial en la producción en todo el sistema económico 11 30
Aumento de las diferencias transnacionales, especialmente continentales (norte/sur) 10 24
(1) Citados en primer lugar, 5 puntos; segundo lugar, 4 puntos; tercer lugar, 3 puntos; cuarto lugar, 2 puntos; y en quinto lugar, 1 punto.
Fuente: GETS (2003): Estudio Delphi sobre Tendencias Científico-tecnológicas 2002, Madrid, Sistema.
6.2.3. Nuevas oportunidades para los inmigrantes en la Unión Europea
Extrapolando la tendencia observada en los últimos años, la estructura de trabajo
previsible para los años próximos parece revelar una polarización entre los trabajos que
exigen cualificaciones avanzadas y ofrecen retribuciones económicas sustanciales, y los
trabajos no cualificados, de salario bajo, algunos de los cuales tenderán a ser sustituidos
por sistemas automatizados en algunos sectores de la economía. Si analizamos las
proyecciones relativas a las profesiones que ofrecerán un gran volumen de empleo en
Estados Unidos durante los próximos diez años (tabla nº 13), vemos la polarización que
acabamos de mencionar. Junto con los analistas de sistemas, las profesiones que
ofrecerán el mayor número de empleos en la economía de EE.UU. serán los vendedores
en el sector de venta al por menor y los contables.
Tabla nº 13. Profesiones que ofrecerán un alto número de empleos en Estados Unidos
Proyecciones para 1998-2008
Crecimiento enel número de empleos (miles)
Crecimiento en %
Nivel general de porcentaje de crecimiento
Analistas de sistemas 577 94 Muy alto
Vendedores (al por menor) 563 14 Bajo
Contables 556 17 Bajo
Directores y ejecutivos de alto nivel 551 16 Bajo
Conductores de camiones pesados y ligeros 493 17 Bajo
Oficinistas 463 15 Bajo
Enfermeras 451 22 Intermedio
Especialistas de mantenimiento de ordenadores 439 102 Muy alto
Ayuda doméstica y cuidadores profesionales 433 58 Alto
Fuente: Douglas Braddock (1999): Occupational employment projections to 2008, Monthly Labor Review, noviembre 1999, p.73.
Las previsiones extrapoladas de los resultados del estudio Delphi de GETS sugieren
que en los próximos diez años habrá un incremento del empleo en tecnología de la
información, ciencias de la vida, medicina, salud, servicios financieros, y gestión.
Habrá también una mayor demanda de cuidadores para los ancianos en los próximos
años. En cambio, se prevé una reducción en el volumen de empleos para trabajadores
semicualificados y operarios de máquinas en las industrias de extracción de minerales
y en la construcción, así como para maquinistas y montadores, oficinistas, trabajadores
agrícolas y agricultores cualificados, artesanos y artistas gráficos, vendedores y
trabajadores de servicios poco cualificados, y trabajadores no cualificados (tabla nº
14).
Tabla nº 14. Evolución de las profesiones alrededor del año 2010
Profesiones que aumentarán en número entre los años 2000 y 2010
Profesiones que permanecerán igual entre los años 2000 y 2010
Profesiones que experimentarán una reducción entre los años 2000 y 2010
Profesionales de TI (física, química, matemáticas e ingenieros de tecnología de la información)
Profesionales de la enseñanza Oficinistas
Profesionales de alto nivel en ciencias de la vida, medicina y salud
Especialistas en administración y organización de empresas, profesionales del derecho, archiveros, bibliotecarios, documentalistas, especialistas en ciencias sociales y humanas
Trabajadores agrícolas y trabajadores cualificados de la agricultura y la pesca
Profesionales en servicios financieros, ventas y servicios administrativos
Profesores (nivel medio)
Trabajadores semicualificados y otros trabajadores en la metalurgia, construcción mecánica y campos relacionados
Profesionales de nivel medio en biología, medicina y salud
Trabajadores de servicios y vendedores al por menor
Mecánica de precisión, artesanos, trabajadores de artes gráficas y similares
Directores y gestores Trabajadores semicualificados y trabajadores de la industria de la minería y de la construcción
Vendedores y trabajadores de servicios poco cualificados
Instaladores y operarios de máquinas y montadores
Trabajadores no cualificados
Fuente: GETS (2000): Estudio Delphi sobre Tendencias Ocupacionales, Sistema, Madrid.
Mientras se espera que aumenten las oportunidades en TI, salud, y servicios financieros,
se prevén menos trabajos para oficinistas y trabajadores manuales semicualificados o no
cualificados
6.2.4. Estrategias para aumentar la cohesión social en la Unión Europea
Los trabajos disponibles para los inmigrantes de la UE dependerán de los modelos
sociales a partir de los cuales se desarrollen y apliquen las nuevas tecnologías. Por
tanto, los análisis históricos, junto con las previsiones de los expertos nos permiten
identificar un modelo del mercado de trabajo emergente no conformado por el
"determinismo tecnológico", (que prevé un aumento solamente de los puestos de
trabajo para trabajadores muy cualificados, y por consiguiente, tiende a reforzar las
políticas migratorias inclinadas a favor de los trabajadores cualificados). Al mismo
tiempo, también difiere del modelo que ignora la expansión de las nuevas tecnologías
(y que establece una política migratoria basada en el uso de mano de obra no
cualificada para hacer posible la competencia sobre la base de salarios bajos).
Considerando el impacto previsible de las nuevas tecnologías sobre la situación del
trabajo en los próximos años, podrían ponerse en práctica estrategias de formación
apropiadas para favorecer la integración de los inmigrantes en las sociedades
avanzadas en la próxima década. Como señala la OIT: "el mayor riesgo es quizá la
exclusión de los no formados"70. Las previsiones de los expertos apuntan a un
escenario en el que la implantación de las nuevas tecnologías bajo los modelos actuales
dominantes de comprensión y desarrollo de la economía, puede favorecer las
tendencias dualistas y exclusivistas, que ya han señalado algunas organizaciones
internacionales71. Desde la perspectiva de nuestra investigación, un mayor grado de
automatización del trabajo, junto con algunas mayores demandas educativas, hace
esencial establecer estrategias de formación adecuadas que permitan una mejor
integración de la población inmigrante en la UE (tabla nº 15).
En nuestra opinión, es necesario desarrollar políticas de formación para evitar dos
peligros. El primer peligro consiste en creer que solamente habrá aumento de la
demanda de trabajadores muy cualificados. Esto podría conducir a establecer políticas
migratorias selectivas que no tuvieran en cuenta la necesidad de trabajadores menos
cualificados en varios sectores de la economía, o las necesidades de los propios
trabajadores. Políticas selectivas de esta clase podrían tener la consecuencia no deseada
de que sea cada vez mayor el número de inmigrantes irregulares que ocupen puestos de
trabajo en algunos sectores de la economía. El segundo peligro consiste en desarrollar
un modelo de importación de mano de obra no cualificada, de modo que la industria
pueda competir sobre la base de trabajo barato, lo que podría producir un nivel más
alto de desempleo en la población que migra a la Unión Europea cuyo nivel de
educación no sea adecuado para competir en el contexto de un cambio tecnológico
acelerado. A la vista de estos dos riesgos, y para aumentar la cohesión social y el
bienestar de la población en su conjunto, las estrategias educativas en el país de origen
y también en la Unión Europea deberían permitir una mejora de las cualificaciones de
la fuerza laboral, aumentando así las oportunidades individuales de entrar en el
mercado laboral.
Tabla nº 15. Nuevas migraciones y educación: estrategias para integrar los flujos migratorios en el Unión Europea en el siglo XXI
Estrategias para integrar los flujos migratorios en la Unión Europea en el siglo XXI
Educación y mercado de trabajo
Tomar como referencia la evolución tecnológica y organizativa de la economía europea para desarrollar políticas educativas, insistiendo en las cualificaciones técnicas más altas Establecer acuerdos para formar y seleccionar la mano de obra, en sus países de origen, conforme a las necesidades del mercado de trabajo y su previsible desarrollo a corto plazo Establecer acuerdos que permitan el reconocimiento de los niveles educativos adquiridos en el país de origen, en tanto en cuanto satisfagan los criterios de calidad fijados para la Unión Europea. Establecer programas de formación continua para trabajadores con niveles de formación bajo y medio, con horarios compatibles con los de trabajo, tanto a nivel de la empresa como de las instituciones educativas.
Educación y cohesión social
Desarrollar programas educativos para los hijos de los trabajadores extranjeros, sean o no residentes legales. Establecer recursos educativos para reducir los niveles de desigualdad aumentando el capital humano de la población inmigrante. Desarrollar programas para la formación de las mujeres, para permitirles que se incorporen al mercado de trabajo en condiciones más favorables.
Educación y movilidad social
Emprender investigaciones para determinar las necesidades de formación de los grupos de inmigrantes, estableciendo programas específicos que les permitan integrarse mejor. Determinar el empleo disponible y las cualificaciones necesarias con el fin de evitar la incorporación irregular de mano de obra sin cualificaciones estandarizadas. Crear programas educativos básicos gratuitos, a través de acuerdos con instituciones educativas públicas (y, cuando sea posible, desarrollar programas en las empresas) así como preparar a los inmigrantes no formados para el mercado de trabajo. Promover la legalización de los trabajadores que sean residentes ilegales pero que puedan demostrar que han completado programas educativos del tipo que se ha mencionado. Crear programas de formación continua, para dotar a los inmigrantes de mejores cualificaciones técnicas.
1 Barry Barnes (ed.), Estudios sobre la sociología de la ciencia, Alianza Editorial, Madrid 1980, p. 11. 2 José Félix Tezanos, La sociedad dividida. Estructuras de clases y desigualdades en las sociedades tecnológicas, Madrid, Biblioteca Nueva 2001. 3 Manuel Castells y Peter Hall, Las tecnópolis del mundo. La formación de los complejos industriales en el siglo XX, Madrid, Alianza Editorial 1994, p. 23. 4 E. Shils, “Introduction”, en E. Shils (ed.), Criteria for scientific development: public policy and national goals, Cambridge (Ma), The MIT Press, p. IX. 5 Manuel Castells, La era de la información. Economía, sociedad y cultura. Vol. 1. La sociedad red, Madrid, Alianza Editorial 1996, p. 33. 6 Rafael Pardo Avellaneda, “La cultura científico-tecnológica de las sociedades de la modernidad tardía”, en AAVV, Estructura y cambio social. Homenaje a Salustiano del Campo, Madrid, CIS 2001, p. 1089 7 Lamo de Espinosa, E., González García, J., Torres Albero, C., La sociología del conocimiento y de la ciencia, Madrid, Alianza Universidad 1994, p. 627. 8 Tezanos Tortajada, J.F., La sociedad dividida. Estructuras de clases y desigualdades en las sociedades contemporáneas, Madrid, Biblioteca Nueva 2001, p. 60. 9 J. Manuel Iranzo, J. Rubén Blanco, Teresa González de la Fe, Cristobal Torres y Alberto Cotillo, Sociología de la Ciencia y la Tecnología, Madrid, CSIC 1995. 10 Javier Echevarría, “Ciencia, Tecnología y Valores. Hacia un análisis axiológico de la actividad tecnocientífica”, en Andoni Ibarra y José A. López Cerezo (eds.), Desafíos y tensiones actuales en Ciencia, Tecnología y Sociedad, Madrid, Biblioteca Nueva 2001, p. 137. 11 Emilio Lamo de Espinosa, José María González García y Cristóbal Torres Albero, La sociología del conocimiento y de la ciencia, Madrid, Alianza Universidad 1994, p. 41. 12 En relación con el debate sobre el surgimiento de nuevos modelos productivos, cfr. E. CHARRON Y M. FREYSSENET, Emergencia de nuevos modelos productivos, en Sociología del Trabajo, nº 27, UCM, Primavera 1996, pp. 23-54. Una perspectiva general sobre los impactos de las nuevas tecnologías en la organización del trabajo puede encontrarse en ALBERTO DE LA TORRE GARCÍA Y JORGE CONDE VIÉITEZ, El desafío del cambio tecnológico. Hacia una nueva organización del trabajo, Tecnos, Madrid 1998. 13 En relación con estas cuestiones, cfr. J. J. CASTILLO, Presentación: “Un fantasma recorre Europa...” de nuevo, la producción ligera, en Sociología del Trabajo, nº 27, Madrid 1996, pp. 3-22. 14 Juan Antonio Gimeno Ullastres, “La economía de la inmigración económica”, en A Distancia, Vol. 21 nº 3, Octubre 2003, p. 36. 15 Idem, p. 30. 16 María de la Concepción González Rabanal, “El multiculturalismo como opción para la integración”, en A Distancia, vol. 21, nº 3, Octubre 2003, pp. 8-15. 17 OECD, Trends in international migrations, París, OECD 2003. 18 Antonio Izquierdo Escribano, “La inmigración en Europa: flujos, tendencias y política”, en Antonio Izquierdo Escribano (dir.), Inmigración: mercado de trabajo y protección social en España, Madrid, CES 2003, p. 37. 19 Antonio Izquierdo Escribano, “La inmigración en Europa: flujos, tendencias y política”, op. cit., p. 34. 20 Joaquín Arango, “Los perfiles de inmigración en España”, en A Distancia, vol. 21, nº 3, Octubre 2003, pp. 19-20. 21 Antonio Izquierdo Escribano, “La inmigración en España en 2001”, en Antonio Izquierdo Escribano (dir.), Inmigración: mercado de trabajo y protección social en España, Madrid, CES 2003, p. 102. 22 Idem, p. 103. 23 Idem, p. 105. 24 Idem, p. 100. 25 Idem, p. 143. 26 José Félix Tezanos y Sergio Tezanos, “Inmigración y exclusión social”, en Papeles de Economía Española, nº 98, 2003, pp. 225-226. 27 Antonio Izquierdo Escribano, “La inmigración en Europa: flujos, tendencias y política”, op. cit., pp. 28-29. 28 Juan Antonio Segura Lucas, “Aportaciones y desafíos de la inmigración en España”, en A Distancia, vol. 21, nº 3, Octubre 2003, p. 48. 29 Idem, p. 48. 30 Idem, p. 48. 31 Antonio Izquierdo Escribano, “La inmigración en Europa: flujos, tendencias y política”, op. cit., p. 99.
32 Santiago Fiorito Samper y Cesar González Suárez, “Inmigración y opinión pública en España”, en A Distancia, vol. 21, nº 3, Octubre 2003, p. 69. 33 Juan Antonio Segura Lucas, “Aportaciones y desafíos de la inmigración en España”, art. cit., pp. 48-49. 34 Idem, p. 49. 35 Idem, p. 49. 36 Antonio López Peláez, “Trabajadores de bajo salario”, en José Félix Tezanos (ed.)., Tendencias en desigualdad y exclusión social. Tercer Foro sobre Tendencias Sociales, Madrid, Sistema 1999, pp. 287-320. 37 José Félix Tezanos y Sergio Tezanos, “Inmigración y exclusión social”, en Papeles de Economía Española, nº 98, 2003, p. 233. 38 Mikel Azrumendi, “Repercusiones de la inmigración en España”, en A Distancia, vol. 21, nº 3, Octubre 2003, p. 39. 39 Juan Antonio Segura Lucas, “Aportaciones y desafíos de la inmigración en España”, art. cit., p. 49. 40 Antonio Izquierdo Escribano, “La inmigración en España en 2001”, op. cit., p.157. 41 Mikel Azrumendi, “Repercusiones de la inmigración en España”, art. cit., p. 39. 42 Antonio Izquierdo Escribano, “La inmigración en España en 2001”, op. cit., p. 158. 43 Mikel Azrumendi, “Repercusiones de la inmigración en España”, art. cit., p. 39. 44 Antonio Izquierdo Escribano, “La inmigración en España en 2001”, op. cit., p. 109. 45 Idem, p. 110. 46 Idem, p. 110. 47 Idem, p. 114. 48 Santiago Fiorito Samper y Cesar González Suárez, “Inmigración y opinión pública en España”, op. cit., p. 70. 49 Idem, p. 71. 50 Idem, p. 72. 51 Mikel Azrumendi, “Repercusiones de la inmigración en España”, art. cit., p. 41. 52 Idem, p. 41, 53 Idem, p. 41. 54 Idem, p. 41. 55 Idem, p. 42. 56 Idem, p. 42. 57 José Félix Tezanos y Sergio Tezanos, “Inmigración y exclusión social”, art. cit., p. 229. 58 Idem, p. 234. 59 Antonio López Pelaéz, Nuevas tecnologías y sociedad actual: el impacto de la Robótica, Madrid, Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo, 2003. 60 Mikel Azrumendi, “Repercusiones de la inmigración en España”, art. cit., pp. 40-41. 61 Se presentan a continuación los principales resultados de nuestra investigación, cuyos principales resultados fueron publicados en la revista de prospectiva de la UE: Cfr. A. López Peláez, M. Krux, “New Technologies and New Migrations: strategies to enhance social cohesion in tomorrow´s Europe”, in The IPTS Report (edited by The Institute for Prospective Technological Studies –European Commission-), nº 80, 2003, pp. 11-17. 62 Antonio López Peláez, "Ciudadanía, trabajo y automatización avanzada: entre la incertidumbre y la probabilidad". En: JF. Tezanos, JM. Tortosa, A. Alaminos. (eds.) Tendencias en desvertebración social y en políticas de solidaridad. Sexto Foro sobre Tendencias Sociales, Sistema, Madrid, 2003 p. 403. 63 A. López Peláez, K. Krux, “Future Trends in Health and Safety at Work: New Technologies, Automation and Stress”, in The IPTS Report (edited by The Institute for Prospective Technological Studies –European Commission-), nº 65, 2002, pp. 24-33. 64 OECD, Trends in International Migration. Annual Report, París, OECD 2002, pp. 14-17. 65 Idem, p. 18. 66
Colectivo Ioé (Walter Actis, Carlos Pereda y Miguel Ángel de Prada) : Inmigración, escuela y mercado de trabajo. Una radiografía actualizada, Fundación "La Caixa", Barcelona, 2002, p. 105. 67
A. Izquierdo Escribano, La inmigración en Europa: flujos, tendencias y política., en A. Izquierdo Escribano, A. (ed.) Inmigración, mercado de trabajo y protección social en España, CES, Madrid, 2003 pp. 33-39.. 68
Federación Internacional de Robótica y Naciones Unidas, World Robotics 2002, Naciones Unidas, Nueva York y Ginebra, 2002, pp. 22-33.
69
Employment in Europe 2002. Recent trends and prospects, Employment & social affairs, Comisión Europea, Luxemburgo, 2002, p. 9. 70
Organización Internacional del Trabajo (OIT) World Employment Report 2001. Life at Work in the Information Economy, OIT, Ginebra, 2001, p. 19. 71 Idem, p. 109.
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