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ENSAYO
EL FUNCIONAMIENTO DE LAS UNIDADES DE MANEJO SUSTENTABLE DE LA VIDA SILVESTRE (UMAS) DEL SURESTE DE MÉXICO: ¿UTOPÍA O
REALIDAD?
Licenciada en Geografía Narda María Garrido Martínez.
Aspirante a la Maestría en Ecología Tropical.
1. INTRODUCCIÓN
¿Qué son las Unidades para la Conservación, Manejo y Aprovechamiento de
Vida Silvestre (UMAS)? Las UMAS pueden ser definidas como unidades de
producción o exhibición en un área delimitada claramente bajo cualquier
régimen de propiedad (privada, ejidal, comunal, federal, etc.), donde se permite
el aprovechamiento de ejemplares, productos y subproductos mediante la
utilización directa o indirecta de los recursos de la vida silvestre, y que
requieren un manejo para su operación.
En términos normativos, las UMAS están reguladas por la Ley General de Vida
Silvestre, En ella se establecen las definiciones relacionadas con los conceptos
que aquí se usan, y son las siguientes:
UMAS: Son los predios e instalaciones registrados que operan de conformidad
con un plan de manejo aprobado y dentro de los cuales se da seguimiento
permanente al estado del hábitat y de poblaciones o ejemplares que ahí se
distribuyen.
VIDA SILVESTRE: son los organismos que subsisten sujetos a los procesos de
evolución natural y que se desarrollan libremente en su hábitat, incluyendo
poblaciones menores e individuos que se encuentran bajo el control del
hombre.
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Manejo integral: aquel que considera de manera relacionada aspectos
biológicos, sociales, económicos y culturales vinculados con la vida silvestre y
su hábitat.
El seguimiento y evaluación de las UMAS lo asume la Secretaría del Medio
Ambiente y Recursos Naturales, la cual ha creado el llamado Sistema Nacional
de UMAS (SUMA) Con el propósito de contribuir a la conservación de la
biodiversidad y hacerla compatible con las necesidades de producción y
desarrollo socioeconómico de México, en 1997 la entonces SEMARNAP
estableció el Sistema de Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida
Silvestre (SUMA). Este sistema integró, bajo el concepto de Unidades de
Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA), los sitios que
utilizaban especies de vida silvestre de alguna forma, como los criaderos
(extensivos e intensivos), zoológicos, viveros y jardines botánicos, entre otros.
El establecimiento, seguimiento y evaluación de las UMAS está regulado por la
Ley General de Vida Silvestre. El registro legal de las UMAS en especial, está
regulado por el Artículo 39 del capítulo VIII de la Ley mencionada, el que a la
letra dice:
“Artículo 39: los propietarios o legítimos poseedores de los predios o
instalaciones en los que se realicen actividades de conservación de vida
silvestre deberán dar aviso a la Secretaría, la cual procederá a su
incorporación al sistema de unidades de manejo para la conservación de
vida silvestre. Asimismo, cuando además se realicen actividades de
aprovechamiento, deberán solicitar el registro de dichos predios o
instalaciones como Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida
Silvestre”.
Clasificación de UMAS
De acuerdo a su forma de manejo existen dos tipos de UMAS:
Las UMAS Extensivas o de vida libre, en éstas las especies sujetas a
manejo se encuentran dispersas en el predio, y se alimentan y
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resguardan según las condiciones naturales. Se les proporciona
alimento o cobijo solamente en casos necesarios. En ellas no se tiene
control estricto del número de ejemplares contenidos, sino sólo
estimaciones que se hacen con base en muestreos. Los ranchos
cinegéticos son ejemplos de este tipo.
Las UMAS Intensivas: en ellas el manejo de las especies si se realiza
bajo condiciones controladas. Realizándose el mantenimiento de los
ejemplares por técnicos especialistas, para lo cual existen instalaciones
en las que regularmente se lleva un control cercano de los ejemplares
existentes. Los ejemplos más comunes de UMAS intensivas son los
viveros, jardines botánicos y zoológicos.
Existe un tipo particular de permiso denominado Permiso Especial de Colecta
Científica, que es concedido a científicos e investigadores, tanto nacionales
como extranjeros, para la realización de colectas de especies de vida silvestre
que se encuentran o no citadas en la Norma Oficial Mexicana (NOM-059-ECOL
1994 y ahora 2001), o de especies distribuidas en Áreas Naturales Protegidas.
Este permiso se otorga por familia o grupo taxonómico, como mamíferos, aves,
reptiles, anfibios, peces e invertebrados. Su vigencia depende de la duración
del proyecto de investigación para el cual fue solicitado y sólo es expedido un
permiso por proyecto.
Debido a que el comercio de especies de fauna y flora silvestres representa
una amenaza potencial a la biodiversidad ya que el tráfico de animales y
plantas silvestres sobrepasa las fronteras entre países se estableció un
acuerdo internacional de cooperación para proteger ciertas especies de la
explotación excesiva, conocido como CITES (Convención sobre Comercio
Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres), al cual
México se adhirió en 1991. Las especies amparadas por el CITES están
incluidas en tres apéndices según el grado de protección que necesiten. Bajo
este esquema, sólo puede importarse, exportarse o reexportarse un espécimen
de una especie incluida en los apéndices si se ha obtenido el permiso
adecuado correspondiente.
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2. DIAGNÓSTICO: BREVE CONTEXTO NACIONAL DE LAS UMAS
Las Unidades para la Conservación, Manejo y Aprovechamiento de Vida
Silvestre, deben cubrir con la conservación y el aprovechamiento de los
recursos naturales, esto quiere decir que las UMAS al ser registradas deben
tener además del enfoque de conservación de las especies de interés o del
hábitat, la capacidad para obtener algún beneficio, según se plantea en la Ley
General de Vida Silvestre, publicada en el Diario Oficial de la Federación en el
año 2000, y según también el Programa de Conservación de Vida Silvestre y
Diversificación Productiva del Sector Rural 1997-2000 (1997).
2.1 Distribución de las UMAS en México.
Las UMAS no tienen una distribución homogénea en el territorio nacional.
Existe una mayor cantidad, concentración y distribución de UMAS en el norte,
tal y como se aprecia en el mapa 1. En algunos estados, tales como Nuevo
León, Coahuila, Sonora, Durango y Chihuahua, se distribuyen una gran
cantidad de UMAS, de una manera muy concentrada en ciertas regiones del
estado. Por ejemplo, en Nuevo León, la gran mayoría de ellas se agrupan en el
norte.
Para las UMAS del sureste, concretamente en la península de Yucatán existe
una mayor concentración en el sur de la misma. Prácticamente en todos los
demás estados, el número de UMAS desciende, y su distribución es más
dispersa.
En algunos estados, tales como Guerrero, Oaxaca, Veracruz y Yucatán, hay
una presencia mínima de UMAS.
Predominando su presencia en las regiones ecológicas de Desiertos de
Norteamérica, las Grandes Planicies Áridas y los Bosques Templados de la
sierra Madre Occidental. Una porción pequeña de ellas se distribuyen en las
Selvas Cálido-Secas de Sonora (Semarnat, 2006).
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Mapa 1 Distribución de UMAS en México
Fuente: http://infoteca.semarnat.gob.mx/website/geointegrador/mviewer/viewer.htm
2.2 Número y superficie de las UMAS en México
Según los datos oficiales de la Semarnat, el número de UMAS registradas
hasta abril del año 2011, ha estado teniendo un constante aumento, como
muestra la gráfica 1. Haciendo un análisis de ella, se deduce que la propuesta
de UMAS como una política para el manejo y conservación de recursos, ha
logrado el objetivo de llamar la atención de productores rurales, ya que
independientemente de cambios sexenales y de políticas ambientales, estos
siguen interesado en establecer UMAS, para manejar cierto tipo de especies de
flora o fauna en sus terrenos. Ello se refleja en que actualmente se están
dedicando un total de alrededor de 35 millones y medio de hectáreas a nivel
nacional, tal y como lo muestra la gráfica 2.
Gráfica 1. Número de UMAS registradas en México (abril de 2011).
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Gráfica 2. Superficie (millones de has) de UMAS registradas en México (abril del 2011).
Actualmente las estrategias para el funcionamiento de las UMAS se han
diversificado. Estas funcionan no solamente con el propósito de manejar y
aprovechar ciertas especies de flora y fauna, sino también se han desarrollado
otro tipo de proyectos tales como:
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Proyectos en Áreas de Manejo Sustentable de la Vida Silvestre (PAMS) como una forma complementaria de reforzar los esquemas de
conservación. Los PAMS se llevan a cabo en áreas geográficamente
definidas por sus características ecológicas y tienen como objetivos
principales la conservación y el aprovechamiento sustentable de la vida
silvestre; en estos proyectos, la responsabilidad y los beneficios del
manejo son compartidos entre los sectores involucrados: gobierno
federal, estatal, municipal, organizaciones sociales, etc.
Centros de Conservación e Investigación de la Vida Silvestre (CIVS) En el marco del Programa de Conservación de la Vida Silvestre y
Diversificación Productiva en el Sector Rural 1997-2000 se incorporaron
dentro del SUMA los Centros Integrales para la Conservación y
Aprovechamiento Sustentable de la Vida Silvestre (CICAVS),
actualmente denominados Centros de Conservación e Investigación de
la Vida Silvestre (CIVS).
La operación de las UMAS se basa en los siguientes elementos: a) Registro de
la Unidad, b) Plan de manejo de la Unidad, c) Censos y monitoreos de las
especies de interés para la Unidad, d) Aprovechamiento controlado, e)
Certificación de la producción, y f) Vigilancia participativa.
Todas las UMAS operan con base en un Plan de Manejo autorizado y
registrado, que debe asegurar la viabilidad de cada proyecto y la de las
poblaciones de las especies de interés. Bajo este esquema, los beneficios
económicos derivados de la producción, son destinados a solventar los gastos
derivados de la aplicación del plan de manejo, el cual contempla programas de
conservación, de monitoreo e investigación, así como de obras de beneficio
social y económico para las comunidades locales, o bien para los legítimos
propietarios de la tierra, quienes, finalmente, están a cargo del manejo y
funcionamiento de la unidad, bajo la supervisión de las autoridades.
2.3 Las UMAS en el sureste de México.
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Con respecto a la situación de las UMAS en el sureste se ha observado un
incremento de la presión sobre algunas especies, debido a que a la caza de
subsistencia se ha agregado la actividad de la caza deportiva, sin el
establecimiento previo en el plan de manejo, de las condiciones adecuadas de
las poblaciones de fauna silvestre que pueden ser afectadas por este
incremento en la presión sobre las poblaciones.
Existen ciertas especies que han llegado a tener mejores resultados en cuanto
a su adaptabilidad a un proceso de domesticación. Esto hace que su manejo
sea más exitoso, además de más común en las UMAS. El manejo que se
realiza en los criaderos intensivos de venado cola blanca, pecari de collar y
tepezcuintle es llevado a cabo apegándose a la biología de las especies, lo que
parece ser adecuado, ya que los animales se han adaptado a la manipulación
del hombre. La gente de las comunidades conoce acerca de la estacionalidad
reproductiva, el número de crías por hembras y el tipo de alimentación en vida
libre, y estos conocimientos los aplican en cautiverio. Además, la adaptabilidad
de especies como el venado cola blanca a diferentes hábitats y dieta, hace que
se facilite su manejo.
De acuerdo a los autores consultados, existe una evidente falta de planificación
en lo que respecta a las UMAS en Yucatán, ya que su establecimiento y
manejo no han sido el resultado de un programa estratégico definido, sino más
bien de múltiples intereses y circunstancias particulares.
Otros autores comentan que en el norte del país, las UMAS han tenido amplio
desarrollo y han logrado realizar la conservación de algunas especies
obteniendo beneficios para los propietarios del recurso. La instancia regional en
la que se han organizado es la Asociación Nacional de Ganaderos
Diversificados (ANGADI). Dicha organización aprovecha mediante la cacería
cinegética, la población de venados cola blanca en UMAS extensivas. Un rasgo
importante para el éxito de la estrategia, se ha debido a que los ecosistemas
del norte del país, presentan características geológicas y bióticas adecuadas
para la estrategia de conservación, ya que en estas zonas abundan las
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praderas y chaparrales, lo que facilita en primera instancia el monitoreo de las
poblaciones animales así como su identificación.
Yucatán es diferente, tanto en sus ecosistemas como en su cultura y
tradiciones, ya que como mencionan Terán y Rasmussen (1994), la crianza de
fauna silvestre ha sido una tradición, principalmente en las comunidades
rurales, es por ello que en estas regiones, las UMAS presentan características
propias.
En la operación de las UMAS se ha encontrado que de manera general existen
problemas relativos a la elaboración e implementación de los planes de
manejo. Sabemos que uno de los propósitos de los monitoreos (que son un
método básico para el control en la explotación de especies), es conocer las
poblaciones totales en la superficie de la UMA. Sin embargo, uno de los
documentos consultados plantea que a menudo, los métodos de monitoreo
para cuantificar las especies de flora o fauna, no son absolutamente confiables
para establecer las tasas de extracción que garanticen la sostenibilidad de la
UMA a través del repoblamiento de la especie.
Otro factor que afecta la calidad de los monitoreos o informes para poder
evaluar adecuadamente el funcionamiento de la UMA, es que la extracción de
subsistencia es una práctica cultural que no es reportada en los formatos de los
planes de manejo. Sin embargo, cierta cantidad de individuos de las especies
manejadas son utilizados bajo esta modalidad de subsistencia.
Ante estas situaciones irregulares, las instituciones han tomado medidas
correctivas y de control para algunas especies. Por ejemplo, en el caso de las
aves canoras y de ornato, para mejorar el control sobre su aprovechamiento,
se estableció el Registro de Aprovechador de Aves Canoras y de Ornato. Dicho
control se realiza mediante el uso de anillos metálicos numerados, que son
proporcionados por la Secretaría, a los titulares de los permisos, con la
finalidad de identificar y garantizar la procedencia legal de los ejemplares.
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3. CONCLUSIONES.
De acuerdo a los estudios desarrollados en las UMAS se observa que hay un
sector de autores que tienen la tendencia a afirmar que las comunidades
rurales tienden a obtener resultados negativos en la operación de las UMAS,
debido a que los productores no son capaces de organizarse bajo una
mentalidad “empresarial”. De manera complementaria, asocian otro tipo de
condiciones socioeconómicas, tales como los menores niveles educativos, e
incluso las condiciones de tenencia de la tierra de tipo social (ejidos y bienes
comunales), como causantes de una mayor explotación de las especies, y que
por ello no podrían garantizar una implementación “exitosa “de UMAS.
Sin embargo, existe también otro sector de científicos que han documentado
que es justamente en las regiones rurales “atrasadas”, habitadas por población
indígena, en donde se han conservado de mejor manera los ecosistemas en
los que estas especies viven. Estos autores aseguran que es precisamente la
cosmovisión indígena la que ha permitido que prevalezca la gran biodiversidad
típica de estos ecosistemas. Con esto podemos plantear como conclusión, que
el conocimiento tradicional indígena, siendo bien aprovechado, puede favorecer
una implementación exitosa de UMAS.
Como muestra la tabla que publica la Semarnat en este mismo año, varias
comunidades indígenas oaxaqueñas, registraron proyectos, que fueron
aceptados y han obtenido el financiamiento para el establecimiento de UMAS.
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Fuente: Semarnat. 2011b. Resultados de la convocatoria “lineamientos para el otorgamiento de subsidios de fomento a la conservación y aprovechamiento sustentable de la vida silvestre en UMA o PIMVS en las comunidades rurales de la república mexicana. Ejercicio 2011.”
Otro aspecto complejo para la gestión exitosa de UMAS, es el relacionado con
el factor de dependencia de los productores rurales con respecto a las
instituciones de gobierno, o bien respecto de la asistencia técnica. El
conocimiento técnico-científico para el correcto manejo de las especies en una
UMA, es uno de los componentes importantes. Por ello, la gestión de las
UMAS, en cierto sentido implica un nivel de dependencia de los productores,
sobre todo en los componentes de elaboración de planes de manejo, en los
procesos de certificaciones, o bien en el de la gestión de los proyectos.
Desafortunadamente ello ha significado el desarrollo de un esquema de
intermediarismo muy fuerte, que ha derivado a menudo en procesos corruptos
en la gestión y operación de las UMAS.
Romper este esquema de intermediarismo excesivo y acabar con prácticas
corruptas sería una condición importante para aumentar la posibilidad de éxito
en la implementación de UMAS. Ello impulsaría fuertemente un avance en el
componente de sustentabilidad financiera de estos proyectos, al garantizar más
beneficios económicos para los productores rurales.
No obstante, ello pasa necesariamente por fortalecer las capacidades
comunitarias en el ámbito de la autogestión de proyectos, lo cual es un aspecto
poco trabajado.
Finalmente, una tercera conclusión importante se plantea en el sentido de
fortalecer la presencia de instituciones académicas en diversos sentidos. Por
ejemplo, es necesario que se refuerce el trabajo en aspectos de diseño y
seguimiento de proyectos de UMAS. Dicho seguimiento debiera incluir la fase
de evaluación de proyectos de UMAS, pero con base en un componente de
evaluación integral, que incluya los aspectos ecológicos, financieros y
socioeconómicos (estos últimos atendiendo por ejemplo, los aspectos de
desarrollo local).
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Si bien las UMAS son una estrategia importante de la política ambiental, ello no
debe significar que solo debe evaluarse la dimensión ambiental de las UMAS.
Por otro lado, conviene reforzar el diseño de diversificación de opciones
productivas en las UMAS, y fortalecer los esquemas de comercialización de
sus productos, ya que como bien se sabe la parte de la comercialización suele
ser un problema medular que limita las posibilidades de éxito de muchos
proyectos productivos.
A final de cuentas, un propósito de suma importancia de las UMAS, es que los
productores al manejar los recursos naturales (especies de flora y fauna), se
sientan estimulados para cuidarlos y conservarlos, obteniendo también
suficientes beneficios económicos.
BIBLIOGRAFÍA
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aprovechamiento sustentable de fauna silvestre en Yucatán, México. Tropical
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Semarnat, 2006. Atlas geográfico del medio ambiente y recursos naturales.
Semarnat, México. 78 pag.
Semarnat, 2011a. Sistema de Unidades de Manejo. Documento de página
electrónica, consultado en mayo del 2011).
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Semarnat 2011b Resultados de la convocatoria “Lineamientos para el
otorgamiento de subsidios de fomento a la conservación y aprovechamiento
sustentable de la vida silvestre en UMA o PIMVS en las comunidades rurales
de la República Mexicana.” Ejercicio 2011. (Documento electrónico disponible
semarnat.gob.mx/temas/gestionambiental/vidasilvestre/DocumentsBENEFICIA
RIOS_2011_FOMENTO_A_UMA.pdf, consultado en mayo del 2011).
Weber, M., G. García-Marmolejo, y R. Reyna-Hurtado. 2006. The Tragedy of
the Commons: Wildlife Management Units in Southeastern Mexico. Wildlife
Society Bulletin, 34(5): 1480-1488.
Páginas electrónicas.
http://app1.semarnat.gob.mx/dgeia/estadisticas_2000/informe_2000/07_Aprovechamiento/7.2_Manejo/index.shtml
www.semarnat.gob.mx/temas/gestionambiental/vidasilvestre/Documents/Graf_Sup300411.pdf
www.semarnat.gob.mx/temas/gestionambiental/vidasilvestre/Documents/Graf_UMA300411.pdf
http://www.semarnat.gob.mx/TEMAS/GESTIONAMBIENTAL/VIDASILVESTRE/Paginas/ConvocatoriaProgramaFomentodeUMA2011.aspx
Visualizador de mapas en: http://infoteca.semarnat.gob.mx/website/geointegrador/mviewer/viewer.htm
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