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Entrevista con Ana Sutton, terapeuta de juego. Clarín, 30 de marzo de 2008, suplemento Educación.Texto: http://ruben-a-arribas.blogspot.com/2008/04/ana-sutton-terapeuta-de-juego.html

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Page 1: Ana Sutton

(COLOR) - Pub: EDUCACION Doc: 00395D Red: 60% Ed: Primera EDICION Cb: 00 Enviado por: Dia: 29/03/2008 - Hora: 02:02

A. muchos niños, la infan-cia les depara un “jue-go” que los asusta y que

suele pasarles factura a partir dela adolescencia: ser adultos pre-maturos. Son esos chicos de 6, 7,8 años que intentan proteger a suhermano de 3 porque papá estáborracho. O que asumen la res-ponsabilidad de cuidarlo porquesu familia es pobre y los padresestán fuera de casa todo el día.También son esos niños que su-fren maltrato psicológico o físico.La casuística de infancias difíci-les es amplia y dolorosa, comolas secuelas que estas dejan.

Ansiedad, fobia, carácter hiper-vigilante, agresividad... Estos chi-cos padecen dolencias psíquicasque minan su salud y que lastransu potencial. El mal comporta-miento, las malas notas o la difi-cultad para relacionarse con otroscompañeros en la escuela suelenser indicios habituales para de-tectarlas.

Si no se trabaja sobre ellas, losniños crecen con menos herra-mientas para resolver problemasy madurar sus sentimientos. Vis-to en perspectiva –y sobre todoen los casos extremos–, durantesu adolescencia o juventud pue-den llegar a ahogarse en un vasode agua y decidir autodestruirsede algún modo.

Por esa razón, los terapeutas dejuego ponen el acento en estimu-lar de manera lúdica la capacidadde aprendizaje de estos chicos.“Los juguetes son las palabrasdel niño”, explica la psicóloga ar-gentina Ana Sutton, experta enesta disciplina y que reside en losEstados Unidos desde hace 40años.

Y enseguida matiza: “Eso sí,deben ser terapéuticos, es decir,deben servir para expresar emo-ciones y sentimientos”. La acota-ción tiene su importancia.

“La muñeca Barbie no es un ju-guete terapéutico: es una mujeradulta, tiene novio, auto, estudiauna carrera... Sobre todo para lapoblación con que trabajo, chicoshomeless –sin un verdadero mo-delo de padre porque muchos tie-nen que cuidar de sus hermani-tos–, Barbie les transmite un

mensaje conflictivo: el niño debeproteger al adulto... Cuando es alrevés: el niño es quien debe sen-tirse protegido”, aclara la funda-dora de Nana‘ s Children, una or-ganización sin fines de lucro queeste año atenderá a unos 600 chi-cos repartidos en 40 escuelas dePhoenix.

Y continúa: “Un juguete te-rapéutico puede ser un carro debomberos, una valija o una coci-nita, siempre y cuando los chicospuedan usarlos como se les ocu-rra”. Es decir, que si ellos dicenque un auto vuela y usa bananascomo nafta, ni se discute. De he-cho, la única regla que gobiernael cuarto de juegos –así se llamaal lugar ordenado, limpio y reple-to de juguetes que comparten te-rapeuta y niño– es esta: “Usácualquier juguete de acá comoquieras, pero sin lastimarte vos ysin golpearme a mí”. Y enfatizaSutton: “Si el niño quiere romperun juguete, que lo rompa: jugares su idioma, y los juguetes sonsus palabras; algo querrá expre-sar con eso”.

La insistencia en hermanar ‘pa-labras’ y ‘juguetes’ no es gratuita.Los adultos conceden mucha im-portancia a verbalizar los senti-mientos; sin embargo, los chicosno dominan el lenguaje y su ma-nera natural de contar qué les pa-sa es jugando, no hablando.

De ahí que esta terapia propon-ga entrenar a psicólogos y a tra-bajadores socia les para queaprendan el idioma de los niños.“Si el chico dice ‘Quiero que seasuna princesa’, el terapeuta debecontestar ‘¿Y cómo hago de prin-cesa?’. El concepto de princesa,policía o bombero del chico esdistinto al del adulto, y ese es elque hay que descubrir”, reiteraSutton.

Por tanto, la terapia de juegono busca la descarga, sino habili-tar un espacio para que los chicosse desarrollen en igualdad decondiciones intelectuales y emo-cionales que sus pares. “Jugar noes lo opuesto a trabajar. Tampocoun premio que se le da al niñocuando hace algo bien. Jugar esuna necesidad biológica; los chi-cos aprenden mientras juegan, yese es su trabajo”, sostiene Sut-ton. Y sentencia: “Por eso, unchico que no puede jugar no esun chico normal” ■

e.entrevista “Las palabras de los máschicos son los juguetes”

La psicóloga argentina propone estimular de manera lúdica la capacidad de aprendizaje de los alumnos.Aconseja que los juguetes sean ‘terapéuticos’, es decir, que sirvan para expresar emociones y sentimientos.

TERAPEUTA DE JUEGOANA SUTTON

DOMINGO 30 DE MARZO DE 2008 GUIA DE LA ENSEÑANZA CLARIN 3

El juego en la población en riesgo“No tienen hogar, sino que vi-ven en albergues, moteles o ca-recen de una residencia noc-turna permanente”, aclara AnaSutton refiriéndose a los ho-meless, la población de niñoscon la que más trabaja. Si bienlos homeless estadounidensesno equivalen a los chicos de lasvillas argentinas, su situacióntiene puntos en común.

Unos y otros están, por ejem-plo, presos del círculo viciosode la pobreza. Según Sutton,“los padres de los homeless vi-ven día a día buscando dóndedormir, cómo conseguir ayudadel gobierno o algo para co-mer. Muchos de ellos ven laeducación de sus hijos como

algo poco necesario, más comouna guardería que como un lugardonde aprender”. Y agrega: “Estoschicos registran altos niveles deansiedad y depresión, y no pue-den concentrarse en aprender”.

Estos niños suelen dedicar mástiempo a asumir responsabilida-des de adultos que a jugar, lo queles impide desarrollar mecanis-mos de aprendizaje. Tanto es asíque esta experta parte de la si-guiente premisa: “El niño que notiene hogar no sabe jugar y no tie-ne apego. Tarda más tiempo enestablecer una relación de con-fianza con su terapeuta”.

Tras un estudio de 2 años, sufundación concluyó que la estabi-lización emocional a través de la

terapia de juego y la mejoríaacadémica se produce en loshomeless a partir de la sesión14ª, mientras que en los demásocurre antes de la 10ª.

Para esta discípula del reco-nocido psicoanalista Charles E.Schaefer, “el primer paso esanotar a estos chicos en la es-cuela; la terapia de juego sóloes aplicable si están escolariza-dos”. Después viene el armadode una infraestructura dondeGobierno, ministerio de Edu-cación, universidades y otrosactores se ocupen desde eltransporte, el entrenamientode los terapeutas o de dotar alas escuelas de cuartos de jue-gos.

JUGAR. “ES UNA NECESIDAD BIOLOGICA. POR ESO UN CHICO QUE NO JUEGA NO ES NORMAL”.

Seminario enBuenos AiresA mediados de marzo, AnaSutton impartió en BuenosAires, invitada por la Fun-dación Procesos para Estu-dio e Invest igación delAprendizaje (FUNDPEIA),un entrenamiento de tresdías para personas interesa-das en la terapia de juego.Con su apoyo y el de la Aso-ciación Norteamericana deTerapia de Juego, FUND-PEIA intenta implementaren la Argentina un modeloparecido al de Nana ‘s Chil-dren, la organización sin fi-nes de lucro creada por Sut-ton en 2001. Información:www.nanaschildren.org ywww.fundpeia.com.ar.

Rubén A. ArribasESPECIAL PARA CLARIN