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CUENTO 63 Anexo N°1.28 Cuando yo tenía 4 años me regalaron un chanchito de barro que solo comía monedas. ¡Qué goloso el comelón! Las comía de dos en dos, de tres en tres y más me pedía. Cuando cumplí 5 años, las monedas ya no le cabían. Entonces le hice un hoyito a mi linda alcancía y las saqué. ¡Qué sorpresa! Yo no paraba de contarlas sobre la mesa. “¿Que me compraré con tanto dinero?”, me pregunté. Ya sé, tal vez los lápices de color que vi en la tienda y para mi hermanita el caballito de palo. Se lo dije a mi papá, pero él me dijo: ¡Qué va! No te alcanza el dinero todavía. Vamos a la cooperativa y lo pondremos a crecer. Ya verás TXH XQ EXHQ GtD YD D ÀRUHFHU FRPR ODV ÀRUHV GHO jardín. Es un juego de paciencia. Y así fue. Cada mes le hacíamos una visita y le dejábamos más monedas y monedas, que yo me ganaba cortando la hierba y regando las rosas y las azucenas. Tiempo después, ¡qué alegría! El dinero en la coope empezó a crecer. ¡En mi chanchito no crecía! Cuando cumplí cinco años fui por él y me dieron muchas más monedas y pude comprarme unos lápices de colores para mí y para mi hermana el caballito de palo que quería. Ella se puso muy feliz y yo, ¡ni se diga! —¿Te das cuenta?- me dijo papá- Ahorrar en la coope es un juego de paciencia que da mucha alegría. Y, ¿qué pasó con el chanchito? Lo estoy engordando otra vez, moneda tras moneda. Y cuando esté lleno de tanta comida lo voy a llevar donde ya sé: a la coope donde cuidan las monedas y les dan de comer para que crezcan. Mi chanchito se ha vuelto famoso. En la coope “Un juego de la paciencia” lo quieren y lo admiran. Dicen que si continúa comiendo así, al tiempo voy a tener más dinero para ponerlo a crecer. Y entonces, ¡voy a comprar lo que yo más quiera! Y, después, ¿qué compraré? Unas medias para mi papá y para mamá, un sombrero. Tal vez me alcance para irnos a pasear al puerto de Puntarenas para bañarme en el mar con toda la familia. Tal vez… —El trabajo y la paciencia son así – me dijo abuelita, un día. ¡Lo has hecho muy bien! Estoy muy orgullosa. Y me dio un beso y tres monedas. ¡Qué feliz se puso mi chanchito cuando le di de comer! Y yo, ¡ni se diga!

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CUENTO

63

Anexo N°1.28Cuando yo tenía 4 años me regalaron un chanchito de barro que solo comía monedas. ¡Qué goloso el comelón! Las comía de dos en dos, de tres en tres y más me pedía. Cuando cumplí 5 años, las monedas ya no le cabían. Entonces le hice un hoyito a mi linda alcancía y las saqué. ¡Qué sorpresa! Yo no paraba de contarlas sobre la mesa.“¿Que me compraré con tanto dinero?”, me pregunté. Ya sé, tal vez los lápices de color que vi en la tienda y para mi hermanita el caballito de palo.Se lo dije a mi papá, pero él me dijo: ¡Qué va! No te alcanza el dinero todavía. Vamos a la cooperativa y lo pondremos a crecer. Ya verás

jardín. Es un juego de paciencia. Y así fue. Cada mes le hacíamos una visita y le dejábamos más monedas y monedas, que yo me ganaba cortando la hierba y regando las rosas y las azucenas. Tiempo después, ¡qué alegría! El dinero en la coope empezó a crecer. ¡En mi chanchito no crecía!Cuando cumplí cinco años fui por él y me dieron muchas más monedas y pude comprarme unos lápices de colores para mí y para mi hermana el caballito de palo que quería. Ella se puso muy feliz y yo, ¡ni se diga!—¿Te das cuenta?- me dijo papá- Ahorrar en la coope es un juego de paciencia que da mucha alegría.Y, ¿qué pasó con el chanchito? Lo estoy engordando otra vez, moneda tras moneda. Y cuando esté lleno de tanta comida lo voy a llevar donde ya sé: a la coope donde cuidan las monedas y les dan de comer para que crezcan.Mi chanchito se ha vuelto famoso. En la coope

“Un juego de la paciencia”

lo quieren y lo admiran. Dicen que si continúa comiendo así, al tiempo voy a tener más dinero para ponerlo a crecer. Y entonces, ¡voy a comprar lo que yo más quiera!Y, después, ¿qué compraré? Unas medias para mi papá y para mamá, un sombrero. Tal vez me alcance para irnos a pasear al puerto de Puntarenas para bañarme en el mar con toda la familia. Tal vez… —El trabajo y la paciencia son así – me dijo abuelita, un día. ¡Lo has hecho muy bien! Estoy muy orgullosa. Y me dio un beso y tres monedas. ¡Qué feliz se puso mi chanchito cuando le di de comer! Y yo, ¡ni se diga!

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N°1.28: Cuento “Un juego de paciencia” de Floria Jiménez ilustrado.

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POLICELA COOPE

N°1.28: Cuento “Un juego de paciencia” de Floria Jiménez ilustrado.

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N°1.28: Cuento “Un juego de paciencia” de Floria Jiménez ilustrado.