angel cervera rodriguez teoria linguistica actual en la ngle 2011

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REVISTA CÁLAMO FASPE Nº 57 - ABRIL-JUNIO 2011 - PÁGINA 14 DIÁLOGOS DE LA LENGUA TEORÍA LINGÜÍSTICA ACTUAL EN LA NGLE INTRODUCCIÓN C omo todas las gramáticas, la NGLE es una obra analítica que trata de reflejar la for- ma de expresarse los hispanohablantes con sus variantes y peculiaridades Pero también ha sido calificada de “gramática moderna”, en el sentido de que está al día sin despegarse de- masiado de la tradición, y “descriptiva” a la vez que “normativa” Se ha procurado que descri- biera la lengua actual sin olvidar los usos anti- guos El mérito de esta gramática puede estar en la pretensión de aunar enfoques y aspectos diferenciados evitando contradicciones, como el de la unidad dentro de la variedad de usos, para lograr una obra cohesionada, integrada y coherente Se ha pretendido, ante todo, la complementariedad y el máximo equilibrio Todas las gramáticas académicas reflejan –en mayor o menor medida– el estado de co- nocimientos de la época a la que pertenecen Cada nueva edición ha tomado las anterio- res como punto de partida En el prólogo de la edición de 1920 se señala la necesidad de modificar el contenido de la edición anterior Sabemos que desde 1931 no se había elabora- do una gramática de la Academia, aunque ha habido varios intentos El último fue la publi- cación del Esbozo de una nueva gramática de la Lengua Española (1973), en la que participaron S Fdez Ramírez, que elaboró la parte de Fo- nología y Morfología, y S Gili Gaya, la Sintaxis Al no aceptarse como gramática académica, se produjeron otros intentos como el encargo a E Alarcos, que se tradujo en la Gramática de Lengua Española (1994), con el respaldo de la Academia pero sin reconocerla como gramáti- ca académica Por ello era necesario encontrar el proyecto adecuado con el apoyo necesario para llevar a buen término este empeño Esto sucedió en 1998 en México, donde la RAE re- cibió el encargo de la Asociación de las Aca- demias de elaborar una Comisión especial de Gramática y nombrar ponentes a Ignacio Bos- que Muñoz para la Morfología y Sintaxis y a J Manuel Blecua para la sección de Fonética y Fonología MÁS ALLÁ DE LA ORACIÓN GRAMATICALA diferencia de la Gramática de la Lengua Espa- ñola (1931), que habla de oración como expre- sión de un juicio lógico, y de El Esbozo, que la considera como unidad de sentido completo, la NGLE (2009 y 2010) pone en relación la oración –unidad gramatical– con el enunciado –unidad discursiva– Distingue entre oracio- nes y enunciados hasta llegar a una clasifica- ción de oraciones y de tipos de subordinación ÁNGEL CERVERA RODRÍGUEZ. Universidad Complutense. RESUMEN: La NGLE se ha convertido en la primera gramática académica desde 1931 y en la gramática panhispá- nica por excelencia. Toma como punto de partida la tradición a la que incorpora las nuevas investigaciones de la lingüística moderna. La NGLE describe las partes de la gramática, explica de forma detallada la estructura interna de las palabras junto con los procedimientos morfológicos y analiza la composición de los grupos sintácticos y de las estructuras oracionales. Para el análisis de las estructuras recurre al orden y a la combinación de palabras y de grupos de palabras. Palabras clave: gramática, lingüística moderna, morfología, sintaxis, palabra, categoría, pieza léxica, grupo sintáctico, enunciado, enunciación, subordinación y construcción. Abstract: The NGLE has turned into the first academic grammar from 1931 and into the grammar panhispánica excellent. Capture like point of item the tradition into which it incorporates the new investigations of the modern linguistics. The NGLE describes the parts of the grammar, makes clear of detailed form the internal structure of the words together with the morphologic procedures and analyzes the composition of the syntactic groups and of sentence structures. For the analysis of the structures it resorts to the order and to the combination of words and of groups of words. Keywords: grammar, modern linguistics, morphology, syntax, word, category, lexical piece, syntactic group, statement, enunciation, sentence subordination and construction.

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Angel Cervera Rodriguez Teoria Linguistica Actual en La NGLE 2011

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  • Revista Clamo FasPe n 57 - abRil-junio 2011 - Pgina 14

    DILOGOS DE LA LENGUA

    tEora linGstica actual En la ngle

    INTroDUCCIN

    Como todas las gramticas, la NGLE es una obra analtica que trata de reflejar la for-ma de expresarse los hispanohablantes con sus variantes y peculiaridades . Pero tambin ha sido calificada de gramtica moderna, en el sentido de que est al da sin despegarse de-masiado de la tradicin, y descriptiva a la vez que normativa . Se ha procurado que descri-biera la lengua actual sin olvidar los usos anti-guos . El mrito de esta gramtica puede estar en la pretensin de aunar enfoques y aspectos diferenciados evitando contradicciones, como el de la unidad dentro de la variedad de usos, para lograr una obra cohesionada, integrada y coherente . Se ha pretendido, ante todo, la complementariedad y el mximo equilibrio .

    Todas las gramticas acadmicas reflejan en mayor o menor medida el estado de co-nocimientos de la poca a la que pertenecen . Cada nueva edicin ha tomado las anterio-res como punto de partida . En el prlogo de la edicin de 1920 se seala la necesidad de modificar el contenido de la edicin anterior . Sabemos que desde 1931 no se haba elabora-do una gramtica de la Academia, aunque ha habido varios intentos . El ltimo fue la publi-cacin del Esbozo de una nueva gramtica de la

    Lengua Espaola (1973), en la que participaron S . fdez . Ramrez, que elabor la parte de fo-nologa y Morfologa, y S . Gili Gaya, la Sintaxis . Al no aceptarse como gramtica acadmica, se produjeron otros intentos como el encargo a E . Alarcos, que se tradujo en la Gramtica de Lengua Espaola (1994), con el respaldo de la Academia pero sin reconocerla como gramti-ca acadmica . Por ello era necesario encontrar el proyecto adecuado con el apoyo necesario para llevar a buen trmino este empeo . Esto sucedi en 1998 en Mxico, donde la RAE re-cibi el encargo de la Asociacin de las Aca-demias de elaborar una Comisin especial de Gramtica y nombrar ponentes a Ignacio Bos-que Muoz para la Morfologa y Sintaxis y a J . Manuel Blecua para la seccin de fontica y fonologa .

    ms all dE la oracin Gramatical A diferencia de la Gramtica de la Lengua Espa-ola (1931), que habla de oracin como expre-sin de un juicio lgico, y de El Esbozo, que la considera como unidad de sentido completo, la NGLE (2009 y 2010) pone en relacin la oracin unidad gramatical con el enunciado unidad discursiva . Distingue entre oracio-nes y enunciados hasta llegar a una clasifica-cin de oraciones y de tipos de subordinacin .

    nGEl CErvErA roDrgUEz. Universidad Complutense.

    RESUMEN: La NGLE se ha convertido en la primera gramtica acadmica desde 1931 y en la gramtica panhisp-

    nica por excelencia. Toma como punto de partida la tradicin a la que incorpora las nuevas investigaciones de la

    lingstica moderna. La NGLE describe las partes de la gramtica, explica de forma detallada la estructura interna

    de las palabras junto con los procedimientos morfolgicos y analiza la composicin de los grupos sintcticos y de

    las estructuras oracionales. Para el anlisis de las estructuras recurre al orden y a la combinacin de palabras y de

    grupos de palabras. Palabras clave: gramtica, lingstica moderna, morfologa, sintaxis, palabra, categora, pieza

    lxica, grupo sintctico, enunciado, enunciacin, subordinacin y construccin.

    Abstract: The NGLE has turned into the first academic grammar from 1931 and into the grammar panhispnica

    excellent. Capture like point of item the tradition into which it incorporates the new investigations of the modern

    linguistics. The NGLE describes the parts of the grammar, makes clear of detailed form the internal structure of

    the words together with the morphologic procedures and analyzes the composition of the syntactic groups and of

    sentence structures. For the analysis of the structures it resorts to the order and to the combination of words and

    of groups of words. Keywords: grammar, modern linguistics, morphology, syntax, word, category, lexical piece,

    syntactic group, statement, enunciation, sentence subordination and construction.

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    La gramtica es considerada como la parte de la lingstica que estudia la estructura de las palabras, las formas en que estas se enlazan y los significados a los que tales combinaciones dan lugar . Es, en suma, una obra de anlisis gramatical, considerada como una discipli-na combinatoria (2009: I, 4) . Ms an, para la NGLE la norma tiene hoy carcter policn-trico (2010: XLII), puesto que no representa el espaol de un pas concreto como modelo panhispnico, sino que describe las numerosas estructuras compartidas por la mayor parte de los hispanohablantes . Pero no olvidemos que el significado, del que se encarga la semntica, no es ajeno a la gramtica; de ah que, siguiendo in-vestigaciones lingsticas actuales, se hayan in-corporado aspectos de la lexicologa al anlisis gramatical y consideraciones pragmticas a la explicacin de muchas cuestiones gramaticales .

    Aun sabiendo que hay diferentes tipos de gramtica histrica o diacrnica, compa-rada, sincrnica, descriptiva, normativa, tra-dicional, funcionalista, formalista, generativa, cognitiva, aplicada o contrastiva y pragmtica, entre otras, la gramtica moderna basa la va-loracin de los datos en la consideracin de la gramaticalidad de una construccin y su co-rreccin idiomtica, que representa un factor de valoracin social . A ello contribuye tambin la observacin de construcciones agramatica-les, que no se ajustan a alguna regla o a alguna pauta sistemtica de la gramtica espaola (I, 8), aunque unas no se aceptan, como sucede en (1a) *Haban personas de todas clases; y otras s, como b) Todo son historias o c) Juan soy yo .

    unidadEs y nivElEs dE anlisisLa NGLE presupone cierta familiaridad con las unidades clsicas del anlisis gramatical, como clases de palabras (sustantivo, verbo, adjeti-vo), funciones sintcticas (sujeto, CD), informaciones morfolgicas (gnero, nmero, persona) o fonolgicas (vocal, diptongo, in-tensidad) y otras unidades similares . A su vez, ha incorporado terminologa procedente de las numerosas corrientes, escuelas y tendencias

    en la investigacin gramatical contempornea . En principio, la palabra constituye la unidad mxima de la morfologa y la mnima de la sintaxis . Para evitar la nocin grfica de pala-bra, da preferencia la NGLE a pieza lxica o unidad lxica (o lexa, en terminologa de B . Pottier), integrada por una o varias palabras e inserta en los diccionarios: (2) mesa o mesa camilla, cama turca o salto de cama (cierto tipo de bata) . Las palabras se unen formando lo-cuciones, que son piezas lxicas unitarias, (3a) Sala estaba de bote en bote, o bien grupos sin-tcticos, como en b) la casa, desde lejos, por el camino verde, santas pascuas, etc ., equivalentes a frases o sintagmas .

    Las oraciones se combinan para formar perodos, que constituyen agrupaciones ora-cionales: (4a) Si no ests de acuerdo, dmelo, y b) Entre otras cosas, estamos cansados . Se inclu-ye el trmino enunciado, como la unidad mnima, discursiva ms que segmental, capaz de constituir un mensaje verbal (I, 12) . As un grupo sintctico no oracional puede cons-tituir un enunciado: (5a) Est bien!; b) Bien; y c) Est claro? Eso s, las oraciones coinci-den normalmente con los enunciados, aunque las subordinadas no constituyen por s solas enunciados . Pero los enunciados no tienen por qu ser necesariamente oraciones . Entre los elementos bsicos del anlisis gramatical suelen distinguirse las unidades sustantivas (fundamentales o esenciales), que son enti-dades bsicas del anlisis, y las relacionales, unas de naturaleza paradigmtica o contrastiva contraste fonolgico, morfolgico y lxico y otras de naturaleza sintagmtica o combinato-ria, al establecer relaciones de incidencia: (6a) co-operar; o de modificacin, b) sano juicio o juicio sano . Tambin las unidades relacionales desempean funciones sintcticas (o relaciones de dependencia): sujeto, CD . Se diferencian de las categoras (o clases de palabras) en cuanto a que estn dotadas de propiedades morfolgi-cas y sintcticas . La concordancia es la expre-sin formal de varias relaciones sintcticas y la seleccin (o reccin) tambin es una relacin

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    que se establece entre dos unidades, como en (7a) Es bueno que hable o habla de ti, y en b) No sabe que o qu ve (diferencia de entonacin) . Se establecen tambin informaciones relacionales entre los pronombres y los grupos pronomi-nales mediante relaciones de correferencia, la anfora y la catfora (I, 13), como en (8a) He escrito a mi amiga para felicitarla y b) La he feli-citado a mi amiga por carta . Se trata de relacio-nes entre unidades sintcticas no contiguas .

    La gramtica analiza contenidos de diver-so tipo mediante informaciones gramaticales (o categoras gramaticales), asociadas a alguna nocin semntica: determinacin, referencia, pluralidad, cuantificacin Eso s, el signi-ficado lxico determina una parte de las po-sibilidades de combinacin de las palabras y contribuye a la estructura de la gramtica, al igual que las posiciones perifricas y el orden constituyen tambin unidades del anlisis gra-matical, aunque unas veces est determinado por principios formales de la sintaxis y otras se debe a factores informativos (nfasis o t-pico), como en (9a) De este asunto, ni hablar.; o la posicin de las palabras interrogativas y los grupos formados por ellos en b) De qu pen-sabas hablar? Y tambin tienen repercusiones significativas la colocacin del adjetivo respecto del sustantivo, la de los demostrativos y posesi-vos, la del sujeto respec-to del verbo, la del ad-verbio respecto del verbo o de la oracin, como en (10a) Est suficientemente contento o b) Est, sufi-cientemente, contento.

    clasEs dE palabrasEl trmino categoras gramaticales se usa en dos sentidos: uno equivale a clases sintcticas de palabras y otro se utiliza para hacer refe-rencia a la informacin gramatical contenida en los morfemas flexivos . Para identificarlas, se recurre a criterios morfolgicos, combi-natorios, semnticos, etc . Ahora bien, ciertas

    clases de palabras se establecen en funcin de agrupaciones transversales de las categoras . De acuerdo con el significado, se distinguen unidades lxicas, gramaticales y funcionales, aunque los lmites no siempre estn claros; y, atendiendo a la capacidad flexiva, las palabras pueden ser: variables (admiten flexin) e inva-riables (I, 44) . Los sustantivos denotan y sir-ven para caracterizar personas, animales, cosas reales o imaginarias, grupos, materias, accio-nes, cualidades y sucesos, por lo que pueden establecer relaciones de hiperonimia, hiponi-mia, sinonimia y antonimia . Desde el punto de vista sintctico, el sustantivo forma grupos nominales a los que corresponde diversas fun-ciones sintcticas . Los adjetivos modifican al sustantivo o predican de l aportando signifi-cados variados . Pueden dividirse en calificati-vos, que expresan propiedades de personas o cosas, y relacionales, entre los que incluye los gentilicios . Distingue, a su vez, los adjetivos restrictivos y no restrictivos, graduables y no graduables, intersectivos (11a) Es un arquitecto alto por un lado, profesin, y, por otro, esta-tura y no intersectivos (o intensionales), b) Es un arquitecto excelente incide sobre el ejercicio profesional, e inherentes o caracterizadores combinados con ser, como (12a) Juan es va-

    liente, y los episdicos o accidentales unidos a estar, b) Juan est contento . Los pronom-bres son palabras que se usan para referirse a las personas, los anima-les o las cosas sin nom-brarlos o sin manifestar el contenido lxico que les corresponde (l, que,

    le, eso) . Se llaman personales a los que ma-nifiestan rasgos gramaticales de persona para referirse al que habla y a aquel a quien se dirige en la conversacin . Se clasifican siguiendo cri-terios morfolgicos por la persona, el gnero, el nmero y el caso; morfofonolgicos por la tonicidad y sintcticos por la reflexividad . Los

    [ . . .] el significado lxico determina una parte de las

    posibilidades de combinacin de las palabras y contribuye

    a la estructura de lagramtica y otros factores

    de carcter informativo [ . . .]

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    verbos admiten gran nmero de subdivisiones porque aportan varias informaciones morfol-gicas y porque las relaciones de dependencia que contraen con otras secuencias articulan en buena medida la estructura de la oracin . As se distingue entre las formas personales (flexio-nadas, flexivas o conjugadas) y las formas no personales (no flexionadas, no flexivas, no conjugadas, no finitas, verboides) . Atendiendo a sus propiedades morfolgicas y sintcticas los verbos se suelen distribuir en varios grupos: regulares, irregulares, defectivos, tercioperso-nales (llover, haber, acontecer, ocurrir, suceder) . Por las funciones adscritas al verbo se pueden distinguir: transitivos (preparar), intransitivos (bostezar) y copulativos (ser) . Y se aaden los pronominales . Por la naturaleza nuclear o sub-sidiaria respecto de otra categora, se distingue entre los verbos plenos y auxiliares, divididos a su vez en varios grupos segn el tipo de pe-rfrasis . Semnticamente los verbos se agrupan en dos bloques: aspectuales (o eventivos), que expresan eventos o sucesos, acciones, estados o procesos, y nocionales, que incluye verbos con criterios semnticos variados: de percep-cin, de voluntad, de pensamiento, de lengua, de reaccin afectiva, etc . Los adverbios y lo-cuciones adverbiales expresan lugar, tiempo, cantidad o grado, modo, etc . y tambin puede ha-blarse de referenciales o de localizacin, como en (13a) entonces, actual-mente; de duracin b) brevemente, siempre; y de frecuencia, c) a menudo, semanalmente .

    En la tradicin gra-matical los indefinidos y numerales se incluan entre los adjetivos, pero en la lingstica mo-derna el concepto transversal de cuantificador se ha convertido en categora gramatical que expresa cantidad, nmero o grado . Se distin-guen los cuantificadores universales o fuertes (todo) y los no universales, indefinidos o d-

    biles (alguno) . Estos ltimos se subdividen en existenciales (ninguno), indistincin (cualquie-ra), numerales (cuatro), evaluativos (muchos) y comparativos (ms) . Los demostrativos perte-necen a ms de una clase gramatical, aunque algunos gramticos han hecho notar que les correspondera con mayor propiedad el trmi-no de mostrativos . Poseen flexin como los artculos y como muchos cuantificadores . Los demostrativos sealan a una persona, animal o cosa en funcin de su distancia respecto del hablante o el oyente . Los adverbios demostrati-vos pueden parafrasearse como los demostrati-vos y sustantivos temporales o locativos, como (14) aqu o en este lugar . Tanto los demostrativos como los posesivos constituyen la clase grama-tical de los determinantes o determinativos (I, 49) y, adems, puede ampliarse a los cuantifi-cadores prenominales (preceden al nombre), como (15) alguna vez, tres partes, mucho fro . En la actualidad, son muchos los gramticos que analizan los posesivos como una variante mor-folgica de los pronombres personales, pues-to que poseen rasgos de persona, adems de naturaleza referencial, como en (16) Cada ar-quitecto present su proyecto . Hay otros puntos de contacto entre personal y posesivo como la

    combinacin con la pre-posicin de: (17) No s si es mo o de usted . Al-gunos gramticos, ante los problemas que pre-sentaban, optaron por convertir en transversal la clase de pronombres; as se distingue entre pronombres sustanti-vos: (18a) Qu elegiste?, pronombres adjetivos:

    b) Qu libro elegiste? y pronombres adverbia-les: c) Cunto quiere? Un cruce similar suce-de con las palabras relativas, interrogativas y exclamativas . Los relativos llevan antecedente explcito o implcito . Como otras piezas lxi-cas, los relativos pueden encabezar un grupo sintctico, que se denomina grupo relativo:

    [ . . .] las oraciones coincidennormalmente con los

    enunciados, aunque lassubordinadas no constituyen

    por s solas enunciados . Pero los enunciados no tienen

    por qu ser necesariamente oraciones [ . . .]

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    (19) El coche que llega (I, 51) . El problema de las clases transversales puede extenderse a otras unidades en funcin de los criterios de clasifica-cin que se usen . As se incluiran la relacin de conjunciones y locuciones conjuntivas, como en (20) por ende, por consiguiente, por lo tanto . Las conjunciones constituyen una clase sintctica de palabra coordinante o subordinante, junto con las preposiciones, los adverbios o los pronom-bres; en cambio, los conectores (2010, 597) son una clase discursiva que puede estar formada por adverbios, preposiciones, conjunciones e incluso por segmentos ms complejos . Las interjeccio-nes se agrupan en varias clases en funcin de criterios semnticos y pragmticos (I, 45) .

    La NGLE introduce asimismo el trmino de expresiones lexicalizadas y semilexicaliza-das aplicadas a formas integradoras de varias palabras como las locuciones, que constituyen en el diccionario piezas lxicas . Pueden ser no-minales (21a) cabeza de turco, media naranja, pata de gallo; adjetivas b) de cuidado, corriente y moliente; y locuciones preposicionales, c) a bor-do de = sobre, en; a pesar de, frente a, gracias a; ad-verbiales, d) a rajatabla, a carta cabal, de golpe, en vilo; conjuntivas, e) con el fin de que, puesto que, si bien; interjectivas, f) en fin, ni hablar, a ver, ah va; y verbales, g) hacer migas, las paces, el canel . Ahora bien, hay un nmero elevado de expre-siones con diferentes grados de lexicalizacin, como en (22) a golpes, a martillazos, a pedradas; de buenas a primeras, de puerta a puerta, de flor en flor, de arriba abajo o de sol a sol. La clase gramatical a la que per-tenecen las locuciones no est determinada necesariamente por su estructura sintctica (I, 54) . No obstante, habla de construcciones con verbo de apoyo (o soporte, ligero o liviano), que aportan contenidos aspectuales al significado expresado por el sustantivo que los complementa, como en (23) echar una carrera, salir de pira, hacer alusin, tomar las de Villadiego cantar las cuarenta, sonar la flauta, etc . Las unidades lxicas son comparti-das por el lxico y la sintaxis .

    funcionEsPueden distinguirse tres clases de funciones: sintcticas, que se establecen mediante ndi-ces formales de los que da cuenta la sintaxis; semnticas, que especifican la interpretacin significativa que debe darse a determinados grupos en funcin del predicado del que de-penden: (24a) Antonio (agente) abri la puerta o b) La mesa (receptivo) presenta manchas pro-fundas; e informativas (foco, tpico), de natu-raleza lxica y pragmtica, que relacionan el contenido del mensaje con el discurso previo, aunque hay gramticos que no las consideran propiamente funciones (I, 63) . Por lo dems, el concepto de predicado se usa con dos sen-tidos: uno, tomado de la lgica, designa la ex-presin cuyo contenido se atribuye al referente del sujeto, y otro ms restrictivo, al interpretar los predicados como categoras que designan estados, propiedades o procesos en los que in-tervienen uno o varios participantes, como en (25a) El profesor de Filosofa explicaba la leccin de tica a sus alumnos, donde el verbo expli-car denota por su significado una accin que requiere la concurrencia de tres participantes: un agente, una materia y un destinatario, dife-rente a lo que ocurre en b) Una fina lluvia caa al atardecer o en c) La lluvia que caa al atar-decer era fina . Los participantes seleccionados por cada predicado en funcin de su signifi-cacin se denominan argumentos o actan-tes o actuantes, que introducen informacin

    exigida u obligada, como en (26a) Lo dice la prensa de hoy, b) Tu amigo se ha complicado la vida y c) De este tema no co-nozco el contenido bsico . A los argumentos les corresponden diversas funciones semnticas

    (agente, paciente, beneficiario, etc .) . Alarcos (1994: 282) considera que los complementos de medida, duracin, peso y precio son objetos directos, por lo que tienen valor argumental, como en (27) correr cien metros, durar tres horas, pesar un kilo o costar dos euros . A diferencia de los complementos argumentales, los modificadores

    Las unidades lxicasson compartidas

    por el lxicoy la sintaxis .

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    adjuntos (o complementos circunstanciales) proporcionan informaciones accidentales, al expresar el tiempo (28a) trabaja por las tardes; el lugar, b) construy una casa en la playa); la compaa, c) estudia con sus amigos; el instru-mento, d) escribe con rotulador; el provecho, beneficio o dao, e) compr un regalo a su ami-ga; el modo, f) baila con gracia; la cantidad, g) se esfuerza enormemente; la finalidad, h) ha ahorrado para una casa; y la causa , j) viaja por placer . La mayor parte de los complementos de lugar son adjuntos (29a) Escribi el libro en una mesa de cristal, pero algunos son argumentales, b) Vive en Pars desde hace tiempo . Se suele ha-blar de estructura argumental de un predicado al conjunto de sus argumentos . Ahora bien los predicados no son solo verbales . Tambin los sustantivos, los adjetivos y las preposiciones pueden tener argumentos, es decir, constitu-yentes exigidos por su significado lxico . La diferencia estriba en que casi todos los verbos tienen estructura argumental y solo algunos nombres, adjetivos, adverbios o preposiciones la tienen, (29a) Ha tomado la decisin de no acu-dir a la reunin o b) Es partidario de llamarlo a captulo . En la lingstica moderna se clasifican los predicados por el nmero de argumentos (o valencias) que exigen, es decir, por el grado de obligatoriedad u opcionalidad de los argu-mentos de cada predicado (I, 69) .

    oracionEs y Enunciados: EnfoQuE linGstico-praGmtico

    Las oraciones son las unidades mnimas de la predicacin, es decir, segmentos que ponen en relacin un sujeto con un predicado: grupo nominal y verbal (I, 71) . El enunciado es la unidad mnima de comunicacin que puede estar representada por una oracin, por una palabra o una manifestacin no verbal, como en (30a) La noche ha sido larga, b) De acuerdo!, c) Trato hecho o d) Vale!, por lo que los enun-ciados no son unidades necesariamente ora-cionales . Ahora bien, las oraciones se dividen en funcin de tres criterios: 1) por la actitud del hablante o modalidad de la enunciacin

    y del enunciado, se clasifican en declarativas, interrogativas, exclamativas, imperativas o ex-hortativas, dubitativas y desiderativas (I, 74) . No obstante, hay casos como (31) Te prometo que vendr, que no encaja en ninguno de estos tipos, porque se trata de un enunciado con va-lor realizativo (o performativo) . 2) En cuanto a la naturaleza del predicado, distingue estruc-turas transitivas, intransitivas y copulativas . A ellas se aaden las pasivas y las pronomina-les, entre ellas las reflexivas . Y 3) respecto de la dependencia o independencia sintctica de las oraciones (funcionalmente), las oraciones simples establecen una relacin predicativa, es decir, ponen en conexin un sujeto con un predicado; y las subordinadas dependen de al-guna otra categora a la que complementan o modifican . Tradicionalmente subordinada se opona a principal; y es aceptable si se entien-de que se hallan insertadas o incrustadas en las principales, por lo que resulta lo mismo de-cir, (32a) Lamento que las cosas estn as, que b) Lamento la situacin . Aunque la coordinacin y la subordinacin se establecen por distintos segmentos, como la relacin homocategorial y la heterocategorial respectivamente (2010: 606), los lmites entre una y otra no estn cla-ros siempre . Segn las conjunciones, se habla de coordinantes, disyuntivas y distributivas .

    Las oraciones subordinadas se clasifican, siguiendo la tradicin gramatical, en tres gru-pos: sustantivas, como en (33) Mencion que llegara hoy, adjetivas o de relativo, (34) Te he comprado un vestido del color que te gusta y ad-verbiales o circunstanciales: (35) Deja el libro donde lo cogiste; estas ltimas las incluye entre las formas adverbiales . Algunos gramticos sustituyen el trmino oracin subordinada por el de proposicin subordinada, concep-to que no se usa en la NGLE por pertenecer a la lgica y semntica . Las subordinadas sus-tantivas son argumentales . Dentro de las ora-ciones subordinadas incluye las sustantivas (o clusulas o proposiciones sustantivas), que ejercen funcin nominal y se incrustan en una oracin principal: (36) Los espaoles desean que

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    tEora linGstica actual En la ngle

    se resuelva cuanto antes la crisis . Estas oraciones constituyen argumentos, aunque hay algunas restricciones de verbos que rechazan el CD, entre ellos: creer, dudar, opinar, tratar, adver-tir, incidir forman parte del grupo las decla-rativas o enunciativas, las interrogativas indi-rectas y las exclamativas indirectas (II, 3226): (37a) S que est contento; b) Me alegra de que haya ganado, c) No tengo que/qu darte, d) Espe-ro pasar el curso y e) Confo en llegar a la meta . Las sustantivas presentan la construccin con o sin nexo, en forma personal o no personal . Y se pueden dividir de acuerdo con las funciones en: sustantivas de sujeto, de CD, de comple-mento de rgimen, etc . Incorpora los concep-tos de discurso directo e indirecto (II, 3280): el DD se orienta hacia la literalidad: (38a) Ortega dijo (marco): el teatro es un edificio semicircu-lar (cita directa) . El DI va desde el hablante, y el cambio de DD a DI est sujeto a tres tipos de alternancias dectivas: deixis personal, espacial y temporal: b) Ortega dijo que el teatro era un edificio semicircular.

    Las subordinadas de relativo (adjetivase refiere a funcin sintctica) van introducidas por un pronombre, adverbio o determinante relativo: (39) Solo hay una historia que debes contar . Puede ser relativa especificativa: (40a) Los documentos que se salvaron del incendio se-rn sometidos a revisin (solo), y explicativa, b) Los documentos, que se salvaron del incendio, sern sometidos a revisin (todos) Algunos au-tores llaman restrictivas a las especificativas y apositivas o incidentales a las explicativas (II, 3295) . Las relativas especificativas se distin-guen de las sustantivas en que las primeras no tienen valor argumental; as no es lo mismo decir (41a) No s la cantidad que Mara cobrar por su trabajo (tiene valor predicativo, no argu-mental) que b) Tengo la seguridad de que Ana co-brar por su trabajo (es argumento de seguri-dad) . El antecedente puede estar expreso, ser pleonstico e implcito; de ah que contengan aspectos discursivos (II, 3360), al aparecer un componente temtico o remtico en funcin de las propiedades del grupo nominal, como

    en (42) Al caballero que vamos a ver le llaman cantamaas . Adems incluye el concepto de relativas libres cuando aparece omitido el antecedente: (43) Quien bien te quiere te har llorar (II, 3298) .

    Las subordinadas adverbiales (o circuns-tanciales) constituyen el grupo ms polmico, de tal manera que las gramticas modernas con-sideran que no hay un paralelismo exacto con el adverbio, salvo en algunas de lugar, tiempo y modo, por lo que se producen cruces, como en (44) El libro est donde (en el lugar que) te dije, y, a su vez, suelen presentar formas inter-nas caractersticas, como el establecimiento de estructuras binarias, basadas en subordinan-te + oracin: (45a) Si no vienes, no te llamar otra vez o b) Porque me lo dices t, lo creo. A estas estructuras las denomina construccio-nes oracionales, distribuidas en comparativas restrictivas (46a) Perdimos el partido ms por fallos nuestros que por aciertos del contrario; y prototpicas, que son idiomticas o semiidio-mticas, en b) Es astuto como un zorro o c) Es obstinado cual abad medieval; en superlativas (47) El concierto result ms interesante de lo que se esperaba; y en consecutivas: (48a) Me moles-ta tanto su comportamiento que le odio . Incluye entre ellas las consecutivas suspensivas: b) Mi amiga es tan generosa . A ellas se une el grupo de construcciones que establecen relaciones de causa-efecto, como la causal interna (o de enunciado), como en (49a) Llueve porque esta zona est cerca de la montaa, o externa (o de enunciacin, causativa o explicativa), b) Llueve porque todos van con paraguas; la final interna (o de enunciado), en (50a) Ha ido al cine para distraerse, y externa (o de enunciacin), b) Ha ido al cine para que lo sepas . Las causales y fina-les pueden ser argumentales, (51a) Estn muy preocupados por pasar el curso; b) Se desviva por que su presencia fuera agradable; c) Los manuales para aprender son didcticos; y no argumentales: (52a) Se fue a su casa porque estaba cansado y b) Ha comprado una casa para pasar los fines de semana . A ellas aade la construccin ilativa (llamada tambin consecutiva), en (52) Ha-

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    DILOGOS DE LA LENGUA

    tEora linGstica actual En la ngle

    ca mucho fro, as que ha ido al cine, que est relacionada con las explicativas, como en (53) Cuando nos levantamos nevaba, as que no sali-mos . La conjuncin ilativa pues admite una gran variedad de usos discursivos . Se utiliza a menudo en la lengua coloquial como apo-yo para iniciar una respuesta o una rplica (II, 3524) . Las construcciones condicionales si y las concesivas aunque forman perodos que constan de una oracin subordinada (prtasis o condicionante o antecedente) y otra princi-pal (apdosis, condicionada o consecuente), como en (54a) Si llueve, llvate el paraguas y con perodo concesivo, como en b) Aunque ya ha acabado el mes de trabajo, no le han pagado . Las prtasis condicionales poseen propiedades referenciales que las oponen a las concesivas (II, 3536): (55) Me he comprado un traje para si voy de boda . A menudo se producen elipsis en los perodos condicionales y concesivos: (56a) Voy ahora, si no, me quedo en casa y b) Con hablar mucho, no se soluciona nada . Inclu-ye tambin las condicionales de cortesa, que constituyen un subgrupo de las ilativas, como en (57a) Si no te molesta, me voy a sentar y b) Si quieres mi opinin, est muy enamorado, y las condicionales de pertinencia, como en (58) Si sigues gritando, ah tienes la puerta . E inclu-so puede hablarse de expresin de nfasis en el perodo condicional: (59a) Si quiere verse guapa, no se preocupe de nada y b) Si no quiere hablar, que no hable . A veces nos encontramos con oraciones pseudocondicionales, cuando los perodos van encabezados por prtasis no hipotticas al usarse como recurso retrico para enfatizar: (60) Si t eres sabio, yo tambin . Al final se habla de las oraciones negativas, que sirven para expresar la falsedad de los estados de cosas, la inexistencia de las accio-nes, los procesos o las propiedades de que se habla, generalmente en relacin con las ora-ciones afirmativas correspondientes: (61) No dijo nada de nada . Considera la negacin como un operador sintctico similar al de los cuan-tificadores y determinados adverbios . Se trata de un elemento que condiciona o suspende la

    referencia de otras unidades . Resalta asimis-mo la importancia de los adverbios de foco, de enunciacin y de enunciado . El foco es una propiedad de ciertos operadores para enfatizar o poner de relieve una expresin (II, 2991), como en (62a) Fue el martes, y no otro da, el que estuve all y b) Fue a comer con sus abuelos, no con sus padres; a veces se expresan mediante frmulas reafirmadoras, como en (63a) Eso es lo que digo yo; o mediante la singularizacin del relativo, b) De Luisa es de quien ms me acuer-do; o condicionales enfticas, c) Si lo hace ser porque le gusta .

    En conclusinLa terminologa utilizada en la NGLE se funda-menta en las fuentes tradicionales, si bien se han incorporado muchos conceptos de la lingstica actual . Se mantiene la caracterizacin de la pala-bra como unidad compartida por la morfologa y la sintaxis . Aun as, aparecen otras unidades de anlisis como pieza lxica o unidad lxica, grupos sintcticos, frases o sintagmas, perodos oracionales, grupos oracionales, subordinacin, construccin, etc . Incorpora trminos procedentes de la prag-mtica, como enunciado (equivalente a unidad discursiva), tema, rema, tpico, foco, operador, modalidad del enunciado y de la enunciacin, discurso directo e indirecto, clases transversales, estructura argumental, valencia, construcciones con verbo de apoyo, expresiones lexicalizadas o semilexicalizadas, etc . Atiende, por ello, a las clases de palabras y a sus grupos sintcticos, in-cluyendo los conectores discursivos adverbiales (2010: 595), a las funciones sintcticas, semn-ticas e informativas y a las construcciones sin-tcticas fundamentales . n

    BIBlIogrAFA

    Alarcos Llorach, Emilio (1994): Gramtica de la lengua es-

    paola, Madrid, Espasa Calpe; RAE (1931): Gramtica de

    la lengua espaola, Madrid; RAE (1973): Esbozo de una nue-

    va gramtica de la lengua espaola, Madrid, Espasa Calpe;

    RAE (2009): Nueva gramtica de la lengua espaola, Ma-

    drid, Espasa Calpe, 2 vols; RAE (2010): Manual de la nueva

    gramtica de la lengua espaola, Madrid, Espasa Calpe .

  • Alicia est sentada junto a su hermana a la orilla del ro. De repente, ve pasar a un Conejo Blanco que va hablando solo y que se mete en su madri-guera. Sorprendida, Alicia decide seguirle, pero en su persecucin cae por un profundo agujero que la llevar hasta un mundo maravilloso.

    Don Juan Tenorio es el personaje ms clebre del teatro espaol. La historia de este burlador de mujeres comienza en los das de Carnaval y acaba en el Da de Difuntos. Don Juan es un seductor que se mofa de todos los valores sociales estable-cidos. Pero su vida cambiar al conocer a doa Ins. Gracias a su amor, el alma de don Juan se salvar de las llamas del Infierno.

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    El protagonista de este magnfico libro es un nio, Jim Hawkins. Su emocionante aventu-ra comienza el da en que un viejo marinero con la cara marcada

    por un sablazo llega a la posada de su padre. El cofre que transporta el desconocido contiene un extrao mapa, que Jim descubrir por casualidad. A partir de este momento, nuestro joven protago-nista emprender un arriesgado viaje en busca del tesoro del temido capitn Flint.

    La presente edicin recoge siete narraciones de Bcquer, consideradas por la crtica como inequ-vocas leyendas. La lectura de estos siete relatos llevar al lector a visitar diferentes pocas y am-bientes. Cada una de las leyendas nos ofrece un mundo mgico y legendario en el que caballeros, damas, espectros, escuderos, sombras, religio-sos... se enfrentan a sucesos en los que lo natural y lo sobrenatural se mezclan.

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    la isladel tesoro

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    RESEAS

    lEnGua y Escritura chinas:mitos y realidades.

    ROVIRA ESTEVA, Sara. Lengua y escritura chinas. Mitos y rea-

    lidades. barcelona, Editorial bellaterra, 2010. 480 pginas

    El contenido de esta obra abarca distintas disci-plinas: Lingstica contrasti-va chino-espaol, Lingstica General, Lingstica Aplica-da a la enseanza del chino a espaoles y del espaol a chinos, Traduccin e Inter-pretacin, Sociolingstica, Geografa Lingstica y Lin-

    gstica Aplicada a la Informtica . El libro es claro y pedaggico, y est dirigido a un pblico muy am-plio: a estudiantes de chino, a profesores de chino de secundaria y de universidad, a investigadores y a to-dos aquellos que, sin tener conocimientos de chino, sienten curiosidad por acercarse a esta lengua .

    El diseo de la cubierta se debe a de ferran Carles y Montse Planas . En ella se muestra un tecla-do de ordenador con los mtodos de codificacin ms utilizados . En la parte superior izquierda apa-recen las letras del alfabeto latino (empleadas para escribir en ingls o en cualquier otra lengua alfa-btica, y tambin para transcribir el pinyin, mtodo oficial y representativo de China continental), y en la parte superior derecha el zhuyinfuhao o bopomofo (utilizado en Taiwn) . Junto a esos dos sistemas de introduccin de datos de base fontica, se encuen-tran otros dos basados en el aspecto grfico de los caracteres: en la parte inferior izquierda el mtodo Can1 Ji, y en la parte inferior derecha el mtodo D Y () . La cubierta resulta, pues, sencilla y, a la vez, profunda, muy representativa de los temas que se van a tratar a lo largo de las 480 pginas de las que consta el libro .

    Sara Rovira se propone 2 objetivos esenciales, aunque no exentos de dificultad: acabar con la in-

    exactitud terminolgica y con los mitos . Ambas ca-ractersticas, si bien se han extendido por occidente a lo largo de los siglos a la hora de describir la lengua china, se acentan en el mbito hispanohablante por la falta de una slida y dilatada tradicin acadmica sobre Estudios de Asia Oriental en general, y sobre China en particular . La autora se propone tambin de-rribar numerosos mitos sobre la lengua china que se han reproducido hasta la saciedad, sin llegar siquiera a cuestionarlos . Entre ellos, p .ej ., el que la escritura china plasma dibujos o ideas, como si se encontrara en un estadio de protoescritura (idea reproducida a lo largo de los siglos, incluso en crculos acadmicos y sinolgicos) . Adems, lo novedoso de la presente obra es que aborda la lengua y la escritura chinas des-de un enfoque interdisciplinar, que presenta un estudio tanto sincrnico como diacrnico, y que explica la si-tuacin de uso en las diferentes comunidades snicas (es decir, en China, Taiwn, Hongkong y Singapur) .

    El libro est dividido en 7 partes . La 1 est de-dicada a la escritura china, fascinante para unos, y frustrante y maldita para otros . Ah se nos habla de su origen, de cmo se desarroll independientemen-te y con posterioridad a la lengua oral, de los princi-pios de formacin de los caracteres, de los elementos estructurales de los caracteres, de si es una escritura pictoideogrfica, logogrfica o morfosilbica, del n-mero de caracteres y de la reforma de la escritura (su simplificacin grfica y fonetizacin) . La 2 parte est dedicada a los orgenes y evolucin del chino estn-dar (lo que comnmente se denomina mandarn) . Sara Rovira nos explica cmo se ha forjado a lo largo del tiempo el concepto de lengua estndar, cmo estn-dar oral y escrito se fueron alejando hasta constituir dos entidades perfectamente diferenciadas, cmo han vuelto a converger y, finalmente, con qu criterio se ha establecido la base del estndar oral contemporneo por una parte, y del escrito, por otra, en las comuni-dades de China, Taiwn, Hongkong y Singapur . Toda

    consuElo MArCo MArTNEz. Universidad Complutense.

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    lEnGua y Escritura chinas: mitos y realidades.

    la parte dedicada a la promocin y establecimiento del estndar oral moderno ha sido planteada de for-ma apasionante, as como la dedicada a la influencia occidental (es lo que se llam occidentalizacin del chino o europeizacin de la gramtica china) a nivel morfolgico, lxico, sintctico, ortogrfico y tipogrfi-co . Empez en 1919 con el Movimiento 4 de Mayo y fue, en gran parte, fruto de traducciones al chino de obras en lenguas extranjeras . Nos habla tambin del diseo, a finales de la dcada de los 80, aunque no se generalizaron hasta mediados de los aos 90, de dos tipos de exmenes de lengua estndar para estimular su aprendizaje y uso ajustado a la norma: el Putonghua shuiping ceshi (PSC: para los chinos de etnia han o cuya lengua materna es otro geolecto chino) y el Hanyu shuiping kaoshi (HSK: para extranjeros y ciudadanos chinos pertenecientes a etnias cuya lengua materna no es ningn geolecto chino) .

    En la parte 3, centrada en el chino estndar contemporneo, Sara Rovira nos ofrece una pano-rmica de las principales caractersticas gramaticales del chino estndar contemporneo desde el punto de vista fonolgico, lxico, sintctico, semntico, discursivo y pragmtico . En alguna ocasin recurre a un enfoque contrastivo con el castellano y pun-tualmente con el cataln . De forma razonada, per-fectamente argumentada, acaba con los mitos de que el chino carece de gramtica y de que es una lengua monosilbica . Distingue, lo que es esencial para el anlisis gramatical, entre carcter, morfema, s-laba y palabra . Todo se trata de forma contextua-lizada, adoptando los criterios que gozan de mayor consenso dentro de la academia china y sealando las dificultades a las que tiene que hacer frente toda descripcin de la lengua china contempornea . Entre stas destaca: 1 . La diversidad interna, tanto dentro del geolecto del norte como entre los diferentes estn-dares que coexisten en los territorios donde se habla chino (principalmente los de China y Taiwn) . 2 . El que tradicionalmente las descripciones del chino no hayan diferenciado entre lengua oral y escrita (aun-que por defecto suelen referirse al discurso escrito, que es la variedad alta y prcticamente la nica estu-diada) . 3 . El que los estudios gramaticales sean, por defecto, ms de carcter prescriptivo que descriptivo .

    4 .- El que se trate de una lengua regida a la vez por convencionalismos histricos y una gran libertad de uso que expande hasta sus lmites toda norma y que ha ido acumulando a lo largo de la historia formas sintcticas, morfolgicas y lxicas sin desechar nin-guna . 5 .- El que los estudios gramaticales constituyan una disciplina joven en China, con muchos frentes abiertos y numerosas cuestiones por resolver sobre las que no existe an consenso .

    La parte cuarta est dedicada a las lenguas y dialectos que se hablan en China, especialmente los que tienen una filiacin gentica comn y constituyen lo que comnmente se conoce como chino, pero tambin se mencionan datos referentes a lenguas de otras familias presentes en China cuyo uso y promo-cin estn, en teora, amparados por la Constitucin . La clasificacin, de elaboracin propia, que establece de las lenguas snicas en relacin con otras lenguas y familias de lenguas, queda sumamente clara . Me refiero a la diferenciacin entre: 1 .Sistemas o familias de len-guas (no relacionadas entre s) . 2 . Grupos o subfamilias de lenguas (relacionadas entre s) . 3 . Lenguas o geolec-tos (variantes mutuamente ininteligibles) . 4 . Dialectos (variantes en teora mutuamente inteligibles) . En el caso del chino y sus variantes, Sara Rovira analiza sus caractersticas fonolgicas, morfolgicas, sintcticas y lxicas, en relacin con el estndar . Y aqu aborda dos cuestiones directamente vinculadas con el mito de la universalidad: la inteligibilidad entre las diferentes va-riables del chino y en qu consiste su forma escrita, en caso de que exista .

    La parte 5, la situacin sociolingstica actual en las distintas comunidades chinas la autora analiza las actitudes y usos lingsticos en relacin con el es-tndar llevados a cabo en China continental, Taiwn, Hongkong y Singapur . En segundo lugar, realiza un anlisis descriptivo y contrastivo de los estndares vigentes (desde el punto de vista fonolgico, morfo-sintctico y lxico), reflejo de una realidad policn-trica . A continuacin, revisa los sistemas de trans-cripcin fontica del chino ms utilizados en el mundo y dedica un captulo a presentar los distintos sistemas de transcripcin heredados del pasado y que an cir-culan actualmente tanto en el seno de las comunida-des chinas como en el resto del mundo en nombres

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    lEnGua y Escritura chinas: mitos y realidades.

    propios, catlogos de bibliotecas, obras literarias sin-fonas, etc . Por su relevancia, y por tratarse del sistema de transcripcin oficial de la RPC, Sara Rovira analiza especialmente la ortografa, el uso social y las ventajas e inconvenientes del pinyin, y sus diferentes mbitos de aplicacin: la indexacin de diccionarios, libros de texto de lengua estndar, catlogos de bibliotecas, manuales para el aprendizaje de lenguas extranjeras, transmisin de informacin por parte de las agencias de noticias, introduccin informtica de datos, etique-tado industrial y comercial, nombres de calles, medios de transporte, carteles y tarjetas donde aparecen nom-bres propios, escritura para invidentes Braille, lengua de signos china, etc . Luego presenta y analiza las rela-ciones jerrquicas entre las distintas variantes lingsti-cas en uso, que dan lugar a comunidades diglsicas o bilinges, donde incluso coexisten ms de un sistema grfico u ortografa . finalmente, se apuntan las polticas lingsticas ms relevantes de las ltimas tres dcadas en China continental, Taiwn, Hongkong y Singapur, porque han contribuido a configurar la situacin actual y pueden ayudar a hacernos una idea de cules van a ser las tendencias futuras . Los estndares de las tecnologas de la informacin requieren altos niveles de coherencia y precisin, y giran en torno a 3 ejes principales: unifi-cacin de la forma grfica de los caracteres, fijacin del orden de los trazos y limitacin del n de caracteres .

    La parte 6, el chino en el contexto internacio-nal, ofrece informacin sobre los puntos de contacto y divergencias entre los diferentes sistemas de escritura presentes en los principales pases de Asia oriental, es decir, Japn, Corea y Vietnan, y el papel que ha teni-do el chino en ellos . Asimismo, se incluye un captu-lo dedicado a la interaccin de los hispanohablantes con los chinos desde el punto de vista lingstico, en donde Sara Rovira responde a una serie de preguntas que nos hacemos con frecuencia: el chino, el corea-no y el japons se escriben igual?, pertenecen todos a la misma familia de lenguas?, qu trminos hay en castellano de origen chino?, cmo traducir los chi-nismos al castellano?, qu sistema de transcripcin fontica para el chino hay que utilizar?

    La parte 7 trata del chino y el progreso cien-tfico-tcnico . El dedicar una parte de esta obra a defender la validez del chino para el lenguaje cient-

    fico-tcnico la justifica la autora, por un lado, por la existencia de mitos que lo cuestionan o incluso lo nie-gan y, por otro, por las caractersticas de su sistema de escritura, que ha planteado una serie de dificultades que no plantean las lenguas alfabticas . Por tanto, re-pasa alguno de los argumentos esgrimidos para acusar a la lengua y a la escritura del retraso de China en el surgimiento de la ciencia moderna . Tras una convin-cente argumentacin, Sara Rovira concluye que las ca-pacidades individuales de los chinos, por una parte, y el progreso cientfico-tcnico de China como pas, por otra, estn ms asociados a factores socioculturales y econmicos que a una predisposicin marcada por su lengua o escritura . Profundiza tambin en la cuestin de la ordenacin y la codificacin de los caracteres, ntimamente ligada a los mtodos de indexacin, con-sulta y procesamiento informtico (sistema de claves, de nmero de trazos, de las cuatro esquinas, de base fontica como el pinyin o el zhuyinfuhao y otras alter-nativas como el reconocimiento ptico de caracteres o el reconocimiento del habla) . Para finalizar, aborda algunas cuestiones relacionadas con las tecnologas de la informacin y la comunicacin directamente vin-culadas a la lengua y la escritura (el apartado de los usos especiales de los jvenes para comunicarse en diferentes contextos de internet y de telefona mvil es tambin interesante, y muy creativo) . Las dificultades que se plantean son muchas y se hace necesario ir ms all del carcter como unidad bsica; hay que saltar e ir hacia un anlisis textual ms holstico, centrado en la palabra, en la oracin o, incluso, en el pargrafo y el texto . Adems, como ella menciona, es tambin necesaria la alianza de los lingistas con la industria de las tecnologas de la informacin, y crear estndares que sirvan simultneamente a varios propsitos y que aprovechen al mximo la cooperacin internacional . En definitiva, Sara Rovira sienta con esta obra una base importante para futuros estudios, por lo que ser de consulta obligada para todos aquellos que realicen algn trabajo de investigacin en el campo de la Lin-gstica Contrastiva chino-espaol, de la Lingstica Aplicada a la enseanza del chino a espaoles y del espaol a chinos, de la Traduccin chino-espaol, de la Sociolingstica y Geografa Lingstica chinas y de la Lingstica China Aplicada a la Informtica . n

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    RESEAS

    dos obras sobrE las GuErras dE flandEs

    CORTIJO OCAA, Antonio. Don Carlos Coloma de Saa.

    Las Guerras de los Estados Bajos. Madrid: Ministerio de

    Defensa, 2010. 766 pp. ISbN: 978-84-9781-551-2.

    CORTIJO OCAA, Antonio & GMEZ MORENO, ngel.

    Bernardino de Mendoza. Comentarios de lo sucedido en las

    Guerras de los Pases Bajos. Madrid: Ministerio de Defen-

    sa, 2008. 642 pp. ISbN: 978-849781-459-1.

    Estos dos volmenes, aparecidos en 2008 y 2010, deben leerse como parte de un mismo proyecto de investigacin que consiste en la explo-racin de la literatura panfletaria antiespaola pro-ducida en Europa (fundamentalmente en Inglaterra, aunque tambin en Holanda y francia) en la cen-turia que abarca de ca . 1550-1650 . Entran, pues, dentro del campo de los estudios culturales y ms en concreto de la literatura crtica preocupada por desentraar la creacin y el sostn ideolgicos que dieron nacimiento al Estado moderno . Se sitan, de aadidura, en un campo que participa por igual de la teora retrico-histrica, pues ataen a la escritura de la historia, y al campo de la discusin reformista, pues se sitan de lleno en la rbita de las disputas religiosas entre protestantes y catlicos . Al insistir en las motivaciones econmicas de muchos de los hechos narrados, los dos volmenes presentan una visin de conjunto de la poca que analiza el exacer-bamiento del fundamentalismo religioso dentro de unas claras coordenadas econmicas .

    El motivo que sirve de excusa a los dos vol-menes es la edicin de dos obras histricas sobre las guerras de flandes escritas por dos participantes en las mismas en calidad de soldados, Bernardino de Mendoza, embajador de Espaa en Inglaterra y francia, y Carlos Coloma de Saa, igualmente emba-jador ante Jacobo I en la corte inglesa . Las dos obras son los Comentarios de don Bernardino de Mendoa de lo sucedido en las guerras de los Pases Baxos, desde el ao de 1567 hasta el de 1577 y Las guerras de los Estados Bajos, respectivamente (1591 [1592; 1622 [1625]), la segunda continuacin de la primera al iniciar su relato histrico en el momento en que la dejara la de Bernardino de Mendoza . La edicin de dichas obras se justifica por lo raro de las ediciones

    previas, la de Bernardino en el siglo XIX dentro de la Biblioteca de Autores Espaoles en un ejemplar de difcil consulta, la de Coloma de Saa nunca ree-ditada desde el siglo XVII en que vio la luz por vez primera . Ambas obras, extenssimas (de ms de 500 pginas cada una) estn editas con criterios filolgi-cos de rigor y anotadas abundantemente, dndose indicacin en las notas de circunstancias, personas, nombres propios, etc . con una bibliografa que re-sulta poco menos que pasmosa .

    Pero el plato fuerte en ambas obras lo cons-tituyen los dos prlogos, por llamarlos de alguna manera, de 200 pginas cada uno, que son en reali-dad dos monografas firmadas por Antonio Cortijo Ocaa (con la colaboracin de Gmez Moreno en la primera) . Los dos, asimismo, deben leerse como continuacin el uno del otro . Tomando como pun-to de partida que ambos personajes (Bernardino de Mendoza y Carlos Coloma) sirvieran en calidad de embajadores de Espaa en Inglaterra, el autor pasa revista a la biografa de cada uno de ellos y analiza sus dos obras histricas dentro del conjunto de la produccin total escrita de cada uno de ellos (no realizada hasta la fecha), as como en su periplo vital y en el de la Europa coetnea . Y la labor de ambos se interpreta como ejercicio de una Razn de Estado que vela por los intereses nacionales dentro de un cometido vital que participa por igual de la espada y de la pluma . Su conexin inglesa, igualmente, da ocasin para analizar el papel de Inglaterra en los sucesos de flandes, el involucramiento no oficial de Isabel I en las guerras de los Pases Bajos, el en-frentamiento con el imperio espaol por cuestiones de inters estratgico y particularmente por motivos econmicos, y la campaa de desprestigio de Espa-a que, fomentada desde el poder, se produce en las prensas inglesas (y europeas en general) entre 1550-1650 . El volumen de Bernardino de Mendoza refie-re en concreto a las publicaciones de 1550-1600; el de Carlos Coloma al de las de 1600-1650 .

    Para Antonio Cortijo el problema blico de flandes engrendra uno poltico e ideolgico, ba-sado en la idea de la justificacin de la guerra por parte de las potencias enfrentadas . En esa situacin

    vicEntE MArTINEs. Universidad de Alicante, IVITRA.

  • dos obras sobrE las GuErras dE flandEs

    Revista Clamo FasPe n 57 - abRil-.junio 2011 - Pgina 27

    RESEAS

    resulta un hecho clave el que tanto en Holanda como en Inglaterra la poblacin sea reducida y que el poder en ambas no est firmemente asentado, siendo su poltica titubeante, tibia e indecisa, por cuanto una parte numerosa de la poblacin es mar-cadamente catlica . Asimismo, la situacin inicial de rebelin en Holanda ante el poder legtimo espa-ol contiene un germen peligroso de revolucin poltica e ideolgica, pues la relacin legal entre poder sujeto del poder, monarca sbdito se ve en peligro (y con ello la razn de ser del Estado mismo) de aceptarse como justa la rebelin holan-desa o la justificacin de la unin Iglesia-Estado en a Inglaterra isabelina . En Inglaterra la situacin adopta unos tintes parecidos, con el agravante de que la economa inglesa en su conjunto en la se-gunda mitad del siglo XVI est en peligro por la situacin de bloqueo econmico de facto a que Espaa tiene some-tida a Inglaterra tanto en el conti-nente como en Amrica . El apoyo ingls, pues, a la causa rebelde holandesa, dice el autor, obedece menos a factores religiosos que a econmicos . En cualquiera de los dos casos, tanto en Holanda como en particular Inglaterra la prensa se convierte en un nuevo instru-mento blico cuyo cometido es convencer a la opinin pblica na-cional e internacional de la mal-dad del enemigo espaol, lo odioso del carcter hispano, la brutalidad del Imperio espaol y el fanatismo de sus ideas religiosas:

    [Son] una profusa avalancha de obras que desde las prensas in-glesas [] ofrecen al pblico una imagen de Espaa caracterizada por la barbarie, la atrocidad, la brutalidad, la sed de dinero, etc ., todo ello dentro del campo ms general de la demonizacin de lo hispano y lo ca-tlico . (16)

    Cortijo interpreta esta literatura, compuesta de unos 300 panfletos, menos como reflejo de una realidad (es decir, como literatura histrica) que

    como literatura propagandstica, cuya funcin tiene un cometido claro dentro del clima blico . Para la historia ulterior es de relevancia el que esta litera-tura sea responsable de la creacin de un concepto al que se ha llamado leyenda negra, cuyo sentido queda obscurecido si no se estudia y analiza en su contexto de creacin .

    El plato fuerte de ambos estudios est consti-tuido por el anlisis minucioso y documentadsimo del corpus de panfletos, escritos en ingls (y neer-lands, francs, italiano y latn) y cuya autora es obra en muchos casos de individuos desafectos a la causa espaola, en particular sacerdotes refor-mados espaoles obligados a huir de la Pennsu-la Ibrica por miedo a la Inquisicin . Este corpus nunca haba sido analizado hasta la fecha en su integridad y proporciona materia prima para el

    que es un anlisis concienzudo de la imbricacin entre poltica, ideologa, religin, propaganda y economa en la poca . Solo del estudio de estos documentos pri-marios puede extraerse informa-cin para el anlisis del germen de la leyenda negra, as como para el conocimiento de los intrn-gulis del poder y el desarrollo de la construccin de una cam-paa propagandstica basada en las ideas de miedo y terror a un enemigo al que se construye y fic-cionaliza en trminos apocalpti-cos . Cortijo traza paralelos entre dicha campaa y otros momentos histricos en que el Estado ha eri-gido la prensa escrita en efectiva maquinaria blica, dando forma a la conciencia colectiva al ente-ro arbitrio del Estado . En suma,

    religin y economa, ambos temas analizados con abundancia en la literatura referente a la poca Moderna, se anan en este apasionante y docu-mentadsimo libro con los de ideologa, propagan-da y construccin de la nacin, buceando en una poca apasionante y aadiendo un perfil novedoso al anlisis de la misma . n

    Losa de la iglesia de Torija . OBIIT D . BERNARDINUS A MENDOZA ANNO

    M 604: 3 . DIE AVGVSTI

  • Revista Clamo FasPe n 57 - abRil-junio 2011 - Pgina 28

    RESEAS

    los chuEtas

    CORTIJO OCAA, Antonio & DURN COGAN, Mer-

    cedes. Religin y economa. Los chuetas y la Inquisicin de

    Mallorca. Nuevos documentos. Publications of eHumanista, 2.

    Santa brbara, CA: University of California, 2011.

    La historia econmica ayuda a entender acon-tecimientos polticos y sociales de muy di-versa ndole . Este libro es prueba de ello, toda vez que sus autores apelan, precisamente, a esa tcnica historiogrfica para estudiar a los chuetas (xuetes) mallorquines, herederos de la comunidad juda de esa isla, que recibi el bautismo en las primeras d-cadas del siglo XV . Como bien sabemos, tras siglos de marginacin y rechazo, los chuetas constituyen un grupo perfectamente diferenciado en la sociedad mallorquina del presente .

    El punto de partida de esta investigacin es el reciente hallazgo de un cuaderno inquisitorial que recoge los bienes embargados a los chuetas en varios procesos inquisitoriales del siglo XVII . Contra ese acoso, los chuetas solo se atrevieron a reaccionar en la centuria siguiente; y lo hicieron con un escrito en el que solicitaban el levantamiento de todas las barreras legales que les impedan ejercer sus derechos y limi-taban su acceso a determinados puestos . La peticin, remitida a Carlos III y analizada por el Consejo Real, deriv en un litigio que involucr a todos los gru-pos de poder de Mallorca . Carlos III acab fallando a favor de los chuetas, lo que marc un antes y un despus para los individuos de la calle .

    Antes de nada, aqu se traza un perfil eco-nmico y social de los chuetas, dedicados en su mayora a la venta al detall y la orfebrera, aunque tambin aparecen grandes figuras de las finanzas y aseguradores de compaas navieras . Esta ltima ac-tividad, posible gracias a los contactos que los chue-tas mantenan con la dispora sefard, justifica por s sola la slida posicin de que gozaban algunos de sus miembros en la sociedad mallorquina . Ese poder, no obstante, se vea limitado por su estigma religioso, que justificaba las sacas o sangras de sus arcas por parte de sus enemigos de siempre, ampa-rados en argumentos teolgicos y morales; de todo ello dan fe los libros de cuentas de la Inquisicin,

    exhumados precisamente por los autores de este apasionante trabajo .

    El captulo dedicado a los sefarditas y las redes comerciales europeas en los siglos XVI y XVII es de particular importancia . Judos y conversos tejieron un complejo entramado econmico y cultural que puso en relacin a Livorno, Marsella, msterdam y Palma de Mallorca, entre otros puertos de mar . Ahora bien, estos no son los nicos factores dignos de te-ner en cuenta; de hecho, si se ignora el mesianismo sabatiano, resulta imposible entrever siquiera el uni-verso de referencia, el imaginario y los anhelos de los chuetas . Ciertamente, el anuncio del advenimiento del Mesas, un tal Natan de Gaza, explica el rebrote de ciertas prcticas criptojudas en Mallorca ya en-trado el siglo XVII; en ello, cabe ver entremezclada una verdadera conciencia juda con un sentimiento de otredad respecto de la mayora cristiana, que los haba marginado y perseguido .

    Los autos de fe de los aos 1679 y 1691, los ms numerosos en la historia chueta, se saldarn con un elevado nmero de condenados, con la correspon-diente incautacin de sus bienes . En este contexto, se enmarca su fallido intento por escapar de Mallorca en un mercante ingls, suceso que inspir a Carme Riera en su justamente clebre Dins el darrer blau . Los chue-tas lograrn reponerse a pesar de la dureza de los gol-pes; es ms, a mediados del siglo XVIII, gozan de una posicin tan slida que se animan a presentar sus que-jas al propio monarca a travs de la citada peticin .

    Vuelvo al inicio . La principal aportacin de este libro es que pone de manifiesto, y lo hace en ms de un sentido, las conexiones entre capital e ideologa, entre religin y economa; para ello, se editan y con profusin de notas varios documen-tos suficientemente conocidos, como la Apologa de Miguel de Lardizbal y la Fe triunfante de francis-co Garau, junto a otros desconocidos por completo, como una Historia de los judos de Mallorca y el men-cionado Llibre de la caxa de la recepta del Santo Oficio . As arropada, esta investigacin adquiere el rigor que confiere el uso del documento, valor primordial que se suma a otro aadido pero igualmente importante: un discurso trabado, coherente y hasta ameno . n

    tErEsa JIMNEz CAlvENTE. Universidad de Alcal.

  • ficcionEs mEdiEvalEs

    Revista Clamo FasPe n 57 - abRil-.junio 2011 - Pgina 29

    RESEAS

    ROMANO, Julio Csar, El libro de Sykem, Madrid, Pala-

    bra, 2009; El autntico Grial, Madrid, Palabra, 2007; El

    pozo de los mil truenos, Madrid, Palabra, 2006.

    Hace unas semanas supe del autor, colega nuestro, a travs de facebook . Despus, consult su blog (http://novelainfantilyjuvenil .blogspot .com/) . Aunque la Literatura juvenil no es mi fuerte, me sent atrado por tres novelas suyas de ambientacin medieval (http://www .clubdellector .com/fichalibro .php?idlibro=8175) . Me pudo la deformacin profesional .

    Se trata de tres narraciones medievales en un sentido muy lato . No busquis ah novela histrica ni exactitud en la ambientacin . Pero, en lo esencial, el mundo que rodea a Climo, Yago y Rodrigo, prota-gonistas de los tres relatos, es sustancialmente el del imaginario romntico-medieval, que sigue vigente en la Literatura y el mundo audiovisual y que, como demuestra el sostenido boom de la novela histrica medievalizante, nos sigue fascinando .

    Son tres novelas giles, llenas de accin; es-pecialmente gustar ms a los lectores jvenes, El pozo de los truenos, la ms cinematogrfica de las tres . El denominador comn es su gnero: se trata de narrativa pica, con los ingredientes de siempre: hroe, colectividad afligida por un mal del que debe triunfar y subtramas de amistad y enamoramiento, que humanizan al protagonista .

    La pica sigue siendo fecunda, como lo son la peripecia y el viaje, materiales narrativos tambin presentes en estos relatos . Solo en El pozo la fantasa y la magia lo son tambin, por lo que podramos ca-racterizarla como fantasa pica . Las otras dos estn ms cerca de la novela clsica de aventuras, con la que tantos que hemos tenido una infancia feliz nos acercamos al fascinante mundo de los libros .

    La Modernidad fue edpica, mat al padre . La postmodernidad, hurfana, necesita recuperar sus an-cestros y la tradicin cultural, en el sentido ms am-plio y positivo de la expresin . Y los hroes son parte sustancial de esa tradicin . La idea no es ma . Se la rob, all por 1985, al filsofo Alejandro Llano, cuan-do me fascin en una conferencia pronunciada en Barcelona ante varios centenares de universitarios .

    Por el argumento, me quedo con El autntico Grial, si bien la ms perfecta de las tres es, sin duda, El libro de Sykem . Auguro al autor, que tan bello nombre parlante tiene (no es un pseudnimo), una fecunda ca-rrera literaria . Seguimos necesitando que nos cuenten quines somos, seguimos necesitando a los hroes .

    SINOPSISel pozo de los mil truenosDesde la partida de su padre, el ltimo caballero de la Orden del hierro forjado en negro, Rodrigo, su madre y sus hermanos haban vivido malos tiempos . Se hablaba de bestias terrorficas y de un lugar en el que se escondan todas ellas,

    el pozo de los mil truenos . Pocos haban regresado de la batalla y el gran caballero haba quedado atrapado all . Rodrigo no poda esperar ms; anhelaba salir en su busca, pues an tena esperanza de encontrarlo .

    el autntico grialEl Santo Grial el cliz que utiliz Jesucristo en la ltima Cena co-rre peligro . A pesar de los caballe-ros de la Orden del Santo Grial, un grupo de misteriosos enemigos, los caballeros grises, procuran ha-cerse con l y con el extraordina-

    rio poder que se le atribuye desde antiguo . El joven Yago, siempre a la espera de una aventura que cambie el rumbo de su apacible existencia, se ver envuelto en esta lucha a muerte entre el bien y el mal .

    el libro de sykemLas cuatro ciudades que formaban el magnfico reino de Sykem vi-ven ahora de forma independien-te: lejos quedaron los antiguos tiempos de gloria de los grandes reyes . En estos momentos, sem, el perverso rey de las Islas, ha ata-

    cado la mayor de las cuatro ciudades hasta hacerse con ella . Segn antiguos vaticinios, ser necesario un descendiente de los antiguos reyes eques sine nomine para devolver al reino su esplendor . n

    francico CrosAs. Universidad de Castilla-La Mancha.

  • Revista Clamo FasPe n 57 - abRil-junio 2011 - Pgina 30

    RESEAS

    PoEsa Para nios dE 4 a 120 aos

    El libro es fuerza, es valor, es poder, es alimento; antorcha del pensamiento, y manantial del amor.Rubn Daro .

    La editorial Isla de Siltol ha editado una magn-fica y completa antologa de versos algunos inditos de muchos de los mejores poetas vivos de nuestro pas para reflejar, segn afirman los antlo-gos, que "la madurez del poeta est en su regreso a la infancia" y acercar la poesa a los ms pequeos y al pblico en general desde la sencillez formal y con-ceptual y con el propsito desde la emocin, limpie-za y autenticidad de "ensear que el lenguaje es una fuente de belleza y de disfrute", en palabras de Javier Snchez Menndez, director de la editorial .

    Sin concesiones al infantilismo, innecesario para llegar a la inmensa minora de los nios y lectores, la obra parte de las reflexiones de Juan Ramn Jimnez y federico Garca Lorca para demostrar que el nio puede entender de forma natural lo que comprenden los mayores . Como escribi el poeta de Moguer en el Prologuillo al nio al hombre de Poesa en prosa y verso escogida para los nios por Zenobia Camprub, no importa "que el nio no lo entienda, no lo comprenda todo . Basta que se tome del sentimiento profundo, que se contajie del acento, como se llena de la frescura del agua corriente, del color del sol y la fragancia de los rboles ( . . .) La naturaleza no sabe ocultar nada al nio; l tomar aquello que le convenga, lo que comprenda . Pues lo mismo la poesa .

    Ante los interrogantes de si el libro Platero y yo se haba escrito para nios o mayores, Juan Ramn Jimnez lo aclar en el prlogo de la segunda edi-cin de la obra con una afirmacin que sustenta el espritu de esta antologa:

    Yo nunca he escrito ni escribir nada para ni-

    os porque creo que el nio puede leer los libros

    que lee el hombre, con determinadas excepciones

    que a todos se les ocurren. Tambin habr excep-

    ciones para hombres y para mujeres, etc.

    Se explica en el prlogo que cuando a federico Garca Lorca le preguntaban algunos lectores qu ha-ba querido decir en tal poema con tal imagen que se les antojaba absurda o incomprensible, l responda: Los nios lo entienden, pero los mayores no" .

    Esta antologa es realmente un libro de poesa oportuno y necesario y resulta idneo para acercar al alumno y a los profesores al pulso de la poesa espaola actual de forma cercana y amena . La bri-llante nmina de primeros espadas de la poesa que esta antologa convoca son, entre otros, Pablo Garca Baena, Jos Jimnez Lozano, Aquilino Duque, Mara Victoria Atencia, Antonio Carvajal, Antonio Colinas, Miguel D'Ors, fernando Ortiz, Eloy Snchez Rosillo, Luis Alberto de Cuenca, Javier Salvago, Julio Mart-nez Mesanza, Ana Rossetti, felipe Bentez Reyes, Juan Bonilla, Enrique Garca-Miquez, Jos Julio Cabani-llas, Rafael Adolfo Tllez y nuevas voces que se van dando a conocer gracias a las publicaciones de La Isla de Siltol como Toms Rodrguez Reyes, ngel Men-doza, Olga Bernad, Juan Antonio Gonzlez Romano, Jess Cotta y Jos Mara Jurado .

    El ttulo de la obra, Poemas para nios de 4 a 120 aos, va dirigido a todos los nios de espritu, a los que quieren seguir aprendiendo y creciendo desde la ilusin, la pureza y la capacidad de sorpre-sa . Es un libro que permite tambin a los mayores que, por determinadas circunstancias, no han ledo mucha poesa anteriormente o, en concreto, la poe-sa que se est escribiendo hoy, acercarse a todos estos poetas a travs de sus poemas ms cercanos y asequibles, sencillos y profundos .

    roco FErNNDEz BErroCAl. Universidad de Alcal.

    poEsa para nios dE 4 a 120 aos(antoloGa dE autorEs contEmpornEos)

    Edicin de Jess Cotta, Jos M Jurado y Javier Snchez Menndez.

    (23x15,5 cm. Rstica con solapas. 256 pgs.

    ISbN: 978-84-15039-38-9. PVP. 22 eu.)

    La Isla de Siltol. Coleccin Agua. (Poesa para Chicos y Grandes).

  • Revista Clamo FasPe n 57 - abRil-.junio 2011 - Pgina 31

    RESEAS

    PoEsa Para nios dE 4 a 120 aos

    El entraable prlogo escrito por los antlo-gos resulta muy edificante para todo tipo de lectores pero, muy especialmente, para educadores:

    Nunca se es lo bastante grande para dejar de

    ser nio. El poeta vuelve a la infancia en su etapa

    de madurez y se hace nio () . No dejamos de

    ser nios para leer poesa () . Si ponemos la se-

    milla del poema en el corazn del nio, le habre-

    mos regalado al hombre un salvoconducto para

    abordar las afrentas de la vida () . La poesa se

    crea para el lector pero sin la edad del lector, para

    contribuir a la grandeza de la literatura () . No

    hay un tiempo mejor para la rima y el verso que

    el tiempo de la infancia, toda ella ritmo y armo-

    na en desarrollo.

    El libro es un paseo gozoso por la buena poe-sa . Al leerlo comprobamos la reflexin que Javier Snchez Menndez hizo en una ocasin sobre la lectura: Leer es vivir . Cada libro nos ensea que la vida y los sueos estn en l . Seleccionamos unos fragmentos de vida y sueos incluidos entre estas pginas que nos dan idea del amplio abanico tem-tico que en ellas se encuentran:

    El abuelo era blanco; conoca

    dos cuevas y saba seguir huellas de lobo.

    La abuela era menuda y tibia como un nido:

    jugbamos a pjaros con ella ()

    Miguel DOrs

    Aquel nio fantasioso,

    dnde aprendi su cancin?

    En la soledad de asombro

    y ensueo de su balcn.

    FernanDO Ortiz

    Volveremos a vernos donde siempre es de da

    y los feos son guapos y eternamente jvenes,

    donde los poderosos no abusan de los dbiles

    y cuelgan de los rboles juguetes y tebeos.

    luis albertO De CuenCa

    Me hice un siete y voy perdiendo

    cuanto tengo de valor.

    Acrcate, Poesa,

    y cseme el corazn.

    VCtOr JiMnez

    Los ladrones de padres se disfrazan de tenis,

    de trabajo y amigos, de Internet y gestiones ().

    Jess COtta

    () Sobre la colcha de boda de sus padres,

    recuerda, por amor, que es poeta,

    olvida, por amor, que eres mortal.

    Juan CObO Wilkins

    La obra presenta en su portada en una magn-fica ilustracin del artista Pablo Pmpano a Calope, diosa de la Elocuencia y musa de la Poesa, y, en su interior, originales fotos de los antlogos en un tiovi-vo fantstico y atemporal de Antonio del Junco . n

    diEGo martnEz torrn y sus fantasmas En la niEbla:El sEntimiEnto y la razn como lo inEfablE caPturado En El PoEma1.

    tania PADIllA AgUIlErA. Premio San Isidoro a la excelencia acadmica 2011.

    MARTNEZ TORRN, Diego. Fantasmas en la niebla, Sevilla,

    Ed. Algaida, 2009.

    Fantasmas en la niebla (Sevilla, Ed . Algaida, 2009) es el ltimo poemario del poeta y catedrtico Diego Martnez Torrn . Segn las propias palabras del autor, adems, constituye su despedida de la poesa; as podemos constatarlo en el propio li-bro, que se cierra con un emotivo Eplogo a mi poesa titulado La muerte de Ella, en el que el poeta renuncia a escribir poesa despus del

    reciente fallecimiento de su esposa, a quien dedica el poemario .

    Fantasmas en la niebla es un libro inspirado por las numerosas lecturas y el profundo conocimiento que el autor, experto en romanticismo espaol, tie-ne sobre los grandes autores romnticos ingleses . Junto a estas lecturas (Shelley, Byron y Keats), pesa la propia experiencia: el recuerdo de una romntica y deliciosa estancia () en la serena belleza de las costas britnicas . Con este bagaje procedente de los libros y de la propia vida tamizada por la memoria,

  • Revista Clamo FasPe n 57 - abRil-junio 2011 - Pgina 32

    RESEAS

    diEGo martnEz torrn y sus fantasmas En la niEbla:El sEntimiEnto y la razn como lo inEfablE caPturado En El PoEma.

    construye Martnez Torrn un poemario redondo donde la frontera entre sentimiento y razn siempre queda adrede difusa . En el poeta la experiencia vi-tal y la literaria estn lo suficientemente vinculadas como para contaminarse mutuamente y confun-dirse de forma plena en el proceso potico .

    La decisin potica de tomar como material literario una emocin reposada por la experiencia parece obedecer al propsito de Shelley en el prefa-cio a las lyrical ballads: Poetry is the spontaneus overflow of powerful feelings: it takes its origin from emotion recollected in tranquility2 . Adems, de la misma forma que procede Wordsworth en sus bala-das, Martnez Torrn apuesta por un lenguaje difano y limpio para trazar certeros y naturalistas paisajes que se reelaboran en el poema a partir de su identi-ficacin y amalgama con el rico mundo interior del poeta, que abarca el amplio espectro que transcurre desde el sentimiento ms particular, vinculado a unas coordenadas espacio-temporales, hasta la reflexin filosfica ms abstracta y peregrina .

    Sin embargo, Martnez Torrn logra verter su mundo interior sirvindose de una sensibilidad ro-mntica que no transcurre por los cauces formales habituales: el extenso poema romntico, descontrola-do, inabarcable, preponderantemente narrativo . Por el contrario, apuesta por la sntesis del verso breve y la concrecin e intensidad que le brinda la estructura epigramtica . En este sentido, trabaja el poeta apo-yndose en la postromntica tradicin hispnica de las rimas becquerianas . De una veta clara que parte de Bcquer y engloba a Machado, a Juan Ramn, a Ber-gamn y, finalmente, a Guilln, bebe Martnez Torrn para dar cuerpo a una poesa donde al claro compo-nente romntico es preciso sumar una extraordinaria capacidad para digerir el paisaje exterior transmu-tndolo en rico universo interior, una singular inteli-gencia para la proyeccin metafsica y el conceptis-mo interior, de ideas, y una maestra para encerrar en reducidas estructuras poticas pensamientos de gran envergadura intelectual y emocional .

    Abren el poemario dos prlogos construidos a la manera de portentosos frankenstein o mara-villosos monstruos, El prlogo que le habra pedi-do a Shelley y El prlogo que le habra pedido a

    don Antonio Machado, en los que el poeta escoge citas de estos dos explcitos referentes literarios en su obra, con las que se construye un prefacio a la medida de su poesa .

    Fantasmas en la niebla est dividido en cinco par-tes que abordan diferentes dimensiones del secreto . Esta palabra es fundamental en la poesa del autor, que brota, discreta, en el blanco de la pgina, casi inefable, tmidamente replegada sobre s misma y encriptada por la maraa de pensamientos y sentimientos que la conforman . Esta maraa, que es una suerte de nebulo-sa donde se esbozan, mgicamente, siluetas y colores, es la del recuerdo, la de la vida vivida recreada de nue-vo en el poema . Los fantasmas en la niebla son como la pintura de Turner que acertadamente se estampa en la portada de la edicin: solo colores desvados, difu-sos, como la memoria de lo vivido, ms bellos en su indeterminacin que en su propia realidad: ms mara-villosos en el poema que en la propia vida .

    Los versos de Fantasmas en la niebla son, como afirma Gustavo Martn Garzo en el prlogo que pre-cede la obra, lcidos y sencillos, y nos ensean a mi-rar el mundo . Es una lstima que el poeta haya dado a la luz este libro con la certeza de que ser el ltimo, pero esta decisin confiere a la obra un carcter aa-dido en la medida en que es prueba de que lo que en ella se contiene es, como intuamos, un fragmento de vida hecha palabra, un acertadsimo intento de cap-turar lo mejor de un recuerdo para fijarlo y compar-tirlo a travs de las palabras ms justas y esenciales . Esto que hace Martnez Torrn es Poesa . n

    1 Diego Martnez Torrn, Fantasmas en la niebla, prlogo de Gusta-

    vo Martn Garzo, Sevilla, Ed . Algaida, 2009 (Algaida Poesa, 64) .

    Su obra potica se contiene adems en: Mirar la luna. Poesa com-

    pleta, Madrid, Sial/fugger Libros, 2003; y Adagio al sol, Sevilla, Ed .

    Algaida, 2007 . La obra narrativa de este autor: Los sueos del bho,

    Prtico de Pere Gimferrer, dibujos de Ouka-Lele, Madrid, Huerga

    y fierro Editores, 1998 (Narrativa, 143); Los dioses de la Noche,

    prlogo de Leonardo Romero Tobar, Madrid, Sial, 2004 .

    2 Esta es la clebre frase con la que Shelley abre el prlogo a las Ba-

    ladas lricas de W . Wordsworth . La traduccin de la frase sera algo

    as como: La poesa es el espontneo desbordamiento de intensas

    emociones y tiene su origen en la emocin rememorada en estado

    de tranquilidad .