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Patrón de asentamiento aborigen y ocupación del espacio en la Cordillera de la Costa, Venezuela (1550-1600) Horacio Biord Castillo ANTROPOLÓGICA 2007, 107-108: 115-140 Resumen: Este artículo analiza datos históricos, provenientes de fuentes documentales, sobre el patrón de asentamiento de los aborígenes de la región centro norte de Venezuela, entre 1550 y 1600. Estos indígenas hablaban un idioma agrupado en el tronco lingüístico caribe (ampliamente representado en Guayana y el Oriente de Venezuela) y su organización socio-política se corresponde con los elementos estructurales de otras sociedades caribehablantes. Ocupaban una amplia región con diversos ecosistemas (como selvas nubladas, litorales marítimos, litorales lacustres, sabanas de gramíneas, etc.). La conquista española de la región introdujo cambios importantes en el patrón de asentamiento. Mediante evidencias documentales, se intenta reconstruir el patrón de asentamiento y la ocupación del espacio. Palabras claves. aborígenes región centro-norte de Venezuela, conquista española, etnohistoria, ocupación del espacio, patrón de asentamiento, sociedades caribes. Abstract: This paper analyzes ethnohistorical data from documentary sources on the settlement pattern of the aboriginals in North-central Venezuela, between 1550 and 1600. These peoples spoke a now extinct language of the Carib stock (largely represented in Guiana and the Eastern Venezuela). Their socio-political organization had the structural elements of other Carib-speaking societies. They occupied a wide region with diverse ecosystems (including cloud forests, marine and lacustrine coasts, grassy savannas, etc.). The Spanish conquest of the region introduced important changes in their settlement pattern. The present article is an attempt to reconstruct their traditional forms of settlement and occupation of the land and space in the second half of the 16th century. Key words. Carib-speaking societies, Ethnohistory, Native people from North-central Venezuela, settlement pattern, Spanish conquest, spatial occupation Introducción 1 En el siglo XVI, cuando arribaron los conquistadores españoles, la región centro-norte de Venezuela estaba habitada por una sociedad indígena 1 Una versión preliminar de este trabajo fue presentado en el I Congreso de Historia Regional Mirandina. Eje Barlovento - Valles del Tuy. Homenaje Especial al Dr. José Marcial Ramos Guédez. Universidad Pedagógica Experimental Libertador, Instituto Pedagógico de Miranda José Manuel Siso Martínez, Caracas, enero 29 y 30, 2004. Este artículo se basa en mi tesis doctoral: Horacio Biord. “Niebla en las syerras: los aborígenes de la región centro-norte de Venezuela. 1550-1625”.

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Page 1: Ant 2007 No 107-108 p 115-140

Patrón de asentamientoaborigen y ocupación del espacioen la Cordillera de la Costa,Venezuela (1550-1600)

Horacio Biord Castillo

ANTROPOLÓGICA

2007, 107-108: 115-140

R e s u m e n : Este artículo analiza datos históricos, provenientes de fuentesdocumentales, sobre el patrón de asentamiento de los aborígenes de la región centro nortede Venezuela, entre 1550 y 1600. Estos indígenas hablaban un idioma agrupado en eltronco lingüístico caribe (ampliamente representado en Guayana y el Oriente de Venezuela)y su organización socio-política se corresponde con los elementos estructurales de otrassociedades caribehablantes. Ocupaban una amplia región con diversos ecosistemas (comoselvas nubladas, litorales marítimos, litorales lacustres, sabanas de gramíneas, etc.). Laconquista española de la región introdujo cambios importantes en el patrón deasentamiento. Mediante evidencias documentales, se intenta reconstruir el patrón deasentamiento y la ocupación del espacio.

Palabras claves. aborígenes región centro-norte de Venezuela, conquista española,etnohistoria, ocupación del espacio, patrón de asentamiento, sociedades caribes.

Abstract: This paper analyzes ethnohistorical data from documentary sources on thesettlement pattern of the aboriginals in North-central Venezuela, between 1550 and 1600.These peoples spoke a now extinct language of the Carib stock (largely represented inGuiana and the Eastern Venezuela). Their socio-political organization had the structuralelements of other Carib-speaking societies. They occupied a wide region with diverseecosystems (including cloud forests, marine and lacustrine coasts, grassy savannas, etc.).The Spanish conquest of the region introduced important changes in their settlementpattern. The present article is an attempt to reconstruct their traditional forms of settlementand occupation of the land and space in the second half of the 16th century.

Key words. Carib-speaking societies, Ethnohistory, Native people from North-centralVenezuela, settlement pattern, Spanish conquest, spatial occupation

Introducción1

En el siglo XVI, cuando arribaron los conquistadores españoles, laregión centro-norte de Venezuela estaba habitada por una sociedad indígena

1 Una versión preliminar de este trabajo fue presentado en el I Congreso de Historia RegionalMirandina. Eje Barlovento - Valles del Tuy. Homenaje Especial al Dr. José Marcial Ramos Guédez.Universidad Pedagógica Experimental Libertador, Instituto Pedagógico de Miranda José ManuelSiso Martínez, Caracas, enero 29 y 30, 2004. Este artículo se basa en mi tesis doctoral: HoracioBiord. “Niebla en las syerras: los aborígenes de la región centro-norte de Venezuela. 1550-1625”.

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de lengua caribe.2 Los españoles les dieron a estos indígenas variosapelativos (como caracas, teques, meregotos, tarmas, etc.). Estos nombresétnicos o etnónimos fueron divulgados por las fuentes tempranas y luegopopularizados por las fuentes posteriores. Sin embargo, un análisis de laevidencia disponible no justifica el empleo de alguno de estos etnónimoscomo denominación general. Por esta razón, he preferido llamarlos“aborígenes de la región centro-norte de Venezuela”. Como señalo másadelante, es posible que la ausencia de un etnónimo de aplicación generalrefleje diferencias intraétnicas que deberían estudiarse sistemáticamente enel futuro.

Este artículo intenta una reconstrucción del patrón de asentamiento yla ocupación del espacio de dichos aborígenes. Se discuten principalmentedatos contenidos en un pleito de encomiendas de finales del siglo XVI.3 Comoparte de la documentación reunida, en 1586 se practicó un extensointerrogatorio a indígenas que habitaban entre las actuales poblaciones deParacotos y San Diego de los Altos (municipio Guaicaipuro, estado Miranda),una zona de pie de monte.

Se describen brevemente el entorno ambiental y los difere n t e secosistemas utilizados para sus actividades de subsistencia por losindígenas considerados. Esta síntesis ecológica, se acompaña de una visiónde los principales aspectos etnográficos relevantes para entender laorganización social indígena. Luego se presentan datos históricos relativos ala posible existencia de subunidades étnicas, ocupación del espacio y patrónde asentamiento. Finalmente, se hace una discusión de esta evidencia a laluz de la etnología comparada.

Aunque se señala la probable existencia de subunidades étnicas,inferida a partir de la nominación de ámbitos regionales o “provincias” en lasfuentes del siglo XVI, este tema no se analiza en profundidad. Lasconclusiones de este trabajo constituyen fundamentalmente resultadospreliminares, que han de enriquecerse mediante la ampliación de los datos.Los nuevos conocimientos que vayan arrojando investigaciones

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Tesis para optar al título Doctor en Historia. Dirección General de los Estudios de PostGrado. Universidad Católica Andrés Bello. Caracas. 2002 (Biord 2005).

2 Los datos discutidos provienen de la recopilación de documentos (traslados) del ArchivoGeneral de Indias y otros archivos españoles, efectuada alrededor de 1917 por Fray Froilán deRionegro (Colección Fray Froilán de Rionegro). Esta colección reposa en el Archivo de la AcademiaNacional de la Historia, Caracas (Venezuela). Para abreviar, en las citas de los documentos de esteArchivo se ha empleado la siguiente abreviatura: A-ANH, Col. FFR. En dichas citas se hamodernizado la ortografía, la acentuación y la puntuación. Los nombres propios, tanto depersonas como de lugares, se han dejado tal cual aparecen en los originales. También reresolvieron las formas contractas: “deste” se escribió “de este”; “estotra”, “esta otra”; etc.

3 “Pleito seguido por Cristobal de Cobos vezino de Santiago de Leon de Caracas contra AndresGonzales de la misma cuidad [quizá por çuidad] sobre la encomienda de indios de Guaraypuro [sicpor Guacaypuro] y sus anexos”. A-ANH, Col. FFR, Vol. 12. Se trata de un traslado del ArchivoGeneral de Indias, Sevilla. Escribanía de Cámara. Santo Domingo. Leg. 2/3. Leg. 2. Pleitos deSanto Domingo, núm. 4. Pieza 1ª. (clasificación antigua).

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etnohistóricas y arqueológicas en curso permitirán refinar las conclusionesaquí presentadas.4

Reseña ecológica y etnográfica

La región centro-norte de Venezuela forma parte de la denominadaCordillera Central o Cordillera de la Costa (ver mapa N° 1). Desde el puntode vista orográfico, la región centro-norte de Venezuela puede ser descritacomo altas montañas, rodeadas, a su vez, por el mar al norte y por valles,sabanas y tierras bajas, al este, sur y oeste.

Esta región comprende diversos pisos altitudinales y ecosistemas.Tomando como referencia la cota de los un mil metros de altitud sobre elnivel del mar, se puede establecer una división entre “tierras altas” y “tierrasbajas”. Estos dos ámbitos permiten simplificar con fines explicativos ladiversidad ambiental de la región. En la Tabla N° 1 se resume estacaracterización señalando los ecosistemas más importantes y principalestipos de vegetación alojados en dichos ámbitos.

Tabla Nº 1

Ámbitos altitudinales de la región centro-norte de Venezuela

Ámbito Altitud Ecosistemas principales Tipo de vegetación

Tierras Altas ≥ 1.000 m.s.n.m. selva nublada bosque nublado

Tierras Bajas ≤ 1.000 m.s.n.m. selva tropical bosque tropical

selva caducifolia bosque caducifolio

sabana pastizales

litoral espinares

lagos selva de galería

islas

Esta diversidad de ecosistemas les habría permitido a los indígenasutilizar una gran cantidad de recursos naturales, algunos de los cualestenían un especial valor para fines comerciales. Entre estos recursosdestacan la sal marina (extraída de diversas salinas a lo largo de la costa yen las islas cercanas) y el botuto (strombus gigas), caracol de gran tamañoampliamente explotado en las islas cercanas.5

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4 En la actualidad estoy trabajando en la ampliación de la reconstrucción etnohistórica delos aborígenes de la región centro-norte de Venezuela, incorporando además datos de historia oral(Biord 2003). Adicionalmente la arqueóloga Liliam Arvelo y yo hemos venido haciendo unaprospección de sitios arqueológicos en los Altos Mirandinos a fin de hacer un abordaje comparadode etnohistoria y arqueología (Biord y Arvelo 2007).

5 Ver los trabajos de Antczak(1999), Antczak y Antczak (1987), Biord Castillo (2006) yMorales M[éndez] 1994.

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En la región centro-norte de Venezuela, las fértiles riberas del Lago deTacarigua o Lago de Valencia, como se le conoce en la actualidad,constituían unas de las mejores tierras para la agricultura (Kidder 1944: 21).De hecho, ésta parece haber sido uno de las áreas de mayor concentraciónpoblacional en la región a mediados del siglo XVI. Además de la riqueza delos suelos ribereños, la ubicación geográfica de este lago le confería unaimportancia geoestratégica singular. En efecto, se hallaba a medio caminoentre el mar y el Alto llano. Por el norte, estaba muy cerca de las salinasubicadas en la zona de Borburata y, al sur, por vía fluvial era posible lacomunicación con el Orinoco y los pueblos indígenas que allí habitaban ymantenían activas redes de intercambio comercial.6

Las relativamente cortas distancias máximas entre los límites sur ynorte de la región centro-norte facilitaban un rápido acceso a los recursosmarinos por parte de las poblaciones del interior, al permitir jornadas de unoo dos días de camino, en la mayoría de los casos.

En síntesis, existía una marcada diferencia entre las tierras altas y lastierras bajas. Esta diferencia estaba determinada por característicasambientales, pero también es posible que lo estuviera por percepciones yusos sociales. Probablemente esta diferencia constituiría una dicotomía conefectos sobre la ocupación y uso del espacio.

Los datos etnográficos sobre los aborígenes de la región centro-norte deVenezuela no son muy abundantes. De hecho, la fuente más importante esuna breve relación geográfica elaborada hacia 1577 (Pimentel 1967),7 en laque se incluyen tanto datos socio-culturales como información relativa aclima, condiciones físicas, recursos naturales y reseñas de los progresosalcanzados por la conquista. Otros datos disponibles son fragmentarios y sehallan dispersos en fuentes documentales inéditas.

Debido a la escasez de datos, la extrapolación y la comparaciónetnológica han jugado un importante papel en la re c o n s t r u c c i ó netnohistórica de estos aborígenes (Biord 2001, 2005). Para ello fuerond e t e rminantes los elementos del modelo de estructura social caribepropuesto por Filadelfo Morales Méndez y Nelly Arvelo-Jiménez (1981).

Los aborígenes de la región centro-norte de Venezuela parecen guardaruna gran similitud etnográfica con otros pueblos indígenas de las tierrasbajas sudamericanas, específicamente con las sociedades guayanesas,cuyos perfiles etnológicos han sido sintetizados y descritos por Peter Rivière(1994).

Los aborígenes de la región centro-norte de Venezuela eran unasociedad descentralizada. Las relaciones de parentesco jugaban un

5 Ver los trabajos de Antczak (199), Antczak y Antczak (1987), Biord Castillo (2006) y MoralesM[éndez] 1994.

6 Sobre estas conexiones interétnicas véanse los trabajos de Arvelo-Jiménez y Biord (1994);Biord y Arvelo (2007); Biord Castillo (2006); Morales Méndez (1979); Morales Méndez (1990); Morey(1975); Morey y Morey (1975); y Schwerin (2003).

7 En adelante será citada como “Relación”.

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importante papel como mecanismo de cohesión social.8 Las principalesdiferencias debieron haber sido la división del trabajo por género y el oficioespecializado del chamán o especialista en ritos.

Mientras en el Oriente de la actual Venezuela, la yuca constituyó elcultígeno más importante en tiempos prehispánicos, en el Occidente lo fueel maíz. El centro-norte de Venezuela constituiría una región de confluenciade ambos cultígenos. Esto es posible inferirlo a partir de la presencia derestos de metates para moler el maíz y de budares para cocinar la masa dela yuca y elaborar casabe. Consecuentemente, para la región centro-norte deVenezuela, los estudios arqueológicos sugieren sendas influencias de lastradiciones alfareras de la Venezuela occidental y de la oriental (la cual formaparte del horizonte civilizatorio orinoco-amazónico).9

Los aborígenes de la región centro-norte de Venezuela practicaban unaagricultura rotatoria de pequeña escala, mediante el sistema de conucos,10

complementada con actividades de caza, pesca y recolección.Los conucos estaban cerca de los asentamientos y múltiples caminos

entrelazaban las aldeas, los espacios reservados para cotos de caza, áreas derecolección, y la costa donde se encontraban las salinas. He podidodocumentar varios centros de intercambio (Lago de Valencia, salinas deBorburata y el Litoral Central en el actual estado Vargas, mercados de lasislas, etc.), enlazados a su vez con otros centros de intercambio de los Llanosy el Orinoco (Biord 2005).

El matrimonio preferencial pudo haber sido entre primos cruzadosbilaterales, tal como ocurre en otras sociedades caribehablantes.11 Siguiendoeste patrón, la residencia postmarital era de tipo uxorilocal. Esto implicabaque una vez efectuado el ritual del matrimonio el hombre debía mudarse ala casa de su esposa (“Relación”, pp. 89-90). En el caso de que el esposo nofuera de la misma aldea, implicaba en consecuencia una mudanza de aldea.También practicaban la poliginia (“Relación”, p. 90).

Las declaraciones de los indígenas aportan valiosas evidencias sobreeste patrón uxorilocal de la residencia postmarital. Así Almere, un testigoindio, declara en junio de 1586 que “conoce a Yquay y que su padre era dela chapa [zona] de Querequepano y que se pasó a casar a esta otra banda”.12

Por su parte, un indio llamado Arue declara: “que Anariguaima era hermanode Querequepano y que se pasó a casar a esta banda en el asientoCaumayacane, junto a Turba”.13

8 A-ANH, Col. FFR, Vol. 12, ff. 212vto-213, 215, 217vto.9 Ver los trabajos Cruxent y (1961) y Rouse y Cruxent (1963).10 Entre los principales cultígenos indígenas destacan el maíz (Zea mays), yuca (Manihot

esculenta, variedad amarga; Manihot dulcis, variedad dulce), batata (Ipomoea batatas), auyama(Cucurbita maxima, Cucurbita moschata), frijol (Vigna unguiculata), caraota (Phaseolus sp.),ocumo (Xanthosoma sagittifolium), mapuey (Dioscorea trifida), algodón (Gossypium hirsutum,Gossypium barbadense).

11 Futuros estudios podrían arrojar más luz sobre este tema. Serían potencialemnte ricos losestudios de archivos eclesiásticos (registros de bautizos y matrimonio).

12 A-ANH, Col. FFR, Vol. 12, f. 221vto.13 A-ANH, Col. FFR, Vol. 12, f. 219vto.

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Arue, al declarar los nombres de los jefes de aldea de dos hombrescasados y sus respectivas esposas, aporta evidencias que podríaninterpretarse como indicios de alianzas matrimoniales interaldeanas asícomo uxorilocalidad:

y [dice] que conoce a Guanariguata y a su mujer Curapauro yque el Guanariguata vivía junto de Querequepano y es susujeto y Curapauro es sujeto de Pacoara.14

Dice también que conoce a Guachicuarma y que es sujeto deQuerequepano y que su mujer es de Onuvano y que despuésque vinieron los cristianos se vino huyendo a esta otra banda.15

También es importante destacar las evidencias sobre matrimonios entremiembros de diversas subunidades étnicas:

p a reció Francisco Sánchez y me pidió señaladamente [alGobernador García Girón] las indias de nación [sic] [/23vto]quiriquires, naturales de la quebrada Once Curinare, segúnque fueron primeramente encomendados en data general enHernando de la Cerda, su primero encomendero, las cuales alpresente residen en el valle de Guaracarima, y así mismo mepidió las indias de la dicha encomienda de otras naciones queestán casadas con los dichos indios y sus hijos que asistían yvivían en el dicho sitio.16

En el contexto general del documento citado, la expresión“otras naciones” pudiera entenderse como referida a lossubunidades étnicas o provincias de la región centro-norte(esdecir, teques, guarenas, mariches, etc.).17

Políticamente cada aldea era autónoma y trataría de resaltar, tanto enla práctica como en la ideología, su independencia de otras aldeas.18 De entrelos cabezas de familia de cada aldea, se escogía un jefe de aldea, que ejercíala representación de este nivel local. Estos jefes no tenían poder de coercióny debían buscar el consenso para ejercer su liderazgo. De allí que debieran

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14 A-ANH, Col. FFR, Vol. 12, f. 218.15 A-ANH, Col. FFR, Vol. 12, f. 218.16 A-ANH, Col. FFR, Vol. 27, ff. 23-23vto.17 Aunque no disponemos de evidencias claras sobre matrimonio interétnicos, la ampliación

de la información probablemente podría aportar documentaciones de este tipo de uniones,frecuentes, por ejemplo, en el Orinoco (Biord-Castillo 1985).

18 Esto mismo ocurre actualmente entre ye’kuanas (Arvelo-Jiménez 1974) y kari’ñas (BiordCastillo 2007, Biord y Mosonyi Szász 2001).

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poseer una extensa parentela. Con ello se aseguraban una solidaridadespontánea que actuaba como sustento primario de su liderazgo político.Para este último era esencial que los jefes tuvieran una gran capacidad denegociación y diálogo. Otras cualidades que se esperaban de los jefes dealdea eran tanto la valentía personal como la generosidad. Infiero que losdemás cabezas de familia lo asesoraban en una especie de consejo, tal comoe n t re ye’kuanas, kari’ñas y cumanagotos (Morales[-Méndez] y Arvelo-Jiménez 1981; Civrieux 1980).

Ante una amenaza bélica, varias aldeas podían unirse coyunturalmentebajo la conducción de un jefe guerrero, quien comandaba las accionesofensivas o contraofensivas acordadas. Los demás jefes de aldea loasesorarían en una especie de consejo similar al de ancianos de cada aldea.Una vez disipado el peligro bélico, la centralización coyuntural de aldeascesaba y se volvía al estado de descentralización habitual.

Centralización y descentralización constituían dos momentosestructurales distintos pero solidarios. No correspondían a estadiosevolutivos sino que se alternaban según las circunstancias y eventospolíticos. De hecho, ambas estrategias fueron implementadas ante laconquista española. He denominado a estos dos momentos estructurales“modo descentralizado habitual” y “modo centralizado ocasional” (Biord2005).

Otra estrategia de resistencia implementada por los aborígenes de laregión centro-norte de Venezuela ante la conquista española, fue laatomización social. En 1547 el Teniente de Gobernador Juan de Villegas, alllegar a la Laguna de Tacarigua o Lago de Valencia, obtuvo noticias de quelos indígenas se habían refugiado en las montañas para protegerse de lasincursiones esclavistas de los encomenderos antillanos.19 Los indígenasinterpretaron que el corazón montañoso de su territorio sería una excelentezona de refugio. Considerarían que esa abrupta orografía re s u l t a r í ainexpugnable; pero no tomaron en cuenta dos factores: la preferencia de loseuropeos por las zonas de clima más templado y el desmedido interés endescubrir minas de oro, que en forma de aluviones abundaban en las áreasde cabecera de los ríos serranos.

Evidencias sobre ocupación del espacio y patrón de asentamiento

Las “provincias”: posibles subunidades étnicasLas fuentes españolas tempranas emplean el nombre “caracas” con un

doble uso (Biord 2005):(i) etnónimo de los aborígenes de la región centro-norte de Venezuela; y(ii) topónimo generalizado para toda la región, ya que uno de los

primeros nombres que recibió ésta fue “Provincia de los Caracas”.20

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19 A-ANH, Col. FFR, Vol. 26, f. 142vto.20 Aunque esta denominación fue muy popular en el siglo XVI, la frecuencia de uso tanto

como etnónimo como topónimo general tiende a reducirse a finales de esa misma centuria. En

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En las fuentes españolas es posible advertir el empleo de dos categoríasgeneralmente nominadas, a veces empleadas con significados análogos:

categoría significado

“provincia” región o comarca

“nación” conjunto de personas que habitan una región o “provincia”

La categoría de “nación”, según su contexto, estaría más cerca de lo queactualmente se designa como “sociedad”, “grupo étnico” o “pueblo”. De ladocumentación estudiada sobre la región centro-norte, se infiere que el usosinonímico tanto de “provincia” como de “nación”, parecería referido a unaespecie de subunidades étnicas. Sin embargo, las implicacionesestructurales de estas probables subunidades distan aún de estar claras.

Las “provincias” o subunidades étnicas documentadas se señalan en laTabla Nº 2; allí mismo se indica su probable localización21 y se intentaestablecer una correlación tentativa entre esas posibles subunidades étnicasy los ámbitos altitudinales que principalmente habitaban (Biord 2005).

Como se ha dicho, las fuentes del último cuarto del siglo XVI, adiferencia de las anteriores, casi no emplean el nombre Caracas comodenominación étnica en sentido general ni referido a una “provincia” o“nación” supuestamente caracas (en el sentido de subunidad étnica). Porello, no se ha incluido en la Tabla Nº 2.

Tabla Nº 2

Ocupación de los ámbitos altitudinales de la región centro-norte de Venezuela

Subunidad étnica Localización Ámbitos altitudinales

Guarenas valles centrales y centro-orientales Tierras bajas

Mariches Montañas centro-orientales tierras altas y bajas

Meregotos valles y pie de monte occidentales Tierras bajas

Quiriquires llanos altos meridionales Tierras bajas

Tarmas zona litoral Tierras bajas

Teques Montañas centrales y el pie de monte tierras altas y bajas

Tomuzas llanuras orientales Tierras bajas

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cambio, ha sobrevivido como topónimo particular en el nombre de la principal ciudadfundada por los españoles en la región: Santiago de León de Caracas. El apelativo indígenasustituyó a la denominación cristiana de la ciudad (Santiago) así como a su referente europeo(León), y perdura hasta el presente como única denominación toponímica: Caracas.

21 Esta ubicación debe tomarse como aproximada, sin un sentido de espacios excluyentes.La ubicación geográfica de las subunidades está referida a la región centro-norte.

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De haber existido efectivamente, estas subunidades revestirían un graninterés y una enorme significación para entender los fenómenos étnicos dela región centro-norte de Venezuela en el siglo XVI. Al presente no se tienemás información al respecto, pero un estudio sistemático de la correlacióne n t re variabilidad intraétnica y estrategias ecológicas podría arro j a rimportantes resultados sobre el tema.

Más allá de esta correlación tentativa, el examen de tales subunidadestrasciende los límites de este trabajo y merece un estudio aparte. Aquí noslimitamos a señalarlas como un factor fundamental que no sólo debeconsiderarse en futuros abordajes de la etnohistoria de dichos aborígenes,sino que podría constituir una variable relevante para explicitar su patrónde asentamiento.

Ocupación del espacio

Los ámbitos altitudinales delimitados (tierras bajas y tierras altas),ayudan a explicar mejor la ocupación del espacio y el patrón deasentamiento de los aborígenes de la región centro-norte de Venezuela en elsiglo XVI. Estos ámbitos altitudinales opuestos poseían característicasambientales propias.

La división del espacio en “tierras bajas” y “tierras altas” podría teneruna significación estructural que, de ser así, se expresaría en la ocupacióndel espacio y el uso de los recursos naturales. Tanto la ocupación como eluso de los dos ámbitos delimitados serían complementarios. Quizá lastierras altas fueron utilizadas más para uso de los recursos allí alojados,pero esto no excluiría una ocupación con fines habitacionales.

En una relación de Juan Pérez de Tolosa, de 1531, se señala que

a seis leguas la tierra adentro está una laguna de agua dulce enlas sierras, que se llama la Laguna de Tacarigua. Tiene doceleguas de box y seis en ancho. Tiene algunas isletas, [/8] lascuales están pobladas.22

El 24 de diciembre de 1547 el Teniente de Gobernador Juan de Villegastomó posesión de la Laguna de Tacarigua en nombre del Rey.23 Uno de losprincipales cometidos de esta exploración era “pacificar” a los indígenas:

Dándoles a entender su libertad y lo nuevamente proveído ymandado por Su Majestad y como de aquí en adelante no hande ser sacados de sus naturalezas y que hasta agora se hanhecho algunos principales y caciques de paz con mucho trabajoporque a los que se les decía no dan crédito a causa de los

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22 A-ANH, Col. FFR, Vol. 7, ff. 7-8.23 A-ANH, Col. FFR, v. 26, f. 140 vto.

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muchos robos que en estas dichas provincias diz que hanhecho armadas de la isla española e gente de la isla de Cubaguapor que de diez e seis años a esta parte de los indioscomarcanos a la dicha Laguna de Tacarigua y puerto deBorboroata e sus comarcas haciéndolos esclavos siendo de ladicha gobernación de Venezuela a cuya causa los indios quehan quedado han dejado sus propios asientos e se habíansubido a las montañas.24

Los indígenas, que inicialmente habían recibido a los españoles como aeventuales socios comerciales, cambiaron luego de actitud al percatarse delas intenciones de reducirlos y someterlos a la sujeción colonial.

Según varios testigos, Juan de Villegas logró “pacificar” entre 1547 y1548 a varios “caciques” de estas tierras bajas así como “otros suscomarcanos que viven junto a la dicha Laguna de Tacarigua y puerto deBorboroata”.25 Asimismo, Villegas envió al Capitán Perálvarez desde esaLaguna al Valle del Cáncer, en el área del pie de monte, para pacificar a losindígenas.26

La utilización de las montañas como regiones de refugio por parte de losindígenas, debido a las incursiones esclavistas de los encomendero santillanos, está atestiguada en otra fuente. En 1548 el Licenciado JuanPérez de Tolosa, Juez de Residencia, en Carta al Rey señala que en la décadaprecedente armadas de La Española y Cubagua

han destruido la mayor parte de los indios comarcanos a ladicha Laguna de Tacarigua y puerto de Burburata y suscomarcas haciéndolos esclavos siendo de la dicha Gobernaciónde Venezuela a cuya causa los indios que han quedado handejado sus propios intereses [y] asientos y se habían subido alas montañas.27

El 21 de julio de 1551, el cabildo de Borburata reconoce que lasarmadas de las islas de San Juan, Santo Domingo y Cubagua han causadola destrucción demográfica de los indios de los alrededores de esa reciénfundada ciudad.28

Otras evidencias, proporcionadas por Almere, un testigo indígena,reconfirman que los aborígenes de la región centro-norte se refugiaron en lastierras altas a mediados del siglo XVI:

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24 A-ANH, Col. FFR, Vol. 26, f. 142 vto.25 A-ANH, Col. FFR, Vol. 26, f. 128.26 A-ANH, Col. FFR, Vol. 49, ff. 39-39 vto.2 7 A-ANH, Col. FFR, t. 7, f. 95. Ver también los testimonios de Morales M[éndez] (1994: 50-70).28 A-ANH, Col. FFR, t. 5, f. 192.

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Preguntado si conoció a Popure y a Guaramare, principales,dijo que sí conoció y que vivían [en el pasado] en el asientoNoroyma yacano.29

Y que conoce a Conoromay y que no sabe dónde tenía su casacuando entró Losada y que es sujeto de Aguaramare [quizáYaguaramare, anterior principal, a quien sucedió Popure] y noconoce a Picoto, su hermano.30

Otro testigo indígena, Yarapiaca, declara:

que conoce a Guachicuarma y que es sujeto de Querequepanoy que su mujer es de Onuvano y que después que vinieron loscristianos se vino huyendo a esta otra banda [de Paracotos].31

Como se ve, según estos testimonios, los aborígenes de la región centro-norte vivían principalmente en las tierras bajas. Por su parte, la informaciónarqueológica tiende a confirmar esto ya que la mayoría de los yacimientosarqueológicos han sido encontrados en las tierras bajas.32 La intensificaciónde las investigaciones arqueológicas podría aportar más datos sobre estetema.

Patrón de asentamiento

Las aldeas de los aborígenes de la región centro-norte de Venezuela eranpequeñas y estaban, compuestas, a su vez, por varias casas. Según eltestimonio de la “Relación” del Gobernador Pimentel: “no estuvieron ni estánen pueblos formados ni permanentes viven en barrios de tres y cuatro y seiscasas y algunos mas y en partes aunque algo apartados estos barrios hacíanrazonable poblazón y la hacen” (“Relación”, p. 84).

Algunas evidencias sugieren que estas casas podían tratarse deviviendas multifamiliares. La declaración de Blas, un indígena que prestabaservicios al encomendero Cristóbal Cobos, es clara en este sentido:

siendo preguntado por el dicho alcalde y delante de otrosmuchos cristianos y por intérprete Juan de la Parra dijo eldicho indio que él era hermano o sobrino de Anariguaima [...][/55] y que Anariguayma era hermano de Guacaypuro y queentre ambos vivían en una casa”.33

127

29 A-ANH, Col. FFR, Vol. 12, f. 212 (negritas añadidas).30 A-ANH, Col. FFR, Vol. 12, f. 212vto. (negritas añadidas).31 A-ANH, Col. FFR, Vol. 12, f. 218 (negritas añadidas).32 Ver los trabajos de Cruxent y Rouse (1961); Rouse y Cruxent (1963); Antczak y Antczak

(1999); Antczak y Antczak (1987, 1991); Nieves (1992).33 A-ANH, Col. FFR, Vol. 12, ff. 54vto-55; ver también ff. 53vto-54.

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Otras evidencias tienden a corroborar la existencia de viviendasmultifamiliares.34 Ahora bien, del testimonio de la Relación del GobernadorPimentel se desprenden dos valiosas evidencias: la forma del asentamientoy la distancia de las aldeas.

En cuanto a lo primero, la forma de asentamiento predominante parecehaber consistido en varias casas. Sobre este asunto el Gobernador JuanPimentel, le comenta al Rey, en carta del 24 de diciembre de 1578, alreferirse a unas cédulas recibidas en las que se ordena reducir indios apoblaciones, comenta que ésta resulta una tarea muy difícil: “por ser losindios algo bárbaros y de su antigüedad están hechas a su manera depoblazon que es tener una casa muy apartada de otra y en lo mas escondidoque pueden”.35 Otros testimonios tienden a corroborar esta forma deasentamiento.

Onoroguato, otro testigo indígena asevera que

Conoce a Cayaure y a su mujer Conopoyte, vivían en un buhíojunto a Querequepano y son sus sujetos.36

Conoce a Ycupay, que vivía en un buhío junto a Curutayma,y es su sujeto; no conoce a Yptarnianaoco su hermano.37

Fue preguntado el dicho Conoroguato diga y declare si conoceal principal Guacaypuro y a todos los sujetos que tenía ytiene así en su asiento y buhíos como en otras partes quesean y han mudado [la frase “asiento y buhíos” sugiere laexistencia de un núcleo y varios satélites]y estén para ponerlosen memoria por que así lo mando el Señor Gobernador dijo queno conoce al principal Guacaypuro ni a su gente y sujetos porque no se trataba con ellos.38

Almere, el ya citado testigo indígena, declara que

conoce a Quayaure y su mujer Conopoyte e hijos que vivían enlo alto de Curutayma [es decir, más arriba de la casa de éste]y que son sus sujetos.39

Que conoce a Yptaryanauco, su hermano, y en cristiano Juan, y quevivían de esta banda de Paragoto y que son sujetos de Curutayma.40

128

34 A-ANH, Col. FFR, Vol. 12, ff. 209-220.35 A-ANH, Sección Hermano Nectario María, Col. Caracas, Vit. 2, t. 132, f. 76.36 A-ANH, Col. FFR, Vol. 12, f. 209vto (negritas añadidas).37 A-ANH, Col. FFR, Vol. 12, f. 209vto (negritas añadidas).38 A-ANH, Col. FFR, Vol. 12, f. 210 (negritas añadidas).39 A-ANH, Col. FFR, Vol. 12, f. 211vto (negritas añadidas).40 A-ANH, Col. FFR, Vol. 12, f. 211vto.

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Dice que conoce a Ytumayagua y sus dos hijos que vivían de laotra banda de Paragoto y son sujetos de Querequepano.41

Preguntado si conoció a Popure y a Guaramare, principales,dijo que sí conoció y que vivían en el asiento Noroyma yacano.42

Dijo que conoce a Pariamnaca y su hermano Quetemney quevivían junto con Popure y son sujetos de Guaramare y quedespués que murió Yaguaramare quedó por principal Popure.43

Preguntado si conoció a Pacuora, principal, dijo que sí y vivíaen Guarpono y que conoce a Yamaroa, hijo del Pacoara, yAguasaro, hermano de Yamaroa, del propio asiento [se infiereque había otros caseríos además del asiento principal] y aTeutepon, hijo de Pacoara, y a Paraguasamor y a Maguane y aGuaranao y que todos eran hijos y parientes e sujetos dePacoara.44

Por su parte, Yarapiaca, otro testigo indígena también citado, dice que

Que conoce a Çique que vivía junto [/214] de la casa de Etquey que es sujeto de Curutayma.45

Preguntado por el principal Pocoare dijo que no conoció masque conoce a Yaguarsoro y a Magnane y a guarenao que estosabe que estaban en el asiento y casa de Pacoara y ha oídodecir que todos son parientes y sujetos de Pacoara.46

Es de resaltar la expresión “que estaban en el asiento”, puesnuevamente se infiere que algunas personas podían vivir en el asientoprincipal y otras en casas dispersas.

Ericeamo, otro testigo indígena, sostiene que

Conoce a Comapo que vivía cerca de Guacaypuro y es susujeto.47

129

41 A-ANH, Col. FFR, Vol. 12, f. 212.42 A-ANH, Col. FFR, Vol. 12, f. 212.43 A-ANH, Col. FFR, Vol. 12, f. 212.44 A-ANH, Col. FFR, Vol. 12, f. 212vto (negritas añadidas).45 A-ANH, Col. FFR, Vol. 12, f. 213vto-214 (negritas añadidas).46 A-ANH, Col. FFR, Vol. 12, f. 215 (negritas añadidas).47 A-ANH, Col. FFR, Vol. 12, f. 215vto (negritas añadidas).

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Que conoce a Etque y a su hijo Siema y vivían en Apiarima,frontero de la casa de Querequepano y son sus sujetos.48

Dice que conoce a Nariguata y a su mujer y que vivían allájunto a Curutayma y Querequepano, que eran sus sujetos, yque Curutayma y Querequepano eran allí los principales enCaracarayma.49

Conoce también a Yqua que vivía allá, cerca deQuerequepano y es su sujeto.50

Conoce a Caquayaure y su mujer e hijos, que vivían arriba delasiento de Querequepano [aquí queda claro que había unasiento principal o núcleo y otros que serían satélites] y eransus sujetos.51

Que conoce a Ytumayagua y sus hijos que vivían arriba de lacasa de Tatauxite y era sujetos de Querequepano.52

Preguntado si conoció a Pacoana, dijo que sí y que vivía conGuareponano y que conoce a Yamarao, hijo de Pocoara, y aGuesoro, su hermano, y a Teutepona y a Paragua, Camoriama,Guaneya [y] Guaranao y que toda es una gente y de unasiento [lo que sugiere que podía haber más de un asiento,quizá un núcleo y sus satélites], hijos y sobrinos y sujetos dePacuara.53

Arue, otro testigo indígena, declara

conoció a Curutayma y Querequepano, principales, que vivíanen Caracaraymapon y mandaban a-[/218]quella gente deaquella banda de Paragoto.54

Y también conoce a Paraguayento, que estaba con su hermanoEtque, e son sujetos de Querequepano.55

130

48 A-ANH, Col. FFR, Vol. 12, f. 216 (negritas añadidas).49 A-ANH, Col. FFR, Vol. 12, f. 216 (negritas añadidas).50 A-ANH, Col. FFR, Vol. 12, f. 216vto (negritas añadidas).51 A-ANH, Col. FFR, Vol. 12, f. 216vto (negritas añadidas).52 A-ANH, Col. FFR, Vol. 12, f. 217 (negritas añadidas).53 A-ANH, Col. FFR, Vol. 12, f. 217vto (negritas añadidas).54 A-ANH, Col. FFR, Vol. 12, f. 217vto-218 (negritas añadidas).55 A-ANH, Col. FFR, Vol. 12, f. 218.

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Estos testimonios permiten inferir que las aldeas estarían conformadaspor casas dispersas. Existirían, en consecuencia, un asiento principal onúcleo y caseríos (bohíos) o satélites; pero se reconocería un solo jefe dealdea.

Las aldeas guardaban cierta distancia entre sí. El Gobernador Diego deMazariegos le informa al Rey en una carta fechada en 1572 que los indios“están muy divididos [en aldeas]”.56 Es posible que el referente de estadeclaración lo sea también la división de las aldeas en un asiento principaly caseríos.

Otra evidencia es la relativa a la distancia entre las aldeas, la cual seríanotable. La “Relación” del Gobernador Pimentel señala que “las poblazonesde los indios están unas de otras a media legua y una y dos y dos y tres ypor la mayor parte los caminos son torcidos y por tierra doblada y en partemontuosa”.57

Según varios testimonios, las aldeas tenían poca población. El testigoPedro de Miranda declara que “los principales de esta tierra [de Borburata]son de poca gente”.58 Otro testigo, Pedro Álvarez, Alcalde Ordinario deBorburata, declara que los indios de servicio son pocos a causa de que “losprincipales de esta tierra [de Borburata] ser de poca gente”.59 Lo reitera otrovecino de Borburata, Pedro González: “los principales de esta tierra ycomarcas son de poca gente y esto se tiene por cierto no darán mas deayudar a hacer alguna comida”.60 Lope de Benavides lo confirma: “losprincipales en general son casi de muy pocos indios y provecho”.61 Otrotestigo, Diego de Leyba, asevera que

a todo cuanto alcanza son pocos e de poco provecho que deellos no se espera más de que ayuden a hacer alguna comidapara el sustento de sus amos así de estos como de los demásporque en la verdad los principales de estas comarcas son depoca gente y pobres.62

Estas apreciaciones cualitativas, aunque influidas por la pretensión deaprovechamiento de la mano de obra indígena, proporcionan una idea muypreliminar de la composición demográfica de las aldeas indígenas. Se tratade un tema que merece mayores investigaciones en el futuro. Debeconsiderarse, por ejemplo, el impacto de las enfermedades exógenas sobre lapoblación indígena.63

131

56 A-ANH, Col. FFR, Vol. 7, f. 180.57 “Relación”, p. 86.58 A-ANH, Col. FFR, Vol. 7, f. 9.59 A-ANH, Col. FFR, Vol. 7, f. 12.60 A-ANH, Col. FFR, Vol. 7, f. 13vto.61 A-ANH, Col. FFR, Vol. 7, f. 15.62 A-ANH, Col. FFR, Vol. 7, f. 16vto.63 Ver, por ejemplo, para el caso de los Llanos el trabajo de Morey (1979).

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Discusión

El modelo de aldeas con casas dispersas lo encontramos, al menos, endos pueblos caribehablantes actuales: los kari’ñas y los pemones. Ambospueblos habitan en áreas de sabana. Los kari’ñas viven principalmente enlos llanos orientales del Orinoco: en la Mesa de Guanipa y en los llanos bajosdel norte del Orinoco (estado Anzoátegui) y en las riberas norte y sur delOrinoco medio (estados Anzoátegui y Bolívar, principalmente).

En la actualidad las aldeas kari’ñas están fuertemente influidas por elavance de las fronteras de la sociedad envolvente y por las consecuentespresiones transculturadoras. En especial, se debe destacar el patrón urbanode casas agrupadas, nucleadas en torno a las edificaciones destinadas a laprestación de servicios públicos (como escuelas, dispensarios, bibliotecas,parques infantiles, iglesias, etc.). En ese sentido, se sigue la planta urbanaimpuesta por las autoridades españolas en la época colonial. No obstante,las aldeas kari’ñas actuales muestran un núcleo (grupos de casaconcentradas) y unos satélites que son viviendas o caseríos ubicados máscerca de los conucos, los ríos, etc. Algunas familias mantienen dos viviendas(en el núcleo y el satélite), aunque permanecen más tiempo en estos últimos(Biord Castillo 2007; Biord y Mosonyi Szász 2001; Amodio et alii 1991).

Sin embargo, el patrón tradicional kari’ña prefería las casas dispersas.Tomemos, por ejemplo, el caso de la Mesa de Guanipa. Antiguamente setrataba de una sola aldea conformada por diversos caseríos o grupos deviviendas dispersas por la sabana. Las familias reconocían a un jefe odopooto, denominado por los kari’ñas “gobernador” o eenarooro. Aunquevivían dispersos, los cabezas de familia solían reunirse para discutir asuntoscomunes. Esto ocurría, por ejemplo, para elegir un nuevo jefe o para discutirasuntos comunes.

Esta unidad está documentada desde, al menos, 1783, cuando la aldeafue visitada por el Oidor-decano de la Audiencia de Santo Domingo, don Luisde Chávez y Mendoza, quien mensuró las tierras de las comunidadesindígenas de la Provincia de Nueva Andalucía y nueva Barcelona (actualesestados Anzoátegui, Monagas y Sucre).64 En el presente, el emplazamiento dela aldea corresponde a lo que en aquel momento eran los conucos del pueblode misión de Chamariapa (hoy Cantaura, estado Anzoátegui), ubicados cercadel río Guanipa. El hecho de que los indígenas vivieran cerca de sus conucosevidencia tanto la necesidad de estar cerca de los lugares dondedesarrollaban sus labores habituales como la estrategia de vivir alejados delcontrol de los misioneros y otros agentes coloniales. Adicionalmente estopudiera constituir una evidencia de lo que suponemos era un antiguopatrón: la dispersión geográfica tanto por razones ecológicas como socio-políticas, las cuales requieren de mayores estudios en el futuro.

132

64 Sobre esta visita ver los trabajos de Laserna Gaitán (1993) y Pérez Ramírez (1946).

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Al crecer la población, y probablemente precipitado por el faccionalismointroducido por los partidos políticos, los caseríos se fueron desmembrando.Este proceso comenzó en la década de 1960 (Schwerin 1966). Tascabaña fueel primero de estos caseríos en separarse y convertirse en una aldeaindependiente. En cambio, el caserío denominado Las Potocas fue el últimoen hacerlo. Los kari’ñas de la Mesa de Guanipa aún recuerdan el momentocuando estaban sometidos a la autoridad de un único jefe (Morales Méndez1989).

Si bien pudieron influir factores externos en la división de Cachama envarias aldeas autónomas, también es necesario considerar que esta divisiónse corresponde con una dinámica muy antigua de fusión y fisión de aldeas.Se trata de una tendencia que al parecer sigue actuando sobre la sociedadkari’ña. Esta dinámica empuja a la unión y a la división, es decir, a lapermanente constitución y reconstitución de aldeas.

Es tanto el ímpetu de esta fuerza dinámica que Tascabaña, el primernúcleo en desprenderse de Cachama para constituirse como aldeaindependiente, ya ha experimentado una nueva fisión. El núcleo separado aprincipios de la década de 1980 ha intentado consolidarse como aldeaautónoma, con su propio jefe o eenarooro.

El caso pemón también muestra elementos de este modelo: variosgrupos familiares viven en un asentamiento y varios asentamientosconforman un vecindario. Los vecindarios conforman una unidad socio-política y reconocen un jefe común o teburu. David Thomas (1983: 334)reconoce los tres niveles, pero Luis Urbina y H. Dieter Heinen (1982: 30-31)consideran que los ámbitos de interacción social más relevantes son losgrupos familiares y los vecindarios.

Los casos kari’ña y pemón muestran que la dispersión de las viviendas,que conforman una aldea, está relacionada al menos con tres factores:

1) razones políticas que tienden a la resolución óptima de los conflictosen pequeños agregados donde privan las relaciones familiares comoprincipal vínculo y causa de solidaridad política;

2) la dispersión de recursos y el acceso a tierras adecuadas para lasprácticas agrícolas; y

3) razones sobrenaturales; es decir, miedo a que los expertos en ritospudieran activar fuerzas sobrenaturales (brujería, venganza, daños, etc.).65

Conclusiones

Los datos aquí analizados, provenientes en su mayoría de uninterrogatorio de indígenas, al ser contrastados con los testimonios de losobservadores europeos, permiten reconstruir tentativamente el patrón deasentamiento de lo aborígenes de la región centro-norte de Venezuela en elsiglo XVI.

133

65 Esta última causa puede extrapolarse principalmente del caso ye’kuana y del sistemapolítico de ese pueblo también caribehablante (Arvelo-Jiménez 1974)

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Alumbrados esos datos mediante la etnología comparada, emergen lassiguientes características del patrón de asentamiento:

1) Aldeas con tres formas de asentamiento (ver figura 2):una vivienda multifamiliar;dos o más viviendas multifamiliares agrupadas; y viviendas multifamiliares dispersas.

2) Las aldeas que tenían la tercera forma de asentamiento tendrían unnúcleo o asiento principal y unos caseríos o satélites.

3) Itinerancia de las aldeas;4) Unicidad política de la aldea expresada en el reconocimiento del

liderazgo de un jefe de aldea.5) Preferencia por el ámbito altitudinal de tierras bajas.

134

Figura 2

Formas de asentamienos de las aldeas

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Posiblemente el acceso diferencial a los recursos naturales determinaríaesta forma de ocupación. En las tierras bajas, eran más abundantes lasfuentes de agua dulce (ríos, lagos, etc.) así como los suelos adecuados parala agricultura y, en consecuencia, serían también más ricos los cotos decaza. Adicionalmente, en las costas marítimas se concentraba una mayorriqueza proteínica (pescados, mariscos, moluscos, quelonios, etc.); se podíanexplotar otros recursos, como las salinas, y estaban allí ubicados los puertospara la navegación hacia las islas y otras zonas costaneras, de granimportancia para las relaciones interétnicas y el comercio.

Las tierras altas tenían menos abundancia de agua y un clima más fríoy húmedo que quizá no era el preferido por los indígenas. No obstante, laexistencia de caminos que interconectaban uno y otro ámbito,66 sugiere laestrecha relación y complementariedad en su uso y ocupación antes de ladominación colonial.

La comparación etnológica tal como lo hemos hecho puede ayudar aentender los patrones de asentamiento de los aborígenes de la región centro-norte de Venezuela en el siglo XVI. Aunque la información sobre los casoskari’ña, pemón y ye’kuana tiene un presente etnográfico actual y el caso delos aborígenes de la región centro-norte de Venezuela corresponde al sigloXVI, los elementos estructurales parecen coincidir en líneas generales.

Adicionalmente se debe tener en cuenta que los datos analizados parael caso de los aborígenes de la región centro-norte de Venezuela provienenen su mayoría de una zona que, si bien está ubicada en el ámbito de tierrasbajas, está en una zona muy próxima al lindero empleado como criterio dedemarcación. En consecuencia, los datos del interrogatorio que sirve de basefundamental para esta reconstrucción podrían reflejar una situaciónentonces reciente y provisional. Cabe la posibilidad de que esta forma deasentamiento constituyera una adecuación a las nuevas circunstanciascoloniales, es decir, que se esté describiendo el patrón correspondiente a unaregión de refugio, ocupada como respuesta a la invasión del territoriotradicional. También se debe tener en cuenta el impacto de la morbilidad ymortalidad de las enfermedades epidémicas, introducidas tras el contactocon los europeos (Biord 2005). En todo caso, este patrón puede orientarfuturas pesquisas tanto etnohistóricas como arqueológicas.

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Horacio Biord CastilloCentro de Antropología “José María Cruxent”. Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas. Apdo. 21.827Caracas, 1020-A. Venezuela. Correo electrónico: [email protected]

Recibido: 03 agosto 2007Aceptado: 29 noviembre 2007