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Bosquejo #19

EL ÁNGEL CON EL LIBRITO

Y

LOS DOS TESTIGOS Apocalipsis 10:1 a 11:14

Ahora entramos en el segundo paréntesis natural del libro del

Apocalipsis, el cual se presenta entre el toque de la sexta y séptima

trompeta. Dentro del mismo se nos presentarán la visión del ángel con el

librito, el cual hace que el apóstol Juan lo coma siéndole dulce en su

boca pero amargo en su vientre, representando con este acto la

manera en que él debía tomar lo que le estaba siendo profetizado para

llevarlo al conocimiento de todos los pueblos, naciones, lenguas y reyes.

En esta porción de Apocalipsis también veremos, la presencia de

los dos testigos, hombres que entrarán dentro del panorama profético

con el fin de profetizar de la obra de Dios por mil doscientos sesenta

días, o sea 3½ años, lo que sería la segunda mitad de la gran tribulación,

éstos estarán vestidos de cilicio y verán la muerte pero serán resucitados

por el mismo Dios.

Durante este período habrá mucho dolor sobre la tierra, angustia

y tribulación caerá sobre los malvados hombres rebeldes como vimos en

(9:21) cuando dice: “Y no se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus

hechicerías, ni de su fornicación, ni de sus hurtos.” Esto nos deja dicho

que aún en aquellas circunstancias, Dios traerá su justo juicio sobre los

impíos.

Dentro de esta parte de la profecía daremos a conocer el

preámbulo de los acontecimientos finales, cuando la falsa paz termine

sobre la tierra y el Anticristo, apoyado por el falso profeta, romperá los

acuerdos de paz y traerá a sus ejércitos en contra de la santa ciudad,

para enfrentarse al final de estos días al Señor Jesucristo, quien vendrá

en toda su gloria a vencer las huestes malignas en el valle de Megido,

en la gran batalla de Armagedón. Ya hemos llegado al momento

crucial de la profecía de los últimos días en que habrá vida sobre esta

tierra.

El desarrollo de la porción que nos ocupa lo veremos bajo el

bosquejo siguiente:

I. EL ÁNGEL CON EL LIBRITO

II. LA PRESENTACIÓN DE LOS DOS TESTIGOS

III. LA LABOR DE LOS DOS TESTIGOS

Iglesia de Convertidos a Cristo

Autor: Pastor Arq. José R. Mallén Malla Apocalipsis

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Iniciemos nuestro estudio viendo primeramente:

I. EL ÁNGEL CON EL LIBRITO Apocalipsis 10:1-11

A. LA PRESENCIA DEL ÁNGEL

1. Esta parte de la profecía se inicia presentando ante el

apóstol Juan a un ángel con características especiales,

diferentes a las de los ángeles que tocaron las 6

trompetas anteriores. Veamos como lo describe el

texto a continuación: “10:1 Vi descender del cielo a

otro ángel fuerte, envuelto en una nube, con el arco iris

sobre su cabeza; y su rostro era como el sol, y sus pies

como columnas de fuego.”

2. Como podemos notar, este ángel que ahora se

presta a darle al apóstol Juan la orden de tomar el

librito presenta características muy diferentes de las

que habíamos visto en los demás ángeles

presentados en los capítulos anteriores. Este ángel no

puede ser identificado con el Señor Jesucristo al ver

cualidades parecidas a la visión que tiene Juan en

(1:7-16) del Señor.

3. Es necesario hacer esta aclaración pues algunos

establecen esta analogía sin tomar en cuenta de que

el Señor Jesucristo no viene a la tierra hasta el

capítulo 19 y en esta porción se declara que este

ángel pisa la tierra, además por otro lado tenemos

que decir que este personaje se presenta como otro

ángel, lo cual descarta de plano que sea el Señor, ya

que nunca la Escritura hace referencia de Cristo



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como un ángel y mucho menos que sea de la misma

clase que los que en este caso tocan las trompetas.

B. EL LUGAR EN QUE APARECE EL ÁNGEL Y SU

DECLARACIÓN

1. Los (vv. 2-4) nos dicen “10:2 Tenía en su mano un librito

abierto; y puso su pie derecho sobre el mar, y el

izquierdo sobre la tierra; 10:3 y clamó a gran voz, como

ruge un león; y cuando hubo clamado, siete truenos

emitieron sus voces.

10:4 Cuando los siete truenos hubieron emitido sus

voces, yo iba a escribir; pero oí una voz del cielo que

me decía: Sella las cosas que los siete truenos han

dicho, y no las escribas.”

2. Aquí ahora se nos enseña que este ángel tenía en la

mano un librito abierto; y puso su pie derecho sobre el

mar, y el izquierdo sobre la tierra, lo cual nos hace

trasladarnos desde el cielo hasta la tierra. En este

momento el apóstol Juan se le da la orden de sellar las

cosas que los siete truenos han dicho, y que no las

escribiera, como él había entendido. Los siete truenos

son emitidos al hablar este ángel.

3. Aquí nos podemos preguntar:

¿Cuáles fueron las cosas que dijo aquel ángel?

¿Hasta cuándo quedarían veladas? Y

¿Cuál sería el resultado de todas estas cosas que el

apóstol Juan, en este momento, desea escribir pero

se le prohíbe?

La realidad es que no tenemos respuesta para estas

preguntas, lo que Dios no revela no podemos nosotros

saberlo.

C. LA REVELACIÓN DEL ÁNGEL AL APÓSTOL JUAN

1. Como podemos ver en los (vv. 5-7) se nos dice: “10:5 Y

el ángel que vi en pie sobre el mar y sobre la tierra,

levantó su mano al cielo, 10:6 y juró por el que vive por

los siglos de los siglos, que creó el cielo y las cosas que

están en él, y la tierra y las cosas que están en ella, y el

mar y las cosas que están en él, que el tiempo no sería

más, 10:7 sino que en los días de la voz del séptimo



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ángel, cuando él comience a tocar la trompeta, el

misterio de Dios se consumará, como él lo anunció a

sus siervos los profetas.” El apóstol Juan de inmediato

nos narra aquí la manera en que ve al ángel

agregando algunos detalles adicionales a lo que fue su

declaración inicial, ahora él nos mostrará, el por qué

de algunas preguntas de las que nos hemos hecho

hasta aquí.

2. Primeramente, Juan confiesa que el ángel juró por el

que vive por los siglos, por el que creó los cielos y la

tierra y lo que en ella existe, así como por el mar y sus

habitantes, “…que el tiempo no sería más.”

Declarando que ya no habría más dilación para lo que

vendría sobre la tierra.

3. Por otro lado el ángel declara que el misterio de Dios se

consumará cuando se comience a tocar la última

trompeta, la cual declarará lo que él ya ha dicho a

través de los profetas. Comparar con Daniel 12:7 que

dice: “12:7 Y oí al varón vestido de lino, que estaba

sobre las aguas del río, el cual alzó su diestra y su

siniestra al cielo, y juró por el que vive por los siglos,

que será por tiempo, tiempos, y la mitad de un tiempo.

Y cuando se acabe la dispersión del poder del pueblo

santo, todas estas cosas serán cumplidas.”

D. LA ORDEN FINAL DEL ÁNGEL AL APÓSTOL JUAN

1. Para concluir, vemos que la voz que Juan oyó en el

cielo le da una orden final al apóstol Juan, para que

tome el librito abierto que tiene el ángel en su mano,

con el propósito de que lo comiera. El apóstol es

obediente al mandato y de inmediato se acerca al

ángel para pedirle el librito y ejecutar la orden.

2. La orden es la que se expresa en el (vv. 8-10) cuando

dice: “10:8 La voz que oí del cielo habló otra vez

conmigo, y dijo: Ve y toma el librito que está abierto en

la mano del ángel que está en pie sobre el mar y sobre

la tierra. 10:9 Y fui al ángel, diciéndole que me diese el

librito. Y él me dijo: Toma, y cómelo; y te amargará el

vientre, pero en tu boca será dulce como la miel.



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10:10 Entonces tomé el librito de la mano del ángel, y lo

comí; y era dulce en mi boca como la miel, pero

cuando lo hube comido, amargó mi vientre.” Cuando

Juan recibe la orden, de inmediato toma acción de

obedecer y comprueba lo que le ha declarado la voz

del cielo.

3. Al hacer esto, Juan oye nuevamente que se le dice:

“10:11 Y él me dijo: Es necesario que profetices otra vez

sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes.” La

orden que aquí se da es la revelación de la

culminación de los hechos portentosos que Dios

ejecutará como juicio sobre la tierra y que los mismos

serán revelados desde (11:15 hasta el final de este

libro).

II. LA PRESENTACIÓN DE LOS DOS TESTIGOS Apocalipsis 11:1-5

A. LA MEDICIÓN DEL TEMPLO DE JERUSALÉN

1. En este momento se le da al apóstol Juan la orden de

medir el templo de Dios. El texto nos declara: “11:1

Entonces me fue dada una caña semejante a una vara

de medir, y se me dijo: Levántate, y mide el templo de

Dios, y el altar, y a los que adoran en él.” Aunque

algunos han espiritualizado el texto, declarando que

este templo se refiere a la iglesia, por otro lado

sabemos que durante este período el templo de

Jerusalén estará reconstruido para que ocurra en él lo

que se profetizó en Daniel 9:27.



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2. Con esta orden se le entrega a Juan una caña

“kálamos” (planta común que crecía junto al río

Jordán), semejante a una vara de medir, con el fin de

hacer una especie de inventario y de esta manera dar

a entender la preservación del mismo para cuando

venga sobre la ciudad las devastaciones y venga la

consumación, y lo que está determinado se derrame

sobre el desolador.

3. Veamos también que con la orden dada a Juan se

deja fuera el patio que está fuera del templo, “11:2 Pero

el patio que está fuera del templo déjalo aparte, y no

lo midas, porque ha sido entregado a los gentiles; y

ellos hollarán la ciudad santa cuarenta y dos

meses.” Se dice que el patio ha sido entregado a los

gentiles, el cual será hollado junto con la ciudad santa

por 42 meses o 3 ½ años. Esta es la segunda mitad de

la gran tribulación, período profetizado por el Señor

Jesucristo en Lucas 21:24. La expresión “…y a los que

adoran en él”, de seguro se refiere a aquellos que son

una representación del futuro remanente santo de

Israel que adorará a Dios en el templo reconstruido.



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B. LA PROMESA DE LOS DOS TESTIGOS

1. Dentro de esta orden dada al apóstol Juan, se da la

promesa del envío de los dos testigos que profetizarán

en este mismo período, el cual es dado ahora en días,

(1,260 días / 365 = 3½ años). “11:3 Y daré a mis dos

testigos que profeticen por mil doscientos sesenta días,

vestidos de cilicio.

11:4 Estos testigos son los dos olivos, y los dos

candeleros que están en pie delante del Dios de la

tierra.”

2. Estos testigos tienen como propósito profetizar con el

poder del Espíritu Santo, quien los capacitará en

aquellos días tan difíciles. Concerniente a los testigos se

utilizan dos figuras, la de los olivos y la de los candeleros

que están delante del Dios de la tierra. Estas dos figuras

fueron utilizadas por el profeta Zacarías para hablar del

ministerio de Josué y Zorobabel cuando en su oficio de

sacerdote y rey vivieron los días del regreso del

cautiverio babilónico - Zacarías 4:2-6.

3. Estos dos testigos, según el texto, están en pie delante

del Dios de la tierra. Esta expresión apunta hacia lo que

declara Zacarías 4:14 acerca de Josué y Zorobabel, el

cual afirma que éstos son los dos ungidos que están

delante del Señor de toda la tierra, haciendo

referencia al Mesías que como rey viene con poder y

gloria para establecer su reino de paz y justicia.

C. LA PROTECCIÓN DE LOS DOS TESTIGOS

1. Notemos ahora que el (v. 5) nos dice: “11:5 Si alguno

quiere dañarlos, sale fuego de la boca de ellos, y

devora a sus enemigos; y si alguno quiere hacerles



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daño, debe morir él de la misma manera.” Dios dotará

a estos dos siervos de un poder especial, de tal manera

que nadie podrá hacerles daño a menos que él no lo

permita.

2. Lo que estamos diciendo es que estos testigos,

tendrán poderes sobrenaturales por medio de los

cuales serán capaces de exterminar a todos aquellos

que de seguro, en esos días arremeterán contra todos

los que osen predicar el evangelio de Nuestro Señor

Jesucristo.

3. Durante su estadía en la tierra, nadie podrá

enfrentarse a ellos, ni contradecir lo que será su labor

en pro de la obra de Dios, de evangelizar al

remanente fiel de Israel junto a los 144,000 sellados

que también harán la obra de evangelistas.

III. LA LABOR DE LOS DOS TESTIGOS Apocalipsis 11:6-14

A. SU PODER SOBRE LA NATURALEZA

1. Ahora entramos en las actividades y eventos que

estarán sucediendo en torno a estos dos testigos. El (v.

6) nos declara: “11:6 Estos tienen poder para cerrar el

cielo, a fin de que no llueva en los días de su profecía;

y tienen poder sobre las aguas para convertirlas en

sangre, y para herir la tierra con toda plaga, cuantas

veces quieran.” Esto nos indica que ellos, además de

tener poder para defenderse en contra de sus

enemigos, tendrán poder para actuar sobre la

naturaleza, cuando ellos lo consideren.



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2. Esta idea nos recuerda el poder que Dios dio a Moisés

sobre estos elementos, cuando nos dice la escritura

que convirtió el agua en sangre, trajo las plagas de

animales y otras muchas señales que le acompañaron

al ir a sacar a su pueblo Israel de Egipto - Éxodo 7 a 12.

3. Durante este período harán cerrar el cielo, a fin de que

no llueva durante los 3½ años que dure esta profecía.

De igual forma convertirán el agua en sangre, además

del poder que tendrán de traer cualquier tipo de

plaga con la cual hieran la tierra y sus moradores en

aquellos días.

B. SU APARENTE DERROTA

1. Aún los poderes presentados en los (vv. 5, 6), estos 2

testigos dejarán que los maten. Como podemos ver en

los (vv. 7, 8) se dice: “11:7 Cuando hayan acabado su

testimonio, la bestia que sube del abismo hará guerra

contra ellos, y los vencerá y los matará. 11:8 Y sus

cadáveres estarán en la plaza de la grande ciudad

que en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto,

donde también nuestro Señor fue crucificado.” la

bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos, y



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los vencerá y los matará. Esto por supuesto con la

anuencia de Dios.

2. El propósito de Dios al permitir esto, es que los

habitantes de la tierra piensen que han ganado la

batalla. Como podemos leer, en los (vv. 9, 10) al decir:

“11:9 Y los de los pueblos, tribus, lenguas y naciones

verán sus cadáveres por tres días y medio, y no

permitirán que sean sepultados. 11:10 Y los moradores

de la tierra se regocijarán sobre ellos y se alegrarán, y

se enviarán regalos unos a otros; porque estos dos

profetas habían atormentado a los moradores de la

tierra.” Como vemos aquí, la gente impía de aquellos

días, estarán de fiesta, enviándose regalos por la gran

celebración de saber que estos testigos, que

atormentaban la tierra con su predicación, han sido

exterminados.

3. Es bueno notar que el lugar donde serán expuestos sus

cadáveres es la ciudad de Jerusalén, (porque no

dejarán que los sepulten), donde el Señor fue

crucificado, mas sin embargo se le llama Sodoma y

Egipto. Esta analogía es traída para ilustrar la gran

degradación moral, así como la gran opresión y

esclavitud que existirá hacia el pueblo de Dios en los

días del Anticristo.

C. LA VICTORIOSA RESURRECCIÓN

1. Para sorpresa de todos los pueblos, tribus, lenguas y

naciones, estos 2 testigos, a los 3½ días, recibirán

espíritu de vida de parte de Dios como nos dice el (v.

11) trayendo gran temor sobre los que los vieron. Aquí

se testifica diciendo: “11:11 Pero después de tres días y

medio entró en ellos el espíritu de vida enviado por

Dios, y se levantaron sobre sus pies, y cayó gran temor

sobre los que los vieron.”



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2. No solamente nos dice el texto que estos dos testigos

serán resucitados por Dios, sino que serán llevados al

cielo en una especie de ascensión como la del Señor.

Notemos que el texto dice: “11:12 Y oyeron una gran

voz del cielo, que les decía: Subid acá. Y subieron al

cielo en una nube; y sus enemigos los vieron.”

3. Por último vemos que al ascender a los cielos, estos

siervos provocan serias problemáticas en Jerusalén.

Veamos como nos declara el apóstol Juan esta

conclusión: “11:13 En aquella hora hubo un gran

terremoto, y la décima parte de la ciudad se

derrumbó, y por el terremoto murieron en número de

siete mil hombres; y los demás se aterrorizaron, y dieron

gloria al Dios del cielo.”

CONCLUSIÓN Y APLICACIÓN: Concluyendo esta porción del libro del Apocalipsis, vemos que

realmente hay grande juicio de Dios para aquellos que tocan sus siervos.

Aquí debemos recordar lo que nos dice el Salmo 28:8: “Jehová es la

fortaleza de su pueblo, Y el refugio salvador de su ungido.” Por tanto,

debemos entender que Dios defenderá a aquellos a quienes han servido



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a sus propósitos y principalmente a aquellos que lo han dejado todo para

formar parte de su ejército.

El pasaje concluye diciendo: “11:14 El segundo ay pasó; he aquí, el

tercer ay viene pronto.” En (8:13) se nos habla de los tres ayes, en (9:12)

concluye el primer “ay” y ahora el segundo, el tercero queda por

cumplirse. Oremos para que Dios tenga misericordia de sus elegidos.

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