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97 CUADERNOS Nº 15, FHYCS-UNJu, 2002 * Universidad Nacional de Catamarca. POBREZA, CIENCIAS SOCIALES Y FILOSOFIA: HACIA UN ANALISIS DE LOS SUPUESTOS ONTOLOGICOS DE LOS ESTUDIOS DE POBREZA (POSERTY, PHILOSOPHY AND SOCIAL SCIENCES TOWARDS AN ANÁLISIS OF THE ONTOLOGICAL SUPPOSITIONS OF THE STUDIES ABOUT POSERTY) ADRIÁN SCRIBANO* RESUMEN En las últimas dos décadas del siglo pasado el fenómeno de la pobreza ha evidenciado un crecimiento extensivo e intensivo. Por un lado, son cada vez más los que tienen menos, y por otro, se han incorporado nuevos sectores a la franja de población considerada pobre. La situación aludida ha motivado diversos estudios sobre el fenómeno, no sin generar discusiones teóricas y empíricas sobre las posibilidades de conocimiento que las ciencias sociales tienen sobre el mismo. Especialmente en Argentina se han efectuado interpretaciones disímiles cuyas diferencias se originan, tanto en lo metodológico, como en la determinación de las unidades de análisis o en la utilización de marcos teóricos diferentes. La presente comunicación sintetiza los primeros hallazgos de una investigación en curso que intenta realizar un análisis de las imágenes del mundo que suponen los distintos enfoques sobre la pobreza en nuestro país producidos en los años 90'. Sí bien dicha investigación es de carácter epistemológico, intenta mostrar cómo las diversas formas de representar e intervenir la pobreza que se han producido implican una serie de supuestos ontológicos. Esta comunicación tiene dos objetivos centrales; explicitar cuál es el contenido ontológico de los estudios sobre pobreza y reflexionar sobre el papel crítico de la filosofía en un campo disciplinar de profundas consecuencias prácticas. En este sentido se sostendrá: en primer lugar, que las teorías contienen ciertas figuras de cómo “es el pobre” y también que el preguntarse por ellas se diferencia del cuestionarse sobre el cómo podemos conocer “el mundo de la pobreza”. En segundo lugar que en consecuencia, un análisis de la dimensión ontológica proporciona una reflexión sobre los modos de existir de las cosas y permite analizar componentes pre y meta teóricos de las teorías y; finalmente que por esta vía es posible repensar de un modo distinto la práctica epistemológica en tanto filosofía de las ciencias sociales. ABSTRACT In the last two decades of the past century the phenomenon of poserty has shown an extensive and intensive growth.

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    CUADERNOS N 15, FHYCS-UNJu, 2002

    * Universidad Nacional de Catamarca.

    POBREZA, CIENCIAS SOCIALES Y FILOSOFIA: HACIA UN ANALISIS DELOS SUPUESTOS ONTOLOGICOS DE LOS ESTUDIOS DE POBREZA

    (POSERTY, PHILOSOPHY AND SOCIAL SCIENCES TOWARDS AN ANLISISOF THE ONTOLOGICAL SUPPOSITIONS OF THE STUDIES ABOUT

    POSERTY)

    ADRIN SCRIBANO*

    RESUMEN

    En las ltimas dos dcadas del siglo pasado el fenmeno de la pobreza haevidenciado un crecimiento extensivo e intensivo. Por un lado, son cada vez mslos que tienen menos, y por otro, se han incorporado nuevos sectores a la franja depoblacin considerada pobre.

    La situacin aludida ha motivado diversos estudios sobre el fenmeno, no singenerar discusiones tericas y empricas sobre las posibilidades de conocimientoque las ciencias sociales tienen sobre el mismo. Especialmente en Argentina sehan efectuado interpretaciones dismiles cuyas diferencias se originan, tanto en lometodolgico, como en la determinacin de las unidades de anlisis o en la utilizacinde marcos tericos diferentes.

    La presente comunicacin sintetiza los primeros hallazgos de unainvestigacin en curso que intenta realizar un anlisis de las imgenes del mundoque suponen los distintos enfoques sobre la pobreza en nuestro pas producidos enlos aos 90'. S bien dicha investigacin es de carcter epistemolgico, intentamostrar cmo las diversas formas de representar e intervenir la pobreza que se hanproducido implican una serie de supuestos ontolgicos.

    Esta comunicacin tiene dos objetivos centrales; explicitar cul es elcontenido ontolgico de los estudios sobre pobreza y reflexionar sobre el papelcrtico de la filosofa en un campo disciplinar de profundas consecuencias prcticas.

    En este sentido se sostendr: en primer lugar, que las teoras contienenciertas figuras de cmo es el pobre y tambin que el preguntarse por ellas sediferencia del cuestionarse sobre el cmo podemos conocer el mundo de la pobreza.En segundo lugar que en consecuencia, un anlisis de la dimensin ontolgicaproporciona una reflexin sobre los modos de existir de las cosas y permite analizarcomponentes pre y meta tericos de las teoras y; finalmente que por esta va esposible repensar de un modo distinto la prctica epistemolgica en tanto filosofa delas ciencias sociales.

    ABSTRACT

    In the last two decades of the past century the phenomenon of poserty hasshown an extensive and intensive growth.

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    ADRIN SCRIBANOOn one hand there are more people who have little money and on the other

    hand, there are new sectors added to this category who are considered poor.This situation has originated different studies about the phenomenon, gener-

    ating arguments and theories about the possibilities of the knowledge that the so-cial sciences have about it.

    Especially in Argentina different interpretations were carried out whose differ-ences were originated in the methodological as web as in the determination of theunities of analices or in the use of different theoretical frames.

    This work synthesizes the first dicoseries of a research work that is beingcarried out, analizing the world images that is being carried out, analizing the worldimages that suppose the different focussing on poserty in our country in 1990s.

    Zhough the present research work has an epistemological foundation, it alsotries to show poserty has ontological suppositions.

    This communication has two main objetives. One explains the ontologicalcontent of the studies about poserty and the other is about the thinking of thecritical attitude of phylosophy in a disciplinary field of deep practical consecuences.

    In this sense it will be kept in mind: first, that theories have certain de-scriptions of how the poor is, second, an anlisis of the ontological dimensionthat gives a reflection about the ways things exist, tus allowing the anlisis of thecomponents, pre and meta theory of theories. Finally, through this mdium it, isposible to rethink in a different way, the epistemological practice both inphylosophy and in the social sciences.

    En las ltimas dos dcadas del siglo pasado el fenmeno de la pobreza haevidenciado un crecimiento extensivo e intensivo. Por un lado, son cada vez mslos que tienen menos, y por otro, se han incorporado nuevos sectores a la franja depoblacin considerada pobre.

    En el Panorama Social de Amrica Latina de 1995 publicado por la CEPAL,destinado a mostrar los xitos en la lucha por superar la pobreza, se acepta,respecto a la Argentina, que de la actual cifra promedio de desempleo urbano enArgentina (que triplica la registrada en 1992) se desprende que debe haberseproducido un incremento sustancial del nmero de hogares con desempleados, loque tendra que redundar en un fuerte descenso del ingreso de los hogares de losdeciles ms pobres, con el consiguiente aumento de la pobreza (CEPAL 1995).Esta afirmacin nos releva, al menos en este contexto discursivo, de aumentar elnmero de referencias bibliogrficas para apoyar nuestro diagnstico inicial, asaber, la pobreza en Argentina ha crecido y adems se ha metamorfoseado. Esdecir, no solamente ha existido un aumento cuantitativo de las personas envueltaspor el fenmeno, sino que adems, es ste el que ha cambiado cualitativamente.

    La situacin aludida ha motivado diversos estudios sobre el fenmeno, no singenerar discusiones tericas y empricas sobre las posibilidades de conocimientoque las ciencias sociales tienen sobre el mismo. Especialmente en Argentina, sehan efectuado interpretaciones dismiles cuyas diferencias se originan tanto en lometodolgico como en los marcos tericos referenciales que se utilizan, como astambin en la determinacin de las unidades de anlisis de los estudios empricos.

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    CUADERNOS N 15, FHYCS-UNJu, 2002En uno de los primeros trabajos publicados en los aos 90 sobre la pobreza

    en Argentina se afirmaba: muchas familias de la clase media han visto reducirsesus ingresos hasta caer por debajo de la lnea de pobreza. Lmite que indica quinespueden acceder a una canasta bsica de bienes y servicios y quines no puedenhacerlo. Entre estos ltimos, estn los llamados nuevos pobres (Minujin 1992:9).De este modo, es posible observar que junto con la pobreza se tematizan problemasconexos: el desempleo, la cada social de la clase media y la exclusin social.Aparece as la utilizacin de conceptos tales como hogares de los deciles mspobres, descenso del ingreso, lnea de pobreza, nuevos pobres, que sinduda manifiestan diversas maneras de MIRAR la pobreza y distintas formas deMEDIRLA.

    Nuestra investigacin Representar e Intervenir la Pobreza intenta realizarun anlisis de las imgenes del mundo que tienen los distintos enfoques sobre lapobreza en nuestro pas producidos en los aos 90. Es decir, es una investigacinepistemolgica que trata de analizar las diversas formas de representar e intervenirla pobreza que se han producido en el campo de las ciencias sociales en nuestropas. Ello implica una revisin crtica de los modos posibles de entender la pobrezay tambin de las formas en que las ciencias sociales contribuyen a su intervencin.

    La presente comunicacin sintetiza los primeros hallazgos de la investigacinaludida y tiene dos objetivos centrales: explicitar de modo sinttico y preliminarcul es el contenido ontolgico de los estudios sobre pobreza y reflexionar sobre elpapel crtico de la filosofa en un campo disciplinar de profundas consecuenciasprcticas.

    Para lograr estos objetivos se ha procedido de la siguiente manera: (a) sehan reseado los instrumentos tericos que se utilizan en la interpretacin de unaimagen del mundo; (b) se ha explicitado el contexto de produccin de la aludidainterpretacin en base a trabajos elaborados con anterioridad; (c) se bosquejan lascaractersticas centrales de una imagen del mundo que emerge de los primerosanlisis realizados y se muestra el uso de enunciados metafricos en los estudiossobre pobreza; finalmente (d) se consignan algunas reflexiones sobre posiblesconexiones entre filosofa y ciencias sociales a la luz de la interpretacin efectuada.

    En este sentido se sostendr, en primer lugar, que las teoras contienenciertas figuras de cmo es el pobre y tambin que el preguntarse por ellas sediferencia del cuestionarse sobre el cmo podemos conocer el mundo de la pobreza.En segundo lugar, que un anlisis de la dimensin ontolgica proporciona, enconsecuencia, una reflexin sobre los modos de existir de las cosas y permiteanalizar componentes pre y meta tericos de las teoras y, finalmente, que por estava es posible repensar de un modo distinto la prctica epistemolgica en tantofilosofa de las ciencias sociales.

    I. ONTOLOGA E IMGENES DEL MUNDO

    En 1992 en su artculo El sujeto de la pobreza: un problema de la teorasocial, Horacio Gonzlez mostr la existencia de tres visiones del mundo oposiciones ideolgicas sobre la pobreza en la teora social. En dicho artculo se

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    ADRIN SCRIBANOexploran tres entradas provisorias a los usos ideolgicos de la pobreza y sussujetos sociales,...1) la visin evanglico-revolucionaria; 2) la visin picaresco-romntica; 3) la visin sociolgica. (Gonzlez 1992:286).

    Nuestra modo de abordar la problemtica es distinto y por eso no podemoscomenzar nuestra interpretacin sin antes introducir, muy sintticamente, lasherramientas conceptuales con las cuales el anlisis se efecta(2).

    El supuesto inicial es que toda teora puede ser analizada y criticada endistintos niveles (Scribano 1996). Bsicamente estos niveles son el tericosustantivo, el ontolgico, el epistemolgico, el metodolgico y el crtico. Lapresentacin esquemtica de estas esferas/niveles no implica ningn orden deprioridad ni pretende fijar una estratificacin discursiva nica para las teoras. Esdecir, no se pretende afirmar, por ejemplo, que se debe iniciar el anlisis por loterico sustantivo y terminar por lo crtico, como as tampoco, que el primero sea loms superficial y lo ltimo lo ms profundo.

    El inters principal de este estudio es el anlisis del nivel ontolgico dadoque es all donde se pueden observar el trabajo de produccin y reproduccin delas imgenes del mundo.

    En esta direccin se parte del supuesto de que las imgenes del mundo seligan de una manera u otra a la vida cotidiana comprendiendo que la primera ontologaes el conocimiento cotidiano que los sujetos comparten y que las comunidadescientficas construyen sus propias interpretaciones desde posiciones infundadas,esto es, no argumentadas, pero argumentables, es decir, con posibilidad de serfundamentadas. Pareciera que las imgenes del mundo o estn all como desdesiempre, o se reconstruyen accidentalmente para dar sentido a la accin azarosa,o se construyen intencionalmente en un tiempo-espacio determinado.

    En este contexto, se entender preliminarmente por imagen del mundo en relacin a las teoras en ciencias sociales al conjunto de presuposicionessobre el modo de existir de los agentes, el tiempo, el espacio y sus relacionescon la realidad social que constituyen las aludidas teoras.

    Para interpretar una imagen del mundo debemos reconocer los siguientessupuestos acerca de su constitucin:a) La imagen supone una nocin de agente que implica decisiones respecto a una

    idea de sujeto y de cmo esos sujetos se producen y reproducen.b) Adems, implica una visin sobre cules son los recursos que los agentes

    usan para distinguirse y jerarquizarse, entre los cuales se pueden destacar:lenguaje, conocimiento, informacin, poder y riqueza.

    c) Por otro lado establece cules son los sujetos/objetos de otra especie con losque el hombre comparte su horizonteambiente y cmo se da dicha relacin.

    d) Incluye una visin del tiempo-espacio, que puede expresarse en la combinacinde algunos de los siguientes pares: cambio/estabilidad, transformacin/reproduccin, horizonte/regin, proceso/mecanismo.

    Para que estos elementos de una imagen del mundo adquieran una formaespecfica, las definiciones acerca de las relaciones es decir, respecto a cmose conectan, necesitan de la articulacin de una visin de lo otro y una pintura

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    CUADERNOS N 15, FHYCS-UNJu, 2002de lo existente que provean una figura para dichas relaciones y los contornos enlas cuales se deben interpretar como significativas.

    La imagen del mundo no se refiere directamente a la red conceptual de lasteoras, es decir, desde la imagen del mundo no se pretende valorar las definicionesconceptuales en s mismas. De este modo, para que la bsqueda y anlisis de lasimgenes del mundo se diferencie claramente del anlisis de la teora a nivelsustantivo se debe tener presente que la primera nos posibilita aprehender elcontorno de los esquemas perceptivos desde donde la teora viene construida.

    Un punto de partida de gran importancia para analizar una imagen del mundoradica en aprovechar lo que conocemos acerca de los sujetos sociales para realizarun anlisis del cientfico social en tanto proponente de teoras. Vale decir, poner enjuego lo que sabemos respecto a la produccin y reproduccin del conocimiento delos sujetos en el propio hecho de su investigacin.

    Como lo hemos sealado, la visin de lo otro es un elemento de laimagen del mundo cuyo rol es permitir diferenciar y reconocer desde dnde elcientfico est mirando la realidad. Debemos aceptar entonces que:1) una visin es un horizonte perceptivo desde donde el mundo social o algunosde sus componentes se nos ordena significativamente;2) este horizonte nos permite captar y dimensionar las cosas que lo pueblan;3) estas cosas se nos presentan como relacionadas y definidas recprocamente.

    Una imagen del mundo implica, en tanto indicador de los modos de existenciaque presupone una teora, la elaboracin de la diferencia. En principio, dichaelaboracin involucra la posibilidad de que desde dicha imagen se puedan estructurarcognitivamente dos procesos: el proceso por el cual el cientfico puede diferenciarsedel mundo que analiza y el proceso por el cual se puede percibir que los habitantesde ese mundo se diferencian y reconocen.

    Una imagen del mundo contar con elementos que permitan, por un lado,distanciar al cientfico con lo que hay de natural en el mundo que percibe; y, porotro lado, le otorga a los habitantes de ese mundo un lugar desde donde cada unopuede reconocerse como diferente e idntico a la vez. Este proceso se activaespecialmente en relacin a los seres humanos en tanto agentes sujetos a procesosde heteroreconocimiento. Esta elaboracin de la diferencia se presenta comopropedutica hacia la conformacin de un horizonte perceptivo.

    La imagen del mundo contiene el punto de partida desde donde la observacindel mundo se hace visin, es decir, los marcos perceptuales que hacen que loshabitantes de dicho mundo emerjan a-la-vista, relacionados significativamente. Deesta manera, sujetos y objetos pueden ser captados por las teoras pues poseenuna visin que posibilita ponerlos en relacin y en dicha relacionalidad dimensionarlos.La visin de lo otro que portan las imgenes tienen la propiedad de establecer losprocesos relacionales por los cuales los habitantes del mundo social sern medidos;es decir, captados en referencia a un campo relacional especfico. Es en este sentidoque los habitantes adquieren sentido slo si se ponen en relacin unos con otros;las imgenes prevn los modos de reciprocidad entre los habitantes que posibilitansu percepcin. De esta manera, la visin de lo otro es el elemento de la imagen del

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    ADRIN SCRIBANOmundo que implica los marcos de significados cognitivos desde donde se construirla percepcin. En esta direccin, dicha visin est fuertemente relacionada a losprocesos de adquisicin, produccin y reproduccin de los habitus acadmicos.

    Esta visin de lo otro, en tanto marco perceptual general, se pone en relacinentonces con la pintura de lo existente que involucra la propia nocin de imagendel mundo. Esta pintura puede ser explorada y conocida en tanto involucra:

    1) Una representacin de la realidad que permite poner en juego nuestravisin de lo otro como horizonte perceptivo con unos elementos determinados queson los habitantes del mundo percibido.2) Formas de relacin entre lo representado y el representante. Es decir, entreel mundo representado y el cientfico que intenta captarlo desde esa representacin.3) Algunas pautas generales para determinar la relacin entre lo representado, elrepresentante y el horizonte implicado.(3)

    Esta pintura de lo existente es el contenido de la visin de lo otro, dado queprovee de las representaciones sobre lo real que las teoras poseern. Es decir,las imgenes del mundo implican los supuestos por los cuales las redes conceptualesdefinirn las caractersticas de uno u otro habitante del mundo social. Dichasrepresentaciones operan, es decir, actan, gracias a las pautas relacionales queprovee la visin de lo otro. Pero son tales, es decir, dibujan de una forma y no deotra la existencia de los habitantes del mundo, en la medida que involucran losrasgos constitutivos de los mismos que se supondrn como factores constitutivosde su especificidad en tanto elemento relacional de la imagen. Esta pintura implica,en tanto dibujo de los elementos del mundo social, que las imgenes disponen debosquejos previos desde donde se extraern los modos de nominacin de loselementos del mundo y los rasgos esttico-cognitivos que permitirn a la visin delo otro actuar en tanto portadora de la diferencia. Pero adems, la aludida pinturatermina por definir las relaciones entre dibujante y dibujo, entre los elementos, lasrepresentaciones sobre ellos, el horizonte por el cual se perciben y el perceptor.Una pintura de lo existente implica as, la definicin del sujeto que conoce, delsujeto que, qua cientfico, construye dicha pintura. La relacin entre lo que serepresenta y el representante en tanto hacedor de representaciones involucra laaceptacin de mundos posibles previamente constituidos a los que se quiererepresentar, ya que las imgenes del mundo se forman suponiendo las mediacionessimblicas que tiene a la mano el cientfico qua lego. En este sentido, la pintura delo existente se liga ms directamente con los modos por los cuales se incorporana las imgenes del mundo las metforas que anidan en el cotidiano mundo de lavida del cientfico qua lego.

    De este modo, la visin de lo otro ajusta la pintura de lo existente y ambasmarcan una imagen del mundo que deviene potencialmente criticable y por lo tantoexplicitable y analizable.

    Una vez sintetizadas las herramientas conceptuales para realizar el anlisisde imgenes del mundo es conveniente aclarar ahora cul es nuestro punto departida para la interpretacin de la imagen del mundo de la pobreza.

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    CUADERNOS N 15, FHYCS-UNJu, 2002II. POBRE, POBREZA, MUNDO SOCIAL Y CIENCIAS SOCIALES. EL CONTEXTODE PRODUCCIN DE LA INTERPRETACIN SOBRE LA IMAGEN DEL MUNDO

    Este apartado muestra, de manera sumaria, el punto de partida que se creenecesario tomar para el anlisis y la interpretacin de las imgenes del mundo delos estudios sobre la pobreza. Esta accin se efecta con el convencimiento deque siempre es necesario explicitar el contexto de produccin de una interpretaciny, especialmente en nuestro caso, si se han realizado trabajos conexos ntimamenterelacionados a la problemtica que se aborda.(4)

    Como se afirmara ya, existen hoy fenmenos asociados con la situacin deprofundizacin cualitativa y cuantitativa de la pobreza. Otros hechos que aparecenen el horizonte de percepcin social aparentan no estar ligados directamente con lapobreza, pero a nadie se le escapa que guardan un estrecha relacin con la misma.En este contexto, emergen algunos fenmenos tales como la violencia, el conflictosocial y las situaciones cada vez ms amplias de genocidio social.

    Es cierto que el fantasma de la pobreza no se puede aducir comomecanismo omniexplicativo y unicausal de todos y cada uno de estosfenmenos. La intencin aqu es sintetizar de forma provisoria algunas de laspistas de anlisis encontradas para contextualizar nuestras interpretaciones,para que as, lo complejo y lo aparentemente catico tomen algn sentido ypuedan ser objetivados.

    El hilo conductor que permite entender lo que se afirma en ste apartado (yen todo el trabajo) es la simple idea de tratar a los actores en tanto sujetos, esdecir, recuperar la dimensin subjetiva de las problemticas analizadas en unesfuerzo por comprender como tratan algunos de los enfoques para estudiar lapobreza al pobre como sujeto social.

    El punto de partida consiste en aceptar las conexiones entre fragmentacinsocial, redes de contencin y re-posicionamiento ciudadano (Scribano 1999b),plantendose en este marco la necesidad de entender las nuevas relacionesentre demandas de subjetividad e identidades en trnsito (Scribano 2000a).Desde estos supuestos y por esta va aparece con mayor vigor la urgencia deadecuar la imagen de sujeto que supone la teora social a la hora de interpretarla pobreza y los fenmenos a ella asociada, atravesados stos por las demandasde subjetividad.

    Dentro de los condicionamientos para lograr una adecuada visin de sujetose encuentra, por un lado, la relacin entre pobreza y constitucin de la identidad y,por otro, la relacin entre pobreza, poltica y espacios pblicos.

    Fundamentalmente, en nuestro contexto local, se manifiesta el desafo depensar dicha constitucin en el marco de procesos de exclusin y empobrecimiento,cuestin que trae aparejada decisiones fundamentales respecto a las imgenessobre la pobreza que recorren nuestras teoras. En otro lugar hemos sealado comouno de los aspectos fundamentales de este problema es el desafo de completar elconjunto de indicadores para medir la pobreza con un desplazamiento hacia lareflexin de las demandas de subjetividad de los actores que ocupan el lugar depobres (Scribano 1998b, 1999b). Las maneras de representar e intervenir la pobreza

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    ADRIN SCRIBANOimplican dilucidar una visin de sujeto en tanto unidad de anlisis, pero por otro ladotambin la pobreza condiciona una especial ontologa de lo social que modifica laconstitucin identitaria de los sujetos que la soportan.

    Una pista de lo que aqu se quiere significar es la relacin entre mtodospara medir la pobreza y lo que llamaremos proceso de eufemizacin etiquetante.Es decir, un proceso de reflexividad institucional de los estudios sobre pobrezamediante el cual los constructores de polticas sociales resignifican los contenidosconceptuales y operan sobre la realidad performativamente. Afectando la posicinsubjetiva del agente, lo que se nombra como pobre eufemsticamente comienza uncomplejo proceso de etiquetamiento, proceso que va de la simple identificacin delactor o la familia pobre a la estigmatizacin de los sectores sociales consideradospobres.

    De acuerdo a los mtodos y su utilizacin en la polticas sociales emergenuna pluralidad de otros que son cientficamente diferentes. Pobres, indigentes,pobres estructurales y nuevos pobres se transforman por todo el peso performativodel discurso cientfico en personajes distintos de la narracin de la pobreza. Paradecirlo directamente, el pobre no slo es pobre sino que vuelve a ser un diferente,problemtica que la vieja cuestin social enfrent en el siglo pasado. En nuestrasociedad estamos asistiendo a dos procesos diversos y convergentes que la visinsocial legtima oculta, por un lado la fragmentacin y por otro la exclusin. Desdeun punto de vista identitario asistimos a la disolucin de los apelativosorganizacionales de pertenencia, es decir, no somos ms la gran masa del pueblo,ni el compaero trabajador, como as tampoco el Doctor Fulano o el IngenieroMengano, slo somos lo que podemos ser. De este modo el Estado, las ONG ylas instituciones intermedias nos perciben, clasifican y atienden de acuerdo a lacategora de la fragmentacin en la que estamos inscriptos discursivamente. Laexclusin es la peor consecuencia de la fragmentacin, pues es el terreno an nonominado y por lo tanto consiste en la virtual inexistencia personal, en la imposibilidadde decirse a s mismo.

    Surge as, uno de los aspectos centrales de los primeros resultados de nuestrainvestigacin, la diferencia como amenaza a la identidad. Esto puede ser entendidosi retomamos la fragmentacin y sus consecuencias para los mecanismos decoordinacin de la accin social. En la sociologa, desde Marx a Durkheim, siemprese tuvo claro que para que exista identidad personal deban existir lazos socialesque contextualizaran el proceso de construccin de dicha identidad. Hoy nosenfrentamos a un curioso proceso dialctico de homogenizacin de la heterogeneidadque implica la ruptura de las prcticas sociales comunes y que impone la diferenciadesde el afuera restringiendo el espacio de decisin individual bsico para ser loque uno quiera ser. Desde este punto de vista una teora social que no sea capaz dereconocer las transformaciones ontolgicas de la subjetividad en contextos depobreza y exclusin perder de vista al menos dos facetas importantes de dichatransformaciones: en primer lugar, el achicamiento de los espacios del Yo y, ensegundo lugar, la paradjica ampliacin de los mecanismos de auto-identidad.Es decir, la amenaza de la represin del etiquetamiento y la resistencia personaly colectiva que ello ocasiona.

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    CUADERNOS N 15, FHYCS-UNJu, 2002Retomando algunas de las puntas que en esta reflexin se han insinuado (y

    suponiendo las investigaciones empricas realizadas) se puede decir que los pobresenfatizan da a da la urgencia de ser considerados sujetos por la polticas focalizadasy por la sociedad en general. Esta urgencia se asienta en la necesidad dereconocimiento de sus capacidades en tanto seres humanos. A la trama complejaque constituyen estas exigencias de reconocimiento se las designar comodemandas de subjetividad que anidan en los procesos de construccin de la identidadpersonal y que emergen como plataforma de las acciones colectivas en la actualidad(Scribano 2000b, 1999a).

    Las demandas de subjetividad se orientan a obtener reconocimiento en elcontexto de una radical temporalidad de la identidad personal. Es decir, el juegoentre autoreconocimiento y heteroreconocimiento es recontextualizado a la luzde la posicin del sujeto en el campo de la exclusin. Aparece hoy con muchafuerza que los sectores pobres entre los pobres perciben la amenaza de la dialcticaentre estar pobres y ser pobres, en tanto acto de nominacin que les impides alos poderes sociales su visibilidad y llegar a encontrarse en la situacin literal deser un don nadie. Este acto de nominacin tiene origen en la palabra legtima queencarna el saber cientfico. De all la necesidad de explorar los pre-supuestos delos estudios sobre la pobreza.

    Por esto es que las estrategias de los pobres consisten en enfatizar lo queen ellos hay de genrico y constitutivo: su subjetividad, es decir, apelan a unaestrategia de reconocimiento de su identidad recortada al talle de su condicionalidady transitoriedad. No pueden dejar que los clasifiquen, puesto que as seran incluidosy/o borrados de uno u otro registro de pobres, por lo que deben des-focalizar laaccin estatal y reclamar sus cualidades particulares en tanto sujetos.

    Lo anterior nos permite observar claramente cmo aparece la relacin entrefragmentacin social, redes de contencin y re-posicionamiento ciudadano. Pues,de la mano de las demandas de subjetividad, se presentan las consecuencias de lafragmentacin, la percepcin de la orientacin de las redes de contencin y lanecesidad de recuperar los espacios pblicos en donde ser ciudadano.

    Es en este sentido que hemos credo conveniente iniciar una meta-crtica delas nociones que se usan para medir, establecer y planificar la pobreza, comoplataforma reflexiva que permita repensar la visin de sujeto que ello implica. Sloa modo de presentacin sinttica, digamos que en las formas legtimas usadaspara etiquetar la pobreza el sujeto es siempre retomado desde el afuera, desde laimposibilidad del dilogo y nos muestra la impotencia de una ciencia social que nopermite ver lo que hay de suprimido en un dilogo reprimido.

    Si se tiene en cuenta el anlisis realizado se puede entrever la emergenciade caractersticas contextuales donde aparecen nuevas formas de hacer poltica.Esto es visible si se ponen en relacin las conexiones entre poltica y exclusin. Loque sigue es una sntesis de la forma que esta arista del problema es trabajada porlos especialistas en el tema.

    Posiblemente la relacin pobreza, exclusin y poltica sea uno de los temasms trabajados en la sociologa, pero sin duda, es hoy en Argentina no solamenteun tpico acadmico sino una realidad que vivimos todos los das. Una realidad que

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    ADRIN SCRIBANOataca directamente a un sueo muy arraigado en el imaginario colectivo: el de unaArgentina de clase media con sectores trabajadores en permanente ascenso social.En este contexto, creemos que se entiende lo afirmado por Kessler y Minujin: en elcaso argentino, deberamos interrogarnos por el sentido que cobra el empobrecimientoen un perodo como el actual, caracterizado por la entronizacin del enriquecimiento;cuando las imgenes de xito preponderantes se vinculan acrticamente con cualquierforma de acumulacin de riquezas y con el acceso creciente de todo tipo deconsumos (Minujin y Kessler 1995: 262). La pregunta puede plantearse entoncesdesde la misma raz: existen modos de superacin de esta situacin a travs dela poltica? Nuestra respuesta ser parcial y fragmentaria; slo se intentar mostrarlas conexiones posibles entre pobreza y exclusin preguntndonos sobre los modosde hacer poltica que desde esa relacin aparecen. Para ello se partir del examende algunas referencias acadmicas con el objetivo de mostrar el modo que ha sidotrabajado el lugar de lo poltico en los estudios sobre pobreza y exclusin. Peroantes es pertinente advertir que, de algn modo, esta ruptura del imaginario sobrela pobreza y la movilidad social impacta tambin en las miradas que se estructuranen las imgenes del mundo de los estudios sobre la pobreza.

    En uno de los trabajos ms citados en relacin al tpico aqu analizado TentiFanfani adverta en 1993 la posibilidad de una doble lectura del fenmeno. Unaasociada a una visin naturalista que tiende a enfatizar el peso de las cosas y otraopuesta a la primera que consiste en mirar a la sociedad como una realidad abiertay ms indeterminada, por lo tanto ms necesitada de direccin y orientacin humana(Tenti Fanfani 1993:273). En el artculo se afirma el fin de los Grandes Movimientosy la imposibilidad de construccin de un proyecto social superador desde laexclusin. Pero segn nuestro criterio, paradjicamente se consigna la importanciade observar que el curso de la historia ahora tiene ms que ver con los proyectoshumanos y con las estrategias de actores colectivos que pretenden imponer susintereses mediante luchas parcialmente reguladas por normas socialmenteestatuidas (Tenti Fanfani 1993:273). En este contexto, la poltica viene a proponersesubsumida bajo el aforismo pesimismo en la inteligencia, optimismo en lavoluntad tratando de establecer un adecuado equilibrio entre actor y estructura,entre necesidad y libertad, entre constriccin y creatividad de la accin humana. Lapoltica aqu es trabajada desde la posibilidad que transforma lo puramente posible.

    Por su parte, un ao antes del trabajo al que se ha hecho referencia, Busteloen la presentacin del un libro de Lo Vuolo y Barbeito, luego de avizorar laconformacin de un nuevo estatuto social afirma que: no se trata de una nuevamodalidad de dominacin pues los sectores sociales que acceden a lamodernizacin no utilizan no explotan a la parte inadaptada de la poblacin.Las relaciones sociales no siguen por tanto, una lgica de enfrentamiento entre losincluidos y los excluidos: sencillamente unos ignoran a los otros (Barbeito y LoVuolo 1992:I). El esquema se sostiene en la no funcionalidad de los excluidos alpatrn de desarrollo tecnolgico actual. Pero luego, al apelar a una responsabilidadsocial generalizada como base de las polticas sociales y de constatar la emergenciade una nueva pluralidad de desigualdades, Bustelo afirma: la constitucin deespacios solidarios y universales se producir por la articulacin de intereses

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    CUADERNOS N 15, FHYCS-UNJu, 2002complejos que van de la definicin del nuevo rol social de las empresas, losorganismos no gubernamentales, y las distintas formas de asociacionismocomunitario, incluyendo la familia (Barbeito y Lo Vuolo 1992:II). La poltica es sugeridaentre lneas como la conformacin de nuevos espacios pblicos y las polticassociales como lucha por la inclusin.

    Mallimaci ha propuesto un abordaje multidisciplinario desde la perspectivade los actores para realizar un estudio satisfactorio de la relacin entre pobreza y ladiversidad de los actores relacionados a ella. Entre ocho presupuestos tericometodolgicos que inspiraran tales estudios queremos enfatizar dos: uno guardarelacin con la necesidad de trascender un posible reduccionismo economicista eincorporar en los anlisis del problema sus dimensiones polticas, de espacios depoder, de conflictos sociales y culturales, de crisis y dramas individuales, de nuevasrelaciones entre mercado, Estado y sociedad (Mallimaci 1996:188). Otro se conectacon la importancia de introducir un anlisis de redes que permita hacer aparecer unasociedad civil en movimiento. El trabajo que metodolgicamente se apoya en el conocidonetwork analysis pero tambin hace pie en propuestas de superacin macromicrocomo la de Giddens se abre a la posibilidad de otros modos de hacer poltica que sepuedan generar desde la interaccin de lo cotidiano, lo estructural y lo subjetivo. Estoes de modo tal que, en la conclusin, refirindose al combate contra la pobreza comouno de los ejes para generar otra poltica, Mallimaci afirma: aqu y ahora esos nuevoscompromisos, los nuevos contratos ciudadanos que creen consensos, fortalezcan lademocracia y vuelvan a dar sentido a la lucha por la justicia (Mallimaci 1996:210).

    Como es por dems evidente, cada una de estas posturas tienen cierto gradode verosimilitud, de tal modo que cada una se le podran sealar algunos problemasinterpretativos. Lejos estamos aqu de comenzar con una crtica a dichos posibleserrores; retomemos, pues, algunos de los elementos que nos sirvan de marcadoresde nuestra posterior interpretacin.

    En primer lugar, se puede observar claramente que pobreza y exclusin seconectan con la fragmentacin social y nuevas formas de relaciones socialesemergentes.

    En segundo lugar, se evidencia la necesidad de retomar el problema planteadoen trminos de una sociologa que comprenda el lugar de las redefiniciones a nivelpersonal y subjetivo que la pobreza y la exclusin implican.

    En tercer lugar, se pone de manifiesto que las salidas se perciben comocolectivas pero en una clara redefinicin de lo que las acciones colectivas implican.En cuarto y ltimo lugar, puede verse la necesidad de redefinicin de lo poltico parapoder realizar una lectura satisfactoria de las nuevas realidades de las que dancuenta los trabajos sobre pobreza y exclusin.

    Retomado lo hasta aqu afirmado se podra sealar que las nuevas formas depobreza se caracterizan en principio por lo de pobreza y no por lo de ser nuevasformas. Con esto estamos lejos de desvalorizar lo que justamente tienen de particulardichas formas, sino ms bien, se enfatiza la necesidad de tener siempre presenteque lo material y lo simblico se entrecruzan y permean reticularmente. Desde estepunto de partida, es notorio como la relocalizacin de las carencias y sumetamorfosis cualitativa han impactado en la misma constitucin de la identidad

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    ADRIN SCRIBANOpersonal. Los pobres enfatizan da a da la urgencia de ser considerados sujetospor la polticas focalizadas. Esta urgencia se asienta en la necesidad dereconocimiento de sus capacidades en tanto seres humanos.

    Lo anterior nos permite observar claramente cmo aparece la relacin entrefragmentacin social, redes de contencin y reposicionamiento ciudadano en tantocontexto de cualquier anlisis de los estudios de pobreza, pero tambin posibilitapercibir cmo dichos estudios estn condicionados por cmo se entienda la relacinentre poltica y exclusin. Pues, de la mano de las demandas de subjetividad, sepresentan las consecuencias de la fragmentacin, la percepcin de la orientacinde las redes de contencin y la necesidad de recuperar los espacios pblicos endonde ser ciudadano. De este modo, junto a las prcticas de solidaridad ancestrales,los pobres han resignificado la prcticas mismas de focalizacin que forman laurdimbre de la red de contencin de la potencialidad conflictiva generada por laaplicacin del modelo neoliberal. Se observan, entonces, estrategias de adaptacinrespecto a los programas que involucran la participacin de los usuarios en la mismaejecucin de la poltica de contencin. As, se puede ver la apropiacin sistemticay pausada de los espacios comunes que generan las aludidas polticas y laconstitucin paulatina de espacios pblicos desde donde los pobres tienen otraoportunidad para reclamar sus derechos en tanto ciudadanos del Estado mnimo.Para observar esto se puede pensar en la conformacin de grupos de madres entorno al PROMIN, en la participacin y organizacin de grupos tras el PROGRAMADE FORTALECIMIENTO DE LA SOCIEDAD CIVIL, en la curiosa y decididareaparicin en escena de CARITAS y los cientos de grupos constituidos alrededorde los comedores infantiles. Esto indica, al menos, un cotidiano proceso denegociacin y de ajustes de la poltica focalizadora en su tramo de aplicacin,momento especialmente importante para obtener una resignificacin, la definicinde sujeto que dicha poltica supone conceptualmente y que marca su aplicacin.

    En este contexto existe adems, un curioso fenmeno de lucha por laapropiacin y reapropiacin de las modos legtimos de nominacin de la pobreza.Esto nos interpela a reflexionar con qu visin de sujeto operan nuestras polticassociales y qu imgenes del mundo suponen los saberes cientficos que la legitiman.

    De forma sinttica se ha presentando lo que se puede considerar comocontexto de produccin de nuestra interpretacin sobre las imgenes del mundoque anidan en los estudios sobre pobreza, ahora se procede a mostrar algunos delos rasgos caractersticos de las mismas.

    III. IMGENES DEL MUNDO Y METFORAS SOBRE LA POBREZA

    Ya aclarado nuestro contexto de interpretacin es posible ahora mostraralgunas de las primeras pistas encontradas para reconstruir las imgenes del mundoque suponen los estudios sobre pobreza y algunas de las metforas ms utilizadasen su construccin. Hemos seleccionado las definiciones ms usuales de losllamados mtodos para medir la pobreza y algunos ejemplos paradigmticos comomaterial base para el anlisis. Cabe sealar que tanto los enfoques sobre cmoestudiar la pobreza como las vas instrumentales para medirla tiene una larga historia

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    CUADERNOS N 15, FHYCS-UNJu, 2002en las ciencias sociales en general y en Amrica Latina en particular (Boltvinik2000, Lerner 1996). Aqu slo se usarn algunas de las perspectivas ms estndardado que para nuestro inters actual es suficiente como punto inicial de nuestro trabajo.

    Es necesario apresurase en aclarar que los autores citados y muchos de losque estudian esta temtica y que son utilizados en este trabajo tienen comopreocupacin central establecer criterios para que puedan ser analizadas lassituaciones en que una familia vive dignamente. Como as tambin, que estos autoresintentan incorporar, en lo posible, las variables de la particularidad y la subjetividadproduciendo una lectura crtica del fenmeno, pero las consecuencias de estosmodos de representar la pobreza sobre la manera de intervenirlo escapa a las aludidaspreocupaciones. Por lo cual, nuestro anlisis toma a estos conceptos desde laperspectiva de ser y estar considerados como parte del saber acumulado o doxaacadmica segn quiera tratrselos. En nuestro trabajo, al retomar las nociones derepresentar e intervenir de Ian Hacking (1983), presuponemos que el modocmo nos representamos las cosas implica siempre una forma de contacto con losfenmenos y por lo tanto, su transformacin. Pero tambin jugamos con un primersentido de los trminos donde intervenir significa un hacer que las cosas pasen enel mundo desde algn esquema interpretativo que se asume como representacinde la realidad que se busca transformar.

    En este contexto, retomamos ahora las definiciones de los mtodos, segnMinujin y Kesler las sintetizan:1) Lnea de pobreza: El mtodo de LP consiste en establecer si determinado

    hogar o individuo est por encima o por debajo de una canasta bsica debienes y servicios, elegidos respetando las pautas culturales de consumo deuna sociedad en un momento histrico determinado. Es decir, se define unacantidad mnima o bsica de alimentos y de otros bienes y servicios tales comovestimenta, atencin a la salud, transporte, etc.; a los que se asigna un valormonetario, cuya suma da como resultado la lnea de pobreza (Minujin y Kesler1995:62).

    2) Necesidades Bsicas Insatisfechas: ..consiste en establecer si existenmanifestaciones materiales que evidencian falta de acceso a ciertos tipos deservicios: vivienda, agua potable, electricidad, educacin, y salud, entre otros(Minujin y Kesler 1995:63).

    3) Nuevos Pobres (y Mtodo Integrado): los que se ubican bajo la LP, pero que nosufren ninguna de las carencias tomadas en consideracin por el indicador deNBI, corresponde al grupo pauperizado que incluye a los nuevos pobres (Minujiny Kesler 1995:64).

    Desde esta perspectiva es posible remarcar, en principio, algunos rasgoscomunes que implican las definiciones citadas.

    En primer lugar, es claro que, cualquiera de las estrategias tiene que vrselascon la dificultad de sealar operacionalmente el proceso de observacin de unaausencia, es decir, de la inexistencia de un fenmeno, de un rasgo, de un indicador.En la lnea de pobreza es la falta del ingreso mnimo necesario para cubrir el valormonetario de la canasta estipulada, en los NBI las manifestaciones materiales queevidencian falta de acceso a los servicios que se tienen en cuenta, en los NUPO la

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    ADRIN SCRIBANOimposibilidad, la falla estructural que impide ser considerado pobre por NBI pero elestar por debajo de la lnea de pobreza. Estas observaciones de lo que falta paraser considerado pobre o no pobre tienen como resultado la construccin de unacompleja visin de lo otro que va construyendo una imagen del mundo particular.Ausencia, falta y falla que sealan a las claras las relaciones existentes entrepobreza y estructura, pero que implcita o explcitamente son dejados de lado porlos procedimientos aludidos.

    En segundo lugar, de modo muy coherente, estos procedimientos dan porsupuesta la posicin de los sujetos en la estructura de la divisin del trabajo y eltrabajo de esas divisiones. Es decir, las maneras de encontrar a los que estnpobres implica que tengan un ingreso, no importando la fuente del que ste provenga,e ignora los procesos por los cuales se tiene o no acceso a servicios. Adems, losmtodos mantienen en silencio el impacto de los mecanismos por los cualesesas personas/ familias se hallan en la situacin de pobreza, como as tampoco setematiza el efecto performativo de estar en una posicin que implica visiones ydivisiones del mundo que se naturalizan y reproducen.

    En tercer lugar, ms all de que cada estrategia puede ser asociada a lasuposicin de una causa de la situacin de pobreza (Cardarelli y Rosenfeld 1998),los procesos de medicin que implican son claramente sincrnicos, lo que deja aun lado el proceso de estructuracin (sensu Giddens) de dicha situacin. Latrayectoria de una vida pobre es ms compleja que la situacin de encontrarse enun momento pobre.

    Los tres elementos que hemos subrayado apuntalan an ms la complejarelacin entre ser pobre, estar pobre y ser considerado pobre, pues los mtodospresuponen, de un modo u otro, que estos tres hechos pertenecen a registrosdiferentes del intento y la necesidad de medir la pobreza.

    Con lo recorrido hasta este momento aparecen algunos de los rasgos queluego se utilizan para dar forma a la imagen del mundo. Haciendo pie en lo arribasealado es posible ahora reconstruir uno de los componentes de una imagen delmundo como lo es la visin de lo otro. Las estrategias de visualizacin a las quese ha hecho referencia buscan diferenciar y reconocer a los que estn pobres atravs de identificar ausencias y asumir la estructura social de una regin en unperodo de tiempo determinado, por lo cual, el mundo de la pobreza se ordenadesde los pobres estructurales a los nuevos pobres conformando un horizonteperceptivo. Este mundo es recortado al talle de un conjunto de ingresos, bienes yservicios determinados donde, por ejemplo, no se encuentran factores como elmedio ambiente y los servicios elctricos. Estos mundos de la pobreza se construyenen relacin, es decir, la alimentacin en relacin al ingreso, las pautas culturales enrelacin a la nocin de canasta, el acceso a redes cloacales respecto a la ubicacingeogrfica. Por esta va es fcil comprobar que las estrategias de medicin de lapobreza suponen estas visiones de lo otro. De esta manera, se puede advertir cmolos estudios de la pobreza instalan una narracin tpica de la pobreza tpica y conella un modo de clasificar a los sujetos que en ella habitan. Esto se puede observarclaramente en el siguiente texto: En efecto, la pobreza, que en la Argentina era unhecho relativamente acotado y en las reas urbanas confinado a las villas miserias,

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    CUADERNOS N 15, FHYCS-UNJu, 2002integradas por familias migrantes del rea rural o de pases limtrofes, comienza aextenderse en la dcada del setenta y a abarcar, en forma creciente, a nuevosncleos poblacionales (Minujin 1993:16). Aparece aqu la necesidad de estar alertaante la disolucin de los mundos de la pobreza en un mundo de la pobreza. Ya en1992, Murmis y Feldman en su artculo La heterogeneidad social de la pobreza uno de los trabajos ms claros y sugerentes de la poca advirtieron sobre lanecesidad de reparar en la pluralidad de mundos de la pobreza en su complejidad.

    Esta visin de lo otro, en tanto marco perceptual general, se pone en relacin,tal como lo hemos anticipado, con la pintura de lo existente que involucra la propianocin de imagen del mundo. Esta pintura asegura y se asegura en el horizonteque implica. En el caso de la pobreza, permite poner en relacin una representacinde la misma en tanto realidad determinada y una va de conexin entre lo representadoy el sujeto representante, es decir, la percepcin del cientfico qua cientfico y laspautas que permiten anudar, ajustar los tres aspectos, a saber: el horizonte, loque se representa y la tarea del sujeto que construye la representacin. La cita quesigue es un ejemplo paradigmtico de lo que aqu se quiere significar: Los nombresde la pobreza nunca han tenido un elevado estatuto terico en el campo de lasociologa. Ms all del necesario esclarecimiento conceptual, aqu pensamos a lapobreza como un fenmeno subsumido en la temtica ms general de la desigualdad(Fanfani 1993:192 nota 9, las cursivas nos pertenecen).

    En primer trmino, se explicita la constructibilidad de la pobreza acudiendoa la pluralidad semntica de lo que se quiere representar, pero en un contextodesde donde se pueda visualizar la desigualdad. Luego, es observable que lasvas para conectar la realidad por representar y la accin de su presentacin es latarea de conceptualizacin y finalmente, se da una pista metodolgica para poneren juego dicha tarea con lo que se quiere representar: la subsunsin. Es decir, larealidad cobertora la desigualdad, permite entender el fenmeno particularpobreza, operando de modo tal que elimina la complejidad de su pluralidadsemntica. Remarquemos ahora dos rasgos curiosos del funcionamiento de estaimagen de la pobreza. Uno es su similitud con el procedimiento de las leyescobertoras de Hempel y por esta va su familiaridad con una visin de la cienciadesde el paradigma de las ciencias naturales. El otro es la directa referencia alpensar y no al conocer. Esto ltimo nos retrotrae, ms all de las intenciones delautor, a Kant y a nuestro planteo sobre la ontologizacin de la teora social, puesmarca claramente que estas operaciones de miradas sobre la realidad se efectivizanms ac del trabajo del sujeto qua cientfico que conoce conceptualizando.

    Con lo arriba analizado quedamos en condiciones de introducirnos al papelque cumple el uso de metforas en la constitucin de la imagen del mundo quequeremos bosquejar.

    Una de las primeras impresiones que tiene quien se acerca al concepto depobreza es que, en el intento de observacin emprica del fenmeno, se han utilizadouna serie de metforas para dar cuenta de la relacin entre la construccinmetodolgica, las causas del mismo y los resultados de las observaciones realizadas.Recientemente, Lo Vuolo (1999) ha llamado la atencin sobre la existencia del usoo la aplicacin de metforas en los estudios sobre la pobreza en Argentina. Lo que

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    ADRIN SCRIBANOsigue es un primer intento de clasificacin e interpretacin de algunas de esasmetforas.

    En una mirada preliminar, emergen tres grandes grupos de mediacionesmetafricas. En primer lugar, aquellas que se apoyan en el uso de analogasmilitares que usan, entre otros, trminos tales como combatir, luchar, abatir yeliminar. En segundo lugar, las analogas mdicas que echan mano a expresionescomo extirpar y mitigar, y en tercer lugar, las geolgicas/naturales que utilizanconceptos como estratos y zonas, o desplazamiento y desventaja, por ejemplo.No hay que meditar demasiado sobre estos usos para advertir que remiten a lapobreza desde la idea de conflicto, enfermedad y fenmeno natural.

    Del mismo modo, es fcil caer en la cuenta que stos son componentesontolgicos de las construcciones tericas que muchas veces no guardan una relacindirecta con las intenciones de los investigadores sino con la naturalizaciones delmundo social que subyacen al punto de vista del observador.

    Este conflicto que hay que abatir, esta enfermedad que hay que extirpar yestas zonas donde hay que concentrar la intervencin hablan a las claras de unaimagen del mundo social que suponen los estudios sobre la pobreza.

    Adems, como en todo trabajo metafrico, se puede advertir que el uso deestas metforas dejan abierto el camino para percibir la relaciones entre los sujetosinvolucrados en las narraciones. La metfora militar dispara la relacin amigo/enemigo, la mdica, la paciente/mdico, y la geolgica, la de estrato superior einferior. As, llegamos a observar cmo el mundo de la pobreza es captado desde elpoder ausente del discurso de las tcnicas de medicin y horizonte perceptivoinstalado desde la metfora. Sea para eliminar, curar o superar una ubicacin, laaparente neutralidad valorativa de los procesos de medicin es desmentida a lahora de procurar una salida para la pobreza, un cemento que ligue a las ausenciasde las propias definiciones operacionales.

    Por otro lado, una de las cualidades del uso de metforas en los discursoscientficos es el de posibilitar y limitar el traspaso de leyes de funcionamiento deun dominio objetual a otro (Scribano 1998a). La extendida enunciacin de estrategiaspara luchar contra la pobreza o intervenciones para erradicar la pobreza son ejemplosperfectos de lo que queremos sealar. Asumiendo la metfora militar slo se vencecon una estrategia, como as tambin, parndose desde lo mdico hay que intervenirpara curar el mal. Ahora bien, esto no slo implica traspaso de modos defuncionamiento de una realidad a otra. Supone el complemento ms eficaz con unciencia social neutra que deja a la poltica que aplique sus propias leyes demovimiento y accin. La medicin ha quedado atrs para dar paso a nuevas lgicasde la accin social, pero siempre informadas por esa misma medicin.

    Revisemos ahora algunos ejemplos paradigmticos del uso de metforaspara aclarar un poco ms lo que se quiere mostrar. En un trabajo referido a gerenciasocial y pobreza se afirma: Pobreza y trabajo van indisolublemente unidos, en lamedida que es vendiendo su fuerza de trabajo como la mayora de los mortalesobtenemos los recursos materiales que nos permiten subvenir a nuestrasnecesidades (Orsi y Rique 1996:26, las cursivas nos pertenecen). Si bien es unaexpresin difcil de encuadrar en los tipos de metforas que se han adelantado, es

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    CUADERNOS N 15, FHYCS-UNJu, 2002evidente que implica el traslado de la naturalidad del mundo mdico al de la pobreza.Como mortales que somos debemos vender nuestra fuerza de trabajo para ampararnuestras necesidades. Es muy interesante el modo como la metfora de la mortalidades puesta al servicio de una pintura de lo existente mediante un desplazamientometafrico a travs del trmino subvenir. Si no hay trabajo hay pobreza, hay muertepor que no se trata de subvertir sino de socorrernos, para no morir, para no estarpobres. La responsabilidad de la enfermedad se deposita en el paciente por serontolgicamente mortal.

    En un articulo sobre educacin, adolescencia y pobreza las autoras sostienen:Se tratar por lo tanto de identificar los factores que confluyen en la configuracinde la desventajosa situacin de los adolescentes pobres con relacin a la educaciny el trabajo (Gallart, Jacinto y Surez 1996:97, las cursivas nos pertenecen). Estafrase se asienta sobre la base de concebir la vida como competencia y la educacincomo mecanismo de aprendizaje de habilidades para la misma. Es claro que losjvenes pobres corren con desventaja. Vienen de abajo, de otros estratos que pornaturaleza no tienen las habilidades necesarias para competir. Vemos claramentecomo juegan aqu las metforas al servicio de la pintura de lo existente y de la visin delo otro como una realidad que se representa y un horizonte de percepcin en dondeapoyarla. Si la vida es una carrera y no todos largan desde la misma lnea, la pobrezanaturalmente tiene que ver con la formacin para competir. As tambin, las reglaspara lograr captar y modificar esas diferencias pasan por conocer los rasgos de losmedios que se tienen para competir. El trabajo y la educacin deben ser estudiados,se deben identificar los factores que confluyen en la configuracin de la desventaja,dando pistas as al cientfico que quiere representarse dicha configuracin. Todaconfiguracin denota cierta distribucin y clasificacin de trminos que pueden serusados como sus sinnimos para dibujar un mundo en base a la desventaja.

    Finalmente, en un texto sobre pobreza y salud podemos encontrar un casoejemplar del uso de una metfora militar en un prrafo dedicado a definir indicadorespara identificar la relacin entre pobreza y salud: Estos indicadores se conviertenen eventos centinela cuando se establece un consenso entre expertos que identificanen esos indicadores una necesidad desatendida. Cuando el evento centinela apareceen los registros asistenciales acta dentro del sistema inteligente originando unaintervencin institucional destinada a investigar por qu apareci ese caso o seincremento una tasa y cmo evitar la persistencia de la seal de alarma (Gershanik1992:152; las cursivas nos pertenecen). El uso de los rasgos de los sistemas deseguridad aqu es muy claro. Para poder ver la pobreza hay que automatizar centinelasque den la alarma del ataque de eventos no esperados y no queridos. Otra de lascaractersticas de este prrafo que hablan sobre su importancia en orden a losobjetivos de este trabajo es el mismo hecho que siendo un texto que da cuenta dela relacin entre salud y pobreza no supone solamente la analoga mdica sino yprincipalmente la militar.

    Desde este conjunto de ejemplos paradigmticos es posible, al menos deforma provisora, observar el rol del uso de metforas en los estudios sobre pobreza.

    Para poder pasar a una caracterizacin sumaria de la imagen del mundo quesuponen los estudios sobre pobreza retomemos lo que hemos afirmado hasta este

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    ADRIN SCRIBANOmomento. Si bien existen diferencias importantes entre los diversos esquemastericos para representar la pobreza una vez que estos son retomados desde ypara la intervencin el resultado parece ser el mismo. Desde el punto de partidamismo hemos comenzado a ver cmo en las formas legtimas usadas para etiquetarla pobreza el sujeto es siempre retomado desde el afuera, desde la imposibilidaddel dilogo en tanto sujeto que es el primer conocedor de su mundo social. Hemosavanzado tambin en sealar cmo, si se tienen en cuenta los mtodos paramedir la pobreza, se hace evidente que los mismos se enfrentan con el desafo dehacer observable una ausencia. En este marco, emerge que estos procedimientossuponen la posicin de los sujetos en la estructura de la divisin del trabajo y eltrabajo de esas divisiones y muestran cmo los procesos de medicin que implicanson claramente sincrnicos, lo que deja a un lado el proceso de estructuracin dedicha situacin.

    Finalmente al revisar el uso de metforas en los estudios aludidos se hapodido apreciar que estos remiten a la pobreza desde la idea de conflicto, enfermedady fenmeno natural. Operando bajo el supuesto de que existen estos conflictos quehay que abatir, esta enfermedad que hay que extirpar y estas zonas donde hay queconcentrar la intervencin.

    Desde estas primeras consecuencias de nuestra interpretacin se puedebosquejar, ms all de las diferencias tericas, una imagen del mundo social quesuponen los estudios sobre la pobreza. El mundo de la pobreza implica una visinde sujeto entendido como individuo carente e incompleto, individuos diferenciadosy estructurados segn distribucin de ingreso, bienes y servicios. Un mundo quese organiza perceptivamente desde lo biolgico y mecnico que involucran lasmetforas usadas y que configura el tiempo y el espacio como homogneo ydeslocalizado utilizando para ello el par horizonte/ regin.

    Por esta va obtenemos una imagen de la pobreza que supone el traspaso delas leyes del mundo de la intervencin militar, mdica y geolgica al mundo de lapobreza, incorporando mecanismos del orden de lo biolgico y lo mecnico para suexplicacin. La nociones de complejidad orgnica y dispositivo mecnico son puestas

    Com ponentes de la Imagen de Mundo de la Pobreza

    vis in de sujeto

    Indiv iduo carente e incompleto

    recursos de diferenciacin

    Distribucin de ingreso, bienes y servic ios

    horizonte de comprensin

    Biolg ico / Mecnico

    nocin de tiem po-espacio

    homogneo y deslocalizado horizonte / regin

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    CUADERNOS N 15, FHYCS-UNJu, 2002al servicio de una visin de la pobreza como horizonte de vida y regin social. Estospares espaciales se conjugan con un tiempo homogneo sincrnicamente captadoy desligado de la estructura espacial misma, es decir, deslocalizado. Estoscomponentes de la imagen del mundo dibujan a un sujeto desde sus ausencias,desde sus carencias. En principio, deberamos entender que las carencias seconectan con los recursos de diferenciacin es decir ingreso, bienes y servicios.Ahora bien, qu estndar de carencias se supone, cul visin de sujeto acta pornegacin como escala del sujeto sin carencias. Es el sujeto digno (no carente)segn sus derechos civiles, sociales y econmicos? Es el sujeto exitoso en lacompetencia por la sobrevivencia bajo las leyes del mercado? Cualquiera de estasopciones polares o sus intermedias pueden ser usadas; no es factible aqu volversobre esto. Pero al menos, quedan las preguntas formuladas para ulterioresexploraciones del mundo de la pobreza segn los estudios que sobre ella se realizany de acuerdo a cmo stas posibiliten la intervencin sobre dicho mundo.

    Es conveniente advertir sobre el proceso de continuidad y discontinuidadexistente entre medir, interpretar e intervenir la pobreza. Los tres son procesoscomplejos y que se presentan en primera instancia como independientes, pero a laluz de lo que se ha afirmado aqu, cabe an mantener la pregunta alrededor de cules la imagen del mundo que estos tres procesos comparten pues en las cienciassociales el modo cmo nos representemos el fenmeno implica desde el inicioalguna forma de intervencin sobre el mismo.

    IV. A MODO DE CONCLUSIN: FILOSOFA Y CIENCIAS SOCIALES

    Ante la temtica y el estilo argumental de lo que se ha desarrollado puede serque muchos se pregunten: qu hay de filosfico en ste trabajo? Precisamente, en elmarco de lo aqu afirmado, surgen algunos ejes para repensar la tarea de la filosofa ensu relacin con las ciencias sociales, asumiendo que desde el siglo XIX hasta mediadosdel XX existi un proceso de autonoma y separacin disciplinar entre una y otra.

    En primer lugar, creemos haber mostrado las diferencias y semejanzas queaparecen cuando se realiza una reflexin que distingue el qu conocemos del cmoconocemos. Por este camino, se advierte que los enfoques para estudiar la pobrezacontienen ciertas figuras de cmo es el pobre y que el preguntarse por ellas esdistinto del cuestionarse sobre el cmo podemos conocer el mundo de la pobreza.Hemos afirmado, desde esta perspectiva, que el intento por observar la pobrezasupone y pone en juego una visin particular sobre lo que significa estar y serpobre.

    En segundo lugar, y en estrecha relacin con lo anterior, hemos podido percibirque un anlisis de la dimensin ontolgica de los enfoques para estudiar la pobrezaproporciona una va de reflexin sobre cmo se suponen en los mismos los modosde existir de las cosas. En este sentido, ello permite analizar los componentes prey meta-tericos de las respectivas construcciones tericas. Desde all hemos podidovisualizar, por ejemplo, el trabajo metafrico como un ms ac del proceso deconceptualizacin. As tambin, se ha podido analizar el uso de analogas biolgicasy mecnicas para sostener los horizontes de percepcin del mundo de la pobreza.

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    ADRIN SCRIBANOEs claro que en estos anlisis, filosofa, epistemologa y teora social se

    entrecruzan y apuntalan el trabajo de hacer criticable el nivel ontolgico que todateora involucra. Por otra parte, esta accin potencia la reflexin sobre la relacinentre la evaluacin epistmica de dichas teoras y los otros niveles posibles paraanalizar las mismas.

    Ahora bien, desde esta perspectiva creemos que es posible repensar de unmodo distinto la prctica epistemolgica en tanto filosofa de las ciencias sociales.

    En este sentido, hay que avanzar sobre dos prejuicios. En primer lugar, sobreaquel que an confina a la filosofa en la epistemologa y a sta en una visinanaltica de la misma. Esto puede transformarse en un prejuicio si, lo que deberaser un modo particular de entender el trabajo filosfico, se propone como nica vapara hacer filosofa. Y si se quiere avanzar en una reconciliacin entre filosofa yciencias sociales no cabe duda que esto ltimo hoy debe ser tratado como prejuicio.Pero este tratamiento implica, por un lado, el asumir el dictum de todo trabajoepistemolgico que involucra la as llamada visin heredada, a saber, que el objetivofinal del quehacer epistemolgico es el anlisis de la construccin de teora talcomo la entienden y la practican los cientficos. Por otro lado, estar abierto a undilogo donde el saber acumulado por la visin heredada y sus herederos pertenecenen toda su legitimidad al juego entre tradiciones de la filosofa del siglo XX.

    El segundo de los prejuicios que se debe enfrentar es el que asocia el hacerde la filosofa con alguna forma de aristocracia del entendimiento. Esto se transformaen prejuicio por lo general cuando el entendimiento se comprende como captacininfundada de primeros principios no mediando ms que el modo filosfico de lacompresin otorgndole a este ltimo el carcter de saber especializado en manosde unos pocos. Sea en su versin postmoderna o esencialista, esta actitudhacia el quehacer filosfico nos alerta ante la necesidad de no resolver el trabajo dela filosofa en la epistemologa, pero ms decididamente nos compelen a vigilar ladisolucin de todo conocimiento en la pregunta sobre cmo conocemos.

    Ms all de la necesidad de allanar el camino disolviendo y asumiendo estosprejuicios existen otras aristas de la tarea de la filosofa que abonan, avalan yemergen del anlisis que se ha realizado en esta comunicacin. Slo para mencionarlas ms globales, dichas aristas se podran describir de la siguiente manera:

    1) La filosofa debe estar atenta a colaborar con las ciencias sociales tanto en lavigilancia epistemolgica de su determinacin auto-objetivista como su solacompresin subjetivista.

    2) La vigilancia epistemolgica que involucra la actitud descripta es el primerpaso para hacer reflexivos en el campo de la filosofa los errores de la falaciaepistemolgica.

    3) Por esta va, la filosofa de las ciencias en general y de las ciencias sociales enparticular debe considerarse como el resultado de la articulacin entre historia,sociologa y epistemologa.

    4) De esta forma, se pueden renovar las relaciones entre ciencia y filosofa haciendopie en lo que en ellas hay de crtica racional al conocimiento y a las prcticashumanas.

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    CUADERNOS N 15, FHYCS-UNJu, 20025) Finalmente, se puede vislumbrar un camino para que la tarea de la filosofa

    respecto a las ciencias sociales se cualifique en tanto puede aportar susherramientas analticas para sealar porqu y cmo los procesos de construccinde teora involucran algn tipo de opcin tica.

    De esta manera se puede afirmar, al menos con carcter provisorio, quehacer filosofa de las ciencias sociales en la actualidad implica la aceptacin deldesafo de conocer en y desde un contexto social determinado. Como as tambin,que el marco de un proceso creciente de complejidad e indeterminacin que empuja,ante todo, a asumir el doble desafo de la pluralidad de interpretaciones y la necesidadde la bsqueda de criterios de validez para las teoras.

    NOTAS

    1) Se agradece a Enrique Gimnez, Claudia Kaen, Horacio Machado y JuanManuel March sus comentarios a este trabajo y su activa participacin en elproyecto Representar e Intervenir la Pobreza financiado por la SECyT de laUniversidad Nacional de Catamarca. Del mismo modo, quiero expresar migratitud a Eduardo Mattio por su permanente y desinteresada ayuda.

    2) Para ms referencias sobre el instrumental analtico que estamos utilizandocfr. Scribano 1996,1997,1998a y 1998c

    3) Se utilizan aqu las expresiones representacin y representante suponiendoque: 1) lo que estamos haciendo es construir una conceptualizacion queposibilite analizar los componentes ontolgicos de las teoras sin que elloimplique una visin representacionista del conocimiento por nuestra parte, 2)que el cientfico es un productor de esquemas subyacentes de interpretacin ypor lo tanto constructor de representaciones de la realidad y 3) que hay factoresde la produccin de representaciones que no son manejados por los sujetosque pretenden conocer la realidad social cientficamente.

    4) En Scribano 2000 a, 2000b, 2000c 1999 a, 1999b y 1998b hemos mostrado,por distintas vas, las conexiones entre pobreza y protestas sociales desdedonde se han sedimentado ciertos juicios sobre el estado de la pobreza quesin duda enriquecen y/o obstaculizan el presente anlisis.

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