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26 de Diciembre de 2007

26 de Diciembre de 2007

Era la noche de la muerte: Reinaldo Arenas

El 7 de diciembre de 1990, un hombre de 47 aos, escribi lo que de seguro sera el texto ms difcil de su vida: Queridos amigos: debido al estado precario de mi salud y a la terrible depresin sentimental que siento al no poder seguir escribiendo y luchando por la libertad de Cuba, pongo fin a mi vida. En los ltimos aos, aunque me senta muy enfermo, he podido terminar mi obra literaria, en la cual he trabajado por casi treinta aos. Les dejo pues como legado todos mis terrores, pero tambin la esperanza de que pronto Cuba ser libre. (...) Pongo fin a mi vida voluntariamente porque no puedo seguir trabajando. Ninguna de las personas que me rodean estn comprometidas en esta decisin. Slo hay un responsable: Fidel Castro. Los sufrimientos del exilio, las penas del destierro, la soledad y las enfermedades que haya podido contraer en el destierro seguramente no las hubiera sufrido de haber vivido libre en mi pas. La breve nota sera firmada por l con la precisa instruccin de ser publicada y enviada a todos sus amigos. Luego de escribirla, Reinaldo Arenas prepar un cctel de alcohol y pastillas. Y bebi.La leyenda urbana afirma que Lzaro Gmez Carrillo estaba presente aquel da en el apartamento de Nueva York, que posiblemente Arenas le dict aquella ltima carta a Lzaro y que ste le ayudara a ingerir el cctel de pastillas. La presencia de Lzaro Gmez no es improbable debido a que en los tres aos anteriores a su muerte, Arenas llegara a estar en muchas ocasiones tan debilitado y enfermo que no poda escribir y dictaba todo en una grabadora. Lzaro se convirti en un asistente cercano. Arenas siempre describi su relacin como una amistad que se haba convertido en una suerte de hermandad aunque muchos creen que fue su amante.El crculo ntimo de sus amistades no se sorprendi mucho de su suicidio. No slo porque saban de su cada vez ms deteriorada salud, sino porque en diversas ocasiones, Arenas haba hablado del horror que le provocaba el insulto de la vejez, como l lo llamaba. Adems, el desencanto haba comenzado a rondarlo: haca unos meses haba entrado en un urinario pblico y no se haba producido esa sensacin de expectacin y complicidad que siempre se haba producido. Nadie me haba hecho caso y los que all estaban haban seguido con sus juegos erticos. Yo ya no exista. No era joven. All mismo pens que lo mejor era la muerte. Siempre he considerado un acto miserable mendigar la vida como un favor. O se vive como uno desea, o es mejor no seguir viviendo. En Cuba haba soportado miles de calamidades porque siempre me alent la esperanza de la fuga y la posibilidad de salvar mis manuscritos. Ahora la nica fuga que me quedaba era la muerte. Entre los libros que Arenas complet antes de morir estaban las dos novelas que faltaban para terminar su Pentagona y su autobiografa Antes que anochezca, acaso su libro ms conocido gracias a la pelcula que muchos aos despus dirigiera Julian Schnabel y en la cual el papel de Arenas fuera interpretado por Javier Bardem. Pero no era la primera vez que Antes que anochezca era escrito. Ni tampoco lo primera vez que el suicidio se planteara como una puerta de salida a una situacin invivible. Nada hay peor en Cuba que ser disidente, escritor y maricn, deca el mismo Arenas. Y l era las tres cosas. Aunque involucrado en el movimiento inicial que derroc a Batista, muy pronto se dara cuenta de que el nuevo rgimen socialista no era lo que todos haban soado o imaginado. Como muchos intelectuales, vio censurados sus escritos que eran una explosiva mezcla de disidencia poltica junto con la experiencia homosexual de la que l se ufanaba sin pudor alguno.En La Habana, y huyendo de la polica luego de un frustrado intento por salir de la Isla, se escondi en el Parque Lenin. Durante el da, Arenas se apuraba a escribir los recuerdos de su vida mientras hubiera luz, antes que anocheciera. De ah el ttulo de su autobiografa. Saba que era improbable que pudiera publicar aquellos apuntes porque ya muchas veces anteriormente haba escrito algo y luego los manuscritos eran destruidos o se perdan en alguna persecucin. Pero escribir en aquellas circunstancias, como en todas las dems de su vida, le servan de alivio. Finalmente fue encontrado por la polica entre el follaje del Parque y enviado al Castillo del Morro. Aquel primer manuscrito de sus memorias se perdi para siempre.Lo que no perdi Arenas al ser apresado, y que curiosamente ningn polica le confisc antes de entrar a prisin, fueron un reloj, una brjula y unas pastillas alucingenas que le haba dado alguna amistad. Arenas le tema a la tortura y tema comprometer a sus amigos. Tom un puado de aquellas pastillas con la esperanza de morir y evitar lo que se avecinaba. Tres das despus recuper el conocimiento en un hospital de la prisin, una galera llena de personas con enfermedades infecciosas. El mdico le dijo que se haba salvado de milagro.La estada en el Morro fue, como lo presinti, un autntico infierno: convivir con asesinos y violadores despiadados, donde se corra peligro real de morir, hacinamiento, ruido, malos olores, violencia entre los prisioneros y los guardas, enfermedades, psima alimentacin, el calor hmedo e insoportable, adems de la constante tensin de si sera interrogado o torturado...Luego de una semana de intensos interrogatorios, decidi intentar suicidarse de nuevo. Pero no era fcil hacerlo. No haba cuchillas, objetos punzantes ni cordones de zapato en aquel lugar. Opt por dejar de comer, pero no le funcion. As es que una noche rompi el uniforme, hizo con las tiras una especie de soga y se colg de la baranda de hierro de la cama. Estuvo colgado cuatro o cinco horas, perdi el conocimiento, pero tampoco muri. Los soldados lo encontraron y el mdico de la prisin lo atendi. Era el mismo que lo haba atendido cuando lo de las pastillas. Tienes mala suerte, no lo lograste, fue lo nico que le dijo. Luego de dos aos de estada en el Morro, Arenas fue liberado. Pero la calle no era mucho mejor que la prisin. Era constantemente vigilado, descubri que muchos a quienes crey sus amigos eran en realidad delatores, escriba y esconda sus manuscritos para que no cayeran en manos de la seguridad. Dos golpes que lo deprimiran profundamente fueron las muertes de Jos Lezama Lima y Virgilio Piera, ambos amigos suyos y cuya relacin le vali sus primeras persecuciones polticas.Fue en esa poca que conoci a Lzaro Gmez, quien aunque era heterosexual, logr congeniar con Arenas a tal punto que jams se volveran a separar. Ambos salieron de Cuba cuando la crisis del Mariel en 1980. Arenas tuvo que falsificar el apellido de su pasaporte transformndolo en Arinas puesto que su nombre estaba en una lista de gente a la que no se le permitira salir.La vida en las entraas del imperio tampoco era fcil y de eso Arenas se dio cuenta bastante rpido. Pas aprietos para comer, trabajar, encontrar un techo. Se traslad a Nueva York. Reinaldo lograra, gracias a su prestigio como escritor, viajar a varios pases como Venezuela, Francia y Espaa y denunciar la situacin en Cuba. En el invierno de 1987, luego de una serie de fiebres inexplicables y terribles, acudi al mdico. Le fue diagnosticado SIDA. Al regresar a su apartamento, Reinaldo Arenas se plant delante de una foto de Virgilio Piera que tena colgada en la pared. Le dice: yeme lo que te voy a decir. Necesito tres aos para terminar mi obra, que es mi venganza contra casi todo el gnero humano. Y Virgilio Piera, generoso, obra el milagro: le concede esos tres aos en los que Arenas termin de escribir lo que le faltaba por decir antes de que anocheciera la noche de su muerte.Gracias Virgilio.