articulo ciclo estral bovino rivadeneira

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REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA Sistema de Revisiones en Investigación Veterinaria de San Marcos Autor: Universidad Nacional Mayor de San Marcos Facultad de Medicina Veterinaria ENERO 2013 Virginia Rivadeneira CICLO ESTRAL BOVINO

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REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA

Sistema de Revisiones en Investigación Veterinaria de San Marcos

Autor:

Universidad Nacional Mayor de San MarcosFacultad de Medicina Veterinaria

ENERO 2013

Virginia Rivadeneira

CICLO ESTRAL BOVINO

�������Virginia Rivadeneira � ��� ���

TABLA DE CONTENIDO

1.� PRESENTACIÓN ...................................................................................................... 2�2.� INTRODUCCIÓN ...................................................................................................... 2�3.� DINÁMICA FOLICULAR EN EL BOVINO DURANTE EL CICLO ESTRAL .... 2�4.� ENDOCRINOLOGIA Y CARACTERÍSTICAS DEL DESARROLLO FOLICULAR DURANTE EL CICLO ESTRAL BOVINO ...................................... 5�5.� CONCLUSIONES ................................................................................................... 12�6.� LITERATURA CITADA ......................................................................................... 12�

�������Virginia Rivadeneira � ��� ���

1. PRESENTACIÓN

Este documento revisa el ciclo estral

bovino, definiéndolo como una serie de

eventos que empiezan con un celo, y

terminan en el celo siguiente y se

caracterizan por el crecimiento y la regresión

de folículos y cuerpo lúteo, en un promedio

de 21 días.

Puntualiza la dinámica folicular y el

desarrollo de ondas en cada ciclo estral y la

endocrinología y características del

desarrollo folicular durante el ciclo estral

bovino.

2. INTRODUCCIÓN

En los últimos 20 años, se logró una

mejor comprensión de la fisiología

reproductiva en el ganado vacuno,

particularmente relacionado a la función

ovárica, debido al uso de la ecografía y el

desarrollo de ensayos hormonales mas

exactos (Sartori y Barros, 2011).

El ciclo estral representa un patrón

cíclico de actividad ovárica que permite a las

hembras ir de un periodo reproductivo de no

receptividad a uno de receptividad

permitiendo establecer el apareamiento y el

subsecuente establecimiento de la gestación

(Forde et al, 2011). El inicio del ciclo estral

ocurre al momento de la pubertad, en donde

la hembra bovina entra a un periodo de

ciclicidad reproductiva que continua a través

de toda su vida, a excepción del periodo de

gestación o de balance energético negativo

en el cual prevalece el anestro (revisado por

Sartori y Barros, 2011).

3. DINÁMICA FOLICULAR EN EL

BOVINO DURANTE EL CICLO

ESTRAL

El crecimiento, desarrollo y

maduración de los folículos ováricos es un

proceso fundamental para la alta eficiencia

reproductiva en los animales de granja

CICLO ESTRAL BOVINO Virginia Rivadeneira ([email protected])

�������Virginia Rivadeneira � ��� ���

(Forde et al., 2011). Durante el desarrollo

fetal se establece un número fijo de folículos

primordiales, el crecimiento de un folículo

ovárico toma un período de 3-4 meses y se

categoriza como estadío gonadotrofina

independiente y gonadotrofina dependiente

(Webb et al., 2004).

Las opiniones científicas sobre la

foliculogénesis en el bovino han variado a

través de la historia de la investigación

(Adams y Pierson, 1995). A Rajakoski

(1960) se le ha acreditado la proposición

inicial de la teoría de las ondas de

crecimiento folicular durante el ciclo estral

bovino. Basado en la evaluación anatómica e

histológica de ovarios obtenidos de vacas

sacrificadas en días conocidos del ciclo

estral, concluyó que ocurrían dos ondas de

crecimiento de folículos antrales (5mm de

diámetro). No obstante resultados de trabajos

histológicos posteriores realizados por otros

autores refutaron el fenómeno de las ondas y

apoyaron la noción de que el crecimiento

folicular era continuo e independiente de las

fases del ciclo. Si bien algunos autores

apoyaban la teoría de que los folículos se

desarrollaban en periodos u ondas, la

mayoría de los investigadores estaban de

acuerdo con la noción de que el crecimiento

folicular era continuo e independiente de las

fases del ciclo. La confusión y controversia

continuó hasta la segunda mitad de la década

del 80, en que trabajos utilizando

ultrasonografía de tiempo real documentaron

convincentemente que el crecimiento

folicular en el bovino ocurre simulando

ondas (Sirois y Fortune, 1988; Ginther et al.,

1989a y Savio et al., 1990). Desde ese

momento se ha realizado un importante

número de trabajos que demuestran que el

patrón de ondas se repite en casi todos los

estadios de la vida de la vaca, incluyendo la

preñez (Ginther et al., 1996) y el periodo

postparto (Savio et al., 1990 ). En estudios

de vaquillonas prepúberes (Evans et al.,

1994), la composición de las ondas

foliculares no ovulatorias fueron muy

similares a la de animales maduros y se

concluyó que el fenómeno de emergencia de

ondas se establece temprano, en el periodo

prepuberal (alrededor de las dos semanas de

vida).

3.1 Ondas foliculares

Una onda de crecimiento folicular

involucra el desarrollo sincrónico de un grupo de

folículos (Ginther et al., 1989a), durante 2-3 días

que son detectados por ultrasonografía a un

diámetro de 3-4mm (Adams y Pierson, 1995 y

Adams, 1999). La velocidad de crecimiento es

similar durante aproximadamente dos días. Está

�������Virginia Rivadeneira � ��� ���

caracterizada por el desarrollo de un gran

folículo, llamado dominante, el cual es

anovulatorio si ocurre durante la fase luteal y

ovulatorio si ocurre en la fase folicular (Ginther

et al., 1996); y varios folículos subordinados que

invariablemente se atresian. Los resultados de

estos primeros estudios de la dinámica folicular

dio lugar a la hipótesis de que el folículo

dominante suprime el crecimiento de los

folículos subordinados en la onda existente, y la

aparición de la onda folicular siguiente. El apoyo

a esta hipótesis fue proporcionada en una serie

de estudios que implica el tratamiento sistémico

con la porción proteica del líquido folicular y por

electrocauterización del folículo dominante

(Adams et al., 1992)

3.2 Patrón de dos ondas versus tres

ondas

Si bien se ha descrito que en 95% de los

ciclos estrales hay dos o tres ondas de desarrollo

folicular, hay diferencias entre los estudios en

cuanto a la preponderancia de animales con dos

o tres ondas. Algunos investigadores han

observado una preponderancia de ciclos estrales

de dos ondas (Ginther et al., 1989a), mientras

que otros indican una preeminencia de ciclos de

tres ondas (Sirois y Fortune, 1988 y Bo et al.,

1993) y otros han observado una distribución

igual (Adams y Pierson, 1995).

Para el patrón de dos ondas (Figura

1), la primera onda comienza, en promedio,

el día 0 (día de la ovulación) y la segunda

onda comienza en el día 10 (Ginther et al.,

1989a). Cada onda está compuesta de varios

folículos individualmente identificables a

partir de un diámetro de 4mm. Se

describieron en el desarrollo del folículo

dominante de la primera onda una fase de

crecimiento, una fase aparentemente estática,

y una fase de regresión. El folículo

dominante de la segunda onda es el

ovulatorio y el diámetro máximo alcanzado

no difiere del de la primera onda (promedio

16mm). Los folículos subordinados en cada

onda incrementan su diámetro durante unos

pocos días, el mayor de ellos puede alcanzar

un diámetro promedio de 8 mm, tres días

después de la emergencia de la onda, luego

tienen una pequeña fase estática y

regresionan. Para el patrón de tres ondas

(Figura 1) la emergencia de las ondas

ocurren en promedio en los días 0, 9 y 16;

las dos primeras son anovulatorias. Las

características del folículo dominante de la

primera onda entre el patrón de dos ondas y

el patrón de tres ondas no es diferente, pero

la segunda onda emerge 1 a 2 días más

temprano en los animales con dos ondas que

en los de tres ondas. Además, existe una

gran variabilidad individual en cuanto al día

de emergencia de cada onda, especialmente

�������Virginia Rivadeneira � ��� ���

la segunda onda que puede comenzar entre

los días 6 a 12 (Ginther et al., 1989a; Bo, et

al., 1993; Adams y Pierson, 1995 y Ginther

et al., 1996).

El cuerpo lúteo comienza su

regresión más temprano en los ciclos de dos

ondas (día 16) que en los de tres ondas (día

19) afectando correspondientemente el

intervalo interovulatorio (20 días y 23 días

respectivamente; Ginther et al., 1989a). En

ambos casos, el folículo dominante en el

momento que ocurre la lute�lisis se torna en

folículo ovulatorio y la emergencia de la

onda siguiente se produce el día 0 muy cerca

del día de la ovulación. La longitud del ciclo

de la vaca varía de acuerdo a su patrón de

desarrollo folicular entre 20 y 23 días, por lo

que el ciclo de 21 días histórico no existe,

sino como un producto de los promedios

entre los ciclos de 2 y 3 ondas (Adams et al.,

2008).

A su vez, se encontró que animales Bos

indicus pueden tener ciclos con 4 ondas de

desarrollo folicular (Bo et al., 1993 y Figueredo

et al., 1997). Si bien los factores que afectan el

desarrollo folicular no han sido enteramente

dilucidados, aparentemente no hay diferencias de

fertilidad entre las vacas de dos y tres ondas. Sin

embargo factores como el nivel nutricional,

stress calórico, especie, edad o anestro

lactacional pueden modificar el patrón de

desarrollo folicular (Murphy et al., 1990; Savio,

et al., 1990; Roche et al., 1992 y Adams y

Pierson, 1995). Para mencionar uno de ellos, se

reportó que el nivel nutricional bajo estuvo

asociado a una proporción más alta de ciclos de

tres ondas (Murphy et al., 1990).

4. ENDOCRINOLOGIA Y

CARACTERÍSTICAS DEL

DESARROLLO FOLICULAR

DURANTE EL CICLO ESTRAL

BOVINO La vaca es poliéstrica anual (cicla todo el

año) y cada ciclo dura entre 17 y 23 días, el celo

entre 6 y 18 hs, y la ovulación tiene lugar entre

24 y 30 hs después de comenzado el celo.

Después de la ovulación, el cuerpo lúteo (CL) se

desarrolla y la concentración plasmática de

progesterona aumenta entre el día 4 y 12 del

ciclo para permanecer constante hasta la

lute�lisis, que comienza entre los días 16 a 19

(Mapletoft et al., 1999). Todos estos cambios

durante el ciclo estral del bovino están regulados

por una delicada interacción entre las hormonas

sintetizadas y secretadas en el hipotálamo:

hormona liberadora de gonadotrofinas (GnRH);

la hipófisis: hormona folículo estimulante (FSH)

y hormona luteinizante (LH); los ovarios:

progesterona (P4), estradiol (E2) e inhibina y el

útero: prostaglandina F2� (PGF), constituyendo

lo que se conoce comúnmente como eje

�������Virginia Rivadeneira � ��� ���

hipotalámico-hipofisiario-gonadal-uterino. Este

control es ejercido a través de un sistema de

regulación mediante el cual una hormona o

producto de secreción puede inhibir la liberación

de otra hormona (retroalimentación negativa) o,

por el contrario, estimular la síntesis y liberación

de una mayor cantidad de hormona

(retroalimentación positiva)

La naturaleza ha desarrollado

estrategias que permiten a algunos folículos

continuar el crecimiento y ovular (un

folículo en el caso de las especies mono

ovulares como la vaca), mientras que al

mismo tiempo minimiza la atresia de los

folículos del pool de reserva, suprimiendo el

reclutamiento entre ondas. El mecanismo

que regula la dinámica folicular está basado

en respuestas diferenciales a la hormona

folículo estimulante (FSH) y hormona

luteinizante (LH) (Ginther et al., 1996). Los

aumentos periódicos de las concentraciones

de FSH circulantes son responsables de las

emergencias de las ondas foliculares, por lo

tanto las vacas con 2 ondas tienen 2

aumentos y las de 3 ondas tienen 3 aumentos

de FSH (Ginther et al., 1989a; Figura 1).

A su vez, la FSH circulante es

suprimida por la retroalimentación negativa

de los productos de los folículos en

crecimiento (principalmente estradiol e

inhibina), previendo la emergencia de una

nueva onda (Adams y Pierson, 1995).

Además de los factores endócrinos se han

estudiado factores reguladores

intragonadales que intervienen en el control

aut�crino y parácrino de la función ovárica

(Ginther et al., 1996). En general se piensa

que estos factores intraováricos modulan el

número y desarrollo de los folículos en

crecimiento, principalmente a través de la

regulación de las gonadotrofinas o de la

respuesta a las mismas. Sin embargo, los

efectos supresivos del folículo dominante

sobre los subordinados, se ejercen

aparentemente a través de canales sistémicos

más que aut�crinos o parácrinos (Ginther et

al., 1996).

La supresión periódica de FSH

favorece las reservas del ovario previendo el

reclutamiento continuo de los folículos

antrales grandes, ya que el 99% de ellos irá a

atresia. El aumento de FSH permite el

crecimiento folicular suficiente para que

algunos folículos adquieran la capacidad de

responder a LH. Al mismo tiempo que los

perfiles de crecimiento del folículo

dominante y el de los subordinados

comienzan a diferenciarse (momento de la

selección) la FSH declina rápidamente

(alrededor del 2º día de la emergencia de la

�������Virginia Rivadeneira � ��� ���

onda). El folículo destinado a ser dominante

tiene más receptores de LH, ventaja

competitiva sobre los otros folículos

destinados a ser subordinados, que le

permite sobrevivir sin FSH (Ginther et al.,

1996). Sin embargo, la respuesta a la LH y la

habilidad de convertirse en folículo

dominante no es un proceso del todo o nada

y parece ser más una diferencia cuantitativa

y no absoluta entre los folículos de una onda.

Los folículos subordinados pueden

convertirse en dominantes si el folículo

dominante original es removido (Adams y

Pierson, 1995 y Ginther, et al., 1996).

Además, la competencia por la LH entre

muchos folículos dominantes se manifiesta

en animales superestimulados con altas dosis

de FSH por el menor diámetro máximo que

alcanzan comparado con un solo folículo

dominante (Adams y Pierson, 1995). La

supresión continua de LH como

consecuencia de la secreción de

progesterona de la fase luteal causa que el

folículo dominante pare sus funciones

metabólicas y comience a regresionar. Este

cese de la secreción de los productos

foliculares (estrógeno e inhibina) produce el

aumento de FSH que va a ser la responsable

del comienzo de la emergencia de la

siguiente onda folicular, repitiéndose el

ciclo. Por último la liberación de la

supresión progestacional en la lute�lisis

permite el incremento de la frecuencia de los

pulsos de LH, un mayor crecimiento del

folículo dominante y concentraciones muy

altas de estradiol, que induce finalmente el

pico de LH, que es seguido por la ovulación

(Mapletoft et al., 1999).

4.1 Control local versus sistémico

Los dos ovarios actúan como una

sola unidad; por ejemplo, cada onda folicular

incluye folículos de ambos ovarios que

responden al unísono. En un estudio de las

relaciones intra ováricas (Ginther et al.,

1989b), los autores concluyeron que el

folículo dominante suprime a los

subordinados y una nueva onda emerge más

bien por canales sistémicos (end�crinos) que

locales. Solo un folículo del par de ovarios es

seleccionado para ser dominante, el lado del

desarrollo del folículo dominante es al azar, y el

folículo dominante tiene la misma probabilidad

de residir en el mismo ovario, o en el ovario

contralateral al que tiene mayor cantidad de

folículos subordinados. El lado del cuerpo lúteo

o del folículo dominante de una onda folicular

anterior no tiene efecto en el lado del

folículo ovulatorio. Aunque factores

intrafoliculares (aut�crinos y parácrinos) son

importantes para el crecimiento, la salud y

�������Virginia Rivadeneira � ��� ���

muerte de un folículo individual, no existe

una documentación convincente in vivo que

un folículo afecte el estado de

salud/regresión de sus folículos vecinos por

un efecto local (Adams et al., 2008).

4.2 Gonadotrofinas y sus receptores

La emergencia de una onda folicular

y la selección del folículo dominante están

asociadas con un incremento temporal y la

caída en las concentraciones de FSH (Adams

et al., 1992). La emergencia de una onda

folicular es precedida por un incremento en

el plasma de las concentraciones de FSH,

tanto en ondas espontáneas como inducidas.

Los productos foliculares, especialmente

aquellos del folículo dominante, son

responsables de la supresión de la liberación

de FSH y, por lo tanto, de la emergencia de

la siguiente onda folicular. Al final del

período de dominancia (en la ovulación o en

la fase medio-estática de un folículo

dominante no ovulatorio), las

concentraciones circulantes de FSH

comienzan a incrementarse 1,5 a dos veces

en los siguientes 2 días, y alcanzan el pico

aproximadamente 12-24h antes de la

emergencia de la onda (cuando el futuro

folículo dominante tiene 4-5mm de

diámetro). Si un folículo dominante existente

es removido (por ejemplo en una ablación

folicular), comienza un incremento en la

FSH dentro de las 12h posteriores,

resultando en la emergencia de una nueva

onda folicular dentro de las 24h posteriores

(Bergfelt et al., 1994).

Intervalo interovulatorio de 2 ondas

Intervalo interovulatorio de 3 ondas

Figura 1: Desarrollo de la dinámica

folicular ovárica y secreción de gonadotrofina

durante un ciclo estral de dos y tres ondas en

ganado bovino. Los folículos dominantes y

�������Virginia Rivadeneira � ��� ���

subordinados están indicados como círculos

abiertos (viables) o sombreados (atrésicos). Un

aumento en la circulación de FSH (línea gruesa)

precede la emergencia de cada onda. Un

aumento en la concentración circulante de LH

(línea delgada) precede a la ovulación. El

aumento de LH es precedido por un aumento de

la frecuencia de pulsación de LH como resultado

de la baja circulación de la concentración de

progesterona (periodo de lute�lisis y

luteogénesis respectivamente).

Fuente: Adams et al., 2008

La selección del folículo dominante

está asociada con un descenso sanguíneo de

las concentraciones de FSH durante los 3

primeros días del inicio de la onda. El pico

más bajo en la concentración de FSH se

alcanza a los 4 días posteriores de la

emergencia de la onda, y las concentraciones

se mantienen bajas por los siguientes 2-3

días. Los receptores para FSH están

presentes solo en las células de la granulosa,

mientras los receptores para LH están

localizados tanto en las células de la teca

como de la granulosa de las paredes de los

folículos antrales. El folículo dominante

adquiere más receptores para LH en las

células de la granulosa que los folículos

subordinados y es por tanto capaz de

cambiar la dependencia de gonadotrofina a

LH durante el punto más bajo de

concentración de FSH, y continuar el

crecimiento mientras los subordinados

regresionan (Adams et al., 2008).

4.3 Productos ováricos y uterinos

El cuerpo lúteo es la principal fuente

de progesterona; la morfología del cuerpo

lúteo y la concentración plasmática de

progesterona son buenos indicadores de la

síntesis de progesterona dentro del cuerpo

lúteo (Singh et al., 2003). La intensa

angiogénesis, la proliferación de las paredes

de la células de la teca y la granulosa del

folículo ovulado, y su diferenciación

(luteinizaci�n) durante los primeros 5-6 días

después de la ovulación (metaestro) resulta

en un incremento progresivo en las

concentraciones plasmáticas de progesterona

desde <1ng/ml en los 3 días posteriores a la

ovulación a aproximadamente 3 ng/ml en el

día 6. Las concentraciones plasmáticas de

progesterona alcanzan el pico entre los 10 y

14 días posteriores a la ovulación (>4

ng/ml), seguido por un descenso en la

concentración después del día 16 debido a la

lute�lisis (muerte celular por hipoxia debido

�������Virginia Rivadeneira � ��� ����

a la hialinizaci�n de los vasos sanguíneos)

inducida por la PGF liberada desde el

endometrio de la hembra no gestante.

El folículo dominante de ambas

ondas, ovulatoria y no ovulatoria producen

estradiol. Se requieren de las células de la

teca para la conversión de progesterona a

andrógenos, y de la enzima aromatasa para

convertir el andrógeno a estradiol, ésta está

localizada exclusivamente en las células de

la granulosa. Después de la emergencia de la

onda, el estradiol contenido en el licor

folicular del folículo dominante en

crecimiento incrementa como mínimo 20

veces el día de la selección (3 días

posteriores a la emergencia de la onda),

seguido por un triple descenso en la fase

estática temprana del folículo dominante

anovulatorio (6 días), antes del regreso a la

línea base en la fase de regresión temprana

(11 días; Singh et al., 2003). El pico en la

concentración de estradiol en el líquido

folicular de un folículo ovulatorio es dos

veces más alto que el pico en el folículo

dominante no ovulatorio. Un tratamiento con

estradiol exógeno durante la fase luteal

induce la regresión del folículo dominante

existente, probablemente por la supresión de

LH y FSH, seguido por un rebote de la FSH

y sincronización de una nueva onda folicular

(Bo et al., 1995 y Adams, 1999). Este

tratamiento es la base de muchos protocolos

actuales de sincronización de ovulación para

inseminación artificial a tiempo fijo y

superestimulación. Además de estradiol, que

tiene la mayor acción inhibitoria sobre la

FSH, los folículos en crecimiento producen

otros factores así como el factor de

crecimiento similar a insulina (IGFs),

inhibina y folistatina (Singh et al., 1999) que

además regulan la liberación y

disponibilidad de FSH. Aunque el folículo

dominante juega el rol más importante, todos

los folículos de una onda en emergencia

contribuyen a la supresión del incremento de

una onda de FSH.

La liberación de ambas, FSH y LH es

inducida por pulsos de GnRH del

hipotálamo, pero porque la liberación de

FSH esta profundamente influenciada por

productos foliculares y porque la vida media

de esta es más larga que la LH, los episodios

de liberación de FSH son menos aparentes

que los de LH. La frecuencia y amplitud de

los pulsos de LH están influenciadas por las

concentraciones circulantes de ambos,

progesterona y estradiol. Altos niveles de

progesterona producidos por un cuerpo lúteo

funcional durante el diestro o gestación

suprime la frecuencia de pulsos de LH

�������Virginia Rivadeneira � ��� ����

(Jaiswal, 2007). Por lo tanto, folículos

dominantes crecen más y permanecen

dominantes por un intervalo más largo

cuando la frecuencia de pulso de LH es

elevada (en caso de concentración baja de

progesterona; Adams, 1999). El incremento

en las concentraciones de estradiol con

descenso de la progesterona después de la

lute�lisis incrementa más la frecuencia de

pulsos de LH, culminando en un gran

aumento preovulatorio de LH. Esta es

seguida de ovulaci�

n 24-32 h posteriores.

Después de la ovulación, se forma el cuerpo

l � teo a partir de las células foliculares

remanentes y se produce un incremento

progresivo de las concentraciones circulantes

de progesterona, a medida que el cuerpo

l � teo crece. La concentraci�

n de

progesterona permanece elevada durante la

vida del cuerpo luteo y es esencial para el

desarrollo y mantenimiento embrionario y el

establecimiento de la gestaci�

n. Las

concentraciones circulantes de progesterona

adem � s bloquean la onda preovulatoria de

LH y la ovulación.

4.4 Comportamiento del celo

Posterior a la luteólisis, las

concentraciones séricas de progesterona

decrecen y la concentraci�

n de estradiol 17�

producida por el fol � culo dominante se

incrementa. El descenso de la progesterona y

el incremento de estradiol son los

responsables del evidente comportamiento

de celo y del pico preovulatorio de

GnRH/LH. El estro o celo es el periodo de

receptividad sexual, que dura entre 30 min y

27 h en Bos taurus (Lopez et al., 2004 y

entre 1 y 20h en Bos indicus (revisado por

Bo et al., 2003).

Se calculó que para vacas lecheras el

promedio de duración de celo fue de 8,1 h

con 9,1 eventos o montas registradas durante

la duración del estro. Existe evidencia

(Lopez et al., 2004) que la duración dele

estro decrece a medida que la producción

láctea se incrementa (14,7 y 2,8 h en vacas

productoras de 24 o 55 kg de leche

respectivamente). Para vaquillas la duración

del celo aparentemente es mas larga, 12-14

h. Tanto la duración del estro como la

intensidad en la expresión del celo se ven

afectados por una serie de factores

ambientales que incluyen tipo de suelo,

tamaño del grupo sexualmente activo y

�������Virginia Rivadeneira � ��� ����

presencia del toro (revisado por Forde et al.,

2011).

En ganado Bos indicus, el

comportamiento del celo, cuando se detecta

(<50% de las vacas) fue mas corto (10,5± y

13,6± 1,2 h posterior a inducción con PGF y

celo natural respectivamente) que cuando se

comparó con ganado europeo y hubo una

mayor incidencia de celos nocturnos (Sartori

y Barros, 2011).

5. CONCLUSIONES

El ciclo estral en bovinos tiene típicamente

17-23 días de duración. El celo puede durar

entre 1-27-h. Durante los ciclos estrales

normales suele haber dos a tres ondas de

crecimiento folicular (ocasionalmente cuatro

ondas) cada uno con un periodo de

emergencia y selección seguido por atresia u

ovulación del folículo dominante. Las

hormonas FSH y LH son las principales

reguladores de la foliculogénesis y la

producción de esteroides. La LH es la

hormona luteotropa mas importante en el

ganado vacuno. La frecuencia de pulsos de

LH es la que afecta el destino final de un

folículo dominante seleccionado. La

secreción pulsátil PGF de origen uterino es

la principal señal hormonal que induce la

regresión del cuerpo lúteo y da paso de la

fase luteal a la fase folicular del ciclo estral.

6. LITERATURA CITADA

1. Adams G, Matteri R, Kastelic J, Ko

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stimulating hormone and the

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3. Adams G, Pierson R, Mapletoft R.

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Theriogenology, 43, 31-40.

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Reproduction and Fertility, 54, 17-

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�������Virginia Rivadeneira � ��� ����

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8. Bo G, Adams G, Pierson R,

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