articulo tecnico-educar en valores

Tekove Techapyrã

´Educar en valores es encender una luz en el camino´

AUTORES:

Contador Público Lic. en Contabilidad Lic. en Enfermería

Wilfrido Recalde Mendoza Myrian E. Rodríguez Mónica E. Coronel

.

Fuentes: http://noticias.universia.net/vida-universitaria/noticiahttp://debateeducativo.mec.es/Revista Educación en Valores, Ensayo de Berta Guevara y Amarilis Zambrano de Guerrero.Edición electrónica de Ultima Hora, Opinión

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La educación es uno de los determinantes claves de la salud de las personas; la

educación en valores forma parte de este marco y es por ello un abordaje necesario

para promocionar la salud, la convivencia social, laboral-profesional que busca que las

personas y sus comunidades se constituyan en protagonistas de los cambios

necesarios para una vida mejor y de calidad, practicando los valores humanos.

Las problemáticas sociales que se enfrenta hoy día en la educación se dan por las

crisis de valores que ya se ha vuelto tangible en los diversos ámbitos de la interacción

humana pues las evidencias se reflejan en las familias - desintegraciones, abandonos,

fracasos, maltratos en el trabajo, deshonestidad, enriquecimiento ilícito – en las

instituciones educativas – violencias juveniles, desinterés por el estudio, drogadicción,

baja autoestima, falta de pudor – en los negocios – contrabando, pirateria – y en el

modo de hacer política – compra de conciencias.

En esta coyuntura se vive una cultura de antivalores que invita al individualismo

consumista como único modo de adquirir la identidad, una penosa realidad donde

impera la ley del más fuerte , una ética que solo valora el tener, así la persona vale en

cuanto posee y no se aprecia la dignidad humana. Se podría creer que la sociedad

actual presenta una escala contradictoria de valores”.

http://debateeducativo.mec.es/

La educación en valores juega

un papel preponderante en el

concepto de integralidad, nota

de una educación de calidad

merced a la cual los valores son

elementos constitutivos de la

acción educativa que el

profesorado y la sociedad en

general debe brindar a los

individuos (niños, jóvenes,

adultos), para humanizarnos

más como personas, en aras de

una humanidad más solidaria,

fraterna y caritativa.

1. Valores y Educación en

Valores

1.1 Valores: Constituyen el

marco regulador de nuestras

acciones. Son bienes

inmateriales que dignifican al ser

humano. Son pautas y normas

que regulan nuestro actuar en

sociedad. Son parámetros de

conducta.

1.2 Educación en Valores: es

el fundamento esencial del

desarrollo integral. Los valores

constituyen la esencia del ser

humano. La educación en

valores humaniza al ser.

Aprendemos a SER por medio

de los valores. Educar en

valores es concienciar sobre la

propia naturaleza humana.

1.3 Primera escuela de

valores.

La familia es considerada como

la célula básica de la sociedad y

como el elemento fundamental

tanto en la creación de lo que es

el cimiento básico de la

personalidad.

https://www.google.com.py/imagenes

2. La falta de valores en los

jóvenes de educación

superior.

Apatía, desinterés, conformismo,

poca solidaridad y escaso

compromiso con la sociedad,

esa es la radiografía de los

jóvenes universitarios y esa es

una realidad a la cual las

instituciones de educación

superior también han pasado por


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no contar con instancias

adecuadas para impulsar los

valores entre la juventud.

Se trata de un renglón en el cual,

podemos decir, las instituciones

de educación superior han

fallado, pero también, es parte

de una sociedad que carece de

los instrumentos adecuados para

formar ciudadanos

comprometidos y responsables.

Así como mencionamos, en que

pudo haber fallado las

universidades, debemos

reconocer, destacar los logros

de las mismas en formar

profesionales capaces,

competentes, que ejercen la

profesión con altura y en el

contexto de los valores éticos y

humanos, dignificando y dejando

en alto la casa de estudios de

donde egresó.

He ahí que las universidades no

han podido facilitar a los

estudiantes las herramientas

suficientes para enfrentarse a los

dilemas éticos propios de su

profesión y de su papel como

ciudadanos. Cabe resaltar, que

las instituciones de educación

superior no son responsables

directas ni las instancias

exclusivamente transmisoras de

valores, pero esto no las exime

de su responsabilidad y

compromiso de formar en los

valores a los ciudadanos.

En ese sentido, ya no es

suficiente dotar de

conocimientos a los estudiantes.

Actualmente, el entorno social, la

desintegración familiar y las

nuevas tecnologías implican

ofrecer a los jóvenes valores

adicionales en su formación

académica.



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2.1 ¿Qué pueden hacer las

instituciones de

educación superior ante

estos problemas?

Estos problemas deben

discutirse a fondo, y las

universidades tanto públicas

como privadas deben enfocarse

en establecer los caminos

adecuados para propiciar y

potenciar los valores entre los

estudiantes universitarios.

2.2 Las limitaciones y la

responsabilidad.

Si bien las universidades

públicas y privadas no pueden

establecer métodos formales

para propiciar la enseñanza en

valores, debe haber un propósito

para transmitir aquellos

compromisos que deben

permear en la sociedad.

Los valores difícilmente se

puedan incorporar como parte

del currículo. Los valores hay

que vivirlos, por ello, se deben

incorporar a programas

integrales en las instituciones,

para que permitan a los

estudiantes entrar en contacto

con una realidad social y esto

ayude a formar en ellos

valores.

2.3 Sólo parte de la solución

La educación superior no puede

asumirse plenamente como una

instancia transmisora de valores,

pues cuando los jóvenes llegan

a cursar sus estudios superiores

ya cuentan con una gran

cantidad de valores y

antivalores, traídos

principalmente del hogar.

Sin embargo, las instituciones

educativas, principalmente las

de nivel universitario, públicas y

privadas, son agentes de la

sociedad civil, con una gran

responsabilidad en el tema de

valores humanos y sociales,

porque la educación superior

debe pertinencia, pues la

sociedad, necesita de

profesionales capaces de

transformar y construir

escenarios de justicia y equidad

social.


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3. La educación en valores,

una responsabilidad

compartida.

En la sociedad actual, la

educación debe contribuir a

formar personas que puedan

convivir en un clima de respeto,

tolerancia, participación y

libertad y que sean capaces de

construir una concepción de la

realidad que integre a la vez el

conocimiento y la valoración

ética y moral de la misma.


Diversos documentos y

declaraciones internacionales se

refieren a la escuela como

promotora de la ciudadanía

activa y de la cohesión social a

través de la enseñanza que

realiza de los valores cívicos. El

célebre informe Delors insistió ya

en 1996 en esa idea, que ha

sido después desarrollada en

numerosos foros y organismos.

También la Unión Europea ha

adoptado en los últimos años

algunas decisiones que se

orientan en la misma dirección.

Cuando tanto se habla de la

mejora de la calidad de la

educación, debe necesariamente

insistirse en que tal educación

ha de ser capaz de ayudar a

todos los alumnos, sin

restricciones ni discriminaciones

de ningún tipo, a aprender y

desarrollarse, a formarse como

personas y como ciudadanos, a

construir y realizar su propio

proyecto de vida en el marco de

una sociedad democrática. Sin

embargo, no se puede olvidar

que los jóvenes no se educan

solamente en la escuela.

El papel de la sociedad y de la

familia es fundamental para

conseguir un desarrollo personal

completo y armónico. En

concreto, la educación en

valores no puede entenderse al


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margen del ambiente y la

influencia familiar.

No obstante, tampoco puede

ignorarse que en la moderna

sociedad de la información hay

otros elementos del entorno que

desempeñan un papel relevante

en la transmisión y conformación

de valores en los jóvenes. Una

de las mayores novedades de

nuestro tiempo consiste en la

gran influencia que ejercen la

televisión, los medios de

comunicación o la información a

la que se accede a través de

Internet, que son también

instancias educativas que se

escapan al control de las familias

y de la escuela. Al igual que los

centros, los docentes y las

familias, también estos medios

tienen una responsabilidad

social en la formación en valores

de los ciudadanos que no puede

ser soslayada.

La confluencia o la

contraposición de los mensajes

transmitidos desde unas y otras

instancias tienen un gran

impacto educativo.

3.1 Educar en valores desde las

instituciones educativas.

Proporcionar a los alumnos una

educación de calidad no consiste

sólo en adquirir más

conocimientos instrumentales ni

más habilidades cognitivas,

artísticas o afectivas, sino

también educar en valores. El

sentido que tiene hoy la

educación, que la sociedad le

exige, es el pleno desarrollo de

la personalidad de los alumnos.

La educación debe favorecer la

adquisición de hábitos de

convivencia y de respeto mutuo

y desarrollar en los alumnos

actitudes solidarias.

4. ¿Cómo educar en valores?

a) Humanizando la educación

para lograr el crecimiento

interior del estudiante.

b) Promoviendo en cada

persona la capacidad de

reflexionar.

c) Fomentando la convivencia

social a través de actividades

extracurriculares entre

alumnos y docentes.


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d) Incentivando a los

estudiantes en la búsqueda y

el encuentro dentro de su ser

las potencialidades que

posee.


e) Incorporando a la familia y

comunidades en la difusión y

fortalecimiento de los valores

dentro de las áreas

educativas.

f) Incorporando a las

universidades a través de la

extensión y servicio para

difundir lo valores.

g) A través del modelaje que

tenga el docente no sólo en

las aulas de clase sino fuera

de ella.

h) A través de experiencias,

vivencias de la realidad de

parte de alumnos y docentes.

5. ¿Para qué educar en

valores?

Se necesita la educación para:

a) Promover cambios

significativos que conduzcan

a la formación de un ser

humano capaz de

desenvolverse en una

sociedad pluralista.

b) Sensibilizar al ser humano a

relacionarse con los demás

de forma pacífica, respetuosa

y productiva.

c) Que la persona identifique su

propia escala de valores.

d) Humanizar más al viviente

humano a mejorar la calidad

de sus acciones.

e) Concienciar que el cuidado

de la salud es una

responsabilidad individual y

única de cada persona.

f) Formar hombres y mujeres

integrales capaces de dar

respuesta a la crisis social y

a la desvalorización humana

que se vive actualmente.


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6. La educación en valores

puede frenar la violencia.


La violencia en una sociedad es

expresión de personas

intolerantes que ignoran las

normas de la convivencia

civilizada.

Cuando valores como el respeto,

la comprensión mutua, la

tolerancia, la honestidad y la

sinceridad no son parte de la

familia, se produce un

desequilibrio que se traduce en

la pérdida de los límites

naturales que hay entre las

personas. Es entonces cuando

afloran los instintos más

primarios del ser humano que

agrede al otro. La situación de

familias desestructuradas o

donde los padres salen todos los

días a la calle detrás del

sustento diario, es

particularmente grave, porque

los hijos crecen sin orientación,

se inclinan a lo más fácil,

carecen del sentido del respeto a

los demás y son reacios a

asumir responsabilidades.

Con ese producto social y

atendiendo a sus limitaciones, es

poco lo que las instituciones

educativas pueden hacer para

reencauzar a aquellos jóvenes

que acatan las normas tan solo a

duras penas. Y apenas

encuentran una manera de

eludirlas, lo hacen sin el menor

remordimiento.

Para disminuir la violencia que

se da en los hogares y en las

instituciones de enseñanza es

necesaria una masiva educación

en valores. El énfasis debe estar

dado por el respeto que tiene

que haber en la convivencia,

desterrando el principio de

Hobbes de que todo hombre es

un lobo para otro hombre. Solo

así podrán bajar los niveles de

violencia que a diario se


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manifiestan en la sociedad.

7. La Universidad y la

Educación en Valores: retos

para el nuevo siglo


La formación de valores como

parte consustancial de la

socialización, y ésta, concebida

como proceso multidireccional e

interinstitucional, es decir de la

sociedad y sus instituciones (y

no solo de la escuela, en este

caso, la universidad) hacia el

individuo y del individuo hacia la

sociedad y sus instituciones, que

se encamina simultánea e

interconectadamente en tres

direcciones:

a. Brindar instrumentos para el

aprendizaje y la

autosocialización

b. Brindar conocimientos

específicos.

c. Formar valores.

Lograr mayor eficacia en ese

empeño requiere el diseño de un

proyecto de socialización integral

que tome en cuenta al menos

tres dimensiones:

La primera dimensión se

refiere al conjunto de

instituciones socializadoras que

pueden cooperar y la naturaleza

de los posibles vínculos a

establecer entre ellas.

La segunda dimensión se

refiere a los principales valores

que deben constituir la columna

vertebral de la formación del

individuo.

La tercera dimensión se refiere

a los procedimientos más

eficaces para lograr una

socialización adecuada.

8. La educación en valores en

Paraguay: parte de los

fines de la educación.

Hombres y mujeres:


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a) Construyan su personalidad para

lograr la madurez humana que

les permita relacionarse

comprensiva y solidariamente

consigo mismo, con Dios, con

los demás y con la naturaleza

b) Se califiquen profesionalmente

conforme a sus potencialidades

para participar con su trabajo en

el mejoramiento del nivel de vida

y calidad

c) Afirmen su identidad nacional y

sus culturas para comprender y

convivir solidariamente en un

proceso de integración regional,

mundial, continental.

Los Fines determinan el tipo de

persona que se desea formar

dentro del sistema educativo.

La educación en valores, como

influencia optimizadora de las

personas, debe llevarse a cabo

sobre la base de ciertos

principios:

A) La influencia ha de ser

directa y manifiesta, y nunca

realizarse de modo

encubierto, como

corresponde a los influjos

manipuladores.

B) Ha de promoverse el análisis

reflexivo y crítico de las

propuestas realizadas por los

educadores.

C) Trabajar por la formación de

una personalidad consciente,

sobre lo meramente

emocional y poco reflexivo,

porque debemos apuntar a

formar personas autónomas

y autogestivas.



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La educación en valores busca

formar personas útiles para sí

mismas y para su sociedad, por ello

las universidades no solamente

deben formar recursos humanos,

sino seres más humanos.

Nunca olvidemos que la ética no

tiene precio, se mide en costos de

dignidad.

Todos los agentes sociales deben

participar de manera activa en la

difusión y práctica de los valores y

no descansar totalmente en los

centros educativos.

Los diferentes sectores de la

sociedad deben demostrar con

acciones dignas y con ejemplos, los

valores que deben practicar los

jóvenes. Recordemos que las

palabras persuaden pero que los

ejemplos convencen.

Debemos desterrar la práctica de

antivalores (egoísmo,

individualismo, materialismo,

corrupción, mentira, violencia,

agresión) que solo ayuda a construir

una sociedad con muchas

carencias, afectando la salud mental

y espiritual.


Bibliografía

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MARIN IBAÑEZ, R. (1.993): Los

valores, un desafío permanente,

Madrid, Cincel.

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