asimov, isaac - las corrientes del espacio 2

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    O estaba casado? Era la cita una de aquellas que se llaman clandestinas? Tendra lugar aquella citaa plena luz del da? Por qu no, en ciertas circunstancias?Terens as lo esperaba. Si la muchacha tena cita con un hombre casado, no se dara prisa en sealar suausencia. Pensara ms bien que no haba podido dejar a su mujer... Eso le dara tiempo.No, no era verdad. Los chiquillos, jugando al escondite, tropezaran con los restos y saldran gritando. Tenaque ocurrir antes de las veinticuatro horas.Volvi una vez ms al contenido de los bolsillos. Un carnet de piloto de yate. Lo hizo a un lado. Todos lsarkitas ricos tenan yate y lo pilotaban. Era la locura del siglo. Finalmente, algunos talones de una cuencorriente de un banco listos podan utilizarse temporalmente.

    Entonces record que no haba comido desde la noche anterior, en la panadera. Con qu rapidez se da ucuenta de que tiene hambre!Volvi a examinar el ttulo de piloto de yate. Un momento... Con la muerte de su dueo, el yate no estaba en usahora... y era su yate. Estaba amarrado en la seccin 26, puerto 9. Bien...Dnde estara puerto 9? No tena la menor idea... Apoy su frente sobre la frescura de la barandilla destanque. Qu hacer? Qu hacer ahora? Una voz le produjo un sobresalto.-Hola! Est usted enfermo?Terens levant la cabeza. Era un Noble anciano. Fumaba un largo cigarrillo de una hierba aromtica y de smueca penda, al final de una cadena de oro, una especie de piedra verde. Tena una expresin de amabilidaque de momento dej a Terens sorprendido, hasta que record que tambin l perteneca a su clase socahora. Los Nobles eran seres humanos decentes y educados entre ellos.-Estaba descansando -respondi Terens-. Decid dar un paseo y he perdido la nocin del tiempo. Ya es tardpara asistir a una cita que tena.

    Movi la mano con un gesto de indiferencia. Gracias a su larga asociacin con los sarkitas poda imitar bastanbien su acento, pero no cometi el error de exagerarlo. Era ms fcil descubrir la exageracin que insuficiencia.-Nos hemos quedado sin skeeter, eh? -dijo el otro como si le divirtiese la locura de la juventud.-No tengo skeeter -confes Terens.-Tome el mo -le ofreci el otro en el acto-. Est aparcado en la misma puerta. Fije los controles y vuelva envirmelo cuando haya terminado. No lo necesitar hasta dentro de una hora o cosa as.Para Terens eso era casi ideal. El tipo de skeeter que le ofreca era capaz de batir a todos los vehculoterrestres utilizados por los patrulleros. Lo nico que le impeda llegar a este ideal era que Terens era taincapaz de conducir un skeeter como de volar sin l.-No vale la pena. Ir a pie. No est lejos Puerto 9.-No, no est lejos -asinti el otro.Esto dej a Terens como antes. Prob de nuevo.

    -Desde luego preferira que estuviese ms cerca. Ir hasta Kyrt Highway ya es hacer bastante salud.-Kyrt Highway? Qu tiene que ver Kyrt Highway con eso?No le estaba mirando de una manera curiosa? A Terens se le ocurri de repente pensar que las ropas podano caerle bien. Rpidamente, dijo: .-Pues... me he extraviado un poco, andando. Veamos dnde estoy...-Mire. Est en Recket Road. No tiene ms que bajar hasta Tiffis y tomar a la izquierda, despus sigue hasta puerto. -Haba ido sealando automticamente.-Tiene razn -dijo Terens sonriendo-. Voy a tener que dejar de soar tanto y pensar ms.-De todos modos puede usted usar mi skeeter .-Muy amable, pero...Terens se alejaba ya, caminando quiz demasiado de prisa, despidindose con la mano. ElNoble se quedmirndole.Quiz maana, cuando encontrasen los restos del muerto, aquel caballero recordara la conversaciProbablemente dira: Hablaba de una manera extraa y no pareca saber dnde estaba. Jurara que no habodo hablar nunca de Tiffis AvenuePero eso sera maana.Ech a andar en la direccin que el Noble le haba indicado. Lleg al iluminado letrero de Tiffis Avenue, caplido comparado con el iridiscente edificio anaranjado que formaba su fondo. Tom a la izquierda.

    Puerto 9 estaba animadsimo, con toda la juventud vestida con el uniforme de yachtman, que consistprincipalmente en una gorra de alta visera y unos pantalones muy amplios en las caderas. Terens se sentextrao, pero nadie se fij en l. El aire estaba saturado de conversaciones en voz alta y salpicadas expresiones que no entenda.

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    Encontr la seccin 26, pero esper un momento antes de acercarse. No quera que hubiese cerca de l ningNoble, nadie que fuese dueo de un yate vecino del suyo y que conociese a Alstare Deamone y pudieextraarse de lo que pudiera hacer un desconocido por all.Finalmente, cuando vio los dos lados aparentemente seguros, avanz. La proa del yate asomaba fuera de casilla hacia el campo abierto, sobre el cual descansaban los dos lados. Avanz el cuello para asomarse interior. Y ahora?Haba matado a tres hombres durante las ltimas doce horas. Haba ascendido de Edil floriniano a patrullero, dpatrullero a Noble. Haba venido de Ciudad Baja a Ciudad Alta, ya un puerto del espacio. Desde todos los puntde vista, segn todas las normas, era dueo de un yate, una nave suficientemente capaz de llevarle a cualqui

    mundo habitado de este sector de la Galaxia.No haba ms que un obstculo:Era incapaz de tripular un yate del espacio.Estaba cansado hasta los huesos y tena un hambre feroz. Haba llegado hasta all, y ahora no poda ir mlejos. Estaba en el borde del espacio, pero no haba manera de pasar de ese borde.En aquellos momentos los patrulleros deban haber decidido ya que el fugitivo no estaba en Ciudad Baja. Svolveran hacia Ciudad Alta en cuanto se hubiesen podido meter en sus duros cerebros lo que era capaz dhacer un floriniano. Entonces podan encontrar el cuerpo y tomar una nueva orientacin. Buscaran a un Nobimpostor. As estaba. Haba llegado al extremo de un callejn sin salida y de espaldas al extremo cerrado spoda esperar a que los dbiles rumores de la persecucin aumentasen en intensidad y los sabuesos sarrojasen sobre l.Treinta y seis horas antes la gran oportunidad de su vida haba estado en sus manos. Ahora la oportunidahaba desaparecido y su vida no tardara en seguir su camino.

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    El capitn

    Era la primera vez, verdaderamente, que el capitn Racety se haba visto incapaz de imponer su voluntad sobun pasajero. De haber sido el pasajero uno de los Grandes Nobles, hubiese incluso podido contar con uncolaboracin. Un Gran Seor poda ser todopoderoso en su continente, pero en una nave hubiera tenido qreconocer que slo poda haber un dueo, el capitn.Una mujer era diferente. Cualquier mujer. y una mujer que era hija de un Gran Seor era completamenimposible.

    -Milady -dijo-, cmo puedo permitirle entrevistarlos en privado?Samia de Fife, echando chispas por los ojos, respondi secamente:-Por que no? Van armados, capitn?-No, desde luego. No es ste el caso.Cualquiera puede ver que no son ms que dos desgraciados seres asustados. Tienen un miedo cerval.-La gente asustada puede ser peligrosa, milady. No se puede contar con que obren razonablemente.-Entonces, por que deja que sigan asustados? -Tena. un ligero balbuceo cuando estaba irritada-. Tiene ustetres tremendos marineros armados vigilndoles, pobre gen. te. Capitn, no olvidar esto.No, no lo olvidara, pens el capitn. Se daba cuenta de que empezaba a ceder.-Si milady quisiese decirme exactamente qu es lo que desea.-Es muy sencillo. Ya se lo he dicho. Quiero hablar con ellos. Si son florinianos, como me ha dicho usted, puedconseguir de ellos informacin de gran valor para mi libro. Pero eso es imposible, desde luego, si tienen miedde hablar. Si pudiese estar a solas con ellos sera magnfico. Sola, capitn! No puede usted entender es

    palabra? Sola!-Y qu dira su padre, milady, si se enterara de que la he dejado sola y sin proteccin con dos desesperadocriminales?-Desesperados criminales! Oh, Seor del Espacio! Dos pobres infelices que tratan de huir de su planeta y nse les ocurre ms que meterse en una nave destinada a Sark! Por otra parte, por qu tiene que saberlo mpadre?-Si le hacen dao, lo sabr.-Y por qu tienen que hacerme dao? -Su diminuto puo se cerraba agitndose amenazador mientras pontoda la fuerza de que era capaz en su voz-. Se lo exijo, capitn!-Qu le parece este trmino medio, milady? -dijo el capitn Racety-. Estar presente. No ser como tremarineros armados. Ser slo un hombre sin armas a la vista. De lo contrario... -ya su vez puso toda sresolucin en la voz-, tengo que negarme.

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    -Muy bien, entonces -dijo ella sin voz-. Muy bien. Pero si no consigo hacerles hablar por causa de su presencme ocupar personalmente de que no mande usted ms naves.

    Valona puso rpidamente su mano delante de los ojos de Rik en el momento en que Samia entraba.-Qu le pasa, muchacha? -dijo Samia secamente antes de recordar que tena que hablarles suavemente.Valona hablaba con dificultad.-No est muy bien, lady -dijo-. Poda no saber que era usted una lady. Hubiera podido mirarla. Sin nimo dhacerle dao, quiero decir, lady.-Oh, Dios mo! Djele que me mire! -dijo Samia-. Tenemos que quedarnos aqu, capitn?

    -Preferira usted un camarote de lujo, milady? -Seguramente podra procurarnos -algo menos srdidoque esto...-Es srdido para usted, milady. Para ellos estoy seguro de que es lujo. Tienen agua corriente. Pregnteles si tenan en su choza de Florina.-Bien, diga a estos hombres que se marchen.El capitn les hizo un gesto. Dieron media vuelta y salieron del recinto. El capitn instal la silla ligera aluminio plegable que haba trado. Samia la cogi. Dirigindose a Rik y Valona, el capitn les dijo:-Levntense!-No! -interrumpi Samia en el acto-. Que sigan sentados. No intervenga, capitn. Conque es usted unmuchacha de Florina? -pregunt dirigindose a Valona.-Somos de Wotex -dijo la muchacha moviendo la cabeza.

    -No tiene usted nada que temer. Nadie les har dao. No tiene importancia que sean de Florina.

    -Somos de Wotex.-Pero no comprendes que prcticamente has reconocido que sois de Florina? Por qu has tapado los ojos deste muchacho?-No tiene derecho a mirar a una dama.-Incluso los de Wotex?Valona permaneci silenciosa. Samia la dej que pensase. Trat de sonrerle amistosamente. Despus dijo:-Slo los florinianos no tienen derecho a mirar a las damas. Ya ves que has reconocido que sois de Florina.-El, no! -salt Valona.-Y t?-Yo, s. Pero l no. No le hagan nada. No es floriniano, de verdad. Slo le encontraron all un da. No s ddnde viene, pero no es floriniano.Hablaba casi con animacin. Samia la mir con cierta sorpresa.-Bien, hablar con l. Cmo te llamas, muchacho?

    Rik la estaba mirando. Era aqul el aspecto de las mujeres Nobles? Tan pequea, y de aspecto amistoso,ola tan bien... Se alegraba mucho de que le hubiese permitido mirarla.-Cmo te llamas? -repiti Samia.Rik volvi a la realidad, pero le fue imposible articular una slaba.-Rik -dijo finalmente. Despus pens: No, ste no es mi nombre. Pero dijo-: Me parece que es Rik.-No lo sabes?Valona, ya desaparecido su temor, trat de hablar, pero Samia interpuso una mano contenindola.-No lo s -dijo Rik moviendo la cabeza. -Eres de Florina?-No, estaba en una nave -dijo Rik, esta vez categrico-, Vine aqu desde algn otro sitio. -No poda apartar vista de Samia, pero pareca darse cuenta de que coexista en la nave con ella. Una nave muy agradablehospitalaria, adems... Llegu a Florina en una nave, pero antes viva en un planeta.-Qu planeta?Era como si la idea se abriese paso a la fuerza y dolorosamente por unos canales del cerebro demasiad

    angostos. Entonces Rik record, y qued deleitado con el sonido de su voz, tan largo tiempo olvidada;-Tierra! Vine de Tierra!-Tierra?Rik asinti y Samia se volvi hacia el capitn.-Dnde est ese planeta Tierra?-No haba odo hablar nunca de l -dijo el capitn con una leve sonrisa-. No se tome a este hombre demasiaden serio, milady. Un indgena miente como respira. Es natural en l. Dice lo primero que le pasa por la cabeza.-No habla como un indgena. Dnde est Tierra, Rik? -dijo volvindose hacia l.-Es... -Se detuvo y se llev una mano temblorosa a la frente. Despus dijo-: En el sector de Sirio... -El tono de afirmacin era casi una pregunta. Samia se volvi hacia el capitn:-Existe un Sector de Sirio, verdad?

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    -S, existe. Pero me asombra que en eso tenga razn. De todos modos, no hace ms real la existencia dTierra.-Pero existe. Se lo digo, lo recuerdo -dijo Rik con vehemencia-. Hace tanto tiempo que lo he recordado... npuedo equivocarme ahora. No puedo... -Se volvi, cogi a Valona por los codos, tirando de sus mangasValona, diles que vengo de Tierra! S, s!-Lo encontramos un da, lady, y haba perdido la cabeza -dijo Valona con los ojos abiertos por la inquietud-. Npoda vestirse, ni hablar ni andar. No era nadie. Desde entonces va recordando poco a poco. Hasta ahora todlo que ha ido recordando ha sido as. -Dirigi una rpida mirada al rostro contrariado del capitn-. Puede mubien haber venido de Tierra, seor. No quiero contradecirle.

    La ltima frase era de un convencionalismo largo tiempo establecido y segua a cualquier afirmacin qupudiese parecer en contradiccin con una opinin manifestada por un superior .-Por las pruebas que tenemos lo mismo puede venir del centro de Sark -gru el capitn.-Sin duda, pero en todo esto hay algo extrao -respondi Samia situndose, como buena mujer, del lado dromanticismo-. Estoy segura... y cmo estaba tan desesperado cuando lo encontraste, muchacha? Estabherido?Valona no contest de momento. Su mirada se posaba incierta en un lado a otro. Primero mir a Rik, que sagarraba el cabello con los dedos, despus al capitn, que esbozaba una sonrisa forzada; finalmente a Samque estaba esperando.-Contstame, muchacha -dijo Samia.Para Valona representaba una dura decisin, pero en aquellas circunstancias no crea concebible inventar unmentira que pudiese sustituir a la verdad.-Un doctor lo visit una vez... Dijo que le haban..., et..., psicoprobado.

    -Psicoprobado! -exclam Samia con una oleada de repulsin que recorri todo su cuerpo. Alej su silla, quprodujo un chirrido contra el suelo de metal-. Quieres decir que era psictico?-No s qu quiere decir, lady -dijo humildemente Valona.

    -No en el sentido que est usted pensando, milady -dijo el capitn casi simultneamente-. Los indgenas no sopsicticos. Sus necesidades y deseos son demasiado simples. No he odo hablar jams de un indgepsictico.-Pero, entonces...-Es muy sencillo, milady. Si aceptamos la fantstica teora que la muchacha nos cuenta, slo podemos llegarla conclusin de que este muchacho haba sido un criminal, lo cual es una forma de ser psictico. Si es adebieron tratarle uno de esos chiflados que practican entre los indgenas, casi lo mataron, y le largaron a useccin desierta para evitar ser descubiertos y perseguidos.-Pero tena que haber alguien capaz de hacer la psicoprueba -protest Samia-. No esperar usted que lo

    indgenas sean capaces de hacerlo...-Quiz no. Pero en este caso tampoco podemos suponer que un mdico autorizado lo hiciese de forma tainexperta. El hecho de que lleguemos a una contradiccin demuestra que la historia es falsa del principio al finaSi quiere usted seguir mi consejo, milady, dejar usted a estos dos seres en nuestras manos. Ya ve usted ques intil esperar nada de ellos.

    -Quiz tenga usted razn -dijo Samia despus de vacilar un momento.Se levant y mir a Rik con perplejidad. El capitn se puso detrs de ella, levant la silla porttil y la dobl de ugolpe.-Esperen! -dijo Rik levantndose de un salto.-Por favor, milady -dijo el capitn abriendo la puerta para dar paso a Samia-. Mis hombres lo calmarn.-No le harn dao? -pregunt ella, detenindose en el umbral.-Dudo que nos obligue a recurrir a extremos. Ser fcil de manejar .-Lady! Lady! -grit Rik-. Puedo probar que soy de Tierra!

    Samia permaneci indecisa por algunos instantes. -Veamos lo que tiene que decir.-Como quiera, milady -dijo el capitn framente.Samia volvi atrs, pero se mantuvo a un paso de la puerta. Rik estaba congestionado. Con el esfuerzo pensar sus labios esbozaron la caricatura de una sonrisa.-Recuerdo Tierra. Era radiactiva. Recuerdo las reas prohibidas y el horizonte azul de la noche. El suelo relucy no creca nada en l. Slo haba algunos puntos donde los hombres podan vivir. Por eso era yo analista despacio. Por eso no quise quedarme en el espacio. Mi mundo era un mundo muerto.-Vmonos, capitn -dijo Samia encogindose de hombros-. Est divagando.Pero esta vez fue el capitn Racety quien se detuvo, con 1a boca abierta.-Un mundo radiactivo? -murmur. -Existe eso? -pregunt ella.-S -dijo, volvindose perplejo hacia ella-. Pero... dnde puede haberlo imaginado?

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    -Cmo puede un mundo ser radiactivo y habitado? -Pues hay uno. y est en el sector de Sirio. No recuerdo nombre. Podra incluso ser Tierra.-Es Tierra -dijo orgulloso y confiado Rik-. Es el planeta ms antiguo de la Galaxia. Es el planeta donde tuvo sorgenes la raza humana.-Es verdad! -dijo el capitn suavemente.-Quiere decir que la raza humana tuvo sus orgenes en Tierra? -pregunt Samia, dndole vueltas la cabeza.-No, no! -dijo el capitn de una manera abstracta-.Eso es una supersticin. Slo que es as como o hablar del planeta radiactivo. Pretende ser el planeta origindel Hombre.

    -No saba que tuvisemos un planeta original.-Supongo que en alguna parte empezaramos, milady, pero dudo que nadie pueda saber en qu planeta fuQu ms recuerdas? -aadi, dirigindose con sbita decisin a Rik, a punto casi de llamarle muchachopero abstenindose.-La nave, principalmente. y el anlisis del espacio. .Samia se uni al capitn. Permanecan de pie, frente a Rik,Samia senta la excitacin apoderarse de ella. -Entonces todo esto es verdad? Pero, entonces, cmo fusometido a la psicoprueba?-Psicoprueba...! -dijo el capitn Racety pensativo-. Preguntmosle a l. A ver, indgena, o ser de otro mundo,lo que seas. Cmo te sometieron a la psicoprueba?-Eso lo habis dicho vosotros -dijo Rik perplejo-. Incluso Lona. Pero yo no s qu quiere decir.-Cundo dejaste de recordar entonces?-No estoy seguro. De nuevo empez, desesperado-. Fue en una nave.-Ya lo sabemos. Sigue.

    -No hay necesidad de gritar, capitn -dijo Samia-. Le va usted a quitar el poco juicio que tiene.Rik estaba totalmente absorbido en la lucha contra la penumbra de su mente. El esfuerzo no dejaba lugar paninguna emocin. Con gran sorpresa, incluso para l, dijo:-No le tengo miedo, lady. Estoy tratando de recordar. Haba peligro. De eso estoy seguro. Un gran peligro paFlorina, pero no puedo recordar los detalles.-Peligro para todo el planeta? -pregunt Samia, dirigiendo una rpida mirada al capitn.-S. Era por las corrientes.-Qu corrientes? -pregunt el capitn.-Las corrientes del espacio.- Esto es una locura! -exclam el capitn levantando las manos y volvindolas a dejar caer .-No, no! Djele seguir! -EI flujo de la credulidad haba invadido nuevamente a Samia. Tena los labios abiertosus ojos relucan y unos pequeos lunares entre las mejillas y la barbilla le daban una expresin sonrienteQu son las corrientes del espacio?-Los diferentes elementos -dijo Rik vagamente. Lo haba explicado ya. No quera tener que volver a explicarlo.Sigui hablando rpidamente, casi de una manera incoherente, a medida que las ideas acudan a l, caarrastrado por ellas.-Mand un mensaje al centro oficial de Sark. Lo recuerdo muy claramente. Tena que andar con cuidado. Habun peligro que iba ms all de Florina. S, ms all de Florina. Era ancho como la Va Lctea. Haba que tratarcon cuidado.Pareca haber perdido todo contacto con los que le estaban escuchando, vivir en un mundo del pasado delantdel que iba desapareciendo lentamente una cortina hecha jirones. Samia puso una mano sobre su hombtratando de calmarlo, pero no obtuvo reaccin alguna a ello tampoco.-No s cmo -prosigui-, mi mensaje fue interceptado por alguien de Sark: Fue un error. No s cmo pudocurrir -frunci el ceo-. Estoy seguro de haberlo mandado al Centro Oficial con nuestra longitud de onda. Creque el subter pudo ser captado?No se extrao siquiera de que la palabra subter acudiese tan fcilmente a sus labios. Quizs estabesperando una respuesta, pero sus ojos seguan sin ver.

    -En todo caso, cuando aterric en Sark me estaban esperando.De nuevo una pausa, esta vez larga y meditativa. El capitn no hizo nada por romperla; pareca estar meditandtambin.-Quin le estaba esperando? Quin? -interrumpi Samia.-No... no lo s -dijo Rik-. No puedo recordarlo. No era en la oficina. Era alguien de Sark. Recuerdo que habl col. Yo conoca el peligro y le habl de l. Estoy seguro de haber hablado. Estbamos sentados delante de unmesa, juntos. Recuerdo la mesa. Estaba frente a m. Es tan claro como el espacio. Hablamos un rato. Mparece que no deseaba dar detalles. De esto estoy seguro. Tena que hablar con la oficina primero y entoncel...-S? -inst Samia.-Hizo algo... No, no recordar nada ms. No recordar nada ms!

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    Dijo estas palabras gritando y de nuevo rein el silencio, un silencio que fue extemporneamente roto por prosaico zumbido del aparato de comunicacin de pulsera del capitn.

    -Qu hay! -pregunto.La voz que respondi fue precisa y respetuosa.-Un mensaje de Sark para el capitn. Se ruega lo reciba personalmente. .-Muy bien, voy a los subteres inmediatamente. -Se volvi hacia Samia-. Puedo recordarle, milady, que es hora de la cena? -Vio que la muchacha iba a alegar su falta de apetito ya rogarle que la dejase all y no spreocupase por ella. Ms diplomticamente, prosigui-: Es tambin hora de dar de comer a esta pareja. Debe

    estar probablemente cansados y hambrientos.Samia no pudo objetar nada contra eso.-Tengo que volverlos a ver, capitn...El capitn se inclin silenciosamente. Pudo ser aquiescencia, pudo no serlo.Samia de Fife estaba emocionada. Sus estudios sobre Florina colmaban una cierta aspiracin intelectual qullevaba en ella, pero el Misterioso Caso del Terrestre Psicoprobado (pensaba en este caso en letramaysculas) despertaba en su mente algo mucho ms primitivo y ms exigente. Toda su curiosidad animestaba alerta.Era un misterio! Haba tres puntos que la fascinaban. Entre ellos no figuraba la quiz razonable cuestin (dadalas circunstancias) de si toda la historia de aquel hombre no era una mentiradeliberada e incluso una ilusin, ms que la verdad. Creer que fuese otra cosa distinta de la verdad serdesvanecer el misterio y Samia no poda permitrselo.Los tres puntos eran, por consiguiente, stos: 1o Cul era el peligro que amenazaba Florina o, mejor dich

    toda la Galaxia? 2o Quin era la persona que haba sometido a Rik a la psicoprueba? 3o Por qu haba espersona uti1izado la psicoprueba?Estaba decidida a profundizar en el asunto hasta quedar satisfecha. No hay nadie suficientemente modesto pano creerse un competente analista aficionado y Samia estaba muy lejos de ser modesta.En cuanto pudo evadirse decentemente despus de la cena, se precipit hacia el cuchitril.-Abre la puerta -le dijo al marinero de guardia.El marinero permaneci perfectamente rgido e inmvil mirando hacia delante respetuosamente, sin ver.-Con permiso de Su Excelencia, la puerta no debe abrirse -dijo.-Cmo te atreves a decir eso? -dijo Samia con la boca abierta-. Si no me abres la puerta inmediatameninformar al capitn.Rpidamente subi a las habitaciones del capitn y entr como un cicln en un cuerpo de mujer.

    -Capitn!-Milady...-Ha dado usted orden de que el Terrestre y la mujer me estn vedados?-Crea, milady, que se haba acordado entre nosotros que slo podra interrogarlos en mi presencia...-Antes de cenar, s. Pero y ha visto usted que son inofensivos.-He visto que parecen inofensivos.-En ese caso, le ordeno que venga usted inmediatamente conmigo.

    -No puedo, milady. La situacin ha cambiado.

    -En qu sentido?-Deben ser interrogados por las autoridades de Sark y hasta entonces ,deben permanecer solos.La mandbula inferior de Samia cay, pero la ,recuper en el acto de su poco digna posicin.-No va usted a entregarlos al Centro de Asuntos Florinianos...-Pues... -transigi el capitn-, sta era, en efecto, la intencin original. Han abandonado su pueblo sin permisHan abandonado incluso su planeta sin permiso. Adems, han tomado un pasaje secreto en una nave sarkita.-Eso fue un error. -De veras?-En todo caso conoca usted todos sus crmenes antes de nuestra ltima conversacin.-Pero fue slo durante esta conversacin cuando me enter de todo lo que el llamado Terrestre tena que decir-El llamado... Usted mismo dijo que el planeta Tierra existe

    -Dije que poda existir. Pero, milady, puedo tener la osada de preguntarle qu deseara usted que se hiciescon esa gente?-Creo que hay que investigar la historia del Terrestre. Habla de un peligro para Florina y de alguien de Sark quha intentado deliberadamente evitar que las autoridades competentes tuviesen conocimiento de este peligrCreo que es incluso un caso para mi padre. En realidad, le llevar a ver a mi padre cuando llegue el momenoportuno.-Qu inteligente es todo esto! -exclam el capitn.

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    -Se siente usted sarcstico, capitn?-Perdn, milady -dijo l sonrojndose-. Me refera a nuestros prisioneros. Me permite usted que hable cocierta extensin?-No s lo que quiere usted decir por cierta extensin, pero me parece que puede usted empezar -respondella con ira.-Gracias. En primer lugar, milady, espero que no quitar usted importancia a los disturbios de Florina.-Qu disturbios?-No puede usted haber olvidado el incidente de la Biblioteca.-Un patrullero muerto? Realmente, capitn...!-Y un segundo patrullero muerto esta maana, milady, y un indgena, adems. No es cosa corriente que lindgenas maten patrulleros, y aqu hay uno que lo ha hecho dos veces y sigue sin haber sido detenido. Eobra de un solo hombre? Ha sido un accidente? O forma parte de un plan cuidadosamente elaborado?-Al parecer. cree usted esto ltimo.-S, milady. El asesino indgena tiene dos cmplices. Su descripcin concuerda con nuestros dos cautivos.-No lo haba dicho usted nunca!-No quera asustar a Su Excelencia. Recordar. sin embargo, que le dije repetidamente que podan speligrosos.-Muy bien. Qu conclusiones saca usted de esto?-Y si los asesinatos de Florina no eran ms que detalles accesorios destinados a llamar la atencin de loescuadrones de patrulleros mientras estos dos se metan a bordo de esta nave?-Me parece algo tan tonto...-S? Por qu huyen de Florina? No se lo hemos preguntado. Vamos a suponer que huyen de los patrullero

    puesto que sta es la suposicin ms razonable. Se les ocurrira elegir Sark entre todos los sitios? y en unnave que es transporte de Su Excelencia? Y. adems, l pretende ser un analista del espacio.-Qu hay con eso? -pregunt Samia frunciendo el ceo.-Hace un ao se comunic la desaparicin de un analista del espacio. Al hecho no se le dio nunca una grapublicidad. Yo lo supe, desde luego, porque mi nave fue una de las que navegaron por el prximo espacio ebusca de rastros de la suya. Quienquiera que apoye esos desrdenes de Florina est indudablemente enteradde este hecho y el mero hecho de que la desaparicin del analista del espacio les sea conocida demuestra cufirme y sorprendentemente perfecta organizacin tienen.-Podra ser que el analista desaparecido y el Terrestre no tuvieran relacin alguna.-No una relacin real, indudablemente, milady. Pero no esperar relacin alguna es creer en demasiadacoincidencias. Estamos tratando con un impostor. Por eso pretende haber sido psicoprobado.-Oh...!-Cmo podemos probar que no es el analista del espacio? No conoce ningn detalle del planeta Tierra salvo

    hecho de que es radiactivo. No sabe gobernar una nave. No conoce nada del anlisis del espacio. y se cubinsistiendo en que ha sido psicoprobado. No lo ve, milady?Samia era incapaz de dar una respuesta directa. -Pero con qu propsito...? -pregunt.-El de que pudiese usted hacer exactamente lo que tena intencin de hacer, milady.-Averiguar el misterio?-No, milady. Llevarlo a su padre.-No veo el objeto.-Hay varias posibilidades. En el mejor de los casos, poda estar espiando a su padre, y proceder de Florinaposiblemente de Trantor. Imagino que el viejo Abel de Trantor vendra inmediatamente a identificarlo comTerrestre, no por otra razn que la de embarazar a Sark pidindole la verdad acerca de esa ficticia psicopruebEn el peor de los casos, podra ser el asesino de su padre.-Capitn!-Milady...?

    -Eso es ridculo!-Quiz, milady. Pero si es as, el Departamento de Seguridad es ridculo tambin. Recordar usted que pocantes de cenar recib un mensaje de Sark.-S.-Aqu lo tiene.Samia cogi la delgada cinta transparente con sus letras rojas y ley: Se comunica que dos florinianos hatomado pasaje clandestino e ilegal en su nave. Hgase cargo de ellos inmediatamente. Uno de ellos puedpretender ser un analista del espacio y no un indgena floriniano. No debe usted tomar decisin alguna en esasunto. Se le considerar a usted responsable de esas personas. Han de estar bajo custodia hasta su entregaDepsec. Extremo secreto. Extrema urgencia.Samia estaba como aturdida.

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    -Depsec? -dijo-. Departamento de Seguridad... -Y Extremo Secreto -dijo el capitn-. Cometo una infraccial decirle esto, pero no me ha dejado usted eleccin, milady.-Qu le van a hacer? '-pregunt ella.-No podra decrselo con seguridad -dijo el capitn-. Por supuesto que un presunto espa y asesino no puedesperar que se le trate muy gentilmente. Es muy probable que su ficcin se convierta en realidad y se entere dsabor que tiene una psicoprueba.

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    El detective

    Los cuatro Grandes Nobles miraron al Seor de Fife cada cual a su manera. Bort estaba enfadado, Rune sdiverta, BaIle estaba contrariado y Steen, asustado.-Alta traicin? -dijo Rune siendo el primero en hablar-. Trata quiz de asustarnos con una frase? Qusignifica esto? Traicin contra quin? Contra usted? Contra Bort? y quin es el traidor? y por la salvacide Sark, Fife, estas conferencias cambian mis horas de sueo.-El resultado puede cambiar las horas de sueo de mucha gente, Rune -dijo Fife-. No me refiero a traicicontra ninguno de nosotros, sino traicin contra Sark.-Sark? -pregunt Bort-. y qu es Sark, sino todos nosotros?-Llammoslo un mito. Llammoslo algo en lo cual los sarkitas ordinarios creen.-No lo entiendo -dijo Steen-. Parece que tengan ustedes inters en derrotarse unos a otros. Realmente, desearque hubiesen terminado con todo esto.-Estoy de acuerdo con Steen -dijo BaIle.-Estoy perfectamente dispuesto a explicarme inmediatamente -dijo Fife-. Habrn odo hablar, supongo, de lorecientes disturbios de Florina...-Los despachos del Depsec hablan de varios patrulleros muertos. Es a eso a lo que se refiere?-Pardiez, si tenemos que celebrar una conferencia, vamos a hablar de esto! -salt Bort con clera-. Patrulleromuertos! Pues bien se lo merecen Pretende decirnos que un indgena puede acercarse lo suficiente a patrullero para acabar con el sencillamente? Cmo va a dejar un patrullero que un indgena se le acerque suficiente para matarlo? Cmo no ha sido abrasado el indgena a los veinte pasos?Tambin me gustara ver todo el cuerpo de patrulleros desde el capitn al ltimo recluta reducidos a papillTod? el cuerpo no es ms que un cmulo de idiotas. Tienen una vida demasiado fcil all. Yo digo que cadcinco aos deberamos proclamar la ley marcial en Florina y limpiarla de perturbadores. Esto mantendra a loindgenas tranquilos ya nuestros hombres en guardia.-Ha terminado? -pregunt Fife.

    -Por ahora, s. Pero volver a empezar. Es mi misin aqu, adems, ya la sabe. Puede no ser importante comla Suya, Fife, pero la es lo suficiente como para preocuparme.Fife se encogi de hombros y se volvi hacia Steen sbitamente.-Y usted, ha odo hablar de disturbios .?-Eh ...? S. Bueno, quiero decir que le he odo a usted decir...-No ha ledo usted los comunicados del Depsec?-Hombre, pues...! -Steen pareca intensamente interesado por sus afiladas uas con su capa cobrizexquisitamente aplicada-. No siempre tengo tiempo de leertodos los comunicados, No me crea obligado a elEn realidad... -agarr su valor con las dos manos y mir fijamente a Fife-. No saba que me estuviese ustedictando reglas, Fife.

    -No las dicto, De todos modos, en vista de que en todo caso no conoce usted ninguno de los detallepermtame que le haga un sumario. Los dems pueden encontrarlo interesante tambin.

    Fue sorprendente en cun pocas palabras podan condensarse todos los acontecimientos de cuarenta y ochhoras, y cun insignificantes parecan. Primero hubo una inesperada referencia a las pruebas espacio-analticaDespus el golpe en la cabeza al patrullero con una fractura de crneo. Despus la persecucin que termin ela inviolabilidad del antro de un agente de Trantor. Despus, otro patrullero muerto al alba por el asesindisfrazado con el uniforme del patrullero y el agente de Trantor muerto a su v'ez pocas horas ms tarde.-Y si quiere el ltimo ejemplar de noticias, puede aadir sta a esas aparentes trivialidades -termin Fife-. Hacunas horas un cuerpo, mejor dicho, los huesos que quedaban de un cuerpo, fueron encontrados en City ParFlorina.-El cuerpo de quin? -pregunt Rune.-Un momento, por favor: A su lado se encontr un montn de cenizas que parecan ser los restos carbonizadode telas. Todo lo que fuese metal haba sido cuidadosamente retirado de all, pero el anlisis de las cenizaprob que era el resto de un uniforme de patrullero carbonizado.

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    -Nuestro amigo el impostor? -pregunt Balle.-No es probable -dijo-. Quin lo hubiera matado en secreto?-Suicidio -dijo Bort con maldad-. Hasta cundo espera el maldito bastardo este escapar a nuestras manosImagino que tuvo mejor muerte as. Personalmente, averiguar quin es el responsable de haberle dejado llegal suicidio poniendo una carga explosiva en sus manos.-No es probable -dijo Fife nuevamente-. Si el hombre se suicid, se mat primero, se quit el uniforme, lo redua cenizas, quit botones y hebillas y se liber de ellas. O bien, primero se quit el uniforme, lo quem, qubotones y hebillas, sali de la cueva desnudo, o quizs en ropa interior, regres y se suicid.-El cuerpo estaba en una cueva? -pregunt Bort, -En una de las cuevas ornamentales del parque, s . -En es

    caso tuvo mucho tiempo y mucho secreto -dijo Bort en tono beligerante, porque odiaba abandonar una teoraPudo quitar botones y hebillas primero, y despus...-Ha tratado alguna vez de quitar los galones a un uniforme que no ha sido reducido a cenizas primero?pregunt Fife sarcsticamente-. Y puede usted insinuar un motivo, si el cuerpo era el de un impostor despudel suicidio? Adems, tengo la memoria de los analistas mdicos que estudiaron la estructura sea. esqueleto no es ni de un patrullero ni de un floriniano. Es de un sarkita.-De veras? -exclam Steen. BaIle abri sus ojos fatigados; los dientes de metal de Rune, que captaban un rade luz aqu y all y aadan un poco de vida al cubo de oscuridad en que estaba sentado, se desvanecieron clos brillos al cerrar Rune la boca. Incluso Bort estaba turbado.-Me siguen? -pregunt Fife-. Ahora comprenden ustedes por qu el metal fue retirado del uniforme. El qmat al sarkita quera que la ceniza pareciera la de las ropas del sarkita; se quit el uniforme y lo quem antde cometer la muerte, a fin de que se pudiese pensar en un suicidio o en el resultado de algn rencor privadcompletamente ajeno a nuestro amigo el patrullero-impostor. Lo que no saba era que el anlisis de la ceniz

    poda distinguir el kyrt de las ropas sarkitas de la celulita de los uniformes de los patrulleros, incluso cuando lobotones y galones se han quitado. Ahora bien, dada la ceniza de un uniforme patrullero y el cuerpo de un sarkimuerto, slo podemos suponer que en alguna parte de Ciudad Alta vive un Edil con ropas sarkitas. Nuestfloriniano, despus de haberse hecho pasar por patrullero un tiempo suficiente, y considerando el peligdemasiado grande y creciendo por momentos, decidi convertirse en Noble. y lo hizo como pudo.-Lo han encontrado? -pregunt Bort rpidamente.-No.-Por qu no? -!Por Sark! Por qu no!-Lo encontrarn -dijo Fife indiferente-. De momento tenemos cosas ms importantes de qu preocuparnos. Lltima atrocidad es una bagatela eh comparacin.-!Vamos al grano1 -insisti Rune.-!Paciencia! Primero djenme que les pregunte si recuerdan ustedes al analista desaparecido el ao pasado.

    Steen se ech a rer.

    -Otra vez eso? -pregunt Bort con profundo desprecio.-La explosin de ayer y anteayer -prosigui Fife imperturbable empez con la demanda de referencias de ciertolibros sobre el anlisis del espacio en la Biblioteca de Florina. Para m es una relacin que me basta. Vamosver si consigo que vean ustedes tambin la relacin. Empezar por describir a las tres personas relacionadcon el incidente de la biblioteca y les ruego que por algn tiempo no me interrumpan.Ante todo, tenemos un Edil. Es el ms peligroso de los tres. En Sark tena una excelente ficha como hombinteligente y digno de confianza. Desgraciadamente ahora ha empleado sus facultades contra nosotros. indudablemente el responsable de las cuatro muertes. Es un buen promedio para un hombre soConsiderando que las cuatro muertes incluyen dos patrulleros y un sarkita, es increble por parte de un indgeny sigue en libertad.La segunda persona afectada es una mujer indgena. Carece de educacin y de importancia. Sin embargdurante los dos ltimos das se ha procedido a una minuciosa bsqueda en todas las facetas de este casoconocemos su historia. Sus padres eran miembros del Alma de Kyrt, si es que alguno de ustedes recuerd

    aquella ridcula conspiracin campesina que fue barrida sin complicaciones har unos veinte aos. .Esto nos lleva a la tercera persona, la ms extraordinaria de las tres. Esta tercera persona era un vulgar obredel molino y un idiota.Dos ruidosas expulsiones de respiracin se oyeron en boca de Bort y Steen. Los ojos de BaIle seguan cerradoy Rune permaneca inmvil en la oscuridad.-La palabra idiota -prosigui Fife no se emplea aqu simblicamente. El Depsec se ha lanzado implacablementras l, pero su historia slo puede rastrearse de unos diez meses a esta parte. Se le encontr en un pueblecicercano a la metrpoli principal de Florina en estado de completa inconsciencia. No poda hablar ni andar. Nsaba siquiera comer solo.Ahora, anoten bien esto, su primera aparicin tiene lugar pocas semanas despus de la desaparicin danalista del espacio. Observen, adems, que, al cabo de unos meses, aprendi a caminar e incluso desempear un cargo en la fbrica de kyrt. Qu idiota sera capaz de aprender tan de prisa?

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    -Realmente -interrumpi Steen con fuego, si fue sometido en serio a la prueba psquica, poda dejarlo en aquestado... -Su voz fue desvanecindose.-No conozco mayor autoridad en la materia -dijo Fife irnicamente-. Incluso sin la autorizada opinin de Steesin embargo, se me haba ocurrido ya esa idea. Era la nica explicacin posible.Ahora bien, la prueba psquica slo pudo tener lugar en Sark o en la Ciudad Alta de Florina. Por una simpraznde meticulosidad se visitaron todos los consultorios de los mdicos de Ciudad Alta. No se encontr rastro dmenor aparato de psicoprueba no autorizado. Entonces uno de nuestros agentes tuvo la idea de revisar lanotas de todos los mdicos que haban muerto desde la primera aparicin del idiota... Me ocupar de que se

    ascendido por haber tenido esta idea.Encontraron el rastro de nuestro idiota en uno de los registros de estos dispensarios. Lo haba llevado para ucontrol psquico hace unos seis meses esa campesina que es el segundo personaje de nuestro trAparentemente se hizo en secreto, ya que ella estaba ausente de su trabajo aquel da con un pretexcompletamente distinto. El doctor examin al paciente y anot la prueba definitiva de que le habapsicoprobado.Ahora viene el punto interesante. El doctor era uno de estos que tienen un dispensario en Ciudad Alta y otro eCiudad Baja. Era uno de esos idealistas que creen que los indgenas merecen cuidados mdicos de primeclase. Era un hombre metdico que conservaba anotaciones duplicadas en ambos dispensarios a fin de evitarel doble recorrido en ascensor. Complaca tambin su idealismo, imagino, no diferenciar en sus ficheros entlos sarkitas y los florinianos. Pero la ficha del idiota en cuestin no estaba duplicada, y era la nica ficha nduplicada.Por qu tena que ser as? Si, por alguna razn, haba decidido no hacer el duplicado de esa visita, por qu

    tena que aparecer solamente en los ficheros de Ciudad Alta que es donde apareci? Por qu no en CiudaBaja, que es donde no apareca? Despus de todo, ese hombre era floriniano. Le haba llevado una florinianHaba sido examinado en Ciudad Baja. Todo eso estaba claramente consignado en la ficha que encontramos.No hay ms que una respuesta para este intrigante punto. La anotacin fue debidamente consignada eambas fichas, pero fue destruida en la Ciudad Baja por alguien que ignoraba que quedara la anotacin en fichero de Ciudad Alta. Pero sigamos.Aadida a la anotacin de reconocimiento del idiota estaba la anotacin definitiva que inclua el diagnstico deste caso en la memoria reglamentaria del doctor para el Depsec. Esto era completamente correcto. Todo casde psicoprueba puede incluir un criminal o incluso un subversivo. Pero esa anotacin no se hizo nunca. El doctmuri en el plazo de una semana de un accidente de trnsito.Las coincidencias sobrepasan la verosimilitud, no?BaIle abri los ojos y dijo:-Nos est usted contando una novela policaca.-!S! -exclam Fife con satisfaccin-. Una novela policaca. Y de momento yo soy el detective.-Y quin es el acusado? -pregunt BaIle con voz cansada.-Todava no. Djeme hacer de detective un poco ms.En un momento crtico que Fife consideraba el ms peligroso que haba atravesado Sark, descubra que estaba divirtiendo inmensamente.-Examinemos la historia por el otro extremo -prosigui-. Olvidemos de momento al idiota y volvamos al analisdel espacio. Lo primero que he odo de l es la notificacin de la Oficina de Transportes de que su naaterrizar en breve. Un mensaje suyo recibido anteriormente acompaa esta notificacin.El analista del espacio no llega nunca. No se le localiza en ningn punto del espacio: Ms an, el mensaexpedido por el analista, que fue retransmitido a BuTrans, desaparece. El CAEI pretende que ocultbamodeliberadamente el mensaje. El Depsec crea que estaban inventando un mensaje ficticio con finepropagandsticos. Ahora se me ocurre pensar que ambos estbamos equivocados. El mensaje haba sidentregado pero no lo haba ocultado el gobierno de Sark.Inventemos ahora un desconocido y de momento llammoslo X, que tiene acceso a los archivos del BuTran

    Se entera del asunto del analista del espacio y su mensaje, y tiene cerebro y posibilidad de obrar rpidamenSe las arregla para mandar un subeterograma secreto a la nave del analista, dando instrucciones de quaterrice en algn pequeo campo privado. El analista del espacio lo hace as y lo encuentra all."X lleva el mensaje fatal del analista. Para ello puede haber dos razones. Primero, crear la confusin en loposibles intentos de investigacin eliminando una prueba importante. Segundo, servir quiz para ganaconfianza del analista "del espacio. Si el analista del espacio considera que slo puede hablar con los superiorde su ramo, X puede persuadirle de que se confe a l probndole que est ya en posesin de lo ms esencide la historia.

    "Indudablemente el analista habl. Por muy incoherente, loco, y en general incomprensible que lo que dpudiese ser , X reconoci en ello un excelente medio de propaganda. Entonces mand su carta de chantaje los Nobles, a nosotros. Su procedimiento, tal como l lo plante, fue, es muy probable, precisamente el que y

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    atribu a Trantor en aquel tiempo. Si no aceptbamos sus condiciones, pensaba destruir la produccin florinianpropagando Tumores de destruccin hasta forzar a la rendicin.Pero entonces se produjo el primer error de clculo. Ms tarde estudiaremos exactamente en qu consisti. Etodo caso, comprendi que tena que esperar antes de seguir adelante. Esperar, sin embargo, supona uncomplicacin. X no daba crdito a la historia del analista del espacio, pero no cabe la menor duda de que analista era totalmente sin. cero. X tendra que arreglar las cosas de forma que el analista estuviese de acuerden dejar a un lado su "maldicin'.El analista del espacio no poda hacer tal cosa a menos que su ya embrollada mente quedase fuera dservicio. X hubiera podido matarlo, pero soy de la opinin de que el analista le era necesario como fuente d

    futuras informaciones (despus de todo, no saba personalmente una palabra de anlisis del espacio y no podllevar a buen fin un chantaje fructfero cuando no era ms que un "bluff") y, quiz, como rehn en caso de ufracaso definitivo. Despus del tratamiento, no tena ya en sus manos un analista del espacio, sino un compleidiota que no poda causarle ninguna complicacin por algn tiempo. Y al cabo de algn tiempo recobrara susentidos.El prximo paso? Tena que cerciorarse de que durante el ao de espera el analista del espacio no selocalizado, que nadie de importancia lo vera, ni aun en su papel de idiota. y procedi con una magistsimplicidad. Se llev a su hombre a Florina y durante un ao el analista del espacio no fue ms que un indgenmedio idiota que trabajaba en los molinos de kyrt.Imagino que durante aquel ao, l, o algn subordinado de confianza, debi visitar la poblacin donde hab"probado'. al pobre hombre, para ver si estaba seguro y en relativa buena salud. Durante una de estas visitas enter, de alguna manera, de que haban llevado al pobre hombre a un mdico que saba distinguir un paciensometido a una psicoprueba cuando lo tena delante. El mdico muri y su fichero desapareci, por lo menos d

    dispensario de Ciudad Baja. ste fue el primer error de clculo de X. Jams e le ocurri pensar que en dispensario de Ciudad Alta pudiese haber un duplicado. Y entonces vino el segundo error de clculo. El idiota empez a; recobrar la razn demasiado pronto y el Ede la Ciudad tena suficiente inteligencia para comprender que en l haba algo ms que un simple dementQuiz la muchacha que se ocupaba del idiota le hablase al Edil de la psico-prueba. Es una simple suposicin. Y ya saben ustedes la historia.Fife dio una fuerte palmada y esper la reaccin.Rune fue el primero en hablar. En su oscuro cubculo se haba encendido la luz un momento antes y estabsentado parpadeando y sonriente.-Y ha sido una historia pasablemente aburrida, Fife: Un momento ms y me quedo dormido.-Por lo que puedo ver -intervino BaIle lentamente-, ha edificado usted una estructura tan insustancial como la dao pasado. Hay un noventa por ciento de suposiciones.-!Qu tontera! -exclam Bort.-Y quin es X, entonces? -pregunt Steen-. Si no sabe usted quin es X, todo lo dems no tiene sentido. bostez delicadamente, tapndose sus pequeos dientes blancos con el ndice doblado.-Por lo menos uno de ustedes ve el punto esencial del problema -dijo Fife-. La identidad de X, en efecto, es punto crucial del asunto. Consideren ustedes las caractersticas que X tendra que poseer si mi anlisis ecorrecto.En primer lugar, X es un hombre que est en contacto con los Servicios Civiles, Es un hombre que puedhacer practicar una psico-prueba. Es un hombre que cree poder montar una campaa fructfera de chantaje. Eun hombre que se puede llevar aun analista del espacio de Sarka Florina sin dificultades. Es un hombre qupuede tramar la muerte de un doctoren Florina. No es un don nadie, ciertamente.En una palabra, es definitivamente "alguien'", Podra ser un Gran Noble No lo creen ustedes?-Bort se levant. Su cabeza desapareci y volvi a sentarse. Steen estall con una risa histrica. Los ojos dRune, medio ocultos en la pulpa de la grasa que los rodeaba, brillaron febriles. Halle mova lentamente cabeza.-Por la salvacin del Espacio, a quin est usted acusando, Fife?

    -A nadie todava -respondi sin inmutarse-. A nadie especficamente. Mrenlo ustedes de esta manera. Aqsomos cinco, Ningn otro habitante de Sark pudo hacer lo que hizo x. Slo nosotros cinco. Esto puede darse padmitido. Cul de los cinco es? Para empezar. no soy yo.-Podemos creerle bajo palabra, verdad? -pregunt Rune.-No tiene usted que creerme bajo palabra -respondi Fife-. Soy el nico aqu que no tiene mvil. El mvil de X econseguir el control de la industria del kyrt. Yo lo tengo. Poseo un tercio de las tierras cultivables de Florina. Mmolinos talleres mecnicos y flota comercial es lo bastante predominante como para echar a cualquiera dustedes de esta industria si quisiera. No acudira a un chantaje complicado.Sus gritos dominaban las voces de todos los dems. -i Escchenme! Todos los dems tienen motivos. Ruposee el continente ms pequeo y el menor nmero de acciones. S que no le gusta. No puede fingir contrario. El linaje de Halle es ms antiguo. Hubo un tiempo en que su familia gobernaba todo Sa

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    Probablemente no lo habr olvidado. Pero le ofende perder siempre en las votaciones del consejo y no puedpor lo tanto, dirigir los negocios en su territorio de la manera absoluta y autoritaria que quisiera. Steen tiengustos caros y sus finanzas estn en mal estado. La necesidad de recuperarse es muy imperativa. Ya lo veTodos los motivos Posibles. Envidia. Ansia de poder. Codicia de dinero. Cuestin de prestigio, Ahora, cul dustedes es?En los ojos de Halle reluci una centella de malicia.-No lo sabe?-No tiene importancia. Ahora escuchen esto. He dicho que algo asust a X (sigamos todava llamndolo Xdespus de sus primeras cartas. Saben ustedes lo que fue? Fue nuestra primera. conferencia en la que hab

    de la necesidad de una accin conjunta. X estaba presente. Era, y es, uno de nosotros. Sabe que la acciconjunta significa el fracaso para l. Haba contado con ganarnos porque sabe que nuestro rgido ideal dautonoma continental nos alentar hasta el ltimo momento y ms all an. Vio que se haba equivocadodecidi esperar hasta que la sensacin de urgencia hubiese desaparecido y pudiese actuar de nuevo.Perosigue equivocndose. Seguiremos empleando la accin conjunta y hay una nica forma de hacerlo coseguridad, considerando que X es uno de nosotros. La autonoma continental ha llegado a su fin. Es un lujo quno podemos ya permitirnos, porque los planes de X Slo terminarn con el fracaso econmico del resto dnosotros o la intervencin de Trantor. Yo, personalmente, soy el nico en quien puedo confiar, de manera quepartir de ahora presido un Sark unido. Estn ustedes conmigo?Se levantaron todos de sus asientos, gritando. Bort agitaba su puo. Un poco de espuma se le escapaba por comisura de los labios.Fsicamente, no podan hacer nada. Fife sonrea. Cada uno de ellos estaba a un continente de distancia. Podseguir sentado detrs de su mesa y verles echar espuma.

    -No tienen ustedes eleccin -dijo-. En el ao transcurrido desde nuestra primera conferencia he hecho tambimis preparativos. Mientras asistan ustedes tranquilamente a la conferencia, escuchndome, oficiales lealesm se han apoderado de la flota.-!Traicin! -gritaron todos.-Traicin a la autonoma continental-respondi Fife-. Lealtad a Sark.Los dedos de Steen se entrelazaban nerviosamente y sus cobrizas puntas eran la nica mancha de color de spiel.-!Pero est X! !Incluso si X es uno de nosotros, hay tres inocentes! !Yo no soy X! -dijo dirigiendo una miradcircular de clera a los dems.-Aquellos de ustedes que son inocentes formarn parte de mi gobierno si quieren. No tienen nada que perder.-!Pero no dice usted quin es inocente! -exclam Bort! Tiene que apartarnos del asunto de...! -se detujadeante.-No lo har. En el plazo de veinticuatro horas sabr quin es X. No les he dicho una cosa. El analista del espacde que les he hablado est ahora en mi poder.

    Rein el silencio. Se miraban unos a otros con suspicacia y recelo.-Se estn preguntando cul de nosotros es X -dijo Fife rindose-. Uno de los cinco lo sabe, estn seguros dello. , y dentro de veinticuatro horas lo sabremos todos. y ahora mtanse ustedes bien en la cabeza que npueden hacer nada. Las naves son mas. !Buenos dasHizo un gesto de despedida.Uno tras otro fueron desapareciendo como estrellas en las profundidades del vaco borradas de la pantalla dvisin por el paso de una divisin del espacio.Steen fue el ltimo en desaparecer . -Fife... -dijo con voz trmula.-S? -dijo Fife levantando la vista-. Quiere confesarse ahora que estamos los dos solos? Es usted X?El rostro de Steen se contorsion alarmado.-No, no, de verdad! Quera nicamente preguntarle si hablaba usted en serio..., sobre lo de la economcontinental, me refiero. Es de veras?Fife mir el viejo cronmetro de la pared. -!Buenos das!

    Steen se estremeci. Tendi la mano hacia el botn contacto y tambin desapareci.

    Fife permaneca sentado, ptreo e inmvil. Terminada la conferencia y el calor de la crtica situacin, depresin se apoderaba de l. Su boca sin labios formaba como un severo hueco en su ancho rostro.Todos sus clculos empezaban con un hecho determinado; de que el analista del espacio estaba loco no cabduda. Pero todo aquello haba ocurrido por culpa de un loco. Se habra pasado Junz, del CAEI, un abuscando a un loto?Habra sido tan obstinado en su caza tras de los fantasmas? Esto no se lo haba dicho Fife a nadie. Apenas se atreva a compartir ese conocimiento con su propia alma. Y si el analista del espacio no haba estado nuncloco? Y si la destruccin se balanceaba sobre el mundo del kyrt?El secretario floriniano apareci delante del Gran Noble; su voz era seca e incolora.

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    -Qu ocurre?

    -La nave de su hija ha aterrizado.-Estn sin novedad el analista del espacio y la indgena?-S, seor .-Que nadie les interrogue en mi ausencia. Que se mantengan incomunicados hasta que yo llegue... Hnoticias de Florina?-S, seor. El Edil est detenido y lo traen a Sark.

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    El yachtman

    Las luces del puerto iban aumentando de intensidad a medida que se oscureca el crepsculo. En ninguna hodel da la iluminacin se apartaba de la normal establecida para la ltima hora de la tarde. En el Puerto 9, comen todos los dems puertos de yates de Ciudad Alta, era de da durante toda la rotacin de Florina. Lintensidad de la luz poda adquirir una brillantez inusitada bajo el sol de medioda, pero se era el nico cambioMarjis Genro poda decir que el da propiamente. dicho haba terminado porque al entrar en el puerto habdejado tras l las luces de colores de la Ciudad. Estas brillaban con el cielo que iba oscureciendo, pero no tenla pretensin de sustituir el da.Genro se detuvo en la entrada principal y no pareci quedar en la ms mnimo impresionado por la gigantescherradura con las tres docenas de hangares y cinco pozos de despegue. Formaban parte de l como formabaparte de cualquier navegante experimentado.Sac un cigarrillo de color violeta con el extremo envuelto en una delicada pelcula de kyrt plateado y se lo puen los labios. Protegi con sus manos juntas el extremo exterior y le vio cobrar una vida verdosa mientrainhalaba. Arda lentamente y no dejaba ceniza. Un humo esmeralda sala por los agujeros de su nariz.-!Todo como siempre! -murmur.Un miembro del club vestido de yachtman, slo con una discreta letra en el nico botn de la guerrera paindicar que era miembro del comit, se haba adelantado para recibir a Genro, evitando cuidadosamente dar unsensacin de prisa.-!Ah, Genro! Y por qu no estara todo al corriente?-!Hola, Doty! Slo estaba pensando que, con todo este alboroto que arma, a algn brillante cerebro se le podrocurrir cerrar los puertos. Gracias a Sark no ha sido as.-Todava puede ocurrir, sabes? -dijo el miembro del comit-. Conoces la ltima?

    -Cmo puedes decir si es la ltima o la penltima? -dijo Genro.-Bien. Te has enterado de que lo del indgena ya es definitivo? !El asesino!-Quieres decir que lo han detenido? No lo saba.-No, no lo han detenido. Pero ya saben que no est en Ciudad Baja.-Pues... dnde est entonces?-En Ciudad Alta. Aqu.-i Vamos...! -dijo Genro abriendo los ojos con incredulidad.-Pues s dijo el miembro del comit, un poco ofendido-, Estoy seguro. Los patrulleros andan rondando arriba,abajo por Kyrt Highway. Han cercado City Park y usan Central Arena como punto de coordinacin. Todo eso eautntico.-Bien, quiz. -Los ojos de Genro recorran las naves, inmviles en sus hangares-.No haba estado en el 9 desdhaca meses. Hay alguna nave nueva aqu?-No. Bueno, si est el Flam Arrow de Hjordes.

    -Ya la he visto -dijo Genro moyiendo la cabeza-. No es ms que cromio y nada ms. Me molesta pensar qutendr que acabar dibujando la ma.-Vas a vender Comet V?-Venderlo o desguazarlo. Estoy cansado de estos ltimos mdulos. Son demasiado automticos. Con srelevos automticos y sus compensadores de trayectoria estn matando el deporte.-He odo decir lo mismo a otros -asinti el miembro del comit-. Si oigo hablar de algn viejo modelo en venta, avisar.-Gracias. Te importa que d una vuelta por aqu?-De ninguna manera. Ve -dijo el otro; y saludndolo con un gesto de la mano se alej.Genro emprendi su visita con el cigarrillo medio consumido en un lado de la boca. Se detuvo en cada hangocupado estudiando atentamente su contenido.En el hangar 26 despleg un ms profundo inters. Se inclin sobre la valla baja e interpel:

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    -!Oiga...Lo hizo en tono de perfecta cortesa, pero al cabo de unos instantes tuvo que repetirlo con ms fuerza y menocortesa.El hombre que apareci no tena un aspecto impresionante. En primer lugar no llevaba uniforme de yachtmaEn segundo, necesitaba afeitarse y la repelente gorra que llevaba se inclinaba sin la menor elegancia. Pareccubrir la mitad de su rostro. Finalmente, adoptaba una actitud de peculiar y sospechosa cautela.-Soy Marjis Genro -dijo ste-. Es suya esta nave?-S, seor -respondi el hombre framente.Genro no hizo caso de su tono. Ech la cabeza atrs y estudi cuidadosamente las lneas de la nave. Se quit

    que quedaba del cigarrillo de los labios y lo lanz al aire. No haba alcanzado todava la mxima altura de sarco cl,1ando con un 1eve destello se desvaneci.-Le importara que entrase? -pregunt Genro.El hombre vacil un instante y se ech a un lado. Genro entr.-Qu clase de motor lleva esta embarcacin? -pregunt.-Por qu la pregunta usted?Genro era alto, tena la piel y los ojos oscuros y llevaba, el cabello encrespado y corto. Le pasaba al otro medcabeza, y su sonrisa dejaba aparecer unos dientes blancos y espaciados.-Para serle completamente franco -respondi-, deseo comprar una nueva embarcacin.-Quiere usted decir que le interesa sta?-No s. Algo por este estilo, quiz, si el precio es justo.Pero no s si le molestara que mirase los controles y motores...El hombre permaneca silencioso, La voz de Genro adquiri un tono ms fro.

    -Como quiera, desde luego... -Y dio media vuelta.-Quiz vendera... -dijo el hombre. Busc en sus bolsillos-. Aqu est la patente -aadi.

    Genro la examin por todas partes con ojos experimentados.

    -Es usted Deamone? -pregunt devolvindosela.

    El hombre asinti.-Puede usted entrar si quiere. Genro examin brevemente el gran cronmetro de a bordo, las palancafosforescentes que relucan brillantemente incluso bajo la luz del da que indicaba la segunda hora despus dla puesta de sol.-Gracias. Quiere mostrarme el camino?El hombre busc nuevamente en sus bolsillos y le tendi un manojo de llaves.Subieron la corta rampa que llevaba a la compuerta de aire y entraron. Lenta y silenciosamente, la compuerta sabri y Genro penetr en la oscuridad. La luz roja de la compuerta se encendi automticamente mientras puerta se cerraba tras ellos. La puerta interior se abri y mientras entraban en la nave se encendieron las lucblancas en toda su longitud.-Myrlyn Terens no tena eleccin. No recordaba ya los remotos tiempos en que la palabra eleccin exist

    Durante largas y desesperadas horas haba estado cerca de la nave de Deamone esperando e incapaz de hacotra cosa. Hasta entonces no le haba llevado a nada. No vea que pudiese llevarle a otra cosa que a sdetencin.y entonces aquel desconocido haba llegado para mirar la nave. Tratar siquiera con l era una locura. Le serimposible mantener la impostura estando en contacto con l. Pero tampoco poda permanecer donde estaba.Por lo menos en el interior de la nave poda haber comida, Era extrao que no se le hubiese ocurrido antes. y haba.-Es cerca de la hora de cenar -dijo Terens-. Querra usted comer algo?El desconocido no le haba mirado ni por encima del horI:tbro.-Pues..., quiz ms tarde. Gracias.Terens no insisti. Le dej estudiar la nave y se dedic a la carne envasada y las frutas envueltas en celulit

    Bebi con sed. Frente a la cocina haba una ducha. Se encerr en ella y se duch. Era un placer poderse quitaaquel gorro,aunque fuese temporalmente. Encontr incluso un estrecho armario en el que pudo cambiarse dropa.Cuando Genro regres era mucho ms dueo de s mismo.-Oiga, le importara que nave? -dijo.-No hay inconveniente. Sabe usted gobernar este modelo? -pregunt Terens con una perfecta imitacin de indiferencia.-As lo creo -dijo el otro con una sonrisa-. Me vanaglorio de poder gobernar cualquier tipo de nave normal. Dtodos modos, me he tomado la libertad de llamar a la torre de control y hay un pozo de despegue disponibAqu tiene usted mi ttulo de navegante si quiere examinarlo antes de que salga.Terens le dirigi una mirada tan breve como la que Genro haba dirigido al suyo-Los controles son suyos dijo

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    La nave sali del hangar deslizndose como una ballena area, avanzando lentamente, limpiando tres pulgadde profundidad de la arcilla del campo con su casco diamagntico.Terens observaba a Genro manejar los controles con una precisin matemtica. La nave era un ser vivo basus manos. La reducida imagen del campo reflejada en el visor cambiaba con cada maniobra y cada contacto.La nave se detuvo asomando la punta en el pozo de lanzamiento. El campo diamagntico iba extendindoprogresivamente hacia la proa de la nave que empezaba a elevarse. Terens no se dio cuenta de ello cuando cabina del piloto gir sobre aros de suspensin universal para alcanzar la gravedad de lanzamienMajestuosamente los rebordes laterales de la nave encajaron con las ranuras del pozo. Se mantuvo erguidsealando el cielo.

    La tapa de duralita del pozo de lanzamiento retrocedi en su encaje mostrando la superficie neutralizada de cieyardas de profundidad que reciba las primeras descargas de energa de los motores hiperatmicos.Genro mantena un misterioso cambio de informacin con la torre de control. Finalmente, dijo:-Diez segundos para el lanzamiento...Una columna roja ascendente del interior de un tubo de cuarzo iba marcando los segundos transcurridos. establecer el contacto el primer empuje de energa les ech atrs.Terens sinti que aumentaba de peso y empujaba contra el asiento, y el pnico se apoder de l.-Cmo va eso?Genro pareca insensible a la aceleracin. Su voz tena la entonacin natural cuando contest:-Moderadamente bien.Terens se ech atrs en su asiento tratando de abandonarse a la presin, contemplando las estrellas en el visomientras se iban haciendo duras y brillantes a medida que la atmsfera se desvaneca entre la nave y ellas. kyrt que llevaba tocando a la piel estaba fro y hmedo.

    Estaban ya en el espacio. Genro iba poniendo la nave a su marcha normal. Terens hubiera sido incapaz darse cuenta de ello, pero vea las estrellas cruzar rpidamente el visor mientras los afilados dedos dyachtman manejaban los controles como si fuesen las teclas de algn instrumento musical. Finalmente, voluminoso segmento anaranjado de un globo llen la clara superficie del visor .-No est mal -dijo Genro-. Tiene usted la nave en buen estado, Deamone. Es pequea, pero tiene sucualidades.-Supongo que querr usted comprobar .su velocidad y su capacidad de salto -dijo Terens cautelosamentePuede hacerlo si quiere, no tengo inconveniente.-Muy bien -asinti Genro-. Dnde propone usted que vayamos? Qu le parece...? -Vacil, y por fin dijoBien..., por qu no Sark?La respiracin de Terens se aceler ligeramente. Lo haba esperado. Estaba a punto de creer que viva en umundo de magia. Era curioso cmo las cosas forzaban sus actos, aun sin darse cuenta de ello. No hubiera siddifcil convencerle de que no eran las cosas, sino el destino el que dictaba las jugadas. Su infancia se hab

    desarrollado en la supersticin de que los Nobles se criaban entre los indgenas y estas cosas son difciles ddominar. En Sark estaba Rik, COQ su memoria, a la que iba recuperando. El juego no haba terminado.-Por qu no, Genro?-dijo con calor.-A Sark, pues -dijo Genro.Con el aumento de velocidad el globo de Florina desapareci del campo visual del visor y reaparecieron laestrellas.-Cul es su mejor recorrido Sark-Florina? -pregunt Genro.-Nada que haya batido el rcord. Un tiempo medio.-Entonces lo ha hecho en menos de seis horas?-En alguna ocasin, s.-Tiene algn inconveniente en que pruebe de hacerlo en cinco?-Ninguno -dijo Terens.se necesitaron horas para alcanzar un punto suficientemente alejado de la distorsin de la masa estelar despacio para hacer posible el salto.Terens encontraba aquel estado de vigilia una tortura. Aqulla era la tercera noche que no haba dormido, o mupoco, y la tensin de los das acentuaba la falta de reposo. Genro le mir de soslayo.-Por qu no se duerme?Terens hizo un esfuerzo por dar una expresin de vivacidad a sus cansados msculos faciales.-No es nada dijo- Nada...Bostezaba prodigiosamente y se excus sonriendo, El yachtman volvi a sus instrumentos y los ojos de Terese nublaron de nuevo.Los asientos de las naves del espacio son cmodos por necesidad. Tienen que proteger a las personas contla aceleracin. Un hombre que no est particularmente cansado puede con mucha facilidad quedarse dormiden ellos. Terens, que hubiera sido capaz de dormir sobre un montn de cristal roto, no se enter nunca de quhubiesen pasado la lnea fronteriza.

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    Durmi apacible y profundamente. No se mova; no daba ms signo de vida que su acompasada respiracicuando le quitaron el casco de la cabeza.

    Se despert lentamente. Durante varios minutos no tuvo la menor nocin de dnde se encontraba. Crey estde nuevo en su casa de Edil. La verdadera situacin fue apareciendo paulatinamente en su cerebro. Pudincluso sonrer a Genro, que segua atento a sus controles, y decirle:-Me parece que me he quedado dormido.-Me parece que s. Aqu est Sark -dijo Genro sealando un amplio creciente blanco en el visor .-Cundo aterrizamos?

    -Cosa de una hora...Terens estaba lo bastante despierto ya para observar un cambio de actitud en su compaero. Fue para l unimpresin que lo dej helado darse cuenta de que el objeto de acero gris que Genro tena en la mano resultabser el afilado can de una pistola-aguja.-Qu diablos...? -dijo Terens ponindose de pie.-!Sintese! -dijo Genro lentamente. En la otra mano llevaba un casco craneal.Terens se llev la mano a la cabeza y vio que sus dedos slo agarraban su cabello arenoso.-S -dijo Genro-. La cosa est clara. Eres un indgena.Terens le miraba sin decir nada.-Saba que eras un indgena incluso antes de entrar en la nave del pobre Deamone.Terens tena la boca seca como el algodn y le ardan los ojos. Miraba el diminuto orificio del can de pistolaaguja y esperaba ver salir de l de un momento a otro un destello silencioso. Haba llegado lejos, mlejos..., y al final haba perdido la partida.

    Genro no pareca tener prisa. Segua sosteniendo su pistola-aguja y sus palabras mantenan la misma calma.-Tu error bsico, Edil, fue creer que podas burlar indefinidamente a una polica organizada. Aun as, habrobrado mucho mejor si no hubieses fijado tu desafortunada eleccin en Deamone como vctima.-No le eleg.-Entonces llmalo mala suerte. Alstare Deamone estaba en City Park hace unas doce horas esperando a smujer. No haba otra razn ms que la sentimental para que se encontrase all accidentalmente y cada ao encontraban en el mismo lugar el da del aniversario de su encuentro. Esta especie de ceremonia entre maridoy mujeres casados no tiene nada de original, pero a ellos les pareca importante. Desde luego, Deamone npens jams que lo solitario de aquel lugar pudiese hacerle fcil vctima de un crimen. Quin hubiera credeso en Ciudad Alta?Era una secuencia normal de acontecimientos que el crimen hubiese podido no descubrirse hasta al cabo dvarios das, pero la esposa de Deamone se encontraba en el lugar del suceso a la media hora de habocurrido. El hecho de que su marido no estuviese all la sorprendi. No era hombre, dijo, de marcharse furiosporque ella se hubiese retrasado unos instantes. Le ocurra con frecuencia. Debi incluso suponerlo. Se ocurri pensar que poda estar esperndola dentro de "su cueva".Deamone haba estado esperndola fuera de "su cueva", en efecto. Era la ms cercana al lugar de la agresiy aquella a la que arrastraron su cuerpo. Su mujer entr en la cueva y encontr..., en fin, ya sabes lo quencontr. Consigui comunicar la noticia al Cuerpo de Patrulleros a travs de nuestras oficinas del Depsec, pea que se expresaba casi incoherentemente por la emocin.Qu impresin produce, Edil, matar' a un hombre a sangre fra y dejar el cuerpo para que lo encuentre smujer en un lugar lleno de romnticos recuerdos para ambos?Terens se ahogaba. Trat de respirar a travs de un rojo velo de rabia y decepcin.-Vosotros los sarkitas habis matado millones de florinianos. Mujeres, nios. Os habis enriquecido a costa dnosotros. Este yate...Fue todo lo que pudo decir . -Deamone no tena la responsabilidad del estado de cosas que encontr al nacedijo Genro-. Si hubieses nacido sarkita, qu hubieras hecho? Renunciar a. tus tierras, si las tenas; e ir trabajar a los campos de kyrt?

    -Bien, entonces, dispara -dijo Terens-, A qu esperas?-No hay prisa. Tenemos mucho tiempo para poder terminar mi historia. No estbamos seguros de la identidade la vctima ni de la del asesino, pero haba grandes probabilidades de que fueseis Deamone y t. Nos parecclaro porque las cenizas que encontramos al lado del cuerpo eran las del uniforme de patrullero que usabapara disfrazarte de sarkita. Nos pareca adems probable que fueses hacia el yate de Deamone. No exagerenuestra estupidez, Edil.La cosa era todava ms compleja. Eras un hombre desesperado. Hubiera sido insuficiente encontrar tu pistIbas armado y sin duda te hubieras suicidado si te hubisemos acorralado. Esto era lo que no queramos. Tnecesitaban en Sark y te necesitaban en buen estado.

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    A mi modo de ver era un asunto particularmente delicado y necesitaba convencer al Depsec de que podresolverlo yo solo y llevarte a Sark sin ruido ni dificultad. Tendrs que reconocer que eso es precisamente lo qestoy haciendo.Para decirte la verdad, te confesar que al principio me preguntaba si eras nuestro hombre. Ibas vestido colas ropas corrientes de los empleados de los puertos del espacio. Era de un mal gusto increble. A nadie se ocurrira, pens, suplantar a un yachtman sin el traje adecuado. Pens que lo hacas deliberadamentllevndonos a detenerte a ti mientras el verdadero culpable se escapaba en otra direccin.Vacil y te somet a otras pruebas. Trat de usar una llave equivocada de la nave. No hay nave inventada quse abra por la parte derecha de la compuerta de aire. Se abren siempre e invariablemente por el lado izquierd

    No mostraste ninguna sorpresa ante mi error. Ni la ms mnima. Entonces pregunt si habas hecho el recorridSark-Florina en menos de seis horas y contestaste que, ocasionalmente, s. Era extraordinario. El rcord dduracin mnima es de 9 horas.Decid que no podas ser un reclamo. La ignorancia era demasiado clara. Tu ignorancia tena que ser naturalt eras el hombre que buscbamos. Era, pues, cuestin tan slo de que te quedases dormido (y tu rostdemostraba con claridad que necesitabas dormir), desarmarte y tenerte a raya con el arma apropiada. Te quel casco ms por curiosidad que por otra cosa. Quera ver qu aspecto tena un traje sarkita con una cabezroja emergiendo de l.Terens tena la vista fija en el arma. Quiz Genro vio los msculos de su mandbula contraerse. Quiz tan ssupuso lo que Terens estaba pensando.-Desde luego no tengo que matarte, aunque me atacases. No puedo matarte ni en legtima defensa, pero ncreas que esto te da ninguna ventaja. Haz un movimiento y te parto una pierna.El impulso de luchar se desvaneci en Terens. Se llev las palmas de las manos a la frente y permanec

    inmvil.-Sabes por qu te digo todo esto? -pregunt Genro. Terens no contest.-Primero -prosigui Genro-, porque verdaderamente gozo vindote sufrir. Detesto a los asesinos especialmente a los indgenas que matan a sarkitas. Tengo orden de entregarte vivo, pero ninguna orden mobliga a hacerte el viaje agradable. Segundo, porque es necesario que ests bien al corriente de la situacin, yque, en cuanto aterricemos en Sark, los siguientes pasos sern cosa tuya...-Cmo...? -exclam Terens levantando la vista.-El Depsec sabe que llegamos. El centro regional de Florina mand la noticia en cuanto salimos de la atmsfede Florina. Puedes estar seguro de ello. Pero ya te he dicho que tuve que convencer al Depsec de que podresolver solo el asunto y toda la diferencia estriba en el hecho de que lo he conseguido.-No lo entiendo -dijo Terens desesperado.-He dicho -respondi Genro con calma que queran que te llevase a Sark, te queran en perfecto estado. Pero me refiero al Depsec, me refiero a Trantor.

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    El renegado

    Selim Junz no haba sido nunca un tipo flemtico. Un ao de desengaos no haba ayudado a mejorarlo. Npoda saborear un buen vino mientras su orientacin mental reposaba sobre bases temblorosas. En upalabra, no era un Ludigan Abel.Y cuando Junz haba proclamado a gritos que bajo ningn concepto se dara a Sark la libertad de raptarencarcelar a un miembro del CAEI, fuera cual fuese la red de espionaje de Trantor, Abel se haba limitadodecir: Me parece que ser mejor que pase la noche aqu, doctor.-Tengo cosas mejores que hacer -exclam Junz frentico.-No lo dudo, hombre, no lo dudo -respondi Abel-. De todos modos, si estn apedreando a mis hombres hasta muerte, Sark tiene que ser osado, desde luego. Hay grandes probabilidades de que le ocurra a usted uaccidente antes de que termine la noche. Esperemos, pues, esta noche y veamos qu nos trae el nuevo da;Las protestas de Junz contra la inaccin fueron intiles. Abel, sin perder siquiera su fro y casi negligente aire dindiferencia, era de repente difcil de or. Junz se vio acompaado con firme cortesa hasta su habitacin.Ya en la cama, fij la vista en el techo ligeramente luminoso donde haba pintado al fresco una copmediocremente lograda del cuadro de Lel1haden Batalla de los Mundos Arcturianos, y supo que no dormirFinalmente hizo una inhalacin ligera de gas somnin y se qued dormido antes de necesitar otra. Cinminutos despus, cuando una corriente de aire barri el anestsico de la habitacin haba absorbido suficiente para asegurarse ocho horas de sueo.

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    Despert a la media luz fra de la maana y mir a Abel.-Qu hora es? -pregunt.-Las seis.-Se ha levantado temprano -dijo Junz sacando sus huesudas piernas de las ropas.-No he dormido.-Eh?-No respondo ya al antisomnin como cuando era mas joven.-Si me permite un momento... -murmur Junz. Esta vez los preparativos para la maana no le llevaron muchms tiempo. Volvi a entrar en la habitacin abrochndose el cinturn de su tnica y ajustando el recept

    magntico.-Bien -dijo-, seguramente no se despierta usted a medianoche y me saca de la cama a las seis si no tiene algque decirme...-Tiene razn. Tiene razn... -Abel se sent en la cama que Junz haba dejado vaca y echando la cabeza atrse ech a rer, mostrando los dientes de plstico amarillento sobre unas encas descarnadas-. Perdone, Junzdijo-. Tampoco yo estoy muy bien. Esta vigilia con drogas me da pesadez de cabeza. Estoy tentado de aconsea Trantor que me sustituyan por alguien ms joven.-Ha visto usted como al final no han conseguido coger al analista del espacio? -dijo Junz con una pizca dsarcasmo mezclada con una vaga esperanza.-No. Lo siento, pero es as. Me parece que mi satisfaccin se debe solamente a que nuestras redes estintactas.Junz sinti el deseo de decir: iAh, diablos, sus redes!, pero se abstuvo.No cabe la menor duda de que saban que Khorow era uno de nuestros agentes -prosigui Abel-. Puede

    conocer a otros de Florina. Es pez pequeo. Los sarkitas lo saban y jams han considerado til hacer algo mque tenerlos en observacin.-Mataron a uno -hizo observar Junz.-No es cierto -respondi Abel-. Fue uno de los compaeros del analista del espacio disfrazado de patrullequien us el detonador .-No lo entiendo -dijo Junz mirndolo.-Es una historia muy complicada. Quiere usted desayunar conmigo? Tengo una urgente necesidad de comer

    Durante el caf, Abel cont la historia de lo ocurrido durante las ltimas treinta y seis horas.Junz estaba asombrado. Dej su taza de caf medio llena y volvi al asunto.-Aun admitiendo que de entre todas las naves se les ocurriese meterse en aqulla, queda en pie el hecho dque podan no haberla descubierto. Si manda usted hombres al encuentro de esta nave en cuanto aterrice...-Bah..,! Hay algo mejor que hacer. Lo sabe usted muy bien. No hay nave moderna que no revele en el acto

    presencia del exceso de calor de un cuerpo.-Pudo pasar desapercibido. Los instrumentos sern infalibles, pero los hombres no.-Un prudente pensamiento. Mire: En el preciso momento en que la nave, con el analista del espacio, se acercaSark, llegan informes perfectamente dignos de crdito de que el seor de Fife est reunido en conferencia colos otros Grandes Nobles. Estas conferencias intercontinentales estn tan espaciadas como las estrellas de, Galaxia. Coincidencia? ,-Una conferencia intercontinental sobre el analista del espacio?-Un tema sin importancia por s mismo, s. Pero nosotros le hemos dado importancia. El CAEI ha estadbuscndolo desde hace ms de un ao con una constante obstinacin.-Los Nobles no lo saben y no se lo creeran si se lo dijese. Adems, Trantor se ha interesado tambin.-A peticin ma.-Tampoco lo saben ni lo creeran.Junz se levant y su silla se apart automticamente de la mesa. Con las manos enlazadas con fuerza en s

    espalda, empez a pasear sobre la alfombra, arriba y abajo. De vez en cuando miraba duramente a Abel.Abel, imperturbable, se sirvi otra taza de caf. -Cmo sabe todo eso? -pregunt Junz.-Todo qu?-Todo. Cmo y cundo el analista del espacio se fug. Cmo y de qu manera el Edil ha estado eludiendo scaptura. Es que tiene usted el propsito de engaarme?- Mi querido doctor Junz...!-Reconoce usted haber tenido hombres buscando al analista del espacio aparte de m. Se las arregl usted patenerme fuera de su camino anoche sin dejar nada al azar... -Junz record, sbitamente, su inhalacin somnin.-He pasado la noche en constante comunicacin con mis agentes, doctor. Lo que hice y lo que supe entdentro del epgrafe de, digamos. material clasificado. Tena que estar usted fuera del camino, pero en seguridaTodo lo que acabo de decirle lo he sabido esta noche por mis agentes.

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    -Para enterarse de lo que se ha enterado necesita usted tener espas en el mismo gobierno sarkita.-Pues... naturalmente.Junz se volvi rpidamente hacia el gobernador .-Venga, diga.-Lo encuentra sorprendente? Desde luego. Sark es proverbial por la estabilidad de su gobierno y la lealtad su pueblo. La razn es bien sencilla, puesto que el ms pobre de los sarkitas es un aristcrata comparado colos florinianos y puede considerarse a s mismo, por falaz que sea la creencia, un miembro de la clasgobernante.Considero, sin embargo, que Sark no es el mundo de billonarios que la mayor parte de la Galaxia cree. Un a

    de residencia puede haberle convencido a usted de ello. Un ochenta por ciento de la poblacin tiene un nivel dvida que est a la par con el de los dems mundos e incluso no mucho ms alto que el del propio FlorinSiempre habr un cierto nmero de sarkitas que, impelidos por la codicia, sentirn suficiente envidia de los quviven rodeados de lujo, y se presten a mis fines. El gran error del gobierno sarkita es haberse preocupadsolamente de la rebelin contra Florina. Han olvidado ocuparse de s mismos.-Estos pocos sarkitas, suponiendo que existan -dijo Junz-, no pueden ser de mucha utilidad.-Individualmente, no. Colectivamente, constituyen instrumentos muy importantes para nuestros hombres mimportantes. Hay miembros incluso de la verdadera clase gobernante que han aprendido de memoria la leccide estos dos ltimos siglos. Estn convencidos de que al final Trantor asumir el gobierno de toda la Galaxiaestn convencidos, creo, con razn. Sospechan incluso que el verdadero dominio puede establecerse durante curso de su vida y prefieren establecerse, por adelantado, en el bando del ganador .-Da usted de la poltica interestelar la idea de un juego muy sucio -dijo Junz con una mueca.-Y lo es; pero, renegando de la suciedad, usted no la evita. No todas sus facetas son mera suciedad. Conside

    al idealista. Considere los pocos hombres del gobierno de Sark que sirven a Trantor no por dinero, ni ppromesas de poder, sino nicamente porque creen con sinceridad que un gobierno unificado de la Galaxia emejor para la humanidad, y que slo Trantor puede erigir un tal gobierno. Tengo un hombre de sos a mservicio, el mejor de todos, del Departamento de Seguridad de Sark, y en este momento est trayendo al Edil. -Ha dicho usted que le haban capturado -dijo Junz.-Por el Depsec, s. Pero mi hombre pertenece al Depsecy es mi hombre -durante un momento Abel frunci el ceo y cambi de tono. Su utilidad quedaconsiderablemente reducida despus de esto. Una vez deje evadirse al Edil, ser para l la destitucin en mejor de los casos y el encarcelamiento en el peor. En fin... !-Qu est usted planeando ahora?-Apenas la s. Primero, tenemos que ver a nuestro Edil. Slo estoy seguro de su llegada al puerto espacial. Lque ocurra despus...Abel se estremeci y su vieja y amarillenta piel cobr aspecto de pergamino en los pmulos.

    -Los Nobles esperarn tambin al Edil -aadi-, Tienen la impresin de que la han cogido, y hasta que unootro de nosotros ID tenga en sus manos no puede ocurrir nada.Pero esta afirmacin era equivocada.

    Estrictamente hablando, todas las embajadas extranjeras de la Galaxia mantenan derechos extraterritorialsobre las reas inmediatas a su ubicacin. En general, esto no tena otro valor que un piadoso deseo, excepcin de aquellos planetas cuya fuerza inspiraba respeto. En la prctica actual representaba que sTrantor poda mantener la independencia de sus enviados.La Embajada de Trantor cubra cerca de una milla cuadrada y en su interior patrullaban hombres armados couniforme trantoriano. Ningn sarkita poda entrar all si no era por invitacin, y jams un sarkita armado baningn pretexto. Desde luego, todos los hombres y las armas de los trantorianos no podran resistir el ataque dun regimiento armado sarkita ms all de dos o tres horas, pero detrs de aquellas fuerzas estaba todo poder" de represalias del organizado podero de un milln de mundos.Permaneca inviolado.

    Poda incluso mantener comunicacin material con Trantor sin necesidad de pasar por los puertos sarkitas daterrizaje o entrada. Bajo el control de una nave madre trantoriana que navegaba en el justo lmite de 1as ciemillas que marcaban la frontera entre el espacio planetario y el espacio libre, una serie de pequeas girnaves de grandes palas equipadas para el viaje atmosfrico con un mnimo de consumo de "energa, podelevarse y bajar (medio deslizndose, medio cayendo) al pequeo puerto areo que se mantena en los lmitde los terrenos de la Embajada.La giro-nave que apareca en aquel momento sobre el puerto de la Embajada no era, sin embargo, ni esperadni trantoriana. Las minsculas fuerzas de la Embajada fueron rpida y truculentamente puestas en accin. Ucan aguja apunt inmediatamente al aire. Las pantallas de energa se levantaron. Circulaban mensajradiados de una parte a otra. Se transmitan rdenes y empezaba a reinar la confusin. El teniente Camrum sapart de su instrumento y dijo:-No s. Dice que van a borrarlo del cielo dentro de dos minutos si no le dejamos bajar. Apela a la inmunidad.

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    -Seguro! y entonces Sark reclamar porque intervenimos en su poltica, y si Trantor decide dejar que desarrollen los acontecimientos, t y yo quedaremos borrados del mapa -dijo el capitn Elyut, que acababa dentrar-. Quin es?-No lo quiere decir -respondi el teniente bastante exasperado-. Dice que tiene que hablar con el embajadoDgame usted lo que tengo que hacer, capitn.El receptor de onda corta lanz unos chasquidos y con una voz medio histrica dijo:-Es que no hay nadie ah? Voy a bajar, se acab. Les digo que no puedo esperar ni un momento!-Pardiez, yo conozco esta voz! -dijo el capitn-. Djele hablar! Bajo mi responsabilidad!Se transmitieron rdenes. La giro-nave baj ms rpidamente de lo que hubiera debido, pilotada por una ma

    inexperta y presa de pnico en el control. El can-aguja se mantena sobre el blanco.El capitn estableci una lnea directa con Abel y toda la embajada se moviliz en estado de urgencia. El vuede las naves sarkitas que aparecieron en el cielo menos de diez minutos despus de haber aterrizado primera, mantuvo una amenazadora vigilancia durante dos horas y despus se marcharon.

    Abel, Junz y el recin llegado estaban cenando. Con admirable aplomo, teniendo en cuenta las circunstanciaAbel hizo el papel de anfitrin despreocupado.Durante dos horas enteras se haba abstenido de preguntar por qu un Gran Seor acuda a la inmunidad. Jufue menos paciente. Le susurr a Abel:-Qu va usted a hacer con l?-Nada -le contest Abel con una sonrisa-. Por lo menos antes de saber si tengo a mi Edil o no. Me gusta sabqu juego tengo antes de poner una ficha sobre el tapete. y puesto que ha acudido a m, la espera impacientar ms que a nosotros.Tena razn. Dos veces el Noble inici un rpido monlogo y dos veces Abel dijo:-Mi querido amigo! Una conversacin seria tiene que ser muy desagradable para un estmago vaco..,Sonri y encarg la cena. Ya con el vino, el Noble intent nuevamente hablar.-Deben ustedes querer saber por qu me he marchado del continente de Steen...-No concibo qu motivos puede tener el seor de Steen para huir de las naves sarkitas -confes Abel.Steen le mir fijamente. Su delgada figura y su plido y demacrado rostro aparecan calculadores. Su largcabello peinado en largos mechones sujetados por diminutos clips que producan un sonido metlico al rozarscada vez que mova la cabeza parecan querer llamar la atencin hacia el desprecio del peinado corriensarkita. Sus ropas y su piel despedan una suave fragancia.Abel, a quien no escapaba la leve forma de apretar los labios de Junz y la rpida manera como el analista despacio se acariciaba su corto cabello, pens cun divertida hubiera sido la reaccin de Junz si Steen hubiesaparecido ms tpicamente ataviado, con las mejillas pintadas de rojo :v sortijas en los dedos.Hoy ha habido una conferencia intercontinental -dijo Steen.-De veras? -pregunt Abel.

    Abel escuch el relato de la conferencia sin hacer el menor movimiento.-Y tenemos veinticuatro horas -aadi Steen indignado-. Han pasado ya diecisis horas. Verdaderamente!-Y usted es X -exclam Junz, que se haba ido poniendo nervioso durante el relato-. Es usted X! Ha venidaqu porque le han descubierto! Vaya, pues est bien. Abel, aqu tenemos la prueba de la identidad del analisdel espacio: podemos utilizarlo para forzar la rendicin del hombre.

    Steen tena dificultades para hacerse or por encima de la voz abaritonada de Junz.-No, de veras...! No, les digo! Est usted loco. Basta! Djeme hablar, le digo...! Excelencia..., no puedrecordar cmo se llama este hombre.-Doctor Selim Junz, seor.-Bien, pues, doctor Selim Junz, jams en mi vida he visto a este idiota o analista del espacio o la que pueda seDe veras! Jams he odo una tontera parecida! No cabe duda de que no soy X. Les agradecer que no usesiquiera esa estpida letra. Imaginan! Dar crdito al estpido melodrama de Fife!

    -Por qu ha huido usted, entonces? -dijo Junz agarrndose a esta idea.-Vlgame Sark! No est claro? Oh, me estaba ahogando! Mire, no ve usted lo que estaba haciendo Fife?-Si quiere usted explicarse, seor, no ser usted interrumpido -terci Abel lentamente.-Bien, gracias, por lo menos -continu con aire de ofendida dignidad-. Los dems no tienen un buen concepto dm, porque no veo la necesidad de molestarnos con documentos y estadsticas y todos esos horribles detalleRealmente, para qu sirve el servicio civil, me gustara saberlo, si un Gran Seor no puede ser un Gran SeoSin embargo, esto no quiere decir que yo sea un intil, comprende?, porque me gustan mis comodidadeNo! Quiz los dems estn ciegos, pero yo veo claramente que Fife no dara ni un ochavo por el analista despacio. No creo que exista. Fife tuvo esa idea hace un ao y la est explotando desde entonces.Nos est tomando por idiotas. De veras! y los dems lo son. Idiotas repugnantes! Ha inventado toda eabsurda historia de idiotas y analist