asturias francisco - belice

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-ííZíO

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BELICE

Page 6: Asturias Francisco - Belice

Digitized by the Internet Archive

in 2010 with funding from

Universidad Francisco Marroquín

http://www.archive.org/details/beliceOOastuguat

Page 7: Asturias Francisco - Belice

Publicaciones de la Revista de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales

f M GUATEMALA

BELICEPOR EL

DOCTOR FRANCISCO ASTURIAS

SEGUNDA EDICIÓN AUMENTADA

¡CUIDE KTE LIBRO

CÓMO SI FUERA SUYO!Si lo pierde o lo devuelve en nial estado.

se le cobrara su costo de reposición

GUATEMALA, CENTRO AMERICA

JUNIO DE 1941

Page 8: Asturias Francisco - Belice

qp096573

G4263-5M2C-6-41 NUMERO 482

IMPRESO EN LA TIPOGRAFÍA NACIONAL DE GUATEMALA.-CENTRO AMERICA

Page 9: Asturias Francisco - Belice

BELICEBKLICE es territorio guatemalteco, y la

Patria espera que cada uno de tus hijos

labore hasta obtener su reincorporación.

CAPITULO I

Origen de Belice

Descubierto el Nuevo Mundo por Cristóbal Colón, Carlos V y Felipe

II creyeron que ninguna nación tenía derecho a posesionarse de alguna par-

te de él sin su real consentimiento, creencia que aumentó con las célebres

bulas de Alejandro VI.

Por estos tiempos los Papas eran dueños absolutos de cetros y coro-

nas y todos los monarcas se dirigían a ellos suplicantes, si deseaban obtener

permiso para gobernar a un país o tierra descubierta; y así vemos a Enrique

II de Inglaterra suplicando al Papa Adriano la concesión del Reino de Hi-

bernia; los portugueses hicieron iguales solicitudes a diferentes Papas, a

Martino V en 1420 con motivo de los primeros descubrimientos en África,

que les otorgó inmediatamente la concesión, concesión que fué confirmada

y ampliada por Nicolás V y Calixto III (Alfonso de Borja) entre 1447 y 14S8

y que más tarde, Sixto IV concedió a la corona de Portugal la propiedad de

todas las tierras descubiertas y que descubriese en África, bula de 21 de julio

de 1481.

Desde el glorioso 12 de octubre de 1492 en que Colón descubrió la be-

lla virgen América, estuvo navegando y escudriñando diferentes islas hasta

el 16 de enero de 1493 en que abandonaron Haití para regresar a España. El

4 de marzo entraron al Tajo y la "Niña", en la que iba Colón, entró en el

puerto de Lisboa donde se esparció como un rayo la noticia del portentoso

viaje, confirmado por los indios que traían en el buque. El rey don JuanII de Portugal tuvo inmediato aviso del gran suceso e invitó a su corte al

afortunado descubridor, a quien recibió en audiencia del 9 de marzo con

mucha amabilidad, sin embargo le manifestó que en virtud de las repetidas

Page 10: Asturias Francisco - Belice

concesiones papales y convenios con la corona de Castilla, le pertenecíantodas las tierras nuevamente descubiertas. Oyendo esto, algunos cortesanos

propusieron a don Juan II reñir con Colón y matarlo para que muriera con

él el descubrimiento, pero don Juan rechazó tal proposición y atendió a Co-

lón hasta el 13 del mismo marzo en que salió para el puerto de Palos, lle-

gando el día 15.

La corte española se encontraba en esos días en Barcelona y allá se

dirigió Colón llegando en el mes de abril, donde informó detalladamente a

los reyes de sus descubrimientos y también de las pretensiones de don Juan

II. Con esto se apresuraron los reyes de España a obtener el beneplácito del

Papa Alejandro VI para los descubrimientos hechos y los sucesivos. Ale-

jandro VI (padre de Lucrecia Borgia) era español, nacido en Játiva en 1431,

y se entusiasmó, como era muy natural, y expidió la bula de 3 de mayo de

1493 que comienza así: "Como Colón ha descubierto ciertas islas y conti-

nentes lejanos y que hasta hoy eran ignorados, concedemos de nuestro libre

impulso, sin ser solicitados por vos (los reyes de España) ni por otra persona

alguna, de nuestra propia autoridad apostólica, a vos, y a todos vuestros su-

cesores todas estas islas y tierras firmes recientemente descubiertas y por

descubrir, en cuanto no pertenezcan ya a alguno otro rey cristiano, y pro-

hibimos a todos los demás, bajo pena de excomunión, ir a aquellas tierras

y traficar allí sin vuestro permiso." Con términos tan generales, era proba-

ble que este breve produjera dificultades entre las coronas de España y Por-

tugal, y con el objeto de evitarlas, Alejandro VI expidió el día siguiente, 4

de mayo, la segunda bula ínter caetera en la cual fijaba los límites de la con-

cesión a España y que consistían en una línea que a la distancia de 100

leguas al Oeste de las Azores y de las islas del Cabo Verde pasaba por los dos

polos como meridiano y dividía el planeta en dos mitades. El hemisferio

occidental era para España y el oriental para Portugal. Esta línea la fijó

Alejandro VI en vista de los informes de Cristóbal Colón, quien en 1498 to-

davía escribía : "Me acuerdo que cuantas veces fui a la India cambió la tem-peratura a 100 leguas al Oeste de las Azores, y esto sucedía en todos los

puntos desde Norte a Sur. Cuando navegaba de España a las Indias encon-tré, tan pronto como había pasado las 100 leguas al Oeste de las Azores, ungrandísimo cambio en el cielo y en los astros, en el ambiente y en el agua del

mar, y estos fenómenos los tengo observados con gran cuidado. Noté cuandohabía pasado las citadas 100 leguas más allá de las mencionadas islas, tanto

en el Norte como en el Sur, que las agujas de marear que hasta allí declina-

ban hacia Nordeste, giraban todo un cuarto de viento (igual a 11° y cuarto dela brújula) hacia Noroeste, y esto sucedía desde el instante que llegaba a

aquella línea. Al propio tiempo se presentaba otro fenómeno, como si enaquel punto fuese más elevada la superficie de la tierra, porque encontré el

mar cubierto enteramente de yerbas semejantes a ramas de abeto y confrutos parecidos a los del alfónsigo, siendo estas yerbas tan espesas que enmi primer viaje creí que allí había bajíos que harían encallar los buques.Tan pronto como llegamos a aquella línea a nuestro regreso no se encontrórama alguna. También observé que el mar estaba en este punto tranquilo y

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unido, y casi nunca agitado por vientos, y que desde aquella línea al Oesteera la temperatura más suave y verano e invierno se distinguían muy poco."Humboldt hace una bella crítica de este pasaje en su obra "Cosmos".

A pesar de las bulas, América fué objeto de glorias y de avaricias, nosólo de España, sino de todas las naciones de Europa que pudieron venir adividirse, con el derecho de la fuerza, la herencia dé nuestros antepasados.Sin embargo, España obtuvo la mayor parte, así en la gloria como en el con-tinente descubierto, y su pabellón ondeaba majestuoso en las principales ca-

pitales y naciones que bañan los dos océanos: su poder llamaba la atención

de todo el mundo, y su marina dominaba todos los mares.

Pero pronto comenzó la decadencia de España : la diplomacia doble yambigua de Inglaterra, la política hostil de Francia y la medianía de los hom-bres que regían los destinos de España, trajeron su marina al decaimiento ylas Américas sintieron inmediatamente las consecuencias de la falta de poderde la metrópoli, para defender y conservar en ellas su dominio. Aparte delas continuas guerras en que estuvo envuelta España y que no tenían másobjeto que destruir su poder en América, aparecen en nuestras costas los fili-

busteros, bucaneros y corsarios, que fueron los enemigos más grandes y des-

tructores de las colonias españolas. Lejos de la madre patria que no podía

auxiliarlas inmediatamente, tuvieron que defenderse con sus propios recur-

sos, escasos y deficientes, y la mayor parte de las veces fueron las poblacio-

nes costeñas, víctimas del robo, pillaje, violación, incendio y aún de asesinato,

actos cometidos por aventureros que obraban por su propia cuenta o protegi-

dos por las naciones que se hallaban en guerra con España.

Antes de comenzar la narración de las invasiones piráticas a nuestras

costas, quiero decir algunas palabras sobre los cuatro principales filibus-

teros y corsarios ingleses y de los cuales dos fueron verdaderas glorias de

Inglaterra: Sir Francis Drake y Horacio Nelson.

FRANCISCO DRAKE nació en el mar, a bordo de un buque y cerca

de Tavistock, condado de Devon, en 1540. Su padre era un protestante

celoso y tuvo que refugiarse (con su esposa) en un buque y allí nació Fran-

cisco Drake; después se dirigió al condado de Kent y allí lo protegió la reina

Isabel. Creció y se educó bajo la protección de su pariente Juan Hawkins.

y después de hacer su aprendizaje en un buque costero, ascendió, a la edad

de 18 años, a contador de un buque, de 20 años hizo un viaje a Guinea, de 22

fué hecho Capitán del "Judith" y se dirige bajo el mando do su protecte-i

Juan Hawkins al Golfo de México y atacan San Juan de Ulúa donde son

derrotados y Drake pierde todas sus economías, aunque comienza a ha-

cerse notable. Regresa a Inglaterra con su protector Juan Hawkins y la

reina Isabel le encomienda una comisión pirática y "a vía de ensayo" en

el "Spanish Main"; Spanish Main le llamaban a la costa desde el Orinoco

hasta América Central; Drake desempeñó muy bien la comisión. Pero no

pude obtener detalles de lo que hizo. Descando reponerse de las pérdidas

sufridas en San Juan de Ulúa, dispuso una expedición con dos buques, el

"Pasha" y el "Swan", a poco se le reunió otro buque y con esto atacó la

ciudad Nombre de Dios, que pilló sin piedad, penetró en las tierras del ist-

Page 12: Asturias Francisco - Belice

mo de Panamá y subido en un árbol vio por primera vez las aguas del

Pacífico y dispuso desde entonces, llegar a dicho océano. Fué el primer in-

glés que dio la vuelta al mundo, necesitando para ello 1,051 días; este viaje

lo inició el 13 de diciembre de 1577 al mando de una flota que se dirigió

al Río de la Plata, robando y atacando los establecimientos españoles de las

Indias; en el Río de la Plata permaneció algunos días, prosiguiendo al es-

trecho de Magallanes; al Sur de este estrecho descubre la parte occidental

del archipiélago llamado de* la Tierra del Fuego y al que denomina Islas

Elisabéticas, llegando hasta la parte austral de América, que más tarde de-

nominaron algunos navegantes holandeses Cabo de Hornos ; allí fueron muycastigadas sus naves por los temporales, hasta el punto que le quedó sólo un

buque. Con este buque siguió sus correrías, y no muy lejos del cabo de San

Francisco apresó un galeón español con un cargamento de oro y plata de

más de 150,000 libras de valor. Atacó las naves españolas que encontró en

su camino hasta Panamá y de allí pasó a las costas de Guatemala. Creo que

es en esta expedición cuando Drake entró en amores con una viuda espa-

ñola en el puerto de Acajutla, viuda que poseía una hacienda a dos o tres

leguas del mar, puesto que en su segunda expedición, en 1587 fué cuando el

soldado Andrés Molinos encontró a la viuda, que todavía era joven, lu-

chando con las ansias de la muerte, y acompañada de un hermoso niño

como de diez años de edad; este niño era Francisco Drake, el HIJO DELPIRATA, de todo lo cual nos hace una bella narración nuestro ilustre his-

toriador don José Milla en su novela' "El Visitador". Fuentes y Guzmán,en su Recordación Florida (Part. II. Lib. VII. Cap. XIV) pretende que

Drake violó a una señora viuda en su segundo viaje, y en una hacienda

cerca de Tonalá, de lo cual resultó un hijo, quien a poco pasó de esta vida

a la otra; pero es fácil comprender que aquí hay un pequeño error, y que

la violación, si realmente la hubo, fué en el primer viaje. De aquí se dirigió

a Acapulco, donde hizo presa de otro buque, y de allí pasó a las costas de

California y llegó hasta los 43 grados de latitud Norte, en lo que hoy es el

Estado de Oregón, de donde cruzó el océano llegando a Plymouth el 25 de

septiembre de 1580, siguiendo el derrotero de las Indias Orientales, cabo de

Buena Esperanza y Sierra Leona. En 1585 emprendió una nueva expedición

al frente de 25 buques y acompañado de Martín Forbisher devastó Santo

Domingo, Cartagena y las costas de la Florida. Es en esta expedición que

llega a Virginia y conoce el tabaco que llevó a Londres y cuyo uso, pronto

se generalizó. En 1587 echó a pique 23 buques españoles en la bahía de

Cádiz y contribuyó al resultado de la batalla de Gravelinas. En 1595 efec-

tuó su última expedición: rechazado en Canarias y en Puerto Rico, se dirigió

al continente americano y se apoderó de Río del Hacha y de Santa Marta,

y emprendió el ataque de Panamá, en el que fué vencido y obligado a refu-

giarse en Porto Bello, donde murió de hemorragia en enero de 1596. En1586 introdujo la patata al continente europeo, y a este famoso marino in-

glés le erigieron tres monumentos; uno en Tavistock, otro en Plymouth yotro en Offenburg, "al introductor de las patatas". Isabel colmó de atencio-

nes a Drake y tuvo para él mucha estima y cariño.

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Page 13: Asturias Francisco - Belice

WALLACE.—No fué Wallace un aventurero brillante como su JefeSir Walter Raleigh de audacia proverbial, y que a la vez fué poeta, dis-

tinguido diplomático, político y navegante. Por estos tiempos gobernabaInglaterra la reina Isabel, que nació el 7 de septiembre de 1533 y subió al

trono el 16 de noviembre de 1558, muriendo el 3 de abril de 1603 a la edadde 70 años. Isabel fué la reina más grande que tuvo Inglaterra: ella obtuvola primera victoria naval importante de Inglaterra y la colocó en una posi-

ción envidiable y la constituyó en arbitro de Europa. Adicta a las relaciones

amorosas hasta sus últimos dias, aprovechó estos lances para fomentar la

piratería y enriquecer Inglaterra con el producto de la rapiña, haciendo quelos grandes hombres realizaran sus proyectos. La reina estaba rodeada delos más ilustres, teniendo relaciones íntimas con Leicester y el conde Esscx;Isabel prefería a Roberto Devreux Conde de Essex, y esto excitó la envidia

de Leicester; a poco murió Essex y la viuda casó con el enemigo de su

esposo, con Leicester, época en que el hijo de Essex contaba nueve años deedad. El padrastro, que lo quería entrañablemente, lo introdujo en la corte

de Isabel, y al morir el padrastro Leicester, en 1588, el joven Essex, de

bello aspecto y de caballerescas costumbres, fué su sucesor en el favor ín-

timo de la reina. Ya por estos tiempos era también favorito de la reina Wal-ter Raleigh, de carácter cínico y licencioso y de una audacia proverbial.

Me he desviado un tanto, para demostrar la posición de Raleigh, jefe de

Wallace y ver así cómo Wallace gozaba de ciertos favores de la corona.

Wallace fué el primer oficial de Raleigh y si se quiere su brazo derecho en

las piraterías, pero no sé desde qué tiempo entró a su servicio y no pude

averiguar si lo acompañó en el desgraciado ensayo de colonización de la

Virginia en 1587. Lo que sí es cierto es que en 1594 acompañó a Raleigh al

descubrimiento del país del oro, que Wallace donominó EL DORADO; llegó

a la isla de Trinidad, tomó e incendió la ciudad de San José; forzó la en-

trada del Orinoco, y exploró más de cien millas arriba de la desembocadura.

Ya vimos que en 1596 muere Francisco Drake, y este mismo año ordena el

joven conde de Essex la toma de Cádiz ; para cumplir esta orden se hizo a

la vela Raleigh, con su flota y acompañado de su oficial Wallace; éste for-

za la entrada al puerto de Cádiz, quema cerca de sesenta buques españoles

que se encontraban en la bahía y recibió una buena parte del rescate que en

puros ducados de oro tuvo que pagar la ciudad andaluza. Esto pasaba en

julio; regresaron a Inglaterra, guardó el oro que le había tocado y pronto se

hicieron de nuevo a la vela para visitar la desembocadura del Orinoco;

esta vez descendieron un poco más y descubrieron la Guayana. El 3 de

abril de 1603 muere la reina Isabel y con esto pierde Raleigh su buena po-

sición; sube al trono de Inglaterra Jacobo VI, hijo de María Estuardo. con

el nombre de Jacobo I, procesa a Raleigh y lo condena a muerte el 19 de

octubre, sentencia que no se llevó a cabo sino 15 años después. Con esto

se retiró Wallace de su antiguo Jefe y Capitán y se dedicó a correrías por

su cuenta. El 7 de marzo de 1604 fué reconocida la hermosa bahía de Santo

Tomás de Castilla, que antes se llamaba de Atique o Amatique, y que se en-

cuentra a poca distancia de lo que hoy llaman Puerto Barrios. Es indu-

dable que este descubrimiento llamó la atención de los piratas, puesto que

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Page 14: Asturias Francisco - Belice

vemos que en 1607 ya fué robado e incendiado por ocho naves holandesas

al mando del conde Mauricio, y aunque algunos creen que Wallace se ins-

taló en Belice hasta el año 1617, es probable que esto haya ocurrido antes.

Con el oro obtenido en Cádiz y, probablemente aumentado en otras corre-

rías, Wallace compró seis buques que tripuló con la gente más desalma-

da de Londres, y se dirigió a América el día 14 de mayo de 1603, cuarenta

días después de la muerte de la reina Isabel. Sin tener ningún comproban-

te, me imagino que es en esta expedición cuando él llega a la desembocadu-

ra del Río Viejo, que desde entonces comienza a llamarse de Wallace o

BELICE. Esta suposición la confirmo porque Wallace después de fundar la

ranchería de Belice, quedó como jefe de ella; pero los aventureros que le

habían acompañado eran de tan mala índole, que por la menor dificultad

en el reparto del botín, reñían y se apuñalaban, no respetando la autoridad

de Wallace. Este, decepcionado, abandonó Belice, dirigiéndose a Inglaterra,

donde murió pocos años después. Ahora bien: Wallace murió en 1621, po-

cos años después de. abandonar Belice lo que sí resulta si Wallace abandonó

Belice por el año de 1617;pero no es posible que ese mismo año lo hubiera

fundado, que tan pronto hubiera tomado incremento al extremo de ya no

respetar la autoridad de su fundador. Es pues más verosímil que en su

viaje a América, emprendido en 1603 haya llegado a la desembocadura del

Río Viejo, que la ranchería fué aumentando en población e importancia,

debido al punto estratégico y a la tranquilidad en que vivían, con la ven-

taja de los grandes beneficios que les proporcionaba el comercio del palo de

tinte o de Campeche.

Wallace murió en Inglaterra en 1621. Todos nuestros historiadores

indican que la fundación de Belice se verificó por el año de 1717, es decir,

casi cien años después de la muerte de Wallace y casi todos hacen la na-

rración en los términos siguientes : Enemistado Cronwell con España en-

vió una escuadra al mando del Almirante Penn para ocupar Santo Domin-

go; rechazado se dirigió a Jamaica que ocupó en mayo de 1655 después de

la muerte de su Gobernador. El Duque de Alburquerque, virrey de México,

envió tropas y la escuadra de barlovento en auxilio de Jamaica, pero derro-

tados, no sirvieron más que para consolidar la soberanía inglesa en Jamai-

ca, que, convertida en colonia inglesa, fué el foco de piraterías que causaron

inmenso daño, al comercio peninsular, dominando todo el mar Caribe. Apoco, se establecieron los ingleses en el cabo Catoche, que les ofrecía unmagnífico fondeadero frente a la isla Contoy, donde se dedicaron al corte

del palo campeche. De allí avanzaron en ambas direcciones, avances que

toleró España por los tratados de 1667 y 1670. Siguiendo en sus avances

llegaron a la isla de Tris, de la cual se apoderaron en 1696. Don Baltazar

de Zúñiga, Marqués de Valero, envió, en 1717, una expedición al mando de

Alonso Felipe de Andrade para desalojar a los ingleses de Campeche yYucatán, y aunque logró su objeto y recuperó la isla de Tris, los ingleses

se trasladaron al Sur, y llegando a las márgenes del río Viejo, establecieron

una ranchería que comenzó a llamarse de "Wallis o Belice".

Después de publicada la primera edición, recibí cartas de Sír J. A.

Burdon que por lo interesante las transcribo, así como las respuestas que le di.

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Page 15: Asturias Francisco - Belice

GOVERNMENT HOUSE,Belize, British Honduras.

Dear Dr. Asturias

:

Permit me to introduce myself as Sir John Burdon. Governor of

British Honduras. I am engaged on the History of this Colony and venture

to claim sympathy and help írom you as a fellow Historian.

I have unfortunately no knowledge of Spanish. but I have had an

abreviated translation made of your learned and valuablc lecture "Belice"

delivered on your entry into the Geographical* and Historical Society of Gua-temala on April 5th 1925. This I have read with utmost interest and benefit

to my knowledge of the history of our part of the world.

I should be most grateful if you would help me in the following matter.

The commonly accepted origin of Brit'sh Honduras is that Belize

was first settled by some shipwrecked Englishmen in 1638. and that Wal-

lace, or Wallis, a buccaneer, established himself there about that date.

One authority states that the founder of the Settlement was a buc-

caneer named Willis, ex-governor of Tortuga.

I have searched every authority that I know of—except Bancroft's

Central America, which I hope to receive shortly—and can find no mention

whatever of Wallace or Willis, ñor any confirmatíon of Willis.

You state that Wallace was Sir Walter Raleigh's First Lieutenant and

right hand man and that he sailed with Raleigh in 1594 to Trinidad, when

San José was taken and burnt; also that after Queen Elizabeth's death

Wallace left Raleigh and made voyages to America on his own account and

that he is supposed to have firts reached Belize in 1617.

You however believe that he arrived at the mouth of the Oíd or

Belize River when he sailed with six ships manned from London in 1603

and that he established the Settlement then and remained as its leader.

You say that the adventurers were a bad lot and quarrelled and had no

respect for Wallace, who left for England disillusioncd and died.

All this is intensely interesting, but I should be most grateful for

your authorities, to quote when I cntcr this in the history. Let me tabúlate

my needs.

The Authority for the statement that there was a Wallace under Raleigh.

That he sailed with six ships:

That he established Belize

:

Also, do you know of any definite Authorities for the following:

That Wallace was a buccaneer:

That Belize was establish cither in 1603 or 1617:

That the ñame Belize is derived from Wallis and not from the Spanish

word Balisa. I may say that one writer gives the derivation of Belize as an

Indian ñame from "itza", water, and considers the original ñame to have

been Bal-itza, the same words which transposed become Itza-Bal, the River

Izabal in the Golfo Dulce.

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Page 16: Asturias Francisco - Belice

I shall be most grateful for all the information you can give me and

shall certainly give you the credit in my work for the authorities you give

me. And I hope you will forgive a brother historian for troubling you.

Believe me

Yours sincerely.

J . A. Burdon.

Finca "Dos Marías", the 19th Octuber 1930.Sir John A. Burdon.

Governor of British Honduras.

Government House.

Belize.

Dear Sir John;

The 4th of this month, I received your very interesting letter (without

date), and I beg your pardon if I did not answer before, because I was very

busy. I cannot express myself very well in English, but I speak it sufficient-

ly to get along, and I pray you to excuse me for some mistakes.

You say : "The commonly accepted origin of British Honduras is that

Belize was first settled by some shipwrecked Englishmen in 1638, and that

Wallace, or Wallis, a buccaneer, established himself there about that date".

If there was a Wallace, this was the Scotchman Peter Wallace. who died in

England in 1621, and it is impossible that he could establish rr'mself in 1638,

17 years after he died.

I could not find anything worth about Wülis.

You say: "...also that after Queen Elizabeth's death Wallace left

Raleigh and made voyages to America on his own account and that he is

supposed to have first reached Belize in 1517". I do not say "reached", I

say he "left" Belize about 1617 for England disillusioned and died.

You ask me

:

"The Authority for the statement that there was a Wallace underRaleigh

:

That he sailed with six ships": You can read that in "Defensa del

Tratado de Límites entre Yucatán y Belice". México: Imprenta de "El Si-

glo Diez y Nueve" (Calle de Victorias, N9 15.—1894.) by Ignacio Mariscal,who was the Ministro de Relaciones Exteriores of México at that time andwho signed the treaty with Sir Spencer Saint John. I cannot say in whichpage; I got this book from my dear friend Dr. José Matos, who is now Mi-nistro de Guatemala en París and is right now at Geneva in the L. of N.

That he established Belize": I say: (page 8, line 23) "Con el oro ob-tenido en Cádiz y, probablemente aumentado en otras correrías, Wallacecompró seis buques que los tripuló con la gente más desalmada de Londresy se dirigió a América el día 14 de mayo de 1603, cuarenta días después dela muerte de la reina Isabel. SIN TENER NINGÚN COMPROBANTE,ME IMAGINO QUE ES EN ESTA EXPEDICIÓN cuando él llega a la des-

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Page 17: Asturias Francisco - Belice

embocadura del RIO VIEJO..." Certainly, we do not hear anything about

Wallace from 1603 until 1621 that he died in England, an that he died

some years after he carne to England. Where was Peter Wallace all this

time?—El Presbítero Crescencio Carrillo y Ancona, in "El origen de Beli-

ce" says (speaking about the Englismen) : "A principios del mes de abril

año de 1603, se presentaron frente al puerto de Sisar tan próximo a la ciu-

dad de Mérida, trayendo una escuadra toda inglesa, que puso a la Península

entera en alarma, habiendo puesto la capital en estado de defensa; y cuya

alarma y cuya actitud hizo desistir a la escuadra enemiga de los malos in-

tentos que traía." Here must be a little mistake : or Wallace left not Englandthe 14th of May, or the Englismen were not in Sisal in April but in June,

July or August and then it is possible that Wallace was there. Bancroft,

History of Central America (pag. 624, Vol. II) and Lie. Manuel Pcnichc.

Historia de las Relaciones de España y México con Inglaterra sobre el es-

tablecimiento de Belice (pág. 2) say about the same: "About the middle of

XVII century, the part of Yucatán, near the bay of Honduras, was left by

the spaniards, because Bacalar, the only establishment that there was, had

been destroyed by the irruption of the filibuster Abraham and by the insu-

rrection of the indians of that district. That carne the scotchman Peter Wal-

lace, with 80 fellows, and took possession of the mouth of the river and

built some huts. They began to cali this river Wallace, later Wallix and at

least Belize." Which is the true?

"That Wallace was a buccaneer?" May be. Was Raleigh a buccaneer?

You know that better than I; Wallace was First Lieutenant and right hand

of Sir Walter Raleigh; if Raleigh was a buccaneer. his Lieutenant Wallace

has been also a buccaneer. If Wallace was in Belize from 1603 to 1617. he

was there very quiet, tranquil and probably happy; we do not hear anything

about him ; the only attack was in 1607 made by Count Mauricio to Saint

Thomas, with 8 ships, and that the next attack is in 1640. There is nothing

about Wallace.

"That the ñame Belize is derived from Wallace and not from the

Spanish word Balisa. I may say that onc writer gives the derivation oí

Belize as an Indian ñame from "itza, water, and considers the original ñameto have been Bal-itza, the same words which transposed becomc Itza-Bal,

the River Izabal in the Golfo Dulce." I did not write a word about the origin

of the word Belize ; I do not believe it comes from Wallace notwithstanding

that in the "ACTA de entrega del territorio comprendido entre el rio WAL-LIX y el Sibún" they cali the Río Viejo always WALLIX, and so we can sce

at the end of the Acta ".. .poniendo en el el sello de sus armas, siendo he-

cho en Halova, del río Wallix a once de agosto de 1787".

I don't believe, also, that Belize comes from an Indian ñame "itza".

You say that "itza" means "water", and I beg your pardon, but I don't believe

that: the Huastecas, Chicomuceltecas, Mayas, Choles, Chorties. Chontales.

etc. say "HA" or "JA" for WATER, except some Chicomuceltecas that cali

water "YAXHA" and the Poconchies that cali it "JOTIC or JAB", and so

we have the following ñames: Yaxhá grecn water or river, Ixcanhá yellow

water, Oxhá three water or rivers, Chichanhá small water or small river.

15

Page 18: Asturias Francisco - Belice

About Izabal, a little town in Lake of Izabal, I think the ñame is derived

from "TZABAL" that in Huasteca means land and "IC" that in Huasteca,

Maya, etc., means Wind, and so Izabal or Ictzabal should be "Wind's land",

the Tzotziles and Tzentales say ic for black, and if we accept this origin it

should mean "Black land". I believe, willing, that the ñame Belize is derived

from the Spanish word BALIZA; you know well that "a" in English is pron-

ounced like "e" in Spanish, and if you read in English BALIZA you

pronounce BELIZE. Further, the present town of Belize was not the first

town with this ñame: San Jorge in Cayo Cocina was called BELIZE, and

when the buccaneers took possession of the mouth of the River Viejo, they

called this, also, Belize. and they called San Jorge "OLD BELIZE". (Is all

this enough?)

If you will know something about Willis, you may read "BELIZE".

Estudio sobre el origen de este nombre.—Ángel Núñez y Ortega.—Impreso

en México en la imprenta de Gonzalo Esteva.

If you need some other information and I can help you, I will do

it with much pleasure.

With my best regards, I am, Yours sincerely.

F. Asturias.

GOVERNMENT HOUSE,Belize, British Honduras.

4th September 1931.

Dear Dr. Asturias,

Please forgive my long delay in acknowledging your letter of October19th 1930. I fell ill shortly after receiving it and since then I have beenfighting against time and ill health to get my historical work finished.

The first Volume of "Archives of British Honduras" is now beingprinted in England and I am leaving instructions here that a copy is to besent to you, when it appears, in the hope that you may find it of interestto yourself and the Geographical Society.

Your letter was most helpful and I hope to look up the referencesyou give as soon as I reach England, for which I sail,< at the begining ofOctober.

My address at home will be,

The Naval and Military Club,

94 Picadilly. London W. i.

I should be very glad if, when you receive the book, you would begood enough to write to mi there, giving me the benefit of your criticisms.

Believe me,

Yours sincerely,

J. A. Burdon.Dr. Francisco Asturias,

Finca "Dos Marias",

La Reforma.—San Marcos.Guatemala.

16

Page 19: Asturias Francisco - Belice

"Dos Marías", 11 de marzo de 1932.

Major Sir John Alder Burdon, K. B. E., C. M. G., M. A.

West India Committee,

14, Trinity Square,

London, E. C. 3.

Dear Sir,

I was delighted to receive a copy of the first Volume of your "Archives

of British Honduras", sent to me by the Colonial Secretary of British Hon-

duras.

Although I have not yet had the pleasure of reading your important

work, I wish to congratúlate you most warmly for the publication of this

book which seems to me one of the most complete and perfect works of its

kind. As soon as I may have read it, I will be glad to give you myopinión on it.

With my best wishes for your health and happiness.

I am, dear Sir,

Yours very truly.

F. Arfarías.

BRITISH HONDURAS.N<? 1773-31 (13).

In replying please quote above number.

Colonial Secretary's Office.

Belize, 22nd February, 1932.

Dr. Francisco Asturias,

Finca "Dos Marías",

La Reforma.—San Marcos,

Guatemala.

Sir,

I am directed by the Officer Administering the Government to trans-

mit to you, with the compliments and gratitude of his Government for

valuable assistance given, the accompanying copy of the first volume of the

"Archives of British Honduras", edited by Major Sir John Alder Burdon.

K. B. E., C. M. G., late Governor and Commander-in-Chief of the Colony.

2. As the intention of the Government in undertaking the publication

of the Archives is to bring the History of the Colony to general knowledge,

I shall be grateful if you will be good enough to bring the book to the noticc

of such libraries, newspapers and members of the publie as may be interested.

3. Copies may be obtained from the Colonial Secretary. Belize, Bri-

tish Honduras, or from the Secretary. West India Committee, 14 Trinity

Square, London, E. C. 3. It is priced at 7-6 a copy or 8—post free.

I am, Sir,

Your obedient servant,

W. Harrison Coartcrnuy,

For Colonial Secretary.

17

Page 20: Asturias Francisco - Belice

MORGAN.—El Capitán Morgan, el más grande de los piratas, era

un gales, hijo de un hacendado rico y descendiente de familia muy hono-

rable; diferia muchisimo de los demás bucaneros porque su aparición en

las Indias Occidentales fué debida a su amor a las aventuras y no a la ne-

cesidad ; además era joven, bien educado y no un prófugo de presidio o uno

de tantos fracasados. En aquellos tiempos se contaba tanto de las fabulosas

riquezas de estas Indias, de las bellas islas cubiertas de palmeras y habita-

das por vírgenes semidesnudas, bosques defendidos por fieras de todas cla-

ses y tantas cosas más, capaces de volver loco al más cuerdo; y entre todas

las bellezas ocupaba el primer lugar el mar Caribe con todas sus islas en-

cantadoras. Uno de tantos días se encontraba ENRIQUE MORGAN en el

puerto viendo los arreglos de un velero que se preparaba para ir a la isla

Barbada y se acercó a oir las narraciones de los marineros, fué tanto su

entusiasmo que se presentó al Capitán ofreciéndole sus, servicios. El Ca-

pitán lo aceptó y pronto se hicieron a la mar. En aquellos tiempos los Capi-

tanes de buque eran dueños de vidas y haciendas, y hacían lo que se les

venía en gana; al llegar a la Barbada el Capitán dispuso salir de Enrique

Morgan y lo vendió como esclavo, por el valor del pasaje y un PENIQUEde utilidad. De este modo se encontró Morgan, en un momento, en unaplantación de tabaco, donde tuvo que trabajar hasta pagar la deuda y obte-

ner su libertad. Con esta decepción tan amarga se transformó el carácter de

Enrique, y todos atribuyen a esto el cambio radical de sus ideas y senti-

mientos, y el iniciarse en su gran carrera de crímenes, a cuales más asom-

brosos y atrevidos.

HORACIO NELSON.—Inglaterra soñaba con la conquista de Nica-

ragua y poder obtener la comunicación de los dos océanos; para este objeto

comisionó a los Coroneles Hodgson y Lee para que levantaran los planos

del lago y territorio de Nicaragua, trabajo que verificaron en 1779. Con esto

prepararon una incursión armada, ya no de aventureros, sino aprobada ysostenida por el Gobierno inglés. El Secretario de Estado era en ese tiempo

Lord George Germain, quien arregló los detalles de la expedición; Gober-

nador de Jamaica era Mr. John Darling bajo cuya dirección se aprestó

una escuadrilla compuesta de un navio de 54 cañones, llamado el "Ulisis",

dos fragatas, dos bergantines y algunos botes chatos, todos a las órdenes

del Coronel J. Polson; mientras tanto se aprontaba en Inglaterra el grueso

de la expedición. El 28 de marzo de 1780 llegó la flotilla al puerto de SanJuan del Norte, pero sólo la corbeta "Hinchinbroock" comandada por el

oficial Horacio Nelson se atrevió a pasar la barra. El buque de Nelson

subió hasta la isla de Mico, cerca de la embocadura del San Juanillo, a dondese le reunió el resto de la fuerza conducida en botes. El 9 de abril atacaron

la isla Bartola y el 11 comenzaron el ataque al Castillo que duró hasta el 2

de mayo en que capituló la guarnición al mando del Comandante don Juande Ayssa.

Hace muchos años leí en una historia de Nicaragua, lamentando norecordar el nombre del autor, que es en esta expedición en la que Nelson

perdió un ojo, y esto es completamente falso, porque Nelson quedó tuerto

en la batalla de Batia en la isla de Córcega. Los historiadores José D. Gá-

18

Page 21: Asturias Francisco - Belice

mez y Pedro Zamora Castellanos están de acuerdo en que Nelson enfermó

en esta incursión y Zamora Castellanos agrega (página 75), que se retiró

muy al principio del sitio de la fortaleza por haber enfermado, etcétera. "Encambio el historiador inglés W. H. Koebel nos dice en la página 116 que

Nelson fué herido por un tiro de cañón, en esta expedición, pero no men-ciona su retirada sino hasta que se retiraron los irigleses y se explica así

literalmente: "Ignorance on the part of de non-combatant persons respon-

sable for the expedition concerning the nature of the country, and above all,

of the climate, wrecked its chances, and when out of 1,800 men no more

than 380 remained alive, and Nclson's own health had brought him to a

critical condition, there was nothing for it but to abandon the attempt."

Desde 1570 Centroamérica se vio obligada a comerciar por el mar

del Sur, porque los piratas no dejaban entrar ni salir nada por el del Norte,

excepción hecha de los puertos de Veracruz y Cartagena, de donde salían

los navios escoltados por buques de guerra; sin embargo no tenemos noticia

de la primera invasión sino hasta 1571 en que el pueblo de Dzemul fué sa-

queado e incendiado.

En enero de 1572 se presentan en Puerto Caballos tres navios fran-

ceses y una chalupa con corsarios luteranos; en 1577, el 13 de diciembre.

sale Drake de Inglaterra en su viaje alrededor del mundo al mando de una

flota, como ya vimos al tratar de la vida de Drake, y es en este viaje que

llega a Acajutla y entra en amores con la viuda española, o bien trae a bordo

a la viuda y la deja en Acajutla por encontrarse probablemente encinta y le

deja riquezas en metálico y alhajas, puesto que las tenía en abundancia en

ese tiempo, y de donde nació Francisco Drake "el hijo del pirata". Drake

llegó a Acajutla hasta 1579.

En noviembre de 1578 aparece Guillermo Parker asaltando y robando

la Isla Española o Santo Domingo, de donde se dirige a las costas de Hon-

duras con el designio probable de atacar y pillar la flotilla que en aquellos

mismos días debería llegar de España con mercaderías para el consumo de

estas provincias. En sesión del 3 de enero de 1579, el Ayuntamiento alar-

mado con la noticia, acordó solicitar de la audiencia que suspendiese un

llamamiento que había hecho al Gobernador de Honduras para que se pre-

sentara en la capital, con motivo de ciertos pleitos, pues se necesitaba su

presencia en aquella provincia. El Presidente y la audiencia no atendieron

la solicitud, y no habiendo quien proveyera a la defensa de las costas, los

piratas tomaron y saquearon la ciudad de Trujillo. (Milla.)

"Por el mes de abril pasado (abril de 1579), se tuvo en esta ciudad

aviso, cómo en el mar del Sur andaba un corsario llamado Francisco Drake,

inglés, con un navio que había entrado por el estrecho de Magallanes, y

corrido toda la costa desde el estrecho hasta estas provincias, y robado los

puertos de Chile, Arica, Callao de Lima y el navio que traía a Panamá dinero

de V. M. y de particulares, para lo enviar a esos reinos, y otros robos en

gran cantidad, que le fué todo fácil, aunque trajera menos fuerza, por estar

en toda esta mar y puertos del Sur tan descuidados de semejante suceso,

como si fuera imposible. Luego que se tuvo el aviso, el Licenciado García

de Valverde, Presidente de esta Real Audiencia y Gobernador General en

i"

Page 22: Asturias Francisco - Belice

su distrito, con parecer de la Audiencia y de toda la gente principal de esta

ciudad, acordó de hacer armada contra el corsario, lo cual se puso en eje-

cución. Y el Presidente con su valor y suficiencia tomó este negocio tan

de veras, y con tanto cuidado y diligencia, que con estar estas provincias

tan desapercibidas de lo necesario para este efecto, en breve apercibió tres

navios y una lancha, que pudieron ser habidos, e hizo hacer cinco gruesas

piezas de artillería de bronce muy buenas (cosa dificultosísima). Envió a

México y a otras partes por pólvora y otros cañones pequeños, esmeriles,

mosquetes y otras cosas necesarias, y juntó doscientos hombres de guerra,

que fuesen en los navios, supliendo su prudencia todas las dificultades que

en el discurso de este aparato se ofrecieron, que no fueron pocas. A todo lo

cual acudieron los vecinos encomenderos, con la voluntad y cuidado que

siempre han tenido y tienen para servir a V. M., con gasto de sus haciendas

y trabajo de sus personas. Y fueron en busca del enemigo más de trescien-

tas leguas, por la costa hasta el puerto de Acapulco en la Nueva España,

donde toparon un navio que venía de la China, por la misma costa que se

entendía había de ir o estar el corsario, del cual fueron avisados cómo no le

habían topado, ni tenido nueva de él. Y así por esto, como porque la gente

de la armada había enfermado en el puerto de Acapulco, y por otras causas

que al General le pareció, no porfió más en buscar al corsario y se volvió, de

que el Presidente recibió gran pena, diciendo ser contra la orden que él ha-

bía dado. Porque por muchas evidencias se creía le habían de hallar en la

ensenada de la California preparándose él, su gente y navio, de muchasnecesidades que forzosamente había de traer de tan largo viaje, y estarle

así ordenado al dicho General por la instrucción que se le dio, por lo cual

fué luego el General preso en esta ciudad, y lo está, de todo lo cual la Au-diencia Real dará a V. M. cuenta, a la cual nos remitimos. . . De esta ciudad

de Santiago de Guatemala, a 24 días de marzo de 1580.—C. R. M.—LopeRodríguez de las Narillas.—Gregorio de Poíanco.*—Alonso de Vides.—Gasparde Rosales.— Bemol Díaz del Castillo.—Diego Ramírez.—Alonso López.—Utiel de San Martín.—Por mandado de la Justicia e Regidores.

Juan deGuevara.—Por lo visto no carecían de coraje y patriotismo los muy leales

vasallos de S. M. en estas tierras; pero francamente, no tuvo el peor fin

que pudo haber tenido aquel exceso de celo y candidez. Conseguir naviosmercantes y lanchas, mandar a México por los esmeriles, y culebrinas, tra-

bajar en la hechura de piezas de artillería, sin elementos, ni práctica paratodo eso, a fin de lanzarse al mar, a prender al famoso Drake, temible e

inteligente cual ninguno, que tenía 5 buques de guerra de la marina real,

con marineros experimentados, era el summun de la ignorancia, ya que noel mayor de los arrojos. Por fortuna, para el General, como le llaman al

Almirante improvisado de aquella flotilla, no encontró al inglés, ni es depresumir que haya trabajado mucho por verlo, puesto que, a poco de hallar-

se en el agua, volvió de Acapulco a su tierra, a dar cuenta de que no le habíasido dable habérselas con el terror de aquellos mares, con el atrevido pirata

Drake, que llegó a ser Contralmirante de la reina Isabel. Vivo, pues, y sin

poder parodiar a Francisco I, cuando dijo: "todo se ha perdido menos el

honor", llegó* el Almirante don Diego de Herrera a la Muy Noble y Leal

20

Page 23: Asturias Francisco - Belice

Ciudad de los Caballeros de Guatemala, a parar a la cárcel, por no haber

tenido la buena suerte de capturar al audaz marino inglés, el más famoso

entre los corsarios. Peor hubiera sido que el General, con sus indios biso-

ños, acabaran colgados de una entena de los buques piratas. En todo caso,

aquellos leales vasallos hicieron cuanto era dable, para demostrar que odia-

ban al bucanero y amaban tiernamente al rey de España y de las Indias.

Dos años de prisión costóle al infortunado Herrera el no haber dado caza

a Drake. Ironías del destino! (Batres Jáuregui, Tomo II, página 433.) Enla página siguiente dice don Antonio : "Aquí, en Centroamérica, en otros

tiempos, el decir inglés era como mentar al diablo. El vulgo tenía a los

ingleses por algo peor que antropófagos, herejes, ladrones, con pacto con el

demonio. Los sabihondos temblaban al sólo escuchar la palabra fatídica...

el inglés. . . Conocimos, siendo niños, a un señorón rico, y con humos, que

al oír hablar de la guerra francoprusiana, exclamaba ¡gana el inglés! En el

fondo, sin saber lo que decía, acertaba el profeta de marras, porque a la

verdad, en todos los líos mundiales gana el inglés a la postre, aunque apa-

rentemente no se meta."

En 1582 se tuvo aviso en Nicaragua de que se habían visto en la costa

del Sur diez navios grandes de corsarios, que amenazaban el país. El Te-

niente de Gobernador y Capitán General de la provincia. Silvestre de Es-

pina, resolvió defenderla e hizo muchos aprestos de guerra, organizando

fuerza de españoles e indios flecheros y acudió con ellos al Realejo a res-

guardar el puerto y un galeón del rey que estaba construyéndose. No hubo

necesidad de hacer uso de la fuerza; pero las medidas tomadas acreditan

el celo y energía del Teniente de Gobernador. (Milla.)

En 1585 se presenta una partida de bucaneros en cuatro navios, in-

vadieron la costa de Honduras, robando e incendiando Puerto Cortés, y

avanzando 30 de ellos sobre San Pedro Sula, tuvieron un encuentro con

una partida de españoles, vaqueros, arrieros e indios flecheros de Ulúa, y

derrotados los franceses, fueron perseguidos, muriendo algunos, haciéndo-

les otros prisioneros que fueron canjeados por algunos vecinos que tenían

en rehenes, quitándoles 40 acémilas y otros efectos que habían robado. (Z. C.)

En 1586 aparece Drake en el Atlántico y después de haber saqueado

Santo Domingo y haber sido derrotado en La Habana, dispuso pasar al Pa-

cífico en la esperanza de tener mejor suerte y después de cruzar el estre-

cho de Magallanes se presenta en las costas de El Salvador, y con esto todo

el país se alarmó y trató de allegar medios de defensa. Hubo dimes y dire-

tes y pleitos de comadres por los nombramientos de los jefes de la fuerza

expedicionaria, pero lo cierto es que se organizaron en la capital cien hom-

bres de caballería, armados de lanza y adarga, y quinientos de infantería,

de los cuales doscientos llevaban arcabuces y los demás picas y otras armas

enastadas. Pasaron revista e hicieron simulacro de guerra durante cuatro

días, mostrando regular pericia en aquellos ejercicios." Algunos han dicho

que hubo varias disensiones en, el cabildo y que para terminarlas dispu-

sieron enviar cincuenta hombres armados a Acajutla y nada más; pero don

Pepe Milla nos indica en la página 188 del II tomo que "no fueron segura-

mente sólo aquellos cincuenta hombres de la ciudad de Guatemala los que

Page 24: Asturias Francisco - Belice

acudieron a la defensa de aquel puerto amenazado. Hay un documento

oficial, de fecha posterior, en que aparece que el Capitán Francisco de San-

tiago levantó quinientos cincuenta hombres y acudió con ellos, como maese

de campo, a guarnecer la villa de la Trinidad (Sonsonate) y puerto de Aca-

jutla. Que en el campamento que formó en aquel lugar, llegó a reunir seis-

cientos soldados españoles y más de ochocientos indios y mulatos y que

socorrió a una escuadra que por aquel tiempo vino del Perú".

En 1589 entró a gobernar Nicaragua don Carlos de Arellano, ex Al-

calde Ordinario de Guatemala en calidad de interino. Durante el gobierno

de Arellano, la ciudad de Granada adquirió una gran preponderancia comocentro comercial, por haberse reducido a la ruta de San Juan todo el trá-

fico mercantil con el exterior;pero fué también en ese mismo tiempo cuando

los piratas del Norte para vigilar las embarcaciones nicaragüenses fundaron

sus grandes establecimientos en Bluefields y Laguna de Perlas, desde donde

causaron muchos males a la Provincia. Los piratas allí establecidos, eran

los mismos que infestaban el mar de las Antillas. De ellos nos ha conser-

vado la historia detalles muy curiosos. Vivían en común, y las provisiones

de cada cual, ya fuesen de boca ya de guerra, servían para todos. Sus agra-

vios encontraban justicia en sus extraños duelos, en que la suerte decidía

siempre cuál de los combatientes había de tirar primero. En estos juicios

de Dios, el golpe había de recibirse en la frente, porque si la bala tenía la

dirección muy oblicua se faltaba a las leyes del honor, y atando en el tronco

de un árbol al culpable, se le saltaba el cráneo. El armamento de los quesalían en corso, consistía en un fusil, dos pistolas y un machete. Embarca-dos en lanchas pequeñas y ligeras, se ocultaban en los esteros y embocadurasde los ríos, y apenas descubrían algún buque, se preparaban con la lectura de

la Biblia y el canto de los salmos y después se dirigían a toda vela hacia la

nave de cuyos disparos no se cuidaban, llegaban a sus bandas, lanzaban sus

garfios, escalaban su cubierta, y manejando, ya el sable, ya el fusil, ya la pis-

tola, intimaban la rendición, o bien rotos y vencidos, sus cuerpos quedabansepultados en las profundidades del Atlántico. Si lograban apresar el buque,

pasaban a cuchillo la gente avanzada, cogían sus provisiones y mercancías

y volvían a la costa, donde las repartían entre sí mismos, con una equidadsumamente escrupulosa." (Gámez—página 201.)

1595.—A mediados de 1595 aparecieron delante de Puerto Caballos,

cuatro buques de corsarios franceses, desembarcaron, robaron e incendia-

ron la población, poniendo en fuga a sus habitantes. Después se dirigieron

a San Pedro Sula, donde se encontraba el Comendador Carranza reparandoel camino a Puerto Caballos, y quien al saber la aproximación de los corsa-

rios, reunió unos pocos españoles, unos cuantos vaqueros y arrieros del

lugar y un cuerpo de indios flecheros de Ulúa, y habiendo puesto una em-boscada a los corsarios, los sorprendió y les quitó como cuarenta muías ycaballos que se habían robado. Siguió atacándolos con furia hasta ponerlosen fuga, matando unos cuantos y tomando siete prisioneros, éstos se can-jearon por algunos de los vecinos de la población que habían capturado los

corsarios (los corsarios eran como treinta), tres días después alzaron velas

y se retiraron. Esto nos dice don José Milla, tomo II, página 260; anterior-

22

Page 25: Asturias Francisco - Belice

mente ya vimos que en 1585, es decir, diez años antes, nos hace la mismadescripción, aunque no tan detallada, el General Zamora Castellanos, de

donde deduzco que esa acción de 1585 es la misma de 1595 y que la equivo-

cación de fecha está de parte del General Zamora Castellanos.

1595.—El 28 de enero de 1595 muere en la ciudad de Nombre de Dios,

de hemorragia y a bordo de su propio barco el gran marino inglés Sir Francis

Drake. Oncken, equivocadamente pone la muerte de Drake en enero (sin

fijar día) de 1596. Tomo XIV, página 182.

El año de 1600 volvió a aparecer delante de Puerto Caballos la mismaescuadra de Parker, aunque ya no al mando de éste, que había muerto, sino

acaudillada por otro pirata, llamado Antonio Serly (probablemente Sherly).

Hizo éste, sigue diciendo el cronista Fuentes, desembarcar trescientos cin-

cuenta ingleses, a quienes aguardó la infantería del puerto, que no pasaba

de sesenta hombres. La caballería, que constaba de ciento veinte jinetes ar-

mados de lanzas y medias lunas, se emboscó en cierto punto, para atacar

por la retaguardia al enemigo. Así sucedió en efecto. Avanzaron los piratas

sobre los infantes españoles, disparando a la vez unos y otros su mosque-

tería. Pero en el mismo instante cayó de improviso la caballería sobre los

ingleses, haciendo grande estrago en sus filas. La infantería cargó de nuevo

sus armas y volvió a hacer fuego sobre el enemigo, sin darle lugar a reco-

brarse del terror que les causó el repentino, vigoroso y no esperado ataque

de los caballos. Perdiendo los piratas cuarenta y siete hombres y temiendo

mayor desastre, se reembarcaron a toda prisa. (Milla—11-220.)

En 1601 comienza a fabricarse pólvora en Guatemala; siendo el pri-

mero que se ocupó en esta industria, un Diego Mercado, que pretendía te-

ner la fábrica en su propia casa, en el centro de la ciudad, lo que no se le

consintió.

En 1602 se construyeron los fuertes de Santa Cruz en las bocas del

San Juan y el de San Ildefonso en Talamanca.

En 1603 se encontraba en Puerto Caballos el Capitán Juan de Monas-

terio, joven intrépido de 23 años de edad, cargando dos buques que debían

llevar a España los productos del reino; tuvo noticia que se aproximaba una

escuadra del enemigo y sin amilanarse, armó en guerra sus dos naves, pre-

paró su gente haciendo que se confesaran todos, como preparándose a un

combate que había de ser mortal. Pronto asomaron los piratas que traían

ocho navios de cuatrocientas toneladas cada uno, y cinco lanchas, todas

cargadas de gente, ascendiendo la fuerza a mil cuatrocientos hombres.

Mandaban la escuadra, según el autor de la Recordación, un pirata a quien

él llama Pie de Palo, cuya nacionalidad no indica y otro de la misma profe-

sión, conocido con el nombre de Diego el Mulato, criollo de La Habana.

Doblando la punta de Caxinas, entraron en el puerto, donde los aguardaban

las dos naves de Monasterio, y al avistarlas, cayeron sobre éstas las de los

piratas, disparando sus cañones, y apoderándose luego de uno de los bu-

ques españoles. Quiso en seguida abordar a la otra, donde estaba el Ca-

pitán; pero aquel joven, a quien el cronista pinta como un héroe de los

tiempos antiguos, recorría su buque, armado de espada y broquel, y dictaba

sus disposiciones con tal serenidad, valor y acierto, que tres veces fueron

Page 26: Asturias Francisco - Belice

rechazados los enemigos. Viendo esto los piratas, llamaron en su auxilio al

resto de la escuadra, que no tomaba parte en la refriega, y aún al buque

mismo de los españoles que habia sido capturado y en que hicieron entrar

gente suya y embistieron con nuevo brio al buque, que continuó defendién-

dose, sin querer rendirse. Duraba el combate desde las siete de la mañanae iba a caer el sol. No quedaban a Monasterio más que cinco hombres; él

estaba herido y su embarcación muy maltratada. Fué pues, capturado y

conducido prisionero con sus pocos soldados a bordo de uno de los buques

de la escuadra enemiga, donde estuvo un mes, y no pocas veces amenazado

de perder la vida en manos de aquellos desalmados, que mostraban muy poco

o ningún respeto por el valor heroico del joven Capitán español. Tal es la

relación de Fuentes, que substancialmente repite Juarros. Remesal refiere

el hecho en los mismos términos; Remesal llegó a Guatemala en 1613, es

decir, diez años después de la fecha en que se supone haber ocurrido el su-

ceso. Los cronistas Ximénez y Vásquez, contemporáneos de Fuentes, guar-

dan completo silencio sobre este hecho de armas que tuvo lugar el día 18 de

febrero. Pero Garcia Peláez nos cuenta que a fines de febrero de 1603 llegó

a Puerto Caballos el Capitán Juan de Monasterio, con mercaderias de regis-

tro en un navio y un bajel, y que al saberlo en Guatemala entraron en cuidado

por el riesgo que corrían los buques y que el Cabildo dispuso ir en corpo-

ración el 15 de marzo a ver al Presidente y la Audiencia para hacerles ver

los graves daños que causaban los piratas en Puerto Caballos y Golfo Dulce

y suplicarles mandar poner guarnición en ellos; como también que nombra-

ra una persona de confianza que viese un puerto que decían había en la

punta de Manabique. Parece que quien dio noticia de este puerto fué un

antiguo piloto, muy práctico en las costas de Honduras, llamado Francisco

Navarro. Mientras meditaban lo que debían hacer respecto a la solicitud

del Ayuntamiento, Monasterio desembarcó sus mercaderías sin el menorcontratiempo y habiéndolas traído a la ciudad, le decomisaron parte de la

carga, porque venía fuera de registro. En esto anduvo ocupado el Capitán

hasta el mes de julio de aquel año. (Milla—11-222.)

El 7 de marzo de 1604 fué reconocido el puerto de Santo Tomás de

Castilla por el Alcalde l9 don Esteban de Alvarado, y el Regidor don Carlos

Vásquez de Coronado, destinándose para estos gastos 1,250 tostones, de fon-

dos de propios. A este descubrimiento se le dio mucha importancia, comoen realidad la merecía, ya que acortaba en mucho la distancia a la capital,

comparada con Puerto Caballos y la Caldera, en Punta de Castilla; se abrió

un camino por las montañas de Esquipulas y Chiquimula, que nunca pasó

de ser muy malo y que más tarde motivó el abandono de tan hermoso puer-

to. La población de Puerto Caballos y una tribu de indios, los Toqueguas o

Loquehuas, compuesta como de 200 fueron trasladados a Santo Tomás.Por este tiempo se estableció la flotilla de Honduras, compuesta de

dos buques, y es muy probable que también por este tiempo haya llegado

Wallace a la desembocadura del río Viejo y establecido la ranchería que

más tarde se llamó Belice.

En 1607 el conde Mauricio, al mando de ocho naves holandesas, asaltó

Santo Tomás, le robó 8,000 dineros y después lo incendió.

24

Page 27: Asturias Francisco - Belice

En 1633 se suprime la flotilla de Honduras y se dispone que las dos

naves que la componían se agreguen a la flota de Nueva España, y en 1636

se establece el derecho de la exportación llamado de barlovento, porque es-

taba consignado al sostenimiento de la célebre flota de barlovento, que costó

muchos dineros y no sirvió de nada. Guatemala contribuyó en pocos años

con más de $800,000.

1640.—Los corsarios y piratas no dejaban de molestar los puertos del

Norte del reino y las islas de la bahía de Honduras, a cuyos habitantes se

acusaba de encubridores de los enemigos. Entablóse una averiguación so-

bre aquellos hechos y en consecuencia de ella, se dispuso desalojar a los

habitantes de las islas y trasladarlos a tierra firme. Entre tanto, invadido

este año el surgidero de Golfo Dulce por los piratas, el Presidente Loren-

zana salió con 400 hombres y se detuvo quince días en el pueblo de San

Lucas. Después avanzó hasta Mixco, a seis leguas de la ciudad, y de allá,

dispuso regresar, calculando que cuando llegara al Golfo ya sería tarde. Ylo habría sido efectivamente, pues los enemigos saquearon la población, lle-

vándose todas las mercaderías que estaban allá, que eran muchas, y en

seguida dieron muerte a tres españoles.

En 1642 fué talada y saqueada Trujillo por una partida de corsarios.

cuyo jefe era un holandés.

En 1643 fué saqueada y arruinada Matagalpa por los piratas estable-

cidos en la costa Norte y se oye por primera vez entre nosotros, e! nombre

de filibusteros con que se designaban.

Por este tiempo los ataques de los piratas eran casi diarios, y ya no

sólo atacaban en el mar o en los puertos, sino que se introducían en el Gol-

fete y lago de Izabal y bajando a tierra asaltaban los convoyes.

En 1647 se solicitó que todos los años viniesen dos galeones de la ar-

mada de barlovento, a recorrer las costas de Honduras y a la vez recibirían

en Trujillo y Santo Tomás los dineros con que contribuía Guatemala al sos-

tenimiento de aquella escuadra.

A mediados de 1650 fueron desalojados los ingleses de Roatán y re-

cuperada la isla.

En 1664 el pirata inglés Morgan, terror de las Antillas, había llegado

a dominar en aquellos mares y estableció el tributo llamado DE LA QUE-MA; Panamá fué saqueada por los corsarios a quienes no podía resistir la

débil escuadra española que había en el Golfo de México, y que era la es-

cuadra de barlovento.

El 29 de junio de 1665 el corsario inglés Eduardo Davis al frente de

120 hombres subió el río San Juan y el día 30 a las dos de la mañana c.iw

sobre la ciudad de Granada, la ocupó sin la menor resistencia y se apoderó

de todo el oro, plata y vajilla que encontró.

El l9 de agoste* de 1666 quedó concluido el castillo de San Carlos.

protector del río San Juan. Ya en abril o mayo de ese año se tenía noticia

de que 14 buques ingleses estaban a la vista en Cartagena y que parecían

dirigirse a la laguna de Granada. Poco después avisó el Gobernador Salinas

que habían desembarcado en el puerto de Matina, a doce leguas de las bo-

cas del San Juan'.

25

Page 28: Asturias Francisco - Belice

1667.—Mayo 23. Se firma el tratado de Madrid. Este tratado apa-

rece en la página 49, Tomo I de "Archives of British Honduras" y cuya tra-

ducción tomo del brillante articulo publicado en la "Revista de la Facultad

de Ciencias Jurídicas y Sociales de Guatemala". Época III, Tomo II, N9 I,

marzo-abril de 1939, por el distinguido escritor don Sinforoso Aguilar, Jefe

de la Oficina de Belice, página 60, artículo I: "se conviene y concluye que

desde este día en adelante habrá, entre las dos coronas de la Gran Bretaña

y España, generales, buenas, sinceras, verdaderas, firmes y perfectas amis-

tad, confederación y paz, que habrá de durar para siempre y se observará

inviolablemente, por tierra, tanto como por mar..." II "ninguno de dichos

reyes ni sus respectivos pueblos, subditos ni habitantes dentro de sus do-

minios, con ningún pretexto pueden, en público ni en secreto, hacer ni

procurar que se haga nada contra el otro en ningún lugar, por mar ni tie-

rra..." Artículo III "Que los dichos reyes de la Gran Bretaña y España

cuidarán de que sus respectivos gentes y subditos se abstengan de hoy en

adelante de toda fuerza, violencia y perjuicio..." Artículo IV: "Que entre

el rey de la Gran Bretaña y el rey de España y sus respectivos pueblos,

subditos y habitantes, ya en la mar o en tierra. . . habrá libres tráfico y co-

mercio, en tales modo y manera que sin salvoconducto y sin licencia general

o particular, el pueblo y los subditos de cada uno puedan libremente, por

mar tanto como por tierra... navegar e ir a sus dichos países..."

Todas estas promesas y galanterías no valieron nada, porque "La lu-

cha por obtener preponderancia sobre el extenso imperio español de Amé-rica, fué causa de las no interrumpidas guerras entre España e Inglaterra

:

en 1670 se terminó la guerra con el tratado subscrito por el plenipotenciario

español don Gaspar de Bracamonte y Guzmán, Conde de Peñaranda, y el

inglés, señor Guillermo Godolfhin, Caballero de la Espuela Dorada.

1670.—"Por el tratado de 1670 no reconoció España derecho inglés

alguno a ocupaciones de territorio en Yucatán. En su nota histórica refiere

Alder Burdon extensamente la controversia que al respecto se suscitó, y en

las páginas 52 y 53 del tomo I reproduce la perfecta defensa de los derechos

de España, a pesar de ese pacto, hecha por Sir William Godolphin, pleni-

potenciario en Madrid y que después habremos de considerar. Por otra

parte, en 1670 no había tal establecimiento de Belice, y en consecuencia no

puede referirse a éste el artículo IV del pacto. (Sinforoso Aguilar—pág. 60.)

El artículo 79 de este tratado dice en lo conducente:

Además de esto se ha convenido en que el serenísimo rey de la GranBretaña y sus herederos y sucesores gozarán, tendrán y gozarán perpetua-

mente, con pleno derecho de soberanía, propiedad y posesión, todas las tie-

rras, provincias, islas, colonias y dominios situados en la India Occidental,

o en cualquier parte de la América que el dicho rey de la Gran Bretaña ysus subditos tienen y poseen al presente: de suerte que ni por razón de esto,

ni con cualquier otro pretexto se puede ni debe pretender jamás cosa algu-

na, etcétera. (Este tratado fué firmado en Madrid el día 18 de julio de 1670.)

En 1670 no tenía Inglaterra colonia ni posesión alguna en Belice : todo

el territorio bañado por las aguas del golfo de Honduras pertenecía, porderecho de descubrimiento y de conquista, a la corona de España.

26

Page 29: Asturias Francisco - Belice

Cristóbal Colón descubrió el golfo de Honduras durante su cuarto

viaje, tocando en la isla Guanaja y el cabo de Honduras o Caxinas.

Vicente Yáñez Pinzón y Juan Díaz de Solís navegaron en 1506 desde

Guanaja hasta el Golfo Dulce (lago de Izabal) y reconocieron la tierra si-

tuada al Sur de Yucatán, recorriendo toda la costa oriental de la península.*

El Gobernador de Yucatán, Martín de Ursúa, y el Capitán General

de Guatemala, Jacinto de Barrios Leal, conquistaron la nación de los itzaes.

que comprendía el actual departamento del Peten, de la República de Gua-temala; y que durante todo el régimen de la colonia española fué provincia

gobernada por el Capitán General de este reino : el extenso territorio se di-

lataba al Sur de la península de Yucatán, y abarcaba toda la parte de Belice

que siempre fué de Guatemala. ("Libro Blanco"—páginas 17 y 18.)

Concluida la fortaleza de San Carlos, los granadinos se dedicaron a

sus ocupaciones; pero en 1670 el castellano Gonzalo Noguera Rebolledo en-

tregó traidoramente la fortaleza al filibustero Gallardillo, y Granada fué

saqueada, llevándose gran número* de hombres y mujeres. Este suceso, y

las invasiones del mismo carácter, habidas en territorios de Honduras y Cos-

ta Rica, alarmaron a la Corte de España, hasta entonces indiferente a la

suerte de las colonias, y por real cédula de 29 de octubre de 1671, se declaró

la necesidad de fortificar la boca de San Juan. Para la ejecución de esta

disposición, se nombró Capitán General interino del Reino a don Fernando

Francisco de Escobedo, General de la artillería del Reino de Jaén, ordenán-

dole pasar inmediatamente a la embocadura del San Juan y levantar la

fortificación que creyera conveniente. Escobedo tomó posesión de su des-

tino, en Guatemala, el año de 1672 y sin perder tiempo, se trasladó al rio

San Juan, en donde edificó el castillo de la Inmaculada Concepción (Cas-

tillo Viejo) frente al raudal de Santa Cruz y fortificó el presidio allí exis-

tente, nombrando Castellano al Maestro de Campo, don Gaspar Inestrosa

y Vasconcelos. El castillo que fué concluido en 1675, estaba situado sobre

una montaña de peña viva, y aunque no muy grande, era suficiente para

impedir el paso y subida del río. Quedó guarnecido con 36 cañones y tenía

además un caballero muy bien construido; a la lengua del agua existia una

plataforma con seis cañones, y la parte de tierra estaba defendida por el

foso y estacada que lo rodeaban hasta el propio rio. (Gámez—página 216.)

En el mes de febrero de 1677 se hizo a la vela el navio "El Gran San

Pablo", con cantidad considerable de productos de estas provincias y a la

vez dotado con 12 piezas de artillería. A poco fué atacado por tros embar-

caciones inglesas de las cuales se defendió vigorosamente, causándoles no

poco daño, y arribó en salvo al puerto de Cádiz.

Por este tiempo la corona ¡nulos. i protegía abiertamente a los piratas;

desiertas las islas de Honduras, éstos se internaron en el territorio de Gua-

temala y Yucatán encontrando abrigo con los habitantes del Chol. Manché.

Mopán y Tipu en toda la zona que se extiende desde el Golfo Dulce hasta

Yucatán, como lo comprueba la relación minuciosa que Ximénez hace del

viaje del misionero dominicano fray José Delgado, de la Verapaz a Yucatán

y las diversas veces que fué victima de los asaltos de los ingleses.

Page 30: Asturias Francisco - Belice

1680.—Los españoles capturan un barco inglés, y el Capitán del bu-

que capturado declara que a él y 8 compañeros los pusieron en una lancha

cerca de Turneffe. (A. Burdon.) Los españoles recapturaron la isla de Trist

y envían los prisioneros ingleses a Campeche y Veracruz.

El corsario Sharp saqueó e incendió el puerto de Caldera en 1681. En1683 fué saqueada Veracruz y en 1685 Campeche. Ese mismo año entraron

los ingleses en Costa Rica por Caldera, llegaron a Esparta, la saquearon e

incendiaron, lo mismo que Garavito y Aranjuez. De allí pasaron a León yGranada que saquearon e incendiaron, la última el 9 de abril.

1686.—Diciembre 17. El Mayor Sir John Alder Burdon nos hace una

maravillosa descripción a lo vivo de la viveza de los ingleses en todo tiempo y

mayormente cuando se trata de naciones pequeñas: en el tomo I, página 57

nos dice que el Teniente Gobernador de Jamaica, Molesworth, le contaba

a William Blathwayt . . . Que había ordenado tomar posesión de un buque

que estaba anclado en la entrada del puerto, cargado de palo de campeche

o de tinte : que los propietarios del buque declararon que ellos no estaban

"dentro de los límites del Acta porque la Bahía de Honduras donde se car-

gaba el palo de campeche no era colonia inglesa"; a> lo cual él contestó:

"Entonces son ustedes ladrones, porque ¿cómo pueden ir a cortar madera a

un país que no es inglés? Les aconsejo que digan que es una colonia inglesa

y entonces quedarán dentro de los límites del Acta, si no se encontrarán en

peores circunstancias." Entonces los propietarios se sometieron y el buque

fué tomado cautivo, pero libertado al llegar al tribunal. Este episodio ha de

haber sido consecuencia de lo que el Gobernador de Jamaica, Sir ThomasLynch escribió en agosto 29 de 1682 a los Lords of Trade and Plantations

que literalmente dice : "1¡ have forbidden our cutting logwood in the Bay

of Campeche and Honduras, your Lordships having justly declared that the

country being Spaniard's we ought not to cut the wood. There is not the least

pretence or reason for it. It is now become a greater drug than fustic, and

is almost all carried to Hamburgh, New England, Holland, etc., which in-

jures us and the customs and trade of the nation."

Los sucesos anteriores y la permanencia de los piratas en Amapala,

su principal guarida del Pacífico, despertaron el temor de la Audiencia de

Panamá, que también creyó amenazado aquel territorio. Fué enviada, por

esta consideración, una escuadrilla panameña, compuesta de una galera yun bergantín, con orden de desalojar a los piratas del punto que ocupaban.

La escuadrilla llegó al Realejo en diciembre de 1687 y demandó auxilios que

le fueron dados inmediatamente y consistentes en un navio que había lle-

gado del Perú, 250 hombres y provisiones de boca y guerra. Reforzada de

esta suerte la escuadrilla se dirigió a Amapala y logró desalojar a los in-

gleses.

Después se recibió noticia que los corsarios ingleses habían entrado

en el Golfo Dulce con 21 piraguas.

En 1689 subieron los piratas del mar del Norte, el río Coco y se jun-

taron con los del Sur, después de los sucesos de León; asaltaron y reduje-

ron a escombros .la rica ciudad de Segovia el 29 de septiembre ; de allí se

embarcaron en el río Aguan y se dirigieron a Honduras sembrando el terror

28

Page 31: Asturias Francisco - Belice

por todo el tránsito. Por ese tiempo aparece el pirata LORENCILLO dis-

parando algunos tiros sobre el Castillo, y el nuevo Gobernador de Nicaragua.

Maestre del Campo don Gabriel Rodríguez Bravo de Hoyos, impresionado

por los acontecimientos, exageró las noticias a Guatemala y hubo grandes

movilizaciones y gastos inútiles.

En 1697 los piratas franceses continuaban sus latrocinios en el Golfo

de México. El 2 de febrero se hizo cargo del Gobierno el conde de Mocte-

zuma, don José Sarmiento Valladares, descendiente del emperador de Méxi-

co y reforzó la ya célebre armada de barlovento que fué derrotada ese

mismo año por la escuadra francesa.

Termina el siglo XVII con el establecimiento de los ingleses en la

costa mosquita, que más tarde pretendieron propiedad de dicho territorio.

Inacabable sería la narración de todos los asaltos, robos, violaciones,

incendios y asesinatos cometidos por los piratas y corsarios en nuestras tie-

rras, y como en el presente no es mi objeto hacer relación detallada de todo

esto sino ocuparme de Belice, voy a concretarme lo más posible, suplicando

al lector que en ello tenga interés, se sirva consultar "La América Central

ante la Historia", £or el señor Licenciado don Antonio Batres Jáuregui; "His-

toria de la América Central", por don José Milla; "Historia de Nicaragua".

por don José D. Gámez ; Ximénez ; García Peláez ; etcétera.

"Ni en el tratado de Utrecht celebrado en 1713, que terminó la guerra

de Sucesión, ni en las conferencias que le precedieron, ni mucho menos, en

tratado alguno anterior se habló nada respecto de Belice; no obstante que

por aquella estipulación obtuvo Inglaterra cuanto podía desear, pues se hizo

dueña de Gibraltar y de la isla Menorca, y se le concedió el privilegio exclu-

sivo del tráfico de negros en la América española." (Peniche.) Este silencio

prueba que Wallace y sus sucesores no ocupaban Belice en nombre de su

Rey y que España no le dio mayor importancia a esta colonia de piratas.

puesto que muy bien sabía su existencia, por comunicaciones que había re-

cibido de sus Capitanes Generales y especialmente de Rivaguda.

El 24 de mayo de 1696, una horda de piratas se apoderó de la isla de

Tris, en la laguna de Términos, hecho que tuvo un carácter especial, porque

se apoderaron de ella con ánimo de fijarse y hacerla el centro de sus co-

rrerías. Los piratas que ocupaban la laguna cometieron mil atrocidades que se-

ría largo enumerar, y sólo referiré la captura de don Fernando Meneses Bravo

de Saravia y de toda su familia, cuando venia a tomar posesión de su puesto

de Gobernador de Yucatán, en el año de 1708. El barco en que venia fue

apresado en la sonda de Campeche por el pirata llamado Barbillas (y tam-

bién, Bigotes). El pirata fondeó en la bahía de Campeche, desembarcó con

don Fernando, dejando a su familia prisionera, y exigió $14.000 para darle

libertad. El Ayuntamiento de la ciudad, en cuya sala capitular se presentó

el pirata seguro de los rehenes que tenia a bordo de su queche, se negó al

principio a dar el rescate, confiado en que podía vencerlo con la marina

guardacostas; pero el Gobernador, temeroso de que su familia padeciese las

consecuencias de un combate, hizo que fuesen pagados los $14.000 y resti-

tuido Barbillas con toda seguridad a su nave para que la dejase en libertad.

29

Page 32: Asturias Francisco - Belice

Esto causó gran alarma y el Rey de España ordenó el ataque a los piratas.

El Virrey de México dispuso en Veracruz una expedición compuesta de bar-

cos de guerra y de transporte que puso a las órdenes del Sargento Mayor de

la plaza de Campeche don Alonso Felipe de Andrade, quien unido a las fuer-

zas que en Campeche se habían aprestado, atacó a los ingleses el 16 de julio

de 1717, día de la Virgen del Carmen, obteniendo una brillante y espléndida

victoria, y debido a esto, la isla y la ciudad dejaron de llamarse de Tris,

para llamarse del Carmen. A los piratas les quitaron un magnífico botín y

muchas embarcaciones, cuyas riquezas compensaron los gastos erogados.

Los piratas que consiguieron salvarse en esta ocasión fueron a unirse

a sus compañeros de Belice, en donde organizaron una fuerza de trescien-

tos treinta y cinco hombres, que en tres balandras volvieron a la laguna con

ánimo de recuperar la isla que estaba guarnecida por Andrade con una com-

pañía de Campeche. Los piratas desembarcaron al Nordeste de¡ la isla ymandaron un comisionado para notificar a los españoles que desocupasen

el Real, pero la contestación fué negativa y terminante, y por la noche avan-

zaron al Este y con poco esfuerzo ocuparon el Real, quitando a los españoles

tres piezas de artillería, dé las cuatro con que se defendían. Después de

este revés, quedaron a don Alonso solamente cuarenta y dos hombres, que

ya próximos a sucumbir se reunieron en junta de guerra y juraron morir

antes que rendirse, juramento que cumplieron con mucho honor y gloria.

En efecto : esos cuarenta y dos hombres tomaron la ofensiva sobre los pira-

tas y en el acto les quitaron un cañón de metralla que volvieron contra ellos.

Una granada fué a caer en un almacén de paja que se incendió inmediata-

mente, incendio que, unido a la intempestiva carga de los 42 valientes, dio

a Andrade un nuevo triunfo. El pundonoroso Sargento Mayor murió en este

combate; pero su vida costó muy cara a los piratas que fueron perseguidos

hasta la orilla del mar, donde se embarcaron los pocos que quedaron para

irse a unir a sus compañeros de Belice.

El feliz éxito de la campaña de Andrade al derrocar a los ingleses yrecuperar la isla del Carmen, dio mucho ánimo al gobierno español y lo re-

solvió a emprender, en toda forma, la expulsión de los piratas que tantos

daños causaban a las colonias, y tantas riquezas restaban al real tesoro. Coneste fin nombró la corona de España Gobernador y Capitán General deYucatán al Mariscal de Campo don Antonio de Figueroa y Silva, Lazo de la

Vega, Ladrón del Niño de Guevara, sobrenombrado "El Manco" en reem-plazo de don Antonio Cortaire y Terreros, que a su vez había substituido

a don Juan José Vertiz Ortañón, que era el Gobernador y Capitán Generalde Yucatán cuando se organizó la expedición de Andrade.

El señor Licenciado don Justo Sierra, en su "Ojeada Histórica sobreel establecimiento británico de Belice" al referirse a Figueroa, dice: "Figue-roa era el más a propósito para ejecutar las intenciones de la corona, res-

pecto de Belice. Militar distinguido y eminente, que se había hecho notable

en más de una campaña contra los enemigos de su patria, era además granpolítico, hombre sagaz, de tacto muy delicado y tenía versación en los ne-gocios. Era un hombre completo de capa y espada."

Page 33: Asturias Francisco - Belice

El Licenciado don Manuel Peniche en su "Historia de las relaciones

de España y México con Inglaterra sobre el establecimiento de Belice", ca-

pítulo III, hace una bella descripción de la campaña de Figueroa, que por

su grandísima importancia me permito transcribir íntegra. La obra del se-

ñor Peniche es en mi parecer lo más exacto que México escribió sobre Belice.

Refiriéndose a Figueroa, el señor Licenciado Peniche nos dice: "con

tan raras cualidades que concede a Figueroa aquel ilustre escritor (Licen-

ciado don Justo Sierra), no le fué difícil comprender las dificultades de la

empresa que se le había encomendado; y en efecto comprendió que antes

de destruir Belice era necesario establecer un punto inmediato que fuese

no solamente base de sus operaciones sino que impidiese en adelante la

perpetración de usurpaciones semejantes en aquella parte del territorio na-

cional. Desde entonces se propuso Figueroa poblar un lugar y establecer

en él una fortaleza y un presidio para constituir un centinela avanzado de

la civilización en la costa oriental de la península, poblada entonces única-

mente por tribus de indios nómadas y salvajes.

Con este objeto salió de Mérida, capital de la península, para ir a

reconocer el antiguo asiento de la villa de Bacalar; (Bacalar fué fundada en

1545 por don Melchor Pacheco, y entonces se llamaba Bahalal) que era pre-

cisamente el punto que pensaba repoblar. En su tránsito hizo dos cosas su-

mamente útiles, terminó el trazo del camino que debía conducir del pueblo

Ichmul a la laguna de Bacalar, y pacificó algunos pueblos de indios que se

habían rebelado;pero nada pudo obtener en cuanto a su deseo de repoblar

la villa de Bacalar, por falta de colonos, que no podía encontrar en la raza

indígena por la desconfianza con que siempre miraban a los españoles, ni

en la mestiza o española, que se había acomodado en otros lugares, y que

teniendo cubiertas sus pocas necesidades, no sentía inclinación alguna por

las empresas aventuradas.

Ante esta grave dificultad no vaciló el manco Figueroa. y resuelto a

llevar a cabo su propósito, volvió a la capital con el designio de hacer traer

de las islas Canarias los colonos que necesitaba, lo cual pudo conseguir des-

pués de un año, mediante la suma de facultades y recursos que habia depo-

sitado en él la confianza del gobierno español.

Estos preparativos no pudieron ocultarse a los piratas de Belice y

resueltos a conservar a todo trance el lugar que por mucho tiempo había

sido un asilo seguro, no solamente se propusieron defenderlo. *ino que to-

maron la iniciativa con el proyecto de desconcertar los flanes de Figueroa

Es verdad qii2 para la atrevida empresa que meditaban no contaban con la

protección franca de Inglaterra; pero se cree que fueron auxiliados por el

Gobernador de Jamaica, y no deja duda ninguna de que pudieron disponer

de los indios mosquitos (que como ya sabemos se encontraban bajo el con

trol de los ingleses desde fines del siglo XVII). Reunieron, pues, todos los

elementos de que pudieron disponer en un considerable número de buques

menores en el río de Belice, y se hicieron a la vela con dirección a la bahía

de la Ascensión, desde donde invadieron la parte oriental de la península.

Difundieron el terror y espanto en aquella comarca saqueando, destruyendo

31

Page 34: Asturias Francisco - Belice

y quemando por completo lo* pueblos de Chunhuhú y Tola, con el objeto de

apoderarse de la importante población de Tihosuco, situada en el corazón

del país y que era el objetivo de la expedición emprendida. Según el limo.

Presbítero don Crescencio Carrillo y Ancona en sus interesantísimos ar-

tículos sobre "Petén-Itzá.—Cuestión entre México y Guatemala. Derecho

de Yucatán y México. El origen de Belice" que publicó en "El Mensaie-

ro de Yucatán" y reprodujo "El Correo del Comercio", de México, los ingleses

después de "saquear, destruir e incendiar por completo los pueblos de Tola

y Chichanhá, fueron repelidos a viva fuerza cuando habían puesto sitio a

Tihosuco", pero según el Licenciado Peniche de quien vengo transcribiendo

gran parte de esta narración, nos dice, al referirse a Tihosuco: "Pero preci-

samente ante ese objeto deseado de su avaricia tuvieron que detenerse, por-

que Figueroa llegó a aquel pueblo en los momentos en que estaba expuesto a

caer en poder de los invasores, con una compañía de a caballo y otras fuer-

zas que pudo reunir. El Mariscal no esperó ser atacado en Tihosuco, sino

que avanzó sobre los invasores apoderados de Tola, les dio una carga vigo-

rosa y los fué persiguiendo hasta las orillas del mar, en donde se embarcaron

los restos de aquellos aventureros, que pagaron muy caro su atrevimiento."

Ante estas dos opiniones, me inclino a creer que cuando el manco Figueroa

llegó a Tihosuco ya había comenzado el sitio de dicha población y es allí

donde él derrotó a los ingleses y moscos. El Presbítero Carrillo y Ancona

fija la fecha de esta batalla en 1733 y el Licenciado Peniche en 1727 y aquí

no cabe duda que la razón está de parte del Licenciado Peniche, puesto que,

como veremos más adelante, la paz de Sevilla se firmó en 1729 a consecuen-

cia del cual tratado España desaprobó la heroica campaña de Figueroa, lo

que no hubiera podido acontecer si esto hubiera pasado en 1733, es decir

cuatro años después del tratado de Sevilla; tanto más cuanto que en agos-

to 10 de 1733 muere el más grande gobernador que tuvo Yucatán, el Mariscal

de Campo don Antonio de Figueroa y Silva.

Después de la batalla de Tihosuco, Figueroa redobló sus esfuerzos

para terminar los preparativos de la campaña, y con este fin pasó a Campe-

che, en donde armó y equipó una multitud de embarcaciones menores, que

puso al mando de un marino inteligente y valeroso, a quien dio orden de

dirigirse a la bahía del Espíritu Santo a esperar a la reunión de las fuerzas

que debían operar sobre el enemigo, y le prohibió expresamente empeñar

combate alguno si se encontraba con los piratas, a no ser que fuera de im-

periosa necesidad. Entretanto el Mariscal volvió a Mérida, pasó revista a

sus soldados en número de setecientos hombres, y emprendió su marcha

para Ichmul, en donde estableció su cuartel general y se le unieron los co-

lonos. Reunida la expedición de tierra prosiguió su marcha para la antigua

villa de Bacalar, la cual hizo reconstruir en cuanto llegó. Instaló en ella a

los colonos a quienes construyó casas y distribuyó tierras, y con ese infati-

gable celo que lo distinguía mandó algunas guerrillas a explorar las disposi-

ciones de los indios de la comarca.

Establecida ya la retaguardia de la expedición y una base segura de

operaciones, el Mariscal solamente se ocupó de dar el golpe de gracia a la

guarida de los piratas;pero esto no pudo verificarse tan pronto como desea-

32

Page 35: Asturias Francisco - Belice

ba, pues mucho tiempo se empleó en allanar inconvenientes y dificultades

de todo género, que necesariamente se presentaban en una empresa que se

había de operar. Los piratas por su parte se preparaban a la defensa, que

habían calculado lo mejor posible. Como hemos dicho, no contaban con la

protección oficial de Inglaterra; pero en lo privado recibieron auxilio de Ja-

maica y también una fuerza de indios mosquitos armados de flechas. Pu-

sieron sobre las armas a todos los piratas que ocupaban aquel lugar, yconsiderándose totalmente seguros por la parte de tierra, a causa de la mul-

titud de indios sublevados que había por aquel rumbo y las invencibles difi-

cultades del terreno, sólo cuidaron de fortificar perfectamente la embocadura

del río. Figueroa tuvo oportuno conocimiento de estos preparativos, y con-

cibió un plan atrevido, que consistió en hacer embarcar en el lago de Bacalar

todas sus fuerzas en la escuadrilla que había dispuesto en Campeche; se

hizo a la vela, y desembocando en la bahía de Chetumal prolongó su viaje

en todo lo posible para hacer creer a los piratas que los iba a atacar

por mar; pero a pocas leguas de la barra del río hizo desembarcar sus

fuerzas, y calculando el tiempo que necesitaba para caer a retaguardia de

las fortificaciones de los piratas mandó al Comandante de la escuadrilla

que se situase al frente de ellas como a demostrar que iba a asaltarlas. El

movimiento fué practicado con tal destreza y actividad, que los defensores

de Belice no lo comprendieron, a pesar de tener situada una goleta en un

punto conveniente de observación, la cual fué a avisar que se acercaba la

escuadrilla y que indudablemente atacaría las fortificaciones. Con esta no-

ticia y los movimientos muy hábiles que hacía la citada escuadrilla, los pira-

tas ya se gozaban en una victoria que juzgaban segura; pero en el momento

en que en virtud de aquellas maniobras estratégicas creían que iba a em-

peñarse el combate por la parte del mar, les cayó Figueroa con tal resolución

y denuedo por la parte de tierra y sobre la población de Belice. que en menos

de tres horas quedaron completamente derrotados y prisioneros de las tro-

pas de Figueroa todos los piratas y mosquitos que no murieron en el combate.

El Mariscal, con las fuerzas de tierra, volvió a Bacalar, en donde hizo

construir una fortificación que sirviera de defensa a la nueva población, asi

de otras expediciones piráticas, como de los indios que se habían rebelado

el siglo anterior. Dedicó sus fuerzas a la pacificación de aquella comarca.

con lo que consiguió mucho, pues los indios que no reconocieron su gobier-

no y no entraron en la vida de paz y sociedad se retiraron de aquellos luga-

res perseguidos por sus soldados. De los primeros se formó la población de

Chichanhá, que ha venido a tener tan triste celebridad en la guerra de castas

de Yucatán.

Mientras pasaban los hechos que acabamos de referir, el genio de la

guerra había vuelto a encender la mal apagada llama de los combates ante-

riores entre España c Inglaterra. Las cortes de Felipe V y de Jorge I alte-

raron sus buenas relaciones en 1726 a consecuencia del convenio celebrado

en Hannover entre Inglaterra, Francia y Prusia para contrariar la alianza

que antes habían convenido España y Austria. Después de algunas hostili-

dades en que las tropas españolas intentaron, aunque en vano, apoderarse

de Gibraltar, se firmaron los preliminares de paz en París el 31 de mayo

33

Page 36: Asturias Francisco - Belice

de 1727, que aunque aceptados por la corte de Madrid puso en juego multitud

de subterfugios para eludir su ejecución y la paz no se restableció defi-

nitivamente sino con el tratado de Sevilla firmado en 1729. Entre tanto esto

pasaba en Europa, Figueroa ocupó y destruyó Belice sin consideración algu-

na al Gobierno inglés a quien no se consideraba interesado en aquel nido de

bandidos.

Sin embargo, después de la paz de Sevilla, el Ministro inglés cerca

de la corona de Madrid denunció a ésta, como abusivos y vejatorios, los

hechos de Figueroa en Belice, y se quejó de que muchos subditos de Su Ma-

jestad Británica habian sido asesinados y destruidas sus propiedades. El

Gobierno español, que pudo y debió rechazar aquel primer acto oficial en

que Inglaterra aparece en los asuntos de Belice, dejándose llevar por una

ligereza muy censurable, lanzó sobre uno de sus servidores más distinguidos,

sobre el que acababa de reivindicar los derechos de su corona, una tremenda

reprobación de sus actos. Figueroa a la sazón se hallaba en Bacalar con

motivo de habérsele informado que varios ingleses ocupaban algunos cayos

de la costa oriental, inmediatos a Belice, y entonces recibió la comunicación

en que se reprobaba su conducta.

Figueroa, patriota a toda prueba y dotado de singular talento, en aque-

lla reprobación vio la prueba más elocuente de la decadencia de España por

la debilidad de sus hombres, aquella ingratitud mató su espiritu y cayó en

una penosa enfermedad.

Casi en el acto la corona española conoció toda la gravedad de su

injusticia y comunicó una nueva orden retirando aquella reprobación y es-

timulando a su digno Gobernador a continuar en su carrera de servicios

;

pero esta comunicación llegó tarde, pues el honrado Mariscal murió en el

rancho de Gahal, volviendo de Bacalar, el 10 de agosto de 1733.

Me he extendido algo en esta bella narración, pero es que aqui tene-

mos datos interesantes que debemos conservar en la memoria : el trazo del

camino de Ichmul a Bacalar : la reconstrucción de dicha villa, la fundación

de Chichanhá, y la construcción del fuerte de Bacalar, datos que tenemos

que recordar al hablar de las pretensiones de México sobre Belice y el Peten.

Con la muerte de Figueroa perdió Yucatán el más grande de sus Go-

bernadores, y a su patriotismo, valor, celo y constancia debe México el que

su suelo no haya sido hollado por los ingleses y que éstos se hayan concre-

tado a despojar a la débil Guatemala de los 22,000 kilómetros cuadrados

que, contra derecho, aun conservan en posesión.

Figueroa se habia dirigido de nuevo a Bacalar por informes que tenia

de que algunos ingleses se habian vuelto a instalar en los cayos inmediatos

a la costa de Belice, y efectivamente asi era, y ya en 1733 se sabe que los

piratas ocupaban de nuevo algunos cayos y parte del territorio de Belice.

El Gobernador de Yucatán don Manuel Salcedo notificó de esto al Virrey

de México don Francisco de Güemes y Horcasitas, Conde de Revillagigedo,

pidiéndole auxilios para atacar a los piratas, recibió algunos auxilios y con

esto organizó la expedición. Zamora Castellanos (página 64) nos narra esto

en los siguientes términos : "En 1737 el Gobernador de Yucatán, don ManuelSalcedo, organizó una expedición de 330 hombres al mando del mismo Go-

34

Page 37: Asturias Francisco - Belice

bernador, y en una fragata, una galera y cuatro piraguas, zarparon para

Belice y Roatán, con objeto de atacar a los piratas que habitaban en dichos

lugares. Las tropas yucatecas tuvieron un encuentro con los ingleses frente

a Belice, logrando aquéllos derrotar dos fragatas, seis bergantines y varias

balandras, coronando el triunfo con el incendio de la ranchería donde habi-

taban los ingleses." El gran historiador de América, don Manuel Serrano

y Sanz, en su "Historia de América", tomo I, página 133, escribe: "Su suce-

sor don Francisco de Güemes y Horcasitas, Conde de Revillagigedo, se

propuso desalojar a los ingleses que nuevamente ocupaban el territorio de

Belice; derrotólos el Gobernador de Yucatán, don Manuel Salcedo, pero no

se consiguió expulsarlos definitivamente."

Deseando España reprimir el avance continuo de los ingleses en sus

colonias, y evitar el contrabando que iba aumentando de manera alarmante.

celebró, en enero de 1739, y con Inglaterra, el célebre tratado del PARDO, tra-

tado que en mucho favorecía a España; pero Inglaterra que no estaba por

lo consignado en el tratado, sino solamente por atender sus intereses, lo in-

fringió de manera descarada y llegaron a tal extremo los abusos de los

ingleses, y las exageraciones del parlamento inglés, que Felipe V se vio obli-

gado a declararle la guerra a Inglaterra en octubre del mismo año. Inme-

diatamente envió Inglaterra una escuadra al mando del Almirante Vernon

para hostilizar las colonias españolas en América, y el l9 de diciembre de

ese año ocupa Portobelo, después de derrotar a los españoles. Pero esto

fué su único triunfo, porque después fué rechazado con graves pérdidas

en los ataques a la Guaira, Cartagena y La Habana. Esta guerra se presen-

taba muy sombría para las colonias españolas de América, cuando un inci-

dente, la sucesión de la casa de Lorena en Austria, hizo que casi toda

Europa entrara en guerra y de este modo el teatro de la misma se trasladó

automáticamente a Italia.

En abril de 1745 sale el General Gages de los Estados Pontificios,

atraviesa los Apeninos para reunirse con el Mariscal Maillebois y el infante

don Felipe que mandaban las fuerzas francohispanas ; la república genovesa

entró inmediatamente en la alianza francohispanonapolitana contra Austria.

A favor de Austria estaba Carlos Manuel, Rey de Ccrdeña, quien fué derro-

tado completamente el 28 de septiembre, firmando la paz el 26 de diciembre

con el Plenipotenciario francés, y con lo cual creyó el Marques de Argenson

que Italia quedaba libre de Austria; España era la nación llamada a heredar

las posesiones austríacas en Italia, y fué precisamente la que rechazó indig-

nada los preliminares de Turín, porque la ambiciosa reina Isabel Farnesio

reclamaba también el Milanesado para su hijo segundo. Carlos Manuel vio

fracasada su esperanza de paz y se decidió a seguir luchando; en marzo

renovó sus ataques y a poco le llegaron 30,000 hombres que le remitía María

Teresa de Austria, y los españoles comienzan a perder una tras otra todas

sus conquistas, hasta que el 16 de junio quedan derrotados los ejércitos

francoespañoles cerca de Piacenza. Tres semanas después muere Felipe V.

Rey de España, el día 9 de julio, y lo sucede Fernando VI quien inmediata-

mente mandó un nuevo General a Italia con orden de trasladar el ejército

español a Niza; los franceses se fueron con los españoles y Genova cayó otra

35

Page 38: Asturias Francisco - Belice

vez en manos de los austríacos. Durante este tiempo Inglaterra se sangraba

en la revolución jacobita que estalló contra el poderosísimo gobierno whig, y

Luis XV tuvo tiempo para reorganizar el ejército francés y prepararse a una

lucha victoriosa. En 21 de febrero de 1746 toma Bruselas el Mariscal de Sajo-

rna y en mayo se presenta Luis XV en el teatro de la guerra con 90,000 hombres

y se apodera de Amberes, Mons, Huy, Charleroi y Namur y el 11 de octubre

derrota, el Mariscal de Sajonia y cerca de Raucoux al ejército aliado com-

puesto de austríacos, holandeses, ingleses, hanoverianos y hesseses, al man-

do del príncipe Carlos. Luis XV era dueño absoluto de Bélgica y la supe-

rioridad de sus fuerzas era tan patente que bastó que renunciara a todas

sus conquistas para que se hiciera la paz general. Propuso la paz pero las

conferencias de Breda no progresaban y entonces Luis XV dispuso imponer

la paz por la fuerza y ordenó la invasión de Holanda, el 17 de abril de 1747

pasó la frontera holandesa el Conde de Loewendahl y en menos de un mes

tomó Eecloo, Ysendick, Sas Van Gent y seis fortalezas más. En julio vuel-

ven a ofrecerles la paz sobre la base de la restitución de todas las conquistas,

y la rechazan Inglaterra, Holanda y Austria, y hacen un convenio con Rusia

para obtener 37,000 hombres más y seguir luchando; esta paz la propuso el

Mariscal de Sajonia y al ver que la rechazaban dispuso el ataque a Maes-

tricht, donde se presentó el 13 de abril de 1748. Impotentes para oponer algo

al ejército francés, el mismo Duque de Cumberland aconsejó aceptar la paz

sin contar con los otros aliados, Austria y España, y el 30 de abril de 1748

fueron firmados los preliminares en Aquisgrán por Lord Sandwich por In-

glaterra, Conde de Bentinck por Holanda y el Conde de Saint Severin d'Ar-

gon por Francia. Los puntos capitales de estos preliminares eran:

l9—Se restituyen mutuamente todas las conquistas.

29—Dunquerque podrá ser fortificada por el lado de tierra, pero no

por el lado de mar.

39—Los ducados de Parma y Guastalla, así como la ciudad de Piacen-

za, serán entregados al infante don Felipe de España, etcétera.

49—Se devolverán al Duque de Módena y a la República de Genova(Finale) sus respectivos territorios.

59—El Rey de Cerdeña conserva todos los territorios que se le reco-

nocieron por el tratado de Worms, menos Piacenza y Finale.

69—SE PRORROGA POR CUATRO AÑOS EL ASIENTO (o privi-

legio de importar esclavos negros en América) hecho a favor de

Inglaterra. (Porque al romper la guerra con España faltaban es-

tos cuatro años para cumplir los treinta que debía durar el citado

monopolio.)

79—Se renueva el tratado de garantía de la sucesión protestante en

Inglaterra, firmado entre esta potencia y Francia en 1717.

89—Se garantiza al Rey de Prusia el ducado de Silesia con el condado

de Glatz, etcétera.

36

Page 39: Asturias Francisco - Belice

Este tratado fué ratificado por Inglaterra, Holanda y Francia el 18

de octubre de 1748, España el 20, Austria el 23, Genova el 25, Módena el

28 y Cerdeña el 7 de noviembre.

No obstante la firma del tratado de Aquisgrán por parte de España e

Inglaterra, éstas tenían aún asuntos pendientes de resolución y que Fernan-

do VI deseaba solucionar para alejar todo motivo de guerra o de discordia,

y de ese modo se siguieron las discusiones en un ambiente lleno de muchí-simas dificultades, las cuales fueron vencidas y se terminó el arreglo de los

intereses comerciales, de España e Inglaterra, y se firmó el convenio final

el día 5 de octubre de 1750, en el que se convino (según el Licenciado Pe-

niche^ "en el restablecimiento de los derechos mercantiles de Inglaterra,

supresión de toda novedad en el comercio, renuncia de Inglaterra al asiento

o privilegio para el comercio de negros, y pago por España de 100.000 libras.

aplicables a la compañía del mar del Sur". Según Oncken en su "Historia

Universal", tomo XIV, página 220, "España regula la trata de negros en

favor de Inglaterra; concede además a los ingleses el derecho de asiento en

las Indias españolas, que había sido la causa de la guerra de 1739". Lamen-to lo bastante no haber tenido la buena suerte de conseguir una copia del

tratado de Aquisgrán, porque en él hay una cláusula especial que se refiere

a la evacuación de los territorios ocupados en la costa de Mosquitia y en la

Bahía de Honduras, como vamos a ver en seguida.

Fernando VI, con su carácter conciliador y no deseando ver a España

en guerra, se encastilló en una neutralidad absoluta, que no hubo poder

humano que la menguara. Esta neutralidad fué hábilmente sostenida por

su Ministro de Estado, don José Carvajal, que era de la misma opinión. Las

intrigas de los gabinetes inglés y francés se sucedían con una velocidad es-

pantosa, cada uno hacía esfuerzos inauditos por atraerse a España a su

causa, y de ese modo la Gran Bretaña, apoyada por el embajador español

en Londres, don Ricardo Wall, trataba de hacer una alianza con España; en

vano el Marqués de la Ensenada, que desempeñaba varios ministerios en el

gabinete de Madrid, aspiraba a la unión con Francia, y era enemigo decla-

rado de la alianza con Inglaterra. Pero el 8 de abril de 1754 muere Carvajal

y las intrigas inglesas y los amigos de Wall logran que éste sea nombrado

Ministro de Estado, en substitución de Carvajal. Keene, que era el Minis-

tro inglés ante la Corte de Madrid, aprovechó este lance para desprestigiar

y arruinar al Marqués de la Ensenada, como consideraba necesario para el

logro de sus planes; con esto presentó a Fernando VI una serie de acusa-

ciones contra Ensenada, en una de las cuales se habla de Belice. aunque sin

determinar los derechos de Inglaterra. Después de esto, Keene, dio parte a

su gobierno de las acusaciones que había presentado contra Ensenada y del

efecto que habían producido, en un extenso memorial, del cual algunos pá-

rrafos literalmente dicen: "Puse, pues, en manos de Wall un papel que no

era otra cosa sino una copia exacta de las instrucciones a los Capitanes de la

fragata y del jabeque, que había aprestado según la orden del Virrey de

México, para reunirías a las fuerzas y a los preparativos que hacia el Gober-

nador de Yucatán, con el fin de echar a los ingleses de sus establecimientos

de las orillas del río Wallis, por medio de esta combinación de fuerzas, et-

Page 40: Asturias Francisco - Belice

cétera. Grande fué su asombro al enterarse de este documento. El tiempo,

el modo y las expresiones hostiles que se empleaban en las instrucciones,

todo los aturdió y no quedaba a Ensenada medio ninguno de subterfugios

y efugios. El hecho era evidente; ''¡dos grandes naciones que se creían en

paz, se convertían de repente en enemigas sin sospecharlo! Ambas iban a

experimentar grandes reveses y por culpa del Ministro más indigno que hu-

biese jamás empleado una nación tan grande, ni otra ninguna. En seguida

les presenté varias observaciones que había dirigido tiempo hace a Ensena-

da, cuando me había enterado del proyecto de formar una compañía entre

muchos vasallos de las dos naciones para el corte y venta del palo de Cam-

peche;proyecto que debía ser útil según él, no solamente a los individuos que

comprendían la compañía, sino a la conservación de la amistad entre las dos

coronas. Les informé que fué Ensenada mismo quien frustró este plan del

modo más indecoroso y escandaloso, mandando salir para Cádiz a un trafi-

cante, hombre de un mérito y capacidad extraordinaria, que había venido a

Madrid para solicitar la conclusión de este proyecto, para el cual se había

puesto de acuerdo con varios ingleses que disfrutaban de alta consideración

en el comercio. Para colmo de torpeza, se sirvió Ensenada para este nego-

cio de una persona que no sabía siquiera dónde estaba situado Campeche,

y que no tenía otra cosa más a su favor que el ser protegido de don Juan de

Isla; Oficial Mayor del Ministerio de Marina, pariente lejano del confesor.

Quise instruirles de este negocio, porque el nuevo traía consigo la necesidad

de las vejaciones y la interrupción de la buena armonía que reina entre las

dos naciones, mientras que el antiguo era bonísimo y que lo había califi-

cado yo de inspiración divina, tanto tomaba a pecho el determinar a Ense-

nada a que lo mantuviese. (Peniche.)

1751.—Don Juan José Clou, Marqués de Iscar y Gobernador de Yu-

catán, organizó ese mismo año una escuadrilla de ocho piraguas que al man-

do de don José de Palma hicieron el corso en las desembocaduras del Wallix

:

en 1751 se había apoderado Palma de 43 embarcaciones cargadas de palo,

23 esclavos negros y 160 ingleses, inclusive el Comandante del lugar; apartó

cuatro balandras para el servicio, aprovechó el aparejo de las demás y echó

a pique los cascos. Palma se enfrascó en la persecución de ingleses por el

Wallix, y, cercado por ellos, hubo de capitular: a cambio de la libertad de

sus prisioneros pudo volver a Campeche, con tropas y naves : de su botín de

guerra donó al fuerte de Bacalar seis cañones de a 6, cinco pedreros y unhongo y cayuco grande. (Sinforoso Aguilar, página 84.) Siguiendo al señor

Aguilar tenemos en la misma página, que en 1752, febrero 22, el Gobernador

de Jamaica se quejaba el Earl de Halifax porque habían abandonado la isla

de Roatán, que fortificaban los españoles y a cuya consecuencia intercepta-

ban todos los buques ingleses que se dirigían a la bahía (Belice), lugar este

último "desde donde acaba de llegar un expreso con noticias que desde hace

mucho yo esperaba, sobre que al fin fueron tomados los efectos de los

baymen, y con ellos, presumo sus piraguas y sus gabarras, y eso era lo que

los españoles querían para poder atacar río Negro, cuyo turno, supongo, será

el próximo." Esta relación destruye por completo la afirmación del padre

Juarros (tomo II, página 166), que los ingleses estuvieron en posesión de

38

Page 41: Asturias Francisco - Belice

Roatán desde 1742 hasta 1780. A principios de este año (1752), había venido

el General José Vásquez Prego a reemplazar a don José de Araujo comoGobernador del reino de Guatemala, y en México estaba de Virrey don Juan

Francisco Güemes de Horcasitas, Conde de Revillagigedo, quien se entendía

directamente con el Marqués de la Ensenada.

Y ahora tengo que hacer un ligero paréntesis para explicar un error

involutario que aparece en la primera edición, página 23, línea 15 y siguien-

tes y que tan brillantemente rebate el señor Aguilar (Sinforoso) en las pá-

ginas 85 a 89 de su interesante estudio publicado en la "Revista de la Fa-

cultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de Guatemala". Digo así: "A pesar

de las promesas de Wall, de revocar las órdenes que Ensenada había expe-

dido contra los ingleses de América en 1754, nunca llegó a cumplirlas. Gua-

temala se preparaba para expulsar a los ingleses de su territorio y haciendo

un esfuerzo supremo, reunió 1,500 hombres en el Peten, que marcharon so-

bre Belice en este año de 1754. "La distancia, la falta de caminos y de víve-

res y lo bien preparados que hallaron a los enemigos, hizo que fueran

derrotados los españoles" (Batres Jáuregui—tomo II, página 447. línea 17 y

siguientes). Zamora Castellanos nos dice: "que los 1,500 peteneros fueron

derrotados en Labouring Creek". Por este tiempo el camino de Itza (Flores)

a Belice (Halove) pasaba por Tikal, Cuxuvinic, Holiuc, Labouring Creek;

ese antiguo camino ha sido abandonado para adoptar el nuevo que es de

Flores a Benque Viejo". (Aquí termina mi párrafo.) Naturalmente con esta

"gran victoria inglesa", Sir John Alder Burdon se relame de gusto y no sólo

hace gran descripción de esta batalla y derrota, sino que en el mapa que

publica entre las páginas 154 y 155 del tomo I. indica claramente con las

letras aa "donde los españoles en número de 1,500 hombres la mayoría re-

gulares, bajaron en abril de 1754, del castillo del Peten, para cooperar con

las fuerzas de mar y expulsar a los baymen (beliceños)" y bb, "donde OCHOhombres mantuvieron un puesto durante dos días contra las tropas arriba

indicadas, hasta la llegada de 210 blancos y negros y derrotaron el destaca-

mento entero."

El error propiamente no es mío; Zamora Castellanos, página 64. últi-

mas líneas de la "Vida Militar de Centroamérica" nos dice: "En 1754. los

piratas que habitaban en Belice, volvieron a ser atacados por 1.500 petene-

ros, siendo éstos derrotados en Labouring Creek." Don Antonio Batres Jáu-

regui en "La América Central ante la Historia", nos dice, tomo II. págtn.i

447, 17 línea: "En 1754 se hizo una fuerte intentona a efecto de sacar a los

ingleses de aquel territorio (Belice) yendo mil quinientos hombres del Pe-

ten a atacarlos. La distancia, la falta de caminos y de víveres y lo bien

preparados que hallaron a los enemigos, hizo que fueran derrotados los es-

pañoles." Sin darme cuenta de lo que hacia copie a dichos autores con una

candidez infantil digna de la zurra que tan atinadamente me propina el señor

Aguilar. El señor don Sinforoso Aguilar con una acucia digna de toda ala-

banza pone las cosas en claro y en la página 89 de la tantas veces citada

Revista nos dice: "Repudiemos, pues, el almanaque de 1826. y con él a

Squier y a Bancroft que en él deben de haberse documentado, y. con perdón

de Asturias, reconozcamos, en lugar de los famosos 1.500. a nuestros 200 in-

39

Page 42: Asturias Francisco - Belice

dios flecheros y 150 mestizos : tomémoslos como bien posesionados de la ha-

cienda "San Miguel", y esperemos algunos párrafos para saber por qué

recibieron orden—como otras de este jaez, al parecer incomprensibles—de

abandonar la reconquista y regresar al lugar de su procedencia."

Para que se vea claro lo de los 200 flecheros y 150 mestizos, me voy

a permitir transcribir la descripción que hace el señor Aguilar, copiada de

"México a través de los siglos" (página 85) : "Pero en septiembre del mismo

año (1752), ya substituido el de Iscar por el Mariscal de Campo don Melchor

de Navarrete recibió de manos del Capitán José Alberto Rendón, autorizado

en corso por el de Iscar, un bergantín que con una balandra había tomado

cuando cargaban campeche en Belice, y después de pelear ardorosamente

con sus seis piraguas y un bongo tripulados por 110 hombres: Rendón que-

mó la piragua por inútil, y Navarrete remitió a la casa de contratación de

Cádiz a los ingleses capturados en la acción.

"El Mariscal Navarrete estaba decidido a continuar las hostilidades

contra los ingleses :. solicitó auxilio del Virrey de Nueva España y al Gober-

nador de La Habana, pidiéndoles embarcaciones, y al Presidente de la Au-

diencia de Guatemala para que le enviase por tierra trescientos infantes y

doscientos caballos y además una galera que se llamaba el "San Fernando".

"Habilitó Navarrete una balandra y una galera de doce cañones cada

una, un bergantín, catorce piraguas y dos jabequillos; el Virrey envió la

fragata "Flora" y de La Habana llegó otro jabeque.

"Navarrete creyó pequeña aquella armada, y habilitó dos fragatas más,

la una con veintiocho cañones y la otra con veinte. El Presidente de Gua-

temala envió doscientos indios flecheros y ciento cincuenta mestizos a las

órdenes del Sargento Mayor don Melchor Meneos y del castellano del Pe-

ten don Pedro Montañés y además la galera "San Fernando", un bergantín

de catorce cañones con doscientos hombres de desembarco y una balandra

pequeña con víveres.

"Aquellos aprestos guerreros eran sin duda los más importantes que

hasta entonces se habían hecho contra los ingleses, y el Mariscal Navarrete

pensaba sin duda superar a Figueroa en el éxito de la expedición. La gente

que envió el Presidente llegó hasta las cercanías de la laguna Coba, en don*

de estaban las fronteras del establecimiento inglés; allí comenzaron luego

las hostilidades porque los ingleses y sus esclavos negros se resistieron, y

después de un combate en el que hubo muchos muertos y heridos de am-

bas partes, los guatemaltecos se apoderaron de una hacienda llamada "San

Miguel", que ocuparon hasta que se les previno por el Mariscal Navarrete

regresasen al Peten. La galera "San Fernando", el bergantín y la balandra

que enviaba el Gobernador de Guatemala salieron del puerto de Omoa para

el Quibiquel, pero, sorprendidos por un temporal, la galera volvió de arri-

bada a Omoa, y aunque tentó salir segunda y tercera vez no lo pudo lograr,

por lo que su Comandante, don José de Palma, determinó armar con el

mismo equipaje y guarnición una balandra, una piragua y un bongo, con los

cuales salió a la mar y consiguió incorporarse en Quibiquel con el bergantín

40

Page 43: Asturias Francisco - Belice

y la balandra que habían llegado allí con anterioridad. Reunida ya la es-

cuadrilla de Guatemala emprendió sus operaciones y consiguió apresar cua-

tro embarcaciones inglesas; pero, escaseando los víveres tuvo que regresar

a Omoa."La fragata "Flora" y el jabeque llegaron de La Habana al surgidero

de Cabo Catoche; allí se les reunieron diez y seis embarcaciones menores

que había preparado el Mariscal Navarrete; pero los temporales eran tan

recios y tan repetidos, que la fragata y el jabeque habían tenido grandes

quebrantos, y los jefes de aquella armada determinaron todos de acuerdo

abrigarse en la isla de Cozumel, dando parte al Gobernador de todo. El

Mariscal Navarrete, hombre de carácter enérgico e impetuoso, creyó que

aquel era un pretexto de los Capitanes de la armada, y envió orden para que

sin demora alguna siguiesen su destino. Salió la armada hasta la desembo-

cadura de los ríos Wallix, Hondo y Nuevo, incorporándoseles en su ruta dos

piraguas de guerra que desde Bacalar les envió Navarrete; en el Wallix las

embarcaciones apresaron una fragata, tres balandras, dos goletas y dos bon-

gos. Desembarcó la tropa, y comenzando las operaciones de tierra hizo pri-

sioneros a noventa y cinco ingleses, dos inglesas, veinte negros y tres

negras; se internó el territorio por las dos vegas del río incendiando más de

doscientas rancherías, arrasando todos los sembrados y plantaciones, que-

mando más de doscientos cincuenta mil quintales de palo de tinte y setenta

bongos que servían para el embarque de las maderas, convirtiendo en un

desierto aquel territorio. El Gobernador Navarrete escribió al Rey dando

parte de aquella expedición, y agregando que no fué mayor el botín y la

pérdida de los ingleses, porque con anterioridad habían sentido el movi-

miento y tenido tiempo suficiente para transportar a Jamaica mucha parte

de sus bienes. La expedición regresó a Campeche después de aquellas

operaciones."

"Pero antes veamos qué dice Burdon de la intervención de los gua-

temaltecos (sigue diciendo el señor Aguilar). Hemos visto que en 1751 hubo

de capitular Palma con los ingleses, a quienes dejó en Belice. aunque se

llevó el botín. En febrero del 52 pedía el Gobernador de Jamaica amparo

para los baymen, y ese mismo año fué el ataque inglés a Bacalar: de aquí

la decisión de Navarrete, sobre aniquilar para siempre ese nido de leñado-

res y piratas. Los sucesos relatados por "México a frayes de los siglos" en

los párrafos preinsertos no podían ser sino la preparación militar del esta-

blecimiento permanente de los españoles en la propia desembocadura del

río Belice... pero ya nos dijo Burdon cómo consta en manuscritos ingleses

que en 1752 había procedido el Marqués de la Ensenada "sin conocimiento

del Rey de España."

"Bien. En la nota histórica, página 15 del volumen I de Archives, ex-

plica :

"En 1754, una fuerza española constante de 1.500 desde el Peten in-

vadió el establecimiento y alcanzó hasta Labouting Crcek—véase 5 de sep-

tiembre de 1754— , tributaria del rio Belice. El relato sumario de esto,

escrito el l 9 de agosto en rio Negro—principal establecimiento de la Mos-

quitia, en la costa de Honduras—declara que los baymen tuvieran algún

41

Page 44: Asturias Francisco - Belice

éxito contra los invasores, fueron superados por el número y se retiraron,

regresaron reforzados, hallaron que los españoles se habian marchado, y

se fueron a la Mosquitia. La última frase parece non sequitur. Todo el

relato es difícil de comprender, pero la única cosa cierta es que los baymen

huyeron a río Negro. Esto se deduce del informe de su regreso y restable-

cimiento el 13 de abril de 1755."

Mientras los diplomáticos españoles e ingleses buscaban el modo de

llegar a un acuerdo en las múltiples dificultades que existían entre ambos

gobiernos, sobrevino la conflagración general de Europa, conocida con el

nombre de la guerra de los siete años. Sólo España permanecía neutral y

entonces se redoblaron las intrigas y las ofertas de Inglaterra y Francia con

el objeto de atraer cada una a España a su causa. Francia ofreció a España

Menorca y su apoyo incondicional para recuperar Gibraltar; Inglaterra le

ofreció la devolución de Gibraltar y la evacuación de la costa de los Mos-quitos y de la bahía de Honduras, Wall Ministro de Estado de España, re-

chazó las ofertas de Luis XV; pero al mismo tiempo se vio en dificultades

para someter a la consideración de su Rey las propuestas de Inglaterra, pre-

sentadas por el Ministro inglés en Madrid Sir Benjamín Keene, quien para

el efecto estaba plenamente autorizado por el Ministro de Estado inglés,

Mr. Pitt. Siendo sumamente interesante el informe que los Ministros ingle-

ses elevaron a su Rey, me permito transcribir algunos párrafos que tomo del

capítulo V del Licenciado Peniche y que literalmente dicen: "Habiendo con-

siderado SS. SS. los asombrosos progresos de las armas de Francia, y los

peligros a que Inglaterra y sus aliados se ven expuestos a consecuencia de

la destrucción total del sistema político de Europa, y sobre todo por el des-

arrollo peligroso del influjo de Francia después de la admisión de guarnicio-

nes francesas en Ostende y Newport, pensando SS. SS. que en las circuns-

tancias desgraciadas en que estamos no hay más que la unión íntima con la

corona de España que pueda contribuir poderosamente a la liberación de

España en general, así como a la continuación de la guerra actual, tan justa

y necesaria hasta tanto que la paz pueda fundarse en bases sólidas y honrosas.

Exponen muy humildemente a S. M., con el objeto de conseguir este

fin indispensable, su opinión de que es necesario entablar negociaciones con

la corte española, a fin de comprometerla, si posible fuera, a unir sus ar-

mas a las de S. M. para conseguir una paz justa y honrosa, sobre todo para

recobrar y restituir a la corona de Inglaterra la isla importantísima de Me-norca, con todos sus puertos y fortalezas, no menos que para que restablecer

un equilibrio duradero en Europa. A fin de conseguir este gran objeto, pien-

san SS. SS. que es importante por lo que pueda ser necesario el emprenderen esta negociación con la corona de España el cambio de Gibraltar por la

isla de Menorca, con sus fuertes y fortalezas. Por lo mismo someten tam-

bién asimismo muy humildemente a S. M. su opinión unánime de sondear,

sin pérdida de tiempo, las disposiciones de la corte de España en este asunto,

y en el caso de que se vea que son favorables, el entablar al punto la nego-

ciación de que se trata, terminándola lo más pronto posible con la mayordiscreción. Son de parecer SS. SS. igualmente, que se escuchen las recla-

maciones de España tocante a los establecimientos hechos por los subditos

42

Page 45: Asturias Francisco - Belice

de Inglaterra en la costa de Mosquitos y en la bahía de Honduras, desde el

tratado de Aquisgrán, en octubre de 1748, con la cláusula de que todos los

referidos establecimientos queden evacuados... Son también muy intere-

santes las instrucciones que el Ministro de Estado de Inglaterra Mr. Pitt,

dirige al Ministro inglés en Madrid Mr. Keene, y entre las cuales, y en lo que

se refiere a Mosquitia y Belice, literalmente dice:,"En cuanto a la parte del

informe que dice relación con los establecimientos formados por los ingle-

ses en la costa de Mosquitos y en la bahía de Honduras, notaréis al leer la

copia adjunta de la última nota del caballero Arbeu en que habla de este

asunto, que a pesar de la vaguedad de este escrito, da claramente a entender

al final, que se contentaría la corte por ahora con la evacuación de la costa

de Mosquitos y de los establecimientos hechos hace poco en la bahía de

Honduras; esto es. según él mismo lo entiende, desde la conclusión del tra-

tado de Aquisgrán". Todas estas intrigas no dieron resultado por tres razo-

nes : primero por la posición difícil y falsa en que se encontraba don Ri-

cardo Wall; segundo, por la muerte del Ministro inglés Sir Benjamín Keene,

y tercero, por la muerte de Fernando VI, acaecida en agosto de 1759.

A Fernando VI sucedió su hermano Carlos III, Rey de Ñapóles, quien

al ocupar el trono de España iba animado de los mismos deseos de su an-

tecesor en conservar la neutralidad;pero la situación había cambiado y el

resultado hubo de ser diferente. Carlos III era sumamente cariñoso con su

familia y sentía poco afecto a Inglaterra; ésta había obtenido triunfos sobre

Francia que molestaban a Carlos III por el amor de familia ya citado, y

para colmo Pitt se niega a satisfacer las reclamaciones de España si ésta no

entraba en una alianza con Inglaterra; esto decepcionó al monarca español

y le infundió cierto odio hacia Inglaterra y produjo el desacuerdo natural

entre ambas naciones. El Ministro de Estado francés, Mr. Choiseul, hábil

diplomático y hombre muy astuto, se apercibió en el acto de lo que pasaba

entre las cortes de Londres y Madrid, y con mucho tino renovó la proposi-

ción de ceder Menorca y de contribuir a la recuperación de Gibraltar. ha-

ciendo notar lo conveniente que sería la unión de todos los principes de Ucasa de Borbón. Carlos III oyó con sumo agrado las proposiciones de Mr.

Choiseul, proposiciones que en otra ocasión fueron rechazadas, y aprobó

los preliminares que debían de someterse a Inglaterra para la paz que se

proyectaba, y aceptó el que Francia incluyera en dichos preliminares los

tres puntos que se referían a las diferencias existentes entre España e In-

glaterra.

Estos tres puntos fueron los siguientes:

1"—Restitución de algunos barcos españoles apresados como contra-

bandistas;

2<?—Privilegio de pescar en el banco de Terranova; y,

3?—Demolición de los establecimientos ingleses en la bahía de Hon-

duras.

Mr. Pitt no ignoraba el acercamiento entre Francia y España; pero

sí le sorprendió ver tan adelantados los arreglos entre ambas. A Francia le

contestó haciendo nuevas proposiciones de paz y rechazando la intromisión

4.\

Page 46: Asturias Francisco - Belice

de España que la consideraba como un insulto a la dignidad de Inglaterra,

y al mismo tiempo se dirigía al Ministro inglés en Madrid, el Conde de

Bristol, para que éste pusiera en conocimiento de dicha corte el modo de

sentir de su gobierno, respecto a los tres puntos incluidos en los preliminares

franceses, y a los cuales debia de contestar, en nombre de Inglaterra, en la

siguiente manera

:

Al l p,que los tribunales de Inglaterra estaban siempre abiertos para

resolver las cuestiones de contrabandos

;

Al 29,que lo rechazase como inadmisible; y,

Al 39,que no tenía inconveniente S. M. B. en entrar en un arreglo

equitativo.

Inmediatamente contestó Wall la nota del Conde de Bristol manifes-

tándole que no había nada capaz de destruir su unión con el Gobierno fran-

cés ni de impedir el que los monarcas de la casa de Borbón se diesen

testimonios de amistad, y ya para terminar y refiriéndose a la bahía de

Honduras su lenguaje es tan claro y poco comedido que le dice "Que los

españoles miraban su derecho como incontestable" y "que la conducta de

Inglaterra era igual a lo que entre particulares se llama "ultraje y robo".

Mientras estas notas se cruzaban, Mr. Choiseul llevó a feliz término

el llamado "pacto de familia", firmado el 15 de agosto de 1761 en Versalles,

y por el cual quedan unidos Francia, España, Ñapóles y Sicilia, Parma y

Placencia, cuatro soberanos Borbones, que se garantizaban sus posesiones

y se obligaban a ver como enemigos propios al que lo fuera de cualquiera

de ellos.

Aunque trataron de ocultar el pacto de familia mientras España se

ponía en pie de guerra, Mr. Pitt, lo supo en el acto y deseando adelantarse

a los acontecimientos propuso a su gobierno declarar la guerra inmediata-

mente a los componentes del pacto de familia; pero los demás Ministros,

apoyados por su Soberano Jorge III, se niegan a firmar la declaratoria de

guerra y Pitt no tuvo más camino que retirarse del Ministerio en octubre

de ese año. Lo substituye el Conde de Bute, Ministro del Interior, y en

enero de 1762 se ve obligado a declarar la guerra a España, y los demás

Ministros aceptan lo que le habían negado a Pitt.

En la página 26 c'ecía yo : "La guerra fué desastrosa para España, que

sufrió revés tras revés, perdiendo Cuba y las Filipinas; tomada Cuba: los

ingleses enviaron tropas de Cuba y Jamaica a fortificar Belice y de este

modo se consumó la usurpación." Y el señor Aguilar pregunta en la página

104 de la Revista: "Ningún autor cita Asturias, ¿dónde habría esta informa-

ción?" Y para evitar dudas manifiesto que este párrafo lo saqué de la si-

guiente información del capítulo VI de don Manuel Peniche y que literal-

mente dice : "A la publicación del pacto de familia siguió la declaración de

guerra mutua entre Inglaterra y España. Los efectos de política tan impru-

dente vino a sentirlos la América, pues aquí se desarrollaron los proyectos

del Ministro inglés. La Habana fué ocupada después de largos combates,

en que si bien cupo gloria a los soldados españoles, dieron por resultado

la completa ocupación de la ciudad en 13 de agosto de 1762, por los soldados

44

Page 47: Asturias Francisco - Belice

de la Gran Bretaña, auxiliados oportunamente con 4.000 angloamericanos.

España recibió golpe tras golpe en sus posesiones de América, sin que las

fuerzas francesas le pudieran prestar auxilio alguno eficaz. La campañaque hicieron las escuadras inglesas fué tan rápida, que no dio lugar a que

se remitiesen fuerzas de Yucatán a La Habana, como se había ordenado.

Los ingleses posesionados de Cuba mandaron refuerzos a Belice. y también

de Jamaica remitieron algunos con los cuales se fortificó formalmente aque-

lla colonia y se consumó la usurpación de nuestro territorio."

El Conde de Bute, que como Ministro del Interior, había quedado al

frente del gabinete en octubre de 1761, por renuncia de Guillermo Pitt. es

nombrado Ministro en mayo de 1762; y desea terminar las hostilidades, por-

que ve que Inglaterra, aunque victoriosa, tiene agotado su tesoro y los re-

clutamientos son difíciles; Mr. Choiseul desea también la paz al ver que el

pacto de familia no es más que un completo fracaso; y con los mismos de-

seos entran en pláticas (Inglaterra y Francia) y después de seis semanas de

negociaciones, firman los preliminares de paz en Fontainebleau el 3 de no-

viembre de 1762 en que también firma España. El 10 de febrero de 1763 se

firma en París el tratado de paz definitivo entre Francia. España. Inglaterra

y Portugal; se hacen varios cambios y devoluciones, y España para recu-

perar Cuba y Filipinas, tiene que ceder a Inglaterra la Florida y la Bahía

de Pensacola, y reconoce el derecho de los ingleses para cortar madera en

la Bahía de Honduras y en los demás puntos del territorio español, y con-

signado en el artículo 17, que literalmente dice: "Articulo 17.—Su Majestad

Británica hará demoler todas las fortificaciones que sus vasallos puedan

haber construido en la Bahía de Honduras y otros lugares del territorio de

España en aquella parte del mundo, cuatro meses después de la ratificación

del presente tratado; y Su Majestad Católica no permitirá que los vasallos

de Su Majestad Británica o sus trabajadores sean inquietados o molestados

con cualquier pretexto que sea en dichos parajes, en su ocupación de cortar

cargar y transportar el palo de tinte o de Campeche; y para este efecto

podrán fabricar sin impedimento, y ocupar sin interrupción las casas y al-

macenes que necesitaren para sí y para sus familias y efectos; y su dicha

Majestad Católica les asegura en virtud de este articulo el entero goce de

estas conveniencias y facultades en las costas y territorios españoles como

queda arriba estipulado, inmediatamente después de la ratiÍK.uion de este

tratado." Este tratado lo firmó en representación de España, el Marqués de

Grimaldi.

En 1773 el pueblo de las colonias americanas se indigna con el im-

puesto sobre el té y se abstiene del consumo con el objeto de no pagar

los derechos; el día 18 de diciembre do esto .iño el pueblo de Boston. Mas-

sachussets, arroja al mar el cargamento de té de tres buques pertenecientes

a la Compañía inglesa y con esto se inicia la revolución, que es seguida de

la guerra de independencia proclamada el dia 4 de julio de 1776 por el Con-

greso de Filadelfia.

Ese mismo año (1776) y para su mejor administración. España mo-

difica la división política de sus colonias en América, quedando del siguiente

modo: el país del Rio de la Plata, con Buenos Aires, formará un virreinato

45

Page 48: Asturias Francisco - Belice

separado del Perú, como Nueva Granada con Quito, que tiene un Virrey

desde 1739, en la América del Norte no hay más que el virreinato de México.

Creación de ocho capitanías generales independientes de los virreinatos : 1*,

Nuevo México con Santa Fe; 2^, Guatemala, 3^, Chile; 4^, Caracas; 5^, Cuba

y La Habana; 6*, Puerto Rico; 7^ Santo Domingo; y, 8*, Luisiana y la

Florida.

Los Estados Unidos siguen luchando por su independencia y no es-

tando aun seguros del triunfo, mandan en 1778, a Franklin como embajador

especial a Francia para hacer propaganda en favor de la causa americana;

Franklin obtiene el éxito más completo en su misión y la causa americana

despierta tal entusiasmo en Francia que se alista gran cantidad de volunta-

rios, entre la nobleza, que marchan con el Marqués de La Fayette a la ca-

beza. El mismo Gobierno francés, simpatizando con la independencia ame-

ricana, declara la guerra a Inglaterra el 24 de mayo de 1778.

Carlos III se encontraba en una posición muy difícil: por un lado te-

nía las obligaciones impuestas por el pacto de familia y por el otro lado el

muy natural presentimiento de que la idea de independencia y libertad de

los Estados Unidos, contaminaría muy pronto a los habitantes de todas las

colonias de España en América. El Gobierno francés hacía presión a Carlos

III para que declarara la guerra a Inglaterra; pero este monarca se limitaba

a ofrecer su mediación y comenzó una serie de negociaciones que no dieron

resultado. Aunque España se preparaba para la guerra, no desistía de pro-

curar un arreglo, y cuando vio que esto no era posible, propuso una tregua

de 25 años que tampoco dio resultado. No quedó más recurso al Rey de

España que declarar la guerra a Inglaterra, como lo hizo el día 16 de junio

de 1779, indicando como motivo principal, los excesos que los ingleses ha-

bían cometido en la bahía de Honduras. Debemos de convenir en que Es-

paña no declaró la guerra únicamente por cumplir con cjl pacto de familia,

sino porque tenía la misma opinión de Francia, de que era llegado el mo-mento de concluir con el poder marítimo de Inglaterra.

Antes de describir, aunque sea a la ligera, las importantes campañasde Belice, Roatán, Omoa y Nicaragua, que siguieron a la declaratoria de

guerra, creo muy conveniente decir dos palabras sobre la situación de Gua-

temala y México y de sus Gobernadores, para mayor claridad en los hechos

que se desarrollan.

Como Ministro Universal de Indias se encontraba el célebre don José

de Gálvez, hermano del egregio militar don Matías de Gálvez. Don José,

deseando colocar a sus familiares en los mejores puestos, había colocado

ya a don Bernardo de Gálvez, hijo de don Matías (y no sobrino, como dice

Serrano y Sanz, tomo L, página 136), como Gobernador de la Luisiana ypara su hermano Matías se había reservado el virreinato de Nueva España.

A la sazón era Presidente de Guatemala don Martín de Mayorga y Virrey

de Nueva España don FREY ANTONIO MARÍA DE BUCARELI Y URSUA,Bailío de la orden de San Juan, hombre distinguidísimo pero de muy avan-

zada edad, y que era Virrey de Nueva España desde el 23 de septiembre de

46

Page 49: Asturias Francisco - Belice

1771. Don José de Gálvez sabía muy bien la edad y estado de salud de FreyAntonio de Bucareli y Ursíia y para no llamar la atención y que el gobiernono se apercibiera de que quería colocar a su hermano don Matías, en el

virreinato de Nueva España, nombró a su citado hermano Presidente deGuatemala, y a la vez envió el PLIEGO DE MORTAJA a México. Era cos-

tumbre, en aquellos tiempos enviar el "pliego de mortaja** el cual pliego se

abría a la muerte del Virrey, y en el cual se designaba a la persona quedebía de substituirlo. Don Matías se puso en camino para Guatemala a me-diados de 1778, recibiendo el nombramiento de Presidente a principios de1779, siendo; Jefe del ejército colonial, mientras su hermano José veía el

modo y encontraba la ocasión para eliminar a don Martín de Mayorga. Enestas y las otras muere Bucareli el 9 de abril de 1779 y se abrió inmediata-

mente el "pliego de mortaja" y en él se encontró nombrado para substi-

tuirlo "EL PRESIDENTE DE GUATEMALA" que en esos momentos era

precisamente don Martín de Mayorga : se envió al instante un correo co-

municándole su nombramiento, haciéndose cargo del Gobierno de México

y mientras llegaba don Martín de Mayorga, el Primer Regente de la Audien-

cia don Francisco Roma y Rosell. En Guatemala no tuvieron que pensar

en el substituto dé Mayorga, puesto que ya estaba nombrado don Matías

de Gálvez; y a esta coincidencia debió Guatemala la suerte de haber tenido

al frente de sus destinos al distinguido militar, Coronel don Matías de Gál-

vez, que tan brillantemente dirigió las campañas de Omoa, Roatán y Nica-

ragua. Esta casualidad le valió a don Martín el odio del Ministro, quien

viendo frustrados sus planes, lo hostilizó de todos modos, reduciéndole el

sueldo a la mitad "por su calidad provisoria" hasta el 29 de abril de 1783 en

que entregó el virreinato a don Matías de Gálvez, retirándose todo decep-

cionado a Madrid, a donde tampoco llegó por haber muerto en Cádiz.

Apenas declarada la guerra, España dio orden al Gobernador de Yu-

catán de atacar a los ingleses de Belice, y al Virrey de México de dar todos

los auxilios posibles a Yucatán y Guatemala, orden tanto más razonable.

cuanto que Guatemala se encontraba en muy difícil situación por el terre-

moto del 29 de junio de 1773 que había arruinado a su hermosa capital,

segunda ciudad de América por su población c importancia.

Los habitantes de Belice se prepararon inmediatamente; fortificaron

la entrada del río y el cayo Cocina o de San Jorge (que era donde tenia

su principal población), y concluidas las fortificaciones comenzaron a pre-

parar una expedición con el objeto de conquistar Bacalar, única población

española que había desde el cabo Catoche hasta el golfo Dulce, para tener

una base, como en 1727, y poder internarse en la península de Yucatán y

extender los dominios de Belice.

De Gobernador interino de Yucatán se encontraba don Roberto Riv.is

Betancourt, hombre muy activo y buen organizador, y fué recibiendo las

órdenes de España y preparando la expedición con tanta actividad que antes

de que los ingleses terminaran los preparativos para la invasión de Bacalar,

ya se encontraba Rivas en esta villa preparándose a la ofensiva.

47

Page 50: Asturias Francisco - Belice

El Virrey Mayorga que sentía especial cariño por Guatemala hizo

cuanto pudo por reunir elementos y remitirlos a Rivas para la expulsión de

los ingleses de Belice, y así tenemos que hasta el 26 de septiembre de ese

año (1779) ya había remitido quinientos quintales de pólvora y cien mil pe-

sos en efectivo.

Con todos sus elementos de guerra, que en realidad no eran muchos,

se embarcó el Gobernador con 800 hombres que había reunido, en una flo-

tilla de piraguas y canoas y se dirigió a Bacalar donde desembarcó sin nove-

dad. Inmediatamente atacó a los ingleses en Río Hondo, de donde los

desalojó sin mayor dificultad;pero no podía emprender el ataque a Cayo

Cocina con las piraguas y canoas que había traído, y dispuso apresar dos

goletas y una balandra que armó en el acto y en las cuales y otras embar-

caciones auxiliares, embarcó trescientos hombres con orden de atacar el

Cayo de San Jorge; lo que hicieron con buen éxito, ocupándolo el día 15

de septiembre de 1779. Allí apresaron a los alcaldes, las principales familias

de la población, trescientos negros esclavos, cinco embarcaciones y muchos

efectos, y hubieran aumentado el botín si en esos momentos no se hubiesen

presentado los auxilios que enviaba el Gobernador de Jamaica compuestos

de dos fragatas y un bergantín de 28 cañones, y entonces la flotilla de Rivas

salió inmediatamente de esa para Bacalar para salvar lo que ya tenía en su

poder. Rivas ordenó desalojar a los ingleses de Río Nuevo y así lo hicieron

quemando más de cuarenta rancherías, apresó un bergantín de catorce ca-

ñones, y con éste quiso capturar otro de 28, pero desgraciadamente varó el

de 14 y no pudo proseguir.

Mientras esto pasaba en Belice, don Bernardo de Gálvez, atacaba las

fortalezas de Mánchale y de Baton Rouge hasta obtener su capitulación. En1781 se apoderó de la plaza de Pensacola, y con esta victoria logró que la

Florida volviese al dominio de España.

Vemos que tanto en la Florida como en Belice, fueron los españoles

los que atacaron; pero no sucedió lo mismo en Omoa y Nicaragua, donde los

ingleses tomaron la ofensiva y con fuerzas considerables. El 25 de sep-

tiembre se presentaron los ingleses ante el castillo de San Fernando de

Omoa, que atacaron inmediatamente, siendo rechazados por el valiente Co-

mandante Desneaux; pero pronto volvieron con más fuerzas, 12 navios ymuchos indios moscos y zambos, auxiliares; atacaron el 16, pero debido a

una fuerte avería de un buque y de haber varado otro, que sacaron con gran

dificultad, reanudaron el ataque hasta el 19, ordenando antes que los indios

moscos y zambos pasaran por Puerto Caballos a ocupar las lomas inmedia-

tas a la fortaleza, y con la estrategia de los asaltantes y la deserción de

algunos defensores capituló el 20 de octubre, y que según Mariana y Chaoen su "Historia de España", tomaron posesión de la fortaleza y de más de

tres millones de pesos y de las mercaderías que había en los buques, el 24

del mismo mes. Don Roberto Rivas acudió en auxilio del castillo; pero

llegó tarde, cuando todo había sido transportado al navio inglés "Leviatan"

y éste se había hecho a la vela. Afortunadamente naufragó, y Rivas que

iba en su seguimiento pudo recobrar todo.

48

Page 51: Asturias Francisco - Belice

Al tener noticia de la capitulación del Castillo de Oraoa, el Capitán

General don Matías de Gálvez, dispuso pasar a dirigir él mismo las opera-

ciones, y con la gente que pudo conseguir se puso en marcha y después de

algunos días de sitio tomó la fortaleza el día 29 de noviembre del propio

año. A poco de este triunfo recibe noticias de que los ingleses penetraban

por la costa oriental de Nicaragua, y aunque, quiso marchar en el acto, hubode esperar hasta recibir diez mil fusiles que esperaba de Cuba, y que lie-

garon cuando estaba en San Pedro Sula. Acto continuo se dirigió a Coma-yagua en donde reunió las milicias y dispuso al mismo tiempo dos expedi-

ciones : una de 450 hombres al mando de don Cayetano Anzoátegui y otra

de 350 al de don Vicente Arizapalga, con objeto de que destruyeran todos

los establecimientos ingleses y así nulificar la alianza que habían hecho con

los moscos y zambos. Los Comandantes tenían la mejor intención de cum-

plir, pero encontraron muchísimas dificultades con la falta de caminos y lo

bien preparados que estaban los ingleses y mayormente operando en tierra

donde todos los indios, aliados de los ingleses, servían el espionaje maravi-

llosamente. Entre tanto recibe noticias don Matías de Gálvez de la gran

expedición organizada para ocupar el lago de Nicaragua, compuesta de 400

ingleses y 600 zambos y mosquitos, al mando del Coronel Polson y en la cual

tomó parte Horacio Nelson. Atacaron el castillo y después de la heroica de-

fensa de su Comandante don Juan de Ayssa capituló; el 3 de mayo de 1780

fueron embarcados los prisioneros en canoas y piraguas, tripuladas por zam-

bos y custodiados por un piquete de treinta soldados ingleses al mando de

un Sargento. £1 28 de marzo de ese año llegó la flotilla al puerto de San

Juan del Norte y comenzó la campaña del Castillo de San Juan. El diario

de esta campaña se encuentra en la "Gaceta de Guatemala'', de 1857, nú-

meros 6 y siguientes.

Al mismo tiempo que esto pasaba en Nicaragua, el General Gálvci

organizaba "otra expedición dirigida a las costas del Norte de Honduras.

con objeto de desalojar a los ingleses de la comarca de Mosquitos y de la

isla de Roatán, y al efecto, partió de Guatemala y por el' camino de San

Pedro Sula llegó a Trujillo en marzo de 1782. Después de corta pero glo-

riosa campaña, en el mismo mes de marzo, los seiscientos soldados guate-

maltecos de que se componía la expedición, recuperaron, por capitulación

de los ingleses, aquella isla. A fines de marzo, catorce buques españoles re-

tornaron al Continente a las tropas victoriosas, que el Presidente Gálvex

llevó contra los ingleses y moscos de los fuertes de Criba y de Quepriba, en

la comarca de río Tinto de los cuales se apoderó pronto, y extendió sus ope-

raciones militares por las costas orientales de Nicaragua. Poco después los

ingleses recuperaron esa comarca". (J. Antonio Villacorta G.—"Curso de

Historia de la América Central".)

Inglaterra, Francia y España estaban cansadas de las guerras y todas

deseaban la paz, tanto más cuanto que los Estados Unidos yi hablan obteni-

do su independencia y Francia y España veían fracasados sus planes de

aniquilamiento de Inglaterra; aun el sitio de Gibraltar. por reveses de la

suerte, tuvieron que abandonarlo en septiembre de 1782. y con esto y los

deseos de paz, comenzaron las pláticas, firmando los preliminares el 30 de

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enero de 1783, a los cuales siguió el tratado definitivo de paz firmado en

Versalles el 3 de septiembre del mismo año. El articulo 69 que copio lite-

ralmente de la obra del señor Licenciado don Antonio Batres Jáuregui, y

que confirma en todas sus partes el articulo 17 del tratado de Paris de 1763,

dice: "Siendo la intención de las altas partes contratantes precaver en cuan-

to es posible todos los motivos de queja y discordia a que anteriormente ha

dado ocasión el corte de palo de tinte o de campeche, habiéndose formado

y esparcido muchos establecimientos ingleses en el continente español; se

ha convenido expresamente que los subditos de S. M. Británica tendrán

facultad de cortar, cargar y transportar el palo de tinte en el distrito que se

comprende entre los ríos Wallix o Bellese y Río Hondo, quedando el curso

de los dichos dos ríos por límites indelebles, de manera que su navegación

sea común a las dos naciones: a saber: el río "Wallix" o "Bellese" desde

el mar, subiendo hasta frente de un lago o brazo muerto que se introduce

en el país, y forman un istmo o garganta con otro brazo semejante de hacia

"Río Nuevo" o "New River", de manera que la línea divisoria atravesará en

derechura el citado istmo, y llegará a otro lago que forman las aguas de "Río

Nuevo" o "New River" hasta su corriente y continuará después la línea por

el curso de "Río Nuevo". Descendiendo hasta el frente de un riachuelo,

cuyo origen señala el mapa entre "Río Nuevo" y "Río Hondo" y va a des-

cargar en "Río Hondo", el cual riachuelo servirá también de límite común

hasta su unión con "Río Hondo" y desde allí el "Río Hondo" descendiendo

hasta el mar, en la forma que todo se ha demarcado en el mapa que los

Plenipotenciarios de las dos Coronas han tenido por conveniente hacer uso

para fijar los puntos concertados, a fin de que reine buena correspondencia

entre las dos naciones, y los obreros, cortadores y trabajadores ingleses no

puedan propasarse por la incertidumbre de límites. Los comisarios respec-

tivos determinarán los parajes convenientes en el territorio arriba desig-

nado para que los subditos de S. M. Británica empleados en el beneficio

del palo puedan sin embargo fabricar allí las casas y almacenes que sean

necesarios para ellos, para sus familias y para sus efectos: y S. JVL. Cató-

lica les asegura el goce de todo lo que se expresa en el presente artículo;

bien entendido que estas estipulaciones no se considerarán como deroga-

torias en cosa alguna de los derechos de su soberanía. Por consecuencia de

esto, todos los ingleses que puedan hallarse dispersos en cualesquiera otras

partes, sea del continente español o sea de cualesquiera islas dependientes

del sobredicho continente, y por cualquiera razón que fuere sin excepción,

se reunirán en el territorio arriba circunscrito en el término de diez y ocho

meses contados desde el cambio de las ratificaciones : para cuyo efecto se

les expedirán órdenes por parte de S. M. Británica; y por la de S. M. Católica

se ordenará a sus Gobernadores que den a los dichos ingleses dispersos todas

las facilidades posibles para que se puedan transferir al establecimiento

convenido en el presente artículo, o retirarse a donde mejor les parezca. Se

estipula también que si actualmente hay en la parte designada fortificacio-

nes erigidas anteriormente, S. M. B. las hará demoler todas y ordenará a

sus subditos que no formen otras nuevas. Será permitido a los habitantes

ingleses que se establezcan para la corta de palo, ejercer libremente la

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pesca para su subsistencia en las costas del distrito convenido arriba, o en

las islas que se hallen frente del mismo territorio, sin que sean inquietados

de ningún modo por eso ; con tal de que ellos no se establezcan de maneraalguna en dichas islas.

"La transcripción de este artículo, fechada en San Ildefonso el 12 de

septiembre de 1783, fué dirigida a la Audiencia de Guatemala, por conducto

del Conde dej Aranda, a la sazón Plenipotenciario de España en Francia,

quien, con fecha 29 del mismo mes y año, escribió al pie de la nota estas

líneas

:

"Versalles, 19 de septiembre de 1783. En este día se han canjeado

las ratificaciones de sus Majestades Católica y Británica.—El Conde Aranda.

"Tal es la fecha a partir de la cual se contaron los 18 meses que es-

tablece el plazo para concentrarse los ingleses al distrito designado, con-

forme el artículo 69 del tratado.

"El 24 de octubre siguiente remitieron de España a Guatemala el tra-

tado completo, un precioso mapa manuscrito de los terrenos designados en

dicho artículo, y copias auténticas de las órdenes expedidas por Mr. Nortrt

Ministro inglés, al Gobernador de Jamaica, relativas a la concentración de

los ingleses. Estas órdenes están fechadas en Whitehall, el 30 de septiem-

bre de 1783."

No me parece de más manifestar que los límites estipulados en el

presente tratado no fueron definitivos, sino que quedaron pendientes de

ulterior arreglo. No obstante eso enviaron ambos gobiernos los comisarios

que debían demarcar los límites y las dos comisiones trabajaron a satis-

facción de ambas partes, colocando algunas grandes mojoneras. Los limites

quedaron marcados, y de acuerdo con el tratado de Versalles, asi: desde la

desembocadura del Río Viejo o de Belice, río arriba hasta su confluencia

con el Labouring Creek; se sigue el Labouring Creek, rio arriba hasta la

confluencia del Yalbac Creek con un arroyo que viene del Norte; de esta

confluencia Norte franco hasta el Ramgoat Creek; se sigue el Ramgoat

Creek en su curso hasta su desembocadura en el New River Lake ; se sigue

la orilla oriental del New River Lake hasta su parte más septentrional desde

donde se toma Oeste franco hasta encontrar el Booths River que. en este

punto, ya va unido al Bravo River; se sigue el Booths River en su curso has-

ta su confluencia con el Blue Creek o Arroyo Azul, que desde aquí toma el

nombre de Río Hondo; y se sigue el curso del Rio Hondo hasta su desembo-

cadura en el mar.

Me parece muy oportuno consignar que el precioso mapa manuscrito

que enviaron y que era donde estaban marcados los limites, venia firmado

por el Conde de Aranda, y el Río Hondo traía el nombre abajo de la linca

que lo marcaba y arriba traía el siguiente letrero: "ULTIMO DE LA PRO-VINCIA DE YUCATÁN", cosa que hay que tener presente para cuando trate

de las pretensiones de algunos mexicanos.

El Conde de Aranda era un hombre muy perspicaz y político de

gran talento. Al concluirse la paz de Versalles dio al Rey un dictamen re-

servado sobre la independencia de las colonias, y en el cual le manifestaba

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lo impolítica que había sido la ayuda de Francia y de España. Ese docu-

mento que en aquel tiempo fué muy interesante, hoy tiene los contornos de

una verdadera profecía, y por su importancia paso a reproducirlo. Dice así:

"Esta república federativa (refiriéndose a los Estados Unidos) ha nacido,

digámoslo así, pigmea, porque le han formado y dado ser dos potencias

poderosas como son España y Francia auxiliándola con sus fuerzas para

hacerse independiente; mañana será gigante conforme vaya consolidando

su constitución y después un coloso irresistible en aquellas regiones; en este

estado se olvidará de los beneficios que ha recibido de ambas potencias y

no pensará más que en su engrandecimiento. La libertad de religión, la

facilidad de establecer las gentes en terrenos inmensos y las ventajas que

ofrece aquel nuevo gobierno llamarán a labradores, artesanos de todas na-

ciones, porque el hombre va a donde piensa mejorar de fortuna, y dentro

de pocos años veremos con el mayor sentimiento levantado el coloso que he

indicado. Engrandecida dicha potencia angloamericana, debemos creer que

sus primeras miras se dirigirán a la posesión entera de las Floridas para

dominar el seno mexicano. Dado este paso no sólo interrumpirá el comercio

con el reino de México siempre que quiera, sino que aspirará a la conquista

de aquel vasto imperio, el cual no podemos defender desde Europa contra

una potencia grande, formidable, establecida en aquel continente y confi-

nante con dicho país. Estos, señor, no son temores vanos, sino un pronós-

tico verdadero de lo que ha de suceder infaliblemente dentro de algunos

años, si antes no hay un trastorno en América. La condición humana es la

misma en todas partes y en todos los climas. El que tiene poder y facultad,

de adquirir, no lo desprecia; y supuesta esta verdad ¿cómo es posible que

las colonias americanas cuando se vean en estado de conquistar el reino de

México se contengan y nos dejen en pacífica posesión de aquel rico país?

No es esto creíble; y así la sana política dicta que con tiempo se precavan

los males que puedan sobrevenir."

Y para evitar la pérdida de las ricas colonias, proponía el entendido

Ministro de España en París que se independieran de España, formando un

reino en México, otro en Perú y un imperio en las demás posesiones sud-

americanas, conservando tan sólo Cuba, Puerto Rico y algún punto en el

continente del Sur. Que a estas nuevas nacionalidades se les impusiera un

tributo y se colocara en sus tronos a príncipes de la familia real de España,

con obligación de celebrar recíprocos enlaces matrimoniales para conservar

la paz y armonía. (Luis Pérez Verdía.)

Poco tiempo después del tratado de Versalles, se entablaron nego-

ciaciones directamente entre España e Inglaterra, para arreglar definitiva-

mente los puntos que había sin resolución en el tratado de paz. Era uno,

y sin duda el principal, la devolución de Gibraltar, que Florida Blanca, como

homenaje a su Soberano, trataba de conseguir. Hizo cuanto pudo para lo-

grar su objeto, y a cambio de Gibraltar ofreció Puerto Rico, Caracas, gran-

des privilegios comerciales, y hasta romper el pacto de familia, pero el

Gobierno inglés se mostró inflexible y no accedió, y entonces Florida Blan-

ca, convencido de lo estéril de sus gestiones, se resignó a terminar el tratado

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de límites en la bahía de Honduras; que, como ya dije, no habían sido defi-

nitivos en el tratado de Versalles ; este tratado, conocido con el nombre de"Convención de Londres", fué firmado en Londres el día 14 de julio de1786, y por el cual se amplió la concesión del 83 con el territorio compren-dido entre los ríos de Belice y Sibún, y se permitió a los ingleses ocupar el

Cayo Cocina o de San Jorge. Los límites quedaron así: desde la desembo-cadura del río Sibún, río arriba hasta su nacimiento; de allí Norte (?) franco

hasta encontrar el río de Belice; se sigue el curso de este río hasta su con-

fluencia con el Labouring Creek, desde donde siguen como se indica en el

tratado de 1783. He puesto un signo de interrogación en Norte franco, por-

que a punto fijo no sé cuál es la línea verdadera: en la "Convención de

Londres" dice que "desde el nacimiento del río Sibún en LINEA RECTAhasta el río Belice" y encontrándose el río Sibún al Sur del rio Viejo, lo

natural es unirlos por una línea de Norte franco; de otro modo habrían in-

dicado su dirección; pero al marcar los límites, como lo veremos más ade-

lante, los encargados de hacerlo llegaron al nacimiento del Sibún. pero no

pudieron descender en línea recta por las dificultades del terreno, y no

les "quedó más arbitrio que descender en diagonal" con dirección Sureste-

Noroeste "para encontrar salida por el estero*' del Rorer Creek; este RORERCreek debe ser el ROARING CREEK actual, puesto que siguiendo la dia-

gonal Sureste-Noroeste del nacimiento del Sibún, se llega al Roaring Creek.

Después de lo escrito en 1925, he visto varios mapas y entre otros

el del tomo I de "Archives of British Honduras" entre las páginas 154 y 155.

hecho por un bayman y según las estipulaciones del Convenio de Londres

de 14 de julio de 1786, y en ese mapa la linea que del rio Sibún corre al rio

Viejo o de Belice es NORTE FRANCO, con lo cual quedan plenamente con-

firmadas mis sospechas, de que no habiendo hecho ninguna indicación es-

pecial de la dirección de la línea y estando el Sibún al Sur del Belice o Viejo.

lo natural era unirlos por una línea Norte franco.

En este mismo convenio de Londres, España obtuvo la promesa de la

desocupación por los ingleses de la costa de los Mosquitos y de cualquiera

otra parte del continente en que se hubiesen instalado los ingleses. Ademásse expresaba claramente cuáles eran los derechos que se concedían a los

ingleses en el territorio permitido y deslindado y que se reducía al aprove-

chamiento de los productos naturales del terreno, quedando expresamente

prohibido cualquier cultivo, asi como el establecimiento de fábricas o manu-

facturas movidas por molinos, máquinas o de cualquier otro modo. Por el

artículo 49 quedaba estrictamente prohibida la construcción de fortaleza

alguna y ni siquiera se permitía a los colonos tener alguna pieta de artille-

ría, ni mantener tropa de clase alguna. Por el articulo 7° te prohibía tam-

bién a los colonos establecer cualquier clase de gobierno, fuera civil o militar.

Para mayor claridad reproduzco integra la "Convención de Londres"

firmada el 14 de julio de 1786:

"Convención concluida entre Su Majestad Católica y el Rey de la Gran

Bretaña, para explicar, ampliar y hacer efectivo lo estipulado en el articulo

69 del tratado definitivo de paz del año de 1783.

55

Page 58: Asturias Francisco - Belice

Los Reyes de España y de Inglaterra, animados de igual deseo de

afirmar por cuantos medios pueden la amistad que felizmente subsiste en-

tre ambos y sus reinos; y deseando de común acuerdo precaver hasta la

sombra de desavenencia que pudiera originarse de cualesquiera dudas, ma-

las inteligencias u otros motivos de disputas entre los subditos fronterizos

de ambas monarquías, especialmente en países distantes, cuales son los de

América : han tenido por conveniente arreglar de buena fe en un nuevo con-

venio los puntos que algún día pudieran producir aquellos inconvenientes,

que frecuentemente se han experimentado en tiempos anteriores. A este

efecto ha nombrado el Rey Católico a don Bernardo del Campo, Caballero

de la distinguida Orden de Carlos III, Secretario de ella, y del Supremo

Consejo de Estado, y su Ministro Plenipotenciario cerca del Rey de la Gran

Bretaña; y su Majestad Británica ha autorizado igualmente al muy noble

y muy excelente señor Francisco, Barón Osborne de Kiveton, Marqués de

Carmarthen, su Consejero privado actual, y principal Secretario de Estado,

del Departamento de Negocios Extranjeros, etcétera, etcétera, quienes ha-

biéndose comunicado mutuamente sus respectivos poderes, dados en debida

forma, han convenido en los artículos siguientes:

Artículo l9—Los subditos de su Majestad Británica, y otros colonos

que hasta el presente han gozado de la protección de Inglaterra, evacuarán

los países de Mosquitos igualmente que el continente en general, y las islas

adyacentes, sin excepción, situadas fuera de la línea abajo señalada, como

que ha de servir de frontera a la extensión del territorio concedido por Su

Majestad Católica a los ingleses para los usos especificados en el artículo

39 de la presente Convención, y en aditamento de los países que ya se les

concedieron en virtud de las estipulaciones en que convinieron los comisa-

rios de las dos coronas el año de 1783.

Artículo 29—El Rey Católico, para dar pruebas por su parte al Reyde la Gran Bretaña, de la sinceridad de la amistad que profesa a S. M. y a

la Nación británica, concederá a los ingleses límites más extensos que los

especificados en el último Tratado de Paz; y dichos límites del terreno au-

mentado por la presente Convención se entenderán de hoy en adelante del

modo siguiente

:

La línea inglesa, empezando desde el mar, tomará' el centro del río

Sibún o Javón, y por él continuará hasta el origen del mismo río : de allí

atravesará en línea recta la tierra intermedia hasta cortar el río Wallis; ypor el centro de éste bajará a buscar el medio de la corriente hasta el

punto donde debe tocar la línea establecida ya, y marcada por los comisa-

rios de las dos coronas en mil setecientos ochenta y tres: cuyos límites, se-

gún la continuación de dicha línea, se observarán conforme a lo estipulado

anteriormente en el Tratado Definitivo.

Artículo 39—Aunque hasta ahora no se ha tratado de otras ventajas

que la corta de palo de tinte; sin embargo S. M. Católica, en mayor demos-tración de su disposición a complacer al Rey de la Gran Bretaña, concederá

a los ingleses la libertad de cortar cualquiera otra madera, sin exceptuar la

caoba y la de aprovecharse de cualquiera otro fruto o producción de la tie-

56

Page 59: Asturias Francisco - Belice

rra en su estado puramente natural y sin cultivo, que transportado a otras

partes en su estado natural pudiese ser un objeto de utilidad o de comercio,

sea para provisiones de boca o sea para manufacturas. Pero se convieneexpresamente en que esta estipulación no debe jamás servir de pretexto

para establecer en este país ningún cultivo de azúcar, café, cacao, u otras co-

sas semejantes, ni fábrica alguna o manufactura, por medio de cualesquiera

molinos o máquinas, o de otra manera: no entendiéndose no obstante esta

restricción para el uso de los molinos de sierra para la corta u otro trabajo

de la madera; pues siendo incontestablemente admitido que los terrenos de

que se trata, pertenecen todos en propiedad a la corona de España, no pue-

den tener lugar establecimientos de tal clase, ni la población que de ellos

se seguiría.

Será permitido a los ingleses transportar o conducir todas estas ma-

deras y otras producciones del local, en su estado natural y sin cultivo, por

los ríos hasta el mar, sin excederse jamás de los límites que se les prescri-

ben en las estipulaciones arriba concedidas, y sin que esto pueda ser causa

de que suban los dichos ríos fuera de sus límites en los parajes que perte-

necen a la España.

Artículo 49—Será permitido a los ingleses ocupar la pequeña isla co-

nocida con los nombres de Casina o St. George's Key o Cayo Casina, en

consideración a que la parte de las costas que hacen frente a dicha isla

consta ser notoriamente expuesta a enfermedades peligrosas. Pero esto no

ha de ser sino para los fines de una utilidad fundada en la buena fe ; y comopudiera abusarse mucho de este permiso, no menos contra las intenciones

del Gobierno británico, que contra los intereses de la España, se estipula

aquí como condición indispensable que en ningún tiempo se ha de hacer allí

la menor fortificación o defensa, ni se establecerá cuerpo alguno de tropa.

ni habrá pieza alguna de artillería; y para que se verifique de buena fe el

cumplimiento de esta condición sine qua non, a la cual los particulares pu-

dieran contravenir sin conocimiento del Gobierno británico, se admitirá dos

veces al año un oficial o comisario español acompañado de un oficial o co-

misario inglés, debidamente autorizados, para que examinen el estado de las

cosas.

Artículo 5°—La nación inglesa gozará la libertad de carenar sus na-

ves mercantes en el triángulo meridional comprendido entre el punto Cayo

Casina y el grupo de pequeñas islas situadas en frente de la parte de-, la

costa ocupada por los cortadores a ocho leguas de distancia del rio Wallis.

siete de Cayo Casina y tres del rio Sibún; cuyo sitio se ha tenido siempre

por muy a propósito para dicho fin. A este efecto se podrán hacer los edi-

ficios y almacenes absolutamente indispensables para tal servicio. Pero esta

concesión comprende también^ la condición expresa de no levantar allí en

ningún tiempo fortificaciones, poner tropas o construir obra alguna militar;

y que igualmente no será permitido tener de continuo embarcaciones de gue-

rra, o construir un arsenal ni otro edificio que pueda tener por objeto la

formación de un establecimiento naval.

Page 60: Asturias Francisco - Belice

Artículo 69—También se estipula que los ingleses podrán hacer libre

y tranquilamente la pesca sobre la costa del terreno que se les señaló en el

último Tratado de Paz, y del que se les añade en la presente convención;

pero sin traspasar sus términos limitándose a la distancia especificada en el

artículo precedente.

Artículo 79—Todas las restricciones especificadas en el Tratado de

1783 para conservar íntegra la propiedad de la soberanía de España en aquel

país, donde no se concede a los ingleses sino la facultad de servirse de las

maderas de varias especies, de los frutos, y de otras producciones en su

estado natural, se confirman aquí; y las mismas restricciones se observarán

también respecto a la nueva concesión. Por consecuencia los habitantes de

aquellos países sólo sé emplearán en la corta y el transporte de las maderas,

y en la recolección y el transporte de los frutos, sin pensar en otros esta-

blecimientos mayores, ni en la formación de un sistema de gobierno militar

ni civil, excepto aquellos reglamentos que SS. MM. católica y británica tu-

vieren por conveniente establecer para mantener la tranquilidad y el buenorden entre sus respectivos subditos.

Artículo 89—Siendo generalmente sabido que los bosques se conser-

van y multiplican haciendo las cortas arregladas y con método, los ingleses

observarán esta máxima cuanto les sea posible; pero si a pesar de todas sus

precauciones sucediese con el tiempo que necesiten del palo de tinte, o de

madera de caoba, de que las posesiones españolas abundaren, en este caso

el Gobierno español no pondrá dificultad en proveer de ellos a los ingleses a

un precio justo y razonable.

Artículo 99—Se observarán todas las precauciones posibles para im-

pedir el contrabando; y los ingleses cuidarán de conformarse a los regla-

mentos que el Gobierno español tuviere a bien establecer entre sus subditos

en cualquiera comunicación que tuvieren con ellos bajo la condición de que

se dejará a los ingleses en el goce pacífico de las diversas ventajas insertas

a su favor en el último tratado, o en las estipuladas en la presente con-

vención.

Artículo 10.—Se mandará a los Gobernadores españoles concedan a

los referidos ingleses dispersos todas las facilidades posibles para que pue-

dan transferirse a los establecimientos pactados en esta convención, según

las estipulaciones del artículo 69 del Tratado Definitivo de 1783 relativas al

país apropiado a su caso en dicho artículo.

Artículo 11.—Sus Majestades, Católica y Británica, para evitar toda

especie de duda tocante a la verdadera construcción del presente convenio,

juzgan necesario declarar que las condiciones de esta convención se debe-

rán observar según sus sinceras intenciones de asegurar y aumentar la ar-

monía y la buena inteligencia que tan felizmente subsisten ahora entre SusMajestades.

Con esta mira se obliga Su Majestad Británica a dar las órdenes máspositivas para la evacuación de los países arriba mencionados por todos sus

subditos, de cualquiera denominación que sean. Pero si a pesar de esta

declaración, todavía hubiere personas tan audaces que retirándose a lo in-

58

Page 61: Asturias Francisco - Belice

terior del país, osaren oponerse a la evacuación total ya convenida, Su Ma-jestad Británica muy lejos de prestarles el menor auxilio o protección, lo

desaprobará en el modo más solemne : como lo hará igualmente con los queen adelante intentasen establecerse en territorio perteneciente al dominioespañol.

Artículo 12.—La evacuación convenida se efectuará completamente

en el término de seis meses después del cambio de las ratificaciones de esta

convención, o antes, si fuere posible.

Artículo 13.—Se ha convenido que las nuevas concesiones escritas en

los artículos precedentes en favor de la nación inglesa tendrán lugar asi que

se haya verificado en un todo la sobredicha evacuación.

Artículo 14.—Su Majestad Católica, escuchando sólo los sentimientos

de su humanidad, promete al Rey de Inglaterra que no usará de severidad

con los indios mosquitos que habitan parte de los países que deberán ser

evacuados en virtud de esta convención, por causa de las relaciones que

haya habido entre dichos indios y los ingleses, y Su Majestad Británica

ofrece por su parte que prohibirá rigurosamente a todos sus vasallos sumi-

nistren armas o municiones de guerra a los indios en general, situados en

las fronteras de las posesiones españolas.

Artículo 15.—Ambas cortes se entregarán mutuamente duplicados de

los órdenes que deban expedir a sus Gobernadores y Comandantes respec-

tivos en América, para el cumplimiento de este convenio; y se destinará de

cada parte: una fragata u otra embarcación de guerra proporcionada para

vigilar juntas y de común acuerdo, que las cosas se ejecuten con el mejor

orden posible, y con la cordialidad y buena fe de que los dos Soberanos han

tenido a bien dar el ejemplo.

Artículo 16.—Ratificarán esta Convención SS. MM. Católica y Bri-

tánica, y se canjearán sus ratificaciones en el término de seis semanas, o

antes si pudiere ser.

En fe de lo cual Nos., los infrascritos Ministros Plenipotenciarios de

SS. MM. Católica y Británica, en virtud de nuestros respectivos plenos po-

deres, hemos firmado la presente Convención y hecho poner en ella los

sellos de nuestras armas.

Hecho en Londres, a 14 de julio de 1786.

(L. S.) El Caballero del Campo.

(L. S.) Carmarthen.

De esta convención so hicieron el propio año do» ediciones oficiales, a saber: "Con-

vention between his Britanick Majesty and the Kin* oí Spain. Sitfned at London. the I4th

of July, 1786—London: Printed by T. Harri»on. MDCCLXXXVI. (En 4*. 15 pifs ) -Con-

vención para explicar, ampliar y hacer efectivo lo estipulado en el articulo sexto del

tratado definitivo de paz del año de 1783; concluida entre el Rey nuestro señor y el Rey

de la Gran Bretaña, firmada en Londres el 14 de julio de 17S6: ratificada por ambos

Soberanos". En Madrid, en la Imprenta Real. (En 4°, 41 pafinas. textos francés y cas-

tellano). (David Vela—"Nuestro Belice")

59

Page 62: Asturias Francisco - Belice

El Gobierno de Madrid creyó que con lo estipulado quedaban a salvo

su soberanía y la dignidad nacional; pero no se fijó en que permitía a am-

bos gobiernos dictar reglamentos de policía para mantener el buen orden

y tranquilidad, y que la demolición de las fortalezas quedó a cargo de In-

glaterra, que era una usurpación a la soberanía española.

Antes de reproducir las interesantísimas actas de la demarcación de

límites y de la entrega del territorio, quiero hacer constar que los ingleses

cumplieron con la demolición de las fortalezas y la evacuación de territorio

de los Mosquitos. La población de Belice era, por el año de 1786J de mil

trescientas personas más o menos, de las cuales trescientas eran blancas, ymil entre negros y algunos zambos y mosquitos. De la Mosquitia fueron

transportados dos mil doscientos cincuenta individuos, según el informe de

los comisarios ingleses, y que se componían del siguiente modo:

Hombres Mujeres Niños Total

Blancos 252 152 114 518

Esclavos 747 514 383 1,644

Faltaban por llegar 88

2,250

más los mil trescientos habitantes que tenía, hace un total de 3,550 habi-

tantes (tres mil quinientos cincuenta habitantes). Estos interesantes datos

los tomo de la obra del Licenciado Peniche quien se muestra muy dichoso

de haber podido obtenerlos, porque nadie los conocía y aun en el parlamen-

to inglés cuando se discutió la aprobación del "convenio" de 1786 manifestó

que las personas afectas a la desocupación eran solamente 180 : de las cua-

les 120 varones y 60 mujeres. No cabe duda de que la desocupación fué unhecho, puesto que el comisario español tenía orden de no proceder a la de-

marcación de los límites del territorio permitido hasta estar seguro de que

los ingleses habían desocupado la Mosquitia, y como estos no pudieron ha-

cerlo en el tiempo estipulado en el artículo 12 de la ya citada convención, se

les concedió una prórroga y con ésta ya pudieron verificarla.

En cuanto se cambiaron las ratificaciones de la "Convención de Lon-

dres de 1786", fué nombrado don Enrique Grimarest, Teniente del Rey y

Coronel del ejército español, para que de acuerdo con el Comisario que nom-

brase la corte de Inglaterra procediese a la demarcación del territorio. Salió

Grimarest de Campeche, en donde estaba empleado, para Bacalar, arregló

allí la gente y embarcaciones que necesitaba para ir a cumplir su comisión,

pero no procedió a la demarcación de límites hasta que se persuadió de que

estaba evacuada la costa de Mosquitos de conformidad con las órdenes que

se le habían comunicado.

Los pormenores de la operación de demarcar la ampliación de los

límites así como el acta de entrega y toma de posesión de dicho territorio

fueron extendidos en francés y en duplicado y firmados por los comisarios

respectivos, y la traducción al español es la misma que hizo el propio co-

misario español don Enrique Grimarest.

60

Page 63: Asturias Francisco - Belice

"INFORME DE D. ENRIQUE GRIMAREST, del resultado de la co-

misión que se le confió sobre la demarcación de los límites de Belice segúnla convención de 1786."

"Excmo. Sr.:

"Habiendo llegado a Halova el Coronel Superintendente D. EduardoMarcos Despard la noche del 6 de julio anterior, a cuya hora misma lo hice

cumplimentar, se presentó la mañana siguiente en mi campamento de la

boca del Walix, con el objeto de visitarme y ponerse de acuerdo conmigopara la verificación de la entrega y la demarcación de los terrenos amplia-

dos, respecto a que las diligencias personales que acababa de hacer en orden

al descubrimiento del río Sibún, no habían proporcionado el éxito que ape-

tecía, y asegurando que igualmente habían sido inútiles las de D. Valentín

Delgado, destinado por mi propio efecto, según informé a V. E. en carta

de 31 de mayo, número 19, el cual regresó de su comisión la noche del 4

del propio julio, sin otra noticia que la de haber remontado cincuenta le-

guas del río Wallix y cortado por tierra al descubrimiento indicado por la

dirección Noreste Suroeste, y que caminando a su parecer como ocho leguas.

llegó a un paraje en que conceptuó que las aguas que encontró eran del

Sibún por despeñarse de un cerro que le reguló de elevación como de tres-

cientas varas, siendo inaccesible por esta parte, y en la que dejó también al

enunciado Despard. A consecuencia de esos poderosos motivos determiné.

para alivio de las familias transmigradas y porque me lq pidió el mismosuperintendente, que de luego a luego recibiese la pequeña isla nombrada Cayo

Cocina, el triángulo del Sur, y la ribera septentrional del Sibún hasta el

término reconocido anticipadamente por el Ingeniero y de que di cuenta a V.

E. en la ya citada carta del 31 de mayo, número 19; y de la meridional del

Wallix hasta igual número de leguas de las descubiertas en aquél, en el

entretanto que emprendíamos personalmente por última y final diligencia

el reconocimiento y averiguación del referido origen, sin embargo de lo ade-

lantado de la estación de aguas, y contra la general y común opinión de to-

dos, en cuanto a ser imposible el verificarlo.

"Para solemnizar el acto de posesión, resolví que al siguiente día. 8

de julio, concurriesen a comer a mi campamento el Superintendente Des-

pard, el Coronel Superintendente que fué del territorio de Mosquitos. D.

Jaime Lawrie, el Capitán de navio Comandante de la fragata "Camelia", don

Juan Hute, que me condujo el pliego de aviso de que enteré a V. E. con

fecha de 30 de junio, número 21, el de la fragata "Sienef, D. Tomas Nicol.

y los demás habitantes de distinción de aquellos establecimientos, cuyo nú-

mero compuso el de treinta y cinco cubiertos en la mesa. Se efectuó con el

mejor método y satisfacción la enunciada entrega, y para más decoro y

autoridad de ella se terminó con repetidas salvas de artillería, que en me-

moria respetuosa del rey nuestro señor y demás personas de su augusta

real familia, del rey de Inglaterra, ministros y jefes, se hicieron por la

balandra española y piraguas de Bacalar en los términos que manifiesta la no-

ticia número 1.

61

Page 64: Asturias Francisco - Belice

"La mañana del 9 colocó la columna indeleble que ha de servir de

límite en la embocadura del río Sibún, el oficial real honorario D. Juan de

Aguilar, distinguiéndose con las inscripciones siguientes: Debajo del co-

llarín de la columna: Sibún. En la caña de ésta la cifra de mi apellido y

empleo. En la parte inferior de la misma caña: El día 9 de junio. Y en el

neto del pedestal, el año presente en que se situó. Este propio día salió de

mi orden D. Valentín Delgado con diez hombres nuestros y el Capitán inglés

Samuel Harrison, de la confianza del Superintendente Despard, para que uni-

damente triplicase el primero la diligencia de subir nuevamente el río Sibún

y cortasen por su origen, o por donde les permitiese el terreno para salir

al de Wallix, por el cual subía yo con dicho Despard, y los oficiales de mi

comisión para hacer las operaciones que conviniesen cortando y atravesando

la tierra hasta encontrarlo, y además, que presenciasen las circunstancias

dificultosas de la estación y el terreno.

"Emprendimos la subida del Wallix el día 12, y en el 15 se fijó otra

columna semejante a la primera por el Ingeniero D. Juan José de León, en

la parte que toca la línea demarcada por los comisarios del año 83 ; y el día

inmediato destiné al propio oficial para que recorriese el brazo de Black

Creek, y previniese a los que encontrase situados fuera de la línea que co-

rresponde por aquel paraje hasta Río Nuevo, se descolgasen por no ser de

los terrenos comprendidos en la ampliación; así lo cumplió en un rancho

que halló a la distancia de quince leguas, incorporándose a los tres días, ysiguiendo nuestro viaje después de superar muchos arriesgados trabajos a

causa de no ser los buquecitos en que nos conducimos adecuados para su

navegación, respecto a que sólo se practica con pipanes pequeños, llegamos

a situar el real de demarcación como a cincuenta leguas poco más o menos,

internados en el río el día 25, sin experimentar más desgracia que la de

haber perdido un hombre ahogado, y dos buquecitos con parte de Jos pocos

víveres que para nuestra subsistencia permitía transportarse en ellos.

"El día 26 dispuse que el Capitán de los reales ejércitos, con sueldo de

vivo, D. Rafael Breson, pasase con el Coronel Despard, a siete u ocho leguas

más arriba, con el fin de desalojar varios ingleses establecidos en territorio

que ni habían tenido concedido, ni se les podía comprender en los que ahora

se les ampliaban, en donde estaban haciendo cortes de caoba subrepticios;

logró evacuarlo .felizmente, regresando a los dos días con los dueños de

cuatro ranchos que encontró en dicha distancia internándose hasta el brazo

del Oeste del río, y once negros que cogió con las de tumbar las expresadas

maderas, las que les llegaban a más de trescientas piezas sin otro número

de árboles trozados. Por consideración a la ignorancia que me representa-

ron, y a la mediación que en su favor interpuso Despard, les permití se

trasladasen a la parte ampliada; y posteriormente hice marcar por el' Ca-

pitán guardacostas D. Nicolás Pereyra las piezas indicadas con la señal del

Rey, y sobre que por separado participaré a V. E. con estas ocurrencias

otras examinadas y remediadas por mí de la misma naturaleza en el modo

que me ha sido más posible.

62

Page 65: Asturias Francisco - Belice

"El día 27 nombré al Ingeniero y al oficial real honorario para que se

introdujesen en la montaña por varios caminos en solicitad del encuentrode D. Valentín Delgado, o del descubrimiento del origen que se deseaba;quedando yo en el real para atender a las demás providencias y hacer otras

diligencias por si hallaba a Delgado. En efecto, el día l9 de este mes se mepresentó, y el Capitán inglés Harrison. trayendo su dirección de nueve le-

guas más abajo de donde yo estaba situado, por haberles sido preciso salir

desde el Sibún por un estero que costearon, nombrado Rorer Creek. o estero

mormilloso; ambos dieron parte de que habían remontado el río de que se

trata con indecibles peligros, y a costa de perder el pipan en que se trans-

portaban, y que nuestra gente llevaba en hombros en los pasos que era im-

posible flotarlo en el agua o arrastrarlo en ella, llegaron el día 26 a la cabeza

u origen que se solicitaba, la cual se forma de una sábana distante de la

boca como de cincuenta y cinco a sesenta leguas, de varios manantiales ybrazos que se le incorporan, siendo los principales dos esteros que corren

del Oeste y uno del Sur; pero que la montaña que le sigue hacía impene-

trable en todos tiempos y estaciones del año el cortar o atravesar la tierra

en línea recta al Wallix, por cuya razón no tuvieron otro arbitrio que el de

descender en diagonal poco más de diez y siete leguas para encontrar la sa-

lida por el estero que llevo expuesto; cortada prudencialmente la línea poi

el rumbo Sureste Noreste, como la más recta o corta por la tierra interme-

dia, y teniendo en consideración la dirección de los dos ríos, acordé que se

fijase el día 5 la tercera columna, como las antecedentes, a treinta millas

poco más o menos de mi real, y a cincuenta y seis o sesenta leguas de la

boca del Wallix, cinco de ellas en lo interior del brazo del Sur, por dividirse

el río en dos, tirando el segundo al Oeste, y como con más claridad y exac-

titud lo demuestra el plano topográfico número 2, que dirijo a manos de V. E-

"El citado día 5 de este mes regresaron el Ingeniero y el Oficial Real

Honorario, en virtud del aviso que les despaché con el cadete D. Félix Ló-

pez de Toledo el 2 del propio, y contestes conformaron en que el brazo del Sur

que reconoció en la cabeza del Sibún D. Valentín Delgado, era el mismosobre cuyo nacimiento habían estado a una considerable altura, la cual les

fué también inpracticable descender, o cortar en rectitud graduando a su

parecer en quince leguas lo que habían caminado para esta diligencia.

"Terminada dichosamente esta importante operación, y dispuesto nues-

tro regreso para Halova, salimos del real do demarcación el siguiente día 6.

consiguiendo el dar el arribo a dicho establecimiento, y el 11 otorgar el do-

cumento de entrega y recepción de los territorios comprendidos en la am-

pliación, como justifica el número 3, escrito en francés, y su traducción en

español, que original acompaño a V. E. para los fines que convenga.

"También incluyo a V. E. las copias auténticas números 4 y 5 del ofi-

cio que pasé con fecha de 14 al Superintendente Dcspard, y su respuesta

de resulta de su buena inteligencia y cordialidad durante la negociación, y

acerca de los reparos y trasgresiones que había notado, deseoso de que con

su celo contribuya a evitarlos en lo sucesivo, y conservar la más perfecta

observancia de lo estipulado en los artículos de la nueva convención.

63

Page 66: Asturias Francisco - Belice

"Queda con esto verificada la demarcación y entrega prevenida por S.

M., y situados los ingleses y colonos transmigrados con el mayor sosiego y

tranquilidad, no contribuyendo poco a ello mi permanencia en sus estable-

cimientos hasta el dia 16, que me embarqué para restituirme a este presidio,

pues no faltaban espíritus de parcialidad que querían posesionarse de los

terrenos ampliados, para la comodidad de las familias del territorio de Mos-

quitos, ascendiendo el número de éstas y el de sus negros esclavos a dos mil

doscientas y cincuenta personas, como lo acredita la relación número 6, no-

ticia que me ha parecido indispensable de mi vigilancia el anticiparla V. E.

para su superior inteligencia, y que la eleve a la soberana de S. M., por

creerla digna de sus ulteriores reales conocimientos que yo no omitiré en el

próximo correo en representar cuanto en continuación de esta comisión con-

sidero necesario a la perfecta y útil conservación de esta provincia y sus

adyacentes, en vista de todos los expedientes que V. E. insertó en las reales

órdenes del asunto a su Gobernador y Capitán General, por cuyo conducto

remito otro ejemplar semejante a éste que en derechura encamino a V. E.

cumpliendo con lo que ofrecí de mi representación de 4 de enero, número 11.

"Será para mí de inexplicable consuelo y satisfacción si adquiriese la

fortuna de obtener, como lo espero, la piedad de merecer al Rey su real

aprobación, y a V. E. su agradable y recomendable concepto, proporcionán-

dome en lo sucesivo ocasiones repetidas en qué dar pruebas, y ratificar más

y más mi gratitud y amor por los intereses del real servicio y ventajas del

Estado, motivos únicos de mi atención y anhelo, y que siempre me llaman an-

sioso de hacer un sacrificio honroso de mi persona y tareas, por si con ellas

pudiese contribuir a los aumentos y felicidades de la monarquía.

"Faltaría gravemente a lo que debo a la justicia y al mérito, si callase

a V. E. el que acaban de contraer a mis órdenes inmediatas en el tiempo de

la demarcación, y en sus arriesgadas providencias para ella, los oficiales yministro de real hacienda de que llevo hecha mención, pues su desempeño

notorio en el manejo prudente y político que respectivamente han tenido,

según sus ocupaciones y encargos con el comisario y comisionados ingleses

y demás subditos de aquella nación, como en el cuidado y actividad de aten-

der al buen orden, precaviendo todo insulto y extorsión, como tengo repre-

sentado en cartas de 13 de abril, número 16, y de 24 del mismo, número 17,

me pone en la estrecha obligación de suplicar a V. E. interponga su poderoso

y favorable influjo, a fin de que el Rey les confiera los premios y gracias a

que juzgo acreedores a todos los comprendidos en la'1 relación número 7

;

no dudando de la generosa protección de V. E., que les dispensará cuanta

sea capaz y suficiente a librarles el ascenso a que se han sabido conducir

por los estímulos de una extraordinaria aplicación y conducta nada vulga-

res, en unas operaciones tan delicadas, preciosas y que excitan las miras másprudentes para que en lo más leve alteren ni perturben el método y distri-

bución del jefe que las dirige. Así lo ruego a V. E. encarecidamente, y que

64

Page 67: Asturias Francisco - Belice

tenga la bondad de acordarse de mis deseos en cuantas vastas y peligrosas

tareas se presenten del servicio de S. M. y graduase V. E. que mis cortos ta-

lentos sean adecuados a tener el honor de desempeñarlos.

"Dios guarde a V. E. muchos felices años.

"Presidio de San Felipe de Bacalar de Yucatán, 20 de agosto de 1787.

Enrique Grimarest.

"Excelentísimo señor Marqués de Sonora."

"ACTA DE ENTREGA DEL TERRITORIO COMPRENDIDO ENTRE EL

RIO WALLIX Y EL SIBUN

"D. Enrique de Grimarest, Coronel de los reales ejércitos de S. M. C.Teniente de Rey de la provincia de Yucatán y Comandante de la plaza de

Campeche; y D. Eduardo Marcos Despard, Escudero, Superintendente de

los negocios de S. M. B. en Honduras.

"Por cuanto en virtud de la autoridad y pleno poder que por parte

de S. M. C, obtuvo el citado D. Enrique de Grimarest, en real orden de 24 de

septiembre de 1786, para proceder, verificada que fuese la evacuación del

territorio de Mosquitos, sus islas adyacentes y demás puertos del continente,

a la entrega y formal demarcación del terreno ampliado entre el río Sibún.

o Jabón, y el Wallix, de la isla Cocina o Cayo Cocina, y del triángulo del

Sur, en su consecuencia, y practicada dentro del término prescrito, con Ubuena fe que deseaban los reyes de España y de la Gran Bretaña, la eva-

cuación del terreno de Mosquitos arriba mencionado, según avisó al comisario

español, en oficio de 21 de junio próximo anterior el Teniente Coronel D.

Gabriel de Herbias, segundo substituto en la costa de Trujillo para estas

operaciones; cumpliendo con entero arreglo con lo estipulado en el articulo

13 de la convención acordada en Londres a 14 de julio, ratificada y can-

jeada en l 9 de septiembre del mismo año de 86. se acordaron para la entre-

ga y recibo de los terrenos últimamente concedidos para servirse de ellos,

en conformidad del artículo 7" de dicha convención de las maderas de va-

rias especies, de los frutos y de otras producciones en su estado natural, bajo

las restricciones especificadas en el último tratado do 1783. que se confir-

man y validan en este artículo con el objeto Je conservar integra U propie-

dad de la soberanía española sobre este país.

"Y puestos de acuerdo con el mejor posible método los dos otorgan-

tes y con la buena inteligencia de que les dieron tan sabio ejemplo sus res-

pectivos soberanos, procedieron a la demarcación y establecimiento de mo-

joneras, empezando por no retardar el alivio de las familias trasmigradas

durante se allanaban las dificultades que so tocaban para el descubrimiento

del río Sibún, con la entrega le la pequeña isla conocida con el nombre de

Cocina, St. George's Kcy o Ca ina, que se efectuó solemnemente el

día 8 de julio inmediato pasado, de cuya recepción quedó enterado el comi-

sario de S. M. B. y de la libertad que igualmente se les ha declarado de

carenar las naves mercantes en el triángulo del Sur. con arreglo a las ra-

ro

Page 68: Asturias Francisco - Belice

zoncs estipuladas en el artículo 49 de la convención, que se da aquí por

expreso, y de la ribera septentrional del Sibún hasta el término reconocido,

y de la meridional del Wallix hasta igual número de leguas de las descu-

biertas en aquél, en el entretanto emprendían el reconocimiento y averigua-

ción del origen referido, y en la mañana del 9 se situó en la boca y en la

parte meridional del río Sibún el mojón o hito que demarca el principio de

línea divisoria que pasa por este río, que consiste en una columna de orden

toscano. Para seguir el curso de la operación salieron el día 12 para subir

el río Wallix, dejando ya desde el mencionado día 9 dos comisionados para

que remontasen asimismo por el Sibún, y cortasen en línea recta o del mo-

do que les fuese posible, la tierra intermedia hasta el Wallix, lo que se

consiguió; y habiéndose presentado el día l9 de este mes los Capitanes D. Va-

lentín Delgado y D. Samuel Harrison, en la situación de cuarenta y siete a

cincuenta leguas españolas del mismo río, dieron parte de haber encontrado

el origen de aquél como de cincuenta y seis a setenta leguas españolas de

su embocadura; pero que les había sido físicamente imposible por la ele-

vación y aspereza de los cerros el cortar línea recta, y por consiguiente les

fué necesario hacerlo por donde se los permitió el terreno, descendiendo en

diagonal de diez y siete a veinte leguas, hasta salir al Wallix, lo que decla-

rado por éstos, y conformándose con las noticias que asimismo dio el Inge-

niero español) de la comisión, que también se hallaba en igual diligencia,

se calculó, y graduó por proporcional la línea que debía cortarse rectamente

por el rumbo Sureste Noroeste, en cuyo paraje, a distancia de diez leguas

más arriba del real de la demarcación, cinco internado en el brazo del Sur

del Wallix, se situó otra columna semejante a la primera el día 5 del co-

rriente, como antecedentemente se puso otra el día 15 de julio en el punto

donde tocaba la línea establecida ya por los comisarios de las dos coronas

e,n 1783; todo lo cual efectuado, prometió por su parte el enunciado Coronel

Superintendente D. Eduardo Marcos Despard guardar religiosamente, sin

pensar en otros establecimientos mayores, en la formación de un sistema

de gobierno militar ni civil, admitiendo y dándose por recibido de los terre-

nos ampliados y demarcados que a nombre de S. M. C. le entregó su comi-

sionado, sólo para los fines indicados, y conservando siempre ilesa y perma-

nente la soberanía española, respecto al solo uso que deben hacer los sub-

ditos ingleses ceñidos al artículo 39 de la convención del asunto, al 59 y 99

de la misma, y demás que refiere, asegurando cumplirlo fielmente, sin se-

pararse un punto del espíritu de armonía que felizmente subsiste entre las

dos cortes de España y Londres; y en fe de que adopta y recibe la antedicha

concesión, y de que recíprocamente se le entrega, puestos ambos de buena fe

escribieron este instrumento en francés, por ser el idioma en que se hanentendido, en prueba de lo cual los infrascritos comisarios nombrados por

S. M. C. y Británica solemnizaron esta entrega y recibo, y la autorizaron

legítimamente y en debida forma, sin discrepar en cosa alguna de la nueva

convención, ratificada y canjeada en Londres, a 1° de septiembre de 1786,

firmando el presente, poniendo en él el sello de sus armas, siendo hecho en

Halova, del río Wallix a once de agosto de 1787.

Enrique de Grimarest. Despard. (Lugar del sello.)"

66

Page 69: Asturias Francisco - Belice

Ya vimos que el artículo 79 de la convención prohibía a los colonos

establecer ningún gobierno militar ni civil; pero permitía dictar reglamentosde policía, fuera de que en la misma convención se consignaba que dos ve-

ces al año irían un comisario español y un inglés, a Belice. para arreglar las

dificultades que hubiese entre los colonos. Ya vimos, también, que el acta

de entrega y recibo está firmada el día 11, de agosto de 1787. Pues bien:

don Enrique de Grimarest permaneció en Halova (que era como se llamabala boca del Wallix) hasta el día 16 del mismo agosto; y el día 14 del mismo.

es decir, estando Grimarest en Halova, recibió el Superintendente de Belice

una nota en que los colonos residentes le comunicaban formalmente que iban

a establecer su gobierno propio, y que eso nadie se los podía evitar, ni el

mismo Superintendente inglés, porque no tenia poder para ello.

Los colonos realizaron sus propósitos y establecieron un gobierno au-

tónomo, compuesto de siete magistrados, electos popularmente, para la ad-

ministración de justicia, y sujetos a las decisiones de los meetings o reuniones

populares.

El Superintendente de Belice, Despard, se lavó las manos, como Pon-

do Pilatos, comunicándole lo que pasaba, y el mismo día 14 de agosto, al

señor Grimarest y pidiéndole su opinión, pero manifestándole que los colonos

no estaban dispuestos a respetar su autoridad. Qué hizo o dispuso Grimarest,

no lo sé y supongo que no ha de haber sido mucho, o más bien nada, puesto

que permaneció allí hasta el 16 en que se marchó a Bacalar, y en Bacalar es-

tuvo hasta el día 3 de septiembre en que se dirigió a Campeche, y no fué

sino hasta el día 2 de octubre que comunicó al Marqués de Sonora lo que

había pasado en Belice y le pedía instrucciones. Nada dispusieron y los ma-

gistrados siguieron funcionando, regidos por un cuerpo de leyes llamado

"Código Burnaby" en memoria de Sir Guillermo Burnaby, enviado por el

Gobierno inglés en 1765 para organizar el establecimiento.

El convenio de Londres, en que España creyó tener garantizada su

soberanía, no fué aceptado por unanimidad en el propio Londres, y asi ve-

mos que Lord Rawdon propuso el 26 de marzo de 1787 en el parlamento

inglés, que dichos tratados fuesen reprobados, basándose en que no le con-

venía a Inglaterra la evacuación de la Mosquitia. Se siguió una discusión

y por último fueron aprobados. Parece que los ingleses le daban más im-

portancia a la adquisición de Cayo Cocina o de San Jorge, y tal vez. con la

mira o la convicción de que más tarde se apoderarían también de la Mosqui-

tia. En este Cayo Cocina o de San Jorge estuvo la principal población de

Belice, y no sé si allí fué donde Peter Wallace estableció la primera ranche-

ría, porque los habitantes de Bacalar le llamaban en este tiempo "Antiguo

Bacalar" y los colonos de Belice lo llamaban "Oíd Wallix".

Ni Inglaterra ni los ingleses cumplieron los tratados y siempre se bur-

laron del gobierno y de las autoridades españolas. Y asi tenemos que esos

siete magistrados, electos popularmente y que en la comunicación a Des-

pard le indicaban que se constituían en autoridades, esos mismos magistra-

dos no tenían ninguna autoridad cuando se trataba de recaudar los impuestos

que por cortes de madera le correspondían a España. Inglaterra nunca nom-

braba los comisarios que, dos veces al año, debían de visitar Belice en unión

67

Page 70: Asturias Francisco - Belice

de los comisarios españoles, y de esto resultaba que llegaban sólo los espa-

ñoles y los magistrados no les reconocían ninguna autoridad, y los impues-

tos no eran recaudados. ( * )

Las visitas que hicieron los comisarios españoles pasaron al olvido,

porque no se encuentran los informes respectivos, excepción hecha de la

visita del último comisario español practicada de marzo a agosto de 1796 por

don Juan O'Sullivan y que se debe al señor Licenciado don Justo Sierra,

que la encontró y publicó en su periódico "El Fénix". Este informe es tan

interesante que voy a reproducirlo, tanto más cuanto que es en este informe

donde don Juan tiene la feliz idea (para los ingleses) de proponer que se

les quiten a los ingleses unas 30 leguas de montaña entre los ríos Hondo y

Nuevo y que se les concedan, en cambio 70 leguas de montaña al Sur del

Wallix.

"INFORME"A mi llegada a los establecimientos de Wallix se ausentaron los prin-

cipales, Bartlet, Pats y Cumming, según lo tengo estampado el día 15; de

abril, que fué el de mi arribo a él, con sólo el fin de tenerme entretenido

sin poder proceder a dar ningún paso, según me lo dijeron varios habitantes

fidedignos, por no haber quedado en dicho destino más que uno de dichos

principales, para con este procedimiento dar lugar a que empezasen las llu-

vias, que con éstas (que fueron muy frecuentes y abundantes) creciese el

río, para que me embarazase mi subida en él, y facilitase la extracción de las

muchas maderas que tenían cortadas en las orillas que no les están conce-

didas.

Algunos de los principales, y otros habitantes de dichos establecimien-

tos, no omiten ocasión ni diligencia para cometer infracciones en río Wallix,

satisfechos de que no viene comisario inglés, y que por consiguiente no se

les exige la multa establecida, por no residir autoridad en el que anualmente

va de esta provincia para el efecto.

Me hallo informado con mucha certidumbre por D. Gerardo Tilts

Gilbert, de nación irlandés, y otros varios habitantes ingleses, que en el

presente año han sido infractores de crecido número de trozas, los principales

D. Jaime Bartlet, D. Tomás Pats, y habitantes Jaime Gordon, Tomás Gra-

ham, Tomás Jackson, Eduardo Men, Tomás Paslow, Anderson, Barton, yla madama Men, como lo comprueba el papel número 14, que es un pasquínque remitió de uno de los ranchos un inglés al citado Tilts Gilbert, para que

lo estampase en el paraje más público de Wallix para noticia de todos, y

éste tuvo más a bien entregármelo.

Para que estas infracciones sean menos, o que cuando no, se paguen

por los que las cometan, no hay otro medio sino que venga comisario britá-

nico, para cuyo efecto he escrito a nombre de V. S. al Exmo. señor Capitán

General de Jamica< y considero será muy del caso, que V. S. repita esta

(*) Cuando el coronel Peter Hunter, después de organizar el establecimiento en contravenciónde los tratados, regresó a Jamaica (marzo de 1791), recomendó a los magistrados que, "si en visitallegaba oficial español con cartas o despachos para el superintendente, debían remitirse al gober-nador de Jamaica para su consideración; y si el oficial deseare visitar el "distrito" acompañadode comisionado de S. M. británica, le informaran que en ausencia de superintendente nadie estabacapacitado para nombrar comisionado; pero el capitán general de Yucatán

jpodía solicitar del

gobernador de Jamaica que nombrara persona idónea para acompañar al oficial "en conformidadcon el tratado de paz y la convención de 1786" (Alder Bufdon, óp. cit., I, 193).

68

Page 71: Asturias Francisco - Belice

diligencia, a fin de que se envíe anualmente un oficial comisionado al in-

tento; y también hacerlo presente a nuestra corte, pues no poniéndose re-

medio a estas infracciones que cada año van creciendo, en pocos dejarán

taladas las orillas que no les están concedidas, como lo están las que nuestro

soberano les dio para los cortes de madera.

"Uno de los motivos que tienen para cometer infracciones, es el haberse

alejado las maderas en las orillas que les están concedidas con los continuos

cortes, pues un carro apenas hace un viaje al día con una troza, y muchosgastan dos días: en la orilla de enfrente (que es la nuestra y prohibida a

ellos), están viendo las mismas especies de maderas en la orilla del río, ycomo su subsistencia pende de esta industria, los incita la inmediata vista

para apoderarse de lo que con tanta facilidad pueden, satisfechos con el

ejemplar de que raro año viene comisario de su nación, y resueltos a pagar

la multa establecida en el caso que venga; pues aun pagando, resultan bene-

ficiados; y a la verdad aseguro a V. S. con la ingenuidad que acostumbro.

que en igual caso, puede ser que pocos de nosotros dejaríamos de hacer lo

mismo que ellos.

"No puedo menos que hacer presente a V. S. en virtud del conocimien-

to que he adquirido, que sería muy conveniente el que representase a nues-

tra corte, a fin de que se les concediese a los ingleses de dichos estableci-

mientos ambas orillas del río Wallix hasta donde se halla la marea, y se les

quitase la orilla que poseen en Río Hondo, de cuya ejecución resulta al so-

berano no poca utilidad, siendo una de ellas, el que los comisarios de nuestra

nación no hallarán en dicho río (que es el quid de la dificultad) en qué

tropezar, y la otra, y más esencial, el que este presidio estuviese mucho más

seguro sin comparación, a causa de que en caso de que los ingleses tengan

noticia de rompimiento de guerra antes que nosotros, en cualquiera tiempo.

como este río lo navegan libremente por estarles concedido en el articulo

69 , del tratado 4efinitivo de paz del año de 1783, pueden en sus balandras y

goletas que suben a los ranchos a traer gente y armas ocultas, y desembar-

cándolas en nuestra orilla, que no dista de la laguna de este presidio tres

leguas cabales, hacer en él algunas correrías, o apoderarse del fuerte por

sorpresa; y quitándoles el mencionado Rio Hondo, como que no tienen liber-

tad de entrar en él, no pueden de ningún modo traer las referidas fuerzas,

sino con muchos e inmensos trabajos, atravesando las montañas que inter-

median desde Río Nuevo a Río Hondo, y do el .1 este presidio, resultándoles

también a los habitantes británicos mucha ventaja en quitarles como 30 le-

guas de montaña en Rio Hondo, y concederles en m» reemplazo como 70

leguas en el de Wallix.

"Presidio de San Felipe de Bacalar, y septiembre 18 de 1796.

Joan O'Salít%an ."

Un mes antes de esto, el 18 de agosto de 1796. se había firmado en

San Ildefonso, el tratado de alian/a. ofensivo y defensivo, entre España y

Francia. Las relaciones estaban muy tirantes entre SS. MM C. y B. y el 7 de

09

Page 72: Asturias Francisco - Belice

octubre del mismo año se declaró la guerra, haciéndolo Inglaterra. En cuan-

to se declaró la guerra, España dio órdenes terminantes al Virrey de Nueva

España, al Gobernador de Yucatán y al de La Habana para que prepararan

una fuerte expedición y expulsaran a los ingleses de Belice. Se dispuso que el

punto de reunión fuese Campeche y que el Capitán General D. Arturo O'Neill

tomara el mando de la expedición. Este señor O'Neill ha de haber sido un

militarejo inepto y cobarde, y toda la expedición resultó un fracaso, a pesar

de haber tardado casi diez y ocho meses en prepararla y de haber contado

con cuantiosos elementos. La Habana envió inmediatamente dos fragatas de

guerra : la "Minerva" y la "O", el Virrey de Nueva España mandó cuanto pudo.

y ya con todo esto emprendió la marcha O'Neill el 20 de mayo de 1798.

Ese dia se hizo a la vela escoltado por las dos fragatas, un gran con-

voy con tres mil hombres. El 31 de julio regresaban a Campeche las fragatas

"Minerva" y "O", de donde pasaron a Veracruz a darle cuenta al Virrey de

que/ no habian podido llegar sino a la isla Contpy por falta de víveres y

por la "poca agua que había en aquella sonda", informe por demás ridículo,

porque no es posible imaginarse que tan pronto escasearan los víveres y que

las fragatas no pudieran pasar por falta de agua.

Los ingleses se habían preparado en Belice con auxilios oportunos

que recibieron de Jamaica y con el sobrado tiempo que les había dado O'Neill.

Con la velocidad conocida de este gran Capitán, se fué presentando

en las costas de Belice, y al ver lo bien preparados que estaban los colonos,

encontró muy prudente hacer una "retirada honrosa" sin derramar sangre

española. Así lo hizo y llegó a Bacalar; allí dejó multitud de víveres y reforzó

la guarnición dando orden de destruir las rancherías inglesas de las márge-

nes del río Hondo y continuó su viaje a Campeche, a donde llegó victorioso

"con toda felicidad".

A este fracaso le quieren dar los ingleses el colorido de una gran

campaña y deducir que desde 1798 ellos conservan Belice por conquista (?).

Los ingleses cuentan que O'Neill los atacó y que se libró una gran batalla y

que ellos lo rechazaron; pero es curioso que se haya librado una gran batalla

sin pérdidas de vidas y que no hubiese ocurrido algún episodio digno de

narrarse.

Esta guerra no tuvo mayor importancia para las colonias de América,

y en Europa se prolongó hasta que Napoleón, erigido en Primer Cónsul de

Francia, decretó la paz, pasando sobre amigos y enemigos. Los preliminares

de paz se firmaron, solamente entre Francia e Inglaterra, en Londres, el l 9

de octubre de 1801, y la paz definitiva, en que ya tomó parte España, se

firmó en Amiens, el 25 de marzo de 1802.

Por el tratado de Amiens, España perdió la importante isla de "Tri-

nidad", situada en el golfo de Paria o Golfo Triste, frente a las costas de

Venezuela; pero quedó estipulado que Inglaterra devolvería a España las

conquistas que hubiese hecho: si hubiese conquistado Belice por la sola es-

tipulación enunciada permanecería siendo español, y si pasaba a poder de

Inglaterra lo habrían consignado con grandes letras, y que esto habría sido

la excepción del tratado de Amiens, cuyo artículo 3Q literalmente dice:

70

Page 73: Asturias Francisco - Belice

"Artículo 39—Su Majestad Británica restituirá a la República fran-

cesa y a sus aliados, a saber, a Su Majestad Católica y a la República bátava.

todas las posesiones y colonias que les pertenecían respectivamente y hansido ocupadas por las fuerzas durante el curso de la guerra, a excepción de

la isla de Trinidad y de las posesiones holandesas de la isla Ceilán."

En diciembre de 1805, Lord Castlereagh declaró que el establecimiento

de Belice está dentro de territorio y jurisdicción extraña, y en consecuencia,

no es colonia La guarnición sólo es medida de tiempo de guerra, y ahora,

al concluirse la paz, debe reducirse. (Libro Blanco, página 35.)

Los ingleses, que no se duermen, aprovecharon la idea de O'Sullivan, y

sin permiso de nadie comenzaron los cortes de madera al sar del Sibún,

y dejaron a don Juan B. Gual, Gobernador del presidio de Bacalar, que es-

tableciese una guarnición entre los ríos Hondo y Nuevo, guarnición que no

se internó, sino que permaneció en la costa. Y es que hablando claro, tanto

las autoridades de Yucatán, como las de Nueva España, no tenían en el co-

razón la expulsión de los ingleses de Belice, sabiendo que ese territorio per-

tenecía a Guatemala, y como se los demostraba el mapa de los limites del

83 y firmado por el Conde de Aranda; la verdadera idea de dichas autori-

dades era alejar a los ingleses de Bacalar, como lo expuso O'Sullivan. porque

temían que los ingleses conquistasen Bacalar, que si era territorio yucateco.

De allí que a pesar de la guarnición entre los ríos Hondo y Nuevo, los in-

gleses hayan seguido cortando maderas en esos parajes, y a pesar de que

don Juan Gual dice que durante toda la guerra se mantuvo triplicada la

fuerza de Bacalar, y que tenía una lancha con un cañón de 24. un pontón

con uno de 18 y todas las piraguas armadas.

Es muy interesante la correspondencia entre el Gobernador de Ba-

calar y el Teniente Coronel, Comandante Superintendente de Belice don Juan

Nugent Smith y que se cruzó en 1812; pero sea de eso lo que fuere, lo cierto

es que los ingleses dispusieron aumentar la guarnición que estaba entre los

ríos Hondo y Nuevo y mandaron al Comandante don Juan Coatquelvin

con tres goletas, dos de ellas armadas con un cañón de grueso calibre a proa,

tres obuses en las bandas y crecido número de tropas. Coatquelvin llegó

a la embocadura del río Nuevo el 24 de febrero a las tres de la tarde y no

encontró más que a un sargento que mandaba el pequeño destacamento,

compuesto de un cabo y seis soldados, y los intimidó y hubieron de reti-

rarse a vigía de San Antonio; y desde entonces (1812) volvieron los ingleses

a ocupar la zona entre las desembocaduras de los ríos Hondo y Nuevo, que-

dándose, además con el consejo de O'Sullivan.

A esto siguió la guerra de España llamada de la Independencia, y en

el tratado que concluyó con Inglaterra el 28 de agosto de 1814, y entre otras

cosas, se estipulaba que todos los tratados celebrados entre ambas, queda-

ban subsistentes y en la mismas condiciones que antes de 1797.

Hasta estos años, Inglaterra no consideraba Belice parte del imperto

británico, y esto queda plenamente demostrado con la siguiente Ley del

Parlamento Británico, emitida en 27 de junio de 1817 y que comienza asi:

71

Page 74: Asturias Francisco - Belice

"LEY para el más eficaz castigo de los asesinatos y crímenes que se

cometen en lugares no comprendidos entre los dominios de Su Majestad

Británica."

"Por cuanto gravísimos asesinatos y otros crímenes han sido come-

tidos en el establecimiento de la Bahía de Honduras, el cual establecimiento

fué fundado para fines especiales, y se encuentra bajo la protección de Su

Majestad, pero no dentro del territorio, ni en dominio de Su Majestad, et-

cétera, etcétera."

El Canciller mexicano Vallaría, al dirigirse al Foreign Office de Lon-

dres en 23 de marzo de 1878 le dice : "Las leyes del parlamento inglés de

1817 y 1819 confiesan de la manera más categórica y terminante que Belice

no está dentro de los límites y dominios de Su Majestad Británica. En esas

leyes se alude claramente a los tratados de 1783 y 1786 come título de los

derechos del Gobierno británico sobre el territorio, y el parlamento reconoce

de un modo implícito, pero innegable, que su facultad de legislar para Be-

lice, no emana sino de la concesión del artículo 7 de este último tratado, que

permitía a SS. MM. Católica y Británica, "expedir aquellos reglamentos

que tuvieren por convenientes para mantener la tranquilidad y buen orden

entre sus respectivos subditos". En fin, Squier (the States of Central Amer-

ica, pag. 581) corrobora: "It is proper to remark that the defeat of the

Spanish attack of 1798 has been adduced as an act of conquest, thereby

permanently establishing British sovereignty over the territory. But the

partisan writers who take this view entirely forget, or willfully overlock the

important fact that in 1814, Great Britain, by a new treaty with Spain, re-

vived, and re-enacted all the provisions of the treaty of 1786. They forget,

also, that the British government, until possibly within a few years, never

pretended to any rights acquired in virtue of this successful defense : for,

as late as 1817-19, the acts of Parliament relating to Belize always refer to it

as a settlement for certain purposes, in the possession and under the pro-

tection of his majesty, etc." (David Vela.)

El General Filísola regresó a Guatemala en marzo de 1823 y sabiendo

ya que el trono imperial de Iturbide tambaleaba, convocó, el 19 del mismo

marzo y como Jefe superior, la reunión de un Congreso que debía decidir

la suerte de Centroamérica. Filísola indicaba que el Congreso debía de reu-

nirse para el l9 de junio, pero no se reunió sino hasta el 24 de junio con

cuarenta y un representantes, que formaban la mayoría y sin la represen-

tación de Chiapas que México tenía secuestrada. La Asamblea eligió su

Presidente saliendo electo don Matías Delgado, al antiguo reino de Gua-

temala le dio el nombre de "Provincias Unidas de Centroamérica" y las

declaró libres de España, de México y de cualquiera otra potencia, siendo

cada uno de sus Estados libre en su gobierno y administración interna. Este

congreso duró diez meses y se Irzo notable por mil razones, siendo una de

las principales la abolición de la esclavitud en 23 de abril de 1824 por inicia-

tiva del venerable clérigo Doctor don Simeón Cañas, Diputado por Chi-

maltenango, y secundada por los representantes don José Francisco Ba-

rrundia y Doctor don Mariano Gálvez, y que la Asamblea aprobó por

unanimidad de sufragios. Hay que agregar que al promulgarse el decreto de

72

Page 75: Asturias Francisco - Belice

abolición de la esclavitud, todos los dueños de los esclavos los pusieron in-mediatamente en libertad sin reclamar absolutamente nada, lo que pruebaque la liberación estaba ya en la conciencia pública.

La Constitución de las "Provincias Unidas de Centroamérica" se de-cretó el 22 de noviembre de 1824 <*> y la Asamblea cerró sus sesiones el 23de enero de 1825. El 6 de febrero se instalp la primera Legislatura Federal

y cada uno de los Estados formó su respectiva Constitución: El Salvador el

12 de junio de 1824; Costa Rica el 22 de enero de 1825; Guatemala el 11 deoctubre de 1825; Nicaragua el 8 de abril de 1826 y Honduras el 11 de diciem-bre de 1826. La Legislatura Federal eligió su Presidente al Doctor don Ma-riano Gálvez. Dadas las bases de la Constitución Federal, se mandó prac-

ticar elecciones en toda la República para Presidente y Vicepresidente del

poder Ejecutivo: el partido exaltado proclamó al General Arce, liberal sal-

vadoreño que resistió a Filísola cuando el imperio; y el partido moderado ca-

reciendo de un hombre capaz, escogió entre los exaltados a don José del

Valle. Tan prestigioso y querido era uno como el otro, pero la mayoría del

país favoreció con sus votos a Valle. En el Congreso Federal dominabanlos exaltados, y éstos, de acuerdo con los moderados, anularon los votos dealgunos pueblos, negándose a abrir los pliegos de Cojutepeque, San Salva-

dor y Matagalpa por haber llegado tarde. Total, que Valle obtuvo 41 votos

y Arce 34. El ilustre historiador centroamericano don José D. Gámez co-

mete un pequeño error al hacer esta narración, porque él indica que "con-

forme el decreto de convocatoria de 5 de mayo de 1824 se señalaban ochenta

f dos votos, etcétera", y no es así : el decreto de convocatoria computabasolamente 79 votos distribuidos de este modo: Guatemala 33; El Salvador

18; Honduras 11; Nicaragua 13 y Costa Rica 4; pero posteriormente se le

concedieron tres votos más a Guatemala, uno por Soconusco que se agregó

a Guatemala después de la convocatoria y otros dos por un error de calculo

en la primera designación. La unión de Soconusco a Guatemala consta en

Acta del Ayuntamiento de Tapachula de 24 de julio de 1824, ochenta días

después de la convocatoria. Como a los exaltados o fiebres no les convenia

la elección de Valle, comenzaron a moverse y hacer concesiones a los mo-

derados para anular la elección por "falta de mayoría" y obtener el triunfo

de Arce; la mayoría la tenía en realidad Valle, puesto que tenia 41 votos y

abriendo los pliegos de Cojutepeque, San Salvador y Matagalpa, habría ob-

tenido más de los 42 votos que se necesitaban; los moderados o conservado-

res no tenían mayor antipatía contra Arce y sólo les preocupaba la actitud

que éste tomaría en el asunto de la mitra de El Salvador; Arce les prometió

tratar el asunto con sujeción a lo que dispusiese el Congreso, que equivalía

a su neutralidad, lo que fué suficiente y al hacer el escrutinio obtuvo Arce

22 votos contra 5 de Valle. Para no disgustar a Valle, lo eligieron Vice-

presidente; pero Valle no se dejó engañar y no aceptó; entonces nombraron

a Barrundia, quien tampoco aceptó, y entonces eligieron a don Mariano Bel-

tranena. (Abril 21 de 1825.) Electos, pues, los componentes del Poder Ejc-

(*) Por aquellos tiempos el 22 de noviembre era el día de fiesta nacional, celebrando «1

aniversario de la conquista.

Page 76: Asturias Francisco - Belice

cutivo y los de la Corte de Justicia, tomaron posesión de sus puestos el 29

de abril, quedando asi constituidas las primeras autoridades federales de

Centroamérica.

Desde 1821 había, venido en decadencia la Tesorería Nacional, y la

situación la iban orillando por medio de pequeños empréstitos, ya fuera re-

cibiendo dinero o no pagando lo que adeudaban, la situación se fué agra-

vando y entonces dispusieron hacer un empréstito formal y arreglar la

situación económica autorizando la Asamblea al Ejecutivo contratar un em-

préstito, hipotecando todos los terrenos y rentas pertenecientes. Una casa

del país y varias extranjeras hicieron propuestas y fué aceptada la de Mr.

J. Baily, apoderado de los señores Barclay, Herring, Richardson & Co., de

Londres, y este empréstito quedó ajustado el "16 de diciembre de 1824". La

cantidad nominal del empréstito equivalente a la efectiva de cinco millones

de pesos, ascendía a SIETE MILLONES CIENTO CUARENTA Y DOS MILOCHOCIENTOS CINCUENTA Y SIETE PESOS, y aquí tenemos a los in-

gleses con su célebre empréstito, aumentando las pesadillas de los guate-

maltecos.

El 15 de marzo de 1825 se firmaba en Bogotá la "Convención de Unión,

Liga y Confederación perpetua entre las Provincias Unidas del centro de

América y la República de Colombia", firmando por Centroamérica don Pe-

dro Molina y por Colombia su Secretario de Relaciones Exteriores don Pedro

Gual. En esta Convención se estipulaba en el artículo 9: "Ambas par-

tes contratantes, deseando entre tanto proveer de remedio a los males que

podrían ocasionar a una y otra, las colonizaciones de aventureros desautori-

zados, en aquella parte de las costas de Mosquitos, comprendidas desde el

Cabo Gracias a Dios inclusive hacia el río Chagres, se comprometen y obli-

gan a emplear sus fuerzas marítimas y terrestres contra cualquier individuo

o individuos que intenten formar establecimientos en las expresadas costas,

sin haber obtenido antes el permiso del Gobierno a quien corresponden en

dominio y propiedad." ¿Por qué no mencionaron a Belice? porque Belice

no era inglés; en Belice había cortadores con permiso indicado en el tratado

de 1786, Inglaterra no había manifestado sus pretensiones, y tan es así que

en mayo del propio año (1825) recomiendan las autoridades británicas que

el reconocimiento de los límites de la colonia debe estipularse en todos los

tratados con los "nuevos estados sudamericanos". (Tomo II, página 27, J. A.

Burdon.)

La soberanía e independencia de las Provincias Unidas del Centro de

América estaba ya reconocida, desde 1824, por México, Colombia y los Esta-

dos Unidos, además existían ya cónsules de Holanda y la Gran Bretaña, yotras naciones deseaban relacionarse con la naciente República.

Inglaterra se presentaba, "tocando en todas las puertas" (Vela, pá-

gina 61), para ver quién le reconocía algún derecho sobre Belice, aunquesólo fuera imaginario, puesto que la fábula de la conquista de 1798 ni ella

misma la creía; y así se presenta con México en su tratado ad referendum,firmado el 6 de abril de 1825, y que fué rechazado por Inglaterra porquelos mexicanos pusieron en el artículo XV y al final "firmado en Londres el

14 de julio de 1786, por lo respectivo a la parte que comprende del territorio

74

Page 77: Asturias Francisco - Belice

de los Estados Unidos Mexicanos". Inglaterra no reconoció la soberanía

mexicana sobre Belice y entonces substituyeron el artículo XV por otro ar-

ticulo que llevó el número 14 en el tratado de 26 de diciembre de 1826 y que

fué aceptado por ambas partes. En el mismo 1825 trataba de incluir la cláu-

sula de reconocimiento del tratado del 86 en el tratado que preparaba con

la Nueva Granada, pero Colombia lo rechazó "porque se trataba de un te-

rritorio lejano que jamás estuvo bajo su jurisdicción" y además ya había

firmado la "Convención de Unión, etcétera" con las Provincias Unidas del

Centro de América. Finalmente, "Inglaterra dio con el verdadero dueño, al

tratar en Londres con el ciudadano guatemalteco Marcial Zebadúa. en mi-

sión diplomática ante S. M. B., de 1826 a 1830, quien expresa: En el tratado

que yo tenía sobre la carpeta del Ministro inglés, esperando los poderes de

mi gobierno, cuando se me obligó a venirme trayendo el archivo de la lega-

ción, se había introducido un artículo por el cual se deberían conservar a

los subditos ingleses las concesiones que estaban hechas por el tratado de

1783 y convención de 1786, según los cuales solamente se les permitía el uso

del terreno y se fijaban los límites a que el establecimiento debía circunscri-

birse. Por ese medio, la Inglaterra quedaba sujeta en virtud de un convenio

expreso con Centroamérica, a guardarle las estipulaciones del tratado y con-

vención referida, y se dejaba abierta la puerta para ulteriores negociaciones

respecto del mismo establecimiento. El Gobierno inglés estaba conforme en

este punto peculiar a sus intereses con este país, y nada más se exigía de

mí en ningún concepto. (Manifestación pública del ciudadano Marcial Ze-

badúa, sobre su Misión Diplomática cerca de Su Majestad Británica—Gua-

temala, 1842)" (Vela, página 61.) Este don Marcial Zebadúa había comen-

zado a figurar como Secretario desde enero de 1824, y no estoy seguro si

salió para Inglaterra en 1825, porque en mayo del 25 se introdujeron al te-

rritorio de la República, por el distrito del Peten, cerca de cien esclavos

prófugos de Belice, el Superintendente inglés envió dos comisionados para

solicitar la devolución de los esclavos ; el Presidente Arce se inclinaba a la

devolución, pero el Cuerpo Legislativo se negó y los esclavos quedaron libres

en el país; sin embargo el Presidente Arce dio por toda contestación a los

enviados beliceños, que "este negocio se arreglaría por el enviado de la

República cerca del Gobierno británico", lo que hace sospechar que ya don

Marcial estaba en Londres o por lo menos en camino.

En 1827 envía Guatemala un crucero a las costas de Belice para alejar

los barcos británicos que navegaban al Sur del rio Sibún.

El 11 de mayo fué fusilado el extranjero José Pierson.

En 1830 retorna don Marcial Zebadúa a Guatemala y poco tiempo

después lo nombran Ministio de Relaciones Exteriores.

El "Libro Blanco" publicado por la Secretaria de Relaciones Exte-

riores de Guatemala en 1938, obra de indiscutible mérito y de inapreciable

valor, en que de una manera tan clara como precisa, detalla los derechos de

Guatemala sobre todo el territorio de Belice e islas adyacentes, publica tam-

bién dos mapas que corresponden al año de 1832: ambos hechos por M.

Rivera Maestre; el primero indicando las concesiones de los tratados de

7S

Page 78: Asturias Francisco - Belice

1783 y 1786, y el segundo indicando estos dos tratados más las expansiones

ilegales de los pobladores de Belice, estas cartas geográficas fueron levan-

tadas por orden del Jefe de Estado de Guatemala, Doctor don Mariano

Gálvez. La cosa no tuvo mayores consecuencias, creyendo que allí paraba,

pero el 29 de abril de 1834, la asamblea aprobó un decreto de colonización

del departamento de Verapaz, de acuerdo con las proposiciones del gobierno

y la ley de 22 de enero de 1824, y "fué entonces cuando se vino al conoci-

miento de un abuso de los cortadores de madera y del apoyo que el Go-

bierno inglés parecía dispuesto a dar a los concesionarios, como pretexto para

usurpar una parte integrante del territorio centroamericano. Aquellos nietos

de la piratería, manejando rebaños de esclavos negros, violaban los "límites

indelebles" marcados a su concesión, extendiendo la tala de nuestros bosques

y la depredación del suelo patrio, y ahora Inglaterra pretendía sancionar tan

impudente conducta con su fuerza. De ahí su insostenible protesta contra

el contrato suscrito por el Gobierno del Estado de Guatemala, en términos

de ostentosa" fuerza, ya que sólo su poderío podía aducir frente a los incon-

testables derechos de Centroamérica, como si la detentación y la usurpación

pudieran alguna vez justificar la posesión, y, menos aún, legitimar preten-

siones de dominio. (Vela, página 63.)

Inglaterra protestó y no permitió que se instalase la Compañía, en vis-

ta de lo cual hubo de intervenir el Gobierno Federal.

La actitud de Inglaterra era una verdadera usurpación de territorio y

un insulto a la soberanía nacional. Con el objeto de reparar el daño cau-

sado por Inglaterra y deseosos de evitar mayores dificultades, nombraron a

don Juan Galindo, Ministro Plenipotenciario y Enviado Extraordinario de

Centroamérica ante el Gobierno de Su Majestad Británica, para que fuese

a reclamar los derechos ultrajados de nuestra Patria.

Don Juan Galindo salió de Guatemala con dirección a los Estados

Unidos, con el objeto de sondear la actitud de los mismos y lograr el apoyo

de Washington en sus gestiones ; no he podido encontrar cuál fué el resul-

tado de sus gestiones ante la Casa Blanca; lo cierto es que don Juan siguió

solo su camino a Londres. Inglaterra estaba persuadida que la razón estaba

de parte de Guatemala y tratando de burlar la misión diplomática, trata de

obtener de España en 1835, la CESIÓN FORMAL DEL TERRITORIO DEBELICE; en esta gestión, busca la manera de hacer fracasar también, a la

citada misión, y cuando don Juan Galindo se presenta ante la corte de Lon-

dres, es rechazado, pretextando Inglaterra, que no puede aceptar como en-

viado y ministro de otro país a un subdito inglés. Don Juan Galindo era

efectivamente, de descendencia irlandesa, pero esto no era suficiente razón

para no recibirlo y burlarse de un modo tan vulgar de la soberanía de Cen-

troamérica, infringiendo las reglas más elementales de cortesía.

Sin mayor documentación, creo que el fracaso de la misión de don

Juan Galindo se debió al poco tino de Morazán. Trasladado el Gobierno

Federal a la ciudad de San Salvador, se agitaba en Inglaterra la concesión

dada por el Doctor Gálvez, y de aquí que S. M. B. dispusiera enviar un re-

presentante para Centroamérica designando para este puesto a Frederick

76

Page 79: Asturias Francisco - Belice

Chatfield, hombre muy audaz y de mayores alcances que los componentes

del Ejecutivo Federal. El señor Chatfield llegó a San Salvador en 1834.

donde permaneció hasta 1839. Es indudable que el primer punto que trató

Mr. Chatfield fué el de la concesión de cortes de madera, tratando ya de

imponer los límites de Belice hasta el río Sarstún; y Morazán. indignado.

le daría alguna contestación, que aunque muy en razón, estaba fuera de Ucortesía y de las reglas diplomáticas, y de aquí que Mr. Chatfield disgustado.

haya comunicado a Londres sus impresiones e indicado la NO ACEPTA-CIÓN de don Juan Galindo. Esta suposición la confirmo con las dificulta-

des posteriores con la Gran Bretaña y las cuales terminaron con el convenio

firmado en Guatemala el 15 de agosto de 1851. convenio formado por 6

artículos y que literalmente dice: "Don Federico Chatfield. Encargado de

Negocios de S. M. B. en Centroamérica y el Gobierno del Estado de El Sal-

vador, por medio de su Encargado de Negocios. Licenciado don Ignacio

Gómez, ampliamente autorizado al efecto, deseosos de poner término a las

cuestiones que penden entre la Legación británica y el mismo Gobierno.

han convenido en los puntos siguientes

:

1.—Quedan solemnemente ratificados por parte del Gobierno de El

Salvador, los convenios que en 12 de noviembre de 1849. celebraron dos co-

misionados suyos con el representante de S. M. B. a bordo del vapor infclc*

de guerra "Gorgon", surto en la bahía del puerto de La Unión.

2.—El mismo Gobierno como una consecuencia de los referidos con-

venios a cuyo cumplimiento se obliga solemnemente, pagará al contado en

letras a cuatro meses, la cantidad de quince mil pesos vorrespondient.

plazo que con arreglo a dichos convenios debió cubrirse en diciembre;

mo pasado.

3.—El Gobierno tendrá el término de dos meses para ha«.er um> del

derecho que en los mismos convenios se reservó, a efecto de solicitar recti-

ficación o rebaja en las cantidades reconocidas.

4.—Habiendo manifestado el representante del Estado de Kl Salva-

dor que los deseos de su Gobierno son mantener reí.»». iones de amistad con

la Gran Bretaña y que la actual administración de su Estado no quiere \ct

en la impropiedad del lenguaje empleado anteriormente, sino el resultado de

una deplorable exaltación y en manera alguna una intención de (¿lur iua

liciosamente al respeto debido al Gobierno de S. M. B. el representante de

éste se da por satisfecho con esta explicación

5.—El mismo Gobierno de El Salvadoi en cumplimiento de lox preno-

tados convenios, conviene en guardar > en hacei guardaí a l> Marcos Idi-

goras en concepto de atiente consulai británico en Kl Salvador, lat conside-

raciones que corresponden a duho caráctei conforme a las lew--

6.—Este convenio sera ratificado por parte del v»obicrno de El sal-

vador dentro de un mes, o antes si so pudiere.

Guatemala, agosto 15 de 1851.

(Firmado).— Ignacio Gómez.— Federico Chatfield. — ("Gaceta de El

Salvador.")

Page 80: Asturias Francisco - Belice

En el periódico "El Universal" de México, de 7 de agosto de 1851 se

encuentra un articulo que da una idea de la actuación de Mr. Chatfield y

en el cual articulo, refiriéndose a Morazán, dice que era un jefe militar

atrevido perd sin talento administrativo ni miras politicas de importancia.

Al retornar don Juan Galindo a Centroamérica, escribió de San Sal-

vador, con fecha 2 de agosto de 1837, una comunicación a "El Editor", perió-

dico de los tribunales, editado en Guatemala en la imprenta del Gobierno, la

cual aparece en edición de 31 de agosto, número 19, página 78. A la vez que

se regocija ante indudables adelantos, lamenta: "Todo esto es sumamente

glorioso, pero mientras nos hemos ocupado del interior; todos nuestros veci-

nos se han aprovechado con actividad y sin descanso para arrebatarnos las

regiones que les son vecinas: avanzando sobre Centroamérica, de un modoque recuerda la partición de la desgraciada Polonia. . . Belice, en 1834, se

decretó límites extendidos, que abrazan vastos terrenos: que ni en el tiempo

español, ni después jamás ha pisado ningún habitante del establecimiento,

y ni a estos mismos linderos, ha querido posteriormente sujetarse. . . Así es

que estoy más al cabo de manifestar con dolor, que cada día se aumentan

las pretensiones hostiles de nuestros vecinos, y la dificultad para Centroamé-

rica de extender su necesario dominio sobre aquellas partes más importantes

de su territorio". (David Vela—página 63.)

Los pocos datos que he insertado sobre la concesión y misión de don

Juan Galindo, los extracté de "Appendix to the Congressional Globe for the

second session, Thirty-second Congress : containing Speeches, Important State

Papers, Laws, etc., by John C. Rives. New Series. Vol. XXVII. City oí

Washington. Printed at the office of John C. Rives. 1853". Tuve oca-

sión de leer este interesantísimo libro debido a la amabilidad de nuestro

apreciable compatriota y distinguido jurisconsulto Doctor don José Matos.

En este libro están las discusiones habidas en el congreso americano moti-

vadas por el tratado Clayton-Bulwer. A la misma amabilidad del Doctor Matosdebo, también, la oportunidad de haber leído "A Digest of International Law"by John Bassett Moore, Ll. D. Volume III. Washington: Government Print-

ing Office. 1906", donde se estudia el tratado Clayton-Bulwer: y la intere-

santísima obra titulada "Defensa del tratado de límites entre Yucatán yBelice. México. Imprenta de "El Siglo Diez y Nueve". Calle de Victorias,

número 15. 1894"< obras de las cuales he tomado importantes datos que

citaré en los capítulos siguientes.

El 25 de julio de 1837 se dispuso convocar una Constituyente, regla-

mentándose las elecciones por ley emitida el 5 de agosto del siguiente año.

Por el artículo 43 quedó autorizado el Gobierno para invitar a los habitantes

de Belice para que eligiesen y enviasen su diputado a la citada Constituyente.

Ya podrán imaginarse la actitud de Inglaterra, al conocer tal invitación, cuan-

do acabamos de ver todo lo que hizo por una concesión que dio el Gobierno

en terrenos indiscutiblemente guatemaltecos.

Para alivio de males, los Estados Unidos nombran un Cónsul en Be-

lice, Cónsul que recibió e^ exequátur del Gobierno británico; paso suma-

mente imprudente y del cual se sirve más tarde Inglaterra para apoyar sus

78

Page 81: Asturias Francisco - Belice

pretensiones en las dificultades que surgieron con el tratado Clayton-Bulwer

y que veremos después. El nombramiento de este Cónsul fué en el añode 1847.

México, para no quedarse atrás, y con la mira de evitar el contraban-

do de armas y pertrechos de guerra, que tantos males le causaba, envió otro

Cónsul a Belice; era Presidente de México don Ignacio Commoníort. Tengoa la vista este nombramiento y está fechado el 17 de abril de 1856. El 22 de

febrero de 1860 nombraron otro Cónsul, y este nombramiento está firmado

por el patriota y nunca bien ponderado Presidente de México, Licenciado

don Benito Juárez.

El 28 de diciembre de 1850 el Gobierno de Guatemala emite el De-

creto Número 49, que literalmente dice:

"El Presidente de la República de Guatemala,

"Considerando que es oportuno que se fijen los derechos adquiridos a

las tierras baldías de la costa del Norte; y con el fin de evitar las cuestiones

que entre los interesados pudieran suscitarse por falta de aquellas bases que

en tales casos reglamentan la propiedad, y que no han podido fijarse por la

diversidad de circunstancias, en que se han hecho las concesiones de te-

rrenos;

DECRETA

:

"Artículo l9—Los que por cualquier título hayan obtenido concesiones

de tierras baldías, sea en propiedad o a censo, y los que las posean, en vir-

tud de licencia para cortes de madera en la costa del Norte de la República.

desde el río Sibún hasta el río Tinto, incluyendo el lago de Izabal. Motagua

y Santo Tomás, deberán presentar sus documentos a la Secretaria de Ha-

cienda dentro de seis meses contados desde esta fecha.

"Artículo 29—Pierden el derecho que hayan adquirido, y se tendrán por

revocadas las concesiones hechas en favor de los que dejando transcurrir el tér-

mino señalado, por sí o por otra persona, no verifiquen la exhibición decretada.

"Artículo 39—Su objeto es examinar la validez del documento obteni-

do, y tomar de él la correspondiente razón, para que se tenga por subsistente.

"Artículo 49—Entre tanto, no se otorgará otra concesión ni licencia,

aunque sólo sea para cortes de madera; debiendo continuar las que estu-

vieren dadas, siempre que se llene el requisito establecido en este Decreto.

de cuyo cumplimiento cuidarán los corregidores de Santo Tomás e Izaba!;

informando, además, sobre el particular cuanto estimen conveniente.

"Artículo 59—En la Secretaría de Hacienda se establecerá una sección

destinada por cierto tiempo al reconocimiento y examen de los documentos

que se presenten. Este examen se practicará con audiencia del Ministerio

Fiscal. La toma de razón se sentará en un libro formado para protocolizar

las concesiones hechas.

"Dado en el Palacio Nacional de Guatemala, a 23 de, diciembre de

1850.

Mariano Paredes.—El Ministro de Hacienda, Manuel Bctcta"

Nadie protestó contra este Decreto, lo que prueba que la misma In-

glaterra reconocía los derechos de Guatemala en las tierras del Sibún.

A este Decreto no le veo más defecto que tener la fecha de 28 de di-

ciembre "Día de los Santos Inocentes".

79

Page 82: Asturias Francisco - Belice

Lleva el número 49 y fué publicado en la Gaceta correspondiente al

viernes 10 de enero de 1851. En la primera edición decía "nadie protestó

contra este Decreto, etcétera" y efectivamente así sucedió; el único protesta-

dor de oficio era el Ministro inglés, pero no sólo veía claros los derechos de

Guatemala, sino que su posición era bastante incómoda : sabía perfecta-

mente que exceptuando el apoyo o tolerancia de los gobiernos de Guatemala

y Costa Rica, los demás gobiernos (Salvador, Honduras, Nicaragua) y los

propios pueblos lo odiaban, y esto queda demostrado con las bases de paz

que propusieron al Gobierno los señores Francisco Carrillo, Serapio Cruz,

Roberto Reyes, A. Pérez y José D. Nufio, fechado en lo de Batres el 27 de

agosto de 1848; estas propuestas estaban condensadas en 18 artículos, di-

ciendo el 17 literalmente: "Siendo tan perjudicial a los pueblos de Centro-

américa la conducta e ingerencia del Cónsul inglés, señor Federico Chat-

field, en los disturbios del país: convencidos los mismos pueblos de que él

fomenta la guerra civil e insulta de un modo sin ejemplo a los Gobiernos de

los Estados de la Unión Centroamericana, con reclamos y pretensiones in-

justas, el de Guatemala ocurrirá al gabinete de Saint James, con los com-

probantes de su mal comportamiento, para que se le destituya y reemplace,

poniéndose de acuerdo para esto, si fuere necesario, con los Gobiernos de

los Estados, ínterin se organiza el nacional." El Gobierno aceptó estas ba-

ses por medio de un Decreto fechado el tres de septiembre del propio año yfirmado por el Presidente interino don J. Antonia Martínez y el Ministro

de Gobernación don Manuel J. Dardón; naturalmente Chatfield se enojó,

no sólo por las bases consignadas en el artículo 17, sino y más tal vez, por

haberlas aceptado el Gobierno, e inmediatamente dirigió una nota pidién-

dole satisfacción; el gobierno de don Juan Antonio Martínez le dio plena

satisfacción; pero Chatfield, inglés de pura sepa, al ver que le daban satis-

facción con tanta facilidad, no se dio por complacido y pidió más amplias

satisfacciones y el Gobierno no puso el menor inconveniente en dárselas

tal y como él las quería. Ya sabía Chatfield, pues, que era odiado. Pero en

esto no está todo : la idea principal era el canal por Nicaragua. En Nicaragua

se encontraba Mr. David L. White en representación de una casa americana

y tratando de obtener la concesión para la construcción del canal, cuando vio

que todo iba bien, lo comunicó a los Estados Unidos e inmediatamente en-

viaron a Mr. George L. Squier como Ministro Plenipotenciario de los Esta-

dos Unidos. Llegó a Nicaragua el 9 de julio de 1849 y en agosto se firmó el

primer tratado de canalización. Naturalmente se armó un gran lío entre

Squier y Chatfield, los respectivos Gobiernos movían cuanto podían a su

favor, y la situación se complica tanto y es tan interesante, que prefiero tra-

tarla detenidamente en el próximo capítulo, reduciendo el presente a indi-

car que Mr. White salió para los Estados Unidos para completar todos los

arreglos, y después sale para Londres en unión de Mr. Vanderbilt, comisio-

nados de la compañía, y quienes llegaron a Londres el 5 de octubre de 1850.

En el "Times" de 14 de octubre del propio año se encuentra una narración

de lo ocurrido; y como anunciaba un arreglo satisfactorio, agregaba que esto

se debía a las exigencias moderadas de la compañía de Nueva York, a la saga-

cidad y patriotismo de las dos principales firmas mercantiles de Londres y

80

Page 83: Asturias Francisco - Belice

al presidente de la compañía Hudson's Bay. Como si todo esto no fuera

suficiente, los Gobiernos de El Salvador y Honduras se preparaban a invadir

a Guatemala y atribuía una de las causas principales al bloqueo de los

puertos salvadoreños por fuerzas navales inglesas, todo esto ocasionado por

Chatfield residente en la ciudad de Guatemala; esto pasaba en 13 de enero

del 51, una semana después de publicado el Decreto Número 49, que po-

dríamos llamar de los Santos Inocentes.

Tengo un precioso mapa publicado por Jonston & Browing, 172 Wil-

liam St. New York, de CoUon, de la América del Norte y que al pie dice

"Entered acording to Act of Congress in the year 1855 by J. R. Colton & Co.

in the Clerks Office of the District Court of the United States for the

Southern District of New York". Al reverso se lee: "Russian. Danish and

British North America". Y al referirse a las posesiones inglesas, dice:

BRITISH POSSESSIONSDivisions Área, sq. m. Populatioo Pop.sq.ro. Chic! Towvt

Hudson's Bay Territory 2 436.000 80.463 ai York Factor?.

Canadá 357.622 1842.265 5.1 Quebcc.New Brunswick 27.704 193.800 7.0 Kr*denckto«.Nova Scotia, etc 18.746 276.117 14.7 Haliía*.

Prince Edward Island 2.134 62.67 29J Cbirlollc-Towo.

Newfonndland 35.913 101.600 2.8 Si. Jobo».The Bermudas 19 11.092 58341 Si. Gtorf».

Grand total 2 878.338 2.568.015 0.9

Para nada se cita a Belice o British Honduras, y en el mapa sólo

aparece con les límites del tratado del 86. Reproduzco una copia aumentada

para mayor claridad y repito que este mapa es de 1855, o posterior, y el

aumento de tres veces su tamaño original.

M

Page 84: Asturias Francisco - Belice
Page 85: Asturias Francisco - Belice

CAPITULO II

Situación de Centroamérica a mediados del siglo XIX

La situación de Centroamérica, a mediados del siglo pasado es de lo

más complejo que se pueda imaginar.

Describiendo, sin preparación alguna la situación por el año de 1859.

no sería fácil darse cabal cuenta del por qué de muchas cosas; trataré dife-

rentes factores desde su origen y los dejaré a mediados de dicho siglo, para

que, con conocimiento de causa, podamos analizar tan intrincada situación.

£1 sueño de Inglaterra era la construcción del canal interoceánico.

creyendo que la ruta más factible era Nicaragua, y ya sabemos la gran ex-

pedición organizada en Inglaterra para apoderarse del rio San Juan, bajo el

mando del Coronel Polson y en que tomó parte Horacio Nelson. Fracasada

la expedición por los rigores del clima se dedicaron a formalizar su influen-

cia en la Mosquitia, y de ese modo reconocieron como JEFE al indio mosco

que, bautizado en Cartagena en 1788, le dieron el nombre de CARLOS DECASTILLA. Al morir Carlos, lo heredó en la JEFATURA su hijo ROBERTOCARLOS FEDERICO. Durante estas jefaturas, se habian establecido en

Mosquitia algunos ingleses influyentes como Samuel Shepherd, Estanislao

Thomas, Henry Willock y otros negociantes; éstos obsequiaban con gran-

des comidas a Carlos y su hijo Roberto Carlos Federico, y a los postres y

cuando estaban completamente borrachos, les pedian y obtenían todo lo que

deseaban. Después de todo esto se obligó a Roberto Carlos Federico a que

instituyera como CUMPLIDOR TESTAMENTARIO de su última voluntad

al Coronel MacDonald, Superintendente de Belice, y quien de ese modo

pasó a ser Jefe efectivo de los moscos. Pero un caso imprevisto vino a

echar por tierra tanto sueño, y fué que uno de los titulos de compra o cesión

llegó a caer en manos de un subdito prusiano, y la parte que a éste corres-

pondía era la más vasta, la más bien situada para la colonización y el co-

mercio con el interior de Centroamérica. El subdito prusiano se presentó

reclamando, la parte que le correspondía, indicando al mismo tiempo que

traería muchos prusianos para colonizar el vasto territorio que le correspon-

día. Esto contrarió mucho a MacDonald y la única solución era anular

todas las ventas o concesiones hechas, y para lograr esto, reinstaló al REYde la Mosquitia en todos sus derechos de propiedad y dominios previos a la

enajenación. Para esto tomaron a JORGE GUILLERMO, joven de 15 años

83

Page 86: Asturias Francisco - Belice

de edad e hijo de Roberto Carlos Federico, y lo coronaron en Jamaica, en 1839,

como REY .MOSCO. Su tutor MacDonald hizo de él lo que quiso, y: así

aparece, el 23 de marzo de 1841 firmando en el Cabo de Gracias a Dios, el

Decreto anulando todas las concesiones. Nombraron Cónsul de S. M. B.

en Mosquitia a Patrick Walter y éste hizo que el Rey mosco ratificara el

Decreto de 1841, ampliándolo en el sentido de que anulaba todas las ventas

y concesiones hechas por sus antecesores "por, haberse encontrado ebrios

cuando otorgaron dichas enajenaciones". En 1845 anuncia el Cónsul inglés

el PROTECTORADO de Inglaterra al REY DE LOS MOSCOS, y a poco el

mulato Jorge Hodgson toma posesión de San Juan del Norte, que denomi-

naron Greytown. Naturalmente protestó Nicaragua ante semejante despojo

y ofensa, y a la protesta siguió la lucha armada.

Toda esta interesante narración la he extractado de la Historia de don

J. D. Gámez, página 534. Después de escrita la primera edición leí la inte-

resante obra "WAIKNA; Adventures on the Mosquito Shore by Saml. A.

Bard".—New York.: Harper & Brothers, 829 & 831 Pearl Street.—1855. Este

señor Bard nos hace una narración muy pintoresca desde su salida de Ja-

maica en el "Prince Albert", nombre dado en honor del príncipe consorte

de la Reina Victoria, y siendo este barco casi gemelo del "Jung-frau", pri-

mer barco holandés que llegó a Nueva York en un rápido viaje de casi seis

meses de La Haya (este barco era de ruedas), salieron de Kingston en

diciembre, pero ya no indica en qué fecha llegaron a Bluefields; lo cierto

del caso es que se hospedó en el rancho de Hodgson, un negro que se titu-

laba así en recuerdo de un superintendente inglés y que su mayor orgullo

estaba en un hijo que tenía, a quien respetuosamente llamaban mister James

Hodgson, y quien, según él, era el principal consejero del Rey. Recorriendo

Bluefields nos cuenta que estaba formada por dos partes, la mayor llamada

Bluefields propiamente y la menor Carlsruhe (con C, probablemente de

origen sajón) ; la primera tenía como 500 habitantes y la segunda debió su

nombre a una especie de colonia de prusianos que trataron de establecerse

allí, pero que la inclemencia del tiempo destruyó, no sobreviviendo en ese

tiempo más que unos tres o cuatro.

El señor Bard fué a visitar al inglés más conspicuo de Bluefields, Mr.

Bell, quien lo atendió cortesmente y lo invitó a tomar una taza de café; Mr.Bard aceptó y entonces Mr. Bell indicó a la sirvienta que sirviera el café; y la

muchacha colocó tres tazas, lo que llamó la atención de Mr. Bard. Estaban ya

en la tercera taza de café cuando Mr. Bard oyó que la muchacha le decía

a un invisible "levántese" y a poco rato se sentó con ellos un muchachodespués de soltarles un "¡Morning, sir!" Tomó el café el muchacho y se

fué a la playa a lavarse la cara y regresó, y cuando estaba cerca de ellos,

Mr. Bell le dijo a Mr. Bard: "¿Tal vez usted no se ha enterado que ese es el

Rey?" "No, repuse (dice Mr. Bard)" y el joven se acercó, se quitó el som-

brero respetuosamente y entonces le dijo Mr. Bell: "Jorge, este caballero vino

a verlo, siéntese". Ese era el Rey George William Clarence.

Cuando Colón pasó el cabo Gracias a Dios, llamó esta tierra Cariay,

que su compañero Porras describe como "una tierra muy baja". Cristóbal Co-

lón escribe a los soberanos españoles diciéndoles que los habitantes son pes-

84

Page 87: Asturias Francisco - Belice

cadores, y "como grandes hechiceros, muy terribles"; Fernando, el hijo de

Colón, dice que casi todos son negros, bestiales; que viven desnudos, en todos

respectos muy rudos, comen carne humana y devoran crudos los pescados,

en cuanto logran agarrarlos.

Después de la coronación de Carlos en Cartagena en 1788, los ingleses

siguieron con el juego de la dinastía mosca, y por 1820 coronaron en Belice

un jefe salvaje, que tenía todos "los defectos de los europeos y de los crio-

llos, todas las tendencias viciosas de los zambos y el capricho del indio" ; este

Rey fué asesinado en una borrachera en 1824, y lo heredó en la '•corona** su

medio hermano Roberto. Pero pronto vieron que Roberto tenía mayores sim-

patías por los españoles que por los Englishmen y entonces lo abdicaron y pu-

sieron en su lugar a un zambo llamado "Jorge Federico", pero pronto vieron

que era nulo (an indifferent tool) y sin saber si murió o lo eliminaron, fué

substituido por otro zambo con el sonoro y archirreal nombre de "Roberto

Carlos Federico". Su coronación tuvo efecto en Belice el día 23 de abril de

1825, después de prometer que "bailaría al son que le tocaran".

Aunque me aparte un tanto de la historia principal que es sobre Be-

lice, les voy a contar algo de la coronación publicada en el "Dunn's Central

America", páginas 26 y 27—1828, escrita por un testigo ocular y que más o

menos, dice así: "La tarde anterior circularon tarjetas de invitación, envia-

das a los principales comerciantes de Belice, y requiriéndoles su presencia,

para el otro día temprano en palacio. En este lugar apareció el Rey, vestido

con uniforme de Mayor británico, y sus jefes, vestidos casi iguales, pero

con pantalones de marineros. No se puede uno imaginar un grupo más pin-

tarrajeado. El orden de la procesión fué arreglado, y la cabalgata se dirigió

a la iglesia; Su "Majestad Mosquito", iba a caballo, sostenido por los dos

oficiales más viejos del "establecimiento", uno a la derecha y otro a la iz-

quierda, es decir, iban de palafreneros, atrás seguían los jefes moscos, a pie

y de dos en dos. Al llegar a la iglesia, colocaron a Su "Majestad" en una

silla, cerca del altar, y el servicio de coronación inglés, fué leído a la con-

currencia por el capellán, quien, en esta ocasión, representaba al Arzobispo

de Canterbury. Cuando llegó a las frases "And all the people said, let the

King live forever, long live the King, God save the King!", entonces, los bar-

cos del puerto, y por previa consigna, saludaron a Su "Majestad" con las

salvas de ordenanza y los jefes, poniéndose de pie, gritaron. "Long live King

Robert!"

"His Majesty seemed chiefly occupied in admiring his finery, and,

after his anointing, expressed his grat ; fication by repeatcdly thrusting hit

hands through his thick, bushy hair, and applying his íinger. to hit note—in

this expresive manner indicating his delight at this part of the tervice."

Después de haber sido investido con la "púrpura mosquita", fué He-

vado a las playas de la Mosquitia, para esperar órdenes británicas, pero mien-

tras lo ungían en Belice y el se acariciaba los crespos y las ventanat de la

nariz, le vino una especie de delirio que lo convenció que era realmente

"Rey" y su sangre azul, del azul prusiano más puro. Ya con esto llegó a la

Mosquitia ejerciendo su regia voluntad, y dando concetionet a diettra y ti-

niestra, de tal modo que las concesiones abarcaban más del territorio de la

8S

Page 88: Asturias Francisco - Belice

Mosquitia y abrazaban las antiguas concesiones dadas a los magnates Rennik,

Shepherd, Haly y otros. Cuando esto llegó a oídos del Gobernador de Ja-

maica y del Superintendente de Belice, verdaderos padres de la criatura, se

formó una algarabía de comadres y enviaron un barco de guerra a "atrapar"

a Su Majestad Roberto Carlos Federico y conducirlo a Belice; hecho esto,

Su Majestad no pudo soportar las "limitaciones de la civilización" y pronto

languideció y murió. Pero antes de que tan lamentable catástrofe sucediera,

ya le habían obligado a poner la impresión digital en su "testamento" o úl-

tima voluntad. Por esta última voluntad instituía al Coronel McDonald, Su-

perintendente de Belice, como CUMPLIDOR TESTAMENTARIO y le en-

cargaba la administración de su "reino" como REGENTE, mientras durara

la minoría de su heredero, la custodia de sus hijos y que estableciera en la

Mosquitia la Iglesia Unida de Inglaterra e Irlanda como religión para sus ama-

dos subditos. Muerto Roberto Carlos Federico, MacDonald comenzó a des-

empeñar sus funciones y proclamó "Rey" a su hijo "George William Clarence",

y su primer acto fué la revocación de todas las concesiones otorgadas por su

difunto padre, por haberlas concedido en estado de embriaguez. Las cosas

siguieron sin mayor novedad ; Inglaterra, esperando el momento oportuno para

la tarascada, hasta el año de 1848, en que terminada la guerra entre México

y los Estados Unidos, éstos adquirieron California, o sea puertos en el océa-

no Pacífico. La primera idea de Inglaterra fué, y con sobrada razón, que

los Estados Unidos tratarían de obtener la concesión y construir el canal

interoceánico, para llevar sus productos del Este al Oeste, del Atlántico al

Pacífico; y comienza a moverse en todas direcciones. Las primeras órdenes

fueron de la captura de San Juan de Nicaragua, "el único término posible

del canal de Nicaragua, por el Este" y lo agregaron, naturalmente al "Reino

de la Mosquitia", cuando allí jamás había llegado un solo mosco, ni en cin-

cuenta millas a la redonda; en enero de 1848 llegaron dos barcos de guerra

ingleses a San Juan, bajaron la bandera nicaragüense y enarbolaron la

"mosca". Dejo aquí esta narración, para seguir con la situación de Centro-

américa, y la proseguiré cuando tratemos de esta época en los demás Estados.

Después de la anexión de Centroamérica al imperio de Iturbide, si-

guieron los combates de las fuerzas de Filísola contra los heroicos salvado-

reños, los cuales acosados capitularon en Gualcinse el 21 de febrero de 1823

precisamente en los momentos en que se sabía que el entonces Coronel An-

tonio López de Santa Ana (que en agosto de 1842 nos despojó de Soconusco)

había proclamado la República en Veracruz y que don Agustín había sido

depuesto por las fuerzas victoriosas el día l9 de febrero del propio 1823.

Filísola al verse perdido trató de ganarse simpatías y convocó el Congreso

estipulado en el acta de 15 de septiembre de 1821. Ya vimos que esta gran

Asamblea Nacional Constituyente abrió sus sesiones el día 24 de julio del

23 y bajo la presidencia de] Doctor J. Matías Delgado y la labor tan fruc-

tífera que hizo. Por esos tiempos gobernaba en los Estados Unidos de Nor-

teamérica el ciudadano James Monroe (1817-1825). El 4 de marzo de 1817

prestó juramento en manos del magistrado Marshall, Presidente del Tribu-

nal supremo, el nuevo Presidente de los Estados Unidos, Jacobo Monroe,

fundador de la "Era de la concordia" (The era of good feelings) y autor de

86

Page 89: Asturias Francisco - Belice

la célebre doctrina "Monroe". Monroe tuvo que luchar silenciosamente con-

tra terribles adversarios que trabajaban cautelosamente. Al organizar su ga-

binete le ofreció la cartera de la guerra al anciano Shelby, quien no aceptó.

y entonces se la ofreció al ambicioso Clay, quien tampoco la aceptó, puesto

que él soñaba con la primera magistratura; la de Hacienda a Guillermo

Crawford, hombre de gran estatura, de proporciones atléticas. inculto, re-

celoso, falso y maligno, y que trató de desacreditarlo, puesto que no sólo

aspiraba a la primera magistratura, como Clay, sino que ya había sido su

competidor en la reunión preparatoria de electores. Con el General Jackson

estuvo en buenas relaciones a pesar del genio violento de Jackson que no

permitía contradicciones; los desórdenes en la Florida y demás dominios

españoles se sucedían con suma frecuencia; a orillas del rio Apalachicola

había un fuerte, el fuerte de los "negros o cimarrones" y éste fué tomado

por tropas americanas al mando del General Gaines y de aci.erdo con el

Gobernador español de Pensacola, pero al verse derrotados los indios, ataca-

ron un barco que subía por el río y degollaron cerca de cincuenta personas

que se encontraban en él. Con esto Monroe nombró a Jackson para poner

orden, y salió inmediatamente para Florida haciendo saber que procedería a

la conquista de la península en el término de sesenta días; Jackson cometió

mil atrocidades y los Estados Unidos se vieron en una situación difícil y com-

plicada, y pudieron salvarse airosamente gracias a la habilidad diplomática

de Quincy Adams, quien logró la venta de la Florida en 1819 por cinco mi-

llones de pesos. Pasaron algunos años y siguieron surgiendo dificultades.

pequeñas unas, de importancia otras; pero Monroe consultó a Jefferson en

su retiro, y con la contestación de Jefferson y los consejos de su Ministro

de Estado Adams, se puso a redactar su inmortal mensaje al Congreso, leído

el día 2 de diciembre de 1823. Monroe no es propiamente el iniciador de la

doctrina Monroe, pero él la comprendió y planteó oficial y solemnemente

en términos claros y precisos. El texto íntegro del célebre mensaje aunque

interesante en todas sus partes, es muy extenso para reproducirlo, pero si

tomaré el párrafo más importante que dice: "Sólo cuando vemos atacados o

seriamente amenazados nuestros derechos, vengamos los ultrajes o prepa-

ramos nuestra defensa. En cambio nos hallamos interesados irremisible y

directamente en todos los sucesos y movimientos que ocurren en nuestro

hemisferio, esto por razones que debe tener muy presentes todo observador

ilustrado e imparcial. La primera razón es que el sistema político de las

potencias europeas es completamente distinto del americano, y la segunda

es la defensa del Gobierno que nos hemos dado nosotros a costa de mucha

sangre, que se ha consolidado por la sabiduría de nuestros conciudadanos

más ilustres y bajo el cual hemos prosperado con una fortuna sin ejemplo.

Para la defensa de este Gobierno toda la nación está dispuesta a sacrificarlo

todo, y por lo misino debemos i nuestra sinceridad y a las buenas relaciones

de los Estados Unidos con aquellas potencias declararles <///< consideraremos

peligrosa jxira nuestra paz y seguridad toda tentativa uue hicieren para im-

plantar su sistema de gobierno en cualquiera parte de este hemisferio." Esto

escribió aquel varón ilustre, en su mensaje, hace ciento diez y siete años, y

si hoy lo leyese, sería tan de actualidad como hace más de un siglo. A Mon-

Page 90: Asturias Francisco - Belice

roe siguió John Quincy Adams en 1825, y a Adams, Andrew Jackson en1829, siendo los partidarios de Jackson los que fundaron el partido demó-crata, a cuyo frente se encuentra actualmente y desde 1933 el simpático yviril Franklin Delano Roosevelt.

Y ahora pasemos a ocuparnos brevemente de México: proclamada la

independencia, sobrevino el Imperio de Iturbide, proclamado el 18 de mayopor la noche, por el pueblo, y haciéndolo el Congreso al otro dia tempranocon asistencia de 94 diputados, votando 77 en favor y 15 que se declararon

sin poderes para semejante designación; le asignaron millón y medio depesitos anuales y lo coronaron el 20 de julio de 1822. Fué emperatriz su espo-

sa Ana María Huerta de Iturbide; el 19 de marzo de 1823 abdica la corona,

para evitar derramamiento de sangre y en vista de la popularidad que tenía

ya el "Plan de Casa Mata", firmado el l 9 de febrero por Santa Anna, Echá-varri, Cortázar y: otros; acto continuo lo desterraron, saliendo el 30 paraTacubaya y el 11 de abril para Italia, con una pensión de 25,000 pesos anua-

les. El 31 de enero de 1824 se promulgó el Acta Constitutiva y el 4 de octubre

la "Constitución Federativa"

.

El 28 de abril (1824) emitió el Congreso el decreto declarando traidor

a Iturbide y poniéndolo fuera de ley; Iturbide ignorando todo esto se em-barcó en Londres para México, llegó a San Bernardo el 29 de junio y a Soto

la Marina el 14 de julio, desembarcando con su esposa, dos niños pequeños,

su sobrino Ramón Malo, los eclesiásticos López, Treviño y Morandini y el

Teniente Coronel polaco Beneski; éste desembarcó primero y ocultando el

nombre de Iturbide y bajo pretexto de colonización, pidió permiso al Ge-

neral Garza para que desembarcasen sus compañeros;pero reconocido el

ex Emperador por su destreza al montar a caballo, fué alcanzado y hecho

prisionero a las siete leguas, en el Rancho de los Arroyos. Se le informó del

"decreto", se le condujo prisionero a Padilla, allí lo juzgó sumariamente el

Congreso de Tamaulipas, y el 19 a las seis de la tarde fué fusilado el ex Em-perador Agustín de Iturbide. Los restos del emperador quedaron en Padilla

hasta el 27 de octubre de 1838, en que fueron trasladados con gran solemni-

dad a la catedral de México y por decreto del Congreso Nacional.

Promulgada la constitución, se practicaron las elecciones, saliendo

electo para Presidente de México don Manuel Félix Fernández (a) General

don Guadalupe Victoria, y para Vicepresidente el General Nicolás Bravo, to-

mando posesión el 10 de octubre de 1824. A moción del Síndico del Ayunta-

tamiento de México, don Wenceslao Sánchez de la Barquera se festejó por

primera vez en 1825 el 16 de septiembre, aniversario de la independencia

nacional, y con ese motivo y también por vez primera, el Presidente hizo

efectiva la emancipación de los esclavos (dos años después que Centroamé-

rica). Ya el año anterior (1824) se nos había despojado de Chiapas.

Desde acá hasta 1836 no hay mayor cosa, los mexicanos se divertían

en agarrarse unos con otros, en armar "mitote" en cualquier lugar, por cual-

quier cosa y a cualquier hora, y para prueba un botón: dueños de la presi-

dencia y vicepresidencia don Manuel Félix Fernandez (a) General don

Guadalupe Victoria y General don Nicolás Bravo, este último se "metió" a

88

Page 91: Asturias Francisco - Belice

la masonería y con los moderados estableció el rito escocés; celoso el Ge*neral Victoria establece, con el partido exaltado, el rito yorkino, forman dospartidos, el escocés y el yorkino, y ya tenemos a los francmasones agarran*dose por todos lados. Volvamos a 1836: el 28 de enero de 1835 deja el Ge-neral Santa Anna al General Barragán (Miguel) en la presidencia, y el

cambio operado en la forma de gobierno sirvió de pretexto para el levanta-

miento de Texas, proclamando su independencia el día 2 de marzo de 1836 ynombrando para Presidente y Vicepresidente, respectivamente, a Mr. Sa-

muel Houston y don Lorenzo de Zavala. Santa Anna andaba por San Luis

Potosí y ajlí supo lo del levantamiento y la capitulación, en San Antonio.

del General Martín Cos. Apresuró sus preparativos y salió para Texas, inva-

diéndola a principios de 1836. £1 tesoro mexicano no estaba muy prestigiado

por ese entonces: Santa Anna pidió prestados 500.000 pesos con 4-5' \ de ré-

ditos, después consiguió otros 200,000 con el 4',' mensual y con este mismorédito consiguió otro medio millón. Al principio marchó de triunfo en triun-

fo, pero se cerró todas las puertas para el triunfo final, por negarse a admitir

capitulaciones, fusilando a los prisioneros, talando campos y quemando po-

blaciones, con lo cual obligaba al enemigo a seguir la guerra a todo trance;

los americanos y los revoltosos se replegaron a la frontera de los Estados Uni-

dos y allí esperaron hasta el 21 de abril en que al mando de Houston y en

número de 800 sorprendieron a Santa Anna, que con 1300 hombres y un ca-

ñón se encontraba en las riberas del río San Jacinto, cerca de Harrisbourg.

La derrota del ejército mexicano fué completa e ignominiosa, cayendo prisio-

nero el propio Santa Anna. Nuestro antiguo protector, el General don Vi-

cente Filísola, se encontraba cerca con tres mil hombres, y retrocedió hasta

Béjar a esperar órdenes, en vez de marchar a reparar la derrota de San

Jacinto. Y ahora oigamos lo que a este respecto dice el gran historiador

mexicano don Luis Pérez Verdía: "Así pues, retirado el ejército no sólo a

Béjar sino hasta Matamoros, quedó abandonado todo el territorio de Tesas.

Santa Anna después de varios meses de prisión, ejecutando actos repetidos

de bajeza, reconoció su independencia, lo que le valió ser puesto en libertad.

por lo que volvió a México sin que se le castigase por su escandaloso com-

portamiento : infame traición, vergonzosa cobardía, impericia militar y usur-

pación de atribuciones." Este General Santa Anna es el mismo que te mue%tra

arrogante, intransigente y tirano con Guatemala en agosto de 1842 ordenan-

do al Coronel Juan Aguayo la ocupación del partido de Soconusco. Con la

vara con que mides, serás medido y una cuarta más.

El 28 de diciembre de esc mismo año de 1836. reconoció España U

independencia de México.

En 1838 sobreviene la "guerra de los pasteles". Al General Santa Anna

se le encomendó la defensa de Veracrui y el 5 ,1c diciembre desembarcaron

los franceses sorprendiendo a Arista, pero Santa Anna los siguió y en el

muelle recibió un metrallazo en la pierna i/quicrda por lo que le propor-

cionaron una nueva de matilisguate ; lástima que la caricia no haya sido en

el corazón.

Page 92: Asturias Francisco - Belice

El 4 de marzo de 1840 se separa Yucatán de México, y el l 9 de octu-

bre de 1841 se declara república independiente. En diciembre de 1843 cele-

bra un tratado con México, por el cual vuelve a la Unión.

El l9 de marzo de 1845 acepta el Congreso americano la anexión de

Texas. (Por la ley de anexión, el Congreso autorizó al Estado de Texas para

que, con el tiempo y mayor número de habitantes, pueda subdividirse hasta

en cuatro Estados adicionales.) México rompió sus relaciones con los Es-

tados Unidos y comenzó los preparativos para la guerra.

El l9 de enero de 1846, Yucatán vuelve a separarse de México, por no

haber éste cumplido con lo pactado en 1843, y en diciembre proclama su

neutralidad, en la guerra contra los Estados Unidos, Campeche (que todavia

formaba parte de Yucatán). En 1845 habian enviado los Estados Unidos a

Mr. John Slidell como Ministro a México, pero no fué recibido por estar

ya rotas las relaciones; en 1846 vuelve Slidell a México y tampoco es reci-

bido; ya ambos paises se preparaban ostensiblemente para la guerra y refi-

riéndose a esto dice el señor Pérez Verdia (página 417) : "No podían ser

peores las condiciones del país para proveer a su defensa contra el extran-

jero, hay que decirlo con dolor: gobiernos inestables; completa penuria; un

ejército desmoralizado y corrompido, sin organización ni disciplina y sin

un sólo jefe capaz ; los partidos políticos efervescentes e implacables ; el cle-

ro egoísta y el pueblo frío. Circunstancias funestas que originaron nece-

sariamente la catástrofe, enseñando a la nación que el patriotismo debe ser

la primera virtud de todo pueblo que quiera vivir y ser respetado. Después

de varios amagos y "citas", el General Zacarías Taylor rompió las hostilida-

des ocupando el Frontón de Santa Isabel el día 4 de marzo (1846) ; siguen los

descalabros de México, el 13 de mayo le declaran la guerra a México los

Estados Unidos, y el 23 la declara México. Taylor atacó Tamaulipas y atra-

vesó el río Bravo frente a Matamoros; el 8 de mayo chocaron ambos ejér-

citos en Palo Alto; siguieron los triunfos americanos, ocupando Matamoros

el 18; el 27 de diciembre ocupó el General Doniphan Ei Paso y el l 9 de

marzo Chihuahua; en agosto de 1846 invadió el General Kearnay NuevoMéxico, y el Coronel Fremont California, declarándola parte de la Unión y

ocupó San Francisco el 9 de julio; siguieron los triunfos americanos, las

sublevaciones mexicanas y los actos de insubordinación, etcétera, hasta con-

cluir la paz que fué firmada el día 2 de febrero de 1848 ; este tratado de

paz fué ratificado por el Senado americano inmediatamente y por el de

México en mayo, según el World Almanac de 1940, página 631, el día 24

y según Pérez Verdia el 13. México reconoció el río Bravo como frontera, yperdió la Alta California y Nuevo México; recibía 15 millones de pesos y que-

daba libre de las reclamaciones. El propio día 2 de febrero en que se fir-

maba el tratado de paz, se tuvo noticia del descubrimiento del oro en

California (el oro fué descubierto el día 24 de enero) y comienza el gold-

rush y también el gold-fever, que tanta riqueza y prosperidad debían llevarle

a la encantadora California.

90

Page 93: Asturias Francisco - Belice

En mayo de 1848, Campeche se erige en Estado independiente, segre-

gándose de Yucatán; inmediatamente manda el Gobierno Central comisio-

nados a Yucatán y mediante 150,000 pesos vuelve Yucatán a incorporarse a

México, por decreto de 17 de agosto, y reconoce a su antiguo rival, Campeche,como Estado independiente.

Dejemos a los mexicanos con sus "mitotes" y a Santa Anna vendiendo"La Mesilla" y ocupémonos de Centroamérica, en donde, desgraciadamentevamos a encontrar las mismas revoluciones, intrigas y traiciones que enMéxico. No me voy a ocupar detalladamente de estos actos, y sólo los pa-

saré citando y revisando a la ligera, para tener una idea aproximada del

mare mágnum y caos del año 1859.

Al proclamarse la independencia de Centroamérica, se formaron au-

tomáticamente y por herencia, dos partidos: el conservador y el liberal.

Librados del águila azteca y dejando en sus garras el precioso jirón

de Chiapas, mediante el decreto de l 9 de julio de 1823 de la Asamblea Na-cional Constituyente, presidida por el Doctor J. Matías Delgado, se encargódel Poder Ejecutivo al triunvirato compuesto por los ciudadanos Pedro Mo-lina, Antonio Rivera Cabezas y Juan Vicente Villacorta. Acto continuo se

procedió a organizar los poderes de cada Estado y de acuerdo con sus res-

pectivas constituciones, saliendo electos para Guatemala Juan Barrundia yCirilo Flores (Jefe y Vicejefe), Juan Vicente Villacorta y Mariano Prado.

de El Salvador; Dionisio Herrera y Justo Milla, de Honduras y Juan Moray Mariano Montealegre, de Costa Rica; en Nicaragua se atrasó la elección,

por los disturbios políticos, y hasta abril de 1825 eligieron a José ManuelAntonio de la Cerda y Juan Arguello.

El 6 de febrero de 1825 se instaló la primera Asamblea Nacional Le-

gislativa en la ciudad de Guatemala, que había sido designada capital y

bajo la presidencia del Doctor Mariano Gálvez, y luego se procedió a la

elección de Presidente del Ejecutivo Federal; los liberales apoyaban al Ge-

neral Manuel José Arce y los conservadores a José Cecilio del Valle; co-

menzaron las intrigas y complicaciones, como ya vimos anteriormente, y por

último eligieron a Manuel José Arce (liberal) como Presidente y Mariano

Beltranena (conservador) Vicepresidente; una candela a Dios y otra al dia-

blo. Pronto surgió la separación entre los liberales y su antiguo candidato

Arce, y buscando pretextos para molestarse, redujo a prisión al Jefe del

Estado, Barrundia, y entonces se hizo cargo de la Jefatura don Cirilo Flores,

quien se trasladó a San Martín Jilotepeque, donde promulgó un decreto con

fecha 26 de septiembre de 1826. De aquí dispusieron trasladarse a Quezal-

tenango, llegando el 8 de octubre, y donde cinco dias después. 13 de octubre

de 1826, fué asesinado vilmente el Vicejefe Cirilo Flores. Preso Barrundia

y muerto Flores, Arce convocó a elecciones de nuevas autoridades, violando

la constitución, el 31 de octubre, y la Asamblea declaró electos para Jefe y

Vicejefe a Mariano de Aycincna y Manuel Montúfar. que tomaron posesión

de su cargo el l9 de marzo de 1827. En ese mes atacan los salvadoreños

Guatemala y son derrotados en Arrazola. lo que consolida a Arce en el poder;

éste, de acuerdo con el Vicejefe de Honduras, Justo Milla, derroca al Jefe

Page 94: Asturias Francisco - Belice

Dionisio Herrera (mayo 9), mientras tanto y en abril ya había atacado Arce

El Salvador y ocupado Santa Ana, pero al tratar de ocupar San Salvador

fué derrotado en Milingo, y de allí se retiró a Santa Ana y pronto regresó

a Guatemala; pero no regresó a descansar, sino a prepararse para una se-

gunda invasión; Nicaragua estaba en plena revolución hasta que el Coronel

Cleto Ordóñez con el apoyo de 300 salvadoreños logró imponerse y se cal-

maron un tanto; antes de la ocupación de Comayagua por Milla, se había

escapado de ella el senador Francisco Morazán, ganó la frontera de El Sal-

vador y de allí pasó a Nicaragua donde lo auxilió el Coronel Cleto Ordó-

ñez con 135 hombres y se puso en marcha sobre Comayagua; el 10 de no-

viembre se encontraron las tropas de Morazán y las de Milla en la Trinidad

y allí triunfó Morazán, ocupó Comayagua el 16 y se proclamó Gobernador

del Estado. Y ya tenemos a Morazán.

Mientras tanto se dirigen los salvadoreños a atacar a los guatemaltecos

que ya estaban "de vuelta" en Santa Ana, arreglaron un armisticio, que

cumplieron los guatemaltecos y no los salvadoreños, y los guatemaltecos se

retiraron a Guatemala. Con esto se puso el Gobierno Federal; al lado de

Guatemala y prepararon la tercera invasión a El Salvador; Arce nombró Jefe

de la expedición al Brigadier Perks, a éste se le insubordinaron los jefes

subalternos y lo destituyeron y quedó al mando el General Manuel Arzú,

ganaron la batalla de Chalchuapa, llegaron a San Salvador y le pusieron si-

tio, pero Morazán salió de Honduras en auxilio del Vicejefe Prado y, en-

contrando las fuerzas federales en Gualcho, obtuvo un triunfo más. Morazán

regresó a Honduras y las fuerzas federales y estatales fueron derrotadas en

San Antonio, donde Morazán ya había ocupado las alturas de la Pava. Mo-

razán hizo su entrada triunfal en San Salvador el día 23 de octubre de 1828.

Después de todo esto, El Salvador y Honduras se ocupan de atacar

a Guatemala y organizan el "Ejército Aliado Protector de la Ley", compues-

to de dos mil hombres y bajo las órdenes del General Francisco Morazán,

dispuestos al saqueo de Guatemala, donde entraron triunfalmente el día 13

de abril de 1829, mediante el convenio celebrado el día anterior. El 20 de-

claró Morazán roto el convenio y apresó al Presidente Arce, Vicepresidente

Beltranena, Jefe Aycinena y los más culminantes miembros del partido caído,

que fueron desterrados. Nuestro chispeante y ameno narrador, don Fede-

rico Hernández de León, Director de "Nuestro Diario" nos dice en su inte-

resantísimo "Libro de las Efemérides", tomo II, página 71 : "Todo el Estado

se encontraba bajo la acción de las tropas invasoras. Sólo la capital resistía.

La última batalla campal, se había dado en Las Charcas, obteniendo untriunfo las tropas combinadas de Raoul y Morazán. El cerco se apretó : yesta nuestra pobre ciudad, hubo de presenciar tres días de combates en sus

calles, después de dos meses de sitio: caían bajo el rigor de las balas las

mujeres y los niños y, conforme se ocupaban los barrios de la capital, las

tropas se entregaban al saqueo y al pillaje." Así comenzó Morazán en Gua-temala, creyendo que con el terror conservaría la unión y su dictadura, y lo

que hizo fué provocar el fraccionamiento, por los odios que sembró.

92

Page 95: Asturias Francisco - Belice

Sin embargo Montúfar defiende a Morazán y justifica su cruel con-ducta (tomo I, página 96, capítulo 4), y en el "Prólogo del autor" al tomo I.

página IV dice: "pero faltando una parte de lo que escribió Marure. ha sido

preciso comenzar desde fines de 1828, circunstancia que me ha proporcio-

nado ocasión de palpar las falsedades con que el partido servil ha desfigu-

rado los sucesos memorables de 1829". Cuando Montúfar escribió su "Reseñahistórica" estaba padeciendo de indigestión clerical, y sólo se ocupó deponer de relieve su odio a los conservadores, haciendo a un lado el patrio-

tismo y la misma verdad que debe imperar en toda historia. Supongo que

más tarde leería Montúfar lo que dice Marure de Morazán en sus "Ob-servaciones sobre la intervención que ha tenido el ex Presidente de Centro-

américa, General Francisco Morazán, en los negocios políticos de Guatemala.

durante las convulsiones que ha sufrido este Estado, de mediados de 837 a

principios de 839, por Alejandro Marure—Guatemala—Imprenta de la Acad.

de Estudios.—1839", y que tuve oportunidad de leer en la interesantísima

"Revista del Departamento de Historia del Ministerio de Instrucción Públi-

ca" de El Salvador, año I, número 1, 2* época, enero de 1938. En la página

192, literalmente dice Marure: "Con respecto al General Morazán. no puede

negarse que sus primeros pasos en la campaña anunciaron intenciones hu-

manas, bien naciesen de un sentimiento de lenidad, o bien del temor de

que, por otros medios sería inextinguible la rebelión; pero estas intenciones

no supieron llevarse a cabo, y bien pronto fueron desmentidas con hechos

atroces y con protestaciones solemnes en que se proclamaba, como una ne-

cesidad, el completo exterminio de los pueblos rebelados. (Proclama de 24

de abril.)

Siguen las intrigas, etcétera, y el 27 de marzo se instala la Asamblea

y hecho el escrutinio de votos para Jefe del Ejecutivo, estaban divididos en-

tre Morazán y José Cecilio del Valle ; el Congreso declaró popularmente

electo al primero y Montúfar nos dice en el tomo I, páginas 268-69: "Pero en

1830 el brillo de una espada eclipsaba la ciencia y la profundidad de cálculos

del gran pensador centroamericano. El Congreso Federal se componía casi

en su totalidad de partidarios de Morazán". Para Vicepresidente salió electo

el íntimo de Morazán, Mariano Prado.

La Asamblea de Guatemala eligió al Doctor Mariano Gálvei. jefe de

Guatemala, el día 24 de agosto de 1831, por no haber obtenido mayoría de

votos legal, ninguno de los candidatos.

En Honduras ya reinaba la calma, después de la victoria de Morazán

en Opoteca el 19 de febrero de 1830. En Nicaragua también estaban en paz.

gracias a la elección de Dionisio Herrera en mayo de 1830, hombre de mu-

chos prestigios e influencia. Y Costa Rica, pacifica y feliz, bajo la presiden-

cia de don Juan Mora.

Llegamos a 1832 en que se trastorna la paz en Guatemala. El Salvador

y Honduras; Nicargua siguió en paz hasta 1833.

El Doctor Gálvez, toleraba de muy mal grado a Morazán. y por algo

sería, y así entendemos que en su mensaje a la Asamblea de 3 de febrero de

1833 haya dicho con toda franqueza: "Una es la voz de los Estados pidiendo

que las supremas autoridades federales, fijen su residencia fuera del tcrr>-

93

Page 96: Asturias Francisco - Belice

torio de Guatemala. La Asamblea y el Gobierno han acordado pedir al

Congreso que atienda a aquellos votos. No se ha expresado en esto un

deseo, que fuera poco atento con huéspedes tan respetables, sino una nece-

sidad de obsequiar el pronunciamiento terminante de la Nación."

El Congreso había designado Honduras como Distrito Federal en de-

creto de 5 de diciembre de 1832, pero para dar cumplimiento a este decreto

era necesario reformar la Constitución y eso era muy largo, y como Gálvez

estaba terminante en su petición, el Congreso autorizó al Ejecutivo para que

señalara uno de los pueblos de El Salvador para la reunión de la primera

Legislatura Federal y se disolvió el 8 de julio de 1833. Morazán andaba

"guerreando", don José Gregorio Salazar estaba al frente del Ejecutivo y

dio un decreto el 14 de octubre del propio 33, designando Sonsonate para la

residencia futura de las autoridades, y en cumplimiento de su propio decre-

to, se trasladó a Sonsonate el 6 de febrero de 1834, llevando muchos fun-

cionarios civiles y militares, y entre ellos al Licenciado don Marcial Zeba-

dúa, como Ministro de Relaciones Exteriores. En junio se trasladaron a San

Salvador, que desde entonces fué capital de la República de Centroamérica

Y nos encontramos en el año de 1834, año en que nos llega la non grata per-

sona de Federico Chatfield, Cónsul General de S. M. B., que en ese tiempo

era William IV y su primer ministro Lord Melbourne. (En el año anterior,

1833, se habían apoderado de las islas Malvinas o Falkland.)

Ya vimos que el 29 de abril de 1834, la asamblea aprobó el decreto de

colonización del departamento de Verapaz, de acuerdo con las proposiciones

del gobierno y la ley de 22 de enero de 1824, y que entonces Inglaterra con

una arrogancia inaudita se opone y no permite que se instale la compañía

concesionaria, despojando a Guatemala de gran parte de su territorio yatropellando su soberanía; y que todo esto dio lugar a la protesta del Go-

bierno Federal y al envío de don Juan Galindo a Inglaterra, como Ministro

Plenipotenciario de Centroamérica. Don Juan Galindo fracasó en su em-

presa por "habilidad" de los ingleses; Chatfield, viejo en política, mañoso,

falaz e inconsecuente, como todo político, ya hilaba muy fino y con faci-

lidad pudo sorprender y engañar a nuestros bisabuelos que no podían ima-

ginarse tanta perfidia. El Gobierno Federal estaba en San Salvador, el

Doctor Gálvez y Morazán se distanciaban cada vez más, y Chatfield, obser-

vaba y explotaba todas estas circunstancias.

A fines de octubre se organizaba una revuelta en Guatemala, y esto

da la oportunidad para que los Cónsules francés e inglés lancen una protesta

y Chatfield amenace al Gobierno de Guatemala, y para que vean que no hayexageración transcribo la nota que literalmente dice : "Consulado General

de S. M. B. en Guatemala, noviembre l9 de 1834. Por la urgencia de las

circunstancias que no admiten un momento de demora, tengo el honor dedirigirme a usted, en ausencia del Gobierno Federal, como al Poder Supre-

mo del Estado en consecuencia de haber sabido, por medios indudables, que

ha llegado al conocimiento del Gobierno del Estado la noticia de una cons-

piración extensamente organizada por individuos de una clase de la sociedad,

que tiene por objeto inmediato la destrucción de las personas y propiedades

de todos los extranjeros residentes en el país. Como representante de S. M.

94

Page 97: Asturias Francisco - Belice

B. en Centroamérica, pido con urgencia a usted señor, se sirva informarmede las medidas que el Gobierno ha tenido por conveniente adoptar para la

aprehensión y castigo de los cabecillas de esta bárbara facción, y quiera al

mismo tiempo comunicarme las correspondientes seguridades para la pro-

tección, en lo sucesivo, de las vidas y propiedades de todos los subditos bri-

tánicos que permanecen en el Estado. No es desde ahora que los gobiernos

extranjeros saben que el de S. M. está siempre determinado a asegurar a los

subditos británicos que residen pacíficamente en países lejanos prosiguiendo

sus ocupaciones lícitas, aquella protección poderosa para el pleno desagravio

de toda agresión, y por esto me hago el honor de recordar a usted, señor,

que Centroamérica y sus ciudadanos serán responsables por seguridad de

las vidas y propiedades de los subditos de S. M. B. residentes en su territo-

rio, suplicando el favor de la pronta atención de usted al asunto de esta

comunicación en orden, a poder con más exactitud representar al Gobierno

de S. M. el grado de peligro en que no puedo menos que considerar expues-

tos en este país a los subditos británicos bajo las presentes circunstancias.

Tengo el honor de ser con respeto y consideración, su muy obediente y

humilde servidor.

Federico Chatfield" . Y este es el primer cariño de Fe-

derico Chatfield, Cónsul inglés en Guatemala, lleno de amenazas asquero-

sas, de fuerte a débil y propias de gobiernos tiránicos y despóticos, que con

pretextos de minorías, quieren conquistar al mundo entero, oprimiéndolo

bajo la bota, y despojándolo de sus libertades morales y bienes materiales

El Doctor Gálvez se había separado del poder por motivos de salud,

pero en febrero de 1835 fué reelecto, inaugurando su segundo periodo el 25

del mismo; este período fué brillante por las leyes avanzadas que emitió.

pero que disgustaron al clero, que las explotó con habilidad para predispo-

ner a sus habitantes, Jos cuales mostraron luego su disgusto, disgusto que

tomó proporciones alarmantes al aparecer el cólera morbus, y toda la mala

fe que le atribuían al honorable gobierno del Doctor Gálvez; se tomaron

todas las medidas pertinentes para evitar el contagio y en cumplimiento del

decreto de 29 de marzo se levantaron milicias, que dispuestas en tres cor-

dones sanitarios, debían interceptar las comunicaciones con los pueblos in-

festados (Francisco Asturias—"Historia de la Medicina en Guatemala", 1902.

página 168). Cerca de Mataquescuintla y en la hacienda "El Potrero", se

hallaba un pelotón de tropa al mando de un sargento que respondía al nom-

bre de Rafael Carrera. Según el General García Granados. Rafael Carrera

era de ojo vivo, mirada poco franca y desconfiada y con una movilidad ex-

tremada; y según el General Zamora Castellanos "verdadero tipo del gue-

rrillero montañés, antiguo clarín del Escuadrón de Caballería NQ 2 y Sar-

gento del Batallón Federal de igual número, y que, según él mismo refería,

desde muy niño había asistido a las acciones de guerra de Arrazola. Milingo.

Agua Escondida y otras. Pero aquel muchacho adolecía del defecto del cé-

lebre conquistador Francisco Pizarro: no sabia leer y menos escribir su

nombre" (página 189). La revolución comenzaba en Oriente, y a fines del

37 ya se hablaba de Santa Rosa y Mataquescuintla; Carrera se puso al fren-

te de las facciones y el 7 de diciembre toma la plaza de Jalapa. El Doctor

Gálvez pidió auxilio a Morazán, pero éste se puso a consultar y meditar, sin

95

Page 98: Asturias Francisco - Belice

dar un paso decisivo e inmediato, mientras la revolución avanzaba y se en-

sanchaba, las tropas de la Antigua ya estaban del lado de Carrera y el 26

de enero del 38 se sublevó el Batallón Concordia; total: el 31 de enero re-

signó el Doctor Gálvez en el Vicejefe Pedro José Valenzuela y cayó del

poder. Aprovechando estos desórdenes, proclaman en Quezaltenango el 2

de febrero, el Estado de Los Altos, formado por Quezaltenango, Totonica-

pán y Solóla, c invitaron a Soconusco a formar parte de él; al dar noticia

al Gobierno de Guatemala, éste manifestó que la resolución era de la incum-

bencia del Gobierno Federal, y Morazán que estaba ansioso de debilitar a

Guatemala, no obstaculizó dicho fraccionamiento, sino lo alentó y entusias-

mó y el Congreso reunido en San Salvador legitimó el Estado de Los Altos

por decreto de 5 de junio del mismo año. Los Altos enviaron tropas al mando

del General Agustín Guzmán y Morazán llegó a Guatemala en octubre del

38. El 14 de noviembre la Asamblea de Costa Rica declara al Estado en la

plenitud de su soberanía, y desde entonces, Costa Rica es una nación inde-

pendiente. El 30. de abril se había declarado Nicaragua libre, soberana e

independiente y el 12 de octubre lo hacía también Honduras. En este mare

magnum que nadie desenredaba, se unen Honduras y Nicaragua contra El

Salvador y en abril libran la batalla de Espíritu Santo, donde se encontraba

Morazán, mientras tanto Carrera penetraba a Guatemala el 13 de abril, y

colocó en la presidencia a Rivera Paz, quien por decreto de 17 del propio

abril declaraba a Guatemala independiente; sigue la guerra con el Estado

de Los Altos y después de los preparativos y la acción de Panajachel, entra

Carrera en Quezaltenango el 27 de enero del 40 y el aborto morazánico deja

de existir para formar parte muy lucida y patriótica en la República de

Guatemala, de cuyo organismo siempre había sido parte integrante. A Mo-razán lo eligen Jefe del Estado de El Salvador y siguen las dificultades con

Guatemala, Honduras y Nicaragua; vencida Honduras se dirige a Guatema-

la, toma la capital el 18 de marzo y Carrera la recupera al día siguiente, 19;

Morazán se retira derrotado para San Salvador, donde llega el 27 ; viendo

que su presencia es causa de malestar y molestias a El Salvador, se retira

del poder y expatriándose, se embarca en La Libertad en la goleta "Izalco"

que lo conduce a David (Nueva Granada) hoy República de Panamá.

El 24 de julio de 1839 Nicaragua celebró un tratado de alianza con Gua-

temala, en los mismos términos en que anteriormente lo había hecho con

Honduras, y después que los ejércitos de Nicaragua y Honduras fueron de-

rrotados en San Pedro Perulapán por Morazán, el Gobierno nicaragüense

solicitó de Mr. Chatfield que interpusiera su mediación para hacer la paz

con El Salvador, pero con la garantía del Gobierno inglés; Chatfield estaba

en San Miguel y de allí contestó que El Salvador había suscrito un tratado

con Los Altos, en el que se encontraba una cláusula hostil al Gobierno inglés,

y que por consiguiente no se mezclaba en nada. Y efectivamente, el 10 de

agosto de 1839, El Salvador y Los Altos suscribieron un tratado por el cual

ambos gobiernos se comprometían a mantener cerrados al comercio inglés,

los puertos de Los Altos y El Salvador, hasta que Inglaterra devolviera a

Centroamérica la isla de Roatán, esto quedaba consignado en los artículos

89 y 99 . Chatfield no sólo contestó así al Gobierno de Nicaragua, sino que

96

Page 99: Asturias Francisco - Belice

protestó ante el Gobierno de Guatemala y al Gobierno de Los Altos le envióel borrador, para que sólo lo firmara, y el cual literalmente dice: "Habiendoel Cónsul de S. M. B., representado al G. S. de Los Altos, que los artículos89 y 99 del tratado de amistad y alianza, firmado en Quezaltenango el 10 deagosto último, entre los Estados soberanos de Los Altos y de El Salvador,son una infracción de los principios de amistad y buena inteligencia que has-ta ahora felizmente han regulado la mutua comunicación entre la GranBretaña y los Estados de Centroamérica. El Supremo Gobierno de Los Al-

tos, deseoso de evitar que se interrumpan las relaciones amistosas con la

Gran Bretaña, hace la declaración formal de que los artículos 8* y 9* del

antedicho tratado de Quezaltenango, siendo ofensivos a. la corona inglesa.

quedan rescindidos." El Gobierno de Quezaltenango contestó de manera viril

y decorosa, a la insolencia del Cónsul Chatfield, con fecha 18 de enero de 1840

y firmando la contestación J. A. Aguilar.

El 20 de junio de 1837 había muerto el Rey de Inglaterra. Guillermo

IV y el 28 de junio de 1838 coronaron a su graciosa Majestad Victoria; el

10 de febrero de 1840 se casa la reina con el príncipe Alberto de Sajorna-

Coburgo-Gotta y el 9 de noviembre de 1841 nace el principe de Gales, futuro

Rey Eduardo VII que subió al trono en 1901 y murió el 6 de mayo de 1910;

lo sucedió su segundo hijo Jorge V que fué coronado el 22 de junio de 1911

y murió el 20 de enero de 1936; subió al trono el Príncipe de Gales con el

nombre de Eduardo VIII que nunca fué coronado, porque abdicó el 10 de

diciembre del mismo año, subiendo al trono su hermano, el Duque de York.

con el nombre de Jorge VI (tercero de la casa de Windsor). quien fué coro-

nado en la Abadía de Westminster el 12 de mayo de 1937 al lado de su gra-

ciosa Majestad la encantadora Reina Isabel, y que son los que tendrán que

devolver a Guatemala el territorio de Belice, en obsequio a la decencia, el

derecho, las buenas costumbres, la caballerosidad y la justicia.

Hecho este pequeño paréntesis sobre testas coronadas de Inglaterra.

sigamos con el saínete que estaba urdiendo Chatfield. Acabamos de ver que

el pundonoroso caballero Chatfield se sintió herido en su dignidad al reclamar

a Inglaterra (por el tratado de 10 de agosto de 1839) la devolución de la isla

Roatán, que Inglaterra había ocupado el 3 de junio de 1830 sin más derethe

que el de la fuerza; y que después de la batalla de Perulapán. Nicaragua

solicitó la intervención y garantía inglesas en la controversia con El Salvador.

y para lavarse las manos como Poncio Pilatos, se dirige a Lord Palmerston

explicándole todas sus "gracias" y al recibir contestación del Viiconde. diri-

ge una circular a Nicaragua fechada en Guatemala el 27 de mayo de 1840;

en esta circular copia la contestación del Vizconde Palmerston y cuyo ultimo

párrafo, literalmente dice: "Con respecto a la cuestión garantía, es nece-

saria una explicación más extensa que fije el sentido que se da a esta pa-

labra en el caso presente, para que el Gobierno de S. M. pueda contestar

sobre este punto; pero desde luego usted puede significar que el Gobierno

de S. M. no está dispuesto a entrar en ningún compromiso que pudiera obli-

gar a la Gran Bretaña a emplear fuerzas en Centroamérica. obrando de una

manera contraria a los principios generales que le sirven de guía en sus

relaciones con los otros países."

97

Page 100: Asturias Francisco - Belice

Todavía no habían digerido los gobiernos de Centroamérica la circu-

lar "Palmerston-Chatfield" y ni siquiera se había secado la tinta de la firma

de Chatfield, cuando el día 12 de agosto de 1841, jueves, se presenta ante

San Juan del Norte el Superintendente de Belice Alejandro McDonald, cus-

todiando a Su Majestad el Rey mosco; iban en la fragata "Tiweed" des-

embarcaron fuerzas, arriaron la bandera de Nicaragua, izaron la mosca,

arrancan de su despacho al Comandante de San Juan, Teniente Coronel

Manuel Quijano, lo llevan a la fragata "Tiweed", y con pretexto de condu-

cirlo a Belice, lo echan en una costa desierta. Nicaragua protestó inmediata-

mente ante el Vicecónsul inglés y también ante Su Excelencia el señor Cónsul

don Federico Chatfield, pero resulta que en este caso, Inglaterra "no obró

de una manera contraria a los principios generales que le sirven de guía en

sus relaciones con los otros países" y Chatfield contestó dando "por bien

hecho y legítimo el procedimiento de su compatriota". Y así se escribe la

historia.

El 22 de agosto siguiente, el Director del Estado de Nicaragua, Li-

cenciado don Pablo Buitrago lanzó una proclama, dando cuenta de los su-

cesos de San Juan del Norte y excitando el patriotismo de los centroameri-

canos, para que juntasen su esfuerzo en aquellas circunstancias. Morazán

se encontraba ya en el Perú, y se preparaba para abandonar Lima con di-

rección a Chile, cuando recibió la proclama de Buitrago, y decidió inmedia-

tamente retornar a Centroamérica y auxiliar a Nicaragua; dedicáronse con

empeño a obtener elementos de guerra que consiguieron con dificultad, y

armando un buque llegaron a La Unión en los primeros días de febrero de

1842. Morazán sorprendió al Comandante del puerto, don José María Agua-

do y desembarcó sin novedad ; el 19 de febrero se internó hasta San Miguel

acompañado de 32 oficiales, regresó a La Unión después de reclutar 200

hombres, y se dirige a Acajutla, llega a Sonsonate, estudia la situación de

Guatemala y El Salvador, regresa a Acajutla, se embarca para la isla Martín

Pérez del Golfo de Fonseca y allí prepara su ejército compuesto de 500

hombres y embarcados en cinco buques : "Cruzador", "Asunción Granadina",

"Josefa", "Isabel II" y "Cosmopolita", que comandaban respectivamente Mo-razán, Saget, Cabanas, Saravia y Rascón, se dirigen a Costa Rica, llegando el

8 de abril de 1842 al puerto de Caldera; a la cabeza de una columna de 300

hombres marcha rápidamente Morazán sobre San José; en el lugar llamado

Jocote se encuentra con Villaseñor al mando de 600 hombres, entran en

componendas y celebran el famoso tratado del Jocote, el siguiente 11 de

abril, por el cual se unían ambos ejércitos al mando de Morazán; se desti-

tuía a Carrillo de Costa Rica y se colocaba modestamente Morazán; llegaron

a San José, Carrillo entregó el gobierno, se dirigió a Puntarenas, se embarcó

en la goleta "Izalco" y el 17 del mismo abril salió para el Callao. El 11 de

septiembre se pronuncian las fuerzas de Alajuela al mando de Florentín

Alfaro, se les unen las de San José y la posición de Morazán se hace crítica,

se rompen las hostilidades y Morazán sitiado, se defiende; el 14 a las tres

de la mañana hace una retirada estratégica a Cartago, donde es traicionado

por Mayorga y entregado a las fuerzas enemigas ; con Morazán estaba

Villaseñor y poco después llegaron Saravia y Francisco Morazán, h., Sara-

98

Page 101: Asturias Francisco - Belice

via quiso suicidarse con una pistola, se lo impidió Morazán y entonces disi-

muladamente tomó el veneno que llevaba en el anillo y murió instantánea-

mente, Villaseñor también quiso suicidarse de una puñalada, pero no lo

logró, y el 15 fueron conducidos a San José y pasados por las armas, Mora-zán y Villaseñor.

En abril del 42 se reunía la Convención de Chinandega. que produjo

la unión de El Salvador, Honduras y Nicaragua según el pacto del 17 de

julio ; en agosto nuestro fraternal vecino del Norte nos despojó de Soconus-

co : en efecto, el General Antonio López de Santa Anna ordenó al Coronel

Juan Aguayo ocupar militarmente los pueblos de ese partido guatemalteco.

y cuando Guatemala reclamó, la contestación fué el decreto de anexión de

Soconusco al territorio mexicano.

Parecía que Centroamérica estaría en calma algún tiempo, pero no:

vuelve Chatficld a molestar y con más tenacidad e insolencia. "Chatfield se

dirige a la cancillería nicaragüense en términos descorteses y duros, seña-

lándole arbitrariamente su cupón en la deuda federal inglesa, y exigiéndole

el reconocimiento y pago de ese mismo cupón, y además, el de los reclamos

antojadizos, consistentes en gruesas sumas de dinero, que hacían los seño-

res Manning y Glenton. subditos ingleses, por perjuicios de pretendida de-

negación de justicia." (Gámez—498). Nicaragua defendió sus derechos, pero

en vano; Chatfield cada vez más insolente, presentó un ultimátum depre-

sivo y después bloqueó los puertos. Guatemala intervino y pagó al Go-

bierno de la Gran Bretaña la cantidad de catorce mil pesos ($14.000) para

que levantara el bloqueo. En Nicaragua no podían creer que su graciosa

Majestad pudiera tomar parte en tan asqueroso proceder, y que todo era

obra de su agente Chatfield, y dispusieron enviar una misión a Inglaterra

y Francia, compuesta del Licenciado don Francisco Castellón, como Minis-

tro Plenipotenciario y el Doctor don Máximo Jerez, como Secretario; pero

esa misión sufrió la misma burla que sufrió don Juan Galindo en 1835; a

don Juan no lo recibieron porque era descendiente de Irlanda y la de Nica-

ragua no fué recibida porque Inglaterra, rio sabia que Nicaragua fuera so-

berana e independiente. Pero sí fué independiente para imponerle sacrificios

y bloquearle los puertos.

En esos días había regresado el Obispo Viteri de Europa, trayendo .i

Nicaragua proyectos de colonización de compañías belgas y sobre todo el

proyecto de canalización del río San Juan y modo de adquirir $3 000.000.

para financiar la empresa. La compañía belga facilitaría los fondos al S'«

anual; había dos contratos, uno firmado en París el 6 de mayo y consUh.i

de cincuenta y un artículos y el otro en Bruselas el 13 de mayo y de catorce

artículos. El historiador Maniré da muchos detalles en sus "Memorias sobre

el canal de Nicaragua".

Chatficld sintió que se lo abria el suelo .il saber las contratas que

traía el Obispo Viteri, y que hacía tiempo se encontraba en Nicaragua y

estudiando las posibilidades del canal Mr. David L. White y en representa-

ción de una casa americana. Extremo sus hostilidades, se movió por todas

partes sembrando la discordia y la desconfianza, lanzó sus miradas a la

Mosquitia, al río San Juan, al Golfo de Fonseca. a todas partes. Y en

99

Page 102: Asturias Francisco - Belice

1845 anuncia al Gobernó de Nicaragua la coronación del Rey mosco y la

protección que le daría el Gobierno británico : ya con esto se abre otro epi-

sodio lastimoso y triste : en noviembre de 1847 Jorge Hodgson, mulato de

Bluefields, titulándose antiguo Consejero de Su Majestad el Rey mosco, in-

timida al Gobierno de Nicaragua y a nombre del Rey mosco, la desocupa-

ción del puerto de San Juan del Norte; y el l9 de enero de 1848 se presentan

en este puerto el vapor de guerra inglés "Vixen" y la balandra "Cutter Sun"

armada y con bandera mosca; a poco desembarcaron tropas inglesas y con

éstas Mr. Patrick Walker y Su Majestad el Rey mosco; llegaron a la plaza,

formaron las tropas, saludaron la bandera mosca con salvas, contestaron

los cañones del buque, dieron a conocer al mulato Hodgson' como Gober-

nador y ordenaron a los funcionarios nicaragüenses desocupar el lugar;

terminada la ceremonia se reembarcaron las tropas, quedando Walker como

Cónsul británico y Alfredo P. Pider como Comandante de Marina de la

Gran Bretaña; acto continuo notificaron al Gobierno de Nicaragua, previ-

niéndole que se abstuviera de molestar en lo más mínimo a las autoridades

moscas, so pena dé sufrir las consecuencias del disgusto inglés. Pero a pe-

sar de todo, ei 9 de enero ocupó San Juan el General Trinidad Muñoz, Co-

mandante General de Nicaragua y que se encontraba apostado en Sarapiquí;

hizo prisioneros a Hodgson y al oficial inglés Little que hacía de Comandan-te, tomó dos banderas, una lancha y unas armas moscas; llevó los prisioneros

a Granada y allí permanecieron presos a pesar de las gesticulaciones,

amenazas y prestidigitaciones de Chatfield : el 25 de enero se presentó

Walker en San Juan con 28 botes y cada uno con ocho soldados : pero no

desembarcó por haber recibido órdenes de Jamaica de esperar, a poco se

presentó el buque de guerra inglés "Alarma", cuyo Capitán era Granville G.

Lock; éste desembarcó sus tropas, tomó Sarapiquí, siguió al fuerte de San

Carlos que también tomó, reduciendo a prisión a los empleados nicara-

güenses y amenazando con seguir invadiendo; propuestas las pláticas, Mr.

Lock aceptó y se trasladó a una pequeña isla del lago llamada Cuba y allí

llegaron los representantes de Nicaragua don Francisco Castellón, don Juan

Zabala y don José María Estrada; el 7 de marzo firmaron un convenio que

se llamó de la "Isla de Cuba" y por el cual Nicaragua no tuvo más remedio

que capitular, reconociendo todos los derechos moscos e ingleses; sólo le

concedieron el grandísimo favor de permitirle que enviara un represen-

tante a Londres para implorar misericordia; y el 18 de junio nombraron a

don José Marcoleta, Encargado de Negocios de Nicaragua ante S. M. B. y

también al Licenciado don Francisco Castellón. Los Estados Unidos dieron

instrucciones a su legación en Londres de auxiliar esta misión. El 15 de

enero del 49 fué recibido oficialmente el Licenciado Castellón, pero todo fué

vano, porque Inglaterra rehusó tratar con una pequeña fracción de Centro-

américa; los moscos, ingleses y Chatfield se mostraban cada día más inso-

lentes y exigentes; en junio y julio llovían las protestas de Chatfield, ame-

nazando a Nicaragua con severo castigo si molestaba los derechos del Rey

mosco ; el Gobierno nicaragüense le hizo ver que no era más que un agente

consular "en quien no podía reconocerse el derecho de hacer declaraciones

políticas, mucho menos para anunciar una decisión tan absoluta de parte de

100

Page 103: Asturias Francisco - Belice

su gobierno y en favor de una supuesta pretensión salvaje, que no era otra

cosa que verdadera usurpación". Para colmo de colmos, Mr. David L. Whitehabía concluido sus estudios para la construcción del canal y el 27 de agosto

(1849) firma, y con los poderes de la casa americana que representaba,

el primer contrato de canalización con el Gobierno nicaragüense. El 9 de

julio y en vista de las noticias, había llegado a Nicaragua Mr. George L.

Squier, como Ministro Plenipotenciario de los Estados Unidos y con objeto

de ultimar los arreglos del tratado. A Chatfield se le venia el cielo abajo;

corrió a Costa Rica a exigir del Gobierno que protestara y reavivara la cues-

tión de límites; al Rey mosco le hacía desde lejos el saludo comunista si

aflojaba en San Juan, y creyendo "en su loca fantasía" que la única salida

del canal, del lado del Pacífico, era en el Golfo de Fonseca. comienza a mo-

lestar al Gobierno de El Salvador con pretexto de la "deuda inglesa" asi

como a Honduras y con el mismo pretexto y metido en el buque de guerra

"Gorgon" dirige al Gobierno de El Salvador la siguiente comunicación:

"A bordo del buque de guerra de S. M. B. "Gorgon"; Unión 25 de octubre

de 1849.—Número 18.—Señor:—La evasiva y poco satisfactoria contestación

que después de una demora de 16 días, usted ha tenido orden de dar a mi

demanda sobre que se haga justicia a loa reclamos que tengo puestos en

favor de subditos de S. M. que han sido agraviados, me obliga a manifestar

a usted para conocimiento del señor Presidente del Estado de El Salvador.

que desde este día en adelante, un estrecho bloqueo queda puesto en el

puerto de La Unión por fuerzas de S. M. B., esto sin perjuicio de cualesquier

otras medidas coactivas que las circunstancias puedan exigir hasta obtener

reparación.

"Tengo también que declarar a usted en nombre de la Reina, que hasta

el pago final de todos los reclamos británicos y hasta que una disposición

menos hostil, se muestre hacia los intereses de la nación por el Gobierno de

El Salvador, sin lo cual las relaciones entre los dos países no pueden man-

tenerse útilmente, todas las islas de esta bahía pertenecientes al mismo Es-

tado de El Salvador especialmente Mianguera, Conchagüita, Punta de Zacate

y Pérez, quedan tomadas en prenda, no pudiendo bajo estas circunstancias

ser vendidas ni enajenadas con pretexto alguno.

"Tengo el honor de ser de usted atento S. S.,

Federico Chatfield.

En vista de todo esto y de lo que se imaginaba Chatfield. el Gobierno

de Honduras y para curarse en salud, emitió el 9 de octubre un decreto por

el cual cedía al Gobierno de los Estados Unidos y por el término de diez y

ocho meses la isla del Tigre o Amapala, facultándolo para tomar posesión

inmediata, con objeto de impedir a cualquier poder extraño que obstaculi-

zara la construcción del canal interoceánico. Al saberlo Chatfield desembarcó

tropas inglesas del "Gorgon en Amapala y te apoderaron de la isla del

Tigre. El 25 de octubre el Ministro estadunidense Mr. Squier. que se encon-

traba en Nicaiagua, dirigió una nota al Gobierno de Costa Rica, haciéndole

ver que "América estaba comprometida por los principios de su revolución

y por pactos solemnes a no admitir la intervención, ni menos el protectorado

101

Page 104: Asturias Francisco - Belice

de las monarquías del Viejo Mundo, y que con sorpresa sabía que el Pre-

sidente de Costa Rica meditaba no sólo poner su país bajo la protección de

un poder monárquico extranjero, sino también reconocer las pretensiones

al territorio centroamericano, del supuesto jefe de una tribu de salvajes".

Efectivamente: don Felipe Molina, Ministro de Costa Rica se había dirigido

a Inglaterra y se decía que era para pedir el protectorado inglés para Costa

Rica. Todo, trabajo de Chatfield.

Mientras todo esto pasaba en Honduras, Nicaragua, Costa Rica y El

Salvador, en Guatemala andaban las cosas lo mismo o peor: el Brigadier

Serapio Cruz proclamó una vez más la independencia de Los Altos, derro-

tado el 14 de julio en Patzún, se refugió en las montañas de Verapaz; la

revolución en Oriente seguía, y aunque Carrera había obtenido varios triun-

fos, creyó que el malestar era asunto personal y dimitió el mando el 15 de

agosto, dirigiéndose a Tapachula. La Asamblea nombró para que lo subs-

tituyera a don Juan Antonio Martínez. Al saber en Quezaltenango que Ca-

rrera había salido, se volvieron a proclamar independientes el 5 de septiem-

bre y nombraron uñ triunvirato para su gobierno, compuesto de Fernando

Antonio Dávila, Rafael de la Torre y José Velasco, gobierno que inmediata-

mente fué reconocido por El Salvador. El 14 de septiembre, la Asamblea de

Guatemala declaraba que Guatemala era nación libre, soberana e indepen-

diente; el 21 de octubre fueron derrotadas las tropas de Los Altos en San

Andrés, cayendo prisioneros los principales jefes del movimiento; el 28 de

noviembre renunciaba Martínez y ese mismo día nombró la Asamblea a

Bernardo Escobar, éste concedió amplia amnistía a los reos políticos del

movimiento separatista, pero la situación seguía mal y renunció el 29 de di-

ciembre; el l 9 de enero eligieron Presidente al General Mariano Paredes.

Este trató que volviera Carrera a Guatemala, derogó el decreto de 13 de oc-

tubre de 1848 en que se penaba con la muerte a Carrera si regresaba, y el 8

de agosto del 49 entra triunfante Carrera a Guatemala.

El regreso de Carrera produce descontento y se complican las condi-

ciones de Centroamérica por las mutuas intrigas de Chatfield y Squier.

El 5 de noviembre se confederaron en León, Nicaragua, Honduras y El

Salvador. Chatfield que mantenía riguroso el bloqueo en El Salvador, al

saber los adelantos de Mr. Squier en Nicaragua, se traslada a Costa Rica

celebrando un tratado de amistad, comercio y navegación, con dicho Estado

y el l 9 de diciembre se dirige al Gobierno de Nicaragua comunicándole el

"tratado" y haciéndole saber que las relaciones entre las partes contratantes

quedaban de tal manera vinculadas, que no permit'ría Inglaterra, que por

parte de Nicaragua, fuesen disputados los límites territoriales que entonces

tenía Costa Rica. Al saber esto, Mr. Squier, dirige otra nota al Gobierno

de Costa Rica, manifestándole que Nicaragua acababa de firmar un con-

trato de canal con una compañía que se encontraba bajo la protección del

Gobierno de los Estados Unidos, y que no reconocería ni permitiría preten-

sión alguna por parte de Costa Rica a cualquier porción del territorio nica-

ragüense comprendido en dicho contrato y que los Estados Unidos no

permitirían jamás la intervención extranjera en asuntos domésticos entre

Costa Rica y Nicaragua.

102

Page 105: Asturias Francisco - Belice

El 2 de enero de 1850 fué asaltado el cuartel de León; en El Salvador

luego atribuyeron el suceso a maquinaciones de Guatemala; luego 25 ame-ricanos incendian la corte del Rey mosco y éste sale huyendo; esto fué a

consecuencia del robo que los moscos habían hecho en el bergantín ameri-

cano "Drapper" que naufragó en aquellas costas.

£1 13 de marzo se modifica el contrato de canal interoceánico y por el

cual se establecía un tránsito por territorfo nicaragüense, previo al canal.

La compañía se comprometía a pagar diez mil pesos al ser firmada la mo-

dificación, y diez mil pesos anuales hasta la conclusión del canal; ya el 11

de marzo habían llegado a Panamá los siete primeros vapores con que la

compañía de tránsito por Nicaragua principiaba a recorrer periódicamente

las costas del Pacífico.

A Chalfield se le nublaba la vista; las relaciones entre los Estados

Unidos e Inglaterra eran sumamente tirantes; Lord Palmerston. Canciller

inglés, declaraba "que el Gobierno de Su Majestad Británica consideraba al

Rey de mosquitos con derecho a la parte de la costa que se extiende desde

el Cabo de Honduras hasta la boca más al Sur del río San Juan, y que el

Gobierno de Su Majestad no vería con indiferencia cualquier atentado que

se hiciese para usurpar los derechos o territorios del Rey de mosquitos, que

estaba bajo la protección de la corona británica", y luego agregaba: "y es-

tamos tan obligados a defender Bluefields y San Juan, como cualquiera otra

parte del imperio británico".

La situación era gravísima, la guerra se aproximaba; el "Courrier des

Etats Unis" decía: "Con dificultad Inglaterra podrá volverse atrás después

de un lenguaje como el que ha tenido con Nicaragua, porque seria hacer creer.

que ella sólo es fuerte e imperiosa con los débiles. Por otra parte, los Es-

tados Unidos no tienen por costumbre abandonar una cuestión, cuando su

interés y su honor se encuentran a la vez comprometidos. Ahora bien, el

uno y el otro se verán en lo sucesivo tan íntimamente ligados a la causa de

Nicaragua, cuanto que una convención oficial, firmada por Mr. Squier. ha

acabado de dar un carácter nacional al contrato de canalización y de asimi-

lar al ciudadano con el gobierno. En esta situación no es permitido ya dudar.

que se aproxima la hora en que las ramas de la raza anglosajona van a en-

contrarse de frente en el continente americano". La guerra era inminente.

Pero no hubo guerra, sino el tratado Clayton-Bulwer, en que las dos poten-

cias la eludieron, con perjuicio de Guatemala.

El tratado de canalización contenia entre otros puntos los siguientes:

el canal debia de estar concluido en 12 años; desde la fecha de su conclu-

sión, la compañía tendría el goce exclusivo por 85 años, y recibiría el 15'.' de

los productos netos por otros 10 o 20 años; entre tanto tendría el monopolio

del camino provisional, de la navegación a vapor y de la construcción de

caminos en todo el Estado por 97 años, y la concesión de ocho porción*

tierra de seis millas cuadradas cada una, escogidas por la misma compañíaa orillas del canal. Kl Gobierno de Nicaragua recibiría anualidades de $10.000

hasta la conclusión del canal; y cuando se hubiere pagado a los accionistas

103

Page 106: Asturias Francisco - Belice

un 7% del capital, entonces recibiría la quinta parte de las utilidades, los pri-

meros veinte años, y la cuarta parte los siguientes; además se le entregarían

$200,000 en acciones.

Presidente de los Estados Unidos era Zacarías Taylor, partidario de la

expansión americana, y tenía por Secretario de Estado a John M. Clayton,

más imperialista que Taylor, y que perseguía la expansión a toda costa y de

cualquier modo. Y así lo vemos fomentando los disturbios de Panamá, Santo

Domingo y la invasión de Cuba. En la invasión de Cuba, por el General

Narciso López, no sólo la protegió moralmente, sino que puso mucho dinero

de su bolsillo, obteniendo una hipoteca de Narciso López sobre grandes pro-

piedades de la isla; y dispuso admirablemente el saqueo de los depósitos de

armas de Nueva Orleans que fué con lo que se aperaron los invasores.

Los Estados Unidos estaban al borde de la gran guerra, ocasionada

por la anexión de Tejas, el reconocimieyíto de California como Estado de la

Unión y los odios entre Norte y Sur, por la esclavitud. Taylor era whig y

gozaba de muchas simpatías; no así su Ministro Clayton que era odiado.

Desde 1849 era Ministro Plenipotenciaro de Inglaterra ante el Go-

bierno de Washington don Guillermo Enrique Lytton Bulwer, diplomático de

mucha escuela y práctica. Desde 1827 hasta 1843 desempeñó varios puestos

en diferentes embajadas, como agregado o secretario; eri 1843 fué nombrado

Ministro ante la corte de Madrid pero allí se metió tanto en los asuntos in-

ternos de España que su presencia fué intolerable, mayormente cuando quiso

impedir el matrimonio de la infanta con el Duque de Montpensier. Insistió

el Gobierno español en el retiro del Ministro Bulwer y el Ministro Narváez

al ver que la corte de Londres no atendía sus indicaciones, lo despidió brus-

camente, dándole sus pasaportes el día 18 de mayo de 1848; y de allí pasó

a los Estados Unidos.

Estos dos señores son los que van a hacer el tratado; dejamos a Cen-

troamérica en plena discordia, y los representantes de Inglaterra y Estados

Unidos tratando de obtener lo más posible; pero Inglaterra estaba molesta

por el tratado de canalización, y los Estados Unidos por el protectorado de

la Mosquitia, los avances en Belice, la ocupación de Amapala, etcétera, y de

ahí que hayan iniciado las pláticas que finalizaron con el tratado Clayton-

Bulwer, firmado el 19 de abril de 1850, y que literalmente dice:

"Convenio entre los Estados Unidos de América y S. M. B., concluido

en Washington el 19 de abril del corriente año.

"Los Estados Unidos de América y S. M. B., deseosos de consolidar las

relaciones de amistad que tan felizmente existen entre ellos, manifestando

y estableciendo en un convenio sus miras e intenciones relativas a cuales-

quiera medios de comunicación de canal marítimo que haya de abrirse entre

el océano Pacífico y el Atlántico, por el río San Juan de Nicaragua y ambos

o cualquiera de los lagos de Nicaragua y de Managua hasta cualquier

punto o lugar del Pacífico, han conferido plenos poderes : el primero al señor

John M. Clayton, Secretario de Estado de los Estados Unidos, y el segundo,

al muy Honorable señor Henry Lyton Bulwer, miembro de la muy respetable

orden del Baño de S. M., Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotencia-

104

Page 107: Asturias Francisco - Belice

río de S. M. B. para el fin indicado; y dichos plenipotenciarios, habiendo

canjeado sus plenos poderes, después de haberse hallado extendidos en debi-

da forma, han convenido en los artículos siguientes:

Artículo l 9—Los gobiernos de los Estados Unidos y de la Gran Bre-

taña por el presente declaran : que ni el uno ni el otro adquirirán jamás, ni

mantendrán para sí mismos poder exclusiva alguno sobre dicho canal ma-

rítimo; y estipulan, que ni uno ni otro erigirán jamás ni tendrán fortifica-

ciones algunas que lo dominen o que se hallen situadas en sus cercanías;

que ni en tiempo alguno ocuparán, ni fortificarán, ni colonizarán, ni se arro-

garán, ni ejercerán dominio alguno sobre Nicaragua, Costa Rica, la Costa

Mosquitia ni parte alguna de Centroamérica; que tampoco harán uso de pro-

tección alguna, que cada uno de ellos preste o pueda dispensar, ni de cual-

quiera alianza que cada uno de ellos tenga, o pueda tener con algún Estado

o pueblo, con el objeto de mantener o erigir aquellas fortificaciones, ni

de ocupar, fortificar ni colonizar en Nicaragua, Costa Rica, la Costa Mos-

quitia, o parte alguna de Centroamérica, ni de arrogarse ni ejercer sobre

dichos puntos dominio alguno; y que ni los Estados Unidos ni la Gran Bre-

taña se aprovecharán de intimidad alguna, ni harán uso de alianza, conexión

ni influjo alguno que cada uno de ellos tenga con cualquier Estado o go-

bierno, por cuyo territorio haya de pasar dicho canal, con el fin de adquirir

o poseer, directa o indirectamente, para los ciudadanos o subditos del uno.

cualesquiera derecho o ventajas, respecto al comercio y navegación del canal.

que no se ofrecieran en los mismos términos a los ciudadanos o subditos

del otro.

Artículo 29—En caso de guerra entre las partes contratantes, los bu-

ques de los Estados Unidos y de la Gran Bretaña, que atraviesen dicho canal

serán exentos del bloqueo, detención o captura por cualquiera de las partes

beligerantes; y esta estipulación se extenderá hasta la distancia de las dos

extremidades de dicho canal, que en lo futuro se halle conveniente establecer.

Artículo 39—A fin de asegurar la construcción de dicho canal, las

partes contratantes, de una manera justa y equitativa, caso que este se em-

prenda por cualquiera de ellas que obtenga poder de algún gobierno o go-

biernos locales, por cuyo territorio haya de pasar: se obligan, a que las per-

sonas empleadas en hacerlo y la propiedad que ocupen, o hubiesen de ocupar

para ese objeto, sean protegidas desde el principio do dicho canal hasta su

conclusión, por los gobiernos de los Estados Unidos y de la Gran Bretaña

contra toda injusta detención, confiscación, captura u otro cualquiera acto

de violencia.

Artículo 49—Las partes contratantes harán uso de todo el influjo que

respectivamente ejerzan sobre cualquier Estado, Estados o gobiernos que ten-

gan, o pretendan tener jurisdicción o derecho alguno al territorio que dicho

canal haya de cruzar, el cual habrá de estar cerca de las aguas que lo for-

men, con el objeto de procurar que los misinos Estados o gobiernos faciliten

su construcción, por todos los medios que estén a su alcance; y además, los

Estados Unidos y la Gran Bretaña se comprometen a hacer uso de sus bue-

Page 108: Asturias Francisco - Belice

nos oficios donde quiera y cuando sea conveniente, a fin de obtener el es-

tablecimiento de dos puertos libres, situados uno en cada extremidad de dicho

canal.

Artículo 59—Asimismo las partes contratantes se obligan a proteger

dicho canal, después de concluido, contra toda interrupción, captura o con-

fiscación injusta, y a asegurar su neutralidad, de manera que dicho canal

se abra y esté para siempre libre, y seguro el capital que en él se invierta.

No obstante, los gobiernos de los Estados Unidos y de la Gran Bretaña, al

acordar su protección a la construcción de dicho canal y al garantizar su

neutralidad y seguridad después de concluido, siempre entienden, que dicha

protección y garantía se conceden condicionalmente, y que podrá retirarse

dicha protección y garantía por ambos gobiernos, o cualquiera de ellos, si

ambos gobiernos o cualquiera de ellos juzgaren, que las personas empresa-

rias, o administradoras de dicho canal adoptaren o establecieren reglamen-

tos tocante al tráfico del mismo, que fueren contrarios al espíritu e intención

de este convenio, ya sea haciendo injustas distinciones a favor del comercio

de una de las partes contratantes y en detrimento del comercio de la otra,

o ya sea imponiendo cargos (tolls) o exacciones irracionales a los pasaje-

ros, buques, efectos, géneros, mercancías o a cualesquiera artículos. Sin em-

bargo, ninguna de las partes contratantes deberá retirarse de la susodicha

protección y garantía, si no es dando previo aviso de seis meses a la otra.

Artículo 69—Por este convenio las partes contratantes se comprome-

ten a invitar a cualquier Estado, con el cual ambas o cada una tenga rela-

ciones amistosas, para que entre con ellos en estipulaciones iguales a las

estipulaciones en que mutuamente han convenido, a fin de que todos los

Estados participen del honor y ventaja de haber contribuido a una obra de

tan general interés e importancia como la del canal de que aquí se trata;

e igualmente, las partes contratantes convienen en que cada una de ellas

habrá de entrar en las estipulaciones del tratado con los Estados de Cen-

troamérica que les parezcan convenientes, a fin de llevar más eficazmente

a cabo el grande objeto de este contrato, como por ejemplo, la de construir

y mantener dicho canal como una comunicación marítima entre los dos

océanos para el beneficio del género humano, y en términos iguales para

todos; y la de proteger el mismo. Convienen también en que los buenos

oficios de cada una, al requerimiento de la otra habrán de emplearse para

ayudar y apoyar la negociación de dichas estipulaciones del tratado. Y caso

que se suscitaren algunas diferencias entre los Estados o gobiernos de Cen-

troamérica respecto a propiedad o derecho sobre el territorio, por el cual

dicho canal haya de pasar, y que estas impidiesen u obstruyesen de algún

modo su ejecución, los gobiernos de los Estados Unidos y de la Gran Bre-

taña harán uso de sus buenos oficios, para arreglar dichas diferencias, dela manera más propia para promover los intereses del canal y robustecer

los vínculos de amistad y alianza, que existen entre las partes contratantes.

Artículo 79—Siendo de desearse que no se pierda tiempo innecesaria-

mente en comenzar y construir dicho canal, los gobiernos de los EstadosUnidos y de la Gran Bretaña determinan dar su apoyo y animación a la

compañía o a las personas que primero se presenten a comenzarlo con el

106

Page 109: Asturias Francisco - Belice

capital necesario, con el consentimiento de las autoridades locales y bajoprincipios, que sean conformes con el espíritu e intención de este convenio;

y si alguna compañía o personas antes de ahora hubiesen obtenido de algún

Estado, por el cual haya de pasar dicho canal, una contrata para su cons-

trucción, como la que se especifica en este convenio, a las estipulaciones decuyo contrato ninguna de las partes de este convenio, tiene motivo justo

alguno que objetar, y si dichas personas o compañías hubiesen hecho pre-

paraciones y gastado tiempo, dinero y trabajo en fe de dicho contrato, quedaconvenido por el presente, que dichas personas tendrán una preferencia dederecho a la protección de los Estados Unidos y de la Gran Bretaña sobre

cualquiera otra persona o compañías, y que se les concederá un año contado

de la fecha del canje de las ratificaciones de este convenio, para concluir

sus arreglos y presentar pruebas de que esté suscrito un capital suficiente

para cumplir la empresa; quedando entendido, de que, si a la expiración

de dicho período, dichas personas o compañías no estuviesen en estado de

comenzar y llevar a efecto la proyectada empresa, entonces los gobiernos

de los Estados Unidos y de la Gran Bretaña estarán libres de dispensar su

protección a cualesquiera personas o compañías que estuviesen en disposi-

ción de comenzar y seguir la construcción del canal en cuestión.

Artículo 89—Los gobiernos de los Estados Unidos y de la Gran Bre-

taña, al entrar en este tratado, no habiendo tenido solamente el deseo de

llenar algún particular objeto, sino también el de establecer un principio

general, convienen por el presente en extender su protección por estipula-

ción de tratado a cualesquiera otras comunicaciones practicables, ya sean

por canal o ferrocarril a través del istmo que une la América del Norte a

la del Sur, y especialmente a las comunicaciones interoceánicas (por canal

o ferrocarril) que actualmente se proponen establecer por la ruta de Te-

huantepec o la de Panamá, si éstas resultaren factibles. Al conceder, sin

embargo, su protección a cualesquiera canales o ferrocarriles de los que se

trata en este artículo, queda siempre entendido por los Estados Unidos y la

Gran Bretaña, que las partes que los construyan o posean no deberán im-

poner más cargas o condiciones sobre su tráfico, que las que los menciona-

dos gobiernos aprobaren como justas y equitativas; y que dichos canales o

ferrocarriles, siendo abiertos en iguales términos a los ciudadanos y sub-

ditos de los Estados Unidos y de la Gran Bretaña, habrán de serlo también

de la misma manera para los ciudadanos y subditos de cualquiera otro Es-

tado, que quiera concederles la misma protección que los Estados Unidos y

la Gran Bretaña se han obligado a dispensarles.

Artículo 99—La ratificación de este convenio habrá de canjearse en

Washington dentro de seis meses contados desde esta fecha. En fe de lo

cual, nosotros los respectivos plenipotenciarios hemos firmado este conve-

nio, y aplicádole nuestro sello.

Hecho en Washington, el decimonono día de abril del año de Nuestro

Señor mil ochocientos cincuenta.

JOHN M. CLAYTON (L. S.) HENRY LYTTON BULWER (L. S.)

107

Page 110: Asturias Francisco - Belice

Y este es el tratado Clayton-Bulwer, que tanto favoreció al resto de

Centroamérica, con excepción de Guatemala por la precipitación y egoísmo

de Mr. Clayton.

Este tratado fué ratificado por el Senado americano, el día miércoles

22 de mayo del mismo año, por 42 votos contra 10; fué un triunfo para los

Estados Unidos y devolvía la tranquilidad, no sólo a Centroamérica, sino a

los Estados Unidos, Inglaterra y al mundo entero. Pero. . . Mr. Bulwer vio

que los Estados Unidos iban a sacar mayor ventaja y al remitirlo a Londres

para su ratificación, indicó lo que le convenía, y de ese modo manifestó S.

M. B. que no lo ratificaba, sino con la condición de que no quedaban com-

prendidos en los compromisos del tratado, ni el establecimiento de "Hondu-

ras" ni sus dependencias. Mr. Clayton, que sólo pensaba en el canal de Ni-

caragua y no le daba mayor importancia a Belice, vio que la no ratificación

acarrearía serias dificultades, y sobre todo perdía la ocasión del compromi-

so de Inglaterra de no tomar territorios nuevos, y entonces contestó por sí

y ante sí que estaba conforme. Voy a reproducir tan importantes documen-

tos, tal y como están en el original y que dicen:

"In proceeding to the exchange of the ratifications of the

convention signed at Washington on the 19th of April 1850,

between her Britannic Majesty and the United States of America,

relative to the establishment of a communication by ship canal

between the Atlantic and Pacific oceans, the undersigned, her

Britannic Majesty's Plenipotentiary, has received her Majesty's

instructions to declare that her Majesty does not understand the

engagements of that convention to apply to her Majesty's settle-

ment at Honduras, or to its dependencies. Her Majesty's ratifi-

cation of the said convention is exchanged under the explicit

declaration above mentioned.

"Done at Washington the 29th day of June, 1850.

H. L. BULWER."

"Memorándum touching Sir Henry Bulwer's declaration filed

by Mr. Clayton in the Department of State at Washington, July

5, 1850

"Department of State,

Washington, July 5, 1850.

The within declaration of Sir H. L. Bulwer was received

by me on the 29th day of June, 1850. In reply, I wrote him mynote of the 4th of July, acknowledging that I understood British

Honduras was not embraced in the treaty of 19th day of Apri]

last ; but at the same time carefully declining to affirm or deny the

British title in their settlement or its alleged dependencies. After

singning my note last night, I delivered it to Sir Henry, and we

inmediately proceeded, whithout any further or other action to

108

Page 111: Asturias Francisco - Belice

exchange the ratifications of said treaty. The blank in thc decla-raron was'never filkd up. The consent of the Senate to the dec-lararon was not required and the treaty was ratiíied as it stoodwhen it was made.

JOHN M. CLAYTON.-

El martes 9 de julio, a las diez y media de la noche, muere en Wash-ington, el General Zacarías Taylor, de fiebre biliosa (según la prensa ame-ricana) y de "cólera morbo, que después degeneró en violenta fiebre

tifoidea", según la prensa de por acá. Lo substituye Fillmore. llamado porla ley. Fillmore, aunque más moderado que Taylor. no contaba con la po-pularidad de éste, y en las difíciles circunstancias en que se encontrabanlos Estados Unidos, lo primero que hizo fué retirar de Secretario de Estadoa Mr. Clayton, que era generalmente odiado.

Al reanudar el Senado sus sesiones, dan cuenta de la enmienda hechapor Mr. Clayton y comienzan en el Senado una serie de discusiones a cual

más acalorada e interesante, declarando que no se reconoce la enmiendaporque es una infracción al propio tratado. Mr. Clayton. que ya no era Se-

cretario y había perdido todos los apoyos principales, y pensando siempre en

el canal de Nicaragua, declaró que Belice no era territorio centroamericano.

con el objeto de que el Senado aceptara el tratado con esta anotación.

Entre tanto y en cumplimiento del tratado, los Estados Unidos exi-

gían de Inglaterra la desocupación de Roatán y la Mosquitia.

Inglaterra contestó estas demandas con la proclamación de la "colonia

de las islas de la Bahía", compuesta de Roatán. Guanaja. Utila. Barbaren.

Helena y Morat. Esta proclamación, publicada en Belice el 17 de julio de

1852, literalmente dice:

PROCLAMATION

Office oí the Colonial Secretary

Bclizc. July 17. 1852

This is to give notice that Her Most Gracious Majesly the

Qucen, has been pleascd to constitutc and make Ihe islands of

Roatán, Bonacca, Utilla, Barbarat. Helene. and Morat to be a colo-

ny to be known and designated as "The Colony of the Bay Island*."

AUGUSTUS FRKDKRICK GORE.A»l»»c Co»c«»«i N«<»«utt

God save thc Queen !"

Fácil es comprender el humor de lo* Estado* Unido* con semejante

burla, y en el Senado se discutió con amplitud el tratado Clayton-Bulwer.

El Senador por Michigan defendió los intereses de Guatemala de manera

brillante, y Mr. Clayton no tuvo más que decir, que Belice no formaba

parte de Centroamérica. Estas discusiones fueron en mano de 18S3.

109

Page 112: Asturias Francisco - Belice

Ese mismo año dejó la presidencia Fillmore, y entró Pierce. Aunque

Pierce era demócrata, y no whig, como sus dos antecesores, deseaba la ex-

pansión americana y, sobre todo, el canal de Nicaragua.

En el "Weekly Herald" de Nueva York de 4 de enero de 1851, se

anunciaba otra desmembración de México, seguida de la absorción del mis-

mo y de toda Centroamérica ; más tarde y en el mismo año, la prensa

americana dio la noticia de que el Gobierno de los Estados Unidos estaba

gestionando ante los gobiernos de Francia e Inglaterra, establecer el pro-

tectorado en toda Centroamérica, Haití y Santo Domingo. Y para que no

haya lugar a duda, Mr. Franklin Pierce, Presidente de los Estados Unidos,

en su discurso de toma de posesión de la presidencia, pronunciado el 4 de

marzo decía, entre otras cosas

:

"Las estrellas de nuestro pabellón casi se han triplicado desde el es-

tablecimiento de la Unión: nuestras poblaciones se han derramado sobre las

orillas de los dos grandes océanos, y sin embargo, ese enorme crecimiento

de territorio y de habitantes no solamente no turba la acción y armonía del

gobierno de la Unión y de los Estados, sino que a ambos da nuevas garan-

tías de fuerza y homogeneidad. Con esta profunda; experiencia la política

de mi administración no dejará dominarse por los pusilánimes consejos de

aquellos que temen todo aumento territorial."

Ante semejante declaración, claro está que Inglaterra no quería soltar

lo que tenía; al mismo tiempo se complicaba la situación con el enganche

que había verificado Inglaterra en los Estados Unidos de hombres para la

guerra de Crimea, y viendo la Casa Blanca que Inglaterra no se enmendaba

ni daba explicaciones, la Cancillería de Washington, cortó de golpe la dis-

cusión, enviando a Mr. Crampton, Ministro Residente de Inglaterra, los pa-

saportes para que desocupara el país. (Mayo 29 de 1856.)

Como si no fuera suficiente todo lo que se acaba de decir, para poner

la situación de Centroamérica tan difícil, los conservadores de Nicaragua ha-

bían elegido Director Supremo al General Frutos Chamorro, bajo cuya admi-

nistración se instaló una Constituyente que aumentó el período presidencial

de dos a cuatro años. El partido liberal se rebeló contra la constitución y

el Gobierno, y proclamó la reimplantación de la constitución de 1838. Ni-

caragua fué invadida por el General Máximo Jerez, y el gobierno liberal se

instaló en León, presidido por el Licenciado Castellón. Nicaragua ardía en

guerra interna, y viendo el Licenciado Castellón el poco éxito de sus armas,

contrató con Byron Colé, la traída de doscientos americanos con sus res-

pectivos oficiales, para seguir la guerra contra los conservadores.

Ya dijimos que el 9 de julio de 1849 había llegado a Nicaragua, y comoMinistro americano, Mr. E. George Squier, quien, por sus observaciones yestudios, hizo una geografía de Centroamérica, con narraciones muy intere-

santes de las bellezas de Nicaragua. Esta geografía tiene un mapa de Cen-troamérica, donde los límites de Belice no pasan del Sibún.

Por ese mismo tiempo William Walker fracasaba en su expedición

filibustera a Sonora, y después de mil trabajos llegó con sus hombres a SanFrancisco; apenas llegado fué reducido a prisión por infracción a las leyes

110

Page 113: Asturias Francisco - Belice

de neutralidad, se defendió y salió libre; electo diputado a la Convencióndemocrática del Estado de California, se puso al frente, y como editor, del"State Journal", de Sacramento. En estos trabajos periodísticos le llegó el

libro de Mr. Squíer, se enamoró de Nicaragua, y sabiendo que había guerrasciviles se propuso ir a dar ayuda a cualquiera de los bandos políticos, paraapoderarse del país. Uno de los propietarios del periódico que redactabaWalker era Byron Colé y éste le traspasó la* contrata que acababa de hacercon Castellón.

El 28 de diciembre de 1854 (otro día de los Santos Inocentes como el

de 1850) el Director Castellón celebró el contrato con Byron Colé; y a prin-

cipios de 1855 éste le comunica a Castellón que había traspasado el contrato

a William Walker. William Walker era natural de Nashville. Estado de Tcn-

nessee y era "un hombre de cinco pies de alto, de muy vulgar apariencia, pelo

casi rojo, limpio de aladares y bigotes, con los huesos de los carrillos muyprominentes, frente angosta y mirada torva. A veces usa un paleto axul.

pero más comúnmente una blusa de franela azul, pantalón negro, botas.

sombrero a la Kossuth, ceñidor y espada. A no ser por esta espada se le

tomaría por el hombre más insignificante del mundo, por un mercachifle de

los peores barrios de Nueva York. Lleva consigo a un hermano que tiene un

nombre de comedia, Norval Walker, y de quien puede decirse que es el

mayor borracho y el hombre más petulante del mundo".

El 13 de junio del propio 55 llegó al Realejo el buque de vela,,VesU'\

conduciendo a Walker, Colé y cincuenta y cuatro norteamericanos más. y

comienza la intervención filibustera en Nicaragua, que tantos males habría

de ocasionar a Centroaméríca y aún a los Estados Unidos, por la desconfian-

za que sembraba y la situación desesperada que crecía por todos lados con

las revoluciones guerra de liberación, cólera morbus, amenazas de conquis-

tas, de desmembraciones, situaciones que aprovechaba admirablemente In-

glaterra en su propio provecho, apareciendo como una nación protectora y

desinteresada.

Las batallas se sucedían con suerte alternativa; pero con revé*

con triunfos, Walker se imponía cada día más a los débiles gobiernos k\c

Nicaragua, hasta proclamarse Presidente, inaugurando su periodo el 12 de

julio de 1856, sobre un tablado que se levantó en la plaza de Granada y

con asistencia de Mr. Wheeler, representante de los Estados Unidos y del

cura filibustero Agustín Vigil. Tanto Walker. Presidente entrante, como Fe«

rrer, Presidente saliente y Mr. Wheeler pronunciaron largo* disturoos

El primer decreto del gobierno filibustero fué ordenando la confisca-

ción de todos los bienes de los enemigos, que enn los propietarios del país,

y de este modo la propiedad nicaragüense se convirtió en botín de guerra

repartido pródigamente entre los filibusteros compañeros de Walker El 22

de julio (a los diez días) decretó un empréstito extranjero de dos millones

de pesos, ofreciendo en pago los terrenos de Nicaragua y el 27 de agosto se

expidió la célebre ley que restablecía la esclavitud en Nicaragua, y derogaba

las leyes federales que la prohibían. Un poco antes se había autorizado el

111

Page 114: Asturias Francisco - Belice

idioma inglés para los documentos oficiales, y Walker decretó el bloqueo de

los puertos de Centroamérica el 4 de agosto, al saber la alianza de Gua-

temala, El Salvador, Honduras y Costa Rica, para hacerle la guerra.

La proclamación de Walker y el reconocimiento de su gobierno hecho

por Wheeler a nombre de los Estados Unidos, llenó de alarma al continente

hispano, el cuerpo diplomático en Washington presentó sus protestas en la

forma más enérgica y los representantes de Francia y España anunciaron que

enviarían sus escuadras a vigilar las costas de Centroamérica; el 19 de agos-

to se presentó en Trujillo la fragata inglesa "Cosak", con 22 cañones y 250

soldados y al mando del Coronel Jaime Cockburn, quien saltó a tierra para

comunicar que venía a oponerse al bloqueo de Nicaragua.

Las protestas de los diferentes Ministros, así como los discursos de

Walker, Wheeler, Vigil y las diferentes proclamas de Walker y Ferrer se

encuentran en el tomo VII de la "Reseña Histórica" de Montúfar.

Vimos ya que el 29 de mayo había sido despedido de Washington Mr.

Crampton, Ministro inglés; que el 12 de julio inauguraba su presidencia Wal-

ker y que el 19 de agosto llegaba una fragata inglesa a Trujillo. La situación

de Inglaterra no era para lanzarse a una guerra con los Estados Unidos, y

tratando de llegar a un arreglo, desocupó Roatán y las demás islas, y es

probable que la fragata "Cosak" haya llevado instrucciones especiales a

Honduras, porque el 27 de agosto (1856) se firmó un tratado entre Inglate-

rra y el Ministro de Honduras, por el cual la Gran Bretaña reconocía que

las Islas de la Bahía eran territorios bajo la soberanía de Honduras, pero

libres. Afortunadamente Honduras no aceptó lo último, porque esto le ha-

bría quitado el control sobre dichas islas.

Desde 1854 se cruzaba correspondencia entre Mr. Buchanan y Lord

Clarendon con relación a Belice, y siempre teniendo por objetivo la des-

ocupación de dicho establecimiento. El 6 de enero (1854) el señor Bucha-

nan presenta una declaración en la que dice que "Inglaterra no sólo continúa

en posesión del distrito entre el río Hondo y el Sibún, sino que ha extendido

su dominio hacia el Sur hasta el río Sarstún, grado y medio de latitud abajo

del límite descrito y permitido en la convención". A esta declaración con-

testó Lord Clarendon el 2 de mayo del mismo año diciendo que no se podían

sostener tratados con la vieja España en lo que se refería a fronteras, porque

el tratado de 1786 había sido modificado por guerras posteriores, durante las

cuales Inglaterra extendió sus fronteras, y literalmente dice: "That the

limits of the British settlement at Belize could not be restricted to the

boundaries under the treaty of 1786, not only because the treaties with oíd

Spain could not be heid to be necessary binding with respect to detached

portions of the oíd monarchy, but also because the treaty of 1786 was put

an end to by a subsequent state of war between Great Britain and Spain,

during which the boundaries of the British settlement in question were en-

larged."

La situación estaba difícil y amenazaba una guerra espantosa entre

Inglaterra y los Estados Unidos, y tratando de evitarla, reanudaron sus re-

laciones y sus pláticas, y éstas culminaron con el tratado "Dallas-Clarendon",

112

Page 115: Asturias Francisco - Belice

firmado el 17 de octubre de 1856, tratado que agravó más la situación deGuatemala, debilitando su defensa legal, porque en el artículo II adicional.

convinieron los Estados Unidos y Gran Bretaña "que el establecimiento de

Su Majestad Británica llamado Belice u Honduras Británica, en las costas

de la bahía de Honduras, limitado al Norte por la provincia mexicana de

Yucatán y al Sur por el río Sarstún, no estuvo ni está comprendido en el

tratado celebrado entre ambas partes contratantes el 19 de abril de 1850. yque los límites del mencionado Belice al Occidente como existían el men-cionado 19 de abril de 1850, deberán, si fuere posible, ser establecidos yfijados por un tratado entre Su Majestad Británica y la República de Gua-

temala, dentro de dos años a contar del cambio de ratificaciones de este

instrumento; y cuyas fronteras y límites no deberán en ningún tiempo ser

ensanchados en lo futuro".

"Los límites de la concesión otorgada por España a Inglaterra esta-

ban claramente fijados por el tratado de 1786. con terminante prohibición

de ensancharlos; y, no, obstante, ahora las dos potencias contratantes dispo-

nían que los límites llegarían al río Sarstún por el Sur. con lo cual se mutilaba

el territorio nacional en una grande y rica extensión.

"Queda así explicado el interés que mostró Inglaterra en la conclusión

del tratado de límites, siendo así que con anterioridad manifestara que no

tenía interés.

"Tristes comentarios cabe hacer frente a la situación de Guatemala

cuando se disponía de su territorio por extraños poderes, sin consultarla ni

oiría.

"Sólo así puede explicarse, aunque jamás justificarse, la celebración

del tratado de 30 de abril de 1859. por el cual Guatemala cedió parte de su

territorio, sin que le fuera permitido decir que lo cedía, aunque esa era la

verdad.

"Jurídicamente, ante la ley internacional, a nada obliga a Guatemala

lo que respecto de su suelo disponían Inglaterra y los Estados Unidos, pe

debe colocarse quien haya de juzgar los hechos, en el medio ambiente de

aquellos tiempos dolorosos, en que el poderío triunfante disponía de Ion

pueblos y de sus destinos. A lo expuesto hay que agregar la lucha centro-

americana que en aquellos momentos tomaba la defensa de la soberanía de

Nicaragua, atropellada por los filibusteros uorte-inu-ricinos comandados por

William Walker, vencido y fusilado por los defensores de la dignidad e in-

tegridad nacional.

"Guatemala, y con ella Centroamérica, expone ante el mundo el penoso

proceso de su mutilación y el reclamo reivindicatorío de U justicia interna-

cional ultrajada." (Libro Blanco—página 64.)

Los Estados Unidos so agitaban en las cleccionet presidenciales. Pierte

había perdido su popularidad y no logró su reelección, triunfando Mr. Jame»

Buchanan que tomó posesión el día miércoles 4 de mano de 1857. nombran-

do Secretario de Estado al General Cass de Michigan Buchanan trata de

llevar a término el tratado Clayton-Bulwer con su adicional el Dallas-Claren-

don, y de ahí se cruza una larga correspondencia entre Mr. Cass. Secretario

de Estado, y Lord Napier, Ministro inglés

113

Page 116: Asturias Francisco - Belice

Aun en 1858 no había hecho nada Inglaterra en este sentido; pero

apurada por Mr. Cass dispuso enviar un Ministro especial a Guatemala, para

evitar la intervención americana en el tratado de límites, que habría sido su-

mamente favorable a Guatemala. Inglaterra comunica esto a Washington, y

Mr. Cass contesta en una larga nota, fechada el 8 de noviembre de 1858, mani-

festando a Lord Napier que el Presidente de los Estados Unidos había sentido

gran satisfacción al saber el 19 de octubre que S. M. B. enviaría un Ministro

a Centroamérica para el arreglo de las cuestiones pendientes, y esperaba que

Inglaterra sería generosa al tratar de los límites de Belice por tener que

negociarlos con una nación débil, como es Guatemala, y que sin sentirse

lastimada en su dignidad, oiría los justos reclamos de ella. Agregaba que

Inglaterra no debía de olvidar que si los Estados Unidos habían reconocido

la soberanía inglesa en Belice, no era precisamente porque Inglaterra tuviera

indiscutibles derechos de posesión, sino que los Estados Unidos lo habían

hecho en un "espíritu de generosa concesión" ("in a spirit of generous con-

cession"). Y de este modo perdió Guatemala a Belice.

Inglaterra nombró al señor don Carlos Lennox Wyke, Encargado de

Negocios de Su Majestad Británica en la República de Guatemala, como

Ministro Plenipotenciario para el arreglo de los límites; y Guatemala al

señor don Pedro Aycinena, Consejero de Estado y Ministro de Relaciones

Exteriores, como Plenipotenciario con el mismo objeto.

El Gobierno de Guatemala no tenía aún conocimiento del tratado

Dallas-Clarendon, y ya apuraba al Ministro de Guatemala en París y Lon-

dres para que tratara de concertar un tratado de límites con la Gran Bre-

taña, aunque fuera sacrificando algo del territorio nacional, y así vemos que

don J. de Francisco Martín, ya contesta con fecha 14 de febrero de 1857

de París; el 2 de marzo (no había llegado a Guatemala la nota del 14 de

febrero) del 57, don Pedro de Aycinena escribe al señor J. de Francisco Mar-

tín indicándole algo del tratado Dallas-Clarendon "si es tal como dicen al-

gunos diarios" y al final escribe en la nota: "Realmente es doloroso el ver

que nuestros más sagrados intereses se discuten y deciden en Europa inau-

ditam partem; y ojalá, como V. E. dice, fuese dable poner término a estas

cosas, etcétera". En el anteproyecto que el Ministro de Guatemala en Lon-

dres presentó con fecha 17 de julio del 57, eri el párrafo segundo decía:

"Colocándose en el terreno del Gobierno de Guatemala, hay que asumir en

primer lugar el hecho de que la posesión en que se halla la Gran Bretaña

del establecimiento de Belice, no tiene ni ha tenido el carácter de una pro-

piedad perfecta. No hay conquista ni tratados que establezcan semejante

propiedad, antes bien hay tratados que establecen lo contrario; pero el ale-

gato que pudiera hacerse de que guerras ha habido que los destruyen, no

pudiera conducir a otra deducción lógica y conforme al derecho de gentes,

sino, a esta: la guerra ha establecido las cosas en un estado ante bellum, es

decir, en el estado, para Inglaterra respecto a Belice, de posesión precaria ycondicional. Además, dichos tratados fueron restablecidos en su fuerza y vi-

gor por el tratado con España de 1814, artículo adicional l9 y reconocidos

después explícitamente en otro tratado con México, en 1826, artículo 14.

Admitido este primer punto resta saber a quién la Inglaterra debe respon-

114

Page 117: Asturias Francisco - Belice

der por el derecho superior, que no le compete, de propiedad y soberanía

sobre los terrenos que ocupa en las costas de la República de Guatemala.

Claro es que no puede ser ya a España. Será, pues, a la República de Gua-temala. De otro modo, Inglaterra entraría en el goce de un derecho al que

no tiene título alguno, etcétera."

£1 Gobierno inglés no quería indemnizar a Guatemala en nada, y para

salvarse airoso, indicaba que Belice no valia nada y es por esto que donPedro de Aycinena escribe al señor de Francisco Martin, con fecha 2 de no-

viembre del 57, una nota corta y entre otras cosas le decía: "Si no le parece

al Gobierno británico que tienen importancia estos territorios, podía devol-

verlos lisa y llanamente, etcétera". Con fecha 14 de noviembre escribía el

Ministro de Guatemala en París una nota, y en su tercera parte, indica:

"De las diversas conversaciones que tuve en Londres con el Subsecretario

de Estado M. Hammond, respecto a dicho tratado de limites, deduje que él

juzgaba era ventajoso para Guatemala fijarlos de una vez por un tratado

público para evitar que se hicieran nuevas incursiones por la parte del in-

terior, inculta y casi desierta, las que dieran con el tiempo derecho de po-

sesión a los que se introduzcan por aquellos parajes; y que no seria fáctl

que el Gobierno de S. M. B. hiciera compensación alguna no teniendo en

el día mayor interés en el establecimiento, etcétera".

Después de variada correspondencia sin mayor objeto o sin llegar a

algún acuerdo, Inglaterra nombró al señor don Carlos Lcnnox Wyke. Encar-

gado de Negocios de Su Majestad Británica en la República de Guatemala.

como Ministro Plenipotenciario para el arreglo de los limites; y Guatemala

al señor don Pedro de Aycinena, Consejero de Estado y Ministro de Relacio-

nes Exteriores, como Plenipotenciario con el mismo objeto. Comienzan las

pláticas a mediados de abril; y como el nombramiento de Lcnnox Wyke tuc

pura fórmula o si se quiere una burla más puesto que le enviaron el borra-

dor del tratado que debía imponer, para el 30 ya estaba todo terminado y

firmado, y textualmente dice así

:

"Convención entre la República de Guatemala y Su Majestad Bri-

tánica relativa a los límites de Honduras Británica (sic)

Por cuanto: no han sido todavía averiguados \ señalados lo* limite*

entre los territorios de la República de Guatemala y el establecimiento y

posesiones de Su Majestad en la bahía de Honduras I a Repuhlua de v»u.»-

témala y Su Majestad la Reina del Reino Unido de la Gran Bretaña o Irlan-

da, deseando definir los limites referido! con la mira de desarrollar y

perpetuar las relaciones amistosas que felizmente existen entre lo% dos p

han resuelto celebrar una convención con aquel objeto y han nombrado

por sus plenipotenciarios a saber:

Su Excelencia el Presidente de la República de Guatemala, al señor

don Pedro Aycinena, Consejero vK Estado \ Ministro de Relaciones Exterio-

res del Gobierno de la República, v Su Majestad la Reina del Reino Unido

de la Gran Bietaña c Irlanda, al señor don Carlos Lcnnox Wyke. Encargado

de Negocios de Su Majestad Británica en la República de Guatemala; qUlC-

ll.s

Page 118: Asturias Francisco - Belice

nes, habiéndose comunicado sus plenos poderes respectivos y encontrándo-

los en buena y debida forma, han convenido y concluido los articulos

siguientes

:

Artículo l 9—Queda convenido entre la República de Guatemala y SuMajestad Británica que los límites entre la República y el establecimiento

y posesiones británicas en la bahía de Honduras como existían antes del l 9

de enero de 1850 y en aquel día y han continuado existiendo hasta el pre-

sente, fueron y son los siguientes

:

Comenzando en la boca del río Sarstún en la bahía de Honduras yremontando la madre del río hasta los raudales de Gracias a Dios; volviendo

después a la derecha y continuando por una línea recta tirada desde los

raudales de Gracias a Dios hasta los de Garbutt en el río Belice; y desde

los raudales de Garbutt, Norte derecho, hasta donde toca con la frontera

mexicana.

Queda convenido y declarado entre las altas partes contratantes que

todo el territorio al Norte y Este de la línea de límites arriba señalados,

pertenece a Su Majestad Británica; y que todo el territorio al Sur y Oeste

de la misma pertenece a la República de Guatemala.

Artículo 29—La República de Guatemala y Su Majestad Británica nom-

brarán, dentro doce meses después del canje de las ratificaciones de la pre-

sente convención, un comisionado por cada parte, con el objeto de señalar

y demarcar los límites descritos en el artículo precedente. Dichos comisiona-

dos averiguarán la latitud y longitud de los raudales de Gracias a Dios y de

Garbutt, y harán que la línea divisoria entre los raudales de Garbutt y el

territorio mexicano se abra y demarque donde sea necesario, como una pro-

tección contra futuras transgresiones.

Artículo 39—Los comisionados que se mencionan en el artículo pre-

cedente se reunirán en el punto o puntos que en lo de adelante se determi-

nen, tan pronto como sea posible y conveniente después que hayan sido

nombrados respectivamente; y antes de proceder a ningún trabajo, harán

y firmarán una declaración solemne de que examinarán, según su leal saber

y entender, y conforme la justicia y equidad, sin miedo, favor o afección a

su propio país, todas las materias sometidas a su decisión; y tal declaración

quedará sentada en el registro de sus operaciones.

En seguida los comisionados antes de proceder a ningún otro trabajo,

nombrarán una tercera persona que decida como arbitro o amigable com-

ponedor en cualquier caso o casos en que ellos puedan diferir de opinión.

Si no logran ponerse de acuerdo para la elección de dicha persona, y en cual-

quier caso en que los comisionados puedan diferir de opinión con respecto a

la decisión que deben dar, la suerte determinará cuál de las dos personas

nombradas será el arbitro o amigable componedor en aquel caso particular.

La persona o personas que han de ser así elegidos antes de proceder a fun-

cionar, harán y suscribirán una declaración solemne, semejante en su for-

ma a la que debe haber sido ya hecha y suscrita por los comisionados, cuya

declaración será también agregada al registro de las operaciones. En caso

116

Page 119: Asturias Francisco - Belice

de muerte, ausencia o incapacidad de alguno de dichos comisionados, o dealgunos de dichos arbitros o amigables componedores; o si omitieren, de-diñaren o cesaren de funcionar, se nombrará otra persona de la misma ma-nera para que funcione en su lugar, y hará y suscribirá una declaración igual

a la mencionada.

La República de Guatemala y Su Majestad Británica se compromete-rán a considerar la decisión de los comisionados conjuntamente, o del ar-

bitro y amigable componedor, en su caso, como final y concluyente en las

materias que deben someterse respectivamente a su decisión, y a llevar in-

mediatamente ésta a debido efecto.

Artículo 4°—Los comisionados arriba mencionados harán a cada unode los gobiernos respectivos una declaración o informe común y firmado ysellado por ellos, acompañado de un mapa o mapas por cuadruplicado (dos

para cada gobierno) certificando ellos ser verdaderos mapas de los límites

señalados en el presente tratado y recorridos y examinados por ellos.

Artículo 59—Los comisionados y el arbitro o amigable componedorllevarán registros exactos y minutas o notas correctas de todas sus opera-

ciones con las fechas respectivas; y nombrarán y emplearán los agrimenso-

res, amanuense o amanuenses, u otras personas que consideren necesarias

para auxiliarlos en el arreglo de los asuntos en que puedan tener que en-

tender.

Los sueldos de los comisionados serán pagados por sus gobiernos

respectivos. Los gastos contingentes de la Comisión, incluyendo el sueldo

del arbitro amigable componedor y de los agrimensores y amanuenses, serán

costeados por los dos gobiernos por partes iguales.

Artículo 69—Queda convenido, además, que las corrientes de la linca

de agua divisoria descrita en el articulo Io de la presente convención serán

igualmente libres y abiertas a los buques y botes de ambas partes % que

cualesquiera islas que puedan encontrarse en ellas, pertenecerán a aquella

parte hacia cuya banda de la corriente estén situadas.

Artículo 79—Con el objeto de llevar a efecto prácticamente las mira*

manifestadas en el preámbulo de la presente convención para mejorar y

perpetuar las amistosas relaciones que al presente existen íeli/inente entre

las dos Altas Partes Contratantes convienen en poner conjuntamente todo

su empeño, tomando medidas adecuadas para establecer la comunicación

más fácil (sea por medio de una carretera, o empleando los rios o ambas

cosas a la vez, según la opinión de los ingenieros que deben examinar el

terreno) entre el lugar más conveniente de la costa del Atlántico cerca del

establecimiento de Belice y la capital de Guatemala, con lo cual no podrán

menos que aumentarse considerablemente el comercio de Inglaterra por una

parte, y la prosperidad material de la República por otra; al mismo tiempo

que quedando ahora claramente definidos los limites de los dos países todo

ulterior avance de cualquiera de las dos partes en los territorios Je la otra.

será eficazmente impedido n evitado para lo futuro.

117

Page 120: Asturias Francisco - Belice

Artículo 89—La presente convención será ratificada y las ratificacio-

nes canjeadas en Guatemala o en Londres tan pronto como fuere posible y

en el espacio de seis meses.

En fe de lo cual, los respectivos Plenipotenciarios la han firmado y

sellado en Guatemala, a 30 de abril de 1859.

(L. S.) P. AYCINENA. (L. S.) CHARLES LENNOX WYKE

Esta convención fué ratificada por Guatemala el l9 de mayo, por In-

glaterra el 12 de junio y canjeada el 12 de septiembre del mismo año.

Inglaterra se había burlado de Guatemala, de los tratados Clayton-

Bulwer y Dallas-Clarendon, y de los propios Estados Unidos de Norteamé-

rica : había faltado a su honor, presionando a un débil y se preparaba a

quebrantar su palabra de honor y el honor de Su Graciosa Majestad la Rei-

na Victoria y del Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda, empeñados en

el artículo séptimo del tratado* de 30 de abril del 59; deshonra que está

vigente y aumentada por la acción del tiempo y los adelantos del derecho y

la justicia, y que Inglaterra debe reparar si quiere tener el elemental dere-

cho de hablar de justicia, legalidad, independencia, soberanía y respeto a las

naciones débiles o menores. Inglaterra narcotizó a don Pedro Aycinena para

que firmara el tratado del 59 con el mayor sigilo y secreto. Hace ochenta

y un años que Inglaterra obligó a don Pedro Aycinena a hacer un tratado que

tenía por cimientos la mayor y más solemne mentira, como es el artículo

primero del tratado del 59, imponiendo al despojado gritar a pleno pulmón

que con Inglaterra arreglaba fronteras. Causa mareo y confusión, ver que

esa gran Inglaterra que en estos momentos gana la admiración del mundo,

oponiéndose con toda energía y resolución a los déspotas de Europa, defen-

diendo los derechos y las libertades del hombre y la existencia e integridad

de las naciones pequeñas, sea la misma que hace ochenta y un años nos

despojó de Belice de la manera más despiadada.

El tres de mayo, tres días después de firmado el tratado del 59 y ya

con menos narcosis, el señor Aycinena escribía al señor don Juan de Fran-

cisco Martín y de manera "reservada", comunicándole lo del tratado y en

su segundo párrafo y final/literalmente dice: "Como V. E. debe suponer, hice

al señor Wyke todas las observaciones que eran del caso, exponiendo larga-

mente la justicia de nuestros derechos y pidiendo, por lo menos, alguna com-

pensación por su abandono. Las instrucciones del señor Wyke eran tan

terminantes, que no se creía autorizado, a pesar de sus buenos deseos, a

admitir mis indicaciones. Después de muchas conferencias, hubimos de con-

venir en agregar el artículo 79 de la Convención, que no estaba en el borrador

remitido a Mr. Wyke, y que como V. E. verá, contiene una compensación

por el abandono de nuestros derechos sobre los territorios indebidamente

ocupados por los pobladores de Belice... En esta virtud, debemos conside-

rar como una ventaja el haber firmado los límites entre la República y el

establecimiento de Belice, para evitar así en lo sucesivo nuevos avances. ..

"

118

Page 121: Asturias Francisco - Belice

Al pasar el tratadc a la Cámara de Representantes, los señores Urrue-

la, Aguilar, Arrivillaga y García Granados, de las Comisiones de Goberna-ción y Relaciones Exteriores, dieron un voto adverso, brillante y ajustado entodo a las leyes vigentes. En el Consejo de Estado, los consejeros don PedroJ. Valenzuela y don José Antonio Azmitia adversan el tratado de manerabrillante, distinguiéndose don Pedio J. Valenzuela. en cuyo voto aparecen

grandes profecías, que si hoy por hoy soh ciertas y claras como la luz del

sol, esperamos que muy pronto y en honor a Inglaterra, resulten equivocadas.

El señor Valenzuela analiza concienzudamente el tratado, y tiene pasajes

tan brillantes que no puede uno prescindir de transcribirlos: "Nada importa

el artículo 7° de dicho convenio, en que se impone a la otra parte contra-

tante la condición de que contribuya con la mitad del gasto en la apertura

del camino carretero que debe hacerse para el comercio entre el puerto de

Izabal y las poblaciones del Norte porque a más de ésto, que supone otro

gasto cuantioso de parte del Gobierno, para el cual aún no está facultado.

tiene el inconveniente de que semejante condición es, tan indefinida por no

designar tiempo, calidad, duración ni otras circunstancias, que cualquiera obs-

táculo nacido de éstas frustraría fácilmente la empresa; si al menos se

hubiese estipulado que la cesión del terreno no tendría lugar, sino que lo

recobraría el Gobierno caso de no tenerlo el camino en la forma conve-

niente, habría ya un equilibrio probable en el contrato. Además, la com-

pensación de que se ha tratado no es en mi concepto otra cosa que una

fórmula de palabras que podrá alucinar por un momento; pero que bien

visto se reduce a nada. ¿Qué garantías se exigen al Gobierno británico

para que cumpla con pagar la mitad de los costos del camino proyectado?

Ninguna, por cierto. Nuestra parte queda en descubierto enteramente*

mientras que la otra no sólo queda garantizada con plenitud, sino asegurada

y de hecho en propiedad y posesión del terreno que se le cede. ¿Cómo hará

Guatemala para exigir de la Inglaterra aquel pago, sin haberse preparado,

para en caso de falta, con algún medio oportuno y con el cual no pudiese

quedar burlada aquélla...? Por último, señores, yo desearía saber cuales

son los motivos que hay para juzgar ciegamente que la Gran Bretaña *era

fiel observante de dicho tratado y que posesionada ya con pleno dominio

de las tierras que se le conceden, no aspire a tomarse otras con cualquier

pretexto y hacer lo mismo que ahora ha hecho? t Sera por ventura que ha

variado de principios, de política y de conducta? ¿ Ser.* que la Inglaterra de

la época presente no es la Inglaterra de las antenote*»' Peto \o no cree

que sea asi; veo, por el contrario, que sus manejos n SU sistema de usur-

paciones a todo trance son los que han sido antes de ahora. Un hecho

muy reciente nos convencerá ^le la verdad En 1850 celebró un tratado con

el Gabinete de Washington, que se ha conocido con el nombre de Clayton-

Bulwer. . . Tales son mis convicciones ellas lerán acato hijas de mi ig-

norancia y errores en esta materia ¡Ojalá asi iea Guatemala, mayo 1 *i*

1859— (f) Pairo J. Valenzaeta

En la Cámara de Representantes, dieron, además, mi voto ni.

los señores Licenciado Andrés Andreu y Antonio de Aguirre.

Page 122: Asturias Francisco - Belice

A don Pedro se le venía el cielo abajo, y el Gobierno inglés compa-

decido y siempre tan generoso, le envió una notita y para consolarlo el 12

de septiembre y que literalmente dice : "Legación Británica : Guatemala,

septiembre 12 de 1859.—Señor: Me hago ahora el honor de transmitir a V.

E. adjunta copia de un despacho que me ha dirigido Lord John Russell al

comunicarme, con fecha 30 de junio último, las órdenes del Gobierno de

Su Majestad para canjear las ratificaciones de la convención para el arre-

glo de los limites de Honduras Británica, y en la cual Su Señoría expresa

al mismo tiempo la gran satisfacción que ha experimentado el Gobierno

de Su Majestad por la prueba de amistad que le ha dado la República de

Guatemala con la pronta y franca conclusión de aquella convención; y Su

Señoría termina expresando la disposición del Gobierno de Su Majestad

de cooperar con el de Guatemala para el establecimiento de una línea de

comunicación entre esta capital y la costa del Atlántico, en Belice o cerca

de él.—Tengo el honor de ser, señor, su más obediente servidor.— (f) Wil-

liam Hall."

El l9 de octubre de 1859, la Legación de los Estados Unidos protesta

contra la celebración de la convención de 30 de abril de 1859; protesta no-

tabilísima que por sí sola es un monumento, y la historia más verídica yconcentrada del rapto de Belice y que reproduzco íntegramente. Dice así

:

LEGACIÓN DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMERICA

CERCA DE LA REPÚBLICA DE GUATEMALA

A Su Excelencia don Pedro de Aycinena,

Ministro de Relaciones Exteriores.

Señor

:

Guatemala, lp de octubre de 1859.

El infrascrito Ministro Residente de los Estados Unidos de América

cerca de las Repúblicas de Guatemala y Honduras, por consideraciones que

pueden comprenderse, ha diferido hasta ahora la presentación de la siguien-

te protesta que respetuosamente pide se comunique a los Poderes Legisla-

tivo, Ejecutivo y Judicial del Gobierno de Guatemala; y se registre y con-

serve en los archivos de esa Secretaría.

Durante largos años, que comprenden el período de la existencia de

la Confederación centroamericana, y desde la disolución de esa Confedera-

ción y la constitución de sus partes integrantes en distintas soberanías inde-

pendientes,—por cierto desde la fecha de la independencia centroamericano

del yugo español, en 1821, continuamente se han publicado quejas contra

usurpaciones británicas en sus respectivos territorios y soberanías, y de in-

tromisión británica en los asuntos gubernativos e internos de estos Estados.

Tal era el estado de cosas existente, cuando el tratado de 19 de abril

de 1850, comúnmente conocido como Clayton-Bulwer, se ajustó solemnemen-te y formalmente se proclamó por los Gobiernos de la Gran Bretaña y los

Estados Unidos de América.

120

Page 123: Asturias Francisco - Belice

Es innecesario aludir aquí a todos los motivos que indujeron a losEstados Unidos a participar en este tratado, o considerar detenidamentealgunos de ellos. Baste decir que fué uno de sus objetos el establecimientode libre, seguro e ininterrumpido tránsito por territorio centroamericano, deluno al otro océano

;otro fué el abandono y la cesación de posesión británica,

ocupación británica, fortificaciones británicas y protectorados británicos en.de y sobre cualquiera y todas lus partes ¿le Centroamérioa, con lo cual el co-mercio de los Estados Unidos en nuestros mares circunvecinos se aseguraríacontra intromisión y depredaciones británicas; y otro era colocar a las Re-públicas centroamericanas y todas sus partes, fuera y libres de dominio e

influencia británicos, dejando a estas Repúblicas en pleno e ininterrumpidogoce de todas sus fronteras y territorios, con perfecta libertad para estable-

cer sus propias líneas divisorias interiores y para arreglar sus asuntos inter-

nos como mejor les parezca para proteger sus intereses, estimular su felicidad

y perpetuar sus libertades.

Se cree y se insiste en que todos estos objetos, tan deseables en si

mismos y favorables no solamente a los intereses de los Estados Unidos,

sino también a las mayores esperanzas y perspectivas de Centroamérica, se

han logrado amplia y cumplidamente en el articulo l9 de la convención ya

referida: ese artículo consta en las siguientes palabras: Art. Io

.—"Los Go-

biernos de los Estados Unidos y la Gran Bretaña, por el presente declaran

que ni uno ni otro obtendrán jamás ni mantendrán para si dominio alguno

exclusivo sobre dicho canal, y convienen en que ninguno de los dos erigirá

jamás ni mantendrá fortificación alguna que lo domine, o esté en su cerca-

nía; ni ocupará, ni fortificará, ni colonizará, ni asumirá dominio alguno so*

bre Nicaragua, Costa Rica, la costa de Mosquitos, ni parte alguna de Centro-

américa; y ninguno de ellos hará uso de protección que preste o prestare,

ni de alianza que tenga o tuviere con Estado o pueblo alguno, para erigir

o mantener tales fortificaciones, ni para ocupar, fortificar, ni colontxar Ni-

caragua, Costa Rica, la Mosquitia, ni parte alguna de Centroamérica, ni para

asumir o ejercer dominio sobre ellas; ni sacarán ventaja los Estados Unido»

ni la Gran Bretaña de nexo alguno, ni emplearán alianza alguna, conexión

ni influencia que alguno de ambos tuviere con Estado o Gobierno por cuyo

territorio hubiere de pasar dicha canal, con propósito de adquirir o retener.

directa o indirectamente, para sus ciudadanos o subditos derechos ni venta-

jas con respecto a comercio o navegación por el referido canal, que no hayan

de ofrecerse en iguales términos a los ciudadanos o subditos de la otra."

Es verdad, con limitaciones especiales, que, para tener a Bclice como

excepción de los efectos generales de las estipulaciones de la mencionada

primera sección, se presta el hecho de las cartas que se cruxaron entre Sir

Henry Bulwer y el honorable John M. Clayton. negociadores ingles y esta-

dunidense de ese pacto, la de aquél fechada el 29 de junio de 1850 y la de

éste, el 4 de julio siguiente—copias de las cuales se comunican adjuntas co-

mo partos de esta declaración y protesta, marcadas con los números 1 y 2—

;

pero, cuando se consideran los manifiestos y sabidos objetos por satisfacer

en ese tratado, seguramente aparecerá a todo entendimiento que no puede in-

121

Page 124: Asturias Francisco - Belice

sistirse en esa excepción sino en cuanto a permitir que subditos británicos

continúen en posesión del verdadero Belice, y gocen los privilegios enume-

rados y definidos en los tratados españoles de 1783 y 1786.

¿A qué Belice aludió Sir Henry Bulwer en su referida nota a Mr. Clay-

ton? Muy ciertamente, al Belice públicamente conocido como Belice, limitado

y definido por esos tratados españoles, y no a otro. ¿A cuál Belice pudo haber

supuesto Mr. Clayton que se le llamaba la atención? Seguramente no al

Belice que la República de Guatemala y la Gran Bretaña, en conferencia

secreta, y obrando bajo influencias desconocidas, consideraron oportuno de-

finir en 1859; sino al Belice ocupado por la Gran Bretaña, como usufructua-

ria, por tolerancia de la corona española, para fines limitados y específicos,

con fronteras clara y plenamente definidas por los tratados españoles ya

aludidos. Si se toma bien este punto de vista, el país situado entre los ríos

Sibún y Sarstún no queda dentro de la excepción contenida en las notas de

los negociadores; aunque se dé a dichas notas el beneficio de la mayor libe-

ralidad de sentido e interpretación, en favor del Gobierno británico,—cae

directamente dentro de las estipulaciones de la primera sección del tratado

Clayton-Bulwer.

En este dilema, y para ensanchar los límites definidos de Belice, se

invoca el auxilio de Guatemala; y Guatemala, en la reciente renuncia de su

territorio, ha ofrecido su reconocimiento para establecer ocupación y pose-

sión hasta 1850, y título a la Gran Bretaña sobre todo el territorio entre aque-

llos dos ríos, ayudando así a su propia desmembración. No será suficiente

descansar en este reciente reconocimiento de Guatemala, contenido en su

último tratado de 30 de abril de 1859 con la Gran Bretaña, como prueba de

ocupación británica y propiedad británica del territorio en cuestión. De nada

puede servir esto : Guatemala prueba demasiado y está abiertamente opues-

ta, no sólo a todos los actos y declaraciones de su historia entera, sino al

hecho notorio de que dentro de los límites que concede hay inmensas por-

ciones de territorio que la Gran Bretaña nunca tuvo, ni ha poseído nunca,

y de las cuales nunca fué dueña antes del 30 de abril de 1859, ni había ocu-

pado hasta entonces.

Al contrario, hay extensas regiones entre el Sibún y el Sarstún que

se extienden tierra adentro hasta los raudales de Gracias a Dios, nunca ex-

ploradas; y todavía en 1824 indios bravos en estado salvaje vagaban por

esas selvas. Además, este reconocimiento viene en tan discutible forma—de-

be permitírseme decirlo— ,que cuando se recuerdan las a menudo repetidas

representaciones, protestas y quejas de Guatemala aún en vísperas de su

reciente reconocimiento, y el gran cuidado en ocultar al representante esta-

dunidense en esta corte la obtención y el otorgamiento de ese reconocimien-

to, debe convenirse en que conforme a todo principio que regula la admisibi-

lidad, y determina el valor del testimonio, se reciban con grande precaución,

si no con sospecha.

No puede sostenerse que la obtención, por la Gran Bretaña, de reco-

nocimiento que estableciera la frontera de Belice en la línea de El Salvador,

y así incorporara el todo de Guatemala,—deje esa vasta área dentro de la

122

Page 125: Asturias Francisco - Belice

excepción y con ella constituya parte de "los establecimientos de Su Ma-jestad en Belíce, o sus dependencias". Ninguna diferencia puede notarse

entre ambos casos.

Se sabe que la Gran Bretaña sostiene pretensión de propiedad y ocu-

pación, por conquista del territorio disputado. Si se afirma que el país

situado entre el Sibún y el Sarstún pertenece a la Gran Bretaña por derecho

de conquista—en razón de que el tratado *de 1786 terminó por subsiguiente

estado de guerra con España, y que durante esa guerra se ensancharon las

fronteras del establecimiento británico en cuestión, y, porque el nuevo tra-

tado de paz no revalidó los pactos de 1783 y 1786, la Gran Bretaña tiene

derecho a retener ese territorio, —se responde que, si ello se efectuó después

de la fecha del tratado de alianza de 1809 entre la Gran Bretaña y España.

que terminó la guerra, tal argumento carece de fundamento y apoyo. Si fué

antes de 1809, la Gran Bretaña, al concluir el tratado, debió haber informado

a España que tenía intención de convertir en derecho absoluto las usurpa-

ciones de los pobladores de Belice en territorio español; de su conducta

posterior aparece claramente que entonces no se proponía obrar de tal modorespecto de aliado en desgracia.

En 1814 revalidó la Gran Bretaña todos sus tratados comerciales pre-

existentes con España y lo que es privilegio a ella otorgado por el trata-

do de 1786, de cortar, en territorio español, caoba, campeche y otros palos

de tinte, autorizándola así a continuar el comercio británico de esos ar-

tículos, pero como privilegio comercial. Lejos de que el tratado de 1786

terminara por la guerra, actos del parlamento británico reconocieron en 1817

y 1819 su continuada existencia: con las siguientes palabras declara que Be-

lice "no estaba dentro de territorio ni dominio de Su Majestad", sino era

"meramente establecimiento para objeto determinado, en posesión y bajo

protección de Su Majestad."

En cuanto a la naturaleza de este "establecimiento" y en conocimien-

to de este "objeto determinado", a nada podemos referirnos sino a los tra-

tados de 1783 y 1786. La Gran Bretaña, consciente de la debilidad de su

reclamo al Sarstún, basado en las notas que se cruzaron los negociadores

y en su supuesta conquista del país, trata de fortalecer su posición negando

que porción alguna del país situado sobre el golfo de Honduras y al norte

del río Sarstún, haya formado alguna vei parte do Centroamérica desdi-

chadamente para esta situación, la ya citada nota de Sir Henry Bulwer pa-

recería convenir en lo contrario; y. además de esto, y prescindiendo de la

evidencia que suministra la configuración física y geográfica del territorio,

se opone a ello el curso conocido e ininterrumpido de la historia de esto país

Por el unánime y acorde testimonio, de antes y ahora, de y..u\.\ una de las

Repúblicas que actualmente constituyen Centroamérica éstas poi mi afor-

tunada revolución de 1821, heredaron todos los derechos de soberanía y do-

minio que entonces pertenecían o correspondían a la corona do España sobre

todo el país conocido como antiguo Reino de Guatemala En la sección pri-

mera de la Constitución de la Confederación centroamericana, de 22 de no-

viembre de 1824, el Gobierno so denomina "República Federal de Centró-

la

Page 126: Asturias Francisco - Belice

américa"; y el artículo 59 de la sección segunda de aquella Constitución

declara que el territorio de la República es el mismo antes comprendido en

el antiguo Reino de Guatemala, con excepción por ahora de la Provincia de

Chiapas. El artículo 6P del mismo documento declara que la Federación se

compone al presente de cinco Estados, a saber: Costa Rica, Nicaragua, Hon-

duras, El Salvador y Guatemala; la Provincia de Chiapas se considerará

como Estado de la Federación cuando voluntariamente se una a ésta.

En este día y hora, México retiene Chiapas, Provincia anexada por la

fuerza, a la caída de Iturbide, y Soconusco, anexado posteriormente por San-

ta Anna, con protesta de Guatemala : ésta sostiene que son parte del antiguo

Reino al cual heredó por feliz revolución, y que están dentro de sus límites

legítimos come uno de los Estados soberanos de Centroamérica.

Más todavía : no sólo sostuvo la Confederación centroamericana que

el antiguo Reino de Guatemala estaba dentro de los límites de Centroaméri-

ca, sino que le pertenecía el derecho de dominio y soberanía dentro de todas

las fronteras, inclusive el país al norte del Sibún y conocido como Belice : y

Guatemala, desde la separación de los Estados que componían aquella Con-

federación, nunca ha cesado de asegurar y sostener que dicha soberanía y

la propiedad del territorio al norte del Sibún, ciertamente le corresponden

por derecho. Todavía en 1832, el Doctor Mariano Gálvez en su Atlas de

Guatemala con las divisiones departamentales de entonces, publicado por

orden del Jefe del Estado, deja dentro de los límites del departamento de

Verapaz, el territorio entero que queda allende y al Norte del río Hondo.

Se estima innecesario aducir prueba y multiplicar argumentos para refu-

tar la proposición de que el país entre el Sibún y el Sarstún no estaba dentro

de los límites de Centroamérica: si, contra esa proposición, algo pudiere

requerirse para sostener hecho tan umversalmente notorio, la grande expe-

riencia y conocimiento familiar de Vuestra Excelencia, acerca de Centroamé-

rica, su historia y sus asuntos, sin duda podrían suministrarlo abundante-

mente.

Si los anteriores puntos de vista y argumentos, que podrían ampliarse

grandemente, pero que se estiman suficientes para el caso, son justos y opor-

tunos, resulta que la Gran Bretaña, ni por la excepción en favor de Belice,

ni por el argumento de título por conquista, ni por la presunción de que no

está dentro de los límites de Centroamérica, tiene derecho a ensanchar y con-

tinuar su ocupación y dominio sobre el país entre el Sibún y el Sarstún, y

hacerlo así es y será violación de las más claras estipulaciones del tratado de

1850 entre la Gran Bretaña y los Estados Unidos.

No se puede dudar de que todos estos hechos y consideraciones eran

familiares al Gobierno de Vuestra Excelencia, y que se sabía que cuanto se

hiciese para promover complicación de cuestiones que ahora ocupan se-

riamente la atención de dos poderosas naciones hermanas, con quienes Gua-

temala está en términos de paz y amistad, podría alterar grandemente y

poner en peligro la existencia de las relaciones amistosas entre aquellas dos

potencias; sin embargo de todas estas circunstancias, el reciente tratado de

30 de abril de 1859 entre la República de Guatemala y la Gran Bretaña se

124

Page 127: Asturias Francisco - Belice

ajusta y ratifica por aquélla, y la existencia de negociaciones pendientes se

oculta al representante estadunidense en Guatemala, hasta cuando se pu-

blican en la Gaceta de Guatemala la ratificación del tratado y la noticia de

su existencia.

Privado así de privilegio que el infrascrito reclama como reconocido

y aceptado no solamente por el trato y -las cortesías que corresponden yregulan las relaciones diplomáticas, sino por amistad, benevolencia e impar-

cialidad que se suponen existir en favor de potencia amiga, cuando sus de-

rechos e intereses están de por medio. —nada le queda, sino hacer y publicar

esta solemne protesta: Yo, Beverly L. Clarke, Ministro Residente de los

Estados Unidos de América cerca de la Repúblicas de Guatemala y Hondu-

ras, por y en nombre del Gobierno de los Estados Unidos de América, ahora

y por el presente hago, consigno y publico esta solemne protesta: Io

, contra

el tratado del 30 de abril de 1859. entre la República de Guatemala y el Go-

bierno de la Gran Bretaña, como violación clara y palpable de letra espíritu

y estipulaciones del tratado entre la Gran Bretaña y los Estados Unidos de

América, fechado el 5 de julio de 1850 (sic) y comúnmente conocido comotratado Clayton-Bulwer ; 2

f)

, contra la conducta del Gobierno de Guale mala.

al reservar sigilosamente y ocultar al representante estadunidense residente

en esta corte y capital, todo conocimiento de las negociaciones pendientes

que afectan vitalmente intereses y política de su Gobierno, privándolo de

este modo del derecho y privilegio de defender tales derechos y sostener esa

política, y en violación de las cortesías establecidas que corresponden > c\w

ten en las relaciones diplomáticas, y con desprecio del derecho de lo» Esta-

dos Unidos e imparcialidad que se supone existir en favor de potencia amiga.

cuando derechos e intereses de esa potencia están de por mcd. contra

el reconocimiento del Gobierno de Guatemala, de ocupación y titulo de la

Gran Bretaña al país mencionado en dicho tratado de 30 de abril de 1859.

por estar en contradicción con toda la historia de la Confederación centro-

americana e igualmente con la historia entera de Guatemala, hasta la (echa

de dicho tratado.

Aprovecho esta ocasión para renovar a Vuestra Kwelcncia las sefu-

ridades de mi más distinguida consideración, y para suscribirme Ac Vuestra

Excelencia obediente servidor.

(í) flcrrrív L Clarke

Don Pedro, con una ingenuidad digna de la epoc.» vela eran peligro

en la creciente prosperidad de los Estados Unidos, y. olvidando antecedente*

se había echado en el regazo inglés, y aquí estatuó* %uínendo aun la% con-

secuencias de tamaño error. Cierto que los tiempos eran para desconfiar

la desmembración de México, la invasión de lai tropas de Walkcr en Ccn-

troamérica y las constantes amenazas de "protectorado" tenían que influir

sobre cualquier ánimo, pero debieron set m.»s clarividentes y previere* y no

alucinarse con las promesas de Su Majestad

Todavía estaba fresca la tinta de las firmas y del tratado del 59. cuan-

do comienza Inglaterra con evasivas; económicas unas, y humillantes y ul-

trajantes las otras.

12a

Page 128: Asturias Francisco - Belice

Guatemala pensó que el mejor punto para arrancar la carretera sería

el puerto de Santo Tomás; el 23 de junio del 60 le comunicaba la Legación

Británica que el puerto de Izabal era mejor y con fecha 2 de julio acepta-

mos muy agradecidos. Naturalmente era más corta y por consiguiente gas-

tada menos la Gran Bretaña. En junio del 61 comienzan las dificultades y

Lennox Wyke que se encontraba en Londres, sale para México sin dejar

arreglado nada de lo que había prometido.

Para la demarcación de los límites se nombraron las comisiones respec-

tivas; Guatemala nombró al Teniente Coronel Manuel Cano Madrazo, Co-

rregidor y Comandante de Izabal, e Inglaterra a Enrique Wray, Capitán del

Real Cuerpo de Ingenieros y Mayor del ejército inglés. En el 60 ya estaba

Wray haciendo cálculos del costo de la carretera e\ informaba a la Gran

Bretaña del presupuesto, que ascendía a £145,465. En agosto (1860) escribe

Lennox Wyke a don Pedro, manifestándole su sorpresa por el costo de la

carretera, y comienza a eludir responsabilidades. En el 61 se retira de la

demarcación de límites la comisión inglesa y sin ningún motivo, y no se

reanudaron los trabajos a pesar de las protestas de Guatemala; según Cano

Madrazo los ingleses ya se habían internado 5 ó 6 leguas, y cree que esto

les desagradó y que por eso suspendieron los trabajos. Se siguió con un

regateo repugnante sobre lo que debía dar Inglaterra, lo que había pensado

y lo que pensaba ahora, en fin mil cosas ridiculas y tontas, donde siempre

se pone de relieve la imposición del poderoso.

La guerra de liberación había comenzado en los Estados Unidos, y la

agresión a México por fuerzas francoespañolas ; los Estados Unidos se hacían

pedazos y México trataba de defenderse; Inglaterra aprovechando tan es-

peciales circunstancias declara en 1862, que el establecimiento de Belice

queda transformado en colonia de la Gran Bretaña, con el nombre de "Bri-

tish Honduras". Los Estados Unidos no pudieron impedir tal cosa en aquel

año, pero no por eso lo olvidaron, y si es cierto que el Congreso americano

elude, en 1858, la proposición de declarar nulo el tratado Clayton-Bulwer,

por las infracciones de Inglaterra, tenemos el memorándum publicado en

1896 por Mr. Loney en el que entre otras cosas dice : "Los Estados Unidos

de Norteamérica no pueden declarar nulo el tratado Clayton-Bulwer por el

solo hecho de la transformación del establecimiento de Belice en colonia

inglesa;pero sí pueden manifestar a Inglaterra que el futuro mantenimiento

de la colonia sería visto como una infracción a dicho tratado."

El Libro Blanco que abunda en documentación sana, sincera, exacta

y de indiscutible valor, nos sigue proporcionando la documentación que ates-

tigua el regateo continuo de Inglaterra, para despojar a Guatemala de Be-

lice y de la pequeña suma (en comparación a lo que obtenía de Belice y de

su poderío) que habían convenido y en la página 218 nos dice, con fecha 24

de julio de 1862: "Prosigue el regateo... El Ministro británico ofrece la

modesta regalía de veinticinco mil libras para cumplir con el artículo com-

pensatorio de la Convención del 59." El Ministro británico era en ese en-

tonces Geo. W. Mathew.

126

Page 129: Asturias Francisco - Belice

Con fecha 10 de febrero de 1863, Inglaterra sugiere contribuir con unaquinta parte en la construcción del camino; con fecha 31 de mayo del 63. el

Ministro de Guatemala en Londres, señor Juan de Francisco Martín, pro-

pone a Lord Russell que el aporte de la Gran Bretaña sea reducido a sesenta

mil libras, es decir menos de la mitad del presupuesto de Wray; presionado

el Gobierno de Guatemala por la resistencia del Gobierno británico, propone

reducir a cincuenta mil libras la aportación inglesa, con fecha 30 de junio del

propio 63 y el propio Lennox Wyke, negociador de la Convención del 59. re-

siste darle el debido cumplimiento, olvidando que Guatemala sigue interpre-

tando el convenio con la misma buena fe y sinceridad con que lo hizo en el 59;

por último se llega a un acuerdo con el Gobierno inglés con fecha 5 de agosto

y que podremos denominar Martín-Wyke, por haber sido firmado por J

de Francisco Martín y C. Lennox Wyke; este convenio adicional consta de

seis artículos a cual más curioso y por los que se puede ver siempre Uimposición del fuerte: efectivamente, en el tratado del 59. en que Inglaterra

despojaba a Guatemala de veintitrés mil kilómetros cuadrados de terreno».

cubiertos en su mayor parte de bosques vírgenes, riquísimos y abundantes en

maderas preciosas, no se fijaba en el ARTICULO 7°. ni tiempo para cons-

truir la carretera, ni condiciones en que se haría, ni calidad; en fin se ate-

nía a la buena fe de la Gran Bretaña, y ahora que se trata de acallar el recla-

mo de Guatemala con cincuenta mil libras, Inglaterra indica el modo en que

suministrará las £50,000: en cinco partidas de diez mil cada una; se le impone

el término de cuatro años para concluir la carretera, etcétera y para mayor

ludibrio sólo se estipula que "se pedirá autorización al Parlamento". Esta

Convención adicional no fué ratificada por ninguna de las partes contratan-

tes o signatarias y las cosas se adormecieron lentamente, cansada Guatema-

la de tanto regateo y evasivas, pero sin abandonar sus derechos y con una

paciencia franciscana, sigue gestionando y el 5 de enero de 1867 ruge el león

y "la Gran Bretaña declara que nada debe y que estima canceladas las obli-

gaciones que contrajo en el artículo VII de la conveiuion de 30 de abnl de

1859. Prescinde de la historia, de los tratados, de sus propios mapas y de los

derechos de Guatemala". (Libro Blanco—página 283) Guatemala inmute en

sus derechos y la Gran Bretaña ratifica su negativa do negociar una nueva

convención y la declaratoria de considerar a su gobierno enteramente rele-

vado de la obligación contraída en el articulo VII de la convención del 59.

esto lo firma Lord Stanley.

El 30 de junio de 1880, nuestro Enviado Extraordinario y Ministra

Plenipotenciario, don Crisanto Medina dirige al Conde Grmnvillc una nota

con la exposición histórica de la cuestión de limites y le propone el arbitra^

Con fecha 18 de agosto del 80 Inglaterra rechaza el arbitraje; Guatemala

sigue gestionando sin el menor resultado y el 5 de abril de 1884 presenta

don Crisanto Medina una protesta al Gobierno de la Gran Bretaña por la

falta de cumplimiento, y declarando que esta falta de cumplimiento no afec-

ta los derechos legítimos de Guatemala.

127

Page 130: Asturias Francisco - Belice

LEGACIÓN DE GUATEMALA

París, abril 5 de 1884.

Excmo. señor conde de Granville, Secretario de Estado en el Despacho de

Negocios Extranjeros de S. M. B.

Milord

:

En la nota que tuve el honor de dirigir a V. E. el 30 de junio de 1880,

hice una reseña de lo ocurrido desde 1850 entre Guatemala y la Gran Bre-

taña, relativamente al asunto pendiente de Belice, y concluí proponiendo a

V. E., según las instrucciones de mi Gobierno, que la cuestión fuese sometida

a la decisión arbitral de un Gobierno amigo.

V. E. se sirvió contestarme el 18 de agosto del mismo año que se re-

fería a la nota dirigida por Lord Clarendon al señor don Francisco Martin el

15 de noviembre de 1869, y que no podía admitir que hubiese motivo para el

arbitraje propuesto por Guatemala.

Como lo anuncié a V. E. en mi subsiguiente nota del 27 del citado mesde agosto, la contestación de V. E. fué transmitida por mí al Gobierno de

Guatemala, quien deseando proceder con la reflexión que requiere un asunto

que tanto le importa, y con toda la consideración que guarda a Su MajestadBritánica, creyó conveniente diferir, hasta verse conmigo, la continuación,

por parte suya, de este penoso debate. Efectivamente, en mi reciente viaje

a Guatemala luve largas conferencias con el General Presidente de la Repú-blica y con su Ministro de Relaciones Exteriores sobre este negocio, y envista de los términos perentorios de la mencionada contestación de V. E.

mi Gobierno cree innecesario entrar de nuevo en argumentación sobre los

derechos que Guatemala invoca y que basta recordar los hechos que justifi-

can su insistencia para llegar al fin con que me dirijo una vez más a V. E.

No es posible suponer siquiera que la Convención de 30 de abril de 1859 hayatenido por único objeto que la República de Guatemala reconociese pura e

incondicionalmente a Su Majestad Británica el dominio de ilimitados terrenos

nacionales. Si tal hubiese sido la intención de Guatemala, los artículos 29

39 ,49 , 59 y 79 del referido pacto habrían carecido de motivo. Lejos de eso,

el artículo 29 comenzó a tener ejecución, y el 79 por la insuficiencia de sus

términos, originó la necesidad de celebrar el 5 de agosto de 1863 nuevas y

más claras estipulaciones.

Negado por el Gobierno de Su Majestad Británica el canje de las

ratificaciones de este segundo Tratado, a causa de un retardo involuntario

de parte de Guatemala, y quedando, por consiguiente, sin efecto lo que en él

se estipuló, los dos países se encuentran desde aquel momento en presencia

del Tratado principal de 1859, que está revestido de todas sus formalidades

y que, sin embargo, ha quedado en una posición indefinible y, por consi-

guiente, en suspenso, sin que pueda atribuirse a Guatemala su falta de

ejecución.

La anomalía de esta situación impone a mi Gobierno, ante el país que

le ha confiado sus destinos y en cumplimiento de sus propios deberes, la ne-

cesidad de llamar hacia ella la atención del Gobierno de Su Majestad Britá-

nica y de promover su solución. En efecto : o el Tratado de 1859 está vigente

128

Page 131: Asturias Francisco - Belice

o ha caducado. Si está vigente, nada impide que ambos Gobierno procedana su ejecución, y en este caso V. E. reconocerá la utilidad de interpretar la

cláusula 7* en su sentido más práctico. Si el Tratado ha caducado, las cosasvolverán a su estado anterior, y por consiguiente, las dos partes contratantesquedarán desligadas de los compromisos que entonces contrajeron. Pero lo

que el Gobierno de Guatemala no puede aceptar, ni acepta, es que el con-sentimiento, favorable a la Gran Bretaña.* otorgado por él en el articulo 1°

del Tratado de 1859 quede en pie, cuando los artículos compensatorios noreciben ejecución.

El Gobierno de Su Majestad mandó suspender por su parte las opera-

ciones de la Comisión formada, según las prescripciones del Tratado, para

la demarcación de los límites; ha declarado caducada la Convención suple-

mentaria de 1863 que determinaba las obligaciones reciprocas relativas al

camino carretero que debía unir la capital con la costa del Atlántico: harehusado su participación a la obra del mismo camino, obra que mi Gobierno

ha tenido que emprender solo, para satisfacer las más legitimas aspiraciones

nacionales, con sus reducidísimos recursos y a costa de grandes sacrificios.

pues las necesidades modernas exigen ya un ferrocarril; se ha negado en

seguida a toda discusión sobre este negocio; y finalmente, ha rehusado el

someter esta diferencia a una discusión arbitral.

Por su parte, Guatemala no olvida las demostraciones de satisfacción

y gratitud que el Gobierno de Su Majestad le hizo por su conducta amistosa

y desinteresada en la negociación y ajuste del Tratado de 1859.

En estas circunstancias, mi Gobierno cree que en las incesantes ges-

tiones que ha hecho durante un largo número de años, ha agotado todos los

medios posibles de llegar a un acuerdo, y que no le queda otro recurso que

el de protestar contra el desconocimiento de sus derechos.

En consecuencia, el señor Ministro de Relaciones Exteriores de Gua-

temala me ha encargado, por orden del señor General Presidente, presentar

al Gobierno de Su Majestad Británica, con la más respetuosa deferencia.

pero al mismo tiempo con la mayor claridad, la solemne protesta que hace

contra la creciente ocupación de hecho, por parte de la Gran Bretaña, de

una parte integral del territorio guatemalteco, declarando que mientras no

exista un acuerdo perfecto sobre este punto entre los dos países, dicha ocu-

pación no puede perjudicar los derechos de Guatemala en ningún tiempo.

(f) Criumío Medina

Y los derechos de Guatemala están vigente* c incólumes, y está pro-

bado con la unánime simpatía demostrada por todas las repúblicas ameri-

canas en la Conferencia de La Habana, celebrada en julio del año 1940.

Don Crisanto Medina era sumamente simpático y jovial, y de un pa-

triotismo y entusiasmo a toda prueba; tuve el gran honor de conocerlo en

París, en septiembre de 1893.

Por la anterior protesta se puede deducir con toda claridad y facili-

dad, que la convención del 59 ha caducado totalmente; puesto que Inglaterra

no se movió en lo más mínimo para la interpretación del articulo VII. No

129

Page 132: Asturias Francisco - Belice

es posible que el pueblo inglés siga en la ignorancia de estos hechos de ga-

binete del siglo pasado, y la Corona continúe disfrutando de una cosa que

no le pertenece.

Ahora que está empeñada en cruenta lucha en defensa de la demo-

cracia, es preciso que el Gobierno de Inglaterra reconozca la usurpación y

el atropello, cometidos con Guatemala, nación débil e inofensiva. Ahora se

necesita franqueza y sinceridad, corrección y equidad, libertad y fraterni-

dad. Y por lo tanto Inglaterra debe devolver Belice a Guatemala, si quiere

levantar la frente limpia, sin mácula ni bochorno y tener la conciencia de-

purada de sus antiguos errores.

130

Page 133: Asturias Francisco - Belice

CAPITULO III

Pretensiones de México sobre Peten y Belice

El Libro Blanco, recién publicado por el Gobierno de Guatemala para

presentar a la opinión mundial su controversia con el de la Gran Bretaña,

tiene el mérito rarísimo de fundar los reclamos y comprobar los derechos de

la República, precisamente en documentación británica y estadunidense, en

cuanto a la mera exposición de lo que es el caso de Belice, y además, desde

el punto de vista doctrinario, en la opinión de los principales tratadistas in-

gleses. Aparte de los prefacios, que contienen especulaciones y puntos de vis-

ta históricos y políticos, reproducen los tres volúmenes (se refiere a los tres

volúmenes de Archives of British Honduras de Sir John Alder Burdon) en

extractos y a menudo documentos íntegros, en sucesión cronológica, cuantos

expedientes pueden dar alguna luz en los aspectos histórico, político y admi-

nistrativo, desde el año de 1587, cuando la Reina Isabel contestó al Embajador

de España rechazando el derecho del Papa a conferir al monarca español so-

beranía sobre las tierras que sus subditos, sin poblarlas, hubieren de descu-

brir, hasta el año 1884. Es esta preciosa documentación oficial británica una

de las más importantes fuentes de información consultadas para preparar

el Libro Blanco, porque contiene completos y curiosos datos publicados por

primera vez y, sobre todo, como queda dicho, por la singularísima circuns-

tancia de que de los archivos británicos se toma el más cumplido apoyo para

el punto de vista del Gobierno de Guatemala. (Sinforoso Aguilar.—La

cuestión de Belice.)

Exactamente lo mismo podemos decir respecto a las pretensiones de

México sobre el Peten y Belice, sólo que en vez de Sir John Alder Burdon,

Gobernador de Belice, tenemos al Licenciado Ignacio Mariscal. Ministro de

Relaciones Exteriores de los Estados Unidos Mexicanos, en su célebre do-

cumento "Informe rendido al Senado acerca del Tratado de Limites entre

Belice y Yucatán.—México 1893." y si esto no fuera suficiente, tenemos el no

menos célebre "Defensa del Tratado de límites entre Yucatán y Belice, con

respuesta a las objeciones que se han hecho en su contra, apoyada en algunos

documentos inéditos y seguida de otros ya conocidos, así como de los prin-

cipales artículos de prensa metropolitana y yucateca que lo ha defendido.

—México.—Imprenta "El Siglo Diez y Nueve".—Calle de Victoria, número15-—1894". Es la verdad : para defender los derechos indiscutibles de Gua-

temala sobre el Peten y Belice, no hay necesidad de bajar documentos de

131

Page 134: Asturias Francisco - Belice

los archivos; basta leer los dos documentos ya citados, y el ánimo más ad-

verso quedará, en un momento, convencido de la razón y del derecho de

Guatemala. Pero no por eso, rehusaremos hacer algo de historia.

Todos los escritores mexicanos que han tratado el asunto de Belice

y entre los cuales, los principales son: Licenciado don Justo Sierra, "Ojeada

Histórica sobre el establecimiento de Belice"; Licenciado don Manuel Pe-

niche, "Historia de las relaciones de España con Inglaterra, sobre el esta-

blecimiento de Belice"; Licenciado don Eligió Ancona, "Historia de Yucatán

desde la época más remota hasta nuestros dias"; Ilustrisimo Presbítero

señor don Crescencio Carrillo y Ancona, "Itzá. Cuestión entre México y Gua-

temala, derecho de Yucatán y México. El origen de Belice"; Licenciado don

Joaquín Baranda, "La Cuestión de Belice"; Licenciado Lázaro Pavía, "Los

ingleses en México o sea el origen y fundación de las colonias británicas en

el seno mexicano"; Licenciado Néstor Rubio Alpuche, "Belice. Apuntes his-

tóricos y colección de tratados internacionales relativos a est?4 colonia bri-

tánica"; don Rodolfo Menéndez, "¿A quién pertenece la costa oriental de

Yucatán?"; don Joaquín Hubbe, "Belice"; Licenciado Santiago Martínez

Alonia, "Belice" y otros. Casi todos, digo, basan sus pretensiones en las visi-

tas y auxilios prestados por la célebre flota de barlovento que de nada sirvió,

y que tampoco era exclusivamente mexicana, sino que estaba encargada de

proteger las posesiones españolas y para cuyo sostenimiento contribuyó

Guatemala, con grandes sumas de dinero, por el impuesto de barlovento es-

tablecido en 1636, y después de suprimir la flotilla de Honduras en 1633.

Suprimida la diminuta flotilla de Honduras, Guatemala, quedaba sin ele-

mentos para comunicaciones marítimas y menos para transportar fuerzas ypertrechos de guerra, y llevar la protección a sus lejanos territorios; de allí

que la corona de España encomendase estas operaciones a la Capitanía de

Yucatán que contaba con suficientes elementos y las facilidades que ofrecía

Mérida y sobre todo Campeche. Pero estos auxilios y estas comisiones noeran ejercicio de jurisdicción; ésta quedaba dentro de los límites estableci-

dos por la misma corona de España que era la dueña y señora de toda la

América Española; límites que en lo que se refiere a Belice, estaban determi-

nados claramente por el río Hondo, abajo de la frase "Ultimo de la provincia

de Yucatán" del mapa del tratado de 1783, firmado y sellado por el Conde de

Aranda, como ya vimos.

En lo que se refiere al Peten, los límites no eran una línea recta comolo indicaban las ordenanzas de 1787, 1792, 1794 y 1797, sino una línea irre-

gular, reconocida por México, hasta el año de 1882, en que haciendo uso dela violencia, ocupó militarmente el partido San Antonio, pasando sobre lo

estipulado en el tratado de 30 de enero de 1854, en la Convención de 7 de

diciembre de 1877, en las bases para el tratado de límites entre Guatemala

y México, firmadas en Nueva York en día 12 de agosto de 1882, por J. RufinoBarrios y Matías Romero.

La audiencia de los confines fué establecida por las ordenanzas de

Barcelona, expedidas por Carlos I de España, el 26 de noviembre de 1542,

formado por las provincias de Guatemala, Honduras y Nicaragua recién

conquistadas.

132

Page 135: Asturias Francisco - Belice

En 1543 se emitió una disposición real señalando la Villa de Concep-ción de Comayagua, con el nuevo nombre de Valladolid, para su residencia,

y sus límites jurisdiccionales comprendían las provincias de Yucatán, Cot-

zumel, Tabasco, Chiapas. Soconusco, Guatemala "con El Salvador", Hondu-ras, Nicaragua (con Costa Rica) Veragua y el Darién.

En 1547 fué trasladada a Guatemala, donde permaneció hasta 1565.

En 1549, se le fijaron los límites de la manera siguiente: la barra de Tonalá

situada a los 16 grados de latitud Norte, de allí en dirección del Golfo de

México, entre Tápana y Maquilapa hasta un punto opuesto de San MiguelChimalpa; dando vuelta hasta las montañas Mixes en los 17 grados y 24

minutos, de aquí al pueblo de Sumazintla en el río Uzumazintla. río abajo

hasta un punte opuesto a Huehuetlán, en los 15 grados 30 minutos y de aqui

al cabo de Tres Puntas.

En 1565, fué trasladada a Panamá y se dividió en dos partes: la de

Panamá, propiamente compuesta de Honduras, Nicaragua (con Costa Rica),

Veragua y el Darien; siendo sus límites por el Norte: la desembocadura del

río Ulúa, remontando ese río y su afluente el Santiago, pasaba cerca de

Gracias, y continuando por el Sudeste llegaba al Guascorán hasta el Golfo

de Fonseca; la otra parte compuesta de Yucatán, Cotzumel, Tabasco, Chia-

pas, Soconusco y Guatemala (con El Salvador), fué incorporada a la Nueva

España.

En 1568, dispuso Felipe II que la audiencia volviese a Guatemala.

donde fué instalada en 1570, pero su jurisdicción la extendió solamente a las

Provincias de Chiapas, Soconusco, Guatemala, El Salvador. Honduras. Ni-

caragua y Costa Rica< que fué como subsistió hasta el 15 de septiembre

de 1821.

Los límites fijados en 1549, no resultaron prácticos y en 1599 se dis-

puso que por el Norte, Guatemala llegara hasta los 18 grados de latitud. Es-

tos nuevos límites eran imaginarios, porque en ese tiempo aun no había

sido conquistado el Itzá (Peten) y por consiguiente no se conocía.

Fray Payo Enríquez de Rivera, que tan gratos recuerdos dejó en

Guatemala, fué nombrado Obispo de esta Diócesis, llegando a Guatemala el

23 de febrero de 1659; aqui permaneció hasta el año de 1668. en que promo-

vido al arzobispado de México, entró a la ciudad capital el día 28 de junio

del mismo año. Fray Payo, ya sea por ambición de aumentar su dio

o por tener confianza de que él vigilaría todo mejor, solicitó que se agre-

garan a las curias de Yucatán las existentes en la parte Norte de Guatemala.

petición que en el acto fué atendida. A los seis años fué nombrado Virrey

de México, puesto que ocupó el día 13 de diciembre de 1674 y entonces so-

licitó la jurisdicción del gobierno civil sobre los territorios que comprendían

las curias de Yucatán y lo cual fué concedido en el año de 1678 con lo que

casi quedaron restablecidos los límites del año de 1549. Esto fué ridiculo

porque Fray Payo sabia muy bien que no estaba sojuxgado el Itzá. y la

expansión solicitada no tenia ningún fin práctico.

"En 1632, el Capitán Martin Alfonso de la Tobüla con 20 soldados

quiso conquistar a los itzaes y mopanes al Norte de la Verapaz. pero fué

derrotado, y muertos él y algunos soldados (Z. C).

133

Page 136: Asturias Francisco - Belice

El Presidente de Guatemala don Pedro de Barrios Leal, penetró en

el territorio de los itzaes y el 9 de abril de 1695 fundó el pueblo de Dolores

(Peten) con un reducto que dejó guarnecido con 30 soldados.

El Capitán guatemalteco, Juan Díaz de Velasco, debía de auxiliar a

don Pedro de Barrios Leal, con 77 ladinos y 220 indios auxiliares; pasó por

El Chol, hasta Cahabón y Chahal, librando una corta acción en las orillas

del lago Itzá. Regresó y fué juzgado militarmente por no haberlo encontra-

do don Pedro de Barrios Leal.

A los yucatecos les precisaba tener un camino de Mérida a Guatemala,

pero tenían de por medio a los itzaes y mopanes que permanecían indepen-

dientes, es por esto que en 1695 sale de Mérida el Sargento Mayor don Mar-

tín Ursúa y Arismendi, a la conquista del Peten. Salió de Chahib, "ultimo

pueblo de Yucatán" con más de 250 hombres y muchos indios auxiliares;

en el mes de julio fueron reconociendo y desmontando un antiguo camino,

que a pocas leguas desapareció; siguieron rumbo Sudeste y llegaron a Noj-

becán y sucesivamente a Thub, y las rancherías de Zutok, Chumpic, Bateab,

y por último a Chuntuqui. El lp de marzo de 1697 llegó al lago Itzá y des-

pués de reñidas batallas "plantó el estandarte de Castilla (13 de marzo) en

la isla de Teyazal, mientras cubría su retaguardia en las orillas del lago, su

Teniente Juan Francisco Cortés con una fuerza de 127 ladinos, muchos in-

dios, 4 cañones y 8 esmeriles". (Zamora Castellanos.)

Ursúa sujetó poco después todas las diferentes provincias o cacicaz-

gos de que se componía aquel territorio, regresó a Itzá y fundó (según

cédula de 24 de enero de 1698), el presidio que llamó "Castillo de Nuestra

Señora de los Remedios", en donde dejó algunas armas, y cincuenta hom-bres de guardia; de todo esto dio parte al Presidente y Audiencia de Gua-temala "pidiendo le mandaran dinero para la mantención del presidio y po-

niéndolo a su disposición para que en adelante cuidasen de él.

Vuelto Ursúa a Yucatán el Gobernador don Roque Soberanis, que no

juzgaba de provecho alguno la conquista del Peten, dio orden para que

Ursúa no se moviese del lugar, lo cual mortificó bastante a Ursúa porque

luego comenzó a tener noticia de la falta de bastimento que padecía el pre-

sidio, la deserción de los habitantes de la isla y las amenazas de un alza-

miento contra la guarnición que había quedado. De todo esto daba parte al

Presidente y Audiencia de Guatemala, manifestándoles la necesidad que

había de retener las adquisiciones hechas, la de enviar hombres para cuidar

del reducto, familias que poblasen aquellos lugares y bastimentos que allí

no podíanse lograr; y el Presidente y Audiencia aunque no enviaron en unprincipio pobladores y gente de guerra, remitieron algunos dineros y bas-

timentos.

Entre tanto Ursúa obtuvo real cédula en que se le nombraba Capitán

General del Peten, quedando independiente del Virrey de México, del Gober-

nador de Yucatán y del Presidente de Guatemala, "con lo que quedó libre

de la prisión, y en aptitud de gobernar la nueva reducción"; pero siempre

insistió en que el Presidente de Guatemala cuidase de ella.

134

Page 137: Asturias Francisco - Belice

Atendiendo a estas instancias, el Presidente de Guatemala, aprestóveinticinco familias para poblar, mil quinientas cabezas de ganado paraconsumo y propagación, armó doscientos hombres y dos mil indios de gue-

rra, con Capitanes y Oficiales, y nombró por Teniente de Capitán Generalal Comisario de la Caballería don Melchor Meneos, quien con la gente se

puso en camino para Itzá.

Habiendo llegado Meneos encontró en el Peten a Ursúa, "qmien se

sometió como soldado al nueva General para que él mandara y dispusiera

de todo, puesto que la reducción y el presidio estaban a cargo del Presidente

y Audiencia de Guatemala" Cruzáronse cumplimientos entre uno y otro Ge-neral, el uno queria someterse al otro; pero lo cierto es que habiendo regre-

sado Ursúa a Yucatán, el Peten continuó gobernándose por las autoridades

de Guatemala, y desde entonces el Peten es guatemalteco y Nohbecán su

pueblo más septentrional, con su aldea Becanchop. Los limites de Guatema-la (excluyendo Chiapas) por el Norte y Noroeste y reconocidos por Gua-temala, Tabasco y Yucatán, o México en una palabra, fueron: desde el cerro

Ixbul, línea recta hasta la confluencia del río Lacantún con el río Usumacin-

ta; se seguía el curso del Usumacinta hasta su confluencia con el rio de SanPedro; de esta confluencia se seguía el San Pedro, aguas arriba, hasta su

parte más septentrional (llamado Paso Real) de aquí en línea Noreste hasta

encontrar el río Nohbecán ; sigue el curso de este rio en la misma dirección

hasta donde se encuentra el pequeño lago Sucté al Norte del Pueblo de SanPablo Nohbecán, que es por donde pasa el camino de Monda al Peten, de

allí desciende la línea con dirección Sudeste hasta encontrar el Rio Grandeo Azul, y se sigue su curso hasta su confluencia con el rio Hondo. Esta

línea divisoria no fué modificada, ni de jure ni de facto, hasta 1882.

De ahí no tenemos nada notable hasta el año de 1821 en que te

verificó la independencia de México y Centroamérica.

Yucatán permanecía separado de México, hasta 1823 en que se cele-

bró el pacto de Unión, y por el cual Yucatán formó parte de México.

En septiembre (12-14) de 1824, el General Filisola impone sus armas

en Ciudad Real, y le quita Chiapas a Guatemala.

Ya unido Yucatán a México, éste trató de celebrar un tratado con

Inglaterra, por dos razones, una por evitar el peligro de que Inglaterra ocu-

para el partido de Bacalar, y la otra para ver si lograba evitar el contrabando

de armas y municiones, que los ingleses proporcionaban a los indios, y con

las cuales se mantenían revueltos y causando mil molestias. Con esto se

hizo en México un tratado ad referendum firmado el 6 de abril de 1825 y

cuyo artículo 15 literalmente decía:

Artículo XV.—"Quedarán vigentes y en todo su valor y fuerxa entre

Su Majestad Británica y los Estados Unidos Mexicanos, las condiciones con-

venidas en el artículo 69 del tratado de Versalles del 3 de septiembre de

1783 y en la convención para explicar ampliar y hacer efectivo lo estipulado

en dicho artículo, firmada en Londres el 14 de julio de 1786. por lo respec-

tivo a la parte que comprenden del territorio de los Estados Unidos Mexi-

canos."

US

Page 138: Asturias Francisco - Belice

Este tratado fué rechazado de plano por Inglaterra y a causa del

artículo 15, manifestando Inglaterra que de ningún modo podía reconocer la

soberanía mexicana sobre Belice, que de manera disimulada se le indicaba

en el artículo en referencia, y que no estaba dispuesta a ceder ni un ápice en

sus derechos de posesión sobre un territorio en que tampoco se había demos-

trado que la soberanía no perteneciera a Guatemala.

Esto dio origen a un tratado en forma que fué firmado el 26 de di-

ciembre de 1826, cuyo artículo 14 literalmente dice:

Artículo 14.—"Los subditos de Su Majestad Británica no podrán por

ningún título ni pretexto, cualquiera que sea, ser incomodados ni molestados

en la pacífica posesión y ejercicio de cualesquiera derechos, privilegios e in-

munidades que en cualquier tiempo hayan gozado dentro de los límites des-

critos y fijados en una convención firmada entre el referido Soberano y el

Rey de España, el 14 de julio de 1786 ya sea que estos derechos, privilegios

e inmunidades provengan de las estipulaciones de dicha convención, o de

cualquiera otra convención que en algún tiempo hubiese sido hecha por el

Rey de España o sus predecesores a los subditos o pobladores británicos

que residen y siguen sus ocupaciones legítimas dentro de los límites expre-

sados : reservándose no obstante, las dos partes contratantes, para ocasión

más oportuna, hacer ulteriores arreglos sobre este punto."

Los mexicanos han creído encontrar en la frase "reservándose no

obstante, las dos partes contratantes, para ocasión más oportuna, hacer ul-

teriores arreglos sobre este punto", una argumentación para sostener que

con esto reconocía Inglaterra la soberanía de México en Belice; pero no hay

nada de eso, Inglaterra siempre evadía reconocer cualquiera soberanía, para

el logro de sus fines, y si puso esa frase, fué porque no perdía aún la espe-

ranza de conquistar u obtener Bacalar, o por lo menos una parte, como lo

veremos al tratar de los límites con México.

Ahora me permitirán apartarme un poco del asunto de que trato para

decir dos palabras sobre Yucatán, que son indispensables para ilustrar la

fijación de límites entre Guatemala y Yucatán.

Vimos que después de la independencia, Yucatán permaneció solo

hasta 1823 en que ingresó a los Estados Unidos Mexicanos; en 1840 se re-

beló y triunfante declaró su independencia de la Unión el 4 de marzo de

ese año.

Campeche que nunca caminó de acuerdo con el propio Yucatán, por

odios de razas, no aceptó la conducta de éste, pero en la lucha fué vencido

y siguió formando parte de Yucatán y separado de México. El Gobierno

mexicano, con el objeto de subyugar a Yucatán cerró los puertos de Cam-

peche y Sisal, y entonces Yucatán se erigió en república independiente, el

l9 de octubre de 1841. Santa Anna le declaró la guerra, y lo venció, con lo cual

Yucatán ofreció enviar comisionados a México, para terminar las diferen-

cias que fueron arregladas en diciembre de ese año;pero poco tiempo des-

pués volvió a separarse.

En 1847, se sublevaron los indios y se apoderaron de Valladolid ; el

Gobierno de Yucatán sin fondos y afligido pidió el protectorado a Inglaterra,

España y Estados' Unidos, protectorado que por fortuna no le dieron. En

136

Page 139: Asturias Francisco - Belice

eso terminó la guerra de México con los Estados Unidos, y el Gobierno mexi-

cano pudo enviarle $150,000 y así aliviar la situación. Debemos de reconocer

que el Gobierno mexicano nunca ha desperdiciado ocasión para mexicanizar

a su pueblo y formar el alma nacional, y esta ocasión en que Yucatánestaba débil, la aprovechó admirablemente para formar el Estado de Cam-peche y debilitar aquel que siempre había sido rebelde. Así resalta que poi

virtud de un convenio Campeche fué declarado Estado en mayo de 1848;

siguiendo las pláticas se llegó al arreglo final de 17 de agosto del mismo año.

por el cual Yucatán reconoció en toda su plenitud a los supremos poderes

mexicanos.

Pronto se sublevaron de nuevo los indios, y comienza la célebre "gue-

rra de castas", en la que tanta sangre se derramó en todo el Sudeste de

Yucatán.

Mucho bueno hay escrito sobre la campaña de Bacalar, siendo lo

principal, "Ensayo Histórico", de Baqueiro, "Die unabhángigen Indianer-

staaten von Yucatán", del Doctor Sapper, nuestro ilustre socio honorario, y

una bella nart ación de Arturo Rigel, publicada en el diario "Excelsior", de

México, de 16 de noviembre de 1924. El Gobierno de Yucatán aprestó fuer-

zas para la pacificación de los indios, pero la empresa resultaba muy difícil

y apenas lograron ponerse en contacto y más tarde dominar a Bacalar, que-

dando todo el territorio de Icaiché libre, y fuerte, y proclamando su anexron

a Guatemala. En tales circunstancias, marchó el Corregidor del Peten, don

Modesto Méndez, acompañado del cura don Juan de la Cruz Joil. con todas

las fuerzas que pudo reunir, y después de muchas leguas y mil calamidades

llegó a Chichanhá (territorio de Icaiché) el 21 de agosto de 1851. logrando

convencer por los medios pacíficos, a más de dos mil indios, para que deja-

ran su actitud bélica, que volvieran al trabajo y reconocieran la soberanía

de México, lo que logró y consta en acta levantada en el propio Chichanhá

el 22 del mismo mes y año; nombró Comandante General de los indios de

Icaiché al cacique Angelino Itzá, quien quedó responsable del íiel cumpli-

miento de lo pactado. Apenas supieron los indios que las demás tribus ma-

yas, y principalmente los del territorio de Santa Cruz (Bacalar) que los

icaichés habían reconocido la soberanía mexicana, los atacaron de repente

y redujeron a escombros la población de Chichanhá.

Excepción hecha del señor don Eligió Ancona, en su "Historia de Yu-

catán", ningún historiador mexicano hace referencia a este humilde servicio

que prestó Guatemala, manifestación de verdadera fraternidad.

Con las pretensiones de los indios de reconocer la soberanía de Gua-

temala, estaba el Gobierno mexicano alarmadisimo y no era para menos:

acababa de perder Texas, Nuevo México, Ariiona y California, no c%taba

aún seguro de la unión de Yucatán ; cierto que en parte se habia repuesto a

expensas de su hermana del Sur. quitándole Chupas y Soconusco; pero las

ideas anexionistas no sabía hasta dónde podían llegar. Para esto lo mejor

era definir los límites con Guatemala, y de eso se trató en seguida. No era

ésta la primera vez que se iba a proponer: en 1832 propuso el Ministro de

México acreditado cerca del Gobierno de Centroamérica. la celebración de

U7

Page 140: Asturias Francisco - Belice

un tratado entre México y Centroamérica, y el de Centroamérica exigió co-

mo preliminar que se fijase la línea divisoria de ambos reinos, y que si al

de México no ]e convenía, se remitiese la resolución al arbitramento de unapotencia amiga, y el Gobierno mexicano rechazó de plano tal proposición (y

eso que todavía no se había anexado el Soconusco) y el tratado no se verificó.

El 30 de noviembre de 1850 se firmaba en México una convención

de extradición entre Guatemala, representada por don Felipe Neri del Ba-

rrio, y los Estados Unidos Mexicanos, por don Mariano Macedo, compuesta

de diez artículos y publicada en la "Gaceta de Guatemala", el 10 de agosto

de 1851, N9 58, la cual quedaba sujeta a la ratificación de los respectivos

Presidentes. El artículo quinto comienza así:

"Artículo V.—En atención a la distancia en que se halla México de

los Estados de Chiapas y Yucatán, el Gobierno mexicano ofrece dar sus ins-

trucciones a los Gobernadores de dichos Estados..." Este convenio fué

ratificado por el Presidente de Guatemala, don Mariano Paredes y el Mi-

nistro de Relaciones Exteriores don Manuel F. Pavón, con la aclaración

de que "la mención que hace en el artículo 59 sobre los límites de los res-

pectivos países, en nada altera los derechos de Centroamérica, en esta cues-

tión que debe de tratarse y resolverse separadamente". Ya con esta aclaración

la rechazó el Gobierno mexicano y no fué ratificada. A pesar de esto Méxi-

co trató de fijar los límites y nombró Ministro Plenipotenciario y Enviado

Extraordinario ante el Gobierno de Guatemala a don Juan Nepomuceno de

Pereda, con la misión de celebrar un tratado que abarcase tres puntos im-

portantes : demarcación de los límites, tratado de comercio y una convención

de extradición para reos de delitos comunes. Tres puntos de recíproca im-

portancia, según consignó don Juan Nepomuceno de Pereda, en la sesión

de enero de 1853 (y no 1854 como consigna el simpático "Diario del Comer-

cio", hoy "Nuestro Diario", año I, N9 36). El Gobierno de Guatemala, de-

legó sus facultades y representación en don Manuel F. Pavón. La cuestión

de límites la proponía México bajo la base "de establecer los límites entre

Chiapas y Soconusco con Guatemala", y por esto no pasaba ni pasó el señor

Pavón. Ese fué un gravísimo error de Pavón; no supo apreciad el estado

de ánimo de México ; no fué previsor ni clarividente ; no se imaginó que 29

años más tarde México se quedaría con Chiapas, Soconusco, el partido de

San Antonio, el Lacandón y una faja occidental de los departamentos de

Huehuetenango y San Marcos, con una extensión de 8,350 millas cuadradas

(sin contar Chiapas y Soconusco) y en las cuales había 14 pueblos, 19 aldeas

y 54 caseríos y 16,000 guatemaltecos, exactamente la extensión de Belice.

Pero volvamos a Belice y nos encontramos en 28 de mayo de 1864,

día en que en la fragata "Novara" llegan a Veracruz el Emperador de Méxi-

co, Fernando Maximiliano José, Archiduque de Austria y su esposa, la prin-

cesa María Carlota Amalia. Al día siguiente desembarcaron y fueron reci-

bidos con una frialdad tan grande que hizo llorar a la Emperatriz. Deseoso

Maximiliano de atraerse a los Yucatecos inició pláticas con Inglaterra a

efecto de obtener Belice, y en el mismo año (1865) la Emperatriz Carlota

hizo un viaje a Yucatán donde fué muy bien recibida, y permaneció un mes.

138

Page 141: Asturias Francisco - Belice

Se ve cuánto interés tenía el Emperador en la amistad de Yucatán.

Al mismo tiempo y con el objeto de que los reclamos sobre Belice tu-

viesen más fuerza, el Prefecto de Maximiliano en Yucatán, señor SalararLlárregui, daba un manifiesto señalando los limites de Yucatán, hasta el rio

Sarstún, declaración que fué confirmada por un decreto del Emperador.Y este es el origen de un antiguo error mexicano, y parte de un sueño deexpansión.

Después de varias notas y alegatos, el Enviado Extraordinario de In-

glaterra en México Mr. Campbell Scarlet, dirigió al Gobierno de Maximilianouna comunicación con fecha 6 de marzo de 1866 en la que le adjuntaba unprecioso mapa de Belice, indicando en él la frontera que deseaba Inglaterra.

y que es la que quedó establecida en el tratado de límites de 8 de julio de 1893.

con la pequeña variante del río Snosha, pero que en aquel tiempo no aceptó

Maximiliano. Magnífica copia de tan interesante mapa hecho por la pluma

y pincel de nuestro apreciable compatriota y notable artista don Carlos Me-rida y que la tomó del "Boletín de Geografía e Historia de México" tengo

en mi poder.

Hecho este pequeño, pero oportuno paréntesis, no encontramos nada

interesante sino hasta el 8 de julio de 1893 en que se firma el tratado defi-

nitivo de límites entre la República mexicana y su Majestad Británica. Este

tratado, compuesto de cuatro artículos fué firmado por Ignacio Mariscal y

Spencer Saint John. Por ser de suma importancia reproduzco el preámbulo

y el artículo l 9, y que a la letra dicen

:

"Considerando que el 30 de abril de 1859 se concluyó entre Su Mtad Británica y la República de Guatemala, un tratado, cuyo articulo \

Q es

como sigue: Queda convenido entre la República de Guatemala y Su Ma-

jestad Británica, que los límites entre la República y el Establecimiento y

posesiones Británicas en la bahía de Honduras como existían antes del \v

de enero de 1850 y en aquel día, y han continuado existiendo hasta el pre-

sente fueron y son los siguientes: Comenzando rn la boca del no Sarstun.

en la bahía de Honduras y remontando la madre del rio hatta los raudales

de Gracias a Dios, volviendo después a la derecha y continuando por una

línea recta tirada desde los raudales de Gracias a Dios, hasta los de Garbutt

en el río Belice, y desde los raudales de Garbutt. norte derecho hasta donde

toca la frontera mexicana;

"Que el 27 de septiembre de 1882 la República Mcucana negocio un

tratado de límites con la de Guatemala, y .il fijar la linca divisoria entre

ambos países en la península de Yucatán señaló con tal caráctei el paralelo

de latitud norte 17 grados 49 minutos, que deberta correr indefinidamente

hacia el este;

"Que es de notoriedad conveniente, para conservar la* relaciones

amistosas que felizmente existen entre las altas partes contratantes el definir

con toda claridad cual ^ la frontera mexicana, a que Guatemala s C retino

en el tratado relativo a sus limites con las posesiones británicas, en la bahía

de Honduras, y en consecuencia cuáles ion los limites de esas posesiones

con México.

Page 142: Asturias Francisco - Belice

"El Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, y Su Majestad la

Reina del Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda, han nombrado sus

Plenipotenciarios para la celebración de un contrato de limites

:

"El Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, al señor D. Ignacio

Mariscal, Secretario de Estado y del Despacho de Relaciones Exteriores;

"Y Su Majestad la Reina, a Sir Spencer Saint John, Caballero Comen-

dador de San Miguel y San Jorge, Enviado Extraordinario y Ministro Ple-

nipotenciario de Su Majestad Británica en México,

"Quienes, después de haberse comunicado sus plenos poderes, habién-

dolos encontrado en debida forma, han convenido en los artículos siguientes

:

ARTICULO I

"Queda convenido entre la República Mexicana y Su Majestad Bri-

tánica que el límite entre dicha República y la colonia de Honduras Britá-

nica era y es como sigue:

"Comenzando en boca de Bacalar Chica, estrecho que separa el Estado

de Yucatán del cayo Ambergris y sus islas anexas, la línea divisoria corre

en el centro del canal entre el referido cayo y el continente, con dirección

al Sudoeste hasta el paralelo de 18° 9' Norte y luego al Noroeste a igual dis-

tancia de dos cayos, como está marcado en el mapa anexo, hasta el paralelo

18° 10' Norte; torciendo entonces hacia el Poniente, continúa por la bahía

vecina primero en la misma dirección hasta el meridiano 88° 2' Oeste; en-

tonces sube al Norte hasta el paralelo de 18° 25' Norte; de nuevo corre hacia

el Poniente hasta el meridiano 88° 19' Oeste, siguiendo el mismo meridiano

hasta la latitud 18° 28^4' Norte; punto en que se halla la embocadura del

río Hondo, al cual sigue por su canal más profundo, pasando al Poniente de

la isla Albión y remontando el arroyo Azul, hasta donde éste cruce el meri-

diano del Salto de Garbutt, en un punto al Norte de la intersección de las

líneas divisorias de México, Guatemala y Honduras Británica; y desde ese

punto, siguiendo el meridiano del Salto de Garbutt, corre hacia el Sur, hasta

la latitud del 17° 49' Norte, línea divisoria entre la República Mexicana yGuatemala; dejando al Norte en territorio mexicano el llamado río Snosha

o Xnohha.»'

Esta es la demostración más clara de que México siempre reconoció

el río Hondo y su afluente el arroyo Azul, como los límites indelebles entre

Yucatán y Guatemala. Pero todavía hay más pruebas; en las pláticas se

convino que la línea divisoria sería el río Hondo desde su nacimiento, e In-

glaterra que siempre anda viendo donde saca más, trazó los límites desde el

nacimiento del Snosha o Xnohha, y entonces México protestó y le demostró

a Sir Spencer Saint John, que la línea divisoria entre Yucatán y Guatemala,

siempre había sido el arroyo Azul y el río Hondo, y que el vardadero origen

del río Hondo era el arroyo Azul ; convencida Inglaterra de la razón de Méxi-

co y sabedora de que aquello era la pura verdad aceptó, y de allí viene el que

140

Page 143: Asturias Francisco - Belice

México haya hecho constar expresamente la última frase del articulo l9 quedice: "dejando al Norte en territorio mexicano el llamado río Snosha o

Xnohha".

Con motivo de ese tratado hubo acaloradas disensiones por la prensaformándose dos partidos, los yucatecos que apoyaban al Gobierno Federal,

y pedían la inmediata aceptación del tratado, por ser esos los limites quesiempre habían reconocido, apoyo y conformidad demostrados con la mul-titud de actas de adhesión y aceptación, que enviaron al Congreso, muchísi-mas municipalidades de Campeche y Yucatán; y el otro partido formadopor algunos periódicos de la capital que atacaban al Gobierno, cuando coneste tratado se desmembraba el territorio nacional, y que el Presidente notenía facultades para ello. En verdad que estas protestas tuvieron origen

en un error que se hizo circular, y era el de que Bacalar pasaría a poder deInglaterra, pero eso lo sostuvieron sólo algunos necios que ignoraban queBacalar se encuentra al Norte del río Hondo. Viendo la alarma que esto cau-

saba se presentó ante el Congreso el Ministro de Relaciones Exteriores, ypronunció notable discurso, en el que hizo una relación sucinta de la historia

de Belice. En uno de tantos párrafos decía:

"La verdad práctica era que los límites jurisdiccionales de Yucatán

no pasaban del río Hondo: tal era el hecho constante; lo demás seria a lo

sumo (en caso que tuviera la debida sanción real) un derecho para cuandocesase la ocupación inglesa, si no variaban las circunstancias. Pues bien.

aquel hecho práctico que limitaba a Yucatán en el río Hondo, está sancio-

nado por una declaración legal y absoluta, en un documento solemne que así

lo define, convirtiendo el hecho en derecho. Ese documento es el mapa ad-

junto a la convención de 1783 que concedió a los ingleses la posesión usu-

fructuaria de Belice, mapa del cual existe en la Secretaria de Relaciones, una

calca debidamente legalizada y con las firmas del Conde de Aranda y del

Plenipotenciario de Inglaterra que lo autorizan. Para mayor claridad tiene el

referido mapa arriba del río Hondo, un letrero que dice : "último de !a provin-

cia de Yucatán".

No cabe ya ninguna duda que el rio Hondo, desde el rio Aiul. o

Blue River, fué la frontera entre Guatemala y Yucatán; pero como nunca

falta un pero, y los mexicanos se han vuelto con nosotros más ingleses que

los mismos ingleses, resulta que algunos han combinado la frase de Mariscal

de "un derecho para cuando cesase la ocupación inglesa" con el final del

párrafo 8" del artículo 39 del desastroso tratado de 27 de septiembre de 1882.

que dice "indefinidamente hacía el Este", y con esto abrigan la esperanta

de que si se lograse la devolución de Belice, ya habría cabe para demostrar-

nos su fraternidad, corriendo la línea del paralelo 17a

49' indefinidamente

hacia el Este, sin fijarse en el significado de los tratados del 59. 82 y 93. y

sin acordarse que cuando en 1882 Guatemala entregaba el tributo solicitado,

México lanzó una carcajada meíistoíélica tan sonora que quiso quedarse

estampada en el artículo 29 del citado tratado, y que literalmente dice : "La

República Mexicana aprecia debidamente la conducta de Guatemala y reco-

noce que son tan dignos como honrados los fines que le han inspirado la

141

Page 144: Asturias Francisco - Belice

anterior renuncia, declarando que, en igualdad de circunstancias, México

hubiera pactado igual desistimiento" . Esta frase es en mi concepto la burla

más grande que México ha hecho a Guatemala.

En honor a la verdad no debemos culpar en la prolongación del pa-

ralelo sólo a los mexicanos : también los guatemaltecos tienen culpa así

como los Gobiernos de Guatemala y México, ai admitir como obras de texto

para las Escuelas, geografías e historias que faltan a la verdad y publicacio-

nes que adolecen del mismo defecto. La geografía de la América Central,

del Doctor Darío González, adoptada como texto, trae en su página 14 (4^

edición) un mapa de Guatemala, prolongando dicho paralelo hasta el mar; el

hermoso mapa ferrocarrilero de Guatemala y El Salvador publicado en 1922

por los I. R. C. A., trae el referido paralelo hasta el mar, quedando la O de

de México en terrenos de Belice. En la Historia de México por Rafael Agui-

rre Cinta, obra declarada de texto para las escuelas oficiales de casi todos

los Estados mexicanos, aparece un mapa (el único que tiene) con las fronte-

ras de 1549, entre Guatemala y Yucatán, es decir donde los niños mexicanos

ven que a México perteneció el Peten, Belice y gran parte de los departa-

mentos de Verapaz, Quiche y Huehuetenango. Este señor no menciona en

su historia ni la anexión de Chiapas, ni de Soconusco, ni el tratado del 82.

El Licenciado Luis Pérez Verdía en su Historia de México, 6* edición, página

380 dice: "El l9 de julio de 1823 se separó de México Guatemala, con las

demás provincias de la antigua Capitanía General, que se constituyeron enprovincias unidas de centroamérica, con excepción de Chiapas y Soconuscoque decidieron seguir formando parte integrante de nuestra República".

Ahora voy a hacer una pequeña digresión indispensable para demos-trar que es necesario el conocimiento de la verdad histórica.

Eso del hispanoamericanismo, del paniberoamericanismo no son cosas

nuevas, es tonadita que se canta en las reuniones diplomáticas de confian-

za, desde hace un siglo: en 1826, se reunió el célebre Congreso de Panamáque de ahí fué trasladado a Tacubaya ; en 1851 propone el señor Tornel al

Senado mexicano la convocatoria de un Congreso hispanoamericano, para

tratar de la defensa común, siendo lo más curioso que lo haya propuestoTornel, que era el Secretario cuando la anexión de Soconusco y que tan alti-

vo y arrogante se había mostrado con Guatemala,

Don Matías Romero, que escribió una voluminosa obra referente a los

límites de Guatemala y México, nos cuenta al principio del primer tomo queel más decidido partidario de la independencia absoluta de Centroaméricafué el Emperador Iturbide. Lástima de no haber podido verle la cara a donMatías cuando estaba escribiendo esto. En aquel momento se olvidó queIturbide envió a los Generales Filísola con 700 hombres y a Conde de la

Cadena, con 500, para proteger a los salvadoreños. Y aquí otra pequeñadigresión que es bueno recordar: el 4 de noviembre de 1822, publicó el Ge-

neral Filísola, eri su Cuartel General, situado en la hacienda "Mapilapa",

entre Nejapa y Apopa, la orden en que mandaba dividir las provincias del

Reino de Guatemala en tres Comandancias Generales : la primera compues-

ta de la provincia de Chiapas, los partidos de Tabasco y Chontalapa y de las

dos alcaldías mayores de Totonicapán y Quezaltenango^ debiendo ser la ca-

142

Page 145: Asturias Francisco - Belice

becera Ciudad Real; la segunda, etcétera, etcétera. Pues bien: esta idea yel célebre decreto de Maximiliano, parece que han persistido en los sueñosde expansión mexicana. Fresca está en nuestra memoria cierta propagandaque se intentó hará 20 años en el Occidente de la República, y que quisie-

ron hacer aparecer como obra de algunos traidores. Con este motivo pu-

blicó el diario "Excelsior", de México, número 2823 del 8 de diciembre de1924, el artículo que en parte transcribo : "Tres departamentos de Guatemalapretenden ser anexados a México, de continuar alentándose la labor que <rf-

gunos guatemaltecos han iniciado en el Occidente de su país, tres de aque-

llos departamentos vendrán a pertenecer a México, anexándose a la Fede-

ración Mexicana, tal como sucedió hace un siglo con el Estado de Chiapas.

Esta sensacional noticia venía circulando entre los centroamericanos de esta

capital, sin que primeramente se le diera ninguna importancia, pero el asun-

to ha llegado a adquirir para ahora, visos de una absoluta seriedad, por lo

que hemos creído oportuno publicarlo tal como ha llegado a nosotros.

"Se trata de una larga propaganda que se ha desarrollado desde hace

algunos meses, en los departamentos de Los Altos, Peten y Quezaltenango,

considerados como los más ricos de la joven República del Sur, aunque tam-

bién la región más abandonada, seguramente por la falta de comunicaciones

y la crudeza del clima", etcétera, etcétera.

Hecha esta pequeña digresión, volvamos a Belice y las pretenciones

mexicanas.

Uno de los que más atacaron el tratado Mariscal-Spencer Saint John.

fué el señor don Alejandro Villaseñor y Villaseñor, en quince artículos que

demuestran un criterio muy unilateral, que destruyen en gran parte su mé-

rito y lo hacen incurrir en contradicciones o errores ; artículos que de ma-

nera brillante fueron rebatidas por el "Partido Liberal", periódico que en

ese entonces se publicaba en la ciudad de México.

El señor Villaseñor comienza por decir que los primeros ocupantes de

Belice fueron españoles, y así en su artículo II literalmente escribe : "Ade-

más de que Colón en su cuarto viaje descubrió el Golfo de Honduras y el

Golfo de este nombre o de Caxinas Vicente Yañes Pinzón, en su secundo

viaje y Juan Díaz de Solís, en 1506 navegaron desde Guanaja al Poniente

hasta el Golfo Dulce y reconocieron la tierra en que el Golfo de Honduras

se interna en el continente, teniendo al Sur la costa en que se encuentra el

Puerto de Caballos y el Golfo Dulce, y al Norte la de Yucatán. Desde el

vértice del ángulo que forman estas dos costas, los citados navegantes, se-

gún dice Antonio de Herrera, volvieron al Norte, y descubriendo mucha parte

del Reino de Yucatán, pasando por toda la costa que ahora se llama Hondu-

ras Británica y por la Oriental de la península en que se hallan situadas una

después de otra, las bahías de Chetumal, del Espíritu Santo y de la Ascención.

Además Francisco Hernández de Córdoba en 1517, Juan de Grijalva en 1518

y Hernán Cortés en 1519. descubrieron y exploraron la Costa Occidental

y Norte de la Península de Yucatán, y tomaron posesión de ellas en nombre

del Rey de España, de modo que en el corto espacio de diez y siete años

quedó perfectamente conocido aquel territorio." Ello es tan falso como el

descubrimiento y exploración de Hernán Cortés, y eso aceptando que haya

143

Page 146: Asturias Francisco - Belice

sido lapsus lo de la Costa Occidental, puesto que la Costa Occidental de Yu-

catán nada tiene que ver con Belice, pero que tal vez quiso escribir Oriental.

Más adelante se refiere a las expediciones de Francisco Montejo en 1526 y del

Capitán Alonso de Dávila en 1543 a 1545 que terminó con los "cimientos de

una población española a la que dio el nombre de Salamanca, probable-

mente en el mismo asiento en que diez y siete años antes había sido funda-

da Villa Real; la fundación de Salamanca fué considerada por los conquis-

tadores de Yucatán, como el último acto de la empresa iniciada en 1526",

etcétera. Y en efecto esto era el último acto puesto que los límites de Yu-

catán eran el río Hondo y su afluente el Azul, por el Sur, sin embargo el

mismo Villaseñor dice adelante : "Esa población de Bacalar era la cabecera

de las posesiones que abrazaban precisamente la región pantanosa de Be-

lice, por el Sur y Suroeste hasta lindar con Peten y Guatemala: se le erigió

en alcaldía ordinaria al igual de Campeche y Valladolid, se le dio el título

de Villa, y se dictaron cuantos medios podían contribuir a su prosperidad."

Y esto es una falsedad puesto que los dominios de la Villa de Bacalar,

no pasaron el río Hondo, excepción hecha de los primeros años del siglo XIX,

como lo vimos anteriormente, en que los ingleses hallaron a don Juan B.

Gual con una pequeña guarnición entre los ríos Hondo y Nuevo.

No voy a seguir analizando el escrito del señor Villaseñor, ni los de

otros escritores, porque sería inacabable y sin mayor objeto, puesto que ya

vimos el origen de las pretensiones mexicanas : ya vimos de manera clara

hasta dónde llegaban las fronteras de Yucatán, los tratados con Inglaterra,

las pretensiones de los mexicanos sobre Peten y Belice, aunque haya dejado

en el tintero lo que opinaba José Vasconcelos, cuando Vasconcelos era gran-

de, cuando predicaba y todo el mundo le oía y creía, en su semanario "La

Antorcha", tomo I, número 1, del sábado 4 de octubre de 1924, y en el que

de la manera más ingenua nos cuenta que México perdió Belice, porque en-

tonces estaba muy ocupado en "definir si zutano o mengano eran o no eran

reaccionarios", y por último, con la resignación de un santo, conviene en que

Belice regrese a Guatemala.

Pero no voy a alargar las pretensiones mexicanas, sólo quiero recor-

darles que aquel gran hombre que vivió con nosotros muchos años y que

dejó tan profundas simpatías, el Presbítero Antonio Rey Soto, editó sus cé-

lebres "Estampas Guatemaltecas" especialmente para ser repartidas en la

exposición de Sevilla y que en su primer capítulo, titulado "La Tierra", nos

indica los límites de Guatemala, del siguiente modo encantador: "El perfil

de Guatemala, en el mapa, recuerda en seguida el de una caricatura cubista,

que mira a Occidente, y alarga su olfateante nariz sobre el territorio mexi-

cano de Chiapas, que se le mete debajo, y viene a apoyársele en el hombro.

Antaño fué esta provincia, guatemalteca; y guatemalteca continúa y conti-

nuará siendo siempre, pese a cuanto digan las geografías, por imperativos

de la configuración telúrica, de la historia política y de las simientes étnicas

que sobre ella germinan. Al Oriente, la línea, recta y dura, del occipucio,

cobra un inconfundible aspecto sajón, tajada por la afilada cuchilla de Be-

lice, la colonia inglesa que, en ley de buen derecho, debería aún pertenecer

a España, como es sabido."

144

Page 147: Asturias Francisco - Belice

Y aquí tenemos al Presbítero Rey Soto, terciando en el asunto, ha-

ciendo la justicia del mono y echándonos la bendición.

Al vernos rodeados de tantas amenazas y lagartos unos tropicales y

otros del mar Atlántico, no nos queda más remedio que imitar a Fr. Bonifa-

cio que tan pintorescamente nos describe nuestro gran narrador José Milla

en "El Visitador", diciéndonos : "Pero, si Fr. Pablo tenía aquel defecto (de-

fecto de ser sonámbulo), Fr. Bonifacio adolecía de otro no menos extraño y

grave; y era que cuando se necesitaba, dormía con un ojo cerrado y el otro

abierto, etcétera".

Para concluir este capítulo, séame permitido manifestar que desde hace

más de cinco años, la actitud del Gobierno y del pueblo mexicano ha sido

sumamente correcta, honrada y fraternal, manifestando cada vez que la

ocasión se ha presentado, no sólo el reconocimiento absoluto de que Belice

pertenece íntegramente a Guatemala, sino prometiendo su apoyo y solidari-

dad incondicional.

145

Page 148: Asturias Francisco - Belice
Page 149: Asturias Francisco - Belice

CAPITULO IV

i

Belice.—Algo de geografía.—Su importancia

£1 territorio de Belice es parte integrante de Guatemala; es territorio

irredento de nuestra patria, como muy bien dice José León Castillo en so

geografía general nacionalista de la América del Centro.

POSICIÓN ASTRONÓMICA Y LIMITES,—Belice está situado entre

los 15° 54' y 18° 29' de latitud Norte, y 873 20' y 89 15' de longitud (Oeste

del Meridiano de Greenwich), incluyendo las islas y cayos. La longitud del

territorio del Sarstún al río Hondo es de 278 kilómetros, y su anchura, por

término medio es de 96 kilómetros. Está limitado al Norte por México (te-

rritorio de Quintana Roo); al Este por el mar Caribe; al Sur por el Golfo

de Honduras y Guatemala; y al Oeste por Guatemala, y en una pequeña

parte y ai Noroeste por Quintana Roo. La linea con Guatemala es la si-

guiente: al Sur el río Sarstún, cuya boca se encuentra a los 15 40' de latitud

Norte ; se sube este río en una extensión como de 48 kilómetros, hasta llegar

a los rápidos de Gracias a Dios, que se encuentran a los 15 53' 55". 37 de

latitud y 89° 15' 03". 05 de longitud; de aquí en linca recta con 4 31'. Este

(aproximadamente) y en una extensión de 129 kilómetros hasta Garbutt's

Falls que están a los 17° 03' 40". 84 de latitud y 89 09' 22". 01 de longitud;

de aquí Norte franco en una extensión de 83 kilómetros 587 metros hasta

llegar al paralelo 17 49' que es la linca divisoria con México. Este punto se

encuentra a los 89 0922"01. Sigue al Norte franco hasta el rio Aiul. se sigue

el curso de este rio hasta su confluencia con el rio Bravo que va junto con

el Booth, y desde donde se llama río Hondo y se sigue el curso del Hondo

hasta su desembocadura en la bahía de Chetumal (dejando la isla Albión al

Este y formando parte de Belice).

COSTAS.—Las costas son bajas y de difícil acceso, con aguas poco

profundas y abundantes en islas de escasa importancia, arrecifes y cayos,

que hacen la navegación peligrosa entre ellos, puesto que el mar no mide

más de seis pies de profundidad entre los cayos y arrecifes.

147

Page 150: Asturias Francisco - Belice

RELIEVE.—Desde la costa el terreno bajo, que en muchos sitios es

pantanoso, se extiende de 16 a 30 kilómetros hacia el interior; pero después

se hace irregular y quebrado, y en ciertos puntos se eleva a más de mil me-tros, como pasa en las montañas de Cockscomb, al Sur del rio Sibún. Las

regiones más altas se sientan sobre rocas metamórficas y piedra caliza. Lamayor parte de la superficie está aún cubierta de densos bosques, interrum-

pidos en algunos lugares por regiones de arbolado claro, en las que abundael pino y cuyo suelo ofrece buenos pastos.

CLIMA.—El clima es templado y agradable en el interior; cálido en

la costa, aunque refrescado algún tanto por las brisas que soplan durante

nueve meses del año. La estación seca dura de octubre a mayo.

MONTAÑAS.—Las principales montañas son las de Cockscomb, en

las que se encuentran el Victoria Peak con 1.128 metros, el Wilson Peak con

1,110 y más al Sur las Siete Colinas. Estas montañas forman un solo cuerpo

con las del departamento del Peten.

RÍOS.—Los principales ríos son: el Hondo que recibe del Norte el

Snosha, el Agua Blanca y el Chack que viene del lago Marishal que es parte

del lago Bacalar y el Seis Millas que viene de las lagunas Dos Hermanos,por el Sur el Booth que está formado por el Victoria, el Bravo y el propio

Booth, el Gold Button Creek y el Cross Creek que al llegar al Hondo forma la

isla Albion; el New River o Río Nuevo que sale del New River Lake, reci-

biendo del Poniente el Freshwater Creek y del Oriente el Griffith's Creek;

el New River Lake se forma del Irish Creek, compuesto a su vez del Paslow ydel Governor's Creek, por el Sur recibe el Ramgoat Creek; el Freshwater

Creek que viene de Savanna Lagoon; el Northern River que viene del lago

Cutter; el Salt Creek; el Viejo o de Belice que recibe del Norte y del Oeste el

Yalbac Creek, el Hope River y que ya juntos forman el Labouring Creek,

el Black Creek que viene de los lagos Northern y Revenge, recibiendo el lago

Northern y del Sur el Spanish Creek, por el Sur recibe el Western y el East-

ern Branch, el Garbutt Creek, el Barton, el Roaring, el Gale, el Mussel y el

Big Burrell Creek; el Sibún que recibe del Norte el Caves Branch, el Naney,

el Jackson, el Col. English Creek, el Héctor y el Macho y del Sur el Silver,

Monkey, Indian, Venture y Runaway Creek; el Freshwater Creek que desagua

en el lago Northern; el Cornhouse Creek, el Manatee River y el Single Hill

Creek que caen al lago Southern; el Mangrove Creek; el Mullins que re-

cibe del Norte el Wagner y el Nelly y del Sur el Lamb Creek ; el Big Creek

;

el North Stann Creek compuesto de North y South Branch; el Silk Grace

Creek; el Sitee River que recibe el Boom Creek; el Blue Creek que desem-

boca en el lago Sapodilla; el Southern Stann Creek; el Silver Creek que

cae a la laguna Placentia; el Monkey River compuesto del Swasey y del

Bladen Branch; el Freshwater Creek que cae al lago Icacos; el Deep River

que recibe el Hope Creek; el Golden Stream; el Middle River; Seven Hills

Creek; el Grande que recibe el Doubling y el Jacinto Creek; el Moho, el

Temash y el Sarstún.

LAGOS.—Los principales lagos son: Savanna, Faber, New River, Re-

venge, West, South, México, North y South Lagoon, Sapodilla y Placencia.

148

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ISLAS, ARRECIFES Y CAYOS-—Las principales islas son: Ambergris

y Turneffe o Terranof; los principales cayos son: el Cocina o de San Jorge,

el Cangrejo, Corker, Chapel, Hicks. Long Mauger. Three Córner. Inglés,

Water, Middle Long, Caimanes, Tabaco, Glover, Raguana y Mangle.

PUERTOS—Los principales son. de Norte a Snr: Coroza!, Belicc

Stann Creek, Placencia, Monkey River Town y Punta Gorda.

COMUNICACIONES.—Las principales comunicaciones se hacían, na-

turalmente, por agua, usando el río Viejo o Belice desde la ciudad de Belice

hasta Benque Viejo, y todas las poblaciones costeras por medio de embar-

caciones menores y "gasolinas", contando la marina mercante de Belice con

311 barcos de vela con 5 000 toneladas y 49 barcos de vapor con 10 000 to-

neladas, dando una capacidad total de la flota de 15.000 toneladas. Tiene un

ferrocarril de Stann Creek a Middlesex, con veinticinco millas de extensión

y que es propiedad del Gobierno inglés o de la "corona" como se dice tam-

bién dentro del léxico británico; este ferrocarril sirve en su mayoría al trans-

porte de banano de la Frutera y tiene una entrada de 519.000 anuales y un

gasto de 34,000, hablando claro, el Gobierno le paga a la Frutera y a los pa-

sajeros, medio pasaje. Además tiene las siguientes carreteras, construidas

y en construcción: de Belice al Cayo son cien millas y ya están construidas

cincuenta y cinco, del Cayo a Benque Viejo son ocho millas totalmente cons-

truidas; la que de Belice. pasando por Barker y Jones se dirige a Northern

River y de allí a Orange Walk, con setenta millas de extensión y cuarenta

ya construidas; la de Orange Walk a Corozal mide treinta y tres millas y

está completamente construida, lo mismo que la de Orange Walk llega a

Consejo a ocho millas al Norte; de Orange Walk hay, también una pequeña

carretera de seis millas de longitud y concluida, a Louisiana y por ultimo

de Punta Gorda están construyendo una carretera a San Antonio veintiuna

millas de extensión y de las cuales están concluida* catorce Total están

construidas ciento sesenta y cuatro millas, y faltan por con*trur ochenta y

dos, con un total de doscientas cuarenta y seis millas.

Los correos están bien servidos y transportan, más o menos. 500.000

cartas, tarjetas postales y objetos varios.

Los telégrafos y teléfonos cruzan todo Belice. desde la ciodad capital,

al Norte, hasta Corozal y Sateneja, al Oeste hasta El Cayo y al Sur ha%ta

Punta Gorda; teniendo oficinas en todos lo» poblados de alguna importan*

cia. Además tiene la ciudad de Belice una instalación radiotelegráftca que la

comunica con todas las estaciones de Payo Obispo. Xcalac. Puerto Barrio*

y todas las de Cuba, Jamaica e isla del Cisne.

INDUSTRIA Y COMERCIO.—La principal y única industria es la

explotación forestal siendo la exportación de maderas de co»trucctcn y cha-

nisteria, cuncho, goma, zarzaparrilla y chicle. La agricultura está poco des-

arrollada, sin embargo se producen maíz, caña de azúcar y algunas frutas.

Y con respecto a medidas, todavía se usan las españolas: arroba, quintal,

almud, cargo, barril, vara, mecate y manzana y. naturalmente, con los nom-

bres en español.

151

Page 154: Asturias Francisco - Belice

Las importaciones y las exportaciones son casi iguales, y cada una deellas es de tres y medio millones de dólares aproximadamente.

HACIENDA.—Los presupuestos de ingresos y egresos se nivelan ysuman alrededor de seiscientos mil dólares cada uno. La deuda externa de

Belice pasa de un millón de dólares.

DEMOGRAFÍA.—La población de Belice es de 56,863 habitantes, yse compone de anglosajones, negros descendientes de los caribes de San Vi-

cente e indígenas guatemaltecos. También hay mexicanos y hondurenos.La proporción de nacimientos es de 40 por 1,000, y la de defunciones de 26.

De cada 100 nacimientos, 43 son ilegitimos, y hay anualmente un matrimo-nio por cada 100 habitantes, aproximadamente.

BENEFICENCIA.—La beneficencia está bien organizada y bastante

desarrollada, contando con seis hospitales, un manicomio (Lunatic Asylum)

y un asilo de pobres (Poor House).

INSTRUCCIÓN.—Belice tiene 106 escuelas, de las cuales 28 son pri-

vadas, con una asistencia o más bien inscripción de 10,031 alumnos, y el Go-

bierno gasta anualmente $89,000.

RELIGIÓN.—La religión de Belice es la protestante, pero hay com-

pleta libertad de cultos. Los edificios de las capillas evangélicas sirven, en

su mayoría, para edificios de las escuelas.

GOBIERNO.—Belice está administrado por un Gobernador y Coman-dante en Jefe, a quien ayuda en sus funciones un Consejo Legislativo cons-

tituido por cinco funcionarios oficiales y siete miembros particulares nom-brados directa y exclusivamente por el Gobernador. El orden lo conservan

por medio de la policía; pero tiene milicias. Las milicias se dividen en

activo y reserva; los milicianos que prestan el servicio activo, no están acuar-

telados, sino que se ocupan de sus quehaceres habituales, y tienen un deter-

minado sueldo por el cual quedan obligados a presentarse a tomar las armas

y dar el auxilio requerido, al primer llamado. También practican algunos

ejercicios y reciben algo de instrucción los domingos. Para su mejor ad-

ministración, Belice está dividido en seis distritos

:

COROZAL.—El distrito de Corozal tiene 1,866 kilómetros cuadrados

de extensión y 8,169 habitantes. Su capital es la ciudad de Corozal, muy pin-

toresca y de mucho movimiento por su aproximación a Payo Obispo y su

fácil comunicación con Belice y Orange Walk. Se encuentra a la desembo-

cadura del río Nuevo, pero es muy escasa el agua potable, al extremo que

es corriente y hasta indispensable el uso de aljibes. Tiene doce escuelas

nacionales con 1,018 alumnos inscritos y tiene un hospital con una asistencia

media y diaria de doce pacientes. Sus límites son: comenzando en lugar lla-

mado Cocos, situado sobre el río Hondo y más o menos en el paralelo 18°

17' 30" se sigue el río Hondo hasta su desembocadura en la bahía de Che-

tumal, se sigue la costa hacia el Sur, hasta llegar a un punto opuesto

a Bulk Head y que se encuentra aproximadamente a los 17° 57' de latitud,

de este punto se va en línea recta hacia el Noroeste con un ángulo de 3o

,

152

Page 155: Asturias Francisco - Belice

hasta encontrar una línea recta, que viniendo de Chan Bank se dirige hacia

el Sudeste con un ángulo de 22 , se sube esta línea hasta llegar a ChanBank y de este punto se dirige hacia el Noroeste con un ángulo de Norte

60 Oeste hasta llegar a Cocos sobre el río Hondo. Está unido por carretera

a Consejo y Orange Walk, teniendo oficinas telegráficas en Consejo. Coro-

zal y Santa Cruz.

ORANGE WALK— Tiene 3.801 kilómetros cuadrados y 8.169 habi-

tantes. La capital es Orange Walk, situada casi a igual distancia de Corozal

y del New River Lake sobre el río Nuevo y al Este de la isla Albion. en el

río Hondo. Tiene un hospital que más bien es una estación de emergencia.

porque su promedio de asistencia diaria llega a tres, además tiene 11 escue-

las con 738 alumnos inscritos, oficinas telegráficas en Orange Walk y Sao

Esteban, y está unido por carretera hacia el Norte con Corozal y hacia el

Levante va llegando la carretera que viene de Belice. Sus linderos son: co-

menzando por el Norte, en colindancia con el distrito de Corozal. y en el

lugar llamado Cocos, se sigue en línea recta hacia el Sureste con un ángulo

de 120 c hasta llegar a Chan Bank, de allí en linea recta y más inclinada ha-

cia el Sur en un ángulo de 22 hasta encontrar la linea recta que saliendo

del punto más septentrional del Revenge Lagoon se dirige hacia el Este con

un ángulq de 3o hacia el Sur, se sigue esta línea, naturalmente hacia el

Oeste hasta llegar a su origen que, como ya dije es el punto más septentrio-

nal del Revenge Lagoon, de allí se sigue la ribera occidental de la Revenge

Lagoon y Northern Lagoon, y después se sigue el Spanish Creek. aguas

arriba hasta llegar a una línea recta que se dirige hacia el Sureste, con un

ángulo de S. E. 53°, muriendo al tocar el rio Viejo o de Belice en el lugar

llamado Big Fall, de aquí se sigue Oeste franco hasta llegar al meridiano

de Garbutt's Fall y siguiendo el meridiano rumbo Norte franco hasta llegar

al río Azul, se sigue el río Azul en su curso hasta donde se junta con el

Booth y forman el río Hondo y después se sigue el Hondo hasta el punto

llamado Cocos.

BELICE —4220 kilómetros cuadrados y 22.015 habitantes. La capital

es la ciudad de Belice, asiento del Gobernador y demás autoridades princi-

pales y la ciudad más importante del territorio. La ciudad de Belice «.tienta

con 16,000 habitantes, tiene bonitos edificios, calles suficientemente anchas

para sus necesidades, son muy aseadas y de arena. Está situada en ambas

riberas del rio Belice o Viejo, unidas por un puente En la parte Sur %c

encuentran la casa del Gobernador, la oficina de correos etcétera y el colegio

de San Juan, con un magnífico edificio y de mucha faina en los lugares

cercanos. Es la ciudad de más movimiento comercial, tiene muchas tiendas

de comercio que hacen buenos negocios por la posición central de Belice. y

unida por carreteras, comunicación marítima fácil, lo mismo que fluvial. Una

cosa sí hay que advertir y es que los vaporcitos que hacen la travesía de

Belice a Benque Viejo, no tienen las comodidades ni confort moderno; lo

mismo puede decirse de hoteles y pensiones, aunque el Gobierno se reser-

vó 7,659 yardas cuadradas del lado del mar para la construcción de un hotel

moderno. Las principales distancias de Belice son: a Inglaterra 4.700 millas,

a New York 1,660. a New Orleans 860. a Jamaica 660 y a Puerto Barrios 120.

153

Page 156: Asturias Francisco - Belice

Belice cuenta con 55 escuelas con 5381 alumnos inscritos, de estas

55 escuelas, 27 son públicas y 28 privadas; en1 beneficencia cuenta Belice

con un buen hospital donde se asisten 65 pacientes diarios por término me-

dio, además tiene un manicomio (Lunatic Asylum) y un asilo de pobres

(Poor House) ; en el Lunatic Asylum se hospedan 60 lunáticos y en el Poor

House 42. En el hospital se trata con mayor frecuencia lo siguiente : estado

puerperal 431, malaria 240, enfermedades de la piel 118, genitourinarias 109

venéreas 108, disenterias 45, sobre un total de 1,725 pacientes con 111 de-

funciones. Belice tiene oficinas telegráficas en Belice, Freetown, Baker, Jones

y Butcher Burn, además tiene magnifica estación de radio. Sus limites son:

comenzando en el punto más septentrional del Revenge Lagoon, se sigue

en linea recta hacia el Sureste con un ángulo de 93° hasta el mar, se sigue

la costa hacia el Sur hasta llegar a la desembocadura del Mangrove Creek,

se sigue este arroyo aguas arriba hasta su nacimiento y se sigue en linea

recta hacia el Sureste, con un ángulo de 66° hasta encontrar el Indian Creek,

se sigue este arroyo, aguas abajo hasta su unión con el Sibún, se sigue el

Sibún hasta su confluencia con el Nancy Portar, y de este punto Norte franco

hasta el río Viejo o de Belice en el punto llamado Big Fall, de aquí en línea

recta hacia el Noroeste hasta encontrar el Spanish Creek, aguas abajo hasta

el Northern y Revenge Lagoon.

CAYO.—El distrito del Cayo se llamaba antes Western District, tiene

4,754 kilómetros cuadrados y 7,387 habitantes, cuenta con 8 escuelas y 771

alumnos, una oficina telegráfica y un hospitalito con una asistencia diaria

de doce enfermos ; está concluida la carretera a Benque Viejo con 8 millas

de longitud y se está concluyendo la que va a Belice con cien millas de lon-

gitud, y de las cuales están concluidas cincuenta y cinco. Sus límites son: al

Norte el distrito de Orange Walk, al Este los distritos de Belice y Stann

Creek, al Sur el distrito de Toledo y al Poniente el departamento del Peten;

la línea con el Stann Creek es el meridiano que saliendo del punto donde la

línea recta Suroeste que viene del Mangrove, corta el Indian Creek. Este

meridiano toca en su punto meridional el Swasey Branch y de aquí Oeste

franco hasta la línea que de los rápidos de Gracias a Dios se dirige a Gar-

butt's Fall.

STANN CREEK.—El Stann Creek Disfrict se llamaba antes Southern

District y tiene 2,104 kilómetros cuadrados y 6,349 habitantes; tiene nueve

escuelas con una inscripción de 1,185 alumnos, además tiene un hospital

donde se asisten quince pacientes diariamente, por término medio. La ciu-

dad de Stann Creek se encuentra en la desembocadura del río del mismo

nombre, y después de Belice y Corozal es la ciudad que sigue en importan-

cia; está unida a Middlesex por un ferrocarril nacional de vía angosta que

mide veinticinco millas de longitud, y que tiene ingresos por $19,000 y egre-

sos por $34 000 anuales. Tiene oficinas telegráficas en Stann Creek, la ciu-

dad de Mullins y en todas las estaciones del ferrocarril.

TOLEDO.—El distrito de Toledo tiene 5,525 kilómetros cuadrados con

6,430 habitantes, once escuelas y 938 alumnos, su capital o cabecera es Pun-

ta Gorda con un hospitalito donde se atienden unos nueve enfermos por día;

154

Page 157: Asturias Francisco - Belice

como ya se dijo anteriormente, se está construyendo una carretera a SanAntonio (nuevo) que mide veintiuna millas de longitud y de las cuales ca-

torce están ya concluidas. En este distrito se encuentran ios pueblos de San

Antonio viejo y nuevo. El pueblo de San Luis, en el departamento del Peten.

tenía antes muchísima importancia, y no fué sino hasta 1870 en que, diez-

mado por una epidemia de viruela, paralizó un tanto su desarrollo; más tar-

de sus habitantes emigraron a un paraje* muy parecido al ocupado por San

Luis y le dieren el nombre de San Antonio. Los ingleses se adueñaron de

este pueblo en 1883. En 1890 se trató de demarcar la linea divisoria en-

tre Guatemala y Belice, y los ingleses temerosos o casi seguros de que San

Antonio se encontraba en territorio guatemalteco, ordenaron la fundación

de otro San Antonio, que se llamó San Antonio Nuevo y situado como a 10' al

Oriente del viejo; designado el lugar obligaron a ios habitantes del viejo a

trasladarse al nuevo y el 6 de junio de 1890 fué izada la bandera inglesa en

Nuevo San Antonio, formado por un rancho pajizo para el Juzgado, una

iglesia, también de techo pajizo y algunos ranchos. El Juzgado tenia solo

una mesa y la iglesia, nada. Los habitantes fueron uno de tantos dias a San

Luis, y como a las 10 a. m., hora en que todos los habitantes de San Luis

estaban en sus milpas, se robaron de la iglesia de San Luis una imagen del

mismo santo y las campanas, y con estos robos aperaron su nueva iglesia.

Para terminar y como dato curioso daré algunos de los precios co-

rrientes en el mercado de Belice : harina de trigo $2.85 quintal, un novillo

$25, un caballo $50, un carnero $5, una cabra $2. un marrano $6. libra de

mantequilla $0.50, huevos a $0.04 cada uno, la libra de carne de res a SO 15.

la de marrano a $0.18, la de carnero a $0.25. el arroz a $003' » la libra, el

café tostado a $0.42, el cacao a $0.45, té a $0.80, mascabado $0.04. sal S0 01 1

:

petróleo $0.04 la botella, el pan a $0.08 la libra y los frijoles colorados a

$0.06. El dólar es el dólar canadiense.

EXTENSIÓN, POBLACIÓN Y DENSIDAD—De lo que hemos visto

se deduce que el territorio de Belice tiene 22,270 kilómetros cuadrado*. 56.863

habitantes y una densidad de dos y medio habitantes por kilómetro cua-

drado.

IDIOMA.—El idioma oficial es el inglés; pero excepción hecha de lo*

principales empleados y gente de sociedad que se ha educado en Inglaterra

el inglés que se habla es muy malo y no os otra eos.» sino el caribe, en total

se habla menos inglés que español, y de allí que en todos lo» juigados ha

intérpretes para traducir al Juez las declaraciones de los delincuente» o in-

terrogados.

El puerto de Belice cuenta con un vaporcito desinfectorio, moderno y

competente para fumigar las bodegas de cualquier vapor. A este puerto lie-

gan vapores de buen calado y que se comunican con la costa norte de Ccn-

troamérica, Quintana Roo, New Orleans. etcétera, y de esto depende que

tengan tan bonito vapor, para evitar la propagación de cualquier epidemia

Este vaporcito lo vi trabajar admirablemente en 1914. cuando estalló la epi-

demia de peste bubónica en Nueva Orleans.

1S5

Page 158: Asturias Francisco - Belice

IMPORTANCIA.—La importancia comercial de Belice depende en

gran parte de Guatemala; lo que se exporta por Plancha de Piedra a Benque

Viejo; de San Luis y San Antonio; por el Sarstún, etcétera, y con lo que he-

mos dicho se puede formar una idea aproximada. Pero aquí quiero ocupar-

me de su importancia política, estratégica. La importancia de Belice, como

punto militar, ha disminuido considerablemente, y creo que Inglaterra no

tendrá hoy día, el mismo interés en conservarlo, como hace un siglo. Yavimos la configuración de sus costas, tan poco favorables para las embar-

caciones de mayor calado y que fué la protección principal que encontraron

los piratas para elegir ese lugar como asiento de sus correrías; para entrar

al puerto de Belice se necesita de un piloto que guíe la nave por el canal

natural que allí conduce; y con esto queda dicho que en sus aguas no puede

maniobrar una escuadra con toda amplitud, si no es saliendo de la zona de

arrecifes y cayos, es decir alejándose de las costas.

En el siglo pasado Inglaterra y los Estados Unidos estuvieron a punto

de llegar a la guerra por el canal interoceánico, por la Mosquitia y aun por

el propio Belice. Inglaterra tenía tantos deseos de construir y dominar el ca-

nal interoceánico como los Estados Unidos tenían en ello interés. Inglaterra

se adelantó en la estrategia y formó un anillo que cerraba y protegía cual-

quier canal: comenzaba por la isla Trinidad, las pequeñas Antillas, las Ba-

hamas, Jamaica, Belice y la Mosquitia. Temía la expansión yankee y deseaba

controlar el comercio del Pacífico ; era todopoderosa. Pero el genio de

Fernando de Lesseps abrió el canal de Suez, y de allí se trasladó a Co-

lombia para construir el de Panamá. El primero distrajo mucha atención de

la Gran Bretaña y trató de obtener el mayor número de acciones para contro-

lar el camino de la India, y el fracaso del segundo armonizaron en gran parte

los intereses angloamericanos. La gran Albión ya no se obstinó en construir

el canal interoceánico; toleró la formación de la República de Panamá, la

independencia de Cuba, el traspaso de Puerto Rico, y las islas Vírgenes que

pertenecían a Dinamarca, la anexión de la isla del Cisne (Swan Island) y

devolvió la Mosquitia. Su puesto preponderante en el mar Caribe lo cedió

gustosa a los Estados Unidos. Hoy no tiene nada que cuidar en el Caribe,

no pretende expansiones peligrosas, su mirada está fija en Africaí y Asia,

Egipto y la India, y principalmente la última, preocupada con los tratados

comerciales, que se pueden conceptuar como alianzas, entre China, Rusia y

el Japón. Rusia ha sido el enemigo nato de Inglaterra: aquélla desea la

India y ésta necesita conservarla, Rusia sueña con la posesión de Constan-

tinopla y los Dardanelos, y para Inglaterra esto sería un golpe mortal; en

Persia se encuentran por tercera vez y allí se disputan las zonas de influen-

cia. Inglaterra, siempre previsora, concluye la alianza con el Japón, y éste

respaldado por Inglaterra le declara la guerra a Rusia y la vence, consoli-

dando el poderío inglés. Pero viene California y dicta su ley de exclusión

japonesa, y a esto se adhieren con más entusiasmo que los mismos califor-

nianos, los dominios más grandes de Inglaterra: Autralia y Canadá, la pri-

mera proclamando la "Australia Blanca" y el segundo rechazando a los "ama-

rillos", ambas se dirigen a Inglaterra pidiendo la ruptura de la alianza con

el Japón, enemigo de los Estados Unidos, e Inglaterra tiene que acceder. El

156

Page 159: Asturias Francisco - Belice

Japón odia a los Estados Unidos y hoy su odio lo extiende al Canadá, Aus-

tralia, y por consiguiente a Inglaterra; y para hacerlo más palpable concerta

alianza con Rusia, el enemigo de Inglaterra. ¿Qué es lo que deben hacer In-

glaterra y Estados Unidos en estas circunstancias? Hacer lo que han hecho;

unirse, estrechar sus relaciones, armonizar sus defensas, y caminar en todo

de acuerdo para defenderse o atacar al Japón según el caso lo exija. Y ante

problemas de tanta magnitud, ¿podrá fener alguna importancia Belice?

Ninguna; pero es una espina que en cualquier momento puede hacer pasai

un mal rato.

Ahora analicemos todo lo expuesto y concluyamos. Los ingleses pre-

tenden haber conquistado el territorio de Belice desde el año de 1798 en

que fracasó la expedición de O'Neill; pero en esto no tienen razón: el rio

Hondo era el último de la provincia de Yucatán, y los ingleses se encon-

traban en territorio guatemalteco, al rechazar a O'Neill no conquistaron

Belice, sino que únicamente rechazaron una invasión de Yucatán, una inva-

sión extraña, y el rechazar una agresión no da titulo de propiedad del lugar

donde uno la efectúa, fuera de que no hubo tal rechazo, puesto que O'Neill

se retiró sin empeñar combate.

En 1835 solicita Inglaterra a España la cesión formal de Belice. acto

que plenamente demuestra que la misma Inglaterra no se consideraba due-

ña de dicho territorio.

En 1862 el "Establecimiento de Belice" se transforma en la coionia

de "British Honduras" , lo que acaba de demostrar que Inglaterra no lo

conceptuaba de su propiedad sino hasta después del tratado de 1859. Pero

el tratado de 1859 no fué tratado de límites sino contrato de cesión territorial:

es cierto que Guatemala reconoció los límites estipulados en el articulo lp

.

pero por el artículo 79 Inglaterra quedaba obligada a pagar la mitad del ce*-

to de la carretera; quiere decir que para que el contrato quedara terminado.

era indispensable que ambas cumplieran con sus compromisos. Guatemala

cumplió; Inglaterra no: por consiguiente el contrato es nulo y si se ha man-

tenido ha sido por la fuerza del poderoso contra el débil; ha sido porque

nuestros gobernantes no han tenido la entereza de enfrentar la situación

defendiendo los intereses y legítimos derechos de nuestra amada patru

i ;

Page 160: Asturias Francisco - Belice
Page 161: Asturias Francisco - Belice

POBLACIONES PRINCIPALES URBANAS:

Guatemala 170.000

Quezáltenango 27.000

Belice 16,000

Momostenango 15.000

Antigua Guatemala 12,500

Zacapa. 8,700

Cobén 8,200

Chiquimula 7.800

Jalapa 7.700

San Marcos 7.600

Huehuetenango 7.300 T

Chimaltenango 6,700

Totonicapán

Mazatenango 5,800Escuintla 5,700

Solóla 5.400

Jutiapa 4,800

Retalhuleu 4.000

T A B A S C O^

EXPLICACIONES:

M cabecera departamental

Q población de importancia

^*"rt*^ ferrocarril

^ puerto marítimo, lacustre o fluvial

-Varios

La costa del Pacífico mide 260 kilómetros,

y la del Atlántico 363, aproximadamente.

GUATEMALAAdministración del señor General don

JORGE UBICO.Compilado por el Doctor Francisco Asturias, en 1940.

Extensión: 131.994 kilómetro* cuadrados.

Población: 3.341.162 habitantes.

25 habitantes por kilómetro cuadrado.

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GUATEMALA Ojal/

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Alia Verana» 9.1 «5 270.MNRaía Verana* 3.2*4 " •><•'

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Chimallrnango 2.02O I7M74Chiquimula 2.3S7 141.2*4

Ktcuintla 4.I6S 1 76.046

Cualrmala 2.444 3II.IMlliirhurlriíantf 7.«>6 i nsié1tabal s.4<,7 S3.I07

Jalapa 1.773 124.1*7

Jutiap* 3.344 «SJJtU

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San Marco» .V575 Í27.M1I

Santa K.»a 3.403 16«047

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Siichitrprque* 2.237 1 M1.3M

1 otonicapan I.4M6 • 1.233

/ácana 2.024 I4V604

OCÉANO PACIFICO91" 01

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Page 163: Asturias Francisco - Belice

CAPITULO V

Actuación del gobierno del señor General don Jorge Ubico,

desde el 21 de febrero de 1933 hasta nuestros días

"Que nuestro Gobierno inicie las gestiones y encontrará que la GranAlbión es noble y generosa; y dentro de poco tiempo podrá volar por los

bosques de Belice, libre y soberano, nuestro bello y simbólico quetzal."

Con esto terminaba la primera edición; cuántos se rieron con franqueza y

amplitud y otros sonrieron discretamente, para no agraviar lo presente ytodos tenían razón : nuestros Ministros o Secretarios de Instrucción o Edu-

cación Pública, jamás se ocuparon de cultivar el alma nacional, de instruir

al pueblo en los problemas vitales patrios ; las historias de Guatemala o

Centroamérica, de texto, están inspiradas en intereses de partido, tratando de

denigrar al contrario y para ello no han reparado en poner textos de auto-

res mercenarios que han desfigurado la verdad y en provecho de intereses

muy particulares. En la cuestión de Belice sólo perduraba la célebre leyenda

de que "Carrera dio Belice a Inglaterra por una espada con empuñadura de

oro que le obsequió la Reina Victoria" y nada más, todo lo demás se ocul-

taba, y si no hubiese sido por el actual Gobierno, el pueblo habría seguido

muy conforme con los avances y despojos cometidos por la Gran Bretaña.

Y hoy día, a pesar de la gran propaganda ilustrativa del inmortal "Libro

Blanco", del espléndido "Nuestro Belice", de David Vela y de los interesan-

tísimos artículos de Sinforoso Aguilar, hoy día, repito, todavía hay guate-

maltecos de alguna posición que ignoran por completo el verdadero asunto

de Belice; pero en estos casos la ignorancia representa la neblina matutina,

que se disipa y desaparece a medida que el sol alumbra y sube; el actual

Gobierno, por medio de Relaciones y la Oficina de Belice, ha hecho obra

patriótica y dentro de poco tendremos la satisfacción de ver que todos los

guatemaltecos conocerán la verdad en el asunto de Belice, y sabrán apreciar

en su justa magnitud todos los esfuerzos del General Ubico para lograr la

reincorporación de Belice a Guatemala, en virtud de la caducidad de la con-

vención de 30 de abril de 1859.

Desde la célebre nota de don Crisanto Medina de 5 de abril de 1884,

dirigida al Conde de Granville, Secretario de Estado en el Despacho de Ne-

gocios Extranjeros de S. M. B., no encontramos nada de mayor importancia

en la correspondencia entre Guatemala y la Gran Bretaña, hasta el 21 de

161

Page 164: Asturias Francisco - Belice

febrero de 1933 en que el Gobierno inglés pide la demarcación y amojona-

miento de la frontera, conforme a la definición contenida en el pacto de

1859. Sin embargo, en diciembre de 1872, el Plenipotenciario de Guatemala,

manifestó al Gobierno de los Estados Unidos que Inglaterra habia hecho ca-

ducar la convención de limites de 1859, y que Guatemala, en imposibilidad

material de hacerse inmediata justicia, reservaba sus derechos para cuando

la ocasión se presentara; esto no era amenaza de venganza, porque Gua-temala con su hidalguía y caballerosidad proverbiales, jamás pensó en ello,

sino simple y únicamente en la reivindicación de Belice.

El 23 de enero de 1933 se dictó el laudo arbitral en la controversia

de fronteras entre Guatemala y Honduras, y al ver Inglaterra la conformi-

dad de Guatemala, a pesar de la pérdida de una parte de su territorio, se

dijo: "ahora es cuando" y lanzó sus exigencias en 21 de febrero siguiente,

es decir en el término de la distancia. Que una faja de terreno le quede a

Guatemala o le quede a Honduras, haya sido de quien haya sido, resulta,

más o menos, lo mismo, puesto que son repúblicas hermanas, que formaron

un sólo cuerpo y que en no lejano día volverán a formar una sola república,

tienen el mismo origen, las mismas costumbres, idioma, religión, ideas, raza,

etcétera; no es el mismo caso con Inglaterra, donde ella impone otro idio-

ma, otra religión, otras costumbres y hasta otra raza, transplantando negri-

tos de Jamaica y últimamente queriendo traer refugiados de Alemania,

Austria y Checoslovaquia.

El Ministro de la Gran Bretaña no tuvo visión clara el 23 de enero

de 1933, no tuvo comprensión, creyó que la aceptación del laudo arbitral con

tanta sinceridad y simpatía, no era conformidad fraternal de Guatemala, sino

debilidad o falta de patriotismo del General Ubico; Inglaterra no imaginó

tanta nobleza y corrección de parte de Guatemala y por eso fué mayor la

sorpresa cuando recibió la contestación del Gobierno de Guatemala en que

le decía que "para considerar las sugestiones a que se refiere el oficio de

Vuestra Señoría, de fecha 21 de febrero, desearía recabar del Gobierno de

Su Majestad Británica si, en cumplimiento de la convención de 30 de abril

de 1859, estaría dispuesto a llevar a su debido efecto las estipulaciones bila-

terales contenidas en el artículo 79 de dicha convención". (Libro Blanco

página 348.)

"No cabían sino dos conclusiones : o la Gran Bretaña había reflexiona-

do maduramente su actuación, y se disponía a dar cumplimiento a sus obli-

gaciones hacia Guatemala—o perseveraba en el procedimiento de exigir el

cumplimiento de las cláusulas de la convención que favorecen a Inglaterra,

y al mismo tiempo rechazar las estipulaciones de la cláusula compensatoria.

Lealtad y buena fe ha demostrado Guatemala, en el respeto más absoluto

de los compromisos del pacto, que únicamente pudo suscribirse en la con-

fianza de la lealtad y buena fe del Gobierno inglés... Las conminaciones

perentorias de la Gran Bretaña—después de las experiencias de los años 1859

y subsiguientes, no impresionarían al Gobierno de Guatemala, ni en 1933

162

Page 165: Asturias Francisco - Belice

podrían repetirse las complacencias de 1859. Mientras no exista acuerdoperfecto sobre el cumplimiento integral de la convención—declaró la repú-blica en 1884—la ocupación de Belice no puede perjudicar los derechos deGuatemala en ningún tiempo; plenamente se justifica la contrapregunta deGuatemala en 1933, cuando sólo es posible convenir mediante la segundadde entrar en cauces despejados de ambigüedades peligrosas. Y el 25 demarzo contestó la Legación de Inglaterra:* ".. la cuestión del articulo VIIde la convención de 30 de abril de 1859 será examinada cuidadosamente porel Gobierno de Su Majestad, y se me comunicarán a ese respecto las ins-

trucciones del caso a su debido tiempo. Además, tengo el honor de manifes-tarle que el Gobierno de Su Majestad presume que no es la intención delGobierno de Vuestra Excelencia diferir la conclusión del convenio que se

propone en mi nota número 14, del 21 del mes próximo pasado, durante el

tiempo que se esté estudiando la cuestión referente al articulo VII de la

convención de límites. Por lo tanto, estoy convenc do de que en tales cir-

cunstancias Vuestra Excelencia no dejará de apreciar la suma importanciaque existe de que yo tenga el honor de recibir, a la mayor brevedad posible,

la contestación de Vuestra Excelencia a mi precitada nota, con el objeto deque dicha respuesta se considere como aceptación del entendido a que se

ha llegado con respecto a la demarcación de la frontera entre la Colonia deBelice y la República de Guatemala, por Ingenieros británicos, debiéndoseconfrontar más tarde dicha demarcación por Ingenieros guatemaltecos".

(Libro Blanco.)

No contentos con todos estos efugios y subterfugios, la Legación ingle-

sa insiste el 29 de marzo en que se demarcara la frontera, y agregaba que enLondres se experimentaba, por lo tanto, "contrariedad y sorpresa de que el

Gobierno de Guatemala suscite ahora la cuestión del articulo VII de la con-

vención de límites de fecha 30 de abril de 1859, con el propósito según

parece, de retardar la demarcación de la frontera. Por lo tanto, he recibido

instrucciones de manifestar a Vuestra Excelencia que el Gobierno de SuMajestad se ve obligado a insistir en que se ultimen, a la mayor brevedad

posible, los arreglos necesarios para proceder a la demarcación de la linea

divisoria, sin tomar en consideración la cuestión suscitada por el articulo

VII, pero al mismo tiempo sin mostrar prejuicio hacia dicho articulo" (Libro

Blanco.) Se ven los apuros que estaba pasando el Ministro inglés porque el

Gobierno de Guatemala no se daba prisa en satisfacer las eiigencias ingle-

sas, destruyendo los derechos de Guatemala con tal de obtener el beneplá-

cito del Gobierno de Su Majestad Británica ; no se ponía en la realidad de

los tiempos modernos y trataba de conseguir lo dictado por la Gran Bretaña.

a cualquier costo con tal de conseguir el perihelio imperial.

Siguieron notas y amenazas constantes de Inglaterra, bravuras y

exigencias de la poderosa Gran Bretaña contra la débil Guatemala, proce-

dimientos totalitarios» tan desacreditados y odiados hoy en día. Viendo el

Ministro inglés que Guatemala no cedía, y que ya no se encontraba en la

atmósfera de mediados del siglo pasado, el Encargado de Negocios de Su

Majestad británica, contestó el 24 de abril en los siguientes términos: "Ten-

go el honor de agregar, de acuerdo con las instrucciones que me ha COmU-

lfo

Page 166: Asturias Francisco - Belice

nicado el principal Secretario de Estado en el Despacho de Relaciones Ex-

teriores de Su Majestad, que estimando las consideraciones que aparecen

en el cuarto párrafo de mi nota número 28 del dia 7 del mes en curso, y el

hecho de que el Gobierno de Guatemala al invocar solamente razones téc-

nicas para la demora, aboga por la pronta demarcación de la linea, ha ale-

gado la cuestión del articulo VII de la convención de 1859, solamente en el

último momento, el Gobierno de Su Majestad, no obstante que hubiera vi-

vamente deseado proceder de acuerdo con el Gobierno de Guatemala, siem-

te mucho no poder posponer por más tiempo la demarcación de la! frontera

y, por consiguiente comunica instrucciones a Su Excelencia el Gobernador

de Belice para que proceda inmediatamente a efectuar ese trabajo. Además,tengo el honor de informar a Vuestra Excelencia que la demarcación de la

frontera principiará una semana después de que esta nota se presente a

Vuestra Excelencia y de informarle acerca del hecho de que los postes fron-

terizos se colocarán cincuenta yardas atrás de la verdadera, para evitar cual-

quier posibilidad de penetrar dentro de territorio guatemalteco durante el

proceso de la demarcación de la linea; pero que, sin embargo, la verdadera

frontera se considerará como fijada a cincuenta yardas en el lado guatemal-

teco de los postes fronterizos. El Gobierno de Su Majestad hará responsa-

ble al Gobierno de Guatemala por los gastos que se puedan ocasionar al

mover para adelante a su verdadera posición los postes fronterizos, si en el

futuro se estima necesario hacer dicho trabajo. Aunque el Gobierno de Be-

lice se ha comprometido a pagar todo el gasto que ocasiona la demarcación,

no se le puede razonablemente hacer responsable de cualquier gasto adicio-

nal motivado por la negativa del Gobierno de Guatemala a cooperar en la

demarcación.''

Siguieren las notas, Guatemala reclamando sus derechos, e Inglaterra

evadiendo el cumplimiento, buscando toda clase de argumentos para no cum-plir y a la vez aparecer victima, tratando de quedarse con lo ajeno y al mis-

mo tiempo aparecer damnificada, de modo que Guatemala tendria queindemnizar a Inglaterra por no haber accedido gustosa a la consumación del

despojo de Belice.

Al tratar del tantas veces citado artículo 79 , Guatemala insinuaba la

idea que Inglaterra auxiliara a Guatemala con la mitad del costo del fe-

rrocarril al Norte, e Inglaterra con su política acostumbrada con Guatemala,

sostiene que e! artículo 79 no habla de ferrocarril sino de carretera y con ese

argumento, con fecha 13 de noviembre decía la Legación Británica: "insiste

en que el ferrocarril ha alterado radicalmente* las condiciones, y presenta,

como prueba de buena voluntad de parte del Gobierno de Su Majestad hacia

el Gobierno de Guatemala, y como su contribución al arreglo de esta cues-

tión, la siguiente propuesta que después de cuidadoso estudio de las consi-

deraciones económicas, estima el Gobierno de Su Majestad que es la única

que pueda satisfacer las obligaciones precitadas. El Gobierno de Su Majes-tad, propone que el Gobierno de Belice debe construir una carretera deBelice a la frontera del Peten, y que la construcción nece/saria correspon-

diente al lado de Guatemala debe construirse por el Gobierno guatemalteco.

Al establecerse de esta manera una salida importante para los productos del

164

Page 167: Asturias Francisco - Belice

Peten, tal carretera sería de gran provecho para ambos países. El Gobiernode Su Majestad considera como condición esencial a esta propuesta que el

Gobierno de Guatemala levante las leyes existentes que prohiben la expor-

tación de productos a través de Belice y que se abstenga en lo futuro deimponer barreras administrativas que causen molestias. Al mismo tiempo se

me han dado instrucciones para informar a Vuestra Excelencia que el Go-bierno de Su Majestad está listo a cooperar, hasta donde le sea posible, conel Gobierno guatemalteco paia suprimir el contrabando en la frontera. Porlo tanto, me permito sugerir que se celebre un convenio en el sentido arriba

expresado, por medio de un cruce de notas entre Vuestra Excelencia y mipersona".

¿No se ve aquí la benevolencia de Inglaterra y el amor y conside-

ración al débil, al proponer construir una carretera desde Belice hasta la

frontera del Peten sin pedirle nada a Guatemala en metálico y sin exigirle

que se prolongara la frontera hasta el lago de Izabal? ¿No hay desprendi-

miento de la Gran Bretaña y llegar hasta el derroche para obsequiar a Gua-temala? Los británicos dirán que sí, pero nosotros, que somos las verda-

deras víctimas, no podemos interpretar tanta bondad del mismo modo, y asi

tenemos al Libro Blanco analizando la propuesta en los siguientes términos:

"A la carretera Belice-Petén habían de agregarse dos sencillas condiciones:

frontera libre y compromiso guatemalteco, para siempre, de 'no imponer

barreras administrativas que causen molestias'. Y todo eso—reconocimiento

de las actuales fronteras de Belice, renuncia a la pactada cláusula compen-

satoria, carretera en beneficio británico, abolición de fronteras aduaneras—

.

convenido por Guatemala en simple canje de notas." Y como compensación

nos ofrecían cumplir con su deber, "hasta donde les sea posible", "para

suprimir el contrabando en la frontera". Y si a esto agregamos la amena/a

de que "en caso que fuere necesario correr los postes, sería por cuenta de

Guatemala", ya tenemos completa la propuesta inglesa.

"Así permaneció el asunto: la Gran Bretaña exigiendo el reconoci-

miento de la frontera demarcada por Ingenieros británicos, y la República de

Guatemala manteniendo el reclamo del cumplimiento integral de la conven-

ción de 1859, como condición indefectiblemente previa para cualesquiera

actos que pudieran consumar la enajenación del territorio de Belice. Para

la Gran Bretaña fueron inaceptables todas las propuestas hechas por Gua-

temala y en las páginas inmediatamente anteriores consta la única propuesta

inglesa, que de ninguna manera habría podido considerarse, ya que solamen-

te significaba inconcebibles beneficios para la posesión británica, i costa de

sacrificios ingentes para Guatemala. . . Entre las propuestas de Guatemala

estaban las dos siguientes que. una vez consideradas las circunstancias de la

cuestión y, sobre todo, los daños incalculables ocasionados a la República

por el incumplimiento inglés de la clausula compensatoria de la convención

de límites eran base lógicamente equitativa para terminar la cuestión. Tales

fórmulas se dieron en memorándum de la Secretaria de Relaciones Exterio-

res, de 16 de septiembre de 1936:

165

Page 168: Asturias Francisco - Belice

"Primera fórmula.—La Gran Bretaña devuelve a la República de Gua-

temala, como sucesora de España primero, y como nación independiente

después, el territorio de Belice u Honduras Británica.

"La República de Guatemala paga a la Gran Bretaña, en compensación

la suma de £400,000, de la manera siguiente: £200,000 en moneda efectiva al

contado, y en el acto de hacerse el canje de las ratificaciones de la conven-

ción que se celebrará; y £200,000 en el plazo y condiciones que de común

acuerdo se estipulen.

"La República de Guatemala prescinde en absoluto de cualquier recla-

mo por consecuencia del incumplimiento, por parte de la Gran Bretaña, del

tratado de 30 de abril de 1859.

"En caso de que la Gran Bretaña no aceptare recibir de la República

de Guatemala las £400,000 que le ofrece en cambio del territorio de Belice f

Guatemala propone que la Gran Bretaña pague a la República la misma su-

ma, concediendo además, una faja de tierra que le es necesaria para dar

al departamento del Peten una salida al mar. Dicha faja sería determinada

en el paralelo 16° 8' 39", quedando comprendidos dentro de la faja la des-

embocadura del río Grande, Punta Gorda y los cayos de Zapotillo.

"Con excepción de la faja descrita en el punió cuarto, Guatemala

aprueba la demarcación y amojonamiento de la frontera oriental con Belice.

"Segunda fórmula.—La República de Guatemala aprobaría la delimi-

tación de la frontera con Belice, hecha unilateralmente por el Gobierno de

la Gran Bretaña.

"La República de Guatemala prescindiría de su reclamo, constantemen-

te reiterado al Gobierno inglés, por el incumplimiento del tratado de 30 de

abril de 1859; renunciaría a cualquier derecho que pudiera asistirle para

estimar caducado dicho tratado por falta de cumplimiento integral por una

de las partes contratantes.

"En compensación, el Gobierno de la Gran Bretaña pagaría a la Repú-

blica de Guatemala la suma de £50,000 más intereses al 4 r/ al año, desde el

30 de abril de 1859.

"La Gran Bretaña, como compensación, además, concede a la Repú-

blica de Guatemala, en propiedad plena, una faja de tierra para que el de-

partamento del Peten, colindante con Belice, tenga una salida al mar. Esa

faja sería tal, que estuvieran comprendidos dentro de ella la desembocadura

del río Grande, Punta Gorda y los cayos de Zapotillo. Esas condiciones se

llenarían fijando la frontera Sur de Belice en el paralelo 16° 8' 39".

Cualquiera de las proposiciones anteriores que hubiera aceptado In-

glaterra le habrían producido gran utilidad, moral y material, pero todas las

rechazó. "Convencido el Gobierno de Guatemala de la inutilidad de seguir

sosteniendo correspondencia diplomática en este asunto, comunicó a su En-

viado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario, Doctor José Matos, quien

se hallaba en Londres a principios de 1937—y trataba el asunto de Belice—

,

instrucciones en el sentido de proponer como único medio de zanjar las

diferencias, someter la cuestión al arbitraje del Excelentísimo señor Franklin

166

Page 169: Asturias Francisco - Belice

Delano Roosevelt, Presidente de los Estados Unidos, y eminente personali-dad cuyo prestigiado e imparcial concurso sería medio eficaz para resolverla diferencia entre los dos gobiernos, que cultivan tradicional amistad conel de la gran nación del Norte.

"Por primera vez en la historia de esta larguísima controversia, aceptóInglaterra el arbitraje como único recurso para resolverla definitivamentePero declinó el arbitro propuesto y pretendió reducir la cuestión en formatal, que de hecho se descartaban los derechos de la República y las obliga-

ciones de Inglaterra consecuentes al incumplimiento de sus compromisoscontractuales." Lord Halifax decía al Doctor Matos, en carta de 17 de agosto

de 1937, que al rechazar el arbitro propuesto por Guatemala, no lo hacía portratarse del señor Roosevelt, sino porque el asunto que se sometería al arbi-

traje es de carácter esencialmente jurídico, que implica dificultades legales

y de interpretación que no puede resolver satisfactoriamente un tribunal

que no sea tribunal jurídico de alta reputación, y, de todos los posibles tri-

bunales jurídicos, el de La Haya, "por razón de la autoridad de sus jueces

y la extensión y naturaleza de su experiencia, es. en opinión del Gobierno

de su Majestad, con mucho el más apropiado para resolver cuestiones de

esta naturaleza." (L. B.)

El 22 de septiembre contestó el Secretario de Relaciones Exteriores

de Guatemala al principal Secretario de Estado en el Despacho de Relacio-

nes Exteriores de Inglaterra, que el Gobierno de Guatemala estima que tam-

bién han de considerarse en la controversia aspectos de diferente índole.

fuera de la jurídica y de interpretación legal, examina las ventajas y com-

promisos correspondientes por la convención del 59 a cada una de lar par-

tes: las consecuencias que para la República ha tenido el incumplimiento

de Inglaterra y la necesidad del cumplimiento integral de los pactos inter-

nacionales. "El incumplimiento del artículo VII de la convención del 59 y la

falta de ratificación del arreglo del 63 han determinado para GuatemaU.

además de pérdida material, perjuicios intangibles de diferente carácter que

pueden comprobarse con la lectura de la copiosa correspondencia sostenida

por los dos gobiernos desde mediados del siglo pasado; perjuicios que ha de

considerar el arbitro, precisamente porque el desacuerdo, motivo de arbitra-

je, se refiere a algo diferente a la mera interpretación legal de la letra muerta

de la convención." (Libro Blanco.)

El 29 de octubre de 1937. nuestro canciller Licenciado don Carlos

Salazar se dirigió al Ministro ingles bajo número 13214; pero el Enviado

Extraordinario y Ministro Plenipotenciario inglés, señor John Henry Stop*

ford Birch no se dignó contestarlas, sino hasta el 3 de marzo de 1938. y en

términos que desaprueban las sugerencias de Guatemala, pero en el párrafo

cuatro literalmente dice: "En estas circunstancias considera el Gobierno de Su

Majestad que a nada conduciría seguir tratando el asunto, y por eso no tiene

más opción que considerar como constitutivos de la frontera verdadera

los límites actuales de Belice, que en todos sentidos mira como enteramente

de acuerdo con las estipulaciones de la convención angloguatemalteca de

1859. Debe, además, rehusar toda responsabilidad por incidentes que puedan

surgir del desconocimiento de la frontera por el Gobierno guatemalteco."

1«.7

Page 170: Asturias Francisco - Belice

El Secretario de Relaciones Exteriores dio cuenta a la Asamblea Legis-

lativa de la destemplada contestación del Ministro inglés, J. H. S. Birch, y la

Asamblea, como era de esperarse, se identificó con el Poder Ejecutivo, acep-

tando todo lo hecho y ofreciéndole su apoyo moral "en su reiterado propó-

sito de hacerse oir y de llevar adelante los derechos que asisten a la Repú-

blica en una cuestión que afecta a su soberanía e integridad territorial".

Terminada la misión de Mr. Birch, vino a reemplazarlo Mr. John

Hurleston Leche.

El 13 de abril de 1940, el Secretario de Relaciones Exteriores de Gua-

temala se dirigió al señor Leche protestando contra los estudios que estaba

haciendo un tal Weisz para traer refugiados alemanes a Belice, y el señor

Leche contesta el 15 del propio abril diciendo no tener conocimiento perso-

nal del asunto , y queriendo negar la cesión territorial en el tratado del 59 ypregunta: "¿Por cuál método satisfará el Gobierno de Su Majestad sus

obligaciones consiguientes a aquella falta?" Nuestro Secretario de Rela-

ciones, Licenciado Carlos Salazar contesta con fecha 24 del mismo, y tiene

que volver a narrar por centésima vez, lo que tantas ocasiones se ha dicho

y demostrado : que la convención del 59 fué una cesión territorial, que el

artículo 79 es una cláusula compensatoria, que Inglaterra nunca honró su

palabra cumpliendo con lo pactado e indemnizando a Guatemala por todo el

territorio de que la despojó, etcétera, etcétera.

Y hasta aquí el estado de la controversia, porque nuestro Gobierno,

tomando en cuenta la grave situación por que atraviesa la Gran Bretaña,

suspendió temporalmente las negociaciones, y esperamos que Inglaterra al-

gún día se dé cuenta de la conducta correcta de Guatemala y sepa agrade-

cerla, y que, con toda amplitud podamos repetir las palabras del Licenciado

Alejandro Alvarado Quirós, cuando al final de su estudio sobre la cuestión

de Belice, nos dice: "Sería una fuerza moral que Lord Halifax no puede

desdeñar. La unión de todos los centroamericanos al reiterar que nos vincu-

la con Inglaterra no sólo el intercambio de un comercio secular, sino algo

de más precio que los intereses materiales, y es la ejemplaridad de sus ins-

tituciones, que son objeto de admiración para los ciudadanos de esta parte

del mundo; y abrigo la esperanza de que, dadas las circunstancias actuales,

que son propicias, la fe que tuvo el Gobierno de Guatemala en la hidalguía

británica, al final de esta prolongada controversia no quedará defraudada."

Voy a concluir, pero antes deseo hacer un ligero recordatorio de lo

ocurrido para demostrar cómo la gran Gran Bretaña, anteponiendo los bie-

nes materiales, suscribió una mentira, como es el artículo l 9 de la conven-

ción de 1859, y luego faltó a la palabra empeñada, no cumpliendo con lo

que firmó.

Los ingleses, representados por piratas, bucaneros y corsarios, se fue-

ron colando en Belice y de aquí, como de otros puntos, comenzaron a molestar

las posesiones españolas, asaltando barcos y poblaciones, y viviendo del robo

y del despojo, hasta que el 3 de septiembre de 1783 se firmó el tratado de

paz en Versalles, por el cual se les permitía a los ingleses cortar maderas

entre los límites marcados por el tratado y que eran : al Norte el río Hondo

y al Sur, el de Belice ; los ingleses se salían de los límites y trataban de aumen-

168

Page 171: Asturias Francisco - Belice

tar la concesión, y así lograron que el 14 de julio de 1786 se firmara el convenio

de Londres por el cual se aumentaba el permiso de cortar madera hasta el

¿ío Sibún; pero siendo la condición sirte qaa non, que no podría establecer

ninguna clase de autoridades, fortificaciones, etcétera, es decir que debíi de

conservarse incólume la soberanía española y los ingleses de aquel entonces.

a pesar de su origen pirático, supieron mantenerse dentro de los límites del

convenio de Londres de 1786.

El 7 de octubre de 1796 se declaró la guerra entre España e Inglaterra

y con ello prepararon una gran expedición para expulsar a los ingleses de

Belice y todo habría estado bien si no ponen al frente de la expedición a don

Arturo O'Neill, inepto y cobarde por todos lados; después de grandes pre-

parativos se hizo a la vela el 20 de mayo de 1798 con dos fragatas, un gran

convoy y tres mil hombres; llegó a Belice y al ver lo bien preparados que

estaban los ingleses se dirigió a Bacalar donde reforzó la guarnición y dejó

víveres y se dirigió a Campeche sin haber derramado sangre española. Ya esto le llaman los ingleses la "conquista de Belice". Esta guerra (Inglate-

rra-España-Francia) terminó con la paz de Amiens el 27 de marzo de 1802

por la cual Inglaterra devolvería a España todas las conquistas que hubiese

hecho, es decir que si los ingleses, real y positivamente hubiesen conquistado

Belice, por la paz de Amiens volvía a la soberanía española sin otro trámite.

En 1821 se proclamó la independencia de Centroamérica. y con ello

heredaba Guatemala todos los territorios del antiguo Reino de Guatemala.

quedando incluido Belice, puesto que el rio Hondo era el último de la pro-

vincia de Yucatán.

Inglaterra comienza a hacer tanteos infructuosos para obtener real

posesión de Belice; México propone un tratado el 6 de abril de 1825 que

fué rechazado por la Gran Bretaña por no aceptar la soberanía mexicana

sobre Belice como lo daba a entender el articulo XV de dicho tratado, y en-

tonces firman otro el 26 de diciembre de 1826. por el cual reconoce Ingla-

terra únicamente el permiso ampliado por el convenio de Londres de 1786.

Por este tiempo ya estaba en Londres y como Ministro Plenipotenciario de

Centroamérica el Licenciado Zebadúa; regresa en el año 30 sm lograr nada

y envían a don Juan Galindo que fracasó, porque Inglaterra no lo recibió

como Ministro. En 1835 solicita Inglaterra de España la cesión del terri-

torio de Belice, comprendido entre el rio Hondo y el Sarttún ya e*uha

pensando en la expansión a costa de Guatemala. Y ya se encontraba por

estas tierras el Cónsul inglés Federico Chatfield que tanto daño causó a

Guatemala cultivando las divisiones y los odios de esa época. El asunto del

canal por Nicaragua se pone a la orden del día. y se disputan los Estados

Unidos e Inglaterra el derecho de construirlo; se agrian las relaciones y para

evitar una guerra firman el tratado Clayton-Bulwer el 19 de abril de 1850.

por el cual ambas naciones se comprometen a no ocupar, fortificar, colo-

nizar ni asumir o ejercer dominio alguno sobre Nicaragua. Costa Rica, la

costa de los Mosquitos, ni parte alguna de Centroamérica; no otorgarían pro-

tección ni harían alianza con estado o pueblo alguno con el fin de erigir o

mantener tales fortificaciones, etcétera, etcétera. Al efectuarse el canje de

169

Page 172: Asturias Francisco - Belice

las ratificaciones de este tratado el dia 29 de junio, el Ministro inglés Sir

Henry Bulwer manifestó que había recibido instrucciones para declarar

que su Majestad Británica no reconoce ningún compromiso aplicable a Be-

lice. El Secretario de Estado americano aceptó la ratificación con la salve-

dad anterior, aunque siguieron algunas discusiones que a nada condujeron;

después trataron de definir lo que se entendía por Honduras Británica y sus

dependencias, y concluyeron con que no pasarían los límites de los permisos

de 1786; siguió correspondencia diplomática en que Inglaterra trataba de

convencer a los Estados Unidos, hasta llegar a la conclusión del tratado

Dallas-Clarendon firmado4 el 17 de octubre de 1856, y por el cual los Es-

tados Unidos no solamente reconocen la soberanía inglesa en Belice sino que

le conceden bajar los límites hasta el río Sarstún, tierras que jamás había

ocupado Inglaterra, y que por consiguiente no le pertenecían. Inglaterra

había sorprendido la buena fe de los Estados Unidos y había aprovechado

admirablemente los deseos de construir el canal interoceánico; las dos nacio-

nes anglosajonas, disponían de lo que no era de ellas, y bajo auspicios y en

tan críticas circunstancias llegamos al año de 1859, en que Inglaterra envía

a Charles Lennox Wyke a imponer el tratado de 30 de abril de 1859 ; en las

instrucciones dadas a Wyke estaba la de que en el "tratado" no apareciera

nada de cesión territorial ni de compensación, para que los Estados Unidos

no pudieran reclamar nada basados en la doctrina Monroe, o el tratado

Clayton-Bulwer, y que se llevara con el mayor sigilo para que los Estados

Unidos no pudieran intervenir, y don Pedro Aycinena complació en todo,

con tal de poner una cláusula compensatoria, que disimulara el gran despojo

que Inglaterra cometía con Guatemala. Lennox Wyke; se vio precisado a

aceptar el artículo 79,que fué exigido por Guatemala, aunque de una mane-

ra vaga para salvar responsabilidades y dar lugar a dudas o diferentes mo-

dos de interpretarlo. Pero sea de esto lo que fuere, lo cierto es que Inglaterra

impuso y suscribió una mentira, como es el artículo primero del tratado de 30

de abril de 1859, y quebrantó su palabra empeñada en tan solemne docu-

mento al no cumplir con lo estipulado en el artículo 79 .

El l9 de abril de 1861, dos años después de la cesión territorial del 59,

practicaron un censo en Belice que dio los siguientes habitantes : Belice

5,067; Río Hondo, Río Nuevo y Corozal 13,547; Stann Creek 1,113 y Punta

Gorda 306 ; se ve que al Sur del Sibún sólo estaban poblados Stann Creek

con 1,113 habitantes y Punta Gorda con 306, y estos habitantes no indica

el censo que fueran ingleses ni jamaiqueños, y lo más probable es que hayan

sido aborígenes de Verapaz;pero de todos modos se ve muy claro que no

había penetración inglesa, que no ocupaban dichos lugares y mucho menos

hasta el Sarstún, como lo supusieron en el tratado Dallas-Clarendon.

Aquí tenemos descritas a la ligera todas las vicisitudes sufridas por

Guatemala.

Ayudemos al Gobierno del General Ubico con entusiasmo y sinceri-

dad, tengamos fe en su patriotismo y probidad, hagamos a un lado la triste

experiencia en antiguos gobernantes que asaltaban el poder como chiquillos

en piñata: "a llenarse los bolsillos"; tengamos fe en Inglaterra, que nublada

su inteligencia y su caballerosidad al ver amenazada, por el momento, su

170

Page 173: Asturias Francisco - Belice

libertad, no ha dado la estimación justa a las protestas de Guatemala. Enestos momentos lucha Inglaterra con desesperación, sacrificando la vida de

miles de sus subditos y derrochando millones de libras esterlinas, por defen-

der la integridad y santidad de los tratados, por defender la integridad y

libertad de los pueblos oprimidos, precisamente en momentos en que Gua-

temala pide la devolución de Belice por no haber cumplido Inglaterra con

la santidad e integridad de la convención del 30 de abril de 1859. No es

posible que Inglaterra haga tantos sacrificios para exhibirse como un país

sin honor ni lealtad, sin respeto a la justicia ni al derecho ajeno.

Para finalizar, rindamos un homenaje caluroso al gran inglés, hom-

bre honrado, verídico y caballero, en toda la extensión de la palabra. Go-

bernador de Belice, Sir John Aldcr Burdon, quien en su valiosa obra en

tres tomos "Archives of British Honduras", puso de relieve los indiscutibles

derechos de Guatemala, y demuestra a Inglaterra y al mundo entero que.

para satisfacción de la justicia, del derecho y de la amistad internacional

que debe unir a las democracias, debe ser reincorporado Belice a Guatemala

171

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175

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ÍNDICE

Capítulo I.—Origen de Belice 7

Capítulo II.—Situación de Centroamérica a mediados del siglo XIX .

.

83

Capítulo III.—Pretensiones de México sobre Peten y Belice 131

Capítulo IV.—Belice.—Algo de geografía.—Su importancia 147

Capítulo V.—Actuación del Gobierno del señor General don Jorge Ubico, desde el 21

de febrero de 1933 hasta nuestros días 1*1

Bibliografía * 7*

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