audiencias siempre audiencias, guillermo
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AUDIENCIAS SIEMPRE AUDIENCIAS?
HACIA UNA CULTURA PARTICIPATIVA EN LAS SOCIEDADES DE LA
COMUNICACIN
POR DR. GUILLERMO OROZCO GMEZ
SOCIO FUNDADOR DE AMIC.
TEXTO DE LA CONFERENCIA INAUGURAL DEL
XXII ENCUENTRO NACIOANAL AMIC, 2010
JUNIO 2, 2010
UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA
SANTA FE. MEXICO, D.F.
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Se ha acabadose est acabando el tiempo de las audiencias? Hemos
pasado o estamos transitando a otra forma o formas de estar y de ser en lo
comunicativo, y por tanto, empezaremos a ser algo distinto de aquello que nos ha
caracterizado durante 6 dcadas en las interacciones con las pantallas? Vamos
hacia una nueva identidad como mutantes hiper conectados en un ecosistema
comunicacional que existe y se reinventa a s mismo permanentemente?
Para abordar estas preguntas he organizado el texto en varias secciones.
Inicio con lo que considero la condicin comunicacional de nuestro tiempo, para
luego recorrer algunas maneras en las que se ha entendido, se entiende y debiera
entenderse ahora la relacin de las audiencias con los medios y dispositivos
informticos, dentro de las as llamadas teoras de la recepcin por una parte, y
teoras de los medios, por otra. Ambos conjuntos de teoras son revisitados en
sus implicaciones explcitas o latentes sobre el poder en los procesos de
comunicacin que definen. En otras secciones abordo las transformaciones
relativas del ser y estar como audiencias y la perspectiva hacia la cultura de la
participacin. Finalmente discutir la condicin mercantil, que impregna casi la
totalidad de las interacciones con las pantallas y que en gran medida define su
motivacin y su sentido, paralelamente a la condicin comunicacional.
LAS SOCIEDADES DE LA COMUNICACIN.
El poder en la sociedad red es el poder de la
comunicacin. Castells, 2009, p.85.
En el origen y desde siempre fue lo comunicativo el mbito en el cual se
cultivaron los cambios, se manifestaron los logros de la especie humana, y se
intercambiaron y almacenaron para la posteridad (y se siguen haciendo), aunque
no siempre esta centralidad comunicativa se haya reconocido como tal. Se ha
regateado histricamente a la comunicacin y a sus medios y a las perspectivas
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medio cntricas su importancia explicativa de lo societal y se ha preferido hablar
de la cultura, como el escenario desde donde germina y florece la produccin e
intercambio de significados (Martn-Barbero, 2008), o de la tecnologa y los
mismos logros digitales como Google o Facebook, como la clave para entender
inicios y trminos de etapas concretas y los dems intercambios en las sociedades
actuales (Piscitelli, 2010).
Fue a travs de la comunicacin y sus soportes tcnicos: medios,
dispositivos, lenguajes, gneros programticos, formas, formatos y cdigos, y es
hoy en da a travs de sus redes, plataformas, interfaces y tecnologas que se
pueden y pudieron llevar a cabo las actividades de todos, mismas que a su vez se
hacan posibles y pensables, lo mismo cotidianas que grandiosas, por la
comunicacin, sus canales y sus flujos. Y fue tambin a travs de la comunicacin
meditica que se ha ejercido la seduccin en las ultimas dcadas, se consiguen
las complicidades de las audiencias, o sea de las mayoras ciudadanas, se incita
al consumismo, se fija la agenda de los importante y cmo pensarlo y se anclan y
difunden los smbolos y marcas en las sociedades (De Moraes, 2005) ).
Ha sido ms bien excepcional reconocer la centralidad de la comunicacin
en el poder y su manutencin. Fue Martin-Barbero (1984) en aquella memorable
intervencin suya en uno de los primeros congresos latinoamericanos sobre
comunicacin y su investigacin que hizo una primera advertencia. Llevado a cabo
en un clima de cierto deslumbramiento por los medios y su potencial tecnolgico-
comunicativo, el entendimiento dominante en ese congreso (y en el mundo
acadmico del progreso y la comunicacin para el desarrollo) apuntaba a que lo
comunicativo servira para la democracia. En ese marco fue que la propuesta
martnbarberiana sent un precedente, al sostener justo que ms bien sera al
revs, dadas las otras condicionantes polticas y econmicas de las sociedades de
la segunda mitad del siglo XX, en especial las latinoamericanas. Es decir, los
medios y la comunicacin serviran para construir y mantener la hegemona y
conseguir las complicidades necesarias de los ciudadanos para que aquellos
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pocos que detentaban y detentan el poder siguieran hacindolo, como vena
hacindose histricamente desde la conquista.
Es apenas hasta hace poco que entre intelectuales y en el mundo
acadmico de la comunicacin se vuelve a reconocer la centralidad de lo
comunicativo y su relacin especfica con el poder. Centralidad que engloba tanto
el nivel estructural, poltico-mercantil caracterizado por la centralizacin excluyente
del control de los medios y tecnologas en el mundo, como del nivel ms
interpersonal, donde el poder se conecta con lo emocional de las audiencias y de
ah va a la dimensin racional; combinacin necesaria para la agencia de las
audiencias en tanto ciudadanos (Castells, 2009).
Ante el protagonismo galopante de las tecnologas de la informacin, se
hizo evidente primero, que estbamos en una era de la informacin (Castells,
2005). Posteriormente se avanz en la comprensin del fenmeno y se habl de
una era del conocimiento, para enfatizar esa construccin resultante del
intercambio informativo significado. La sociedad red o la era de las redes, ha sido
un trmino ms reciente empleado para dar cuenta de lo sobresaliente en el
intercambio societal contemporneo (Jenkins, 2009).
Ms tarde, desde Amrica Latina se destac que la caracterstica esencial
del momento era el estar en una poca de la educacin, ya que como sociedades
transitbamos con las tecnologas y el conocimiento, de conglomerados con
sistemas educativos, a sociedades donde la educacin no dependa de las
escuelas, ni de solo los libros y el lenguaje escrito, sino justamente de todos los
medios y los lenguajes combinados y se podra realizar en cualquier lugar (Martn,
Barbero, 2004).
Una acotacin ms hicimos los educomunicadores a esa propuesta de
sociedad educativa, para subrayar que ms bien se trataba de una sociedad del
aprendizaje, ya que el hecho distintivo realmente era no tanto la educacin como
tal, sino la centralidad del aprendizaje vs la enseanza en los procesos educativos
contemporneos. Enseanza que haba eclipsado lo que era educativo en las
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sociedades tradicionales y haba confundido lo educativo con lo instructivo, o
sea con lo que es enseado. Y de esta manera apenas se tomaban en cuenta
esos otros aprendizajes, formales y sobre todo no formales, buscados o fortuitos,
presenciales y a distancia, mediticos y tecnolgicos que los dispositivos
informacionales permitan, aunque no fueran producto de actos de instruccin, o
de procesos intencionados de educacin. Sociedad del aprendizaje pareci ser
entonces el calificativo que mejor designaba lo que suceda en esos primeros
intercambios de todos con estos dispositivos, de manera directa o a distancia
(Orozco, 2007).
El estar al filo de las pantallas ha sido una expresin que busca captar
esta estancia social y cultural, significativamente creciente, en la que de una u
otra manera todos nos encontramos en algn momento, por inclusin o exclusin.
Estancia que para algunos es transitoria en la medida que se vinculan e
incorporan rpidamente y de lleno los mismos intercambios con las pantallas, pero
que para muchos, para la mayora todava, se alarga como manera de estar en la
cotidianidad, ya que no les es fcil el acceso a la conexin societal, meta de
estos tiempos en que andamos.
No obstante las diferencias y problemas que conlleva el acceso pleno a las
pantallas instrumental, cultural y epistemolgico, y el despoder o el
empoderamiento que ello pueda significar para sectores enteros de las audiencias
y sus respectivas brechas, se ha hecho evidente que lo que enmarca nuestro estar
y ser como sujetos sociales es lo comunicativo y su lgica de intercambio (reactivo
o no) subyacente a la mayor parte de nuestras interacciones sociales, tengamos o
no acceso sistemtico y adecuado a todas las pantallas.
LA CONDICIN COMUNICACIONAL CONTEMPORNEA.
Lo comunicativo conlleva a su vez distintas condiciones o mediaciones para
su realizacin. Por supuesto una mediacin tecnolgica, especficamente de
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medios, canales e interfaces, sin la cual la conectividad factible hoy en da no
sera posible (Scolari, 2004). Una mediacin cultural, que va haciendo viable
tambin que se produzca sentido y significado a partir de estar en red y usando
precisamente esta estructura de red en mltiples convergencias (Jenkins, 2008).
Una mediacin poltica y una econmica, que permean los aterrizajes y anclajes
en el mundo y muchas de las decisiones estructurales sobre las dimensiones,
proporciones y desarrollo que va teniendo la conectividad actual en lugares y con
sectores determinados, y que estn a su vez determinando el desarrollo futuro
inmediato de lo digital en los diversos pas